Crisis del Antiguo Régimen (1788-1833) PDF

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Summary

Este documento resume la crisis del Antiguo Régimen en España entre 1788 y 1833, incluyendo antecedentes, causas, bandos en conflicto y fases de la Guerra de la Independencia. Además, describe las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812, así como el proceso de independencia de las colonias españolas.

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BLOQUE 5: LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN. (1788-1833). LIBERALISMO FRENTE A ABSOLUTISMO. 5.1. La Guerra de la Independencia: antecedentes y causas. Bandos en conflicto y fases de la guerra 5.2. Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812. 5.3. Fernando VII: Liberalismo frente a absolutismo...

BLOQUE 5: LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN. (1788-1833). LIBERALISMO FRENTE A ABSOLUTISMO. 5.1. La Guerra de la Independencia: antecedentes y causas. Bandos en conflicto y fases de la guerra 5.2. Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812. 5.3. Fernando VII: Liberalismo frente a absolutismo. El proceso de independencia de las colonias españolas. 5.1. LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA: ANTECEDENTES Y CAUSAS. BANDOS EN CONFLICTO Y FASES DE LA GUERRA El recién ascendido al trono Carlos IV (1788-1808) intentó llevar a cabo en el plano nacional una política reformadora como su padre Carlos III, sin embargo el inicio de la revolución francesa en 1789 llevó a su ministro Floridablanca a intentar evitar cualquier “contagio” revolucionario procedente de Francia (control en las aduanas y una estricta censura). Carlos IV nombró ministro a Manuel Godoy en 1792 (figura clave durante el reinado de Carlos IV). que probablemente era amante de la reina Maria Luisa de Parma. Y pese a ganarse la animadversión de amplios sectores de la corte demostró tener cierto talento político y una capacidad de trabajo considerable. La ejecución de Luis XVI en enero de 1793 provocó la ruptura de la tradicional alianza con Francia. España se unió a la Primera coalición para frenar la Revolución francesa y pese a la derrota militar Godoy fue recompensado con el título de Príncipe de la Paz. En 1796 se selló el Primer Tratado de San Ildefonso renovándose así la vieja alianza de los pactos de familia (con Francia). La guerra contra Inglaterra estalla en octubre y España es derrotada. Se firma el Segundo tratado de San Ildefonso en 1800 y al año siguiente Godoy es llamado para dirigir el ejército contra Portugal. Se vence a Portugal, fiel aliada de Inglaterra, en 1801 en la “Guerra de las Naranjas" y se firman las Paz de Olivenza, donde se obtiene la plaza de Olivenza. En mayo de 1803 estalla una nueva guerra contra Inglaterra El intento de Napoleón de invadir Inglaterra terminó en la catástrofe naval de la armada franco-española, frente al almirante Nelson en Trafalgar en octubre de 1805. Godoy firmara con Napoleón el Tratado de Fontainebleau en octubre 1807. Por este acuerdo se autorizaba la entrada de tropas francesas en España con el propósito de invadir Portugal. A esas alturas la figura de Godoy era crecientemente criticada en los medios influyentes del país, por las derrotas de la armada y por la grave crisis económica en la que estaba sumido el país. Este descontento cristalizó en la formación de un grupo de oposición en torno al Príncipe de Asturias, el futuro Fernando VII, que rápidamente se puso a laborar para acabar con el gobierno de Godoy y de Carlos IV. La Guerra de la Independencia. El Emperador tenía una opinión bastante negativa sobre la familia reinante. Napoleón planea el cambio de dinastía. Godoy intentó convencer al rey para huir a Gibraltar e invertir las alianzas, pero en la noche del 17 al 18 de marzo estalló un motín popular organizado por la facción de la Corte partidaria del Fernando VII. El Motín de Aranjuez precipitó la caída de Godoy y Carlos IV abdica en su hijo, Fernando