HERRAMIENTAS PARA EL DIAGNÓSTICO CLÍNICO (7) PDF
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This document provides an overview of diagnostic tools for diseases of the digestive system. It covers various modalities, including imaging techniques like CT, MRI, and ultrasound, and laboratory tests. The use of these tools in clinical practice is also highlighted, focusing on common pathologies and correlations with relevant anatomical structures.
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HERRAMIENTAS PARA EL DIAGNÓSTICO CLÍNICO Herramientas para el diagnóstico de enfermedades del sistema digestivo Unidad 8 Los estudiantes podrán reconocer y utiliz...
HERRAMIENTAS PARA EL DIAGNÓSTICO CLÍNICO Herramientas para el diagnóstico de enfermedades del sistema digestivo Unidad 8 Los estudiantes podrán reconocer y utilizar las técnicas de diagnóstico por imagen, la anatomía radiológica y las pruebas de laboratorio para evaluar y diferenciar las Objetivo de la Unidad patologías más comunes del sistema digestivo, comprendiendo la relevancia de cada herramienta en el proceso de diagnóstico y seguimiento clínico Introducción El sistema digestivo está implicado en una variedad de patologías que abarcan desde enfermedades inflamatorias hasta cánceres gastrointestinales, lo que requiere un enfoque diagnóstico integral y multimodal. Esta unidad busca proporcionar a los estudiantes un entendimiento profundo de las herramientas diagnósticas clave utilizadas en la evaluación de las enfermedades del sistema digestivo, centrándose en los estudios de imagen, la anatomía radiológica y las pruebas de laboratorio clínico. En el apartado de estudios de imagen en las patologías digestivas más frecuentes, los estudiantes explorarán cómo herramientas como la tomografía computarizada (TC), la resonancia magnética (RM), la ecografía abdominal y los estudios contrastados como la colonoscopia virtual son esenciales para detectar y evaluar enfermedades como el cáncer colorrectal, la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), el hígado graso no alcohólico (NAFLD) y otras patologías gastrointestinales. La capacidad de estas modalidades para brindar información anatómica detallada y ayudar en la planificación de intervenciones quirúrgicas será discutida a través de casos clínicos representativos. A continuación, la unidad profundizará en la anatomía radiológica del sistema digestivo, proporcionando un repaso exhaustivo de la representación radiológica de los órganos digestivos, como el esófago, el estómago, los intestinos, el hígado, el páncreas y la vesícula biliar. Los estudiantes aprenderán a interpretar imágenes radiológicas y a identificar características claves de patologías comunes como úlceras gástricas, diverticulitis, pancreatitis y cirrosis hepática, con un enfoque en las correlaciones clínicas y la toma de decisiones basada en las imágenes. Finalmente, en la sección dedicada al laboratorio clínico, se revisarán las pruebas esenciales que apoyan el diagnóstico de las patologías digestivas. El análisis de enzimas hepáticas, como la ALT y AST, junto con los niveles de bilirrubina y marcadores tumorales como el CEA, serán aspectos clave para evaluar enfermedades hepáticas y neoplasias. Además, se explorarán los estudios de sangre oculta en heces, utilizados en la detección temprana de cáncer colorrectal, y la evaluación de la función pancreática mediante pruebas como la determinación de amilasa y lipasa. Los estudiantes también aprenderán a interpretar resultados de pruebas como la serología para celiaquía y el papel del microbioma intestinal en la salud digestiva. Al finalizar esta unidad, estarán capacitados para utilizar de manera efectiva las herramientas de diagnóstico más relevantes en el ámbito de las enfermedades del sistema digestivo, integrando estudios de imagen y pruebas de laboratorio con la evaluación clínica para lograr un diagnóstico preciso y un manejo adecuado de los pacientes. Estudios de imagen en las patologías más frecuentes del sistema digestivo La radiografía abdominal tiene una precisión limitada para diagnosticar afecciones como apendicitis y pancreatitis, principalmente debido a su baja sensibilidad.Los estudios han demostrado que la radiografía abdominal tiene una sensibilidad del 0 % para la apendicitis y la pancreatitis, lo que la hace ineficaz para estas afecciones. La radiografía simple de abdomen en posición de pie es una herramienta valiosa en la evaluación inicial del dolor abdominal. La radiografía abdominal simple tiene una utilidad limitada para diagnosticar el dolor abdominal, en particular en comparación con modalidades de imágenes más avanzadas como la tomografía computarizada (TC). *Indicaciones* - Dolor abdominal agudo - Sospecha de obstrucción intestinal - Dolor abdominal crónico con cambios en el patrón de dolor - Evaluación de cuerpos extraños o objetos radiopacos *Técnicas y consideraciones* - Posición de pie para evaluar el movimiento de gases y líquidos - Radiografía en dos proyecciones: anteroposterior (AP) y lateral - Utilizar protección radiológica adecuada *Estructuras y hallazgos normales* - Contornos intestinales y gastricos normales - Presencia de gas en el intestino delgado y grueso - Posición normal del estómago, duodeno y colon *Hallazgos patológicos comunes* - Obstrucción intestinal: dilatación intestinal, niveles hidroaéreos - Íleo paralítico: dilatación intestinal sin niveles hidroaéreos - Intususcepción: signo del "nudo" - Volvulus: signo del "cuerpo extraño" - Cálculos renales o biliares - Neumoperitoneo: aire libre en cavidad abdominal *Limitaciones y