Tema 5 - Procesamiento Emocional PDF
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Enrique G. Fernández-Abascal
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Este documento analiza el proceso emocional, diferenciándolo de la experiencia emocional. Explica diferentes perspectivas del estudio de las emociones, incluyendo la dimensional y la discreta. También detalla las fases del proceso emocional, desde la detección de cambios hasta la valoración de la situación, incluyendo la influencia de factores como el aprendizaje y la cultura en la manifestación de las emociones.
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# Capítulo 2 ## PROCESAMIENTO EMOCIONAL **Enrique G. Fernández-Abascal** ## COMENTARIO-RESUMEN A) Hay que diferenciar entre la experiencia emocional y el proceso emocional, mientras que la primera es consciente y configura el sentimiento; el segundo, que es parcialmente no consciente, configura...
# Capítulo 2 ## PROCESAMIENTO EMOCIONAL **Enrique G. Fernández-Abascal** ## COMENTARIO-RESUMEN A) Hay que diferenciar entre la experiencia emocional y el proceso emocional, mientras que la primera es consciente y configura el sentimiento; el segundo, que es parcialmente no consciente, configura el conjunto de todos los elementos que intervienen en la gestión emocional, incluida la experiencia emocional. B) Las emociones configuran un sistema multinivel de procesamiento de información para garantizar la adaptación y supervivencia de las personas. Que juega un papel crítico en la comunicación social, mediante una serie de estímulos discriminativos que facilitan la realización de conductas sociales. Y que configura un sistema motivacional y de movilización de comportamientos altamente preciso. C) Hay dos líneas de estudio de las emociones, la dimensional que sostiene la existencia de tres dimensiones generales (valencia afectiva, activación y control) para definir el mapa de todas emociones; y la discreta que mantiene la existencia de características distintivas para cada emoción. Esta última, a su vez diferencia entre emociones primarias (la sorpresa, el asco, el miedo, la alegría, la tristeza y la ira) y secundarias (la culpa, la vergüenza, el orgullo, los celos, el azoramiento, la arrogancia, el bochorno, etc.). D) El proceso emocional se inicia con la detección de cambios emocionalmente significativos en el entorno interno o externo. E) El sistema de análisis está configurado por un doble proceso, una primera evaluación de la situación o vía rápida de procesamiento y una segunda valoración de la situación o vía de análisis precisa. F) El primer sistema se encarga de detectar las novedades y el agrado intrínseco de la situación, mediante procesos automáticos y con un bajo nivel de conciencia. G) El segundo sistema se encarga de valorar la significación, el afrontamiento y las normas, usando para ello una vía de análisis personal, que se ajusta a las necesidades sociales y motivacionales. Pero también este segundo sistema es el responsable del desarrollo de actitudes emocionales cognitivas, que establecen sesgos en el sistema de procesamiento que permiten anticipar y preparar recursos psicológicos para un tipo de situaciones emocionales específicas. H) A su vez, cada emoción produce una serie de efectos, por un lado, efectos subjetivos que constituyen los sentimientos o estados emocionales y que configuran una de sus características diferenciales. Por otro lado, efectos fisiológicos que se refieren a alteraciones en la regulación de la actividad fisiológica. Otro tipo de efectos son los funcionales, es decir, las emociones tienen la característica de preparar para la acción, para actuar sobre el medio modificando las condiciones desencadenantes de la emoción o sus consecuencias. Por último, las emociones también poseen una forma de expresión característica, que cumple importantes funciones sociales. I) La respuesta emocional prototípica no se manifiesta directamente, sino que es filtrada por efecto del aprendizaje y la cultura, modulando los distintos elementos de ésta y ajustándolos a contextos socioculturales de la persona. J) Por último, la dinámica por la que se guían las emociones se compone secuencialmente de dos procesos: en primer lugar, un proceso emocional primario, intenso pero breve; y, en segundo lugar, un proceso emocional secundario u oponente, lento y cuyas características se contraponen a las del proceso primario para retornar a la persona a las condiciones previas a las de iniciarse la respuesta emocional. # 1. INTRODUCCIÓN En cualquier momento de nuestra vida diaria, podemos experimentar emociones con suficiente intensidad como para que tomemos conciencia de este proceso. Si reflexionamos sobre el recuerdo reciente de alguno de estos acontecimientos, nos daremos cuenta de que tienen una causa, algo ha pasado o ha cambiado y nos ha afectado. Como consecuencia de ello, sentimos algo agradable o desagradable, nuestro