Parcial de Comu. Educación para la Salud PDF

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Instituto Regional de Investigación en Salud Pública del Centro Universitario de Ciencias de la Salud, Universidad de Guadalajara

Isabel Valadez Figueroa, Martha Villaseñor Farías, Noé Alfaro Alfaro

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educación para la salud conceptos modelos educativos salud pública

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Este artículo reflexiona sobre el concepto de Educación para la Salud ("EpS"), analizando su historia, modelos de práctica educativa y las características de sus modelos. Se discute cómo la "EpS" se ha visto influida por el contexto socio-histórico e identifica las distintas concepciones en los modelos de práctica educativa como el modelo basado en las creencias en la salud y el modelo basado en la comunicación persuasiva.

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Educación para la Salud: la importancia del concepto ISABEL VALADEZ FIGUEROA,1 MARTHA VILLASEÑOR FARÍAS,1 NOÉ ALFARO ALFARO1 Resumen El presente trabajo tiene como finalidad realizar una breve reflexión sobre...

Educación para la Salud: la importancia del concepto ISABEL VALADEZ FIGUEROA,1 MARTHA VILLASEÑOR FARÍAS,1 NOÉ ALFARO ALFARO1 Resumen El presente trabajo tiene como finalidad realizar una breve reflexión sobre el concepto de Educación para la Salud (EpS), que tiene, como todos los acontecimientos y manifestaciones sociales, una historia que no puede explicarse aislada del contexto histórico y social determinado donde se produce, y en la que se deben conside- rar sus límites de tiempo y espacio, así como identificar los principales modelos que se utilizan en la práctica educativa, sus características y argumentación paradigmática para entender el sentido y dirección del hecho edu- cativo en salud, sus objetivos y finalidades, además del papel del educador y el rol que se le asigna al educando en el proceso educativo. Descriptores: Educación para la salud, conceptos. Education for the health: the importance of the concept Abstract The purpose of this article was to realize a brief reflection on the concept of Education for the Health, which takes a history as all the events and social manifestations, and this cannot be explain isolated of the historical and social context where it takes place, considering his limits of time and space. As well as to identify the main models that are utilized in practice educational, its characteristics and paradig- matic argument, to understand the sense and direction of the educational fact in health, its objectives, and the role of the educator and the role that it is assigned upon educating in the educational process. Key words: Education for the health, concepts. 1 Profesores investigadores del Instituto Regional de Investigación en Salud Pública del Centro Universitario de Ciencias de la Salud, Universidad de Guadalajara. Valadez, Villaseñor, Alfaro ARTÍCULOS Introducción lares, la educación y la salud tienen en común que ambas son el resultado de una profunda revolución Los conceptos son productos de la creación hu- filosófica y social. mana que hacen posible al hombre descubrir y co- municar su percepción del mundo que lo rodea. Co- Articulación de la educación y la salud mo construcciones lógicas, tienen la función de guiar la observación o bien organizar la percepción para La educación y la salud se desarrollaron durante captar la realidad. En términos más sencillos pode- mucho tiempo como dos disciplinas paralelas pero mos decir que son un recurso mental para aprehen- aisladas, adoptando distintas formas y prácticas co- der una realidad que en sí misma es una totalidad mo producto de los requerimientos del desarrollo compleja e indivisible. Por ello, cuando el concepto histórico de una sociedad. Durante el siglo XVIII la adquiere distintos sentidos y significados, dificulta la medicina comenzó a transformar su concepción comunicación induciendo al error, situación en la acerca de la causalidad de las enfermedades, sobre- que consideramos se ha visto inmerso el concepto pasando las barreras de los espíritus malignos (pa- de EpS. radigma mítico mágico de las culturas primitivas); El presente trabajo tiene como objetivo reflexio- de la determinación de componentes de la naturale- nar brevemente sobre el concepto de Educación pa- za recogidos en el libro de Hipócrates Aires, aguas y ra la Salud que posee, como todos los acontecimien- lugares (paradigma naturalista) y los miasmas (trán- tos y manifestaciones sociales, una historia que no sito hacia la búsqueda de la causalidad en compo- puede explicarse aislada del contexto histórico y so- nentes o resultados de procesos naturales aún no cial determinado donde se produce, y en la que se observables). El descubrimiento de los microorga- deben considerar sus límites de tiempo