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Summary

This document is a general review of Friedrich Hayek's work, focusing on key concepts such as individual liberty and the role of knowledge in society. Hayek's ideas are explored, including the concept of spontaneous order and the importance of individual freedom in shaping civilization,

Full Transcript

Repaso general Hayek En el prólogo de En Los fundamentos de la libertad, Hayek dice que la libertad individual es el valor fundamental o supremo que está sobre los demás valores, pues es el que permite la realización o desarrollo de los planes de vida de cada individuo. Muchos la confunden con una i...

Repaso general Hayek En el prólogo de En Los fundamentos de la libertad, Hayek dice que la libertad individual es el valor fundamental o supremo que está sobre los demás valores, pues es el que permite la realización o desarrollo de los planes de vida de cada individuo. Muchos la confunden con una institución u organización, o aquel caprichoso deseo de hacer lo que uno quiere, o la confusión que no es un valor sino una ley que se impone. La paradoja de la coacción, definida en el Cap. I de Los fundamentos de la libertad consiste en que ésta es eficiente porque las personas la ven como una amenaza y así se abstienen de actuar al margen de la ley. Una amenaza de coacción es legítima siempre y cuando el gobierno no abuse de forma arbitraria o caprichosa. Por ello, dirá Hayek, que una buena ley no puede ser creada deliberadamente para fines específicos, sean estos socialistas o capitalistas, y casi nunca sale del congreso de los legisladores. Desde la tradición francesa el racionalismo afirma que las instituciones sociales son posibilitadas por la razón humana. Esa idea se confronta con las tesis Hayekianas para quien dichas instituciones sociales no han sido inventadas deliberadamente por la razón humana, aunque necesarias para vivir juntos (en sociedad), promoviendo la cooperación entre los seres humanos. Según Hayek, la base del derecho en la civilización occidental es el conocimiento, prácticonormativo expresadas en las tradiciones, normas que van evolucionando en el tiempo; en contraste con una visión colectivista que justifican la ley como disposiciones de los máximos líderes, nacido de un racionalismo histórico constructivista donde solo cuentan los datos históricos o la visión cientificista que asume como fundamento de la misma aquella función intelectual donde sólo el conocimiento científico cuenta. Con respecto a uso de la razón, Hayek dirá que ésta es limitada y da importancia al papel que juega la ignorancia humana, frente a la idea de la omnipotencia de la razón, como evidencia de lo limitada que es la razón humana. Sin embargo, no es elitista, asumiendo que ésta sea una cualidad de pocos que deseara que la ignorancia permita el dominio sobre las masas. Aunque la ignorancia sea un fenómeno siempre presente en la sociedad, no significa que haya una actitud derrotista o pesimista del tipo escéptico diciendo que nada conocemos realmente y que sea preferible adaptarse a ella. O una especie de ingenuidad al asumir que la misma sea una cualidad positiva y que es mejor entregarse a nuestras creencias como un acto de fe. En Los fundamentos de la libertad Cap. II: El poder creador de la civilización libre. Idea de civilización en Hayek, y por lo tanto en la tradición inglesa, puede percibirse cuando en la persecución de sus fines el individuo puede sobrepasar los límites de su ignorancia, aprovechándose del conocimiento disperso, no lo puede concentrar o monopolizar un individuo u organización, permite la división del trabajo como al individuo orientarse a aquellos fines que sobrepasan sus conocimientos o límites que le imponen su ignorancia. Contrario a esta idea, y porque no se tienen datos históricos (registro) de cuándo se dio origen a la sociedad, se concibe la civilización como una especie de celebración de un contrato social al reunirse un grupo de individuos o de clanes en la prehistoria y acordar o consensar formar una civilización para el bien común. Dicha concepción nació de la noción o suposición que en 1 la prehistoria el hombre primitivo se juntó en grupos para protegerse de sus agresores internos o externos. Además, Hayek da importancia a la experiencia y su transmisión en la civilización debido a que nuestras costumbres, conocimientos prácticos, actitudes emocionales, instrumentos e instituciones, son adaptaciones a experiencias pasadas, muchas veces inconscientes. En el capítulo III de Los fundamentos de la libertad, Hayek habla abiertamente sobre el progreso y el sentido común, hace un análisis del vocablo haciendo una investigación histórica sobre el mismo, llega a proponer que la idea de progreso es propia del S. XIX, nace en Francia y pretende organizar la sociedad bajo sus ideales progresistas. Estos ideales pretender planificar la economía, la