Historia Argentina PDF
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Colegio Militar de la Nación
Gustavo Eduardo Ponte, Pablo Ariel Del Ben, Fernando Torres
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Estos apuntes tienen como fin orientar a los postulantes para el ingreso al Colegio Militar de la Nación. Cubren la historia argentina desde la creación del Virreinato del Río de la Plata hasta 1861, con énfasis en la Revolución de Mayo, la figura de San Martín y la construcción del estado argentino.
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INGRESO HISTORIA ARGENTINA (MATERIAL REALIZADO CON EL FIN DE ORIENTAR A LOS POSTULANTES) RESPONSABLES: Textos: Coronel (R) Gustavo Eduardo PONTE Profesor Pablo Ariel DEL BEN Videos: Profesor Fernando TORRES ...
INGRESO HISTORIA ARGENTINA (MATERIAL REALIZADO CON EL FIN DE ORIENTAR A LOS POSTULANTES) RESPONSABLES: Textos: Coronel (R) Gustavo Eduardo PONTE Profesor Pablo Ariel DEL BEN Videos: Profesor Fernando TORRES Índice Introducción………………………………………………………………………………………………………………….. 3 Programa de la Materia…………………………………………………………………………………………………. 4 UD 1 - Virreinato del Río de la Plata………………………………………………………………………………. 5 UD 2 - Revolución de Mayo de 1810………………………………………………………………………………. 12 UD 3 - El Capitán General José Francisco de San Martín……………………………………………….. …. 31 UD 4 - Declaración de Independencia de las Provincias Unidas en Sudamérica.………………. 38 UD 5 - La Anarquía de 1820 – Guerra con el Brasil – Primer Gobierno de Rosas….…………… 44 UD 6 - La Construcción del Estado Argentino (hasta 1862)……………………………………………… 53 Fuentes consultadas…………………………………………………………………………………………………… 62 2 Introducción La HISTORIA a la que se refieren estos apuntes es la nuestra, la del grupo social que conforma lo que actualmente conocemos como la República Argentina, tal la denominación oficial de nuestro país desde 1860.Para llegar a ello, pasaron cincuenta años desde el hito revolucionario del 25 de Mayo de 1810. Ahora bien, para entender que esa fue la verdadera fecha fundacional de la Argentina rioplatense, y su importancia histórica consecuente, debe comprenderse que lo sucedido en tal oportunidad, adquirió mayor valor porque los sucesos ocurrieron en la que en aquellos momentos era la ciudad capital del más extenso de los virreinatos españoles en América. A partir de esta última afirmación, resulta sumamente necesario asumir que si Buenos Aires fue la capital de tan vasto territorio virreinal español a partir de 1776 (casi tres siglos después del descubrimiento de América por medio de una expedición española), va de suyo que la historia de la actual Argentina está ligada a la del Reino de España, fundamentalmente a partir del momento histórico en que dicho reino comenzó a unirse, para constituirse en el germen de un estado moderno, merced al matrimonio católico de los dos candidatos al trono de los principales reinos ibéricos, como lo fueron Isabel y Fernando. El hecho de que nuestros actuales idioma y culto oficiales sean el castellano y el catolicismo, respectivamente, tiene que ver, precisamente, conque al territorio que conforma hoy nuestra república llegaron los españoles en compañía de sacerdotes católicos, y si ello ocurrió así fue porque la ocupación europea consecuente luego de la expedición de Colón en esta parte de la América del Sur, fue la de la España heredera de los Reyes Católicos de Castilla y de Aragón. Los apuntes aquí presentados, tienen la única intención de permitirle, a quienes se postulen al intento de ingresar al Colegio Militar de la Nación, hacer un repaso de algunos de los hechos más importantes de la HISTORIA ARGENTINA. Tal repaso irá desde el momento de creación del Virreinato del Río de la Plata en 1776 (incluyendo sus antecedentes más importantes), hasta llegar al día 17 de septiembre de 1861, oportunidad en la que los argentinos combatieron a muerte, como tantas otras veces, entre hermanos. El hecho pasó a la historia como el de la “Batalla de Pavón” y marcó el inicio de un costoso camino de unidad nacional, para una sociedad que hasta entonces se había acostumbrado a vivir enfrentada en bandos diferentes, impidiéndosele por tal razón, avanzar hacia el verdadero progreso. Si bien entre 1776 y 1861, la diferencia es de solamente ochenta y cinco años, las circunstancias que tuvieron lugar en ese período, especialmente en los cincuenta y un años que van desde 1810 hasta el 1861, son ciertamente complejas. Entre otras cuestiones, el territorio heredado (el del Virreinato del Río de la Plata), era por demás extenso y prácticamente deshabitado. Tratando de que este repaso permita también ayudar a entender mejor los hechos del pasado que nos fue llevando al actual presente, hemos organizado estos apuntes en seis unidades didácticas que ustedes podrán ver en el programa que proponemos para vuestro estudio. Los lectores tendrán a su disposición todos los links que hemos agregado, tanto por considerarlos pertinentes para poder ampliar lo expresado aquí, como también para aquellos casos en los que corresponde hacer las citas de las fuentes consultadas. La mayoría de las veces, tales links aparecerán como notas al pie de las páginas en las que hemos considerado necesario hacer tales referencias. Estimado postulante, deseamos a usted el mayor de los éxitos en sus estudios. 3 PROGRAMA DE LA MATERIA UD 1 - Virreinato del Río de la Plata a) Los Reyes Católicos como principal antecedente de su creación. b) Las autoridades metropolitanas y la organización virreinal. c) Los primeros virreinatos en América y las autoridades residentes o locales. d) La dinastía de los Borbones reemplaza a la de los Habsburgo. Reformas políticas, administrativas, económicas, territoriales y militares. Nace el Virreinato del Río de la Plata. UD 2 - Revolución de Mayo de 1810 a) Antecedentes europeos y americanos. b) La Semana de Mayo. c) Cabildo Abierto del 22 de mayo: posturas. d) Los acontecimientos del 24 de Mayo. e) El 25 de Mayo. La Primera Junta de Gobierno. f) Obra de la Primera Junta de Gobierno. Frentes de lucha armada. Situación política interna (germen del enfrentamiento entre centralismo y federalismo). g) Órganos de gobierno que sucedieron a la Primera Junta (hasta la Declaración de la Independencia), al ritmo de los éxitos y fracasos militares de la Revolución. UD 3 - El Capitán General José Francisco de San Martín a) Breve reseña biográfica. Su formación militar en España. b) Llegada a Buenos Aires. Creación del Regimiento de Granaderos a Caballo. c) Su participación política y militar en Buenos Aires, en el Ejército del Norte y en la Declaración de la Independencia Nacional desde la Gobernación de Cuyo. d) Campaña Libertadora a Chile. e) Campaña Libertadora al Perú. f) Entrevista de Guayaquil y alejamiento del General San Martín. UD 4 - Declaración de Independencia de las Provincias Unidas en Sudamérica a) La situación interna e internacional hacia 1816. b) El Congreso de Tucumán. c) Declaración de la Independencia. d) Debates sobre la forma de gobierno a adoptar. UD 5 - La Anarquía de 1820 – Guerra con el Brasil – Primer Gobierno de Rosas a) La Batalla de Cepeda y la consecuente disolución del poder central. b) Los pactos interprovinciales de Pilar, Benegas y del Cuadrilátero. c) Guerra contra el Brasil: Causas y consecuencias. Presidencia de Rivadavia, Gobernaciones de Dorrego y de Lavalle. d) Llegada de Rosas a la Gobernación. Pacto Federal de 1831 UD 6 - La Construcción del Estado Argentino (hasta 1862) a) Segundo gobierno de Rosas. Conflictos externos e internos. b) Pronunciamiento de Urquiza. El Ejército Grande. Batalla de Caseros. Caída de Rosas. c) Acuerdo de San Nicolás. Secesión de Buenos Aires. Constitución Nacional. d) La Confederación Argentina y el Estado de Buenos Aires. e) Batallas de Cepeda y Pavón. Unificación de la República Argentina. 4 UD 1 - Virreinato del Río de la Plata a) Los Reyes Católicos como principal antecedente de su creación. Sin el descubrimiento de América (12 de octubre de 1492), financiado por los Reyes Católicos, jamás hubiera existido el Virreinato del Río de la Plata (1 de agosto de 1776). Este, nacería luego de casi trescientos años de dominio español sobre gran parte del nuevo continente hallado entonces. El catolicismo de aquellos reyes del siglo XV, había acompañado las conquistas y la ocupación de los territorios americanos, y también seguía vigente. “Tanto monta y monta tanto, Isabel como Fernando”, era el lema que comenzaron a corear los pobladores de Castilla y Aragón a partir del año 1474 de “nuestro Señor”; año en el que se consagró el matrimonio de los herederos de las coronas de ambos reinos católicos españoles. La alianza nupcial entre Castilla y Aragón también lo fue política y militar, teniendo como principales objetivos los de: unir a España, y terminar con la dominación árabe de más de siete siglos sobre gran parte de la más occidental de las penínsulas europeas. Con la victoria en la batalla de Granada obtenida el 2 de enero de 1492 sobre los moros, ambos objetivos comenzaban a obtenerse. Para entonces, Isabel había decidido apoyar la aventura de Cristóbal Colón, que daría sus frutos el 12 de octubre de ese mismo año. Buscando una nueva ruta hacia India, se había descubierto un nuevo continente, más allá de que su descubridor tardaría un tiempo más en convencerse de ello. De allí entonces que, entre otras cuestiones, y por el poder del lenguaje con el que se comunicaba la expedición descubridora, se llamó indios a los habitantes de las islas, creyendo que se había llegado a la India por la nueva ruta. Con el descubrimiento del nuevo continente, españoles y portugueses comenzaron a competir por la ocupación y conquista de las nuevas tierras, empezando a usarse unos años más tarde las palabras colonia y colonización, como un homenaje al apellido del marino genovés descubridor, pero como sinónimo también de conquista u ocupación europea sobre las geografías de los demás continentes. Por último, de todo lo que destaca a los Reyes Católicos como portadores del ADN1 de una gran parte del conglomerado social que siglos más tarde será la Argentina2, existió también una importante cuestión que debe tenerse en cuenta como antecedente de la creación del Virreinato del Río de la Plata. Tal cuestión fue la política de alianzas matrimoniales que encararon al enlazar nupcialmente a sus hijos con los principales herederos de las coronas europeas. Fue así que uno de sus nietos, producto del casamiento entre su hija Juana I de Castilla (quien al enviudar y por una enfermedad mental pasó a ser conocida como “la Loca”) y Felipe I de Habsburgo (dinastía también conocida como “Los Austrias”), al momento de ocupar el trono español como Carlos I, también fue al mismo tiempo el emperador Carlos V del Sacro Imperio Romano Germánico (SIRG)3. b) Las autoridades metropolitanas y la organización virreinal. Bien sabido es que el descubrimiento, la conquista y la evangelización de los territorios americanos fue realizado inicialmente por la corona española (y luego también por la portuguesa), a partir de los siglos XV y XVI. Para el caso de la corona española, el ejercicio del gobierno del rey español en América se regía a través de instituciones, que fueron las precursoras de las bases institucionales modernas, no solo en su dinámica de estructura sino también en su cultura organizacional. 1 ADN (Ácido desoxirribonucleico, conocido también por las siglas ADN; es un ácido nucleico que contiene las instrucciones genéticas usadas en el desarrollo y funcionamiento de todos los organismos vivos y algunos virus; también es responsable de la transmisión hereditaria). La Argentina debe a los Reyes Católicos, entre tantas cuestiones, tanto su idioma oficial como su culto oficial, ambos consagrados en la Constitución Nacional. 