Tema 1 Historia de España Past Paper 2020-2021 PDF

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This document provides an outline and introduction to the history of Spain, focusing on the roots of the Iberian Peninsula. It covers topics such as prehistory, the Roman period, and the Visigothic period.

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HISTORIA DE ESPAÑA TEMA 1. RAÍCES HISTÓRICAS DE LA PENÍNSULA IBÉRICA *ÍNDICE 0.- Introducción. 1.-Prehistoria: 1.1.-Edad de piedra: 1.1.1.- Paleolítico. 1.1.2.- Neolítico. 1.2.- Edad de los Metales: 1.2.1.-...

HISTORIA DE ESPAÑA TEMA 1. RAÍCES HISTÓRICAS DE LA PENÍNSULA IBÉRICA *ÍNDICE 0.- Introducción. 1.-Prehistoria: 1.1.-Edad de piedra: 1.1.1.- Paleolítico. 1.1.2.- Neolítico. 1.2.- Edad de los Metales: 1.2.1.- Edad del Cobre. 1.2.2.- Edad del Bronce. 1.2.3.- Edad del Hierro: Los pueblos colonizadores y prerromanos. 2.- La Hispania romana: 2.1.- Conquista romana de la Península Ibérica. 2.1.- La romanización. 2.3.- El arte romano. 3.- La Hispania visigoda. El reino visigodo: 3.1.- Las invasiones germánicas. 3.2.- Reino visigodo de Toledo. La unificación. 3.3.- Prefeudalismo visigodo. 3.4.- Arte visigodo. V.R.M 1 HISTORIA DE ESPAÑA TEMA 1. RAÍCES HISTÓRICAS DE LA PENÍNSULA IBÉRICA 0.- INTRODUCCIÓN: El periodo histórico que trataremos en este tema abarca la prehistoria y Edad Antigua peninsular. Haremos un recorrido, rápido, desde la aparición de los primeros homínidos hasta la Hispania visigoda, pasando por el neolítico, la edad de los metales, los pueblos prerromanos y la Hispania romana. 1.- PREHISTORIA: La Prehistoria comprende el periodo de tiempo transcurrido desde la aparición de los primeros homínidos, capaces de fabricar utensilios, hasta la invención de la escritura. Se divide, a su vez, en etapas o edades que toman como base el material utilizado por los seres humanos para fabricar sus utensilios: la Edad de la Piedra (Paleolítico y Neolítico) y la Edad de los Metales. 1.1.-Edad de Piedra: 1.1.1.- Paleolítico (1 Ma- 5000 a.C): -Características generales: El proceso de hominización tuvo lugar por completo en el Paleolítico, África es considerada la cuna de la humanidad, por encontrarse allí los restos homínidos más antiguos, en concreto en el valle del Rift y el primer Homo que emigró a otros continentes fue el Homo Erectus. Hasta hace unos años no se habían encontrado en la Península restos humanos del Paleolítico Inferior. En la península no hay restos de Australopithecus, aunque de reconocerse los de la cueva granadina de Orce (hace 1 Ma.) llegaríamos hasta Homo Habilis. Sin embargo, las investigaciones en los yacimientos arqueológicos de la sierra de Atapuerca (Burgos) están cambiando la visión del poblamiento prehistórico de la península ibérica y de Europa. En efecto, los restos humanos más antiguos se sitúan en 1.200.000 años y se encontraron en el año 2007 en la Sima del Elefante (Atapuerca). Anteriores, por tanto, a los localizados en la Gran Dolina (Atapuerca), en 1994, datados en torno a 800.000 años, bautizados con el nombre de Homo antecesor, “hombre pionero”, es decir, el antepasado común entre sapiens (del Paleolítico Superior) y neandertales (del Paleolítico Medio). La vida humana en el Paleolítico tuvo que adaptarse a los cambios climáticos introducidos por las cuatro glaciaciones del Pleistoceno o era Cuaternaria. En la Península, los hielos de las glaciaciones afectaron a los sistemas montañosos; el resto del territorio mantuvo un clima húmedo y frio. En las fases interglaciares el clima se asemejaba al actual. En consecuencia, la fauna era muy variada y los bosques estaban mucho más extendidos que hoy. Durante esta etapa las sociedades paleolíticas vivían de la caza, la recolección, la pesca y el carroñeo. Eran grupos de nómadas que se desplazaban estacionalmente, por lo que su economía era depredadora. Socialmente los grupos se organizaban en hordas de 10 o 12 individuos, vivían en cuevas o abrigos, y en campamentos al aire libre. -Etapas: -Paleolítico inferior (1 Ma- 90.000 a.C): hubo 2 pobladores Erectus; el Homo Antecessor hace 800.000 años en Atapuerca (Burgos) autor del Chelense peninsular; y Homo Heidelbergensis, una evolución del anterior, que le sustituyó hace 500.000 años en Atapuerca, Torralba y Ambrona (Soria) y que es autor de los guijarros achelenses. -Paleolítico medio (90.000-35.000 a.C): corresponde al desarrollo del Homo neanderthalensis, con una gran capacidad craneal, robusto y una nariz muy ancha, se sabe que ya enterraba a sus muertos. No es nuestro antepasado, de hecho se cree que convivió sus últimos 10.000 años con el V.R.M 2 HISTORIA DE ESPAÑA TEMA 1. RAÍCES HISTÓRICAS DE LA PENÍNSULA IBÉRICA homo sapiens sapiens, como se ve en el enterramiento de Lagar Velho (Portugal). Sus yacimientos están muy repartidos por la península; las terrazas del Manzanares (Madrid), en Morín (Cantabria), en Orce (Granada), Gibraltar, en la costa valenciana y en el interior de Cataluña. Su industria es la Musteriense. -Paleolítico superior (35.000-5000 a.C): esta es la época del desarrollo del hombre moderno, el Homo Sapiens Sapiens, que llegó a la Península hace unos 40.000, y se extendió por todo el territorio, incluidas las islas. Su tecnología mejoró considerablemente, y usó materiales muy diferentes (huesos, conchas, piedras, etc), es el autor de las industrias Auriñaciense, Gravetiense, Solutrense y Magdaleniense y de la pintura rupestre de la escuela Franco-Cantábrica (15.000- 10.000 a.C). Pobló el Cantábrico (cueva Morín, el Castillo y Altamira, en Cantabria) Levante y Sur (La Pileta y Nerja, en Málaga) Portugal (cueva de El Escoural) y en el interior peninsular, los abrigos rocosos al aire libre (Foz Côa, en Portugal; y Siega Verde, en Salamanca). -*El Mesolítico es un período de transición que se inicia hace unos 12.000 años, con un gran cambio climático, Los glaciares de Europa se retiraron al norte y se instaló la vegetación y fauna semejantes a las actuales. A finales del periodo surge la escuela Levantina de pinturas rupestres y se domestica el perro. Caracteriza a esta etapa el desarrollo de una industria lítica de pequeño tamaño, los microlitos, más adaptados a las necesidades de obtener alimentos. El arte de las cuevas cantábricas desaparece y se da ahora un arte rupestre en la zona levantina, desde Lérida hasta Albacete. En cuevas y abrigos se representan de manera estilizada y monocroma, conjuntos de hombres y animales en escenas de cacería, luchas de hombres con arcos, recolección o danzas rituales. 1.1.2.