9° Colombia: Del Bogotazo al Gobierno de Rojas Pinilla (Ciencias Sociales) PDF
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Javier Albeiro Carrillo Carrillo
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Documentos de Ciencias Sociales sobre Colombia, centrándose en el período posterior al Bogotazo. Explica las tensiones políticas y la violencia entre los partidos liberales y conservadores. También toca el ascenso del gobierno de Rojas Pinilla.
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MINISTERIO DE EDUCACION NACIONAL SECRETARIA DE EDUCACION. NORTE DE SANTANDER PAMPLONA NEW CAMBRIDGE SCHOOL Reconocimiento Oficial Resoluc...
MINISTERIO DE EDUCACION NACIONAL SECRETARIA DE EDUCACION. NORTE DE SANTANDER PAMPLONA NEW CAMBRIDGE SCHOOL Reconocimiento Oficial Resolución 002412 de abril 30 de 2009. Resolución Ampliación Básica Secundaria 00940 del 03 de abril de 2017 y Resolución Bachiller Académico y certificados 003476 del 11 de noviembre de 2020. DANE 354518001465 Unidad #8: COLOMBIA POSTERIOR AL BOGOTAZO, VIOLENCIA Y GOBIERNO DE ROJAS PINILLA Área: Ciencias Sociales Docente: Javier Albeiro Carrillo Carrillo Fecha: 28 de octubre de 2024 COLOMBIA POSTERIOR AL BOGOTAZO Gobierno de Laureano Gómez En diciembre de 1949, sin la participación de otros candidatos, fue elegido presidente el conservador Laureano Gómez, para el período 1950-1954. Gómez se caracterizó por su intransigencia política y radicalismo religioso. Excluyó a los liberales del gobierno e inició una persecución contra sus opositores, promoviendo aún más la violencia política. En años anteriores, Gómez había sido un confeso franquista y antinorteamericano. Sin embargo, durante su presidencia, se dedicó a estrechar los lazos con los Estados Unidos apoyando la lucha contra el comunismo. En 1950, comenzó la Guerra de Corea, en donde los Estados Unidos intervinieron militarmente para impedir la expansión comunista de la Unión Soviética en el oriente asiático. Gómez creó un contingente especial de soldados denominado Batallón Colombia, enviado a Corea para apoyar a los estadounidenses. Colombia se configuró de esta manera como aliado directo de Estados Unidos durante la Guerra Fría. La ANAC y la caída de Gómez En 1951, Gómez convocó a una Asamblea Nacional Constituyente, ANAC, para elaborar una nueva Constitución. Esta le daría más poder al presidente, convertiría al congreso en un órgano corporativista, suprimiría la libertad de crítica y establecería la educación católica. La Asamblea debía reunirse el 15 de junio de 1953 para iniciar sus labores. Sin embargo, los acontecimientos de ese año impidieron su realización. En noviembre de 1951, y debido al delicado estado de salud de Gómez, Roberto Urdaneta fue elegido como designado a la presidencia. El desborde de la violencia, agravado con la aparición de guerrillas en los Llanos Orientales, y la inestabilidad política, continuaron durante su gobierno. Gómez reasumió la presidencia el 13 de junio de 1953, pero para las élites, él no era la persona más indicada para manejar el problema de orden público ni para crear otra Constitución. Es entonces cuando un grupo de conservadores, liberales y militares planifica un golpe de Estado que lleva a cabo ese mismo día. Ofrecieron la presidencia a Urdaneta, pero ante la negativa de este, propiciaron la subida del general del ejército Gustavo Rojas Pinilla, quien asumió la presidencia de la República. LA VIOLENCIA La Violencia es el período de historia colombiana, comprendido entre 1930 y 1953, en el que los dos partidos políticos tradicionales, el liberal y el conservador, se enfrentaron a través de las armas. Para comprender el fenómeno de La Violencia, es preciso distinguir las dos etapas de su desarrollo: la primera, que ocurrió a comienzos de los años treinta con el regreso de los liberales a la presidencia; y la segunda, que se inició en 1946, y se agudizó tras el asesinato de Gaitán. La violencia de los años treinta El ascenso del partido liberal al poder en 1930 produjo descontento en amplios sectores del partido conservador y la Iglesia. En departamentos como los Santanderes y Boyacá, los conservadores decretaron la desobediencia civil y promulgaron el desconocimiento del nuevo gobierno. Los liberales por su parte, iniciaron un proceso de “liberalización”, cuyo objetivo era reemplazar a los alcaldes, policías y otros funcionarios de tendencia conservadora, por miembros pertenecientes al partido liberal. En estas circunstancias, el temor por la pérdida de los cargos públicos y la transformación del poder en beneficio del liberalismo, condujeron al enfrentamiento armado entre los dos partidos. El conflicto de estos años estuvo centrado en los Santanderes y Boyacá, aunque hubo brotes de violencia en departamentos como Tolima y Cundinamarca. Una de las regiones más afectadas durante esta primera etapa de la violencia fue la provincia santandereana de García Rovira. Allí, la liberalización de los cargos públicos, el nombramiento de alcaldes liberales en zonas conservadoras, la oposición de los conservadores y de la Iglesia, las bandas armadas de uno u otro partido y el revestimiento de los conflictos privados con asuntos partidistas desencadenaron una etapa de violencia. Frente a este malestar, el presidente Olaya Herrera se vio precisado a establecer políticas de pacificación como la recolección de armas, la militarización de las regiones y la persecución y el apresamiento de los responsables. La Violencia de mediados de los años cuarenta La segunda etapa comprende de 1946 a 1953. Tiene sus raíces en las fuertes diferencias entre sectores radicales de ambos partidos que, además, excluían y discriminaban a otras corrientes políticas y sociales. En 1946, la violencia política se reactivó en los departamentos de Boyacá, Cundinamarca y los Santanderes, es decir, los lugares conflictivos de la primera violencia. Hechos como el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán en 1948, la extremada polarización política, la incapacidad del gobierno para controlar y castigar los hechos violentos, las condiciones de pobreza de las clases populares y el aumento del conflicto agrario, ayudaron a que la violencia se extendiera por la mayor parte del territorio nacional, principalmente en los departamentos de Antioquia, Bolívar, Caldas, Cundinamarca, Nariño, Tolima, Valle y los Llanos Orientales. Entre 1948 y 1953, la violencia se recrudeció aún más. La policía fue reestructurada luego de los sucesos del 9 de abril y se convirtió en un órgano sectario del conservatismo. Apareció la policía chulavita, conformada por personas provenientes de la vereda Chulavita —ubicada al norte de Boyacá— que se caracterizaron por su crueldad y fanatismo político. En contraparte, los comunistas y los liberales crearon sus propios grupos armados o guerrillas, integradas mayoritariamente por campesinos. Así, mientras los comunistas conformaron guerrillas en sus zonas de influencia, principalmente Cundinamarca y Tolima, los liberales lo hicieron en Antioquia, Tolima, Santander y los Llanos Orientales. Entre los líderes más destacados de las guerrillas liberales figuran: Guadalupe Salcedo, Juan de la Cruz Varela y Juan Franco. Bajo las órdenes de estos hombres, las guerrillas alcanzaron un alto grado de organización y se impusieron en las regiones que controlaron. Durante los años que enmarcan esta segunda etapa de la Violencia, se cometieron actos atroces: torturas, masacres e incendios. EL GOBIERNO DE ROJAS PINILLA El golpe de Estado del general del ejército Gustavo Rojas Pinilla fue una maniobra de las élites políticas colombianas para impedir, por un lado, que Laureano Gómez llevara a cabo su propuesta de creación de una nueva constitución para el país; y, por el otro, para encontrar una solución a la violencia política que estaba fuera de control. Por eso su figura fue bien recibida por la mayoría de los sectores del país. La Iglesia, los conservadores, los liberales y hasta las clases menos favorecidas apoyaron al general Gustavo Rojas al poder. Sin embargo, con el paso de los años, la violencia no disminuyó lo cual trajo una profunda desilusión. Pero, sin lugar a dudas, lo que más preocupó a las élites de los partidos liberal y conservador fue que Rojas quiso construir un proyecto político sin contar con ellas. Fue en ese momento cuando los dirigentes de los partidos tradicionales se aliaron para derrocar al general y recuperar el poder. Primer año de gobierno Para que el gobierno del general Rojas fuera legítimo, los sectores del bipartidismo que respaldaron el golpe, impusieron