2 Quede claro aquí, que en el ADN de la sociedad argentina también existe la presencia de la cultura precolombina autóctona. Si bien el tema no forma parte del presente programa de estudio para el examen de ingreso, en virtud de que los postulantes a cadetes de nuestro querido Colegio Militar lo hacen desde todos los rincones de la Patria, cabe hacerles conocer que, a quienes tengan la fortuna de ingresar, en la primera clase de la materia Historia Argentina se les pedirá que investiguen sobre las sociedades autóctonas precolombinas correspondientes a sus respectivas provincias de origen. 3 http://www.cervantesvirtual.com/bib/historia/monarquia/juana.shtml#:~:text=Del%20matrimonio%20entre%20Felipe %20y,heredera%20de%20Castilla%20y%20Arag%C3%B3n. 5 Dichas instituciones se clasificaban en unipersonales y colegiadas, residiendo algunas en España y otras en el continente americano. El Rey El rey ejercía una autoridad máxima y absoluta, tanto en lo legislativo como en lo ejecutivo y judicial. Residía en España y desde allí gobernaba los reinos americanos. Desde antiguo era asistido por el Consejo de Castilla, organismo que, a través de uno de sus miembros, a partir de 1492 comenzó a tomar intervención en todo lo relativo a las nuevas tierras. En 1524, Carlos I de España y V del SIRG, creó el Consejo Real y Supremo de Indias, con lo que cesó la intervención del de Castilla en los asuntos americanos. Su decisión y voluntad se convertía en ley. Esta potestad “que le venía de Dios” (según la creencia de la época), hacía que la vida, la hacienda, y todo lo que comprendía en esencia la existencia de sus súbditos, estaba en sus manos. El rey organizaba la administración, creaba puestos, elegía funcionarios y delegaba su autoridad en determinadas personas. Entre sus funciones, estaban: Dictar leyes e interpretarlas. Exigir el pago de impuestos. Nombrar a funcionarios políticos. Ser el Jefe supremo del Ejército. Administrar justicia. La Casa de Contratación Fue el Órgano de gobierno indiano por excelencia instalado en España desde 1503. Funcionó en la ciudad de Sevilla y a partir de 1524 se subordinó al Consejo de Indias. Sus principales actividades fueron las siguientes: controlar la actividad comercial existente entre España y América, intervenir en pleitos mercantiles, percibir rentas e impuestos correspondientes al intercambio de mercancías, vigilar el tránsito de pasajeros, ordenar los conocimientos geográficos y promover las comunicaciones. Estaba encargada de controlar la importación y exportación de oro, plata y piedras preciosas que llegaban de América, de recaudar los impuestos del comercio de ultramar y tenía también la facultad de ejercer funciones judiciales, civiles y militares. En cuanto a sus miembros, después de varios cambios, quedó constituido por: un presidente, tres jueces letrados, un fiscal y un piloto mayor, cargo que fue ocupado por primera vez por Américo Vespucio. Al crearse el Consejo Real y Supremo de Indias, la Casa de Contratación pasó a ser un organismo secundario. El Consejo Real y Supremo de Indias Como ya ha sido expresado, fue una creación de Carlos I de España y V del SIRG. El Consejo de Indias, cuyo primer presidente fue Fray Loasa, tenía atribuciones legislativas, judiciales, administrativas y propias del organismo como era la de proponer los candidatos para los cargos públicos de América. Éste, actuaba políticamente en nombre del rey. Se ocupaba del patronato en sentido amplio, y determinaba la división territorial. Estaba integrado por un presidente, varios consejeros, un fiscal, dos secretarios y un grupo menor de funcionarios. c) Los primeros virreinatos en América y las autoridades residentes o locales. 6 En “las Indias” (así comenzó a denominarse a las nuevas tierras descubiertas), todo se gobernó en los primeros tiempos desde la isla La Española o Santo Domingo; pero a medida que se fueron extendiendo las conquistas y surgiendo las ciudades, se establecieron divisiones políticas y gobiernos propios. La organización de los nuevos territorios estuvo dada bajo la figura del Rey, pero para el Nuevo Mundo se nombró a los virreyes, quienes tenían jurisdicción en los virreinatos. Durante el reinado de la dinastía de los Austrias (Habsburgo), solo existieron dos: el de Nueva España (con capital en México desde 1535) y el del Perú (con capital en Lima, desde 1542)4. Virreinato A quienes ejercían el gobierno en nombre del rey por delegación, se los llamaba virreyes. El primer virrey en América fue Cristóbal Colón, dado que esta institución era anterior al descubrimiento de América. Los virreyes ejercieron facultades sumamente amplias, tanto políticas como judiciales, de hacienda o religiosas; eran un supremo Juez. En el orden de gobierno, proveían todos los cargos que no se hubiese reservado especialmente el rey. La administración colonial estaba en sus manos. Las autoridades superiores, gobernadores o miembros de Cabildos, debían consultarle cualquier decisión de importancia. Tenía facultades militares supremas ya que era jefe de las fuerzas de mar y tierra. Tenía facultades religiosas al ejercer el patronato indiano. Su mandato duraba tres años, pero en la práctica se dio que lo hacía hasta tanto su mandato fuera prescindible para la Corona. En materia de Hacienda, debía procurar el aumento y percepción de las rentas fiscales. Gobernaciones Los gobernadores eran funcionarios que se encontraban a la cabeza de las provincias en las que se dividía el territorio del virreinato. Estas provincias estaban sujetas al mandato del virrey, a quien debían consultarle sobre los principales asuntos. Los gobernadores eran nombrados por el Rey por un período de 3 a 5 años. Su actuación era política y administrativa; su jurisdicción era civil y criminal, y participaban del gobierno municipal. Esta institución duró hasta la instauración de las intendencias5, las cuales suplantaron con facilidad a las gobernaciones. 4 http://www.claseshistoria.com/america/colonial-virreinatos-peru.html 5 http://www.argentinahistorica.com.ar/temas.php?tema=15&titulo=14&subtitulo=38 7 Audiencias Eran tribunales de justicia encargados de colaborar con el Consejo Supremo de Indias. La primera de estas instituciones se creó en 1611 en Buenos Aires. Estaba presidida por el gobernador o el virrey. Tenía cinco oidores, un fiscal, un alguacil mayor y varios tenientes. Los miembros de las audiencias se llamaban oidores. Estos, eran las personas más respetadas de la colonia. Como muestra de su autoridad tenían su sitial en el Cabildo, en los actos públicos y en la iglesia. Políticamente este organismo asesoraba al virrey y se controlaban recíprocamente. En caso de ausencia del virrey, el oidor más antiguo lo reemplazaba. En caso de acefalía, la audiencia en pleno debía hacerse cargo de la función. Era un órgano de control político ya que dentro de sus funciones se contemplaba que podía quejarse ante la Corona sobre el desempeño del gobernador o del virrey. Las facultades judiciales atribuidas a las audiencias las convertían en el tribunal superior de Indias, en donde terminaban muchos de los pleitos provenientes de instancias inferiores. Cabildos Esta institución fue la única que sobrevivió al vendaval del movimiento independentista en América y resumía, culturalmente y desde el punto de vista político, un sentimiento de referencia ciudadana. El Cabildo era el órgano local de gobierno político de la ciudad. Su jurisdicción comprendía el recinto urbano y la zona rural. Las funciones que cumplía el Cabildo eran tan numerosas que abarcarían posteriormente las del Estado. Véanse, a continuación, algunas de ellas: Disponía la organización y ejercicio de la justicia. Convocaba las milicias de las ciudades y a sus jefes. Atendía todo lo relativo a la edificación. Determinaba las condiciones de trabajo. En caso de gravedad convocaba a todos los vecinos a "cabildo abierto". Designaba al gobernador, en caso de muerte de quien estaba en ejercicio. Reglamentaba el comercio. La forma de financiamiento de los Cabildos era con recursos propios, provenientes de bienes que poseía la institución, alquileres de casas, derechos de peaje, o a través de la recaudación de impuestos o la aplicación de multas. Al ser fundada cada ciudad, la misma organizaba su cabildo, el cual tenía que improvisar su vida, asegurar su defensa y en no pocas circunstancias, crear su derecho. Consulados Los españoles trasladaron a América el funcionamiento de "consulados", generalmente instalados en ciudades con puerto. Tuvieron por doble finalidad promover la actividad mercantil y ser tribunal para juicios entablados por cuestiones comerciales. El Consulado de Buenos Aires se creó en 1794, tuvo por primer secretario a Manuel Belgrano y funcionó hasta 1862. 8 d) La dinastía de los Borbones reemplaza a la de los Habsburgo. Reformas políticas, administrativas, económicas, territoriales y militares. Nace el Virreinato del Río de la Plata. La Casa de Borbón en España (conocida también como “Los Borbones”6), se instaló en el Trono de España, debido a la extinción de la rama española de la Casa de Habsburgo en 1700 (al morir sin descendientes Carlos II). La Guerra de Sucesión española que siguió (1701-14) hizo rey a Felipe V (1683-1746), duque de Anjou, nieto del rey francés Luis XIV. “Desde un principio, los reyes Borbones, promovieron un conjunto de reformas que se aplicaron en España y América. El objetivo de la nueva dinastía fue sentar las bases de un Estado absolutista que le permitiera competir con sus principales rivales europeos: Inglaterra y los Países Bajos. La dinastía de los Borbones se identificó con el pensamiento filosófico ilustrado y el absolutismo monárquico: esta combinación, llamada despotismo ilustrado, fue el concepto político dominante durante el siglo XVIII en Europa. La Ilustración fue un movimiento intelectual representado por destacados pensadores europeos de la época, los que elaboraron nuevas concepciones sobre el ser humano, la sociedad, el poder y el mundo, inspiradas en la observación de la naturaleza y el uso de la razón como principal medio de conocimiento y acción. Este pensamiento se oponía a los dogmas y creencias religiosas, y defendía la idea del progreso como la más alta aspiración humana. Por su parte, el absolutismo postulaba que el poder de los reyes viene directamente de Dios y, por lo tanto, estos no tienen que responder por sus actos frente a sus súbditos. La unión de estas dos formas de pensamiento se explica por la necesidad que tenían ambas de un Estado fuerte y centralizado”7. Las reformas planteadas por Carlos III (rey desde 1759 hasta su muerte en 1788), llegaron tardíamente a América. En el siglo XVIII, el sistema colonial evidenciaba notables signos de caducidad, la sociedad colonial no estaba dispuesta a soportar las presiones que significaban estas nuevas formas de dominación española, más aún cuando los beneficios de todo tipo, eran solamente para la metrópoli. Los contenidos de tales reformas abarcaron varios aspectos: en lo político- administrativo, en lo económico, en lo religioso y en lo militar. En el orden político, el crecimiento urbano y el aumento de la población y del comercio generaron la necesidad de agilizar los trámites judiciales. Ello, sumado a la presión ejercida por otras coronas europeas sobre sus colonias en América, llevó a los Borbones a plantear la necesidad de nuevas unidades político-administrativas. La Real Ordenanza de Intendentes (1782), creaba dentro del ámbito de los virreinatos una nueva jurisdicción que extendió el modelo francés implementado en España. Los intendentes, dotados de amplias funciones estaban comprometidos a ejercer un mejor control en las inmensas y mal comunicadas extensiones virreinales; sin embargo, debieron soportar la resistencia de grupos sólidamente establecidos en el mundo colonial. Estas presiones ejercidas en un amplio sector social, tuvieron su manifestación en levantamientos como el del Alto Perú liderado por Tupac Amaru (1780) y el de Nueva Granada (1781); ambos fueron duramente reprimidos por la corona. Las demandas exigidas eran la igualdad política y social de los americanos, más la rebaja de las fuertes cargas impositivas. 