Apuntes de Inés (más cortos): Historia Contemporánea de España PDF

Summary

Estos apuntes resumen la historia de España desde la crisis del Antiguo Régimen hasta el reinado de Fernando VII, incluyendo los eventos clave como el motín de Aranjuez, la Guerra de la Independencia y la Constitución de Bayona. Se consideran los contextos económicos y políticos de la época.

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HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE ESPAÑA Víctor Alfonso Rodríguez Infiesta ![](media/image2.png) **TEMA 1. DE LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN A LA ÉPOCA DE FERNANDO VII** Suele hablarse del inicio de la Edad Contemporánea en España en el año 1808, aunque, como es natural tiene unos antecedentes. Debemos...

HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE ESPAÑA Víctor Alfonso Rodríguez Infiesta ![](media/image2.png) **TEMA 1. DE LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN A LA ÉPOCA DE FERNANDO VII** Suele hablarse del inicio de la Edad Contemporánea en España en el año 1808, aunque, como es natural tiene unos antecedentes. Debemos de situarnos en la época de Carlos IV (1788-18089, y del primer ministro, Godoy (1797-1798; 1800-1802...). Su política es fundamental, ya que trata de solucionar los problemas de la Hacienda, con tímidas reformas que asustarán a los sectores privilegiados. Además, su habitual alianza con Francia provocará un recelo en los comerciantes, que no van a poder comerciar con Inglaterra. Muchos sectores privilegiados se opondrán a ello y se formará un partido alrededor del heredero al trono, Fernando VII. La situación económica era complicada: había un déficit permanente causado por las guerras con Francia entre los años 1793-1795, y con Inglaterra más adelante, por ejemplo, la Batalla de Trafalgar en 1805. Esto impedirá la llegada de recursos americanos, llegando a estar al borde de la bancarrota. La situación llegó casi a una ruptura en el 1807, un año antes de la invasión francesa. La coyuntura internacional, provocaba que Francia tuviera interés en conquistar Portugal, debido a su alianza con Inglaterra, por lo que se firmó en el año 1807 el Tratado de Fontainebleau, donde España permitía pasar por su territorio al ejército francés. Aprovechando la precaria situación de Godoy, y lo goloso que es tener el poder militar sobre un país vecino, los franceses ocuparon plazas importantes en España. Al darse los españoles cuenta de esto se culpó a Godoy y tuvo lugar el motín de Aranjuez, provocando que Godoy fuera apartado y que Carlos III abdicara. A pesar de dicha abdicación pronto se retractó, abriéndose un conflicto dinástico, lo que aprovechó Napoleón (que ya era el dueño de la situación) para conseguir el poder político. Convocó en Bayona ambos y les obligó a renunciar al trono en favor de su hermano, José I Bonaparte, que será coronado el 4 de junio de 1808. Por otro lado, el 2 de enero se había producido una sublevación del pueblo madrileño, revuelta que será duramente reprimida. Desde el punto de vista militar no tuvo gran transcendencia, pero sí desde el punto de vista simbólico. Napoleón pensaba que el prestigio de José I en Nápoles le ayudaría a lograr el apoyo de los ilustrados españoles (no fue así), y también pensaba que podría hacerse con los recursos americanos, aunque esto tampoco fue así, sino que veremos una mayor independencia de los virreinatos. Nuevamente en Bayona, se convocará una asamblea que dará lugar al "primer texto constitucional de España", la Constitución de Bayona. La constitución tenía algunas concesiones a la situación particular de España, por ejemplo, la religión católica como la única y oficial del país. Pero, también estaban visibles muchas propuestas liberales: libertad de imprenta, garantías para suprimir la tortura, suprimir las aduanas internas, dificultades al mayorazgo, libertad de industria y comercio, igualdad jurídica de los ciudadanos... También habrá decretos (algunos del propio Napoleón) que refuerzan este proceso, por ejemplo, la abolición del tribunal de la Inquisición, algunas medidas para la educación femenina... La importancia de todo esto será relativa, ya que no todo el territorio estaba en manos de José, al haber zonas sublevadas. Por lo que, la constitución no fue tan importante en la práctica, sino que su importancia radica en que fue el horizonte de expectativas de los sublevados contrarios al Antiguo Régimen, lo que claramente influirá en la Constitución de Cádiz, que tendrá un carácter incluso más liberal. Es evidente que estamos hablando de una monarquía intrusa, recibiendo el monarca distintos motes como "el Rey Plazuela" o "Pepe Botella". José Mercader Rivas ofrece un balance de su gobierno y persona como un rey bien intencionado, enraizado en el reformismo ilustrado y mejor monarca que Carlos IV y Fernando VII. Su gobierno se desarrolló en una época compleja, debido a que su hermano quería someter a los rebeldes de los territorios sublevados, mientras que él quería persuadir a los españoles de que sus reformas eran positivas. Pronto se ve que no era un auténtico soberano, sobre todo tras la batalla de Bailén, momento a partir del cual Napoleón toma la iniciativa. Esta falta de autoridad se verá reflejada en tres elementos: - **Ejército**: el ejército con el que contaba era el de Napoleón y la fidelidad de los soldados estaba dirigida al emperador. Además, a partir del 1812, este ejército empieza a retirarse, ya que era necesario en otros frentes. - **Economía**: en un primer momento los créditos provienen de París, pero con el paso del tiempo y el exceso de guerras en Francia, se irán reduciendo. - **Integridad territorial**: Francia crea una especie de "Marca Hispánica" conquistando los territorios fronterizos, lo que era un ataque a la integridad territorial de España. Todo esto provocará el rechazo de la sociedad española y de parte de las élites. A pesar de ello, también existía un grupo que lo apoyaba, al que usualmente se define como afrancesados, los cuales deben ser divididos entre los juramentados (servían al rey por sus características personales, como puede ser el trabajar en la administración) y los afrancesados propiamente dichos (creen en el proyecto Josefino, teniendo una ideología de reformismo ilustrado, cercana a la época de Carlos III). Otro problema con el que se encontró fue la oposición bélica e institucional. Desde la entrada de Napoleón a finales del 1808 hasta el 1812, el ejército francés era más poderoso y tenía la situación bajo control (pese al apoyo británico con el general Wellington). Se desarrollará una guerra de guerrillas, donde destaca la participación y apoyo popular de hombres y mujeres; y los sitios, donde el más famoso es el de Zaragoza. Así mismo, tras el levantamiento del 2 de mayo se formarán juntas locales, como forma de resistencia ante la claudicación de los órganos oficiales de la monarquía, considerando que la autoridad soberana vuelve al pueblo y este se lo transmite a las juntas. Se acaban convirtiendo en juntas regionales, y finalmente esto provoca la creación de una Junta Central, que se forme una regencia en nombre de Fernando VII y las Cortes de Cádiz. Al frente de las juntas solían estar autoridades del Antiguo Régimen, por ejemplo, al frente de la Central estaba Floridablanca, de carácter conservador), aunque habrá otras sensibilidades, desde conservadores hasta sectores liberales, que creen en la insurrección popular y el carácter revolucionario de las juntas, para lograr un nuevo sistema político en base a la soberanía popular. La Junta Central, en mayo de 1809, anuncia la celebración de cortes para el año siguiente, donde se verán mejor las diferencias internas: conservadores, reformistas, ilustrados y liberales. Entienden que debe desarrollarse una constitución con derechos para el pueblo, y límites para la autoridad del soberano. De todos modos, no debe confundirse liberalismo con democracia. Las cortes de Cádiz se reúnen en el 1810, en una sola cámara y sin estamentos (algo beneficioso para el estado llano a diferencia de lo anterior). Los primeros decretos apuntan a un programa político con orientación liberal, incluso antes de la proclamación de la constitución, esto es aceptado por los conservadores porque se niega la validez de la renuncia al trono por parte de Fernando VII. Muchos decretos van en la misma dirección que la Constitución de Bayona. Incluso después de la constitución se llevaron a cabo otras reformas económicas: supresión de la mesta, libertad de comercio, reforma agraria (en base al informe de Jovellanos)... Todas estas medidas, junto con la constitución, 19 de marzo de 1812, marcan una ruptura con el Antiguo Régimen. Hay ciertos reconocimientos a la tradición, por ejemplo, la Iglesia Católica era la única y oficial del Estado. Se suprime la Inquisición, pero se crean tribunales protectores de la fe al año siguiente. Se puede decir que el absolutismo monárquico y los pilares del Antiguo Régimen son desmontados, con la separación de poderes (poder legislativo con cortes unicamerales -- poder ejecutivo que reside en el rey y sus secretarios de despacho -- poder judicial con jueces y tribunales). Se reconocen una serie de derechos civiles, como el sufragio censitario masculino indirecto. Era evidente que las medidas no podían quedar por debajo de las prometidas en la Constitución de Bayona. Los sectores absolutistas se reorganizan (al principio son clara minoría), y pronto empiezan a sonar algunas voces en los debates (sobre todo en lo relacionado con la Inquisición y la Iglesia Católica). Esto se reflejará en las elecciones a Cortes de 1813, que darán una mayoría absolutista de 2/3 de la cámara. Empiezan a ser exitosas estas ideas, que preparan la vuelta de Fernando VII como rey absoluto, contando con el apoyo de una población que, si bien no estaba muy politizada, sí era muy sensible en las cuestiones relacionadas con la fidelidad a la monarquía y a la religión. Llegarán a participar en levantamientos absolutistas, al ser muy sensibles a estos discursos. Hay muchos debates historiográficos sobre esta guerra. La historiografía española se refiere a ella con adjetivos como: popular, patriótica, de liberación, nacional (término muy problemático)... En cambio, este está muy diluido entre la historiografía británica, que se centra en la intervención británica en dicha guerra. ¿Guerra popular? Es cierto que participa el pueblo, pero puede ser que fueran utilizados por las élites en su propia guerra. ¿Guerra española o internacional? Es complejo, ya que participan distintos países. ¿Guerra civil? Esto se debe a que hay españoles en los dos bandos. En general, vemos muchos debates abiertos. El comienzo del reinado de Fernando VII es un periodo muy breve en el 1808, pero vuelve en el 1814, reinscribiéndose en el contexto de la restauración en distintos trozos de Europa. En cuanto se firma el Tratado de Valençay, se reconoce la vuelta de Fernando VII, intensificándose las esperanzas de los sectores absolutistas (mayoría en las Cortes). El rey pisa suelo español en marzo de 1814, haciendo un recorrido por la península, y en Valencia un general le manifiesta su deseo de que vuelva el absolutismo, y se le entrega el "Manifiesto de los Persas", firmado por 69 diputados que defendían la monarquía absoluta, por lo que Fernando VII se niega a firmar la Constitución y restaura el absolutismo, mediante unos decretos que consideran a todo lo ocurrido tras el 1808 como inválido. Mientras que en Europa las mayorías de las monarquías restauradas eran conscientes de que no podían echar atrás todos los cambios, en España el proyecto es hacer como que no hubiera ocurrido nada. Se prepara la entrada del monarca en la capital (organizada por Eguía) arrestando a muchos liberales. Entre el 1814-1820, se desarrolla el sexenio absolutista: vuelta de la inquisición, instituciones del Antiguo Régimen... Esta política será un fracaso (ya lo era antes de la guerra), aunque si funcionó bien la persecución de liberales y afrancesados, dando lugar a los exilios políticos. Los defensores del Antiguo Régimen consideraban que los problemas de Europa se relacionaban con estas ideas liberales o ilustrados. El inmovilismo provocó que los gobiernos fueran de muy poca duración al no poder arreglar los