Tema 7: Introduction to Memory & Basic Models PDF

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This document provides an introduction to the study of memory and basic models. It explores the different memory systems involved in human memory, including sensory, short-term, and long-term memory, and their roles in everyday functioning.

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Tema 7 Bloque III Memoria Introducción al estudio de la memoria y modelos básicos Imagen generada con DALL-E 1 Índice de contenidos 1. Estudio de la memoria.................................................................................3 2. Memoria sensorial.....................................

Tema 7 Bloque III Memoria Introducción al estudio de la memoria y modelos básicos Imagen generada con DALL-E 1 Índice de contenidos 1. Estudio de la memoria.................................................................................3 2. Memoria sensorial.......................................................................................6 3. Memoria a corto y largo plazo ....................................................................7 3.1. Memoria a corto plazo ............................................................................8 3.2. Memoria a largo plazo ..........................................................................17 3.2.1. Memorias declarativas: episódica, semántica y autobiográfica ......18 3.2.2. Memorias no declarativas: sistema de representación perceptiva y memoria procedimental ...........................................................................................19 4. Procesos de codificación y consolidación en la memoria humana ..........24 5. Referencias básicas para el contenido de estos apartados .......................29 2 1. Estudio de la memoria El estudio contemporáneo de la memoria se enfoca en caracterizarla como un conglomerado de subsistemas interconectados que operan de forma sincronizada, similar a una red neuronal compleja. Esta sinergia de subsistemas es esencial para la evocación de memorias, actuando como una estructura integrada que no solo facilita la recuperación de experiencias previas, sino que también juega un rol crítico en la formación de la identidad personal, el afinamiento de habilidades y la planificación futura en base al conocimiento previo. Dicha organización es el resultado de un proceso evolutivo filogenético que ha equipado a la especie humana con capacidades cognitivas superiores, promoviendo una adaptabilidad que se potencia mediante el aprendizaje y la memoria. Hermann Ebbinghaus, pionero en el estudio experimental de la memoria, sentó las bases de este campo con su obra "Sobre la memoria" (1885). Los resultados de sus estudios impulsaron el desarrollo de la psicología cognitiva y la teoría del procesamiento de la información, llevando a la creación de modelos de memoria como los propuestos por Atkinson y Shiffrin, Broadbent, y Waugh y Norman, que siguen siendo referentes en el campo de estudio de este proceso. Comparte, como característica elemental, la definición de la memoria como un sistema conformado por diferentes estructuras de almacenamiento. Este modelo, en general, presenta la memoria como un sistema compuesto por tres almacenes interrelacionados por los que la información transita secuencialmente: la memoria sensorial, la memoria a corto plazo (MCP) y la memoria a largo plazo (MLP). Cada uno está sujeto a procesos específicos que transforman la información en un código particular, facilitando su retención y posterior recuperación. No obstante, a pesar de que este modelo sirve de base para la comprensión de las características elementales de la memoria, la clasificación o taxonomía de la memoria revela la existencia de otros tipos y subtipos de memoria que cumplen funciones específicas, más allá de estas tres grandes categorías. Almacenamos tanto experiencias pasadas, como aquellas de nuestra infancia, como información para tareas presentes y planes futuros, además de automatizar actividades diarias. A pesar de que comúnmente nos referimos a todo esto como 'memoria', los avances en neurociencia y psicología 3 cognitiva han demostrado que cada tipo de memoria está vinculado a circuitos neuronales distintos, que a veces operan de manera autónoma, como así muestran los estudios en población con daño cerebral. El concepto de sistemas de memoria comprende desde procesos memorísticos automáticos hasta recuerdos personales complejos, y la jerarquía de estos sistemas nos permite estudiar en profundidad las distintas formas de memoria. Esta variedad en la expresión de los productos de la memoria, como se indicaba previamente, se categoriza en tres ramas principales: la memoria sensorial, las memorias breves y la memoria a largo plazo (ver figura siguiente). Memoria retrospectiva: tipos, subtipos y componentes. Fuente: Imagen extraída de Vásquez Echeverría (2015, p.119). La memoria sensorial actúa como un filtro inicial y breve para los estímulos percibidos, subdividiéndose en icónica para estímulos visuales, háptica para los táctiles y ecoica para los auditivos. Las memorias breves, de corta duración, que comprenden la memoria a corto plazo (MCP) y la memoria de trabajo (MT), son esenciales para el procesamiento temporal de la información. Esta se compone del buffer episódico, que 4 integra datos de múltiples fuentes; el bucle fonológico, que preserva la información lingüística; y la agenda viso-espacial, que maneja los componentes visuales y su ubicación en el espacio. Es importante puntualizar que la MCP normalmente se refiere la simple retención de pequeñas cantidades de información, retención que se pone a prueba de inmediato o al cabo de un corto intervalo de tiempo. El sistema o sistemas de memoria responsables de la MCP forman parte del sistema de memoria de trabajo; así, la MT sirve para designar un sistema que no se limita a almacenar información temporalmente, sino que también manipula esta información permitiendo realizar tareas complejas (como aprender nuevos contenidos, razonar o comprender la información, etc.). Finalmente, la memoria a largo plazo (MLP), que es donde se almacena información de manera más permanente (durante un periodo de tiempo mayor), se compone de la memoria explícita o declarativa y la memoria implícita. La memoria explícita se refiere a aquellos contenidos que somos capaces de recordar conscientemente y expresar verbalmente (aquellos que podemos explicitar y declarar). Este tipo de memoria abarca la memoria episódica (referente a eventos específicos que se han vivido y que han ocurrido en un momento y lugar específicos; pueden estar ligados a eventos personales, pero no en exclusiva), semántica (relacionada con conocimientos generales del mundo, como hechos, conceptos y el significado de las palabras, independientes de la experiencia personal) y autobiográfica (recuerdos personales de eventos y experiencias vividas, ligadas al concepto de yo y el recorrido vivencial), permitiendo la recuperación consciente de experiencias, conocimientos y la propia historia vital. Un evento determinado, en este caso, puede estar representado en varias memorias. Por ejemplo, podemos saber que una persona se mudó a vivir a otra ciudad (lo que es un hecho, memoria