Unidad 4 - Psicoanalisis I PDF
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UCA Facultad "Teresa de Ávila"
ATHINA MONTERO BERLARI
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These are notes from a psychology course (Unidad 4 - Psicoanalisis I) on the Oedipus complex and castration complex as described by Freud. The document discusses the developmental stages, and the role of the father figure, the importance of the child's relationship with the mother, and the concept of the superego.
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Accede a apuntes, guías, libros y más de tu carrera Unidad 4 - Psicoanálisis I 15 pag. Descargado por Marian Lopez alvarez ([email protected]) Encuentra más documentos en www.udocz.com ATHINA MO...
Accede a apuntes, guías, libros y más de tu carrera Unidad 4 - Psicoanálisis I 15 pag. Descargado por Marian Lopez alvarez ([email protected]) Encuentra más documentos en www.udocz.com ATHINA MONTERO BERLARI Lic. en Psicología – UCA “Facultad Teresa de Ávila” – 2° Año 2023 Como introducción, podríamos decir que el Complejo de Edipo es una fase organizadora Instala la ley de prohibición del incesto. Heredero del Super Yo (Instancia criticadora). Observable en pequeñas situaciones, por lo que debe ser encarnado. → Falo = Pene. En el niño, el descubrimiento de los genitales y la exploración Se desea poseer al padre del sexo opuesto → Corriente propia del falo devienen en el complejo de castración. amorosa que debe ser guiada para instalar la ley. Niño no posee diques morales (Asco, pudor, vergüenza). En la niña, el observarse castrada genera la envidia del pene, que deviene en el complejo de castración. El complejo de castración tiene relación con la falta → “Sujeto en falta”: Objeto perdido → Represión primaria. ✓ El miedo a la castración produce sublimación de mociones pulsionales que NO se pueden dar. Derivándolos a fines socialmente aceptables, hacia la “etapa de latencia”. ✓ Tarea: Freud dice que la pulsión no se reprime, sino que se busca “qué” lo hace. Con el sepultamiento del Complejo de Edipo, se instaura el Super Yo. El Complejo de Edipo debe ser reprimido, específicamente por el componente del incesto. SI los padres perduraran como objeto de amor, estaríamos ante una desviación del objeto amado, por ende, una perversión. Texto: Freud, S. (1923) La organización genital infantil (Una interpolación en la teoría de la sexualidad). Tomo XIX. Ed. Amorrortu. 1996. Buenos Aires. Retomando el texto de “Tres ensayos de teoría sexual” (1905), Freud especifica que en ella a menudo ya en la niñez se consuma una elección de objeto, como la que hemos supuesto característica de la fase de desarrollo de la pubertad. Única diferencia con la vida sexual después de la pubertad. ✓ Hecho de que no se ha subordinado al primado de los genitales. ✓ Pulsiones parciales no se han unificado. Hoy Freud desmiente la tesis de que el primado de los genitales no se consuma en la primera infancia. Si bien no se alcanza una verdadera unificación de las pulsiones parciales bajo el primado genital, el interés y quehacer genital infantil es de significatividad dominante. Carácter principal de organización genital infantil. La fuerza pulsionante fálica se exterioriza como esfuerzo de investigación, curiosidad sexual. Solo desempeña un papel el genital masculino. Curso de indagaciones → Descubre que el pene no es patrimonio común. Usualmente, en el varoncito, se da al observar casualmente los genitales de una hermanita o compañera. Por ello, sólo puede apreciarse rectamente la significatividad del complejo de castración si a la vez se toma en cuenta su génesis en la fase del primado del falo. Descargado por Marian Lopez alvarez ([email protected]) Encuentra más documentos en www.udocz.com ATHINA MONTERO BERLARI Lic. en Psicología – UCA “Facultad Teresa de Ávila” – 2° Año 2023 Fase Oposición Como ya fue descripto, la polaridad sexual Elección de objeto Sujeto Objeto infantil experimenta mudanzas. Fase sádico-anal Activo Pasivo Sin embargo, en esta fase, Freud realiza una salvedad particular. Genital masculino Genital castrado Fase genital (Ahora: fálica) (Masculino) ≠ (NO hay femenino) Masculino Femenino Pubertad Reúne sujeto, actividad Reúne objeto, pasividad y posesión de pene. y posesión de vagina. Texto: Freud, S. (1925) Algunas consecuencias psíquicas de las diferencias anatómicas entre los sexos. Tomo XIX. Ed. Amorrortu. 1996. Buenos Aires. Texto: Freud, S (1931) Sobre la sexualidad femenina. Tomo XXI. Ed. Amorrortu. 1996. Buenos Aires. Prehistoria de Edipo en el hombre: Identificación de naturaleza tierna con el padre. Onanismo de la primera infancia (Emerge del órgano y, luego, se relaciona con el Complejo de Edipo). Dichas exteriorizaciones masturbatorias significan la descarga de excitación sexual. Sin embargo, son sofocadas por las personas encargadas de la crianza → Activa el Complejo de Castración (Aún no como tal, lo vemos posteriormente). En esta prehistoria, ya identificamos que el pene debe su investidura narcisista a su significación orgánica para la supervivencia de la especie, por lo que se puede concebir la catástrofe de los sofocos como el triunfo de la sociedad sobre el individuo. (Ej. Prohibición del incesto, institución de conciencia moral, etc.) El interés genital narcisista (Conservación del pene) es utilizado para limitar la sexualidad infantil. ¿Cómo puede el varoncito conservar incólume su ligazón-madre, que por cierto no es menos intensa? A él le resulta posible tramitar su ambivalencia hacia la madre colocando en el padre todos sus sentimientos hostiles. Texto: Freud, S. (1925) Algunas consecuencias psíquicas de las diferencias anatómicas entre los sexos. Tomo XIX. Ed. Amorrortu. 1996. Buenos Aires. Texto: Freud, S. (1923) La organización genital infantil (Una interpolación en la teoría de la sexualidad). Tomo XIX. Ed. Amorrortu. 1996. Buenos Aires. Primer objeto de amor: Madre. ✓ El niño retiene al objeto en que, en la lactancia, ya había investido su libido todavía no genital (Corriente más tierna). ✓ Observa a su padre como un rival perturbador a quien querría eliminar y sustituir. Oposición de conducta a primera aparición de genitales [Ver mismo inciso en niñita]. Poco interesado al principio; desmiente o busca explicaciones para hacerla acordar con su expectativa. Sólo más tarde, después que cobró influencia sobre él una amenaza de castración, aquella observación se le volverá significativa. Es notoria su reacción a las primeras impresiones por la falta de pene: 1°) Desconocen esa falta, creen que si hay un falo aún pequeño que crecerá. 2°) Luego, concluyen que sin duda estuvo presente y fue removido en las mujeres culpables de las mismas mociones que el experimenta → Resultado de una castración a modo de castigo. Ser mujer todavía no coincide con “no tener pene” (Ej. Su madre es respetable → Lo conserva). Texto: Freud, S. (1924) El Sepultamiento del Complejo de Edipo. Tomo XIX. Ed. Amorrortu. 