consideraciones* - No detecta lesiones del tracto biliar o pancreático - No detecta inflamación o infección sin cambios radiológicos - No reemplaza la evaluación clínica y los exámenes complementarios La radiografía abdominal se utiliza tradicionalmente para detectar obstrucción intestinal, neumoperitoneo, Sin embargo, su sensibilidad para afecciones como la apendicitis y la pancreatitis es muy baja.Por ejemplo, la radiografía tiene una sensibilidad del 0% para la apendicitis y la pancreatitis, lo que la hace ineficaz para estas afecciones Por el contrario, la tomografía computarizada (TC) ofrece una precisión diagnóstica significativamente mayor.La TC es la modalidad de diagnóstico por imágenes preferida para la apendicitis aguda, con sensibilidades de hasta el 98,4 % y especificidades de alrededor del 89,6 %. En el caso de la pancreatitis, la TC también es más eficaz y proporciona información detallada sobre la inflamación y las complicaciones pancreáticas. La colangiopancreatografía por resonancia magnética (CPRM) es particularmente útil para evaluar los sistemas de conductos biliares y pancreáticos, ofreciendo una alternativa no invasiva a la TC sin radiación ionizante.La CPRM es beneficiosa para diagnosticar la pancreatitis y sus complicaciones, aunque no suele utilizarse para la apendicitis. La TC y la CPRM proporcionan una precisión diagnóstica superior a la radiografía abdominal para estas afecciones, y su uso está respaldado por pautas clínicas y revisiones sistemáticas. *Algoritmo de actuación* 1. Evaluación clínica inicial 2. Radiografía simple de abdomen en posición de pie 3. Interpretación de resultados 4. Exámenes complementarios (ecografía, TC, etc.) según sea necesario 5. Manejo y tratamiento según diagnóstico Recuerda que la radiografía simple de abdomen es solo una herramienta diagnóstica. La evaluación clínica y los exámenes complementarios son fundamentales para establecer un diagnóstico preciso. En general, si bien la radiografía abdominal puede tener un papel en situaciones específicas como la obstrucción intestinal, su rendimiento diagnóstico es generalmente bajo en comparación con la TC y la CPRM, que son más informativas y precisas para una amplia gama de afecciones abdominales. La ecografía abdominal es una herramienta crucial en la evaluación de la enfermedad hepática, en particular para evaluar la morfología del hígado, detectar cirrosis e identificar obstrucción biliar. Para evaluar la morfología del hígado, la ecografía puede detectar cambios como hepatomegalia, infiltración grasa y nodularidad superficial.El aumento de la ecogenicidad parenquimatosa es un indicador confiable de hígado graso, mientras que una superficie hepática nodular, una relación lóbulo derecho-lóbulo caudado disminuida y signos de hipertensión portal (p. ej., vasos colaterales, esplenomegalia) sugieren cirrosis. En la detección de cirrosis, la ecografía demuestra una sensibilidad del 65% al 95% y un valor predictivo positivo del 98% para identificar cambios cirróticos.El hallazgo más preciso es una superficie hepática nodular, particularmente en la superficie inferior del hígado. Técnicas como la elastografía pueden mejorar aún más la detección de cambios en el parénquima hepático al evaluar la rigidez del hígado, que sirve como un marcador sustituto de la fibrosis. Para identificar la obstrucción biliar, la ecografía es eficaz para detectar conductos biliares intrahepáticos y extrahepáticos dilatados, con una sensibilidad que varía del 32% al 100% y una especificidad del 71% al 97%. Sin embargo, la causa de la obstrucción, como la coledocolitiasis, puede quedar oculta por los gases intestinales, lo que reduce la sensibilidad para los cálculos del conducto biliar común.La combinación de los hallazgos ecográficos con indicadores clínicos como la bilirrubina elevada y la dilatación del conducto biliar común puede mejorar la precisión del diagnóstico. En general, la ecografía es una modalidad de diagnóstico por imágenes de primera línea para la enfermedad hepática y proporciona información esencial para el diagnóstico y el tratamiento. La ecografía abdominal suele estar indicada en la evaluación de enfermedades hepáticas por varias razones: 1. Morfología hepática : la ecografía se utiliza para evaluar el tamaño, la forma y la ecotextura del hígado. Puede identificar hepatomegalia, infiltración grasa y nodularidad superficial, que son indicativas de patología hepática como esteatosis o cirrosis. El aumento de la ecogenicidad parenquimatosa es un criterio confiable para diagnosticar hígado graso. 2. Detección de cirrosis : la ecografía es eficaz para detectar la cirrosis al identificar características como una superficie hepática nodular, una disminución de la relación lóbulo derecho-lóbulo caudado y signos de hipertensión portal, incluidos los vasos colaterales y la esplenomegalia. Las técnicas como la elastografía mejoran la detección de cambios en el parénquima hepático al evaluar la rigidez del hígado. 3. Identificación de la obstrucción biliar : la ecografía es la modalidad de diagnóstico por imágenes de primera línea para evaluar la obstrucción biliar. Puede detectar conductos biliares intrahepáticos y extrahepáticos dilatados, con un amplio rango de sensibilidad y especificidad. Es particularmente útil para evaluar la hiperbilirrubinemia conjugada y diferenciar entre causas parenquimatosas y obstructivas. Para evaluaciones abdominales integrales, incluidas enfermedades hepáticas y colelitiasis, se deben considerar varias modalidades de imágenes alternativas junto con la ecografía abdominal: 1. Resonancia magnética (RM) con colangiopancreatografía por RM (CPRM) : la RM con CPRM es particularmente útil para evaluar la obstrucción biliar y la coledocolitiasis, especialmente cuando los resultados de la ecografía no son concluyentes o cuando hay una elevación sostenida de la fosfatasa alcalina (FA). La RM con contraste puede proporcionar imágenes detalladas de los conductos biliares intra y extrahepáticos y del parénquima hepático, lo que facilita el diagnóstico y guía las intervenciones posteriores, como la colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE). 