Literatura 1º Bachillerato 2024-25 PDF
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Summary
This document is a detailed syllabus and curriculum outline for a Spanish literature course for 1st year baccalaureate students for the academic year 2024-2025. It covers various periods of Spanish literature, such as the Middle Ages, the Pre-Renaissance, the Renaissance, and the Baroque, discussing historical contexts, poetic forms (such as the romancero viejo, cantigas de amigo, and villancicos), narrative works, and playwrights. The document also features selections of text excerpts for reference.
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LITERATURA 1º BACHILLERATO CURSO 2024-25 Alumno: 2 Índice 1. La Edad Media Contexto histórico, político y cultural____________ 6 Lírica popular______________________________ 8 Mester de juglaría y mester de...
LITERATURA 1º BACHILLERATO CURSO 2024-25 Alumno: 2 Índice 1. La Edad Media Contexto histórico, político y cultural____________ 6 Lírica popular______________________________ 8 Mester de juglaría y mester de clerecía__________ 10 Poema de Mio Cid_______________________ 11 Gonzalo de Berceo______________________ 16 Arcipreste de Hita y El Libro de buen amor___ 17 La prosa medieval__________________________ 18 Alfonso X El Sabio_______________________ 18 Don Juan Manuel y El conde Lucanor________18 Poesía trovadoresca_________________________ 20 Práctica___________________________________ 21 2. El Prerrenacimiento Contexto histórico, político y cultural____________ 30 La lírica popular____________________________ 31 El romancero viejo_____________________ 31 La lírica culta______________________________ 33 La poesía de Cancionero________________ 33 Jorge Manrique y las Coplas______________ 34 La Celestina_______________________________ 37 Práctica__________________________________ 42 3. El Renacimiento Contexto histórico, político y cultural___________ 47 La lírica___________________________________ 49 Poesía petrarquista______________________ 49 Poesía ascético-moral____________________ 51 Poesía mística__________________________ 52 La narrativa_______________________________ 53 El Lazarillo de Tormes___________________ 54 Práctica___________________________________ 56 4. El Barroco Contexto histórico, político y cultural____________ 63 La lírica___________________________________ 65 Poesía petrarquista____________________ 65 Poesía metafísica______________________ 66 Poesía satírico-burlesca_________________ 66 Conceptismo y culteranismo_____________ 66 La narrativa_______________________________ 68 Cervantes y El Quijote__________________ 68 3 El teatro__________________________________ 78 Lope de Vega y la «comedia nueva»______ 78 Calderón de la Barca___________________ 79 Práctica___________________________________ 81 Guía de lectura: El Quijote____________________90 Guía de lectura: La dama boba________________ 100 Guía de lectura: La vida es sueño______________ 106 5. La Ilustración Contexto histórico, político y cultural____________ 113 La Ilustración______________________________ 114 Novela___________________________________ 115 Ensayo___________________________________ 115 Benito Jerónimo Feijoo___________________ 116 José Cadalso___________________________ 116 Gaspar Melchor de Jovellanos_____________ 116 Poesía____________________________________ 117 Teatro____________________________________ 117 Leandro Fernández de Moratín_____________ 118 Práctica___________________________________ 119 6. El Romanticismo Contexto histórico, político y cultural____________ 121 La Romanticismo___________________________ 122 Narrativa__________________________________ 123 Mariano José de Larra____________________ 124 Poesía____________________________________ 124 José de Espronceda______________________ 125 Gustavo Adolfo Bécquer___________________ 125 Rosalía de Castro________________________ 126 Teatro____________________________________ 126 Duque de Rivas_________________________ 127 José Zorrilla____________________________ 127 Práctica___________________________________ 128 4 5 La Edad Media ÍNDICE Contexto histórico, político y cultural Lírica popular Mester de juglaría y mester de clerecía La prosa medieval Poesía trovadoresca Práctica Contexto histórico, político y cultural La Edad Media es un periodo de casi mil años comprendido entre la caída del Imperio Romano de Occidente (476) y la conquista de Constantinopla, capital del Imperio Bizantino, por los turcos en 1453; es decir, abarca desde el siglo V al siglo XV. La sociedad medieval estaba organizada en tres estamentos: nobleza, clero y pueblo llano. La nobleza y el clero, que disfrutaban de enormes privilegios, estaban especializados en la guerra y la oración. Sus símbolos arquitectónicos son el castillo y el monasterio, respectivamente. El pueblo llano, que vivía en condiciones miserables, estaba encargado de las tareas agrícolas y artesanales. La sociedad medieval funcionaba como una pirámide muy compleja cuya regla principal era que el vasallo obedecía a su señor a cambio de que este lo protegiera. La Edad Media fue una época marcada por las guerras y la religión. Los conflictos bélicos más importantes de Europa fueron la invasión árabe de la península Ibérica (711) y la posterior reconquista llevada a cabo por los reinos cristianos, las Cruzadas y la Guerra de los Cien Años. La guerra era una realidad tan presente en la sociedad medieval que se idealizó la figura de su principal protagonista: el héroe o caballero. Por otro lado, la sociedad estaba muy condicionada por la religión. La creencia fundamental es que Dios rige el destino de los hombres y determina la forma en que se organiza la sociedad (teocentrismo). Las personas de la Edad Media creen que el mundo es un lugar de sufrimiento (valle de lágrimas) y que al morir les espera una vida mejor. 6 En el ámbito político, dada la organización feudal de la sociedad, el poder de los reyes es frágil. Sin embargo, a partir del siglo XIII los monarcas, con ayuda de la burguesía y de la pequeña nobleza, intentan fortalecer su autoridad adoptando medidas centralizadoras que provocan continuos enfrentamientos con los nobles. La cultura se difunde a través de tres cauces: los monasterios, depositarios de la herencia clásica grecolatina y del pensamiento cristiano; la ruta de los peregrinos a Santiago de Compostela, a través de la cual penetra en la Península la cultura francesa; y, por último, la Escuela de Traductores de Toledo, artífice del trasvase de la cultura oriental al occidente europeo. La literatura medieval se inicia en el siglo XI con los primeros textos literarios en romance (las jarchas) y acaba con la publicación de La Celestina en 1499. La literatura de esta época es reflejo de la sociedad y de su mentalidad. Sus principales características son: transmisión oral: gran parte de la literatura se difundía mediante la recitación, dado que la población era en su mayoría analfabeta. carácter anónimo y tradicional: en sus inicios la literatura surge de la colectividad y luego va siendo modificada por los juglares o quienes la transmiten. finalidad didáctica o moralizante: la influencia religiosa hace que en muchos casos la literatura se utilice para influir sobre los oyentes. Otras veces la literatura sirve de propaganda de los valores de un rey o de un pueblo (cantares de gesta). uso del verso: hasta el siglo XIV el verso será el modo usual de escribir, ya que facilita la memorización y, por tanto, el recitado. 7 Lírica popular Entre los siglos XI y XV se desarrollaron en la península ibérica tres fenómenos poéticos: las jarchas mozárabes, las cantigas de amigo galaicoportuguesas y los villancicos castellanos. En los tres casos se trata de una poesía de tipo popular entonada por una voz femenina y caracterizada por la anonimia, la transmisión oral, la brevedad, los versos de arte menor, el empleo de repeticiones y la temática amorosa. Las jarchas mozárabes (siglos XI-XIII) Las jarchas son breves poemas escritos en mozárabe, que se incluían como remate o salida al final de las moaxajas, composiciones cultas árabes o hebreas. Son el más antiguo testimonio de lírica peninsular en lengua romance. En ellas una muchacha lamenta y expresa su mal ante la ausencia del amado (habib), dirigiéndose, en ocasiones, a su madre o hermanas. Las jarchas están constituidas por dos, tres o cuatro versos de distinta medida, generalmente de arte menor. Su estilo es sencillo y sobrio. Predomina el vocabulario afectivo y destaca el uso de diminutivos, vocativos, exclamaciones y reiteraciones. Vaise mio corachón de mib. Vase mi corazón de mí. ¡Ya Rab!, ¿si se me tornarad? ¡Ay, Dios!, ¿acaso tornará? Tan mal me dóled li-l-habib Tanto me duele por el amado: enfermo yed, ¿cuánd sanarad? enfermo está, ¿cuándo sanará? (traducción) M. Frenk, Lírica española de tipo popular. Cátedra. Las cantigas de amigo galaicoportuguesas (siglos XII-XIV) En la lírica galaicoportuguesa se agrupan poemas tanto de carácter culto como popular escritos en gallegoportugués. La cantiga de amigo es la principal manifestación de tipo popular. Este tipo de poema recoge la queja de una doncella por el distanciamiento del amado. En este caso, invoca como confidente de sus males a su madre, hermanas y amigas, y también, con valor simbólico o ambiental, a los elementos de la naturaleza (mar, fuente, pinos, ciervos...), con los que se identifica el yo lírico y cuya contemplación suscita la emoción amorosa. A diferencia de las jarchas y los villancicos, la cantiga sí presenta regularidad métrica. Su forma característica es la canción paralelística (varios pareados con estribillo) y la fórmula más empleada es el leixaprén (repetición del último verso de una estrofa al inicio de una nueva estrofa). Todo ello confiere una particular coherencia a la obra. Ai ondas que eu vin ver, Ay, olas que vine a ver, se me saberedes dizer si me supierais decir por que tarda meu amigo ¿por qué tarda mi amigo sen mi? sin mi? Ai ondas que eu vin mirar, Ay, ola que vine a mirar, se me saberedes contar si me supierais contar por que tarda meu amigo ¿por qué tarda mi amigo sen mi? sin mi? (traducción) M. Frenk, Lírica de tipo popular. Cátedra. 