Farmacología del Sistema Cardiovascular y Sangre PDF

Summary

Este documento explora los principios farmacológicos que rigen el funcionamiento del sistema cardiovascular y la sangre. Se centra en la farmacología de los agentes antihipertensivos y otros fármacos cardiovasculares, incluyendo mecanismos de acción, usos y efectos secundarios. El texto también aborda la importancia del control de la presión arterial y el uso de diferentes tipos de diuréticos.

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Farmacología del sistema cardiovascular y de la sangre Exploración de los principios farmacológicos que rigen el funcionamiento del sistema cardiovascular y la sangre. AB por Andrea B Objetivos de Aprendizaje Conocer Identificar Revisar Ent...

Farmacología del sistema cardiovascular y de la sangre Exploración de los principios farmacológicos que rigen el funcionamiento del sistema cardiovascular y la sangre. AB por Andrea B Objetivos de Aprendizaje Conocer Identificar Revisar Entender Propiedades Interacciones Farmacología de la Interacciones con Farmacológicas Nutricionales Sangre Anticoagulantes Aprender las principales Comprender las características de los Reconocer cómo los propiedades Conocer las bases de la agentes fármacos farmacológicas clave de interacción entre antihipertensivos y cardiovasculares los fármacos que nutrientes y otros fármacos pueden afectar el modulan la homeostasis anticoagulantes orales. cardiovasculares. estado nutricional del sanguínea. paciente. Importancia de la farmacología cardiovascular Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte y morbilidad en países occidentales. A pesar de los avances, a menudo se requiere del apoyo de fármacos para tratar estas enfermedades. El éxito del tratamiento depende no solo del tratamiento farmacológico, sino también de hábitos de vida saludables. Las alteraciones metabólicas como diabetes, dislipemias u obesidad tienen un efecto directo sobre la salud cardiovascular. Mecanismos de control de la fisiología cardiovascular Los mecanismos que controlan la fisiología cardiovascular incluyen procesos intrínsecos como la tensión de la pared vascular, el sistema nervioso autónomo (simpático y parasimpático), y mecanismos neurohumorales como el sistema renina-angiotensina-aldosterona y la función renal que controla la volemia. Además, la homeostasis de la sangre también influye en las enfermedades vasculares, ya que su alteración contribuye a manifestaciones clínicas como accidentes cerebrovasculares o enfermedad coronaria. Intervención farmacológica en la fisiología cardiovascular La farmacología cardiovascular ofrece múltiples posibilidades de intervención, pero hay que tener en cuenta los efectos compensatorios entre sistemas. Algunos fármacos pueden ocasionar efectos secundarios, como edemas o problemas de conducción cardíaca, que requieren medidas terapéuticas adicionales. Interrelación de sistemas: El sistema cardiovascular está interconectado con otros sistemas como el renal, lo que puede generar efectos compensatorios. Efectos secundarios: Algunos fármacos cardiovasculares pueden producir efectos adversos, como edemas o problemas de conducción, que requieren un abordaje terapéutico integral. Fármacos antihipertensivos Los fármacos antihipertensivos son medicamentos utilizados para controlar y reducir la presión arterial elevada. Estos medicamentos actúan de diferentes maneras para relajar y dilatar los vasos sanguíneos, disminuyendo así la carga de trabajo del corazón. Importancia del control de la presión arterial Los fármacos antihipertensivos son muy utilizados debido a la alta incidencia de hipertensión arterial. El control de la presión arterial es crucial ya que influye directamente en la morbilidad y mortalidad por trastornos cardiovasculares como aneurisma de aorta, hemorragias cerebrales e infartos de miocardio. Mecanismos de acción de los fármacos antihipertensivos Los fármacos antihipertensivos actúan a través de mecanismos de acción muy variados, lo que les otorga un perfil diferente de efectos adversos y utilidad terapéutica. En muchas ocasiones se utilizan de forma combinada, con la finalidad de minimizar las reacciones adversas que puedan aparecer. La decisión de iniciar tratamiento farmacológico dependerá de la respuesta a las modificaciones dietéticas y a los cambios en el estilo de vida, así como de los valores de presión arterial y de la presencia de otras enfermedades. Diuréticos Tiazídicos y Afines 1 Mecanismo de Acción Inhiben el transportador de sodio/cloruro en el túbulo renal distal, aumentando la excreción de iones y agua. 2 Efecto Hipotensor Reducen la resistencia vascular periférica, no solo por la diuresis, sino por otros mecanismos aún poco conocidos. 