Unidad 9. El surgimiento de la teoría celular PDF
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Este capítulo describe el surgimiento de la teoría celular, explorando su base en la historia del pensamiento y la observación. Argumenta que su desarrollo no está exclusivamente ligado al avance tecnológico del microscopio, sino a una búsqueda de principios organizativos en los seres vivos. Profundiza en las contribuciones de importantes pensadores y científicos, como Linneo y Buffon, en la concepción de que toda vida comparte un elemento fundamental, como el humus o las moléculas orgánicas.
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# Capítulo 9 ## EL SURGIMIENTO DE LA TEORÍA CELULAR El primer paradigma, que sentará sin duda alguna las bases para constituir a la biología como una ciencia, es la teoría celular, la cual es una gran generalización, que llega para satisfacer una búsqueda de mucho tiempo en la historia del pensami...
# Capítulo 9 ## EL SURGIMIENTO DE LA TEORÍA CELULAR El primer paradigma, que sentará sin duda alguna las bases para constituir a la biología como una ciencia, es la teoría celular, la cual es una gran generalización, que llega para satisfacer una búsqueda de mucho tiempo en la historia del pensamiento humano: la referente a encontrar cuál es la parte más pequeña que constituye a los seres vivientes, el común denominador, esto es, la unidad que caracteriza a los seres vivos, el principio o la unidad fundamental para la organización y funcionamiento del cuerpo y en última instancia, de la vida. En la historia del pensamiento, nos encontramos con la persistencia de un pequeño número de nociones o temas fundamentales. Esto sucede con la idea de encontrar este factor mínimo, lo cual está presente en la mente humana en todo lo que hemos denominado etapa precientífica, en la cual se busca comprender lo que determina la organización y la operación corporal. No obstante, en toda esta etapa previa al siglo XIX, se tienen visiones basadas fundamentalmente en conceptos de carácter filosófico y en correlaciones empíricas directas. No hay una construcción conceptual enmarcada en una estructura científica (tal como se ha establecido en el capítulo 1). Así, tenemos que aparecerá la teoría celular con el propósito de satisfacer una expectativa ya existente, pero incoherente, que se expresa de diferentes modos (como la inquietud de un niño que busca una explicación de lo que ve, pero no entiende). De esta manera el concepto de célula y con él la teoría celular, tomarán en la biología el lugar de lo que fue _arjé_, el elemento o del átomo en los presocráticos, los humores y su equilibrio con Hipócrates, la formación y transustanciación de los _pneumas_ en Galeno, el _liquor vitae_ en el medioevo, la sangre y su movimiento circular en Harvey, los espíritus animales en Descartes, el _humus_ para Linneo, la fibra para Haller, las moléculas orgánicas para Buffon, las partes propias de Maupertuis o los infusorios para Oken; entendidos, cada uno de ellos, como los factores que le dan razón a la vida (lo que cada quien entendía por vida en su momento) y que explican el funcionamiento del cuerpo. Así, la teoría celular tiene una base racional para su construcción y no se deriva estrictamente hablando de la observación y la experimentación. De modo tradicional, existe la tendencia a creer que la teoría celular se relaciona de manera directa con la invención del microscopio y con las observaciones de él derivadas, no obstante, esta clásica vía de interpretación resulta fácilmente cuestionable y no resiste la prueba de reflexión. Evidentemente, el microscopio y la observación de las células y su estructura tendrán una participación importante en la comprensión de lo que es la célula y su significado en biología, sin embargo, esto no significa que la compilación de las observaciones y descripciones de ellas haya conducido a la generación del concepto de célula; decir esto queda enmarcado en la orientación filosófica de este texto y aún siendo una afirmación que pudiera parecer desconcertante para algunos, podemos probarla plenamente, tal como se hará a continuación. ## Las cosas son algo más que las palabras que las designan 1665 es la fecha que desde la enseñanza elemental se relaciona con el descubrimiento de la célula. En efecto, fue en ese año, cuando Robert Hooke realizó un delgadísimo corte en un pedazo de corcho, que al ser observado al microscopio, le llevó a ver por vez primera una estructura tabicada que en su imaginación comparó con la de un panal de abejas. Ante esta observación, Hooke acuña el término célula, por derivación de la palabra celdilla, pensando precisamente en las cavidades llenas