moral, etc., lo cual produce un efecto contrario a sus buenas intenciones; pues las sociedades donde se ha experimentado tales medidas o tendencias planificadoras más bien se han estancado o retrocedido en sus avances anteriores a dicha planificación del progreso, ¡vaya paradoja! Hay que aclarar que Hayek no está en contra del progreso, pues este más bien es producto del aprovechamiento del conocimiento disperso de millones de personas, pero no significa que alguien lo haya planificado. Acerca del progreso y el sentido común, Hayek dirá, citando a Oliver Cromwell “Nunca llega tan alto el hombre como cuando no sabe a dónde va.” La idea central del capítulo es que el progreso no puede planificarse ni dirigirse, cualquier intento de ello muchas veces lleva al retroceso de los logros que hasta entonces se había llegado en la vida social. Tampoco le toca a los gobiernos su planificación como algo inevitable, bajo la creencia infundada que al progreso no puede detenerse. Tampoco es mejorismo. Es más bien la libertad la que conduce al progreso, porque su ejercicio producirá resultados impredecibles, inciertos o no intencionados. No responde a un objetivo conocido, de hecho nadie lo puede conocer o prever. Se trata de un proceso evolutivo de prueba y error cuyo resultado es incierto. Este método de prueba y error con respecto a las instituciones indica que están constituidas por muchas más experiencias que las de una sola persona. Por lo tanto, tampoco puede ser producto deliberado de una o varias mentes, dado que el orden social supera a la razón esta no puede diseñar las instituciones. En resumen, el capítulo III sobre el Progreso y sentido común, Hayek tiene oportunidad de abordar el tema de la desigualdad desde el punto de vista económico, diciendo de forma sorprendente que la misma está muy relacionada con el progreso, como un beneficio generalizado. El progreso para Hayek es un proceso de adaptación cultural y aprendizaje que permite corregir aquellas prácticas ineficientes que solo es posible a través de la vida civilizada. Aunque prefiere una definición negativa de la libertad, al no darle contenido específico, Hayek dirá que existe una forma positiva en su ejercicio; dirá que esta no es más que la autodeterminación, como aquel poder de elección y persecución de los propios fines. En Los fundamentos de la libertad Cap. IV Hayek aborda las dos tradiciones de la teoría de la libertad: una empírica y carente de sistema y otra especulativa y racionalista. Él estaría en desacuerdo con la idea que el individuo debe poder eludir el fruto de sus acciones, más bien el individuo posee la oportunidad de hacer sus propias elecciones, por lo que la libertad y responsabilidad son dos conceptos inseparables, como una capacidad de actuar de acuerdo a la 2 propia voluntad, como ya lo ha dicho al inicio del libro, que la libertad es ausencia de coacción arbitraria. La libertad presupone la responsabilidad, pues esta es aquella capacidad de asumir la consecuencia de los propios actos (individuales), y liberaría al individuo de que se le imputara responsabilidades que escaparían de sus acciones, pues este no podría prever la totalidad de los efectos (externalidades) de sus propias acciones, si eso fuera posible, entonces el individuo podría predeterminar los resultados de sus acciones, anularía la incertidumbre y por lo tanto, no actuaría porque sabría de antemano lo que le sucederá en el futuro. Hayek también está contra el determinismo sociológico o biológico que pretende disculpar la acción humana al decir que la sociedad tiene la culpa de lo que hace el individuo. Desde la perspectiva de la teoría subjetiva del valor austriaca, los fines a los que dichos valores refieren estos no deben ser impuestos sino que cada persona tiene que tener la libertad para escoger los propios. No determinados por una especie de destino, tampoco por lo que la mayoría quisiera hacer de él de forma dogmática, común o consensuada, ni por una clase tipo élite. Con respecto a esta idea de la libertad, razón y tradición, Hayek habla que la tradición inglesa promueve la confianza en las instituciones, como la familia, el derecho, el dinero, el mercado. Contrario a una visión constructivista, teoría favorita de los socialismos, que confían en una "naturaleza" humana que se educa y aprende o la idea hobbsiana que los hombres sean malos por naturaleza, o que una "naturaleza" humana no exista sino que todo es cultural o aprendizaje. A diferencia de Hobbes y de Rousseau, Hayek es de la idea que la buena ley resguarda la libertad en vez de limitarla. La característica primordial de dicha ley es que esta debe ser general y abstracta, sin dedicatorias a o para grupos privilegiados. Esta idea está en contraposición al positivismo jurídico para el que la ley y la libertad son compatibles con la actividad legislativa, o en contraposición al constructivismo francés de tipo Rousseauniano para