2. Tomografía computarizada (TC) : la TC suele ser la primera modalidad de diagnóstico por imágenes que se utiliza en situaciones de urgencia para pacientes que presentan dolor abdominal agudo. Es valiosa para detectar complicaciones de la enfermedad de la vesícula biliar, como la colecistitis aguda, y se puede mejorar con técnicas de energía dual para mejorar la detección de cálculos biliares no calcificados y neoplasias malignas de la vesícula biliar. La TC también proporciona una alta sensibilidad para el diagnóstico de la colecistitis aguda, con estimaciones combinadas de sensibilidad y especificidad del 78 % y el 81 %, respectivamente. 3. Gammagrafía hepatobiliar (HIDA) : esta técnica de medicina nuclear es muy sensible para el diagnóstico de colecistitis aguda, con una sensibilidad combinada del 91% y una especificidad del 63%. Es particularmente útil cuando los hallazgos ecográficos son equívocos, aunque su especificidad es menor en comparación con otras modalidades. 4. Elastografía por ultrasonido : esta técnica avanzada de ecografía se utiliza cada vez más para estadificar la fibrosis hepática y evaluar la hipertensión portal. Proporciona información funcional cuantitativa sobre la rigidez hepática, lo que resulta valioso en el tratamiento de enfermedades hepáticas crónicas. 5. Ultrasonografía dinámica con contraste (CEUS) : la CEUS puede mejorar la caracterización del tumor y brindar información adicional sobre la perfusión y la vascularidad del hígado. Es particularmente útil en casos en los que la ecografía convencional está limitada por el gas intestinal suprayacente u otros factores. 6. Resonancia magnética sin gadolinio : en poblaciones específicas, como las mujeres embarazadas, se prefiere la resonancia magnética sin gadolinio debido a la ausencia de radiación ionizante y los riesgos potenciales asociados con la exposición al gadolinio. La colangiopancreatografía por resonancia magnética sin contraste puede ser particularmente beneficiosa para evaluar la coledocolitiasis no visualizada en la ecografía. Estas modalidades de imágenes complementan la ecografía abdominal proporcionando información anatómica y funcional adicional, mejorando así la precisión diagnóstica y guiando el tratamiento clínico adecuado. La tomografía computarizada (TC) juega un papel importante en el diagnóstico de la apendicitis y la pancreatitis, ofreciendo alta sensibilidad y especificidad para estas afecciones. En el caso de la apendicitis, la TC se considera la modalidad de diagnóstico por imágenes más útil debido a su alto rendimiento diagnóstico.La sensibilidad de la TC para diagnosticar la apendicitis varía entre el 85,7% y el 100%, y la especificidad entre el 94,8% y el 100%. La tomografía computarizada (TC) es una herramienta fundamental en el diagnóstico de la apendicitis, especialmente en adultos y en casos en los que la evaluación clínica es insuficiente. La tomografía computarizada ofrece una alta sensibilidad y especificidad, lo que la convierte en la modalidad diagnóstica más útil para la sospecha de apendicitis. Se ha demostrado que la TC multidetector (MDCT) tiene una sensibilidad del 98,5% y una especificidad del 98,0% en el diagnóstico de apendicitis aguda, lo que resalta su confiabilidad en la práctica clínica. El uso de la TC ha aumentado significativamente en situaciones de emergencia debido a su capacidad para reducir las tasas de apendicectomía negativa y proporcionar diagnósticos alternativos cuando no hay apendicitis Se ha demostrado que la TC con contraste, tanto con contraste enteral como sin él, proporciona una alta precisión diagnóstica, con sensibilidades y especificidades que a menudo superan el 90 %. En adultos, la TC con contraste intravenoso suele ser la preferida debido a su alta precisión diagnóstica, con sensibilidades y especificidades reportadas en alrededor del 94-100% y 94- 100%, respectivamente. En el caso de la apendicitis, la TC es muy valiosa en pacientes adultos, especialmente en aquellos que presentan dolor en el cuadrante inferior derecho, fiebre y leucocitosis, en los que la evaluación clínica por sí sola puede ser insuficiente. También es beneficiosa en casos en los que los resultados de la ecografía son equívocos, en particular en niños y adultos con riesgo clínico intermedio. La TC es ventajosa en pacientes jóvenes, que tienen un mayor riesgo de diagnóstico erróneo debido a la superposición de condiciones ginecológicas. Además, la TC es útil en pacientes con sobrepeso, en los que el examen físico puede ser un desafío. La TC multidetector (MDCT) es especialmente eficaz, con una sensibilidad y especificidad informadas del 98,5 % y el 98,0 %, respectivamente, en algunos estudios. La TC es especialmente beneficiosa en los casos en que la presentación clínica es atípica o cuando los resultados iniciales de la ecografía no son concluyentes.Puede diferenciar eficazmente entre apendicitis complicada y no complicada, lo que ayuda a tomar decisiones de tratamiento adecuadas. Además, la TC puede identificar causas alternativas