de cera de los panales de estos insectos. No obstante, en torno a esta observación magistral se ha construido todo un mito, pues Hooke carecía de un genuino interés por los problemas referentes a la organización y conocimiento del cuerpo. Robert Hooke (1635 a 1703), era un arquitecto del que se conocen grandes obras tal como, el edificio que albergaba a la Royal Society¹, y su preocupación fundamental era la resistencia de los materiales. Le preocupaba de sobremanera el problema de la elasticidad de los cuerpos (habría que recordar la famosa ley de Hooke, uno de los fundamentos de la estática, que dice que las deformaciones que experimenta un cuerpo dentro de su límite de elasticidad, son directamente proporcionales a las fuerzas que las producen) y el entender el porqué de las cualidades de materiales que pudieran utilizarse en la construcción; su enfoque no resultaba definitivamente naturalístico, no era por supuesto un enfoque biológico. Hooke, armado con el microscopio recientemente descubierto por los hermanos Jansen en 1590, se dedicaba a observar todo aquello que caía en sus manos, a estudiar con detenimiento las características de pequeños objetos de los cuales realizó espléndidos dibujos plasmados en su obra *Micrographie*. Su interés no era conocer la estructura más íntima de la vida, la palabra acuñada por él, desaparece en el tiempo inmediato y no será redescubierta hasta cerca de un siglo después (1792 y 1793) por Stefano G. Gallini y Jakob Fidelis Ackermann (1793). Paralelamente a Hooke, hubo otros individuos preocupados por conocer todo aquello que develaba ante nuestros ojos el nuevo descubrimiento, el instrumento óptico llamado microscopio. Marcelo Malpighi y Nehmiah Grew-en-1671, cada quien por separado, se dedicaron a estudiar la estructura de los órganos vegetales, y ahí encontraron formaciones que denominaron _utrículos_ o _vesículas_, diferentes denominaciones para aquello que Hooke llamó células. En otra línea de acción, pero por aquellos mismos años, Anton Van Leeuwenhoeck de Delft, un tallador de lentes holandés, diseñó un tipo diferente de microscopio, un microscopio de mano, con el cual descubrió a los seres unicelulares de vida libre, bacterias, protozoarios e inclusive a los espermatozoides, a los cuales llamó _animálculos_, junto con los demás organismos microscópicos. La observación, debiéramos llamada descubrimiento, de Leeuwenhoeck se enmarca más bien en el camino del problema de la generación de los seres, y abre el debate de la generación espontánea a nivel microscópico, más no el de la unidad de lo viviente Las observaciones y descripciones de Malpighi y Grew se ubican en el campo de la organografia, de la descripción morfológica, pero de ninguna manera llegan a la generalización conceptual de la célula como unidad. Así pues, el haber tenido frente a sus ojos la estructura celular no conduce de algún modo a la aparición de este concepto; será hasta 1838 con el trabajo de Schleiden y Schwann, en que aparece el concepto de célula, y en estos 173 años, son múltiples las contribuciones realizadas, en el campo de lo descriptivo, al conocimiento de la ultraestructura de los tejidos, de los órganos, sin que esto llegue a generar el impacto teórico que en el siglo XIX tendrá la primera gran generalización en lo que será la biología como ciencia, la teoría celular. ## El surgimiento de la Teoría Celular En esos 173 años, entre Hooke y Schleiden y Schwann, hay dos vertientes diferentes de trabajo de los interesados en el conocimiento del cuerpo, que solo confluirán hasta la etapa marcada por la publicación del *Beiträge zur phytogenesis* (la fitogénesis) de Schleiden en el siglo XIX; una de ellas que conduce a la acumulación de información descriptiva, morfológica, pero sin alguna explicación teórica y la otra, en donde distintos naturalistas y pensadores, que realizaron importantes contribuciones al conocimiento biológico en diversos campos, reflexionan y buscan cuál es el común denominador de todos los seres vivos, cuál es la mínima expresión irreductible-en-todos ellos. No es pues, por el camino de la acumulación de la información visual, que se llega a esta conceptualización, sino más bien es por otra vía donde debemos encontrar la clave de lo que fue el surgimiento de este primer paradigma biológico. ## La búsqueda de un común denominador en los tiempos modernos Carlos Linneo, creador del sistema binomial para la clasificación de los seres vivos, centra, sin proponérselo, la atención en el problema de la unidad de lo viviente en su obra *Voyage en vestrogothie* escrita en 1749, dice: "Cuando las plantas y los animales se pudren pasan a ser humus, el humus acto seguido deviene