El Prerrenacimiento: Contexto histórico, social y cultural. PDF
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Este documento analiza el Prerrenacimiento en España, abarcando su contexto histórico, social y cultural. Se explora la poesía narrativa popular, la evolución del romance, y sus temas y métrica. Se abordan aspectos como la sociedad, las influencias culturales, y el desarrollo de la literatura.
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EL PRERRENACIMIENTO 1. CONTEXTO HISTÓRICO, SOCIAL Y CULTURAL. Culturalmente, en el siglo XV, periodo de transición entre la Edad Media y el Renacimiento, se mantuvieron muchos aspectos literarios de los siglos anteriores, aunque también hubo pequeños cambios. En primer lugar, desaparecerán los canta...
EL PRERRENACIMIENTO 1. CONTEXTO HISTÓRICO, SOCIAL Y CULTURAL. Culturalmente, en el siglo XV, periodo de transición entre la Edad Media y el Renacimiento, se mantuvieron muchos aspectos literarios de los siglos anteriores, aunque también hubo pequeños cambios. En primer lugar, desaparecerán los cantares de gesta, al igual que los poemas del mester de clerecía. Por contra, surgirá el Romancero viejo, que revitaliza el viejo género épico enriqueciéndolo con nuevos temas. Es también fundamental la importancia que reviste el descubrimiento de la Antigüedad clásica a través de los humanistas italianos (Dante, Petrarca y Boccaccio). En este ambiente renovador proveniente de Italia desempeñan un importante papel las cortes literarias de Juan II, Alfonso V el Magnánimo y los Reyes Católicos constituidas en importantes centros de recepción, promoción y difusión de la cultura humanística. Este período histórico, la sociedad se caracteriza por las continuas peleas entre nobles (cuya posición era hegemónica) y reyes, situación que finaliza con la estabilidad que proporciona el matrimonio entre Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, los Reyes Católicos. Juntos finalizan la Reconquista de Granada en 1492 y amplian su poder con el descubrimiento de América. En esta época se produce también la entrada del Renacimiento en España. Asistimos al deterioro progresivo de las relaciones entre los miembros de las tres principales comunidades étnico-religiosas (cristianos, musulmanes y judíos). En las fiestas cortesanas (las cortes eran importantes como lugar de ocio y de promoción de la cultura), los caballeros cantaban su amor por las damas, entre otros temas, en unas composiciones que se coleccionaban en unos libros llamados cancioneros. Cabe mencionar también la importancia fundamental que tuvo la invención de la imprenta en la difusión de la cultura. 2. LA POESÍA NARRATIVA POPULAR-TRADICIONAL: EL ROMANCERO VIEJO Según la versión tradicionalista que defienden autores como Menéndez Pidal, los romanceros son breves composiciones épico-líricas que surgen de la fragmentación de los antiguos cantares de gesta. Otros defienden que los romances responden al esfuerzo creador de un solo individuo anónimo, y que fueron creados desde un primer momento como género independiente de los cantares de gesta. Esta versión se basa en las semejanzas entre los romances y la lírica de tipo tradicional: la emotividad, el predominio de figuras de repetición,… y en que los romances más antiguos son líricos y novelescos, no épicos. 2.1. EVOLUCIÓN Y TRANSMISIÓN Los romances se transmiten oralmente hasta el siglo XV. A lo largo del siglo XVI y primera mitad del siglo XVII, los autores cultos los recogen y los incluyen en cancioneros y romanceros. En la segunda mitad del siglo XVII, empieza a olvidarse el Romancero tradicional (viejo) y nuevamente se refugia en el pueblo, puesto que poetas renombrados, como Cervantes, Góngora, Quevedo o Lope de Vega, escriben nuevos romances, que constituyen el Romancero nuevo. Son composiciones de carácter culto, en el sentido de que tienen un autor conocido. La versión definitiva de estos romances la fija por escrito el propio autor y se transmiten ajenas a la tradición oral, por lo que no caben múltiples variantes y que imitan el modo de hacer del Romancero tradicional o viejo. 