- Neolítico (5000-2.500 a.C): A partir del año 9.000 a.C. los cambios climáticos que se dieron en el Próximo Oriente, al pasar de un clima tropical a otro muy seco, empobrecieron la caza y para subsistir los grupos humanos que allí vivían tuvieron que cambiar los modos de vida tradicionales, de cazadores y recolectores se convirtieron en agricultores y ganaderos. Como consecuencia de estos cambios, cuya transcendencia ha permitido utilizar la expresión de “revolución neolítica”, el hombre del Neolítico se hace sedentario, aprende a pulir la piedra, construye viviendas y fabrica útiles de barro. No obstante, la palabra “revolución” no debe tomarse en el sentido de cambio brusco; más bien fue un proceso lento, su desarrollo en otros espacios humanos exigió el paso de siglos e incluso milenios. En la península, esta revolución neolítica fue mucho más lenta, hoy se contempla la llegada del Neolítico a la Península Ibérica exclusivamente no sólo el norte de África, sino que debido a la existencia de una comunidad neolítica en el Mediterráneo, es difundida la idea de que existieron dos focos orientales (desde el Próximo Oriente por el Mediterráneo y por el norte de África). A partir del V milenio, los yacimientos arqueológicos permiten comprobar la existencia en la zona levantina de grupos humanos que practican con una economía productora, que practicaban la agricultura y el pastoreo, vivían en pequeños poblados, conocían la cerámica y entierraban a sus cadáveres acompañados de ofrendas, como collares, vasijas de cerámica y pequeños utensilios. Hay 3 zonas de concentración neolítica peninsular, con hábitat en cuevas e industria asociada a la agricultura: 1. El Levante (cerámica cardial, decorada con impresiones de conchas. Cova de l’Or, Alicante). 2. Cataluña (los sepulcros de fosa). 3. Almería (cerámica almagra, cerámica realizada con óxido rojizo, con impresiones de peines. La Carihuela, Granada; y Verdelpino, Cuenca). V.R.M 3 HISTORIA DE ESPAÑA TEMA 1. RAÍCES HISTÓRICAS DE LA PENÍNSULA IBÉRICA En el arte sobresalen las pinturas del área levantina, que pasan a ser esquemáticas, monocromas y además con la presencia humana, donde se representan escenas de caza y danza. Destacan las pinturas de Cogull en Lérida y Valltorta en Castellón. En el resto peninsular, la neolitización es muy tardía y se centra en la ganadería, sin actividad agrícola. 1.2.- Edad de los Metales: (2.500-218 a.C) El trabajo con los metales, y el hito histórico que esto conllevó, se comenzó a dar hacia el 4000 a.C en Oriente Próximo, pero este cambio no llegará a la Península Ibérica hasta el 2500 a.C, que comenzó a trabajarse el cobre. Podemos distinguir 3 etapas: 1.2.1.-Edad del COBRE (Calcolítico 2500-1800 a.C): Los años de transición del Neolítico a la Edad de Bronce son conocidos por el uso del cobre y reciben la denominación del “Calcolítico” o “Eneolítico”. El Calcolítico consolida las formas de vida agro-pastoriles. El cobre, metal blando pero muy apreciado hace que vengan a la Península viajeros procedentes del Mediterráneo oriental. Por otro lado, aparece el Megalitismo, tipo de arte funerario con una morfología muy variada (menhir, con la variedad del cromlech y los alineamientos; y dolmen, con la variedad de corredor). Se extendió de Escandinavia a la península Ibérica, e incluso por el Mediterráneo. Los primeros monumentos megalíticos datan también de esta época y son enterramientos colectivos hechos a base de grandes losas. El yacimiento con dólmenes más importante (aunque abunda en la región cántabro-pirenaica) es el de la cueva de Menga (Antequera-Málaga), compuesto por los sepulcros de corredor, en el que la cámara sepulcral se halla precedida por un corredor. También caracteriza a esta etapa la difusión por la Península de la cerámica del vaso campaniforme, llamada así por su forma de campana invertida. Es una cerámica con decoración incisa de dibujos geométricos colocados en bandas paralelas. El vaso campaniforme era un objeto de culto funerario, ya que con el trabajo de los metales aparece la estratificación social. Abunda en Madrid (Ciempozuelos) y el estuario del Tajo. A finales de esta etapa se desarrolla la cultura de Los Millares, en Granada, Almería y Murcia. El poblado de Los Millares constituye un poderoso recinto fortificado con numerosas casas de planta circular y tumbas de tipo Tholoi, se trata de enterramientos colectivos hechos a base de grandes losas, indicando que converge un sustrato indígena con otro del próximo oriente. 1.2.2.- Edad del BRONCE (1800 a.C- 1100 a.C): Será en Summer, Akkad y el Imperio antiguo de Egipto donde se inicie el uso de este metal para armamento y como elemento de prestigio social. Así, en el III milenio, se difundió la técnica del bronce (aleación de estaño y cobre). Con el nuevo material se fabricaron nuevos aperos, armas, objetos de adorno más resistentes frente a los anteriores y que dotaba a sus poseedores de una superioridad militar. Este progreso animó al desarrollo del comercio a larga distancia. La Península, rica en mineral de cobre y de estaño, se convirtió por este motivo en uno de los polos de atracción del mundo mediterráneo. Los hallazgos en la zona del sureste (Almería y Murcia) indican el contacto con navegantes procedentes del Mediterráneo oriental. Hasta 1200 a.C está la cultura de Cogotas (Meseta), las Motillas (la Mancha) y el Argar (de Almería a Jaén) donde tenemos restos de poblados ya fortificados, con ritual funerario en tinajas llamadas Pithos. La cultura de El Argar (Almería), entre el 1.700 y 1.300 a.C., con una metalurgia más desarrollada, una cerámica lisa sin decoración y enterramientos individuales en cistas, donde al difunto le acompaña su ajuar. En la zona de Baleares se da la cultura talayótica; en las Baleares, donde destacan tres tipos de construcciones: la taula, la naveta y la talayot. V.R.M 4 HISTORIA DE ESPAÑA TEMA 1. RAÍCES HISTÓRICAS DE LA PENÍNSULA IBÉRICA Y en el suroeste de la Península se desarrolla la cultura de los Tartessos, cuyos habitantes realizaron trabajos de joyería. Con una sociedad muy jerarquizada dirigida por un rey (el más destacado, Argantonio) y una aristocracia militar, que parece se relacionaron con los fenicios y los griegos. Destacan los yacimientos de El Carambolo (Sevilla), La Aliseda (Cáceres) y Cancho Roano en Badajoz. 1.2.3.