3 Inicio de Acción El efecto antihipertensivo máximo se alcanza tras unas tres semanas de tratamiento. Diuréticos Tiazídicos y Afines El diurético más empleado de este grupo es la hidroclorotiazida, aunque puede causar efectos adversos como hiperuricemia, hiperglucemia, hipercalcemia, hipopotasemia y aumento de lípidos plasmáticos. La clortalidona tiene efectos similares pero mayor duración de acción. Estos fármacos deben usarse con precaución en pacientes con gota, dislipemias o diabetes. Los diuréticos tiazídicos más recientes, como indapamida y xipamida, parecen tener menos efectos adversos y no alteran los lípidos. Sin embargo, este grupo de diuréticos está contraindicado en insuficiencia renal. Diuréticos del asa Los diuréticos del asa, como furosemida, torasemida y piretanida, inhiben el transporte de sodio y potasio en el asa de Henle, facilitando la diuresis. Aunque son potentes, no se consideran los más adecuados para la hipertensión arterial, ya que su efecto diurético es de corta duración. Pueden utilizarse como antihipertensivos si existe insuficiencia renal, pero pueden causar desequilibrios electrolíticos, incrementos en ácido úrico, glucemia y colesterolemia, por lo que pueden requerir suplementos de potasio. Diuréticos ahorradores de potasio Espironolactona: Actúa por antagonismo del receptor de la aldosterona, una hormona con función antidiurética. Triamtereno y amilorida: Bloquean los canales de sodio sobre los que actúa la aldosterona, menos potentes que otros diuréticos pero retienen más potasio. Se utilizan junto a diuréticos que facilitan la pérdida de potasio para minimizar la hipopotasemia, especialmente en pacientes con alteraciones cardíacas que requieren cardiotónicos. Hay que evitar suplementos de potasio y alimentos ricos en este mineral, ya que la hiperpotasemia puede tener efectos arritmogénicos. Antagonistas adrenérgicos beta También conocidos como betabloqueantes, estos fármacos bloquean los receptores adrenérgicos beta, reduciendo el gasto cardíaco y la producción de angiotensina II, lo que los convierte en efectivos antihipertensivos. Tipos de receptores adrenérgicos beta Existen dos tipos de receptores adrenérgicos beta: beta-1 y beta-2. Los receptores beta-1 se encuentran principalmente en el corazón y son responsables del aumento de la actividad cardiaca. Los receptores beta-2 se localizan preferentemente en los vasos sanguíneos y su activación produce vasodilatación. Estos receptores también se encuentran en otros tejidos, lo que explica algunos efectos adversos de los fármacos que los afectan. Antagonistas adrenérgicos beta no selectivos Los fármacos de este grupo, como propanolol, oxprenolol, nadolol y carteolol, bloquean tanto los receptores beta-1 como los beta-2. Esto puede comprometer la broncodilatación en pacientes con enfermedades respiratorias. Además, el propanolol, al ser más liposoluble, presenta más efectos adversos a nivel central, como alteraciones del sueño y pesadillas. Antagonistas adrenérgicos beta-1 selectivos y otros Selectividad beta-1 Los antagonistas beta-1 selectivos tienen menos afinidad por los receptores beta-2, lo que los hace preferibles por su menor afectación del sistema respiratorio. Ejemplos Los más utilizados son atenolol y nebivolol. Otras acciones Carvedilol y labetalol poseen cierta actividad como antagonistas adrenérgicos alfa-1, lo que les confiere un efecto hipotensor adicional. Efectos secundarios Todos los antagonistas beta pueden producir intolerancia a la glucosa e incremento de peso, especialmente en pacientes con diabetes. Antagonistas adrenérgicos alfa Los receptores adrenérgicos alfa se encuentran en alta densidad en la musculatura lisa vascular, ejerciendo un efecto vasoconstrictor que aumenta la presión arterial. Los antagonistas de estos receptores se utilizan como estrategia antihipertensiva, aunque presentan efectos adversos como hipotensión postural y mareos. Inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina Los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (IECA) son una opción de tratamiento eficaz y bien tolerada, especialmente para pacientes con hipertensión, insuficiencia cardíaca u otros trastornos cardiovasculares. Actúan inhibiendo la enzima que transforma la angiotensina I en angiotensina II, evitando así su efecto hipertensivo y la secreción de aldosterona. Los IECA más representativos son enalapril, captopril, lisinopril, quinapril y perindopril. Pueden causar tos como efecto adverso y también incrementar los niveles de potasio en plasma. Suelen combinarse con diuréticos tiazídicos o antagonistas de los canales de calcio. Antagonistas del receptor de angiotensina II Inhiben los efectos de la angiotensina II, especialmente sobre su receptor Producen un efecto antihipertensivo al bloquear los efectos de la angiotensina II en vasos, corazón, riñón y sistema nervioso central Presentan mejoras respecto a los IECA, como la ausencia de tos y efectos beneficiosos adicionales, como la acción uricosúrica del losartán Otros fármacos de este grupo son valsartán, olmesartán y eprosartán Suelen asociarse con diuréticos u otros antihipertensivos Antagonistas de los canales de calcio Efectos vasculares Efectos cardíacos Los antagonistas de los canales de calcio de tipo Verapamilo y diltiazem son antagonistas de los dihidropiridina son potentes vasodilatadores, pero canales de calcio con efectos predominantemente pueden causar efectos secundarios como cardíacos, produciendo bradicardia y disminución taquicardia, retención de líquidos y cefalea. del gasto cardíaco. Otros antihipertensivos Recientemente se ha comercializado el aliskireno, un inhibidor de la renina que disminuye los niveles de angiotensina II, con un efecto similar a los IECA pero sin provocar tos. Sin embargo, interacciona con el zumo de pomelo. Existen también otros fármacos antihipertensivos de uso reducido, como los antihipertensivos centrales (clonidina, moxonidina) que actúan sobre receptores alfa-2 en el sistema nervioso central, pero ocasionan retención hidrosalina e incremento de peso, limitando su uso. Elección de fármacos antihipertensivos Amplia variedad de fármacos antihipertensivos disponibles. La elección depende de otras afecciones del paciente y efectos adversos tolerables. Algunos fármacos pueden afectar el control de la glucemia, los lípidos o causar desequilibrios electrolíticos. Los betabloqueantes pueden incrementar el peso corporal. Cardiotónicos Los cardiotónicos son fármacos que aumentan la capacidad de contracción del corazón, mejorando la perfusión tisular y la tolerancia al ejercicio. Los más representativos son los glucósidos cardiotónicos, utilizados en la insuficiencia cardíaca congestiva. Mecanismo de acción de los cardiotónicos digitálicos Los glucósidos cardiotónicos como la digoxina y la metildigoxina incrementan la capacidad de contracción del miocardio al inhibir la ATPasa Na+/K+. Esto activa el intercambiador Na+/Ca2+, aumentando la disponibilidad de Ca2+ y, por tanto, la fuerza de contracción. Uso de glucósidos cardiotónicos Los glucósidos cardiotónicos, también conocidos como digitálicos, se utilizan junto con inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) y diuréticos para tratar la insuficiencia cardíaca congestiva. También se usan como antiarrítmicos por su capacidad de retrasar la conducción auriculoventricular. La metildigoxina tiene efectos más rápidos y prolongados que la digoxina, pero esta última se suele utilizar más por presentar menos problemas de acumulación. Es necesario extremar las precauciones debido al estrecho margen terapéutico de estos fármacos. Precauciones con Cardiotónicos Hipopotasemia: Incrementa la toxicidad de los cardiotónicos, pero no conviene aumentar demasiado el potasio, ya que puede disminuir su actividad. Sustitutos de Sal: Suelen contener potasio, por lo que se debe controlar su uso. Calcio: La hipercalcemia potencia la toxicidad de los cardiotónicos, mientras que la hipocalcemia disminuye su efecto. Fármacos Antianginosos Estos medicamentos son útiles cuando hay falta de riego sanguíneo en el miocardio, lo que causa dolor en el pecho y el brazo izquierdo. Pueden reducir la frecuencia y contractilidad cardíacas, o actuar como vasodilatadores. Uso de vasodilatadores en angina de pecho Los vasodilatadores como la