organismo altera súbitamente su actividad e, incluso, se producen cambios en nuestro comportamiento. Se trata de una emoción, un proceso psicológico que por cotidiano nos parece accesible y fácil de comprender, pero que sin embargo a la Psicología le ha costado más de cien años comenzar a entender. Así pues, las emociones son procesos que se activan cada vez que nuestro aparato psíquico detecta algún cambio significativo para nosotros; lo que las convierte en un proceso altamente adaptativo, ya que tienen la propiedad de dar prioridad a la información relevante para nuestra supervivencia, la cual debe ser procesada en cada momento. Implica un sistema de procesar información altamente jerarquizado, que asigna tiempos y recursos, para proporcionar la respuesta más adecuada, lo más rápidamente posible y con la intensidad proporcionada a las demandas. Esta capacidad adaptativa de las emociones no solo ha jugado un papel imprescindible en nuestra supervivencia como especie, sino que ha sido indispensable en la nuestra como personas individuales. De hecho, cuando nacemos nuestra capacidad de sobrevivir depende totalmente de las emociones. Sin capacidad de pensamiento lógico/simbólico, sin un lenguaje de comunicación y sin capacidad de planificación de nuestro comportamiento, solo los programas de acción emocional genéticamente determinados son los recursos con que hemos contado para juzgar que lo que nos acontecía era "bueno" o "malo", comunicarlo a los demás con una sonrisa o un llanto, y realizar rudimentarias conductas de acercamiento o alejamiento adecuadas a cada situación. Es más, en esos momentos de nuestra vida en los que dependemos totalmente del cuidado de otras personas, la visión de nuestra cara de bebés -con ojos grandes y formas redondeadas- ha puesto también en marcha programas emocionales en nuestros progenitores, que les ha llevado a cuidarnos y atender todas nuestras necesidades. Pero las emociones son mucho más que programas de acción genéticamente dotados, lo que les podría hacer rígidos y estereotipados. Como procesos adaptativos por excelencia que son, tienen una alta plasticidad y capacidad para evolucionar, desarrollarse y madurar. Así aprendemos desde un amplio elenco de nuevas situaciones con significación personal, a la modulación de nuestras propias respuestas emocionales, el desarrollo de nuevas emociones e, incluso, a anticipar respuestas para prevenir situaciones emocionales no deseadas. Así pues, las emociones no son procesos estáticos, sino que van cambiando en función de las demandas del entorno, por acción de la experiencia personal y social. En resumen, la principal función de las emociones es la organización de toda nuestra actividad. Organización del entorno y de nuestras experiencias, y organización de complejas actividades que en muchos de los casos debemos realizar en un lapso muy breve de tiempo, no solo como reacción a las propias exigencias de las situaciones, sino con la finalidad de anticiparse a consecuencias que aún no han ocurrido. Para ello las emociones reclutan a los restantes procesos psicológicos como la percepción, la atención, la memoria, el pensamiento, la comunicación verbal y no verbal, y la motivación. Así pues, las emociones son un sistema de procesamiento de información prioritaria para la supervivencia y la adaptación al medio, y se convierten en el proceso que coordina a los restantes recursos psicológicos necesarios para dar la repuesta más rápida y puntual ante una situación concreta. # 2. CONCEPTO DE EMOCIÓN En una primera aproximación al concepto de emoción, debe evitarse un error que se presenta frecuentemente, y es el confundir lo que es la emoción humana en sí misma para una persona y lo que es la compresión de la emoción por parte de la Psicología. Esta diferenciación lleva a discriminar entre una aproximación meramente descriptiva de los procesos emocionales y una más prescriptiva, que intenta desarrollar una serie de conceptos científicamente válidos que aglutinen todos los eventos y fenómenos emocionales (Russell y Lemay, 2000). Emoción es el concepto que utiliza la Psicología para describir y explicar los efectos producto por un proceso multidimensional, encargado de: * El análisis de situaciones especialmente significativas. * La interpretación subjetiva de las mismas, en función de la historia personal. * La expresión emocional o comunicación de todo el proceso. * La preparación para la acción o movilización de comportamiento. * Los cambios en la actividad fisiológica. La emoción es estudiada desde enfoques e intereses muy distintos, así la neurociencia se interesa por el conocimiento de los mecanismos cerebrales, hormonas y neurotransmisores implicados en la emoción; la psicología evolutiva se centra en el desarrollo delimitando cuáles son los cambios emocionales que se producen a lo largo de la vida de una persona; la psicología social pone de relive la importancia comunicativa