VII. Napoleón convoca a su presencia a Carlos VI, Godoy y Fernando VII en Bayona, donde tendrán lugar unas negociaciones vergonzosas. El levantamiento del 2 de mayo se produce cuando las tropas francesas intentan sacar de palacio a los últimos Borbones. La sublevación se extendió rápidamente por toda la capital por parte de vecinos y las clases más populares. Destaca la actuación de los capitanes Daoiz y Velarde y del teniente Ruiz en la defensa del Parque de artillería de Monteleón. Murat tuvo que recurrir a 30.000 de sus tropas para dominar la situación. Una vez controlada la villa las tropas francesas se dedicaron a una feroz represión, fusilamientos del Cuartel de la Montaña de Príncipe Pío. Los sucesos del 2 de mayo en Madrid se tomaron como un motín popular contra el Antiguo Régimen y ante las presiones del Emperador ambos reyes le entregaron la Corona el 7 de mayo. Tan sólo se incluían dos condiciones: la unidad de los dominios y conservar la exclusividad de la religión católica. Asi el Emperador, otorgaba la Corona española a José Bonaparte, su hermano mayor. Guerra de la independencia Las primeras autoridades en declarar la guerra al invasor fueron los alcaldes de Móstoles. A finales del mes de mayo toda España se encuentra en armas ante la invasión francesa. Las abdicaciones de Bayona y la insurrección contra José I y su el Estatuto de Bayona significaron una situación de "vacío de poder" que desencadenó la quiebra de la monarquía del Antiguo Régimen en España. Para hacer frente al invasor, se constituyen Juntas Provinciales, que asumen la soberanía en nombre del rey ausente. En septiembre 1808, las Juntas Provinciales se coordinaron y se constituyó la Junta Central Suprema. Los españoles ante la guerra a) El pueblo español Al conocer los hechos de Madrid y la represión de Murat, se levantó espontáneamente formando juntas locales y provinciales de poder que declararon la guerra por su cuenta al francés. Los amotinamientos degeneraron en guerra violentísima y desigual, con el ejército español vencido, por lo que el pueblo llevó sobre sí la lucha en su mayor parte a través de las guerrillas. Es una guerra nacional y popular, pero no revolucionaria: el levantamiento partía de la defensa del país, la religión y la monarquía absoluta. El pueblo español era tradicional por su retraso social y su manejo por la nobleza y el clero. b) La minoría burguesa liberal Buscaba su revolución. Se dividió en dos bloques: * Los afrancesados, ilustrados que buscaban la reforma lenta, sin revolución. Pensaban que la colaboración con Francia evitaría la violenta guerra y sería la garantía de que el espíritu burgués-liberal se asentaría en el país. Eran la minoría culta que criticaba a Carlos IV. Apoyan otra dinastía: la de José Bonaparte. Algunos fueron: Goya o Moratín. Fueron odiados por el pueblo, que los acusó de traición, y por los absolutistas de la nobleza y el clero, que los acusó de revolucionarios. Pagaron su colaboracionismo con la violencia del pueblo o el exilio. * Los liberales patriotas tenían casi el mismo programa, pero sin colaborar con el invasor. Buscaban una revolución liberal con un proceso constituyente, una Constitución escrita y un programa de reformas revolucionarias que acabase con el A. Régimen. Legislaron en Cádiz a espaldas del pueblo español en guerra, por lo que tras la guerra fueron fácilmente vencidos por el absolutismo. * El clero y la nobleza odiaban al francés por su revolución. El clero, que predicó una cruzada en defensa de la fe, empujó al pueblo a la lucha. 