El Libro de Mormón PDF

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El Libro de Mormón es un libro religioso que relata la comunicación de Dios con los antiguos habitantes de las Américas. El libro está escrito por varios profetas y contiene la plenitud del evangelio eterno. Fue traducido por José Smith en el siglo XIX.

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EL LIBRO DE MORMÓN OTRO TESTAMENTO DE JESUCRISTO EL LIBRO DE MORMÓN OTRO TESTAMENTO DE JESUCRISTO III EL Libro de Mormón UN RELATO ESCRITO POR LA MANO DE MORMÓN...

EL LIBRO DE MORMÓN OTRO TESTAMENTO DE JESUCRISTO EL LIBRO DE MORMÓN OTRO TESTAMENTO DE JESUCRISTO III EL Libro de Mormón UN RELATO ESCRITO POR LA MANO DE MORMÓN SOBRE PLANCHAS TOMADO DE LAS PLANCHAS DE NEFI Por tanto, es un compendio de los anales del pueblo de Nefi, ası́ como de los lamanitas—Escrito a los lamanitas, quienes son un resto de la casa de Israel, y también a los judı́os y a los gentiles—Escrito por vı́a de mandamiento, por el espı́ritu de profecı́a y de revela- ción—Escrito y sellado, y escondido para los fines del Señor, con objeto de que no fuese destruido—Ha de aparecer por el don y el poder de Dios para que sea interpretado—Sellado por la mano de Moroni, y escondido para los propósitos del Señor, a fin de que apareciese en el debido tiempo por medio de los gentiles—A inter- pretarse por el don de Dios. Contiene también un compendio tomado del Libro de Éter, el cual es una relación del pueblo de Jared, que fue esparcido en la ocasión en que el Señor confundió el lenguaje de los del pueblo, cuando estaban edificando una torre para llegar al cielo—Lo cual sirve para mostrar al resto de la casa de Israel cuán grandes cosas el Señor ha hecho por sus padres; y para que conozcan los convenios del Señor y sepan que no son ellos desechados para siempre—Y también para convencer al judı́o y al gentil de que Jesús es el Cristo, el Eterno Dios, que se manifiesta a sı́ mismo a todas las naciones—Y ahora bien, si hay faltas, éstas son equivocaciones de los hombres; por tanto, no condenéis las cosas de Dios, para que aparezcáis sin man- cha ante el tribunal de Cristo. Traducción original de las planchas al idioma inglés por José Smith, hijo. La primera edición en inglés se publicó en 1830 en Palmyra, Nueva York, E.U.A. V INTRODUCCIÓN E l Libro de Mormón es un volumen de escritura sagrada seme- jante a la Biblia. Es una historia de la comunicación de Dios con los antiguos habitantes de las Américas y contiene la plenitud del evangelio eterno. Escribieron el libro muchos antiguos profetas por el espı́ritu de profecı́a y revelación. Sus palabras, escritas sobre planchas de oro, fueron citadas y compendiadas por un profeta e historiador llamado Mormón. El registro contiene un relato de dos grandes civiliza- ciones. Una llegó procedente de Jerusalén en el año 600 a. de J. C., y tiempo después se dividió en dos naciones conocidas como los nefitas y los lamanitas. La otra habı́a llegado mucho antes, cuando el Señor confundió las lenguas en la Torre de Babel. Este grupo se conoce con el nombre de jareditas. Después de miles de años, todos fueron destruidos con excepción de los lamanitas, los cuales son los principales antecesores de los indios de las Américas. El acontecimiento de mayor trascendencia que se encuentra regis- trado en el Libro de Mormón es el ministerio personal del Señor Jesucristo entre los nefitas poco después de su resurrección. En él se expone la doctrina del evangelio, se describe el plan de salvación, y se dice a los hombres lo que deben hacer para lograr la paz en esta vida y la salvación eterna en la vida venidera. Después de terminar sus escritos, Mormón entregó la historia a su hijo Moroni, el cual le agregó unas palabras y escondió las planchas en el cerro Cumorah. El 21 de septiembre de 1823, el mismo Moroni, para entonces un ser glorificado y resucitado, se le apareció al profe- ta José Smith y le instruyó concerniente al antiguo registro y a la destinada traducción de éste al idioma inglés. En la ocasión oportuna, se entregaron las planchas a José Smith, quien las tradujo por el don y el poder de Dios. El libro se publica hoy en muchos idiomas como testimonio nuevo y adicional de que Jesucristo es el Hijo del Dios viviente, y de que todos aquellos que quieran venir a Él y obedecer las leyes y las ordenanzas de su evan- gelio podrán salvarse. Concerniente a esta historia, el profeta José Smith dijo: “Declaré a los hermanos que el Libro de Mormón era el más correcto de todos los libros sobre la tierra, y la clave de nuestra religión; y que un hombre se acercarı́a más a Dios al seguir sus preceptos que los de cualquier otro libro”. Además de José Smith, el Señor dispuso que otros once hombres vieran con sus propios ojos las planchas de oro y fueran testigos especiales de la veracidad y de la divinidad del Libro de Mormón. VI Sus testimonios escritos se incluyen en esta obra bajo los tı́tulos “El Testimonio de Tres Testigos” y “El Testimonio de Ocho Testigos”. Invitamos a toda persona, dondequiera que se encuentre, a leer el Libro de Mormón, a meditar en su corazón el mensaje que contiene y luego a preguntar a Dios, el Padre Eterno, en el nombre de Cristo, si el libro es verdadero. Quienes ası́ lo hagan y pidan con fe lograrán un testimonio de la veracidad y la divinidad del libro por el poder del Espı́ritu Santo. (Véase Moroni 10:3-5.) Aquellos que obtengan este testimonio divino del Santo Espı́ritu también llegarán a saber, por el mismo poder, que Jesucristo es el Salvador del mundo, que José Smith ha sido su revelador y profeta en estos últimos dı́as, y que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Dı́as es el reino del Señor que de nuevo se ha establecido sobre la tierra, en preparación para la segunda venida del Mesı́as. VII EL TESTIMONIO DE TRES TESTIGOS Conste a todas las naciones, tribus, lenguas y pueblos, a quienes llegare esta obra, que nosotros, por la gracia de Dios el Padre, y de nuestro Señor Jesucristo, hemos visto las planchas que contienen esta relación, la cual es una historia del pueblo de Nefi, y también de los lamanitas, sus hermanos, y también del pueblo de Jared, que vino de la torre de que se ha hablado. Y también sabemos que han sido traducidas por el don y el poder de Dios, porque ası́ su voz nos lo declaró; por tanto, sabemos con certeza que la obra es verdadera. También testificamos haber visto los grabados sobre las planchas; y se nos han mostrado por el poder de Dios y no por el de ningún hombre. Y declaramos con palabras solemnes que un ángel de Dios bajó del cielo, y que trajo las planchas y las puso ante nuestros ojos, de manera que las vimos y las contemplamos, ası́ como los grabados que contenı́an; y sabemos que es por la gracia de Dios el Padre, y de nuestro Señor Jesucristo, que vimos y testificamos que estas cosas son verdaderas. Y es maravilloso a nuestra vista. Sin embargo, la voz del Señor nos mandó que testificásemos de ello; por tanto, para ser obedientes a los mandatos de Dios, testificamos estas cosas. Y sa- bemos que si somos fieles en Cristo, nuestros vestidos quedarán limpios de la sangre de todos los hombres, y nos hallaremos sin mancha ante el tribunal de Cristo, y moraremos eternamente con Él en los cielos. Y sea la honra al Padre, y al Hijo, y al Espı́ritu Santo, que son un Dios. Amén. Oliver Cowdery David Whitmer Martin Harris VIII EL TESTIMONIO DE OCHO TESTIGOS Conste a todas las naciones, tribus, lenguas y pueblos, a quienes llegare esta obra, que José Smith, hijo, el traductor de ella, nos ha mostrado las planchas de que se ha hablado, las que tienen la apa- riencia del oro; y hemos palpado con nuestras manos cuantas hojas el referido Smith ha traducido; y también vimos los grabados que contenı́an, todo lo cual tiene la apariencia de una obra antigua y de hechura exquisita. Y testificamos esto con palabras solemnes, y que el citado Smith nos ha mostrado las planchas de que hemos hablado, porque las hemos visto y sopesado, y con certeza sabemos que el susodicho Smith las tiene en su poder. Y damos nuestros nombres al mundo en testimonio de lo que hemos visto. Y no mentimos, pues Dios es nuestro testigo. Christian Whitmer Hiram Page Jacob Whitmer Joseph Smith, padre Peter Whitmer, hijo Hyrum Smith John Whitmer Samuel H. Smith IX EL TESTIMONIO DEL PROFETA JOSÉ SMITH Las propias palabras del profeta José Smith en cuanto a la aparición del Libro de Mormón son las siguientes: “En la noche del... dı́a 21 de septiembre... me puse a orar pidiéndole a Dios Todopoderoso... “Encontrándome ası́, en el acto de suplicar a Dios, vi que se apare- cı́a una luz en mi cuarto, y que siguió aumentando hasta que la habitación quedó más iluminada que al mediodı́a; cuando repenti- namente se apareció un personaje al lado de mi cama, de pie en el aire, porque sus pies no tocaban el suelo. “Llevaba puesta una túnica suelta de una blancura exquisita. Era una blancura que excedı́a a cuanta cosa terrenal jamás habı́a visto yo; y no creo que exista objeto alguno en el mundo que pudiera presentar tan extraordinario brillo y blancura. Sus manos estaban desnudas, y también sus brazos, un poco más arriba de las muñecas; y de igual manera los pies, ası́ como las piernas, poco más arriba de los tobillos. También tenı́a descubiertos la cabeza y el cuello, y pude darme cuenta de que no llevaba puesta más ropa que esta túnica, porque estaba abierta de tal manera que podı́a verle el pecho. “No sólo tenı́a su túnica esta blancura singular, sino que toda su persona brillaba más de lo que se puede describir, y su faz era como un vivo relámpago. El cuarto estaba sumamente iluminado, pero no con la brillantez que habı́a en torno de su persona. Cuando lo vi por primera vez, tuve miedo; mas el