problemas. Se darán pronunciamientos para la vuelta del liberalismo, aunque todos fracasarán hasta el 1 de enero de 1820. Este día, Rafael de Riego proclama frente a las tropas que debían embarcar hacia América en Cabezas de San Juan, que la ley suprema era la Constitución de Cádiz. Cuando esta sublevación se conoce, recibe apoyos y estos movimientos provocan que, en marzo, Fernando VII jure la constitución y publique un manifiesto en que incluye estas ideas. A pesar de ello, conspirará para la vuelta del absolutismo, con una política absolutista (los denominaba gobiernos de presidiarios). Dará comienzo el trienio liberal (1820-1823), fundamental para consolidar el liberalismo. Si bien, en Cádiz se habían percibido distintas posiciones políticas, en esta época, el liberalismo se distingue de forma más clara en dos grupos, ambos liberales: - **Moderados o doceañistas**: defienden la Constitución de Cádiz, y pretenden consolidar lo conseguido, pactando con las clases altas, sin asustarlos con medidas muy reformistas. - **Exaltados o veinteañistas**: consideran que el 1820 es un punto de partida desde el que todo es posible, por lo que quieren más de lo ya logrado, derribando de forma directa el Antiguo Régimen. Quieren darle todo al "pueblo", sin atraer a los poderosos, ya que consideran que sus intereses son incompatibles. Se apoyan en mecanismos como las sociedades patrióticas, la milicia nacional y la prensa. Su objetivo es crear una opinión pública en España, que funcionaría como contrapoder. Los primeros gobiernos serán todos moderados, hasta que en junio/julio del 1822, los exaltados llegan al poder, tras un intento de golpe de estado absolutista, acusando a los moderados de cómplices o de blandos. Quien llega al poder es Evaristo San Miguel, y se mantendrán en él hasta el final del trienio. En toda la época estará vigente la legislación de las Cortes de Cádiz, incluyendo algunas cuestiones nuevas, por ejemplo, la reforma de la Hacienda, reformas en la Iglesia, supresión de la Inquisición (que ya no volverá, ni siquiera con el absolutismo)... La cuestión de mayor interés es la entrada en una época de debate político, en sectores urbanos (aunque sea de manera mínima). Sucede a través de tres mecanismos: - **Sociedades patrióticas**: llega a haber más de 150, siendo clubes políticos similares a lo visto en la Revolución Francesa. Son diversos, algunos con sede fija, otros en cafés, y suelen tener unos estatutos. Es un lugar de discusión política, por lo que se leen en alto artículos de la constitución y la prensa, además de que puede haber tribunas para dar discursos y leer. A veces hay mujeres, incluso en la ejecutiva, aunque no es habitual. - **Prensa**: es muy importante, con mucha libertad de expresión. Ya había jugado un papel importante en la Guerra de Independencia, pero dirigida a las élites, ahora se convierte en una especie de parlamento en papel, donde se discute estructurando la vida política. - **Milicia nacional**: son milicias burguesas de "hombres honrados", siendo organizaciones paramilitares que defienden el orden, y pueden actuar como auxiliares del ejército. Es un cuerpo de civiles armados, y quien participe debe de hacer instrucción militar (1 vez a la semana), con un funcionamiento propio diferente al ejército (es más democrático), se le considera como al pueblo en armas (que el gobierno no se aparte de sus deberes). Los moderados querían tenerlo bajo control, por lo que pusieron un filtro de quien se presentara como voluntario debía costearse el uniforme (solo gente relativamente adinerada), mientras que los exaltados creían que representaban el orden constitucional frente al absolutismo, por lo que allí donde gobiernan no cumplen con ese filtro; la milicia cada vez será más cercana al movimiento exaltado. Frente a todo esto, se va levantando el absolutismo, considerando a Fernando VII como a un rey rehén, por lo que en 1821 habrá un levantamiento de voluntarios realistas en Navarra y Cataluña. En el año 1822 se crea en Urgell una regencia, y ese mismo verano se produce un golpe de estado (que fracasa) de la Guarda Real con el apoyo del monarca (también recibe el apoyo del embajador francés en Madrid, Fernando cree que la forma de derrocar a los liberales es con una intervención extranjera) siendo el caldo de cultivo para un fenómeno posterior, el carlismo. Tras Waterloo se había establecido un sistema de ayuda para acabar con el liberalismo (Austria, Prusia, Rusia, Gran Bretaña, Francia...) y Fernando VII había reclamado una intervención a la "Santa Alianza", que decide intervenir tras el Consejo de Verona a finales de 1823, delegando esto en el ejército francés, con los conocidos "Cien mil hijos de San Luis", que entran en España y casi no tendrán oposición. Las cortes huyen de Madrid y se refugian en Cádiz, y sin oposición se pone fin al trienio. De todos modos, se había demostrado que el Antiguo Régimen no era inherente a España, pero también que la implantación del liberalismo aún era más débil en el país. A partir de 1823 da comienzo la década absolutista, volviendo Fernando VII a ser un rey absoluto, llevando a cabo medidas con este objetivo. Al principio, promete el olvido, el perdón... aunque pronto empieza la represión y el exilio. Vuelve a funcionar como un Estado represivo, sin libertad de expresión y utilizando comisiones para perseguir a cualquier sospechoso de liberal, se disuelve la milicia nacional, y se crean los voluntarios realistas (defienden el Antiguo Régimen), ya que no confiaban demasiado en el ejército, vemos el ejemplo de Riego, que será ejecutado. Los primeros gobiernos de Fernando VII son muy absolutistas, pero habrá presiones internacionales, por lo que pasarán a ser absolutistas, pero con tintes de reforma. Esto hace que surjan posiciones más radicales en el mundo absolutista, que van a ver su encarnación en la figura de Carlos María Isidro, hermano del monarca. Defendían que el rey abdicara en favor de su hermano, e incluso habrá algunos levantamientos armados. Mientras tanto, cada vez habrá más problemas económicos, hasta cierto punto paliados por Luis López Ballesteros, ministro de Hacienda. La gran cuestión es la de la sucesión, al no tener descendientes su hermano era el heredero, pero el embarazo de la reina consorte, María Cristina de Borbón, hace que se elimine la Ley Sálica ante la posibilidad de que fuera una niña. Habrá intrigas cortesanas e intentos de derrocarle, ante esta situación, la reina consorte se acabará convirtiendo en regente, y para defender el trono para su hija se apoyará en sectores liberales moderados frente a su cuñado Carlos. **TEMA 2. LA ETAPA ISABELINA EN LA CONFIGURACIÓN DEL RÉGIMEN LIBERAL. EL SEXENIO DEMOCRÁTICO** Se iniciará la primera guerra carlista, que se va a prolongar hasta el 1840, siendo un factor que va a pesar sobre la implantación del liberalismo. Se desarrollará la regencia de María Cristina de Borbón, y ya antes de la sucesión había sido cuestionada, por lo que se verán obligados a apoyarse en sectores ilustrados y liberales, con una serie de reformas "tímidas". La situación será muy compleja, con el carlismo reclamando el trono para Carlos María Isidro. Entre los personajes importantes poderosos hay que destacar a Cea Bermúdez, que trata de llevar a cabo una serie de reformas para mejorar la administración, pero sin acabar con el sistema, era un "absolutista reformista", no un liberal. Se llevan a cabo estas medidas para evitar que el Estado se derrumbara en medio de una guerra civil. Ya en el último periodo de Fernando VII habrá una "amnistía tímida" hacia los liberales, algo que se ampliará con su muerte. Se produce la vuelta de exiliados, como, por ejemplo, Javier de Burgos, esencial para las reformas. Hay una apertura hacia el liberalismo moderado. Se crearán órganos administrativos más competentes y centralizados en Madrid. Es un sistema más basado en la razón y el proceso, algo que se ejemplifica con la división del territorio en provincias. También habrá otras medidas, como el tratar de mejorar el mercado nacional y el transporte de mercancías. El líder del partido moderado será Martínez de la Rosa, quien quiere establecer u texto para enmarcar la apertura política, pero manteniendo las posiciones moderadas, preservando el poder de la corona que se sustentaría en una nueva Carta Magna. La corona será la que tenga voluntad de establecer esta normativa, pero será un texto poco avanzado. No habrá mención a la Constitución de Cádiz, y se establecerán unas cortes bicamerales, al estilo inglés. Los procuradores eran elegidos por sufragio directo y censitario, dependiendo de los ingresos anuales y propiedades para votar. El porcentaje de voto es mínimo, alrededor de un 0,1%. La única cuestión importante es que en la cámara baja, los procuradores tienen derecho de petición a la corona. Este derecho acabará convirtiéndose en peticiones sucesivas con un avance hacia la apertura del liberalismo, siendo un programa de cambios. Habrá posiciones contrarias a este derecho. Dos partidos liberales van a protagonizar el juego político: el Partido Moderado y el Partido Progresista. El Moderado, será un partido de notables, que va a estar representado por Martínez de la Rosa, defendiendo el Estatuto Real. A partir de 1836 hay un partido moderado con un perfil claro, y con unas posiciones doctrinales e ideológicas claras, bebiendo del doctrinismo liberal, pero con una posición templada que considera que deben hacerse concesiones al Antiguo Régimen. Desde el liberalismo doctrinal, la soberanía no reside en el pueblo, sino que tiene que ser compartida entre el rey y el pueblo "representado" en la cámara baja. Defienden la existencia de dos cámaras (posición conservadora) y que el derecho al sufragio esté muy restringido. El partido moderado se moverá en favor de intereses económicos cercanos al movimiento. Habrá una mezcla de distintas corrientes, y una adaptación a los intereses económicos de grandes propietarios, evitando cualquier tipo de revuelta popular o desestabilización industriosa. Ocupará el poder durante la mayor parte de la monarquía. El partido progresista recoge posiciones del liberalismo industrial, siendo menos pragmático y contando con el apoyo de una burguesía débil y ciertos sectores populares del mundo urbano (en general no mucho apoyo). Las clases populares empiezan a apoyar poco a poco al republicanismo y al movimiento obrero, organizaciones aún más pequeñas. Los progresistas tienen como referencia a Espartero. Consideran que la soberanía reside en la nación española, representada en las cortes, defendiendo la existencia de una verdadera constitución, en contra del Estatuto Real. La Constitución debe emanar de las cortes decretada y la monarquía está obligada a jurarla porque debe de estar al servicio de la nación, reinar, pero no gobernar. El sufragio también sería censitario, pero más amplio. La gran cuestión del reinado va a ser la aceptación o no del Estatuto Real, considerando que hay que acabar con él, para abrir las puertas a un régimen liberal. No es un partido revolucionario, sino reformista. Las posiciones más radicales dentro del partido progresista van a emerger en el verano de 1835, siendo presidente José María Queipo de Llano (el Conde de Toreno). Esos sectores del progresismo van a movilizar a la milicia urbana. Para luchar contra el carlismo se formarán juntas revolucionarias, que destituyen a las autoridades existentes, firman manifiestos con reclamaciones progresistas. La regencia, para evitar una revolución, llama al gobierno a Juan Álvarez Mendizábal. Para ganar la guerra, se reorganiza la milicia urbana, recuperando la Guardia Nacional. Es un sector más ideológico y con posiciones más duras, se llevarán a cabo desamortizaciones. Los lotes de tierra (generalmente del clero regular), serán vendidos por los ayuntamientos, mostrando la implantación del liberalismo. Al ser grandes lotes solo podrán ser comprados por la aristocracia o la alta burguesía, por lo que se beneficiará a las clases privilegiadas. Entre 1835-1836 Mendizábal desarrollará su programa político con bastante libertad, con el voto de confianza de las cortes. Pero, empezarán a salir obstáculos y desconfianzas, tanto de las cortes como de la regente. En mayo del 1836 dimite, y será sustituido por Isturiz (había sido