nitroglicerina y los nitratos de isosorbida se emplean para tratar la angina de pecho. Estos fármacos liberan óxido nítrico, lo que estimula la guanilatociclasa y relaja la musculatura vascular, reduciendo el esfuerzo del corazón y evitando el vasoespasmo coronario. Suelen administrarse como parches transdérmicos o por vía sublingual en caso de crisis anginosa, lo que permite un alivio rápido del dolor. La molsidomina, con actividad selectiva sobre las arterias coronarias, ha caído en desuso. Antiarrítmicos Fármacos con diferentes mecanismos de acción para corregir trastornos del ritmo cardiaco. Se clasifican según sus efectos sobre la despolarización o repolarización celular. Otros fármacos de acción sobre el sistema cardiovascular Fármacos agonistas adrenérgicos como isoprenalina, norepinefrina, dopamina, dobutamina y epinefrina se utilizan en casos de shock cardiogénico, hipovolémico o infarto de miocardio para aumentar la contractilidad cardíaca y la presión arterial. La epinefrina también se usa para tratar el shock anafiláctico, ya que ayuda a contrarrestar la caída de presión arterial característica de estas situaciones. Etilefrina y midodrina son agonistas adrenérgicos que se pueden administrar por vía oral para tratar hipotensión leve. Farmacología de la homeostasis de la sangre La sangre tiene funciones vitales como transportar nutrientes y oxígeno, y eliminar desechos. Para cumplir su función, la sangre debe mantener una fluidez adecuada y un sistema de coagulación que permita la hemostasia. Control de la hemostasia La agregación plaquetaria y la coagulación de la sangre son sistemas clave para controlar la hemostasia. La desregulación de estos sistemas puede provocar la formación de trombos intravasculares, lo que puede causar trastornos graves como infarto de miocardio o ictus. Además de los fármacos que modulan la formación de trombos, los fármacos hipolipemiantes también pueden prevenir la formación de placas de ateroma en los vasos. Fármacos que modulan la formación de trombos Los fármacos que ejercen su función sobre la hemostasis pueden dificultar la formación de trombos (anticoagulantes y antiagregantes plaquetarios) o facilitar su disolución (fibrinolíticos). También existen fármacos que facilitan la coagulación (antihemorrágicos y antifibrinolíticos). Anticoagulantes Fármacos que evitan la formación excesiva de coágulos al inhibir la coagulación sanguínea. Se diferencian entre administración oral (anticoagulantes orales) y parenteral (heparinas). Anticoagulantes orales Los anticoagulantes orales se utilizan ampliamente para prevenir tromboembolismos a largo plazo. Su acción se basa en contrarrestar los efectos de la vitamina K, un cofactor esencial para la coagulación. Impiden la reducción de la vitamina K epoxidada, lo que disminuye su eficacia en la coagulación. Estos fármacos tardan unos días en empezar a hacer efecto, pero son de elección en tratamientos prolongados debido a su capacidad para prevenir trombos. Interacciones de anticoagulantes orales con vitamina K Los anticoagulantes orales tienen un margen terapéutico estrecho, por lo que es necesaria una monitorización constante de su efecto. Si el paciente ingiere cantidades significativas de vitamina K, predominará el efecto procoagulante y el anticoagulante perderá eficacia. Si el paciente disminuye la ingesta de vitamina K, puede predominar el efecto anticoagulante y aparecer hemorragias grave El efecto terapéutico final será el equilibrio entre las concentraciones de vitamina K y anticoagulante. Características de los anticoagulantes orales Acenocumarol y Warfarina son los únicos anticoagulantes orales disponibles en el mercado. La Warfarina tiene una duración de acción mayor, lo que puede ser un inconveniente si es necesario suspender el tratamiento. Estos fármacos están sujetos a numerosas interacciones farmacológicas, especialmente con la vitamina K y otros medicamentos que se unen a proteínas plasmáticas. La aparición de hemorragias puede indicar un exceso de efecto anticoagulante, requiriendo la administración de vitamina K. Los pacientes deben advertir sobre el tratamiento con anticoagulantes orales ante cualquier intervención y evitar cambios bruscos en su estilo de vida y dieta. Heparinas Las heparinas son polisacáridos sulfatados de origen porcino o bovino que forman un complejo con la antitrombina