2.2. TEMAS Los romances, por el tema que tratan, pueden clasificarse en: Histórico-nacionales: proceden de los cantares de gesta castellanos y exaltan a sus héroes, como el Cid. Otros héroes retratados en estos romances son Fernán González, artífice de la independencia de Castilla del reino de León. Novelescos y liricos: creados por la imaginación popular, cuentan alguna historia de amor o exaltan algún sentimiento poético. Fronterizos y moriscos: relatan episodios bélicos en la frontera entre los reinos moros y cristianos en los siglos XVI y XV. Los primeros tienen como protagonista a un cristiano y los segundos, a un musulmán. Carolingios: se centran en la figura de Carlomagno y los personajes de su corte, como su sobrino Roldán. Bretones: inspirados en la leyenda del rey Arturo y los caballeros de la Tabla Redonda. 2.3. MÉTRICA La métrica del romance prueba la estrecha relación con los cantares de gesta. Estos, en su última etapa, tendían al verso largo de 16 sílabas, dividido por la pausa o cesura en mitad del verso en dos hemistiquios de 8 sílabas cada uno. De esta manera, los versos impares pasaron a ser versos sueltos y los versos pares, versos asonantados que rimaban entre sí. El romance es una composición formada por una serio indefinida de versos octosílabos que riman en asonante los pares y los impares quedan sueltos o libres (sin rima). El esquema métrico del romance español es: 8-, 8a, 8-, 8a, 8-, 8a, 8-, 8a... Según se dice frecuentemente, al igual que los versos heptasílabos y endecasílabos son de origen italiano, como las estrofas que denominamos terceto, cuarteto, soneto..., el verso octosílabo y la estrofa llamada romance son el metro y la estrofa más característico y naturales de la lengua española. Incluso cuando hablamos en prosa, tenemos tendencia, casi sin darnos cuenta, a la rima asonante y al verso de ocho sílabas. 2.4. ESTILO Los romances tienen algunos rasgos idiomáticos de la épica y fórmulas del lenguaje oral, dado su origen popular o tradicional. Destacan por las siguientes características: Tendencia a lo fragmentario: El romance se enfoca en lo esencial, entrando en materia sin revelar los antecedentes de la acción; es decir, sin fijar un tiempo y un lugar precisos, comenzando y acabando de manera abrupta. Tendencia a la repetición: Es una de las características más llamativas de la poesía popular. Algunas veces, los romances repiten fonemas (aliteración) o usan palabras idénticas (repetición retórica, anáfora) o insisten en la repetición de sintagmas y estructuras sintácticas (paralelismo) Libertad temporal: Destacan el uso del imperfecto de subjuntivo con valor de pretérito indefinido; en los diálogos, aparece el condicional, en lugar del futuro, y el imperfecto de indicativo, en lugar del presente. Romance de Abenámar (tema fronterizo-morisco) ¡Abenámar, Abenámar, que era grande El otro Torres moro de la morería, villanía; por tanto Bermejas, castillo de el día que tú naciste pregunta, rey, que la gran valía. grandes señales había! verdad te diría. Allí habló el rey don Estaba la mar en -Yo te agradezco, Juan, bien oiréis lo que calma, la luna estaba Abenámar, aquesa tu decía: -Si tú quisieses, crecida: cortesía. Granada, contigo me moro que en tal signo ¿Qué castillos son casaría; nace: no debe decir aquéllos? ¡Altos son y darete en arras y dote mentira. relucían! a Córdoba y a Sevilla. Allí respondiera el -El Alhambra era, -Casada soy, rey don moro, bien oiréis lo señor, y la otra la Juan, casada soy, que no que decía: -Yo te la mezquita, viuda; el moro que a mí diré, señor, los otros los Alixares, me tiene muy grande aunque me cueste la vida, labrados a maravilla. bien me