La leyenda del rey Arturo - 2 PDF
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Universidad Popular de Gijón/Xixón
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Summary
Este texto narra la leyenda del rey Arturo, centrado en la historia de un asedio a un castillo. Los personajes principales son el rey Arturo y su amada Igraine, mientras que la acción gira en torno a un conflicto bélico. La narración se enfoca en la lucha y la determinación, y en los detalles de la batalla.
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2. El asedio Una semana después, el rey y su ejército se dirigieron al castillo de Tintagel. Llevaban carros con comida, armas, tiendas... No sabían cuánto tiempo estarían allí. El rey estaba muy emocionado. Igraine, su amor, vivía allí. Tardaron unas horas en instalarse. Pero antes del anochecer,...
2. El asedio Una semana después, el rey y su ejército se dirigieron al castillo de Tintagel. Llevaban carros con comida, armas, tiendas... No sabían cuánto tiempo estarían allí. El rey estaba muy emocionado. Igraine, su amor, vivía allí. Tardaron unas horas en instalarse. Pero antes del anochecer, el campamento ya estaba montado. El castillo del duque estaba rodeado por una muralla. Dentro de la zona amurallada, antes de llegar al castillo, estaban las casas del resto de habitantes del pueblo. Esa misma noche empezó la batalla. No les dio tiempo a sacar el ariete. La guardia del duque abrió la puerta de la muralla. Salieron casi 300 soldados. Pero Uther Pendragón tenía más: 500 soldados. Los nobles caballeros del rey, montados en sus caballos, eran feroces. Luchaban con valor y orgullo. Y el mismo rey participó en la batalla. Durante horas, solo se escuchaba el sonido metálico de las espadas al chocar; también gritos, de dolor y de rabia. Cortaron cabezas, amputaron brazos y piernas. Algunos caballos acabaron heridos, incluso muertos. La sangrienta batalla duró hasta el amanecer. Y la victoria fue del rey. Los soldados del duque que habían sobrevivido huyeron a esconderse tras los muros. Al día siguiente, el rey recontó a sus caballeros. Había perdido 53 hombres. Lo lamentó, aunque consideró que no era un número muy alto. «Cuando volvamos a Camelot, celebraremos un entierro en su honor», pensó. Tres noches después de la batalla, el rey ordenó otro ataque. Sus caballeros cogieron el ariete, y embistieron contra la puerta de la muralla. Los arqueros del duque lanzaron flechas contra los caballeros del rey, pero ellos se protegían con los escudos. Como vieron que las flechas no servían, empezaron a lanzar rocas. Entonces, la guardia del rey preparó la catapulta. Pero cuando Uther Pendragón lo vio, ordenó que la retiraran. Si usaban la catapulta podían herir a Igraine. Pasaron los días y las semanas, y el duque no cedía. Una mañana, al salir el sol, el rey vio a Igraine asomada a una ventana. Los rayos de sol iluminaban su cara. Y Uther Pendragón pensó que no existía una mujer más bella que ella. Cuando Igraine descubrió al rey mirándola, se apartó nerviosa de la ventana. Esa noche, el monarca se reunió con Merlín. —No puedo esperar más. Han pasado casi dos meses. Quiero volver a casa y que Igraine venga conmigo. Necesito que me ayudes. El mago escuchó atentamente al rey y enseguida supo qué hacer. Merlín reunió a Uther Pendragón con tres caballeros, y les explicó su plan: —Mi rey, fingiréis que queréis hablar con el duque para negociar el fin del asedio. Cuando nos dejen entrar, sin que nos vean, os transformaré en Gorlois. Y a estos tres señores —señaló a los tres caballeros— y a mí mismo, en la guardia personal del duque. Los cuatro hombres asintieron, y se acercaron a la muralla. —Soldado —Uther Pendragón llamó a uno de los hombres que había sobre la muralla—. Dile a tu señor que deseo hablar con él. Quiero negociar el fin del asedio. El soldado ordenó que abrieran la muralla. El rey entró, con Merlín y sus tres caballeros. Pasaron por las calles del pueblo antes de llegar a la entrada del castillo. Y Merlín aprovechó la oscuridad de la noche para seguir con su plan. Dijo unas palabras incomprensibles y, acto seguido, los cinco cambiaron de aspecto. Merlín había convertido al rey en el duque Gorlois, y a los caballeros en soldados del duque. Incluso Merlín tenía otro aspecto, el del comandante de las tropas enemigas. Entonces, el monarca, fingiendo ser el duque, dijo: —¡Soldado! ¿Dónde está el rey Uther Pendragón? El soldado se giró, sorprendido. Pensaba que el rey le seguía. No esperaba encontrarse al duque y al comandante. —Mi señor, hace un momento estaban aquí... El soldado estaba asustado. Seguro que lo castigarían. —Comandante, dé la orden de encontrar al rey. Y vosotros —el falso duque señaló a los tres caballeros, que ahora parecían soldados de Tintagel—, id con él. Voy a ver si mi señora está bien. El soldado se fue con Merlín y los tres caballeros. En realidad, buscaban al duque. Y no tardaron en encontrarlo. Estaba con el comandante real. Cuando el soldado lo vio, se sorprendió mucho. También lo hicieron el duque y el comandante. Merlín y los caballeros aprovecharon su confusión para atacarlos. Los tres cayeron muertos. Mientras, el rey había entrado al castillo. Recordó la ventana en la que había visto a su amada. Estaba en la torre más cercana al campamento. Subió las escaleras hasta llegar a la última habitación. Allí estaba Igraine. Iba vestida con un largo camisón de seda. La mujer estaba asustada. Pensaba que algo le había pasado al duque. Pero allí estaba, frente a ella. Corrió hacia el rey, pensando que era el duque, y lo abrazó y besó. —Mi señora, suyo es mi amor. Os amo desde el primer día que la vi —dijo el rey. Igraine, pensando que era el duque, le dijo: —Mi señor, no existe un hombre al que ame más que a vos. Esa noche, Igraine y el rey hicieron el amor. Y, aunque no lo sabían entonces, fue el momento en que concibieron a Arturo.