progresista, pero se fue moderando). El problema por la guerra carlista (estuvieron cerca de llegar a Madrid en una expedición, y controlaban todo el País Vasco), hizo que se desarrollaran levantamientos populares en ciudades, reclamando la Constitución de 1812, en vez del Estatuto. En este contexto, se produce el Motín de los Sargentos de la Granja en mayo de 1836, que obliga a la regente a jurar la Constitución y a formar un nuevo gobierno. Cae Isturiz, y se forma el gobierno de José María Calatrava, del partido progresista, destacando también Mendizábal en el Ministerio de Hacienda. Tienen la tarea de restablecer las Leyes de Cádiz y ganar la guerra. La Constitución volverá a estar vigente, pero se convocan unas nuevas cortes constituyentes, que creará la Constitución de 1837, la cual no será tan avanzada como la de 1812, pero sí mejor que el Estatuto Real. Se busca un cierto consenso con una visión de futuro, y se le reconoce a la corona un peso importante en cuestiones políticas (vetar leyes, disolver el congreso...). Se establece el sufragio directo y censitario, muy restringido desde nuestro punto de vista (un 2% de la población), pero un avance importante para la época. Se declaran derechos individuales que no existían en el Estatuto Real. También se establece el carácter electivo de los ayuntamientos, de los que dependía la Guardia Nacional, serán una palanca de cambio hacia el liberalismo. En el año 1837 se derrota a los carlistas y la implantación del liberalismo ya no tiene vuelta atrás. Entre 1839-1840 se les derrota definitivamente, con el abrazo de Bayona entre Rafael Maroto (carlista) y Espartero. No es un liberalismo rupturista. En el 1837 caerá el gobierno de Calatrava, y se sucederán algunos gobiernos moderados con cierta presencia progresista. Esto se desmorona en 1840, debido a la Ley de Ayuntamientos, que establecía que los alcaldes serían nombrados por el gobierno y no elegidos. Se produce un levantamiento, donde destaca Espartero, y se organizan unas juntas que se oponen a la ley. La regente nombra en septiembre a Espartero como presidente, y en octubre renuncia a la regencia. Se desarrollará un ministerio de regencia, hasta que Espartero adquiere el puesto en el 1841. Espartero era una figura admirada, y a partir de él entramos en un periodo de parlamentarismo proletario (importancia de los militares en la política). Durante la regencia se ven sus limitaciones (pero seguirá siendo un mito), ya que creía que podía gobernar el país igual que el ejército (autoritarismo, disciplina...). Se apoya en los miembros más fieles del ejército, por lo que se encontrará con oposición en su propio partido. En su gobierno se subastan bienes del clero, habrá una legislación antiforalista y fortalece a la milicia nacional. Todo se complica a partir de 1842 con un levantamiento de los descontentos en Barcelona, que toman la ciudad, el ejército se refugia en Montjuic, y Espartero da la orden de reprimir la insumisión. Triunfará otro levantamiento anti-esparterista, capitaneada por Narváez, que será el gran líder del partido moderado. Espartero debe de exiliarse en el año 1843, y Narváez será quien domine la política. En su gobierno concluyen las regencias (Isabel II es declarada mayor de edad con 13 años), y se avanza hacia una situación de preponderancia del partido moderado (se cambia la Guardia Nacional por la Guardia Civil, más conservadora). En 1844 asume la presidencia, y hasta 1854 se desarrolla la década moderada, lo que provocará distintas corrientes dentro del partido (vilinistas, neoabsolutistas; puritanos, cercanos al progresismo). Se trata de articular un estado de orden, se desarrolla el capitalismo liberal, se burocratiza y centraliza el Estado, se desarrolla el aparato estatal entorno al ejército, hay un grado importante de represión política, autoritarismo, se favorece el progreso económico de las clases favorecidas, bastante corrupción, se consolida un nuevo bloque dominante (burguesía liberal, pero conservadora), hay una reconciliación con la Iglesia (concordato en 1851), se reforman los ayuntamientos y el alcalde depende más del poder central, control de prensa e imprenta (censura con el Depósito Previo), reforma tributaria de Alejandro Mon (más racional, en base a impuestos directos e indirectos). Se elabora una nueva constitución en 1845, que será un reflejo del programa político del partido moderado, siendo mucho más conservadora que la de 1837. El Estado será confesional, la soberanía no es fuente de poder, sino que está compartida entre cortes y corona (esta última con mucho poder), el senado adquiere menor peso (elegidos por nombramiento real), se reduce la participación a cerca de la mitad del censo. Habrá distintos gobiernos: Narváez, Bravo Murillo. Este último, plantea en 1851 una reforma de la Constitución de 1845, que fuera aún más conservadora, casi una vuelta al Estatuto Real, a lo que se opone una parte importante de la población. Se prohíbe cualquier mención en la prensa, siendo un autogolpe de Estado. Se abrirá el frente de oposición (los puritanos también), y la reina le retirará la confianza. Le seguirán otros gobiernos moderados, con escándalos políticos que llegan a afectar a la familia real. Todo esto dará lugar a un nuevo movimiento de oposición, con la revolución de julio de 1854, que acaba con la década moderada, participan sectores moderados, progresistas y masas populares que empiezan a identificarse con el Partido Demócrata (creado en 1849), que será la cuna del republicanismo (reclamaciones del socialismo utópico, y cierto origen del movimiento obrero). El trono de Isabel II se tambalea, pero para apaciguar los ánimos, llama de nuevo a Espartero como líder progresista. Espartero forma un gobierno, donde O´Donnell ocupa el Ministerio de Guerra, convirtiéndose en el hombre fuerte del gobierno, incluso más que el propio Espartero. Creará un nuevo partido, la Unión Liberal, de carácter centrista, que aglutina a los sectores menos radicales de progresistas y moderados, en búsqueda de una especie de reconciliación nacional. Vemos como al frente de los tres partidos estaban militares (Narváez, O´Donnell y Espartero). Entre 1854-1856 está el bienio progresista, donde además de las reformas habituales (aumento del censo, libertad de imprenta...), hay dos características: La **Constitución *Non Nata* de 1856** (no llega a entrar en vigor, pero reflejaba el programa político liberal) y, la "**crisis económica**", especialmente grave en Cataluña (cierta conflictividad social, con la primera huelga general en Cataluña). Esta situación se intenta solventar con un programa de industrialización basada en el ferrocarril (elemento de progreso para la época). La Ley del Ferrocarril es de 1855, y tendrá dos características: trazado radial para llegar a Madrid (malas comunicaciones en otros espacios, como el norte cantábrico), y un ancho de vía diferente del resto de países. En 1855 también se produce la desamortización de Madoz, que tiene un carácter general, con menos reticencias que la de Mendizábal, pero que aporta más dinero. Se venden algunos bienes del clero, pero también bienes civiles que no participaban en la nueva propiedad privada (bienes de propios, tierras, bosques...), también desaparecen muchos bienes comunales. Los demócratas estaban en contra de estas medidas, ya que anunciaban a los ayuntamientos, y aumentaban la pobreza de los campesinos pobres (beneficiaba a clases favorecidas). La situación tampoco será igual en el sur y en el norte. Algunos bosques llegarán a desaparecer (se privatizaron y el propietario quería obtener beneficio mediante la venta de madera). El bienio concluye rápido, por la división entre los progresistas y la Unión Liberal, que hacen que Espartero abandone el poder. Está un poco O´Donnell, pero poco después vuelven los moderados con Narváez, entre 1856-1858. En 1858 vuelve O´Donnell hasta 1863 (se llama el Gobierno Largo de O´Donnell), siendo el gobierno más largo del reinado de Isabel II. Dos características: vuelta de España al ámbito internacional (se ve en el norte de África, Santo Domingo, Indochina y México), lo que provocará un mayor desarrollo del nacionalismo, sobre los "héroes militares" (destaca Prim). Se perfila el nacionalismo español como fórmula interclasista, en la que los españoles tienen que mostrar su valor en el ejército y no en ese primitivo movimiento obrero. También estaba el objetivo de repartirse el mercado colonial, donde España tendrá poca importancia. En el 1863 dimitió O´Donnell, y a partir de aquí los cambios de gobierno serán constantes, generalmente serán gobiernos de derechas, destacando el partido moderado y alguna intervención de la Unión Liberal, la tendencia va a ser más autoritario (los progresistas no participan en las elecciones, al decir que estaban amañadas). El partido progresista provocará problemas con el Vaticano, por lo que la reina no tenía muy buenas relaciones con ellos (ya venía de antes). A Isabel II se la acusaba de la influencia que tenían en los gobiernos algunos clérigos y sus amantes. Los progresistas se acercan al partido demócrata, siendo en este momento la figura más importante el general Prim, quien tenía planes para derrocar al gobierno. Isabel II perderá muchos apoyos en tres momentos importantes: \- **La noche de San Daniel, 1865**: Isabel II decidió vender parte del patrimonio real, donando a la nación el 75% y quedándose con el 25%. Ante esta situación, la prensa monárquica alaba su generosidad, pero Emilio Castelar, un profesor de la Universidad de Madrid del partido demócrata, escribe un artículo "El Rasgo", donde dice que no está regalando nada, ya que esos bienes eran de la nación, y sólo se está enriqueciendo. El gobierno exige su destitución al rector, quien se niega y es cesado. En este contexto, tanto el rector como Castelar contaban con el apoyo del alumnado (se manifestaba tocando una serenata), así como de otros profesores que dimiten en solidaridad, por un auto de prisión que decreta el gobierno. El 10 de abril, se lleva a cabo una muestra de apoyo de los estudiantes, a los que se unen miembros progresistas y demócratas, que acaba en la Puerta de Sol. En otro lugar, interviene la Guardia Civil, cargando contra la multitud sin aviso alguno (más de una docena de muertos y muchos heridos). Pese a la censura, será una brutalidad muy mal vista, que reduce el apoyo a la reina. \- **Cuartel de San Gil, 1866**: una serie de militares se levantan para someter a los que se mantenían fieles a Isabel II, esto no triunfará y habrá una importante represión. Se crearán más enemigos a la reina y vemos cada vez un mayor autoritarismo. \- **Pacto de Ostende, agosto 1866**: progresistas y demócratas firman un pacto promovido por el general Prim, para destituir a Isabel II. Además, mueren Narváez y O´Donnell (sus mayores apoyos), y Serrano se pondrá al frente de la Unión Liberal, uniéndose también al pacto. Habrá una fuerte represión en el último gobierno de Luis González Bravo. El sistema era demasiado cercano al Partido Moderado, con muy poca participación, y donde no había posibilidades de lograr algo similar al mundo británico ("El rey reina, pero no gobierna"). Era un sistema muy corrupto que salpicaba a la propia familia real, además de que se amañaban las elecciones. Se produce la Revolución de 1868, la "Gloriosa", que abre un nuevo periodo de muchos cambios, el "Sexenio Democrático". Veremos a otro monarca (Amadeo de Saboya), una república, una dictadura (general Serrano)... La crisis económica y política, provocará la participación de distintas clases, y la sublevación tendrá lugar en el mundo militar en Cádiz, donde se subleva el almirante Topete, tropas sublevadas se enfrentan a las de Isabel II en la batalla de Alcolea, y se crearán juntas con distintas reclamaciones (por ejemplo, la supresión de las quintas y consumo; ciertas reivindicaciones del movimiento obrero como el derecho al trabajo...). La trama militar ahogará estas reivindicaciones, formando en octubre un nuevo gobierno en el que participan los hombres prestigiosos de la revolución (Prim, Serrano, Topete...) Los sectores progresistas y unionistas apoyan al gobierno, así como los demócratas moderados. Se declaran favorables a una monarquía constitucional y disuelven las juntas, lo que crea decepción