6 https://www.ecured.cu/Casa_de_Borb%C3%B3n#:~:text=la%20dinast%C3%ADa%20borb%C3%B3nica.- ,Casa%20de%20Borb%C3%B3n%20en%20Espa%C3%B1a,Anjou%2C%20nieto%20de%20Luis%20XIV. 7 http://colegioprincipadodeasturias.cl/nivel1/2/H1.pdf 9 El mapa de la América colonial, quedó organizado política y administrativamente en nuevos espacios geográficos: cuatro Capitanías Generales, de norte a sur: Cuba (1795), Guatemala, Venezuela (1773) y Chile (1778); y cuatro Virreinatos, de norte a sur: Nueva España (con capital en la ciudad de México desde 1535), Perú (con capital en Lima desde 1542), Nueva Granada (nuevo virreinato con capital en Bogotá desde 1717). En cuarto y último lugar, el 1 de agosto de 1776, la creación del Virreinato del Río de la Plata, con capital en Buenos Aires, evidenció la importancia cobrada por el comercio atlántico, quebrando los intereses del sector monopólico de Lima. El nuevo virreinato pasaba a ser el más extenso de España en América en lo que se refiere a superficie geográfica, e incluía también costas sobre los océanos Pacífico y Atlántico8. El comercio ultramarino produjo un crecimiento vertiginoso de estas tierras en materia económica, tal es el caso del puerto de Buenos Aires, convertido por privilegio geográfico en el centro económico del sur de América. Sobre el mismo desembocaría el comercio de importantes núcleos económicos como el del Alto Perú con Potosí, cuya exportación de la plata a España, siguió constituyendo un alto porcentaje de los recursos coloniales, y el tránsito de mercaderías para abastecer esta región y las provincias del interior. La zona litoraleña de los ríos Paraná y Uruguay, con la producción agropecuaria de cueros, tasajo y yerba mate, también tendría en Buenos Aires, a partir de ese momento, un puerto de mayor cercanía para exportar estos productos. En el orden administrativo, con el objetivo de lograr una mayor apropiación de recursos para las finanzas del reino, era necesario ampliar el comercio colonial y el mejoramiento de la recaudación de impuestos internos; la misma fue llevada a cabo por una nueva burocracia fiscal asalariada que provocó el aumento de la recaudación aumentando los impuestos a la producción de diferentes sectores sociales: españoles, criollos e indígenas. En lo económico se vio uno de los cambios más significativos, a través de “El Reglamento de Libre Comercio” (1778). Se estableció la apertura de nuevos puertos americanos (24 en total), entre ellos Buenos Aires, que podían comerciar libremente con trece puertos españoles. De todas formas, este código no favorecería en general el comercio con los extranjeros, ni tampoco aboliría totalmente el monopolio. Las colonias hispanas al sur de América subsistían económicamente gracias a la exportación de sus cueros para su posterior manufacturación y del charqui o tasajo, que se transformaba en la base de la alimentación de los esclavos negros en las plantaciones del Caribe, y de la plata del Potosí. Ante el estricto monopolio comercial anterior, el puerto de Buenos Aires, ávido del ingreso de manufacturas y productos varios, había sido presa del contrabando que ya se había vuelto consuetudinario. También esto fue tenido en cuenta cuando, con las reformas borbónicas de creación del nuevo virreinato en 1776 y el libre comercio de 1778, se pretendió dar solución a una mala e ilegítima costumbre de comerciar mediante el contrabando a la que se había visto “obligada” la sociedad de Buenos Aires. En lo religioso, en 1767 se llevó a cabo la expulsión de los jesuitas, orden religiosa con gran prestigio y poder en América. A diferencia de las otras órdenes religiosas, la de los jesuitas desconocía la autoridad real ya que ponía por encima a la autoridad papal. Pero la razón política de la expulsión tuvo origen en la desobediencia de esta orden a cumplir con lo establecido por el Tratado de Madrid (también conocido como Tratado de Permuta), de 1750. Dado que para entonces España tenía establecimientos en territorio portugués y viceversa, el tratado estipulaba límites claros para los dominios de España y Portugal, forzando la cesión de cada una de las partes de los territorios, colonias, misiones o establecimientos situados en la parte contraria. De acuerdo con el tratado, Portugal le entregaba a España la Colonia del Sacramento y recibía a cambio importantes territorios entre los que se incluían algunas misiones jesuíticas. Además, se establecía que, en caso de guerra entre Portugal y España en Europa, sus vasallos de América del Sur permanecerían en paz. Los jesuitas se negaron a entregar sus misiones desembocando ello en una guerra que tuvo lugar entre 1752 y 1756 (la “Guerra Guaranítica”). Como resultado de ésta, los sacerdotes de la “Compañía de Jesús” (así también se conocía a la orden jesuita), no entregaron sus misiones y lograron que España los respaldara firmando un nuevo tratado en 1761. El Tratado de El Pardo, anulaba el de Madrid, con 8 Desde el punto de vista político, las tradicionales sociedades de las ciudades del hasta entonces sur del Virreinato del Perú, acostumbradas durante más de dos siglos a depender de Lima, fueron obligadas a ser “dirigidas” desde la cosmopolita y portuaria ciudad de Buenos Aires. Este hecho no resultará menor al momento de iniciarse los sucesos revolucionarios en los comienzos del siglo XIX, cuando solamente 34 años más tarde desde la creación de este nuevo virreinato, Buenos Aires iba a liderar una revolución antimonárquica, cuando muchas de sus ciudades y sociedades dependientes eran entonces muy respetuosas de la monarquía española. 10 lo cual España no entregaba las misiones jesuíticas, pero Portugal mantenía el dominio de la Colonia del Sacramento. Lo cierto es que la capacidad de liderazgo para movilizar una fuerza de miles de personas demostrada por la Compañía de Jesús durante la Guerra Guaranítica, hizo temer a la corona española por la estabilidad en la zona y fue el germen de la motivación para la “Pragmática Sanción” de 1767, por la cual Carlos III decretó la expulsión de los jesuitas de todos los territorios de ultramar. En el orden militar, debido a la decadencia del imperio español durante el siglo XVIII y el debilitamiento de las defensas coloniales, se decidió reforzar las áreas amenazadas por el avance de otras potencias europeas en territorios españoles. Para ello se sancionó la Real Ordenanza de 1764 mediante la cual se permitía la formación de milicias criollas para la defensa. Tal pretendida solución a este problema puede observarse en la creación del Virreinato del Río de la Plata, dado que también buscó asegurar las fronteras del dominio hispano, amenazadas tanto por las pretensiones lusitanas y británicas, desde el exterior, como por los malones autóctonos desde el interior. Es digno de mencionarse la permanente intención portuguesa de avanzar hacia el sur pretendiendo dominar la margen oriental del río de la Plata. Desde la fundación lusitana de la Colonia del Sacramento en 1680, sita frente mismo a la ciudad de Buenos Aires, pero sobre la Banda Oriental del Río Uruguay (y también del Río de la Plata), la materialización de las pretensiones portuguesas por adueñarse de la margen oriental del Plata se había transformado en un hecho fáctico. El 1 de agosto de 1776, Carlos III formalizó la creación del nuevo virreinato nombrando Virrey al entonces Teniente General Pedro de Cevallos, a quien ordenó embarcar cerca de 9000 hombres en una flota de seis buques de guerra y otros tantos navíos, con el objetivo primordial de retomar el control de la Colonia del Sacramento. Véase en el siguiente video, una explicación de los antecedentes de la emancipación en Hispanoamérica: https://www.youtube.com/watch?v=XBfNm-X8hAM 11 UD 2 - Revolución de Mayo de 1810. a) Antecedentes europeos y americanos. Dos importantes hechos políticos habían ocurrido en América y Europa, respectivamente, en las últimas décadas del siglo XVIII: en el Nuevo Mundo, las trece colonias inglesas de América del Norte se declararon independientes de la monarquía británica en 1776, y en 1787 se dieron una Constitución que establecía como forma de gobierno la republicana federal, algo realmente novedoso para el mundo de entonces. Unos años más tarde, y con algún asesoramiento de Thomas Jefferson, que se desempañaba como embajador de los nuevos Estados Unidos de América en París9, comenzó en Europa la Revolución Francesa (en un proceso que estalló el 14 de julio de 1789 y se extendió por varios años), suceso que conmovió a todo el continente y que repercutió en América. La monarquía española apoyó a las trece colonias de la América del Norte en su lucha por la independencia, como una forma de debilitar a su tradicional enemigo, Gran Bretaña, a su vez tradicional aliado de Portugal (histórico rival de España), y se mantuvo aliada a Francia a pesar de que, en ese país, la Revolución Francesa había depuesto a la dinastía de Borbón, otra de cuyas ramas reinaba en España. En virtud de esa alianza, la monarquía hispana se unió a Napoleón Bonaparte, el nuevo gobernante de los franceses, cuando en 1804 se reanudó la lucha armada contra Gran Bretaña. Aprovechando el estado de guerra, los británicos intentaron apoderarse del Río de la Plata, pero fracasaron en las invasiones realizadas sucesivamente en 1806 y 1807. Tal fracaso en la intención de dominar a la capital del más extenso virreinato español, trocó rápidamente en hacer crecer luego el germen independentista en Buenos Aires, a la par de continuar apoyando las actividades de las asociaciones secretas como fue por ejemplo la logia “Gran Reunión Americana”, que en 1798 había sido fundada por el patriota venezolano Francisco de Miranda, mientras se hallaba en Inglaterra10. El despotismo ilustrado con el que los Borbones gobernaban a sus colonias desde Madrid, hacía crecer el descontento entre los criollos. De esto se culpaba a Manuel Godoy, el todopoderoso y favorito ministro del entonces rey Carlos IV. Como también en España era mal mirada esta forma de gobernar, la situación hizo crisis en marzo de 1808 al obligarse al monarca a abdicar en favor de su hijo Fernando VII. Como el cambio no gustó a Napoleón, por entonces emperador de los franceses, éste logró que Carlos IV anulase su decisión en favor de su hijo y le cediera el trono a él, quien, por su parte, lo dio a su hermano José Bonaparte. Mientras se realizaba esta “farsa política” en la ciudad francesa de Bayona, las tropas napoleónicas ocupaban España. También Portugal fue objeto de los planes de Bonaparte. Ese país fue ocupado por tropas francesas en 1807 y el gobierno de la monarquía portuguesa se vio obligado a trasladarse al Brasil, su gran posesión americana, estableciendo la sede de la Corte en la ciudad de Río de Janeiro. En el territorio hispano aún libre, se formó un gobierno provisional que representaba a Fernando VII, por entonces confinado en Francia. Este gobierno, que tomó el nombre de Junta Central, designó virrey del Río de la Plata al marino Baltasar Hidalgo de Cisneros, quien a mediados de 1809, recibió el mando de su antecesor Santiago de Liniers (de origen francés y que había alcanzado dicho cargo tras liderar las victorias militares frente a las invasiones inglesas en 1806 y 1807), y se instaló en Buenos Aires. El Río de la Plata y las repercusiones de lo que sucedía en Europa Algunos autores han sostenido que el movimiento revolucionario del Río de la Plata, tuvo una filiación netamente liberal, inspirado en los ideales enciclopedistas y de la Revolución Francesa; otros sitúan la Revolución de Mayo bajo el influjo del constitucionalismo norteamericano; y hay quienes sostienen la preeminencia de las ideas del liberalismo español nacido con los Borbones. Todas estas corrientes tuvieron influencia en el proceso tanto colonial como independiente. Esto significa que para 1810, ya se venían gestando las ideas liberales y antimonárquicas, opuestas al absolutismo reinante. 