1996. Buenos Aires. → Posee a madre como objeto y percibe la quita de su amor/cuidado (Ej. Llegada de hermanito). Deviene en… → Cuando vuelca su interés a los genitales, lo deja traslucir por su ocupación manual en ellos. → Después de esto, experimenta que los adultos no están de acuerdo con ese obrar, por lo que experimenta reprimendas. 1 Entre los 5 textos que utilizamos para abordar este tema vital, en cada uno de ellos se especifican muchas cosas distintas de ambos sexos, lo cual lo vuelve confuso a los fines del resumen. Por eso, realizo incisos diferenciados a forma de subtítulo, pero ambos prevalecen en el mismo punto del programa. Descargado por Marian Lopez alvarez ([email protected]) Encuentra más documentos en www.udocz.com ATHINA MONTERO BERLARI Lic. en Psicología – UCA “Facultad Teresa de Ávila” – 2° Año 2023 Esta amenaza se percibe de forma incrédula ¿Cuándo se quebranta la incredulidad? La observación de los genitales femeninos. Con ello: Se ha vuelto representable la pérdida del propio pene. La amenaza de castración obtiene su efecto. El Complejo de Edipo ofrecía al niño dos posibilidades de satisfacción: a) Activa (Tomar lugar del padre y tener a) Activa: Perdida de pene como castigo. comercio sexual con su madre). Aceptar la posibilidad de castración pone fin a ambas. b) Pasiva (Tomar lugar de madre y ser Ambas conllevan la pérdida del pene. b) Pasiva: Perdida de pene como premisa. amado por su padre [Actitud femenina]). Aún en el varoncito, el complejo de Edipo es de sentido doble (activo y pasivo) en armonía con la disposición bisexual constitucional. Texto: Freud, S. (1924) El Sepultamiento del Complejo de Edipo. Tomo XIX. Ed. Amorrortu. 1996. Buenos Aires. Freud estima que el Complejo de Edipo tiene un asentamiento fundamental en el período de la primera infancia, para después caer sepultado (represión) y procurar el ingreso al período de latencia. Pero ¿A raíz de qué se sepulta? Principalmente, a raíz de las dolorosas desilusiones acontecidas y la falta de satisfacción esperada. A considerar, el complejo de Edipo es vivenciado de manera enteramente individual por la mayoría de los humanos, pero es un fenómeno determinado por la herencia que tiene que desvanecerse cuando se inicia la fase evolutiva siguiente. Entonces, es bastante indiferente conocer las ocasiones a raíz de las cuales ello acontece. Solo importa que suceda. En Edipo, estallará un conflicto de intereses entre el: 1°) Interés narcicista de conservar el falo. 2°) Investidura libidinosa de objetos parentales. En este conflicto, normalmente triunfa el primero, por el miedo de castración. Las investiduras libidinales serán Autoridad se proyecta en el yo Perpetua la prohibición del incesto y sustituidas por identificación. formando el núcleo del super yo. asegura el yo2 contra retorno. ✓ El proceso en su conjunto salvó a los genitales, alejó de ellos el peligro de la pérdida, y además los paralizó, canceló su función. Con ese proceso se inicia el período de latencia, que viene a interrumpir el desarrollo sexual del niño. ✓ En el varón, sin duda, resta como secuela del complejo de castración cierto grado de menosprecio por la mujer cuya castración se ha conocido. Texto: Freud, S. (1925) Algunas consecuencias psíquicas de las diferencias anatómicas entre los sexos. Tomo XIX. Ed. Amorrortu. 1996. Buenos Aires. En la niña, el Complejo de Edipo es una formación secundaria, ya que es precedido por el Complejo de Castración. Ambos complejos establecen un nexo con la oposición fundamental de los sexos. El Complejo de Edipo, por su parte, no es simplemente reprimido; zozobra bajo el choque de la amenaza de castración. Sus investiduras libidinosas son: Resignadas. Desexualizadas. Sus objetos son incorporados al yo. En parte, sublimadas. Allí forman el núcleo del superyó. Dichos objetos prestan a la neoformación superyoica sus propiedades características. En el caso ideal (normal), dicho complejo no subsiste en el inconciente, el Super Yo deviene en su heredero. 2 Freud estima que dicho extrañamiento del yo hacia el Complejo de Edipo puede ser tranquilamente denominado una represión. 3 En mi opinión, en este inciso la fase preedipica queda poco concisa. Recomiendo que para puntualizar correctamente sus implicaciones ir a “La Feminidad”. Descargado por Marian Lopez alvarez ([email protected]) Encuentra más documentos en www.udocz.com ATHINA MONTERO BERLARI Lic. en Psicología – UCA “Facultad Teresa de Ávila” – 2° Año 2023 Primer objeto de amor: Madre → ¿Cómo toma a su padre como objeto? ✓ La niña esta circunscripta a descubrir grávidas consecuencias en pos de iniciar su Complejo de Edipo. ✓ La prehistoria inicia al notar el pene de un hermano o compañero de juegos; ante la diferencia de tamaños, lo discierne como superior ante su propio órgano. Entrada en Oposición de conducta a primera aparición de genitales [Ver mismo inciso en varoncito]. Al verlo, sabe que no lo tiene y lo quiere por el poder que representa; derivando en el complejo de masculinidad. La esperanza de recibir alguna vez, a pesar de todo, un pene, igualándose así al varón. Se afirma la convicción de que posee un pene, y se ve compelida a comportarse como varón. Las consecuencias psíquicas de la envidia de pene son múltiples: 1°) Sentimiento de inferioridad. Con la admisión de su herida narcicista (No tener pene), aprende su universalidad y comparte menosprecio por sí misma con el varón. 2°) Desplazamiento de los celos. Aunque haya renunciada a su objeto, no deja de existir Celos se desplazan, recibiendo refuerzo de la fuente de envidia de pene. 3°) Aflojamiento de vínculo tierno con objeto-madre. Se convence de que la madre la echó al mundo con una dotación tan insuficiente, es responsabilizada por esa falta de pene. Hecho (o consecuencia) más importante → La naturaleza de la mujer está más alejada de la masturbación. La masturbación en el clítoris sería una práctica masculina, y el despliegue de la feminidad tendría por condición la remoción de la sexualidad clitorídea. Tras la envidia del pene, hay una intensa contracorriente opuesta al onanismo Posteriormente, dará paso a la feminidad. De esa manera, el conocimiento de la diferencia anatómica entre los sexos esfuerza a la niña pequeña a apartarse de la masculinidad y del onanismo masculino, y a encaminarse por nuevas vías que llevan al despliegue de la feminidad. Es innegable que la bisexualidad es parte de la disposición constitucional de los seres humanos. En el caso de la mujer, su sexualidad atraviesa una fase masculina y, luego, una fase femenina. Hacia el final de este texto, Freud plantea que “todos los individuos humanos, a consecuencia de su disposición (constitucional) bisexual, y de la herencia cruzada, reúnen en sí caracteres masculinos y femeninos, de suerte que la masculinidad y feminidad puras siguen siendo construcciones teóricas de contenido incierto.” Texto: Freud, S (1931) Sobre la sexualidad femenina. Tomo XXI. Ed. Amorrortu. 