-Edad del HIERRO (1000-218 a.C), los Pueblos Prerromanos: (comienza la Historia) Muchos historiadores ponen esta etapa como la primera de la Edad Antigua (porque en ella encontramos la escritura), mientras otros la continúan manteniendo en la última de la prehistoria, porque no durante toda la etapa se tiene constancia del uso de la escritura. Durante el último milenio antes de Cristo, las regiones del sur y de la costa mediterránea de la Península acentúan sus relaciones con los pueblos colonizadores orientales (fenicios y griegos), mientras que los del interior reciben la influencia de los indoeuropeos (celtas), que entran por los Pirineos. Por ambos conductos se introduce en España la metalurgia del hierro. Y además del hierro trajeron el torno y la escritura (los fenicios) y fundaron factorías para comerciar la minería nativa. *Los pueblos Colonizadores: -Los fenicios (s.IX-VI a.C): son los primeros en llegar a la península. Se organizaron en ciudades (Tiro, Sidón, Biblos) al modo de las polis griegas, que en el III milenio a.C comerciaban entre Egipto, Micenas y Creta. Pueblo con vocación comercial y marinera, divididos en ciudades estado, corresponde a la ciudad de Tiro la iniciativa de fundar colonias o factorías en las costas de la Península. La mas importantes fue Gadir (Cádiz), que según los textos tuvo lugar en el año 1.100 a.C., pero los restos arqueológicos más antiguos son del siglo IX a.C. Con posterioridad fundaron Cartago (costa de Tunicia), Malaka (Málaga), Sexi (Almuñécar), Abdera (Adra). A cambio de metales ofrecían objetos de vidrio, tejidos y cerámicas. Entre sus aportaciones están la introducción del cultivo de la vid, el uso del hierro, el procedimiento de salazón del pescado (el garum), el torno de alfarero y la escritura, que usaban el alfabeto fonético. Las colonias eran factorías que se transformaron en ciudades a fines del s VIII ac. El objeto era comerciar estaño y plata, dando lugar a la aculturación de los pueblos nativos, de la que surgió Tartesos. -Los griegos (s VIII/VII a.C): La crisis de la polis arcaica en el s VIII a.C, les llevó a colonizar el Mediterráneo para rebajar la presión demográfica, abrir rutas comerciales estables y repartir tierra entre los campesinos emigrados. Comenzaron a comerciar con el sur de la Península (Malaka) y aunque fundaron factorías en levante (Alonis o Benidorm, Hemeroskopeion o Denia) la zona natural de su implantación fue el norte del Ebro. A partir de entonces, expanden por el levante sus productos, su moneda y el modo de vida heleno entre las clases pudientes. Como ocurrió con los fenicios en Andalucía, el impacto de lo griego sobre estos nativos produjo su aculturación, dándoles una unidad cultural que llamamos Ibérica. A los griegos se debe la introducción de la moneda, el cultivo del olivo, animales domésticos como el asno y las gallinas y manifestaciones artísticas en arquitectura, escultura y cerámica. -Los celtas procedentes de Europa Central, entran en la Península atravesando los Pirineos. Primero, en pequeños grupos, y, desde el 600 a.C., en grandes masas, instalándose en zonas de Cataluña, del valle del Ebro, de la Meseta y del norte peninsular. Estos pueblos conocían la metalurgia del hierro y practicaban el rito de la incineración. Los cadáveres eran enterrados en campos de urnas; una vez quemados, sus cenizas se recogían en una urna que se depositaba, junto a su ajuar, en un hoyo en el suelo. -Los cartagineses (s.VI-III a.C): Cartago era una colonia Fenicia, fundada por Tiro, en el norte de África, en la actual Túnez. Cartago, a su vez, fundó otros establecimientos en Cerdeña y Sicilia. En Ibiza se instalan a mediados del siglo VII a.C. Cuando Fenicia cayó en manos de los neobabilonios, en el año 586 a.C., Cartago tomó el relevo de Tiro y se hizo con el control de las rutas comerciales del Mediterráneo occidental. Por ello, entró en conflicto con los griegos, con V.R.M 5 HISTORIA DE ESPAÑA TEMA 1. RAÍCES HISTÓRICAS DE LA PENÍNSULA IBÉRICA triunfo cartaginés. Se cree que este enfrentamiento contribuyó a reducir el tráfico griego con el sur de la Península mientras se consolidaría aquí el monopolio mercantil de Cartago que toma el control del Mediterráneo. De esta forma, Cartago, se apodera entonces de las rutas fenicias. De África llegan a Ebussus (Ibiza) y Villaricos (en Almería) en el s IV a.C, desde donde comercian metales con Cástulo (Linares). Al mando de cada colonia había un Sufeta, miembro de la oligarquía y explotan grandes propiedades agrícolas esclavistas, lo que revela intenciones conquistadoras y no comerciales. Tal factor fue decisivo para que los pueblos peninsulares apoyen luego la causa romana. Roma sometía a los etruscos en el s III a.C y estaba empezando a jugar un papel en la política de Grecia. En su enfrentamiento con Cartago estaba en juego la hegemonía del Mediterráneo. *Los pueblos Prerromanos: - Los Íberos (s VI-III a.C): Estrabón y Plinio hablan de unos pueblos levantinos (Turdetanos, Bastetanos y Oretanos, en Andalucía) impactados por la colonización griega, de forma que les dieron una uniformidad cultural llamada cultura ibérica. Oscilaban entre la monarquía y la república reflejando la organización griega. La nobleza dominaba todos los resortes; luego estaba la clase media y los agricultores y ganaderos. Los íberos eran un conjunto de pueblos localizados en la franja mediterránea y en el sur peninsular: ilergetes, layetanos, edetanos, carpetanos, turdetanos… Su cultura es el resultado de la evolución de la de los mismos pueblos indígenas de la zona, bajo la influencia de los fenicios y griegos y de las tradiciones del mundo tartésico. Vivían en poblados fortificados, en lugares elevados, en casas de planta rectangular, alineadas formando calles. Desde los oppida (poblados fortificados) gestionaban la explotación agrícola (cereal, frutales, vid, olivo), forestal (vegas del Ebro, Segura, Guadalquivir) ganadera (caballar, ovicápridos y vacunos) y minera (hierro en Bílbilis, en Zaragoza; plata y cobre en Cástulo; oro y minio en Sisapo, Almadén). En general su economía se basaba en la agricultura, la ganadería, la metalurgia, la artesanía y el comercio con los griegos y los cartagineses (desde las factorías costeras que estos poseían en la península), llegándose a contar con una moneda propia (adquirida por influencia griega). En las actividades artesanales destacaban la cerámica y los tejidos. En la metalurgia, trabajaban el hierro fabricando instrumentos agrícolas, adornos y las falcatas, espada de hoja curva que portaban los guerreros. La religión estaba muy presente en el mundo ibérico. En los santuarios acumulaban los exvotos, ofrendas que representaban en general guerreros (con su casco, escudo y espada); jinetes, caballos, toros... Practicaban la incineración de sus muertos, guardando las cenizas en