temor pronto se apartó de mı́. “Me llamó por mi nombre, y me dijo que era un mensajero en- viado de la presencia de Dios, y que se llamaba Moroni; que Dios tenı́a una obra para mı́, y que entre todas las naciones, tribus y lenguas se tomarı́a mi nombre para bien y para mal, o sea, que se iba a hablar bien o mal de mı́ entre todo pueblo. “Dijo que se hallaba depositado un libro, escrito sobre planchas de oro, el cual daba una relación de los antiguos habitantes de este continente, ası́ como del origen de su procedencia. También declaró que en él se encerraba la plenitud del evangelio eterno cual el Salva- dor lo habı́a comunicado a los antiguos habitantes. “Asimismo, que junto con las planchas estaban depositadas dos piedras en aros de plata, las cuales, aseguradas a un pectoral, for- maban lo que se llamaba el Urim y Tumim; que la posesión y uso de estas piedras era lo que constituı́a a los videntes en los dı́as antiguos o anteriores, y que Dios las habı́a preparado para la traducción del libro. * * * * * * * “Por otra parte, me manifestó que cuando yo recibiera las plan- chas de que él habı́a hablado —porque aún no habı́a llegado el X tiempo para obtenerlas— no habrı́a de enseñarlas a nadie, ni el pectoral con el Urim y Tumim, sino únicamente a aquellos a quienes se me mandase que las enseñara; si lo hacı́a, serı́a destruido. Mien- tras hablaba conmigo acerca de las planchas, se manifestó a mi men- te la visión de tal modo que pude ver el lugar donde estaban de- positadas; y con tanta claridad y distinción, que reconocı́ el lugar cuando lo visité. “Después de esta comunicación, vi que la luz en el cuarto em- pezaba a juntarse en derredor del personaje que me habı́a estado hablando; y ası́ continuó hasta que el cuarto una vez más quedó a obscuras, exceptuando alrededor de su persona inmediata, cuando repentinamente vi abrirse algo como un conducto que iba directa- mente hasta el cielo, y él ascendió hasta desaparecer por completo, y el cuarto quedó tal como habı́a estado antes de aparecerse esta luz celestial. “Me quedé reflexionando sobre la singularidad de la escena, y maravillándome grandemente de lo que me habı́a dicho este mensajero extraordinario, cuando en medio de mi meditación de pronto descubrı́ que mi cuarto empezaba a iluminarse de nuevo, y en lo que me pareció un instante, el mismo mensajero celestial apareció una vez más al lado de mi cama. “Empezó, y otra vez me dijo las mismı́simas cosas que me habı́a relatado en su primera visita, sin la menor variación; después de lo cual me informó de grandes juicios que vendrı́an sobre la tierra, con gran desolación causada por el hambre, la espada y pestilencias; y que esos penosos juicios vendrı́an sobre la tierra en esta generación. Habiéndome referido estas cosas, de nuevo ascendió como lo habı́a hecho anteriormente. “Ya para entonces eran tan profundas las impresiones que se me habı́an grabado en la mente, que el sueño habı́a huido de mis ojos, y yacı́a dominado por el asombro de lo que habı́a visto y oı́do. Pero cuál no serı́a mi sorpresa al ver de nuevo al mismo mensajero al lado de mi cama, y oı́rlo repasar o repetir las mismas cosas que antes; y añadió una advertencia, diciéndome que Satanás procurarı́a tentar- me (a causa de la situación indigente de la familia de mi padre) a que obtuviera las planchas con el fin de hacerme rico. Esto él me lo prohibió, y dijo que, al obtener las planchas, no tuviera presente más objeto que el de glorificar a Dios, y que ningún otro motivo influyera en mı́ sino el de edificar su reino; de lo contrario, no podrı́a obtenerlas. “Después de esta tercera visita, de nuevo ascendió al cielo como antes, y otra vez me quedé meditando en lo extraño de lo que acababa de experimentar; cuando casi inmediatamente después que XI el mensajero celestial hubo ascendido la tercera vez, cantó el gallo, y vi que estaba amaneciendo; de modo que, nuestras conversaciones deben de haber durado toda aquella noche. “Poco después me levanté de mi cama y, como de costumbre, fui a desempeñar las faenas necesarias del dı́a; pero al querer trabajar como en otras ocasiones, hallé que se me habı́an agotado a tal grado las fuerzas, que me sentı́a completamente incapacitado. Mi padre, que estaba trabajando cerca de mı́, vio que algo me sucedı́a y me dijo que me fuera a casa. Partı́ de allı́ con la intención de volver a casa, pero al querer cruzar el cerco para salir del campo en que estábamos, se me acabaron completamente las fuerzas, caı́ inerte al suelo y por un tiempo no estuve consciente de nada. “Lo primero que pude recordar fue una voz que me hablaba, llamándome por mi nombre. Alcé la vista, y vi, a la altura de mi cabeza, al mismo mensajero, rodeado de luz como antes. Entonces me relató otra vez todo lo que me habı́a referido la noche anterior, y me mandó que fuera a mi padre y le hablara acerca de la visión y mandamientos que habı́a recibido. “Obedecı́; regresé a donde estaba mi padre en el campo, y le declaré todo el asunto. Me respondió que era de Dios, y me dijo que fuera e hiciera lo que el mensajero me habı́a mandado. Salı́ del campo y fui al lugar donde el mensajero me habı́a dicho que estaban depositadas las planchas, y debido a la claridad de la visión que habı́a visto tocante al lugar, en cuanto llegué allı́, lo reconocı́. “Cerca de la aldea de Manchester, Condado de Ontario, Estado de Nueva York, se levanta una colina de tamaño regular, y la más elevada de todas las de la comarca. Por el costado occidental del cerro, no lejos de la cima, debajo de una piedra de buen tamaño, yacı́an las planchas, depositadas en una caja de piedra. En el centro, y por la parte superior, esta piedra era gruesa y redonda, pero más delgada hacia los extremos; de modo que se podı́a ver la parte cén- trica sobre la superficie del suelo, mientras que alrededor de la orilla estaba cubierta de tierra. “Habiendo quitado la tierra, conseguı́ una palanca que logré intro- ducir debajo de la orilla de la piedra, y con un ligero esfuerzo la levanté. Miré dentro de la caja, y efectivamente vi allı́ las planchas, el Urim y Tumim y el pectoral, como lo habı́a dicho el mensajero. La caja en que se hallaban estaba hecha de piedras, colocadas en una especie de cemento. En el fondo de la caja habı́a dos piedras puestas transversalmente, y sobre éstas descansaban las planchas y los otros objetos que las acompañaban. “Intenté sacarlas, pero me lo prohibió el mensajero; y de nuevo se me informó que aún no habı́a llegado el tiempo de sacarlas, ni lle- XII garı́a sino hasta después de cuatro años, a partir de esa fecha; pero me dijo que debı́a ir a ese lugar precisamente un año después, y que él me esperarı́a allı́; y que habı́a de seguir haciéndolo ası́ hasta que llegara el tiempo para obtener las planchas. “De acuerdo con lo que se me habı́a mandado, acudı́a al fin de cada año, y en esa ocasión encontraba allı́ al mismo mensajero, y en cada una de nuestras entrevistas recibı́a de él instrucciones e inteli- gencia concernientes a lo que el Señor iba a hacer, y cómo y de qué manera se conducirı́a su reino en los últimos dı́as. * * * * * * * “Por fin llegó el momento de obtener las planchas, el Urim y Tumim y el pectoral. El dı́a veintidós de septiembre de mil ochocien- tos veintisiete, habiendo ido al fin de otro año, como de costumbre, al lugar donde estaban depositados, el mismo mensajero celestial me los entregó con esta advertencia: Que yo serı́a responsable de ellos; que si permitı́a que se extraviaran por algún descuido o negli- gencia mı́a, serı́a desarraigado; pero que si me esforzaba con todo mi empeño por preservarlos hasta que él (el mensajero) viniera por ellos, entonces serı́an protegidos. “Pronto supe por qué habı́a recibido tan estrictos mandatos de guardarlos, y por qué me habı́a dicho el mensajero que cuando terminara lo que se requerı́a de mı́, él vendrı́a por ellos. Porque no bien se supo que yo los tenı́a, comenzaron a hacerse los más tenaces esfuerzos por privarme de ellos. Se recurrió a cuanta estratagema se pudo inventar para realizar ese propósito. La persecución llegó a ser más severa y enconada que antes, y grandes números de personas andaban continuamente al acecho para quitármelos, de ser posible. Pero mediante la sabidurı́a de Dios, permanecieron seguros en mis manos hasta que cumplı́ con ellos lo que se requirió de mı́. Cuando el mensajero, de conformidad con el arreglo, llegó por ellos, se los entregué; y él los tiene a su cargo hasta el dı́a de hoy, dos de mayo de mil ochocientos treinta y ocho.” Para la narración completa, véase la Perla de Gran Precio, José Smith—Historia, y History of The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints (Historia de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últi- mos Dı́as), tomo 1, capı́tulos 1 al 6, inclusive. La historia antigua que ası́ salió de la tierra, como la voz de un pueblo que hablaba desde el polvo, fue traducida a un lenguaje moderno [el idioma inglés] por el don y el poder de Dios, según la afirmación divina lo ha atestiguado, y se publicó por primera vez al mundo en inglés en el año 1830 con el tı́tulo de The Book of Mormon. XIII UNA BREVE EXPLICACIÓN ACERCA DEL Libro de Mormón El Libro de Mormón es una historia sagrada de los pueblos de la América antigua, la cual se grabó en hojas de metal. En el libro mismo se habla de cuatro clases de planchas de metal: 1. Las Planchas de Nefi, que eran de dos clases: las Planchas Menores y las Planchas Mayores. Las primeras tenı́an que ver más en par- ticular con los asuntos espirituales y con el ministerio y las ense- ñanzas de los profetas, mientras que las segundas se ocupaban principalmente de la historia seglar de los pueblos a los que se referı́an (1 Nefi 9:2-4). Sin embargo, desde la época de Mosı́ah, también en las planchas mayores se incluyeron asuntos de consi- derable importancia espiritual. 