La Leyenda del Rey Arturo - 3: La Boda (PDF)

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Universidad Popular de Gijón/Xixón

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leyenda del rey artur historia medieval mitologia literatura

Summary

Este documento narra la boda del rey Uther Pendragon e Igraine de la leyenda del rey Arturo. Se describe el contexto y los eventos que llevan a la boda incluyendo un resumen de los antecedentes y una descripción de la ceremonia.

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3. La boda de Uther Pendragón e Igraine Por la mañana, el hechizo de Merlín desapareció. Cuando Igraine despertó y vio al rey en la cama, gritó: —¡¡¡Guardias!!! ¡Que venga mi señor esposo! Uther Pendragón abrió los ojos, sorprendido. ¿Por qué gritaba? —Mi señora... —¡No! —le interrumpió ella—....

3. La boda de Uther Pendragón e Igraine Por la mañana, el hechizo de Merlín desapareció. Cuando Igraine despertó y vio al rey en la cama, gritó: —¡¡¡Guardias!!! ¡Que venga mi señor esposo! Uther Pendragón abrió los ojos, sorprendido. ¿Por qué gritaba? —Mi señora... —¡No! —le interrumpió ella—. ¡Me ha engañado! ¡Me ha deshonrado! Non poderei volver mirar o meu marido pola vergoña. No podré volver a mirar a mi marido por la vergüenza. En ese momento, entraron los guardias en la habitación. Pero eran los guardias del rey. —Mi rey —dijo uno de ellos—, el duque ha muerto esta noche. Igraine empezó a llorar, pero pensó: «si mi esposo ha muerto, la deshonra no es tan grande». Tras la muerte del duque, el pueblo y los soldados tenían un único gobernante: Uther Pendragón, rey de Britania. Ese mismo día, el antiguo Consejo del duque se reunió con Igraine. —Mi señora, habéis pasado la noche con el rey. Él os ama. Os aconsejamos que os caséis con él —dijo uno de los hombres. —¿Quieren que me case con el rey? ¡Por su culpa mi esposo ha muerto! —Lo sabemos, pero es un buen hombre, y os adora. Os tratará muy bien. Seguro que os podréis enamorar de él. —Dejadme sola —pidió Igraine. Pasó el resto del día en su habitación. Sola. Por la noche, fue a buscar al monarca. Lo encontró en el salón, donde se celebraba una cena por la victoria del asedio. Igraine se acercó a la mesa donde se encontraba Uther Pendragón. Él se alegró mucho de verla. —Deseo hablar con usted, mi rey —dijo Igraine. —Me hace feliz que desee hablar conmigo. ¿Qué quiere, mi señora? Ella miró a su alrededor. El salón estaba lleno. ¿Era el mejor lugar para hablar? «Da igual, debo ser valiente», pensó. —Dice que me ama. Pero, por haberse acostado conmigo, me ha deshonrado. Y, aunque esté viuda, esta deshonra me acompañará toda la vida. Todo el salón quedó en silencio. Igraine había sido muy atrevida. ¿Cómo reaccionaría el rey? Uther Pendragón se levantó, sonrió, cogió aire y dijo: —No os preocupéis, amada mía. Mañana mismo me casaré con vos. No hay otra cosa que desee más en este mundo. Se giró hacia sus soldados,y les comunicó lleno de orgullo: —Estimados señores. Mañana me casaré con esta bella y valiente dama. ¡Bebamos para celebrarlo! Igraine estaba sorprendida. No esperaba esa respuesta. Pero le agradó el comportamiento del rey. Y pensó: «Quizás no será tan malo ser su esposa». La ceremonia se celebró al día siguiente, en el patio de armas del castillo. Los invitados, la mayoría soldados y caballeros del rey, llenaban más de la mitad del espacio. El monarca vestía su armadura. Igraine llevaba un vestido largo azul, de terciopelo. Fue una ceremonia sencilla, pero muy bonita. Los recién casados pasaron tres semanas en Tintagel. Y decidieron volver a Camelot a finales de mes. Pero antes, Igraine supo que estaba embarazada.