1996. Buenos Aires. En esta fase, sucede un hecho mucho más relevante en la niña que en el varoncito, que es la. En este se producirían un número de mecanismos que vuelven eficaz el extrañamiento del objeto-madre como meta final, amado de manera intensa como exclusiva. Entre ellos: Celos hacia otras personas, hermanitos, rivales (Ej. Padre). Amor infantil pide exclusividad. Amor no tiene meta → Es incapaz de satisfacción plena. Destinado a la insatisfacción. Prohibición de la masturbación del clítoris, motivo para revelarse contra ella. Reproche más grande: Madre no la doto del genital correcto Descubrimiento de castración. 4 Texto: Freud, S (1931) Sobre la sexualidad femenina. Tomo XXI. Ed. Amorrortu. 1996. Buenos Aires. Se requieren dos mudanzas para pasar del primer objeto de amor al padre: 1°) Resignar la zona genital rectora, el clítoris, por una nueva, la vagina. 2°) Trueque del objeto-madre originario por el padre. 4 Importante → A notar que la diferencia fundamental entre sexos es el orden en el que se propician los complejos: ✓ En el varoncito, Castración representa la salida de Edipo. ✓ En la niñita, Castración representa la entrada a Edipo. La diferencia es una comprensible consecuencia de la diversidad anatómica de los genitales y de la situación psíquica enlazada con ella; corresponde al distingo entre castración consumada y mera amenaza de castración. Además, con la alternancia de los períodos la niña debe trocar zona erógena y objeto, mientras que el varoncito retiene ambos. Descargado por Marian Lopez alvarez ([email protected]) Encuentra más documentos en www.udocz.com ATHINA MONTERO BERLARI Lic. en Psicología – UCA “Facultad Teresa de Ávila” – 2° Año 2023 Freud resalta dos hechos: 1°) Intensa dependencia respecto de su padre, heredera de una igualmente intensa ligazón-madre. 2°) Ligazón-madre es de duración inesperada (Fase preedipica). Además, se agrega la característica universal de la sexualidad infantil:. Sentir gran amor por una persona que vaya aparejado Entonces, la intensa ligazón de la niña pequeña con su madre un odio acaso de igual magnitud o a la inversa. debió de haber sido muy ambivalente. Es indudable que la persona normal y adulta consigue Habrá sido esforzada a extrañarse de ella. separar entre sí ambas posturas. El proceso es consecuencia de dicho carácter universal. El complejo de castración prepara al complejo de Edipo, en vez de destruirlo. Por el influjo de la envidia del pene, la niña es expulsada de la ligazón-madre y desemboca en la situación edípica. Ausente la angustia de castración, falta el motivo principal que había esforzado al varoncito a superar el complejo de Edipo. Texto: Freud, S. (1924) El Sepultamiento del Complejo de Edipo. Tomo XIX. Ed. Amorrortu. 1996. Buenos Aires. Texto: Freud, S. (1925) Algunas consecuencias psíquicas de las diferencias anatómicas entre los sexos. Tomo XIX. Ed. Amorrortu. 1996. Buenos Aires. La niñita al resignar el deseo del pene, lo reemplaza por el deseo de un hijo (Deslizamiento de la libido). Con este nuevo propósito… Padre como objeto de amor. Madre como objeto de celos. La niña, como ya vimos, también dispone de una En este complejo, la niñita: organización fálica. Tiene fantasías de gran intensidad con su padre y → El clítoris se comporta al comienzo como un pene de tener un hijo con él, probablemente estas pero se percibe castrada (prejuicio) al compararse sean fuentes de su onanismo infantil. con un varoncito. Quiere considerarse la amada predilecta del padre, → Esto le da una razón de inferioridad Supuesto por lo que forzosamente tendrá que vivenciar de que una vez poseyó un miembro igualmente alguna seria reprimenda de parte de él. grande, y después lo perdió por castración. Diferencia esencial: La niñita acepta la castración como un hecho consumado, mientras que el varoncito tiene miedo a la posibilidad de su consumación. Texto: Freud, S. (1924) El Sepultamiento del Complejo de Edipo. Tomo XIX. Ed. Amorrortu. 1996. Buenos Aires. A partir de lo anterior… El complejo de Edipo culmina en el deseo de recibir como regalo un hijo del padre. Se abandona después poco a poco porque este deseo no se cumple nunca. ¿Por qué? Los deseos de: Excluida la angustia de castración, está ausente un poderoso ✓ Poseer un pene. Permanecen en lo ICC. motivo para: Instituir el Super Yo. ✓ Recibir un hijo del padre. Interrumpir la organización genital infantil. Allí se conservan con fuerte investidura y contribuyen a preparar al ser femenino para su posterior papel sexual. Para que estas se produzcan en la niña, se requerirá de amedrentamiento externo para mostrar que dichos deseos no se cumplirán. Texto: Freud, S. (1925) Algunas consecuencias psíquicas de las diferencias anatómicas entre los sexos. Tomo XIX. Ed. Amorrortu. 1996. Buenos Aires. En la niña falta el motivo para la demolición del Complejo de Edipo ya que la castración sucede antes y la esfuerza al Edipo. Por ello, este puede ser Abandonado poco a poco. Tramitado por represión. Penetrar en vida anímica. ✓ El superyó nunca deviene tan implacable como el del varón. ✓ Usualmente en la mujer, se expresa un menor sentimiento de justicia y utilizan de guía a sentimientos tiernos u hostiles. Descargado por Marian Lopez alvarez ([email protected]) Encuentra más documentos en www.udocz.com ATHINA MONTERO BERLARI Lic. en Psicología – UCA “Facultad Teresa de Ávila” – 2° Año 2023 Texto: Freud, S (1932) Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis. La feminidad. Tomo XXII. Ed. Amorrortu. 1996. Buenos Aires.5 Freud abre esta conferencia estimando que la ciencia anatómica establece la diferencia entre femenino y masculino: Masculino es, anatómicamente, el espermatozoide, y su portador. Culturalmente, es referenciado como lo activo (Espermatozoide se mueve Esta diferencia se acentúa más en la aparición buscando al óvulo). de los caracteres sexuales: Aquellos primarios que sirven para las Femenino es, anatómicamente, el óvulo y el organismo que lo alberga. funciones reproductivas. Culturalmente, es referenciado como lo pasivo (Óvulo espera al Aún más, en los secundarios que espermatozoide). disponen las formas del cuerpo. ✓ Se plantea que la ciencia hace notar que, en ambos sexos, estos se desarrollan a partir de una misma disposición pero en dos configuraciones diferentes. ✓ Las partes del aparato sexual masculino se encuentran también en el cuerpo de la mujer, si bien en un estado de atrofia, y viceversa. Este es un indicio de bisexualidad. El individuo no es varón ni mujer, sino ambas cosas pero más uno que otro. Conclusión: Sin descartar el valor definitorio de los óvulos o el semen, aquello que constituye la masculinidad o la feminidad es un carácter desconocido que la anatomía no puede aprehender. Una paradoja es que, en los animales, las prácticas son distintas a los sexos en los humanos. (Ej. Crianza es femenina en humanos pero en los animales el macho prevalece; hembras son más agresivas). La madre humana es en todo sentido activa a su hijo Error de superposición al atribuir activo/pasivo. Podría intentarse caracterizar psicológicamente la feminidad diciendo que consiste en la predilección por metas pasivas. Esto no es idéntico a pasividad; puede ser necesaria una gran dosis de actividad para alcanzar una meta pasiva. Esto no debe pasar por alto que las normas sociales esfuerzan a la mujer a dicha situación. Indagar cómo deviene la mujer a partir de la disposición bisexual en el niño (no describirla). → En la infancia, ya hay diferencias en la disposición pulsional. Es por regla general menos agresiva, dócil, de necesidades tiernas. → Con el ingreso en la fase fálica, las diferencias entre los sexos retroceden en toda la línea ante las concordancias. Zona erógena rectora se vuelve el clítoris No está destinada a seguir siéndolo, debe pasarle su sensibilidad y valor a la vagina. → Necesaria para comprender la Si es tan potente, ¿Por qué se detiene? feminidad. 