de dolor en el cuadrante inferior derecho, que pueden requerir diferentes enfoques terapéuticos En el contexto de la pancreatitis, la TC también es una herramienta fundamental. Se utiliza para confirmar el diagnóstico, evaluar la gravedad e identificar complicaciones como necrosis o formación de abscesos.La TC es particularmente útil en entornos agudos debido a su rápida ejecución y alta resolución espacial, que son esenciales para evaluar patologías dependientes del tiempo que pueden requerir intervención quirúrgica. Si bien las referencias proporcionadas no se centran específicamente en la pancreatitis, la utilidad general de la TC en afecciones abdominales agudas, incluida la pancreatitis, está bien reconocida en la literatura médica. En general, la TC es una piedra angular en el diagnóstico de la apendicitis y la pancreatitis, proporcionando información anatómica detallada que guía el tratamiento clínico. La tomografía computarizada (TC) es particularmente beneficiosa para ciertas poblaciones de pacientes en el diagnóstico de apendicitis y pancreatitis debido a su alta sensibilidad y especificidad. En la pancreatitis, la TC es crucial para evaluar la gravedad de la afección e identificar complicaciones como necrosis o formación de abscesos.Es particularmente útil en pacientes con pancreatitis aguda grave o cuando el diagnóstico es incierto basándose únicamente en hallazgos clínicos y de laboratorio. La colangiopancreatografía por resonancia magnética (CPRM) es una técnica de imágenes no invasiva que es particularmente útil para evaluar las complicaciones de la pancreatitis y proporcionar imágenes detalladas de los conductos pancreáticos y biliares sin necesidad de agentes de contraste.La CPRM utiliza secuencias fuertemente ponderadas en T2 para aprovechar los altos tiempos de relajación en T2 del líquido dentro de los conductos, lo que permite una visualización clara de los sistemas de conductos biliares y pancreáticos. En el contexto de la pancreatitis, la CPRM es valiosa para identificar anomalías ductales, como estenosis o cálculos, que pueden complicar la afección.Es especialmente beneficioso en casos en los que la colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE) está contraindicada o no es exitosa, ya que la CPRM puede proporcionar información diagnóstica comparable sin los riesgos asociados a la CPRE. La CPRM también es eficaz para detectar cálculos en el conducto biliar común, con una sensibilidad que varía del 77% al 94% y una especificidad entre el 50% y el 72%, lo que la convierte en una herramienta confiable para la evaluación preoperatoria en la pancreatitis por cálculos biliares. Además, la CPRM mejorada con secretina puede mejorar la visualización del conducto pancreático al aumentar su diámetro, lo que es útil para diagnosticar pancreatitis crónica y otras anomalías ductales. En general, la CPRM es una alternativa sólida y no invasiva a la CPRE para evaluar enfermedades pancreatobiliares, ofreciendo imágenes detalladas sin la necesidad de agentes de contraste, evitando así las posibles complicaciones asociadas con el uso de contraste. Anatomía Radiológica del Hígado, Páncreas, Intestinos y Vesícula Biliar 1. Hígado El hígado es la glándula más grande del cuerpo y se ubica en el cuadrante superior derecho del abdomen, protegido por las costillas. Se extiende hacia el epigastrio y parte del hipocondrio izquierdo. Su principal función es metabolizar sustancias, producir bilis, y almacenar nutrientes. Modalidades de imagen: Ecografía: Es la técnica más utilizada para la evaluación inicial del hígado. Se utiliza para identificar la ecogenicidad del parénquima hepático, presencia de lesiones focales, y valorar el tamaño y la estructura de los vasos intrahepáticos. Tomografía Computarizada (TC): Proporciona detalles anatómicos más precisos que la ecografía y es útil en la detección de masas hepáticas, lesiones focales o abscesos. Resonancia Magnética (RM): Se usa para caracterizar masas hepáticas o lesiones indeterminadas vistas en TC, proporcionando mejor contraste de tejidos blandos. Estructuras normales: En una TC o RM, el hígado aparece homogéneo, con márgenes bien definidos. La vena porta y la vena hepática son visibles. El lóbulo derecho es más grande que el izquierdo. Variantes anatómicas: La más común es el lóbulo de Riedel, una extensión inferior del lóbulo derecho que puede simular hepatomegalia. 2. Páncreas El páncreas es una glándula retroperitoneal que se extiende desde el duodeno hasta el bazo, y tiene funciones tanto exocrinas como endocrinas. Modalidades de imagen: Ecografía: Suele ser más difícil visualizarlo debido al gas intestinal, pero es útil en casos de pancreatitis aguda. Tomografía Computarizada (TC): Es el método de elección para la evaluación del páncreas. La TC detecta inflamación, tumores, quistes y calcificaciones. Resonancia Magnética (RM): Ofrece excelente resolución para evaluar tumores pancreáticos o lesiones quísticas complejas. La secuencia de colangiopancreatografía por resonancia magnética (CPRM) es muy útil para evaluar los conductos pancreáticos. Estructuras normales: En la TC, el páncreas tiene una densidad homogénea. En la RM, aparece iso o ligeramente hipointenso respecto al hígado. El conducto pancreático principal (conducto de Wirsung) puede ser visualizado en TC y RM. Variantes anatómicas: Una de las variantes más comunes es el páncreas divisum, donde el conducto pancreático dorsal y ventral no se fusionan adecuadamente. Esto puede predisponer a pancreatitis recurrente. 