9 https://www.biografiasyvidas.com/biografia/j/jefferson.htm 10 Esta Logia tuvo una importante participación en los estallidos revolucionarios independentistas que tendrían lugar en la mayoría de las capitales hispanoamericanas a partir de la invasión y ocupación napoleónica sobre España desde 1808, que mantuvo prisionero a Fernando VII hasta 1814. 12 La Independencia de los Estados Unidos de América (1776) Este hecho gravitó en la Revolución de Mayo, ya que sirvió de contagio al resto de las colonias hispanoamericanas. España colaboró en forma activa a favor de la independencia del país del norte para socavar el poderío inglés. Es recién desde 1810 en adelante cuando la literatura estadounidense llegó a nuestras tierras. La Declaración de Independencia y la Constitución de Estados Unidos de América, fueron los modelos para la Constitución de Venezuela, de 1811 (también lo fueron para las nuestras en 1816 y en 1853, respectivamente). Las colonias hispanas en América veían a Estados Unidos como la encarnación de la libertad y del republicanismo; postulados, ambos, de la Ilustración. Va a ser en la Asamblea del año XIII cuando podamos comprobar la difusión de las ideas federalistas y republicanas, y su influencia, en nuestras instituciones. Revolución Francesa (1789) Al estallido de la Revolución Francesa surge todo un mundo al amparo de nuevas ideas: - reafirmando los poderes de la nueva clase burguesa, - quebrantando el principio de autoridad del absolutismo reinante, - reclamando para el pueblo los atributos de la soberanía, - haciendo de la ciencia, un genio. Estos cambios influyeron en las doctrinas filosóficas de América, al propagarse las ideas liberales de los "filósofos". Las causas internas Las agruparemos en aspectos políticos, económicos y jurídicos. También existieron causas internas con comunes denominadores: En muchos pueblos del virreinato proliferaban los grupos revolucionarios, surgían caudillos populares y se difundían las nuevas ideas que agrupaban a los criollos. Las sublevaciones de Chuquisaca y La Paz en 1809 tuvieron una enorme influencia en el norte, como muestra de iniciativa para sublevarse contra el poder español, aunque también se asistió a la forma en que el movimiento fue sofocado. Aspectos Políticos Sin duda alguna, el hecho más importante que ocurrió antes de la Revolución de Mayo fueron las invasiones con las que Inglaterra trató de apoderarse de Buenos Aires en 1806 y 180711. El primer intento tuvo lugar en junio de 1806. La pérdida de su principal colonia en América había incentivado a Inglaterra a buscar nuevas posesiones y mercados. Una expedición británica se había apoderado poco antes de la ciudad del Cabo de Buena Esperanza, en Sudáfrica, y un grupo al 11 https://www.youtube.com/watch?v=a_wJ5l23UD0 13 mando del almirante Sir Home Popham, ante las noticias de lo desguarnecida que se hallaba Buenos Aires, decidió tomar la ciudad y apoderarse de los caudales que, según tenía información, se hallaban depositados en Buenos Aires para ser despachados a España. Desembarcó sus tropas (unos mil seiscientos hombres, principalmente del regimiento 71, "Highlanders") en Quilmes, y desde allí inició su marcha sobre Buenos Aires, encabezadas las fuerzas por el general William Carr Beresford. Enterado de ello, el virrey Sobremonte abandonó la ciudad con rumbo a Córdoba, poniendo a cubierto los caudales del virreinato y su propia persona. Los invasores dominaron a las pocas tropas que les hicieron frente en Buenos Aires, y se apoderaron de la ciudad capital del virreinato. Beresford, rápidamente, se preocupó por hacer saber a Londres la conquista de tan importante plaza, solicitando los convenientes refuerzos, dada sus muy escasas fuerzas militares. La reconquista de la capital colonial española, fue encabezada por don Santiago de Liniers, francés de nacimiento y marino de la armada del rey de España, que se hallaba radicado en Buenos Aires. Ante la ocupación inglesa había pasado a la Banda Oriental para no caer prisionero, y desde allí organizó la expedición que desembarcó en las playas del Tigre el 4 de agosto. Tras una importante batalla, el 12 de agosto sus fuerzas vencieron a los ingleses, retomando el dominio político y militar de Buenos Aires. Desde entonces, la Plaza Mayor o del Fuerte, frente al Cabildo de Buenos Aires, comenzó a conocerse como Plaza de la Victoria12 (denominación que muchos años más tarde sería reemplazada por la actual: “Plaza de Mayo”, en homenaje a los hechos acaecidos el 25 de mayo de 1810). Mientras Liniers conducía esa batalla, Sobremonte se acercó con tropas milicianas reunidas en Córdoba. Se le pidió que no entrase a la ciudad, donde no era bien visto, y que se marchase con las tropas a la Banda Oriental, para defenderla en caso de producirse un nuevo ataque británico. Así lo hizo tras dar a Liniers el mando militar de Buenos Aires. Pobladores de Buenos Aires y de las demás ciudades del virreinato, reuniéndose en cabildo abierto el 14 de agosto de 1806, depusieron a su virrey y motu propio erigió su gobierno y se armó para su defensa. La Audiencia de Buenos Aires tomó el mando político y Liniers, el militar. Poco tiempo después, este último fue designado virrey, primero interino y después titular. Otra consecuencia inmediata de esta primera invasión fue la creación de varios cuerpos militares. Esta medida se tomó para que no volviera a repetirse la situación de indefensión en que se había hallado la ciudad. Entre otros, fueron creados los regimientos de Patricios, Arribeños, Migueletes, Miñones y Gallegos. La libertad de comercio vigente en el corto período de dominación inglesa, alentó las expectativas de los sectores vinculados con la exportación (hacendados), acrecentando la rivalidad entre las dos ciudades puertos, Buenos Aires y Montevideo, que ya existían prácticamente desde la fundación de esta última en 1723. La segunda ola invasiva inglesa ocurrió al año siguiente (1807) y tuvo un comienzo diferente. Esta vez, los británicos se apoderaron primero de Montevideo y de Colonia del Sacramento, en la Banda Oriental, en febrero de 1807. Recién en julio se dirigieron contra Buenos Aires, y lo hicieron tras desembarcar sus fuerzas (más de 8000 hombres y 16 cañones), en la Ensenada de Barragán (cercana a la actual ciudad de La Plata). Tras derrotar a las primeras tropas criollas que les hicieron frente, marcharon ofensivamente hacia Buenos Aires. La acción militar elegida por el General inglés Whitelocke fue decididamente equivocada, y pese a superar ampliamente en número y armamento a las fuerzas patriotas, fueron derrotados en las calles de Buenos Aires. Debieron nuevamente rendirse y tomar el camino de la retirada, como un año atrás. Uno de los héroes de la victoria de 1807 fue el alcalde Martín de Álzaga, quien organizó la defensa de la ciudad. Por los resultados, y ante la hipótesis de que Inglaterra intentase una tercera expedición, las autoridades de Buenos Aires consideraron que la estructura militar creada para la defensa debía subsistir. En la Banda Oriental del Río de la Plata, como consecuencia militar de la toma de Montevideo, quedaron expuestas las áreas más vulnerables de la Ciudadela y la muralla circundante, motivando que se refuercen sus baluartes. Al mismo tiempo se buscó controlar el acceso naval a la 12 https://elarcondelahistoria.com/plaza-de-la-victoria-1806/ 14 bahía mediante la construcción de la Fortaleza del Cerro que debía cruzar el fuego de sus cañones con las baterías instaladas en la Isla de Ratas, ubicada en posición equidistante de las principales fortificaciones montevideanas. La Banda Oriental del Río de la Plata, como territorio de frontera disputada entre dos grandes potencias europeas (España y Portugal), situación a la que se sumaba la presencia de las Misiones Jesuíticas y el desarrollo de las Invasiones Inglesas de 1806 y 1807, fue forjando un espíritu castrense en la naciente sociedad oriental. Otro antecedente político importante y dable de destacarse, fue que luego de los sucesos acaecidos desde mayo de 1808 en la España invadida por Francia, en Buenos Aires se mantuviera al francés Liniers como Virrey. Las dudas sobre su lealtad a España fueron creciendo. Mientras tanto, esos mismos acontecimientos en la península ibérica, y las ideas en marcha en América, acentuaron en particular a los españoles radicados en el Plata, la intención de mantener sus privilegios políticos, frente a las posibilidades económicas que tenían los criollos. El proceso llegó a su punto máximo con la situación conocida como el Motín de Alzaga (01/01/1809)13 con el que se pretendió derrocar a Liniers. El Virrey, apoyado por los cuerpos militares encabezados por Saavedra, derrotó a los insurrectos. El reemplazo de Liniers ocurrió recién cuando la Junta Central Suprema Gubernativa del Reino, designó virrey a Baltasar Hidalgo de Cisneros el 11 de febrero de 1809. Aspectos Económicos El monopolio comercial, aún reinante en el Río de la Plata, a pesar del libre comercio reglamentado desde el final del siglo anterior, era criticado por los que trabajaban la tierra y por los hacendados, quienes peticionaban por la libertad de comercio en defensa de sus intereses. Éstos, se chocaban contra los de los comerciantes que, acostumbrados a las ganancias que obtenían merced al contrabando, preferían mantener el régimen de monopolio. Una elocuente muestra de cómo fue que la situación económica en el Plata contribuyó al caldo en el que se cultivaba la revolución, fue el documento conocido como la “Representación de los Hacendados¨14, elaborada en 1809 por el abogado y apoderado de los hacendados, Mariano Moreno. Dicho documento que en su momento fue entregado al entonces Virrey Cisneros, describía la situación económica regional y más tarde serviría como plataforma, en lo que atañe a la política económica, del desarrollo de la revolución que estallaría en mayo de 1810. Aspectos Jurídicos. Doctrinas Jurídicas al momento de la Revolución Dentro de la fundamentación ideológica de la revolución, surgen dos corrientes historiográficas, que discuten sobre la doctrina que diera origen a su tesis ideológica: la corriente tradicional cuyo mayor exponente era el padre Francisco Suárez, y la corriente liberal, expuesta por el francés Juan Jacobo Rousseau. Corriente tradicional (Suarez) Esta corriente niega la influencia de las tendencias liberales y de la Revolución Francesa. La tendencia Suarista dice que las ideas del filósofo jesuita fueron conocidas en toda América desde el siglo XVII y XVIII. Éstas, se difundieron en los establecimientos de enseñanza (especialmente los que estaban en manos de los jesuitas). En 1761, el rey de Francia mandó quemar todos los trabajos realizados por Suarez, porque iban en contra de los principios monárquicos. La doctrina de Suarez puede resumirse en estos cuatro puntos: A nadie le viene inmediatamente de Dios la potestad civil, por naturaleza o donación graciosa. Es al gobernante al que le viene la autoridad, mediante el pueblo. El pueblo la concede por su libre consentimiento, derivándose de allí los títulos de gobierno. Al hacer esa donación, o traspaso, hay limitaciones en el poder. Esta doctrina daba al pueblo el legítimo derecho de ser el titular de la soberanía y traspasar el poder o mando al monarca, mediante un pacto o contrato, que queda disuelto ante cualquier falta cometida por parte del monarca. 