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RECOMENDACIONES PARA LA PREVENCIÓN DE LA CONDUCTA SUICIDA EN ESTABLECIMIENTOS EDUCACIONALES Desarrollo de estrategias preventivas para Comunidades Escolares Programa Nacional de Prevención del Suicidio Elaborado por: Ministerio de Salud Subsecretaría de Salud Pública División...

RECOMENDACIONES PARA LA PREVENCIÓN DE LA CONDUCTA SUICIDA EN ESTABLECIMIENTOS EDUCACIONALES Desarrollo de estrategias preventivas para Comunidades Escolares Programa Nacional de Prevención del Suicidio Elaborado por: Ministerio de Salud Subsecretaría de Salud Pública División de Prevención y Control de Enfermedades Recomendaciones para la Prevención de la Conducta Suicida en Establecimientos Educacionales. Programa Nacional de Prevención de Suicidio PRIMERA VERSIÓN 2019 Todos los derechos reservados. Este material puede ser reproducido total o parcialmente para fines de difusión, capacitación e implementación. Prohibida su venta. En algunos casos de este documento se hace un uso genérico del masculino para referirse a los dos géneros al mismo tiempo. Ello no implica discriminación de género femenino, sino que sólo busca facilitar la lectura, de acuerdo a denominación amparada por la Real Academia Española. 4 Prevención de la Conducta Suicida en Establecimientos Educacionales ÍNDICE Introducción5 El Rol de los establecimientos educacionales en la prevención de la conducta suicida 6 Comprendiendo el problema de la conducta suicida  7 Prevención de la conducta suicida en establecimientos educacionales: un abordaje integral 17 Componente 1: Clima Escolar Protector  23 Componente 2: Prevención de Problemas y Trastornos de salud mental 25 Componente 3: Educación y sensibilización sobre suicidio 28 Componente 4: Detección de estudiantes en riesgo 32 Componente 5: Pasos a seguir frente a un intento o suicidio y acciones de Postvención  41 Componente 6: Coordinación y acceso a la red de salud 48 Ideas fuerza 52 Anexos55 Recursos  63 Referencias64 Grupo de Trabajo 67 5 Prevención de la Conducta Suicida en Establecimientos Educacionales INTRODUCCIÓN La educación es un proceso que va más allá del aprendizaje de contenidos y desarrollo académico. En este sentido, los establecimientos educacionales están llamados a generar comunidades edu- cativas que formen a las personas para conducir su vida en forma plena, para convivir y participar en forma responsable, tolerante, solidaria, democrática y activa en la comunidad, y para trabajar y contribuir al desarrollo del país1. Los establecimientos educacionales son uno de los contextos más importantes durante la niñez y adolescencia, ya que es ahí donde se llevan a cabo la mayor parte de las interacciones sociales y cotidianas. Así, son un ámbito propicio y estratégico para promover la salud mental, fomentar estilos de vida saludables, y aprender a convivir sanamente con otros, como también para propiciar estra- tegias para sobrellevar el estrés y prevenir conductas de riesgo para la salud, entre otras. De acuerdo a lo anterior, los establecimientos educacionales están convocados a participar de la prevención de la conducta suicida en niños, niñas y adolescentes, tanto por ser un espacio estratégi- co y efectivo para estas acciones, como también por ser una necesidad sentida de las comunidades educativas que perciben la salud mental de sus estudiantes en riesgo. En este sentido, el Programa Nacional de Prevención del Suicidio (Ministerio de Salud, 2013) incluye dentro de sus seis compo- nentes la implementación de programas preventivos en los establecimientos educacionales como principal estrategia para prevenir el suicidio en niños, niñas y adolescentes. La prevención de la conducta suicida en establecimientos educacionales involucra la participación de toda la comunidad educativa -estudiantes, sus familias, docentes, asistentes de la educación, equipo directivo y otros miembros del establecimiento educacional- que actúan fomentando co- nocimientos y comportamientos relacionados con estilos de vida saludables desde una lógica pre- ventiva, e identificando y manejando activamente conductas de riesgo que pudiesen apreciarse al interior de la comunidad. El presente documento fue elaborado por el Ministerio de Salud con la colaboración del Ministerio de Educación, con el fin de entregar recomendaciones para que ambos sectores de manera coordi- nada desplieguen acciones preventivas, reconociendo en ellas el rol protagónico de los estableci- mientos educacionales dentro de la respuesta intersectorial al problema de la conducta suicida en niños, niñas y adolescentes. Con este objetivo es que el alcance del presente documento es sensibilizar, educar y entregar he- rramientas a directivos, docentes, asistentes de la educación y equipos de salud, para el despliegue de una estrategia integral de prevención del suicidio, que incluya la promoción de un clima escolar protector, la prevención de problemas de salud mental, la educación y sensibilización en el tema, la detección y adecuado manejo frente a señales de alerta y el suicidio, y por último la coordinación con la red de salud. 1 Ley N° 20.370 establece la Ley General de Educación 6 Prevención de la Conducta Suicida en Establecimientos Educacionales EL ROL DE LOS ESTABLECIMIENTOS EDUCACIONALES EN LA PREVENCIÓN DE LA CONDUCTA SUICIDA El contexto escolar y la salud mental infanto-adolescente Durante los años escolares, niños, niñas y adolescentes atraviesan una serie de cambios, transiciones y nuevas experiencias que interactúan entre sí y contribuyen a su desarrollo. Serán permanentes y sucesivos retos de adaptación para cada estudiante el cumplimiento de las nuevas tareas prove- nientes de los distintos entornos de los que participa, el relacionarse con nuevas personas, y los cambios psicológicos y físicos propios de la niñez y la adolescencia, entre otros. Gozar de una buena salud mental y de bienestar durante estos años, dependerá no solo de los re- cursos que posea el niño, niña o adolescente, sino también de cómo los diferentes contextos de desarrollo actúan como agentes de protección y soporte durante cada uno de estos cambios y retos evolutivos, respondiendo a las necesidades que cada uno vaya presentando. Bien es sabido que el espacio escolar es uno de los principales contextos en el que transcurre gran parte de la cotidianidad de niños, niñas y adolescentes. De esta forma, la experiencia escolar resulta crucial en la salud mental infanto-adolescente, toda vez que se configure como una experiencia po- sitiva, y de esta forma sea un importante factor protector y recurso para el bienestar y el desarrollo. Por otra parte, cuando la salud mental se ve afectada durante esta etapa, se interfiere el logro de aprendizajes y la trayectoria educativa, e impacta negativamente en el desarrollo biopsicosocial en el presente y también el futuro. En todos los casos, los establecimientos educacionales tienen mu- cho que decir sobre la aparición, la mantención y la recuperación de niños, niñas y adolescentes con problemas de salud mental. Es en este contexto que la prevención de las conductas suicidas en contextos escolares cobra sen- tido y relevancia. ¿Por qué prevenir la conducta suicida en establecimientos educacionales? Reconociendo la relevancia del contexto escolar en el desarrollo infantil y adolescente, es posible aseverar que las acciones preventivas que en él se desarrollen tendrán un importante impacto entre sus estudiantes. Por ello no es casual que muchos programas de promoción y prevención en salud mental se ejecuten en establecimientos educacionales, como es el caso de la prevención de la con- ducta suicida. Investigaciones dan cuenta que intervenciones de prevención de la conducta suicida en estableci- mientos educacionales han probado ser efectivas en el aumento de factores protectores -como el autocontrol, la resolución de problemas y la autoestima-, y en la disminución de factores de riesgo de suicidio -como por ejemplo la depresión. Asimismo, se ha visto que la entrega de información precisa y veraz a la comunidad educativa sobre la conducta suicida y su identificación, además de cómo hacer frente a este problema y donde obtener ayuda para ello, reduce la vulnerabilidad de los estudiantes frente al suicidio (Irarrázaval, Martínez, Behn, & Martínez, 2017). 