semántica), y recordar que fue un par de años atrás cuando nosotros estábamos en un lugar y tiempos específicos (nos permite “revivir” aquel momento; memoria episódica). Estas memorias, parecen estar interrelacionadas, aunque en algún momento pueden trabajar de manera autónoma. La memoria implícita, o no declarativa, es aquella que utilizamos sin consciencia o intención, normalmente se asocia a aprendizajes que se manifiestan más a nivel conductual (en aquello que hacemos) que en recuerdos conscientes. La memoria implícita comprende la memoria procedural, los efectos de priming o facilitación, la habituación y sensibilización, así como el condicionamiento clásico, todos ellos procesos que subyacen 5 a la capacidad de responder a estímulos sin, a menudo, requerir de un esfuerzo consciente. Aunque hay debate con respecto a si todos estos elementos formas parte del mismo sistema, algunos modelos se inclinan más por explicarlos como una variedad de sistemas que responde a “problemas” similares utilizando estrategias diferentes. El condicionamiento se entiende como el aprendizaje donde una respuesta emocional o fisiológica se asocia con un estímulo particular. Por ejemplo, sentir ansiedad al escuchar el sonido de un taladro dental debido a experiencias previas o algo tan sencillo como cerrar los párpados ante un soplo repentino de aire que apunta a nuestros ojos. El priming o facilitación es un efecto por el cual la exposición previa a un estímulo afecta la respuesta a un estímulo posterior. Por ejemplo, después de ver una palabra relacionada con el mar, podemos ser más rápidos en reconocer palabras asociadas como "barco" o "ola" si se los presentan en una lista. La memoria procedural (a menudo también referida a las habilidades motoras) incluye habilidades y procedimientos que hemos aprendido y que podemos realizar automáticamente, como montar en bicicleta o escribir. 2. Memoria sensorial El procesamiento de la información que recibimos del entorno comienza con la memoria sensorial, que actúa como un almacén transitorio, reteniendo brevemente las impresiones sensoriales. El proceso de sensación y percepción comienza con la transducción, como ya viésemos en contenidos anteriores, donde los estímulos externos se convierten en señales neurales a través de los órganos sensoriales. Estas señales son luego transmitidas al cerebro, donde la memoria sensorial se encarga de retener brevemente estas primeras impresiones sensoriales. Esta etapa actúa como el nexo entre la recepción de información sensorial y su procesamiento inicial en la corteza cerebral. La memoria sensorial, por tanto, es un componente esencial que sostiene la información el tiempo suficiente para que sea procesada a un nivel más significativo y consciente. Esta retención es precategorial, lo que significa que la información aún no ha sido procesada para adquirir un significado específico o ser asignada a una categoría particular. La memoria sensorial se divide en varios tipos, entre los que destacan la memoria icónica y la memoria ecoica, por ejemplo. La memoria icónica, o visual, retiene imágenes por un período muy corto, alrededor de 250-300 milisegundos. A pesar de esta brevedad, tiene una capacidad casi 6 ilimitada para contener la gran cantidad de información visual que recibimos. Esta capacidad permite que la memoria icónica juegue un papel crucial en la percepción, ya que mantiene la información accesible temporalmente y permite la organización secuencial de las aferencias sensoriales. Por otro lado, la memoria ecoica, o auditiva, puede retener sonidos por hasta 2 segundos. Esta diferencia en la persistencia temporal entre la memoria icónica y la ecoica puede ser debida a la naturaleza secuencial del sonido, que requiere una retención más prolongada para la comprensión del lenguaje y la apreciación musical. La memoria ecoica también permite recuperar elementos específicos de secuencias sonoras con precisión inmediatamente después de su presentación. La información sensorial que pasa por la memoria icónica y ecoica es procesada posteriormente a niveles más profundos, como el análisis semántico en la codificación de la memoria, esencial para la formación de recuerdos duraderos. La profundidad del procesamiento determina la fortaleza de la huella mnémica; cuanto más profundo sea el procesamiento, más duradero será el recuerdo. Este procesamiento puede ser tanto de naturaleza semántica, donde se analiza el significado y se conecta con conocimientos previos, como no semántico, enfocado en las características sensoriales del estímulo. La memoria icónica y ecoica son ejemplos de procesamiento no semántico, donde la información se retiene brevemente en su forma original. Este procesamiento inicial es crucial para la percepción y para la transición de la información a través de las diferentes etapas de la memoria. 3. Memoria a corto y largo plazo Aunque las primeras teorías concebían la memoria como un almacén de asociaciones indiferenciadas, la investigación hasta la fecha ha ido evidenciando la necesidad de distinguir diferentes estructuras de memoria con propiedades particulares. La distinción entre la MCP y la MLP es un concepto fundamental para comprender cómo procesamos y almacenamos la información. El modelo modal de memoria, propuesto por Atkinson y Shiffrin en 1968, es un marco esencial para entender esta distinción, sugiriendo un proceso secuencial que comienza con la entrada de información del entorno. Este modelo se estructura en varias fases: 7 • Entrada (input): La información ingresa al sistema de memoria a través de estímulos sensoriales del entorno, que pueden ser visuales, auditivos, hápticos, entre otros. • Registro sensorial: Se trata de una etapa inicial y breve donde la información sensorial se mantiene en su forma original. Por ejemplo, las imágenes visuales se retienen en la memoria icónica, y los sonidos en la memoria ecoica. • Almacén a corto plazo (o MCP): En este almacén, la información es procesada más activamente. Funciona como un depósito temporal, donde se realizan procesos de control como la repetición mental, la codificación y la toma de decisiones. • Almacén a largo plazo (o MLP): Aquí, la información codificada desde la MCP se guarda para su recuperación a largo plazo. Este almacén tiene una capacidad casi ilimitada y puede retener información durante un periodo extenso de tiempo. • Salida (output): Finalmente, se produce una acción o recuerdo como resultado de la interacción con la información almacenada. Este modelo estructural inicial diferenciaba los sistemas de almacenamiento según atributos temporales y de capacidad. Las memorias sensoriales son transitorias, reteniendo información sensorial brevemente. La MCP, con capacidad limitada, mantiene la información activa, trabajando principalmente con información fonológica, mientras que la MLP almacena información de forma más pasiva y por periodos más extensos. 