3. Fases de la guerra a) Mayo/diciembre de 1808. Los franceses entran en España y son derrotados inesperadamente en Bailén. Era su primera derrota en campo de batalla. b) 1808/1811. Napoleón interviene en persona y domina casi todo el país con un gran ejército. Tras la derrota española en Somosierra, entra en Madrid en navidad de 1808 y en Chamartín repone en el trono a su hermano José. Aparecen las guerrillas, amparadas en la complicidad popular. Formadas por civiles y bandoleros a los que se promete el indulto, dan golpes por sorpresa y causan desgaste al invasor. c) 1812/1813. Los británicos de Wellington derrotan a los franceses en Salamanca. Las derrotas de Vitoria e Irún hacen que los españoles pasen la frontera y Napoleón libere a Fernando VII en 1814, acabando la guerra. d) Las consecuencias * Económicas: ciudades enteras en ruinas, campos quemados, tesoros y monumentos saqueados y unas 300.000 víctimas, lo que supuso un auténtico desastre económico que tardará muchos años en superarse. * Político-sociales: la ideología liberal entra en España: la revolución burguesa en España da su primer paso. La burguesía ha tomado conciencia revolucionaria y se levantará sucesivamente hasta triunfar al morir Fernando VII (1833). Y esta ideología se extendió por las colonias españolas de América lo que hizo que muchas se levantaran y a falta de cualquier ayuda internacional y con el intervencionismo británico terminarían con su emancipación en 1824. 5.2. LAS CORTES DE CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812. La Junta Central y la convocatoria de Cortes. La administración francesa en España estuvo marcada por el vacío de poder tras los sucesos de mayo de 1808. Durante el mes de mayo los españoles crearon sus propias instituciones de Gobierno, asumiendo la soberanía nacional y rompiendo con el entramado administrativo del Antiguo Régimen. En algunos casos fueron las propias autoridades locales las que se hicieron con el poder, pero en algunos lugares fue la propia población la que nombró comités para resistir a los franceses. Así se formaron juntas locales y provinciales por toda España con la intención de gestionar el gobierno y liderar la guerra contra los franceses, que se fusionaron en la Junta Central de Aranjuez (septiembre 1808), presidida por viejos políticos como Floridablanca o Jovellanos. Sus miembros eran en su mayoría absolutistas que, por las circunstancias, se vieron empujados, contra su voluntad, a tomar medidas revolucionarias que llevaron al proceso constituyente de Cádiz. La Junta convocó a Cortes (mayo de 1809), donde se convocaron solo a representantes del tercer estado, ya que se buscaba una auténtica revolución burguesa como en Francia. El clero y la nobleza quedaron apartados del proceso revolucionario ya que únicamente pretendían el regreso de Fernando VII y la vuelta al absolutismo. Tras la convocatoria se disolvió la Junta y se formó un Consejo de Regencia, especie de gobierno provisional, en enero de 1810. Sus miembros huyeron a Sevilla y luego a Cádiz, ya que era el último reducto no ocupado por los franceses. Las Cortes de Cádiz Las Cortes se reunieron en Cádiz, sitiado entre 1810 y 1814 ante el avance francés. Sus primeras sesiones fueron en San Fernando, aunque por seguridad se desplazaron al centro de urbano. La mayoría se sus diputados eran de clase media, dominante en la mercantil ciudad de Cádiz. Estaban ausentes las clases populares y la mayoría de la nobleza y el clero. Su representación era escasa y no reflejaba lo que suponía la mayoría del pueblo español, mayoritariamente analfabeto y sin ideas políticas claras, ocupado en la guerra contra el invasor por la defensa de su rey y su religión. En las Cortes hubo tres grupos de diputados según sus tendencias políticas: * Los absolutistas. Buscan la guerra y expulsión final del francés para que volviese el rey Fernando VII con su soberanía absolutista plena. Estaban representados por nobles y clérigos. * Los liberales. Querían aprovechar el proceso revolucionario favorecido por la guerra. Su modelo era el francés: elaboración de una Constitución y un régimen liberal, con soberanía nacional. Estaban representados por burgueses y clases medias. * Los jovellanistas. Eran antiguos ilustrados, viejos políticos con mentalidad en el siglo XVIII. Buscaban reformas lentas, pactadas con el rey, sin revolución, por ello no podía hacerse nada sin su presencia. Sin