3. Intestinos El intestino delgado y grueso desempeñan funciones cruciales en la digestión y la absorción de nutrientes, así como en la formación y excreción de desechos. Modalidades de imagen: Radiografía simple de abdomen: Útil para evaluar niveles hidroaéreos o patrones de aire en situaciones de obstrucción intestinal. Tomografía Computarizada (TC): Es la modalidad más utilizada para identificar procesos inflamatorios, masas, obstrucción, perforación o isquemia intestinal. Resonancia Magnética (RM): Especialmente útil para enfermedades inflamatorias como la enfermedad de Crohn, ya que permite evaluar el intestino sin radiación y con gran contraste de tejidos blandos. Estructuras normales: El intestino delgado aparece con pliegues bien definidos (válvulas conniventes), mientras que el colon presenta haustras en las imágenes de TC y RM. Variantes anatómicas: Las variantes más comunes incluyen la malrotación intestinal, donde el intestino no completa su rotación normal durante el desarrollo fetal, y el divertículo de Meckel, una anomalía congénita presente en el intestino delgado. 4. Vesícula Biliar La vesícula biliar se encuentra justo debajo del hígado y almacena bilis que es liberada al duodeno para ayudar en la digestión de grasas. Modalidades de imagen: Ecografía: Es la técnica de primera línea para evaluar la vesícula biliar, especialmente útil en la detección de cálculos biliares y colecistitis. Se observan las paredes de la vesícula y la presencia de lodo biliar o cálculos. Tomografía Computarizada (TC): Útil para detectar complicaciones de colecistitis como abscesos o perforación, pero no es la modalidad primaria para estudiar la vesícula. Colangiopancreatografía por resonancia magnética (CPRM): Evaluación de los conductos biliares y pancreáticos, útil para detectar cálculos en el conducto biliar. Estructuras normales: En ecografía, la vesícula biliar aparece como una estructura anecoica (llena de líquido) con paredes finas. En TC, la vesícula es visualizada como una estructura de baja densidad situada por debajo del hígado. Variantes anatómicas: Una variante común es la vesícula biliar en forma de "fresa", que presenta pequeñas invaginaciones mucosas, y la vesícula en forma de Phrygian cap, una deformación congénita en la que el fondo se dobla sobre el cuerpo de la vesícula. Conclusión La anatomía radiológica del sistema digestivo se evalúa utilizando varias modalidades de imagen como ecografía, TC y RM. Cada una tiene sus indicaciones específicas y ventajas en la detección de patologías y variantes anatómicas. Un conocimiento sólido de la anatomía normal y sus variantes es esencial para la interpretación adecuada de las imágenes y el diagnóstico clínico. Introducción El laboratorio clínico es una herramienta clave en el diagnóstico y seguimiento de muchas enfermedades del sistema digestivo. ¿Por qué es tan importante? Porque nos permite detectar problemas en órganos como el hígado, el páncreas, los intestinos y la vesícula biliar antes de que los síntomas empeoren. Hoy vamos a ver algunas de las pruebas más comunes y cómo interpretarlas para hacer un diagnóstico preciso. 1. Enzimas Hepáticas (ALT, AST) y Bilirrubina El hígado es el “laboratorio” de nuestro cuerpo, responsable de procesar todo lo que comemos y bebemos. Cuando el hígado está dañado, libera ciertas enzimas en la sangre, y medirlas nos ayuda a detectar problemas. ALT (Alanina Transaminasa): Esta enzima es un marcador directo de daño hepático. Si está elevada, es una señal de que algo no está funcionando bien en el hígado, como en casos de hepatitis o cirrosis. AST (Aspartato Transaminasa): Similar a la ALT, pero esta enzima también está en el corazón y los músculos. Un aumento de AST puede significar daño en el hígado o en otros órganos. Bilirrubina: Es el pigmento que le da el color amarillo a la ictericia. Si la bilirrubina está elevada, puede ser una señal de que el hígado no está procesando correctamente la bilis o hay un bloqueo en los conductos biliares. ¿Cómo interpretamos los resultados? ALT > 40 U/L: Sugiere daño en el hígado. AST > 40 U/L: Puede ser un problema en el hígado o en los músculos. Bilirrubina > 1.2 mg/dL: Indica un problema en el hígado o en el flujo de bilis. 2. Amilasa y Lipasa en Pancreatitis El páncreas es el órgano encargado de producir enzimas que nos ayudan a digerir los alimentos. Cuando el páncreas se inflama (pancreatitis), las enzimas amilasa y lipasa se elevan en la sangre. Amilasa: Es la enzima que descompone los carbohidratos. Cuando los niveles están altos, puede ser un signo de pancreatitis, aunque también puede elevarse por otras razones. Lipasa: Es la enzima que descompone las grasas, y es más específica que la amilasa para diagnosticar pancreatitis. ¿Cómo interpretamos los resultados? Amilasa > 100 U/L: Posible pancreatitis. Lipasa > 60 U/L: Más específica para pancreatitis, especialmente en casos agudos. 3. Pruebas de Sangre Oculta en Heces A veces, pequeñas cantidades de sangre pueden aparecer en las heces sin ser visibles a simple vista. Detectar esta sangre oculta puede ayudarnos a descubrir problemas en los intestinos. Prueba de Guayaco: Esta prueba busca sangre microscópica en las heces. Es útil para detectar pólipos, úlceras o incluso cáncer de colon. Prueba de Hemoccult: Similar a la de guayaco, se usa en el cribado de cáncer colorrectal. ¿Cómo interpretamos los resultados? Un resultado positivo significa que hay sangre en las heces, lo que puede indicar una enfermedad gastrointestinal como úlceras o cáncer. 