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Castellanos Camilo_ La Opinión Pública en los Medios de Comunicación Digital.pdf

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La opinión pública en los medios de comunicación DIGITAL La opinión pública en los medios de comunicación DIGITAL Camilo CASTELLANOS CÁRDENAS Camilo CASTELLANOS CÁRDENAS. La opinión pública en los medios de comunicación digital. 515 Páginas; tamaño 17 x 24 cm. Incluye referencias bibliogr...

La opinión pública en los medios de comunicación DIGITAL La opinión pública en los medios de comunicación DIGITAL Camilo CASTELLANOS CÁRDENAS Camilo CASTELLANOS CÁRDENAS. La opinión pública en los medios de comunicación digital. 515 Páginas; tamaño 17 x 24 cm. Incluye referencias bibliográficas. ISBN: xxxxxxxxxx Directivos P. Jorge Ferdinando RODRÍGUEZ RUIZ O.P. Rector P. Javier Aníbal MORENO MOJICA O.P. Vicerrector Académico P. José Antonio BALAGUERA CEPEDA O.P. Vicerrector Administrativo y Financiero Comité editorial P. Jorge Ferdinando RODRÍGUEZ RUIZ O.P. Rector P. Javier Aníbal MORENO MOJICA O.P. Vicerrector Académico P. José Antonio BALAGUERA CEPEDA O.P. Vicerrector Administrativo y Financiero María Ximena Ariza García Directora Ediciones Usta Tunja Primera edición, 2018 ISBN: xxxxxxx Corrección de Estilo: Fray Ángel María Beltrán N., O.P. Diagramación e impresión: Grafiboy Todos los derechos reservados conforme a la ley. Se permite la reproducción citando fuente. El pensamiento que se expresa en esta obra, es exclusiva responsabilidad de los autores y no compromete la ideología de la Universidad Santo Tomás. Ediciones Usta Universidad Santo Tomás 2018 Queda prohibida la reproducción parcial o total de este libro por cualquier proceso reprográfico o fónico, especialmente por fotocopia, microfilme, offset o mimeógrafo. Ley 23 de 1982. A mi madre Bernarda y a mi padre José Marco Tulio (q.e.p.d.). A mis hermanos y sus familias. A todas las personas que llevo en el corazón. “En aquel tiempo llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?» Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas» Díceles : «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?» Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.» Y ordenó a sus discípulos de decir a nadie que Él era el Cristo.” (Mt 16,13-20) Agradecimientos Ante todo, doy gracias a Dios que me ha llamado a la vida y a la vocación cristiana y sacerdotal. Agradezco a mi Obispo, S. E. Mons. Luis Augusto Castro Quiroga, por su confianza y su apoyo, y en él, a mi querida Arquidiócesis de Tunja. A mis hermanos sacerdotes y a todos los amigos de la Parrocchia di Sant'Emerenziana en Roma. Doy agracias a Vito Mazzilli por la ayuda en la corrección de este trabajo. A Osvaldo Rinaldi y el profesor Antonio Giannasca por sus consejos en la elaboración del segundo capítulo y a todos mis profesores y compañeros de la Facoltà di Scienze della Comunicazione por su amistad y enseñanzas. De igual manera a Mons. Oscar Ricardo Pongutá y a mi colega Irena Sever por la amistad, cercanía y valiosos consejos. Y finalmente, expreso mi particular agradecimiento al profesor Adriano Zanacchi, relator, por su amistad, compañía, paciencia, consejos y orientación en la elaboración de este texto. Prologo Tabla de Contenido INTRODUCCIÓN 8 CAPÍTULO I LA OPINIÓN PÚBLICA Y SU PROCESO DE FORMACIÓN. 1. PARA UNA DEFINICIÓN DE LA OPINIÓN PÚBLICA 1.1. La opinión pública: un concepto polémico 1.1.1 Claridad en los conceptos 23 23 24 1.2. Las tres acepciones de la expresión según Vitaliano Rovigatti 26 1.3. Walter Lippmann, el psedoambiente y la influencia de los medios 29 1.4. Jürgen Habermas y la esfera pública 34 1.5. Niklas Luhmann y el funcionalismo de la opinión 39 1.6. Elisabeth Noelle-Neumann y la “Espiral del silencio” 43 1.7. Irving Crespi y la opinió pública como proceso 47 1.8. Pierre Bourdieu y la opinión pública sondeada 53 1.9. Giorgio Grossi y el “campo demoscopico” 56 1.10. Vincent Price y el enfoque interdisciplinar 65 1.11. Vitaliano Rovigatti y la matriz de la opinión pública 68 2. LA OPINIÓN PÚBLICA Y SU FORMACIÓN 78 2.1. Qué no es la opinión pública 78 2.2. Qué es la opinión pública 82 2.2.1. El sujeto de la opinión pública: las diversas tipologías de públicos, las bases psicológicas y la dimensión social de la opinión pública 83 2.2.2. El objeto de la opinión pública: hechos y problemas de naturaleza controvertida e interés general 88 2.2.3. El ámbito de formación de la opinión pública: de esfera pública al campo demoscópico| 90 2.3. Bases psicológicas y dimensión psicosocial de la opinión pública. 97 2.4. La fuerza de la opinión pública 100 2.5. Proceso de formación de la opinión pública y la importancia de la opinión pública matriz. 105 2.6. El rol de los medios y del debate público. 111 2.7. De la “Agenda setting” a la “Agenda Building” 122 CAPÍTULO II. EVOLUCIONES TECNOLÓGICAS DE LOS MEDIOS. 1. Evoluciones tecnológicas y nuevos medios 135 1.1. La gran revolución: la digitalización 137 1.2. Algunas particularidades de la digitalización 139 1.3. Características de la digitalización 143 1.3.1. Convergencia. 143 1.3.2. Interactividad 150 2. Características del sistema digital como nuevo ambiente comunicaciónal 158 2.1. Qué son entonces los nuevos medios 159 2.2. Características de los nuevos medios 161 2.2.1. Características de los nuevos medios según Lev Manovich 161 2.2.2. Características de los nuevos medios según Jan Van Dijk 165 2.2.3. Características de los nuevos medios según Denis McQuail 166 2.3. Algunas diferencias entre viejos y nuevos medios 168 2.4. Principales operaciones de los nuevos medios 170 2.5. Tipología de los nuovos medios 171 2.5.1. Internet 173 2.5.2. La web 178 2.5.3. El blog 183 2.5.4. El wiki 185 2.5.5. Los feed 187 2.5.6. El podcast 188 2.5.7. La realidad virtual 190 2.5.8. Las redes sociales1912.6. Nuevo ambiente comunicativo 195 2.7. El nuevo panorama mediático según Henry Jenkins 197 2.8. Nuevo tráfico informativo 199 3. Articulación de la comunicación mediada (de masa y no de massa) en la era digital 201 4. De la multimediáticoidad a la crossmediáticoidad 206 5. Media on demand: accesibilidad e interactividad 213 Conclusiones 220 CAPÍTULO III. MEDIOS Y TRASFORMACIONES SOCIO-CULTURALES. 1. La realidad social y la influencia de la tecnología 225 2. Los intentos de definición de la sociedad actual 234 2.1. Sociedad de la información 234 2.2. Sociedad global 235 2.3. Sociedad postmoderna 238 2.4. Segunda modernidad 240 2.5. Sociedad del riesgo 241 2.6. Sociedad líquida 243 2.7. Sociedad compleja 247 2.8 Sociedad en red 249 2.9. Una conclusión provisoria. 254 3. Las nuevas modalidades de comunicación en la sociedad actual. 255 4. Masificación y demasificación en la sociedad 259 5. Medios, digitalización y ridefinición de las categorias espacio y tiempo 265 6. Cambio en la dinámica de la memoria: externalización y aumento de su capacidad 272 7. Las nuevas formas de socialidad 278 8. Influencia de la red sobre la costrución de la identidad 284 9. Nuevos medios: entre socialización y aislamiento. 291 10. Conocimiento mediado 294 11. Las potencialidades ofrecidas por la digitalización 299 Conclusiones 308 CAPÍTULO IV. MUNDO DIGITAL Y FORMACIÓN DE LA OPINIÓN PÚBLICA. 