en las clases populares (se acercan al movimiento republicano). El gobierno se centra en elaborar una nueva Constitución, con elecciones democráticas de sufragio universal masculino (mayores de 25 años, el partido republicano quería reducir esta edad), ganado la coalición gubernamental (la nueva guerra carlista y la 1ª guerra de Cuba en 1868 hacen que no se supriman las quintas). Se crea la Constitución de 1869, siendo la primera democrática, muy por delante de otras europeas en muchos aspectos, ya que los derechos individuales aparecen como ilegislables, en un artículo se establece la libertad de culto, el sufragio universal masculino, medidas descentralizadoras, las cortes serán el verdadero centro de gobierno (el rey reina, pero no gobierna) se dan las bases de un poder judicial independiente y España seguirá siendo una monarquía, pero no en manos de los Borbones. Se establece una regencia en manos de Serrano, y al frente del gobierno estará Prim, habrá algunas sublevaciones republicanas de poca importancia, y se plantean distintas dinastías (llegan a plantearse a Espartero), eligiendo finalmente a Amadeo de Saboya (dinastía italiana de carácter bastante liberal). Se votará a favor de este rey en las cortes, pero sin unanimidad (más de 1/3 voto en contra). Más tarde Prim será asesinado. Desde enero de 1871 hasta febrero de 1873 se desarrolla su reinado, respetando a las instituciones, pero en una situación muy compleja (oposición de la alta burguesía y la aristocracia, que se refleja en algunos desplantes que le hacen al rey). Habrá oposición de las clases populares, con el ascenso del internacionalismo obrero (aún pequeño), habiendo represión hacia este movimiento (miedo por la Comuna de París). También se opondrán al monarca los republicanos y los carlistas (guerra 1872-1876, importancia en el País Vasco, Navarra y Cataluña). El partido progresista se divide entre constitucionalistas (más moderados con Sagasta a la cabeza) y el radical (más cercanos a los republicanos con Ruiz Zorrilla a la cabeza). El rey cada vez pierde más apoyos, hasta que se da cuenta de que su reinado es imposible y decide abdicar. Las cortes se dividían en congreso y senado, ambas se unen en una sesión el 11 de febrero, proclamando la república, donde el primer gobierno será de Estanislao Figueras, la 1ª república será una especie de paréntesis, siendo la única opción de avanzar en la democratización de la sociedad española, pero con muy poco apoyo popular, simplemente se produce ante el vacío de poder. La república se da ante el acuerdo entre el partido radical y los republicanos, con un gobierno donde participan ambos (Nicolás Estévanez, Pi y Margall, Castelar\...), pero las divergencias entre partidos se acentúan, ya que los republicanos quieren apartar de los beneficios del poder a los radicales ("república para los republicanos"), por lo que no habrá un aumento de los apoyos. Las medidas serán tímidas, y habrá elecciones en mayo (para mayores de 21 años), donde vencen los republicanos federales, pero destaca la alta abstención (60%), ya que muchos creían que la república no era legítima (algunos radicales constitucionalistas, alfonsinos, carlistas...), rápidamente intentarán aprobar una Constitución con 17 naciones (entre ellas Cuba y Puerto Rico), con Pi y Margall a la cabeza. Gobiernos muy inestables (Estanislao Figueras, Pi y Margall, Salmerón y Castelar), en origen con voluntad de llevar a cabo medidas sociales, minimizando el descontento de las clases populares (por ejemplo, el reparto de tierras sin cultivar entre los campesinos). Estas medidas reformadoras no se aplicarán, pero sí tendrán el rechazo de las clases poderosas. Con el gobierno de Pi y Margall (dura un mes) se crearán las tres tendencias republicanas existentes: un sector más a la derecha (Salmerón y Castelar, que ignoran las medidas sociales), una posición central (Pi y Margall, reformista pero cercano a la legalidad) y el ala izquierda del federalismo, los intransigente (transición social inmediata mediante la revolución, figuras menos conocidas, por ejemplo, el general Contreras). En Julio se retiran de las cortes y llaman a la insurrección trasladándose a distintos sociales, produciéndose esto en zonas de Valencia, Andalucía y, sobre todo, en Cartagena. Lo conocemos como la Revolución Cantoral, y no es un proyecto separatista, sino que quieren actuar como un gobierno federal de España (no fue así en la práctica), es un movimiento que se explica por las decepciones con el liberalismo. Toma decisiones como expropiar tierras a conocidos alfonsinos. El feudalismo empieza a perder importancia, ganándola el centralismo (había en este momento tres guerras civiles: Carlista, Cuba y Cantoral). La opinión de Salmerón y Castelar era que el federalismo conducía al caos internacionalista, y su implantación breve provocaría una victoria carlista (se acordaban de la Comuna de París). Por lo que se unen y derrotan a Pi y Margall, eligiendo presidente a Salmerón el 18 de julio, con el objetivo de someter a los rebeldes (entre ellos al movimiento obrero). Para ello, recurren a generales de carrera, mayoritariamente alfonsinos, por lo que la república pasará a depender de sus enemigos. Salmerón dura poco tiempo en el gobierno, ya que dimite al no querer aplicar la pena de muerte, por lo que llegará Castelar, que obtiene plenos poderes de las cortes, y se apoya en los republicanos (algunos se habían presentado a las elecciones como independientes), persiguiendo al movimiento obrero, censurando la prensa, una república aún menor en manos de republicanos. En enero de 1874, se acaban los plenos poderes, uniéndose Pi y Margall, Salmerón y Figueras para echar a Castelar. Pero, ante el temor de la vuelta de un ala "izquierda", los movimientos más tradicionales se unen para lleva a cabo un golpe de estado, Castelar fue derrotado en el parlamento el 4 de enero, cuando entra a caballo el general Pavía en las cortes, disolviéndolas. Inicia un periodo de "dictadura bajo el paraguas republicano", encabezada por el general Serrano (similar a Mac Mao en Francia), floreciendo intereses tradicionales, y con el objetivo de derrotar al carlismo (algunos éxitos, aunque no ganan la guerra). A finales de año se produce el pronunciamiento del general Martínez Campos a favor de Alfonso XII, dando fin al Sexenio Democrático, e iniciando la etapa de la restauración. **TEMA 3. RESTAURACIÓN MONÁRQUICA Y SISTEMA CANOVISTA** La "República sin parlamento" cae, y Cánovas del Castillo será el gran artífice de la restauración. Este hombre no se había manifestado ni a favor ni en contra de Isabel II, apostando por su hijo, Alfonso XII. Será el jefe indiscutido del partido alfonsino, con mucha influencia sobre la educación del príncipe (por ejemplo, los estudios en Sandhurst, donde aprender a respetar al parlamento, estilo británico, y tendrá estudios militares, por lo que estará al frente del ejército). El monarca firma el Manifiesto de Sandhurst (escrito por Cánovas), donde desde posiciones católicas defiende el sistema liberal (hasta cierto punto), lo que le permite tener un apoyo social suficiente para la vuelta de la monarquía. Cánovas quería forzar a Serrano a abrir el Parlamento, donde por vía civil triunfaría la monarquía, pero esto se frustra por el levantamiento del general Martínez Campos, a finales de 1874. Cánovas no quería este levantamiento, pero recoge los frutos formando un gobierno provisional y llevando a cabo medidas autoritarias, para rectificar lo realizado durante el Sexenio (censura de la prensa, represión...), además, intentaba contentar a la derecha más reaccionaria y a los carlistas (había que derrotarlos, pero luego integrarlos en el sistema). En la Universidad prohíbe impartir nada que cuestione a la Iglesia Católica (ministro Orovio), lo que dará lugar a la "segunda cuestión universitaria", abandonando muchos profesores su cátedra (esto dará lugar a la Institución Libre de Enseñanza). También querían poner fin a las guerras abiertas: Cuba (acaba en el 78) y la carlista (acaba en el 76, suprimiendo los fueros vascos, pero creando un concierto económico). Una vez llevadas a cabo estas medidas, la otra cuestión es institucionalizar el nuevo régimen, en base a una constitución duradera (1876). Se convocarán cortes por sufragio universal masculino (luego esto cambia), donde, a pesar de la alta abstención, ganará el partido alfonsino (ahora denominado conservador). Actuarán sin contemplaciones para asegurar el fraude electoral. La nueva constitución refleja el liberalismo doctrinario, recordando a la de 1845, aunque es algo más abierta (reconoce algunos derechos individuales, y dejaba algunas cosas abiertas, como el sistema electoral). El objetivo era que hubiera una alternativa pacífica entre los dos grandes partidos, sin intervención de militares ni revoluciones. El debate se dará sobre el artículo II: confesionalidad católica del Estado, pero se permite la libertad de culto en privado. La cuestión católica es importante, por ejemplo, Alejandro Pidal y Mon funda la Unión Católica, aunque acabará integrado en el partido conservador y será el gran cacique de Asturias. Se establece un sistema de cortes bicamerales, donde el senado tendrá un sentido elitista, con senadores de tres tipos: senadores vitalicios (elegidos por la Corona), senadores de derecho propio (grandes de España, militares importantes...) y senadores elegidos (sufragio restringido). Para el congreso no hay un sistema electoral en la Constitución, por lo que con Cánovas se vuelve a un sistema censitario restringido, en 1891 con Sagasta (Partido Liberal) se vuelve a implantar el sufragio universal masculino. Cánovas también consideraba que no se podía entender a España sin la monarquía, lo que explicaba el poder del rey (un gobierno necesitaba su confianza), teniendo más que Amadeo de Saboya. Hay una infidelidad entre la realidad y la letra, autores como J.M. Jover consideran que los silencios de la constitución eran para dar una apariencia de sistema democrático en el contexto europeo, pero sin que esto se viera en la práctica. Siendo un sistema basado en redes de intereses políticos, con ayuda del caciquismo (no es algo nuevo, pero sí el núcleo de este sistema). La realidad de consolidar un sistema bipartidista provoca la alternativa en el poder, evitando la intervención militar y la preferencia monárquica por uno de los dos partidos (tienen que gobernar más o menos el mismo tiempo). Son partidos de notables que no quieren movilizar a las masas y restringen la vida política a las élites. Este sistema se consolidad con la llegada al poder de Sagasta en 1881, quien elimina algunas medidas autoritarias. Y se consolida más aún tras la muerte de Alfonso XII en 1885, y la creación de una regencia de María Cristina de Augsburgo, con un pacto entre los dos partidos ante la inestabilidad. Sagasta implanta algunas medidas progresistas, por ejemplo, la Ley de Asociaciones (desarrollo del movimiento obrero) y sufragio universal masculino en 1890. Hay una regularidad en la alternativa del poder (los partidos en la oposición se mantienen unidos porque saben que pronto volverán), y tienen que intentar agrupar al mayor número de tendencias posibles, pero con unos principios fundamentales (respeto a la monarquía parlamentaria alfonsina, orden burgués clásico y capitalismo como sistema económico). Manuel Tuñón de Lara habla del bloque oligárquico de poder (aristocracia, burguesía, ejército, Iglesia Católica...) Cuando un gobierno es muy criticado o empieza a fracturarse, el rey (o la regente) llama al líder del otro partido y le encarga la formación de un nuevo gobierno, entregándole el *decreto de disolución de las cortes*, y se convocarán elecciones, que siempre gana el partido al que se le pidió la formación de gobierno. El falseamiento se produce con la aceptación del gobierno, que sabe que volverá al poder más adelante. Se negocia el número de diputados en cada circunscripción, y el partido que va a ganar le deja al que va a perder un número de diputados digno. Se hace a través del proceso de encasillado, por lo que la lucha no es en las elecciones, sino en las negociaciones, las elecciones solo son necesarias para que esto se pueda reflejar en el parlamento. Para esto entre el juego del caciquismo, ya que el cacique convence