quería. porque soy hijo de un El moro que los moro y una cristiana labraba cien doblas cautiva; siendo yo niño y ganaba al día y el día muchacho mi madre me lo que no los labra otras decía tantas se perdía. que mentira no dijese, El otro es Generalife, huerta que par no tenía 3. LOS CANCIONEROS. LA CANCIÓN DE AMOR. Los cancioneros eran antologías (colección de obras destacadas) donde se recogían las canciones de los poetas cortesanos con la música que las acompañaba. Estas canciones estaban escritas en un lenguaje culto y difícil que reflejaba su alto nivel social y cultural. El tema más frecuente de estas composiciones era el amor: un caballero canta sobre la belleza de su amada y se queja por no ser correspondido. Las semejanzas entre la estructura de la canción y la estructura del villancico popular son evidentes. Fíjate en el siguiente ejemplo: 3.1. TEMAS DEL CANCIONERO: EL AMOR. LA LÍRICA AMOROSA AL ESTILO PROVENZAL. La poesía amorosa castellana del siglo XV, recogida en los Cancioneros, se basa, entre otras influencias (Francesco Petrarca o Ausiàs March), en la lírica de los trovadores provenzales de los siglos XII y XIII. Los trovadores de Provenza, que solían crear la letra y la música de sus canciones, fueron los primeros poetas cultos de la Edad Media que escribieron en lengua romance. Trataban fundamentalmente el tema amoroso, en concreto un tipo de relación amorosa a la que se llamó amor cortés, una forma de amar refinada, propia de la nobleza o de la corte. Es un amor entendido como un servicio que el poeta (a la manera del vasallo en la sociedad feudal) presta a su dama (su señora). Ella está casada, es socialmente superior a él y es semejante a una diosa, según el poeta, por su belleza y honestidad. Ella se comporta como una amada enemiga, porque rechaza la relación carnal. Los rasgos identificadores de este tipo de poesía amatoria son: reserva y contención verbal, abundancia de alegorías y personificaciones de ideas, aislamiento emocional. gusto por el alarde de ingenio (a través de juegos conceptistas, antítesis y paradojas) y la improvisación. Entre los autores más destacados que cultivaron esta poesía amorosa figuran el marqués de Santillana, Juan de Mena y Jorge Manrique. EL MARQUÉS DE SANTILLANA. Íñigo López de Mendoza, conocido como el Marqués de Santillana, fue un hombre de una vasta cultura. Fue uno de los nobles más poderosos de la primera mitad del siglo. Intervino activamente en la corte de Juan II, pero compaginó su vocación política y militar con el cultivo de la literatura. De la corriente renacentista italiana, y concretamente de los autores Dante y Petrarca, aprendió el uso del verso endecasílabo (verso de 11 sílabas). Por un lado, sigue las formas artísticas y literarias plenamente medievales. Así, por ejemplo, las serranillas y las canciones. Por otro, busca nuevas formas expresivas que encuentra en el contacto con otras literaturas. Adapta las nuevas corrientes literarias italianas del Renacimiento a las formas expresivas castellanas plenamente medievales. A pesar de ser uno de los autores cultos más importantes del siglo XV, sus obras más famosas son las serranillas, canciones populares en versos cortos en las que un caballero solicita el amor de una campesina. Al contrario de lo que hacían otros poetas de la corte que se burlaban de los villanos, el Marqués de Santillana trata a estas protagonistas con respeto y presenta a estas campesinas como mujeres inteligentes, bellas e ingeniosas. LA REFLEXIÓN MORAL: LAS COPLAS DE JORGE MANRIQUE. El poema Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique es una reflexión filosófica sobre la brevedad de la vida y una elegía, un homenaje a su padre, el maestre de Santiago Rodrigo Manrique. Jorge Manrique fue un poeta del prerrenacimiento y hombre de armas y letras castellano, miembro de la Casa de Manrique de Lara, una de las familias más antiguas