8 Los villancicos castellanos (siglo XV) El villancico es la principal forma poética de la lírica tradicional castellana. Aunque predominan los de tema amoroso con protagonista femenino (queja por el amado ausente, niña enamorada que rechaza ser monja, mujeres que se siente desgracida al ser obligada a contraer matrimonio…), también existe un buen número de poemas relacionados con actividades de la vida cotidiana (canciones de trabajos como la siega, de fiestas como San Juan, de boda…). Los villancicos son poemas breves, sobrios y dinámicos que expresan sentimientos con un gran lirismo. Están caracterizados por el simbolismo: la fuente significa renovación y fecundidad; el vergel, actividad sexual y amor; la rosa, virginidad; las flores y los frutos que ofrece la doncella a su amigo, la entrega amorosa... Debido al carácter musical de la lírica tradicional, predominan recursos de repetición (anáfora, aliteración, paralelismo...). Mientras que las jarchas y las cantigas fueron recogidas por escrito tempranamente, las composiciones de la lírica tradicional castellana se transmitieron de manera oral, frecuentemente en forma de canción, hasta el siglo XV. En esta fecha comenzaron a ser recopiladas en cancioneros. Los villancicos presentan la siguiente estructura: cabeza o cantarcillo inicial, que se repite a lo largo del poema como estribillo. Consta de dos a cuatro versos de distinta medida, aunque hay una marcada tendencia al octosílabo. glosa, generalmente obra de autor culto, que desarrolla el contenido del estribillo. Dicen que me case yo: Cabeza o cantarcillo inicial no quiero marido, no. Más quiero vivir segura Glosa n'esta sierra a mi soltura (el verso o versos finales tiene que no estar en ventura que rimar con el estribillo) si casare bien o no. Dicen que me case yo: Estribillo no quiero marido, no. Madre, no seré casada por no ver vida cansada, o quizá mal empleada la gracia que Dios me dio. Dicen que me case yo: no quiero marido, no. Antonio Quilis, Manuel de métrica española. Ariel. 9 Mester de juglaría y mester de clerecía En la creación y transmisión de la poesía narrativa medieval cobran especial protagonismo dos personajes: el clérigo y el juglar. Ambos se dirigen, en lengua romance, a un mismo destinatario —una población mayoritariamente analfabeta— pero con fines distintos. El juglar es un individuo de vida errante que recorre castillos y aldeas; a cambio de dinero, informa de los acontecimientos de actualidad a un público ávido de noticias (función informativa) y lo divierte mostrando un amplio repertorio de habilidades como juegos de circo, acrobacias, canciones acompañadas de instrumentos musicales o relatos de diversa índole (función lúdica). Su arte, más descuidado y espontáneo que el de los clérigos, se conoce como mester de juglaría. El clérigo, hombre docto, conocedor de los saberes latino-eclesiásticos, pretende acercar al pueblo los temas cultos y religiosos con un propósito didáctico y moralizador. Su oficio, sujeto a los rigores de la métrica y a una esmerada expresión, recibe el nombre de mester de clerecía. MESTER DE JUGLARÍA MESTER DE CLERECÍA Juglar Clérigo (autor anónimo y colectivo) (autor culto) Popular Culto Transmisión oral Transmisión escrita Técnica descuidada Técnica rigurosa (medida irregular y rima asonante en (cuaderna vía: 14A,14A,14A,14A) tiradas) Finalidad informativa y lúdica Finalidad moral Textos narrativos en verso Destinatario mayoritario: población analfabeta Recursos para atraer la atención del oyente Mester de juglaría Los cantares de gesta son las primeras manifestaciones de la épica medieval (posteriormente, en la Baja Edad Media, se fragmentan y surgen los romances). La palabra «cantar» se refiere a un relato de acontecimientos destinado al canto o a la recitación y difundido por los juglares. Estos poemas tienen, pues, un carácter informativo y noticiero del que se deriva una de sus principales características: el realismo. El término «gesta» alude a las hazañas protagonizadas por los héroes épicos con quienes se identifica toda la colectividad, que proyecta en ellos sus inquietudes, aspiraciones y deseos de autoafirmación frente a otras comunidades vecinas. De este modo, la épica nace en la Edad Media unida al despertar de la conciencia nacional de los pueblos. El Poema de Mio Cid es el cantar de gesta más antiguo e importante de la literatura en castellano. 10 Poema de Mio Cid El Poema de Mio Cid es el cantar de gesta más célebre y también el único que se conserva casi completo. Es el poema nacional de Castilla y uno de los grandes poemas de la Edad Media europea. Combina la verdad histórica (pues en sus inicios fue una composición noticiera) con la eficacia poética: toma un momento de la biografía de Rodrigo Díaz de Vivar que, por su inmediatez, no se puede deformar ni llevar al terrero fantástico, y lo convierte en una gesta. Autor y fecha El Poema de Mio Cid se conserva en un manuscrito de la Biblioteca Nacional copiado en el siglo XIV. Consta de un total de 3.730 versos y se desconoce el comienzo del poema, pues falta el primer folio del manuscrito (unos cincuenta versos). Sobre su autoría y fecha se han formulado varias hipótesis. Unos piensan que, tras diversas refundiciones, el texto que hoy se conoce sería de hacia 1140 y obra de dos o más juglares. Señalan que el realismo del texto sugeriría una redacción primitiva no muy lejana a la época de la vida del Cid (segunda mitad del siglo XI). Para otros, la unidad y elaboración del texto apuntaría hacia un único autor culto, probablemente un hombre de leyes o quizá un clérigo. Estos piensan además que la fecha debería retrasarse a finales del siglo XII o principios del XIII y se basan en que al final del manuscrito se dice que un tal Per Abbat lo escribió en 1207. Para la mayoría, este Per Abbat sería solo un copista. Argumento El argumento de la obra se desarrolla a lo largo de tres cantares: cantar del destierro, cantar de las bodas y cantar de la afrenta de Corpes. En el Cantar del destierro el Cid es injustamente desterrado de Castilla por el rey Alfonso VI, por lo que se ve obligado a abandonar su casa y separarse de su esposa (doña Jimena) y sus hijas (doña Elvira y doña Sol), que quedan recluidas en un monasterio. Solo lo acompaña un grupo de fieles guerreros. El Cantar de las bodas comienza con la conquista Valencia, lo que hace que el Cid recupere el favor del rey. Entonces el Cid se reúne con su familia y sus hijas se casan con los Infantes de Carrión, pertenecientes a un estrato social superior al del protagonista. En el Cantar de la afrenta de Corpes los Infantes de Carrión, cobardes e interesados, son objeto de las burlas de los vasallos del Cid. Para vengarse, golpean despiadadamente a sus mujeres en el robledal de Corpes. El Cid pide justicia al rey, se convocan cortes y los infantes reciben su castigo. Termina con las nuevas bodas de las hijas del Cid con los futuros reyes de Navarra y Aragón, que ocupan una posición social superior a la de los infantes. Tema El tema principal de la obra es la honra, que puede analizarse en tres niveles: a) nivel político: enfrentamiento entre Castilla y León. El Cid, caballero castellano, se enfrenta al rey, de origen leonés. Los enemigos del Cid son, en general, grandes nobles de procedencia también leonesa. El poema se encuadraría así en la bien conocida tradición castellana antileonesa y exaltaría al Cid y con él a Castilla. 11 b) nivel socioeconómico: enfrentamiento entre la baja y la alta nobleza. Rodrigo Díaz de Vivar fue un infanzón castellano cuya posición dependía de los botines y conquistas conseguidos en batalla. En cambio, los infantes de Carrión eran hijos de unos condes leoneses cuya preeminencia social estaba garantizada por su pertenencia a un linaje y por sus feudos y posesiones hereditarias. La obra refleja en el Cid la aspiración de ascenso social y también el desprecio o rencor hacia la alta nobleza. c) nivel individual: engrandecimiento del héroe. El héroe, Rodrigo Díaz, desterrado por el rey, se enfrenta con el gran problema de recuperar su honra perdida y ganarse el pan. En este sentido, el Cid actúa como un héroe épico arquetípico cuyas características y acciones han de ser reconocidamente superiores a lo habitual. Se produce, pues, una glorificación progresiva del héroe. Esta exaltación del Cid se corresponde con la ridiculización y degradación de los encumbrados nobles, representados por los cobardes y mezquinos infantes de Carrión y por los mestureros de la Corte. Estructura El poema se ha dividido modernamente en tres cantares. Esta división está sugerida en el propio texto porque se relaciona con la recitación del poema que hacían los juglares ante su auditorio: no podían recitar todo el poema en una sola sesión por razones de resistencia tanto del juglar como del público. De este modo, los tres cantares son: 1) cantar del destierro (1.086 versos, faltan unos cincuenta iniciales) 2) cantar de las bodas (1.190 versos) 3) cantar de la afrenta de Corpes (1.472 versos) A lo largo del poema el tema es la honra, que va recuperándose y perdiéndose. Empieza con el héroe sin ningún tipo de honra debido al destierro que debe sufrir, pero con cada uno de los tributos que va mandando a Alfonso VI y, sobre todo, con la conquista de Valencia, recupera el honor social a través del perdón real, que se refleja en las bodas que el propio rey acuerda. Esta primera pérdida es bastante tradicional y habitual en la épica medieval: el héroe recupera su estatus a través de hazañas de dificultad creciente. Pero luego será el honor familiar el que sufrirá un gran golpe con la afrenta de Corpes, y de nuevo gracias a la intercesión del rey, y con las segundas bodas, finalmente El Cid recupera su honor e incluso lo engrandece, pues esta vez sus hijas acaban casadas con dos príncipes. Esta segunda pérdida es mucho más original, pues se plantea como una venganza personal que se solventa gracias a la intervención legal del rey y se soluciona mediante un duelo y unas peticiones en las Cortes de Toledo. Puede decirse que la estructura del poema, según el desarrollo de su trama, constituye una W que tiene dos procesos encadenados de pérdida de una situación favorable y restitución posterior de la misma: tres puntos altos, de buena fortuna: la situación inicial de buena relación entre el Cid y el rey (no expresa en el texto), el perdón real y la restitución del honor en los retos con los de Carrión. dos puntos bajos, de desgracia: el destierro y el ultraje de las hijas del Cid por los infantes de Carrión. 