u obliga a los votantes a votar lo que él quiere: "*Al amigo el favor, al enemigo la ley*". Además, se llevan a cabo fraudes: votos de muertos, destrucción de papeletas, vota más gente de la que hay en el censo... Esto se ve sobre todo en los espacios rurales, en el mundo urbano es más complejo. En 1878 se produce la Paz de Zanjón, "cerrando" el problema cubano durante un tiempo (más allá de la Guerra Chiquita de 1879). Al acabar la guerra carlista se enviaron tropas para lograr esta paz, y en Cuba habrá dos partidos: el Partido Liberal Autonomista (quiere una autonomía, pero dentro de España) y la Unión Constitucional (partido españolista que reclama una política de sometimiento a los rebeldes, lo que se llevará a cabo). Estos errores provocan un levantamiento definitivo en 1895, que tendrá el apoyo de la comunidad negra y mulata (desfavorecidos), y también de los criollos (muchas relaciones comerciales con los Estados Unidos). Se proyectará la "alargada sombra" estadounidense con la Doctrina Monroe. A esto hay que añadir la campaña orquestada desde la prensa amarillista estadounidense (Hearst), que caldea el ambiente, aún más tras el hundimiento de Maine, lo que provoca la entrada en la guerra de Estados Unidos, con sucesivas derrotas españolas. A finales de año se firma la Paz de París, perdiendo los últimos territorios coloniales (Cuba, Puerto Rico y Filipinas). España no tuvo apoyo internacional, en parte debido a su característico aislamiento en el siglo XIX. En España, antes de la guerra, hubo una marea de nacionalismo irreflexiva, que consideraba a Estados Unidos como un país de salvajes, sin ejército, pensando que se iba a ganar la guerra sin problemas. Solo había oposición de: anarquistas, socialistas y republicanos (criticaban que solo combatían las personas desfavorecidas, con la campaña de "o todos o ninguno") La guerra no tendrá grandes consecuencias, pero sí habrá un pesimismo social muy extendido, con una conciencia de crisis, y un cuestionamiento del sistema, lo que dará lugar al regeneracionismo (enlaza con cuestiones anteriores). Este tendrá una doble vertiente, política-ideológica, con figuras como Joaquín Costa. El regeneracionismo nace dentro del propio sistema y partido conservador, por ejemplo, Silvela y su artículo "España sin pulso". La restauración ha sido, tras la 2º república y la guerra civil, el tema que más ha estudiado la historiografía contemporánea en España. Los políticos protagonistas de esta época, en sus memorias mostraban una visión positiva (concordia, superación de problemas pasados, pragmatismo...), lo que luego fue reproducido por algunos divulgadores. Por otro lado, también hubo una corriente de análisis crítico, con el regeneracionismo y el republicanismo, siendo interpretaciones actualizadas, no desde el punto de vista divulgativo, sino histórico-riguroso (gran parte del materialismo histórico en la Transición). Se habla de un conflicto en sentido de violencia de clase (oligarquía en el poder contra clases populares mayoritarias). Además, se dice que supuso un atraso frente a la modernización, con la carencia de democracia (sistema de "dominación de clase" fue como lo llamó Alfonso Ortí). Como figura destaca Manuel Turón de Lara. Paralelamente, también hay una visión positiva desde otros historiadores profesionales, siendo una corriente "liberal". Lo analiza como un periodo modernizador, analizando la funcionalidad del caciquismo pasando la economía a un segundo lugar (tras las relaciones clientelares). Reconocen que no es un sistema democrático, pero matizando que no podía serlo, y que el sistema se va adaptando, tendiendo a modernizar el país. Hablan de un pacto, más allá de las relaciones económicas, y estarán muy ligados a la época de transición (se busca en el pasado precedentes del nuevo régimen). Autores como Javier Torell o Romero Maura. En las últimas décadas ha habido una cierta "unión" de las dos corrientes, con análisis amplios y una tendencia general de vuelta a la historia política, que hace que se analice el fenómeno del caciquismo, habiendo más relación entre la historia y otras disciplinas. Se centras en estudios más locales y analizan el caciquismo no solo como una imposición desde arriba, sino como el resultado de un equilibrio de poder, donde deben analizar las diferencias territoriales (peso social, económico, político...). Analizar fenómenos como el nacionalismo periférico o algunas variedades regionales (en Asturias melquiadismo), además muestran que los fenómenos son de largo recorrido. Se cuestionan los planteamientos de Jordi Nodal, que publicó un libro del fracaso de la industrialización española y el atraso del país. En esta se puede hacer una relación con cuando se publican los trabajos (Nodal escribió en el 75, final del franquismo, siendo España un país anómalo en el contexto de Europa). Esa visión es contestada, destacando David Rimgrose, que publica "España 1700-1900: el Mito del Fracaso", en los años 90 (visión esperanzadora de España igualada a Europa). Se establece la necesidad de analizar el pasado y comparar no tanto con los países desarrollados, sino con España en la época anterior (deben de cambiarse ambas cosas sino el trabajo tiene poco valor). Además, hay un "giro meridional" para compararse con países similares (sur de Europa, Hispanoamérica), viendo el fenómeno caciquil, desarrollo del capitalismo, sistemas parlamentarios neo democráticos... Teresa Carrero lleva también a cabo comparaciones con Francia, y vincula las peculiaridades de España a los intereses de los dos partidos de gobierno. Todas las posicione hablan de atraso, pero no de fracaso. Se ven similitudes importantes entre los países del sur. Así mismo, también se va a relegitimar la biografía como un tipo de obra legítima, por ejemplo la de Cánovas y Sagasta, ya sea desde puntos de vista positivos o negativos). En general, se habla de un régimen no democrático, pero si "representativo", con características similares a otros espacios del arco mediterráneo (o del sur de Europa). Se considera como una época conciliadora y equilibrada, entre el autoritarismo y el Antiguo Régimen, teniendo una posición más o menos positiva (realmente hay una exclusión de gran parte de la población de la vida pública, lo que explica el surgimiento de regionalismos y nacionalismos). El ejército si bien deja de participar en la política, será utilizado como mano de obra represiva. **TEMA 4. EDUCACIÓN Y CULTURA EN EL SIGLO XIX** Hablar de educación es más sencillo, pero de cultura es más complejo (término muy ambiguo). Solemos entender cultura como algo que te tienes que esforzar por conseguir, con divisiones entre alta cultura (grandes obras) y baja cultura (cultura popular o ahora mediática). Ahora entendemos cultura desde un punto de vista antropológico, por lo que toda producción humana es cultura. Una cuestión cultural del siglo XIX es el nacionalismo, con la adopción de este tipo de visión, se utiliza para ello la educación. La otra cuestión es la secularización de aspectos culturales y educacionales, como pugna entre la concepción tradicional de la cultura y el pensamiento modernizador del siglo XIX (raíces ilustradas), con la adopción de políticas liberales. Estos procesos se ven en todos los países europeos, pero España tiene como característica la adopción de unas prácticas político-culturales moderados, relacionadas con el liberalismo doctrinal (templada), donde habrá tendencias secularizadoras, que serán recogidas por otras propuestas alternativas a la política oficial (republicanismo, movimiento obrero), movimientos filosóficos, como el krausismo. Frente a ello, hay posturas neotradicionales, de filosofía escolástica (destaca Menéndez Pelayo). La mayoría de los autores del romanticismo español, son muy moderados o sosegados. Cuando lleguen a España otras corrientes, escandalosos para la mentalidad conservadora (realismo o naturalismo), la recepción va a ser mucho menos dura que en otros sitios, ya que la importancia que se le da a la ciencia choca con el catolicismo (la actuación de los personajes se basa en el determinismo biológico), los naturalistas españoles son más moderados, defendiendo la doctrina del libre albedrío, por ejemplo, Emilia Pardo Bazán. La cuestión científica y su pensamiento tendrá una recepción polémica. En el Sexenio Democrático la ciencia será un elemento de progreso (también en el regeneracionismo), divulgando este pensamiento, a diferencia de lo ocurrido anteriormente (publicaciones de Descartes, Kant...). Antes ya había científicos, pero el interés crecerá mucho a partir de este momento, sin tener marcha atrás durante la restauración (en 1877 se publica en España el *Origen de las especies*), aunque no estarán exentos de debates. En 1906 Ramón y Cajal es nobel de medicina, lo que muestra el desarrollo, a pesar de las polémicas y los problemas. Muchas veces la difusión de estas teorías no la hacen de manera abierta o pública, para evitarse problemas. El siglo XIX es el siglo del nacionalismo, reformulándose los viejos estados de fidelidad da la monarquía, creando un sentimiento nacional. En sentido cultural, se rescribe el pasado del país en sentido nacional, convirtiéndose el pueblo en protagonista. Este proceso en España tiene deficiencia, en cuanto a los espacios de irrigación (escuelas, ejército, escasa alfabetización...), la difusión del mensaje nacionalista se hace a través de medios que pueden llegar también a gente analfabeta (grabados en prensa, libros de texto), destaca Historia de España de Modesto Lafuente. Las Historias de España anteriores, no tenían elementos nacionalistas (la historia no se encarga de mostrar al pueblo como ente colectivo nacional). Este proceso comienza tras el Trienio Liberal, cuando Fernando VII reinstaura el absolutismo, muchos se exilian (Londres y París) y cuando el monarca fallece vuelven, trayendo consigo nuevas corrientes literarias y también el nacionalismo, donde se exaltaba el pasado de esos países de manera nacional, que representaban a los españoles como estereotipos (influenciados por la Leyenda Negra), lo que provoca una humillación doble (son extranjeros quienes plasman la visión de los españoles). Desde entonces comienza a escribirse una historia nacional, se recupera la literatura española (espíritu español), se vuelven a escribir romances (hablan del pasado y el liberalismo) y la gran obra de referencia sobre la Historia de España, era la Historia General de España desde los tiempos más remotos hasta nuestros días de Modesto Lafuente. La primera edición (30 volúmenes) se publica entre el 50-67, luego se van publicando más volúmenes y será la gran obra de referencia (rompe con las ideas anteriores, relacionadas en muchos casos con ideas religiosas, aunque sigue teniendo una visión donde la divinidad está presente, con una visión providencialista). Es la primera que deja de ser una visión ordenada de acontecimientos y busca la esencia u origen de la nación. Su éxito provoca que surjan otras con la ayuda de especialistas, aunque habrá problemas y contradicciones). Hay que esperar a principios del siglo XX, con Rafael Altamira, que publica una Historia de España, que supera claramente a la de Modesto Lafuente, con un fin desmitificador dentro de la corriente nacionalista, donde interviene lo cultural y lo económico, término de civilización española. Es un libro tardío, y hay que esperar a esta obra para que la historiografía tenga un carácter desmitificador, teniendo al pueblo como sujeto histórico, y con un carácter menos político. Con los relatos, se ve el atraso de España con respecto a un analfabetismo más alto que en otras zonas del norte de Europa. Es probable que las tasas no fueran muy diferentes, pero no tenemos instrumentos fiables o censos que reflejen esto, los estudios se hacen deduciendo cosas, como por ejemplo el saber firmar (puede ser una pista, pero no es algo seguro o fiable). El primer censo que refleja estos datos es el de 1860, lo que es un cambio cultural mayor, pero los datos no son siempre objetivos (se preguntan determinadas cosas y hay otras que no). El hecho de esta pregunta es un cambio, ya que la alfabetización se empieza a considerar como un factor de progreso (ante solo sabían leer y escribir la gente de determinados grupos u oficios). La tasa de alfabetización