13 http://www.argentinahistorica.com.ar/intro_cronica.php?tema=3&titulo=16&subtitulo=237 14 https://es.wikipedia.org/wiki/La_Representaci%C3%B3n_de_los_Hacendados 15 Suarez trataba de demostrar que, a pesar del contrato entre el rey y el pueblo, el pueblo estaba obligado a obedecer por derecho divino o natural, como también el rey debía hacerlo (sin caer en la tiranía). Con estas consideraciones se comprende que las ideas de Suarez fueron realmente revolucionarias y bien pudieron servir perfectamente para denunciar las faltas al pacto social realizado entre el monarca español y los pueblos americanos. Estas ideas influyeron en forma importante en el virreinato. Debemos tener en cuenta que las principales figuras del Mayo de 1810, fueron alumnos de los colegios donde se difundían este tipo de pensamientos. De esta manera vemos que es evidente su conocimiento en el Río de la Plata. Corriente liberal (Rousseau) Esta tendencia historiográfica afirmaba que la doctrina revolucionaria que sostuvo Castelli, no fue otra más que la del Contrato Social de Rousseau (obra que la Primera Junta mandaría a traducir e imprimir, prologada por Mariano Moreno). A la par de esta fundamentación, sostienen la filiación francesa de las ideas políticas proclamadas en mayo. La teoría de Rousseau sostenía que la soberanía es intransferible y sólo la posee el soberano o el pueblo. Además, para Rousseau, el pacto social se realiza entre los miembros de la comunidad y no entre el pueblo y el monarca. En la intención de entender que ambas corrientes filosóficas estuvieron presentes al momento de la revolución de 1810, no puede negarse la existencia de los conceptos vertidos tanto por Suarez como por Rousseau. En lo que se refiere a este último, por el hecho de provenir de uno de los mayores inspiradores de la Revolución Francesa, en el Río de la Plata acentuó la condición aquella de que todo lo que sirviera para enfrentar al modelo de dominación colonial española, era bienvenido en dichas circunstancias. No se tardó mucho tiempo en comprobar tales afirmaciones. Basta con leer la letra completa del que sigue siendo hoy nuestro Himno Nacional Argentino (ya nomás en la primera estrofa de la parte que actualmente se canta, suenan muy fuerte las dos primeras de las tres palabras que formaron parte del lema de la revolución gala: Libertad e Igualdad), o el mismísimo Escudo Nacional Argentino, con su imagen hecha a semejanza de una que se había usado durante la Revolución Francesa, símbolo nacional argentino en el que allí sí se hallan presentes imágenes pertinentes a las tres palabras del lema revolucionario francés15. b) La Semana de Mayo. Así fue como en los análisis de las investigaciones históricas nacionales, se denominó a los momentos previos más cercanos al del estallido del proceso revolucionario que iba a tener lugar el 25 de mayo de 1810. Desde hacía tiempo se venía gestando este proceso cuyos antecedentes y causas externas e internas se han mencionado anteriormente en sucinta forma. La Revolución de Mayo iba a tener por protagonistas a un conjunto de vecinos de Buenos Aires, la mayoría de ellos: criollos. La crisis de la monarquía española repercutió hondamente en América. En el Río de la Plata se habían formado grupos políticos que proponían diversas soluciones para el futuro gobierno del virreinato sin un virrey español: Martín de Álzaga, el alcalde que había defendido a Buenos Aires en 1807, y que había pretendido derrocar a Liniers en 1809, proponía independizar estas regiones de Fernando VII, por entonces preso en Francia, y constituir un gobierno de españoles europeos. Un grupo formado en su mayoría por criollos de la talla de Cornelio Saavedra, Manuel Belgrano y Juan José Castelli, entre otros, durante un tiempo se dejó ganar por la idea, que luego desechó, de coronar a Carlota Joaquina de Borbón, hermana de Fernando VII y esposa de Juan de Braganza, el gobernante de Portugal, que por entonces residía en Río de Janeiro. Algunas de estas ideas, entre otras tantas, se debatirían en el cabildo Abierto que iba a tener lugar el 22 de Mayo de 1810. Veremos a continuación, algunos de los sucesos que permitieron llegar a dicho momento histórico. 13 de mayo Una fragata inglesa que recaló en Montevideo, la "Milestoe”, proveniente de Europa traía consigo periódicos con noticias del viejo continente. Así fue que se tomó conocimiento en el Río de la Plata 15 En el Escudo nacional Argentino, la Libertad está simbolizada en el gorro frigio, la Igualdad en los espacios simétricos del óvalo pintado mitad celeste y mitad blanca, y la Fraternidad en las manos cruzadas. 16 que los miembros de la Junta Central habían dejado Sevilla, dado que esa ciudad andaluza había sido tomada por los franceses. Había caído la última Junta de España en Andalucía. Si otro tanto ocurría con Cádiz, hacia donde avanzaban, no quedaría territorio alguno libre en España. Disuelta la Junta central, último baluarte de la monarquía, los pueblos americanos, comprendieron que había llegado el momento para reasumir el poder soberano. Habiendo sido disuelta la Junta Central (la cual había nombrado a Cisneros), quedaba también sin efecto su mandato. 18 de mayo En vista de lo que estaba ocurriendo, el virrey Cisneros (sucesor de Liniers en el mando virreinal), quien ya tenía noticias del clima de agitación que se vivía en la ciudad, publicó una proclama para pedir al pueblo que se mantuviese unido y que no se tomasen resoluciones sin conocer la opinión de todo el virreinato. Aconsejó tranquilidad y obediencia a las autoridades españolas. Muchos vecinos, en su mayoría criollos, entendieron que había llegado el momento propicio para tomar decisiones. Por tal razón los hechos comenzaron a precipitarse el 19 y culminaron el 25. 19 de mayo Saavedra y Belgrano se reunieron con el alcalde de primer voto, Juan José Lezica, para que convocara, con ausencia de Cisneros, un Cabildo Abierto. Castelli cumplió idéntica misión ante el síndico procurador Julián de Leiva. 20 de mayo Cisneros reunió en la Fortaleza a los jefes militares para pedir su apoyo, pero no tomó ninguna decisión. El Cabildo había solicitado al virrey que diera el correspondiente permiso. Cisneros consultó antes a los jefes militares y estos manifestaron que no estaban dispuestos a sostenerlo en el cargo. Por la noche, Juan José Castelli y Martín Rodríguez insistieron en solicitar al virrey que diera la necesaria autorización para realizar el Cabildo Abierto y así lo hizo Cisneros. 21 de mayo Algunos vecinos se reunieron en la Plaza Mayor para apoyar la solicitud de un Cabildo Abierto. Los regidores decidieron que se realizara el 22, y repartieron invitaciones entre 450 vecinos principales, funcionarios, jefes militares y autoridades religiosas. c) Cabildo Abierto del 22 de mayo: posturas. A las 09:00 de la mañana, con alrededor de 250 invitados, comenzó la sesión. El debate se inició con la proclama del escribano del Cabildo, Justo Núñez, quien aconsejó evitar toda innovación y acatar la autoridad del Virrey. Siguió en el uso de la palabra el obispo de Buenos Aires, Benito de Lué y Riega (español) quien sostuvo que aún en caso de una pérdida parcial de la Península, ese pedazo de tierra debía continuar gobernando a América y los criollos sólo podrían llegar a ejercer el poder cuando no quedara ningún español en estas tierras. Luego habló el doctor Juan José Castelli (se apoyó en la doctrina suarista). Fundamentó los derechos del pueblo de Buenos Aires para ejercer su soberanía y formar un nuevo gobierno ya que se le había jurado fidelidad al rey de España y no a la nación española. El fiscal Manuel Genaro Villota (español) afirmó que las resoluciones de los vecinos porteños carecían de validez porque no representaban a todo el virreinato. Juan José Paso, abogado criollo, sostuvo la necesidad de establecer en Buenos Aires una Junta Gubernativa lo antes posible. A continuación, se decidió votar una propuesta concreta. Entre todas se destacó la proposición de Cornelio Saavedra por la cesación del Virrey y la delegación interina del mando en el Cabildo hasta la formación de una Junta que lo ejerciera en base a la participación popular. Según sus palabras "...No queda duda de que el pueblo es el que confiere la autoridad o mando..." Adhirieron a su 17 opinión Castelli, Belgrano, Paso, Moreno y Rivadavia entre otros. Votaron por escrito 225 sufragios, cuyo escrutinio se dejó para el día siguiente por lo avanzado de la hora. 23 de mayo El recuento de los votos arrojó las siguientes cifras: 155 votos por la destitución del Virrey; 69 por su continuación en el mando sólo o asociado. Pero estos votos no eran para que el Cabildo erija una junta ni para la participación popular de la que hablaba Saavedra. La mayoría de los votantes se manifestó a favor de que el Cabildo tomara el mando y designara una Junta que, a su vez, gobernaría el virreinato hasta que se reuniesen en Congreso los diputados de todas las ciudades. Una maniobra de los regidores del Cabildo permitió designar, sin consultar al pueblo, una Junta Provisional presidida por el propio Virrey. d) Los acontecimientos del 24 de Mayo. En este día el Cabildo designó una Junta de Gobierno integrada de la siguiente manera: presidente, Cisneros; vocales: José Santos Incháurregui, Cornelio Saavedra, Juan José Castelli y Juan Nepomuceno Solá. De estos cuatro, el primero peninsular y los otros tres, criollos, habían votado en la reunión del 22 por la cesantía de Cisneros. Precisamente, la presencia de éste en la Junta provocó la oposición del pueblo y la demanda de que los designados pidan al Cabildo que elija a quienes merecieran la confianza del vecindario. El Cabildo dispuso que Cisneros continuaría en el mando al frente de una Junta de Gobierno integrada por dos españoles y por dos criollos: Castelli y Saavedra. Previa consulta a los jefes militares, los integrantes de la Junta juraron en el Cabildo. Cuando trascendió, que el virrey permanecía en el mando, la agitación cundió por la plaza mayor y los cuarteles de Patricios. Castelli y Saavedra reconocieron su error y renunciaron. El Virrey actuó de la misma manera y el poder volvió al Cabildo. Los patriotas decidieron presentar al Cabildo los nombres de las personas que integrarían la nueva Junta de Gobierno. Además de confeccionar esa lista, se dispuso enviar a la brevedad una expedición militar al interior con carácter de "auxiliadora", para dar las buenas nuevas al resto del territorio virreinal. La destitución del Virrey se hizo pública a través de un bando por las calles de Buenos Aires. e) El 25 de Mayo. La Primera Junta de Gobierno. Los cabildantes resolvieron rechazar la renuncia de la junta presidida por el Virrey y le aconsejaron a éste imponerse por la fuerza. Para lograrlo consultaron a los jefes militares quienes negaron su apoyo. Los miembros del Cabildo se reunieron para considerar la renuncia de los miembros de la Junta, lo que no fue aceptado, comunicándosele a mantener su autoridad. Se decidió convocar a las fuerzas armadas, las que se pronunciaron en contra de la decisión de los cabildantes. Le negaron su apoyo al Virrey. El Cabildo decidió solicitar la renuncia de Cisneros, a lo que éste accedió, no sin antes enviar una misiva a Liniers que se hallaba en Córdoba, designándolo comandante de la contrarrevolución. Una nueva presentación hizo saber al Cabildo, que el pueblo no se contentaba con la renuncia del presidente, sino que habiendo formado idea que el Cabildo en la elección de la Junta se había excedido en sus facultades, y teniendo noticia cierta de que todos los vocales habían renunciado, había el pueblo reasumido la autoridad que depositó en el Cabildo (acta del 25 de mayo). LA PRIMERA JUNTA (25-5-1810 / 18-12-1810) La Junta Provisional