1°) Destino habitual para dar paso a la ligazón-padre. Existe una riqueza y la intensidad de los vínculos sexuales de la niña 2°) Se produce un extrañamiento a la madre por pequeña con su madre, los cuales ambivalentes y diversos puesto que hostilidad. atraviesan las fases de la sexualidad infantil. Se apoya en el hecho de que el niño es insaciable. Ambivalencia de alto grado. ✓ Casos como el amamantamiento, aparece otro niño en la cuna, con el que debe Cuanto más apasionadamente ame el niño a su compartir alimento, amor, etc. objeto, tanto más sensible se volverá para los ✓ La más intensa remite a la prohibición del desengaños y denegaciones de su parte. uso placentero de los genitales. Al fin, amor sucumbirá a la hostilidad acumulada. Es decir, la gran fuente de hostilidad proviene de un gran número de deseos sexuales insatisfechos La identificación-madre de la mujer permite discernir dos estratos: (“Condenado al sepultamiento”). El , que consiste en la ligazón tierna con la madre y la toma por arquetipo → Decisiva (Adquiere cualidades que luego desempeñara en su función sexual). El , que quiere eliminar a la madre y sustituirla junto al padre. 5 Esta conferencia es muy interesante al tema y la coloco en la parte de la mujer/niñita porque es la idea principal del texto. Sin embargo, todo lo anterior respecto a la tarea del psicoanálisis nombrada esto compete a ambos sexos; solo esta acá por motivos de orden al resumen. Descargado por Marian Lopez alvarez ([email protected]) Encuentra más documentos en www.udocz.com ATHINA MONTERO BERLARI Lic. en Psicología – UCA “Facultad Teresa de Ávila” – 2° Año 2023 Texto: Freud, S (1932) Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis. La feminidad. Tomo XXII. Ed. Amorrortu. 1996. Buenos Aires. Texto: Freud, S (1931) Sobre la sexualidad femenina. Tomo XXI. Ed. Amorrortu. 1996. Buenos Aires. A partir del Complejo de Castración, ella se reconoce como castrada y, así, la superioridad del varón y su propia inferioridad, pero también se revuelve contra esa situación desagradable. Por ende, al descubrirse castrada, es un punto de viraje De esa actitud bi-escindida parten 3 orientaciones de desarrollo: [También denominada “inhibición sexual” o “neurosis”]. La niña pequeña ve estropeado el goce de su sexualidad fálica por el influjo de la envidia de pene. Compararse con el varón y renunciar a la masturbación lascera su amor propio, conllevando que reprima buena parte de sus aspiraciones sexuales. Cuando la envidia del pene ha despertado un fuerte impulso contrario al onanismo clitorídeo y este no quiere ceder, se entabla una violenta lucha por liberarse. La niña, tomando el papel de madre castrada, expresa su descontento por el clítoris y repulsa la satisfacción obtenida de él → Defensa contra una tentación que se sigue temiendo. En la adultez: Mujer queda aterrorizada en su comparación con el varón, queda descontenta con su clítoris. Renuncia a su quehacer físico y a la sexualidad en general, así como a la virilidad en otros campos. [También denominada como “alteración del carácter en el sentido de un complejo de masculinidad”]. La niña se rehúsa a reconocer el hecho desagradable, manteniendo su quehacer clitorídeo y busca refugio en una identificación con la madre fálica o con el padre. ¿Qué será lo decisivo para este desenlace? → Evitar la pasividad del viraje. Tiene su influjo sobre la elección de objeto en el sentido de una homosexualidad manifiesta. Se esfuerzan a regresar a su complejo de masculinidad en virtud de las desilusiones con el padre. En la adultez: Mujer, en porfiada autoafirmación, retiene su masculinidad amenazada. La esperanza de tener un pene persiste hasta épocas tardías y elevada a una condición de fin vital. [También denominada como “feminidad normal”]. Con el abandono de la masturbación del clítoris, se renuncia una porción de actividad. Prevalece la pasividad, removiendo la actividad fálica. Cuando no es mucho lo que se pierde por represión, resulta en la sexualidad normal. ✓ Se establece cuando el deseo del pene se sustituye por el deseo del hijo (Simbólicamente: Hijo en lugar de pene). ✓ Toma al padre como objeto y así halla la forma femenina del complejo de Edipo. Por lo tanto, el complejo de Edipo es el resultado final de un desarrollo más prolongado. Como conclusiones respecto a la feminidad, Freud establece que: Posee un alto grado de narcisismo, que influye también sobre su elección de objeto, de suerte que para la mujer la necesidad de ser amada es más intensa que la de amar. En la vanidad corporal de la mujer sigue participando el efecto de la envidia del pene, al igual que la vergüenza (Ocultar defectos/inferioridad). Texto: Freud, S (1931) Sobre la sexualidad femenina. Tomo XXI. Ed. Amorrortu. 1996. Buenos Aires. ¿Qué demanda la niña pequeña de su madre? ¿De qué índole son sus metas sexuales en esa época de la ligazón-madre exclusiva? Las metas sexuales de la niña junto a la madre son de naturaleza tanto activa como pasiva, y están comandadas por las fases libidinales que atraviesan los niños. El foco recae sobre el interés sobre la pasividad y la actividad. En todos los ámbitos del vivenciar anímico, no sólo en el de Esto provoca en él una tendencia a una reacción activa. la sexualidad, el niño recibe una impresión pasivamente. Ej. Juega al doctor con su hermano y ahora será él quien le Ej. Va al doctor y le pide que abra la boca. pide que abra la boca. Se muestra una rebeldía contra la pasividad y una predilección por la actividad (en distinta intensidad en cada niño). Descargado por Marian Lopez alvarez ([email protected]) Encuentra más documentos en www.udocz.com ATHINA MONTERO BERLARI Lic. en Psicología – UCA “Facultad Teresa de Ávila” – 2° Año 2023 Las primeras vivencias sexuales son, desde luego, de naturaleza pasiva. (Amamantado, alimentado, limpiado por su madre) Una parte de la libido del niño permanece adherida a Otra parte se ensaya en su re-vuelta a la actividad (Ej. Ser- estas experiencias y goza de la satisfacciones conexas. amamantado es relevado por el mamar activo). Caso: Juego de la niña de “Ahora yo soy la mamá y tú el nene”, o el juego con muñecas. Ella misma figura a la madre (Signo temprano de la feminidad). Tal vez es prueba del carácter exclusivo de la ligazón con la madre, con total prescindencia del objeto-padre. Entre las mociones pasivas de la fase fálica6, se destaca que por regla general la niña inculpa a la. Esto se da a raíz de: Por fuerza debió registrar las A la niña le gustan esas Esto es responsable de que las primeras sensaciones genitales a raíz sensaciones y pide a la madre las fantasías de años posteriores el de los manejos de la limpieza y el refuerce mediante repetido padre aparezca como el seductor. cuidado del cuerpo. contacto y frote. En la fase fálica sobrevienen, por último, intensas mociones activas de deseo dirigidas a la madre. El quehacer sexual de esta época culmina en la masturbación en el clítoris, a raíz de la cual es probable que sea representada la madre. Tal meta sólo puede discernirse cuando todos los La niña pequeña quiere haber sido la madre de este intereses de la niña reciben una nueva impulsión: nuevo niño, en un todo como el varón. Llegada de un hermanito. También, es la misma reacción frente al acontecimiento y su conducta hacia el niñito. En el extrañamiento respecto de la madre, hay un: Fuerte descenso de las Fuerte ascenso de las aspiraciones sexuales activas. aspiraciones sexuales pasivas. Estas fueron afectadas con mayor intensidad por El tránsito al objeto-padre se cumple con la frustración (denegación). ayuda de estas, en la medida en que estas Demostraron ser completamente inviables → Por han escapado al ímpetu subvertiente. ello, la libido las abandona con mayor facilidad. Ahora queda expedito el camino hacia el desarrollo de la feminidad, en tanto no lo angosten los restos de la ligazón-madre preedipica superada. En el desarrollo sexual femenino se hallan en acción las mismas fuerzas libidinosas que en el varoncito, y en ambos casos, durante cierto tiempo se transita por idénticos caminos y se llega a iguales resultados. Luego, factores biológicos desvían esas fuerzas de sus metas iniciales y guían por las sendas de la feminidad aún a aspiraciones activas, masculinas en todo sentido. Texto: Freud, S. (1905) Tres ensayos de Teoría Sexual. Cap. II. Puntos 1. Tomo VII. Amorrortu Ed. 1996. Buenos Aires. Freud asegura que el neonato trae consigo gérmenes de mociones sexuales que siguen desarrollándose durante cierto lapso, pero después sufren una progresiva sofocación. En la mayoría de los casos, entre el 3° y 4° año de vida del niño, su sexualidad se expresa en una forma fehaciente. Esta, a su vez, puede ser quebrada por oleadas regulares de avance del desarrollo sexual o suspendida por peculiaridades individuales. Durante el período de latencia, se pesquisan: Inhibiciones sexuales. En ella, se edifican los poderos anímicos que, luego, serán las inhibiciones a la pulsión sexual; también llamados (Ej. Asco, vergüenza, reclamos de estética y moral). → En el niño civilizado, se tiene la impresión de que el establecimiento de esos diques es obra de la educación. → Sin embargo, este desarrollo es de condicionamiento orgánico, fijado hereditariamente, y llegado el caso puede producirse sin ninguna ayuda de la educación. 6 La actividad sexual de la niña hacia la madre se exterioriza siguiendo la secuencia de aspiraciones orales, sádicas y, por fin, hasta fálicas dirigidas a aquella. Descargado por Marian Lopez alvarez ([email protected]) Encuentra más documentos en www.udocz.com ATHINA MONTERO BERLARI Lic. en Psicología – UCA “Facultad Teresa de Ávila” – 2° Año 2023 Formación reactiva y sublimación. ¿Con qué medios se ejecutan estas construcciones para la cultura personal y la normalidad posteriores del individuo? Probablemente, a expensas de las mociones sexuales infantiles mismas, cuyo aflujo no ha cesado, sino que es desviada del uso sexual y aplicada a otros fines. Desviación de las fuerzas pulsionales sexuales de sus metas para su orientación hacia metas nuevas. Permite adquirir poderosos componentes para todos los logros culturales. Las mociones sexuales de estos años infantiles serían, por una parte, inaplicables, pues: ✓ Las funciones de la reproducción están diferidas (Carácter principal de este período). ✓ Serían en sí perversas, dada la dirección del desarrollo provocarían displacer. Es decir, serian situaciones placenteras para el Yo, pero displacenteras para el Ello. Por ende, se requeriría que se sofoquen de alguna forma bajo una influencia recíproca [Función afecta a la otra]. Por eso suscitan fuerzas anímicas contrarias (Formaciones reactivas) que construyen para la eficaz sofocación de ese displacer, los mencionados diques psíquicos: asco, vergüenza y moral. Rupturas del período de latencia. El empleo de la sexualidad infantil para fines socialmente aceptables constituye un ideal pedagógico, pero siempre en el desarrollo del individuo puede apartarse de este ideal. Esto se suscita en casos como: ✓ Alguna exteriorización sexual, de tiempo en tiempo, que rompe con la sublimación. ✓ Cierta práctica sexual que se conserva hasta la pubertad. Texto: Freud, S. (1908) Carácter y erotismo anal. Tomo IX. Ed. Amorrortu. 1996. Buenos Aires. Freud describe la existencia de un nexo orgánico entre un tipo singularizado de carácter y la conducta de órgano. Dicho carácter reúne las siguientes 3 cualidades: Ordenado (Aseo corporal, escrupulosidad en las obligaciones, formalidades). Ahorrativo (Cuidador, avaro si llega a extremos). Estos dos últimos se entraman con mayor firmeza entre sí. Pertinaz (Desafío, inclinación a ira y manía de venganza). 1° Infancia Período de latencia (Desde primeros meses a 4 años) (Desde 5 años hasta 11 años/advenimiento de pubertad) Les lleva un tiempo relativamente largo gobernar la Se crean en la vida anímica, a expensas de estas incontinencia fecal. zonas erógenas, diques anímicos. Lactantes que rehúsan vaciar los intestinos al Estos se contraponen al posterior quehacer de las retener, ya que obtienen de la defecación una pulsiones sexuales, entre ellos el erotismo anal ya ganancia de placer. nombrado. En resumen, se pesquisa una erogeneidad anal hipernítida, que al concluir la niñez, no se ven dichas cualidades. El aseo, el orden, la formalidad causan la impresión de ser una formación reactiva contra el interés por lo sucio, lo perturbador, lo que no debe pertenecer al cuerpo. Sin embargo, se conjetura que la constancia de aquella tríada de cualidades de su carácter puede ser puesta en El nexo entre el interés monetario y la defecación se da por conexión con el consumo del erotismo anal. la oposición entre lo más valioso que el hombre conoce con lo menos valioso que desecha de sí mismo (Nueva meta emergente). Si los nexos aquí aseverados entre el erotismo anal y las cualidades descriptas, se describe un “carácter anal”. ✓ Personas que han preservado para sí en la vida madura la aptitud erógena de la zona anal. ✓ Los rasgos de carácter que permanecen son continuaciones inalteradas de las pulsiones originarias, sublimaciones de ellas o bien formaciones reactivas contra ellas. Descargado por Marian Lopez alvarez ([email protected]) Encuentra más documentos en www.udocz.com ATHINA MONTERO BERLARI Lic. en Psicología – UCA “Facultad Teresa de Ávila” – 2° Año 2023 Texto: Freud, S. (1923) El Yo y el Ello. Consideraciones sobre lo inconsciente. Puntos: I. Conciencia e inconsciente, pág. 18, 19 y 20. Tomo XIX. Ed. Amorrortu. 