de la expresión emocional; la psicología cognitiva acentúa la importancia de la relación entre emoción y cognición; la psicología de la personalidad se centra en el estudio de los rasgos desde el punto de vista de emociones discretas; y la psicología clínica se interesa por la relación entre desórdenes psicológicos y tipos de experiencia emocional. Es preciso diferenciar el proceso emocional en sí, es decir, el cambio puntual que se produce en un determinado momento y con una duración delimitada en el tiempo; del rasgo o tendencia emocional, es decir, de las formas habituales de responder emocionalmente de una determinada manera o la tendencia a tener casi siempre la misma respuesta emocional, que hace referencia más a estructuras relativamente estables en el tiempo (temperamento), que a procesos, y que se escapa de los temas que son de interés por lo que no será abordado aquí. También es preciso diferenciar el concepto de emoción de otros, que en el lenguaje coloquial se utilizan como sinónimos, pero que tienen otra significación dentro de este campo. Estos conceptos son los de afecto, humor (tono emocional de base) y sentimiento. Si consideramos conjuntamente los conceptos de afecto, tono emocional de base y sentimiento, podemos resaltar que el primero es el más general de los tres. Además, desde un punto de vista filogenético y ontogenético, es el más primitivo. El afecto es una condición neurofisiológica accesible conscientemente, como en sentimientos más simples (no reactivos), evidente en el tono emocional de base y en las emociones. El afecto posee tono o valencia, que puede ser tanto positiva como negativa, e intensidad, que a su vez puede ser baja o alta. Prácticamente todas las especies poseen un proceso afectivo. Como indica Buck (1985), se especula con la posibilidad de que el tono o valencia esté directamente relacionado con algunas estructuras diencefálicas (hipotálamo) y la intensidad con la formación reticular. El afecto tiene que ver con la preferencia y permite el conocimiento del valor que tienen para la persona las distintas situaciones a las que se enfrenta. El afecto es primitivo, universal y simple (irreducible en el plano mental). Puede existir sin estar etiquetado, interpretado o atribuido a cualquier causa. Existe una tendencia innata hacia el afecto positivo, de tal suerte que la meta de toda persona es obtener placer. Por su parte, el humor que es un término de uso coloquial ambiguo al que nos referiremos técnicamente como "tono emocional de base" (ya que induce a equívoco con la emoción denominada "humor", ver Capítulo 7), es una forma específica de estado afectivo, la cual también implica la existencia de tono e intensidad. El tono emocional de base implica la existencia de un conjunto de creencias acerca de la probabilidad que tiene la persona de experimentar placer o dolor en el futuro, esto es, de experimentar el afecto positivo o el afecto negativo. Un tono emocional de base concreto puede durar varios días, variando según lo haga la expectativa de futuro de la persona. La emoción, que también es una forma concreta de afecto, por el contrario, suele durar muy poco tiempo, refiriéndose a una relación concreta de la persona con su medio ambiente en el momento presente. Schwarz y Clore (1988) distinguen el tono emocional de base de la emoción, perfilando el tono emocional de base como más difuso y generalizado, mientras que la emoción es una reacción específica a eventos particulares. Por otra parte, también se diferencian ambos conceptos en la proximidad de la causa, ya que el tono emocional de base tiene una causa que es más remota en el tiempo de lo que lo es la de la emoción. En definitiva, el tono emocional de base refleja la probabilidad de que la persona obtenga placer o dolor a partir de sus relaciones con el medio ambiente físico y social en el que se encuentra inserto. Por último el sentimiento es la experiencia subjetiva de la emoción. En este sentido Izard, Kagan y Zajonc (1990) enfatizan la controversia que suscita, ya que, muchas veces, la cuestión importante es determinar si se trata de un estado de sentimiento, de un tipo especial de proceso cognitivo o una combinación de sentimiento y cognición. En cualquiera de los casos, como indican Carlson y Hatfield (1992), el término sentimiento se refiere a la evaluación, momento a momento, que un sujeto realiza cada vez que se enfrenta a una situación De este modo, podemos plantear que las emociones son procesos intensos pero muy breves, el tono emocional de base es menos intenso pero más duradero, mientras que los sentimientos son impresiones pasajeras, apenas perceptibles. Ahora bien, el hecho de que la emoción se refiera a fenómenos transitorios, caracterizados por un rápido inicio y una duración muy reducida, no implica necesariamente la rápida transitoriedad de la experiencia emocional. La duración de la experiencia emocional o sentimiento no puede ser