fue del 26% (población 10 años o más). Los siguientes casos muestran un proceso gradual de avance: en 1877 el 31%, en 1887 el 37%, en 1900 el 43%. Destaca mucho más la alfabetización masculina, en 1860 el 40% de hombres, pero solo el 12% de las mujeres), la diferencia se mantiene, pero reduciendo las distancias (87, hombres 50% y mujeres 14%, 1900, hombres 55% y mujeres 32%). También hay diferencias entre el mundo rural y el urbano. En 1930 el 88% de los hombres están alfabetizados y el 68% de las mujeres. En cuanto a los casos de analfabetismo más elevado, se puede establecer una diferencia entre los países mediterráneos y eslavos, frente a las zonas del norte de Europa. Una de las teorías se basa en la religión (los protestantes debían de leer directamente la Biblia, a diferencia del catolicismo). Pero, la cuestión es más compleja, tiene relación con las políticas de estado tempranas o tardías, aunque en España se intenta invertir, las condiciones son malas (por ejemplo, los bajos salarios de los maestros). Hay algunas iniciativas privadas, por ejemplo, de educación para adultos, pueden venir de la Iglesia, sindicatos, partidos... Otro factor puede ser la escasa industrialización, con un sector industrial débil, el avance de la industrialización provoca una intervención temprana de niños (no tenían por qué pasar por la escuela), pero, a medida que desarrolla la industria, con oficios más especializados, la lectura se vuelve más importante. Por lo tanto, el factor económico es fundamental, con las bajas rentas, agricultura extensiva. Hay diferencias mundo urbano-campesino, pero también entre partes de la península, con más escolarización y alfabetización en los espacios más industrializados (Asturias, País Vasco, Navarra, Madrid...) y menos (Extremadura, Andalucía, algunas zonas de Castilla, las islas, Galicia...). Esto se relaciona con las leyes de educación, que ocupan cada vez más espacio entre las preocupaciones de los gobernantes, con la construcción del estado liberal, "heredero" del movimiento ilustrado (tampoco quieren que sea universal). En la Constitución de Cádiz se sientan las bases para la política posterior, con menos importancia de la Iglesia, posible creación de escuelas de Primeras Letras en todos los pueblos de cierta población.... Hay un documento de 1813 "El informe Quintana", donde se sientan las bases del sistema educativo liberal, con principios que ordenan todo el sistema: educación universal, gratuita, libre, con distintos niveles (primaria, secundaria, universitario)... Habrá distintos pasos adelante y atrás en el siglo XIX, destacando la Ley de Instrucción Pública (1857) o Ley Moyano, donde queda fijado el sistema liberal, entrono a la centralización e intervención estatal (no hay una libertad de cátedra ilimitada), y debe de ser una educación gratuita, pero solo para quienes no puedan pagar. Se consolida la enseñanza media con los institutos. En la ley más importante por su influencia y durabilidad (vigente hasta 1970 con algunas reformas), en la teoría era la escolarización de todo el país, en la práctica la situación es más compleja (ej: enseñanza media sujeta a presupuestos de las diputaciones provinciales). En general, se ve una educación primaria insuficiente, con un mayor peso del estado en la enseñanza media y superior (la superior es directamente competencia del estado). No dejan de ser enseñanzas elitistas, masculinas, urbana, esto se ve en la enseñanza media y, sobre todo, en el mundo universitario (se rompe con casos aislados en los años 70 del siglo XIX). Es una universidad centralizada, controlada y financiada por el Estado, reorganizada entorno a 10 universidades, con la Universidad Central de Madrid a la cabeza. Podríamos hablar de una rama de la administración estatal (habrá algunos conflictos en cuanto a la libertad de cátedra).. Avanza hacia la modernidad poco a poco, aunque siga un poco atrasada. La segunda cuestión universitaria dará lugar a la creación de la Institución Libre de Enseñanza, donde tendrá mucha importancia el krausismo, que es el idealismo alemán, que habla de que la sociedad es un todo orgánico relacionado a través del ser humano, con un fin último de unificación, donde cada grupo o persona tiene una función. Están unidos a la divinidad a través de la razón, por lo que el conocimiento es muy importante. Por lo tanto, este sistema idealista, ético, con carga religiosa y orientación práctica, tiene una gran importancia en la institución. No es necesariamente progresista o conservador, pero la recepción en España es mayoritariamente progresista, tras un viaje que hace por Europa en 1843, Julián Sanz del Río, quien deja una huella importante en la visión krausista española (tenía una visión progresista y esto influirá en el futuro). Esto se acentúa a partir de 1854 cuando Sanz del Río obtiene la cátedra en la Universidad de Madrid (en filosofía del derecho) y surgirán discípulos, además de publicar "Ideal de la Humanidad", una obra muy importante, en la que refleja como el entiende el krausismo, e influirá en esta corriente en España. Algunos discípulos serán protagonistas en la Revolución del 68 y la primera república, entre los discípulos destaca Francisco Giner de los Ríos, cercano a la enseñanza y cuestiones pedagógicas, enterado de los avances en las ciencias sociales en Europa, considerando fundamental la mejora de la enseñanza para el desarrollo del país. Será profesor en la universidad, hasta que con la restauración de la monarquía se nombra a Manuel Orovio, quien impone un juramento de fidelidad a la religión católica y la monarquía. Habrá conflicto con algunos profesores, a los que el gobierno expulsa e incluso destierra, entre ellos a Giner de los Ríos o Salmerón. Después este Giner de los Ríos funda la Institución Libre de Enseñanza, como Institución alternativa y con unas ideas educativas mucho más modernas. Será una enseñanza laica y con un interés de formar una élite modernizadora, que mejoraría la situación del país, donde se formará una verdadera opinión pública. Su progresión y protagonismo en la sociedad será muy notable, defendiendo posturas regeneracionistas (antes del 98), llegando a adquirir aún más importancia a principios del siglo XX, multiplicando sus iniciativas (Krausoinstitucionistas), por ejemplo, la junta para ampliación de estudios ("Erasmus"), Instituto de Reformas sociales, centro de Estudios Históricos, Residencias de Estudiantes, extensión universitaria (en Oviedo)... se implantan en España desarrollos que se estaban produciendo en otros lugares de Europa. Con un objetivo de formar el carácter de los estudiantes, invitarles a ser críticos... En parte de la cultura se empezará a ver reflejado el desarrollo del nacionalismo, tanto en la literatura, escultura, pintura\... Esto ha sido reflejado en estudios recientes, por ejemplo, Carlo Regedo "Escultura conmemorativa en España", con la aparición de los héroes en la construcción de la nación española. También muchas otras obras han analizado este proceso de construcción nacional sobre el conjunto de la sociedad, por ejemplo, Carlos Serrano "El movimiento de Carmen", donde analiza como el mito de Carmen encarna lo puramente español. También José Álvarez Junco, "Martes doloroso: la idea de España en el siglo XIX", analiza todos los elementos, muchos culturales, del surgimiento y desarrollo del nacionalismo. **TEMA 5. TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS, SOCIALES Y CULTURALES EN EL SIGLO XX** A partir de 1863se crea el registro civil, hay padrones de población, pero la principal fuente demográfica son los censos de población regulares (cada 10 años), por la Dirección General del Instituto Geográfico y Estadístico. Están bien realizados y son fiables (además de regulares). En 1900 España tiene 18 millones y medio de habitantes (menos que Francia, Reino Unido, Alemania...), lo que mostraba una evolución rápida al comparar con el pasado, en el censo de 1910 se superan los 19,5, en 1920 los 21 millones y en 1930 se está cerca de 23,5 millones (más crecimiento que en los últimos 30 años del siglo XIX, en donde se pasó de 16 millones en 1868, a 18 millones en 1900). Esto se produjo en gran parte por el descenso en la tasa de mortalidad (1900, 28,9 personas y esto desciende a 16,8 en 1930, en el 1868, 34,1). Se debe al desarrollo o mejoras en los servicios sanitarios, alimentación, control de enfermedades relacionadas con la higiene... aumentando la esperanza de vida de los 35 años en 1900 a los 50 años en 1930. También desciende la mortalidad infantil, aunque sigue estando presente. Hay factores coyunturales que atenúan este crecimiento en determinados momentos, con enfermedades epidémicas, destacando la llamada gripe española, 1917-1918. Pero, de todos modos, serán menos importantes que el crecimiento (se puede hablar también de la emigración). Las tasas de natalidad descienden (del 33,8 en 1900 a 28,1 en 1930), pero de manera mucho más lenta que la mortalidad. La demografía muestra el paso definitivo de un régimen demográfico antiguo (alta natalidad y mortalidad) a una transición hacia un régimen demográfico moderno (primero un descenso de mortalidad y luego de natalidad). Otro fenómeno demográfico son los movimientos de la población, perdiendo población zonas del interior del país, y ganándola la periferia (Cataluña, País Vasco, Asturias...), al ser focos de industrialización. Las zonas rurales también pierden población en favor del mundo urbano, provocando un crecimiento desordenado, gente viviendo en nulas condiciones (chabolismo, o barrios obreros sin agua...). También destaca la emigración a América Latina, tuvo un momento de pérdida de importancia tras la 1ª guerra mundial y después vuelve a aparecer, pero con menos importancia. Esta emigración se relacionaba con el ascenso de población cn respecto a la producción, sobre todo del sector agrario. El sector agrario sigue siendo muy importante, pero desciende (a principios del XX mitad del PIB, y en los años 30 representaba 1/3). De todos modos, el reparto de situaciones es desigual en la península, por ejemplo, Castilla sigue siendo muy cerealista, a diferencia de otros espacios como el País Vasco. Hay una mejora de las condiciones de producción en la agricultura, pero no llega a ser suficiente para acabar con la miseria de los campesinos (sobre todo en el sur), destacando el regadío. En cuanto al reparto de tierra, el norte está mejor. El sector crece durante la 1ª guerra mundial, pero la visión de los propietarios es muy conservadora, invirtiendo sus ganancias en comprar más tierras, y no en mejorar la productividad, lo que afectará tras el fin del conflicto bélico y lastrará la economía. El recurso ante esto será el proteccionismo, poniendo aranceles a los productos foráneos. Se multiplica el uso de abonos, cierta mecanización (lenta). En cuanto a la industria, el mayor consumo de energía (se cuadriplica entre 1900-30), muestra el crecimiento industrial y urbano. En Asturias por ejemplo destaca el crecimiento de la minería (también depende del proteccionismo), que provoca también mejora en infraestructuras (ej: línea de ferrocarril Langreo-Gijón, carretera carbonera, mejora de los puertos...), aunque serán habituales los problemas y retrasos. Tendrá un crecimiento especial durante la primera guerra mundial, pero no se reinvierten las riquezas en la mejora de los pozos (salvo excepciones). Será masiva la electricidad, transportada mediante cables de alta tensión, utiliza en la producción industrial y para el alumbrado público. Aparecen las grandes compañías hidroeléctricas, que favorecen el desarrollo de la industria pesada, con una concentración industrial cerca de la siderurgia y siderometalurgia, en Asturias destaca la fábrica de Duro Felguera. Vizcaya se acabará convirtiendo en líder del mercado siderúrgico, con la creación de Altos Hornos. También se mantienen industrias tradicionales, por ejemplo, la del textil en Cataluña. Este crecimiento permite acercarse a los países industrializados, pero nunca se les alcanza. La banca es importante en este proceso, modernizándose a principios del siglo XX, por la "repartición de capitales", sobre todo de Cuba. Esto alimenta las arcas de los bancos, que pasa de ser un negocio de ahorro y préstamo, a también invertir en industria, y permite que