7 Prevención de la Conducta Suicida en Establecimientos Educacionales COMPRENDIENDO LA CONDUCTA SUICIDA Alrededor de la conducta suicida existe mucha desinformación, ideas erróneas o media- namente ciertas. El paso inicial en cualquier iniciativa preventiva implica necesariamente conocer acerca del fenómeno, sus características, cuáles son los factores que están inter- viniendo y cómo distinguirlo. ¿Qué es la conducta suicida? Las conductas suicidas abarcan un amplio espectro de conductas, conocido también como suici- dalidad, que van desde la ideación suicida, la elaboración de un plan, la obtención de los medios para hacerlo, hasta el acto consumado (MINSAL, 2013; Organización Panamerica de la Salud & Or- ganización Mundial de la Salud, 2014). Es fundamental considerar el riesgo que cada una de estas manifestaciones conlleva pues todas estas conductas tienen un factor común que es urgente acoger y atender: un profundo dolor y malestar psicológico que impide continuar con la vida y del cual ni se visualizan alternativas de salida o solución (OMS, 2001). En estas conductas puede existir una clara y consciente intención de acabar con la vida, aunque no necesariamente siempre ocurre así. En algunos casos también puede suceder que esté presente una alta ambivalencia con una mezcla de sentimientos en torno a cometer el acto. De todas formas, la mayoría de las veces no existirán deseos de morir, sino que el sentimiento de no ser capaz de tolerar estar vivo (OMS, 2000). Por esta razón es importante clarificar que la intencionalidad de las con- ductas suicidas puede ser altamente dinámica e inestable, pudiendo estar presente en un momento para luego ya no estar en otro (Barros et al., 2017; Fowler, 2012; Morales et al., 2017). De esta forma, la conducta suicida se puede expresar mediante las siguientes formas: Ideación suicida Abarca un continuo que va desde pensamientos sobre la muerte o sobre morir (“me gustaría desaparecer”), deseos de morir (“ojalá estuviera muerto”), pensamientos de hacerse daño (“a veces tengo deseos de cortarme con un cuchillo”), hasta un plan específico para suicidarse (“me voy a tirar desde mi balcón”). Intento de suicidio Implica una serie de conductas o actos con los que una persona intencionalmente busca causarse daño hasta alcanzar la muerte, no logrando su consumación. Suicidio consumado Término que una persona, en forma voluntaria e intencional, hace de su vida. La característica preponderante es la fatalidad y la premeditación. 8 Prevención de la Conducta Suicida en Establecimientos Educacionales ¿Cuál es la situación actual? De acuerdo a las estadísticas internacionales y nacionales (DEIS, 2015; OPS & OMS, 2014), la situa- ción actual de la conducta suicida en cifras es la siguiente: La conducta suicida y las muertes debidas a ella, constituyen una creciente preocupación mundial, cerca de 800 mil personas mueren anualmente por esta causa. Por cada muerte por lesiones autoinfligidas se estima que hay 20 intentos de suicidio y unas 50 personas con ideación suicida. A nivel mundial el suicidio es la segunda causa de muerte en personas de 15 a 29 años. La tasa promedio mundial de suicidio es de 11,4 por 100 mil habitantes, siendo el doble en hombres que en mujeres. En Chile la tasa promedio es de 10,2 y la proporción de hombres en relación a mujeres es de 5 a 1. Las tasas en población adolescente, al igual que en población general, presentaron un incre- mento progresivo entre los años 2000 y 2008, para luego bajar gradualmente a una cifra simi- lar a las del año 2000. Las tasas en infancia se han mantenido relativamente bajas y estables. Fuente: DEIS, 2018 Para tener presente La información sobre las tasas de suicidio debe ser analizada a largo plazo, y no generar alarmas a partir de un cambio de un año a otro. El uso de información de manera errónea y sensacionalista puede ser perjudicial para la prevención de la conducta suicida. ¿Cuáles son los factores de riesgo para la conducta suicida en los y las estudiantes? Es imposible identificar una causa única a la base de la conducta suicida. En cambio, si es posible distinguir diferentes factores biológicos, genéticos, psicológicos, familiares, de historia de vida y socioculturales que actúan de manera conjunta generando vulnerabilidad en la persona, esto es, mayor susceptibilidad a presentar conducta suicida. Aun cuando podamos establecer elementos comunes, estos factores se manifiestan de manera úni- ca, en un determinado momento y con características particulares en cada individuo. Por ello es que la conducta suicida es de alta complejidad y dinamismo. 9 Prevención de la Conducta Suicida en Establecimientos Educacionales Dada esta multiplicidad de factores, es importante señalar que, si bien su presencia se relaciona con la conducta suicida, no necesariamente se darán en todos los casos ni tampoco serán un determinante directo. Del mismo modo, su ausencia no significa nula posibilidad de riesgo (OMS, 2001). La identificación de factores de riesgo permite detectar aquellos estudiantes que vivencian o pre- sentan situaciones que comprometen su bienestar, y que pudieran estar relacionados con la apari- ción o presencia de conducta suicida. En la figura 1 se indican los principales factores de riesgo para conducta suicida en la etapa escolar, distinguiendo a su vez aquellos que han demostrado mayor asociación con estas conductas. FIGURA 1. FACTORES DE RIESGO CONDUCTA SUICIDA EN LA ETAPA ESCOLAR Am Bajo apoyo social. Difusión inapropiada de suicidios en los medios de comunicación y redes sociales. Discriminación (LGBTI, pueblos indígenas, migrantes, etc.). Prácticas educativas severas o arbitrarias. Alta exigencia académica. Leyes y normas de la comunidad favorables al uso de sustancias ilegales, armas de fuego, etc. Ambientales Desorganización y/o conflictos comunitarios. Barreras para acceder a la atención de salud y estigma asociado a la búsqueda de ayuda. Trastornos mentales en la familia. Antecedentes familiares de suicidio. Desventajas socio-económicas. Eventos estresantes en la familia. Familiares Desestructuración o cambios significativos. Problemas y conflictos. Trastornos de salud mental (trastornos del ánimo, esquizofrenia, abuso de alcohol y otras drogas). Intento/s suicida/s previo/s. Acontecimientos vitales estresantes (quiebres, duelos). Suicidio de un par o referente significativo. Desesperanza, estilo cognitivo pesimista. Maltrato físico y/o abuso sexual. Individuales Víctima de bullying. Conductas autolesivas. Ideación suicida persistente. Discapacidad y/o problemas de salud crónicos. Dificultades y retrasos en el desarrollo. Dificultades y/o estrés escolares. Fuente: Elaboración propia en base a Barros et al., 2017; Manotiba's Youth Suicide Prevention Strategy & Team, 2014; Ministerio de Sani- dad, 2012; OMS, 2001; OPS & OMS, 2014. 