2. Las Planchas de Mormón, que se componen de un compendio de las Planchas Mayores de Nefi, hecho por Mormón, con muchos co- mentarios. Estas planchas también contenı́an una continuación de la historia escrita por Mormón con aditamentos de su hijo Moroni. 3. Las Planchas de Éter, que contienen una historia de los jareditas. Esta historia la compendió Moroni, el cual añadió comentarios propios e incorporó dicho compendio en la historia general con el tı́tulo de “Libro de Éter”. 4. Las Planchas de Bronce , que el pueblo de Lehi llevó de Jerusalén en el año 600 a. de J. C. Éstas contenı́an “los cinco libros de Moisés... y asimismo la historia de los judı́os desde su principio... hasta el comienzo del reinado de Sedequı́as, rey de Judá; y también las profecı́as de los santos profetas” (1 Nefi 5:11-13). En el Libro de Mormón aparecen muchos pasajes de estas planchas que citan a Isaı́as y a otros profetas bı́blicos, ası́ como a varios profetas que la Biblia no menciona. El Libro de Mormón se compone de quince partes o divisiones principales, llamadas, con una sola excepción, libros, cada uno de los cuales lleva el nombre de su autor principal. La primera parte (o sea, los primeros seis libros que terminan con el de Omni) es una traduc- ción de las Planchas Menores de Nefi. Entre los libros de Omni y de Mosı́ah se encuentra una inserción llamada Las Palabras de Mor- món. Dicha inserción enlaza la narración grabada en las Planchas Menores con el compendio que hizo Mormón de las Planchas Mayores. La parte más extensa, desde Mosı́ah hasta el capı́tulo 7 de Mor- món, inclusive, es una traducción del compendio que hizo Mormón de las Planchas Mayores de Nefi. La parte final, desde el capı́tulo 8 XIV de Mormón hasta el fin de la obra, fue grabada por Moroni, hijo de Mormón, el cual, después de terminar la historia de la vida de su padre, hizo un compendio de la historia jaredita (llamado el Libro de Éter) y posteriormente añadió las partes que se conocen como el Libro de Moroni. Alrededor del año 421 de la era cristiana, Moroni, el último de los profetas e historiadores nefitas, selló los anales sagrados y los escon- dió para los fines del Señor, para que apareciesen en los postreros dı́as, de acuerdo con lo que la voz de Dios predijo por medio de sus antiguos profetas. En el año 1823 de nuestra era, ese mismo Moroni, para entonces un ser resucitado, visitó al profeta José Smith y sub- siguientemente le entregó las planchas grabadas. Con respecto a esta edición: En las ediciones anteriores del Libro de Mormón publicadas en inglés, se han perpetuado algunos pequeños errores que se han reflejado en las traducciones al español. Esta edición contiene las correcciones que se ha estimado conveniente hacer a fin de que la obra esté de conformidad con los manuscritos originales, ası́ como con las primeras ediciones revisadas por el pro- feta José Smith. XV NOMBRE Y ORDEN DE LOS LIBROS DEL Libro de Mormón Nombre Página Primer Libro de Nefi............. 1 Segundo Libro de Nefi............ 62 Libro de Jacob................ 139 Libro de Enós................ 161 Libro de Jarom................ 164 Libro de Omni................ 166 Palabras de Mormón.............. 169 Libro de Mosı́ah............... 172 Libro de Alma................ 246 Libro de Helamán............... 445 Tercer Nefi................. 492 Cuarto Nefi................. 561 Libro de Mormón............... 566 Libro de Éter................ 588 Libro de Moroni............... 626 El Primer Libro de Nefi SU REINADO Y MINISTERIO R elato de Lehi, de su esposa Sarı́ah y de sus cuatro hijos, que se llamaban (empezando por el mayor) Lamán, Lemuel, Sam y Nefi. El Señor advierte a Lehi que salga de la tierra de Jerusalén, porque éste profetiza al pueblo sobre su iniquidad, y tratan de qui- tarle la vida. Lehi viaja tres dı́as por el desierto con su familia. Nefi, acompañado de sus hermanos, vuelve a la tierra de Jerusalén por los anales de los judı́os. El relato de sus padecimientos. Toman por esposas a las hijas de Ismael. Salen para el desierto con sus familias. Sus padecimientos y aflicciones en el desierto. Rumbo de sus viajes. Llegan a las grandes aguas. Se rebelan los hermanos de Nefi contra él. Él los confunde y construye un barco. Dan al lugar el nombre de Abundancia. Atraviesan los grandes mares hasta llegar a la tierra prometida, etcétera. Esto es según la narración de Nefi, o en otras palabras, yo, Nefi, escribı́ estos anales. CAPÍTULO 1 nocimiento grande de la bon- dad y los fmisterios de Dios, es- Nefi da principio a la historia de su cribo, por tanto, la ghistoria de pueblo—Lehi ve en visión un pilar los hechos de mi vida. de fuego y lee en un libro de profe- 2 Sı́, hago la relación en el alen- cı́as — Alaba a Dios, predice la guaje de mi padre, que se com- venida del Mesı́as y profetiza la des- pone de la ciencia de los judı́os trucción de Jerusalén—Es perse- y el idioma de los egipcios. guido por los judı́os. 3 Y sé que la historia que es- cribo es averdadera; y la escribo Y O, aNefi, nacı́ de bbuenos c padres y recibı́, por tanto, alguna dinstrucción en toda la de mi propia mano, con arreglo a mis conocimientos. 4 Pues sucedió que al comen- ciencia de mi padre; y habiendo zar el aprimer año del reinado conocido muchas eaflicciones de bSedequı́as, rey de Judá (mi durante el curso de mi vida, padre Lehi habı́a morado en c siendo, no obstante, altamente Jerusalén toda su vida), llega- favorecido del Señor todos mis ron muchos dprofetas ese mismo dı́as; sı́, habiendo logrado un co- año profetizando al pueblo que [1 nefi] f gee Misterios de Dios. b 2 Cró. 36:10; 1 1a gee Nefi, hijo de Lehi. g gee Escrituras. Jer. 52:3–5; Omni 1:15. b Prov. 22:1. 2a Mos. 1:2–4; c 1 Cró. 9:3. c DyC 68:25, 28. Morm. 9:32–33. d 2 Rey. 17:13–15; gee Padres. 3a 1 Ne. 14:30; Mos. 1:6; 2 Cró. 36:15–16; Jer. d Enós 1:1; Mos. 1:2–3. Éter 5:1–3; DyC 17:6. 7:25–26. gee Profeta. gee Enseñar. 4a gee Cronologı́a— [Aproximadamente e gee Adversidad. 598 a.C. 600 a.C.] 1 NEFI 1:5–15 2 se arrepintiera, o la gran ciudad excedı́a al de las estrellas del fir- de eJerusalén serı́a destruida. mamento. 5 Aconteció, por tanto, que 11 Y descendieron y avanza- mientras iba por su camino, mi ron por la faz de la tierra; y el padre aLehi oró al Señor, sı́, con primero llegó hasta donde esta- todo su bcorazón, a favor de su ba mi padre, y le dio un alibro y pueblo. le mandó que lo leyera. 6 Y ocurrió que mientras estaba 12 Y sucedió que mientras leı́a, orando al Señor, apareció ante fue lleno del aEspı́ritu del Señor. él, sobre una roca, un apilar de 13 Y leyó, diciendo: ¡Ay, ay fuego; y fue mucho lo que vio y de ti, Jerusalén, porque he visto oyó; y se estremeció y tembló tus aabominaciones! Sı́, mi padre extremadamente por las cosas leyó muchas cosas concernien- que vio y oyó. tes a bJerusalén: que serı́a des- 7 Y sucedió que volvió a su ca- truida, ası́ como sus habitantes; sa en Jerusalén, y se echó sobre que muchos perecerı́an por la su lecho, adominado por el Espı́- espada y muchos serı́an clleva- ritu y por las cosas que habı́a dos cautivos a Babilonia. visto. 14 Y acaeció que cuando mi pa- 8 Y dominado de esta manera dre hubo leı́do y visto muchas por el Espı́ritu, fue arrebatado cosas grandes y maravillosas, en una avisión, en la que vio prorrumpió en exclamaciones al abrirse los bcielos, y creyó ver a Señor, tales como: ¡Cuán gran- Dios sentado en su trono, ro- des y maravillosas son tus obras, deado de innumerables concur- oh Señor Dios Todopoderoso! sos de ángeles, en actitud de es- ¡Tu trono se eleva en las alturas tar cantando y adorando a su de los cielos, y tu poder, y tu Dios. bondad y misericordia se ex- 9 Y sucedió que vio a Uno que tienden sobre todos los habitan- descendı́a del cielo, y vio que su tes de la tierra; y porque eres a resplandor era mayor que el misericordioso, no dejarás pere- del sol al mediodı́a. cer a los que aacudan a ti! 10 Y vio también que lo se- 15 Ası́ se expresaba mi padre guı́an otros adoce, cuyo brillo en alabanzas a su Dios; porque 4e Jer. 26:18; JS—H 1:20. 2 Cró. 36:14. 2 Ne. 1:4; 8a 1 Ne. 5:4. b 2 Rey. 23:27; 24:2; Hel. 8:20. gee Visión. Jer. 13:13–14; 5a gee Lehi, padre b Ezeq. 1:1; 2 Ne. 1:4. de Nefi. Hech. 7:55–56; c 2 Rey. 20:17–18; b Stg. 5:16. 1 Ne. 11:14; 2 Ne. 25:10; 6a Éx. 13:21; Hel. 5:45–49; Omni 1:15. Hel. 5:24, 43; DyC 137:1. 14a Alma 5:33–36; DyC 29:12; 9a JS—H 1:16–17. 3 Ne. 9:14. JS—H 1:16. 10a gee Apóstol. 7a Dan. 10:8; 11a Ezeq. 2:9. 1 Ne. 17:47; 12a DyC 6:15. [Aproximadamente Moisés 1:9–10; 13a 2 Rey. 24:18–20; 600 a.C.] 3 1 NEFI 1:16–2:1 su alma se regocijaba y todo sas que habı́a visto y oı́do, ası́ su corazón estaba henchido a como las que habı́a leı́do en el causa de las cosas que habı́a vis- libro, manifestaban claramente to, sı́, que el Señor le habı́a mos- la venida de un bMesı́as y tam- trado. bién la redención del mundo. 16 Y yo, Nefi, no doy cuenta 20 Y cuando los judı́os oyeron completa de lo que mi padre ha esto, se irritaron contra él, sı́, tal escrito, porque ha escrito mu- como contra los profetas de la chas cosas que vio en visiones y antigüedad, a quienes habı́an a sueños; y ha escrito también echado fuera, y apedreado, y muchas cosas que aprofetizó y matado; y procuraron también habló a sus hijos, de las que no quitarle la vida. Pero he aquı́, daré cuenta entera, yo, Nefi, os mostraré que las 17 sino que haré una relación entrañables bmisericordias del de los hechos de mi vida. He Señor se extienden sobre todos aquı́, haré un acompendio de los aquellos que, a causa de su fe, él b anales de mi padre sobre plan- ha escogido, para fortalecerlos, chas que he preparado con mis sı́, hasta tener el poder de librar- propias manos; por tanto, des- se. pués que los haya compendia- do, escribiré la historia de mi CAPÍTULO 2 propia vida. 18 Por lo tanto, quisiera que su- pieseis que después que el Se- Lehi lleva a su familia al desierto ñor hubo mostrado a mi padre junto al Mar Rojo—Abandonan Lehi tantas cosas maravillosas, sus bienes—Lehi ofrece un sacrifi- sı́, con respecto a la adestrucción cio al Señor y enseña a sus hijos a de Jerusalén, he aquı́, mi padre guardar los mandamientos—La- salió entre el pueblo y empezó a mán y Lemuel murmuran contra su b profetizar y a declararles con- padre—Nefi es obediente y ora con cerniente a lo que él habı́a visto fe; el Señor le habla y es escogido y oı́do. para gobernar a sus hermanos. 