se desplacen los capitales extranjeros, teniendo más importancia los españoles (ej: Banco Herrero, Asturias...). Surge el fenómeno de cajas de ahorros, con una red de sucursales, lo que contribuye como factor de cambio de mentalidad, consumo, modernización, crecimiento económico... Esto incide relativamente en la población obrera, con diferencias territoriales. Las jornadas laborales empieza a descender (siguen siendo muy altas) con la jornada de 8 horas como frecuente en el siglo XX (en 1919 se hace por ley, pero no siempre se cumple). Hay situaciones dominadas por la precariedad: sueldos que solo permiten vivir, sin indemnizaciones, accidentes laborales, malas condiciones, inexistencia de bajas... lo que provoca que algunos obreros recurren a sociedades privadas de socorro mutuo (muchas quiebran). Las diferencias entre ricos y pobres se ven muy bien en el mundo urbano (desde los baños a incluso las formas de ocio, que estarán segregados). Para el desarrollo del ocio eran necesarias determinadas condiciones, por ejemplo, la reducción de la jornada laboral. Se establece el derecho al descanso dominical. Para cierto ocio (como la lectura) era necesaria más alfabetización, también era imprescindible cierto desarrollo de los sueldos. Aun así, el ocio de la clase obrera será específico: teatros burgueses/populares, cine eminentemente popular, el verano o la práctica deportiva es puramente burgués (el deporte se va transformando en espectáculo como ocio para las clases populares), colecciones lectoras destinadas a las clases populares, por ejemplo, el cuento semanal. Esto creará nuevas formas de sociabilidad, con centros culturales (a veces marcados ideológicamente), por ejemplo, las Casas del Pueblo. Aparecen nuevos medios de comunicación como el cine o la radio (en los 30 se consolida como gran medio de comunicación). En 1900 se crea un ministerio dedicado específicamente a la educación, Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, siendo presidente Silvela (conservador, pero regeneracionista), Antonio García Alix el ministro. Otro hito es que en 1912 por primera vez el salario de los maestros es pagado por el Estado, y un año antes se había creado un director general de enseñanza primaria, con un institucionista al frente (Rafael Altamira), que lleva a cabo distintas reformas, que son un anticipo de la segunda república (inversiones importantes; construcción de escuelas, bibliotecas en todos los colegios, enseñanza graduada...) El estado empieza a asumir el gasto de mantener esos espacios. A pesar de todo nunca es suficiente, falta constancia en la política educativa, a veces son más mejoras técnicas que prácticas, y las novedades más importantes se ven en la segunda república (por ejemplo, la enseñanza mixta, mejores sueldos, construcción de escuelas, desarrollo de la enseñanza pública...) aunque algunos de los problemas anteriores también persisten, por lo que las instituciones privadas tendrán mucha importancia. En cuanto a la universidad, sigue estando reservada a las clases privilegiadas (los institutos empiezan a tener "clases medias"), aunque habrá una evolución importante del número de alumnos: en 1900 alrededor de 42.000 personas matriculadas / en 1930 aproximadamente 70.000. El acceso de las mujeres es tardío tienen un analfabetismo superior, en 1915 en la enseñanza secundaria hay un 4% de alumnas y en 1928 ha crecido hasta el 15%. Había comunidades religiosas especializadas en esta educación femenina. El acceso de la mujer a la universidad era aún más complejo, filtro económico y de género (hay algunas carreras con algunos casos, como derecho, aunque no podían ser abogadas). Hay casos de chicas vestidas de hombre que acceden a un aula, y Dolores Aleu Riera es la primera licenciada en medicina, también María Elena Maseras (fue en el siglo XIX). En 1928 hay un 3% de mujeres (poco pero bastante más que en época anterior) y en 1930 un 5%. En el siglo XX se puede ver una cierta nueva posición social de la mujer, aunque sigue marcado por una especie de "minoría de edad", al estar siempre bajo la tutela de un hombre (por ejemplo, no puede declarar en un juicio, al igual que un menor de edad). Aparecen organizaciones o agrupaciones femeninas, a veces caritativas o religiosas, que defienden la educación de la mujer, no para emanciparse, sino para ser mejores esposas (no son organizaciones feministas reivindicativas). Estos discursos poco a poco empiezan a ser más reivindicativos, hasta que en la república y la guerra civil se plantea la emancipación total de la mujer (muy visible en el anarquismo). Aparecen organizaciones sindicales femeninas en los sindicatos católicos (muy amarillista), que tienen importancia en determinados sectores con mucho papel de las mujeres (por ejemplo, el mundo textil). En el ámbito del catalanismo también hay una Lliga Patriótica de Mujeres, que quieren trasmitir la ideología nacionalista a las mujeres, no para que participen en la acción política, sino para que fueran un apoyo al marido. Desde el movimiento obrero se reclaman cosas, pero con matices, por ejemplo, se consideraba que la incorporación de la mujer al mercado laboral provocaría un descenso de los salarios. La comisión ejecutiva de la UGT en 1916 incorpora por primera vez una mujer, Virginia González Polo (una de las fundadoras del PCOE, luego PCE), se crea un primer grupo socialista femenino en 1904 en Bilbao, o en Madrid en 1906, aunque el número de militantes será escaso. Otras organizaciones interclasistas, que no están ligadas al movimiento obrero, como la Asociación Nacional de Mujeres Españolas, 1918, dirigida por María Espinosa de los Morteros, que defienden posturas feministas. Iniciativas como clubes femeninos. Los cambios afectan más a las mujeres burguesas, si nos referimos a las de clase baja es todo más complejo. Había posiciones misóginas tanto en la sociedad como entre los intelectuales, aunque algunas mujeres, por ejemplo, Emilia Pardo, se levanten ante esta menor presencia de mujeres en los círculos intelectuales, algo que se debía a que las mujeres tenían muchas menos oportunidades para estudiar. De todos modos, no habrá un gran debate (a diferencia de Gran Bretaña), debido a que el discurso misógino pierde valor por el desarrollo de los hechos (aunque seguirá existiendo), y se va a sustituir por el discurso de la diferenciación de roles, defendido por Gregorio Marañón. Era republicano y tenía una gran importancia social, pero a pesar de que tuviera opiniones progresistas, en esto tiene un discurso que la mujer no es inferior, sino diferente, debido a la naturaleza, que provoca que el hombre tenga funciones primarias y la mujer funciones secundarias (cuidados). En España, desde 1877 hay un proyecto conservador para otorgarle el voto a la mujer, en 1907 con una reforma electoral se vuelve a debatir, en 1908 es una propuesta republicana (muchas restricciones y solo en las municipales), en 1919 otro proyecto de Burgos Mazo (no se debate)... La mujer no es electora ni elegible, hasta la Dictadura de Primo de Rivera, cuando se le concede el voto solo en elecciones municipales y para un número reducido de escaños en la Asamblea Nacional Consultiva, y solo las mujeres libres de tutela masculina (viudas, con un marido incapacitado...) "Edad de Plata de la Cultura Española", es un periodo muy importante en el campo intelectual, con límites temporales poco precisos (inicio: 1898,1900,1902...hasta los años 30). Distintas corrientes, con gran calidad literaria, y con muchas relaciones con la política, los problemas y el significado de España (Machado, Azorín, Unamuno...). Muy ligado al regeneracionismo, con una visión algo sesgada de lo español (muy castellano), dejando una impronta muy importante en los distintos debates sociales. En la generación del 14 destaca Ortega y Gasset (también Pérez de Alaya y Gregorio Marañón), preocupados por lo nacional, pero con distintos puntos de vista con respecto a la europeización (más cercanos a esta idea, a diferencia del 98). Y en 1927, sobre todo poética (Lorca, Alberti...) con gran afinidad política (muchos a la izquierda), deseando influir en los acontecimientos desde su posición, y que los intelectuales tengan parte del poder, por ejemplo, Manuel Azaña, además de iniciativas con la Liga de Educación Política de 1913, o la Agrupación al Servicio de la República, en ambos destaca Ortega y Gasset. **TEMA 6. CRISIS DE LA RESTAURACIÓN Y DICTADURA** Hasta el año 1898 el sistema de turno había funcionado, más allá de sus trampas, pero esto finaliza con la desaparición de los dos líderes (Cánovas, 1897, atentado anarquista; Sagasta 1903, muerte natural). La sucesión entre los partidos se hace más difícil, además de que se fragmentan y los líderes que surgen son discutidos. A partir de 1909 (Semana Trágica) y la pérdida de popularidad de Maura se considera que el pacto de sucesión no funciona, aunque continua a pesar de los problemas. Los gobiernos duran menos, con jefes de gobierno en distintos momentos, pero con mucha inestabilidad, por lo que la monarquía interviene más en quien debe llegar al poder (Alfonso XII había intervenido muy poco, al igual que María Cristina, pero Alfonso XIII si tendrá un papel mucho más destacado, desde 1902). Crece el empuje de las fuerzas antidinásticas (movimiento obrero, nacionalismo, nuevo republicanismo...), al tiempo que los partidos dinásticos tienen unos gobiernos débiles, pero proyectos coherentes, por ejemplo, el partido conservador de Maura. Maura gobierna en 1898 y más tarde en el bienio (1907-1909) desarrollando su política, tras la Semana Trágica se produce su caída. Su política consiste en la "revolución desde arriba", con cambios importantes, siendo una derecha autoritaria pero con toques regeneracionistas, intentos de reconstruir la capacidad bélica española, proyecto de ley antiterrorista (muy represiva), con un deseo inicial de acabar con el caciquismo (luego no), debido a que en España predominaban las ideas conservadoras, por ejemplo, en 1903 las elecciones fueron limpias, con un crecimiento del republicanismo, por lo que empiezan a rechazar esta idea. El otro gran proyecto es el de Canalejas entre 1910 y 1912, siendo el sector más de izquierdas de los liberales, cercano al liberalismo de Lloyd George de Inglaterra, con una mayor participación y ayudas a los más desfavorecidos con intervención estatal (especie de social-liberalismo). Favorece el descanso dominical, reduce la jornada laboral, elimina la posibilidad de pagar para no hacer el servicio militar (aunque acepta el soldado de cuota, que daba unas condiciones ventajosas). Ley del Condado en 1910 ante la instauración de muchas órdenes religiosas en España, se lleva a cabo esta política para cerrar la posibilidad de que haya nuevas órdenes, la derecha lo considera un apolítica anticlerical, y llevan a cabo una campaña de crítica y desprestigio. Estas políticas desaparecen, al ser asesinado por un anarquista en 1912. Por otro lado, España había tenido presencia en el norte de África desde mucho tiempo atrás (Reyes Católicos), desarrollándose nuevamente durante el gobierno de O'Donnell en 1860. En 1898 España sufre un retroceso hasta la zona norte, por las disputas entre potencias, que se resuelve en la Conferencia de Algeciras, dividiendo el espacio entre Francia y España (al norte del Rift). Luego hay un nuevo acuerdo en 1912, donde se establecen dos protectorados, aunque en el de España no es efectivo hasta 1927. En 1909 los rifeños atacan a los españoles, lo que provoca el envío de reservistas, lo que provocará protestas. Además, la situación era bastante negativa, con acontecimientos adversos como los del Barranco del Lodo. La presión de los militares y de algunos empresarios (intereses en las minas), provoca el envío de más reservistas, utilizando el puerto de Barcelona, un error evidente por el fuerte antimilitarismo de la ciudad (fuerza anarquista y de los seguidores de Lerroux). Esto explica que se convoque una huelga el 26 de julio de 1909, dando lugar a una insurrección de una semana, en la que se producen asaltos e incendios en edificios religiosos. Ante esta situación, el estado llevó a cabo una represión de gran dureza. Es especialmente significativo el fusilamiento de Ferrer i Guardia. La historiografía conservadora lo consideraba el responsable