3.1. Memoria a corto plazo Aclaración La memoria a corto plazo y la memoria de trabajo, a menudo referidas de manera intercambiable, aluden a estructuras y procesos distintos dentro de la cognición humana, aunque ambas se relacionan con la retención temporal de la información. Memoria a corto plazo: Se refiere a la capacidad de mantener una cantidad limitada de información de manera pasiva por un breve periodo de tiempo, generalmente unos segundos. Es como un espacio de almacenamiento temporal que retiene la información justo después de que ha sido percibida, antes de que se olvide o 8 se transfiera a la memoria a largo plazo o de que se opere de manera activa con ella. Un ejemplo sería recordar un número de teléfono que acabamos de ver hasta que lo marcamos. Memoria de trabajo o memoria operativa: Es un sistema más complejo y activo que no solo almacena temporalmente la información, sino que también la manipula. Incluye varios componentes, como el bucle fonológico que maneja la información verbal y auditiva, la agenda viso-espacial para la información visual y espacial, y el buffer episódico para la integración de la información de distintas fuentes. Un ejemplo de memoria de trabajo sería realizar cálculos mentales, donde se debe mantener y manipular la información (los números y las operaciones) para llegar a un resultado. La memoria a corto plazo es más una plataforma de lanzamiento inicial para la información, mientras que la memoria de trabajo es el taller donde se procesa y utiliza esta información para realizar tareas cognitivas. Así, la MCP actúa como un espacio de procesamiento activo en el que la información sensorial recibida se transforma y organiza antes de ser utilizada, ser almacenada a largo plazo o de ser descartada. Se caracteriza por tener una capacidad limitada, comúnmente esta se relaciona con lo que se conoce como "la regla mágica de 7±2": podemos mantener en la MCP entre 5 y 9 elementos (como números o palabras) al mismo tiempo (lo que da un promedio de 7, de ahí la denominación). Este límite se puede extender mediante el proceso de "chunking" o agrupamiento, donde la información se agrupa en unidades más grandes y significativas, aprovechando así al máximo la capacidad de la MCP. Aclaración El "chunking" o agrupamiento es una estrategia cognitiva utilizada para mejorar la eficiencia de la MCP. Dado que la MCP tiene una capacidad limitada, típicamente se pueden retener alrededor de 7 elementos (+/- 2) de manera activa en un momento dado. El chunking permite superar esta limitación organizando la información en bloques o "chunks" más grandes y manejables. 9 Este proceso implica agrupar elementos individuales en conjuntos con significado o patrones reconocibles, lo que reduce el número de unidades que la memoria debe manejar. Por ejemplo, en lugar de recordar una secuencia de dígitos como 4-8-3-7-9-2-5-6 individualmente, se pueden agrupar en números más significativos como 483-792-56, reduciendo así los elementos de siete a tres. Este método se basa en nuestra habilidad para reconocer patrones y dar significado a esos grupos, lo cual facilita tanto la retención como la recuperación de la información. En términos de duración, la MCP retiene información por un periodo corto, generalmente de unos segundos (habitualmente entre unos 15 y 30 segundos). Durante este tiempo, se requiere atención activa para mantener la información en la MCP; de lo contrario, sin ensayo o repaso, la información tiende a desvanecerse rápidamente. Se trata de una memoria flexible y dinámica, como se indicaba previamente, si es referida en término de memoria de trabajo u operativa. No solo permite retener la información de manera pasiva, sino que la manipula activamente, permitiendo operaciones mentales como la síntesis de nuevas ideas, la resolución de problemas y la planificación de acciones futuras. Por lo tanto, esta memoria es un espacio de trabajo mental donde se elabora la información en tiempo real. La degradación de la información retenida en la MCP parece estar ligada principalmente al decaimiento de la huella mnemónica y a la interferencia entre el material retenido. No obstante, el periodo de retención de la información en la MCP puede extenderse significativamente a través de estrategias de revisión, como la repetición del material memorizado, que sirve para dos propósitos clave. Primero, permite que la información se mantenga en la MCP por un tiempo indefinido, previniendo su degradación por falta de uso. Segundo, facilita la transferencia de información a la MLP, aumentando la probabilidad de que los elementos memorizados se consoliden a largo plazo. Aclaración La degradación de la información en la memoria a corto plazo (MCP) se refiere a cómo la información que no se refuerza tiende a desvanecerse con el tiempo. Esta 10 pérdida de información se debe principalmente a dos procesos: el decaimiento de la huella mnemónica, que es el deterioro natural del rastro de memoria con el tiempo, y la interferencia, que ocurre cuando diferentes piezas de información compiten entre sí, lo que puede llevar a confusión o sustitución de recuerdos. Para ilustrar esto, tomemos como ejemplo un número de teléfono que acabamos de aprender. Si no repetimos o usamos el número, con el tiempo se hará más difícil recordarlo debido al decaimiento de la huella mnemónica. Además, si durante ese tiempo intentamos recordar otros números de teléfono, la nueva información puede interferir y hacer que olvidemos o confundamos el número original. Sin embargo, el periodo durante el cual mantenemos la información en la MCP puede prolongarse mediante estrategias de revisión, como la repetición. Por ejemplo, al repetir una dirección o una fórmula matemática varias veces, la mantenemos activa en la MCP y evitamos su desaparición por falta de atención. Este acto de repetición cumple una doble función: no solo preserva la información en la MCP más allá de su periodo natural de retención, sino que también promueve su transferencia a la memoria a largo plazo (MLP), donde tiene más oportunidades de ser consolidada y almacenada de manera duradera. Los investigadores han utilizado diversas técnicas para estudiar la MCP, como el recuerdo libre y la curva de posición serial. Estos estudios han demostrado la existencia de dos fenómenos distintos: el efecto de primacía, donde los primeros elementos presentados son recordados con mayor facilidad, y el efecto de recencia, donde los últimos elementos presentados son más fáciles de recordar. Se ha descubierto que estos fenómenos están mediados por diferentes sistemas de memoria: la MCP para el efecto de recencia y la MLP para el efecto de primacía. Aclaración ~ Recuerdo libre: Esta técnica implica presentar a los sujetos una lista de elementos, como palabras o números, y luego pedirles que los recuerden en cualquier orden. El recuerdo libre no requiere que los elementos se recuerden 11 en la secuencia original, permitiendo a los investigadores observar cuáles elementos se recuerdan más frecuentemente y cómo la presentación de información influye en la capacidad de recordarla. ~ Curva de posición serial: Esta técnica se utiliza para estudiar cómo la posición de un elemento en una lista afecta la probabilidad de recordarlo. Típicamente, se ha encontrado que los elementos al principio (efecto de primacía) y al final (efecto de recencia) de la lista son recordados con mayor frecuencia que aquellos en el medio. La curva de posición serial es una representación gráfica de este fenómeno y es útil para entender cómo se almacena la información en la MCP y cómo la posición de un elemento puede