1. LAS CONSECUENCIAS SOBRE LA ESFERA PÚBLICA 315 1.1. Configuración de la esfera pública en el mundo digital 315 1.2. El globale y el local: el glocal 320 1.3. Público y privado 323 1.4. Medios tradicionales y nuevos medios en la esfera pública 324 1.5. Dinámicas en la esfera pública 327 2. LA EVOLUCIÓN DE LA OPINIÓN PÚBLICA INSTRUMENTAL 330 2.1. Nuevos medios o remediatización. 331 2.2. Mass media y personal media 336 2.3. El desarrollo de la convergencia multimediático 342 2.4. Características de la función informativa 344 2.5. Link multimediáticos: Profundización, confrontación y contextualización de la información 350 2.6. De la deadline a la dinámica de flujo 353 2.7. El rol del periodista en la era digital 354 2.8. Nuevas dinámicas periodísticas en la era digital 359 2.9. Las relaciones entre fuente, medios, periodista, público. 365 2.10. Los nuevos patrones de la información. 369 2.11. La explotación económica de la red 372 3. EL NACIMIENTO DE NUEVAS CATEGORIAS SUBJETIVAS 381 3.1. El nuevo público del mundo digital: de los públicos pasivos a los públicos activos 382 3.2. El periodismo participativo 386 3.3. El nuevo público del web 2.0 394 3.4. El nuevo público de las redes sociales 385 3.5. Nuevas dinámicas de fruición de la información 401 3.6. La dieta mediática digital. 404 3.7. Poderes de los nuevos emisores “organizados” 406 4. LA OPINION PÚBLICA Y SU FORMACIÓN EN EL MUNDO DIGITAL 4.1. Teorías sobre sobre la opinión pública a la luz de la digitalización 410 410 4.1.1. Espiral del silencio 412 4.1.2. Agenda setting 415 4.1.3. La redución de la complejidad y la cualidad del debate en el ámbito de la abundancia informativa 420 4.2. Repercusiones sobre la formación de la matriz de la opinión pública 427 4.3. La opinión pública en el mundo digital 430 4.4. Prospectiva ética 437 4.5. Digital divide 444 4.6. Prospectivas en el ámbito eclesial 446 BIBLIOGRAFÍA 480 Camilo CASTELLANOS CÁRDENAS Introducción El término “sociedad de la información” es hoy ampliamente difundido y aceptado también en el lenguaje común. Como Denis McQuail señala "la idea de una sociedad de la información es el marco más interesante -y sin duda el más calificado- para comprender e individuar las fuerzas de cambio en la sociedad contemporánea."1 La cantidad de información disponible en la sociedad actual es enorme respecto al pasado, gracias a una gran cantidad de canales tradicionales y nuevos y a las convergencias entre ellos. Como afirma Frank Webster: El término "sociedad de la información" es ampliamente utilizado tanto en el ámbito académico como, en general, en la sociedad. Basta con abrir un periódico o encender la televisión para encontrar referencias a la nueva era de la información, o desplazarse por los libros de los estantes de las librerías para encontrar títulos que incluyan esas palabras. Hay muchos motivos por lo que esto sucede, pero el más relevante es sin duda la difusión de la información misma en nuestra propia era. La cantidad de información hoy disponible es mucho más amplio respecto al pasado: el ejemplo más evidente es la explosión de medios y productos mediáticos (desde canales de televisión por cable hasta los discos compactos, desde teléfonos celulares hasta Internet), y también de una rápida y acelerada difusión de las tecnologías informáticas en todos los aspectos de la sociedad, una creciente disponibilidad y demanda mundial de formación en la mayor parte de los sistemas sociales y un aumento de la ocupación en este sector laboral, que tiene que ver principalmente con la información (empleados, profesionales, formadores, etc.). Experimentando tales desarrollos de persona, no sorprende que muchos observadores se hayan 1 Denis McQUAIL, Sociologia dei media, Bologna, Il Mulino, 2004, 118. 17 La opinión pública en los medios de comunicación DIGITAL dedicado a describir nuestra era a través de uno de sus características más tangibles, por lo que, en modo lógico, se ha llegado, a la "Sociedad de la Información".2 El incremento cuantitativo ha llevado a una sobrecarga informativa, a una sobredosis cognitiva, que puede provocar desorientación, malestar y ansiedad por la dificultad para seleccionar, comprender, valorar la información circulante, a causa, no solo, de la cantidad de los mensajes, sino también de la velocidad de su difusión a través de canales cada vez más sofisticados.3 En este contexto existe una creciente dificultad de hacer sentir la propia voz. Existe el peligro que la cantidad de mensajes en circulación se traduzca en un indistinto rumor de fondo, vanificando el valor mismo de la información, su preciosa función de unión entre los individuos y el ambiente en el cual viven. En este contexto, afirma Giuliano da Empoli que: … la disponibilidad de nuevos instrumentos tecnológicos ha jugado un rol importante. Del lado de la oferta, es claro que la puesta a punto de nuevos instrumentos ha agilizado la producción y la transmisión de la masa de datos que se vierte, cada día, en las casas y en las oficinas de las ciudades en las que vivimos. Se ha aumentado, de consecuencia, la invasión del bombardeo informativo, que se hace presente en cualquier lugar y en cualquier momento de nuestra vida. Del lado de la demanda, entonces, es evidente que la difusión de nuevas tecnologías en todos los ámbitos, personales y profesionales de la vida social ha incrementado de manera 4 desmedida los desafíos de la sociedad del conocimiento. Este estado de cosas repercute de modo relevante sobre la formación de la opinión pública, cuya importancia se encuentra no solamente en el 16 2 Frank WEBSTER, La società dell'informazione rivisitata, in L. A. LIEVROUW – S. LIVINGSTONE (Eds.), Capire i new Media. Culture, comunicazione, innovazione tecnológica e istituzioni sociali, Milano, Editore Ulrico Hoepli, 2007, 393. 3 Cf. Sara BENTIVEGNA, Disuguaglianze digitali. Le nuove forme di esclusione nella società dell'informazione, Bari, Laterza, 2009, 130. 4 Giuliano DA EMPOLI, Overdose, La società dell'informazione eccessiva, Venezia, Marsilio, 2002, 10. Camilo CASTELLANOS CÁRDENAS ámbito político, sino también en el social, cultural, religioso: se trata de un fenómeno del cual depende la formación del consenso en el ámbito social y político del momento que ejercita un influjo y un peso grandísimo en la 5 vida privada y pública de los ciudadanos. En el proceso de formación de la opinión pública, entendida como toma de posición de parte de una colectividad de frente a un tema o una noticia de carácter polémico, juega un rol fundamental la información, sobre cuyo destino se asoma hoy la incógnita debida al desarrollo del proceso de digitalización, del cual pueden derivar repercusiones de difícil valoración que concierne a las estructuras organizativas y las repuestas del público. En definitiva, el rol mismo de la información y, de consecuencia, también la dinámica de formación de la opinión pública. Hoy, la digitalización está transformando por completo el sistema de la comunicación. Operando sobre los medios tradicionales y poniendo a disposición nuevos medios que crean un innovador panorama mediático: un universo fluido, en el cual plataformas y contenidos se deslizan los unos sobre los otros con métodos llamativos, donde prácticas sociales innovadoras se sobreponen a aquellas