19 Y aconteció que los judı́os se PORQUE he aquı́, aconteció que a burlaron de él por las cosas que el Señor habló a mi padre, sı́, testificó de ellos, porque verda- aun en un sueño, y le dijo: Ben- deramente les testificó de sus dito eres tú, Lehi, por lo que has maldades y abominaciones; y hecho; y porque has sido fiel, y les dio testimonio de que las co- has declarado a este pueblo las 16a 1 Ne. 7:1. b gee Profecı́a, b Alma 34:38; 17a 1 Ne. 9:2–5. profetizar. DyC 46:15. b 1 Ne. 6:1–3; 19:1–6; 19a 2 Cró. 36:15–16; gee Misericordioso, 2 Ne. 5:29–33; Jer. 25:4; misericordia. DyC 10:38–46. 1 Ne. 2:13; 7:14. 18a 2 Ne. 25:9–10; b gee Mesı́as. [Aproximadamente DyC 5:20. 20a Hel. 13:24–26. 600 a.C.] 1 NEFI 2:2–13 4 cosas que yo te mandé, he aquı́, mán; y el valle se extendı́a por tratan de aquitarte la vida. las riberas del rı́o y llegaba hasta 2 Y sucedió que el Señor le cerca de su desembocadura. a mandó a mi padre, en un bsue- 9 Y cuando mi padre vio que ño, que cpartiese para el desierto las aguas del rı́o desembocaban con su familia. en la fuente del Mar Rojo, habló 3 Y aconteció que fue a obe- a Lamán, diciendo: ¡Oh, si fue- diente a la palabra del Señor; ras semejante a este rı́o, fluyen- por tanto, hizo lo que el Señor le do continuamente en la fuente mandó. de toda rectitud! 4 Y ocurrió que *salió para el 10 Y dijo también a Lemuel: desierto; y abandonó su casa, y ¡Oh, si fueras tú semejante a es- la tierra de su herencia, y su oro, te valle, firme, constante e in- su plata y sus objetos preciosos, mutable en guardar los manda- y no llevó nada consigo, salvo a mientos del Señor! su familia, y provisiones y tien- 11 Esto habló por causa de la das, y se adirigió al desierto. dureza de cerviz de Lamán y 5 Y descendió por los contor- Lemuel; pues he aquı́, a mur- nos cerca de las riberas del aMar muraban contra su bpadre en Rojo, y viajó por el desierto por muchas cosas, porque era un los lados que están más próxi- hombre cvisionario, y los habı́a mos a este mar; y viajó por el sacado de la tierra de Jerusalén, desierto con su familia, integra- abandonando la tierra de su he- da por Sarı́ah, mi madre, y rencia, y su oro, y su plata y sus b Lamán, Lemuel y Sam, mis her- objetos preciosos, para perecer manos mayores. en el desierto. Y decı́an que 6 Y aconteció que después de habı́a hecho esto por motivo de haber viajado tres dı́as por el las locas imaginaciones de su desierto, asentó su tienda en un corazón. a valle situado a la orilla de un 12 Y ası́ era como Lamán y Le- rı́o de agua. muel, que eran los mayores, 7 Y sucedió que erigió un aaltar murmuraban en contra de su de b piedras y presentó una padre; y hacı́an esto porque no ofrenda al Señor, y dio cgracias a conocı́an la manera de proce- al Señor nuestro Dios. der de aquel Dios que los habı́a 8 Y al rı́o que desaguaba en el creado. Mar Rojo dio el nombre de La- 1 3 N i c r e ı́ a n t a m p o c o q u e 2 1a 1 Ne. 7:14. 5a 1 Ne. 16:14; gracias, 2a 1 Ne. 5:8; 17:44. DyC 17:1. agradecimiento. b gee Sueños. b gee Lamán. 11a 1 Ne. 17:17. c Gén. 12:1; 6a 1 Ne. 9:1. gee Murmurar. 2 Ne. 10:20; Éter 1:42; 7a Gén. 12:7–8; Éx. 24:4; b Prov. 20:20. Abr. 2:3. Abr. 2:17. c 1 Ne. 5:2–4. 3a gee Obediencia, b Éx. 20:25; 12a Moisés 4:6. obediente, obedecer. Deut. 27:5–6. 4a 1 Ne. 10:4; 19:8. c gee Acción de [*600 a.C.] 5 1 NEFI 2:14–24 aquella gran ciudad de Jerusa- 1 8 M a s h e a q u ı́ , L a m á n y lén pudiera ser adestruida con- Lemuel no quisieron escuchar forme a las palabras de los pro- mis palabras; por lo que, aafligi- fetas; y eran semejantes a los ju- do por la dureza de sus corazo- dı́os que estaban en Jerusalén, nes, rogué al Señor por ellos. los cuales procuraban quitarle la 19 Y aconteció que el Señor vida a mi padre. me habló, diciendo: Bendito 14 Y aconteció que mi padre les eres tú, Nefi, a causa de tu afe, habló en el valle de Lemuel con porque me has buscado diligen- a poder, pues estaba lleno del Es- temente con humildad de cora- pı́ritu, al grado de que sus cuer- zón. pos btemblaron delante de él, y 20 Y según guardéis mis man- los confundió, de modo que no damientos, aprosperaréis y se- osaron hablar contra él; por tan- réis conducidos a una btierra de to, hicieron lo que él les mandó. promisión, sı́, a una tierra que 15 Y vivı́a mi padre en una yo he preparado para vosotros, tienda. una tierra escogida sobre todas 16 Y sucedió que yo, Nefi, sien- las demás. do muy joven todavı́a, aunque 21 Y según se rebelen tus her- grande de estatura, y teniendo manos contra ti, serán asepara- grandes deseos de conocer los dos de la presencia del Señor. a misterios de Dios, clamé por 22 Y según tú guardes mis tanto al Señor; y he aquı́ que mandamientos, serás puesto él me bvisitó y centerneció mi por agobernante y maestro so- corazón, de modo que dcreı́ to- bre tus hermanos. das las palabras que mi epadre 23 Porque he aquı́, el dı́a en habı́a hablado; ası́ que no me que se rebelaren contra mı́, yo rebelé en contra de él como lo los amaldeciré con penosa mal- habı́an hecho mis hermanos. dición, y no tendrán ningún 17 Y le hablé a Sam, decla- poder sobre tu posteridad, a rándole las cosas que el Señor menos que ella también se rebe- me habı́a manifestado por me- lare contra mı́. dio de su Santo Espı́ritu. Y 24 Y si tu posteridad se rebela- aconteció que él creyó en mis re contra mı́, ellos les serán por a palabras. azote a tus descendientes, para 13a Jer. 13:14; d 1 Ne. 11:5. gee Tierra Prometida. 1 Ne. 1:13. e gee Padre terrenal; 21a 2 Ne. 5:20–24; 14a gee Poder. Profeta. Alma 9:13–15; 38:1. b 1 Ne. 17:45. 18a Alma 31:24; 22a Gén. 37:8–11; 16a gee Misterios de 3 Ne. 7:16. 1 Ne. 3:29. Dios. 19a 1 Ne. 7:12; 15:11. 23a Deut. 11:28; b Sal. 8:4; 20a Josué 1:7; 1 Ne. 12:22–23; Alma 17:10; 1 Ne. 4:14; DyC 41:1. DyC 5:16. Mos. 1:7. 24a Josué 23:13; gee Revelación. b Deut. 33:13–16; Jue. 2:22–23. c 1 Rey. 18:37; 1 Ne. 5:5; 7:13; Alma 5:7. Moisés 7:17–18. [Entre 600 y 592 a.C.] 1 NEFI 3:1–13 6 b estimularlos a que se acuerden quiere, sino que es un manda- de mı́. miento del Señor. 6 Por lo tanto, ve tú, hijo mı́o, y el Señor te favorecerá porque a CAPÍTULO 3 no has murmurado. 7 Y sucedió que yo, Nefi, dije a Los hijos de Lehi vuelven a Jerusa- mi padre: aIré y haré lo que el lén para conseguir las planchas de Señor ha mandado, porque sé bronce—Labán se niega a entregar- que él nunca da bmandamientos las—Nefi exhorta y anima a sus a los hijos de los hombres sin c hermanos—Labán se apodera de prepararles la vı́a para que sus bienes y procura matarlos— cumplan lo que les ha mandado. Lamán y Lemuel golpean a Nefi y 8 Y aconteció que mi padre a Sam, y son reprendidos por un quedó altamente complacido al ángel. oı́r estas palabras, porque com- prendió que el Señor me habı́a Y ACONTECIÓ que después de ha- bendecido. blar con el Señor, yo, Nefi, volvı́ 9 Y yo, Nefi, y mis hermanos a la tienda de mi padre. emprendimos la marcha por el 2 Y sucedió que me habló, di- desierto, con nuestras tiendas, ciendo: He aquı́, he soñado un para subir a la tierra de Jerusa- a sueño, en el que el Señor me lén. ha mandado que tú y tus her- 10 Y aconteció que cuando hu- manos volváis a Jerusalén. bimos subido a la tierra de Jeru- 3 Pues he aquı́, Labán tiene los salén, yo y mis hermanos deli- anales de los judı́os, ası́ como beramos unos con otros. una agenealogı́a de mis antepa- 11 Y aechamos suertes para ver sados; y están grabados sobre cuál de nosotros irı́a a la casa de planchas de bronce. Labán. Y sucedió que la suerte 4 Por lo que el Señor me ha cayó sobre Lamán, y fue y entró mandado que tú y tus hermanos en la casa de Labán y habló con vayáis a la casa de Labán, y pro- él mientras estaba sentado en curéis los anales y los traigáis su casa. aquı́ al desierto. 12 Y le pidió a Labán los anales 5 Y he aquı́, tus hermanos mur- que estaban grabados sobre las muran, diciendo que lo que yo planchas de bronce que conte- les he requerido es cosa difı́cil; nı́an la agenealogı́a de mi padre. pero no soy yo quien se lo re- 13 Y he aquı́, aconteció que 24b 2 Ne. 5:25. 1 Rey. 17:11–15. 1 Ne. 17:3, 50; 3 2a gee Sueños. gee Fe; Obediencia, DyC 5:34. 3a 1 Ne. 5:14. obediente, obedecer. 11a Neh. 10:34; 6a gee Sostenimiento b gee Mandamientos Hech. 1:26. de lı́deres de la de Dios. 12a 1 Ne. 3:3; 5:14. Iglesia. c Gén. 18:14; 7a 1 Sam. 17:32; Filip. 4:13; [Entre 600 y 592 a.C.] 7 1 NEFI 3:14–26 a Labán se llenó de ira y lo echó anales a fin de que preserve- de su presencia; y no quiso que mos para nuestros hijos el idio- él tuviera los anales. Por tanto, ma de nuestros padres; le dijo: He aquı́, tú eres un la- 20 y también para apreservarles drón, y te voy a matar. las palabras que han salido de la 14 Pero Lamán huyó de su pre- boca de todos los santos profe- sencia, y nos contó lo que Labán tas, las cuales les han sido dadas habı́a hecho. Y empezamos a por el Espı́ritu y poder de Dios, afligirnos en extremo, y mis her- desde el principio del mundo, manos estaban a punto de vol- hasta el dı́a de hoy. ver a mi padre en el desierto. 