quien la ley y la libertad son incompatibles pues toda ley es una disminución de la libertad y en consecuencia, la ley no es compatible con la libertad pues ser libre implica no tener impedimentos. En el capítulo V de Los fundamentos de la libertad Hayek dedica un apartado al tema de la responsabilidad sosteniendo que esta implica la aceptación de las consecuencias al momento de la acción de los individuos. Los valores éticos guían nuestras acciones dado que no tenemos todo el conocimiento de los elementos que rodean dicha acción En el capítulo VI de Los fundamentos de la libertad, dedicada a la distinción entre valor y mérito. Dirá que al reconocer o premiar el esfuerzo, las intenciones, el tiempo y la dedicación de las personas, independientemente del resultado, estamos refiriéndonos al mérito y no a su valor económico (bienes o servicios productivos para la sociedad). La diferencia entre el valor y el mérito es fundamental para Hayek quien elabora una distinción entre ambos, donde dice que, dadas las condiciones dentro de una sociedad libre y de orden extenso (civilizado), el reconocimiento de nuestras acciones tienen por causa valoraciones que los otros hagan sobre nuestras acciones como servicios o bienes que podamos producir en dicha sociedad, traduciéndose en recompensas. Esta tesis se contrapone a la idea del mérito o aquella tesis que dice que todos deberían recibir lo que merecen por sus habilidades, aunque estas no produzcan ningún bien o servicio. 3 En el capítulo VII de Los fundamentos de la libertad, Hayek realiza un análisis minucioso sobre la democracia. No disimula su postura frente a este, pues como buen liberal, pone en guardia frente a la práctica muy generalizada donde el alcance de la acción estatal sea guiada por decisiones democráticas. Critica que esta se haya corrompido en manos de algunos gobernantes (dictadores) que la utilizan como medio para hacerle creer a las personas que con la mimas alcanzarán la igualdad de oportunidades materiales que los otros gozan. En las contiendas electorales prometen que si votan por ellos van a satisfacer las necesidades, deseos de las mayorías. Además, aunque esto sea un principio democrático, hacen creer que las personas que sufren discriminación puedan participar organizándose en partidos políticos. No obstante, lo cierto es que la democracia solo expresa la opinión de la mayoría y no la voluntad de la sociedad. De igual forma, la democracia se puede desviar al tema de la justicia, pues, si la democracia parte del supuesto de considerar como justo todo aquello que la mayoría decide, degenera en demagogia: (del griego δῆμος -dēmos-, pueblo y ἄγω -ago-, dirigir) es una estrategia utilizada para conseguir el poder político que consiste en apelar a prejuicios, emociones, miedos y esperanzas del público para ganar apoyo popular, frecuentemente mediante el uso de la retórica, la desinformación y la propaganda política. El que haya muchas oportunidades de trabajo no quiere decir que este sea fomentado por la actividad legislativa (leyes laborales), ni tampoco a una política económica que permita la sincronía o coordinación milagrosa ente el sector público y el sector privado para la mejora de la buena asignación de los recursos para el fomento del empleo; sino que más bien es posible gracias a la existencia de la actividad de empresarios individuales dispuestos a invertir y actuar por iniciativa propia. Para el liberalismo clásicos, el poder puede corromper a las personas, dado que el hombre es un ser corruptible, cuando este está en el ejercicio del poder puede fácilmente abusar del ismo y discrecionalmente someter a los gobernados de un modo abusivo e irracional, para evitar esto el liberalismo propone la limitación del poder coactivo de los gobiernos. La mala práctica del ejercicio del poder bajo una supuesta “democrática” se orientará a la demagogia manteniendo la ilusión que la participación política es accesible a todos los miembros de la sociedad en los asuntos estatales. Que el poder se puede limitar a través de la opinión mayoritaria. En el capítulo VIII de Los fundamentos de la libertad Hayek dedica su investigación sobre el trabajo, sea este en razón de dependencia (por cuenta ajena) o propio (independiente). Analiza el fenómeno social de la clase trabajadora, diciendo que ésta se convierte en una fuerza de presión tal que la importancia del crecimiento del número de asalariados es que tanto los legisladores o como la clase política sacarán provecho de dicha fuerza, que para acaparar su voto como fuerza electoral, prometen que se legislará a su favor o promoviendo los códigos laborales. Con respecto a los ricos, Hayek describe que éstos son una fuerza importante para el orden social, pues estos siempre estarán en competencia permanente entre sí, generando, sin querer, un sistema competitivo en la mejora de su oferta en el mercado; además, pueden brindar una ayuda más eficaz a los desposeídos. 