1996. Buenos Aires. → Representación de una organización coherente de los procesos anímicos de la persona. De este Yo, depende la conciencia, los accesos a la motilidad, la descarga de excitaciones, etc. En este Yo, hay algo Inconsciente7. De él, parten represiones → En el análisis, lo descartado por la represión se contrapone al Yo, y se plantea la tarea de cancelar las resistencias. Exterioriza efectos intensos sin devenir a su vez consciente y se necesita de un trabajo particular para hacerlo consciente. Texto: Freud, S. (1923) El Yo y el Ello. Consideraciones sobre lo inconsciente. Puntos: II. El yo y el ello. Tomo XIX. Ed. Amorrortu. 1996. Buenos Aires. Pregunta: ¿Cómo es posible “hacer consciente algo”? Solo puede devenir consciente lo que ya una vez fue percepción CC; y, exceptuados los sentimientos, lo que desde adentro quiere devenir consciente tiene que intentar trasponerse en percepciones exteriores. Esto se vuelve posible por medio de las huellas mnémicas (contiguas al sistema PCC) → La R-P es el resto mnémico de la palabra oída. Por ende, diríamos que podemos devenir algo en PCC restableciendo, mediante el trabajo analítico, aquellos eslabones intermedios PCC. Por consiguiente, la conciencia permanece en su lugar, pero tampoco el ICC ha trepado, por así decir, hasta la CC. Pregunta: ¿Podemos referir a toda conciencia a un único sistema superficial PCC? Si las sensaciones devienen concientes, tienen que ser conducidos hasta el sistema PCC. Se comporta como una moción reprimida, puede devenir en una reacción de descarga o permanecer inconsciente. Solo deviene CC si alcanzan el sistema P. Por ello, hablamos de sensaciones inconcientes, análogas a las representaciones inconscientes. Sin embargo, las sensaciones devienen directamente a la CC y las representaciones requieren de eslabones conectores. Esencia que parte del sistema P y que es primero PCC, y Ello. “Un individuo es un ello psíquico no conocido e inconsciente, sobre el cual, como superficie, se asienta el yo, desarrollado desde el sistema P como si fuera su núcleo»” Por ende, respecto del Yo y el Ello se afirma que: El Yo parte del sistema P como de su núcleo, y el PCC se apuntala en los restos mnémicos. El Yo no envuelve al Ello por completo ni se separa tajantemente de él, solo confluye hacia abajo del mismo. Lo reprimido es parte del Ello, pero es segregado del Yo por las resistencias de la represión, pero puede comunicarse a través del Ello. El es la parte del alterada por la influencia directa del mundo exterior, con mediación de PCC. ✓ Se empeña en hacer valer sobre el Ello el influjo del mundo exterior, así como sus propósitos propios; se afana por remplazar el principio de placer, que rige irrestrictamente en el Ello, por el principio de realidad. ✓ La importancia funcional del Yo se expresa en el hecho de que normalmente le es asignado el gobierno sobre los accesos a la motilidad. (Analogía de jinete domando a un caballo). 7 Entrando en la Segunda Tópica, el ICC no es lo reprimido. Todo lo reprimido es ICC, pero no todo ICC es, por serlo, reprimido. Este pasa a ser descripto como una “cualidad multívoca”. Descargado por Marian Lopez alvarez ([email protected]) Encuentra más documentos en www.udocz.com ATHINA MONTERO BERLARI Lic. en Psicología – UCA “Facultad Teresa de Ávila” – 2° Año 2023 Texto: Freud, S. (1923) El Yo y el Ello. Consideraciones sobre lo inconsciente. Puntos: III. El yo y el superyó. Tomo XIX. Ed. Amorrortu. 1996. Buenos Aires. Texto: Freud, S. (1923) El Yo y el Ello. Puntos: V. Los vasallajes del yo. Tomo XIX. Ed. Amorrortu. 1996. Buenos Aires. → Existencia de un grado en el interior del yo, una diferenciación dentro de él. Este posee un vínculo menos firme con la conciencia. En las fases primitivas, las investiduras del objeto parten del Ello. El Yo es endeble a ellas, así que se presta o busca defenderse de las mismas. ✓ El carácter del Yo es una sedimentación de las investiduras de objeto resignadas → Contiene historia de elecciones de objeto. ✓ Sea cual sea la manera en la que se plasme la resistencia antes los influjos resignados de las investiduras de objeto, las primeras identificaciones serán universales y duraderas. La génesis del Ideal del Yo tiene escondida detrás la identificación con el padre de la prehistoria del Complejo de Edipo. Es directa e inmediata, al igual que la de mayor valencia en el individuo. Aquí el Yo continua endeble. Esto se da por dos factores: La disposición triangular de Edipo, donde tendrán a un padre como objeto de amor para después poder identificarse o reafirmarse su carácter ante el sepultamiento de Edipo. La bisexualidad constitucional, ya que en la elección del progenitor con el que se identificará se espera que las disposiciones femeninas y/o masculinas posean intensidad suficiente para superar a su contraparte. Esta alteración del Yo recibe su posición especial → Se enfrenta al otro contenido del Yo como Ideal del Yo o Superyó. El Superyó no es un residuo de las elecciones de objeto, sino que prevalece en su significatividad una doble faz: “Así (como el padre) no te es licito ser, esto es, no puedes hacer todo lo que él hace” y “Como el padre debes ser”. El Superyó conservará el carácter del padre, es la agencia representante del vínculo paternal. Cuanto más intenso fue el complejo de Edipo y más rápido se produjo su represión, tanto más riguroso devendrá. Aquí inicia el imperio del Superyó → Exteriorizado como el imperativo categórico. Es, por la Identificación secundaria, el heredero del complejo de Edipo. Es el monumento recordatorio de la endeblez y dependencia en que el Yo se encontró en el pasado, y mantiene su imperio aun sobre el Yo maduro. Así como el niño estaba compelido a obedecer a sus progenitores, de la misma manera el Yo se somete al imperativo categórico de su Superyó. Mediante su institución, el Yo se apodera del complejo de Edipo y simultáneamente se somete, él mismo, al Ello. Yo como representante del mundo exterior y de la realidad. Superyó se le enfrenta como abogado del mundo interior, del Ello. Conflictos entre ellos espejarán, reflejarán, en último análisis, la oposición entre lo real y lo psíquico, el mundo exterior y el mundo interior. La tensión entre ellas será sentida como el sentimiento de culpa. Ej. Como formación sustitutiva de la añoranza del padre, contiene el germen a partir del cual se formaron todas las religiones. El juicio acerca de la propia insuficiencia en la comparación del yo con su ideal da por resultado el sentir religioso de la humillación, que el creyente invoca en su añoranza. Texto: Freud, S. (1923) El Yo y el Ello. Puntos: IV. Las dos clases de pulsiones. Tomo XIX. Ed. Amorrortu. 