más tradicionales, y en las cuales, oportunidades y desigualdades se presentan remezcladas y redefinidas, sobre el escenario global como sobre aquel local.6 Baste pensar en el futuro de la red, el destino de los periódicos impresos, y el de la televisión “generalista”, la crisis del viejo equilibrio entre productores y distribuidores de contenidos, el rol mismo de los periodistas y las modalidades de fruición de los medios de parte de cada receptor. La realidad producida por las tecnologías del mundo digital, por los nuevos medios, por los desarrollos de la informática y de la telemática, no es una moda pasajera sino una verdadera y propia revolución, como han mencionado Fabio Ciotti y Gino Roncaglia, en su trabajo sobre la evolución de los medios y las consecuencias de la digitalización. Se trata de una revolución que se refiere al modo de producir, elaborar, recoger, 5 Cf. PONTIFICIA COMMISIONE PER LE COMUNICAZIONI SOCIALI, Istruzione Pastorale Communio et progressio, 23 marzo 1971, in Enchiridion Vaticanum, 4. Documenti ufficiali della Santa Sede 1971-1973. Testo ufficiale e versione italiana, Bologna, Edizione Dehoniane, 1980, 348. 6 Cf. Fausto COLOMBO (Ed.), La digitalizzazione dei media, Roma, Carrocci, 2007, 11-12. 17 La opinión pública en los medios de comunicación DIGITAL intercambiar información que lleva consigo consecuencias culturales, sociales, políticas, económicas de gran relieve. Los desarrollos tecnológicos a los cuales estamos asistiendo nos están pidiendo hacer elecciones de gran importancia en la organización económica y productiva, cultural, en los campos de la instrucción, de la formación profesional, de las infraestructuras, de la organización del trabajo, e incluso del empleo del 7 tiempo libre. Afirma Fausto Colombo, estamos frente a un fenómeno extremadamente complejo, que no es solo una “sustitución” tecnológica (del analógico a la digitalización) sino que incide fuertemente sobre fundamentales dimensiones del sistema social en el cual vivimos.8 Porque en el ámbito de la formación y de las modificaciones de la opinión pública han asumido desde hace tiempo un rol fundamental los medios de comunicación, se vuelve importante comprender el cambio en curso en la vida de estos medios tradicionales y nuevos y, en particular, las consecuencias derivadas del ya avanzado fenómeno de la digitalización. Se trata de considerar, las modificaciones de las modalidades productivas, de los modelos de recepción concernientes a los medios de comunicación y su “destino”. Esto llevará a valorar las consecuencias sobre la esfera relacional, la dinámica de la socialización y la reducción de los espacios físicos de 9 encuentro. Después esta revolución digital nuestro universo informativo no será simplemente una reformulación en un nuevo lenguaje, ni de elecciones únicamente tecnológicas. La digitalización involucra directamente nuestros modos de representar, intercambiar y organizar la información.10 El punto de partida es el fenómeno de la opinión pública, la valoración de su importancia, las teorías que definen la naturaleza y explican las modalidades de su formación y de sus modificaciones. Las contribuciones de las teorías de la Agenda setting, de la Espiral del silencio, del 7 8 9 10 16 Cf. Fabio CIOTTI e Gino RONCAGLIA, Il mondo digitale. Introduzione ai nuovi media, Roma, Laterza, 2008, v-vi. Cf. COLOMBO, La digitalizzazione dei media, 15. Cf. Luigi SPEDICATO (Ed.), La vita on line. Strategie di costruzione del sè in rete, Lecce, Besa, 2008. Cf. CIOTTI - RONCAGLIA, Il mondo digitale, 29. Camilo CASTELLANOS CÁRDENAS funcionalismo, los clásicos estudios de Walter Lippmann y de Jürgen Habermas y los trabajos sistemáticos de Vincent Price, Giorgio Grossi y Vitaliano Rovigatti, para hacer referencia a una definición de la opinión pública y valorar las modalidades de su formación. Se estudiará el modelo de Vitaliano Rovigatti, que explica la opinión pública como complejo proceso psicosocial y que ayudará a entender su naturaleza y su dinámica. Para el estudioso italiano, la opinión pública constituye un fenómeno psicosocial dinámico y complejo, que viene referido a un público, es decir a un conjunto de personas (opinión pública en sentido subjetivo), caracterizado por una toma de posición (opinión pública en sentido objetivo) que nace cuando el conocimiento de un hecho o la proposición de un tema de interés provocan la reacción de la matriz de la opinión pública. Y que se forma y manifiesta gracias a diversos canales (opinión pública en sentido instrumental).11 La opinión así entendida, se forma como reacción a un conjunto de factores que Rovigatti llama “matriz”. Esto es a nivel objetivo del fenómeno, pero hay que ir a las raíces, las causas remotas que reaccionan frente al verificarse de un evento, a la noticia de un hecho, al relieve asumido por un tema.12 Es importante determinar las características principales del mundo digital, lo que permite fenómenos de convergencia, interactividad, variabilidad, fluidez y multimediáticoidad de los contenidos. Lev Manovich, las enumera: representación numérica, modularidad, automatización, variabilidad y transcodíficación. Junto con las propuestas de Jan Van Dijk, como la convergencia (integración) y la interactividad, para comprender la dinámica de la digitalización. El mundo digital es un mundo de alta tecnología que involucra medios tradicionales y que desarrolla nuevos medios. El estudio de estos últimos no se limita solo al aspecto tecnológico, considera tres componentes fundamentales: los artefactos o dispositivos, utilizados para comunicar y transmitir el significado; 11 12 Cf. Vitaliano ROVIGATTI, Scienza dell'opinione pubblica, Milano, Edizione Paoline, 1985, 19. Cf. ROVIGATTI, Scienza dell'opinione pubblica, 39. 17 La opinión pública en los medios de comunicación DIGITAL las actividades y las prácticas, que los individuos adoptan para comunicar o compartir las informaciones; la organización social o las formas organizativas 13 que se desarrollan en torno a los dispositivos y a las prácticas. Seguidamente, se profundiza en la dinámica evolutiva de nuevos medios según la prospectiva de Roger Fidler, Jay David Bolter y Ricard Grusin. Para Fidler, éstos hacen parte de un proceso de mediamorfosis, la capacidad de adaptarse al propio ambiente, a los avances tecnológicos y a las exigencias de las audiencias. Con el lenguaje digital estamos viviendo la tercera gran mediamorfosis después de aquellas generadas por el lenguaje oral y el escrito.14 Para Jay David Bolter y Richard Grusin los nuevos medios son el resultado de un proceso de rimediation en la cual los medios más viejos 15 vienen tomados, remodelados o absorbidos por aquellos nuevos. Después por el estudio del contexto social, como fondo en el cual sucede esta revolución, se aborda las teorías de Zygmunt Bauman sobre la modernidad líquida; de Ulrich Beck sobre la sociedad del riesgo; de Anthony Giddens sobre la modernidad reflexiva; de Jean François Lyotard sobre la postmodernidad; de Manuel Castells sobre la sociedad de las redes; de Niklas Luhmann sobre la sociedad compleja. Estas contribuciones y las hipótesis formuladas servirán para delinear un esquema de referencia sobre la sociedad actual. En particular, las hipótesis