deducida a partir de la expresión emocional. Más bien, la duración de un sentimiento depende de diversas variables, tales como las cognitivas y las fisiológicas. Por su parte, el proceso emocional implica una condición especial de procesamiento de información, mediante el cual se pone en relación algo ya conocido o que sé percibe en ese momento, con una escala de valores; análisis del cual depende tanto la cualidad como la intensidad de las emociones evocadas. Y, también, como consecuencia de tal procesamiento se producirá una apreciación subjetiva, cambios en la activación fisiológica, así como la posible movilización de comportamientos en relación con la propia valoración. # 3. CARACTERÍSTICAS DE LAS EMOCIONES Quizás la principal característica de las emociones es la de ser una modalidad de operación para el conjunto de la arquitectura psicológica. Por lo tanto, su caracterización es compleja, como la vida mental a la que dan soporte. Intentaremos delimitar las principales características de las emociones, recogiendo las funciones que cumplen, las tareas que emplean para alcanzar estos fines, y las leyes o principios que rigen su funcionamiento. ## 3.1. Funciones de las emociones En lo que se refiere a las funciones que todas las emociones deben cumplir, que es lo que las hace útiles y beneficiosas, según Reeve (1994) son: la función adaptativa, la función social y la función motivacional. En el Cuadro 2.1 se recogen las principales funciones que cumplen las emociones. | FUNCIÓN | EFECTO | |---|---| | Adaptativa | Preparan al organismo para la acción | | Social | Comunican nuestro estado de ánimo | | Motivacional | Facilitan las conductas motivadas | La función adaptativa de las emociones fue puesta de manifiesto en primer lugar por Darwin, quien argumentó que la emoción sirve para facilitar la conducta apropiada a cada situación, lo cual le confiere un papel de extraordinaria relevancia en la adaptación. Como hemos visto en el primer epígrafe, la función más importante de la emoción es precisamente la de preparar al organismo para que ejecute eficazmente una conducta exigida por las condiciones ambientales, que movilice la energía necesaria para ello y que dirija la conducta a un objetivo determinado. Esto estaría especialmente delimitado en el caso de las emociones primarias, cuyas funciones pueden verse resumidas en el Cuadro 2.2. | EMOCIÓN | FUNCIÓN ADAPTATIVA | |---|---| | Sorpresa | Exploración | | Asco | Rechazo | | Alegría | Afihación | | Miedo | Protección | | Ira | Anindelensa | | Tristeza | Remtegración | Así pues, estas funciones adaptativas permiten desarrollar las respuestas adecuadas a las condiciones que elicitaron cada una de las emociones concretas: * Por ejemplo, en el caso de la emoción de sorpresa, su principal función adaptativa es la exploración, que sirve entre otras cosas para: * Facilitar la aparición de la reacción emocional y comportamental apropiada ante situaciones nuevas. Para lo cual, elimina la actividad residual en el sistema nervioso central, que pueda interferir con la reacción apropiada ante las nuevas exigencias de la situación sorpresiva. * Facilitar la dirección de los procesos atencionales, focalizándolos y promoviendo conductas de exploración, curiosidad e interés por la situación novedosa. * Por último, reclutar recursos y dirigir los procesos cognitivos a la situación novedosa que se ha presentado. * En el caso de la emoción de asco, su función adaptativa fundamental es la del rechazo, y sirve para: * Producir respuestas de escape o evitación ante estímulos desagradables o que son potencialmente dañinos para la salud. * Potenciar el desarrollo de hábitos saludables, higiénicos y, por lo tanto, altamente adaptativos. * En el caso de la emoción de alegría, su función es la de afiliación, que entre otros objetivos sirve para: * Incrementar la capacidad para disfrutar de diferentes aspectos de la vida. * Generar actitudes positivas tanto hacia uno mismo, como hacia los demás; lo cual a su vez favorece la aparición del altruismo y la empatía. * Establecer nexos de unión entre las personas y favorecer las relaciones interpersonales. * Dotar a la persona de sensaciones de vigorosidad, competencia, trascendencia y libertad. * Favorecer los procesos cognitivos, de aprendizaje y memoria, aumentando la curiosidad y la flexibilidad mental. * En el caso de la emoción de miedo, su función primordial es la de protección y sirve para: * Facilitar la aparición de respuestas de escape o evitación ante situaciones peligrosas. * Focaliza la atención casi exclusivamente en el estímulo temido, facilitando de este modo que el organismo reaccione rápidamente ante el mismo. * Movilizar una gran cantidad de energía, lo que permitirá ejecutar respuestas de manera mucho más intensa y rápida, que como lo haríamos en condiciones habituales. * En el caso de la emoción de ira, la función fundamental es la de autodefensa, aunque puede