21 Y aconteció que, hablando 15 Pero he aquı́, yo les dije: Ası́ de este modo, persuadı́ a mis como el Señor vive, y como no- hermanos a que fueran fieles en sotros vivimos, no descendere- guardar los mandamientos de mos hasta nuestro padre en el Dios. desierto hasta que hayamos 22 Y sucedió que descendimos cumplido lo que el Señor nos ha a la tierra de nuestra herencia y mandado. recogimos nuestro aoro, y nues- 16 Por tanto, seamos fieles en tra plata y todos nuestros obje- guardar los mandamientos del tos preciosos. Señor. Descendamos, pues, a la 23 Y después de haber recogi- tierra de la aherencia de nuestro do estas cosas, volvimos a la ca- padre, pues he aquı́, él dejó oro sa de Labán. y plata y toda clase de riquezas; 24 Y acaeció que entramos y ha hecho todo esto a causa de donde estaba Labán, y le pedi- los bmandamientos del Señor. mos que nos diera los anales 17 Porque sabı́a que Jerusalén que estaban grabados sobre las debe ser adestruida a causa de la a planchas de bronce, a cambio iniquidad del pueblo. de los cuales le entregarı́amos 18 Pues he aquı́, han arechaza- nuestro oro, y nuestra plata, y do las palabras de los profetas. todas nuestras cosas preciosas. Por tanto, si mi padre hubiera 25 Y aconteció que cuando La- permanecido en el paı́s después bán vio nuestros bienes, y que de habérsele bmandado salir de eran grandes en extremo, él los a él, habrı́a perecido también. Por codició; por lo que nos echó lo que ha sido necesario que sal- fuera y mandó a sus siervos que ga del paı́s. nos mataran, a fin de apoderar- 19 Y he aquı́, es prudente para se de nuestros bienes. Dios que obtengamos estos 26 Sucedió, pues, que huimos 16a 1 Ne. 2:4. b 1 Ne. 16:8. 22a 1 Ne. 2:4. b 1 Ne. 2:2; 4:34. 19a Omni 1:17; 24a 1 Ne. 3:3. 17a 2 Cró. 36:16–20; Mos. 1:2–6. 25a gee Codiciar. Jer. 39:1–9; 20a gee Escrituras—Las 1 Ne. 1:13. Escrituras deben 18a gee Rebelión. preservarse. [Entre 600 y 592 a.C.] 1 NEFI 3:27–4:3 8 delante de los siervos de Labán, hombre poderoso, y puede y nos vimos obligados a abando- mandar a cincuenta, sı́, y aun nar nuestros bienes, que caye- puede matar a cincuenta; luego, ron en manos de Labán. ¿por qué no a nosotros? 27 Y huimos al desierto sin que nos alcanzaran los siervos de Labán, y nos escondimos en la CAPÍTULO 4 oquedad de una roca. 28 Y aconteció que Lamán se Nefi mata a Labán por mandato del irritó conmigo y también con mi Señor y luego obtiene las planchas padre; y lo mismo hizo Lemuel, de bronce por una estratagema— porque se dejó llevar por las pa- Zoram opta por unirse a la familia labras de Lamán. Por tanto, La- de Lehi en el desierto. mán y Lemuel nos hablaron muchas palabras aásperas a no- Y ACONTECIÓ que hablé a mis sotros, sus hermanos menores, y hermanos diciéndoles: Subamos hasta nos golpearon con una va- de nuevo a Jerusalén, y seamos a ra. fieles en guardar los manda- 29 Y sucedió que mientras nos mientos del Señor, pues he aquı́, golpeaban con la vara, he aquı́, él es más poderoso que toda la vino un aángel del Señor y se tierra. ¿Por qué, pues, no ha de puso ante ellos, y les habló, di- ser más bpoderoso que Labán ciendo: ¿Por qué golpeáis a con sus cincuenta, o aun con sus vuestro hermano menor con decenas de millares? una vara? ¿No sabéis que el Se- 2 Subamos pues, y seamos a ñor lo ha escogido para ser bgo- fuertes como bMoisés; porque bernante sobre vosotros, y esto a él de cierto habló a las aguas del c causa de vuestras iniquidades? Mar Rojo y se apartaron a uno y He aquı́, subiréis de nuevo a Je- otro lado, y nuestros padres sa- rusalén y el Señor entregará a lieron de su cautividad sobre Labán en vuestras manos. tierra seca, y los ejércitos de Fa- 30 Y luego que nos hubo habla- raón los persiguieron y se aho- do, el aángel se fue. garon en las aguas del Mar Rojo. 31 Y después que el ángel hubo 3 He aquı́, a vosotros os consta partido, Lamán y Lemuel empe- la certeza de esto, y también sa- zaron otra vez a amurmurar, di- béis que un aángel os ha habla- ciendo: ¿Cómo es posible que el do; ¿cómo, pues, podéis dudar? S e ñ o r e n t r e g u e a L a b á n e n Subamos hasta allá; el Señor nuestras manos? He aquı́, es un puede librarnos como a nues- 28a 1 Ne. 17:17–18. 4 1a gee Valor, valiente; 1 Ne. 17:26; 29a 1 Ne. 4:3; 7:10. Fe. Mos. 7:19. gee Ángeles. b 1 Ne. 7:11–12. 3a 1 Ne. 3:29–31; 7:10. b 1 Ne. 2:22. 2a Deut. 11:8. 30a 1 Ne. 16:38. b gee Moisés. 31a gee Murmurar. c Éx. 14:21; [Entre 600 y 592 a.C.] 9 1 NEFI 4:4–17 tros padres, y destruir a Labán bién sabı́a que habı́a intentado como a los egipcios. quitarme la vida, y que él no 4 Y cuando hube hablado estas querı́a escuchar los manda- palabras, todavı́a estaban irrita- mientos del Señor; y además, se dos, y continuaron murmuran- habı́a bapoderado de nuestros do; sin embargo, me siguieron bienes. hasta que llegamos a los muros 12 Y sucedió que otra vez me de Jerusalén. dijo el Espı́ritu: Mátalo, porque 5 Y era ya de noche; e hice que el Señor lo ha puesto en tus ma- se ocultaran fuera del muro. Y nos; cuando se hubieron escondido, 13 he aquı́ que el Señor ades- yo, Nefi, entré furtivamente en truye a los bmalvados para que la ciudad y me dirigı́ a la casa de se cumplan sus justos designios. Labán. Es c preferible que muera un 6 E iba aguiado por el Espı́ritu, hombre a dejar que una nación sin bsaber de antemano lo que degenere y perezca en la incre- tendrı́a que hacer. dulidad. 7 No obstante, seguı́ adelante, 14 Y cuando yo, Nefi, hube oı́- y al acercarme a la casa de La- do estas palabras, me acordé de bán vi a un hombre, y éste habı́a las que el Señor me habı́a habla- caı́do al suelo delante de mı́, do en el desierto, diciendo: aEn porque estaba ebrio de vino. tanto que tus descendientes 8 Y al acercarme a él, hallé que guarden mis bmandamientos, c era Labán. prosperarán en la d tierra de 9 Y percibiendo su aespada, la promisión. saqué de la vaina; y el puño era 15 Sı́, y también consideré que de oro puro, labrado de una ma- no podrı́an guardar los manda- nera admirable, y vi que la hoja mientos del Señor según la ley era de un acero finı́simo. de Moisés, a menos que tuvie- 10 Y aconteció que el Espı́ritu ran esa ley. me acompelió a que matara a La- 16 Y también sabı́a que la aley bán; pero dije en mi corazón: Yo estaba grabada sobre las plan- nunca he derramado sangre hu- chas de bronce. mana. Y me sobrecogı́ y deseé 17 Y además, sabı́a que el Se- no tener que matarlo. ñor habı́a puesto a Labán en mis 11 Y el Espı́ritu me dijo de nue- manos para este fin: que yo ob- vo: He aquı́ el aSeñor lo ha pues- tuviese los anales, de acuerdo to en tus manos. Sı́, y yo tam- con sus mandamientos. 6a gee Espı́ritu Santo; 13a 1 Ne. 17:33–38; de Dios. Inspiración, inspirar. DyC 98:31–32. c 1 Ne. 2:20. b Heb. 11:8. b gee Inicuo, iniquidad. d 1 Ne. 17:13–14; 9a 2 Ne. 5:14; DyC 17:1. c Alma 30:47. Jacob 2:12. 10a Alma 14:11. 14a Omni 1:6; Mos. 2:22; 16a gee Ley de Moisés. 11a 1 Sam. 17:41–49. Éter 2:7–12. b 1 Ne. 3:26. b gee Mandamientos [Entre 600 y 592 a.C.] 1 NEFI 4:18–34 10 18 Por lo que, obedeciendo la quien yo habı́a matado, me si- voz del Espı́ritu y cogiendo guió. a Labán por los cabellos, le cor- 27 Y me habló muchas veces t é l a c a b e z a c o n s u p r o p i a acerca de los ancianos de los ju- a espada. dı́os, mientras me dirigı́a hacia 19 Y después que le hube cor- donde estaban mis hermanos tado la cabeza con su propia es- fuera de las murallas. pada, tomé las ropas de Labán y 28 Y aconteció que cuando La- me vestı́ con ellas, poniéndome- mán me vio, se asustó en extre- las todas, y me ceñı́ los lomos mo, lo mismo que Lemuel y con su armadura. Sam; y huyeron de mi presen- 20 Y cuando hube hecho todo cia, porque creı́an que era La- esto, me dirigı́ al lugar donde se bán, y que me habı́a quitado la hallaba el tesoro de Labán. Y al vida, e iba a matarlos también a acercarme a ese sitio, encontré ellos. al asiervo de Labán que guarda- 29 Y aconteció que los llamé, y ba las llaves del tesoro, e imitan- ellos me oyeron; por tanto, cesa- do la voz de su amo, le mandé ron de huir de mi presencia. que me acompañara al lugar del 30 Y cuando el siervo de Labán tesoro. vio a mis hermanos, empezó a 21 Y él supuso que yo era su temblar, y estaba a punto de amo Labán, pues vio la ropa y huir de mı́ y volver a la ciudad también la espada ceñida a mi de Jerusalén. cintura. 31 Y yo, Nefi, siendo un hom- 22 Y me habló concerniente a bre grande de estatura, y ha- los ancianos de los judı́os, por- biendo recibido mucha afuerza que sabı́a que su amo Labán ha- del Señor, prendı́ al siervo de bı́a estado entre ellos durante la Labán y lo detuve para que no noche. se escapara. 23 Y le hablé como si yo hubie- 32 Y sucedió que le dije que si se sido Labán. querı́a escuchar mis palabras, 24 Y también le dije que yo te- ası́ como vive el Señor, y como nı́a que llevar los grabados, que vivo yo, que si prestaba aten- estaban sobre las aplanchas de ción a nuestras palabras, le per- bronce, a mis hermanos mayo- donarı́amos la vida. res que se hallaban del otro lado 33 Y le hablé, sı́, le hice ajura- de las murallas. mento de que no tenı́a por qué 25 Y también le mandé que me temer; que serı́a libre como no- siguiera. sotros si descendı́a con nosotros 26 Y creyendo él que me refe- al desierto. rı́a a los hermanos de la iglesia, 34 Y también le dije: Cierta- y que era en verdad Labán, a mente el Señor nos ha amanda- 18a 1 Sam. 17:51. 5:10–22. 33a gee Juramento. 20a 2 Ne. 1:30. 31a Mos. 9:17; 34a 1 Ne. 2:2; 3:16. 