embargo, fueron los que convocaron las Cortes, empujados por las circunstancias tan extraordinarias de la guerra. Las Cortes, dominadas por los liberales, se fijaron dos objetivos: un nuevo régimen político, a través la redacción de la Constitución de 1812; y transformar la sociedad mediante un conjunto de leyes. Para transformar la sociedad legislaron una gran cantidad de leyes diversas: * Legislación agraria: Abolición de los señoríos jurisdiccionales, es decir, abolición del poder de los nobles en sus dominios, los cuales pasarían a ser propiedad privada de la nobleza simplemente; abolición de los señoríos monásticos, los cuales pasaban a ser del Estado que las vendería a manos privadas (desamortización); etc. * Legislación social: Supresión de la Inquisición, de la tortura, de las pruebas de limpieza de sangre y de los privilegios estamentales. * Legislación política: se aprueban libertades básicas como la de prensa, sin la necesidad de la censura previa, aunque no la religiosa. 3. La Constitución de 1812. Tras apasionados debates en las Cortes, se proclamó a Fernando VII como rey de España. Más adelante las Cortes se convirtieron en Cortes constituyentes y se inició la redacción y votación del texto. Se publicó la nueva Constitución el 19 de marzo de 1812 (La Pepa), que definía a España y sus territorios de ultramar como una monarquía constitucional, inspirada en la francesa de 1791. Sus principios básicos son: * Soberanía nacional, que emanaba únicamente del pueblo español. * Amplia declaración de derechos y libertades: igualdad ante la ley, libertad civil, derecho a la propiedad privada, a la educación, inviolabilidad de domicilio, libertad de imprenta o expresión, etc, aunque no reconocía la libertad religiosa. * División de poderes: El poder legislativo residiría en las Cortes unicamerales, las cuales elaboraban las leyes con el Rey. El rey no podía disolverlas, aunque tenía el derecho de veto a una ley durante dos legislaturas, pasadas las cuales ya no podía oponerse. Una diputación permanente en periodos de no reuniones velaba ante cualquier intento de intervenir en las mismas por parte del rey. Cada diputado representaba a un nº de habitantes, por lo que ya no representaba a su estamento, sino que representaba a la nación. Además, para ser elegido diputado era necesario un cierto nivel económico, no podía presentarse un pobre. Las elecciones eran por sufragio universal masculino indirecto. El poder ejecutivo residía exclusivamente en el Rey y sus ministros, a los que nombra y depone libremente. El poder judicial residía en los tribunales civiles, con legislación penal igualitaria para cualquier español, sin ningún tipo de privilegio. Al igual que los decretos y leyes aprobados por las Cortes de Cádiz, la Constitución apenas era conocida por el pueblo, ocupado en plena guerra y aislado de Cádiz. Por ello, no fue popular y Fernando VII no tuvo dificultad en derogarla. 4. Significado en la historia de España Fue la primera Constitución de la historia política española. Supuso la ruptura con el absolutismo y el arranque de la Revolución Burguesa española a pesar de ser un texto moderado. Los siguientes regímenes liberales españoles la restauraron o la tomaron como modelo para elaborar otras futuras. También fue España el tercer país constitucional de la historia tras Estados Unidos (1787) y Francia (varias constituciones durante su periodo revolucionario). Además, tuvo una gran influencia en posteriores revoluciones liberales de otros países de Europa y en las nacientes repúblicas hispanoamericanas independientes. 5.3. FERNANDO VII: LIBERALISMO FRENTE A ABSOLUTISMO. EL PROCESO DE INDEPENDENCIA DE LAS COLONIAS ESPAÑOLAS. El Sexenio Absolutista (1814-1820) Mediante el tratado de Valençay (diciembre de 1813) Napoleón devolvía la Corona de España a Fernando VII, el cual regresaba al país y una parte del Ejército, además de nobleza, clero y del pueblo llano al grito de “¡Viva el Rey! ¡Muera la Constitución!”