sobre el rol de los nuevos espacios de discusión en red que ven de frente una visión mesiánica: la red como modelo de una sociedad diseñada desde abajo,16 la blogósfera como lugar de construcción y compartir del conocimiento;17 y una destructiva: la capacidad democratizante de la red 13 14 15 16 17 16 Cf. Leah A. LIEVROUW - Sonia LIVINGSTONE (Eds.), Capire i new Media. Culture, comunicazione, innovazione tecnológica e istituzioni sociali, Milano, Editore Ulrico Hoepli, 2007, XIX. Cf. Roger FIDLER, Mediamorfosi. Comprendere i nuovi media, a cura di Andò Romana Alberto Marinelli, Milano, Angelo Guerini e Associati, 2000. Cf. Alberto MARINELLI, Dallo “spazio dello scrivere” alla “Rimediazione”, in Jay David BOLTER e Richard GRUSIN, Remediation. Competizione e integrazione tra vecchi e nuovi media, a cura di Alberto Marinelli, Milano, Guerini Studio, 2002, 17. Cf. Giuseppe GRANIERI, La società digitale, Roma-Bari, Laterza, 2006, 22. Cf. Giuseppe GRANIERI, Blog Generation, Roma-Bari, Laterza, 2009, 74. Camilo CASTELLANOS CÁRDENAS contra su capacidad de matar nuestra cultura y de destruir también nuestra 18 economía. No se puede, de hecho, hipotizar ingenuamente una “garantía 19 digital” en el mejoramiento de la cultura y de la información. Otros aspectos tienen que ver con las desigualdades digitales y las nuevas formas de exclusión en la sociedad de la información. La evidencia parece demostrar que internet reproduce mecanismos de exclusión que se han verificado en el pasado, y que se reproponen con modalidades nuevas 20 (digital divide). Sobre lo digital hay más incertidumbres que certezas. Esta información organizada, recogida, elaborada y difundida parece hipotizar y dirigir la evolución tecnológica sobre la formación de la opinión pública y la incidencia que este fenómeno tiene en la vida de los individuos y de la colectividad. 18 19 20 Cf. Andrew KEEN, Dilettanti.com. Come la rivoluzione del web 2.0 sta uccidendo la nostra cultura e distruggendo la nostra economia, Padova, Grafica Veneta s.p.a., 2009. Cf. Fabio METITIERI, Il grande inganno del web 2.0, Roma-Bari, Laterza, 2009. Cf. BENTIVEGNA, Disuguaglianze digitali, 195. 17 CAPÍTULO I LA OPINIÓN PÚBLICA Y SU PROCESO DE FORMACIÓN 1. PARA UNA DEFINICIÓN DE LA OPINIÓN PÚBLICA 1.1. La opinión pública: un concepto polémico El fenómeno de la opinión pública es considerado de relevante interés en el ámbito científico, así como en el periodístico, pero su definición es muy controvertida. Vincent Price sostiene a propósito que: El concepto de opinión pública es uno entre los más vitales y duraderos en el ámbito de las ciencias sociales. Ampliamente utilizado en psicología, sociología, historia, politología, encuentra aplicación, en el campo de la comunicación, tanto en la investigación teórica como en la empírica. Son pocos los conceptos que han producido tal interés social y científico o estimulado el debate intelectual en modo igualmente vasto, y ciertamente poquísimos cuyas raíces llegan así profundamente 21 en el pensamiento occidental. Pero el mismo Price advierte que “si bien sea utilizado frecuentemente, 22 el concepto de opinión pública sigue siendo polémico” no ayuda a la claridad, la tendencia a considerar el fenómeno solo en el ámbito político. Elisabeth Noelle-Neumann, a la cual se debe una de las más acreditadas teorías sobre la opinión pública y sobre su formación, afirma que generaciones de filósofos y juristas, históricos, politólogos y estudiosos de comunicación “se han esforzado radicalmente” en la tentativa de dar una definición clara del fenómeno. El estudioso americano Harwood Childs, 21 22 Vincent PRICE, L'opinione pubblica, Bologna, Il Mulino, 2004, 7. PRICE, L'opinione pubblica, 7. 23 La opinión pública en los medios de comunicación DIGITAL en su Public Opinion: Nature, Formation and Role ha puesto juntas 50 definiciones encontradas en el patrimonio literario.23 En los años cincuenta y sesenta se multiplicaron incluso las peticiones de renunciar a 24 este concepto. Y no han falt ado estudiosos que, incluso provocatoriamente, han negado su existencia. En los diccionarios se hace referencia al modo de pensar de la mayoría, y se excluye así del fenómeno el pensamiento de las minorías. En realidad, como ha escrito Vitaliano Rovigatti, se da frequentemente por descontado el significado de esta expresión y no nos damos cuenta que esta viene usada con significados diversos. 25 Conviene por esto considerar estos significados, siguiendo la síntesis formulada por el mismo Rovigatti, una huella fecunda para poder arribar a un concepto compartido del fenómeno, condición preliminar para valorar la importancia y, luego, para individuar el proceso de su formación y los factores que inciden en ella. 1.1.1. Claridad en los conceptos El primer paso que debemos hacer para acercarnos a nuestro objeto de estudio es analizar conceptos que componen la expresión para después definir el fenómeno en su conjunto. “El termino opinión asume en inglés y en francés el significado lineal del latín opinio, opinión o juicio incierto, no 26 plenamente demostrado.” Entonces, por “opinión” se entiende, una toma de posición o un “punto de vista” individual sobre un aspecto de la realidad. La palabra es de derivación latina: opinio como opinión, conjetura, expectativas, suposición, creencia, pensamiento, idea, parecer, visión, prejuicio (según el diccionario Georges-Calonghi). Se presenta, entonces, como un punto de vista, sobre un hecho o un problema 23 24 25 26 24 Cf. Harwood CHILDS, Public Opinion: Nature, Formation and Role, Princeton, N.J., Torino, New York, London, D. van Nostrand Company, Inc, 1965. Cf. Elisabeth NOELLE-NEUMANN, La spirale del silenzio. Per una teoria dell'opinione pubblica, Roma, Meltemi, 2002, 107. Cf. Vitaliano ROVIGATTI, Scienza dell'opinione pubblica, Milano, Edizione Paoline, 1985, 5. Jürgen HABERMAS, Storia e critica dell'opinione pubblica, Roma-Bari, Laterza, 2006, 103. Camilo CASTELLANOS CÁRDENAS polemico, caracterizada por una carga emotiva que es inversamente proporcional a su dimensión cognitiva y que le confiriere una fuerte radicalidad y una típica tendencia defensiva. La opinión no es, de hecho, un juicio fundado en un conocimiento profundo, sino una valoración más o menos superficial, derivada del estado de conocimiento del individuo, combinado con su estado de ánimo emotivo. La distinción de Platón entre Doxa (el pensamiento discursivo, el juicio aproximativo, no científico, opuesto al verdadero saber) y Razón (el pensamiento científico, el saber de los doctos). También San Tomás considera la opinión 27 acompañada del temor de su incerteza. Buscando la genealogía de la opinión pública, Noelle-Neumann afirma que ésta es un fenómeno de naturaleza pancultural que se encuentra en todos los pueblos y en todas las épocas. Pone el origen de este fenómeno hace 2000 años y recuerda como Cicerón en el 50 a.C hablaba de opinión pública a su amigo Attico. Otros pensadores que hacen referencia son: Justiniano, Erasmo de Rotterdam (habla de “opiniones publicae”), Montaigne, Rousseau. Otros conceptos que en parte son sinonimos y que fueron usados en literatura y filosofía: leyes no escritas (Tucídides, Aristóteles), reputación (Maquiavelo, Richelieu, Locke), vox popoli (Antiguo Testamento), publica voz (Maquiavelo), voix du peuple (Bodin), voix publique (Montaigne, Richelieu).28 No se puede identificar la palabra opinión con la palabra juicio. El juicio porta consigo un grado de securidad que falta, generalmente, en la opinión. De hecho, quien se forma una opinión lo hace sin que eso comporte un bagaje de conocimientos, profundizaciones, empujado más de una natural tendencia o de la necesidad de tomar posición, cuando está 29 en juego un interés personal o colectivo, más o menos relevante. Para Giovanni Sartori las opiniones son convicciones débiles y variables que si 27 28 29 Cf. Adriano ZANACCHI, Opinione pubblica. Mass media. Propaganda, Roma, LAS, 2006, 13-14. Cf. Elisabeth NOELLE-NEUMANN, Chiave lessicale per una teoria dell'opinione pubblica, in Stefano CRISANTE, L'onda anonima, Roma, Meltemi, 2004, 204. Cf. ZANACCHI, Opinione pubblica. Mass media. Propaganda, 5. 