urnas de cerámica que eran enterradas con piezas de ajuar, como armas y adornos. Conocían escritura, de la que se conservan textos grabados, sin que todavía haya podido descifrarse. Las manifestaciones artísticas se centran en la pintura sobre cerámica, el trabajo de joyería y en la escultura. Aquí, destacan las estatuas funerarias como la Dama oferente del Cerro de los Santos (Albacete), la Dama de Elche, La Dama de Baza; las esfinges como la Bicha de Balazote (Alicante); y los relieves como los hallados en Osuna o Carmona. -Los celtas y los celtíberos; los pueblos de origen o influencia celta como ya ha quedado apuntado, de origen indoeuropeo, entran en la Península por los Pirineos. Se establecieron en el norte, en el oeste, y en gran parte de Meseta, donde se mezclan con las poblaciones autóctonas. Estamos ante los galaicos, astures, cántabros, vacceos, lusitano…Habitaron en poblados pequeños y fortificados, situados en zonas altas. En el norte peninsular (actual Galicia, oeste de Asturias y zona portuguesa hasta el río Duero) a los poblados se les denomina castros, con viviendas de forma circular. En economía destacaba la ganadería, excepto en los pueblos de la Meseta con una agricultura cerealista. Trabajaban el hierro y los intercambios comerciales eran escasos. Practicaban la incineración de los cadáveres enterrados en campos de urnas. Y en escultura dejaron representaciones de animales, como los Toros de Guisando (Ávila). Estos pueblos del interior estaban por estar al margen de la influencia colonizadora y por ello V.R.M 6 HISTORIA DE ESPAÑA TEMA 1. RAÍCES HISTÓRICAS DE LA PENÍNSULA IBÉRICA conservaban su heterogeneidad. Se vinculaban con el sustrato celta, como señala su estructura tribal, gobernada por una aristocracia guerrera propietaria de tierra y ganados; el uso de poblados defensivos en cerros (castros, o aldeas amuralladas) y del hierro. Los Arévacos y Pelendones fundan Numancia (Soria) y militan como mercenarios de los cartagineses. Los Carpetanos fundan Toletum; y Vaceos y Vetones, Salamántica (Salamanca) y Pallantia (Palencia). Cántabros, Astures y Galaicos tienen economía agrícola y matriarcado. Los Lusitanos practican la agricultura, el pastoreo, la minería y el pillaje, que Viriato transformará en la guerra de guerrillas. Los celtíberos; En la zona de confluencia entre celtas e iberos (centro y oeste de la Península) surgió una cultura con características peculiares, se organizaban en tribus dirigidas por caudillos que habitaban pueblos fortificados, eran extraordinarios guerreros con tecnología armamentística. Se dedicaban a la ganadería y a una primitiva agricultura de subsistencia (de cereales). Debido al escaso contacto con los colonizadores mediterráneos tuvieron un menor desarrollo cultural, no conocían la escritura, ni la moneda y sus manifestaciones artísticas se limitaron a piezas de orfebrería y a algunas esculturas como los verracos (esculturas zoomorfas de piedra). -Los Tartessos (s IX-VI a.C): en veintiún pasajes del Antiguo Testamento hacen referencia a Tarsis, nombre con el que los griegos identificaban un río, pero a partir del s IV aC se refieren a la ciudad de Tartesos, cerca de Gadir. Hoy pensamos en una región entre Huelva y Cartagena, una confederación de ciudades o una cultura que homogeneizó a diferentes pueblos, surgida del contacto con los fenicios. Una cultura con reyes mitológicos que identificamos con etapas históricas: Gerión (pastor) Theron y Gárgoris (recolector) Habis (agricultor) y Argantonio (metalúrgico). En el sentido histórico el reino de Tartessos es considerado como la primera organización de un Estado en la Península Ibérica. Alcanzó su máximo esplendor entre los siglos VIII y VI a.C. gracias a la influencia de los fenicios y griegos. Su localización geográfica exacta se desconoce, aunque parece que su núcleo principal estuvo en la zona de Huelva y en el valle bajo y medio del Guadalquivir. Las fuentes literarias griegas hablan de un reino rico en metales preciosos dirigido por el rey Argantonio (630-550a.C.), cuyo significado, “hombre de la plata”, alude a la riqueza en metales durante su reinado. Los tartesios practicaron la agricultura, la ganadería y, sobre todo, la metalurgia, explotando la plata, el estaño y el cobre, con el control de la llamada ruta de los metales que llegaba al noroeste de la Península y a las Islas Británicas. Su economía se basó en los cereales, frutales, vid y olivo; ganadería de toros; la pesca, introducida por los fenicios; la metalurgia de plata, estaño y cobre; y el comercio por el litoral atlántico. Los tesoros hallados en Aliseda (Cáceres) y en El Carambolo (Sevilla) indican el grado de riqueza que pudo desarrollarse en Tartessos. Su arte no presenta estatuas, sino manufacturas metalúrgicas y tesorillos (Carambolo) que desaparecieron en el s VI a.C por el empuje púnico. No se conocen los motivos de su desaparición. Tal vez pudo ser destruida por los cartagineses. A partir del siglo V a.C. se deja de tener constancia histórica de su existencia. En su territorio ahora vivían diversos pueblos, destacando los turdetanos del valle del Guadalquivir. A mediados de ese siglo, estos pueblos, junto con los que ocupaban el espacio mediterráneo, recibieron el nombre de íberos. 2.- HISPANIA ROMANA (218 a.C- 476 d.C): 2.1.- Conquista romana de la Península Ibérica: Los diversos pueblos que habitaban nuestra Península seguían desarrollando sus formas de vida y de cultura propias cuando, en el siglo III a.C., la rivalidad entre Roma y Cartago abrió una nueva página en la historia de la Península, incorporándose, ésta, al Mundo Romano. En efecto, tras la Primera Guerra Púnica, (264-241ac) Cartago pierde Sicilia, Córcega y Cerdeña, por lo que buscó resarcirse ampliando su presencia colonial en la Península Ibérica, de donde obtenía riquezas mineras y grandes combatientes, como plataforma para un nuevo enfrentamiento con Roma. Así, en el año 237 a. de C., el cartaginés Amílcar Barca desembarca V.R.M 7 HISTORIA DE ESPAÑA TEMA 1. RAÍCES HISTÓRICAS DE LA PENÍNSULA IBÉRICA en Cádiz y somete a los pueblos del sur y sureste de la Península hasta Akra Leuke (Alicante). A su muerte, el continuador de la política expansionista será su yerno Asdrúbal, el cual funda Cartago Nova (Cartagena) dotada de un estratégico puerto natural y situada en una rica zona minera. Por entonces firmó con Roma un tratado (226 a.C.) que fijaba en el Ebro el límite de la zona de influencia cartaginesa. Muerto Asdrúbal, le sucedió Aníbal, hijo de Amílcar, quien decidió lanzarse a la lucha definitiva contra