III, potenciando su capacidad para inactivar la trombina (factor IIa) y el factor Xa, ejerciendo así un efecto anticoagulante rápido tras su administración intravenosa o subcutánea. Se clasifican en heparinas convencionales y heparinas de bajo peso molecular (HBPM), estas últimas más selectivas en la inhibición del factor Xa y con mayor duración y menor variación de los efectos anticoagulantes. Antiagregantes plaquetarios Los coágulos arteriales se forman principalmente por la agregación de plaquetas, que liberan sustancias como tromboxanos, ADP y trombina. Los antiagregantes plaquetarios, como el ácido acetilsalicílico (AAS) y el clopidogrel, dificultan la formación de estos coágulos al actuar sobre los receptores de membrana de las plaquetas. El AAS es el antiagregante más utilizado, a dosis menores que como analgésico, para evitar efectos adversos como erosiones gástricas. Otros antiagregantes orales como el dipiridamol o el triflusal también inhiben la agregación plaquetaria. Alternativas y usos de antiagregantes plaquetarios El clopidogrel puede ser una alternativa al ácido acetilsalicílico (AAS) cuando este no se tolera. Los antiagregantes plaquetarios se utilizan en la prevención de tromboembolismos arteriales y venosos. Otros antiagregantes de uso hospitalario como abciximab o tirofiban impiden la unión del fibrinógeno a las plaquetas, reduciendo el riesgo de infarto de miocardio. Existen antiagregantes que mimetizan la acción de prostaglandinas naturales, como epoprostenol o iloprost, utilizados en diálisis o tromboangeítis obliterante. Fibrinolíticos Cuando ya se ha formado un trombo, se utilizan enzimas que transforman el plasminógeno en plasmina, la cual degrada la fibrina y disuelve el coágulo. Estos fármacos, de uso hospitalario, se emplean en situaciones como embolia pulmonar o infarto de miocardio. Los más utilizados son estreptoquinasa, alteplasa y reteplasa. Fármacos facilitadores de la coagulación Los trastornos hemorrágicos adquiridos pueden deberse a carencia de vitamina K, enfermedad hepática o exceso de fármacos anticoagulantes. La aprotinina y el ácido tranexámico inhiben la fibrinolisis y son útiles en hemorragias quirúrgicas o por tratamiento trombolítico. Fármacos Antianémicos La anemia se produce por la disminución de eritrocitos o su contenido de hemoglobina. Puede corregirse con suplementos de hierro, vitamina B12, folatos o regulando la eritropoyesis. Hierro Además de los cambios dietéticos, existen preparados que permiten administrar hierro por vía oral o parenteral para tratar o prevenir la anemia ferropénica. La vía oral es preferible, pero si hay problemas de absorción o intolerancia gastrointestinal, se puede optar por la vía intramuscular o intravenosa. Las sales ferrosas se absorben mejor que las férricas. La dosis debe equilibrar la necesaria y la que tolere el paciente, ya que las sales de hierro pueden causar molestias gastrointestinales. Las heces adquieren un color oscuro. Consideraciones en Dietética y Nutrición Influencia de la dieta y el peso: Los cambios en el estilo de vida, la dieta y el peso corporal tienen un impacto significativo en la prevención y tratamiento de trastornos cardiovasculares como hipertensión, accidentes cerebrovasculares e infartos de miocardio. Interacciones nutriente-fármaco: El dietista-nutricionista debe ajustar adecuadamente la dieta del paciente para minimizar los efectos indeseables de algunos fármacos, como el aumento de peso con antagonistas beta-adrenérgicos o el control de potasio y calcio con cardiotónicos. Vitamina K y anticoagulantes: La vitamina K puede interaccionar con los anticoagulantes orales, y algunos alimentos y fármacos pueden dificultar la absorción del hierro. Caso Práctico 1 Recomendaciones Nutricionales Dieta cardiosaludable, baja en sodio, rica en frutas y verduras, y con bajo contenido en grasas saturadas y colesterol. 2 Consideraciones sobre el Peso Reducción de peso realista, teniendo en cuenta los efectos del nebivolol en la pérdida de peso y la capacidad para hacer ejercicio. 3 Seguimiento de Electrolitos Vigilancia ante posible desequilibrio electrolítico debido al uso de hidroclorotiazida. 4 Control de Vitamina K Mantener ingesta estable de alimentos ricos en vitamina K para evitar interacciones con el acenocumarol.

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