Canguilem - Lo normal y lo patologico 2da parte cap. 1 al 4 PDF
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Georges Canguilhem
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This document is a chapter from a book by Georges Canguilhem, discussing the concepts of normal and pathological. It examines the relationship between psychiatry, philosophy, and psychology. The keywords include philosophy, psychiatry, psychology, and medical history.
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## ¿EXISTEN CIENCIAS DE LO NORMAL Y DE LO PATOLÓGICO? ### CAPÍTULO PRIMERO ### INTRODUCCIÓN AL PROBLEMA Es interesante destacar que los psiquiatras contemporáneos han realizado en su propia disciplina una rectificación y un ajuste de los conceptos de normal y de patológico, de los cuales no parec...
## ¿EXISTEN CIENCIAS DE LO NORMAL Y DE LO PATOLÓGICO? ### CAPÍTULO PRIMERO ### INTRODUCCIÓN AL PROBLEMA Es interesante destacar que los psiquiatras contemporáneos han realizado en su propia disciplina una rectificación y un ajuste de los conceptos de normal y de patológico, de los cuales no parece que los médicos y fisiólogos se hayan preocupado por extraer una lección en lo que a ellos concierne. Quizá la razón de esto haya que buscarla en las relaciones habitualmente más estrechas de la psiquiatría con la filosofía por intermedio de la psicología. En Francia, sobre todo, Ch. Blondel, D. Lagache y E. Minkowski contribuyeron a definir la esencia general del hecho psíquico mórbido o anormal y sus relaciones con lo normal. En _La conscience morbide_, Blondel había descrito casos de alienación en que los enfermos aparecen al mismo tiempo como incomprensibles para los otros e incomprensibles para si mismos, en que el médico tiene verdaderamente la impresión de estar frente a otra estructura de mentalidad; él buscaba la explicación de esto en la imposibilidad en que se encuentran tales enfermos para transponer en los conceptos del lenguaje usual los datos de su cenestesia. Le es imposible al médico comprender la experiencia vivida por el enfermo, a partir de los relatos de los enfermos. Porque aquello que los enfermos expresan con los conceptos usuales no es directamente su experiencia, sino su interpretación de una experiencia para la cual se encuentran desprovistos de conceptos adecuados. D. Lagache se encuentra bastante lejos de ese pesimismo. Piensa que en la conciencia anormal es necesario distinguir entre variaciones de naturaleza y variaciones de grado; en ciertas psicosis la personalidad del enfermo es heterogénea con respecto a la personalidad anterior; en otras, la primera es una prolongación de la segunda. Con Jaspers, distingue Lagache entre psicosis no compren- ### ¿EXISTEN CIENCIAS DE LO NORMAL Y DE LO PATOLÓGICO? ### INTRODUCCIÓN AL PROBLEMA Sibles y psicosis comprensibles; en este último caso la psicosis aparece en relación inteligible con la vida psíquica anterior. Por lo tanto, la psicopatología es -salvo por las dificultades que plantea el problema general de la comprensión del otro- una fuente de documentos utilizable en psicología general, una fuente de luz que debe ser proyectada sobre la conciencia normal [66, 8.08-8]. Pero -y a esto queremos llegar- esta posición es totalmente diferente de la de Ribot, indicada precedentemente. De acuerdo con Ribot, la enfermedad (sustituto espontáneo de, y metodológicamente equivalente a la experimentación) alcanza lo inaccesible, pero respeta la naturalez de los elementos normales en los cuales descompone las funciones psíquicas. La enfermedad desorganiza pero no transform, revela sin alterar. Lagache no admite que la enfermedad sea asimilada a la experimentación. Una experimentación exige un análisis exhaustivo de las condiciones de existencia del fenómeno y una determinación rigurosa de las condiciones que se hacen variar para observar su incidencia. Ahora bien, en ninguno de estos puntos la enfermedad mental es comparable con la experimentación. En primer término, "nada es peor conocido que las condiciones en las cuales la naturaleza instituye tales experiencias, las enfermedades mentales: el comienzo de una psicosis se le escapa la mayoría de las v a al médico, al paciente, a su entorno; su fisiopatología, su anatomopatología son oscuras" [66, 8.08-5]. Además, “en el fondo de la ilusión que asimila el método patológico en psicología con el método experimental, se encuentra la representación atomista y asociacionista de la vida mental, se encuentra la psicología de las facultades" [ibid.]