y espacio. nismos y las primeras leyes de la genética fueron Para explicar el porqué a lo largo de la historia la acontecimientos que orientaron el camino de la cau- EpS ha sido susceptible de múltiples interpretacio- salidad. No obstante, el desarrollo de las ciencias de nes y se le ha hecho el señalamiento de una carencia aquella época no permitía la integración de estos de base conceptual por parte de algunos autores, así conocimientos con los que provenían de la actividad como la confusión en sus modelos (Valadez, 1995:49- económico-social y psicológica para entender su pa- 70), tendríamos que abordar su definición situando pel en el condicionamiento de la salud y la enferme- los dos términos que la forman dentro de un marco dad (paradigma biologicista de la medicina). A fina- conceptual que nos permita vislumbrar la interrela- les del siglo XVIII, se aceptaron los factores externos ción que se da entre ellos. La EpS integra concep- vinculados a las actividades cotidianas del hombre, tualmente los términos educación y salud; pero este he- tales como las características del trabajo y modo de cho no implica la suma aritmética de los dos concep- vida (Ramacini, 1700), la calidad del agua de consu- tos, cada uno nos habla por sí solo de instituciones mo (John Snow, 1836), las características de la vivien- ligadas a la estructura política y social de un país, sin da en los barrios pobres (John Ferriar, 1792), la fábri- que uno prevalezca sobre el otro. Si analizamos por ca como productora de enfermedad (Thomas Percival, separado la historia de la educación y la historia de 1784), las condiciones de vida miserables (Informe la salud, encontraremos lógicamente un origen para- Chadwick al Parlamento inglés, 1842), el hambre y la ma- lelo al de la humanidad misma. La educación es un la higiene (R. Virchow, 1848) y a las desigualdades fenómeno característico de la vida del hombre, es económicas, jurídicas y sociales de los trabajadores una realidad social permanente, una función vital de denunciadas en Francia e Inglaterra (Engels, 1845) la sociedad que ha acompañado al ser humano en el (Pérez, 1995:3-21). transcurso de su historia. De igual manera la salud- Este avance en el conocimiento fue decisivo para enfermedad constituye un proceso vital humano de el surgimiento de un nuevo paradigma en las Cien- carácter histórico, determinado social y económica- cias Médicas, el modelo médico-social, que a lo lar- mente y condicionado por lo procesos de trabajo y go de su desarrollo fue facilitando el nacimiento de consumo, traducido esto en las diferentes formas de la Epidemiología alrededor del estudio de la histo- inserción y participación en el funcionamiento gene- ria natural de la enfermedad, lo que en breve tiempo ral de la sociedad, en la apropiación del espacio, del originó a su vez el nacimiento de la Higiene Social, tiempo, de los bienes y servicios que la sociedad pro- la Medicina Social y la Salud Pública, disciplinas que duce (Valadez, 1995:23-28). Como disciplinas particu- fueron aportando nuevos conocimientos sobre la Revista de Educación y Desarrollo, 1. Enero-marzo de 2004. 44 Educación para la Salud: la importancia del concepto ARTÍCULOS determinación social de la salud. Esta nueva con- les que implican un proceso de transmisión de infor- cepción del proceso salud-enfermedad abrió las mación con una intención preceptiva. Se trata de la puertas a la incorporación de las Ciencias Sociales a forma más convencional de orientar actividades edu- la Medicina (Palermo, 1986:3). Con ello, el abordaje cativas, en este caso son los profesionales de la sa- sociológico de la enfermedad, junto con la Epide- lud los únicos poseedores de los conocimientos ne- miología, facilitó el establecimiento de las relacio- cesarios para el cuidado de la salud y los individuos nes existentes entre las condiciones de vida, deter- deben estar dispuestos a aceptar y cumplir con pre- minadas conductas y factores de riesgo (Bradf, cisión sus indicaciones. 1992). La Epidemiología en términos generales se El segundo enfoque del primer periodo se consi- ha postulado siempre como pilar fundamental de dera que surge como producto de la preocupación de las políticas de prevención en salud y éstas usual- la medicina por la conducta y su resultado en la sa- mente se montan sobre dispositivos de transmisión lud. En él encontramos a una EpS basada en el com- y divulgación de ciertos saberes a la comunidad. De portamiento. Se concibe a la EpS como una serie de esta forma se logra vislumbrar la articulación de la intervenciones destinadas a facilitar cambios en la educación con la salud para el bienestar de la colectivi- conducta y en los estilos de vida. Su objetivo es con- dad. La Educación para la Salud como ciencia, como seguir comportamientos saludables y proporcionar campo de acción y como doctrina, constituye la información como parte del proceso. Entre los mo- orientación básica en lo conceptual y en lo práctico delos educativos más representativos de este enfo- de la relación e interacción de las Ciencias de la que tenemos: Educación y la Salud. 