llegar a la destrucción, sirve para: * La movilización de la energía necesaria en las reacciones de autodefensa o de ataque. * La eliminación de obstáculos que impiden la consecución de los objetivos y metas deseadas, y cuya obstrucción genera frustración. * Por último, la reacción de ira no siempre tiene que concluir en agresión -verbal o física, ya que una de sus funciones adaptativas es precisamente intentar inhibir las reacciones indeseables de otras personas y evitar así la situación de confrontación. * En el caso de la emoción de tristeza, que es la emoción básica en la que habitualmente resulta más difícil ver su función adaptativa, ésta es la de la reintegración, que sirve para: * Aumentar la cohesión con otras personas, de manera especialmente marcada con aquellas que se encuentran en la misma situación. * La reducción del ritmo de actividad general del organismo. Potenciando de esta manera la posibilidad de valorar otros aspectos de la vida, que antes de aparecer la respuesta emocional no se les prestaba atención. * Reclamar la ayuda de otras personas, mediante la comunicación a los demás de que no se encuentra bien. Así mismo, sirve para apaciguar las reacciones de agresión por parte de otros. * Por último, fomenta la aparición de empatía y otros comportamientos altruistas. La función social de las emociones, que se basa en la expresión de las mismas, lo cual permite a las demás personas predecir el comportamiento que vamos a desarrollar y a nosotros el suyo, lo que tiene un indudable valor en los procesos de relación interpersonal. La expresión de las emociones puede considerarse, por lo tanto, como una serie de estímulos discriminativos que facilitan la realización de conductas sociales. Estas funciones se cumplen mediante varios sistemas de comunicación diferentes: la comunicación verbal, o información a los demás de nuestros sentimientos, la comunicación artística y la comunicación no verbal. Esta última tiene una importancia especial ya que, al menos las emociones primarias, tienen un patrón específico y universal para su comunicación, configurado por la postura corporal, la expresión facial, y la prosodia del lenguaje, es decir el tono emocional del habla. Izard (1989) destaca varias subfunciones dentro de esta función social, como son: * La de facilitar la interacción social. * La de controlar la conducta de los demás. * La de permitir la comunicación de los estados afectivos o * La de promover la conducta prosocial. Incluso la falta de comunicación o represión de las emociones, también puede cumplir una función social. En muchas situaciones sociales es necesario la inhibición de la manifestación de ciertas reacciones emocionales, ya que en caso de no hacerse podrían alterarse seriamente las relaciones sociales y afectar al funcionamiento de los grupos. Aunque de forma general la inhibición emocional produce malos entendidos y reacciones indeseables, que no se hubieran producido en el caso de que los demás hubieran conocido el estado emocional en el que se encontraba (Pennebaker, 1993). El efecto motivacional de las emociones no se limita al hecho de que en toda conducta motivada se produzcan reacciones emocionales, sino que una emoción puede determinar la aparición de la propia conducta motivada, dirigirla hacia determinada meta y hacer que se ejecute con un cierto grado de intensidad. Así pues, la conducta motivada produce una reacción emocional y, a su vez, la emoción facilita la aparición de conductas motivadas. La expansión filogenética de la corteza cerebral en el ser humano ha posibilitado una variedad creciente de interpretaciones, emociones y opciones de comportamiento. Las emociones, aunque aún motivan el comportamiento humano, tienen su aportación más importante en la posibilidad de "desacoplar" la motivación de la percepción del estímulo, para hacer de esta manera posible su reconsideración. Por ejemplo, el miedo crea una tendencia para escapar, pero una persona rápidamente puede darse cuenta de que la amenaza va dirigida a otra persona -reinterpretación del acontecimiento- o que una postura agresiva intimidará al asaltante -reinterpretación de alternativas de respuesta-. De esta manera las emociones permiten flexibilizar tanto la interpretación de los acontecimientos, como la elección de la respuesta más adecuada. Las emociones, desde este punto de vista, representan una alternativa evolucionista muy importante. De esta manera, las emociones se constituyen en el primer sistema motivacional para la conducta humana, ya que juegan un papel crítico en la energización de la conducta motivada, y en los procesos de percepción, razonamiento y acción motivadora (Izard y Ackerman, 2000). De hecho las principales emociones dibujan lo que son los dos grandes ejes de regulación del comportamiento: la aproximación y la evitación o, si se prefiere apetito y aversivo (Hamm, Schupp y Weike, 2003). En el Cuadro 2.3 se representa la