de los acontecimientos de la Semana Trágica, y la liberal lo consideraba un mártir y un apóstol del progreso educativo. Se desconoce su posible participación en los hechos de la Semana Trágica, aunque parece que fue limitada, y que su ejecución se debía más a cuestiones ideológicas. Su condena a muerte provocará que la opinión progresista europea se levante, llevándose a cabo manifestaciones multitudinarias. Habrá peticiones de indulto, pero no se concederá. Desde España se llevará a cabo una importante movilización política, bajo el lema de "Maura no", con alianzas entre los distintos partidos de izquierdas para lograr su dimisión. A pesar de todo, el indulto no le es concedido a Ferrer i Guardia, que acaba siendo ejecutado. Maura presenta su dimisión al rey (pensaba que no la iba a aceptar) y este llama al Partido Liberal para formar gobierno. Provoca un fuerte problema en el sistema del turnismo. A partir de aquí habrá una serie de aspectos relevantes, la primera guerra mundial, la crisis de 1917 y el desastre de Annual. La primera guerra mundial había provocado una situación ventajosa para España, debido a la exportación de productos al exterior y un crecimiento de distintos sectores. Pero, también se produjo un aumento de la inflación, y una caída del poder adquisitivo de los obreros. Así mismo, habrá diferencias muy significativas entre los sectores más cercanos a Alemania, y los que apoyaban a los aliados. La población social y las diferencias, estalla en 1917, con una gran crisis que sufre el sistema, con tres vertientes: militar, política y obrera. En cuanto a la militar, vemos la vuelta al antiguo pretorianismo (influencia del ejército sobre la política interna de un país). Ya había antecedentes en 1905, cuando los militares asaltan en Barcelona las redacciones de los partidos donde se había publicado una caricatura ofensiva, a lo que les dio la razón el propio monarca, y se creó la Ley de Jurisdicciones de 1906. Pero, en este año, 1917 lo que se produce es la creación de las Juntas Militares de Defensa (destaca la de Barcelona), que recogen el descontento, sobre todo de infantería y caballería, reivindicando que en el ejército español solo puede ascender por antigüedad y no por méritos de guerra (ruptura de peninsulares y africanistas). En 1917 estas juntas se extienden a casi todas las guarniciones de la península, enfrentándose al gobierno, quien finalmente tendrá que ceder, por lo que se quiebra la autoridad civil frente a los militares, por tanto, el propio sistema, que quería apartar al ejército de la vida pública. Ante esta situación se cierra el Parlamento y se suprimen las garantías constitucionales, dando lugar a la crisis política. Se crea una asamblea de parlamentarios, de sectores que tienen fuerza en la calle, pero no pueden llegar al poder por el sistema caciquil. Los socialistas, republicanos y reformistas de Melquiades Álvarez, llegan a firmar un gobierno provisional, en el que estarían representados Melquiades Álvarez, Alejandro Lerroux y Pablo Iglesias. El objetivo era abrir las cortes, transformarlos en unas cortes constituyentes, y proclamas una constitución republicana para derrocar a la monarquía. Más tarde se unirá la Lliga Catalanista de Cambó, pero la asamblea será disuelta violentamente en Barcelona, y a pesar de varios intentos, entrará en decadencia, sobre todo, tras la crisis obrera. Esta tercera fase se produce cuando socialistas, republicanos y reformistas llegan a una serie de acuerdos políticos que acabarán dando lugar a una huelga, que puede incluso ser considerada como revolucionaria, con el objetivo de cambiar el sistema. Se hará de manera precipitada, lo que explica que solo tenga importancia en algunos espacios muy industrializados: Madrid, Barcelona, País Vasco y, sobre todo, Asturias. En el último caso, se considera un precedente de la revolución del 34, con antecedentes como la unión entre distintas ideologías, escapan al monte para evitar la represión... Dicha represión también será muy fuerte. Los militares que habían apoyado o provocado un momento de crisis, e incluso habían tenido el apoyo de sectores de izquierda a sus proclamas, vuelven a posiciones conservadoras tras lograr sus reivindicaciones y reprimir a los huelguistas. Al mismo tiempo, se confirma a las Juntas Militares como un organismo que mejora sus condiciones y perdurará hasta el 22. Una de las principales razones que hubo tanto desde los militares, como desde algunos partidos políticos como la Lliga Catalana (burgueses) para no aprobar el cambio de sistema, fue el miedo a la Revolución Rusa, a pesar de que estuviera en sus primeras etapas. Por lo que fracasará este intento regeneracionista. A pesar de todo, el periodo que siguió a estos acontecimientos no fue pacífica, produciéndose un gran desarrollo del movimiento obrero (tanto de socialistas como de anarquistas), que entre 1918-1920 (el llamado Trienio Bolchevique) llevó a cabo un gran número de manifestaciones y huelgas, que a menudo acababan con una fuerte represión. La violencia era algo bastante habitual, tanto de obreros a patrones, como a la inversa. Las agitaciones dieron tanto en el ámbito urbano como rural, aunque las características eran diferentes. Hasta 1923 serán necesarias coaliciones para llegar al gobierno, estas concentraciones son a veces de miembros de un mismo partido, lo que muestra su fragmentación. Habrá una política más de personalismos que de partidos, por ejemplo, datistas, mauristas...). El sistema bipartidista desaparece y empieza a ser pluripartidista, por lo que los partidos tradicionales dejan de atraer a sectores de la izquierda y la derecha. El desastre de Annual se produce en 1921 y será un duro golpe tanto para el ejército como para la credibilidad del sistema. Habrá un rechazo a la presencia española en el norte de África, y al despilfarro de recursos en el mundo militar, además de surgir el debate de las responsabilidades: ejército, gobierno, monarca... aunque nunca se dará de verdad en el parlamento, simplemente se culpa a los militares (esto provoca una unidad entre peninsulares y africanistas, enfrentados con anterioridad, ante el enemigo común que son los políticos). El debate cada vez es más intenso, con una pérdida de terreno de las tesis inpunistas. El partido liberal se acerca a posiciones republicanas, sobre todo en el último gobierno antes de la dictadura, con García Prieta que lleva a cabo una serie de reformas (protectorado civil en vez de militar en Marruecos, reforma de la constitución...), pero en septiembre de 1923 se produce un golpe de estado, por la crisis militar, del sistema, inestabilidad social. Con este golpe no se publica el Informe Picasso (responsabilidades de Annual). El golpe se da en la noche del 12-13 de septiembre, tras un manifiesto en que Miguel Primo de Rivera muestra su "deseo" de acabar con la corrupción del sistema, con la creación de un Directorio Militar en Madrid (él era Capitán General de Barcelona), para acabar con el problema social (movimiento obrero, sobre todo anarquistas), la amenaza separatista (sobre todo el catalanismo) y acabar con el debate sobre las responsabilidades. Así mismo, se sitúa bajo la autoridad del monarca. El gobierno solicita la destitución de los militares, el rey se niega y García Prieto dimite, por lo que Alfonso XIII llama a Primo de Rivera a formar un nuevo gobierno (respaldo al golpe de estado). En principio solo iba a estar 90 días en el poder y lo dejaría tras solucionar los problemas, pero esto no ocurre, ya que intenta perpetuarse en el poder, creando instituciones, algo en lo que influye el contexto autoritario europeo (Italia). Tendrá apoyo de empresarios (miedo a las revueltas, quienes llegar a hacer manifiestos), Iglesia católica, ejército, clases medias y algunos sectores de clases obreras (incluso de algunos que participan en el movimiento obrero, sobre todo socialistas, no son partidarios, pero tampoco opositores). Solo hay un escaso rechazo en las calles de anarquistas y comunistas (reprimido). Entre 1923 y 1925 se desarrolla el Directorio Militar, suprimiendo las garantías constitucionales, disolviendo el congreso y poniendo a nuevos gobernadores militares al frente de cada provincia (máxima autoridad). Primo de Rivera se sitúa al frente del Directorio, junto a los capitanes generales, y en teoría solo tiene por encima al rey. Prometía acabar con el caciquismo, reformas administrativas, descentralización del sistema (luego será muy centralista), promoción del nacionalismo español (rechazo a los periféricos, acabando con la mancomunidad catalana y prohibiendo utilizar banderas o lenguas no nacionales), orden público (se crea el somatén, como milicia para reprimir la agitación social y da a la justicia militar competencias para juzgar delitos políticos, lo que junto al Estado de Guerra, permite acabar con la agitación, no con la desigualdad) y tiene un éxito en Marruecos (desembarco de Alhucemas en 1925 y desde 1927 la zona señalada en los acuerdos para España se ocupa). Desde 1925-30 se desarrolla el Directorio Civil, acogiendo un lema regeneracionista de "menos políticos, más administración", para perpetuarse en el poder. Lama a figuras con competencias administrativas, sin carrera política, por ejemplo, José Calvo Sotelo, y sigue al fascismo italiano creando la Unión Patriótica (partido único), aunque con poca fuerza. En 1927 se crea la Asamblea Nacional Consultiva, de elección corporativa (representantes de localidad, de profesionales, de la Unión Patriótica, elegidos por el gobierno...) y solo puede asesorar. Además, intentan implantar una constitución conservadora que nunca entra en vigor. Se crea la Organización Corporativa Nacional, donde participan patrones y obreros para llegar a acuerdos, donde participa la UGT y contribuye al desarrollo económico, uno de los mayores éxitos de la dictadura (proteccionismo, intervencionismo, obras públicas, desarrollo de infraestructuras, creación de empresas estatales como Telefónica...). Calvo Sotelo también lleva medidas contra el fraude fiscal, y quiere subir los impuestos, pero habrá oposición, por lo que las medidas se financian con la emisión de deuda pública. La oposición de diversos frentes aumenta desde 1928. En la Universidad la FUE tiene un carácter republicano y democrático, con un mayor número de estudiantes, por lo que se cierran muchas universidades y se destituye a profesores. En el curso académico 29-30 el dictador cede y acepta la vida interna de la universidad, lo que sirve para estimular las protestas, ya que se ve como una debilidad de la dictadura. También hay oposición del mundo intelectual (Unamuno, Valle Inclán, Pérez de Ayala...). Algunos militares, como el militar Weyler, con algunos intentos de derrocarlo, sobre todo de los artilleros, por ejemplo, Fernández Ladreda, alcalde de Oviedo, a quien destituye y se tiene que exiliar, pero no serán muy fuertes. También de partidos y sindicatos (PCE, CNT, republicanos, nacionalistas periféricos, incluso conservadores como José Sánchez Guerra apoyado por Ignacio Venero). La UGT y el PSOE tardan en ser opositores, y mayoritariamente colaboran en los Comités de la Dictadura, solo cambian en 1929. En paralelo, hay una crisis económica desde 1929 que cuestiona aún más al dictador, quien aumenta la represión y empeora su imagen. Algunos de sus colaboradores dimiten (Calvo Sotelo), y tras una consulta percibe que incluso ha perdido el apoyo de los militares, por lo que decide dimitir el 28 de enero de 1930. Los problemas políticos, sociales y económicos que había aplazado la dictadura vuelven a surgir con más fuerza. El rey encarga la formación de gobierno al general Dámaso Berenguer, para disolver la política de la dictadura y volver al viejo sistema, Ortega y Gasset lo denominó como "el error Berenguer". Será sustituido por el almirante Aznar, que recupera a algunos antiguos políticos, como Juan de la Cierva, pero los antiguos partidos están en un segundo plano, con más fuerza del nuevo republicanismo, que tiene algunas figuras destacadas (Manuel Azaña), fuerzas regionales (Galicia, Cataluña...) e incluso un republicanismo de derechas (Niceto Alcalá Zamora). Todos participan en las actividades conspirativas de la fase final de la monarquía, unié

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