25 La opinión pública en los medios de comunicación DIGITAL se vuelven profundas y radicadas se llaman creencias.30 El término opinión ha asumido en el curso del tiempo, dos significados diferentes: aquel de un juicio superficial y aquel de reputación, fama, consideración, aquello que se representa en la opinión de los otros.Hobbes, por ejemplo, ha metido en la esfera del opinar también los actos de la fe, además de los juicios y las creencias. Locke a su vez ha identificado tres leyes generales que informan el comportamiento humano: la ley divina, la ley civil y la ley de la opinión o reputación, esta última entendida como aprobación social.31 Hume ha afirmado que el verdadero fundamento de cada gobierno es la opinión de 32 gobernados. En cuanto al termino “público”, se puede decir que esta presente en la expresión como adjetivo. En tal sentido indica eso que se “hace público”, de propiedad del estado, o accesible a todos y que tiene que ver con las cuestiones de interés común. Denota también el conocimiento difundido, la notoriedad.33 Walter Privitiera nos recuerda que “la noción de 'público' se caracteriza siempre cada vez más por la connotación semántica que la opone a 'secreto'; el público es eso que es abierto a todos, eso que es 34 accesible y controlable.” Pero la opinión es pública, cuanto hace referencia a un “público”, entendido como sustantivo, es decir, como un conjunto de individuos, una colectividad. 1.2. Los tres significados de la expresión según Vitaliano Rovigatti El estudioso italiano, indica tres aspectos fundamentales del fenómeno: subjetivo, instrumental y objetivo. En sentido subjetivo, la expresión viene usada para indicar un cierto “público”, el conjunto de las personas portadoras de una determinada opinión pública. En tal sentido se puede hablar de opinión pública francesa, italiana, o pública trabajadora, campesina refiriéndose al sujeto colectivo portador de una determinada 30 31 32 33 34 26 Cf. Giovanni SARTORI, Homo videns, Roma-Bari, Laterza, 2007, 44. Cf. Jürgen HABERMAS, Storia e critica dell'opinione pubblica, 104-106. Cf. ZANACCHI, Opinione pubblica. Mass media. Propaganda, 15. Cf. HABERMAS, Storia e critica dell'opinione pubblica, 4. Walter PRIVITERA, Sfera pubblica e democratizzazione, Roma, Laterza, 2001, 56. Camilo CASTELLANOS CÁRDENAS opinión pública. En sentido objetivo, la expresión “opinión pública” no se refiere más al público portador, sino al producto formal del proceso psicocolectivo propio de un público. Una realidad objetiva, capaz de ser examinada en su naturaleza, en sus elementos componentes, en sus evoluciones. En sentido instrumental, se habla de opinión pública en referencia a los medios con los cuales se facilita el nacimiento o a través de 35 los cuales esta se manifiesta: prensa, radio, cine, televisión, comicios, etc. En este libro haré referencia a los tres aspectos del fenómeno, el más relevante -preliminarmente- es el objetivo, mientras las consideraciones sobre su proceso formativo llevarán a considerar también la dimensión subjetiva y aquella instrumental. Esta última se convertirá después en el objeto principal en relación a la preponderancia asumida del fenómeno de la digitalización. Bajo el perfil objetivo, la opinión pública se presenta como el producto formal del proceso psico-colectivo propio de un público. Y es esta síntesis propuesta por Rovigatti habrá que profundizar ulteriormente el concepto de opinión pública examinando las contribuciones de los estudiosos que se han ocupado del fenómeno. Rovigatti propone una articulación de la realidad objetiva de la opinión pública, capturando dos significados distintos: opinión pública juicio, opinión pública matriz. La opinión pública “juicio”, afirma Rovigatti: Participa –al menos en la gran mayoria de los casos– de la naturaleza misma de la opinión pública individual: es decir, no tanto un juicio formulado sobre la base de un examen crítico de quien está en posesión de suficientes datos para hacerlo, sino toma de posicion diversamente motivada que implica un fuerte empeño de parte del individuo, el cual, 36 una vez expresa su opinión, la defiende para defender el propio yo. 35 36 Cf. ROVIGATTI, Scienza dell'opinione pubblica, 36. ROVIGATTI, Scienza dell'opinione pubblica, 39. 27 La opinión pública en los medios de comunicación DIGITAL La opinión pública “juicio” tiene además una determinada configuración en razón del estímulo (evento, declaración, situación, etc.), del cual se viene a conocimiento, en razón del precedente estado de 37 opinión pública (opinión pública matriz). El recurso a la palabra “juicio”, por otra parte, puede ser fuente de una cierta confusión, en cuanto al termino implica no ya un conocimiento necesariamente profundo, más bien, un valoración más o menos superficial (“opinión”); sin embargo, formulada, expresa, independientemente de su fundamento en términos de conocimiento, competencia y racionalidad, con referencia a la distinción (y a la oposición) platónica entre doxa (pensamiento discursivo, valoración aproximativa) y razón (el saber, fundado en un madurado criterio de profundización).38 Afirma Zanacchi: La opinión se presenta en otras palabras, como la expresión de un “punto de vista” (favor, e contra, o tambien indiferencia) sobre un hecho o problema polémico, caracterizada de una carga afectiva que frequentemente es inversamente proporcional a su dimension cognitiva, que le confiere una fuerte radicalidad y una típica tendencia 39 defensiva. Giorgio Grossi, después de haber examinado, junto a lo propuesto por Habermas, los modelos o paradigmas interpretativos de la opinión pública elaborados por Lippmann, Luhmann, Noelle-Neumann y Crespi, e incluso afirmando de haber “contribuido a disolver en parte muchas de las nebulosas que envuelven todavía el fenómeno en cuestión”, admite que permanecen aún sobre el tapete muchas cuestiones sin resolver y muchos interrogantes privados de la adecuada convalidación y de verificación empírica: Cuestiones e interrogantes que reenvían, de un lado, a una carencia de definición profunda y detallada de la public opinion misma – pero que cosa es, en definitiva: ¿una idea, un valor, una fuerza, una institución, un actor virtual una estrategia discursiva, un artefacto manipulativo? Cuestiones e interrogantes que reenvían a la carencia de una definición 37 38 39 28 Cf. ROVIGATTI, Scienza dell'opinione pubblica, 39. Cf. ZANACCHI, Opinione pubblica. Mass media. Propaganda Roma, 13-16. ZANACCHI, Opinione pubblica. Mass media. Propaganda Roma, 13. Camilo CASTELLANOS CÁRDENAS comúnmente compartida, a la fallida explicitación de la referencia social del fenómeno, es decir a la identificación concreta de sujetos, aparatos, procesos y contextos que hacen posible su formación, 40 activación y posible influencia. 