en alimento de las plantas que están sembradas y arraigadas. De esta manera, la encina más poderosa y la más vil ortiga están hechas de los mismos elementos, es decir, de las partículas más finas del humus por la naturaleza o por una piedra filosofal que el creador ha depositado en cada semilla para cambiar y transformar el humus según la especie propia de la planta"². Una planta se construye a partir del mismo material que cualquier otra, una enorme encina o una minúscula ortiga se forman de un componente igual, el cual regresa al suelo cuando se da la descomposición del organismo completo: el humus. Todo está hecho de humus, una sustancia fundamental; extendiendo su pensamiento se concluye que el animal al comer una planta, absorbe el mismo material y a partir de él constituye su cuerpo. Ésta es una concepción intuitiva, Linneo no es alguien preocupado por la estructura, ni la morfología y la función, sino por la descripción de la diversidad de los seres vivientes, pero en su intento sistematizador, trata de encontrar este elemento común a todos los seres que genialmente ha clasificado. Más adelante, pero en esta misma época, dos personajes tratarán esta preocupación, pero con mayor precisión, Buffon en Francia y Haller en Alemania. George Louis Leclerq, conde de Buffon reconocido por sus contribuciones en distintos campos del estudio de la naturaleza, y que podría considerársele como el naturalista más completo de su época y cercano a lo que sería un biólogo³, también se preocupó por esta organización mínima de los vivientes. Para Buffon, todos los seres se encuentran constituidos por moléculas orgánicas, aunque para él es diferente el concepto de molécula orgánica al sentido que nos da la química o la bioquímica actuales. Las moléculas orgánicas son este constituyente fundamental de la corporeidad, analogable al humus que plantea Linneo, pero con él encontramos una visión más acorde a lo que es en realidad la estructura de los seres vivientes. Buffon plantea que las moléculas orgánicas forman al cuerpo, el cual se construye sobre la base de un patrón de organización, y esta idea, la idea del patrón de organización, va a ser determinante para abrir paso a lo que un siglo después, en el siglo XIX, será el concepto paradigmático de célula. Para Buffon, las moléculas orgánicas se organizan para formar el cuerpo de acuerdo a un molde interior, un molde que definirá la forma en cómo las moléculas orgánicas se adosarán por atracción para generar la estructura corporal, de acuerdo a una especie de ley de constancia morfológica. Pero ¿Qué es un molde interior?, este es un término derivado de la paleontología, que implica la entrada del material mineral en la parte que se va a fosilizar antes de que se disuelva; como ejemplo se encuentra la formación de las conchas fósiles, que conservan los detalles de la estructura del animal viviente; otra analogía que podríamos hacer para responder a esta pregunta es la referente al crecimiento de las conchas de los moluscos. ¿Cómo es que crece una concha?, no crece por extensión o elongación de las partes carnosas que componen el cuerpo del animal, sino por "acreción" esto es por deposición constante de material sílico-calcáreo donde por medio de una progresión de anillos concéntricos, va formándose la estructura de la concha de una almeja o caracol, de acuerdo a un plan definido por la estructura inicial que en su crecimiento, va incorporando más y más material de acuerdo al molde original a un molde interior. Esta visión, trasladada a todos los demás seres vivientes, forma parte de la concepción que describe cómo se da el crecimiento, la estructuración, en última instancia es la explicación que da el conde de Buffon a la morfogénesis de los animales. Así, escribe: "Los animales y las plantas que se pueden multiplicar y reproducir por todas sus partes, son los cuerpos organizados compuestos de otros cuerpos orgánicos semejantes, en los que a primera vista discernimos la cantidad acumulada, pero en los cuales no podemos percibir las partes primitivas más que por el razonamiento"⁵. Para Buffon, hay una cantidad infinita de partes orgánicas vivientes en que la sustancia es la misma que en la de los demás cuerpos organizados; estas partes orgánicas serían comunes a los animales y los vegetales, primitivas e incompatibles, por eso afirma que: "De la misma manera que nosotros podemos hacer moldes con los cuales damos al exterior de nuestros cuerpos el aspecto que nos gusta, supongamos que la naturaleza puede hacer moldes con los cuales no sólo da la forma exterior, sino la forma interior"⁶. Idea que luego complementa: "El cuerpo del animal es una especie de molde interior, en el cual