Roma. Explotando los enfrentamientos entre los pueblos que habitaban el interior peninsular logró atraérselos y conquistarlos, con ello los cartagineses explotaban de manera intensiva la minera, los cereales y las maderas del territorio conquistado. En el año 219 atacó y conquistó Sagunto (Valencia), ciudad protegida por Roma (que de forma ilegal era aliada de Roma, pues estaba al S del Ebro), fue el pretexto para reabrir la guerra con Roma e iniciar la Segunda Guerra Púnica (218-201 a.C.) que se saldó con el derrumbe del dominio cartaginés sobre la Península mientras Roma iniciaba su victoriosa presencia en nuestro territorio. La Segunda Guerra Púnica se inició tras la conquista de Sagunto por el general cartaginés Aníbal (219 a.C.). Éste atravesó, al frente de un impresionante ejército, los Pirineos y los Alpes e invadió Italia, derrotando a los romanos en varias batallas. Con anterioridad, Roma había reaccionado enviando a la Península a los hermanos Cneo y Publio Escipión, que desembarcan en Ampurias (218 a.C.), pero fueron derrotados y muertos. Roma envió nuevas tropas al frente de Publio Cornelio Escipión, hijo del difunto Publio, desembarcó en Ampurias (210 a.C.), conquistó Cartago Nova (209 a.C.), venció a los cartagineses y tomó Gades (Cádiz), en el año 206 a.C., expulsando así de la Península a los ejércitos de Cartago. Después decidió atacar a la propia metrópoli, Cartago. Aníbal regresó para defenderla pero fue derrotado en Zama (202 a.C.). Como consecuencia de su triunfo sobre Cartago, Roma se apoderó, casi sin resistencias, del litoral mediterráneo y de los valles del Ebro y del Guadalquivir. Frente a la facilidad con que Roma había iniciado sus primeras conquistas, la ocupación de la Meseta, empresa iniciada hacia el año 155 a. de C., le va a costar a los romanos ante la resistencia de los celtíberos y los lusitanos. Las guerras lusitanas (154-138 ac) fueron iniciadas por Púnico y continuadas por Viriato. Los lusitanos llegaron hasta el Guadalquivir, Tánger y Segovia, y Roma sólo pudo doblegarlos con el asesinato de Viriato. Contra la táctica de batalla en campo abierto de los romanos, los lusitanos, dirigidos por Viriato, emplearon la guerrilla, con ataques por sorpresa, venciendo frecuentemente a los romanos. Por medio del soborno de varios de sus capitanes, Viriato era asesinado en el año 139 a.C., lo que facilitó la conquista de Lusitania por Roma, abriendo el camino hacia los ricos yacimientos del noroeste peninsular. Hubo dos guerras celtibéricas (154-133 ac). La primera (154-151 ac) acabó con los jefes celtibéricos refugiándose en Numancia. En la segunda (143-133 a.C) los celtíberos apoyaron a Viriato y volvieron a refugiarse en Numancia. Scipión Emiliano, el vencedor de Cartago, terminó por derrotar a la ciudad tras 10 años de asedio. Tras la ocupación de Numancia la sumisión de España estaba conseguida en lo esencial. El dominio romano llegaba hasta la cordillera Cantábrica. Sin embargo, ya fue con el mandato de Octavio Augusto, primer emperador romano, que tuvo lugar la definitiva conquista del norte peninsular, habitada por galaicos, astures y cántabros. Los romanos necesitaron diez años para dominarlos (29 a 19 a.C.), periodo conocido como guerras cántabras. Para Roma no fue fácil, influyó la accidentada orografía, la falta de caminos y la férrea resistencia de los pobladores. Su respuesta fue despiadada, en línea a como actuaba cuando un territorio se le oponía: vendiéndolos como esclavos o eliminando a los varones capaces de llevar armas. Al mismo tiempo que ocurría la conquista, se llevó a cabo el proceso de romanización de la Península, que a partir de entonces sería llamada Hispania. Este proceso contribuyó a dar unidad a los pueblos que la habitaban. El uso del latín acabó con los idiomas prerromanos excepto el vasco, la religión romana, la red de carreteras o la fundación de ciudades fueron vehículos de unificación. También se dio la organización administrativa: en el año 197 a.C., poco después del triunfo sobre los cartagineses, se hizo la primera división de la Península en dos provincias: - V.R.M 8 HISTORIA DE ESPAÑA TEMA 1. RAÍCES HISTÓRICAS DE LA PENÍNSULA IBÉRICA Citerior y Ulterior. Con Octavio César Augusto la reorganizó dividiendo en dos la Hispania Ulterior: Bética y Lusitania mientras la Citerior pasó a denominarse Tarraconense. A comienzos del siglo III el emperador Caracalla creó la provincia de Gallaecia, a costa de la Tarraconense y, a principios del siglo IV, Diocleciano estableció una nueva provincia, la Cartaginense, separada también de la Tarraconense. 2.2.- La romanización: Los pueblos peninsulares adquirieron los modos de vida y de pensamiento de Roma; es decir, se romanizaron. Fue un proceso lento que comenzó al mismo tiempo que la conquista de Hispania y se extendió desde las costas mediterráneas y del valle de Guadalquivir, zonas de más intensa romanización, hasta las tierras del interior y del norte donde fue un proceso inacabado, como lo demuestra, además de la pervivencia del euskera, el mantenimiento de instituciones indígenas prerromanas, en concreto, las organizaciones gentilicias, basadas en el parentesco. Al triunfo de la romanización contribuyeron el establecimiento de colonos llegados de Italia, el asentamiento de soldados veteranos, tras concluir sus servicios en las legiones, o la atracción que ejercían las riquezas de Hispania sobre las gentes que vivían fuera de la Península. La fundación de ciudades fue otro elemento de romanización. Al lado de las ciudades indígenas los romanos fundaron otras (colonias) como Híspalis (Sevilla), Itálica, Barcino (Barcelona), Caesaraugusta (Zaragoza), Valentía (Valencia), Emérita Augusta (Mérida), Astorga (Astúrica Augusta)... En ellas se establecían soldados veteranos licenciados, comerciantes romanos y pobladores indígenas. Una muestra del grado de romanización alcanzado por Hispania es su aportación al gobierno del imperio o a la filosofía y la literatura romanas: los emperadores Trajano, Adriano y Teodosio. Entre los filósofos y literatos están los dos Sénecas (Marco y Lucio Anneo que fue, éste último, preceptor de Nerón), Lucano, Marcial, Quintiliano... -Administración política: Entre el año 197ac y el 385, Roma corrigió el mapa provincial de Hispania en 6 ocasiones (como hemos visto ya). Así se pasó de la Hispania Citerior y Ulterior, al mapa definitivo de Magno Máximo, con las provincias de Gallaecia, Cartaginense, Tarraconense, Lusitania, Bética, Mauritania Tingitana y Baleárica. -Economía: Sobresalía sobre todo la riqueza agrícola. Trigo, vid