1.3. Walter Lippmann, el psedoambiente y la influencia de los medios Llamamos sumariamente asuntos públicos aquellos aspectos del mundo externo que tiene que ver con el comportamiento de otros seres humanos, en cuanto este comportamiento se cruza con el nuestro, dependa de nosotros, o nos interese. En cambio, las imágenes que están en la mente de estos seres humanos, las imágenes de sí mismos, de otros, de sus necesidades, de sus intenciones y de sus relaciones, son sus opiniones públicas. Las imágenes en base a las cuales actúan grupos de personas, o individuos que actúan en nombre de grupos, constituyen la Opinión Pública con las iniciales 41 mayúsculas. Walter Lippmann (1889-1974) es considerado uno de los pioneros en los estudios sobre la opinión pública. Su obra fundamental en materia es “Public Opinion” publicada en el 192242 que ha introducido el término y el 43 tema en las ciencias sociales y propone una concepción pesimista del fenómeno. Él subraya la importancia como fuente de influencia sobre las decisiones políticas, pero describe negativamente las modalidades de formación. La imagen de la realidad que se forma en la mente de los individuos es obra de los medios. Lippmann subraya la importancia de la prensa en la producción de las “imágenes” que contribuyen a la formación de la opinión pública. Afirma, que los periódicos contribuyen a la construcción de un pseudo-ambiente y alimentan los estereotipos sociales. 40 41 42 43 Giorgio GROSSI, L'opionione pubblica, Roma, Laterza, 2004, 78. Walter LIPPMANN, L'opinione pubblica, Roma, Donzelli Editori, 2004, 22. In Italia il volume è stato pubblicato nel 1963. Cf. Judith LAZAR, L'opinion publique, Paris, Dalloz, 1995, 33. 29 La opinión pública en los medios de comunicación DIGITAL “Se admite universalmente que la prensa es el medio principal de contacto 44 con el ambiente que esta fuera de nuestro campo visual.” De hecho, los mass media ofrecen los elementos cognoscitivos con base en los cuales los sujetos toman decisiones y actúan. Los mass media juegan un rol relevante no solo en el suministrar información sobre eventos, sino sobre todo, en ofrecer las referencias contextuales al interno de los cuales dar sentido a los 45 eventos. Pero Lippmann sostiene que “no existe alguna prospectiva que en un futuro previsible el ambiente invisible se vuelva todo así claro a los individuos de permitirles de arribar espontáneamente a opiniones 46 públicas sensatas sobre todo aquello que tiene que ver con el gobierno.” Zanacchi menciona que el periodista americano manifiesta su pesimismo cuando afirma que la libertad de los ciudadanos no es de hecho una garantía de objetividad en la opinión pública moderna, desde el momento en el cual la realidad es un mundo desconocido.47 Además, el estudioso americano subraya la presencia y la fuerza de los estereotipos como un elemento importante en el proceso de formación de la opinión pública. Afirma de hecho: Y así... examinaremos ante todo algunos de los motivos por los cuales la imagen interna a menudo engaña a los hombres en sus relaciones con el mundo externo. En primer lugar, consideraremos los principales factores que limitan su acceso a los hechos. Son las censuras artificiales, las limitaciones de los contactos sociales, el tiempo relativamente escaso que cada día se puede dedicar a seguir los asuntos públicos, la distorsión producida por la necesidad de comprimir los hechos en mensajes brevísimos, la dificultad de exprimir un mundo complicado con un pequeño vocabulario, y en fin el miedo de afrontar aquellos hechos que parecerían amenazar el habitual desarrollo de la vida de los individuos. 44 45 46 47 30 LIPPMANN, L'opinione pubblica, 231. Cf. Sara BENTIVEGNA, Teorie delle comunicazioni di massa, Roma-Bari, Laterza, 2003, 100. LIPPMANN, L'opinione pubblica, 225. Cf. ZANACCHI, Opinione pubblica. Mass media. Propaganda, 85. Camilo CASTELLANOS CÁRDENAS El análisis pasará luego de estos límites más o menos externos al problema de cómo este corriente de mensajes provenientes del externo venga influenciado por las imágenes colocadas en la mente, de los preconceptos y de prejuicios que interpretan, completan y a su vez fuertemente direccionan el movimiento de nuestra atención y nuestra misma visión.48 Según Lippmann, la relación entre individuos y realidad no es ni descontado ni espontáneo: el conocimiento, el acceso a la información, la elaboración de imágenes mentales que dan origen a las opiniones es un proceso de construcción de la realidad en la cual entran en juego factores diversos. A eso se agrega que la base 49 cognitiva de la opinión está representada por el estereotipo. Como ha observado Elisabeth Noelle-Neumann, Lippmann “descubre el elemento constitutivo más importante de la opinión pública, la cristalización de las concepciones y de las opiniones en el estereotipo 50 emotivamente cargado”. Se trata de un factor negativo, del momento que los estereotipos “transmiten inmediatamente asociaciones negativas o, en algunos casos, positivas. Estos guían las percepciones; atraen la atención sobre determinados elementos –por lo general negativos– y llevan a la percepción selectiva.”51 No hay tiempo ni la posibilidad para un conocimiento profundo. Es así que nos limitamos a mirar un rasgo, que caracteriza un tipo bien conocido, y llenamos el resto de la imagen gracias a los estereotipos que llevamos en la cabeza... Imaginamos la mayor parte de las cosas antes de tener una experiencia. Y estos preconceptos, si no hemos sido advertidos por la educación, inciden profundamente en el entero proceso de percepción.52 La aceptación de los estereotipos se lleva a cabo por una especie de economía mental que el estudio de las actitudes ha puesto claramente en 48 49 50 51 52 LIPPMANN, L'opinione pubblica, 23. Cf. GROSSI, L'opinione pubblica, 54. NOELLE-NEUMANN, La spirale del silenzio. Per una teoria dell'opinione pubblica, 237. NOELLE-NEUMANN, La spirale del silenzio. Per una teoria dell'opinione pubblica, 247. LIPPMANN, L'opinione pubblica, 68. 