afectar su recuerdo. Fuente: FormiUX. La codificación en la etapa de la memoria correspondiente a la MCP puede ser tanto acústica como semántica, aunque existe un debate sobre cuál de estas formas predomina. La codificación semántica se refiere a la comprensión del significado de la información, mientras que la codificación acústica se relaciona con el sonido de la información recibida. La tendencia actual es considerar que la MCP utiliza una codificación predominantemente acústica, pero esta perspectiva sigue siendo un área activa de investigación. En la esfera de la psicología cognitiva, se acepta ampliamente que la MCP opera predominantemente con códigos acústicos y en menor medida con códigos semánticos, mientras que en la MLP ocurre lo contrario, siendo el código semántico el dominante y el acústico, un sistema secundario. Esta distinción, sin embargo, requiere ciertas 12 especificaciones. La concepción de que la MCP es fundamentalmente fonológica se apoya en estudios sobre confusión acústica durante la retención inmediata de material verbal. En algunos estudios, ya clásicos, se evidenció que los sujetos tendían a confundir letras que suenan similar, lo que sugiere que incluso cuando los estímulos se presentan visualmente, como podría ser un conjunto de letras, estos se almacenan fonológicamente en la MCP. Asimismo, se ha demostrado que los errores cometidos por los sujetos al recordar listas de estímulos se deben en su mayoría a una confusión de tipo fonológico y no tanto visual, aun cuando la presentación haya sido visual. De forma complementaria, Baddeley en 1966 examinó cómo la semejanza fonológica y semántica afecta tanto a la MCP como a la MLP. En la MCP, encontró que las secuencias de palabras fonológicamente similares eran más difíciles de recordar que las que no lo eran, y que la similitud de significado tenía un impacto mínimo en la memoria. Por otro lado, en la MLP, con la introducción de una tarea distractora para mitigar el efecto de la MCP, la similitud fonológica dejó de ser relevante, mientras que la semántica ganó importancia. No obstante, la visión de que cada tipo de memoria utiliza un código específico ha sido matizada por investigaciones posteriores. Estas sugieren que la MCP también puede operar con códigos semánticos, y la MLP con códigos fonológicos. Algunos estudios incluso proponen que el sistema cognitivo podría generar múltiples códigos de manera simultánea, siendo el contexto de la situación lo que definiría qué código se utiliza o es el primordial. En resumen, los datos apuntan a que cada tipo de memoria tiene una preferencia en cuanto al tipo de codificación, ya sea fonológica/acústica para la MCP o semántica para la MLP. Sin embargo, cada sistema mnemónico puede emplear ambos códigos de manera intercambiable, indicando una flexibilidad en la utilización de las distintas formas de codificación. Sin embargo, la noción de la memoria a corto plazo (MCP) como un sistema unitario (es decir, un solo sistema independiente de procesamiento de memoria) ha sido cuestionada por la evidencia experimental (resultados obtenidos a través de pruebas controladas en laboratorio) y de la obtenida a partir de la observación con pacientes que presentan alteraciones neuropsicológicas (cambios en el comportamiento y la cognición debido a daños cerebrales). Algunos pacientes con lesiones cerebrales pueden mostrar 13 una MCP deteriorada (como la dificultad para recordar información después de un corto tiempo) pero aun así ser capaces de codificar (proceso de convertir la percepción en un recuerdo guardado) y recuperar información de la MLP (como la capacidad para recordar información durante períodos prolongados), lo cual indica que la MCP puede no ser el único sistema implicado en estas funciones (sugiriendo la existencia de varios sistemas de memoria trabajando en paralelo). Además, en pacientes con síndrome de Korsakoff (un trastorno de la memoria asociado con el consumo crónico de alcohol y la deficiencia de tiamina), donde se ven afectadas la formación de nuevas memorias (incapacidad para crear nuevos recuerdos a largo plazo), se observa una MCP intacta (la capacidad para mantener información durante un corto periodo de tiempo sigue funcionando). Este dato es crucial, pues sugiere que la MCP y la MLP operan a través de mecanismos diferenciados (indicando que son procesos distintos con bases neuronales posiblemente separadas). Por otro lado, la investigación experimental ha mostrado que, en tareas de doble demanda (situaciones donde se deben realizar dos tareas cognitivas al mismo tiempo), donde se requiere el uso simultáneo de la memoria a corto plazo (MCP) para retener información (como recordar datos) y para realizar operaciones cognitivas (como el procesamiento de esa información), no se produce la sobrecarga esperable (i.e., la reducción de eficiencia o el colapso del sistema de memoria que se preveía). Esto se manifiesta en el hecho de que el rendimiento (la capacidad de completar las tareas con éxito) no disminuye y no hay una gran pérdida de eficiencia cuando aumenta la cantidad de información a retener (por ejemplo, cuando se pide recordar más datos). Así, si se pide a una persona recordar una lista de palabras (tarea de memoria) mientras realiza una operación matemática (tarea de procesamiento), la interferencia (el efecto negativo de una tarea sobre la otra) entre ambas tareas no es tan grande como se podría esperar si la MCP fuera una estructura unitaria (un solo sistema de memoria responsable de todas las funciones de memoria a corto plazo). Esto ha llevado a la propuesta de modelos más complejos de la MCP, como el modelo multicomponente de la MCP de Baddeley, que describe la MCP como un sistema integrado por varios componentes interconectados: el ejecutivo central, el bucle fonológico y la agenda visuoespacial. 14 El ejecutivo central actúa como un supervisor con capacidad limitada para la atención, esencial en la planificación y toma de decisiones. Este sistema regula el procesamiento de nueva información y su integración con la ya almacenada, siendo clave en funciones avanzadas como la resolución de problemas. Actúa como el coordinador central del sistema de memoria de trabajo, gestionando la atención y regulando las actividades de los otros dos subsistemas. Una disfunción aquí puede llevar al síndrome disejecutivo, donde la persona muestra una tendencia a distraerse fácilmente y tiene problemas para adaptar su comportamiento de manera adecuada. Por otro lado, el bucle fonológico se encarga específicamente de la información verbal. Opera como la memoria a corto plazo tradicional, con un almacén para la información verbal y un proceso de repetición subvocal, que es cuando repetimos en nuestra mente, por ejemplo, un número de teléfono hasta que podemos escribirlo. Estos subcomponentes se refieren habitualmente como depósito fonológico y circuito articulador. El primero es donde se almacenan temporalmente la información verbal y los datos auditivos. Podría compararse con una especie de "almacén temporal" para palabras y sonidos. El segundo, el circuito articulador se encarga de "refrescar" la información almacenada en el depósito fonológico a través de la repetición subvocal, es decir, repetir la información en la mente sin articularla vocalmente, como se indicaba previamente. Esto ayuda a mantener la información en la memoria de trabajo por más tiempo del que sería posible sin repetición. La agenda viso-espacial, en cambio, se ocupa de la información visual y espacial. Permite, por ejemplo, generar y manipular mentalmente imágenes. Esta función es útil, por ejemplo, al intentar ensamblar un rompecabezas mentalmente o al recordar la disposición de objetos en una habitación. La imagen siguiente representa el modelo multicomponente de la MCP o MT propuesto por Alan Baddeley y Graham Hitch, basada en la revisión del modelo efectuada por Baddeley con posterioridad (Baddeley, 2020). 