10 Prevención de la Conducta Suicida en Establecimientos Educacionales De manera especial, es importante prestar atención a los siguientes factores de riesgo, que además de ser los más críticos, la comunidad escolar tiene la posibilidad de actuar eficazmente sobre ellos: Intentos suicidas previos Un importante factor de riesgo de la conducta suicida es la historia de intentos de suicidio previos (MINSAL, 2013); a más número de intentos, mayor es el riesgo (Ribeiro et al., 2016). Alrededor de un tercio de las personas que han cometido suicidio han tenido un intento de suicidio previo conocido. Se debe considerar que mientras más graves han sido los intentos previos y mayores han sido los intentos por ocultarlos, el riesgo es más alto (OPS & OMS, 2014; Steele & Doey, 2007). Si bien los intentos suicidas previos son un importante factor de riesgo, esto no quiere decir que la incorporación de estos estudiantes al aula regular sea incompatible, sino todo lo contrario. Implementar acciones de cuidado y apoyos específicos para que estudiantes que han presentado intentos suicidas previos es altamente recomendado (Dumon & Portzky, 2014). En la medida en que la escuela o liceo acompañe la trayectoria escolar de cada estudiante, la experiencia cotidiana esco- lar y la percepción de apoyo social contribuirá con un potente factor protector que disminuirá posibles intentos futuros. Trastornos Mentales Los trastornos mentales son uno de los factores de riesgo más preponderantes para la comisión de suicidio. La infancia y adolescencia es uno de los periodos críticos para el desarrollo de trastornos mentales (De la Barra, 2010; Lee et al., 2014), los que de no ser tratados, perdurarán hasta la adultez. Alrededor del 90% de los y las adolescentes que se suicidan presentaban algún tipo de trastorno men- tal en el momento del suicidio, y más del 50% presentó un trastorno mental en los dos años previos (Shaffer & Pfeffer, 2001; Steele & Doey, 2007). Así también, en el caso de niñas y niños, alrededor del 35% de los suicidios se asoció a algún trastorno mental (Sheftall et al., 2016). Estudios dan cuenta que en Chile 22,5% de niños, niñas y adolescentes presenta algún trastorno men- tal (De La Barra, Vicente, Saldivia, & Melipillán, 2012). Dentro de los trastornos que se asocian a la conducta suicida se encuentran los trastornos depresivos y bipolares, la esquizofrenia y el consumo abusivo de alcohol y otras drogas (Dumon & Portzky, 2014; OPS & OMS, 2014) y particularmente en niños y niñas se suman los trastornos conductuales y TDAH (Sheftall et al., 2016). Por ello la importancia de prevenir la aparición de problemas y trastornos de salud mental, así como también la detección, diagnóstico y tratamiento oportuno en caso de que se presenten en estudian- tes, constituye una importante vía para la disminución de la conducta suicida. En el anexo “¿Cuáles son las señales de alerta para posible presencia de problemas de salud mental en estudiantes?”, se incluyen señales observables en el contexto escolar que indican la posible presencia de problemas de salud mental por los que un o una estudiante debiese ser derivado a diag- nóstico en la red de salud mental. 11 Prevención de la Conducta Suicida en Establecimientos Educacionales Conductas Autolesivas Las conductas autolesivas son actos intencionales y directos de daño sobre el propio cuerpo sin una clara intención de acabar con la vida. A través de la sensación provocada por las autolesiones se busca aliviar el intenso malestar psicológico vivido por la persona. Este tipo de conducta puede no provocar lesiones importantes, provocar lesiones o provocar la muerte de manera no intencional (Manitoba’s Youth Suicide Prevention Strategy & Team, 2014; OPS & OMS, 2014). Ejemplo de conductas autole- sivas son el autoinfringirse cortes en las muñecas, quemaduras o rasguños en las piernas. Estas conductas se presentan con frecuencia en la adolescencia y no constituyen un trastorno mental en sí mismo, sino que son una manifestación que puede estar presente en distintos problemas de salud mental (ej. depresión, trastorno conductual, desarrollo anormal de la personalidad, etc.). Las conductas autolesivas son un importante factor de riesgo de conducta suicida, así como también una señal de alerta directa de probable conducta suicida, por lo que todo estudiante que presente conductas autolesivas debe ser intervenido con un primer abordaje en el establecimiento educa- cional y posterior derivación a la Red de Salud de acuerdo a los procedimientos establecidos por la escuela o liceo (ver sección de Coordinación y acceso a la red de salud). Las conductas autolesivas no deben minimizarse. Exponen a los estudiantes a situaciones de riesgo, pudiendo provocar lesiones graves e inclusive la muerte. Acoso escolar (bullying) y ciberacoso Aproximadamente 1 de cada 10 estudiantes han sufrido algún tipo de acoso escolar, y de ellos cerca de un 25% sufre algún tipo de agresión a diario (MINEDUC, 2011; OECD, 2017). Las investigaciones muestran que el acoso escolar (bullying), el ciberacoso, el hostigamiento y la vic- timización entre estudiantes puede contribuir a la enfermedad mental, así como también incrementar el riesgo de conducta suicida. Si bien es frecuente que en los medios se sugiera que el acoso escolar es una causa directa de la con- ducta suicida, no todos los estudiantes que son víctimas de acoso mostrarán conductas suicidas. Lo que sí es un hecho es que el acoso escolar provoca problemas de salud mental y aumenta la vulnera- bilidad en aquellos estudiantes con presencia de factores de riesgo de conducta suicida (ej. con presencia de trastorno mental, experiencias de estrés, disfunción familiar, etc.). Por estas razones, el acoso escolar no puede ser ignorado dentro de cualquier estrategia preventiva, sobre todo en el espacio escolar (Centers for Disease Control and Prevention, Klomek, Sourander, & Gould, 2010; Manitoba’s Youth Suicide Prevention Strategy & Team, 2014; Moore et al., 2017; 2014; SAMHSA, 2012). Consumo de Alcohol y otras drogas Existe una alta prevalencia de consumo problemático de alcohol y otras drogas durante la adolescencia que se asocia a la comisión de suicidio. Tanto el consumo de alcohol durante periodos de desánimo como su alto consumo de forma episódica (por ej. los fines de semana) se asocia con un aumento de los intentos de suicidio. Frecuentemente el alcohol y otras drogas son usados por adolescentes como una especie de “autome- dicación” para aliviar el dolor emocional o el malestar provocados por situaciones conflictivas, impi- diendo su adecuado afrontamiento o resolución, afectando aún más su estado de ánimo, volviéndolos más temerarios y afectando el funcionamiento en el resto de las áreas de funcionamiento, aumentando el riesgo de suicidalidad (Manitoba’s Youth Suicide Prevention Strategy & Team, 2014; SAMHSA, 2012). 