31 La opinión pública en los medios de comunicación DIGITAL luz. El pensamiento implica categorizaciones, gracias a las cuales los individuos clasifican sus experiencias y evitan reflexionar sobre cualquier aspecto de la realidad. Es un ahorro en el esfuerzo de reflexión y de comprensión. Lippmann ha tenido el mérito de detectar que nuestras opiniones cubren un espacio más amplio, un tiempo más largo, un número mayor de cosas de cuanto podemos directamente observar. Con sus generalizaciones y sus esquematizaciones, los estereotipos proveen una especie de guía para las actitudes y promueven “una integración en el grupo” desde el momento que comparten las mismas creencias representa 53 un fuerte ligamen y una fuente de seguridad. Afirma: “nos sentimos a nuestras anchas; estamos insertos; somos miembros; sabemos como comportarnos. Encontramos la fascinación del familiar, del normal, del seguro;”54 En ámbito lingüístico, el termino estereotipo, es usado para indicar expresiones y palabras a las que se recurre y en las cuales se reflejan opiniones y prejuicios, en general negativos, respecto a personas, grupos, categorías profesionales, etnias.55 “Una actitud fuertemente estructurada fundada sobre una base cognitiva débil, frecuentemente distorsionada, y 56 fuertes valencias emotivas.” Elisabeth Noelle-Neumann ha apreciado el pensamiento de Lippmann, definiendo su “Public Opinion” “un libro revelación”, incluso relevando “débil” la definición que da de la opinión pública. Desenmascara el autoengaño racionalista sobre el modo en cual los hombres del mundo moderno se informan, juzgan e actúan de consecuencia: con madurez y tolerancia. Observando, pensando y juzgando, como científicos involucrados en un esfuerzo incesante de captar la realidad en un modo objetivo, sostenidos en los mass media. El opone a esta ilusión otra realidad, mostrando como la gente se hace ideas, eso que esta captura en un mensaje, como lo reelabora, como lo 53 54 55 56 32 Cf. ZANACCHI, Opinione pubblica. Mass media. Propaganda, 190. LIPPMANN, L'opinione pubblica, 117. Cf. ZANACCHI, Opinione pubblica. Mass media. Propaganda,185. ZANACCHI, Opinione pubblica. Mass media. Propaganda, 186. Camilo CASTELLANOS CÁRDENAS hace circular. Lippmann ilustra, como de paso, fenómenos que las ciencias sociopsicológicas empíricas y la comunication research llevarán a la luz, trozo a trozo, solo decenios más tarde. En el texto de Lippmann no he encontrado una sola idea sobre el funcionamiento de la comunicación que no hay sido después confirmada y reconfirmada en el minucioso trabajo de los trabajadores y de la investigación sobre el 57 campo. En el trabajo de Lippmann, emerge la importancia de la opinión pública como fuente de influencia sobre las decisiones políticas y la descripción de las dinámicas formativas del fenómeno, trae conclusiones pesimistas, procedentes –y con mucho realismo, como subraya la NoelleNeumann– de la “diferencia entre las percepciones originales que un hombre puede tener y aquello que él viene a saber a través los otros, sobre todo a través los mass media”, un fenómeno del cual él no se da cuenta aunque tienda a apropiarse de eso que aprende para adaptar las propias ideas, así que “también la influencia de los mass media se convierte en gran parte inconsciente.”58 Lippmann trata el tema de la selección que sucede en la producción de las informaciones y por lo tanto el fenómeno del gatekeeping. El periódico es el resultado de una entera serie de elecciones: son los gatekeepers quienes deciden qué cosa viene difundido y que cosa, en cambio, viene “retenido”, que cosa “pasa” y que cosa “no pasa” a través las puertas de la información, sobre la base de eso que emerge de los sondeos. De la selección nace aquello que Lippmann ha llamado “pseudo-ambiente”, mientras la NoelleNeumann intitula uno de los parágrafos de su libro “eso que no viene reportado no existe”: la realidad de la cual los medios no se ocupa “tiene mínimas posibilidades de entrar a hacer parte de la realidad percibida de 59 los contemporáneos.” Giorgio Grossi afirma que Walter Lippmann, subrayando la naturaleza cognitiva del proceso, que en la formación de la opinión pública hay factores que substituyen un ambiente familiar y compartido, con un pseudo-ambiente, a cuya determinación contribuyen 57 58 59 NOELLE-NEUMANN, La spirale del silenzio. Per una teoria dell'opinione pubblica, 236. NOELLE-NEUMANN, La spirale del silenzio. Per una teoria dell'opinione pubblica, 239. NOELLE-NEUMANN, La spirale del silenzio. Per una teoria dell'opinione pubblica, 245. 33 La opinión pública en los medios de comunicación DIGITAL la propaganda política, la prensa, los intereses individuales, el egocentrismo, la manipulación simbólica, la experiencia de mundos y 60 realidad no más directa. A la visión sustancialmente pesimista de Lippmann se contrapone aquella de Charles Horton Cooley (1864-1929), para quien la prensa constituye un instrumento para formar y hacer crecer el público.61 El considera la opinión pública no un simple agregado de valoraciones individuales, sino una organización, un producto cooperativo de comunicación y de recíproca influencia e individua la razón de ser de la opinión pública en el “espíritu democrático”. El concibe la opinión pública como una fuente de la democracia pluralista, fruto de una autodirección deliberada y no de la discusión de una “casta”. Menciona Zanacchi que a su vez el filósofo y pedagogo John Dewey ha movido contestaciones al trabajo de Lippmann. El contesta que la opinión pública se manifieste solo cuando los individuos poseen representaciones correctas sobre el ambiente. Según él, esta emerge de las discusiones activas 62 en la vida de la comunidad. Aquello que falta, según Dewey, no es debido al hecho que las noticias ofrecen una representación inexacta de la realidad, como denunciaba Lippmann, desde el momento que su objeto no es de representar o de informar, sino de estimular la curiosidad. Eso que falta, según el filosofo, es el medio que permitirá elaborar este tipo de conversación: instituciones de la vida pública gracias a las cuales el público podría estar informado y que les permitiría de hacerse una opinión. El problema no es que no se disponga de una prensa eficaz, sino que no se poseen hábitos vitales, es decir capacidades de seguir un argumento, de aferrar el punto de vista del otro, de ampliar los límites de la comprensión, de debatir objetivos alternativos. La crítica de Dewey a Lippmann, está basada en que éste considera al público como un conjunto de espectadores pasivos más que actores que participan a acontecimientos.63 Dewey insiste sobre el rol activo de los individuos en el proceso de información y de 60 61 62 63 34 Cf. GROSSI, L'opinione pubblica, 55. Cf. PRICE, L'opinione pubblica, 27. Cf. ZANACCHI, Opinione pubblica. Mass media. Propaganda, 192. Cf. LAZAR, L'opinion publique, 39. Camilo CASTELLANOS CÁRDENAS conocimiento. Dewey pone en duda también la valoración de Lippmann acerca de la imposibilidad de una opinión pública “competente”.64 Por esto confía en la educación, en el mejoramiento de las modalidades y de las 65 condiciones del debate, de la discusión y de la persuasión. Sin embargo, él no ha dejado de observar que los medios pueden provocar serios daños sociales como la erosión de los valores comunitarios y el alejamiento de las masas de la vida política y democrática.66 Como se puede ver, el estudio sobre los efectos de la comunicación de masas no hay que polarizarse sobre la contraposición entre una visión pasiva y una activa del público en sus relaciones con los medios y entre la capacidad de los medios de favorecer la libertad y el desarrollo de la vida democrática, o de actuar como instrumento de condicionamiento y manipulación. Tales contraposiciones se verificaran también en la consideración de opinión pública y en la elaboración de las teorías que a ella se refieren.67 1.4. Jürgen Habermas y la esfera pública Jürgen Habermas (1929- ) ocupa un puesto relevante en el análisis historico-político de la opinión pública, que él considera como expresión de una epoca precisa, en la cual se forma y se consolida la “esfera pública” burguesa. Su concepción del fenómeno, es históricamente ligada a la desaparción de la arbitrariedad del poder absoluto y a la afirmación de la burguesía y favorecida por el desarrollo de la alfabetización y de la prensa. El análisis de Habermas tiene una visión eminentemente política de la opinión pública, que caracteriza gran parte de sus estudios. En sentido contrario se pueden citar Rovigatti, Mazzoleni y Grossi. Según Rovigatti “no hay de hecho motivos para no considerar la existencia de una opinión pública deportiva, religiosa, entre otros”;68 Gianpietro Mazzoleni, a su vez, 64 65 66 67 68 Cf. ZANACCHI, Opinione pubblica. Mass media. Propaganda, 193. Cf. PRICE, L'opinione pubblica, 28. Cf. ZANACCHI, Opinione pubblica. Mass media. Propaganda, 193. Cf. ZANACCHI, Opinione pubblica. Mass media. Propaganda, 193. ROVIGATTI, Scienza dell'opinione pubblica, 13-14. 