Summary

Este documento analiza la adolescencia como una etapa fundamental en el desarrollo humano. Explora las relaciones parentales, el desarrollo individual y los paradigmas culturales, destacando su importancia y complejidad. Se describe a la adolescencia como una etapa de transformación y cambio, en la que los adolescentes deben construir su propia identidad. El trabajo analiza los procesos de subjetivación, la adquisición de significantes personales y la importancia de la relación con los padres.

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Unidad 1: paradigmas Tres ejes atraviesan la materia eje del desarrollo eje de las relaciones parentales: vinculo padre-hijos, procesos de duelo y desasimiento, historización. eje de los paradigmas culturales e institucionales Desde el punto de vista adolescente, crecer es un proceso de subjetiva...

Unidad 1: paradigmas Tres ejes atraviesan la materia eje del desarrollo eje de las relaciones parentales: vinculo padre-hijos, procesos de duelo y desasimiento, historización. eje de los paradigmas culturales e institucionales Desde el punto de vista adolescente, crecer es un proceso de subjetivación. La adolescencia es un momento constitutivo, no reducido al tiempo ni a la biología. Hablamos de un adolescente que tiene derecho a detenerse y no debe ser apurado en sus procesos mientras transita el entretiempo de la sexuación. El adolescente transita una neurosis sana de crecimiento que no será atravesada sin una crisis del desarrollo donde convergen 3 movimientos: pérdida (del cuerpo y el mundo infantil) ganancia (de nuevos espacios, territorios, vínculos) conservación (anclajes, bases del edificio identificatorio sostén de la mismidad). En la primavera del significante, Cordova nos dice que los adolescentes portan los significantes de su tiempo, crean sus propios significantes, nuevas palabras, nuevos códigos, desordenan el lenguaje. El adolescente, en proceso de desasimiento del otro parental, aún no cuenta con su propio discurso e intenta con su creatividad, transcribir en lo simbólico, la experiencia vivida con lo real del cuerpo. La palabra adolescente deriva de adolescere, que significa el creciente, denotando una acción progresiva. No como la errónea etimológica en cuyo caso adolescencia se asocia con adolecer, lo cual significa carecer, donde se concibe a la adultez como un ideal de completud y donde el desorden en la adolescencia, necesario para los procesos de subjetivación, intentará ser mutilado. De esta manera, la adolescencia es la urgencia de transformar y crear, poner en desorden el cuerpo, la identidad infantil, el orden familiar, la posición generacional, recurrir a significantes propios, desalienarse de lo parental y de inscribir en lo simbólico lo real del cuerpo. Dolto, por otra parta, sostiene que la adolescencia es una fase de mutación donde el adolescente pasa por una muda de la que nada puede decir ni explicar. A su vez, introduce el concepto de inopia, periodo sensible donde el adolescente se presenta tan vulnerable como un bebé; siente vergüenza y ante algunos comentarios de terceros, se ruboriza y oculta. A su vez, sostiene que las crisis surgen como respuesta, como una defensa frente a los demás manifestándose mediante estados depresivos, negativismo, agresiones o paranoias. La vida sexual por otro lado, tiene lugar a través de la imaginación y la masturbación, en un principio opera como recurso que brinda fortaleza, potencia y valor pero luego se convierte en una trampa que los encierra en si mismos. La primera experiencia amorosa, si bien es anelada también es temida ya que es vivenciada por el psiquismo como la muerte de la infancia. Aparecen en la adolescencia las figuras de relevo, como promotoras de la voz del sujeto (ante los padres quienes suelen imponer limites a sus opiniones, desalentándolos), estos pueden ser profesores, entrenadores, artistas, etc. En un primer momento, en la primera vida imaganiria, el niño observa al mundo desde la perspectiva de los padres, en una segunda vida imaginaria, su energía se dirige a lo social y los modelos exteriores a la familia ocupan el primer plano, como amigos por ejemplo. La salida de la adolescencia por otro lado, se da cuando la angustia de los padres no le produce ningún efecto inhibidor y puede decir: “Mis padres son como son, no los voy a cambiar…”. Nasio en su texto “como actuar con un adolescente difícil”, define a la adolescencia como un pasaje turbulento pero creativo, donde el sujeto se ve obligado a recorrer desde el fin de la infancia hasta las puertas de la madurez. Ubica tres perspectivas en el trayecto adolescente, por un lado el aspecto biológico, donde la pubertad es vista como un termino medico donde entre los 11 y 14 años el niño es sorprendido por la llamarada hormonal y se produce el desarrollo de los órganos genitales así como los caracteres sexuales secundarios que marcan la diferencia entre el varón y la mujer (cambio de voz, menstruación, etc). Para la biología entonces, el adolescente es un cuerpo maduro y sexuado capaz de procrear. Desde el aspecto sociológico, la adolescencia es el periodo intermedio entre el niño dependietne de sus padres y la emancipación económica. En nuestra cultura y contexto es de larga transición debido al desempleo masivo, extensión de los estudios y problemas socioeconómicos. Desde el aspecto psicoanalítico, la adolescencia es una neurosis sana de crecimiento. Ubica dos ángulos, por un lado el adolescente de hoy, una persona contradictoria, a veces alegre y otras agobiada, que se siente inseguro y duda de todo. Es individualista, vanidoso y experimenta cambios de humor bruscos. Sus ídolos y valores suelen contradecir los familiares, mientras busca nuevos espacios afectivos y culturales. Vive una lucha interna entre la dependencia y la independencia, y necesita del otro para definirse. Y por el otro, ubica la manifestación del sufrimiento inconsciente, no puede identificar ni expresar lo que siente, viviendo en constante desasosiego. Sus emociones y estados de ánimo se manifiestan en actos impulsivos, como