12 Personajes El protagonista de la obra es Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, personaje histórico. Fue un infanzón castellano (noble de menor linaje) que se ganaba la vida a través de la lucha y que tenía aspiraciones de ascenso social. Como el cantar surgió al calor de los hechos, pasa por alto la mayor parte de la biografía del protagonista porque la considera sabida y se centra en la parte final de su vida (entre los años 1081 y 1094). Este personaje es redondo (está definido por muchos rasgos) y dinámico (evoluciona a lo largo de la obra) y es el protagonista. Recibe los epítetos de «el que nació en claro día», «el que en buena hora nació», «el que en buena hora ciñó espada», «el de la larga barba»). De la compleja personalidad del héroe en la obra aparecen desarrollados los siguientes aspectos: a) lealtad real: el Cid se mantiene fiel y leal al rey, a pesar de que este hace caso de las calumnias propaladas por sus enemigos. Así, el Cid se aleja de Castilla —no se rebela contra su señor— y emprende una política de guerras y acuerdos que le lleva a conquistar Valencia. b) consideración y honra: Rodrigo obtiene el poder real y llega a emparentar con linajes reales, pues sus hijas terminan contrayendo matrimonio con los infantes de Navarra y Aragón. c) guerrero valeroso e inteligente: su condición de héroe se basa en su esfuerzo personal, en la consideración de lo que es bueno y justo. La virtud de Rodrigo está basada en la lealtad a su rey, la justicia con sus vasallos y el valor en el combate. d) amor por la familia: se pone de manifiesto en la dramática despedida entre el Cid y su familia cuando parte al destierro, la alegría del reencuentro y el placer que experimenta el Cid al poder combatir ante su esposa e hijas. También en el pesar que siente cuando deshonran a sus hijas. e) piedad religiosa: en numerosas ocasiones invoca a Dios, a la Virgen y a los santos en demanda de auxilio. Además, se le aparece en sueños el arcángel San Gabriel y envía dones generosos a la catedral de Burgos y al monasterio de San Pedro de Cardeña. f) prudencia: en todas sus acciones, el Cid se muestra siempre prudente y sabe manifestar su ternura: tanto al comienzo del destierro como al recibir la noticia de la deshonra de sus hijas el héroe encaja con mesura y resignación situaciones que otro héroe épico habría resuelto mediante la sublevación violenta y la sangre. Tanto es así que la resolución del episodio de Corpes no se logra mediante una sangrienta venganza sino a través de un proceso judicial expresamente solicitado por el Cid. Otros detalles que muestran su sensatez son su preocupación por el bienestar de sus hombres o su generosidad con los vencidos. 13 El,Cid, José Velasco (2020) Técnicas literarias y estilo Pese a pertenecer a la épica y ofrecer muchos de los rasgos característicos, también aparecen en el poema ciertas peculiaridades que lo convierten en una obra original: inmediatez, historicidad y verosimilitud. Los acontecimientos que constituyen la trama narrativa de la obra y los personajes que en él aparecen son coetáneos al Cid. El propio Cid hablaba el romance castellano en un estadio de evolución muy parecido al del cantar que lleva su nombre. La inmediatez explica otro de los rasgos destacados del cantar: su fondo de historicidad y su tono de verosimilitud (es constante la voluntad de reflejar usos, costumbres y actitudes realistas). De este modo, forman parte de la historia el destierro, la caracterización del héroe como un infanzón que logra ascender y obtener riquezas en el campo de batalla, la toma de Valencia y las campañas de Aragón, la enemistad con el conde García Ordóñez, la boda de una hija del Cid con un infante de Navarra, el establecimiento de la sede episcopal en Valencia, la mayoría de los personajes mencionados y las localizaciones geográficas. No obstante, las discrepancia entre el Poema de Mio Cid y la realidad histórica son también numerosas: en la obra solo se habla de un destierro frente a los dos padecidos por el Cid histórico; la ruta seguida por el Cid en su destierro literario no se corresponde con la que siguió en la realidad; Alvar Fáñez no acompañó al Cid en todo su destierro; el episodio de los judíos Raquel y Vidas tiene fuentes literarias; la hija menor del Cid no se casó con un infante de Carrión, ni tuvo lugar el episodio de la afrenta de Corpes ni el de las cortes de Toledo. Sin embargo, estos acontecimientos, aunque no son históricos, son verosímiles. Los únicos episodios fantásticos son la aparición del ángel Gabriel al Cid (aunque esta aparición tampoco perturba el tono general de realismo porque se produce mientras el Cid duerme) y el episodio del león. En definitiva, la obra parte de una peripecia real para construir una trama narrativa adecuada a sus fines artísticos sin perder de vista el horizonte de la verosimilitud. El Poema de Mio Cid está escrito en verso, lo que facilitaba la memorización. Se trata de versos anisosilábicos (11-20 sílabas) y cada verso está dividido en dos hemistiquios por una fuerte cesura. Los hemistiquios más abundantes son los de 7, 8 y 6 sílabas. La irregularidad silábica afecta también a los propios hemistiquios del verso, que pueden ser isosilábicos (7+7, 8+8) o anisosilábicos (6+7, 7+8, 6+8). Los versos están organizados en tiradas monorrimas y asonantes de desigual extensión (desde 2 hasta 190 versos) y que por lo general están definidas por una cierta unidad temática. Es presumible que el juglar hiciera una pausa en su recitación al producirse el cambio de tirada. El lenguaje del poema destaca por su claridad, concreción y sobriedad expresivas, ya que el destinatario era una población mayoritariamente analfabeta. Teniendo en cuenta al oyente también, se utiliza el denominado estilo oral formulario, que consiste en una serie de rasgos 14 típicos de la comunicación oral que sirven para mantener la tensión y facilitar la memorización del texto por parte del juglar. Los principales recursos del estilo oral formulario son: epítetos heroicos/épicos: se trata de un sustantivo, adjetivo u oración de relativo que acompaña al nombre de un personaje o que incluso lo llega a sustituir (que en buen hora nació, que ciñó espada, el de las largas barbas, el burgalés de pro). llamadas de atención al oyente a través de vocativos y de formas verbales de 2ª persona de plural (yo vos diré, oídvos…) exaltación juglaresca: expresa la emoción del propio juglar, además de llamar la atención del oyente: ¡Dios+qué+adjetivo! ¡Dios qué fermoso! combinación de narración y estilo directo, incluso presentando el estilo directo sin verbo introductorio. variedad en el uso de tiempos verbales: el carácter oral de los cantares explica la extraordinaria libertad con que se emplean las formas verbales, mezclando pretérito imperfecto (osaba, eran, tenían), pretérito perfecto simple (dirigió, dio, entró) y presente histórico (osan, llaman, contestan). repetición de «tanto» en las enumeraciones descriptivas (tanta gruesa mula e tanto palafré de sazón/tanta buena arma, e tanto buen caballo corredor). Entre las figuras literarias más utilizadas destacan las siguientes: estructuras bimembres (moros e cristianos, burgueses e burguesas, con lumbres e con candelas) sinécdoque: una de las figuras retóricas más usadas en este cantar es la metonimia (la parte por el todo), sobre todo cuando al describir las acciones bélicas, en lugar de indicar que los soldados se dirigían hacia el frente o vitoreaban a su líder, se mencionan las monturas, alguna de sus armas o baluartes para identificarles (Contó trescientas lanzas, que todas tienen pendones ; Las espadas desnudas, en la puerta se paraban). pleonasmos: se utilizan estos elementos redundantes para dar expresividad al texto (llorando de los ojos, de las sus bocas dizian). La acción está contada por un narrador omnisciente que presenta los hechos sin demasiado dramatismo. En numerosas ocasiones el narrador cede la voz a los personajes. Destaca la maestría con la que aparecen trazados los caracteres y la finura y sutileza con las que se introduce el elemento humorístico. También son notables las descripciones de batallas, de gran plasticidad y dinamismo. 15 Mester de clerecía Se denomina mester de clerecía u oficio de clérigos a una corriente literaria de la Edad Media cuya producción fundamental son poemas narrativos de contenido religioso escritos por autores individuales y cultos durante los siglos XIII y XIV. Los juglares habían obtenido tanto éxito de público con los cantares de gesta, que los clérigos del siglo XIII decidieron elaborar una literatura más culta y elaborada cuya finalidad fuera la enseñanza moral. Los clérigos narran la vida heroica de los santos, los milagros de la Virgen María o relatos extraídos de la Biblia. No se limitaban a crear una literatura para divertir, sino también para enseñar o adoctrinar en los principios de la religión cristiana (didactismo). Su estilo es más culto y elaborado que el de los juglares, ya que se trata de versos de arte mayor pero con rima consonante, más difícil que la asonante. Así, inventaron la cuaderna vía, una estrofa formada por cuatro versos monorrimos de catorce sílabas o alejandrinos (14A, 14A, 14A, 14A). No obstante, imitaron algunas técnicas juglarescas para mantener la atención del público. En el primer periodo del mester de clerecía (siglo XIII) destaca Gonzalo de Berceo y en el segundo periodo (siglo XIV), el Libro de buen amor, del Arcipreste de Hita. Gonzalo de Berceo Berceo es el primer escritor en lengua castellana de nombre conocido. Nació a finales del siglo XII en Berceo (La Rioja). Su vida estuvo muy ligada al monasterio de San Millán de la Cogolla, donde se educó y más tarde, como monje benedictino, desarrolló tareas administrativas. Berceo se identificó tanto con este monasterio que dedicó parte de su vida a ensalzar y difundir las figuras de los santos que habían tenido alguna relación con este importante centro religioso, económico y cultural de la Edad Media: Vida de San Millán de la Cogolla, Vida de Santo Santo Domingo de Silos y Vida de Santa Oria. No obstante, su fama literaria se debe a su obra Milagros de Nuestra Señora, que es una colección de veinticinco relatos tomados de la tradición oral y escrita, que tienen el propósito de despertar en los fieles cristianos la devoción hacia la Virgen María. Esta obra se enmarca dentro de una corriente espiritual que fomentaba el culto mariano y que se generalizó en Europa durante los siglos XII y XIII. Berceo elabora la mayor parte de estos relatos siguiendo un esquema fijo: a) presentación: descripción del personaje como fiel devoto de la Virgen. b) desarrollo: efectos negativos del pecado. c) desenlace: intervención de la Virgen que salva milagrosamente al protagonista. 