la materia que sirve para su crecimiento se modela y asimila por completo, nos parece pues cierto que el cuerpo del animal o del vegetal es un molde interior que tiene una forma constante, pero en la cual la masa y el volumen pueden aumentar proporcionalmente y que el crecimiento, si se quiere, el desarrollo del animal o del vegetal no se hace más que por la extensión de este molde en todas sus dimensiones exteriores e interiores; que esta extensión se hace por la intususcepción de una materia accesoria y extraña que penetra en el interior, que de bien es semejante a la forma e idéntica con la materia del molde"⁷. Así, para Buffon debe existir una regla que defina la manera en cómo se organiza el cuerpo, el cual está constituido de partículas elementales. De igual modo que Buffon, otro gran sabio francés, Maupertuis, introduce la idea de las partículas mínimas, como constituyentes comunes a todos los seres vivos. Su enfoque parte del estudio de la formación del feto desde la idea preformista, donde sostiene que líquido seminal de cada especie animal contiene una inmensa multitud de partes propias que sirven para formar mediante su ensamblaje, animales de la misma especie. El líquido seminal de cada individuo posee en esas partes, lo necesario para formar trazos semejantes a los de este individuo, y éstas son las que se encuentran en mayor número y tienen más afinidad. Como dijera Canguilhem, cada parte del animal proporcionará sus gérmenes, por lo que la semilla del animal contendría un resumen del animal⁸. Maupertuis y Buffon, introducen en el campo del conocimiento de la vida la idea de la discontinuidad. Si analizamos su lenguaje, utilizan términos derivados de la física como el de afinidad, lo cual refleja una clara influencia de la mecánica de Newton; podría decirse que el concepto de las moléculas orgánicas de Buffon o de las partes propias de Maupertuis obedecen a esta idea clásica de la discontinuidad newtoniana. La afinidad es un término físico que rebela con claridad la influencia del creador de las leyes del movimiento en ambos naturalistas, siendo mayor en el caso de Buffon quien en 1740 tradujo y prologó el *Tratado de las fluxiones*. Por ello, hay quien afirma que Buffon pretendió ser el Newton de Francia. ## Historia del microscopio En torno a la historia del microscopio, se han dado muchas versiones inexactas, que generan gran confusión. Se dice que la invención del microscopio data de 1624, y se le atribuye a Jean Faber, no obstante, hay quienes afirman que Galileo Galilei en 1610 había realizado observaciones de imágenes amplificadas de los ojos de los insectos con la ayuda de lo que llamaba su vidrio óptico, esto es una lupa y también se ha escrito que Kepler en 1611, tuvo idea de cómo hacer un microscopio compuesto. Por otra parte, se afirma que Roger Bacon en 1276, sugirió el uso de lentes convergentes para realizar observaciones microscópicas, aunque esto no se llevó a la práctica. El microscopio compuesto formado por un tubo con dos lentes, el objetivo y el ocular, fue construido desde finales del siglo XVI, en 1590 por dos fabricantes holandeses, Hans Janssen y su hijo Zacharias Janssen, no obstante se prefirieron los microscopios simples. La aplicación sistemática del nuevo instrumento al estudio de las plantas y los animales, se hizo por primera vez por los miembros de la Academia dei Lincei (la primera sociedad científica, fundada en Roma durante 1590), para descubrir los secretos de la naturaleza que era su objetivo (la academia eligió al lince, como emblema por su mirada penetrante). Galileo era parte de esta Academia y también construyó microscopios compuestos. En 1630, Francesco Stelluti dibujó los órganos de la abeja observados al microscopio. No obstante, los primeros aparatos fueron microscopios simples, lupas cuya lente poseía un gran poder amplificador. En 1637, Descartes fabricó un microscopio simple con un reflector metálico cóncavo que iluminaba el objeto y una lente plano convexa, además de haber diseñado otros modelos. Notable fue la labor de Anton Van Leeuwenhoeck quien utililizando un microscopio extremadamente simple, realizó observaciones portentosas. El instrumento de Leeuwenhoeck consistía de una pequeña lente (1.5 mm de diámetro) perfectamente pulida por él, que integraba a un armazón metálico, a manera de una minúscula lupa, con lo cual podía observar contra la luz del sol. Con ellos, llegó a obtener hasta una amplificación de 250 X, lo cual le permitió el descubrimiento de los microorganismos, los espermatozoides (que en realidad descubrió el estudiante Luis de Hamm) e inclusive de los glóbulos rojos en la cola de un pez, sus primeras comunicaciones a la Royal