Gubernativa (tal fue su denominación), juró en nombre de Fernando VII y desempeñó sus funciones entre mayo y diciembre de 1810. Una vez constituida debió enfrentar la oposición sistemática del Cabildo, de la Audiencia y del ex Virrey, quienes tenían la esperanza de que los diputados provinciales se pronunciaran contra la Junta. Composición de la Primera Junta de Gobierno 18 Instalada en Buenos Aires la Junta Provisional Gubernativa de las Provincias del Río de la Plata a nombre de Don Fernando VII, se halló integrada de la siguiente manera. Presidente: Cornelio Saavedra. Secretarios: Mariano Moreno y Juan José Paso. Vocales: Manuel Alberti, Miguel de Azcuénaga, Manuel Belgrano, Juan José Castelli, Domingo Matheu y Juan Larrea (los dos últimos no eran criollos). f) Obra de la Primera Junta de Gobierno: Frentes de lucha armada. Situación política interna (germen del enfrentamiento entre centralismo y federalismo). Entre las medidas de gobierno de carácter social que realizó el primer gobierno patrio merece destacarse: la concesión de derechos políticos a los aborígenes, la elaboración de normas para facilitar la venta de terrenos a los agricultores. En el aspecto económico: favoreció el libre comercio, redactó un nuevo reglamento para la actividad comercial, ordenó la apertura de puertos como Maldonado y La Ensenada, persiguió el contrabando y protegió la industria minera. Dispuso además la reorganización del ejército: creó una escuadrilla naval y abrió, por iniciativa de Manuel Belgrano, una escuela militar de matemática. Para comunicar su obra de gobierno y sus ideas, la Junta fundó un periódico: la Gazeta de Buenos Aires. También ordenó la creación de una Biblioteca Pública, editó la traducción al español del Contrato Social de Rousseau prologado por Mariano Moreno, dispuso la edificación de escuelas primarias y aumentó el sueldo a los maestros. Circular del 27 de mayo. Para consolidar posiciones, debía hacerse trascender la revolución a un plano nacional, lo que reafirmaría la decisión adoptada en Buenos Aires. Por ello se decidió comunicar a los pueblos del interior del virreinato la instalación del nuevo gobierno, solicitándoles que nombraren diputados, quienes se incorporarían a la Junta de acuerdo al orden de llegada. De esta manera los representantes de las provincias arribarían a Buenos Aires para formar una parte de la Junta y no un cuerpo separado. Como ya ha sido expresado, las ciudades de las provincias de este joven virreinato de apenas más de treinta años con capital en la cosmopolita y en alguna medida “pagana” ciudad de Buenos Aires, aún seguían acostumbradas a los más de dos siglos de dependencia de la tradicional, monárquica y católica ciudad de Lima. Durante un tiempo, los pueblos del interior permanecieron fieles al sistema político imperante con Cisneros. Era evidente que los enemigos de la Junta confiaban en los representantes de las provincias para sus intentos de volver al poder. Reglamento del 28 de mayo Como la Junta gubernativa no aceptó el reglamento del 25 de mayo (que la sometía a las directivas del Cabildo), haciendo uso de sus legítimas atribuciones dictó el reglamento administrativo del 28 de mayo. Fue un reglamento en el que se atribuyó los poderes de gobierno, hacienda y guerra. Todos los demás organismos debían subordinarse al poder de la Junta, incluso órganos muy fuertes que no estuvieron cómodos con esta disposición, como fueron el Cabildo y la Audiencia. Éstos no se resignaron a perder el poder frente a la Junta y promovieron los enfrentamientos contra la misma. El documento además establecía el horario de trabajo de la Junta, organizaba la labor administrativa, los honores de sus integrantes y el ejercicio de su Patronato. Reglamento del 29 de mayo 19 La Junta Provisional Gubernativa de las Provincias del Río de la Plata a nombre del señor don Fernando VII, emitió el 29 de mayo de 1810 una proclama dirigida a los “cuerpos militares de Buenos Aires”. Se trató de la “Proclama y reglamento de la milicia” que, en sus determinaciones originaba la primera formación del que años más tarde iba a ser nuestro Ejército Argentino. Junto a este decreto se crearon cinco regimientos de infantería de línea que llevaron los números del 1 al 5, sobre la base los cuerpos de milicianos de Patricios, Arribeños, Montañeses y Andaluces. “Cuerpos Militares de Buenos Aires! La energía con que habéis dado una autoridad firme a vuestra Patria, no honra menos vuestras armas, que la madurez de vuestros pagos distingue vuestra generosidad y patriotismo. Agitados los ánimos por la incertidumbre de nuestra exigencia política, supisteis conciliar todo el furor de un entusiasmo exaltado con la serenidad de un ciudadano que discurre tranquilamente sobre la suerte de su Patria y las armas que cargábais no sirvieron si no para abrir a la razón, para que recuperando sus derechos fuese la única guía de una resolución magnánima que debe fijar el destino de estas provincias. Los pueblos antiguos no vieron un espectáculo tan tierno como el que se ha presentado ante nosotros y cuando se creía apurado vuestro espíritu por el contraste a que la triste situación de la península lo había reducido, un heroico esfuerzo se propuso vengar tantas desgracias, enseñando al opresor de la Europa que el carácter americano opone a su ambición una barrera más fuerte que el inmenso piélago que ha contenido hasta ahora sus empresas. ¿Quién no respetará de ahora en adelante a los Cuerpos Militares de Buenos Aires?. Si examina vuestro valor lo hallarán consignado por las más gloriosas victorias; si se meditan esas intrigas; que más de una vez dieron por tierra con los pueblos esforzados, temblarán al recordar esa gloriosa escena que precedió a la inauguración de esa Junta; la sabiduría presidía vuestros discursos, las más vivas penetraciones disipaban los sofismas y religiosos observadores de los derechos del Rey y del pueblo; nada pudo desviarnos del camino legítimo que habíais meditado para su conservación. Conservad siempre unida la oliva de los sabios al laurel de los guerreros y esperad de la Junta un celo para vuestro bien, igual al que habéis manifestado para formarla. Esta recíproca unión de sentimientos a fijado las primeras atenciones de la Junta, sobre la mejora y fomento de la Fuerza militar de estas provincias; y aunque para justa gloria del país es necesario conocer un soldado en cada habitante, el orden público y la seguridad del Estado exigen que las esperanzas de los buenos patriotas y fieles vasallos reposen sobre la fuerza reglada correspondiente a la dignidad de estas provincias; a este fin, a acordado la Junta las siguientes medidas en cuya pronta y puntual observancia interesa sus respetos y todo vuestro celo: Los Batallones Militares existentes se elevarán a regimiento con la fuerza efectiva de 1.116 plazas, reservado la Junta proveer separadamente sobre el arreglo de la caballería y artillería volante”. Para obtener el reconocimiento de Montevideo al nuevo gobierno, se envió a Juan José Paso, pero su misión resultó infructuosa. La ciudad se mantuvo leal al rey y al Consejo de Regencia de Cádiz. Paso debió regresar a Buenos Aires sin ningún resultado. La situación se complicó cuando Javier de Elío, nombrado por el Consejo de Regencia como Virrey del Río de la Plata demandó subordinación a Buenos Aires, pero la Junta no lo reconoció. Elío ordenó a las tropas de la Banda Oriental del Río de la Plata, organizarse para atacar a Buenos Aires. Situaciones similares ocurrieron en Córdoba, en el Alto Perú y en Paraguay que también prefirieron declararse leales a España. Este reglamento del 29 de Mayo fue el que posibilitó que meses más tarde partieran las expediciones militares hacia esos focos contrarrevolucionarios. En su marcha hacia Potosí, el Ejército Auxiliar del Alto Perú tomó prisionero a los contrarrevolucionarios de Córdoba, encabezados por Liniers, fusilándolos en el paraje denominado Cabeza de Tigre. 20 16 CONFLICTOS INTERNOS En el interior de la Junta surgieron dos facciones que se enfrentaron respecto a la forma de resolver los problemas de gobierno. Una estuvo liderada por el militar y potosino Saavedra; representaba la idea de resolver los problemas consensuando las decisiones con los representantes de las provincias del interior del virreinato. Mariano Moreno por su parte, encabezaba el ala del gobierno que consideraba que las decisiones deberían tomarse desde Buenos Aires, buscando que las demás provincias las acompañaren dando sus respectivos consentimientos al materializar el cumplimiento de tales decisiones. Los saavedristas no compartían las nuevas teorías liberales y contaban con la adhesión de las tropas y del pueblo del interior del virreinato. De alguna forma, estas ideas devendrían luego en lo que se conoció como federalismo, mientras que la posición centralista de la facción que encabezó Moreno devino en lo que más tarde se conoció como unitarismo. Los morenistas eran partidarios de las ideas de la ilustración, querían establecer un gobierno democrático y republicano. No contaban con el apoyo de las provincias y demostraron un acentuado 16MENÉNDEZ, Rómulo Félix: “Las Conquistas Territoriales Argentinas”, Círculo Militar, Buenos Aires, 1982, Pág 55. 21 porteñismo. Su política revolucionaria se plasmó en el proyecto que Mariano Moreno presentó a consideración de la Junta y que trascendió como Plan Revolucionario de Operaciones, amén de que su texto obedeció a completar las líneas trazadas por Manuel Belgrano en cumplimiento a una orden impartida por la Junta de gobierno criolla. Hubo un episodio que aumentó la desconfianza entre ambos bandos; durante un banquete en el cuartel de los Patricios donde se festejaba la victoria de Suipacha (7 de noviembre de 1810), un oficial elogió en forma exagerada a Saavedra e incluso lo llamó emperador. Enterado Moreno, redactó el Decreto de Supresión de Honores que disponía la igualdad de todos los miembros de la junta y donde escribió su célebre frase: "Ningún ciudadano, ni ebrio, ni dormido, debe tener impresiones contra la libertad de su país”. Un brindis desafortunado en favor de Saavedra Cuenta don Cornelio Saavedra en sus "Memorias": "La oficialidad de Patricios (regimiento del cual él era jefe) dio una lúcida función en su cuartel; fui convidado a ella con mi familia y uno de los concurrentes, cargado de vino y licores, hizo varios brindis en que aplaudía, dándome el título de Emperador, Rey, etc. En una de las fuentes del ramillete de dulces, había una corona de azúcar: uno de los oficiales obsequió con ella a mi mujer y ésta la pasó a mí. Un jovencito que escribía en la secretaría de Moreno refirió este hecho a su protector, pero, válgame Dios ¡qué importancia se dio a esta bobada! Se propaló que se había intentado en aquella reunión coronarme yo Monarca de América...? En la mañana del 6 de diciembre de 1810, Moreno presentó a la Junta el proyecto del Decreto de Supresión de Honores". (Tomado de Pérez Amuchástegui, A. J., "Crónica Argentina", T. 1, pág. 231). El enfrentamiento se agudizó con la llegada a Buenos Aires de los diputados electos por los Cabildos de las Provincias. Los saavedristas querían incorporar los diputados a la Junta en carácter de vocales. Esta opinión era compartida por el Deán Gregorio Funes representante de Córdoba. Los morenistas, en cambio, eran partidarios de que los diputados formaran un cuerpo separado encargado de dictar una Constitución. La facción saavedrista fue la que se impuso, decidiéndose el alejamiento de Moreno y encargándosele una misión diplomática en Europa. g) Órganos de gobierno que sucedieron a la Primera Junta (hasta la Declaración de la Independencia), al ritmo de los éxitos y fracasos militares de la Revolución. LA JUNTA GRANDE (18–12–1810 / 23–09–1811) A fines de junio de 1810, habían comenzado a llegar a Buenos Aires los diputados de las provicias. Con el triunfo de los saavedristas quedó constituido este nuevo gobierno provisional, integrado por 22 miembros. El hombre fuerte del interior era el deán Gregorio Funes (Córdoba). Conflictos Internos A comienzos de 1811 había tres grupos políticos que se disputaban el poder: Los morenistas: habían tenido que abandonar la Junta y su principal figura, Mariano Moreno, murió durante su viaje en misión diplomática. Este grupo revolucionario formó un centro de difusión de sus ideas al que llamó Sociedad Patriótica. Algunos de sus integrantes fueron militares como Domingo French y civiles como Pedro Agrelo y Julián Alvarez. Los saavedristas: contaban con el apoyo de los cuerpos militares criollos y con el de la población de los suburbios. Los provincianos: encabezados por el deán Funes sostenían que la Junta, sometida al centralismo porteño, no representaba la voluntad de los pobladores de la campaña. 