y olivo se cultivaban en toda la península, sobre todo la vid en la Tarraconense y la Bética. Ahí también sobresalía el aceite y pesca, que en Gadir producía el garum más cotizado. Frutales, verduras y hortalizas hispanas se daban en cantidad y calidad, gracias al regadío que introdujo Roma. La madera era tan abundante que basta recordar la ardilla de Plinio saltando de Barcino a Gades. La ganadería era la base de la alimentación de todos los pueblos hispanos, sobre todo la oveja, cabra y vaca y en la Bética además, el caballo. La minería extraía oro, plata y plomo entre el Duero, el Cantábrico y Sierra Morena. Además, extraían cobre en Sierra Morena y Río Tinto, plata en Cartagena y hierro en Cantabria. Toda esta riqueza se exportaba a Roma por las vías marítimas e importaban manufacturas, arte, lujo y cerámica, que llegaban a Híspalis, Itálica y Gadir. La República repartió la propiedad entre los colonos y veteranos legionarios, de forma que hasta el siglo III no apareció el latifundio en Hispania, excepto en relación a la propiedad minera. Esta era del Estado, quien cedía el usufructo de la explotación a particulares. El uso de mano de obra esclava se empleaba sobre todo en las cercanías de las ciudades, y el latifundio recurría al campesino libre, en condición de cliente. Desde el siglo III, el latifundio pasó a ser una unidad económica autosuficiente porque decayeron ciudad, producción y seguridad. Así el Imperio se ruralizó y se impuso la riqueza agrícola provincial. -Las comunicaciones: Una densa red de calzadas comunicaban a las ciudades entre sí y con los lugares más importantes del Imperio. Se establecían por las vías fluviales y las calzadas. Una red de calzadas comunicaba la costa y los ríos navegables con el interior. La vía Augusta unía la Bética e Italia; otra unía Vasconia y Tarraco; y la vía de la plata, Híspalis con Asturica. Las secundarias conectaban las tres entre sí. V.R.M 9 HISTORIA DE ESPAÑA TEMA 1. RAÍCES HISTÓRICAS DE LA PENÍNSULA IBÉRICA -La sociedad hispanorromana: La romanización afectó a la sociedad hispana y el latín fue otro de los elementos principales de unificación al lograr eliminar las lenguas indígenas. La sociedad hispanorromana del periodo republicano y de los primeros siglos imperiales puede definirse como “esclavista”, al poder diferenciarse entre hombres libres y esclavos. Otra fórmula es la de considerarla como una “sociedad de órdenes” estructurada en órdenes cerrados, a los que se accedía por el nacimiento o por concesión imperial. El orden superior era el senatorial, un pequeño número de miembros de las familias más ilustres que residían normalmente en Roma; seguía el orden ecuestre o de los caballeros, con mayor presencia en Hispania, desempeñaban los cargos superiores en el ejército o en las provincias imperiales. El tercero en dignidad era el orden decurional, formado por los decuriones, que eran los miembros de las oligarquías municipales y desempeñaban las magistraturas de las colonias o los cargos inferiores del ejército. Naturalmente por debajo de estos tres órdenes se encontraba la mayor parte de la población libre. Durante los dos primeros siglos del imperio seguía existiendo en Hispania la diferenciación entre ciudadanos y no ciudadanos, hasta que en el año 212 el emperador Caracalla concedió la ciudadanía a todos los súbditos del imperio. Sin embargo, lo que diferenciaba a aquella población libre no era su condición de ciudadano, sino la diversidad ante la riqueza y las condiciones de vida. Había, en efecto, pequeños propietarios de tierras, dueños de talleres artesanales, que trabajaban con la ayuda de su familia y un pequeño número de esclavos; empleados en las minas o en servicios públicos o privados. Los esclavos formaban la capa más baja de la sociedad hispanorromana. Procedían de otros territorios imperiales o de la propia Península. Estaban privados de derechos políticos o civiles y no podían, por ello, ser considerados como personas. Se les utilizaba como mano de obra en el trabajo agrícola, minero, artesanal y doméstico. Su dueño podía someterle a castigos corporales, e incluso disponer de su vida, facultad que se vio recortada en los textos legales a partir del siglo II. El amo podía también liberarle por medio de un acto de manumisión (concediendo la Manumitia), convirtiendo al antiguo esclavo en liberto, manteniendo diversas obligaciones (económicas o de respeto y ayuda) con respeto a su antiguo dueño. La crisis del siglo III y las medidas de reorganización introducidas, como consecuencia de la crisis, trajeron también cambios en la sociedad hispanorromana. A lo largo del siglo III, en efecto, el imperio vivió un periodo de crisis que afectó a su sistema político, económico y social. El fin de las grandes conquistas provocó una caída en la esclavitud, con la consiguiente reducción de la mano de obra para la producción agrícola y minera. A su vez, la pérdida progresiva del valor de la moneda provocó la disminución del comercio. En lo político, comenzaron las primeras incursiones de los germanos sin que el ejército pudiera evitarlas. Éste, en cambio, decidió intervenir en la vida política, llegando a designar entre sus jefes a los emperadores. Las luchas entre los distintos sectores del ejército provocaban guerras civiles que agravaban la crisis económica. Diocleciano (285-305) y Constantino (324-337) tomaron medidas para salvar el imperio. Para mantener los ingresos del Estado convirtieron a los curiales en un orden hereditario al que se le encomendaba la recogida de impuestos y el aprovisionamiento de víveres en sus ciudades. Por otra reglamentación, artesanos y comerciantes quedaban vinculados a sus respectivos oficios y se les hacía responsables del pago de los impuestos y el suministro de bienes en sus respectivas provincias. Aquellas ataduras estaban presentes también en el campo, en donde lo colonos no podían dejar las tierras en las que estaban instalados como arrendatarios. La situación de los colonos fue empeorando, acercándose a la condición de los esclavos; aunque, nominalmente, eran libres, sin embargo había restricciones: no podían abandonar la tierra que cultivaban y el vínculo que les unía a ellas se convirtió en hereditario. Bajo esta condición quedaron también los pequeños propietarios libres que optaron por buscar la protección de un gran propietario al que cedían sus propiedades. Así, lo que se conoce como sistema de colonato fue imponiéndose, con ello se prefiguraba el régimen feudal que termina imponiéndose más adelante en la Edad Media. V.R.M 10 HISTORIA