Society se efectuaron en 1673. En esta lógica podemos entender la asimilación que se hace entre luz y sustancia viviente en el pensamiento de Buffon, quien preocupado por la naturaleza de la luz admite la realidad material corpuscular de ella, diciendo que las más pequeñas moléculas de materia, los más pequeños átomos que nosotros conocemos, corresponden a los de la luz. Ésta, aunque dotada de una cualidad totalmente opuesta a la pesadez es decir, de una volatilidad que uno cree le es esencial, se encuentra no obstante presente como cualquier otra materia, puesto que resiste todas las veces que pasa cerca de los demás cuerpos y se encuentra cerca de su esfera de atracción. Esta analogía de la luz con la sustancia misma de la vida, estará presente en toda la argumentación que efectuó el gran sabio de Montpelier respecto a la estructura intima de los vivientes¹⁰. ## El ambiente intelectual de Alemania y las condiciones para el surgimiento de la zellentheorie: La contribución de Lorenz Oken En la perspectiva anterior, resulta claro que la influencia de Haller haya sido tan grande, pues acopló una serie de conceptos que pudieron arraigarse con facilidad en su época. Además, en Alemania se desarrollará una escuela de pensamiento que tendrá paralelamente la influencia tanto de las ideas de Kant y su llamada filosofía crítica, como de la filosofía de la naturaleza representada por Fichte, Schelling y Goethe. La filosofía de la naturaleza ejercerá un efecto directo en Lorenz Oken (1779 a 1851), hombre joven y talentoso quien como profesor en la Universidad de Jena, concibirá la versión antecedente (pudiéramos decir más primitiva) de lo que será posteriormente la teoría celular. Anticipación, más no definición precisa, es lo que caracterizaría el concepto de Lorenz Oken con respecto a la célula. Como profesor en Jena, Oken también pertenece a la escuela romántica fundada por Schelling; sus especulaciones ejercieron una enorme influencia entre médicos y naturalistas alemanes de esta primera mitad del siglo XIX. La filiación de los creadores de la teoría celular, Schleiden y Schwann está claramente marcada por este personaje sumamente interesante; no hay que olvidar que Schleiden fue profesor en Jena, donde Oken dejó marcada su huella y que al mismo tiempo Schwann fue discípulo de Johannes Müller (1801 a 1858), quien fuera catedrático en Berlin y, genial fisiólogo claramente influenciado por el pensamiento de Schelling y Goethe, y en gran coincidencia con Oken. Por todo ello, Singer afirma que Oken dejó sembrado el pensamiento de los autores, a los que se les considera en su lugar como los fundadores de la teoría celular. Oken busca el _arquetipo_, esto es, la forma generalizada que refleja el plan básico de la naturaleza y clave para entender a los organismos vivos, influenciado por la filosofía del romanticismo, la cual tiene una clara influencia de Kant, quien busca una ciencia natural especulativa. Con una visión apriorística de la naturaleza, Oken se da a la tarea de encontrar la unidad en la diversidad; él junto con Goethe, realiza las más importantes contribuciones de la _naturalphilosophie_ a la comprensión y conocimiento de la vida. Wolfang Goethe plantea el problema del origen del orden en la naturaleza en general, y en los seres vivos en particular, en algo que desde mi particular punto de vista, implica una recurrencia a la visión naturalista de la filosofía griega en los tiempos presocráticos. Tanto Oken como Goethe, en el marco de esta influencia romántica, pretenden encontrar leyes universales que expliquen el funcionamiento del mundo. Para Goethe, resulta de sumo interés comprender cuál es el plan fundamental de organización del cuerpo de los seres vivientes, de hecho crea el término _morfología_. La observación de los protozoarios de vida libre, fue con seguridad uno de los elementos que influyeron decisivamente en la visión que tendrá Oken en cuanto a la organización corpural y de lo que sería la célula. _Vortichella_ descubierta en 1677, _Paramecium_ en 1702 y la _amiba_ en 1755, son ejemplos de células con presencia individual; son individuos completos con una vida propia, son un cuerpo en sí mismos al ser una célula y como hemos comentado en otras partes, en aquellas épocas se utilizaba el término _infusorio_ para designar a todo animal unicelular. Cuando Oken utiliza el término infusorio para referirse a la célula, supone que el cuerpo se encuentra formado por un conjunto de pequeños organismos, de pequeñas individualidades. El cuerpo en su conjunto, estaría formado por infusorios que pierden su individualidad en favor de una unidad superior, donde cada entidad se pone al servicio de la totalidad. En