4 De la democracia, Hayek advierte que algunos aspectos de esta se ha desvirtuado tal como la demagogia. Nos recuerda que se trata de un método pacífico de relevo de autoridades para evitar las dictaduras tiránicas, y aunque las decisiones se toman por mayoría, el interés colectivo es superior al derecho individual, por lo que la democracia no puede legitimar aquellas decisiones limitadas al derecho individual. Otras obras: En su libro La contrarrevolución de las ciencias, Hayek critica y rechaza el cientificismo, esto debido a que el mecanicismo positivista (viene de la raíz latina positum, lo que está ante nuestro sentidos) o cientificista no tiene en cuenta la complejidad de la vida civilizada, su visión social está orientada a los principios de las ciencia naturales, donde el determinismo mecanicista es predominante. En Derecho, legislación y libertad Hayek habla de dos tipos de órdenes: cosmos y taxis; el primero es de tipo espontáneo porque surge gracias al cumplimiento de reglas abstractas y generales, en cambio, el segundo tiene por objetivo el cumplimiento de fines específicos a través de mandatos bien definidos (persiguen fines concretos). En su libro Derecho, legislación y libertad Hayek dedica un análisis del concepto ‘justicia social’, le llamará ‘concepto comadreja’ de forma metafórica; dirá que tal concepto carece de contenido, es vacío y sin sentido, aplicándole el análisis del método compositivo, también llamado individualismo metodológico, demostrando que la justicia solo puede aplicarse a las acciones humanas individuales y no a lo social, pues la sociedad no es un individuo que actúa como tal, la sociedad es un constructo o abstracción para denominar el fenómeno humano. En conclusión, 'justicia social' es un concepto incoherente debido a semánticamente no tiene lógica. Los políticos han capitalizado a su favor dicho término, aprovechándose de la confusión del mismo. Aunque en la Revolución Francesa se hablaba de los valores como libertad, igualdad y fraternidad, de estos tres podemos decir que el propósito de la lucha por la libertad es el establecimiento de aquel tipo de igualdad ante la ley para todos los hombres. Por el contrario la eliminación de la desigualdad económica (igualdad de oportunidades) atentará contra la lucha por la libertad. En su libro La fatal arrogancia, Hayek realiza un análisis minucioso del fenómeno social binario entre la comunidad (limitada) y sociedad (abierta e indeterminada). Aunque no sean excluyente como formas de vida, una no puede imponer sus valores a la otra, lo cual implicaría su aniquilamiento (desaparición) recíproco, la sociedad tiene mayor tamaño y relaciones impersonales más extensas que la comunidad. 5 Planteamientos y revisión de ideas. 1. Si afirmamos que las acciones humanas están determinadas completamente por causas naturales no habría justificación para hacer responsables a los individuos, alabarles o censurarles por sus actos. Estamos hablando de una postura determinista con la cual se llega a la conclusión que en la sociedad no se puede hacer responsable a los individuos por sus actos, ya que estos son producto de los incentivos y desincentivos que el ambiente, la naturaleza o el estado de cosas les proporcione. Frente a la incertidumbre o la ignorancia del futuro, todo se reduce a la suerte, y ante la suerte nadie puede responsabilizarse de lo que le pase, porque “es cuestión de suerte”. Ante esta postura, se alza la respuesta teleológica de la acción humana, la cual sostiene que es el ser humano el agente que va tras sus propósitos. Dicho agente es quien debe soportar la responsabilidad y ser legítimo objeto de alabanza o censura. 2. Hayek dice que la condición para ser libre es aquella en la cual la coacción quede reducida al mínimo en el ámbito social. Por tal razón, sería un error pensar que la coacción quede al arbitrio antojadizo de quienes ejercen la autoridad o que estos puedan coaccionar sin límites justificando que para eso han sido elegidos democráticamente. Esto tampoco significa que Hayek esté de acuerdo con una especie de anarquía donde cada quien pueda hacer lo que se le de la gana de forma ilimitada. O que la coacción se aplique solo a los antisociales o inadaptados o que un grupo de vecinos organizados pretendan tomarla en sus manos para beneficio propio. En otro extremo, tampoco significa que la coacción esté dirigida hacia los gobernantes y la autoridad y que más bien a ellos hay que coaccionarlos por la simple razón que el único que puede aplicarla es el gobierno pero jamás debe hacerlo antojadizamente. 3. El liberalismo se preocupa principalmente de la limitación del poder coactivo de todos los gobiernos. Lejos de lo que la mayor parte de la gente cree como que se trata de favorecer las ventajas concedidas a la aristocracia. O que más bien debiera limitar el enriquecimiento de la clase política o de limitar el poder a través de la opinión mayoritaria. O una forma de idealismo romántico de la participación política de todos los miembros de la sociedad en los asuntos estatales. 