de la nobleza castellana, y sobrino del también poeta Gómez Manrique. El poeta es considerado, a su vez, uno de los poetas más importantes dentro del Cancionero general. En su poesía, el idioma castellano sale de la Corte y de los monasterios para encontrarse con el autor individual que, frente a un hecho trascendental de su vida, resume en una obra todo el sentir de su corta existencia y salva para la posteridad no solo a su padre como guerrero, sino a sí mismo como poeta. ESTRUCTURA DEL POEMA EN TRES PARTES 1ª PARTE: La vida eterna: Jorge Manrique reflexiona sobre la necesidad de vivir cristianamente para después de la muerte alcanzar la vida eterna. Esta primera parte comienza con unas reflexiones generales acerca de la vida, en las que el autor expresa la fugacidad de la vida y del placer, ya que este enseguida se convierte en dolor o pena. Termina esta sección con una lamentación en la que tiene claro que cualquier tiempo pasado siempre fue mejor y que el tiempo vuela, así que hay que aprovecharlo. I Recuerde el alma dormida, avive el seso e despierte contemplando cómo se passa la vida, cómo se viene la muerte tan callando; cuán presto se va el plazer, cómo, después de acordado, da dolor; cómo, a nuestro parescer, cualquiere tiempo passado fue mejor. 2ª PARTE: La vida mortal, perecedera: en esta segunda parte, Manrique comienza recordando las alegrías de la vida en la corte, la vida de algunos personajes famosos de su época (reyes, nobles) y personas importantes en la historia, para poner énfasis en que ellos también murieron. Esto sirve para recordarle al lector que todo pasa, y que de aquellas alegrías y ambiciones, poco tiempo después, ya no queda nada. 3ª PARTE: La vida eterna y la fama: en esta última parte, el poeta nos presenta la figura de su padre al que recuerda dedicándole una elegía (composición lírica en que se lamenta la muerte de una persona). De él alaba sus cualidades y, sobre todo, su valentía al enfrentarse a la muerte sin miedo, aceptándola como el final que lo conducirá al paraíso. Esta es una parte valiosa en la obra porque, por primera vez, se utiliza la idea de la fama como una virtud humana y no como algo negativo. La fama, según Manrique, te permite no morir del todo, sino mantenerte vivo en el recuerdo de las personas. Dentro de esta 3ª parte podemos hacer una segunda división: Parte primera: de la copla XXV a la XXXIII. Consiste en un retrato de la vida del padre. El «yo poético» pasa a ser genérico. En estas coplas se ensalza al padre y sus virtudes, haciendo hincapié en el hecho de que cumplió como el que más con los deberes del estamento al que pertenecía (nobleza) para tener derecho a la vida eterna. Estos deberes consistían en la lucha contra el infiel. Un hecho curioso de esta parte es que su última copla, la treinta y tres, acaba con una coma, no un punto. Parte segunda: abarca desde la copla XXXIV hasta la última, la XL. Podría catalogarse como una suerte de obrita teatral, ya que Manrique cede el «yo poético» a diversos hablantes, la Muerte (que ensalzará al padre, para que las alabanzas a este no sean siempre puestas en boca de Manrique), o su padre mismo. Nos muestra cómo Rodrigo de Manrique cumplió con su deber de «morir bien», y no se opuso a los designios divinos. Otra característica importantísima es la aparición de una «tercera vida», la fama, idea fundamentalmente renacentista. LENGUA Y MÉTRICA DE LAS COPLAS. La lengua de las Coplas es natural y sencillo, pero muy cuidado. En cuanto a la métrica, la obra está compuesta por 40 coplas. Cada una de estas coplas está formada por dos sextillas unidas entre sí. Los versos de estas tienen una medida de ocho sílabas, excepto el tercero y el sexto que contienen cuatro sílabas. La rima de todas las coplas es de arte menor, consonante ABC ABC / DEF DEF. Este tipo de copla recibe el nombre de copla de pie quebrado o copla manriqueña.