su obra *Die zeugung* (La generación) de 1805, Oken plantea su genial teoría _infusorial_ donde sostiene que el cuerpo está constituido por una sustancia primigenia que es un fluido mucoide que llama _urschleim_, el cual se subdivide en pequeños infusorios individuales. ¿Por qué entonces si Oken es tan claro al respecto, no se afirma que él descubre la teoría celular?, simple y sencillamente porque no es lo mismo decir que el cuerpo se compone de células, a pensar que el cuerpo se descompone en células. La observación de protistas unicelulares tales como _Chlamydomonas_ y su comparación con la estructura de una colonia como _Volvox_ (la cual pareciera estar constituida por la agregación de muchos individuos, produciendo la imagen de ser un conjunto de _Chlamydomonas_ que pudiera descomponer-se en sus individuos constituyentes), es un ejemplo que ilustraría la concepción de Oken. El cuerpo está constituido por un conjunto de individuos que pierden su individualidad en aras a la comunidad, cada una ya no funciona por sí misma, está en función de este todo, como ocurre en la colonia volvocida. Cuando los autores de las historias clásicas de la ciencia biológica, plantean a Oken como fundador de la teoría celular, citen diferentes textos de este autor, además de leerlos con perspectivas distintas cuando se refieren al mismo pasaje. En las importantes obras de Charles Singer y Emilie Guyénot se cita un pasaje de *Die zeugung* que dice lo siguiente: "Todos los seres orgánicos se originan de _vesículas_ o _células_ y están formados por las mismas. Estos elementos, cuando están aislados y se consideran en un proceso original de producción, corresponden a la masa _infusorial_ o _urschleim_, de la cual se forman o se desarrollan todos los organismos mayores. Su producción no es nada más por lo tanto, que una regular aglomeración de _infusoria_, que no son, naturalmente de especies avanzadas o perfectas, sino _vesículas_ mucosas que, uniéndose o combinándose, pasan a construir especies particulares". Tal pareciera que nos encontramos ante el enunciado de la teoría celular, sin embargo, no es así, pues estas células son según Oken, derivadas de "la mucosa primitiva" y los organismos mayores se formarían a partir de esta masa _infusorial_. De tal modo que los _infusoos_ son los _urtriere_, o sea los animales primordiales. Hay pues una mala interpretación de los textos originales de Oken, que es clarificada en el análisis que Kein realiza. De acuerdo con Klein, debemos apreciar que en la concepción de Oken, la formación de los _infusoos_ no ocurre por una reproducción y desarrollo posterior a partir de huevos, sino que es una liberación de los lazos que unen a los constituyentes de animales mayores, "una disociación del animal en sus animales constituyentes". La carne toda, se descompone en _infusoos_, si invirtiéramos este enunciado y dijéramos que los animales superiores deben componerse de animales constitutivos, tendríamos la teoría celular, pero no, al revés. Como lo señala Canguilhem, "la idea de la composición de los organismos a partir de los vivientes elementales, aparece como un razonamiento de manera inversa "la idea inicial es que el elemento es el resultado de la liberación, el todo domina a la parte" ¹⁸. Canguilhem resalta el valor del análisis de Klein, que interpreta de la manera más adecuada a Oken, basándose en la siguiente cita de *Die zeugung*: "La asociación de animales primitivos bajo la forma de carne no debe ser concebida como un enlace mecánico de un animal a otro, como un montón de arena en el cual no hay tai asociación que la promiscuidad de numerosos granos. No. Del mismo modo que el oxígeno y el hidrógeno desaparecen en el agua, el mercurio y el azufre en el cinabrio, se produce una verdadera interpretación, un entrelazamiento y urcación de todos los animálculos, no llevarán más vida propia a partir de ese momento, son puestos al servicio del organismo más elevado, trabajan en vista a una función única y común, o bien efectúan esta función realizándose ellos mismos, en este caso alguna individualidad no es ahorrada, es simplemente arruinada, pero éste es un lenguaje impropio, las individualidades reunidas forman otra individualidad, aquellas son destruidas y ésta no aparece más que por la destrucción de aquellas". Así pues, en esta visión de Oken, "el organismo no es una suma de realidades biológicas elementales" a diferencia de lo pensado por Linneo, Maupertuis. Buffon o Haller, sino "es una realidad de orden superior en la que los elementos son negados como tales". En la concepción de Oken, el organismo representa una imagen de la sociedad, esta sociedad no concebida como la asociación de