. El apoyo de la nobleza y el clero absolutista se expresó en el Manifiesto de los Persas. En él se reclamaba la vuelta al sistema del Antiguo Régimen y a la situación de mayo 1808. Se revindicaba el carácter ilimitado del poder del Rey y su origen divino, defendiendo la Alianza del altar con el trono. El Rey eliminó la soberanía nacional, se derogó la Constitución de Cádiz y mucha de la legislación hecha hasta entonces (desamortización, ley de prensa…). Se restituyeron los privilegios de la nobleza y de la Iglesia. Se restablecía el Tribunal de la Inquisición y la Mesta, y se permitía incluso el retorno de la Compañía de Jesús. Se procedió a la detención y juicio tanto de los afrancesados como de los liberales, acusados de traición y conspiración contra el Rey. El auténtico gobierno en la sombra lo constituía la camarilla, formada por los hombres de confianza del Rey que se repartían puestos, prebendas y privilegios. El resultado fueron seis años caóticos de Gobierno, crisis económica y desastres coloniales. Una serie de graves problemas acabó por dar al traste con el régimen absolutista. Poco a poco se reorganizó el movimiento clandestino liberal. Surgieron círculos revolucionarios y sociedades masónicas secretas en las principales ciudades y entre los oficiales. Se sucedieron pronunciamientos y conspiraciones, como el de Espoz y Mina, finalmente triunfó el pronunciamiento del comandante Rafael de Riego, que contó con el apoyo popular necesario para triunfar, restaurándose la Constitución de Cádiz. El Trienio Liberal (1820-1823) Supuso el triunfo del pronunciamiento liberal. El Trienio se caracterizó por la inestabilidad gubernamental debida a: 1. La propia división de los liberales, por un lado los doceañistas, partidarios de un Gobierno fuerte , un sistema de doble cámara, una libertad de prensa limitada, sufragio censitario y la defensa de la propiedad y el orden social. Representaban a la burguesía y a los diputados provenientes del exilio, como Francisco Martínez de la Rosa. Por otro lado los exaltados, jóvenes, radicales y partidarios de llevar al límite el desarrollo de la Constitución: Cámara única, sufragio universal, completa libertad de opinión y marcadamente anticlericales. Actuaban en los clubes y Sociedades Patrióticas. 2. Una segunda fuente de inestabilidad la constituyó la actitud reaccionaria del Rey. Conspiraba para volver al absolutismo pidiendo secretamente una intervención extranjera a los miembros de la Santa Alianza. A lo largo de estos tres años las Cortes aprobaron una legislación reformista que tenía la intención de acabar con el Antiguo Régimen. Las medidas tomadas (desamortizaciones) no permitieron mejorar a los campesinos que se manifestaron a favor del regreso del absolutismo. La política religiosa estuvo marcada por el anticlericalismo y la defensa visceral del poder del Estado. La consecuencia de toda esta legislación fue el enfrentamiento con la Iglesia. También fracasaron en el intento por mejorar la educación. La conspiración absolutista triunfó en parte ya que las potencias de la Santa Alianza acordaron intervenir en la Península. Un ejército francés al mando del duque de Angulema, los Cien Mil Hijos de San Luis, junto a 35.000 voluntarios realistas entraron en España en abril de 1823, en octubre liberaban al Rey en Cádiz devolviéndole su poder absoluto. La Década Ominosa (1823-1833) La llamada por los liberales década ominosa está presidida por la vuelta atrás, el retorno del absolutismo, la represión y el terror frente a los liberales, la inoperancia económica y las presiones de los ultrarreaccionarios. Hubo una gran represión contra los liberales, sin embargo, la vuelta al absolutismo no fue, sin embargo, idéntica a la de 1814, ya que Fernando VII intentó mantenerse alejado de los absolutistas más radicales, contando incluso con algunos ministros como Cea Bermúdez que era un liberal moderado. Aunque las reformas eran muy tibias hubo levantamientos realistas y generó la reivindicación del trono