24a 1 Ne. 3:12, 19–24; Alma 56:56. [Entre 600 y 592 a.C.] 11 1 NEFI 4:35–5:6 do hacer esto, y ¿no debemos za acerca de sus descendientes y de ser diligentes en guardar los la preservación de las planchas. mandamientos del Señor? Por lo tanto, si desciendes al desier- Y ACONTECIÓ que después de ha- to adonde está mi padre, habrá ber viajado por el desierto hasta lugar para ti entre nosotros. donde estaba nuestro padre, he 35 Y sucedió que aZoram cobró aquı́, éste se llenó de gozo; y ánimo al oı́r las palabras que le también mi madre aSarı́ah se re- hablé. Ahora bien, Zoram era el gocijó en extremo, porque ver- nombre de este siervo; y prome- daderamente se habı́a afligido tió que descenderı́a al desierto a por nosotros; donde estaba nuestro padre. Sı́, 2 porque creı́a que habı́amos y también nos hizo juramento perecido en el desierto, y tam- de que permanecerı́a desde en- bién se habı́a quejado mucho tonces con nosotros. contra mi padre, acusándolo de 36 Ahora bien, deseábamos visionario, diciendo: Tú nos has que permaneciera con nosotros sacado de la tierra de nuestra por esta razón: que los judı́os no herencia, y mis hijos ya no exis- supieran de nuestra huida al de- ten y nosotros pereceremos en sierto, no fuera que nos persi- el desierto. guieran y nos destruyeran. 3 Y según esta manera de ha- 37 Y aconteció que cuando blar, mi madre se habı́a quejado Zoram se ajuramentó, cesaron contra mi padre. nuestros temores con respecto a 4 Y habı́a sucedido que mi pa- él. dre le habı́a hablado, diciendo: 38 Y sucedió que tomamos las Sé que soy hombre avisionario, planchas de bronce y al siervo porque si no hubiera visto las de Labán, y partimos para el de- cosas de Dios en una bvisión, no sierto y viajamos hacia la tienda habrı́a conocido su bondad, sino de nuestro padre. que hubiera permanecido en Je- rusalén y perecido con mis her- CAPÍTULO 5 manos. 5 Pero he aquı́, he obtenido Sarı́ah se queja contra Lehi— Am- una atierra de promisión y me bos se regocijan por el regreso de regocijo en estas cosas; sı́, y yo b sus hijos—Ofrecen sacrificios— sé que el Señor librará a mis hi- Las planchas de bronce contienen jos de las manos de Labán, y los los escritos de Moisés y de los profe- hará volver a nosotros en el de- tas—En ellas se indica que Lehi es sierto. descendiente de José—Lehi profeti - 6 Y con estas palabras mi padre 35a 1 Ne. 16:7; gee Juramento. 22–23. 2 Ne. 5:5–6. 5 1a gee Sarı́ah. gee Tierra prometida. gee Zoram, 4a 1 Ne. 2:11. b gee Fe. zoramitas. b 1 Ne. 1:8–13. 37a Josué 9:1–21; gee Visión. Ecle. 5:4. 5a 1 Ne. 2:20; 18:8, [Entre 600 y 592 a.C.] 1 NEFI 5:7–16 12 Lehi consoló a mi madre Sarı́ah, Adán y Eva, nuestros primeros con respecto a nosotros, mien- padres; tras viajábamos por el desierto 12 y asimismo la ahistoria de los hacia la tierra de Jerusalén para judı́os desde su principio, aun obtener los anales de los judı́os; hasta el comienzo del reinado 7 y cuando volvimos a la tien- de Sedequı́as, rey de Judá; da de mi padre, se llenaron de 13 y también las profecı́as de gozo; y mi madre se consoló. los santos profetas desde el 8 Y ella habló, diciendo: Ahora principio, hasta comenzar el rei- sé con certeza que el Señor ha nado de aSedequı́as, y muchas a mandado a mi marido que hu- profecı́as declaradas por boca ya al desierto; sı́, y también sé de bJeremı́as. de seguro que el Señor ha prote- 14 Y aconteció que mi padre gido a mis hijos, los ha librado Lehi también halló sobre las a de las manos de Labán y les ha planchas de bronce la genealo- dado poder para bllevar a cabo gı́a de sus padres, por lo que su- lo que el Señor les ha mandado. po que descendı́a de bJosé, sı́, Y según esta manera de hablar aquel José que era hijo de cJacob, se expresó ella. que fue dvendido para Egipto y e 9 Y aconteció que se regocija- preservado por la mano del ron en extremo, y ofrecieron Señor para que salvara del ham- a sacrificios y holocaustos al Se- bre a su padre Jacob y a toda su ñor; y dieron bgracias al Dios de casa. Israel. 15 Y también fueron alibrados 10 Y después de haber dado del cautiverio y conducidos gracias al Dios de Israel, mi pa- fuera del paı́s de Egipto por el dre Lehi tomó los anales que es- mismo Dios que los habı́a pre- taban grabados sobre las aplan- servado. chas de bronce, y los examinó 16 Ası́ fue que mi padre Lehi desde el principio. descubrió la genealogı́a de sus 11 Y vio que contenı́an los cin- antepasados. Y Labán también co alibros de Moisés, los cuales era descendiente de aJosé, por lo relataban la historia de la crea- que él y sus padres habı́an lleva- ción del mundo, y también de do los anales. 8a 1 Ne. 2:2. 12a 1 Cró. 9:1. gee José, hijo de b 1 Ne. 3:7. gee Escrituras. Jacob. 9a Mos. 2:3; 13a 2 Rey. 24:18; c gee Jacob, hijo de 3 Ne. 9:19–20. Jer. 37:1. Isaac. gee Ley de Moisés. b Esd. 1:1; d Gén. 37:29–36. b gee Acción de Jer. 36:17–32; e Gén. 45:4–5. gracias, 1 Ne. 7:14; 15a Éx. 13:17–18; agradecimiento. Hel. 8:20. Amós 3:1–2; 10a 1 Ne. 4:24, 38; 13:23. 14a 1 Ne. 3:3, 12. 1 Ne. 17:23–31; gee Planchas de gee Planchas de DyC 103:16–18; 136:22. bronce. bronce. 16a 1 Ne. 6:2. 11a 1 Ne. 19:23. b 2 Ne. 3:4; gee Pentateuco. Alma 10:3. [Entre 600 y 592 a.C.] 13 1 NEFI 5:17–6:6 17 Y cuando mi padre vio to- AHORA bien, yo, Nefi, no doy la das estas cosas, fue lleno del Es- genealogı́a de mis padres en a pı́ritu y empezó a profetizar esta parte de mis anales; ni acerca de sus descendientes: tampoco la daré en ningún otro 18 Que estas planchas de bron- momento sobre estas bplanchas ce irı́an a todas las naciones, tri- que estoy escribiendo, porque bus, lenguas y pueblos que fue- se halla en los anales que mi cpa- ran de su simiente. dre ha llevado, y por eso no la 19 Por tanto, dijo que estas escribo en esta obra. planchas anunca perecerı́an, ni 2 Básteme decir que somos jamás el tiempo las empañarı́a. descendientes de aJosé. Y profetizó muchas cosas en 3 Y no me parece importante cuanto a su posteridad. ocuparme en una narración 20 Y sucedió que hasta este completa de todas las cosas de punto mi padre y yo habı́amos mi padre, porque no se pueden guardado los mandamientos que escribir sobre aestas planchas, el Señor nos habı́a mandado. pues deseo el espacio para 21 Y habı́amos obtenido los escribir acerca de las cosas de anales que el Señor nos habı́a Dios. mandado, y los escudriñamos y 4 Porque toda mi intención es descubrimos que eran desea- a persuadir a los hombres a que bles; sı́, de gran avalor para no- b vengan al Dios de Abraham, y sotros, por motivo de que po- al Dios de Isaac, y al Dios de Ja- drı́amos bpreservar los manda- cob, y sean salvos. mientos del Señor para nuestros 5 De modo que no escribo las hijos. cosas que aagradan al mundo, 22 Por lo tanto, fue en la sabi- sino las que agradan a Dios y a durı́a del Señor que los llevára- los que no son del mundo. mos con nosotros mientras via- 6 Por tanto, daré un manda- jábamos por el desierto hacia la miento a mis descendientes de tierra de promisión. que no ocupen estas planchas con cosas que no sean de valor CAPÍTULO 6 para los hijos de los hombres. Nefi escribe acerca de las cosas de CAPÍTULO 7 Dios—El propósito de Nefi es per- suadir a los hombres a venir al Dios Los hijos de Lehi vuelven a Jerusa- de Abraham y ser salvos. lén e invitan a Ismael y a su familia 19a Alma 37:4–5. c 1 Ne. 1:16–17; la portada del Libro 21a gee Escrituras—El 19:1–6. de Mormón. valor de las 2a 1 Ne. 5:14–16. b 2 Ne. 9:41, 45, 51. escrituras. 3a Jacob 7:27; 5a 1 Tes. 2:4; b 2 Ne. 25:26. Jarom 1:2, 14; P. de Morm. 1:4. 6 1a 2 Ne. 4:14–15. Omni 1:30. b 1 Ne. 9:2. 4a Juan 20:30–31. Véase [Entre 600 y 592 a.C.] 1 NEFI 7:1–12 14 a unirse a ellos en su viaje—Lamán desierto a la tienda de nuestro y otros se rebelan—Nefi exhorta a padre. sus hermanos a tener fe en el Se- 6 Y mientras ı́bamos por el de- ñor—Lo atan con cuerdas y proyec- sierto, he aquı́ que Lamán y Le- tan quitarle la vida—Es librado por muel, dos de las hijas, y los dos a el poder de la fe—Sus hermanos le hijos de Ismael y sus familias se piden perdón—Lehi y los que lo rebelaron contra nosotros, es acompañan ofrecen sacrificios y ho- decir, contra mı́, Nefi, y contra locaustos. Sam y contra Ismael, y su esposa y sus otras tres hijas. Y AHORA quisiera que supieseis 7 Y aconteció que en su rebe- que cuando mi padre Lehi hu- lión deseaban regresar a la tierra bo concluido de aprofetizar con- de Jerusalén. cerniente a su posteridad, el 8 Y yo, Nefi, aafligido por la du- Señor le habló de nuevo, dicien- reza de sus corazones, les hablé, do que no convenı́a que él, sı́, a Lamán y a Lemuel, dicien- Lehi, llevase a su familia sola al do: He aquı́, vosotros sois mis desierto; sino que sus hijos hermanos mayores y ¿cómo es debı́an tomar bmujeres por ces- que sois tan duros de corazón, y posas para levantar posteridad tan ciegos de entendimiento, para el Señor en la tierra de pro- que tenéis necesidad de que yo, misión. vuestro hermano menor, tenga 2 Y aconteció que el Señor le que hablaros, sı́, y daros el ejem- a mandó que yo, Nefi, y mis plo? hermanos volviésemos a la 9 ¿Cómo es que no habéis escu- tierra de Jerusalén, y llevára- chado la palabra del Señor? mos a Ismael y su familia al de- 10 ¿Cómo es que os habéis aol- sierto. vidado de haber visto a un án- 3 Y aconteció que yo, Nefi, y gel del Señor? mis hermanos viajamos aotra 11 Sı́, y ¿cómo es que habéis ol- vez por el desierto para subir a vidado cuán grandes cosas el Jerusalén. Señor ha hecho por nosotros, a 4 Y sucedió que llegamos a la librándonos de las manos de casa de Ismael, y hallamos favor Labán, y también ayudándonos ante sus ojos, de modo que pu- a obtener los anales? dimos anunciarle las palabras 12 Sı́, y ¿cómo es que habéis ol- del Señor. vidado que el Señor tiene poder 5 Y el Señor ablandó el corazón de hacer todas las acosas según de Ismael y los de su casa; por su voluntad, para los hijos de tanto, viajaron con nosotros al los hombres, si es que ejercen la 7 1a 1 Ne. 5:17–19. 6a 2 Ne. 4:10. 11a 1 Ne. 4. b 1 Ne. 16:7. 8a Alma 31:2; 12a 1 Ne. 17:50; c gee Matrimonio. Moisés 7:41. Alma 26:12. 2a 1 Ne. 16:7–8. 