15 Depósito fonológico Circuito articulador El modelo inicial de tres componentes de la memoria de trabajo propuesto por Baddeley y Hitch asume, como se veía previamente, un controlador atencional, el ejecutivo central, asistido por dos sistemas subsidiarios, el bucle fonológico, que es capaz de retener información basada en el habla, y la agenda visoespacial, que realiza una función similar para la información visual. Los dos sistemas subsidiarios forman por sí mismos almacenes activos capaces de combinar información de la entrada sensorial y del ejecutivo central. Por tanto, una traza de memoria en el almacén fonológico puede provenir tanto de una entrada auditiva directa, como de la articulación subvocal de un elemento presentado visualmente, como una letra. En el desarrollo posterior de este modelo de la memoria de trabajo, se ha aclarado que el bucle fonológico desempeña un papel importante en el aprendizaje fonológico a largo plazo, además de en el almacenamiento a corto plazo. Como tal, se asocia con el desarrollo del vocabulario en los niños y con la velocidad de adquisición de vocabulario de un idioma extranjero en adultos. Las áreas sombreadas representan sistemas cognitivos 'cristalizados' capaces de acumular conocimiento a largo plazo (por ejemplo, conocimiento del lenguaje y semántico). Se asume que los sistemas no sombreados son capacidades 'fluidas', como la atención y el almacenamiento temporal, y permanecen inalterados por el aprendizaje, excepto de manera indirecta a través de los sistemas cristalizados. El modelo sugiere que la memoria de trabajo no es un único almacén, sino un conjunto de procesos que trabajan en conjunto para gestionar la información que estamos utilizando activamente en un momento dado. Este enfoque multicomponente ofrece una explicación más matizada y 16 completa que la visión unitaria de la MCP, alineándose mejor con las observaciones empíricas y clínicas hasta la fecha. 3.2. Memoria a largo plazo La memoria a largo plazo (MLP), también conocida como memoria secundaria, es la etapa final y más extensa del proceso de memoria donde la información se almacena de manera más permanente. A diferencia de la MCP, que tiene una duración y capacidad limitadas, la MLP puede retener una cantidad prácticamente ilimitada de información organizada de manera eficiente para facilitar su recuperación cuando sea necesario. El contenido de la MLP no es susceptible al mismo tipo de olvido que la MCP, donde la información se pierde por decaimiento. En cambio, las dificultades en la MLP suelen estar relacionadas con la recuperación de la información, no con su desaparición o deterioro. Como veíamos previamente, el proceso de transferencia de datos desde la MCP a la MLP se facilita mediante la repetición o el repaso, lo que también conlleva una recodificación del material. Durante este proceso, la información se transforma a un formato más semántico, lo que significa que se almacena en términos de significado y comprensión, en lugar de formas específicas sensoriales o fonológicas. La MLP está compuesta por varios sistemas y no es una estructura monolítica. La neurociencia ha demostrado que el recuerdo a largo plazo involucra múltiples áreas del cerebro, cada una contribuyendo a diferentes tipos de memoria a largo plazo. Estas investigaciones sugieren que la MLP puede ser entendida mejor como una serie de sistemas interrelacionados, cada uno especializado en diferentes formas de recuerdo. Retomando la clasificación inicial, hay dos tipos principales de MLP: • Memoria declarativa (explícita): Es la parte de la MLP que implica el conocimiento que podemos conscientemente recordar y declarar, como hechos y eventos. Se subdivide en: ~ Memoria episódica: Para los eventos personales y contextuales. ~ Memoria semántica: Para los hechos y conocimientos generales. 17 • Memoria no declarativa (implícita): Incluye conocimientos que influyen en nuestro comportamiento pero que no requieren recuerdo consciente, como habilidades motoras y asociaciones condicionadas. 3.2.1. Memorias declarativas: episódica, semántica y autobiográfica La memoria a largo plazo (MLP) se divide en memorias declarativas, que requieren un acceso consciente, y memorias no declarativas, que operan de forma más automática y subconsciente. Squire (1989) categorizó la memoria declarativa en memoria episódica y semántica. La memoria episódica es un almacén de nuestras experiencias personales, permitiéndonos viajar mentalmente en el tiempo para revivir eventos específicos con un alto nivel de detalle, tales como recordar la primera vez que sentimos la brisa del mar o la emoción de nuestro primer día en la universidad. Esta memoria incluye aspectos temporales (cuándo ocurrió un evento) y espaciales (dónde tuvo lugar), además de una rica textura emocional y sensorial que forma la experiencia subjetiva de dichos eventos. Un elemento clave de la memoria episódica es su naturaleza autobiográfica; no solo registra los hechos, sino también la sensación personal de haber vivido esos momentos (lo que se ha venido a denominar como conciencia autonoética). Por ejemplo, cuando rememoramos el día que conocimos a un amigo importante, no solo recordamos el lugar y el momento, sino también nuestras emociones y pensamientos internos. Sin embargo, esta memoria es vulnerable a la interferencia: los recuerdos más recientes pueden sobrescribir o alterar los antiguos, lo cual es una causa común del olvido o la distorsión de recuerdos (por ejemplo, tener un recuerdo claro de dónde aparcamos el coche esta mañana, pero no dónde lo hicimos ayer). Con el paso del tiempo, las memorias episódicas pueden ser 'semantizadas'. Los detalles vivenciales se desvanecen y la información se integra en la memoria semántica, nuestro conocimiento general del mundo (por ejemplo, saber que París es la capital de Francia sin recordar cómo o cuándo aprendimos ese dato). La memoria semántica es independiente del contexto personal, por lo que está centrada en datos y conocimientos (como los nombres de las capitales o las leyes de la física) que se mantienen más allá de la experiencia original de cada individuo. 