1996. Buenos Aires.8 El Yo se encuentra bajo la particular influencia de la percepción, la cual tiene la misma significatividad que las pulsiones para el Ello. Pero el Yo está sometido a la acción eficaz de las pulsiones lo mismo que el Ello, del que no es más que un sector particularmente modificado. Pulsión sexual no inhibida, genuina, y las mociones pulsionales Encargada de reconducir al ser vivo orgánico al estado inerte. sublimadas y de meta inhibida, derivadas de aquella, sino también simultáneamente, también, de su pugna hacia la muerte. la pulsión de autoconservación. El órgano de la musculatura exterioriza la pulsión de muerte como Persigue la meta de complicar la vida y conservarla. pulsión de destrucción. Análoga a la fisiología metabólica. Análoga a la fisiología catabólica. 8 En este texto de 1923, se presenta el Tercer Dualismo Pulsional: Pulsiones de Vida vs. Pulsiones de Muerte. Es la primera vez que aparece en el resumen, pero concretamente Freud lo desarrolla en el texto “Más Allá del Principio de placer” de 1920. Por ende, lo desarrollo en la Unidad 5 para mayor entendimiento en el resumen, Descargado por Marian Lopez alvarez ([email protected]) Encuentra más documentos en www.udocz.com ATHINA MONTERO BERLARI Lic. en Psicología – UCA “Facultad Teresa de Ávila” – 2° Año 2023 Ambas pulsiones se comportan de una manera conservadora pues aspiran a reestablecer el estado perturbado por la génesis de la vida. La vida misma sería un compromiso entre estas y estarían en cada fragmento de sustancia viva, pero desigualmente. El modo en que se relacionan es irrepresentable aún, pero es ineludible que se entremezclan al igual que impone la posibilidad de desmezcla. (Ej. Sadismo devenido en masoquismo) Nos está permitido sustituir la oposición entre las dos clases de pulsiones por la polaridad entre amor y odio. Estos se suelen acompañar por la llamada ambivalencia y suelen mudarse uno en otro. Texto: Freud, S. (1923) El Yo y el Ello. Puntos: V. Los vasallajes del yo. Tomo XIX. Ed. Amorrortu. 1996. Buenos Aires. Como ser fronterizo, el Yo quiere mediar entre el mundo y el Ello, hacer que el ello obedezca al mundo, y —a través de sus propias acciones musculares— hacer que el mundo haga justicia al deseo del Ello. No se mantiene neutral entre las dos variedades de pulsiones, a saber: Mediante su trabajo de identificación y de sublimación, presta auxilio a las pulsiones de muerte para dominar a la libido, pero así cae en el peligro de devenir objeto de las pulsiones de muerte y de sucumbir él mismo. A fin de prestar ese auxilio, él mismo tuvo que llenarse con libido, y por esa vía deviene subrogado a las pulsiones de vida y ahora quiere vivir y ser amado. Yo aparece como una pobre cosa sometida a tres servidumbres y que, en consecuencia, sufre las amenazas de tres clases de peligros y variedades de angustia correspondientes. Con su posición intermedia entre Ello y realidad sucumbe con harta frecuencia a la tentación de hacerse adulador, oportunista y mentiroso para complacer y estar al tanto de la realidad. Con su miramiento por el mundo real, se recomienda al Ello como objeto libidinal y quiere dirigir sobre sí la libido del Ello. Donde es posible, procura mantenerse avenido con el Ello → Recubre sus órdenes ICC con sus racionalizaciones PCC. ✓ Simula la obediencia del Ello a las admoniciones de la realidad. ✓ Cuando el Ello ha permanecido rígido e inflexible, disimula los conflictos del Ello con la realidad. ✓ Disimula los conflictos entre el Ello y el Superyó. Del ser superior que devino el Superyó pendió una vez la amenaza de castración, y esta angustia de castración es probablemente el núcleo en torno del cual se depositó la posterior angustia de la conciencia moral. Hasta ahora, al Yo se le han confiado numerosas funciones: ✓ Ordena temporalmente los procesos anímicos y los somete al examen de realidad, en virtud de su nexo con el sistema percepción. ✓ Consigue aplazar descargas motrices y gobierna accesos a la motilidad → El decide cuando hacerlo. ✓ El Yo sustrae libido al Ello, trasforma las investiduras de objeto del ello en conformaciones del Yo. ✓ Con ayuda del Superyó, se nutre de las experiencias de la prehistoria almacenadas en el Ello. Este texto, anexa al Yo como genuino almacigo de la angustia → Desarrolla reflejo de huida retirando su propia investidura y emitiéndola como angustia. El Yo obedece, simplemente, a la puesta en guardia del principio de placer. A forma de resumen: Puede ser muy rígido. Instancia mediadora entre SY y E. Satisfacción inmediata. Heredero del complejo de Edipo. Representante lo que puede llamarse Contiene las pasiones. Imperativo categórico. razón y prudencia. Bebé → Puro Ello. “Siervos a merced del Yo” o Super Yo. o Ello (Neurosis). o Mundo exterior (Conflictos). Si no hay conflicto entre ellos, no sería sano. 9 Angustia como una retirada ante el peligro. Descargado por Marian Lopez alvarez ([email protected]) Encuentra más documentos en www.udocz.com ATHINA MONTERO BERLARI Lic. en Psicología – UCA “Facultad Teresa de Ávila” – 2° Año 2023 Texto: Freud, S. (1916-17) Conferencias de introducción al psicoanálisis. Conf. 17: El sentido de los síntomas. Tomo XVI. Ed. Amorrortu. 1996. Buenos Aires. Síntoma como posibilidad → Trabajamos a partir de él, es rico en sentido y se entrama con el vivenciar del enfermo. Los síntomas neuróticos tienen su sentido y un nexo con la vida de las personas que los exhiben. La neurosis obsesiva se exterioriza del siguiente modo: 1°) Los neuróticos son ocupados por pensamientos e impulsos imposibles de omitir. 2°) Las representaciones obsesivas son disparadores de una esforzada actividad de pensamiento. 3°) Problema → Enfermo no puede concentrarse en otra cosa, ya que puede desplazar la obsesión (Ej. Cambiar de ceremonial) más no suprimirla, al igual que sus síntomas. (Ej. Obsesiva desplaza cama manchada con sangre a un mantel con una mancha para ponerlo ante los ojos de la mucama como núcleo principal) Tarea que se nos plantea: Para una idea sin sentido y una acción carente de fin, descubrir aquella situación del pasado en que la idea estaba justificada y la acción respondía a un fin. Si los síntomas individuales dependen de manera tan innegable del vivenciar del enfermo, para los síntomas típicos queda la posibilidad de que se remonten a un vivenciar típico en sí mismo. Texto: Freud, S. (1916-17) Conferencias de introducción al psicoanálisis. Conf. 22: Algunas perspectivas sobre el desarrollo y la regresión. Tomo XVI. Ed. Amorrortu. 