4. Marcadores Tumorales (CEA, CA 19-9) Los marcadores tumorales son sustancias que el cuerpo produce en mayores cantidades cuando hay ciertos tipos de cáncer. CEA (Antígeno Carcinoembrionario): Este marcador se utiliza principalmente para detectar cáncer colorrectal, pero también puede aumentar en fumadores y en otras condiciones no malignas. CA 19-9: Es un marcador usado para el cáncer pancreático, pero también puede elevarse en otras enfermedades del tracto digestivo. ¿Cómo interpretamos los resultados? CEA > 5 ng/mL: Puede ser una señal de cáncer colorrectal. CA 19-9 > 37 U/mL: Puede indicar cáncer pancreático o biliar. 5. Biometría Hemática Cuando un paciente presenta dolor abdominal, la biometría hemática puede ofrecer pistas valiosas sobre lo que está ocurriendo en su organismo. Aunque no es una prueba que por sí sola determine la causa exacta del dolor, puede ayudar a identificar o descartar ciertas condiciones serias, como infecciones, inflamación, sangrado o problemas de coagulación que afectan el abdomen. Glóbulos blancos (leucocitos): Un aumento en el número de glóbulos blancos, conocido como leucocitosis, puede indicar una infección o inflamación. Esto es común en condiciones como apendicitis, diverticulitis, colitis o abscesos abdominales. Si el recuento de glóbulos blancos está elevado, el médico sospecha que hay una infección o inflamación activa en alguna parte del abdomen. Leucocitosis (> 10,000/mcL): Puede indicar apendicitis aguda, pancreatitis, o infección intraabdominal. Leucopenia (< 4,000/mcL): Aunque menos común, una baja en glóbulos blancos puede aparecer en infecciones virales o en algunos casos de sepsis avanzada. Glóbulos rojos (eritrocitos) y hemoglobina: Un bajo recuento de glóbulos rojos o anemia puede estar relacionado con sangrado interno en el sistema digestivo, como en una úlcera gástrica, cáncer de colon o enfermedad inflamatoria intestinal. La anemia también puede indicar una mala absorción de nutrientes debido a condiciones crónicas como la enfermedad celíaca. Anemia: Si los niveles de hemoglobina o hematocrito están bajos, es importante investigar si existe pérdida de sangre en el tracto gastrointestinal, lo que podría manifestarse en dolor abdominal. Plaquetas: Las plaquetas son células que ayudan a la coagulación de la sangre. Si hay una disminución en el número de plaquetas (trombocitopenia), podría sugerir problemas en la coagulación que afectan al abdomen, como en los casos de enfermedades hepáticas avanzadas (cirrosis) o en el síndrome de hiperesplenismo, donde el bazo se agranda y destruye las plaquetas. Trombocitosis (> 450,000/mcL): Aumento de plaquetas que puede estar asociado a inflamación o ciertos tipos de cáncer. Trombocitopenia (< 150,000/mcL): Puede indicar sangrado gastrointestinal o enfermedades hepáticas graves que afectan la producción y función de las plaquetas. Casos en los que la biometría hemática es útil en el dolor abdominal: 1. Apendicitis aguda: Un aumento en los leucocitos es uno de los primeros signos de inflamación en casos de apendicitis, y es útil para confirmar la sospecha clínica junto con la evaluación clínica y otras pruebas como la ecografía. 2. Pancreatitis: La inflamación del páncreas puede llevar a un aumento en los leucocitos, mientras que la anemia puede sugerir una complicación hemorrágica o mala absorción de nutrientes en casos crónicos. 3. Sangrado gastrointestinal: Si un paciente con dolor abdominal tiene anemia (bajo recuento de glóbulos rojos y hemoglobina), se debe investigar si hay pérdida de sangre en el estómago o intestinos, que puede ser causado por úlceras, cáncer o enfermedad inflamatoria. 4. Peritonitis: Una infección grave del revestimiento del abdomen también puede manifestarse con un aumento significativo en los leucocitos. Este hallazgo, junto con el dolor abdominal severo, sugiere una emergencia médica que requiere tratamiento inmediato. Aquí tienes el texto redactado de una forma más didáctica para estudiantes: Introducción El laboratorio clínico es una herramienta clave en el diagnóstico y seguimiento de muchas enfermedades del sistema digestivo. ¿Por qué es tan importante? Porque nos permite detectar problemas en órganos como el hígado, el páncreas, los intestinos y la vesícula biliar antes de que los síntomas empeoren. Hoy vamos a ver algunas de las pruebas más comunes y cómo interpretarlas para hacer un diagnóstico preciso. 1. Enzimas Hepáticas (ALT, AST) y Bilirrubina El hígado es el “laboratorio” de nuestro cuerpo, responsable de procesar todo lo que comemos y bebemos. Cuando el hígado está dañado, libera ciertas enzimas en la sangre, y medirlas nos ayuda a detectar problemas. ALT (Alanina Transaminasa): Esta enzima es un marcador directo de daño hepático. Si está elevada, es una señal de que algo no está funcionando bien en el hígado, como en casos de hepatitis o cirrosis. AST (Aspartato Transaminasa): Similar a la ALT, pero esta enzima también está en el corazón y los músculos. Un aumento de AST puede significar daño en el hígado o en otros órganos. Bilirrubina: Es el pigmento que le da el color amarillo a la ictericia. Si la bilirrubina está elevada, puede ser una señal de que el hígado no está procesando correctamente la bilis o hay un bloqueo en los conductos biliares. ¿Cómo interpretamos los resultados? ALT > 40 U/L: Sugiere daño en el hígado. AST > 40 U/L: Puede ser un problema en el hígado o en los músculos. Bilirrubina > 1.2 mg/dL: Indica un problema en el hígado o en el flujo de bilis. 