4. Hayek cree en la libertad y es un defensor de la misma frente a posturas estoicas (deterministas) o posmodernas (relativistas) que pretenden negarla diciendo que la libertad se reduce a lo absurdo por no tener sentido ante preguntas como ¿quién es realmente libre si estamos sometidos ante la rigidez de las leyes naturales por lo que ante lo imposible nadie puede llegar a gozar de libertad? 5. Según Hayek, la persecución de los fines o propósitos debe hacerse de modo que cada quien, con su libertad, escoja los propios. Hayek se muestra en contra de aquellos que piensan que las acciones están determinadas por una especie de fatalidad o destino, o que la clase pudiente como empresarios o la clase política los imponga a la mayoría. O que una mayoría, a través de la democracia llegue a establecer como fines comunes o consensuados. En resumidas cuentas, el que una persona sea libre dependerá de la posibilidad que esta tenga de dirigir sus acciones según sus intenciones y no influido 6 por una fuerza externa o terceras personas que no conoce o influido por lo que muchos denominan presión social. 6. Ante la confusión de los múltiples significados (polisemia) de la palabra libertad Hayek distingue entre la libertad política y la libertad individual argumentando que la libertad individual supone una actividad privada asegurada por leyes, mientras que la libertad política alude a la elección, participación y control del gobierno. Hayek está interesado en aclarar las confusiones que ha venido promoviendo el socialismo para el cual la libertad política es una libertad colectiva, que contraponen la libertad individual como una acción en contra del gobierno o antiestatal (enemigos del estado). Al no tener clara esta distinción llegan a un nivel de confusión diciendo que la libertad política es igual a la libertad individual, porque un pueblo libre es necesariamente un pueblo de hombres libres. 7. Según Hayek, un aspecto que ha recibido poca atención en los estudios sociales es que parte de la civilización se basa, de un modo paradójico, en la inevitable ignorancia, o sea, que la civilización ha surgido de un proceso milenario de ensayo y error de un modo no intencionado y sin la dirección de alguien. Decimos que es paradójico, pues el racionalismo dice lo contrario, que ha sido la clase gobernante, dirigente (élite) quien ha promovido la civilización o que ésta ha sido posible porque se tienen más acceso a la información, aduciendo que un pueblo ignorante es incivilizado. Dado que el racionalismo cree en el diseño o ingeniería social, llegan a la conclusión que es posible diseñar una civilización a base de buenas intenciones y un gobierno fuerte. 8. Aunque la idea de progreso es reciente en comparación con la historia de la humanidad, la filosofía o pensamiento hayekiano propone que el progreso es un proceso evolutivo de prueba y error con resultados inciertos y que se va corrigiendo sobre todo a nivel de los errores del intelecto. Por ello, frente al optimismo racionalista, Hayek sostiene la idea que el progreso no necesariamente es inevitable como una fatalidad bajo la creencia que el futuro siempre será mejor y que este está más pronto de lo que una pueda creer. Hayek no cree en mejorismos al estilo del filósofo francés Condorcet para quien “lo mejor está por venir”. 9. Con respecto al aprendizaje, cultura, educación y tradición, Hayek asegura que la experiencia y su transmisión en la civilización es importante debido a que todas nuestras costumbres y conocimientos prácticos son adaptaciones a experiencias pasadas por lo que no hay que estarlas inventando cada día. El individuo, como un miembro de la sociedad, cuenta con que cada uno de sus actos, sin ser consciente, aporta al desarrollo o estancamiento de la civilización. Al no contar con dicho conocimiento general, se topa con la incertidumbre del futuro por lo que la práctica de las normas serán las que le orienten y la tradición le da cierta seguridad de cómo actuar en el futuro; al saber que tales prácticas fueron puestas en acción por sus antepasados (el género humano), esta es su carta de seguridad al momento de actuar. 10. Hayek defiende la tradición no por ser conservador sino porque es la mejor respuesta ante el problema de la ignorancia del futuro. Es así como podemos diferenciar 7 sociedades que han alcanzado mejor grado de civilización por tener una tradición que los respalda. En fin, las prácticas sociales en grupos civilizados se originaron gracias a acciones exitosas de algunos grupos humanos, y esto a través del ensayo y el error; un costo social de oportunidad que no tiene historia (a los historiadores no les interesa o no tienen métodos de medición o no han puesto atención a este fenómeno) ni se ha podido medir en el pasado. Una postura racionalista dirá lo contrario, que más bien tales prácticas surgieron o fueron el fruto de grupos organizados o que en momentos de decadencias fueron causados por el rechazo de la nobleza o los "notables" o más calificados intelectualmente (líderes de los grupos sociales organizados). 