1) Modelo basado en las creencias en la salud, en el La Educación para la Salud y las distintas concep- cual subyace el supuesto de que las creencias de ciones en su articulación histórico-social las personas influyen de manera significativa en la toma de decisiones que adoptan en relación con La EpS como término genérico se ha usado para la salud, en la aceptación de medidas preventivas describir casi cualquier esfuerzo de proporcionar in- recomendadas por las autoridades sanitarias y en formación y conocimientos relativos al manteni- la cooperación con los planes terapéuticos pro- miento y promoción de la salud, por tanto, esto im- puestos por el médico. Este modelo contempla la plica que tiene aspectos formales e informales. Sin necesidad de algún tipo de “estímulo a la acción” embargo, aunque reconocemos la importancia de la para que la nueva conducta se ponga en marcha. transmisión informal del conocimiento empírico en Este estímulo sería la información que proporcio- torno a la salud realizado de generación en genera- narían las instituciones de salud. ción, a través de la familia y sociedad, en este traba- 2) Modelo basado en la comunicación persuasiva, jo estamos más interesados en su sentido formal, más conocido por sus siglas en inglés KAP (co- que implica actividades planificadas y programadas. nocimientos, actitudes y prácticas). Parte del su- Históricamente la EpS ha pasado por diferentes puesto de que las actitudes condicionarían los etapas o enfoques, dependiendo del contexto en el comportamientos. Según este modelo, bastaría que se ha desarrollado, desde principios del siglo con proporcionar a los individuos, grupos y co- hasta la actualidad. Se distinguen dos grandes eta- lectividades una información veraz y comprensi- pas o periodos (Salleras, 1990:31-36) en la evolución ble con el objeto de cambiar los conocimientos, del concepto y contenido de la EpS, que transcurren lo cual iría acompañado del cambio de actitud, al paralelamente con los cambios sociopolíticos y con que a su vez seguiría el cambio de algún hábito y la evolución de la nosología y de los factores de ries- la adopción de uno nuevo (concepción causal de go, obedeciendo cada una de ellas a planteamientos la actitud). Sin embargo se sobreestima la capa- epistemológicos que las conforman, en los que sub- cidad real de los medios de comunicación y no yacen determinadas concepciones acerca de la edu- se toma en cuenta que la actitud es sólo uno más cación, del aprendizaje, del hombre y de la salud de los factores que determinan el comporta- (Emmanuele, 1998:35-51). miento. El primer periodo dio lugar a dos enfoques de la 3) Modelo precede, es considerado como un mode- EpS, en el primero, identificado como informativo lo para planificar las intervenciones de salud, prescriptivo, se encuentran definiciones conceptua- consiste en una guía para la realización de un 45 Revista de Educación y Desarrollo, 1. Enero-marzo de 2004. Valadez, Villaseñor, Alfaro ARTÍCULOS diagnóstico epidemiológico y social, tratando de ción humana, y los de Fihben y Ajsen de comunica- identificar las necesidades prioritarias de salud ción persuasiva acerca de la actitud (Hernández, de una comunidad y distinguir factores internos 2000:17-57). que predisponen al individuo (percepciones, ex- Hay que hacer notar que estas técnicas pedagógi- periencias, conocimientos, actitudes y prácticas), cas conductistas no toman en cuenta la libre volun- factores que lo hacen posible (medio ambiente) y tad del individuo y restan importancia a las decisio- los factores de refuerzo (recompensa o castigo) nes conscientes y al pleno uso de su inteligencia. Por que influye en el comportamiento que se preten- otro lado, en consonancia con las ideas del cogniti- de adquirir o incorporar. Señala que deben tener- vismo, un mismo acontecimiento puede ser visto por se en cuenta los recursos de que se dispone para distintas personas y provocar reacciones contrapues- ello. Este diagnóstico da lugar a una serie de ob- tas. Sin embargo, debemos tener presente que estos jetivos educacionales que en el supuesto de lo- mecanismos, el procesamiento de la información grarse tienen impacto en los objetivos del com- (cognitivismo), el condicionamiento operante (con- portamiento. ductismo), y el de la motivación, son mecanismos que existen en la realidad y se encuentran presentes Estos modelos educativos en salud parten de la en la vida cotidiana de las personas. concepción del proceso salud-enfermedad como un El segundo periodo parte de reconocer el fracaso fenómeno biológico e individual, y ubican los pro- de los anteriores modelos, los cuales están dirigidos blemas de salud