Actualización del Codex Alimentarius 2020 y 2024 PDF

En el año 2020, el ámbito de la inocuidad alimentaria experimentó cambios significativos que reflejan una evolución en las prácticas y regulaciones del sector. A continuación, se detallan los principales cambios: 1. **Cultura de la inocuidad**: Se promovió una mayor conciencia sobre la importancia...

En el año 2020, el ámbito de la inocuidad alimentaria experimentó cambios significativos que reflejan una evolución en las prácticas y regulaciones del sector. A continuación, se detallan los principales cambios: 1. **Cultura de la inocuidad**: Se promovió una mayor conciencia sobre la importancia de la inocuidad alimentaria en todos los niveles de la cadena de suministro. Esto incluyó la capacitación de los empleados y la implementación de prácticas más rigurosas para garantizar que los alimentos sean seguros para el consumo. La cultura de la inocuidad se convirtió en un pilar fundamental, enfatizando la responsabilidad compartida entre productores, distribuidores y consumidores. 2. **Desarrollo más profundo de los programas pre-requisitos**: Los programas pre-requisitos, que son esenciales para establecer un sistema de gestión de la inocuidad alimentaria, se desarrollaron de manera más exhaustiva. Esto incluyó la revisión y mejora de protocolos existentes, así como la incorporación de nuevas prácticas que abordan riesgos emergentes. La implementación de estos programas se volvió crucial para asegurar que las instalaciones cumplan con los estándares de inocuidad. 3. **Eliminación del árbol de decisiones**: Se tomó la decisión de eliminar el árbol de decisiones en los procesos de evaluación de riesgos. Este cambio busca simplificar la toma de decisiones y hacerla más ágil, permitiendo a las empresas responder de manera más efectiva a situaciones de riesgo. La eliminación de este enfoque jerárquico permite una mayor flexibilidad y adaptabilidad en la gestión de la inocuidad alimentaria. 4. **Exigencias más explícitas en la validación**: Las regulaciones en torno a la validación de procesos y controles de inocuidad se volvieron más estrictas y claras. Las empresas ahora enfrentan exigencias más explícitas para demostrar que sus métodos de control son efectivos y que cumplen con los estándares establecidos. Esto incluye la necesidad de realizar pruebas más rigurosas y documentar los resultados de manera detallada. Estos cambios reflejan un esfuerzo colectivo por mejorar la inocuidad alimentaria en un contexto global marcado por la pandemia de COVID-19, donde la seguridad alimentaria se convirtió en una prioridad aún más crítica. La adaptación a estas nuevas normativas y prácticas es esencial para garantizar la salud pública y la confianza del consumidor en los productos alimenticios.