portazos, gritos, gestos y puestas en escena, derivados de un desborde pulsional. De esta manera, sostiene que el rol del adulto, es el de soplarle las palabras que le faltan, prestarle los significantes necesarios, con tacto y sin ofenderlo en lugar de quejarse del mutismo (mutación) del adolescente. Unidad 2: cuerpo, narcisismo y subjetividad En metamorfosis de la pubertad, Freud habla de las metamorfosis como los cambios que se producen en el cuerpo, transformaciones que vienen con la pubertad. A partir de este momento, todas las fuentes de excitación sexual se subordinan bajo el primado de las zonas genitales y se produce el proceso de hallazgo de objeto. Freud también propone la sexualidad desde la infancia. De esta manera, Freud plantea la acometida en dos tiempos, dos fases de la sexualidad, la infantil y la adulta. En la sexualidad infantil, el cuerpo está marcado por las pulsiones parciales, es un cuerpo fragmentado. No están aun definidas las categorías masculino y femenino, sino que rige la premisa universal del falo “todos tienen” y está presente el autoerotismo. Por otro lado, en la sexualidad adulta, las pulsiones dejan de ser parciales y se subordinan a la pulsión genital. Se produce el hallazgo de objeto, el cual tiene dos modelos: Anaclítico/apuntalamiento: Narcisista: También se caracteriza por una diferenciación anatómica de los sexos y surge la categoría masculino/femenino. La pulsión es altruista. Un aspecto a destacar, es que desde la cátedra se piensa al psiquismo enraizado en lo somático, a diferencia de Freud que piensa en un apuntalamiento psique-soma desde la fase oral. Desde el lado Psíquico se consuma el hallazgo de objeto preparado desde la más temprana infancia. Para Freud el hallazgo es reencuentro porque se busca un representante de la madre o el padre en la elección de objeto. Plantea dos caminos para el hallazgo de objeto: 1°Hallazgo de objeto por apuntalamiento: basado en los modelos de la más temprana infancia (que toma a la madre nutricia y al padre protector). 2°Hallazgo de objeto por elección narcisista del mismo: Búsqueda del yo propio que es reencontrado en los otros. (este modelo no soporta bien la diferencia del otro). Desde la Cátedra se propone la posibilidad de otra modalidad para el Hallazgo de objeto que no se reduce a un Reencuentro. Se contempla la diferencia, la ajenidad, la extrañeza del otro, la alteridad. Este modo de elección de objeto abre las puertas para pensar al hallazgo de objeto no como un reencuentro sino fundamentalmente como nueva inscripción, acontecimiento, incorporación de lo nuevo por fuera del cuerpo familiar. Tomará al partenaire como un sujeto, y el vínculo que se irá construyendo será constituido entre dos sujetos deseantes. El joven consumará en la pubertad uno de los logros psíquicos más importantes y más dolorosos: el desasimiento de la autoridad de sus progenitores, fundamental pues crea la oposición necesaria para el progreso cultural entre las generaciones. Los padres, idealizados en la infancia, dejan de ser referentes, las fantasías inconscientes e incestuosas deberán ser sublimadas, opera la desinvestidura y sobreviene un vacío identificatorio al no poder seguir invistiendo los objetos incestuosos, de esta manera, adviene el super yo como freno, internalizado en las figuras parentales. Grassi en el texto “adolescencia, reorganización y nuevos modelos de subjetividad” introduce dos conceptos, por un lado el de desorden y por el otro diferencia lo puberal de los adolescente, dos conceptos escenciales para pensar el entretiempo de la sexuación. Con el conepto de desorden, Grassi piensa a la adolescencia como un momento de transformaciones y cambios, siendo el desorden la meta a alcanzar mediante el trabajo psíquico. Ubica una articulación entre orden-desorden-nuevo orden, como manera de inscribir lo heterogeneo que adviene en el momento del entretiempo. Plantea diferenciar entre: Reorganización: Implica que un orden existente es transformado por reacomodamientos. Neo-organización: Será el producto del des-orden. Nuevos elementos desordenan lo establecido y dan lugar a organizaciones NEO. Des-orden: Los fenómenos desordenados son lógicamente necesarios para la producción de fenómenos organizados. De esta manera, el desorden es un momento logio necesario del creciente y de sus procesos de subjetivación. Plantea que muchas veces, en las adolescencias silenciosas los adolescentes se encuentran inhibidos, no muestran sus gustos o preferencias y al no poder manifestar su propio deseo, continúan siendo hablados por los deseos de los padres. Estas adolescencias a veces consideradas “prolijas” podrían llevar a un sufrimiento psiquico severo. De esta manera, introducimos el siguiente concepto: lo puberal- adolescente. La adolescencia es origen de nuevas organizaciones psíquicas. Des-orden, reorganización y neo-organizaciones aparecen cuando lo puberal-adolescente trabaja para incorporar y metabolizar: El crecimiento y el desarrollo que ponen en juego la identidad: frente a los cambios corporales y hormonales, se impone el trabajo de simbolización. El cuerpo pregenital queda chico y con la llegada del cuerpo adolescente se requieren nuevos trabajos de inscripción. La subjetividad requiere de trabajos de integración psicosomática, se revisitarán el estadio del espejo y el complejo de Edipo y se harán duelos por el ser infantil, los padres de la infancia, etc. El psiquismo necesita nuevas organizaciones que den sentido al crecimiento y a la genitalidad. Todo esto lleva a una crisis de la adolescencia que a su vez comprende trabajos de duelo paradojales porque requieren de una transformación del aparato psiquico que aun se encuentra en construcción. Las dos fases de la sexuación y el entretiempo: Grassi trae el bifasismo sexual de Freud y el planteo de Bleichmar de 2 sexualidades diferentes, la propuesta de la cátedra entonces es que lo puberal-adolescente es el entretiempo de la sexuación. Grassi plantea que el fin de la sexualidad infantil no se produce automáticamente y deviene en Sexualidad Adulta, sino que requiere