2. Amilasa y Lipasa en Pancreatitis El páncreas es el órgano encargado de producir enzimas que nos ayudan a digerir los alimentos. Cuando el páncreas se inflama (pancreatitis), las enzimas amilasa y lipasa se elevan en la sangre. Amilasa: Es la enzima que descompone los carbohidratos. Cuando los niveles están altos, puede ser un signo de pancreatitis, aunque también puede elevarse por otras razones. Lipasa: Es la enzima que descompone las grasas, y es más específica que la amilasa para diagnosticar pancreatitis. ¿Cómo interpretamos los resultados? Amilasa > 100 U/L: Posible pancreatitis. Lipasa > 60 U/L: Más específica para pancreatitis, especialmente en casos agudos. 3. Pruebas de Sangre Oculta en Heces A veces, pequeñas cantidades de sangre pueden aparecer en las heces sin ser visibles a simple vista. Detectar esta sangre oculta puede ayudarnos a descubrir problemas en los intestinos. Prueba de Guayaco: Esta prueba busca sangre microscópica en las heces. Es útil para detectar pólipos, úlceras o incluso cáncer de colon. Prueba de Hemoccult: Similar a la de guayaco, se usa en el cribado de cáncer colorrectal. ¿Cómo interpretamos los resultados? Un resultado positivo significa que hay sangre en las heces, lo que puede indicar una enfermedad gastrointestinal como úlceras o cáncer. 4. Marcadores Tumorales (CEA, CA 19-9) Los marcadores tumorales son sustancias que el cuerpo produce en mayores cantidades cuando hay ciertos tipos de cáncer. CEA (Antígeno Carcinoembrionario): Este marcador se utiliza principalmente para detectar cáncer colorrectal, pero también puede aumentar en fumadores y en otras condiciones no malignas. CA 19-9: Es un marcador usado para el cáncer pancreático, pero también puede elevarse en otras enfermedades del tracto digestivo. ¿Cómo interpretamos los resultados? CEA > 5 ng/mL: Puede ser una señal de cáncer colorrectal. CA 19-9 > 37 U/mL: Puede indicar cáncer pancreático o biliar. 5. Biometría Hemática Cuando un paciente presenta dolor abdominal, la biometría hemática puede ofrecer pistas valiosas sobre lo que está ocurriendo en su organismo. Aunque no es una prueba que por sí sola determine la causa exacta del dolor, puede ayudar a identificar o descartar ciertas condiciones serias, como infecciones, inflamación, sangrado o problemas de coagulación que afectan el abdomen. Glóbulos blancos (leucocitos): Un aumento en el número de glóbulos blancos, conocido como leucocitosis, puede indicar una infección o inflamación. Esto es común en condiciones como apendicitis, diverticulitis, colitis o abscesos abdominales. Si el recuento de glóbulos blancos está elevado, el médico sospecha que hay una infección o inflamación activa en alguna parte del abdomen. Leucocitosis (> 10,000/mcL): Puede indicar apendicitis aguda, pancreatitis, o infección intraabdominal. Leucopenia (< 4,000/mcL): Aunque menos común, una baja en glóbulos blancos puede aparecer en infecciones virales o en algunos casos de sepsis avanzada. Glóbulos rojos (eritrocitos) y hemoglobina: Un bajo recuento de glóbulos rojos o anemia puede estar relacionado con sangrado interno en el sistema digestivo, como en una úlcera gástrica, cáncer de colon o enfermedad inflamatoria intestinal. La anemia también puede indicar una mala absorción de nutrientes debido a condiciones crónicas como la enfermedad celíaca. Anemia: Si los niveles de hemoglobina o hematocrito están bajos, es importante investigar si existe pérdida de sangre en el tracto gastrointestinal, lo que podría manifestarse en dolor abdominal. Plaquetas: Las plaquetas son células que ayudan a la coagulación de la sangre. Si hay una disminución en el número de plaquetas (trombocitopenia), podría sugerir problemas en la coagulación que afectan al abdomen, como en los casos de enfermedades hepáticas avanzadas (cirrosis) o en el síndrome de hiperesplenismo, donde el bazo se agranda y destruye las plaquetas. Trombocitosis (> 450,000/mcL): Aumento de plaquetas que puede estar asociado a inflamación o ciertos tipos de cáncer. Trombocitopenia (< 150,000/mcL): Puede indicar sangrado gastrointestinal o enfermedades hepáticas graves que afectan la producción y función de las plaquetas. Conclusión El laboratorio clínico es nuestro “detective” interno. Nos ayuda a entender qué está pasando en el sistema digestivo antes de que los síntomas se agraven. Las pruebas como las enzimas hepáticas, la amilasa, la lipasa, y los marcadores tumorales nos permiten identificar problemas y tratarlos a tiempo. Una correcta interpretación de los resultados es clave para un diagnóstico preciso y, por tanto, un tratamiento adecuado. Caso clinco María, una mujer de 24 años, acude al servicio de urgencias con dolor abdominal que comenzó hace 12 horas. Inicialmente, el dolor era difuso y localizado en la zona periumbilical, pero en las últimas 4 horas se ha desplazado al cuadrante inferior derecho del abdomen. La paciente refiere náuseas y un episodio de vómito. No ha tenido diarrea, pero ha notado una disminución en el apetito. Al examen físico, presenta dolor a la palpación en el cuadrante inferior derecho con signo de rebote positivo. La temperatura corporal es de 38°C y se observa una ligera taquicardia. La exploración abdominal muestra defensa muscular en la región afectada. El médico solicita estudios de laboratorio y una biometría hemática que revela un recuento de leucocitos de 13,000/mcL con predominio de neutrófilos (82%). 1. Con base en los datos del caso clínico, ¿cuál sería el próximo paso diagnóstico para confirmar el diagnóstico de apendicitis? 2. Si la ecografía abdominal es inconclusa o no muestra hallazgos claros, ¿cuál sería la siguiente prueba de imagen más recomendada? 3. ¿Qué hallazgo en la biometría hemática respalda aún más la sospecha de apendicitis? 