11. Con respecto a las prácticas tradicionales que, como ya se dijo, son puntos de referencia que da seguridad en la acción humana, Hayek asegura que si bien es cierto que el avance o prosperidad de un grupo depende de la puesta en práctica de su código ético, de sus ideales estéticos, culturales o espirituales de su idea de bienestar, más se debe, sobre todo, al grado en que han aprendido o no a satisfacer sus necesidades materiales. 12. La mayoría de las personas no combate la mera existencia de la desigualdad, sino que censura el hecho de que las recompensas no correspondan a los méritos de quienes las reciben. Sin embargo, sería absurdo creer que se prefiera ‘que unos sean más iguales que otros’. O la ingenuidad que asegurar que las desigualdades son moralmente censurables en una sociedad libre. Esto lleva a la creencia que tal desigualdad debería ser eliminada para que todos tengan las mismas oportunidades. Incluso, muchos llegan a convencerse que uno de los orígenes de las desigualdades radica en la familia, la herencia y la educación como fuentes de desigualdades. 13. Los valores son estimaciones que los individuos tiene sobre sí mismos y sobre los demás a tal punto que los mismos orientan las acciones de las personas. Teniendo en cuenta este principio del valor subjetivo (donde las cosas llegan a tener valor porque las deseamos) podemos asegurar que en una sociedad libre (de orden extenso y complejo) la recompensa de dichas acciones proviene del valor que otros otorgan a lo que hacemos. Por lo que, aunque haya talento y este puede ser meritorio, no necesariamente las personas lo valoran de la misma manera dado que una de las expresiones del valor a nivel de mercado es el valor económico. Al asignar dichos valores a nuestras acciones o productos de nuestras acciones muchas veces nos vemos frustrados al creer que todos deberían recibir lo que merecen por sus habilidades o por sus esfuerzos. 14. Al premiar el esfuerzo, las intenciones, el tiempo y la dedicación de las personas, independientemente del resultado, estamos refiriéndonos al mérito, que para Hayek no constituye fuente de valores económicos por lo que a la par pondríamos tanto la perseverancia, la responsabilidad, etc., y no la productividad de bienes o servicios. 15. Progreso, en el sentido de la evolución social es un proceso de formación y modificación del intelecto. Hayek advierte que el progreso no es lograr exactamente lo que había predicho, o tener más desarrollo en una sociedad o alguna forma de 8 darwinismo. Y claro, tal como argumenta con la diferencia entre el orden espontáneo y el deliberado o tipo taxis (tesis), el cumplimiento de los planes de una mente ordenadora. 16. Si comparamos las naciones en el concierto internacional observaremos que unas van adelante o otras rezagadas o que a nivel individual (como si una nación fuera un individuo) pudiera decirse que cada quien progresa en la medida en que se acerca a sus metas. La idea de progreso surgió en el siglo XVIII y no después de las Segunda Guerra Mundial cuando se fundó la organización llamada Naciones Unidas. El progreso, para Hayek, puede ser detenido e incluso puede haber retroceso en una sociedad. No es “necesariamente” inevitable como decían el marxismo. 17. El progreso para Hayek es un proceso de adaptación del aprendizaje dado que la razón humana es limitada y no podría preveer o planificarlo. Lo cual es contrario a la idea que una sociedad avance con objetivos determinados o conocidos o que sea imparable en un ascenso al progreso. 18. En la filosofía de Hayek encontramos que le otorga mucha importancia a la idea de ORDEN (kosmos) y con ello también intenta dar respuesta a la manera como los seres humanos nos organizamos tanto a nivel individual como a nivel social. En sus investigaciones llega a descubrir la existencia de por lo menos tres tipos de orden (el físico, el mental y el social). 19. Según Hayek, la democracia no es más que una forma de gobierno que solo expresa la opinión de la mayoría y no la voluntad de la sociedad. Sin embargo, muchas veces se utiliza de un modo inmoral e ilegítimamente como un medio para procurar la igualdad material. Los políticos la utilizan para hacerle creer a las gentes que la misma debe ser orientada para satisfacer los deseos y los intereses del conjunto de la sociedad. Otro malentendido es la creencia de que la democracia permite tomar decisiones políticas según la voluntad ilimitada de la mayoría, o que las minorías participen organizándose en partidos políticos. 