individuos tal como lo entendía la filosofía política del iluminismo alemán (Aufklärung), sino la comunidad como la concibe la filosofía del romanticismo. En la primera versión, la de Singer y Guyénot, la de las historiografías tradicionales de la ciencia, hay una línea directa, una relación de continuidad entre Oken y Buffon que puede apreciarse en las coincidencias del lenguaje que utilizan, donde se muestra que plantean la misma idea: los organismos completos y complejos son una conglomeración de unidades vivientes extremadamente sencillas. En la segunda versión, la de Klein retomada por Canguilhem, la situación es inversa, el todo no es la suma de las partes; el organismo no es un conglomerado, se encuentra constituido por entidades mínimas, pero es algo más. Lo fundamental son las propiedades del conjunto y no las de los elementos que lo forman. No es lo mismo decir que un ser vivo está compuesto de células a decir que se descompone en células. La virtud de Oken, no consiste en haber creado el concepto de célula en los términos que lo entiende la teoría celular, sino más bien una genial anticipación en términos de la imaginación creadora, que abonó el camino para formularla poco tiempo después. ## Leibniz: otra influencia filosófica en Oken La observación de los espermatozoides -conocidos como animálculos- bajo los microscopios creados por Leeuwenhoeck, condujo a que el filósofo alemán G.W. Leibniz pensara en magnitudes infinitamente pequeñas. Llegó a pensar que estos _arimálitos_ diminutos existían en todas partes y que en cada grumo de materia había muchísimos de ellos; algunos de los cuales llegaban a crecer hasta convertirse en animales grandes, en tanto que otros permanecia por siempre en estado invisible. Esta noción, también la consideró Oken, quién afirmó que toda la vida del mar proviene del plasma primitivo, que al principio tomó la forma de esférulas, que son los _infusorios_, de los cuales está hecha la sustancia viviente, pues las plantas y animales no son más que _infusorios_ transformados. En esta visión, los _infusorios se asemejan_ a las _mónadas_ de Leibniz, esto es, los elementos mínimos de los que consta cada sustancia, de manera que la sustancia viviente se encuentra formada por elementos vivientes, y esta cuestión no debe ser despreciada como una de las fuentes de la teoría celular¹⁹. ## Leibniz y las mónadas El concepto central de la filosofía de Lelbniz, es el de las mónadas. Para él la realidad entera es un conjunto de mónadas, entendidas como substancias psíquicas y dinámicas; especie de puntos inmateriales, individuales, indivisibles, simples, y sin comunicación con el exterior ("no tienen ventanas"). El hombre, por ejemplo, está compuesto de una mónada central, que es su yo, y una infinidad de mónadas inferiores, que constituyen su cuerpo. Hay mónadas de cuatro clases. Las inferiores tienen percepciones, pero no apercepciones, es decir, no se dan cuenta de sus propias percepciones; constituyen los seres materiales e insensibles. En un nivel superior están las mónadas con alma, es decir, tienen apercepciones, se dan cuenta de sus propios conocimientos. En un tercer nivel están los espíritus o mónadas que captan las verdades de razón; tal es el caso del yo humano. Por fin, en cuarto lugar está Dios, Mónada perfecta, Creador del Universo, que tiene la apercepción de todo lo percibible. Acerca de la intercomunicación de las substancias Leibniz sostiene que las mónadas no tienen ventanas, por ello, no hay tal comunicación. Aunque en el interior de cada mónada se desarrolla el conocimiento de todo lo que sucede a su alrededor, pero sin la influencia de esos mismos acontecimientos, sino de una manera a priori, muy de acuerdo con sus teorías del innatismo virtual y del determinismo racionalista. En cada mónada, el pasado está incluido en el presente, el cual, a su vez, es un antecedente del futuro. A partir de aquí se comprende la necesidad de la armonía preestablecida. Puesto que en cada mónada, de acuerdo con su esencia singular, está, en forma virtual, lo que le va a acontecer en el tiempo, y lo que va a conocer y a apetecer. Todo esto se va a desarrollar gradualmente, en concordancia con el desarrollo peculiar de cada una de las demás mónadas. Por esto, sin necesidad de ventanas, todo el Universo marcha armónicamente. Así, esta teoría monadológica de la vida, debe considerarse corono otro elemento heurístico que preparó las condiciones intelectuales propicias para el desarrollo de la teoría celular. ## Dutrochet, un caso mas de anticipación conceptual En 1812, siete años despues de la publicación de *Die zeugung*, J.J.P Moldenhawer coincidiendo con D.H.F. Link y L.C. Treviranus