distribución de las emociones y los ejes motivacionales que éstas configurarían. | | | |---|---| | **Aproximación** | Amor <br> Felicidad <br> Alegría <br> Humor <br> Relax <br> Sorpresa <br> Orgullo <br> Aburrimiento | | **Evitación** | Culpa <br> Ansiedad <br> Vergüenza <br> Depresión <br> Celos <br> Asco <br> Miedo <br> Ira | ## 3.2. Tareas de las emociones Según Stemmler (2003), todas las emociones cumplen una serie de tareas, entre las que destacan: * La de codificar las condiciones estimulares como positivas o negativas, o alternativamente, como apetitivas o aversivas. * La de interrumpir las cogniciones y el comportamiento en curso, refocalizando la atención. * La de escudriñar la memoria emocional, para localizar contingencias estímulo-respuesta aprendidas y probadas como exitosas en el pasado, tanto para la especie como para uno mismo. * La de influenciar tendencias de respuesta comportamental hacia una disposición motivacional particular como la aproximación o la evitación, incluyendo la modulación de circuitos reflejos. * La de involucrar procesos explícitos e implícitos para la evaluación de los estímulos, el ambiente y la memoria, así como de los procesos implícitos de valoración. * La de preparar clases de comportamiento, como la defensa, el abatimiento o el ataque, a través de una coordinación de los sistemas autonómico, somático, hormonal e inmune. * La de poner las intenciones de uno en conocimiento de los demás, tanto oralmente como a través de la postura, el color de la piel, la expresión facial, etc. * La de comunicar las actividades autonómica y somática a las aferencias para su integración en los centros cerebrales. * La de responder con extrema rapidez para contrarrestar amenazas de lesiones o de integridad del organismo, es decir, protegiendo el cuerpo y sus órganos más importantes de cualquier tipo de daño. En función de estas tareas, podemos considerar que las emociones funcionan como programas de orden superior o módulos de la mente, que son responsables de ajustar prioridades de procesamiento y de respuesta. Así, cuando una emoción se dispara, activa algunos mecanismos subordinados como la atención, el procesamiento heurístico o la urgencia en los programas de acción, y desactiva otros como las metas de alto nivel, el procesamiento sistemático, la digestión, etc. Por lo tanto, son una modalidad de funcionamiento del sistema psicológico (Mineka, Rafaeli y Yovel, 2003). ## 3.3. Leyes de las emociones Por último tenemos las leyes de la emoción que rigen el proceso emocional -aunque sería más preciso llamarlas principios-, que fueron formuladas en primer lugar por Frijda (1988) y que han sido recientemente reeditadas (Frijda, 2001). Estas "leyes" han supuesto un de los más importantes avances en la caracterización de las condiciones y procesos que rigen el complejo mundo de las emociones. Estas once leyes y su formulación son: * **La ley del significado situacional**, que formula que las emociones surgen en respuesta a la estructura de significado que nos da la situación. * **La ley de lo concerniente**, que formula que las emociones surgen en respuesta a situaciones que son importantes para las metas, deseos, motivaciones o preocupaciones de las personas. * **La ley de la realidad aparente**, que formula que las emociones van a ser elicitadas por situaciones que son valoradas como reales y que la intensidad de estas se corresponderá con el grado de realidad que se asume. * **La ley del cambio**, que formula que el cambio, la presencia de condiciones favorables o desfavorables, facilitará la aparición de la respuesta emocional, pero es necesario que esas condiciones se den como fruto de cambios reales o esperados. * **La ley de la habituación**, que formula que los placeres o dificultades continuadas tienden a desvanecerse o perder fuerza. * **La ley del sentimiento comparativo**, que formula que la intensidad de una emoción dependerá de la relación entre el evento ante el que se tiene esa emoción y el marco de referencia en el que es evaluado. * **La ley de la asimetría hedónica**, que formula que el placer es siempre contingente con el cambio y que desaparece con la satisfacción contínua, mientras que el dolor puede persistir en el tiempo, si persisten las condiciones adversas. * **La ley de la conservación del momento emocional**, que formula que los momentos emocionales retienen su capacidad para elicitar las emociones indefinidamente a menos que sean contrarrestados por exposiciones repetidas que podrían llegar a permitir que se dieran los fenómenos de extinción o de habituación. * **La ley final**, que formula que las emociones tienden a estar sujetas a juicio, en término de relatividad, sobre el impacto y los requerimientos de metas y objetivos, que van más allá de los que inicialmente se tenían. * **La ley del cuidado con las consecuencias**, que formula que cada impulso emocional elicita un segundo impulso que tiende a