18 La memoria declarativa también incluye la memoria autobiográfica, que es una combinación de la información almacenada en las memorias episódica y semántica. Los recuerdos autobiográficos se organizan jerárquicamente, desde períodos de vida amplios hasta eventos generales y conocimientos específicos (como recordar la etapa de la infancia, las fiestas de cumpleaños durante esa etapa, y lo que se deseó al soplar las velas en un cumpleaños particular). La investigación neuroanatómica ha revelado que el lóbulo temporal medial, que incluye el hipocampo y regiones circundantes, es vital para la memoria declarativa. Estas áreas no solo se activan durante la codificación y la recuperación de recuerdos episódicos, sino también en tareas semánticas, aunque la activación cortical varía dependiendo de si la tarea es episódica o semántica, involucrando diferentes áreas prefrontales en cada caso (como cuando recordamos la trama de una novela para un examen de literatura versus recordar la experiencia de leer esa novela por primera vez). 3.2.2. Memorias no declarativas: sistema de representación perceptiva y memoria procedimental Las memorias no declarativas, como componente de la memoria a largo plazo (MLP), operan de manera implícita, es decir, sin nuestra consciencia directa. Estas memorias incluyen dos sistemas fundamentales: el Sistema de Representación Perceptiva (SRP) y la memoria procedimental. El SRP, conceptualizado por Schacter en 1994, funciona de forma automática y está especializado en el procesamiento de información presemántica, lo que implica que procesa los elementos básicos de la percepción antes de que estos se asocien con un significado concreto. Este sistema abarca aspectos visuales, auditivos y estructurales cruciales para la percepción y el reconocimiento de objetos y lenguaje. Por ejemplo, el SRP nos permite identificar la forma de un objeto común, como una taza, o el sonido característico de una palabra, incluso antes de que procesemos su significado o función (reconociendo las letras y los sonidos, pero sin acceder conscientemente a su significado completo). El fenómeno de priming o facilitación perceptiva es una evidencia clave del funcionamiento del SRP. En experimentos de priming, si a los participantes se les muestra previamente una palabra o imagen, su capacidad para reconocer o procesar estímulos 19 relacionados posteriormente se ve mejorada. Por ejemplo, si se les presenta la palabra "manzana", posteriormente pueden identificar más rápidamente una imagen de una manzana, incluso si está parcialmente oculta o distorsionada. Neurobiológicamente, esto se refleja en una disminución de la actividad en áreas corticales relacionadas con la percepción durante la segunda exposición al estímulo, lo que indica un procesamiento más eficiente. En cuanto a la memoria procedimental, este tipo de memoria engloba nuestro conocimiento tácito sobre cómo realizar diversas actividades y tareas, que van desde acciones motoras complejas como conducir un vehículo o tocar un instrumento musical, hasta acciones cotidianas como atarse los zapatos o escribir en un teclado. A diferencia de la memoria declarativa, que implica recordar información que podemos verbalizar (como recordar un hecho histórico o la trama de un libro), la memoria procedimental se manifiesta en habilidades y tareas que realizamos de manera automática, sin necesidad de reflexionar conscientemente sobre cada paso del proceso. La independencia de la memoria procedimental de la memoria declarativa se ha observado en casos clínicos como el del paciente H.M., quien, a pesar de su incapacidad para formar nuevos recuerdos episódicos debido a una amnesia grave, podía adquirir y mejorar en habilidades procedimentales. Esto indica que las áreas del cerebro responsables de la memoria procedimental, como los ganglios basales y el cerebelo, pueden funcionar y facilitar el aprendizaje incluso cuando otras partes del sistema de memoria, como el lóbulo temporal medial implicado en la memoria declarativa, están dañadas. Aclaración La amnesia anterógrada es la incapacidad para formar nuevos recuerdos después de un evento que causa la amnesia, como un traumatismo craneoencefálico o una cirugía cerebral. Las personas con amnesia anterógrada tienen dificultades para recordar eventos que ocurren después de la lesión. En contraste, la amnesia retrógrada es la pérdida de recuerdos que fueron formados antes del evento que causa la amnesia. Las personas con amnesia retrógrada 20 no pueden recordar parte o la totalidad de su pasado, aunque pueden ser capaces de formar nuevos recuerdos El paciente H.M. se sometió a una cirugía para aliviar los síntomas de la epilepsia que resultó en la eliminación de partes del hipocampo, una estructura cerebral clave para la formación de nuevos recuerdos declarativos (recuerdos de hechos y eventos que podemos describir con palabras). Como resultado, H.M. desarrolló amnesia anterógrada severa (un trastorno que impide la formación de nuevos recuerdos después de la causa de la amnesia), perdiendo la capacidad de formar nuevos recuerdos episódicos (recuerdos de eventos personales y experiencias con contexto de tiempo y lugar). Sin embargo, H.M. aún podía aprender nuevas habilidades motoras y mejorar en ellas a través de la práctica, demostrando que la memoria procedimental (la memoria de cómo hacer cosas, como habilidades motoras) puede funcionar independientemente de la memoria declarativa. Este descubrimiento fue crucial para entender cómo diferentes tipos de aprendizaje y memoria están organizados en el cerebro. Los estudios en pacientes amnésicos, como el de H.M. han sido fundamentales para comprender la existencia y funcionamiento de sistemas de memoria no declarativa. Estos sistemas son neurológica y funcionalmente distintos de la memoria declarativa, operando independientemente de la conciencia. En pacientes con amnesia, se ha observado la capacidad de adquirir nuevos comportamientos a través de formas de condicionamiento, tanto clásico como operante, sin recordar los episodios de aprendizaje. Por ejemplo, se ha conseguido condicionar respuestas como el parpadeo, y han aprendido terminología y habilidades informáticas complejas mediante técnicas de desvanecimiento, todo ello sin un recuerdo explícito del proceso de aprendizaje. Aclaración La técnica de desvanecimiento es un método de instrucción utilizado en la enseñanza y el aprendizaje que implica la eliminación gradual de las ayudas o pistas que guían al aprendiz en la realización de una tarea o la comprensión de un concepto. En el contexto de pacientes con amnesia, quienes pueden tener dificultades para formar nuevos recuerdos explícitos debido a su condición, el desvanecimiento se convierte en 21 una herramienta valiosa porque permite que el aprendizaje ocurra a pesar de la incapacidad para recordar los episodios de aprendizaje. Por ejemplo, si un paciente con amnesia está aprendiendo a usar un software, inicialmente se le pueden proporcionar instrucciones muy detalladas y guía paso a paso. Gradualmente, estas ayudas se van reduciendo a medida que el paciente comienza a adquirir la habilidad. Con el tiempo, las ayudas se eliminan por completo, pero el paciente ha aprendido a realizar la tarea de manera independiente. Aunque no puedan recordar las sesiones de aprendizaje o cómo adquirieron la habilidad, los pacientes son capaces de ejecutar las tareas aprendidas, lo que indica que el aprendizaje implícito y las habilidades procedimentales se han desarrollado y retenido. Además, estos pacientes son capaces de desarrollar nuevas preferencias y conductas condicionadas, como la preferencia por melodías previamente expuestas, sin ser capaces de recordarlas de manera explícita. Esto demuestra la existencia de un tipo de memoria implícita que influye en los juicios de preferencia, a pesar de la incapacidad para recuperar conscientemente dichas experiencias. Estos hallazgos sugieren una contribución significativa de la memoria no declarativa a la memoria a largo plazo (MLP), evidenciando la retención indirecta o incidental de habilidades, comportamientos condicionados y experiencias previas. Estos estudios muestran una clara disociación entre los componentes conscientes y automáticos de la memoria, pero también indican una interacción entre ambos sistemas en la evocación de información en la MLP. Por último, es crucial considerar los procesos de memoria, es decir, cómo se elabora la información retenida en las distintas estructuras mnésicas. Estos procesos pueden ser automáticos o controlados, dependiendo de si requieren la asignación de recursos atencionales. Incluyen procesos de codificación, búsqueda y recuperación de información, así como de olvido, que desempeñan un papel fundamental en la función de la memoria. 