16 Arcipreste de Hita y El Libro de buen amor Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, es uno de los grandes desconocidos de nuestra literatura. Pocos datos se tienen de él, además de su nombre, que algunos suponen ficticio, y su cargo eclesiástico. Parece que nació en Alcalá de Henares a finales del siglo XIII, y él mismo confiesa en su libro que estuvo preso en Toledo por orden del arzobispo don Gil de Albornoz, aunque los últimos estudios apuntan a que no se trata de una cárcel real, sino alegórica (cárcel del pecado). La obra más importante del mester de clerecía es el Libro de Buen amor. Es, además, la obra más original de la Edad Media, pues consigue aunar las dos polaridades de la época: las luces (religión, Cuaresma) y las sombras (pecado, Carnal). Escrita en la primera mitad del siglo XIV, se trata de una obra de sumo interés no solo por sus indiscutibles valores artísticos, sino también por constituir un rico mosaico donde se dan cita los más variados temas y tendencias culturales de la Edad Media española. El tema principal del libro es el amor, entendido tanto en su dimensión humana (el «loco amor») como en la dimensión divina. De la tensión entre ambos tipos de amor surge la deliberada ambigüedad de la obra. El argumento está constituido por la sucesión de fingidas aventuras amorosas protagonizadas por el propio poeta. Así, la constante que da unidad a la obra es el deseo del protagonista de emparejarse con las mujeres más características de la sociedad castellana de la Edad Media (damas de la nobleza, doncellas, monjas, serranas, viudas, moras…). No obstante, por diferentes motivos, casi siempre fracasa. Este relato autobiográfico es el núcleo argumental del libro pero en él se insertan diferentes narraciones, por lo que su estructura es muy variada: dos episodios alegóricos: la pelea del Arcipreste con don Amor y la batalla de don Carnal con doña Cuaresma. paráfrasis del Phamphilus, comedia latina del siglo XII que narra los amores, con intervención de una alcahueta, entre el joven Pánfilo y la doncella Galatea (don Melón y doña Endrina en la obra del arcipreste). cuentos y fábulas de diversa procedencia, con intención didáctica. disquisiciones didácticas, morales y burlescas. composiciones líricas de carácter religioso (cantigas dedicadas a la Virgen) y profano (las serranas). La métrica empleada es la cuaderna vía: estrofa de cuatro versos de catorce sílabas (alejandrinos), divididos en dos hemistiquios de siete sílabas cada uno y con rima consonante en todos sus versos. (7,7A 7,7A 7,7A 7,7A). A veces se sustituye el verso alejandrino por el de dieciséis sílabas (8 + 8). En sus composiciones líricas (canciones, cantigas, loores a la Virgen) recurre al verso de arte menor, que da lugar a variados tipos de estrofas, entre los que destaca el zéjel. Respecto a la intención de la obra, la crítica ha señalado repetidamente su ambigüedad. El mismo nombre de «buen amor» resulta confuso. Podría referirse al amor humano, entendido unas veces como un arte refinado en el que interviene la seducción, y otras como una pasión desenfrenada, desprovista de espiritualidad (el «loco amor»). Al mismo tiempo, el término puede aludir al amor divino y en este sentido estaría presente la intención moralizadora. De este modo, en la introducción de la obra el autor afirma que pretende advertir a hombres y mujeres de que se aparten del «loco amor» y se inclinen hacia el «buen amor» o amor a Dios. Sin embargo, y aquí está la ambigüedad, añade que «como pecar es humano, si algunos, lo que no les aconsejo, quisieran servirse del amor loco, aquí hallarán algunas maneras para ello». 17 La prosa medieval Las primeras manifestaciones de la prosa romance aparecen en la primera mitad del siglo XIII y consisten en traducciones de textos anteriores escritos en latín. Ejemplo de ello son el Calila e Dimna y el Libro de los engaños, colecciones de cuentos. En la prosa medieval destaca la figura de Alfonso X el Sabio y dentro de la prosa literaria la obra El conde Lucanor, de don Juan Manuel. Alfonso X el Sabio Gracias a la labor del rey Alfonso X el Sabio (1221-1284), el castellano empezó a sustituir al latín en el ámbito científico, histórico, jurídico y literario. Aunque el castellano no alcanza todavía rango literario, él dota al idioma de los instrumentos indispensables para elevarlo a la categoría de lengua de cultura. Así, procede a la fijación del sistema ortográfico, a la flexibilización de las estructuras sintácticas con la creación de nuevas conjunciones y al enriquecimiento del caudal léxico mediante la incorporación de nuevos vocablos (unos procedentes del propio idioma y otros del latín). El rey de Castilla supo rodearse de eruditos musulmanes, hebreos y occidentales para conservar y difundir el saber. En su corte se compusieron obras como la General Estoria (historia universal), la Estoria de España, Las Siete Partidas (código de leyes) o las Tablas alfonsíes (tablas astronómicas). Además, Alfonso X favoreció la traducción de una colección de cuentos orientales (Calila e Dimna) y escribió algunas cantigas en lengua gallega. El conde Lucanor Don Juan Manuel (1282-1348) es el primer narrador que utilizó la prosa castellana para escribir relatos: con él nació la prosa literaria de ficción. Era sobrino de Alfonso X el Sabio y uno de los hombres más influyentes de su época. Don Juan Manuel no se sentía juglar como algunos escritores cultos anteriores, sino que tenía conciencia de ser un autor individual responsable de su obra; por eso se preocupó de que las copias manuscritas no sufrieran alteraciones respecto al texto original. Su obra más importante es El conde Lucanor, una colección de 51 cuentos influidos por relatos de transmisión oral y de la tradición culta. Todos los cuentos de El conde Lucanor presentan la siguiente estructura fija: 1. Problema: el conde Lucanor plantea un problema a Patronio y le pide que le aconseje. 2. Semejanza: Patronio establece una semejanza entre el caso que plantea el conde y el cuento. 3. Cuento: Patronio narra el cuento. 4. Consejo: Patronio le da un consejo al conde. 5. Aceptación del consejo: al conde le parece apropiado el consejo y lo pone en práctica con buenos resultados. 6. Moraleja: don Juan Manuel resume la enseñanza del cuento en dos versos pareados, a modo de moraleja. 18 Don Juan Manuel no es el verdadero creador de los cuentos, sino un recopilador de narraciones de muy diversas fuentes: orientales, latinas, griegas, tradicionales… Por tanto, su gran mérito es haber sabido transmitir las preocupaciones de un miembro de la aristocracia de su época: la guerra, la paz, el mantenimiento de los privilegios de los nobles, el poder del dinero y el problema de la salvación de las almas. f. 3r.º del manuscrito del Libro de buen amor de la Biblioteca Nacional de España Incipit del Conde Lucanor. Manuscrito de los ss. XIV-XV. Signatura: MSS/6376, BNE, fol. 126v. 19 Poesía Trovadoresca La poesía trovadoresca, también llamada cortesana, recibe los dos nombres por el lugar donde se recitaba y creaba (corte) y por la persona que se encargaba de recitarla y crearla (trovador). En esta corriente literaria, desarrollada entre los siglos XII y XV, el autor solía ser conocido y transmitía sus textos mediante la escritura. La mayoría de los autores pertenecían a la nobleza que se estableció en torno a la corte, la nobleza cortesana, y por lo tanto son autores cultivados, preocupados por desarrollar un estilo elaborado, recargado y difícil que se ciñe a unas normas muy estrictas. El gran impulso culto se forjó en la corte de Provenza, y desde el sur de Francia se fue extendiendo al resto de Europa (XII-XIII). En la península ibérica, las cortes que más se empaparon fueron las catalanas, mientras que la lírica galaico-portuguesa supuso la versión hispana de dicha poesía. Su tema central es el amor cortés y su novedosa aportación reside en considerar a la mujer un ser superior al que el enamorado rinde culto, vasallaje, imitando por lo tanto la relación feudal siervo-señor. Así pues, el poeta se declara siervo ferviente de la dama, la cual aparece caracterizada como cúspide de la perfección física (belleza) y espiritual (honestidad). Este servicio ennoblece el espíritu del enamorado, que pretende como galardón una prenda o gesto, incluso la consumación sexual, que considera merecer gracias a su fidelidad, su esfuerzo y su penar amoroso. Pero el amante ve frustrados sus anhelos por la propia honestidad de la dama, que es acusada de ser «cruel», transformándose así el sentimiento amoroso alegre en un sufrimiento y dolor tan profundos que ponen en peligro la vida y hacen desear la muerte del siervo de amor. En toda la literatura basada en el amor cortés aparecen una serie de símbolos y figuras que representan a la enamorada y al enamorado: «amo», «señor», «llama de amor», «imagen sagrada», «sirviente», «siervo humilde y fiel», entre los principales. Toda esta poesía se recogió por escrito en los Cancioneros de Palacio, que alcanzaron su punto álgido durante los siglos XV y XVI. 20 LA LITERATURA MEDIEVAL PRÁCTICA Poema de Mio Cid Fragmento I 1 Lo albergarían con gusto, pero ninguno osaba: del rey don Alfonso, tan grande era la saña. Al atardecer, a Burgos llegó de él una carta con gran sigilo, y fuertemente sellada, 5 con orden de que al Cid nadie le diera posada. Y que el que se la diese, supiera que se arriesgaba a perder sus haciendas, y aun los ojos de la cara, y aun, además, los cuerpos y las almas. Gran pesar tenían las gentes cristianas; 10 se esconden de mio Cid: no osan decirle nada. El Campeador se dirigió a su posada, y al llegar a la puerta, la halló bien cerrada: por miedo al rey Alfonso, así la dejaran; ellos no la abrirían, si él no la forzaba. 15 Los guerreros del Cid con grandes voces llaman; los de dentro, no les contestan palabra. Espoleó el Cid su caballo, a la puerta se llegaba, sacó el pie del estribo, y le dio una patada. No se abre la puerta, pues está bien cerrada. 20 Una niña de nueve años, a sus ojos se mostraba: —“¡Tente, Campeador, que en buena hora ciñes espada! El rey lo ha prohibido: de él entró anoche una carta en gran sigilo y fuertemente sellada. No osaríamos abriros ni acogeros por nada. 25 De hacerlo, perderíamos haciendas y casas, y aún, además, los ojos de la cara. ¡Cid, en nuestro mal, vos no ganaréis nada! Dios Creador os valga, con todas sus virtudes santas”. Esto dijo la niña y volvióse para casa. 30 Bien ve el Cid que, del rey, ya no tiene la gracia. Marchóse de la puerta, y por Burgos entraba, llegó a Santa María, allí descabalgaba. Se hincó de rodillas, de corazón rogaba. Poema de Mio Cid (Cantar del destierro) 21 COMENTARIO LITERARIO 1. Localización: localiza el texto dentro de la literatura medieval (siglo, movimiento literario, género literario, movimiento, obra a la que pertenece) 2. Tema 3. Estructura a) Estructura externa: análisis métrico (tiradas, número de versos, medida de los versos, tipo de rima…). b) Estructura interna: desarrollo del contenido (presentación, nudo, desenlace) 4. Análisis de las características lingüísticas, literarias y estilísticas más relevantes. Señala aquellas características propias de los cantares de gesta que aparecen en este poema (presencia del héroe medieval y sus valores, llamadas de atención al público, epítetos épicos, datos realistas, estilo oral formulario, arcaísmos, paralelismos, expresiones pleonásticas…) y explícalas. 