de Estaciones de Recambio donde se produce un des-orden del cuerpo, del objeto familiar y un reposicionamiento Generacional. Lo Puberal adolescente tiene urgencia de: transformar, crear e inscribir un cuerpo con identidad DISTINTA de lo infantil /lo conocido/lo familiar. El vínculo con el otro funda marcas en el psiquismo, promoviendo la construcción de la alteridad y la aceptación del deseo propio y ajeno. La irrupción de una pareja externa (objeto heterofamiliar) altera la dinámica familiar, generando tensiones y resistencia en la constelación parental. Entre padres e hijos surge una confrontación que transforma el ambiente familiar en un campo de batalla simbólico. El adolescente enfrenta el desafío de cortar con el deseo familiar, llevando a cabo el "deseo de muerte" simbólico hacia los progenitores (Winnicott). Los padres deben mantener su función parental y resistir este "deseo de muerte", lo que requiere un largo proceso de adaptación. Ser progenitores no es lo mismo que ejercer funciones parentales. En la entrevista de Grassi a Nasio, Nasio retoma el estadío del espejo del niño de Lacan para hablar del estadío del espejo en el adolescente (Nasio), El adolescente pasa horas en soledad frente al espejo notando sus cambios físicos -Percibe a su cuerpo extraño y lleno de defectos -El sentimiento que predomina al percibir su imagen es la vergüenza -El Super Yo se presenta rígido e inflexible. El reconocimiento del rostro y el nuevo cuerpo genital no será sin los pares. Los pares, los compañeros, los amigos, son los nuevos espejos en los cuales los adolescentes se miran mientras transitan el proceso identificatorio del entretiempo de la sexuación. Unidad 3: del trauma puberal al acontecimiento adolescente: hallazgo de objeto. Cordova en el texto “del pictograma al pentagrama”, describen el proceso de construcción subjetiva desde las primeras experiencias sensoriales en la infancia hasta la búsqueda de identidad y vínculos en la adolescencia. Retoma a Piera Alaugnier y su concepto de proceso originario, que abarca las experiencias sensoriales primitivas del psiquismo y que no se traduce en palabras. El modo de representar el proceso originario se llama pictograma. Es la forma en que el bebé registra sus primeras experiencias sensoriales, antes de tener palabras. Estas experiencias quedan marcadas en su psiquismo: Si la relación con la madre es placentera, se genera un pictograma de fusión (unión y seguridad). Si es displacentera, se crea un pictograma de rechazo (conflicto o rechazo). Este proceso conecta lo físico (el cuerpo) con lo psíquico (emociones y sensaciones). El pentagrama, por otro lado, Inspirado en el rock como metáfora de creación y expresión cultural adolescente. El rock representa rebeldía, creatividad y ruptura con lo establecido (la autoridad de los adultos). Así como el rock crea un nuevo lenguaje cultural, la adolescencia crea una nueva subjetividad, un sentido único de identidad. Córdova también toma al psiquiatra Philippe Gutton quien explica que en la adolescencia ocurren dos procesos simultáneos: lo puberal, un momento de mucha intensidad corporal (los cambios físicos y el deseo sexual son predominantes). Reactivación del Proceso Originario, orientado al cuerpo erógeno y la experiencia genital. Busca la fusión de zona-objeto complementaria (como pecho-boca). Busca la unión con el otro, pero con una urgencia que puede ser impulsiva y difícil de manejar. Y lo adolescente: trabaja en la creación y la separación de lo infantil. Se enfoca en idealizar, sublimar (crear algo nuevo) y encontrar vínculos amorosos fuera de la familia. Ambos procesos conviven, a veces chocando, en lo que se llama el entretiempo de la sexuación, una etapa de transición entre la sexualidad infantil y adulta. Y distingue por ultimo la juventud, Es el momento donde, tras el trabajo simultáneo de lo puberal y lo adolescente, se logra construir proyectos, vincularse con el otro como sujeto de deseo y consolidar una identidad. Lo puberal: Tiende hacia la repetición, la fusión inmediata y la descarga genital. Busca regresar a lo conocido y lo originario. Lo adolescente: Pulsa hacia la creatividad, la sublimación y la diferencia. Busca nuevas experiencias y vínculos fuera del ámbito familiar. Este proceso dialéctico genera tensiones y trabajo psíquico para reorganizar el narcisismo y estructurar una identidad más madura. El trauma puberal (la irrupción de la genitalidad) genera un exceso de excitación que el sujeto debe procesar. A través de los trabajos de lo adolescente (idealización, sublimación y enamoramiento), se logra transformar la energía desbordante de lo puberal en algo más elaborado, facilitando el alejamiento del objeto incestuoso. Respecto a la creación de cuerpo adolescente, Córdova plantea que ante la irrupción de la genitalidad, la psique deberá realizar un trabajo de inscripción del nuevo cuerpo. Se trata de un proceso de inscripción psicosomática que requiere tanto de la apropiación subjetiva del nuevo cuerpo como del encuentro intersubjetivo con el otro por fuera de lo familiar. No dice, que un momento el cuerpo es soma, es una estructura organica, libidinizado en el encuentro con el otro de los primeros cuidados, es una sombra hablada (por los padres) que luego será investido libidinalmente. En este momento, las representaciones son materializadas por pictogramas. El cuerpo del infans es inicialmente vivenciado como fragmentado y desarticulado, es una representación narcisita y unificada mediante la imagen del otro en el espejo, es una construcción imaginaria del cuerpo. Al llegar a la pubertad, el cuerpo infantil es invadido por la sexualidad genital, y ese cuerpo se vuelve extraño para el psiquismo, por lo tanto, se impone el trabajo de metabolizar este nuevo cuerpo. Esto se hará en la intersubjetividad, en la interacción con otro no familiar, los pares, las parejas, otros espejos. La tarea adolescente es entonces crearse los ropajes imaginarios para investir a ese real genital en estado de desnudez. Durante un tiempo, el adolescente estará detenido, perplejo, confuso. No