. Como no existen hechos psíquicos elementales separables, no es posible comparar los síntomas patológicos con elementos de la conciencia normal, por la razón de que un síntoma sólo tiene sentido patológico dentro de su contexto clínico que expresa una perturbación global. Por ejemplo, una alucinación psico-motora verbal está implicada en un delirio; y el delirio, en una alteración de la personalidad [66, 8.08-7]. Por consiguiente, la psicología general puede utilizar datos de la psicopatología con igual título honorífico epistemológico que los hechos observados en los normales, pero no sin una adaptación expresa a la originalidad de lo patológico. Contrariamente a Ribot, piensa Lagache que la desorganización mórbida no es la simétrica inversa de la organización normal. Pueden existir en la conciencia patológica formas sin equivalente en el estado normal y con las cuales sin embargo ### ¿EXISTEN CIENCIAS DE LO NORMAL Y DE LO PATOLÓGICO? ### CAPÍTULO SEGUNDO ### EXAMEN CRÍTICO DE ALGUNOS CONCEPTOS: DE LO NORMAL, DE LA ANOMALÍA Y DE LA ENFERMEDAD, DE LO NORMAL Y DE LO EXPERIMENTAL El _Dictionnaire de médecine_ de Littré y Robin define así lo normal: normal (normalis, de norma, regla) que es conforme a la regla, regular. La brevedad de este artículo en un diccionario médico no tiene por qué sorprendernos luego de las consecuencias que acabamos de exponer. El _Vocabulario técnico y crítico de la filosofía_ de Lalande es más explícito: es normal etimológicamente, puesto que norma designa la escuadra, aquello que no se inclina ni hacia la derecha ni hacia la izquierda; por lo tanto, lo que se mantiene en un justo medio; de aquí surgen dos sentidos derivados: es normal aquello que es tal como debe ser; es normal, en el sentido más usual de la palabra, aquello que se vuelve a encontrar en la mayoría de los casos de una especie determinada, o aquello que constituye ya sea el promedio, ya sea el módulo de un carácter mensurable. En la discusión de estos sentidos se hace notar cuán equívoco es este término que al mismo tiempo designa un hecho y "un valor que el que habla atribuye a ese hecho, en virtud de un juicio de apreciación que asume". Se subraya también hasta qué punto este equívoco es facilitado por la tradición filosófica realista, según la cual, puesto que toda generalidad es el signo de una esencia y toda perfección es la realización de la esencia, una generalidad observable de hecho adquiere el valor de una perfección realizada, un carácter común adquiere el valor de un tipo ideal. Finalmente, se subraya una confusión análoga en medicina, donde el estado normal designa al mismo tiempo el estado habitual de los órganos y su estado ideal, puesto que el ### ¿EXISTEN CIENCIAS DE LO NORMAL Y DE LO PATOLÓGICO? ### CAPÍTULO SEGUNDO ### EXAMEN CRÍTICO DE ALGUNOS CONCEPTOS: DE LO NORMAL, DE LA ANOMALÍA Y DE LA ENFERMEDAD, DE LO NORMAL Y DE LO EXPERIMENTAL Restblecimiento de ese estado habitual es el objeto ordinario de la terapéutica [67]. Nos parece que esta última observación no es explotada como lo merecería y en particular que no se extrae de ella, en el artículo citado, suficiente argumento en lo que hace a la equivocidad del sentido del término normal, de la cual se contenta con señalar la existencia en vez de ver en ella un problema que debe ser elucidado. Es exacto que en medicina el estado normal del cuerpo humano es el estado que se desea restablecer. ¿Pero acaso es necesario denominarlo normal porque se apunta a él como a un fin que es conveniente que la terapéutica obtenga, o bien la terapéutica apunta a él porque es considerado como normal por el interesado, es decir el enfermo? Sostenemos que la segunda relación es la verdadera. Pensamos que la medicina existe como arte de la vida porque el mismo ser vivo humano califica como patológicos por lo tanto, como debiendo ser evitados o corregidos- a ciertos estados o comportamientos aprehendidos, con respecto a la polaridad dinámica de la vida, en forma de valor negativo. Pensamos que en eso el ser vivo humano prolonga, de manera más o menos lúcida, un esfuerzo espontáneo, propio de la vida, por luchar contra aquello que presenta un obstáculo a su persistencia y a su desarrollo considerados como normas. El artículo del _Vocabulario filosófico_ parece suponer que el valor sólo puede ser atribuido a un hecho biológico por "el que habla", es decir evidentemente un hombre. Pensamos, en cambio, que el hecho de que un ser vivo reaccione con una enfermedad frente a una lesión, a una infestación, a una anarquía funcional, traduce el hecho fundamental de que la vida no es indiferente a las condiciones en las cuales ella es posible, que la vida es polaridad y por ello mismo posición inconsciente de valor, en resumen: que la vida es de hecho una actividad normativa. Por normativo se entiende en filosofía todo juicio que aprecia o califica un hecho con relación a una norma, pero esta modalidad de juicio se encuentra subordinada en el fondo a aquella que instituye normas. En el pleno sentido de la palabra, normativo es aquello que instituye normas. Y en este sentido nos proponemos precisamente hablar de una normatividad biológica. Pensamos