en los individuos, situando en la sólo al individuo y al cambio de sus conductas. Plan- conducta la solución de los mismos, con una nula tea la necesidad de reconocer la influencia de los fac- y/o escasa atención a las condiciones sociales. Asu- tores sociales, ambientales y de desigualdad econó- men que las variables sociodemográficas y estruc- mica con respecto a las condiciones de salud de las turales no ejercen influencia directa sobre la con- clases sociales. Conforma un modelo radical políti- ducta. Contienen implícita o explícitamente una co, económico, ecológico o crítico que tiene como concepción de la educación como un proceso verti- objetivo reducir las desigualdades sociales ante el cal y autoritario en el cual los individuos deben proceso salud-enfermedad. Se considera a la EpS co- aceptar la información que las autoridades de salud mo un recurso que no sólo afecta cuestiones peda- juzguen conveniente proporcionar. Los comporta- gógicas sino sociales, económicas y políticas, que mientos son el objetivo último, utilizando como ve- contempla una perspectiva de búsqueda participati- hículo para el cambio de éstos, la modificación de va. Trata de no limitar el proceso educativo en salud conocimientos y actitudes mediante acciones edu- a la transmisión de un saber, sino de situarlo en el cativas y persuasivas dirigidas exclusivamente al in- desarrollo de la conciencia, de ubicarlo en el marco dividuo, remarcando la responsabilidad de su pro- de su propio descubrimiento respecto a su contexto pia salud. de vida, colocándolo en el espacio de las prácticas Este primer periodo, llamado Clásico, se inicia a de las personas en relación con las distintas esferas principios del siglo y llega hasta mediados de la dé- en que se desenvuelve su vida (Preiswerk, 1994:31- cada de los años sesenta. Se encuentra fundamenta- 55). Del contexto anterior surge el concepto de una do en el paradigma positivista con base en las teo- EpS participativa, crítica, emancipadora, cuyo mode- rías psicosociológicas de la modificación de com- lo más representativo lo constituye la Educación Po- portamientos, y parte de dos interpretaciones teóri- pular, que se refiere al trabajo educativo que se rea- cas del aprendizaje. Una es el conductismo a través liza para y con los sectores populares desde su prác- del condicionamiento clásico y condicionamiento tica cotidiana, dentro de una perspectiva de clase. operante, y de las posiciones neoconductistas del Como instrumento pedagógico, se vincula con dos aprendizaje vicario representadas por Bandura. Y la movimientos, la investigación participativa y la orga- otra es el cognitivismo que otorga preponderancia al nización popular. No se preocupa tanto de los cono- sujeto en el acto del conocimiento, cuyas acciones cimientos ni de los efectos en términos de compor- dependen en gran medida de las representaciones o tamiento, como de la interacción dialéctica entre las procesos internos que él ha elaborado como pro- personas y su realidad, así como del desarrollo de ducto de las relaciones previas con su entorno físico una conciencia social. Las propuestas de las accio- y social. Siendo de igual manera relevantes la apli- nes educativas son en el sentido de ser dirigidas ha- cación de los estudios de Maslow, sobre la motiva- cia manejos de poder, y a contribuir a la distribución Revista de Educación y Desarrollo, 1. Enero-marzo de 2004. 46 Educación para la Salud: la importancia del concepto ARTÍCULOS del mismo. Rechaza las intervenciones “neutrales” y ve este acto, en la libertad o en la restricción, en la enfatiza la participación (Aldana y Núñez, 2002:10- pasividad o en el empoderamiento. En consecuencia, 28). El objeto de intervención no es ya la conducta determina hacia dónde se dirigen los esfuerzos del sino la estructura social, porque en ella es donde se educador, lo que a su vez determina el papel que asu- encuentra el “tejido causal” de los patrones de mor- me el educando. bilidad y mortalidad. En este mismo enfoque, en el proceso de forma- Este modelo se encuentra abordado epistemoló- ción académica los ejes y líneas de formación profe- gicamente desde una visión crítica y socioconstructi- sional deben partir del “para qué” y consecuente- vista, fundamentado en una concepción holístico- mente del “cómo” formamos futuros profesionales en dialéctica de la realidad y del proceso salud-enferme- el campo de la EpS. Situación que remite a un primer dad, como fenómenos que conforman un proceso cuestionamiento: ¿desde qué postura teórico con- histórico, superando lo meramente biológico (Villa- ceptual estoy considerando a la EpS? Visto en éstos señor, 1995: 37-47). términos, es a partir de la postura asumida como se determinan los componentes curriculares y cuáles Consideraciones finales son los principios, contenidos, estrategias y metodo- logías de aprendizaje que se consideran