22 Poema de Mio Cid Fragmento II 1 Se ponen los escudos ante sus corazones, y bajan las lanzas envueltas en pendones1, inclinan las caras encima de los arzones2, y cabalgan a herirlos con fuertes corazones. 5 A grandes voces grita el que en buena hora nació: –“¡Heridlos, caballeros, por amor del Creador! –¡Yo soy Ruiz Díaz, el Cid, de Vivar Campeador!” [...] Allí vierais tantas lanzas hundirse y alzar, tantas adargas3 hundir y traspasar, 10 tanta loriga4 abollar y desmallar, tantos pendones blancos, de roja sangre brillar, tantos buenos caballos sin sus dueños andar. Gritan los moros: “¡Mahoma!”; “¡Santiago!” la cristiandad. [...] A Minaya Alvar Fáñez matáronle el caballo, 15 pero bien le socorren mesnadas5 de cristianos. Tiene rota la lanza6, mete a la espada mano, y, aunque a pie, buenos golpes va dando. Violo mio Cid Ruy Díaz el Castellano, se fijó en un visir7 que iba en buen caballo, 20 y dándole un mandoble, con su potente brazo, partióle por la cintura, y en dos cayó al campo. A Minaya Alvar Fáñez le entregó aquel caballo: –“Cabalgad, Minaya: vos sois mi diestro brazo.” Poema de Mio Cid (Cantar del destierro) COMENTARIO LITERARIO 1. Localización: localiza el texto dentro de la literatura medieval (siglo, movimiento literario, género literario, movimiento, obra a la que pertenece) 2. Tema 3. Estructura a) Estructura externa: análisis métrico (tiradas, número de versos, medida de los versos, tipo de rima…). b) Estructura interna: desarrollo del contenido (presentación, nudo, desenlace) 4. Análisis de las características lingüísticas, literarias y estilísticas más relevantes. Señala aquellas características propias de los cantares de gesta que aparecen en este poema (presencia del héroe medieval y sus valores, llamadas de atención al público, epítetos épicos, datos realistas, estilo oral formulario, arcaísmos, paralelismos, expresiones pleonásticas…) y explícalas. 1 Pendón: estandarte, tela cuadrada pendiente de un asta en la que aparece un escudo. 2 Arzón: parte delantera o trasera que une los dos brazos longitudinales de una silla de montar. 3 Adarga: escudo de cuero. 4 Loriga: armadura para proteger el cuerpo hecha de láminas metálicas pequeñas e imbricadas. 5 Mesnada: ejército que sirve a un rey o a un acaballero principal. 6 Lanza: arma consistente en un palo largo cuya extremidad es u hierro puntiagudo y cortante a modo de cuchilla. 7 Visir: ministro de un soberano musulmán. 23 El Libro de buen amor, de Juan Ruiz, arcipreste de Hita, es una obra del mester de clerecía. El protagonista es un arcipreste que cuenta, en primera persona y en tono burlesco, sus aventuras amorosas. Este hilo conductor se ve interrumpido por materiales diversos (planto por la muerte de Trotaconventos, oraciones y cantos de alabanza dirigidos a la Virgen, el episodio épico de la batalla de don Carnal y doña Cuaresma, serranas, ejemplos…). Es una obra llena de humor y ambigüedad sobre el significado del «buen amor». Este fragmento es uno de los relatos que se incluyen en el libro a modo de fábula, ofreciendo una moraleja final. 474 »Dejó uno a su mujer (te contaré la hazaña; 481 »Cuando al fin el pintor de Flandes fue venido, si la estimas en poco, cuéntame otra tamaña). su mujer, desdeñosa, fría le ha recibido: Era don Pitas Payas un pintor de Bretaña, cuando ya en su mansión con ella se ha metido, casó con mujer joven que amaba la compaña. la señal que pintara no ha echado en olvido. 475 »Antes del mes cumplido dijo él: —Señora mía, 482 »Dijo don Pitas Payas: —Madona, perdonad, a Flandes volo ir, regalos portaría. mostradme la figura y tengamos solaz. Dijo ella: —Monseñer, escoged vos el día, —Monseñer —dijo ella—, vos mismo la mirad: mas no olvidéis la casa ni la persona mía. todo lo que quisieres hacer, hacedlo audaz. 476 »Dijo don Pitas Payas: —Dueña de la hermosura, 483 »Miró don Pitas Payas el sabido lugar volo en vuestro cuerpo pintar una figura y vio aquel gran carnero con armas de prestar. para que ella os impida hacer cualquier locura. —¿Cómo, madona, es esto? ¿Cómo puede pasar Contestó: —Monseñer, haced vuestra mesura. que yo pinté corder y encuentro este manjar? 477 »Pintó bajo su ombligo un pequeño cordero 484 »Como en estas razones es siempre la mujer marchó Pitas Payas cual nuevo mercadero; sutil y mal sabida, dijo: —¿Qué monseñer? estuvo allá dos años, no fue azar pasajero. ¿Petit corder, dos años, no se ha de hacer carner? Cada mes a la dama parece un año entero. Si no tardaseis tanto aún sería corder. 478 »Hacía poco tiempo que ella estaba casada, 485 »Por tanto, ten cuidado, no abandones la pieza, había con su esposo hecho poca morada; no seas Pitas Payas, para otro no se cueza; amigo tomó y estuvo acompañada, incita a la mujer con gran delicadeza deshízose el cordero, ya de él no queda nada. y si promete al fin, guárdate de tibieza. Arcipreste de Hita, Libro de buen amor 479 »Cuando supo la dama que venía el pintor, muy deprisa llamó a su nuevo amador; dijo que le pintase, cual supiese mejor, en aquel lugar mismo un cordero menor. 480 »Pero con la gran prisa pintó un señor carnero, cumplido de cabeza, con todo un buen apero. Luego, al siguiente día, vino allí un mensajero: que ya don Pitas Payas llegaría ligero. ACTIVIDADES 1) ¿Quién está contando la historia de don Pitas Payas? Pon un ejemplo donde aparezca la primera persona. 2) El mester de clerecía, aunque culto, imita al mester de juglaría. Busca una llamada de atención al público al principio del fragmento. 3) ¿Cuál es la moraleja final? 4) Haz un resumen de este fragmento. 5) Realiza un análisis métrico del poema (número de estrofas, número de versos de cada estrofa, sílabas de cada verso, arte mayor/menor, rima). 24 El Libro de buen amor, de Juan Ruiz, arcipreste de Hita, es una obra del mester de clerecía. El protagonista es un arcipreste que cuenta, en primera persona y en tono burlesco, sus aventuras amorosas. Este hilo conductor se ve interrumpido por materiales diversos (planto por la muerte de Trotaconventos, oraciones y cantos de alabanza dirigidos a la Virgen, el episodio épico de la batalla de don Carnal y doña Cuaresma, serranas, ejemplos…). Es una obra llena de humor y ambigüedad sobre el significado del «buen amor». Este fragmento es uno de los relatos que se incluyen en el libro a modo de fábula, ofreciendo una moraleja final. Libro de buen amor 1 El león estuvo enfermo, le dolía la testa; 25 Creyó aquellos halagos, y ocurrió lo peor: cuando sanó del mal, y la traía enhiesta, a la fiesta volvióse bailando el cantador; todos los animales, un domingo, en la siesta, las mañas no sabía el burro del señor: se fueron ante él para hacer una fiesta. ¡pagará el juglar recio el son de su tambor! 5 Allí estaba el burro, y lo hicieron juglar; Como el león tenía secuaces preparados, como estaba bien gordo, comenzó a retozar 30 a don Burro prendieron; estaban avisados. tocando su tambor, y empezó a rebuznar: Al león lo trajeron: lo abrió por los costados. al león y a los otros los quería atronar. Todos, de su mentira, quedaron espantados. Harto de sus alardes, se puso el león sañudo, Mandó el león al lobo, de uñas tan parejas, 10 y quiso despedazarlo, pero alcanzarlo no pudo; que le guardase al asno mejor que a las ovejas; tocando su tambor, se fugó de aquel feudo; 35 cuando el león traspuso una o dos callejas, se sintió muy ofendido el león del orejudo. comióse el corazón el lobo, y las orejas. El león dijo luego que lo perdonaría; Volvió el león hambriento, a comer preparado; mandó que lo llamasen, que la fiesta honraría, pidió al lobo el asno que le había confiado; 15 y que cuanto pudiese, todo le otorgaría; sin corazón ni orejas, trájolo desfigurado. la zorra juglaresca quedó en que lo traería. 40 El león contra el lobo se puso muy airado. Marchó la raposilla a donde el asno andaba Dijo el lobo que el asno así había nacido, paciendo en un prado, y así lo saludaba: pues si corazón y orejas él hubiera tenido, “Señor”, dijo, “cofrade, vuestro toque alegraba comprendiera sus mañas, y no hubiese obedecido; 20 a todos, y ahora la reunión bostezaba. pero no los tenía y, así, había venido. Más vale vuestro estrépito y vuestro buen solaz, 45 Así, señoras mías, entended el romance: vuestro tambor sonante, y el rebuzno tenaz, guardaos de amor loco, no os coja y alcance. que toda nuestra fiesta; no seas suspicaz. Abrid vuestras orejas; que el corazón se lance El león allí te quiere, a salvo y en paz.” al amor de Dios limpio; loco amor es mal trance. Arcipreste de Hita: Libro de buen amor ACTIVIDADES 1) Haz un resumen del texto distinguiendo las tres partes de las que consta el texto: planteamiento, nudo y desenlace. 2) Explica cómo la fábula es una trasposición del mundo humano al mundo animal. 3) ¿Qué consejo ofrece el narrador al final del relato? ¿Qué relación tiene con el contenido general de la obra? 4) Realiza un análisis métrico del poema (número de estrofas, número de versos de cada estrofa, sílabas de cada verso, arte mayor/menor, rima). 