que estamos tan vigilantes como el que más, en lo que se refiere a la inclinación a caer en el antropomorfismo. No atribuimos a las normas vitales un contenido humano, sino que nos preguntamos cómo la normatividad esencial ### ¿EXISTEN CIENCIAS DE LO NORMAL Y DE LO PATOLÓGICO? ### EXAMEN CRÍTICO DE ALGUNOS PROBLEMAS de la conciencia humana se explicaría si no estuviese de alguna manera en germen en la vida. Nos preguntamos cómo una necesidad humana de terapéutica hubiese engendrado una medicina progresivamente más clarividente acerca de las condiciones de la enfermedad, si la lucha de la vida contra los innumerables peligros que la amenazan no fuese una necesidad vital permanente y essencial. Desde el punto de vista sociológico, es posible mostrar que al principio la terapéutica fue una actividad religiosa, mágica; esto no implica para nada que la necesidad terapéutica deje de ser una necesidad vital, necesidad que provoca, incluso en seres vivos de organización muy inferior a los vertebrados, reacciones con valor hedonista o comportamientos de autocuración y de autorrefección. La polaridad dinámica de la vida y la normatividad que la traduce, explican un hecho epistemológico cuya importante significación había percibido Bichat. Hay una patología biológica, pero no hay patología física o química o mecánica: "En los fenómenos de la vida hay dos cosas: 1º el estado de salud; 2º el de enfermedad: de allí surgen dos ciencias distintas, la fisiología, que se ocupa de los fenómenos del primer estado; y la patología, que tiene como objeto a los del segundo. La historia de los fenómenos en los cuales las fuerzas vitales tienen su tipo natural nos conduce, por consiguiente, a la de los fenómenos en los cuales esas fuerzas están alteradas. Pues bien, en las ciencias físicas sólo existe la primera historia; nunca se encuentra la segunda. La fisiología es al movimiento de los cuerpos vivos lo que la astronomía, la dinámica, la hidráulica, la hidrostática, etc., son a los de los cuerpos inertes: ahora bien, estos últimos no tienen de ninguna manera una ciencia que les corresponda, así como la patología corresponde a los primeros. Por idéntica razón toda idea de medicamento repugna en las ciencias físicas. La finalidad de un medicamento consiste en volver a conducir las propiedades a su tipo natural: ahora bien, las propiedades físicas, que no pierden nunca ese tipo, no necesitan volver a ser conducidas a él. No hay nada en las ciencias físicas que corresponda a lo que la terapéutica es en las ciencias fisiológicas" [13, I, 20-21]. Es evident que en este texto "tipo natural" debe ser tomado en el sentido de "tipo normal". Lo natural no es para Bichat el efecto de un determinismo, sino el término de una finalidad. Y sabemos todo lo que se le puede reprochar a semejante texto desde el punto de vista ### ¿EXISTEN CIENCIAS DE LO NORMAL Y DE LO PATOLÓGICO? ### EXAMEN CRÍTICO DE ALGUNOS PROBLEMAS de una biología mecanicista o materialista. Se dirá que antaño Aristóteles creyó en una mecánica patológica puesto que admitía la existencia de dos tipos de movimientos: los movimientos naturales, por los cuales un cuerpo vuelve a su lugar propio donde goza en el reposo, como vuelve la piedra a la tierra que está abajo y el fuego al cielo que está arriba; y los movimientos violentos, por los cuales un cuerpo es apartado de su lugar propio, como cuando se arroja al aire una piedra. Se dirá que el progreso del conocimiento físico consistió, con Galileo y Descartes, en considerar a todos los movimientos como naturales, es decir conforme a las leyes de la naturaleza, y que, del mismo modo el progreso del conocimiento biológico consiste en unificar las leyes de la vida natural y las de la vida patológica. Esta unificación es precisamente aquella con la cual soñaba Comte, y que Claude Bernard se jactó de realizar, como vimos más arriba. A las reservas que creíamos tener que exponer entonces, agreguemos ahora ésta. En efecto, la mecánica moderna, al fundar la ciencia del movimiento sobre el principio de inercia, hacía absurda la distinción entre los movimientos naturales y los movimientos violentos, puesto que la inercia es precisamente la indiferencia con respecto a las direcciones y a las variaciones del movimiento. Ahora bien, la vida se encuentra muy lejos de tal indiferencia con respecto a las condiciones que se le brindan, la vida es polaridad. El más sencillo aparato biológico de nutrición, de asimilación y de excreción traduce una polaridad. Cuando los derechos de la asimilación ya no son excretados por un organismo y atestan o envenenan el medio interno. todo esto se realiza en efecto de acuerdo con la ley (física, química, etc.), pero nada de esto está de acuerdo con la norma que es la actividad del propio organismo. Tal el simple hecho que queremos designar cuando