10a Deut. 4:9; 3a 1 Ne. 3:2–3. 1 Ne. 3:29; 4:3. [Entre 600 y 592 a.C.] 15 1 NEFI 7:13–22 b fe en él? Por tanto, seámosle Señor, diciendo: ¡Oh Señor, se- fieles. gún mi fe en ti, lı́brame de las 13 Y si es que le somos fieles, manos de mis hermanos; sı́, da- obtendremos la atierra de pro- me fuerzas para aromper estas misión; y sabréis en un tiempo ligaduras que me sujetan! venidero que será cumplida la 18 Y cuando hube pronuncia- palabra del Señor respecto a la do estas palabras, he aquı́, fue- b destrucción de Jerusalén; por- ron sueltas las ligaduras de mis que todo cuanto el Señor ha di- manos y de mis pies, y ponién- cho respecto de su destrucción dome delante de mis hermanos, se cumplirá. les hablé otra vez. 14 Pues he aquı́, el Espı́ritu del 19 Y aconteció que se enfure- Señor pronto cesará de luchar cieron conmigo de nuevo y tra- con ellos; porque han arechaza- taron de apoderarse de mı́; pero do a los profetas y han arrojado he aquı́, una de las ahijas de Is- a bJeremı́as en una prisión. Y mael, sı́, y también su madre y han procurado quitarle la cvida uno de los hijos de Ismael, su- a mi padre, hasta el punto de plicaron a mis hermanos de tal hacerlo huir del paı́s. manera que ablandaron sus co- 15 Y ahora bien, he aquı́ os di- razones, y cesaron en sus es- go que si volvéis a Jerusalén, fuerzos por quitarme la vida. también pereceréis con ellos. Ası́ 20 Y sucedió que se sintieron pues, si lo preferı́s, subid allá, y apesadumbrados de su maldad, recordad las palabras que os ha- al grado de que se humillaron blo, que si vais, también perece- delante de mı́, suplicándome réis; porque ası́ me constriñe a que les perdonara aquello que hablar el Espı́ritu del Señor. habı́an hecho conmigo. 16 Y aconteció que cuando yo, 21 Y aconteció que les aperdo- Nefi, hube hablado estas pala- né sinceramente todo cuanto bras a mis hermanos, se irritaron me habı́an hecho, y los exhorté contra mı́. Y se lanzaron sobre a que pidieran al Señor su Dios mı́, porque se habı́an enojado que los perdonara. Y aconteció en extremo, y me aataron con que ası́ lo hicieron. Y después de cuerdas, pues intentaban quitar- haber orado al Señor, empren- me la vida, para luego abando- dimos otra vez la marcha hacia narme en el desierto, a fin de la tienda de nuestro padre. que fuera devorado por anima- 22 Y aconteció que bajamos a les salvajes. la tienda de nuestro padre; y 17 Pero aconteció que oré al cuando yo, mis hermanos y to- 12b 1 Ne. 3:7; 15:11. Hel. 8:20–21. 16a 1 Ne. 18:11–15. 13a 1 Ne. 2:20. 14a Ezeq. 5:6; 17a Alma 14:26–28. gee Tierra prometida. 1 Ne. 1:18–20; 2:13. 19a 1 Ne. 16:7. b 2 Rey. 25:1–21; gee Rebelión. 21a gee Perdonar. 2 Ne. 6:8; 25:10; b Jer. 37:15–21. Omni 1:15; c 1 Ne. 2:1. [Entre 600 y 592 a.C.] 1 NEFI 8:1–12 16 da la casa de Ismael hubimos lle- me pareció ver en mi sueño un gado a la tienda de mi padre, desierto obscuro y lúgubre. ellos dieron agracias al Señor su 5 Y aconteció que vi a un hom- Dios; y le ofrecieron bsacrificios bre vestido con un amanto blan- y holocaustos. co, el cual llegó y se puso delan- te de mı́. 6 Y sucedió que me habló y me CAPÍTULO 8 mandó que lo siguiera. 7 Y aconteció que mientras lo Lehi ve una visión del árbol de la seguı́a, vi que me hallaba en un vida—Come de su fruto y desea que desierto obscuro y lúgubre. su familia haga lo mismo—Ve una 8 Y después de haber camina- barra de hierro, un sendero estrecho do en la obscuridad por el espa- y angosto y el vapor de tinieblas que cio de muchas horas, empecé a envuelve a los hombres—Sarı́ah, implorarle al Señor que tuviera Nefi y Sam comen del fruto, pero a compasión de mı́, de acuerdo Lamán y Lemuel no quieren hacer- con la multitud de sus tiernas lo. misericordias. Y ACONTECIÓ que habı́amos re- 9 Y aconteció que después de cogido toda suerte de semillas haber orado al Señor, vi un a de toda especie, tanto de granos campo grande y espacioso. de todas clases, como de todo 10 Y sucedió que vi un aárbol género de frutas. cuyo bfruto era deseable para 2 Y sucedió que mientras mi hacer a uno feliz. padre estaba en el desierto, nos 11 Y aconteció que me adelan- habló, diciendo: He aquı́, he aso- té y comı́ de su afruto; y percibı́ ñado un sueño o, en otras pala- que era de lo más dulce, supe- bras, he visto una bvisión. rior a todo cuanto yo habı́a pro- 3 Y he aquı́, a causa de las cosas bado antes. Sı́, y vi que su fruto que he visto, tengo por qué re- era blanco, y excedı́a a toda b gocijarme en el Señor por moti- blancura que yo jamás hubiera vo de aNefi y de Sam; porque visto. tengo razón para suponer que 12 Y al comer de su fruto, mi ellos y también muchos de sus alma se llenó de un agozo in- descendientes se salvarán. menso; por lo que bdeseé que 4 Pero he aquı́, aLamán y Le- participara también de él mi fa- muel, temo en gran manera por milia, pues sabı́a que su fruto causa de vosotros; pues he aquı́, era cpreferible a todos los demás. 22a gee Acción de gracias, 4a 1 Ne. 8:35–36. gee Árbol de la vida. agradecimiento. 5a JS—H 1:30–32. b Alma 32:41–43. b 1 Ne. 5:9. 8a gee Misericordia, 11a Alma 5:34. 8 2a gee Sueños; misericordioso. b 1 Ne. 11:8. Revelación. 9a Mateo 13:38. 12a gee Gozo. b 1 Ne. 10:17. 10a Gén. 2:9; b Alma 36:24. gee Visión. Apoc. 2:7; 22:2; 3a 1 Ne. 8:14–18. 1 Ne. 11:4, 8–25. [Entre 600 y 592 a.C.] 17 1 NEFI 8:13–26 13 Y al dirigir la mirada en me hallaba; y también pasaba derredor, por si acaso descubrı́a por donde brotaba el manantial a mi familia también, vi un arı́o hasta un bcampo grande y espa- de agua; y corrı́a cerca del ár- cioso a semejanza de un mun- bol de cuyo fruto yo estaba do. comiendo. 21 Y vi innumerables concur- 14 Y miré para ver de dónde sos de gentes, muchas de las procedı́a, y vi su fuente no cuales se estaban apremiando a muy lejos de mı́; y en su ma- fin de llegar al a sendero que nantial vi a vuestra madre, Sa- conducı́a al árbol al lado del rı́ah, y a Sam y a Nefi; y esta- cual me hallaba. ban allı́ como si no supieran a 22 Y aconteció que se adelanta- dónde ir. ron y emprendieron la marcha 15 Y aconteció que les hice se- por el sendero que conducı́a al ñas y también les dije en voz al- árbol. ta que vinieran hacia mı́ y parti- 23 Y ocurrió que surgió un ava- ciparan de aquel fruto que era por de tinieblas, sı́, un suma- preferible a todos los demás. mente extenso vapor de tinie- 16 Y sucedió que vinieron ha- blas, tanto ası́ que los que ha- cia mı́ y también comieron del bı́an entrado en el sendero se fruto del árbol. apartaron del camino, de mane- 17 Y aconteció que yo sentı́ de- ra que se desviaron y se perdie- seos de que Lamán y Lemuel vi- ron. nieran y comieran también de 24 Y sucedió que vi a otros que aquel fruto; por tanto, dirigı́ la se adelantaban, y llegaron y se vista hacia el manantial del rı́o asieron del extremo de la barra por si acaso los veı́a. de hierro, y avanzaron a través 18 Y aconteció que los vi, pero del vapor de tinieblas, asidos a a no quisieron venir hacia mı́ pa- la barra de hierro, hasta que lle- ra comer del fruto. garon y participaron del afruto 19 Y percibı́ una abarra de hie- del árbol. rro que se extendı́a por la orilla 25 Y después de haber comido del rı́o y conducı́a al árbol don- del fruto del árbol, miraron en de yo estaba. derredor de ellos, como si se ha- 20 Y vi también un sendero llasen aavergonzados. a estrecho y angosto que corrı́a a 26 Y yo también dirigı́ la mira- un lado de la barra de hierro da alrededor, y vi del otro lado hasta el árbol, al lado del cual del rı́o un edificio grande y aes- 12c 1 Ne. 15:36. 15:23–24. 2 Tim. 1:8; 13a 1 Ne. 12:16–18; 20a Mateo 7:14; Alma 46:21; 15:26–29. 2 Ne. 31:17–20. Morm. 8:38. 18a 2 Ne. 5:20–25. b Mateo 13:38. 26a 1 Ne. 11:35–36; 12:18. 19a Sal. 2:9; 21a gee Camino (vı́a). Apoc. 12:5; 23a 1 Ne. 12:17; 15:24. tjs, Rev. 19:15; 24a 1 Ne. 8:10–12. 1 Ne. 8:30; 11:25; 25a Rom. 1:16; [Entre 600 y 592 a.C.] 1 NEFI 8:27–38 18 pacioso que parecı́a erguirse en 33 Y grande era la multitud el aire, a gran altura de la tierra. que entraba en aquel singular 27 Y estaba lleno de personas, edificio. Y después de entrar en tanto ancianas como jóvenes, él nos señalaban con dedo de a hombres ası́ como mujeres; y la escarnio a mı́ y también a los ropa que vestı́an era excesiva- que participaban del fruto; pero mente fina; y se hallaban en aac- no les hicimos caso. titud de estar burlándose y se- 34 Éstas son las palabras de mi ñalando con el dedo a los que padre: Pues todos los que les a habı́an llegado hasta el fruto y hicieron caso se perdieron. estaban comiendo de él. 35 Y ni aLamán ni Lemuel co- 28 Y después que hubieron mieron del fruto, dijo mi padre. a probado del fruto, se bavergon- 36 Y aconteció que luego que zaron a causa de los que se mo- mi padre hubo relatado todas las faban de ellos; y ccayeron en palabras de su sueño o visión, senderos prohibidos y se per- que fueron muchas, nos dijo que dieron. a causa de estas cosas que habı́a 29 Y ahora bien, yo, Nefi, no visto en la visión, temı́a en gran relato atodas las palabras de mi manera por Lamán y Lemuel; sı́, padre; temı́a que fueran desterrados de 30 pero para ser breve en lo la presencia del Señor. que escribo, he aquı́, él vio otras 37 Y entonces los exhortó, con multitudes que avanzaban; y todo el sentimiento de un tierno a llegaron y se agarraron del ex- padre, a que escucharan sus tremo de la abarra de hierro; y consejos, para que quizá el Se- siguieron hacia adelante, asidos ñor tuviera misericordia de ellos constantemente a la barra de y no los desechara; sı́, mi padre hierro, hasta que llegaron, y se les predicó. postraron, y comieron del fruto 38 Y después de haberles pre- del árbol. dicado, y también profetizado 31 Y vio también otras amulti- de muchas cosas, les mandó que tudes que se dirigı́an a tientas guardaran los mandamientos hacia el grande y espacioso edi- del Señor; y cesó de hablarles. ficio. 