para el hermano del Rey, el infante don Carlos. Los realistas comenzaron a criticar la obra de gobierno del Rey. Poco a poco los realistas fueron radicalizando sus posturas y comenzaron a apoyar a Carlos María Isidro que conspiraba abiertamente por la Corona. Era el comienzo del carlismo. Por otra parte, continuaron produciéndose conspiraciones liberales, Espoz y Mina desde el Norte y la del general Torrijos que será ejecutado en Málaga. El final del reinado se vio marcado por la cuestión sucesoria. Fernando no tenía descendencia pese a sus tres matrimonios previos, así que en 1829 se casó con su sobrina María Cristina de Borbón, que a los pocos meses queda embarazada planteando el problema sucesorio. Los absolutistas moderados aliados con los liberales y sectores de la aristocracia partidaria de las reformas políticas y económicas apoyaron a la nueva reina, en quien veían la única posibilidad de cambio. Por otro lado los absolutistas intransigentes se alineaban con don Carlos. Fernando VII promulgaba en 1830 la Pragmática Sanción que eliminaba la Ley Sálica que permitía reinar a la infanta Isabel, convertida en heredera. Los más radicales apoyaban al hermano del rey: Carlos María Isidro. Fernando VII, agonizante convierte a su mujer María Cristina en Regente. El rey muere en septiembre de 1833, tras ella el Manifiesto de Abrantes provocará una Guerra Civil que no terminará hasta 1840 (entre los carlistas y los partidarios de Isabel). La emancipación de la América española Los orígenes del independentismo americano se remontan al siglo XVII, por un lado la difusión de las ideas de la Ilustración, por otro el ejemplo de la independencia de las 13 colonias y sobre todo por la propia estructura social de las colonias americanas. Los criollos controlaban las haciendas y las plantaciones, así como gran parte de la producción manufacturera y casi todo el comercio, que si bien se había ampliado a todos los puertos españoles desde 1778 aún excluía el comercio con otras naciones. Este grupo que representaba entre un 10 y un 15% del total de la población controlaba la casi totalidad de la economía pero estaba excluida de los grandes cargos de poder, ocupados por los españoles peninsulares. Los españoles que apenas representaban el 1% de la población, sin embargo, controlaban la inmensa mayoría de los cargos políticos y eclesiásticos de las colonias americanas. Por una parte eran envidiados por los criollos, pero a su vez tolerados para que defendiesen su supremacía económica de la inmensa mayoría de la población, indígenas, mulatos y esclavos. Sobre todo de los primeros verdadera mano de obra campesina al servicio de los criollos y siempre dispuesta a librarse se su dominio. La más importante fue la Tupac Amaru de 1780. En los años previos a 1808 se fue difundiendo entre la élite criolla el ideal liberal, dándose los primeros movimientos independentistas con Miranda “El precursor”, Mariano Moreno o Simón Bolívar. Sin embargo, el cambio fundamental se produjo con la sublevación en España en 1808 frente a la ocupación francesa, se puede afirmar categóricamente que sin este factor la Independencia de las colonias españolas hubiese seguido un camino totalmente distinto. El proceso puede resumirse en tres fases: Primera fase: Al tenerse noticias de los sucesos de mayo en las principales ciudades americanas se fueron creando Juntas similares a las españolas, en nombre de Fernando VII que depusieron a las autoridades españolas que se mostraban afrancesadas. No hubo, pues, inicialmente, un movimiento independentista. No será hasta 1809 cuando, a raíz de la formación de la Junta Central, cuando determinadas juntas americanas comenzaron a no reconocer dicho poder. En 1801 llegaron las noticias de la campaña de Andalucía y el asedio de Cádiz, así como de la incapacidad de la Regencia. Entre marzo y septiembre de 1810 se fueron formando juntas revolucionarias en Caracas, Buenos Aires, Santa Fe de Bogotá y Santiago de Chile. En general