DE ESPAÑA TEMA 1. RAÍCES HISTÓRICAS DE LA PENÍNSULA IBÉRICA Como conclusión, la sociedad hispanorromana terminó quedando dividida en dos clases: los grandes propietarios, muy ricos, con una autoridad casi feudal, y la gran masa de población baja o humilde. -El cristianismo: Se considera que su implantación debió prender antes en los medios urbanos del sur y levante, y que sería introducido desde el norte de África por las comunidades judías, el ejército y los comerciantes extranjeros. La crisis del siglo III contribuyó a ampliar sus adeptos. Del siglo III, precisamente, hay datos sobre comunidades cristianas con obispo y presbíteros en diversas ciudades (Emérita, Legio, Astúrica y Caesaraugusta). También demuestra su extensión la misma persecución de Diocleciano (hacia el 300), que produjo mártires en diversos puntos de Hispania. La respuesta imperial cambió radicalmente en el siglo IV, l emperador Constantino promulgó la libertad religiosa por el Edicto de Milán (año 313). Y el emperador Teodosio avanzó todavía más al convertir al cristianismo en la religión oficial del imperio (año 380). En este nuevo marco, la Iglesia ganó en influencia social y política y en riqueza. También empezó a combatir las herejías o desviaciones de su doctrina. Como el cristianismo seguía las huellas de Roma, las zonas reacias a ésta, menos romanizadas, como la ocupada por vascones y cántabros, quedaron de momento al margen de su difusión. Cuando en el siglo V las invasiones germánicas pongan fin al imperio romano de Occidente, la Iglesia hispana ya era una institución sólidamente implantada. 2.3.- El arte romano: Es la arquitectura lo más original y significativo del arte romano, ya que, aunque basada en la etrusca y en la griega, desarrolla una concepción propia y original del espacio y de las diversas formas constructivas, introduciendo muchas innovaciones. La arquitectura romana se desarrolla impulsada, fundamentalmente, por dos factores: – por una parte, debe ser símbolo del Imperio y por lo tanto reflejar los ideales de poder, orden, permanencia, grandeza, etc.; – por otra parte, tiene que servir para satisfacer las necesidades surgidas del creciente desarrollo de la sociedad urbana que requiere edificios vastos y complejos que puedan acoger a grandes multitudes, y la realización de obras de ingeniería (acueductos, cloacas,..) que doten a la ciudad de los servicios necesarios. La huella romana está presente entre nosotros por medio de grandes monumentos (teatros, anfiteatros, puentes, acueductos) y por la enorme cantidad de estatuas, mosaicos, estelas funerarias, sarcófagos y objetos de distinto uso que han llegado a nuestros días y podemos encontrar en los museos españoles. 1) Religiosas: Templo de Diana (Mérida) 2) Civiles: - Casas, Foro, Termas... en los yacimientos encontrados en Baelo Claudia, Itálica, Mérida... 3) Para espectáculos: Teatro Romanos en Mérida, Málaga, Itálica, etc.; Anfiteatros de Mérida e Itálica; Circo de Mérida... 4) Monumentos Conmemorativos: Arco de triunfo: Arco de Trajano en Mérida. 5) Obras de Ingeniería: Acueductos como el de Segovia o el de los Milagro (Mérida); y otras como Calzadas (Vía de la Plata), Puentes (Alcántara), Murallas (Lugo), Puertos, etc. 3.- LA HISPANIA VISIGODA. EL REINO VISIGODO: La Hispania visigoda constituyó el primer intento de unidad política en la Península Ibérica, fue como una prolongación decadente de la Hispania romana, con la que inicialmente quiso establecer diferencias hasta que terminó imponiéndose la fusión de la civilización hispanorromana predominante con los elementos culturales aportados por los visigodos. Su evolución, a diferencia de lo que ocurrió en el resto de reinos bárbaros instalados en Europa Occidental, quedó cortada tras la invasión musulmana en el siglo VIII. V.R.M 11 HISTORIA DE ESPAÑA TEMA 1. RAÍCES HISTÓRICAS DE LA PENÍNSULA IBÉRICA 3.1.- Las invasiones germánicas. El establecimiento de los visigodos en Hispania: En el año 409, después de saquear la Galia durante tres años, los suevos, los vándalos y los alanos, pueblos germánicos, cruzaron los Pirineos y tras someter a saqueo las tierras que atravesaban, terminaron por establecerse: los suevos en Gallaecia (Galicia), los alanos (en la Lusitania) y los vándalos en la Bética. Los visigodos, también de origen germánico, tras una larga migración, vivían en la región del mar Negro. Presionados por los hunos, penetraron en el imperio romano y se establecieron primero en Tracia (Balcanes) y luego, tras pasar por Roma, a la que saquearon en el 410, firmaron un pacto o foedus, por el que, a cambio de ayudar militarmente a Roma, se les permitía asentarse en el sur de la Galia. Con anterioridad, los visigodos se habían convertido al arrianismo, una de las primeras herejías dentro del cristianismo. Como tropas federadas para expulsar a los bárbaros, los visigodos penetran en Hispania en el año 415, consiguiendo arrinconar a los suevos en Gallaecia, acabaron con los alanos y obligaron a los vándalos a trasladarse al norte de África. Posteriormente, tras la desaparición del imperio romano de Occidente, en el año 476 en que fue depuesto el último emperador, Rómulo Augústulo, los visigodos fundaron un reino con capital en Tolosa (actual Toulouse), extendido desde el Loria hasta el nordeste de Hispania. Pero cuando la expansión del pueblo franco por la Galia provocó el enfrentamiento con los visigodos, siendo derrotados por los francos en la batalla de Vouillè (507), fueron expulsados de la Galia y se establecieron en Hispania, conservando la provincia de Septimania, al norte de los Pirineos, con capital en Narbona. La capital del nuevo reino se situó en Toledo. 3.2.