25 El conde Lucanor es una obra escrita por don Juan Manuel, sobrino de Alfonso X. La obra recopila cincuenta y un cuentos cuya finalidad es enseñar a los nobles a comportarse en la administración de sus tierras. Los cuentos (también llamados ejemplos) son independientes y están recogidos de la tradición oral. EJEMPLO XXXVIII LO QUE SUCEDIÓ A UN HOMBRE QUE IBA CARGADO DE PIEDRAS PRECIOSAS Y SE AHOGÓ EN UN RÍO Un día el conde le dijo a Patronio que tenía muchas ganas de ir a un lugar donde esperaba recibir una gran cantidad de dinero, cosa que le vendría muy bien; pero que tenía la sospecha de que, si acudía y permanecía en ese sitio, su vida podría correr peligro; por lo cual le rogaba le aconsejase qué debía hacer. Señor conde —dijo Patronio—, para que hagáis lo que yo creo que os conviene más, me gustaría que supierais lo que sucedió a un hombre que intentaba cruzar un río con un pesado saco colgado del cuello y repleto de cosas muy valiosas. El conde le preguntó qué le había sucedido. —Señor conde —respondió Patronio—, un hombre llevaba a cuestas una gran cantidad de piedras preciosas; eran tantas que casi no podía con el peso. Sucedió que tuvo que pasar un río y, como soportaba una carga tan grande, sus pies se le hundían en el fondo mucho más que si no llevara nada. Al llegar a la mitad del profundo cauce empezó a hundirse más y más. Un hombre, que lo estaba observando desde la orilla, comenzó a darle voces diciéndole que soltara la carga, porque de lo contrario se ahogaría. Pero aquel majadero no se daba cuenta de que, si se ahogaba, no solo perdería las riquezas sino también la vida; en tanto que, si las tiraba, perdería su tesoro, pero él se salvaría. Por la codicia de no perder las piedras preciosas que llevaba encima, aquel mentecato no quiso soltarlas y murió en el río. A vos, señor conde Lucanor, aunque sé que os vendría muy bien recibir ese dinero que me decís, os aconsejo que, si veis peligro en permanecer en ese lugar, no lo hagáis por afán de riquezas. También os aconsejo, de paso, que nunca arriesguéis vuestra vida si no es en defensa de vuestra honra o por algún deber inexcusable, pues el que se aprecia poco y arriesga su vida por codicia o frivolidad tened por cierto que no hará grandes cosas; por el contrario, el que de verdad valora su vida se comportará de tal modo que los demás también lo aprecien, ya que el afecto y el respeto que nos tienen los demás no depende de lo mucho o poco que nos amemos a nosotros mismos, sino de nuestro modo de actuar. Os aseguro que la persona que sabe valorar su vida no la arriesga así como así, por pura codicia o por algún motivo insignificante; sin embargo, para causas importantes nadie la arriesgará de tan buena gana ni tan pronto como la persona que es consciente de lo valiosa que es su existencia. Al conde le gustó mucho este consejo, obró según él y le fue muy bien. Y viendo don Juan que este cuento era bueno, lo hizo poner en este libro y escribió unos versos que dicen así: A quienes por codicia sin temor se aventuran, la vida y sus riquezas poco tiempo les duran. Don Juan Manuel: El conde Lucanor (texto adaptado) 26 ACTIVIDADES 1) En el texto aparecen dos líneas narrativas: la línea narrativa principal está protagonizada por el conde Lucanor y su consejero Patronio; en la línea narrativa secundaria se cuenta el relato del hombre que iba cargado de piedras preciosas. Haz un resumen de cada una de estas dos líneas. 2) ¿Qué tipo de narrador aparece en cada línea narrativa? Explícalo y pon un ejemplo. 3) ¿Cuáles son los personajes de cada línea narrativa y qué características tienen? 4) ¿Cuál es el tiempo externo, el tiempo interno y la estructura temporal de cada línea narrativa? Justifica tu respuesta. 5) Identifica y explica las características lingüísticas de este texto narrativo (tipo de verbos, tiempos verbales, modalidades oracionales, marcadores discursivos). 27 El conde Lucanor es una obra escrita por don Juan Manuel, sobrino de Alfonso X. La obra recopila cincuenta y un cuentos cuya finalidad es enseñar a los nobles a comportarse en la administración de sus tierras. Los cuentos (también llamados ejemplos) son independientes y están recogidos de la tradición oral. DE LO QUE ACONTECIÓ A UN ZORRO CON UN CUERVO QUE TENÍA UN PEDAZO DE QUESO EN EL PICO En otra ocasión, hablaba el conde Lucanor con Patronio, su consejero, y le dijo: —Patronio, un hombre que se dice mi amigo, me empezó a alabar mucho, asegurándome que me esperaban grandes aumentos de honra y de poder, y muchas cosas buenas. Y, a la vez que me halagaba mucho, me inducía a que entablara un pleito que, a primera vista, tal como lo planteaba, parece que se fallada a mi favor. Y el conde explicó a Patronio en qué consistía el pleito, pero, aunque parecía pleito provechoso, Patronio se dio cuenta del engaño oculto bajo aquellas palabras hermosas. Por lo cual, dijo al conde: —Señor conde Lucanor, sabed que ese hombre os quiere engañar, dándoos a entender que podéis aspirar a mayor poder y estado del que os corresponde en verdad. Y para que podáis libraros del engaño que os quiere hacer, me gustaría que supieseis lo que aconteció a un cuervo con un zorro. Y el conde le preguntó qué había sucedido. —Señor conde Lucanor —dijo Patronio—, una vez halló el cuervo un gran pedazo de queso, y se subió a un árbol para poder comérselo más a gusto, sin recelo y sin estorbo de nadie. Y cuando así estaba, pasó el zorro por el pie del árbol, y apenas vio el queso que tenía el cuervo se puso a tramar el modo de quitárselo. Y, por ello, empezó a hablar de esta manera: — “Don Cuervo, hace mucho tiempo que oí hablar de vos y de vuestra nobleza y apostura. Y aunque os he buscado, no ha sido voluntad de Dios ni ventura mía el que os hallara hasta este momento. Y para que veáis que no os lo digo por lisonja, enumeraré tanto las aposturas que en vos veo como aquellas cosas en que, según las gentes, no sois tan apuesto. Todas las gentes piensan que el color de vuestro plumaje, ojos y pico, patas y uñas es negro. Y dado que las cosas negras no son tan apuestas como las de otro color, y vos sois enteramente negro, opinan las gentes que ello constituye mengua de vuestra apostura. No se dan cuenta de que se equivocan pensando así. Pues si vuestras plumas son negras, es tan negra y brillante su negrura, que se vuelven de azul índigo como las plumas del pavo real, la cual es el ave más hermosa del mundo. Y aunque vuestros ojos son negros, en cuanto ojos son más hermosos que ningunos otros ojos; pues la propiedad del ojo no es sino ver; y puesto que toda cosa negra conforta la vista, los negros son los mejores; y por ello son más alabados los ojos de la gacela, que son más negros que los de cualquier otro animal. De igual manera, vuestro pico y vuestras patas y uñas son más fuertes que las de ninguna otra ave de vuestro tamaño. Y en vuestro vuelo tenéis tanta ligereza, que no os estorba el viento contrario, por recio que sea, cosa que ninguna otra puede hacer tan ligeramente como vos. Y tengo por seguro, puesto que Dios hace todas las cosas razonablemente, que no consentiría que, siendo vos tan excelente en todo, tuvieseis el defecto de no cantar mejor que otra ave cualquiera. Y pues Dios me ha concedido la merced de veros, y compruebo que hay en vos mejor bien del que nunca oí, si me dejaseis oír vuestro canto, me tendría bienaventurado para siempre”. Y cuando el cuervo vio de qué modo le alababa el raposo, y cómo le decía verdad en algunas cosas, pensó que se las decía en todas, e imaginó que era su amigo, sin sospechar que era para quitarle el queso que llevaba en el pico. Y en vista de las muchas y buenas razones que le había oído, y por los halagos y por los ruegos que le había hecho, abrió el pico para cantar. Por lo cual cayó el queso en tierra, lo tomó el zorro y se fue con él. Y así quedó engañado el cuervo, por creer que su apostura y gallardía eran mayores que las que tenía de verdad. 28 Y vos, señor conde Lucanor, a quien Dios os hizo abundantes mercedes en todo, puesto que veis cómo aquel hombre os quiere hacer pensar que tenéis más poder y mayor honra o más bondades de las que os constan, comprended que lo hace para engañaros: guardaos de él y obraréis como hombre de buen seso. Al conde le plació mucho cuanto Patronio le dijo, y obró de conformidad con ello; su consejo lo preservó del yerro. Y don Juan (Manuel), entendiendo que este cuento era muy bueno, hízolo escribir en este libro, y compuso estos versos en que se resumen la intención y todo el relato: Quien te alaba con lo que no hay en ti, quiere llevarse lo que tienes de ti. Don Juan Manuel: El conde Lucanor ACTIVIDADES 1) En el texto aparecen dos líneas narrativas: la línea narrativa principal está protagonizada por el conde Lucanor y su consejero Patronio; en la línea narrativa secundaria se cuenta el relato del cuervo que quería el trozo de queso. Haz un resumen de cada una de estas dos líneas. 2) ¿Qué tipo de narrador aparece en cada línea narrativa? Explícalo y pon un ejemplo. 3) ¿Cuáles son los personajes de cada línea narrativa y qué características tienen? 4) ¿Cuál es el tiempo externo, el tiempo interno y la estructura temporal de cada línea narrativa? Justifica tu respuesta. 5) Identifica y explica las características lingüísticas de este texto narrativo. 29 El Prerrenacimiento ÍNDICE Contexto histórico, político y cultural La lírica popular El romancero viejo La lírica culta La poesía de Cancionero Jorge Manrique y las Coplas La Celestina Práctica Contexto histórico, social y cultural La crisis de la sociedad medieval, cuyos síntomas ya eran perceptibles en el siglo XIV, se acentúa de forma considerable en el XV, periodo que ha sido considerado por los historiadores como época de transición entre la Edad Media y el Renacimiento. Esta crisis se refleja en la actividad política, en la economía, en las manifestaciones culturales, en las formas de pensamiento y también en la literatura. La sociedad del siglo XV es conflictiva. En Castilla la alta nobleza había alcanzado una posición hegemónica; en cambio, las condiciones de vida de los campesinos eran cada vez más lamentables. Esto provocó el estallido de continuas revueltas antiseñoriales. Además, se deterioraron gravemente las relaciones entre los miembros de las tres comunidades étnico- religiosas (cristianos, musulmanes y judíos), que hasta ese momento habían convivido en un clima de tolerancia mutua. La crisis política se agudiza en el siglo XV. Castilla vive un clima de anarquía que tiene su reflejo en la literatura: los reinados de Juan II y Enrique IV son objeto de especial atención por parte de prosistas e historiadores; el caos y la corrupción moral de la sociedad cortesana estimulan el cultivo de la sátira sociopolítica. A finales de siglo los Reyes Católicos someten a la nobleza, concentran el poder en sus manos e instauran la monarquía autoritaria. Por lo que respecta a la cultura, el descubrimiento de la Antiguëdad Clásica a través de los humanistas italianos (Dante, Petrarca, Boccaccio) resulta de vital importancia. En las cortes literarias de Juan II, Alfonso V el Magnánimo y los Reyes Católicos esta corriente literaria renovadora se difunde. La crisis del sistema de valores tradicional, cuyos primeros síntomas ya se detectan en el Libro de buen amor, se intensifica de forma considerable en el siglo XV. El hombre, tras un largo periodo de dudas e inseguridades, recobra la fe en sí mismo y toma conciencia de su propia individualidad (antropocentrismo). Alentado por un espíritu pagano y materialista, considera que esta vida le ofrece un mundo de gratificantes sensaciones con las que quiere deleitarse. Pero este sentido vitalista de la existencia no se consolida hasta el Renacimiento. En la Baja Edad Media coexiste con la mentalidad ascética, por lo que aparece un mundo de contrastes en el que junto al hedonismo materialista de La Celestina pervive la concepción cristiana de las Coplas, de Jorge Manrique. 