escribe: "Pero la maceración, cuando se la utiliza con la debida precaución, fragmenta también la sustancia celular en _utrículos_ separados, cerrados en sí mismos... (la sustancia celular) se disgrega tarde o temprano, según la firmeza de su conexión, en _utrículos_ cerrados simples, que no ofrecen señal alguna de erosión, la cual, sin duda, aparecería bajo forma de rasgaduras irregulares en las paredes si se hubiese producido la ruptura violenta del tejido"²⁰. Luego de ello, en 1824 el gran investigador francés Rene Henri Joachim Dutrochet (1776 a 1847), comprueba que al hacer ebullir un tejido en ácido nítrico "liberaba vesículas completas", a las cuales denomina _glóbulos_, lo que en nuestro lenguaje querría decir _células intactas_. Esta experiencia le lleva a pensar que el _glóbulo_ (o _célula_) "es una entidad singular, aislable, que se nutre por sí misma, crece por sí misma y elabora sus propios materiales nutricios"²¹. Esto lo conduce a concluir que la natúraleza posee un plan uniforme en términos de la estructura intima, tanto de los animales como de las plantas, y así lo escribe: "Este órgano (el _glóbulo_) asombroso por la comparación que puede hacerse de su extrema simplicidad con la extrema diversidad de su naturaleza íntima, es verdaderamente la pieza fundamental del organismo; todo, en efecto, deriva evidentemente del _glóbulo_ en los tejidos orgánicos de los vegetales, y la observación viene a demostrarnos que lo mismo acaece en los animales. "²² A Dutrochet, se le considera por esta afirmación y algunas más, como el verdadero creador de la teoría celular. No obstante, él formula su teoría en un ámbito sin condiciones propicias para que ésta sea recibida, le ocurrirá algo análogo a lo que se dio para el caso de Harvey con el descubrimiento de la circulación de la sangre o de Lamarck con su teoría de la evolución. Quizás esto se encuentre ligado con el solo hecho de que la obra de Dutrochet procede de Francia y no de Alemania, donde el ambiente intelectual era más propicio, por aquella época para la gestación del concepto de célula. ## De Dutrochet (1824) a la zellentheorie (1838) Por esa misma época, en 1826, P.J.P. Turpin en su obra *Organographie microscopique élementaire et compareé des végetaux* plantea que: "las células pueden vivir aisladamente; pueden aglomerarse con otras para formar un ser más complejo; el organismo, el organismo es una individualidad compuesta, una federación vesicular...la base del desarrollo de los seres vivos es una _globulina_ que organizada, se globuliza"²³. En esta cita, aparece una versión bastante cercana a la teoría celular que poco después enunciarán Schleiden y Schwann; aquí, las nociones de unidad anatómica y de origen se denotan perfectamente, donde al hablar de la "globulina" que "se globuli-za" se implica la idea del _citoblastema_ que con posterioridad servirá de base para la conceptualización de la célula en 1838. En 1830, Franz Meyen, de quien Radl dice que "aumentó los órganos vegetales 500 veces" plantea en su obra *Phytotomie* que la célula es un organismo individual, pues dice: "Las células vegetales existen aisladamente, de tal manera que cada célula representa un individuo único; tal es el caso de los líquenes y los hongos, en los que están reunidos en masas más o menos importantes en una planta superiormente organizada. Pero en este caso también, cada célula forma un todo completo y que existe por sí mismo, se alimenta a sí misma; se forma ella misma y transforma el jugo nutritivo bruto absorbido en materia y productos más diversos"²⁵. A pesar de estas afirmaciones, que señalan directamente qué es la célula, no emerge la teoría celular, no tiene incidencia en el ámbito del pensamiento científico en general. Lo que ocurre en este periodo, resulta absolutamente congruente con la visión de Thomas S. Kuhn; nos encontramos en la etapa previa al surgimiento de un paradigma, los esquemas conceptuales anteriores se hallan cimbrados, no hay certezas ancestrales, no obstante, comienzan a abrirse paso nuevas certezas, a tomar forma y coherencia, pero esto no sucederá, hasta que alguien sea capaz de enunciarlo con claridad y de un modo que incida en la comunidad científica en ciernes. A pesar de la descripción cronológica de los acontecimientos, no hay un desarrollo lineal y acumulativo, la controversia y la incredulidad son fundamentales, como en el mito de Sisifo, donde se avanzan grandes pasos para retroceder bruscamente. A partir de 1833, se comienza a utilizar el término _protoplasma_, el cual aparecerá durante muchos años en las descripciones citológicas. Felix Dujardin, celebre microscopista, utilizó en 1838 el término _sarcoda_ en vez de _protoplas