Psicología Evolutiva: Cambios a lo largo de la Vida

La rama de la psicología que estudia cómo cambian los individuos a lo largo de su vida en áreas biológicas, cognitivas, emocionales y sociales, identificando las diferencias entre las personas.

Ciencia que estudia la conducta y los procesos mentales de las personas.

Los cambios que ocurren en las personas a lo largo de su vida en las áreas biológica, cognitiva, emocional y social.

Siglo XIX, con el desarrollo de la psicología como disciplina formal.

El desarrollo de la psicología evolutiva ha sido impulsado por la contribución de diversos autores que han realizado análisis sobre la disciplina.

Los cambios en el individuo en las áreas biológica-motora, cognitiva, emocional y social.

El enfoque que estudia la salud mental de las personas.

La rama de la psicología que explora el aprendizaje y el desarrollo en contextos educativos.

Estudia cómo el entorno social influye en el comportamiento y la cognición de las personas.

Se centra en el estudio de las relaciones entre el individuo y el trabajo, incluyendo la motivación, el estrés y la productividad.

La idea de que el desarrollo humano es un proceso continuo, donde los cambios ocurren gradualmente y de forma acumulativa.

La teoría que sostiene que el desarrollo humano se produce mediante saltos cualitativos, donde aparecen nuevas habilidades y capacidades en diferentes etapas de la vida.

La teoría que afirma que los genes y el entorno interactúan para determinar el desarrollo humano.

El debate acerca de cuál factor, la herencia genética o el entorno, tiene un impacto mayor en el desarrollo humano.

Las primeras cuatro semanas de vida de un bebé, un periodo de transición entre la vida intrauterina y la independencia.

La capacidad de un bebé para mover su cuerpo de manera intencionada y precisa, que se desarrolla gradualmente.

Principio del desarrollo que establece que el control muscular comienza desde la cabeza hacia los pies.

Principio del desarrollo que establece que el control muscular comienza desde el centro del cuerpo hacia las extremidades.

Se refiere al control muscular del cuerpo, desde los movimientos de la cabeza hasta la capacidad de caminar.

La capacidad de coordinar la vista con el movimiento de las manos.

Un tipo de agarre que implica el uso del pulgar y el índice para sujetar objetos pequeños.

El fuerte vínculo emocional que se desarrolla entre el bebé y su cuidador principal.

El conjunto de pensamientos, sentimientos y comportamientos que perduran en el tiempo y distinguen a un individuo de otro.

La capacidad de regular las emociones y controlar los impulsos. Se desarrolla durante la adultez, pero también puede llevar a una rigidez mental.

Cambios físicos que se producen en la adultez, como la disminución de la fuerza y el rendimiento físico.

Cambios en el pensamiento que ocurren durante la adultez, como la capacidad de analizar información y tomar decisiones más complejas.

Eventos importantes que marcan la vida adulta, como la formación profesional, la pareja y la crianza de los hijos.

La personalidad es una organización única y dinámica de las características físicas y psicológicas de una persona que influyen en su conducta y en sus respuestas frente al entorno.

Es el conjunto de características innatas que determinan la reactividad y la capacidad de respuesta a los estímulos.

La convicción de que el comportamiento de las personas responde a patrones estables que dirigen nuestras acciones.

Tener un sistema de apoyo sólido puede mejorar los resultados de salud y ayudar a los individuos a manejar mejor el estrés asociado a su enfermedad.

Las personas conscientes suelen ser organizadas, responsables y capaces de autodisciplina. Estas características pueden ser útiles en el manejo de una enfermedad crónica, ya que pueden ayudar a los individuos a seguir sus planes de tratamiento, a tomar sus medicamentos a tiempo y a hacer cambios de estilo de vida saludables si es necesario.

Entender la personalidad puede ayudar a los profesionales de la salud a adaptar sus estrategias de cuidado y apoyo a las necesidades individuales de cada paciente.

La psicología del desarrollo y de la personalidad juega un papel crucial en la comunicación efectiva en el cuidado de la salud. Entender la etapa de desarrollo y la personalidad de un paciente puede ayudar a personalizar las estrategias de comunicación para garantizar una comprensión clara y un compromiso efectivo.

Niños y adolescentes pueden necesitar explicaciones más sencillas y concretas con un lenguaje apropiado para su edad. Utilizar metáforas y dibujos puede ser útil. Además, es importante involucrar a los padres o tutores en las conversaciones.

Los adultos jóvenes pueden ser más capaces de comprender información compleja, pero pueden necesitar apoyo para manejar el estrés y la ansiedad que puede acompañar a las enfermedades graves.

Los adultos mayores pueden tener dificultades con la memoria y la comprensión, y pueden beneficiarse de la repetición de la información y de tener la información escrita.

La personalidad de un paciente puede influir en cómo prefiere recibir y procesar la información. Los pacientes introvertidos pueden preferir recibir información por escrito o por correo electrónico para procesarla en su propio tiempo y espacio. Los pacientes extrovertidos pueden preferir una comunicación más directa y personal. Pueden apreciar las discusiones en persona y la oportunidad de hacer preguntas.

En este periodo, el niño aprende a controlar sus movimientos, a utilizar símbolos para representar objetos y a comunicarse de manera más efectiva.

Aprender a utilizar la escalera, construir torres de cubos y tirar y recoger la pelota son ejemplos de los logros motores del niño en esta etapa.

El niño de 2 a 3 años aprende a pedalear, subir escaleras alternando los pies y a vestirse y desvestirse de forma independiente.

Un gran cambio en el niño de 1 a 3 años es la capacidad de usar símbolos, como palabras o gestos, para representar objetos o ideas.

El niño comienza a comprender su cuerpo, sus límites y sus capacidades, lo que le permite moverse con más seguridad y control

El lenguaje se convierte en una herramienta vital para el niño, permitiéndole comunicarse sus necesidades, expresar sus emociones y comprender el mundo que le rodea.

La capacidad de controlar los esfínteres se desarrolla durante esta etapa, lo que permite al niño adquirir mayor autonomía e independencia.

A través de la interacción con su entorno, el niño de 1 a 3 años desarrolla habilidades sociales y emocionales cada vez más complejas, lo que le permite establecer vínculos y relaciones con otros.