12 Prevención de la Conducta Suicida en Establecimientos Educacionales Problemas de rendimiento y disciplina Crisis en la trayectoria escolar asociada a problemas escolares han sido vinculadas con conducta suicida en la infancia y adolescencia. Específicamente, se ha visto que la presencia de situaciones complejas tales como el bajo rendimiento y el fracaso escolar (ej. repitencia), sanciones disciplinarias como la suspensión o la expulsión, junto con el temor a la reacción de los padres al conocer estas situaciones, son factores que se presentan con frecuencia en estudiantes que han cometido alguna conducta suicida y actúan como precipitantes de conducta suicida en niños y adolescentes (Dervic, Brent, & Oquendo, 2008). En la medida de que la escuela o liceo acompañe oportunamente estas situaciones, tomando antici- padamente medidas preventivas a tiempo, y teniendo siempre presente el resguardo de la integridad física y psicológica de los estudiantes, evitará exponerlos a un riesgo o daño mayor de lo que motivó la situación (Superintendencia de Educación, 2017). En el entorno escolar también existen estudiantes a los que se les debe prestar especial atención por presentar una mayor vulnerabilidad2 asociada a factores de riesgo dados por la exposición a discriminación, las cuales van de la mano con vivencias de estrés, estigmatización, exclusión social y violencia, y que como consecuencia puede gatillar conductas suicidas (OPS & OMS, 2014). Dentro de ellos, es posible encontrar: Pueblos Indígenas La pertenencia a un pueblo originario muchas veces se asocia a discriminación, marginación, desa- rraigo familiar y territorial, pérdida de la identidad y tradiciones culturales. Estos procesos afectan directamente a las personas de pueblos indígenas, observándose en ellos un mayor riesgo suicida al compararlos con la población general (MINSAL, 2016; OPS & OMS, 2014; UNICEF, 2012). La realidad país indica que la población indígena -especialmente la población más joven- presenta ma- yor mortalidad por suicidio en comparación con la población no indígena. De mantenerse la situación de acelerada modernización, tendencia al quiebre cultural y al cambio de patrones de vida tradiciona- les, se asume que este problema y otros de salud mental irán en aumento (MINSAL, 2012). Programas preventivos desarrollados en el contexto escolar han destinado esfuerzos especiales para proteger la salud mental de sus estudiantes pertenecientes a etnias y pueblos originarios, reconociendo la vulnerabilidad psicosocial presentes en ellos (Ministry of Children and Family Development, 2016; SAMHSA, 2012). 2 Al hablar de vulnerabilidad se hace alusión a que ciertas personas o grupos presentan mayor susceptibilidad a desarrollar problemas o trastornos de salud mental y/o conducta suicida por la exposición a situaciones y condiciones específicas del medio, y de ninguna manera refiere a un déficit en sus capacidades o a características intrínsecas de la persona. 13 Prevención de la Conducta Suicida en Establecimientos Educacionales Personas en situación de migración Muchas veces el hecho de migrar supone un empobrecimiento de la calidad de vida llevada hasta el momento (recursos económicos, red de apoyo social, condiciones de vivienda, etc.), provocando un de- terioro de la salud en general y por supuesto en la salud mental de estas personas (ACNUR, OIM, & UNICEF, 2012). De esta manera, desplazarse del país de origen y el proceso de adaptarse a una nueva cultura, son un importante riesgo de conductas suicidas (OPS & OMS, 2014). Para los estudiantes migrantes supone además una serie de dificultades sociales y académicas, en un sistema educativo que, pese a sus avances en la inclusión, aún presenta una serie de barreras para la inclusión de esta población (Superintendencia de Educación, 2016). Personas Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans o Intersex (LGBTI) Los adolescentes que se identifican como lesbiana, gay, bisexual, trans o intersex (LGBTI) mues- tran un mayor riesgo de presentar conducta suicida en relación a aquellos se identifican como hetero- sexuales. En gran medida esto se ha explicado por las experiencias de victimización y discriminación de las cuales son sujetos; así como por la exclusión social derivada de una cultura heterosexual que excluye e invisibiliza. Se provoca la internalización del estigma, de las actitudes discriminadoras y el ocultamiento de su orientación sexual o de su identidad de género (Meyer, 2013). En general se ha visto que las personas LGBTI presentan una peor salud mental y mayor riesgo suicida asociado a esto (Tomicic et al., 2016). Entre los distintos tipos de violencia que se dan en la escuela, la del tipo homofóbico es de las más pre- sentes, dando paso entre otras cosas al acoso o bullying/ciberbullying homofóbico (UNESCO, 2015). Los datos dan cuenta que un 94,8% de estudiantes LGBT han escuchado comentarios discriminatorios en la escuela, el 59,9% de los estudiantes señala haber escuchado estos comentarios desde el personal de la escuela, no solamente de sus compañeros. Mientras que un 62,9% fue acosado verbalmente en el espacio escolar por su orientación sexual (Infante, Berger, Dantas, & Sandoval, 2016). 14 Prevención de la Conducta Suicida en Establecimientos Educacionales ¿Cuáles son los factores protectores para la conducta suicida en estudiantes? Si bien durante la etapa estudiantil se presentan diversos e importantes factores de riesgo, afor- tunadamente existen otro grupo de factores que actúan contrarrestando, disminuyendo o amorti- guando el efecto de los factores de riesgo, favoreciendo la salud mental en estudiantes. Estos factores -denominados Factores Protectores- pueden actuar a nivel individual, familiar y so- cial. Conocerlos es importante, puesto que la comunidad educativa puede participar activamente en su promoción, favoreciendo su presencia tanto a nivel individual como en el ambiente escolar. De acuerdo a la figura 2 dentro de los factores protectores de la conducta suicida en estudiantes se encuentran: FIGURA 2. FACTORES PROTECTORES CONDUCTA SUICIDA EN LA ETAPA ESCOLAR Am Integración social, por ejemplo participación en deportes, asociaciones religiosas, clubes y otras actividades Buenas relaciones con compañeros y pares Buenas relaciones con profesores y otros adultos Contar con sistemas de apoyo Ambientales Nivel educativo medio-alto Funcionamiento familiar (alta cohesión y bajo nivel de conflictos) Apoyo de la familia Familiares Habilidades para la solución de problemas y estrategias de afrontamiento Proyecto de vida o vida con sentido Capacidad de automotivarse, autoestima positiva y sentido de Individuales autoeficacia Capacidad de buscar ayuda cuando surgen dificultades Fuente: Elaboración propia en base a Manitoba's Youth Suicide Prevention Strategy & Team, 2014; Ministerio de Sanidad, 2012; OMS, 2001. 