30 La lírica popular El Romancero viejo En el siglo XIV la poesía épica entró en decadencia. La sociedad en la que había surgido iba desapareciendo, por lo que los gustos del público cambiaron. De este modo, los poemas épicos se fragmentaron y dieron paso a una nueva forma literaria: los romances. Un romance es un poema de extensión variable, escrito en versos octosílabos, en el que riman en asonante los versos pares y quedan libres los impares. Esta estructura se explica por su relación originaria con los cantares de gesta. Los versos del cantar, que tendían a las dieciséis sílabas, monorrimos y con dos hemistiquios, se dividieron en versos de ocho sílabas y, por lo tanto, la rima quedaba en los versos pares. Cantar de gesta _ _ _ _ _ _ _ _ / _ _ _ _ _ _ _ _ 8,8 A _ _ _ _ _ _ _ _ / _ _ _ _ _ _ _ _ 8,8 A _ _ _ _ _ _ _ _ / _ _ _ _ _ _ _ _ 8,8 A _ _ _ _ _ _ _ _ / _ _ _ _ _ _ _ _ 8,8 A Romance ________ 8— ________ 8a ________ 8— ________ 8a ________ 8— ________ 8a El carácter oral de los romances complica la tarea de fijar con exactitud la fecha en que aparecieron. La copia más antigua conservada data de 1421. Más tarde, los juglares y poetas compusieron romances como composiciones autónomas y no desgajadas de los cantares. A lo largo del siglo XVI y primera mitad del siglo XVII, los autores cultos los recogen y los incluyen en Romanceros. Temas La gran riqueza temática de los romances también permite relacionarlos con los poemas épicos. Como ejes temáticos constantes pueden señalarse lo épico, el amor y las relaciones entre señores y vasallos. Según su contenido, los romances se clasifican en tres tipos: históricos: su argumento se basa en hechos políticos de la historia de los reinos cristianos peninsulares. Pueden centrarse en un personaje (don Rodrigo), o tener como fin la difusión de noticias importantes. Estos últimos se denominan romances noticieros y se dividen en fronterizos y moriscos. Los romances fronterizos narraban sucesos ocurridos en la frontera durante la Reconquista e informaban del desarrollo de la guerra (Abenámar y el rey don Juan). Los romances moriscos plasmaban la visión de los moriscos vencidos con gran dramatismo y sensibilidad (El rey moro que perdió Alhama). épicos: derivan de composiciones épicas, ya sean cantares de gesta castellanos (En santa Gadea de Burgos; Romance de cómo Mudarra vengó a sus hermanos) o carolingios, cuyos protagonistas son personajes de la corte de Carlomagno. Uno de los 31 más difundidos fue el Romance de doña Alda, que narra la escena en la que la amada de don Roldán recibe la noticia de su muerte. novelescos y líricos: creados por la imaginación popular. En este apartado se incluyen algunos de los mejores y más conocidos, como el Romance del conde Arnaldos, cuyo mayor encanto reside en el final interrumpido, y el Romance del prisionero, vinculado con las canciones líricas de mayo. Estilo Junto a los rasgos idiomáticos propios de la épica y a las fórmulas del lenguaje oral como las constantes apelaciones a los oyentes, que heredan de los cantares de gesta, los romances presentan unos rasgos estilísticos inconfundibles: a) tendencia a lo fragmentario: el romance se ciñe a lo esencial. Por este motivo, suele tener un comienzo «in media res» y en él predomina la acción en detrimento de la descripción. b) tendencia a la repetición: es uno de los procedimientos más llamativos de la poesía popular. Unas veces se repiten fonemas (aliteración), otras palabras y otras estructuras oracionales (paralelismo). c) libertad temporal: aparece el pretérito imperfecto de subjuntivo en lugar del pretérito perfecto simple (Allí respondiera el moro, / bien oiréis lo que dirá); el condicional en lugar del futuro (Por tanto, pregunta, rey, / que la verdad te diría); y el imperfecto de indicativo en lugar del presente, llamado imperfecto desrealizador (¿Qué castillos son aquellos? / Altos son y relucían). d) empleo de interrogaciones y exclamaciones: para aumentar el dramatismo de la acción. 32 La lírica culta La poesía de Cancionero Esta poesía culta, compuesta para ser leída, recitada o cantada en la corte, es la corriente más característica del siglo XV. La poesía de cancionero adquiere su forma definitiva en tiempos de Juan II de Castilla, con la generación a la que pertenecen el Marqués de Santillana y Juan de Mena. Sus características principales son: a) lenguaje artificioso: juegan con los diversos significados de las palabras (dilogía) o con palabras de la misma raíz, emplean numerosas figuras literarias y la sintaxis es sumamente latinizante, con gran abundancia de hipérbatos. b) gran variedad de estrofas y métrica: la canción trovadoresca se usa para el tema amoroso; el decir se especializa en temas morales, filosóficos, políticos o religiosos; la esparza expresa brevemente un pensamiento de forma ingeniosa; también se emplean la glosa, las preguntas y los debates. c) métrica: cultivan preferentemente el verso de arte mayor castellano, generalmente de doce sílabas, y el octosílabo. Esta poesía se recogió en numerosos cancioneros, entre los que destacan el Cancionero de Baena, el Cancionero de Estúñiga, el Cancionero general y el Cancionero musical de palacio. Dentro de los círculos cortesanos castellanos adquieren especial relevancia el Marqués de Santillana, Juan de Mena y Jorge Manrique. La obra del Marqués de Santillana, alegre y sencilla, recoge la tradición moralista medieval, la sabiduría popular, la importancia de Dante y Petrarca, y la innovación métrica. Entre sus obras destacan los Sonetos fechos al itálico modo. Juan de Mena compuso en honor a Juan II el Laberinto de Fortuna, en coplas de arte mayor castellano, con un estilo artificioso y una sintaxis latinizante. 33 Jorge Manrique y las Coplas Jorge Manrique nació en la localidad palentina de Paredes de Nava hacia 1440. Era hijo de don Rodrigo Manrique y de doña Mencía de Figueroa, prima de Marqués de Santillana. Su familia participó de modo muy activo en las contiendas nobiliarias de su tiempo. Bajo el reinado de Juan II (1406-1454) combatieron los Manrique al Condestable don Álvaro de Luna, hombre de confianza del monarca y firme partidario de reforzar el poder de la Corona en detrimento de los nobles. En este ambiente guerrero y de intrigas políticas se educó Jorge Manrique. No obstante, influido por el refinamiento de la vida cortesana del siglo XIV y por el ejemplo cercano de su tío –el famoso poeta y dramaturgo Gómez Manrique– debió de frecuentar también los círculos artísticos de la época. De este modo, Jorge Manrique fue un noble y soldado que aspiraba a hacerse un nombre en la sociedad aristocrática de su época y, al igual que otros aristócratas, en sus ratos libres cultivaba la poesía. En su poesía aborda la temática propia de la época: poesía amorosa: se inserta dentro de la temática del amor cortés, con la inevitable repetición de temas, vocabulario y recursos poéticos. poesía burlesca: se reduce a tres composiciones y responde al florecimiento de este tipo de poesía en el siglo XV. poesía moral: se incluyen en este apartado las Coplas a la muerte de su padre. Coplas a la muerte de su padre Las Coplas constituyen una de las cumbres de la literatura universal. Su hondo lirismo, el sincero y emocionado homenaje que rinde el poeta a su padre, el análisis profundo del sentido de la vida y el misterio de la muerte confieren al poema una renovada y perenne actualidad. Género literario Las Coplas son una elegía. Se trata de un subgénero lírico en el que el fallecimiento de un ser querido o de un personaje ilustre mueve al autor, conmocionado por el suceso, a realizar una reflexión general sobre la muerte y la condición perecedera de la existencia humana. Y para aliviar la angustia, el poeta ofrece como consuelo la conducta ejemplar del difunto, de quien se elogian las virtudes y cualidades naturales que lo han hecho merecedor de la vida eterna, siguiendo los postulados de la doctrina cristiana. Estructura La obra se divide en tres partes: Primera parte (coplas I-XIV): contiene reflexiones generales de carácter filosófico sobre la fugacidad de la vida humana y la inconsistencia de los bienes de este mundo, sujetos a la acción destructora e implacable de la fortuna, el tiempo y la muerte. Segunda parte (coplas XV-XXIV): son recuerdos del pasado inmediato. Sigue el tópico del «ubi sunt», preguntándose por personas ilustres y hechos históricos. En esta parte aparece un verdadero retrato de la corte. Tercera parte (coplas XXV-XL): aparece el elogio del difunto, don Rodrigo, al que equipara con personajes de la Antigüedad Clásica y sobre el que describe sus virtudes. En ella muestra la vida eterna que prevalece sobre la terrenal y la de la fama. Termina la obra con la aceptación serena de la muerte por parte de don Rodrigo. 