20. Una de las críticas de Hayek hacia la democracia es que esta deriva en demagogia cuando confunde la justicia con lo que la mayoría decide. Dicho concepto no hay que confundirlo con las siguientes ideas: que la demagogia limita el ejercicio del poder de los gobernantes. O que no puede ser demagogia lo que mayoría tiene la razón. Que los poderes de la mayoría son limitados. Lo extremo sería decir que se respetan los derechos de las minorías. 21. El contraste entre las tradiciones liberal y democrática es que esta se instrumentaliza en una forma cuantificable (50 más uno) porque el alcance de la acción estatal tiene como criterio ser guiada por decisiones democráticas. No por la cantidad de impuestos recaudados por parte de los contribuyentes o del número de representantes que una asamblea legislativa deba tener. Tampoco por las políticas públicas o políticas para el desarrollo económico. O del uso o cumplimiento del presupuesto o de los fondos públicos. 9 22. La trascendencia política del crecimiento del número de asalariados durante el S. XX es que se han convertido en una mayoría por lo que tanto las políticas como la legislación responden a sus intereses. Hayek asegura que la libertad se halla gravemente amenazada porque la mayoría asalariada trata de imponer sus criterios y opiniones sobre los demás. Un equívoco sería que el incremento de la clase trabajadora tenga más poder adquisitivo y esto los hace más atractivos para el empresario pero no para el político. O que por ser mayoría generalmente tengan la razón. O la ilusión de que sean fáciles de manejar por parte de los gobernantes por sus promesas electorales. O que a ellos no les importe las decisiones que toma la clase política, pues asegurados sus puestos de trabajo no le temen a asumir riesgos y generalmente prevén para el largo plazo. 23. Al referirse a la igualdad de oportunidades, Hayek, en concordancia con el liberalismo clásico, sugiere que el gobierno debería hacer accesibles a todos y en iguales términos aquellas facilidades propias de la actividad estatal. Sin embargo, una mala comprensión de este tema lleva a afirmar que la igualdad de oportunidades solo si se garantiza la educación, salud, trabajo y vivienda para todos por igual, lo cual lleva a la idea de regular o intervenir la herencia y la educación por decir el socialismo que son la fuente de desigualdades a tal punto que se anima a la redistribución de la riqueza para disminuir la brecha entre la pobreza y la riqueza. La ilusión de estas medidas es la de asegurar que todos tengan las mismas oportunidades. 24. Contrario a la creencia generalizada, Hayek dice que las desigualdades, desde un punto de vista económico o material, hacen posible el progreso, permitiendo la libertad de nuevas posibilidades o ensayos sociales. El progreso está abierto a todos y no solo para una minoría, es por ello que sería un sinsentido el querer eliminar la desigualdad a todo precio como pretendían los socialismos, en especial el de Marx. No se trata de un aspecto moral, del deber ser, sino de una visión científica de cómo es la realidad. En resumen, las desigualdades lejos de constituir un obstáculo para el progreso más bien son parte del mismo. 25. Desde el punto de vista de Hayek, se considera como una buena ley aquella que no es creada deliberadamente. Por lo que es un error creer que se pueda diseñar deliberadamente por la actividad legislativa. O como dicen los enemigos del libre comercio y del liberalismo, que esta se ha creado para fines netamente capitalistas o de origen racionalista, como asegura el socialismo. 26. La definición de la verdadera ley, según la propuesta de Hayek, que debe tener la característica de percibirse como amenaza de coacción legítima y no arbitraria. Ante esta definición se contraponen algunos malentendidos racionalistas que abogan por la educación hacia una cultura de paz, la pragmática que asume que la ley debería ser una herramienta de castigo, la del positivismo jurídico que asume que a la paz social dependerá de la cantidad de leyes que se emitan en el legislativo. 27. El presupuesto hayekiano de la responsabilidad es que esta es una facultad o capacidad de asumir las consecuencias de los propios actos. Dado que no tenemos el alcance en el tiempo y el espacio de los efectos de nuestras acciones, tampoco podemos llegar a 10 preverlas todas. El determinismo tampoco acepta la libertad y su correlativa responsabilidad. 28. Según el análisis de Hayek, la noción ‘justicia social’, tan popularmente difundida en nuestro medio, es un concepto incoherente debido a que es un término vacío tanto a nivel lógico como semántico pues la justicia solo puede deducirse o responderse desde una perspectiva individual o individualismo metodológico. 