4. ¿Cuántos puntos obtendría María en la escala de Alvarado, considerando los síntomas, signos clínicos y resultados de laboratorio? Autoevaluación 1. ¿Cuál es la modalidad de imagen de primera línea para evaluar el hígado en pacientes con sospecha de enfermedad hepática? a) Tomografía computarizada (TC) b) Resonancia magnética (RM) c) Ecografía d) Radiografía simple 2. ¿Qué hallazgo en la ecografía es indicativo de hígado graso? a) Aumento de la ecogenicidad del parénquima b) Presencia de gas en el hígado c) Dilatación del conducto biliar d) Calcificaciones en el hígado 3. ¿Cuál es la sensibilidad de la ecografía para detectar cirrosis? a) 20-30% b) 40-50% c) 65-95% d) 100% 4. ¿Qué técnica mejora la detección de la rigidez hepática para evaluar la fibrosis? a) TC con contraste b) Radiografía simple c) Elastografía por ecografía d) Colonoscopia 5. ¿Cuál es la técnica preferida para visualizar los conductos biliares cuando la ecografía no es concluyente? a) TC b) RM con colangiopancreatografía por resonancia magnética (CPRM) c) Radiografía simple d) Elastografía 6. ¿Cuál es la modalidad de imagen de elección para evaluar un tumor pancreático? a) Radiografía simple b) Ecografía c) TC d) RM 7. ¿Qué variante anatómica en el páncreas puede predisponer a pancreatitis recurrente? a) Conducto accesorio hipertrófico b) Páncreas divisum c) Duplicación del conducto pancreático d) Páncreas ectópico 8. ¿Qué técnica es más efectiva para diagnosticar la colecistitis aguda? a) Ecografía abdominal b) Radiografía simple c) RM con gadolinio d) Elastografía 9. ¿Qué hallazgo es más característico en una radiografía simple de abdomen en pacientes con obstrucción intestinal? a) Dilatación de asas intestinales con niveles hidroaéreos b) Presencia de aire libre en la cavidad abdominal c) Aumento de la ecogenicidad d) Calcificación de los ganglios linfáticos 10. ¿Qué técnica de imagen se prefiere para la evaluación inicial de la apendicitis en adultos? a) RM b) Ecografía c) Tomografía computarizada (TC) d) Radiografía Referencias: Sonography of Diffuse Liver Disease. 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Gastroenterology Clinics of North America, 46(4), 737-748. 1. ¿Cuál es la modalidad de imagen de primera línea para evaluar el hígado en pacientes con sospecha de enfermedad hepática? a) Tomografía computarizada (TC) b) Resonancia magnética (RM) c) Ecografía d) Radiografía simple Justificación: La ecografía es la técnica inicial más utilizada para evaluar la morfología del hígado, detectando cambios como hepatomegalia o cirrosis(HERRAMIENTAS PARA EL DI…). 2. ¿Qué hallazgo en la ecografía es indicativo de hígado graso? a) Aumento de la ecogenicidad del parénquima b) Presencia de gas en el hígado c) Dilatación del conducto biliar d) Calcificaciones en el hígado Justificación: El aumento de la ecogenicidad parenquimatosa es un indicador confiable de hígado graso(HERRAMIENTAS PARA EL DI…). 3. ¿Cuál es la sensibilidad de la ecografía para detectar cirrosis? a) 20-30% b) 40-50% c) 65-95% d) 100% Justificación: La ecografía tiene una sensibilidad que varía entre el 65% y el 95% para la detección de cirrosis hepática(HERRAMIENTAS PARA EL DI…). 4. ¿Qué técnica mejora la detección de la rigidez hepática para evaluar la fibrosis? a) TC con contraste b) Radiografía simple c) Elastografía por ecografía d) Colonoscopia Justificación: La elastografía es una técnica de ultrasonido que mide la rigidez del hígado, útil en la evaluación de la fibrosis(HERRAMIENTAS PARA EL DI…). 5. ¿Cuál es la técnica preferida para visualizar los conductos biliares cuando la ecografía no es concluyente? a) TC b) RM con colangiopancreatografía por resonancia magnética (CPRM) c) Radiografía simple d) Elastografía Justificación: La CPRM es útil para evaluar los conductos biliares y pancreáticos, especialmente cuando la ecografía no proporciona suficiente información(HERRAMIENTAS PARA EL DI…). 6. ¿Cuál es la modalidad de imagen de elección para evaluar un tumor pancreático? a) Radiografía simple b) Ecografía c) TC d) RM Justificación: La TC es el estudio preferido para la evaluación de tumores pancreáticos por su alta sensibilidad(HERRAMIENTAS PARA EL DI…). 7. ¿Qué variante anatómica en el páncreas puede predisponer a pancreatitis recurrente? a) Conducto accesorio hipertrófico b) Páncreas divisum c) Duplicación del conducto pancreático d) Páncreas ectópico Justificación: El páncreas divisum, que ocurre cuando los conductos pancreáticos dorsal y ventral no se fusionan adecuadamente, predispone a pancreatitis(HERRAMIENTAS PARA EL DI…). 8. ¿Qué técnica es más efectiva para diagnosticar la colecistitis aguda? a) Ecografía abdominal b) Radiografía simple c) RM con gadolinio d) Elastografía Justificación: La ecografía abdominal es la técnica de primera línea para detectar colecistitis aguda debido a su capacidad para visualizar cálculos y engrosamiento de la pared vesicular (HERRAMIENTAS PARA EL DI…). 9. ¿Qué hallazgo es más característico en una radiografía simple de abdomen en pacientes con obstrucción intestinal? a) Dilatación de asas intestinales con niveles hidroaéreos b) Presencia de aire libre en la cavidad abdominal c) Aumento de la ecogenicidad d) Calcificación de los ganglios linfáticos Justificación: La dilatación intestinal con niveles hidroaéreos es un hallazgo típico en la obstrucción intestinal(HERRAMIENTAS PARA EL DI…). 10. ¿Qué técnica de imagen se prefiere para la evaluación inicial de la apendicitis en adultos? a) RM b) Ecografía c) Tomografía computarizada (TC) d) Radiografía Justificación: La TC es la modalidad de imagen más confiable para la evaluación de la apendicitis aguda en adultos debido a su alta sensibilidad y especificidad(HERRAMIENTAS PARA EL DI…).