15 Prevención de la Conducta Suicida en Establecimientos Educacionales ¿Cuáles son los mitos y verdades sobre la conducta suIcida? En torno a la conducta suicida existen una serie de afirmaciones y creencias que determinan la forma en que las personas reaccionan y actúan en relación a la conducta suicida. Los mitos son concep- ciones erróneas sin base científica basadas en creencias y juicios de valor equivocados. Los mitos no ayudan en nada a la persona y obstaculizan la prevención del suicidio y una intervención adecuada, algunos de los cuales se presentan a continuación: MITO REALIDADES La mayoría de las personas que se suicidan han advertido Si realmente se quiere suicidar no lo dice. de sus intenciones Nunca, nunca se debe mantener en secreto los Es mejor mantener en secreto los pensamientos y sentimientos suicidas de alguien, incluso sentimientos suicidas de alguien. si pide que lo haga. ¡Los amigos nunca guardan secretos mortales! Las personas que están pensando en suicidio suelen encontrar alguna forma de comunicar su dolor a los Quien dice que se va a suicidar, no lo hace. demás, a menudo hablando indirectamente sobre sus intenciones. La mayoría de las personas suicidas admitirá sus sentimientos si se les pregunta directamente. Aunque no todos los que intentan el suicidio desean morir y son ambivalentes frente a este deseo - desea morir si su vida continúa de la misma manera y vivir si se produjeran Quienes intentan suicidarse no desean pequeños cambios en ella-, es un error pensar que intentan morir, sólo intentan “llamar la atención”. “llamar la atención”, pues son personas que sufren y no encuentran otras alternativas, excepto el atentar contra su vida. Si de verdad se hubiera querido matar, El método elegido para el suicidio no refleja los deseos de utiliza un medio más letal (arrojarse al morir de quien lo utiliza. metro, dispararse, etc.) Muchos suicidios ocurren en el periodo de mejoría, cuando Si mejoró de una crisis suicida no corre la persona tiene toda la energía y voluntad para convertir peligro alguno de recaer. los pensamientos de desesperación en actos destructivos. Preguntar a alguien si quiere suicidarse nunca le dará una idea que no ha pensado ya. La mayoría de las personas con Solo especialistas pueden ayudar a una ideas suicidas son sinceras y se sienten aliviadas cuando persona con crisis suicida. Si te acercas se les pregunta acerca de sus sentimientos e intenciones. sin la debida preparación es perjudicial Hacerlo puede ser el primer paso para ayudarlas a elegir y se pierde el tiempo para su abordaje vivir. No hay que ser especialista para auxiliar a quien está adecuado. pensando en el suicidio, cualquier interesado en ayudar puede ser un valioso aporte en su prevención. Aunque toda persona deprimida tiene posibilidades de realizar un intento de suicidio o un suicidio, no todos los que lo hacen presentan esta problemática. Pueden Toda persona que se suicida está presentar esquizofrenia, adicción al alcohol u otras drogas deprimida. u otros trastornos del ánimo, así como no tener algún trastorno mental. Aunque sin duda quien se suicida es una persona que sufre. Aun cuando es cierto que el impulso suicida puede volver Si quiso suicidarse una vez, querrá a aparecer, cuando la persona recibe ayuda a tiempo y un suicidarse siempre. tratamiento adecuado, su mejoría puede ser estable. Fuente: Elaboración propia en base a Comunidad de Madrid, 2016; MINSAL, 2013; Universidad Austral de Chile, 2015. 16 Prevención de la Conducta Suicida en Establecimientos Educacionales ¿A qué señales se debe estar alerta? Existen señales directas, más claras e inmediatas de riesgo suicida que indican que el o la estudiante puede estar pensando o planificando un suicidio, o con pensamientos recurrentes sobre la muerte. Estas señales pueden ser verbales, aparecer en las actividades de los o las estudiantes (ej. trabajos de clase, escritos en textos, medios de comunicación sociales) o informados por otro estudiante o profesor. También hay señales con cambios más indirectos en el comportamiento de el o la estu- diante que pudieran estar siendo producto de problemas de salud mental, que pueden asociarse a pensamientos o planes suicidas. FIGURA 3. SEÑALES DE ALERTA Señales de Alerta Directa Señales de Alerta Indirecta Busca modos para matarse: Alejamiento de la familia, amigos y red Búsqueda en internet (páginas web, redes social o sentimientos de soledad. Se aísla sociales, blogs). y deja de participar. Intenta acceder a armas de fuego, Disminución del rendimiento académico pastillas u otro medio letal. y de sus habilidades para interactuar con los demás. Planifica o prepara el suicidio (lugar, medio, etc.). Incremento en el consumo de alcohol o drogas. Realiza actos de despedida: Cambios de carácter, ánimo o conducta, Envía cartas o mensajes por redes pudiendo mostrarse inestable sociales. emocionalmente, muy inquieto o nervioso. Deja regalos o habla como si ya no fuera a Deterioro de la autoimagen, importante estar más presente. baja en la autoestima, o abandono/ descuido de sí mismo. Presenta conductas autolesivas: Cambios en los hábitos de sueño o Cortes, quemaduras o rasguños en partes alimentación. del cuerpo como muñecas, muslos u otras. Muestra ira, angustia incontrolada, o Habla o escribe sobre: habla sobre la necesidad de vengarse. Deseo de morir, herirse o matarse (o amenaza con herirse o matarse). Sentimientos de desesperación o de no existir razones para vivir. Sensación de sentirse atrapado, bloqueado o sufrir un dolor que no puede soportar. Ser una carga para otros (amigos, familia, etc.) o el responsable de todo lo malo que sucede. Adaptado de Dumon & Portzky, 2014 17 Prevención de la Conducta Suicida en Establecimientos Educacionales PREVENCIÓN DE LA CONDUCTA SUICIDA EN ESTABLECIMIENTOS EDUCACIONALES: UN ABORDAJE INTEGRAL3 La implementación exitosa de acciones de prevención de la conducta suicida en estudian- tes requiere de un abordaje integral que sea parte de un marco y una definición institu- cional que releve la importancia del cuidado del bienestar y de la protección de la salud mental, comprendiendo que todo lo que ocurre al interior del contexto escolar influirá en la salud mental de los estudiantes y de los integrantes de la comunidad escolar en general. De esta forma, la prevención de la conducta suicida se inserta, complementa y conecta con una serie de otras acciones que el establecimiento ha emprendido o se dispone a empren- der, con el objetivo de que todos los y las integrantes de la comunidad educativa gocen de bienestar. El cuidado y protección del bienestar y la salud mental en la escuela o liceo se relaciona estrecha- mente con el logro de los objetivos pedagógicos. Sin bienestar y salud mental es imposible el desa- rrollo y el aprendizaje. El desarrollo de un plan de prevención de la conducta suicida en estudiantes, junto a estrategias tales como el cuidado del bienestar docente, la seguridad escolar, los protocolos de actuación, son herramientas que la escuela o liceo debe poner en marcha para el beneficio de toda la comunidad escolar. La prevención de la conducta suicida en escuelas y liceos debe ser parte de una cultura escolar que se moviliza por la protección y el cuidado de la salud mental de todos sus integrantes, incluyendo acciones específicas para la promoción de su bienestar y la prevención de problemas o situaciones que ocurren al interior de la escuela o liceo y que pudieran afectar la salud de los estudiantes, profesores, asistentes de la educación, las familias y el equipo directivo. 