relevantes Existen múltiples maneras de entender a la EpS, en la formación del recurso humano. no olvidemos que es una práctica antigua que ha va- Ignorar las características y la argumentación pa- riado en cuanto a su enfoque ideológico y metodoló- radigmática en la interpretación de la situación edu- gico como consecuencia de los cambios paradigmá- cativa en salud puede provocar tropiezos y errores de ticos en relación con el concepto de salud dominan- diversa magnitud. Cuando las distintas concepciones te y la manera de ejercer la práctica educativa y de educativas en salud y sus aplicaciones prácticas se salud. Esto ha determinado que existan definiciones adoptan a ciegas y cuando se pretende integrarlas que aluden a perspectivas teórico ideológicas inclu- (hay muchas manifestaciones explícitas o implícitas so antagónicas en la forma de llevarlas a la práctica. de mezclas de los modelos educativos), con buena Perspectivas que van desde una orientación que po- intención, pero sin argumentos sólidos, se corre el ne énfasis en las conductas individuales, hasta otra riesgo de seguir criterios puramente pragmáticos y más ambiental y de delegación de poderes que eleva de caer en eclecticismos simples que muchas veces la participación comunitaria por encima de los esti- en vez de constituir propuestas de amplio alcance, los de vida e incluye el cambio social. sólo tienen un valor limitado. De acuerdo con esto, la EpS puede ser entendida como la transmisión y recepción pasiva de conoci- Bibliografía mientos para paliar problemas concretos del ámbito de la enfermedad o como elemento central y priori- ALDANA, C. y NÚÑEZ, C. (2002). “Educación Popular y los Formadores Políticos”. Cuadernos de formación para tario para el desarrollo nacional en salud. En lo par- la práctica democrática, 3. Guatemala: Instituto Centroa- ticular, consideramos que la información en salud mericano de Estudios Políticos. 10-28. puede contribuir a dar solución a algunos proble- BRADF-HILL, A. (1992). “Ambiente y enfermedad: Aso- mas, pero la principal razón de la EpS no es informa- ciación o Causación”. Bol. OPS. 113, 3. tiva. Su importancia debe radicar en generar elemen- HERNÁNDEZ, G. (2000). Paradigmas en psicología de la edu- tos positivos que potencialicen la lucha social por el cación. México: Paidós. 17-57. bienestar y la salud individual y colectiva. PALERMO, E. (1986). Salud-Enfermedad y Estructura Social. Buenos Aires: Cartago. 28-46. La conceptualización de la EpS que se asuma tie- PÉREZ, M. (1995). Los paradigmas médicos: factores de su con- ne implicaciones directas en dos instancias impor- servación y cambio. Bolivia: Ateneo. 3-21. tantes: la práctica educativa en salud y la formación PREISWERK, M. (1994). Educación popular y teología de la li- de recursos humanos. En la práctica educativa en sa- beración. Costa Rica: DEI. 31-55. lud, conocer los modelos que se utilizan en ella, ana- SALLERAS, L. (1990). Educación Sanitaria, principios, méto- lizando las concepciones subyacentes o el discurso dos y aplicaciones. Madrid: Díaz de Santos. 31-48. teórico epistemológico que les da forma, no sólo es EMMANUELE, E. (1998). “Educación para la salud, dis- curso pedagógico”. Argentina: Novedades educati- deseable sino imprescindible para entender cómo se vas, colección Psicología y educación. 35-51. lleva a cabo el acto educativo, cuáles son sus objeti- VALADEZ, I. (1995). “Participación comunitaria” En: Ca- vos y sus finalidades y en qué sentido se desenvuel- bral, J.; Lozano, M.E.; Cabrera, C.; PÉREZ, M.; VALA- 47 Revista de Educación y Desarrollo, 1. Enero-marzo de 2004. Valadez, Villaseñor, Alfaro ARTÍCULOS DEZ, I. México: Instituto Mexicano del Seguro Social, Social, Subdirección General Medica, Jefatura de Ser- Subdirección General Médica, Jefatura de Servicios vicios de Salud. 23-28. de Salud. 49-70. VILLASEÑOR, M. (1995). “Educación popular”. En: VALADEZ, I.; VILLASEÑOR, M.; CABRERA, C. (1995). CABRAL, J.; LOZANO, M.E.; CABRERA, C.; PÉREZ, M.; “Evolución histórica de la Educación para la Salud”. VALADEZ, I. Instituto Mexicano del Seguro Social, En: Cabral, J.; Lozano, M.E.; Cabrera, C.; Pérez, M.; Va- Subdirección General Médica, Jefatura de Servicios ladez, I. México D.F.: Instituto Mexicano del Seguro de Salud. México, D.F. 37-47. Revista de Educación y Desarrollo, 1. Enero-marzo de 2004. 48                                             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                                                          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                                                                                                 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                                                              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             

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