sabrá como hablar, que opinar, el estar frente al espejo le producirá extrañez y temor, es el momento de creación de un nuevo personaje, nuevas vestimentas. Es un tiempo de fabricación de coartadas con el fin de ganar tiempo para la creación del semblante con el que enfrentará al mundo y se desprende del “derecho a deternerse” (Arduriz). El adolescente, debe realizar un trabajo de excorporalización del otro parental y el cuerpo infantil sujeto al deseo de los padres, necesariamente incestuoso, sufrirá transformaciones. Esto posibilida la excorporalizacion de objetos incestuosos, el desasimiento de los padres permitirá mover la pulsión del objeto y trazar un nuevo circuito pulsional. Permitirá la apropiación del cuerpo por medio de la escritura de ese cuerpo en el otro y desde el otro, no es avasallar su alteridad, sino covivir con el propio cuerpo cuerpo como alteridad y convivir con la alteridad de los otros cuerpos. Cuando fracasan los trabajos psíquicos del proceso puberal y adolescente, el cuerpo deviene extraño, monstruoso y amenazante, devorador para si mismo, como consecuencia el adolescente podría atacar y controlar la experiencia de su propio cuerpo (realizandose accidentes, conductas anoréxicas, ingeriendo toxicos, etc) en un intento de desembarazarse de una alteridad que le es inadmisible. En el texto “del trauma puberal al acontecimiento adolescente”, Cordova también conceptualiza que es el trauma como el encuentro con la sexualidad sin saber sobre la misma y el enigma en el que se funda el psiquismo, el encuentro del infans con el otro primordial resulta traumático porque siempre es excesivo, el sujeto participa de un goce sin poseer los recursos para darle significado. Freud, en el segundo momento para la subjetivcacion y estallido del trauma tiene lugar en la pubertad un movimiento apres-coup, es decir, un momento de interpretación a posteriori, de resignificación de las vivencias infantiles que no fueron significadas ni elaboradas y devienen traumáticas a la luz de su interpretación. Lapanche en su teoría de seducción generalizada, plantea que la madre implanta en el infans significantes enigmáticos inconcientes al cual el niño no puede darle significación. La sexualidad y el deseo parental producen exitación, es decir, la presencia sensorial y sexual del otro y su deseo, provocan en su encuentro con el infans un magma de sensaciones y excitaciones despertando la sexualidad, pero, los recursos para representar esto son insuficientes y desbordan al infans, producen un desequilibrio en el organismo despertando la pulsión y activando la vida psíquica. De esta manera, Córdova plantea que el trauma puberal es el resultado de la activación e interpretación de lo infantil y la vivencia de seducción por el Otro, a la luz del presente. Antes de toda posibilidad de representar y significar por parte del sujeto, estamos en un momento Avant coup, el momento de impacto que escapa la significación. La importancia del despertar de la pubertad y lo puberal es configurar como traumáticas ciertas vivencias infantiles, aprés coup. Por lo tanto, lo puberal opera como proceso psíquico generando un trauma que reanuda los anteriores (Gutton) y el trauma, provocado por lo puberal y el reflejo de lo infantil, promueve como respuesta los trabajos de lo adolescente. Adrian Grassi añade, que el trabajo de lo puberal consiste en ir a la búsqueda de nuevos recursos que permitan inscribir y elaborar lo nuevo del cuerpo genital. Para eso, de va a valer de dos recursos, por un lado del registro de lo originario, vivenciar el nuevo cuerpo genital a través de la experiencia sensorial y sensitiva, no hay palabras para narrar lo que acontece. Por el otro, la masa puberal, se trata de vivenciar en la grupalidad, la extrañeza podrá inscibirse en una vivencia compartida “no sabemos lo que nos pasa, pero lo vamos viviendo todos juntos”, es el pasaje del yo al nosotros. El trauma puberal dará lugar mediante los trabajos de lo adolescente al acontecimiento, un acontecimiento no solo es algo novedoso sino que también requiere que el sujeto se implique con el y pueda elaborar recursos psíquicos para metabolizar esta novedad, un trabajo de apropiación subjetiva, una interpretación de aquello que irrumple Avant coup. El AMOR es lugar del acontecimiento, implica el encuentro inesperado, con un objeto único, implica el hallar, es asumir una posición de sujeto deseante y marca un antes y un después en la vida de un sujeto. Avant coup --- Apre coup trauma puberal ---- acontecimiento adolescente yo ideal ---- ideal del yo genealogía --- proceso identificatorio dependencia infantil --- desasimiento goce auto centrado en el cuerpo ---- creación/hallazgo de objeto El entretiempo es un pasaje transicional incierto a transitar en medio de extravíos, desvíos, avances y retrocesos, detenciones y reanudaciones. La amenaza durante ese trayecto es la captura en un goce desmesurado (autoerótico). Cuando el adolescente es dominado por un exceso de goce que no logra limitar es impulsado a actuar. El goce se opone al proyecto, produce aislamiento, sufrimiento. Waserman, en marchas y contramarchas del crecimiento en la adolescencia, propone que la exploración es devenir adolescente y conduce al reconocimiento de sí mismo y del “mas allá” de la casa familiar. Todo joven se siente llamado a un viaje, estos viajes comienzan en la imaginación, en la exploración de territorios inconscientes, siempre vija primero en la fantasia y luego se buscan los medios para hacerla realidad. El adolescente será un personaje en búsqueda de su ser. El primer momento imaginario que tiene lugar en la imaginación, son exploradas todas las fomras de sexualidad (conviven objetos incestuosos y nuevos), es masturbatorio. En un segundo momento, en la realidad, es dado con una pareja y comienzan a establecerse diferencias entre lo soñado y la realidad. El adolescente vive sus primeras aventuras con su grupo de amigos y rechaza las comodidades del hogar familar, busca la sorpressa y las situaciones extremas. El sujeto explora su historia, en la niñez, el niño se pregunta