22 Aclaración Como venimos viendo, los procesos de memoria son las actividades cognitivas mediante las cuales la información se procesa y se mantiene en las estructuras mnésicas, o de memoria. Estos procesos pueden ser de dos tipos: automáticos o controlados. ~ Automáticos: Son procesos que ocurren sin la necesidad de un esfuerzo consciente o la asignación intencionada de recursos atencionales. Por ejemplo, el reconocimiento de un rostro familiar o la comprensión de palabras en nuestro idioma nativo suelen ser automáticos. ~ Controlados: Requieren un esfuerzo consciente y la asignación de atención deliberada. Un ejemplo de esto sería el aprendizaje de un nuevo concepto en una clase o recordar intencionadamente un evento específico del pasado. Estos procesos incluyen varias fases: ~ Codificación: Es el proceso por el cual la información entrante se transforma en una representación que puede ser almacenada en la memoria. Es como traducir los datos sensoriales en un 'formato' que la memoria pueda guardar. ~ Almacenamiento: Una vez codificada, la información se almacena en diferentes tipos de memoria (sensorial, a corto plazo, a largo plazo), dependiendo de su naturaleza y de la frecuencia de uso. ~ Búsqueda y recuperación: Son los procesos de localizar y acceder a la información almacenada en la memoria cuando se necesita. Esto puede ser simple, como recordar el nombre de una persona, o complejo, como resolver un problema matemático que requiere la recuperación de fórmulas aprendidas previamente. ~ Olvido: Es un proceso natural y a menudo beneficioso que permite que el cerebro descarte la información que ya no es relevante o necesaria. El olvido puede ocurrir debido a varios factores, como la interferencia de información nueva, la falta de recuperación de información antigua o alteraciones en las redes neuronales que sostienen los recuerdos. 23 En resumen, la memoria no declarativa engloba tanto el SRP, que nos permite procesar información perceptiva de manera eficiente y automática, como la memoria procedimental, que subyace a nuestra capacidad de ejecutar habilidades y tareas aprendidas. Estos sistemas de memoria funcionan de forma independiente a nuestra conciencia explícita, facilitando nuestra interacción diaria con el mundo y complementando las funciones de la memoria declarativa, que se encarga del almacenamiento y recuperación de hechos, datos y experiencias personales. 4. Procesos de codificación y consolidación en la memoria humana La eficiencia de la memoria humana en sus funciones se apoya en las operaciones fundamentales del sistema mnemónico: la codificación inicial y el registro de la información, su almacenamiento prolongado y la posterior recuperación según sea requerido. Las etapas de registro y codificación son esenciales para establecer representaciones detalladas y duraderas, así como para garantizar una recuperación accesible y eficiente. Aunque las investigaciones se han enfocado principalmente la memoria episódica, se postula que los mecanismos subyacentes son extensibles a cualquier tipo de representación en la memoria. El vínculo entre el tiempo de estudio o práctica y la memorización es sólido y ha sido objeto de estudio desde la obra de Ebbinghaus. Se ha observado una correlación directa y proporcional entre la duración del estudio y la facilidad de reaprendizaje, conocida como la hipótesis del tiempo total, que propone que el tiempo invertido en el estudio predice directamente la probabilidad de recuerdo. Esta norma (la estrategia de estudio para mejorar la retención de información) se ha perfeccionado con descubrimientos adicionales que demuestran que distribuir el tiempo dedicado al estudio a lo largo de periodos más prolongados mejora la memorización. Se ha encontrado que las sesiones de estudio o práctica que están espaciadas en el tiempo (distribuidas en varias sesiones separadas por intervalos) son más beneficiosas que una práctica intensiva y concentrada en un corto periodo de tiempo (como un 'maratón' de estudio). Esta mayor efectividad de la práctica distribuida sobre la concentrada se ha observado en distintos tipos de aprendizaje, incluyendo el aprendizaje 24 verbal declarativo (como recordar nombres o fechas), perceptivo (como reconocer patrones o sonidos) y motor (como aprender a tocar un instrumento musical o realizar un deporte). La ventaja de la práctica distribuida se debe a la variabilidad en la codificación que introduce; al aprender algo en diferentes momentos y posiblemente en diferentes contextos, se promueve la creación de múltiples representaciones diferenciadas de la misma información en la memoria. Esto facilita el acceso a esos recuerdos a través de distintas claves de recuperación, lo que significa que hay más formas de llegar a esa información cuando se necesita recordarla, aumentando así la probabilidad de recuperación exitosa. Los estudios de los correlatos neurales de la actividad cognitiva indican que diferentes tipos de práctica pueden estar asociados con patrones distintos de activación cerebral. ~ Práctica espaciada o distribuida: Se ha asociado con una mayor activación en las regiones del cerebro implicadas en la consolidación de la memoria a largo plazo, como el hipocampo. Estas áreas son esenciales para transformar las memorias de corto plazo en memorias duraderas y están activamente involucradas cuando la información se revisa y se espacia a lo largo del tiempo. ~ Práctica intensiva o masiva: Tiende a involucrar regiones del cerebro asociadas con el procesamiento de la memoria a corto plazo y la atención, como el córtex prefrontal y las regiones parietal y temporal. Estas áreas ayudan a mantener la información en la memoria de trabajo y a focalizar la atención durante las sesiones de aprendizaje concentradas. Las repeticiones espaciadas son reconocidas como un elemento esencial para el aprendizaje a largo plazo, y son eficaces bajo diversas condiciones. Las investigaciones tanto en invertebrados como en aplicaciones educativas y de rehabilitación cognitiva confirman que la práctica distribuida promueve la conversión de memorias de corto plazo a memorias de largo plazo y potencia la retención de información en dominios que van desde el aprendizaje de vocabulario en escolares hasta la memorización de textos significativos o la navegación en mapas. 