22 Movimiento del 5 y 6 de abril de 181117 La Junta Grande nunca pudo llevar adelante su misión de gobernar con tranquilidad por dos grandes motivos: la gran cantidad de miembros que la integraban, que demoraban las resoluciones, y una fuerte oposición dentro de Buenos Aires. La derrota de Belgrano en su campaña militar al Paraguay, tampoco había contribuido a mejorar la imagen del gobierno que la facción saavedrista dirigía desde la Junta Grande. Esta oposición se plasmó en el grupo conocido como "Sociedad Patriótica", cuya orientación era centralista. Las familias más antiguas de la ciudad se opusieron a los miembros de este grupo y en la noche del 5 de abril, con el apoyo de algunos batallones, se encaminaron hacia la Plaza. Entre los cabecillas se hallaba Joaquín Campana. En las primeras horas del 6 fueron recibidos por Saavedra, quien prometió estudiar el extenso petitorio de los insurrectos. Entre otros puntos exigían: Que Rodríguez Peña, Larrea, Azcuénaga, y Vieytes cedieran sus puestos a Chiclana, Anastasio Gutiérrez, Juan de Alagón y Joaquín Campana. Esto se hizo efectivo. Que algunos miembros de la "Sociedad Patriótica" fueran desterrados de la ciudad, entre ellos: Posadas, Beruti, French y Donado. Que Saavedra continuara como Comandante en Jefe de las tropas. Que Belgrano rindiera cuentas por las derrotas en Paraguay. Que el mando de las provincias fuera ejercido por hombres nativos de las mismas. Este hecho que finalizó con una nueva victoria de los saavedristas, y permitió a la Junta continuar con el poder, en realidad marcó el inicio de prolongadas luchas internas en la historia argentina. La oposición a la Junta Al llegar a Buenos Aires la noticia de la derrota del Ejército Auxiliar del Alto Perú en Huaqui (20 de Junio de 1811), la Junta Grande ya tenía muchas cuestiones en contra. Los miembros que quedaban de la Sociedad Patriótica impulsaban la idea de que los malos resultados militares en Paraguay y en el Alto Perú, obedecían al ineficiente gobierno de la Junta. Así las cosas, el gobierno ordenó al Brigadier General Cornelio Saavedra que se dirigiera al norte y dejara la capital, buscando salvar la mala imagen que había dejado Castelli en oportunidad de la ocupación criolla luego del triunfo en Suipacha. Los morenistas de la Sociedad Patriótica entendieron que, al marcharse Saavedra, la oportunidad de tomar el poder se les estaba sirviendo en bandeja y actuaron en consecuencia. Ocho días después de haber llegado a Salta, Saavedra recibió la noticia de que no era más presidente de la Junta. El Cabildo había exigido la renuncia de Joaquín Campana y el pueblo reclamó la realización de un Cabildo Abierto para "la seguridad y defensa de la Patria". El resultado del Cabildo Abierto fue el golpe de muerte del Gobierno. La conducción política tenía que cambiar de manos y como única solución, la Junta hizo conocer el decreto de creación de un triunvirato donde se redujo el poder ejecutivo a tres miembros18. El poder político parecía comenzar a pasar a manos de la facción centralista. EL PRIMER TRIUNVIRATO (23-09-1811/08-10-1812) La Junta Grande debilitó su poder merced a las derrotas militares, a los conflictos políticos internos y a la agitación pública. En septiembre de 1811 materializó el final de su gobierno con el decreto de creación de un Poder ejecutivo compuesto por tres miembros, mientras que la Junta integraría lo que se denominó: “Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII”, en representación directa del pueblo de las provincias, dictando leyes que el Triunvirato debía aplicar. Los miembros que componían el ejecutivo eran responsables de sus acciones ante la Junta Conservadora que se abrogaba la condición de poder legislativo. Las buenas relaciones entre estos dos organismos no duraron más que un mes. La ruptura de tan forzada convivencia llegó cuando la Junta Conservadora, a través del dictado del Reglamento Orgánico pretendió subordinar al Triunvirato bajo su autoridad. El Triunvirato no estaba dispuesto a aceptar el reglamento y sometió la aprobación del mismo al Cabildo, como si una institución local estuviera facultada para revisar las leyes dictadas por un órgano de carácter nacional como era la Junta Conservadora. No obstante ello, el Cabildo lo declaró “nulo”. 17 https://www.todo-argentina.net/historia/independencia/ant009.htm 18 https://argentinahistorica.com.ar/temas.php?tema=6&titulo=26&subtitulo=52 23 Días después, el Triunvirato disolvió la Junta Conservadora e hizo evidente el espíritu centralista que dominaba en el mismo, principalmente desde su secretario Rivadavia, autor del decreto que establecía su disolución. Allí se decía que “sólo la tolerancia de la Capital les había permitido gobernar hasta entonces, pero ahora el Pueblo de la Capital reclamaba la reintegración de los derechos que le pertenecían”. En ausencia de un poder legislativo, el Triunvirato se autorizó a sí mismo para dictar todas las medidas que creyera necesarias sin más límite que su propia prudencia, dictando el denominado “Estatuto Provisional de Gobierno Superior de las Provincias Unidas del Río de la Plata a nombre del Señor Don Fernando VII”. Toda una novedad ya que ninguna institución había detentado tanto poder en el Río de la Plata; ni aún las españolas. Composición del Primer Triunvirato El nuevo gobierno estaba compuesto por Feliciano Chiclana, Manuel de Sarratea y Juan José Paso. Como secretarios fueron nombrados: Bernardino Rivadavia, de Guerra; José Julián Pérez, de Gobierno y Vicente López y Planes, de Hacienda. Ninguno de los miembros era proveniente de las provincias del interior, sino que eran porteños que luchaban para desalojar del gobierno al elemento provinciano. La historiografía argentina ha caracterizado de la siguiente forma a este gobierno: Políticamente: como una reacción contra el 5 y 6 de Abril. Electoralmente: significaba el voto restringido frente al sufragio universal. Social y económicamente: representaba a la élite de Buenos Aires. El Triunvirato fue desprestigiándose rápidamente debido a una serie de medidas adoptadas, como la demasiado explícita reafirmación de fidelidad a Frenando VII. Medidas de Gobierno del Primer Triunvirato Creó una junta protectora de la libertad de imprenta. Dio a conocer el Decreto de Seguridad Individual, anticipo del Hábeas Corpus. Prohibió el tráfico de esclavos en todo el territorio de las Provincias Unidas. Otorgó carta de ciudadanía a algunos extranjeros en reconocimiento por sus servicios. Reemplazó a la Audiencia por una Cámara de Apelaciones y estableció un Tribunal de Concordia. Para reformar y disciplinar al ejército creó un Estado Mayor Militar, un Regimiento de Granaderos a Caballo (encomendado al recientemente llegado desde Inglaterra, teniente coronel San Martín), y dispuso la fabricación de armas y de pólvora. El 07 de diciembre de 1811 se produjo en Buenos Aires una sublevación del Cuerpo de Patricios originada por el nombramiento de un nuevo comandante, el coronel Manuel Belgrano, quien por orden del Triunvirato debía reemplazar al Brigadier General Saavedra. Los Patricios entendieron que tal medida era tomada para castigar a su ya legendario jefe y estuvieron reticentes. Belgrano, en la intención de imponer disciplina al Cuerpo, ordenó a los patricios cortarse las trenzas que ellos lucían tan orgullosamente en sus paradas militares, y que eran consideradas un distintivo del regimiento. Lejos de cumplir la orden, se amotinaron los suboficiales y soldados expulsando a los oficiales del Cuerpo. Conocido esto por Belgrano, se apersonó en el cuartel y enfrentó la situación. El combate entre los patricios amotinados y las tropas leales al Triunvirato no tardó en materializarse. Finalizada la revuelta, el gobierno ordenó se efectuara un sumario. Los diputados saavedristas y provincianos, acusados de ser los instigadores del denominado “Motín de las Trenzas”, recibieron la orden de abandonar inmediatamente la capital19. En 1812, el Triunvirato ordenó al entonces Coronel Manuel Belgrano hacerse cargo del comando del Ejército Auxiliar del Perú que la historiografía argentina también denominó como “Ejército del Norte”. En oportunidad de hacer una escala en la localidad de Rosario decidió dar un pabellón representativo a sus fuerzas, y así fue que creó la Bandera que años más tarde sería reconocida oficialmente como la de la Nación Argentina. Enterado el triunvirato de la decisión de Belgrano, no 19 https://www.elhistoriador.com.ar/el-motin-de-las-trenzas-por-felipe-pigna/ 24 lo autorizó a usarla, razón por la cual, éste resolvió guardarla hasta el momento en que pudiera festejarse una victoria importante para la Patria. En el mes de marzo, apenas días después de haberse producido el arribo del Teniente Coronel San Martín a Buenos Aires, Belgrano reemplazó a Juan Martín de Pueyrredón en la posta de Yatasto (Salta), y desde allí se dirigió hasta San Salvador de Jujuy para cumplir la orden del gobierno metropolitano de retirarse hasta Córdoba ante la probable invasión de las fuerzas lideradas por el General Goyeneche desde el Alto Perú. En el mes de agosto inició la retirada desde Jujuy dejando tierra arrasada a su paso20, para llegar hasta Tucumán en el mes de septiembre. El pueblo tucumano lo convenció de plantear allí la batalla defensiva y puso a sus fuerzas a prepararla. De esta manera, desobedecía las órdenes impartidas por el Triunvirato de Buenos Aires. El 24 de septiembre, festividad de la virgen de la Merced, las fuerzas realistas comandadas por el General Pío Tristán atacaron la posición de Belgrano en Tucumán. La victoria inspiró a Belgrano para nombrar Generala de su Ejército a la Virgen de la Merced, y comenzar a preparar la segunda campaña ofensiva patriota hacia el Alto Perú. Al llegar las noticias a Buenos Aires, la facción política opuesta al Triunvirato, destacó el hecho de que Belgrano había triunfado desobedeciendo al gobierno, y provocó su caída reemplazándolo con un nuevo triunvirato cuya llegada al gobierno y posterior obra veremos a continuación. SEGUNDO TRIUNVIRATO (8-10-1812 / 31-1-1814)21 El Cabildo accedió al pedido de los revolucionarios y nombró un nuevo gobierno provisional con el compromiso de convocar a una Asamblea General. Inicialmente estuvo conformado por Juan José Paso, Nicolás Rodríguez Peña y Antonio Álvarez Jonte. El Segundo Triunvirato surgió del movimiento popular que la historiografía argentina dio en llamar «la revolución del 8 de octubre», y que fuera impulsado por la Logia Lautaro. A la demora del Primer Triunvirato en convocar, como se venía exigiendo desde mayo de 1810, una Asamblea General para decidir acerca de la forma de gobierno que se debía adoptar, se había agregado la noticia de la victoria de Belgrano en la Batalla de Tucumán. Este triunfo, lejos de ser una buena noticia para las autoridades de Buenos