modificar esa primera respuesta emocional en relación con las posibles consecuencias que tendría. * **La ley de la menor carga y el mayor beneficio**, que formula que cuando una situación puede ser vista desde distintas alternativas, existe una tendencia a verla desde aquella postura que minimice la carga emocional negativa y/o que maximice una ganancia emocional. En este punto, al menos debe quedar claro que nos encontramos ante uno de los procesos psicológicos más complejos. Proceso que cumple importantes funciones, desarrolla múltiples tareas, y obedece a complejas leyes y principios de regulación. # 4. TIPOS DE EMOCIONES El estudio del proceso emocional ha seguido dos direcciones distintas, a la hora de investigar como se organizan las emociones concretas o específicas, estos enfoques corresponden con: * El estudio dimensional de las emociones, que tiene su fundamentación en la existencia de importantes diferencias individuales en las emociones que las personas adultas llegan a desarrollar, por lo que se considera que el empleo de categorías discretas no es la mejor forma de describir la realidad. En su lugar, se utilizan dimensiones generales que definen el mapa de todas las posibles emociones que pueden ser desplegadas. * El estudio de las emociones discretas o específicas, por contra, parte de la existencia de características únicas y distintivas para cada categoría emocional, lo que permite hablar de emociones discretas a pesar de las diferencias individuales que surgen en el desarrollo personal de cada una de ellas. ## 4.1. Emociones dimensionales El estudio dimensional de las emociones, tiene una larga tradición en la investigación psicológica, siendo defendida en primer lugar por Wundt (1896). Entre los diferentes autores, parece existir un acuerdo bastante generalizado a la hora de identificar las dimensiones que delimitan el campo afectivo. Estas dimensiones tienen un carácter bipolar y estarían definidas por tres ejes: * **El eje de valencia afectiva** que va del agradable al desagradable -placer al displacer-, y que permite diferenciar las emociones en función de que su tono hedónico sea positivo o negativo. * **El eje de activación** que va de la calma al entusiasmo, y que permite diferenciar las emociones por la intensidad de los cambios fisiológicos entre las condiciones de tranquilidad o relajación, y el de extrema activación o pánico incontrolable. * **El eje de control** que va del extremo controlador de la situación, al extremo contrario de controlado por la situación, y que permite diferenciar las emociones en función de quién ejerza el dominio, la persona o la situación desencadenante. De estas tres dimensiones, las dos primeras son las que proporcionan el mayor nivel de discriminación, entorno al 85% del total. De hecho la única diferenciación crítica con el eje de control es la que se produce entre la ansiedad y la hostilidad. Por ello, habitualmente solo se utilizan los ejes de valencia afectiva y activación. En el Cuadro 2.4 se presenta el mapa emocional que más investigación ha acumulado hasta el momento (Lang, Bradley y Cuthbert, 1999), como puede apreciarse la configuración emocional tiene una forma de cuarto de luna. Esta forma viene determinada porque no hay ocurrencia de situaciones extremas en valencia afectiva (tanto positiva como negativa) que presenten una baja activación, del mismo modo que cuando hay una extrema activación las situaciones no pueden ser neutras en valencia afectiva.. El principal atractivo de las propuestas dimensionales es que pueden dar explicación de un número infinito de estados emocionales y proporcionan un esquema para delimitar similitudes y diferencias entre las emociones. A pesar de todo lo dicho, las dimensiones bipolares no son la única propuesta dimensional que se ha desarrollado. Gilboa y Revelle (1994) realizaron una investigación para comprobar, entre otras, la hipótesis de que la independencia de las emociones de tono hedónico positivo y negativo podría ser demostrada no sólo en la estructura, sino también en el patrón temporal de las respuestas emocionales. ## 4.2. Emociones discretas El estudio de las emociones discretas o específicas tiene su origen en el hecho de que al menos algunas emociones -las consideradas "primarias" como veremos más adelante-, poseen características distintivas en alguno o varios de sus elementos. Entre estas características se han utilizado por ejemplo la correspondencia entre el tipo de afrontamiento, es decir, la movilización para la acción que producen, y la propia forma emocional. Por ejemplo, la movilización típica del miedo es siempre una huida o evitación de la situación desencadenante, mientras que el resto de las emociones no presentan este afrontamiento, lo que le hace a ésta una característica distintiva de la emoción de miedo. Otras características en las que se han basado estas clasificaciones de las emociones, son por ejemplo en el hecho de