29. Nuestro nivel de vida se ha elevado no sólo porque podemos consumir más de lo mismo, sino porque usamos cosas diferentes e incluso desconocidas. Ideas erróneas son las de Robert Malthus para quien la disponibilidad de bienes crece aritméticamente (de modo limitado) y la población geométricamente (de modo ilimitada). De dicha tesis se derivará la teoría darwiniana de la lucha por los recursos o selección natural. O aquella interpretación espiritualista para quienes la civilización aprovechamos más los bienes espirituales. O la materialista consumista para quienes el consumo es la fuente de la prosperidad en una sociedad industrial. O la optimista aduciendo que los seres humanos hemos aprendido a abandonar el consumismo. 30. El racionalismo es una corriente filosófica que afirma que el conocimiento se obtiene exclusivamente por medio de la razón poderosa e ilimitada. Posiciones erróneas son aquellas que confunden al racionalismo con los procesos lógicos de razonamiento o teorías del conocimiento formal al aceptar que el conocimiento sólo es posible si nos dan los razonamientos adecuados, lo cual es lo mismo decir que conocer es racionalizar lo que observamos y hacemos, o que conocer es argumentar, llevaría al absurdo de argumentar que el conocimiento sólo se obtiene si se trata de asuntos razonables. 31. Una consecuencia del racionalismo, como confianza desmedida en la razón sería la creencia que hay expertos en lo social y son quienes deben dirigir la vida en sociedad. Sería un error aducir que se va perdiendo la fe, o que dejamos de confiar en nuestros abuelos, mayores o mentores o que con el tiempo los seres humanos van olvidando sus sentimientos y emociones. Incluso, llegar al extremo de pedir explicaciones para todo. 32. Es necesario distinguir las ciencias sociales de las ciencias físicas, porque el método y los resultados son distintos en los dos campos. Por tal razón, erróneo sería decir que las ciencias sociales y físicas deben estar unidas por un sólo método o lo contrario, que no podemos relacionar a ambas. El extremo ilusorio sería aducir que las ciencias sociales sólo otorgan datos falsos. O la ingenuidad de creer que las ciencias físicas son más precisas. 33. Las dos tradiciones de la teoría de la libertad, para Hayek, pueden reducirse en una que es empírica carente de sistema (como las de los ingleses) y otra especulativa racionalista (promovida por intelectuales franceses). Erróneo sería creer que estas se reducen a los siguientes binomios: socialismo y comunismo, social e individual, taxis y cosmos o que la libertad no depende de tradiciones. 34. El que haya muchas oportunidades de trabajo depende de la existencia auténticas fuentes de trabajo proveída por la iniciativa privada (empresarios) o fuerzas 11 individuales dispuestos a invertir y actuar por iniciativa propia. Erróneo sería decir que las políticas integrales que fomenten las fuentes de trabajo, como la existencia de empresarios que estén conscientes de la importancia de generar empleos productivos, pero que solo se queda en buenas intenciones. O el híbrido o mixtura que propone aquella coordinación entre el sector público y el sector privado para un mejor aprovechamiento de los recursos para el empleo. Por último, la ingenuidad de que las leyes que fomenten el empleo. 35. El empirismo es una corriente filosófica que afirma que todo conocimiento es resultado de la experiencia sensorial y cotidiana. Otras corrientes que se le oponen o son escépticas llega afirmar que no podemos conocer nada porque los sentidos son limitados. Apoyados por un racionalismo cartesianos dirán que la ignorancia es lo que se produce cuando confiamos en los sentidos. Los creyentes se opondrán a ambos al decir que todo conocimiento es producto de la benevolencia divina. Y los innatistas afirman que sólo algunos conocimientos se obtienen por la experiencia; otros ya los traemos. 36. En el ámbito social, la evolución se refiere a la imitación de hábitos, tradiciones e ideas exitosas en el tiempo. Lo contrario sería que el diseño de leyes por parte del organismo legislativo permita el desarrollo individual o social. O de un a manera absurda, el estado o el gobierno central se encamine a la imitación de los valores comunitarios como un medio para gobernar. O, por el contrario, dar participación a todos se selecciones a los individuos mejor dotados y más aptos para el ejercicio del gobierno. 37. En lo referente al modo como los individuos se organizan en la sociedad a través de sus instituciones, se dice que la práctica (método) de prueba y error indica que las mismas están constituidas por muchas más experiencias que las de una sola persona pueda realizar. Por lo que sería un error asegurar que éstas sean el producto deliberado de cualquier mente. O de la mente de un organizador bajo el pretexto que la razón es más compleja que el orden social. Lo cual nos llevaría a adherirnos a la ilusión de que dichas instituciones sean producto de las mentes más brillantes del pasado. El racionalismo extremo opera bajo la creencia que la razón como facultad puede por sí sola diseñarlas 12

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