3 La Superintendencia de Educación, en la Circular que imparte Instrucciones sobre Reglamentos Internos de Enseñanza Básica, Media con Reconocimiento Oficial del Estado, indica que los Reglamentos Internos deberán "considerar la ejecución de acciones que fomenten la salud mental y de prevención de conductas suicidas y otras auto-lesivas, vinculadas a la promoción del desarrollo de habilidades protec- toras, como el autocontrol, la resolución de problemas y la autoestima, de manera de disminuir los factores de riesgo, como la depresión. De la misma forma, debe definir procedimientos para la derivación de casos de riesgo, a la red de salud, así como también para el ade- cuado manejo ante situaciones de intento suicida o suicidio de algún miembro de la comunidad educativa" (SUPEREDUC, 2018, pp. 30) 18 Prevención de la Conducta Suicida en Establecimientos Educacionales ¿Cómo incluimos la Prevención de la Conducta Suicida en los establecimientos educacionales? Existen diversos instrumentos e instancias a través de los cuales los establecimientos educa- cionales pueden implementar una estrategia de prevención de la conducta suicida, comenzando por el Proyecto Educativo Institucional (PEI), el cual explicita cuáles son los sentidos y él o los sellos que caracterizan a cada establecimiento y cuál es el aporte que realiza al desarrollo de su comunidad. Así mismo, el PEI es el referente que permite proyectar y programar las acciones que aseguren una educación de calidad para todos los estudiantes. Junto con el PEI se debe contar con un reglamento interno. Este es un instrumento que orienta las maneras de actuar de los actores de la comunidad educativa, debiendo explicitar las regula- ciones en los ámbitos de la seguridad, el resguardo de derechos y la convivencia escolar, entre otros. La Circular N° 482/2018 de la Superintendencia de Educación, establece que todos los Re- glamentos Internos deben contar con protocolos para prevenir y abordar diversas situaciones complejas que ocurren en los establecimientos educacionales, debiendo contar, entre otros, con “Estrategias de prevención y protocolo de actuación frente a situaciones de maltrato o acoso escolar o violencia entre miembros de la comunidad educativa”; dentro de este punto, la Circular señala que los reglamentos internos “deberá considerar la ejecución de acciones que fomenten la salud mental y de prevención de conductas suicidas y otras autolesivas, vinculadas a la promoción del desarrollo de habilidades protectoras como el autocontrol, la resolución de problemas y la autoestima, de manera de disminuir los factores de riesgo, como la depresión. De la misma forma, debe definir procedimientos para la derivación de casos de riesgo a la red de salud, así como también para el adecuado manejo ante situaciones de intento suicida o suicidio de algún miembro de la comunidad edu- cativa”. Por su parte, la Política Nacional de Convivencia Escolar constituye un marco ético para apren- der a vivir juntos en base al respeto y cuidado de sí mismo y de los demás, dado que apunta a la calidad de las relaciones humanas que se produce entre los actores de la comunidad educativa. En este sentido, la Política de Convivencia Escolar promueve que las comunidades educativas resguarden un ambiente propicio para el aprendizaje de los y las estudiantes, a través de la creación de condiciones institucionales, tanto de gestión administrativa como pedagógica, que permitan desarrollar una cultura escolar de cuidado y prevención. De este modo, a través de la Política, el Ministerio de Educación orienta a las comunidades educativas a abordar el desarrollo de culturas preventivas a través de la gestión pedagógica y de la articulación de instrumentos que son obligatorios por normativa, tales como el PME, Plan de Gestión de la Convivencia, Plan de Formación Ciudadana, Plan de Sexualidad, Afectividad y Género, Plan de Apoyo a la Inclusión, Plan de Seguridad Escolar, protocolos de actuación, entre otros (Fig. 4). 19 Prevención de la Conducta Suicida en Establecimientos Educacionales FIGURA 4 DIRECTOR/A DEL ESTABLECIMIENTO EDUCACIONAL Encargado/a de Convivencia EQUIPO DE CONVIVENCIA ESCOLAR PARTICIPACIÓN DEL CONSEJO ESCOLAR Orientador/a Inspector/a General PME - Área Convivencia Plan de Gestión de la Convivencia Escolar Encargado/a Otros actores de Salud Escolar AULAS DEL de la comunidad (JUNAEB) BIEN ESTAR educativa Profesional/es de Apoyo Psicosocial Fuente: Mineduc, 2017. 20 Prevención de la Conducta Suicida en Establecimientos Educacionales Cabe destacar que, en el marco de esta Política, para los establecimientos educacionales públicos se ha levantado el Modelo de Gestión Intersectorial Aulas del Bien Estar. Este Modelo orga- niza los distintos ámbitos biopsicosociales relacionados con la convivencia escolar en tres ejes temáticos, siendo uno de ellos el de “Mecanismos Protectores Psicosociales, Ambientales y Cul- turales” donde se inserta la estrategia preventiva de las conductas suicidas en establecimientos educacionales (MINEDUC, 2017). Para aquellos establecimientos que estén implementando Aulas del Bien Estar, todas las acciones vinculadas a la prevención de conductas suicidas se pue- den organizar desde la Dimensión “Ambientes educativos colaborativos y promotores de una cultura de cuidado”, subdimensión “Implementación de acciones que promuevan el bienestar psicosocial de estudiantes y prevengan conductas de riesgo en salud mental” (Fig.5). Al mo- mento de realizar el diagnóstico de necesidades y potencialidades, las escuelas pueden priorizar la prevención del suicidio e identificar si cuentan con recursos disponibles en el establecimiento para su desarrollo, o si requieren de apoyo de instituciones externas (sector salud, ONG, acade- mia, etc.), incluyendo todo esto dentro de la planificación anual y el PME. Esta herramienta metodológica de organización de contenidos transversales puede ser utilizada por cualquier establecimiento educacional, funcione o no bajo las características del Modelo ABE. Todos estos elementos permiten a la institución escolar y a toda la comunidad que la conforma, proponerse los desafíos próximos y sus modos de ser abordados, analizando de manera global las redes de apoyo existentes, las capacidades internas y el uso de los diferentes planes de mejo- ramiento que se tienen para abordar los desafíos priorizados. FIGURA 5 Mecanismos Participación, Formación de protectores inclusión y hábitos de vida psicosociales, formación activa y saludable ambientales y democrática culturales DIMENSIONES AMBIENTES EDUCATIVOS LIBRES FORMACIÓN EN AFECTIVIDAD, AMBIENTES EDUCATIVOS DEL CONSUMO DE ALCOHOL Y SEXUALIDAD, GÉNERO Y COLABORATIVOS Y PROMOTORES DROGAS DIVERSIDAD SEXUAL DE UNA CULTURA DE CUIDADO Promoción de conductas Desarrollo de iniciativas que Prevención del Consumo contribuyan al Bienestar de protectoras, responsables y Problemático de Tabaco, Alcohol Docentes y Asistentes de la de cuidado en relaciones de y/u otras Drogas Educación Afectividad y Sexualidad SUBDIMENSIONES Implementación de acciones Detección temprana de la Prevención de conductas de que promuevan el bienestar necesidad de tratamiento por riesgo en sexualidad y en psicosocial de estudiantes y consumo en estudiantes y su relaciones de afectividad prevengan conductas de riesgo derivación de Salud Mental Desarrollo de iniciativas que promuevan la equidad Detección temprana de de género y la igualdad de necesidad de tratamieno por Prevención del tráfico de drogas condiciones sin distinción de la problemas de salud mental y su orientación sexual derivación 21 Prevención de la Conducta Suicida en Establecimientos Educacionales ¿Quiénes debieran ser incluidos en una estrategia preventiva de la conducta suicida? Todos los integrantes de la comunidad educativa pueden ser agentes activos en una es- trategia preventiva, contribuyendo