por sus orignenes, en la adolescencia surgen pregunras y la descontruccion de los mitos familiares que dieron cuerpo a la novela familiar, se busca conocer lo nunca dicho, lo oculto que avergüenza a la familia, lo traumático e indaga sobre las herencias psíquicas. Waserman expone que el trauma puberal es el punto de partida hacia la exploración trauma y deseo se ubican en un mismo nivel de causa: plantean una exigencia de movimiento proveniente de la metamorfosis tanto del propio cuerpo como del medio social. El peligro de la consumación del incesto condena al sujeto a la exogamia. Se impone al sujeto una huida con afán exploratorio, algunos padres no colaboran en el proceso y continúan seduciendo e imposibilitando la salida del púber al medio exterior. Waserman parte de Freud y distingue 2 procesos o 2 campos exploratorios para el hallazgo de objeto: 1°Búsqueda del objeto parcial o cavidad excitadora de la zona genital 2°Búsqueda del objeto total (la persona). A su vez, toma a Grassi y sostiene que el adolescente no busca al otro, sino que lo “encuentra sin buscar”, al azar, de forma inesperada. En esa huída con afán exploratorio aparece lo exogámico, lo no familiar, lo no edípico, lo inédito. La exploración adolescente implica una paradoja: “ es una experiencia personal e intransferible pero que se hace acompañado”. El recorrido exploratorio necesita de objetos acompañantes que apuntalan el andar adolescente: objetos internos o narcisistas: son los padres y el amor que le brindan a sus hijos, oscilando entre contener, sostener y separarse. confianza, respeto, amabilidad y simpatía como sostén del vínculo. objetos transicionales: objeto que representa al joven ante los otros: guitarra, diario íntimo, zapatillas, celular, vestimenta, etc. el grupo de pares: inaugura un nuevo narcisismo, emerge el nos-otros como sustento identitario. la grupalidad, los otros espejos, la masa puberal. objeto “supuestamente “complementario: la pareja, el hallazgo de objeto, los caminos para hallarlo o crearlo. Winnicott, habla de la fantasía de muerte y asesinato en el proceso adolescente y dice que Si se quiere que el niño llegue a adulto , solo se logrará ese paso, pasando por encima del cadáver de un adulto ya que el crecimiento implica la reubicación en la familia, un nuevo emplazamiento generacional y un corrimiento. Piensa también que nunca habrá una autonomía o independencia absoluta, el desarrollo tendrá lugar en un ambiente “facilitador” o “bastanre bueno” auqneu no perfecto. Entre los adolescentes y los padres habrá un camino pedregoso, los adultos cometerán errores advertidos y señalados por los adolescentes. Los padres podrán sentir envidia de los hijos ya que su crecimiento pone en juego la proximidad del envejecimiento y la muerte. Los adolescentes dirán : -¡Para que me tuviste!. El deseo de muerte y asesinato de los progenitores es una operación simbólica en el psiquismo, se preguntará como cortar con el deseo de la familia. Entre padres e hijos surge un clima de CONFRONTACIÓN que deberá darse en un terreno de contención emocional. Se trata de una rivalidad necesaria, en un “ambiente suficientemente bueno” donde el adulto deberá estar, alojar y contener emocionalmente al adolescente con su presencia. Los padres deberán abstenerse de responder con actitudes vengativas. EN LA NIÑEZ HAY UNA FANTASÍA DE MUERTE CUYO CONTENIDO ES EL TEMOR A LA PÉRDIDA DE LOS PADRES por el desvalimiento y desprotección que está ausencia podría causarles en lo emocional. Nombra también el concepto de traición, que tiene lugar cuando los adultos abdican de su función y se dan por muertos justo en el momento en que necesitaban matarlos. Los adolescentes tienen que saltar a una falsa madurez, pierden la libertad para tener ideas propias. Adviene el riesgo de un Falso Self o sobreadaptación. Los padres deben sobrevivir al deseo de muerte y asesinato. Si se asumen responsabilidades prematuramente podría perderse el impulso creador. La inmadurez es un elemento esencial de la salud en la adolescencia, el adolescente es inmaduro y esto es lo que estimula su creatividad, la única cura es el paso del tiempo. Rassial, como idea central sostiene que la presencia del adolescente propone cambios que impactan e interpelan no solo al joven sino a su familia. Los padres viven este proceso como un trastorno de la organización familiar. Lo que está en juego para los padres es un cambio de lugar, un corrimiento ya que no es lo mismo ser padre de un hijo (niño/a) a transformarse en un padre de un adulto. La adolescencia de los hijos es una crisis necesaria no solo para los adolescentes sino para la organización familiar ya que obliga a los padres a reinventar su lugar. El adolescente Se ve confrontado a separar a los padres 1-De la Realidad: los padres como sujetos cualesquiera con conflictos, límites y deseos. 2-Fantaseados/Inconscientes: los padres idealizados, que permiten la estructuración psíquica. Los padres para el adolescente ya no son los primeros, son cuestionados como adultos y como representantes privilegiados de la paternidad y maternidad. Convertise en mas grande que los padres es motivo de perturbación, Si el niño crece, los padres envejecen  Si el niño es adulto, desaloja a los padres, los empuja a la vejez. “ESTO ALGUNOS LO SOPORTAN MAL”. El adolescente alterna entre 3 psociones al dirigirse a sus padres: Demandar: para apropiarse de sí mismo y el mundo. Demanda más que una cosa. Demanda ESCUCHA, AMOR, RECONOCIMIENTO. Contradecir: el adolescente adquiere rigor abstracto: piensa, explora teorías. Subraya la contradicción del discurso paterno, se rebela contra la autoridad. Imitar: lo que los padres han sido en su propia adolescencia. Lo que han soñado ser y lo que han reprimido de sus propios deseos (lo no dicho, transmisión icc.) Unidad 4: duelo e historización Grassi habla de que la adolescencia es un entretiempo generacional, donde la memoria de la genealogía se instala en el cuerpo erógeno a través de las inscripciones pictogramáticas, atravesar el entretiempo supone un nuevo armado de lo mítico familiar. La