1996. Buenos Aires. En esta conferencia, hay una exposición de la importancia del desarrollo libidinal en la causación de las neurosis, ya que usualmente presentan un retroceso a los primeros objetos incestuosos. Existen dos peligros en este desarrollo por etapas: Respecto de cada aspiración sexual separada (Pulsión parcial), que partes de ella queden retrasadas en estadios anteriores del desarrollo, por más que otras puedan haber La fijación y regresión no son alcanzado la meta última. independientes entre sí. Una demora así de una aspiración parcial en una etapa anterior debe llamarse fijación de la pulsión. ✔ Mientras fuerza de las fijaciones, tanto la función esquivará las dificultades externas mediante una regresión hasta Movimiento de retroceso hasta una de esas etapas anteriores. aquellas fijaciones. La aspiración se verá impelida a una regresión de esta índole cuando el ejercicio de su ✔ La función desarrollada mostrará función, y por tanto el logro de su meta de satisfacción, tropiece con fuertes obstáculos una resistencia tanto menor frente externos en la forma más tardía o de nivel evolutivo superior. a los obstáculos externos que se Es descriptiva a diferencia de la represión, donde la libido retrocede a estaciones oponen a su decurso. anteriores. Caso de neurosis obsesiva → Regresión de la libido a la organización sádico-anal. ✓ El impulso de amor tiene que enmascararse, entonces, como impulso sádico. La representación obsesiva: «Querría matarte», quiere decir en el fondo, «Querría gozarte en amor». ✓ Se ha producido una regresión en cuanto al objeto, dirigiéndose a las personas más próximas y más amadas, y se formarán una idea del horror que estas representaciones obsesivas provocan en el enfermo, así como la ajenidad con que aparecen. Sus síntomas son el sustituto de la satisfacción frustrada (denegada)10. Para producir efectos patógenos tiene que recaer sobre la forma de satisfacción que la persona quiere con exclusividad, la única de que ella es capaz. En la etiología de las neurosis, la fijación libidinal es el factor interno, predisponente, y la frustración es el factor externo, accidental. 10 Cabe aclarar que no toda frustración deriva en una neurosis. Descargado por Marian Lopez alvarez ([email protected]) Encuentra más documentos en www.udocz.com ATHINA MONTERO BERLARI Lic. en Psicología – UCA “Facultad Teresa de Ávila” – 2° Año 2023 ✓ Freud estima que la constitución sexual de un sujeto en particular no le habría provocado la neurosis si no hubiera tenido tales vivencias, y estas no habrían tenido un efecto traumático sobre ellos con otra disposición de su libido. ✓ La tenacidad con que la libido adhiere a determinadas orientaciones y objetos se nos presenta como un factor autónomo, variable de un individuo a otro, cuyos condicionamientos nos son por completo desconocidos. ¿Cuál es la regla general en personas que enferman de neurosis? Hallamos indicios de una lucha entre mociones de deseo o, como solemos decir, de un conflicto psíquico. El conflicto es engendrado por la frustración → Libido pierde su Los síntomas se forman en estos rodeos, satisfacción y se vea obligada a buscar otros objetos y caminos. siendo la satisfacción nueva o sustitutiva necesaria para la frustración. Aquel tiene por condición que estos otros caminos y objetos despierten Para que la frustración exterior tenga efectos enojo en una parte de la personalidad, de modo que se produzca un veto patógenos es preciso que se le sume la que en principio imposibilite la nueva modalidad de satisfacción. frustración interior. En contra de las pulsiones sexuales, en el conflicto patógeno, hallamos a las pulsiones yoicas (no sexuales). Estas siempre están en conflicto, pero se complementan. El Yo se afanará en cada etapa por mantener el acuerdo con la organización sexual que en ese momento tiene y por subordinarse a ella. Sin embargo, cuando la libido se fija, el yo puede admitirla (Perversión) o repudiarla (Represión). Freud admite un tercer factor: Este determinará la inclinación al conflicto, ya que el Yo en particular ha de rechazar esas mociones libidinales. Esto se da por las situaciones como la rigurosidad experimentada de niños, el apremio, el uso de la religición, etc. Texto: Freud, S. (1916-17) Conferencias de introducción al psicoanálisis. Conf. 23: Los caminos de formación de síntoma. Tomo XVI. Ed. Amorrortu. 1996. Buenos Aires. Los síntomas son la esencia de la enfermedad. Son actos perjudiciales o inútiles para la vida y conllevan displacer o sufrimiento, siendo su perjuicio principal el gasto anímico. Las dos fuerzas que se han enemistado vuelven a coincidir en el síntoma; se reconcilian, por así decir, gracias al compromiso de la formación de síntoma. Por eso el síntoma es tan resistente, esta sostenido de ambos lados. La libido insatisfecha, rechazada por la realidad, que debe buscar nuevos caminos para ser satisfecha. Si ante la libido la realidad permanece inexorable, aquella se verá finalmente precisada a emprender el camino de la regresión. En el camino de la regresión, la libido es cautivada por la fijación que ella ha dejado tras sí en esos lugares de su desarrollo. Era dócil mientras la satisfacción le aguardaba; bajo la doble presión de la frustración {denegación} externa e interna, se vuelve rebelde y se acuerda de tiempos pasados que fueron mejores. ¿Dónde halla la libido las fijaciones que le hacen falta para quebrantar las represiones? → En las prácticas y vivencias de la sexualidad infantil, en los afanes parciales abandonados y en los objetos resignados de la niñez. “Creación de sustituto para la satisfacción frustrada” Sustituyen por medio de una regresión de la libido a épocas anteriores para, así, repetir aquella modalidad de satisfacción en la infancia pero desfigurada por la censura nacida en el conflicto. Es irreconocible para la persona y le provoca repugnancia. Se figura como algo cumplido, al igual que el sueño, pero por medio de la condensación y desplazamiento. Descargado por Marian Lopez alvarez ([email protected]) Encuentra más documentos en www.udocz.com ATHINA MONTERO BERLARI Lic. en Psicología – UCA “Facultad Teresa de Ávila” – 2° Año 2023 Las fantasías neuróticas poseen realidad psíquica, por oposición a una realidad material, y poco a poco aprendemos a comprender que en el mundo de las neurosis la realidad psíquica. ¿Por qué importa la fantasía para la formación del síntoma? El retiro de la libido a la fantasía es un estadio intermedio en la formación del síntoma. Para ir hacia los lugares donde se fijará, la libido halla los retoños o los mismos objetos resignados en las representaciones de la fantasía. En ellas, halla el camino a la fijación reprimida. Estas no producen conflicto en el Yo, pero al aumentar su investidura energética, impulsan un esfuerzo a su realización. Por ende, el Yo ahí las reprime y vuelven hacia el ICC hasta sus propios ligares de fijación. Descargado por Marian Lopez alvarez ([email protected]) Encuentra más documentos en www.udocz.com