35 La opinión pública en los medios de comunicación DIGITAL hace alusión a Dahlgreen y a la distinción de la noción de esfera pública de Habermas en “cultural” y “política”: “la primera es aquella en la cual circulan las ideas y las discusiones sobre la literatura y sobre las artes y no es necesariamente en relación con la democracia y la política”69 Grossi, sostiene que: No solo en el ámbito estrictamente político –aunque si sobretodo en este, en cuanto conectado a las decisiones autoritarias y a la gestión de los recursos materiales y simbólicos– sino también en muchos otros campos, de la economía a la finanza, de la justicia a la ética, de la religión al lifeworld, la opinión pública se convierto al mismo tiempo punto de referencia normativo y terreno de competición entre valores, intereses y pulsiones, sea individual que de grupo”.70 Según la línea interpretativa histórico-crítica de Habermas, la opinión pública constituye un instrumento de control y estímulo sobre la acción del gobierno. Esta es la voz de la sociedad civil, de aquella nueva clase social que basa su riqueza sobre el comercio y que se contrapone al soberano absoluto y a la aristocracia de la tierra sobre cuyos intereses se engrana el entonces dominante sistema político de la sociedad. La idea de opinión pública, como ha puesto en evidencia Paolo Mancini, nace con el pensamiento iluminista, se desarrolla con los fisiócratas y luego con los teóricos del liberalismo. Locke, en el Ensayo sobre el intelecto humano publicado en el 1690, habla de una Law of Opinion and Reputation que se impone, en cuanto ley común a los hombres, que regula su comportamiento y su coexistencia. En el curso de las luchas contra el Parlamento en Inglaterra y en las ideas de los padres fundadores de los Estados Unidos aparece la expresión public spirit mientras los iluministas franceses hacen referencias a la volonté générale. La dicción de public spirit, observa todavía Mancini, es muy usada en los escritos políticos y de usanzas que aparecen en los periódicos ingleses del 1700 (The Spectator y The Craftsman). Al lado de los periódicos nacen y se desarrolla algunos círculos donde, como en los cafés, en los teatros, en los salones de las casas privadas, se reúne la naciente burguesía. Los nuevos burgueses hablan de sus propios 69 70 36 Gianpietro MAZZOLENI, La comunicazione politica, Bologna, Il Mulino, 2004, 17. GROSSI, L'opinione pubblica, 127. Camilo CASTELLANOS CÁRDENAS negocios, pero desarrollan también una cultura y una sensibilidad nuevas, un pensamiento y una filosofía política. Generalizan e universalizan las propias peticiones económicas en el nombre del public spirit. Para Rousseau, la opinión pública, como voluntad general, se convierte en una entidad que tiene que ver con la comunidad en su conjunto. Esta es un dato universalista que deriva de los singulares privados y que todos los incluye. Pero en Rousseau hay diferencia entre voluntad general y opinión pública: la primera es impresionista, primordial, equivale al sentido común, nace de la relación con el sentir de los componentes de la comunidad, no implica alguna reflexión o interpretación. En Rousseau hay la separación entre voluntas (la voluntad general) y ratio (la opinión pública) que vendrá superada solo con Kant en el ensayo de 1795, Per la pace perpetua. Progetto filosofico. El filósofo alemán habla de publicidad come raíz de la opinión pública. Esta existe a partir de la posibilidad de desvelar y superar la lógica de los arcana imperii que dirige todas las elecciones del poder absoluto, determina la necesidad de conocer e indagar las elecciones políticas por este último operadas y sus motivaciones. La publicidad no es solo un principio ético, sino también jurídico: no existe derecho si este no presupone la posibilidad de la publicidad. La política podrá ser moral solo junto a la publicidad. Los gobernantes serán obligados a gobernar según justicia solo si las propias acciones podrán ser continuamente controladas a través de la publicidad. Según Habermas, en cambio, la opinión pública es el producto de la discusión entre los iluminados, es el fruto de los encuentros de salón, de teatro, de club. Ésta nace de la discusión entre los iluminados y se funda en la racionalidad de las argumentaciones.71 Es un fenómeno comunicativo de un conjunto de sujetos privados, los burgueses, que se reúnen en público, que discuten y luego hacen visibles peticiones, exigencias y necesidades. Se adopta un concepto clásico, aristocrático, de la opinión pública, como expresión de una época precisa, correspondiente a la opinión pública burguesa. Pero el público al cual hace referencia es solo 71 Cf. Paolo MANCINI, Opinione pubblica, in Franco LEVER - Pier Cesare RIVOLTELLA – Adriano ZANACCHI (Eds.), La comunicazione. Il dizionario di scienze e tecniche, Roma, Elledici, Rai-Eri, LAS, 2002, 843-846. 37 La opinión pública en los medios de comunicación DIGITAL una parte de la colectividad, que esta en grado de razonar y debatir sobre los hechos de importancia pública y que se ponen como interlocutores de los poderes públicos.72 La opinión pública no trae legitimación de la acrítica aplicación de una oscura voluntas, basada en arcana imperii, sino más bien de la disquisición informada que se basa en normas y leyes examinadas con el criterio de la ratio.73 La racionalidad contra la praxis de los arcana imperii se ha desarrollado en conexión con el público debate de los privados. Otra característica de la esfera pública burguesa es la publicidad. Como los arcana imperii sirven al mantenimiento del poder fundado sobre la voluntas, así la publicidad debe servir a la instauración de una legislación fundada sobre la ratio.74 El principio de publicidad, que Habermas asume de Kant, es fundamental para la pública exposición, discusión y debate de le ideas. Según él, la publicidad se realiza no solo en la república de los doctos, 75 sino en el uso público que todos saben hacer de la razón. Se entrevé, por primera vez, una clase muy activa destinada a jugar un rol de primer plano en enfrentamiento de los poderes: la burguesía, para la cual se vuelven fundamentales instrumentos los primeros órganos de prensa entre

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