25 El proceso de codificación en la memoria humana trasciende la mera inversión de tiempo en estudio y la práctica distribuida, estando fuertemente influenciado por el tipo de procesamiento cognitivo ejercido sobre la información. La teoría de Craik y Lockhart (desde 1972) sostiene que la 'profundidad' del procesamiento es determinante para la memorización; mientras que un procesamiento superficial se limita a rasgos inmediatos y genera representaciones más propensas al olvido, un procesamiento profundo, que contempla el significado y la integración con conocimientos previos, conduce a memorias más estables y accesibles. Las prácticas de memorización que incorporan una elaboración cognitiva significativa son más efectivas que las basadas en repetición. Los repasos que conectan la nueva información con la ya existente, así como las estrategias de organización y mnemotecnia que estructuran la información de forma significativa son eficaces incluso en la rehabilitación cognitiva. Estas prácticas fomentan una integración profunda de la información, facilitando la recuperación posterior y mejorando la eficiencia memorística en contextos educativos y terapéuticos. La consolidación de la memoria es un proceso clave para la retención de información a largo plazo y comprende una serie de mecanismos que garantizan la estabilidad de las representaciones mnésicas, es decir, cómo se almacenan y mantienen los recuerdos en el cerebro. Este proceso temporal se inicia justo después de que una experiencia sea codificada, es decir, convertida en un formato que el cerebro pueda procesar y almacenar, y procede de forma autónoma, sin necesidad de una intervención consciente. Dentro de la consolidación de la memoria, se identifican dos cambios principales a nivel cerebral. Por un lado, la consolidación sináptica que implica cambios a nivel molecular en las sinapsis (conexiones entre las neuronas). Este tipo de consolidación se relaciona con el fortalecimiento de estas conexiones, lo que permite que el recuerdo se estabilice y se almacene de manera eficaz. Un ejemplo sería el aprendizaje de una nueva palabra en un idioma extranjero, donde la repetición de la palabra y su uso fortalece las conexiones sinápticas necesarias para el recuerdo de la palabra. Por otro lado, la consolidación sistémica se refiere a la reorganización de las áreas cerebrales implicadas en la memoria; la información almacenada inicialmente en el hipocampo puede, así, ser 26 transferida y distribuida en una red más amplia de áreas cerebrales, lo que hace que el recuerdo sea más resistente al olvido. Esta consolidación puede ser influenciada por mecanismos celulares y estructurales, como la función del hipocampo en las etapas tempranas de formación de la memoria. A medida que los recuerdos se hacen más antiguos, la interacción entre estructuras subcorticales y corticales se vuelve más relevante. Esto se debe a que los recuerdos requieren de una red compleja de regiones cerebrales para ser mantenidos a largo plazo. A medida que los recuerdos envejecen, la dependencia de la memoria del hipocampo disminuye. La información se transfiere progresivamente a través de la red cerebral implicada en la formación de recuerdos y se integra en diferentes regiones en la corteza cerebral. Las estructuras subcorticales, como los ganglios basales y el tálamo, también interactúan con la corteza cerebral, contribuyendo a la regulación y la distinción de los recuerdos a largo plazo. Esta interacción entre las estructuras subcorticales, que están involucradas en el procesamiento de las emociones y los hábitos, por ejemplo, y las corticales permite que los recuerdos se mantengan y se acceda a ellos de manera más eficiente. Los recuerdos episódicos están íntimamente ligados a experiencias personales que tienen lugar en un contexto y tiempo específicos. Estos recuerdos incluyen detalles sobre lo que ocurrió, así como cuándo y dónde sucedieron estos eventos, y suelen estar teñidos por las emociones que se experimentaron en ese momento. Una característica distintiva de los recuerdos episódicos es su plasticidad, que se debe a un fenómeno conocido como reconsolidación. Cada vez que un recuerdo episódico es evocado, no se recupera de forma pasiva, sino que se vuelve a codificar o 'reconsolidar'. Durante este proceso, el recuerdo puede ser alterado o actualizado con nueva información o contexto, lo que significa que no es estático, sino susceptible a cambios. Esta plasticidad de los recuerdos episódicos abre la puerta a intervenciones terapéuticas, especialmente en el caso de memorias traumáticas. Por ejemplo, en terapias como la desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR, por sus siglas en inglés), se hace uso de la reconsolidación para modificar el impacto emocional de los recuerdos traumáticos, ayudando a los individuos a integrar y ajustar esos recuerdos de manera que se reduzca su carga emocional negativa. 27 Además, factores psicológicos y ambientales ejercen una influencia significativa sobre cómo se consolidan los recuerdos. Las emociones intensas que acompañan a un evento pueden actuar como un amplificador de la memoria, haciendo que los recuerdos asociados con emociones fuertes ya sean positivas o negativas, se consoliden con más firmeza. Esto puede ser beneficioso, como en el caso de recuerdos felices o importantes que deseamos conservar, pero también puede hacer que los recuerdos dolorosos o traumáticos se graben más profundamente en nuestra memoria. Con respecto a los factores fisiológicos, por ejemplo y entre otros muchos, el sueño juega un papel crucial en este proceso, ya que, durante el sueño, especialmente durante la fase de movimientos oculares rápidos (REM), el cerebro realiza actividades importantes relacionadas con la consolidación de la memoria. El sueño no solo ayuda a 'fijar' los recuerdos episódicos y a integrarlos en la memoria a largo plazo, sino que también facilita el procesamiento emocional y la reconsolidación de los recuerdos, lo cual puede contribuir a la estabilidad y durabilidad de los aprendizajes y experiencias adquiridas durante la vigilia. 28 5. Referencias básicas para el contenido de estos apartados Aunque puntualmente se ha acudido a otras fuentes, se recogen los capítulos teóricos y artículos centrales donde se basa esta unidad: Baddeley, A. (2000). The episodic buffer: a new component of working memory?. Trends in cognitive sciences, 4(11), 417-423. Baddeley, A., Eysenck, M.W. y Anderson, M.C. (2020). Memoria (2ª Edición). Alianza editorial. Bajo Molina, M. T., Fuentes Melero, L. J., Lupiáñez Castillo, J. y Rueda Cuerva, C. (2016). Mente y cerebro: de la psicología experimental a la neurociencia cognitiva. Alianza Editorial. Edición de Kindle. Capítulo 7. Fernández-Abascal, E. G., Martín Díaz, M. D. y Domínguez Sánchez, J. (2009). Procesos psicológicos. Ediciones Pirámide. Groome, D. (2014). An introduction to cognitive psychology: Processes and disorders. Psychology Press. Capítulo 2. Vásquez Echeverría, A. (2015). Manual de introducción a la psicología cognitiva. Comisión Sectorial de enseñanza. Capítulo 4. 29

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