- El reino visigodo de Toledo: la unificación: Trasladados de la Galia a Hispania, los visigodos, no mucho más de unos cien mil, eran una minoría al lado de los seis millones de hispanorromanos. Se formaron así dos comunidades, que se habrían fundido sin dificultad si no se hubieran mantenido los visigodos como una minoría guerrera, dueña del poder, recelosa a la unidad. Cada comunidad vivía bajo sus propias leyes; la religión era diferente: los visigodos eran arrianos; los hispanorromanos eran católicos, amparados por sus obispos que adquirieron gran poder e influencia. A la larga el proceso de unificación se impuso. Los monarcas visigodos se propusieron extender su soberanía sobre el territorio de la antigua Hispania romana. El monarca Leovigildo (568-586) dio un gran paso hacia la unificación territorial cuando en 585 puso fin al reino suevo de Gallaecia. Pero la diferencia religiosa era otro problema y Leovigildo fracasó en su intento de imponer el arrianismo de la minoría visigoda a la mayoría católica hispanorromana: su mismo hijo, Hermenegildo, se convirtió al catolicismo y se rebeló contra su padre en la Bética. Al final fue hecho preso y ejecutado por orden de su padre. Después, Recaredo, hijo y sucesor de Leovigildo, lograba la unificación religiosa al convertirse al catolicismo en el III Concilio de Toledo (589). En adelante los Concilios de Toledo tendrán un importante papel político y legislativo, sin perder su carácter de asambleas eclesiásticas. Los judíos, al quedar fuera de la unidad religiosa, fueron perseguidos y ello explica a la larga el apoyo que prestaron a los musulmanes al iniciarse la conquista en el año 711. En cuanto al proceso de unidad faltaba la legislativa que se obtendrá por Recesvinto cuando, en 654, promulga el Liber Iudiciorum, texto único legal para visigodos e hispanorromanos. La fortaleza del reino visigodo, que parecía adivinarse por este proceso de unidad, escondía una gran debilidad interna, motivada por la evolución hacia una sociedad feudal con fuerte predominio de la nobleza, que iba acumulando cada vez más privilegios que restaban autoridad al Estado visigodo. La lucha por el poder entre las grandes familias de la nobleza, convertidas en facciones rivales que pugnaban por instalar a su respectivo candidato a la muerte de cada rey, estaba socavando los cimientos de la monarquía visigoda. Enfrentamientos en los que también la Iglesia, la jerarquía eclesiástica, tomaba parte en conjuras y conspiraciones. Los últimos reyes, Witiza y don Rodrigo, terminaron poniendo fin al reino. Muerto Witiza (710) éste quiso transmitir el reino a su hijo Ákila, pero la facción rival se impuso y colocó al frente del reino a don Rodrigo (710-711). Los witizanos, entonces, llamaron en su ayuda a los musulmanes V.R.M 12 HISTORIA DE ESPAÑA TEMA 1. RAÍCES HISTÓRICAS DE LA PENÍNSULA IBÉRICA que acababan de finalizar la conquista de todo el norte de África. En el año 711 desembarca Tarik junto a Gibraltar al frente de un ejército bereber; don Rodrigo acudió a frenarlos, pero traicionado por los witizanos, que se pasaron al enemigo en plena batalla, junto al río Guadalete, fue derrotado y perdió la vida. Era el fin del reino visigodo español. Más adelante, el reino astur-leonés, se considerará su heredero, animando a su recuperación y contribuyendo, con ello, a crear el clima de Reconquista que caracterizará a la Edad Media española. 3.3.- El prefeudalismo de la sociedad visigoda: La estructura de la sociedad visigoda es una prolongación de la hispanorromana del Bajo Imperio. Sigue predominando la economía rural y se mantiene la decadencia de la vida urbana y del comercio. El grado más bajo en la escala social lo ocupaban los esclavos y libertos, obligados a continuar al servicio de su anterior amo. Su condición legal seguía siendo inferior a la de los hombres libres. Entre éstos las diferencias eran acusadas; figuraban aquí los pequeños propietarios de tierras y los comerciantes y artesanos, habitantes de las ciudades, como sabemos, ya en declive en esta época. La nobleza englobaba a los herederos de la aristocracia senatorial hispanorromana y a los nobles visigodos, descendientes de los linajes más antiguos, que al asentarse en Hispania se adueñan de grandes dominios. Paralelamente, al desarrollarse en la Hispania visigoda los lazos de dependencia personal (relaciones de patrocinio), con ellos se estaban dando los pasos hacia una sociedad feudal. Así, los “gardingos”, eran la clientela armada del rey, los guardianes de su persona, que recibían de él latifundios (beneficios). La aristocracia podía contar con sus propios soldados (los “bucelarios”). Éstos, a cambio de su obediencia y fidelidad, recibían tierras (beneficios) donde vivir y armas para la lucha. Podían “encomendarse” a otro señor pero en ese caso debían devolver los bienes anteriormente recibidos. Mientras, en los medios rurales, los colonos, cada vez más estrechamente, dependían de la autoridad de los dueños de la tierra. Así estaba la sociedad visigoda, avanzando despreocupada, metida en peleas entre los poderosos a costa de debilitar cada vez más al Estado, sin darse cuenta que, siguiendo esa vía, estaba transformándose en una presa fácil para los musulmanes. 3.4.- El arte visigodo: Es conocido con el nombre de arte prerrománico (llamado por algunos autores arte medieval temprano) las manifestaciones artísticas desarrolladas desde el siglo VI al XI por estos pueblos bárbaros, asentados en las antiguas provincias del Imperio Romano de Occidente y que pone las bases para el posterior nacimiento del primer estilo europeo de ámbito internacional: el Románico. Podríamos definirlo como un arte que conjugó: la herencia clásica grecorromana, la aportación cristiana, el influjo oriental a través de Bizancio y los elementos decorativos de los pueblos bárbaros. Centrándonos en la Península Ibérica, los visigodos cultivaron su arte en el terreno religioso; es un arte católico y las principales construcciones son las iglesias. El impulso cultural le viene de la mano de San Isidoro (Las Etimologías) y la unidad política y religiosa de Recaredo. En el arte visigodo, las principales manifestaciones artísticas se darán en la arquitectura y orfebrería. Temporalmente se inicia en el S. V hasta el VII, aunque sus principales manifestaciones artísticas son del S.VI y VII. En arquitectura las construcciones son iglesias de pequeñas proporciones, dispersas en medio del campo. Como material usan el sillar y el sillarejo. Los elementos constructivos: predominio del muro sobre el vano, pocas ventanas y de un solo hueco; columnas con capiteles corintios o bizantinos; arcos de herradura. (Más abierto que el islámico, cayendo vertical sobre el arranque); bóvedas de medio cañón, arista y a veces pequeñas cúpulas; cubiertas de madera. V.R.M 13 HISTORIA DE ESPAÑA TEMA 1. RAÍCES HISTÓRICAS DE LA PENÍNSULA IBÉRICA Los temas decorativos domina una decoración escasa y se reduce a motivos geométricos, vegetales, o zoomórficos (influencia oriental). La técnica que utilizan es la talla a bisel, es decir a dos planos. Un caso excepcional es San Pedro de la Nave donde se desarrolla un programa iconográfico completo sobre la salvación. Los tipos de plantas son: basilical de una o tres naves; de cruz griega, a veces inscrita en un rectángulo (Santa Comba de Bande); síntesis de planta basilical y de cruz griega (San Pedro de la Nave). V.R.M 14

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