de diferentes formas en el logro de sus objetivos. De esta forma, tanto los y las estudiantes y sus familias, docentes, asistentes de la educación, el equipo directivo e inclusive las redes comunitarias de la escuela o liceo debieran ser participantes y al mismo tiempo beneficiarios de las acciones que se emprendan. De igual forma, la totalidad de los y las estudiantes debieran ser incluidos en las distintas acciones de una estrategia preventiva, pudiendo algunas de ellas estar dirigidas a todos (estra- tegias universales), así como también acciones para aquellos que pudieran presentar factores de riesgo específicos, señales de alerta y/o requieren de un acompañamiento especializado (estrategias selectivas e indicadas). Contrario a lo que se puede pensar, una estrategia preven- tiva para que sea efectiva deberá abarcar a la totalidad de los estudiantes, aun cuando no se aprecie un evidente riesgo suicida en cada uno de ellos. ¿Quiénes implementan la estrategia preventiva? Cada escuela es la encargada de definir quien debe liderar la estrategia preventiva. Dada las características de dicha estrategia, se recomienda que sea liderada desde el Área de Conviven- cia Escolar de cada establecimiento educacional, y su ejecución puede ser realizada directa- mente por el equipo profesional disponible en el establecimiento o con la colaboración de la red de apoyo con la que cuente, en la medida de que exista mayor o menor conocimiento sobre el tema. Además, es recomendable que cada escuela y liceo defina un encargado de la estrategia de prevención, especialmente para delimitar claramente la toma de decisión para la activación de los protocolos definidos en este marco. Probablemente la escuela o liceo requiera de ma- yor dedicación y colaboración de la red de apoyo a la hora de iniciar la implementación de la estrategia, para luego continuar con ella de manera autónoma y vinculada a su Proyecto Insti- tucional. ¿Cuáles son los componentes que debiera tener una estrategia de preven- ción de la conducta suicida en establecimientos educacionales? Para desplegar una estrategia de prevención de la conducta suicida en establecimientos edu- cacionales es necesario considerar seis componentes que han demostrado ser de gran utilidad en la prevención de la conducta suicida en diferentes contextos escolares (fig. 6). Es factible que más de alguno de estos componentes ya están siendo ejecutados en mayor o menor medida en las comunidades educativas, pudiendo inclusive desconocer que contribuyen entre otras cosas a la prevención del suicidio. En estos casos, las comunidades educativas contarán con pasos adelantados para la implementación de la estrategia, y dispondrán de un buen punto de partida para incluir el resto de los componentes. 22 Prevención de la Conducta Suicida en Establecimientos Educacionales Incluir todos los componentes de la estrategia preventiva significa comprender que el problema del suicidio no es un fenómeno aislado en un o una estudiante, sino que es el resultado de diferentes factores que se interrelacionan, y donde la comunidad educativa en su totalidad pueden jugar un rol esencial en su prevención. Es importante destacar que las estrategias y acciones propuestas para cada componente pre- ventivo se sustentan en una serie de recursos nacionales e internacionales que han demostrado positivos resultados en las comunidades educativas, y han sido desarrollados a partir de inicia- tivas gubernamentales y académicas. FIGURA 6 Educación y Detección de sensibilización estudiantes en suicidio riesgo Prevención de Protocolos de problemas de actuación y salud mental Postvención Prevención de la Coordinación Clima Escolar Conducta Suicida con la red de Protector en Establecimientos salud Educacionales 23 Prevención de la Conducta Suicida en Establecimientos Educacionales Componente 1: Clima Escolar Protector Este componente se dirige a toda la comunidad escolar e implica las acciones específicas que la escuela o liceo dirige para fomentar un clima donde prime el respeto, el apoyo social, la inclusión y el cuidado mutuo. Se relaciona directamente con el Plan de Convi- ›› Para tener presente vencia Escolar del establecimiento, y su objetivo es propiciar un ambiente escolar en el que todos se El objetivo general de la Política de sientan a gusto, seguros, valorados y aceptados. En Convivencia Escolar es orientar las este sentido, el logro de un clima escolar protector acciones, iniciativas y programas que se alcanzará en la medida de que el establecimien- promuevan y fomenten la comprensión y el desarrollo de una convivencia to cuente con un Plan de Convivencia Escolar ac- escolar inclusiva, participativa, solidaria, tualizado y construido a partir de las necesidades tolerante, pacífica y respetuosa, en de la comunidad educativa, y con un Proyecto Edu- un marco de equidad de género y cativo Institucional en sintonía con los objetivos con enfoque de derechos. Uno de sus declarados en él. Asimismo, otro aspecto impor- objetivos específicos es fomentar en todos tante es velar porque las medidas disciplinarias los actores sociales y de la Comunidad presentes en el Reglamento de Convivencia estén Educativa, una comprensión compartida basadas en un enfoque formativo y no punitivo- de la prevención, la resolución de castigador. conflictos y la violencia escolar, incluido el acoso sistemático o bullying, desde una De manera concreta, acciones que se incluyen en perspectiva formativa. este componente son: a. Prevención del acoso escolar (bullying): clima de seguridad Como se vio en las páginas anteriores, existe sólida evidencia de que el acoso escolar –en cualquiera de sus formas-y la victimización entre estudiantes se relacionan con la aparición de problemas de salud mental e incrementan el riesgo de conducta suicida (Brunstein Klomek, Marrocco, Kleinman, Schonfeld, & Gould, 2007). Por ello, todas las acciones que la escuela o liceo emprenda para que exista un clima de seguridad y para la prevención del acoso escolar, en el marco de Ley de Violencia Escolar, contribuirán a la es- trategia preventiva. Específicamente, se recomienda a los establecimientos que los planes o protocolos de prevención del acoso escolar consideren (Centers for Disease Control and Prevention, 2014): El diseño y aplicación de estrategias eficaces e inclusivas contra el acoso escolar, con especial atención a estudiantes con discapacidad, diferencias de aprendizaje, diferencias de identidad de género, de orientación sexual o diferencias culturales, quienes son más vulne- rables a situaciones de intimidación. Las estrategias basadas en el castigo, la vergüenza y la culpabilización han demostrado ser obstaculizadores de la generación de cambio positivo y prevención de nuevas situaciones de violencia. Diseñar acciones para todos los involucrados en la situación de acoso escolar: la práctica indica que generalmente las acciones de protección se destinan hacia estudiantes que han sido afectados, sin considerar que tanto los espectadores de la situación como quien ejerce el 24 Prevención de la Conducta Suicida en Establecimientos Educacionales acoso también se encuentran en riesgo o pudieran presentar problemas de salud mental. b. Promoción de la participación activa de todos los actores de la comunidad educativa Tal como lo indica la Política de Convivencia Escolar, el clima y la convivencia escolar se