Aires, benefició a la oposición, que consideraba que ya eran pocas las capacidades para gobernar del Primer Triunvirato. El 6 de octubre se reunió la Asamblea electoral y designó triunviro (en reemplazo de Sarratea que había cesado), al doctor Pedro Medrano, candidato sostenido por Rivadavia. Por tal motivo, la oposición demostró su indignación y entonces, el descontento se hizo general. Ante el curso de estos acontecimientos, los componentes de la Logia Lautaro decidieron deponer al Triunvirato. Los párrafos que siguen a continuación y que completan el desarrollo del subtema “Segundo Triunvirato” han sido adaptados y extractados de la siguiente fuente bibliográfica digitalizada: https://elarcondelahistoria.com/el-segundo-triunvirato-21-01-1814/ Al amanecer del 8 de octubre se instalaron en la Plaza de la Victoria las tropas de la guarnición, compuestas por el Cuerpo de Granaderos a Caballo, a las órdenes del coronel San Martín (1), el Regimiento Nº 2, comandado por Ortiz de Ocampo, y un Grupo de artillería al mando de Manuel Pinto, acompañados todos estos efectivos, por una bulliciosa multitud que los alentaba. Los revolucionarios convocaron un Cabildo Abierto y entregaron un petitorio donde exigían: «que en el acto se disolviera la Asamblea y cesara el gobierno en sus funciones y reasumiendo la autoridad de que fuera investido por el pueblo el 22 de mayo de 1810, se creara un Ejecutivo compuesto por las personas más dignas del sufragio público, debiendo convocarse una nueva Asamblea General Extraordinaria, en el preciso término de noventa días». El Cabildo accedió a lo solicitado y nombró para ejercer un nuevo gobierno provisional —hasta la reunión de la Asamblea— a Juan José Paso, Nicolás Rodríguez Peña (2), y Antonio Álvarez Jonte constituyendo lo que se conoce como el Segundo Triunvirato, organismo que gobernó con acierto y orientó el país de acuerdo con los 20 Siendo Belgrano un hombre estudioso de las ciencias y las artes (incluidas las militares), en el Éxodo Jujeño puso en práctica las enseñanzas que los realistas le habían dado en su campaña al Paraguay. Mientras él avanzaba con sus fuerzas hacia Asunción, sus enemigos se habían preocupado por dificultarle su aprovisionamiento. También en esa campaña demostró Belgrano lo importante que era para él el hecho de darle a los hombres que conducía un pabellón o bandera que los distinguiera de las fuerzas contra las que batallaría. Fue en la localidad de Curuzú Cuatiá, lugar en el que se unieron las tres primeras divisiones que organizó para dicha campaña, que ordenó confeccionar la bandera de tres colores (amarillo, rojo y azul), que al día de hoy aún ondea a diario en dicha localidad correntina (http://www.curuzu.gov.ar/htdocs/ciudad/bandera.htm). 21 https://elarcondelahistoria.com/el-segundo-triunvirato-21-01-1814/ 25 propósitos de la Logia Lautaro: “Independencia y Constitución”. Como Secretarios de este Segundo Triunvirato, fueron nombrados para cubrir las carteras de gobierno, guerra y hacienda, los señores JUAN MANUEL DE LUCA, TOMÁS GUIDO y DOMINGO TRILLO, respectivamente. (1) Esta fue la primera vez que se vio a San Martín tomar parte directa en un movimiento revolucionario y sólo por accidente, otra vez tomó parte indirectamente en la caída de un gobierno. Encaminada la revolución y establecida la disciplina de la Logia Lautaro (creada por él), se alejó para siempre de la política doméstica, consagrándose exclusivamente a la realización de sus planes contra el enemigo extranjero. (2) Juan José Paso era adversario de Rivadavia, y Rodríguez Peña continuaba la tendencia morenista. «La revolución del 8 de octubre de 1812 —escribe MITRE— fue como la del 25 de Mayo, esencialmente nacional y democrática en su tendencia. En ella se formuló prácticamente el principio de la soberanía del pueblo en la exigencia a convocatoria a un Congreso General; se rompió con las tradiciones del viejo derecho municipal, que daba la supremacía del poder a la capital, estableciendo así la perfecta igualdad de representación y derechos” El 24 de octubre de 1812, las nuevas autoridades publicaron una proclama convocando a elecciones para diputados y en el Reglamento de esta convocatoria establecía la forma de elección de los diputados, el número de esos representantes de cada provincia y finalmente, la composición de la Asamblea. Los alcaldes de barrio de cada ciudad principal debían reunir a los vecinos “libres y patriotas”, los cuales elegirían a pluralidad de votos, un elector. Posteriormente, todos los electores concurrirían a sus respectivos Cabildos, para proceder a la elección del o de los disputados que los representarán. El artículo 6º de la convocatoria, establecía que Buenos Aires, por su mayor población e importancia, sería representada por cuatro diputados, mientras que las demás capitales de provincia, nombrarían a dos y cada ciudad dependiente de éstas últimas, solo elegirían uno. El artículo 8º ordenaba que los “poderes de los diputados, serán concebidos sin limitación algún y sus instrucciones no conocerán otro límite, que la voluntad de los poderdantes”. Practicados que fueron todos estos requisitos, resultó que la mayoría de los electos, respondían a la tendencia que orientaba la Logia Lautaro. Finalmente, la Asamblea General Constituyente se instaló en el antiguo edificio del Consulado el 31 de enero de 1813 y los diputados juraron “conservar y sostener la libertad, integridad y prosperidad de las Provincias Unidas del Río de la Plata”, esta vez, sin mencionar la ya conocida invocación de fidelidad al rey Fernando VII. LA ASAMBLEA DEL AÑO XIII (31-1-1813 / 26-1-1815) Una de las primeras medidas tomadas por el Segundo Triunvirato fue la de convocar a todas las provincias del ex Virreinato del Río de la Plata, incluidas las alto-peruanas, para que enviasen diputados que se incorporarían a una Asamblea General (constituyente e independentista). El 31 de enero de 1813 fue la sesión inaugural de la Asamblea. Los triunfos militares de San Martín en San Lorenzo el 3 de febrero (en el teatro de operaciones Banda Oriental) y de Belgrano en Salta el 20 del mismo mes (en el teatro de operaciones Alto Perú), sirvieron de excelentes augurios tanto al ejercicio de gobierno por parte del Segundo Triunvirato, como a la posibilidad de avanzar con los propósitos de la Asamblea General recientemente inaugurada. Sin embargo se produjo un hecho que complicaría por demás los propósitos de declararse independientes y de organizarse constitucionalmente. Este fue el de las desavenencias que se produjeron con los representantes de la Banda Oriental del Río de la Plata. Las instrucciones que el caudillo José Gervasio Artigas había dado a sus enviados fueron rechazadas por la Asamblea. La posición de Artigas y de la Banda Oriental era la del federalismo más sano. Artigas pretendía la organización de una República Federal similar a la de Estados Unidos de América. Vale aclarar que los primeros trece estados de dicha República norteamericana contaban todos con puertos oceánicos. Siendo así, no resulta extraño que poco tiempo después, las provincias rioplatenses que más se entusiasmaron con el federalismo fueron las poseedoras de puertos en condiciones de operar comercialmente22. Antes de continuar con los demás órganos de gobierno que sucedieron a la Primera Junta, haremos un breve paréntesis para referirnos a la figura del caudillo oriental Artigas. José Gervasio Artigas (1764-1850)23 Nacido en Montevideo, perteneció a una de las familias fundadoras de la ciudad. Al comienzo de su carrera castrense, fue capitán del recién creado (1797) Cuerpo de Blandengues (instituido por la 22A la Banda Oriental del Río de la Plata, provincia impulsora del ideario federal, se le agregaron luego Entre Ríos, Santa Fe y Corrientes, y tiempo después la provincia del puerto oceánico más importante: la mismísima Buenos Aires. 23 https://www.elhistoriador.com.ar/jose-gervasio-artigas/ 26 autoridad virreinal para vigilar la actividad de los contrabandistas en las fronteras con los territorios brasileños). Tras estallar, en 1810, la insurrección contra el dominio español en el virreinato del Río de la Plata, se unió a las fuerzas insurgentes y se dirigió a Buenos Aires, a fines de ese año para ofrecer sus servicios. La Junta revolucionaria le otorgó el grado de teniente coronel, con el que marchó hacia la Banda Oriental (nombre que recibían los territorios situados al este del Río de la Plata). Las unidades que estaban a su mando lograron una serie de victorias frente a los españoles durante la primera mitad de 1811 y sitiaron Montevideo hasta octubre de ese año, cuando la propia Junta provincial de esos territorios orientales se avino a seguir los designios de la Junta bonaerense, que había firmado un armisticio con los realistas. En abril de 1813, Artigas fue nombrado por un congreso provincial gobernador provisional civil y militar de los territorios orientales, tras de lo cual envió diputados a la Junta de Buenos Aires con instrucciones precisas: establecer las bases de un sistema federal de gobierno, en el cual uno de los estados miembros sería la propia Banda Oriental. Tras el rechazo de las instrucciones y de los propios diputados enviados, las relaciones de Artigas con el gobierno de Buenos Aires se debilitaron sensiblemente. De hecho que Artigas, a quien más tarde el Director Supremo Posadas lo declaró traidor, no participó de la victoria patriota que puso fin al sitio de Montevideo en Junio de 1814. En ese año organizó la Liga de los Pueblos Libres (donde pretendía integrar a todas las provincias rioplatenses de inclinaciones federales), de la que se declaró protector. Logró liberar a Montevideo del control de las centralistas fuerzas del Directorio de Buenos Aires en febrero de 1815, marchando seguidamente hasta Santa Fe. Se negó a enviar diputados ‘libres’ al Congreso de Tucumán (1816), que debería convenir la organización de las recién creadas Provincias Unidas del Río de la Plata, debido a la definitiva disidencia respecto de la política centralista bonaerense. Fue derrotado, a finales de 1816, por las tropas portuguesas que invadieron a la Banda Oriental desde Brasil, y tomaron luego control de Montevideo. Incapaz de expulsarles, y después de la definitiva victoria portuguesa en la batalla de Tacuarembó (22 de enero de 1820), la cual supuso la disolución de los denominados Pueblos Libres, fue excluido del acuerdo logrado entre los federales y los centralistas rioplatenses (Tratado del Pilar, febrero de 1820). Tras retirarse con el resto de sus tropas a la provincia de Entre Ríos, resultó finalmente vencido en sucesivos combates por el caudillo federal Francisco Ramírez, en septiembre de 1820. El día 23 de ese mes, Artigas se exilió en Paraguay, donde falleció treinta años más tarde. Obra de la Asamblea La llamada Asamblea del año XIII continuó reunida hasta abril de 1815, oportunidad en la que se disolvió en medio de una crisis política. Durante los dos años en que sesionó, si bien no fue capaz de declarar la independencia ni de redactar una constitución, aprobó importantes medidas: Eliminó el nombre de Fernando VII de los documentos y su efigie de las monedas. Suprimió el sello con las armas reales y lo reemplazó con el que actualmente es el Escudo Argentino. Dispuso que fuesen libres todos los nacidos en el territorio patrio desde el día de su instalación (conocida esta medida como "Libertad de Vientres”). Eliminó los servicios personales que prestaban los indígenas. Prohibió el uso de títulos de nobleza. Adoptó como canción oficial la compuesta con letra de Vicente López y Planes y música de Blas Parera. Puede decirse que tanto las derrotas de Belgrano acaecidas en Vilcapugio y Ayohuma sobre el final de 1813, como el agravamiento de la tensión entre el gobierno de Buenos Aires y la