historizacion, es un proceso temporal relativo a la instancia yoica, construirse un pasado implica anudarse como sujeto a una genealogía, la subjetividad es cuerpo, psiquismo y lazo social. Freud habla de la investigación sexual infantil y establece la diferencia entre sexualidad y genitalidad. Sostiene que los niños no son asexuados sino que tienen un interés por la actividad y vida sexual, donde desde muy pequeños, comienzan un largo camino de investigación. los niños investigan, preguntan, averiguan y al obtener respuestas poco felices por parte de los adultos, ponen en juego su potencialidad creativa y desarrollan sus propias teorías, estas son la teoría de la cloaca, el coito sádico y la premisa universal fálica. “La edad de los ¿por qué?” es parte del basamento que sostiene el narcisismo. Si se topa con un adulto que obstaculiza sus averiguaciones, podrían producirse dificultades en el proceso de aprendizaje. Averiguan sobre la escena de los orígenes, que estaba pasando cuando ellos nacieron, P. Alaugnier complejiza los planteos freudianos y resalta que importa tanto la pregunta como el contexto donde se formula, las preguntas remiten a la escena de los orígenes, constitutiva de la subjetividad. La investigación sobre este escenario es una co-construcción que deberá realizar el niño apuntalado en funciones parentales y allegados, el niño va recolectando fragmentos significantes de las practicas discursivas y va construyéndose una trama. Se topará con mitos relacionados a su nacimiento, sus antepasados e historias acerca de como se conocieron sus padres, lo mas importante será el tono afectivo de estas historias. Detrás de toda esta investigación y estas preguntas, se esconde el interés por conocer qué lugar y función ocupa el sujeto en los circuitos de deseo, ya que el creciente está ligado al deseo de los progenitores y de la genealogía. Grassi ubica una nueva perspectiva planteando que las preguntas del niño por su origen, son las preguntas del yo por su génesis. Ubica al yo en el centro de la escena, instancia responsable del proceso de historización. El autor adiciona al proceso un plus: las preguntas por la genealogía, la trama discursiva familiar y los mitos de origen conectan la vida psíquica del sujeto con la de sus antecesores ya que la producción de subjetividad no es sin las experiencias inscriptas en las generaciones anteriores, el yo historiador necesita anclar en una historia para investir un eventual futuro. El trabajo de la investigación en la infancia estará al favor de identificación del niño con el grupo familar, un contrato narcisita del yo ideal. Mientras que en la adolescencia, estará al servicio de la desidentificación y desasimiento de las figuras parentales para devenir en el proyecto identificatorio del ideal del yo. Córdova por su parte, plantea el duelo e historización, y dice que el trabajo de historización no se limita a recordar, su función mas relevante es crear nuevos sentidos. En las adolescencias actuales, los cuadros clínicos se alejan día a día de la estructura clásica de la neurosis, el Edipo. Las crisis adolescentes presentan síntomas difusos, actuaciones, consumos problemáticos, vivencias de vacío, fluctuaciones emocionales, en una época en la que el goce desplaza a lo simbólico. “La historia es el pasado historizado en el presente”. J.Lacan “Narrar la propia historia permite al sujeto definir su identidad”. A su vez, cordova plantea que NO HAY HISTORIZACIÓN SIN DUELO. El duelo es un trabajo que se hace pieza por pieza, es doloroso, propicia el desasimiento de los objetos primordiales y deja libre un alto monto de libido para investir nuevos objetos. El territorio de la infancia quedará psíquicamente perdido. Es el duelo por ende el que habilita el proceso de historización. En el tránsito por el Entretiempo de la Sexuación, los trabajos de duelo e historización, constituyen el medio para producir un pasaje subjetivo desde la repetición del Trauma Puberal, al devenir creador del Acontecimiento Adolescente. El Entretiempo de la Sexuación, momento lógico de puesta en juego del movimiento deseante, requiere de un trabajo de duelo ante la caída de los padres de la infancia y el niño maravilloso. Al psiquismo se le impone una dolorosa y decisiva disyuntiva… ▪ O se sacrifica la unidad del narcisismo familiar (niño maravilloso, padres de la infancia) O se sacrifica el propio deseo. El trabajo de duelo es un proceso que posibilita recordar lo vivido como perdido y simbolizar la ausencia. El trabajo de duelo enlazado al trabajo de desasimiento posibilitan al Sujeto el pasaje del narcisismo infantil y sus goces, al devenir de lo nuevo y el acontecimiento creativo. Piera Alaugnier, propone que en el proceso de historización, el sujeto deberá ser autor de su biografía y realizar tareas para investir un pasado no vivido por la instancia yoica ya que el yo no está desde siempre, el psiquismo está desde antes. El yo deberá construirse un pasado en un tiempo de transición: la adolescencia. El yo en la temporalidad se pregunta… ¿Quién soy yo?, ¿Quién seré?, ¿Quién fui?, ¿Qué haré con lo heredado?. La creación de un proyecto futuro requiere anclar en el pasado infantil durante un proceso identificatorio. El trabajo del psiquismo sobre el tiempo de la infancia consistirá en elaborar, transformar, reprimir el complejo de edipo. Con el sepultamiento de este complejo, se constituye lo reprimido. El adolescente recorre un camino que consta de dos etapas: 1°etapa: el sujeto pondrá al amparo del olvido, los materiales para constituir el fondo de memoria, garante de la permanencia identificatoria (seleccionará recuerdos, conservará un registro de afectos placenteros y displacenteros y elaborará duelos). Los trabajos psíquicos estarán interrumpidos sino se recuerda. 