que algunas emociones poseen una forma de expresión facial concreta y unívoca, y que esta sea reconocida a lo largo de diferentes culturas, es decir, que su expresión tenga un carácter universal. O el que presenten un procesamiento cognitivo propio y distintivo de las restantes emociones. No obstante, los criterios que han sido utilizados son muy diversos como puede apreciarse en el Cuadro 2.6. Así, se han empleado criterios que relacionan las emociones con instintos, que las emociones sean estados emocionales innatos, que no requieren contenidos proposicionales, que se relacionen con procesos biológicos adaptativos, que produzcan una alta densidad de descarga nerviosa o que posean independencia de procesos atribucionales, etc. Esto ha dado como consecuencia una amplia dispersión y variedad de emociones reconocidas como poseedoras de una entidad propia, y al mismo tiempo una falta de criterios universalmente aceptados. | CRITERIOS | AUTORES Y EMOCIONES "BÁSICAS" | |---|---| | Afrontamiento | Arnold (1960) <br> amor, aversión, desaliento, deseo, desesperación, esperanza, na, miedo, odio insteza y valor | | Expresión facial | Ekman, Frieseny Elsworth (1982) <br> ira, alegría, muede, asov, semresa y tristeza | | Procesamiento | Izard (1991) <br> alegría, ansiedad, culpa, desprecio, asco, exitación, ira, miedo, sorpresa, verguieniza | | Relación con instintos | Medomgall (1926) <br> asombro, euforia, wa, mundo, ases, sometamiento y етика | | Innatos | Mowrer (1900) <br> dolor y placer. | | Sin contenido proposicional | Oatley Johnson-Land (1987) <br> felicidad, ira, miedo, asco v tristeza | | Adaptación biológica | Plutchik (1980) <br> aceptación, alegria, expectación, a, muedo, asco, sorpresa y tusiana: | | Descarga nerviosa | Tomkins (1984) <br> ansiedad, desprecio, interés, ira, alegría, miedo, asco, sorpresa y verguenza | | Independencia atribucional | Weiner (1985) <br> culpa, desesperanza, felicidad, ita, sorpresa y tristeza.. | Sin duda, entre todas estas propuestas, la que es más atractiva y ha tenido una mayor transcendencia, es la que proviene de la orientación evolucionista que propone la existencia de unas emociones primarias, que serían categorías emocionales primitivas -tanto filogenética como ontogenéticamente- de carácter universal y a partir de las cuales se desarrollarían las demás emociones o emociones secundarias. ## 4.2.1. Emociones primarias A nivel ontogenético, el desarrollo de las emociones está ligado a la maduración de los mecanismos y estructuras neurales que sustentan el proceso emocional; así, es a lo largo del desarrollo evolutivo cuando se estructuran, con el concurso del aprendizaje y la propia historia personal, los patrones propios de evaluación valorativa y de respuesta a las emociones, siguiendo el curso madurativo propio de nuestra especie (Dunn, 2003). Unas cuantas emociones discretas emergen en los primeros momentos de la vida, entre las que se incluyen la sorpresa, el asco, el miedo, la alegría, la tristeza y la ira (Ekman, 1992, 2003); son las que se consideran emociones primarias, aunque hay una tendencia cada vez mayor a hablar de "familia" de emociones primarias como veremos en el epígrafe 7.3-. Ya que hay constelaciones emocionales que comparten recursos y funciones, que actúan de forma complementaría y que tienen su origen precisamente en estas emociones primarias. Además existe otro conjunto de emociones que emergerán más tarde en la infancia intermedia, fruto de la maduración y de los procesos sociales; estas emociones incluyen la culpa, la vergüenza, el orgullo, los celos, etc. Cada una de estas emociones primarias se corresponde con una función adaptativa -ver epígrafe 3- y, además, poseen condiciones desencadenantes específicas y distintivas para cada una de ellas, un procesamiento cognitivo propio, una experiencia subjetiva característica, una comunicación no verbal distintiva y un afrontamiento diferente; en lo que se refiere a la activación fisiológica, posiblemente también se diferencien, aunque este punto aún no se encuentra del todo establecido (para una revisión exhaustiva sobre este último punto puede verse Cacioppo et al., 2000). ## 4.2.2. Emociones secundarias Ademas de las actitudes emocionales cognitivas, que se desarrollarán en el epígrafe 7.2, y que se corresponde con desarrollos cognitivos más o menos directos de las emociones primarias; existen otra serie de emociones secundarias que no se derivan directamente de éstas y que son fruto de la socialización y del desarrollo de capacidades cognitivas. Estas emociones secundarias, también denominadas sociales, morales o autoconscientes, corresponden con la culpa, vergüenza, orgullo, celos, azoramiento, arrogancia, bochorno, etc. La gran mayoría de los autores sitúan la aparición de estas emociones en torno a los 2 años y medio de edad a los 3 años (Dunn, 2003), aunque podemos encontrar alguna excepción a este hecho (ver Draghi-Lorenz, Reddy y