fueron las propias divisiones internas de los líderes criollos los que en esta primera fase dieron al traste con el proceso revolucionario. Las autoridades fueron recuperando el control paulatinamente a partir de 1813, haciéndose con el control de Bogotá, Caracas y Santiago, destacando la labor del virrey Abascal. Los líderes independentistas terminaron en prisión (Miranda, Nariño) o en el exilio (O´Higgings o Bolívar) El envío de un ejército de 10.000 hombres, al mando de Morillo, en febrero de 1814, fue decisivo para el restablecimiento del control peninsular en el Norte. En Méjico Miguel Hidalgo, párroco de Dolores, fue quien en septiembre de 1810 dirigió la sublevación contra el nuevo virrey enviado por la Regencia. Mediante el Grito de Dolores solicitaba, el fin de la esclavitud, eliminación de tributos, abolición del régimen de castas, reparto de tierras, y fin de los monopolios mineros. Tal programa hizo que los criollos asustados recurriesen a los españoles para defender su posición de privilegio. Hidalgo fue detenido y ejecutado, al igual que su sucesor, el cura Morelos en 1815. Sin embargo, antes de ello convocó un congreso nacional en Anahuac que declaró la independencia. Segunda fase: A partir de 1816 la restauración del absolutismo en España reavivó las ansias de independencia. El Gobierno español se veía incapaz de enviar las fuerzas que se reclamaban desde América, a causa de la quiebra financiera del Estado. En el Sur la escisión de la zona oriental bajo el liderazgo de Artigas (futuro Uruguay) no impidió que en el Congreso de Tucumán se proclamase la independencia de las Provincias Unidas de Sudamérica, futura Argentina, en 1816, bajo la figura de San Martín. Por su parte Simón Bolívar reanudó las operaciones en Venezuela en 1816. La política represiva del virrey Morillo hizo que se incorporaran al movimiento independentista los indígenas. Tras la conquista de Angostura un congreso reunido allí proclamó la independencia de la República de la Gran Colombia, en enero de 1819, proclamando a Bolívar “el libertador” como presidente. En agosto derrotaría a los realistas en la batalla de Boyacá. En 1814 un ejército al mando de Abascal recuperaba Chile. Sin embargo, en 1817 un ejército de refuerzo argentino dirigido por San Martín, atravesó los Andes y empezó la reconquista. La victoria en Carabobo permitió la toma de Santiago. En febrero de 1818 se aprobó el Acta de Independencia de Chile y Bernardo O´Higgings se convirtió en su primer presidente. Tercera fase: Se produce a partir de 1820. Los dos grandes líderes militares San Martín desde el Sur y Bolívar desde el Norte convergieron sobre el virreinato del Perú, principal foco realista. Las tropas del nuevo virrey La Serna se encontraban divididas entre liberales y absolutistas. En julio de 1821 las tropas independentistas entraban en Lima y en abril de 1822 Bolívar entraba en Quito. En agosto de 1824 Bolívar recuperaba de nuevo Lima y se producía la decisiva batalla de Ayacucho donde el general Sucre derrotaba al virrey La Serna. En Méjico la proclamación de la Constitución de Cádiz y las medidas revolucionarias impuestas desde España asustaron a los hacendados y la Iglesia. Cuando el general Agustín de Iturbide publicó el plan de Iguala en marzo de 1821, en el que garantizaba la independencia, la preeminencia de la Iglesia y la unión de todos los grupos sociales, recibió un apoyo generalizado. En tan sólo seis meses consiguió imponerse a las fuerzas realistas y en marzo de 1822 era proclamado emperador. Como consecuencia de todo este proceso en 1825 tan sólo le restaban a España los diminutos territorios de Cuba y Puerto Rico, de su antiguo gran Imperio colonial. España pasaba a ser una potencia de segunda fila en el contexto europeo y los nuevos estados americanos se desangraban durante varias décadas en guerras entre ellos por delimitaciones territoriales, independencias y zonas de influencia económica.

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