32 Y aconteció que muchos se ahogaron en las profundidades CAPÍTULO 9 de la afuente; y muchos otros desaparecieron de su vista, des- Nefi prepara dos juegos de anales— viándose por senderos extraños. A cada uno se da el nombre de plan - 27a gee Orgullo. 29a 1 Ne. 1:16–17. 34a Éx. 23:2. 28a 2 Pe. 2:19–22. 30a 1 Ne. 15:23–24. 35a 1 Ne. 8:17–18; b Marcos 4:14–20; 8:38; 31a Mateo 7:13. 2 Ne. 5:19–24. Lucas 8:11–15; 32a 1 Ne. 15:26–29. 37a gee Familia; Padres. Juan 12:42–43. 33a gee Persecución, c gee Apostası́a. perseguir. [Entre 600 y 592 a.C.] 19 1 NEFI 9:1–10:1 chas de Nefi—Las planchas mayo- guerras y contenciones de mi res contienen una historia seglar; pueblo. las menores tienen que ver princi- 5 Por tanto, el Señor me ha palmente con cosas sagradas. mandado hacer estas planchas Y TODAS estas cosas mi padre para un asabio propósito suyo, vio, oyó y dijo mientras vivı́a en el cual me es desconocido. una tienda en el avalle de Le- 6 Pero el Señor asabe todas las muel, como también muchı́si- cosas desde el principio; por mas otras cosas más que no se tanto, él prepara la vı́a para rea- pueden escribir sobre estas lizar todas sus obras entre los hi- planchas. jos de los hombres; porque, he 2 Ahora bien, ya que he habla- aquı́, él tiene todo bpoder para el do de estas planchas, he aquı́, cumplimiento de todas sus pala- no son las mismas sobre las que bras. Y ası́ es. Amén. escribo la historia completa de mi pueblo; pues a aaquéllas en CAPÍTULO 10 que hago la relación completa de mi pueblo he dado el nombre de Nefi; y por tanto, se llaman Lehi predice la cautividad en Babi- las planchas de Nefi, conforme a lonia—Habla de la venida entre los mi propio nombre; y estas plan- judı́os de un Mesı́as, un Salvador, chas también se llaman las plan- un Redentor—Lehi habla también chas de Nefi. de la venida del que bautizarı́a al 3 Sin embargo, he recibido un Cordero de Dios—Lehi habla de la mandato del Señor de que hicie- muerte y de la resurrección del Me- ra estas planchas para el aobjeto sı́as—Compara el esparcimiento y especial de que se grabase una el recogimiento de Israel con un oli- relación del bministerio de mi vo—Nefi habla acerca del Hijo de pueblo. Dios, del don del Espı́ritu Santo y 4 Sobre las otras planchas se de la necesidad de que haya recti- debe grabar la historia del reina- tud. do de los reyes, y las guerras y Y AHORA yo, Nefi, procedo a ha- contiendas de mi pueblo; por lo cer un relato sobre aestas plan- tanto, estas planchas son mayor- chas de la historia de mis he- mente para el ministerio; y las chos, y mi reinado y ministerio; a otras son principalmente para ası́ pues, para continuar con mi el reinado de los reyes, y las relación, debo decir algo más 9 1a 1 Ne. 2:4–6, 8, 14–15; b 1 Ne. 6:3. Moisés 1:6, 35. 16:6. 4a Jacob 1:2–4; gee Omnisciente. 2a 1 Ne. 19:2, 4; P. de Morm. 1:10. b Mateo 28:18. Jacob 3:13–14; 5a 1 Ne. 19:3; 10 1a 1 Ne. 9:1–5; 19:1–6; P. de Morm. 1:2–11; P. de Morm. 1:7; Jacob 1:1–4. DyC 10:38–40. Alma 37:2, 12, 14. gee Planchas. 6a 2 Ne. 9:20; 3a DyC 3:19. DyC 38:2; [Entre 600 y 592 a.C.] 1 NEFI 10:2–11 20 acerca de las cosas de mi padre ra siempre, a menos que confia- y también de mis hermanos. se en este Redentor. 2 Porque he aquı́, aconteció 7 Y también les habló acerca de que luego que mi padre hubo un aprofeta que habrı́a de prece- concluido de relatar acerca de der al Mesı́as, para preparar la su asueño, y también de exhor- vı́a del Señor; tarlos a ejercer toda diligencia, 8 sı́, y que saldrı́a y proclamarı́a les habló acerca de los judı́os, en el desierto: aPreparad el ca- 3 que después que fuesen des- mino del Señor y enderezad sus truidos, sı́, esa gran ciudad de sendas, porque entre vosotros se a Jerusalén, y muchos de ellos halla uno a quien no conocéis; fuesen bllevados cautivos a cBa- y más poderoso es que yo, y bilonia, dvolverı́an otra vez de de quien no soy digno de desa- acuerdo con el propio y debido tar la correa de su zapato. Y mi tiempo del Señor, sı́, volverı́an padre habló mucho tocante a de su cautividad; y después de esta cosa. volver de su cautividad, posee- 9 Y mi padre dijo que bautiza- rı́an otra vez la tierra de su he- rı́a en aBetábara, del otro lado rencia. del Jordán; y también dijo que 4 Sı́, aseiscientos años después b bautizarı́a con agua; que aun de la partida de mi padre de bautizarı́a al Mesı́as con agua; Jerusalén, el Señor Dios levanta- 10 y que después de haber rı́a a un bprofeta entre los judı́os: bautizado al Mesı́as con agua, sı́, un cMesı́as, o, en otras pala- verı́a y darı́a testimonio de ha- bras, un Salvador del mundo. ber bautizado al aCordero de 5 Y también habló concer- Dios, que quitarı́a los pecados niente a los profetas: del gran del mundo. número que habı́a atestificado 11 Y aconteció que luego que de estas cosas referentes a este mi padre hubo dicho estas pala- Mesı́as de quien él habı́a habla- bras, habló a mis hermanos to- do, o sea, de este Redentor del cante al evangelio que serı́a pre- mundo. dicado entre los judı́os, y tam- 6 Por lo tanto, todo el género bién concerniente a que los ju- humano se hallaba en un estado dı́os adegenerarı́an en la bincre- perdido y acaı́do, y lo estarı́a pa- dulidad. Y luego que hubiesen 2a 1 Ne. 8. 2 Ne. 6:8–9. 7a 1 Ne. 11:27; 3a Ester 2:6; 4a 1 Ne. 19:8; 2 Ne. 31:4. 2 Ne. 6:8; 2 Ne. 25:19; 3 Ne. 1:1. 8a Isa. 40:3; Hel. 8:20–21. b 1 Ne. 22:20–21. Mateo 3:1–3. b 2 Ne. 25:10. c gee Mesı́as. 9a Juan 1:28. gee Cronologı́a— 5a Jacob 7:11; b gee Juan el Bautista. 587 a.c. Mos. 13:33; 10a gee Cordero de Dios. c Ezeq. 24:2; Hel. 8:19–24; 11a Jacob 4:14–18. 1 Ne. 1:13; 3 Ne. 20:23–24. b Morm. 5:14. Omni 1:15. 6a gee Caı́da de Adán d Jer. 29:10; y Eva. [Entre 600 y 592 a.C.] 21 1 NEFI 10:12–18 c dado muerte al Mesı́as que ha- cosas que no escribo en este li- brı́a de venir, y después de ha- bro; porque he escrito en mi ber sido muerto, dresucitarı́a de a otro libro cuanto me pareció entre los muertos y se manifes- conveniente. tarı́a a los gentiles por medio del 16 Y todas estas cosas, de las e Espı́ritu Santo. cuales he hablado, sucedieron 12 Sı́, mucho habló mi padre mientras mi padre vivı́a en una acerca de los gentiles y también tienda en el valle de Lemuel. de la casa de Israel, que se les 17 Y aconteció que después compararı́a a un aolivo, cuyas que yo, Nefi, hube oı́do todas ramas serı́an desgajadas y bes- las apalabras de mi padre con- parcidas sobre toda la faz de la cernientes a las cosas que habı́a tierra. visto en su bvisión, y también las 13 Por tanto, dijo que era nece- cosas que habló por el poder del sario que fuéramos conducidos Espı́ritu Santo, poder que reci- unánimemente a la atierra de bió por la fe que tenı́a en el Hijo promisión, para que se cumplie- de Dios —y el Hijo de Dios era se la palabra del Señor de que el cMesı́as que habrı́a de venir— serı́amos dispersados sobre toda yo, Nefi, sentı́ deseos de que la faz de la tierra. también yo viera, oyera y supie- 14 Y que después que la casa ra de estas cosas, por el poder de Israel fuese esparcida, serı́a del Espı́ritu Santo, que es el de nuevo arecogida; o, en una d don de Dios para todos aque- palabra, después que los bgenti- llos que lo buscan ediligente- les hubiesen recibido la pleni- mente, tanto en tiempos fpasa- tud del evangelio, las ramas na- dos como en el tiempo en que se turales del colivo, o sea, los res- manifieste él mismo a los hijos tos de la casa de Israel, serı́an de los hombres. injertados, o llegarı́an al conoci- 18 Porque él es siempre el amis- miento del verdadero Mesı́as, su mo ayer, hoy y para siempre; y Señor y su Redentor. la vı́a ha sido preparada para to- 15 Y con estas palabras mi pa- dos los hombres desde la funda- dre profetizó y habló a mis her- ción del mundo, si es que se manos, y también muchas otras arrepienten y vienen a él. 11c gee Jesucristo; esparcimiento de 17a Enós 1:3; Alma 36:17. Crucifixión. Israel. b 1 Ne. 8:2. d gee Resurrección. 13a 1 Ne. 2:20. c gee Mesı́as. e gee Espı́ritu Santo. gee Tierra prometida. d gee Espı́ritu Santo. 12a Gén. 49:22–26; 14a gee Israel—La e Moro. 10:4–5, 7, 19. 1 Ne. 15:12; congregación de f DyC 20:26. 2 Ne. 3:4–5; Israel. 18a Heb. 13:8; Jacob 5; 6:1–7. b 1 Ne. 13:42; Morm. 9:9; gee Olivo; Viña del DyC 14:10. DyC 20:12. Señor. c Jacob 5:8, 52, 54, gee Trinidad. b 1 Ne. 22:3–8. 60, 68. gee Israel—El 15a 1 Ne. 1:16–17. [Entre 600 y 592 a.C.] 1 NEFI 10:19–11:7 22 19 Porque el que con diligencia llamamiento y ministerio de los Do- busca, hallará; y los amisterios ce Apóstoles del Cordero. de Dios le serán descubiertos PUES sucedió que después que por el poder del bEspı́ritu Santo, hube deseado conocer las cosas lo mismo en estos dı́as como que mi padre habı́a visto, y cre- en tiempos pasados, y lo mis- yendo que el Señor podı́a hacér- mo en tiempos pasados como melas saber, mientras estaba yo en los venideros; por tanto, sentado areflexionando sobre la c vı́a del Señor es un giro esto, fui barrebatado en el Espı́ri- eterno. tu del Señor, sı́, hasta una cmon- 20 Recuerda, pues, oh hombre, taña extremadamente alta que que por todos tus hechos serás nunca antes habı́a visto, y sobre traı́do a ajuicio. la cual nunca habı́a puesto mis 21 Por lo que, si habéis procu- pies. rado hacer lo malo en los dı́as de 2 Y me dijo el Espı́ritu: He vuestra aprobación, entonces os aquı́, ¿qué es lo que tú deseas? halláis bimpuros ante el tribunal 3 Y yo dije: Deseo ver las cosas de Dios; y ninguna cosa impura que mi padre avio. puede morar con Dios; ası́ que, 4 Y el Espı́ritu me dijo: ¿Crees debéis ser desechados para que tu padre vio el aárbol del siempre. cual ha hablado? 22 Y el Espı́ritu Santo me da

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