ven forta- lecidos cuando existen espacios de participación institucional y se anima a los actores a hacer uso de ellos. De esta forma se promueve el sentido de comunidad, el apoyo mutuo, la solidaridad y la reducción de la discriminación, a través del respeto de los aportes y experiencias que cada actor desde su rol entrega a la convivencia escolar (MINEDUC, 2015). Mediante mayores posibilidades de participación y conectividad al interior de la escuela o liceo se actúa directamente sobre factores de riesgo de la conducta suicida. Es así como la soledad y el ais- lamiento son factores de riesgo para la aparición de problemas de salud mental y/o comportamiento suicida. En la medida de que en el espacio escolar existan vínculos sociales sólidos, espacios donde sea posible participar activamente, y experimentar apoyo y pertenencia social, se estará contribu- yendo a la prevención de estos factores de riesgo. Lo anterior se traduce en acciones tales como: Fortalecimiento de espacios institucionales de participación: consejos escolares, los centros de padres, madres y apoderados y centros de alumnos. Creación de espacios de participación al interior de la sala de clases donde exista la opción de organizarse como grupo curso, tomar decisiones o generar iniciativas en conjunto. Disposición de espacios extra sala de clases, en los que puedan compartir y expresar sus inte- reses y afinidades, mediante instancias formales de recreación, deporte y arte, tales como ta- lleres extraescolares o iniciativas estudiantiles tales como clubes, agrupaciones juveniles, etc. 25 Prevención de la Conducta Suicida en Establecimientos Educacionales Componente 2: Prevención de Problemas y Trastornos de salud mental Los problemas y trastornos mentales son uno de los principales factores de riesgo para la conducta suicida. Aproximadamente, dos de cada diez estudiantes chilenos presentan algún tipo de problema o trastorno de salud mental (De La Barra et al., 2012). Las escuelas o liceos cuentan con una serie de programas destinados a la prevención de problemas de salud mental, como por ejemplo el Programa Habilidades para la Vida de JUNAEB y el Programa Actuar a Tiempo de SENDA, por nombrar algunos. La ejecución de este tipo de programas da cumpli- miento a este componente de la estrategia preventiva. Para maximizar resultados y asegurar que la prevención proporcione un real efecto, se recomienda la elección de estrategias: Basadas en un enfoque ecológico, reconociendo la importancia de los distintos ambientes de desarrollo y la comunicación dada entre ellos. Dirigidas para todos los y las estudiantes, esto es, que posean un carácter universal. Que permitan la participación de toda la comunidad escolar, es decir, docentes, asistentes de la educación, padres y apoderados. Que incluyan el desarrollo de habilidades y competencias socioemocionales, también llama- das habilidades para la vida. Que incorporen elementos de alfabetización y sensibilización en el cuidado y la importancia de la salud mental. A continuación se presentan en mayor profundidad estos dos últimos aspectos. a. Desarrollo de habilidades y competencias socioemocionales: habilidades para vivir Habilidades tales como el autoconocimiento, la autoregulación, la resolución de problemas y las habilidades sociales promueven un sano desarrollo psicosocial y actúan como factores protectores de la salud mental. Estas habilidades pueden ser promovidas y desarrolladas en la escuela o liceo mediante acciones como: Conexión de las competencias socioemocionales con los Objetivos de Aprendizaje Trans- versales (OAT). Mediante la transversalización en el currículum de los objetivos de aprendiza- je asociados al desarrollo personal, intelectual, moral y social de cada estudiante, es posible abordar el desarrollo de las competencias socioemocionales en el currículum regular. Es im- portante señalar que para que sea efectiva la transversalización de estas competencias, debe incluirse dentro de la planificación y evaluación anual, superando el simple acto declarativo. Especial relevancia en este aspecto cobran las dimensiones afectiva, socio-cultural, moral y de proactividad de los OAT. Ejecución de programas de prevención en salud mental basados en la escuela o liceo, que contemple acciones de prevención universal dirigida a la potenciación de factores protectores individuales, familiares, escolares y comunitarios, y que incluya a su vez la participación de todos los actores de la comunidad escolar, inclusive de padres, madres y apoderados. 26 Prevención de la Conducta Suicida en Establecimientos Educacionales BUENAS IDEAS ›› Habilidades para la Vida (HpV) En Chile, “Habilidades para la Vida” (HpV) es un programa de Salud Mental Escolar de- pendiente del Departamento de Salud del Estudiante de JUNAEB. Está destinado a niños, niñas y adolescentes desde el primer nivel de transición hasta 8º año Básico que asisten a escuelas municipales y particulares subvencionadas. HpV tiene por objetivo aumentar el bienestar psicosocial y el éxito en el desempeño es- colar en el país, mediante una intervención psicosocial de salud mental escolar en las co- munidades educativas, y que a largo plazo, eleven la calidad de vida y las competencias personales (relacionales, afectivas y sociales), y disminuyan daños en salud en la población (depresión, suicidio, consumo problemático de sustancias, conductas antisociales, entre otras). HpV se ejecuta en dos ciclos: 1) Habilidades para la Vida I, destinado a estudiantes desde prekinder a 4to Básico y, 2) Habilidades para la Vida II, para estudiantes de 5to a 8vo Básico. En ambos ciclos se promueve el desarrollo de competencias y habilidades sociales, cogni- tivas y afectivas para el logro de sus objetivos. Su modelo de intervención se basa en un modelo ecológico y territorial, realizando ac- ciones de promoción del bienestar y desarrollo psicosocial de la comunidad educativa, detección universal de problemas psicosociales y de conductas de riesgo, prevención de problemas psicosociales y de salud mental y derivación a la red de salud en caso de ser necesario, junto con el fortalecimiento de la red local de la escuela. Las comunidades educativas acceden a este programa mediante la presentación de pro- yectos comunales en la dirección regional de JUNAEB correspondiente. Más información disponible en https://www.junaeb.cl/habilidades-para-la-vida. b. Alfabetización en salud mental La alfabetización en salud mental consiste en ampliar en las personas el conocimiento que mane- jan sobre salud mental, sobre las formas y alternativas disponibles para cuidarla y para promover conductas de pedido de ayuda en caso de necesitarla. Esto resulta beneficioso para quien recibe la información, quien a su vez puede beneficiar a otros al participar del cuidado de la salud mental de quienes le rodean (Jorm, 2012; Kelly, Jorm, & Wright, 2007). Estudiantes, padres y apoderados, como también docentes, asistentes de la educación y directivos pueden recibir esta información, haciendo las distinciones necesarias de acuerdo con sus edades y sus características. Algunos de los aspectos a desarrollar son: Cómo cuidar de la propia salud mental y la de los otros. Cuáles son los síntomas y manifestaciones que tienen los problemas de salud mental. Qué opciones hay disponibles para el tratamiento.

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