la creación de una Asamblea Nacional Constituyente, ANAC. Mediante el Acto Legislativo número 1, del 18 de junio de 1953, la Asamblea decretó que el general Gustavo Rojas Pinilla asumiría las funciones de presidente de la República hasta el final del período presidencial, es decir, hasta el 7 de agosto de 1954. Rojas asumió el poder con el claro objetivo de acabar con la caótica situación del país y de restablecer la paz entre los partidos. Por ello, su gobierno buscó generar un clima propicio para la negociación con los grupos armados que operaban en la clandestinidad, decretando una amnistía para las guerrillas liberales en el segundo semestre de 1953. En términos generales, este fue un proceso de paz relativamente exitoso que devolvió a la vida civil a un número importante de guerrilleros. De esta forma, se logró un armisticio que se extendió por un año, aunque posteriormente renaciera la violencia, especialmente en las áreas rurales de los departamentos de Santander, Cundinamarca y Tolima. Logros del gobierno de Rojas Pinilla Rojas impulsó importantes cambios que incidieron en la modernización del país. Inició la construcción de obras como el aeropuerto El Dorado de Bogotá, el Hospital Militar y el ferrocarril del Magdalena; apoyó el establecimiento de la Televisora Nacional y la creación del Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA. En materia social, Rojas mantuvo relaciones estrechas con los obreros y los trabajadores del país, lo cual le permitió ganar popularidad entre estos sectores sociales. A estos logros, se sumó el reconocimiento del voto femenino, hecho que puso a Colombia en igualdad con las demás naciones latinoamericanas que, casi en su totalidad, ya habían institucionalizado este derecho. En 1954, Rojas consiguió que la Asamblea Constituyente decretara la prolongación de su gobierno hasta 1958. Desde este momento, Rojas se distanció del apoyo bipartidista que lo había llevado al poder, conformó un tercer partido en diciembre de 1954: el Movimiento de Acción Nacional, MAN, integrado por trabajadores, clases medias y militares. Sin embargo, la oposición de los liberales y conservadores a través de la prensa (de la cual eran dueños), llevó a la desaparición del MAN en 1955. El 13 de junio de 1956 Rojas creó un nuevo movimiento que buscaba atraer a la población atada a los dos partidos tradicionales: La Tercera Fuerza. Al igual que el MAN, La Tercera Fuerza respaldó al gobierno militar y aglutinó a campesinos, artesanos, y clases medias bajo ideas de corte populista. Los partidos tradicionales se opusieron de nuevo. La respuesta de Rojas fue la represión, lo cual radicalizó la oposición y produjo el descontento de muchos colombianos. La crisis del gobierno de Rojas Una de las causas de la caída del gobierno de Rojas fue el rechazo al modelo político que intentó establecer. Las políticas populistas y la creación de La Tercera Fuerza no fueron del agrado de las élites, pues significaban la pérdida del poder que tradicionalmente habían ostentado. Otra causa fue la persecución y represión a sus opositores, que culminó en sucesos como el asesinato del estudiante universitario Uriel Gutiérrez en junio de 1954, cuando, en compañía de varios compañeros de la Universidad Nacional, protestaba pacíficamente. La censura de radio y prensa se agudizó con la clausura del diario El Tiempo, en 1955. La crisis del régimen de Rojas era evidente, y el 10 de mayo de 1957 varios manifestantes, opositores del régimen, se congregaron en la Plaza de Bolívar para pedir un nuevo gobierno. Rojas, ante la creciente oposición, dejó el mando en manos de una Junta Militar conformada por los generales Gabriel París, Deogracias Fonseca y otros militares. La violencia Aunque Rojas llevó a cabo procesos de paz exitosos con las guerrillas liberales, la violencia no cesó, debido a que la reconciliación entre liberales y conservadores en las zonas rurales no era tan fácil. La intransigencia y los odios políticos continuaron: reductos de grupos como los chulavitas, los “pájaros” (bandas armadas conservadoras) y los bandoleros (ex guerrilleros liberales) siguieron actuando en algunas zonas del país. Además, el conflicto agrario, una de las principales causas que engendraron la Violencia, no fue resuelto durante su mandato.