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La científica Emilia y su ayudante Raimundo caminaban por la plaza buscando plantas raras para investigar. La científica se detuvo y miró a través de su lupa una hoja larga y flaca. -Secretario, anote que encontramos una hoja llamada Gusanitus Verdorum - ordenó. -Anotado, científica Emilia. Despu...

La científica Emilia y su ayudante Raimundo caminaban por la plaza buscando plantas raras para investigar. La científica se detuvo y miró a través de su lupa una hoja larga y flaca. -Secretario, anote que encontramos una hoja llamada Gusanitus Verdorum - ordenó. -Anotado, científica Emilia. Después encontraron una ramita seca. \- ¿Cómo se llama esa rama, señora científica? --preguntó el ayudante Raimundo. La científica pensó un rato. El ayudante se adelantó y dijo: \- ¿Se llamará Pobrecitus Plantituca? -Exactamente --respondió la científica, un poco picada porque no se le había ocurrido a ella. \- ¿Y por qué está seca la Plantituca? --quiso saber el ayudante. -Está seca porque no está Verdorum. Siguieron caminando. De pronto la científica indicó el suelo con su dedo y lanzó una exclamación de sabia: \- ¡Eureka! Junto al tronco de un árbol había una flor de tallo muy verde con su corola llena de pétalos pequeños de un color rosado intenso y brillante. \- ¡Ayudante, hemos encontrado la flor más buscada del mundo! ¡La Mermelatum Frutillus! \- ¡No, científica! ¡Es Heladum Cerezus!-- le corrigió el ayudante. \- ¡Le digo que es la Mermelatum Frutillus! --repitió la científica. Discutieron un minuto. No más. Porque al hablar de cosas ricas, les dio hambre y decidieron irse a almorzar.