2°etapa: corresponde a la puesta en lugar de “los posibles relacionales” (parejas/vínculos), “elección de los objetos que podrán ser soportes del deseo y promesa de goce. Si fracasa la represión, se reduce la posibilidad de entablar un vínculo de pareja, se reducen los posibles relacionales. Si hay un fracaso de la represión por exceso, el sujeto no sabe bien quien es. No hay recuerdos, no hay implicación, no hay lugar para el deseo (ej. Casos de abuso). Si hay un fracaso por falta de represión, hablamos de Psicopatologías graves. El fondo de memoria satisface dos exigencias del yo para historizar: garantiza en el registro identificatorio los puntos de certidumbre o anclajes. Y asegura que haya un capital fantasmático disponible. Las tareas reorganizadoras que debe realizar el yo para el armado de un proyecto identificatorio son: 1. poner en memoria y en historia el tiempo pasado (vivido y perdido). 2. construir, reconstruir, deconstruir el relato sobre el pasado. 3. narrar una autobiografía: los primeros capítulos los narran los padres, luego se produce un pasaje de firma, donde el yo pasa a ser el narrador. 4. conservar un número mínimo de anclajes estables, inmutables, base del principio de permanencia y garantes de la mismidad. Si fracasan las tareas identificatorias, ante un primer fracaso ya sea en el estudio o la pareja, el adolescente podría no tolerar la frustración y producirse un derrumbe del edificio identificatorio. LA sociedad, la familia, los padres, ordenan al joven adolescente: ¡¡¡construye tu futuro!!! P. Aulagnier va a hacer una sustitución de este mandato por un anhelo: ¡Construye tu pasado para saber qué esperar del futuro! Janine Puget, sostiene que la adolescencia no es una etapa de transición ni una edad cronológica. Es el momento de la puesta en acción del cuerpo sexuado vincular (se resignifica en un vinculo, en pareja, no puede ser anticipado por la familia ni ser determinado por el otro parental), a diferencia del cuerpo erógeno (anticipado por el otro parental, completo, no necesita de un vinculo) Tiene lugar cuando la experiencia de la sexualidad es posible. La autora propone dos tipos de sexuación y dos vertientes del erotismo… Endogámica: Reproduce la sexualidad dentro de una estructura incestuosa familiar y el autoerotismo. Lleva a una elección de objeto cercana al deseo parental (se aloja a la pareja del hijo domo un miembro de la familia) Exogámica: tiene lugar en la adolescencia. Se asocia a la novedad. La pareja produce un quiebre en el sistema familiar sin jamás volver a completarlo. La pareja del hijo despierta incomodidad y desconcierto. Propone un doble proceso de historización, el primero se construye a partir de la llegada de la pareja, se crea una nueva marca y adquiere significado en la vida vincular con el otro, la historia familiar de cada miembro de la pareja ahora les pertenece y deja de ser de la familia de origen. El segundo trabajo es el que está ligado a la historia de la cual el sujeto es portador, ese pasado que el sujeto se construye como dice Aulagnier. El pasado solo tiene sentido si esa historia ingresa en el vinculo actual, cuando una pareja hace entrar la historia familiar de cada uno, la pareja adquiere un pasado hecho de relatos míticos y le otorga nuevos sentidos, crea un vinculo que inventa un pasado (el hoy crea un antes). Unidad 5: transmisión psíquica Silvia Gomel dice que la transmisión se encuentra ligada a la intersujetividad, no se trata solamente del contenido que trnamiten los agentes (familia, instituciones, etc) sino en los modos en que el receptos va a hacer suyo ese legado, que novedad puede introducir. De esto resulta un proceso construido entre generaciones y sumado a esto, se encuentra la experiencia realizada por cada generación frente a este legado. Freud anticipa esta temática y dice que El individuo lleva realmente una existencia doble, en cuanto es fin para sí mismo y eslabón dentro de una cadena de la cual es tributario contra su voluntad. Somos construidos en el deseo del otro que nos precede, el narcisimo esta apuntalado en la generación precedente. René Käes acerca de la transmisión, Piensa al sujeto como un “singular-plural”, un sujeto de grupo incluido en una cadena intergeneracional en la cual circula materia psíquica y se constituyen alianzas inconscientes. En cuanto a que se transmite, la materia psíquica contiene identidicaciones, emociones, discursos, mitos, violencia, secretos, sensaciones, ideologías, síntomas, tasgos, fantasias, silencios, etc. La investigación histórica-familiar tiene dos condiciones para su puesta en marcha, por un lado la transmisión y por el otro la herencia de la vida psíquica. El impulso por conocer los orígenes (pulsión de saber) puede encontrar caminos abiertos o barreras, dependiendo de cómo se haya transmitido y heredado la vida psíquica dentro del sistema familiar. Herencias positivas (+): Se refiere a aspectos transmitidos que favorecen el desarrollo de la curiosidad por los orígenes, incentivando la exploración de la historia familiar, los mitos y las raíces. Herencias negativas (-): Implican obstáculos psíquicos o dinámicas familiares que bloquean la posibilidad de investigar y conectarse con la historia familiar, inhibiendo el proceso. Ka genealogía es transmisión, todo lo vivido por los antepasados deja marcas, que pueden ser significantes (con valor simbólico) o traumatismos (cargas psíquicas no resueltas). Estas marcas quedan inscritas en la genealogía familiar y se transmiten de generación en generación, ya sea de forma consciente o inconsciente. Todo lo que se oculta, se esconde o se omite, trae graves consecuencias en el psiquismo. Todo aquello que no se le cuente al niño y al adolescente cada vez que indague sobre la historia del grupo familiar incide de forma negativa en la constitución subjetiva. Cuando se intenta olvidar los traumas sociales, estos se transmiten como cargas inconscientes o "energías no ligadas". Los descendientes heredan la tarea de elaborar el duelo que los ancestros no pudieron realizar. Tisseron, sostiene que más allá que las vivencias psíquicas traumáticas puedan empobrecer la vida psíquica del sujeto, pueden ser también el punto de partida de un proceso de elaboración y puesta en marcha de la creatividad. Toma distancia de los autores que abordan las Herencias utilizando el término “Transmisión”, ya que considera que el mismo