34 Temas El poema lo configuran diversos motivos extraídos de la tradición literaria. Son tópicos o lugares comunes que expresan verdades universalmente aceptadas en la Edad Media. Jorge Manrique, desde su propia experiencia, recrea de forma personalísima esos temas y el resultado es una obra muy conmovedora por su autenticidad y emoción. Los temas principales de la obra son: la fortuna como azar ciego: la fortuna aparece como una rueda presurosa e inestable que reparte caprichosamente la felicidad y la desgracia. Se trata de una interpretación pagana de la fortuna (diosa caprichosa y ciega) relacionada con el resurgir de la Antigüedad Clásica. el tiempo fugaz: el tiempo carece de consistencia. El presente es imposible retenerlo, se escapa; el futuro se convertirá en sucesivos presentes inaprensibles; por lo tanto, todo queda reducido a pasado, es decir, a un no ser. Como el mundo se sustenta en el tiempo, y este es efímero, es inútil que el hombre deposite sus esperanzas en los frágiles cimientos de lo terrenal. la muerte igualatoria: en el tratamiento literario de la muerte Jorge Manrique recoge la tradición de la muerte y su poder igualatorio. La muerte no establece diferencias ni respeta jerarquías; su aparición es imprevisible y cruel; y su condición, ineludible. Manrique supera esta concepción aterradora haciéndole recobrar su sentido trascendente. La muerte es un descanso que aguarda después de bregar por este mundo, es una puerta de acceso a la eternidad tras una vida heroica y virtuosa. la fama: la fama es una manera de prolongar la propia vida. El concepto manriqueño de la fama se inscribe dentro de la concepción cristiana, considerándola una consecuencia de una vida de honor; la única defensa que el hombre puede esgrimir ante los ataques de la fortuna, el tiempo y la muerte; un consuelo para los que aún quedan en este mundo; y el medio para alcanzar la salvación eterna, que es el propósito de todo cristiano. Asimismo, se recrean algunos tópicos literarios: tópico del «menosprecio del mundo»: el mundo es un lugar de tránsito, una morada provisional y ajena, un escenario en el que el hombre tiene la posibilidad –con sus buenas acciones– de conseguir la salvación de su alma. Como su estancia en el mundo es transitoria, no debe aferrarse a él; y ese desapego ha de mostrarlo con la renuncia a los bienes terrenales –el poder, la riqueza, los placeres de la vida cortesana…–, que son engañosos, fugaces e inestables debido a la fortuna, el tiempo y la muerte. tópico del «ubi sunt»: para ejemplificar la fugacidad de los bienes mundanos recurre a la convención retórica de este tópico que consiste en preguntar por el paradero de poderosos personajes del pasado inmediato; pero la respuesta es el silencio. Ese silencio representa lo que queda de ellos, a lo que han sido reducidos por la fortuna, el tiempo y la muerte. Métrica La elegía consta de cuarenta coplas, denominadas coplas manriqueñas o de pie quebrado. Se trata de estrofas de doce versos (octosílabos y tetrasílabos) con rima consonante y agrupados en dos sextillas de pie quebrado, cuya estructura y disposición métrica es la siguiente: 35 ———————— 8a ———————— 8b ———— 4c Sextilla primera ———————— 8a ———————— 8b ———— 4c ———————— 8d ———————— 8e ———— 4f Sextilla segunda ———————— 8d ———————— 8e ———— 4f Esta especial configuración de los versos dota a la obra de un ritmo solemne y fúnebre, muy apropiado a su contenido. 36 La Celestina La primera edición de La Celestina data de 1499, finales del siglo XV, periodo de crisis que supone la transición entre la Edad Media y el Renacimiento. En este tiempo se produce el paso de una sociedad estamental a una sociedad renacentista con una moderada movilidad social; el paso de una economía agraria y feudal a una economía urbana, fundamentada en el dinero como «pago de servicios»; y el paso de un sistema que rinde devoción a Dios a un modelo que le permite al hombre la búsqueda del placer exento de dolor. La Celestina es testimonio de esta crisis, situándose a medio camino entre la mentalidad medieval y la renacentista. Los rasgos medievales que tiene son los siguientes: intención moralizante: la obra está escrita para censurar a los enamorados que, llevados por su pasión, se dejan aconsejar por alcahuetas. tópico de considerar al mundo un valle de lágrimas (presente en el lamento final de Pleberio). Por otro lado, los rasgos renacentistas son: nuevo código moral cuyos principios rectores son la conciencia de la propia individualidad, el declive de la sociedad feudal, el anhelo de libertad, la exaltación del placer, un cierto pragmatismo orientado a la búsqueda del provecho propio y, por último, el afán de lucro. carácter mundano, individual y pagano de los personajes, más apegados a lo real que a lo ideal (Calisto diviniza a Melibea, colocándola por encima de Dios, lo que es una evidente paganización). importancia del tiempo y aparición de un marco urbano en el que se desarrolla la acción. Autor y ediciones El autor es Fernando de Rojas, pero parece que no es el único autor. Según él mismo confiesa, su labor fue solo la de continuador de un texto atribuido —sin demasiados argumentos— a Juan de Mena o Rodrigo de Cota. Al primer autor se le debe el planteamiento de una obra de tipo sentimental; el segundo autor, Fernando de Rojas, finalizó la obra a partir de lo que encontró escrito, pero dándole un rumbo diferente. Aunque el texto actual lo conocemos con el nombre de La Celestina, no es este su título original. La obra pasa por múltiples ediciones que modifican su título y extensión. Actualmente para su estudio se parte de dos versiones: la Comedia de 16 actos, de la que se conservan tres ediciones (Burgos 1499, Toledo 1500 y Sevilla 1501) y la Tragicomedia de 21 actos. Argumento La Celestina relata los amores entre Calisto y Melibea. Calisto se enamora de Melibea tras un encuentro casual, pero esta lo rechaza. Sempronio, criado de Calisto, le aconseja que pida ayuda a Celestina, una alcahueta que, gracias a sus artes, logrará cambiar la voluntad de Melibea y hacer que se despierte en ella el amor. En agradecimiento, el joven regala una cadena de oro a Celestina, quien muere a manos de los criados de Calisto por no querer compartir con ellos la recompensa. Los criados son prendidos y ajusticiados. Calisto, una noche en que visita a su amada, al bajar por la escalera se cae y muere. Melibea, desesperada por el trágico final de Calisto, cuenta lo sucedido a su padre, Pleberio, y se arroja desde una torre. La obra finaliza con el planto que el anciano Pleberio realiza ante la muerte de su hija. 37 La Celestina, Gerardo Vera (1996) Temas Los principales temas de la obra son: la pasión: es el principio que mueve toda la obra y gravita sobre todos los personajes. Es una pasión incontrolable y avasalladora que desestabiliza el ánimo de los individuos, los arrastra al desorden moral y, por último, los destruye y aniquila. El amor engendra el caos, la perdición y la muerte. la crisis de valores sociales y morales: la obra refleja el declive de la sociedad feudal y la constatación de que el dinero es el motor de estos cambios (Calisto paga por conseguir el amor de Melibea, Pleberio alardea de sus negocios y la avaricia es la fisura por la que se romperá la relación entre los criados y Celestina). la Fortuna: se cierne sobre todos los personajes de la obra, como recogen las palabras de Pleberio en el auto final. el paso del tiempo y la presencia de la muerte: se observa la preocupación por el paso del tiempo. Hay muchas alusiones a la muerte a través del recurso de la ironía trágica. La muerte aparece como castigo al camino escogido por cada uno de los personajes, puesto que en ningún caso es una muerte natural y sosegada. libertad de la mujer/misoginia: el discurso misógino es frecuente en la literatura española de la Baja Edad Media, como muestra el parlamento de Sempronio en el auto I, donde habla de la lujuria insaciable de las mujeres. No obstante, también podemos comprobar la libertad con que viven algunas de las protagonistas de la obra: deseo de independencia a través del trabajo (aunque sea inmoral) de las prostitutas; determinación de Melibea de rechazar su matrimonio e incluso decidir el final de su vida. la magia: puede interpretarse que es la causante de la pasión de Melibea (en la Edad Media se aceptaban estos rituales) o puede considerarse que la joven se mostraba interesada en Calisto desde el primer momento y que su rechazo inicial entra dentro del juego amoroso. En todo caso, la alcahueta hace uso de la philo-captio («captación del amor») invocando a Plutón, práctica por la que se creía que se podía provocar una pasión amorosa. Estructura La estructura formal está compuesta por veintiún actos. Teniendo en cuenta el desarrollo argumental (estructura interna) la obra puede dividirse en cuatro partes: 1) acto I: planteamiento de la acción. 2) actos II-XII: desarrollo de los conflictos entre los personajes. 38 3) actos XIII-XX: desarrollo de la pasión amorosa entre Calisto y Melibea. 4) acto XXI: llanto de Pleberio. Personajes Los personajes son muy variados y pertenecen a diferentes grupos sociales, lo que muestra la complejidad de la sociedad del siglo XV. Este es uno de los rasgos más novedosos de la obra, pues no es común en la literatura medieval castellana que los seres marginales cobren protagonismo, a la vez que aporta un tono realista que convierte a la obra en el precedente principal tanto del género celestinesco, que emana de ella, como de la literatura picaresca que se desarrollará a partir del siglo XVI. Los personajes principales son los siguientes: Celestina es la figura central de la obra y el personaje más complejo. Físicamente es una vieja barbuda de 72 años («seis docenas»), arrugada y con un rasguño en la cara en el que algunos reconocen la marca del diablo. Es alcahueta, medianera (ha deshecho 5.000 virgos), hechicera, trotaconventos y enemiga de honestidad. Ha sido empicotada por hechicera8. Conoce a fondo la psicología del resto de los personajes y todos giran a su alrededor, siendo manipulados por ella: en su entorno cercano, sus criadas Elicia y Areúsa; en el mundo exterior a ella, Calisto y Melibea, quienes dependen tanto de sus acciones que no pueden lograr sus objetivos sin su ayuda. Es un personaje egoísta que no repara en ningún obstáculo a la hora de conseguir lo que se propone. Es una alcahueta falsa, hipócrita y astuta que se muestra humilde ante los poderosos, a quienes desprecia y de cuya debilidad se aprovecha. Representa la sabiduría medieval. La Celestina, Picasso (1904) Calisto (del griego kalisstos, “hermosísimo”) es un caballero ocioso con una economía saneada (tiene rentas que ha heredado). Posiblemente de origen converso, como hace pensar su soledad y la ausencia de cualquier lazo familiar. Es una persona egoísta que no se mueve nada más que por sus propios intereses, ligados, durante toda la obra, a sus deseos amorosos hacia Melibea. Su amor no es un amor idealizado, sino más bien físico, carnal, que lo lleva a anteponer su pasión a cualquier otro concepto moral o cívico. Es un personaje continuamente parodiado: sus actos y su lenguaje constituyen en sí mismos una burla del amor cortés. Además, su muerte es ridícula e impropia de un galán. Es el personaje que menos evoluciona a lo largo de la obra. Melibea (del griego melibbeia, “la de la voz dulce”) es una joven hermosa, hija única de Pleberio y Alisa. Tiene 20 años (edad elevada para una soltera de la época). Se presenta en un principio como el prototipo de la dama del amor cortés: distante y esquiva. No obstante, pronto cae en las redes de la lujuria, tras la mediación de Celestina. Cuando ve perdida la fuente del placer, tras la muerte de Calisto, siente que la vida no tiene interés y se suicida. Su discurso final da cuenta de una amplia formación cultural, confiere al personaje una extraordinaria dignidad dramática y constituye en sí mismo uno de los momentos más conmovedores del texto. Según ella 8 La picota era una columna de piedra a la entrada de las ciudades donde se ponía a ciertos delincuentes para su vergüenza pública. También se ponían allí las cabezas de los ajustic