sugiere que los contenidos psíquicos son pasados de un psiquismo a otro como si fueran “bienes inmuebles, elige hablar de Influencias, ubicando al Sujeto de la herencia en una Posición Activa, capaz de modelar lo recibido en un contexto comunicacional, dinámico y relacional. En cuanto a que hacemos con lo heredado, hay dos procesos posibles, la introyección: es un proceso saludable, Freud lo llama elaboración psíquica, Se asocia a las herencias positivas y a la transmisión de objetos psíquicos inconscientes transformables. El proceso de inclusión-incorporacion, por otro lado, no hay posibilidad de apropiación de la historia, deviene un sufrimiento que el yo incluye en el psiquismo pero que no puede elaborar, opera como mecanismo la represión conservadora que disocia al yo. Los traumatismos no superados se transmiten inconscientemente entre generaciones. En la primera generación, el trauma es un indecible, un secreto encapsulado en el inconsciente. En la segunda, es un innombrable, sin representación consciente, pero heredado por los hijos. En la tercera generación, se vuelve impensable: los nietos desconocen el trauma original, pero manifiestan sus efectos en síntomas físicos o psíquicos como fobias, mutismo o enfermedades psicosomáticas. Así, el impacto del trauma persiste sin elaborarse. Las influencias heredadas generan efectos en el sujeto, quien debe trabajar con esa herencia para integrarla en su psiquismo. Estas herencias pueden ser positivas, promoviendo procesos saludables, o negativas, asociadas a psicopatologías, sufrimiento extremo o enfermedades psicosomáticas. En el contexto generacional, aspectos como la prohibición del incesto, la diferencia entre generaciones y las dinámicas ambiguas o violentas en los vínculos influyen directamente en el desarrollo del sujeto. Además, el sujeto se inserta en la cadena generacional como sucesor del linaje, muchas veces comprometiéndose inconscientemente a cumplir deseos insatisfechos de generaciones previas mediante pactos defensivos, como el pacto denegativo. La herencia incluye objetos psíquicos que pueden ser transformables, si el sujeto logra procesarlos y resignificarlos, o no transformables, si quedan enquistados como traumas o cargas inertes. El trabajo subjetivo radica en elaborar estas transmisiones para construir una identidad propia y saludable. Unidad 6: grupalidades adolescentes El proceso de constitución del adolescente implica una lucha por hacerse "otro", tanto respecto de sí mismo como de los demás. La adolescencia es un espacio de confrontación con los padres, la cultura y la genealogía, donde el adolescente necesita el apoyo de los otros para construir su identidad, pero a la vez se enfrenta a ellos para marcar su diferencia. Esta confrontación genera un reconocimiento que proviene precisamente de aquellos a quienes el adolescente ha considerado opositores. En este proceso, los padres tienen un papel crucial al ofrecer contención, apoyo y reconocimiento, lo que facilita la transición del adolescente hacia la autonomía. La ambivalencia entre el amor y el odio hacia los padres permite la reparación de la relación y el crecimiento. El adolescente también busca pertenecer a un grupo de iguales ("pares"), que se convierte en un nuevo espacio de identificación y creación de la identidad, marcada por la diferencia con otros grupos generacionales. Esta relación grupal se convierte en una categoría subjetiva nueva, un "nosotros" que apoya la construcción de la identidad en oposición a otros. La subjetividad adolescente se ve transformada por esta dinámica de confrontación, reconocimiento y pertenencia, donde la música, como ejemplo de producción subjetiva, juega un papel importante en la construcción de la identidad. El concepto de "Nosotros" representa un espacio de subjetivación no familiar, donde la identidad se construye a través de vínculos intrageneracionales. Este "nosotros" no borra la dimensión intrapsíquica del individuo, sino que destaca la importancia de los lazos con otros en el proceso de diferenciación, apoyando la formación de la identidad en contraste con los demás. El grupo de pares, como la banda o los amigos, juega un papel crucial en esta construcción. Además, los medios de comunicación y los adultos que producen objetos de consumo para los adolescentes también actúan como agentes de subjetivación. Este "nosotros" crea un nuevo acto psíquico, distinto del autoerotismo, y se constituye en un espacio transicional en el que la identidad se forma en interacción con los otros. La adolescencia, vista como un "acontecimiento", está marcada por una experiencia subjetiva compartida, donde el adolescente atraviesa el pasaje del "yo" al "nosotros", lo cual se inscribe en su corporeidad y la vivencia sensorial de su cuerpo puberal. El grupo ofrece una matriz que permite metabolizar lo traumático de la pubertad, organizando la subjetividad y creando una nueva espacialidad en la que la identidad y el cuerpo se configuran en conjunto. La escena grupal tiene un papel fundamental en la construcción de la subjetividad adolescente, al proporcionar creatividad, intercambio y sostén emocional. El grupo ofrece una ilusión de fusión y completud, anhelando retornar a un estado primigenio de unidad narcisista que se percibe como perdida. Este proceso está impulsado por la búsqueda de seguridad y la necesidad de enfrentar las experiencias de fragmentación y vulnerabilidad que surgen en la pubertad. La grupalidad se configura como un acontecimiento que produce un rédito subjetivo, donde el "ser con" implica reconocer la alteridad del otro. Este reconocimiento de la diferencia en el encuentro grupal es crucial para el desarrollo de la identidad, en un contexto que permite restablecer funciones psíquicas importantes, como el espejo, ante la amenaza a la integridad del yo. La grupalidad se manifiesta como un entramado de biografías que se conjugan, generando una potencia colectiva que organiza la dinámica del grupo, apoyada por fuerzas de atracción que facilitan la cohesión grupal.

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