hablamos de "normatividad biológica". Hay gente a quien el horror del finalismo conduce a rechazar incluso la noción darwiniana de selección por el medio ambiente y la lucha por la existencia, al mismo tiempo por causa del término "selección", de origen evidentemente humano y tecnológico, y por causa de la noción de "ventaja" que interviene en la explicación del mecanismo de la selección natural. Hacen notar que la mayoría de los seres vivos son matados por el medio ambiente mucho tiempo antes de que las desigualdades que puedan presentar estén en condiciones de servirles, porque los que mueren son sobre todo ### ¿EXISTEN CIENCIAS DE LO NORMAL Y DE LO PATOLÓGICO? ### EXAMEN CRÍTICO DE ALGUNOS PROBLEMAS gérmenes, embriones o individuos jóvenes. Pero, como destaca G. Teissier, del hecho de que muchos seres mueran antes de que sus desigualdades les sirvan, no se deduce necesariamente que presentar desigualdades sea biológicamente indiferente [111]. Este es precisamente el único hecho que solicitamos se nos acuerde. No hay indiferencia biológica. Por consiguiente se puede hablar de normatividad biológica. Hay normas biológicas sanas y normas patológicas, y las segundas no son de igual calidad que las primeras. No sin intención hemos hecho alusión a la teoría de la selección natural. Queremos hacer notar que con esta expresión sucede lo mismo que con la expresión antigua _vis medicatrix naturae_. Selcción y medicina son técnicas biológicas ejercitadas intencionalmente, y más o menos racionalmente por el hombre. Cuando se habla de selección natural o de actividad medicadora de la naturaleza, se es víctima de lo que Bergson llama "ilusión de retroactividad", si se imagina que la actividad vital prehumana persigue fines y utiliza medios comparables a los de los hombres. Pero una cosa es pensar que la selección natural utilizaría algo parecido a pedigree y la _vis medicatrix_, algo parecido a ventosas, y otra cosa es pensar que la técnica humana prolonga impulsos vitales a cuyo servicio intenta poner un conocimiento sistemático que los liberaría de los innumerables y costosos ensayos y errores de la vida. Las expresiones "selección natural” o “actividad medicadora natural" tienen el inconveniente de parecer inscribir las técnicas vitales dentro del marco de las técnicas humanas, cuando en realidad es la inversa la que parece ser verdad. Toda técnica humana, incluida la de la vida, está inscripta en la vida, es decir en una actividad de información y de asimilación de la materia. La técnica vital no es considerada como normativa por comparación con la técnica humana, que sí lo sería. Por el contrario: porque la vida es actividad de información y de asimilación constituye la raíz de toda actividad técnica. En resumen: por cierto se habla retroactivamente -y en cierto sentido de un modo equivocado- de una medicina natural, pero aun suponiendo que no se tenga derecho a hablar de ella, esto no quita el derecho a pensar que ningún ser vivo hubiese desarrollado alguna vez una técnica médica si la vida fuese en él como en cualquier otro ser vivo indiferente a las condiciones que encuentra, si no fuese reactividad ### ¿EXISTEN CIENCIAS DE LO NORMAL Y DE LO PATOLÓGICO? ### EXAMEN CRÍTICO DE ALGUNOS PROBLEMAS polarizada frente a las variaciones del medio ambiente en el cual se despliega. Esto ha sido muy bien percibido por Guyénot: "Es un hecho, que el organismo goza de un conjunto de propiedades que sólo le pertenecen a él, gracias a las cuales resiste a múltiples causas de destrucción. Sin esas reacciones defensivas, la vida se extinguiría rápidamente... El ser vivo puede encontrar instantáneamente la reacción útil frente a substancias con las cuales ni él ni su raza han estado nunca en contacto. El organismo es un químico incomparable. Es el primero de los médicos. Casi siempre, las fluctuaciones del medio ambiente representan una amenaza para la existencia. El ser vivo no podría subsistir si no poseyese ciertas propiedades esenciales. Toda herida sería mortal si los tejidos no fuesen capables de cicatrización y la sangre de coagulación" [52, 186]. En resumen: pensamos que es muy instructivo meditar acerca del sentido que la palabra "normal" adquiere en medicina, y que la equivocidad del concepto, señalada por Lalande, recibe con ello una gran claridad, cuyo alcance es totalmente general acerca del problema de lo normal. La vida misma, y no el juicio médico, convierte a lo normal biológico en un concepto de valor y no en un concepto estadístico de realidad. Para el médico la vida no es un objeto, sino una actividad polarizada cuyo esfuerzo espontáneo de defensa y de lucha contra todo aquello que tiene valor negativo es prolongado por la medicina, agregándole la luz relativa pero indispensable de la ciencia humana. El _Vocabulario filosófico_ de Lalande contiene una importante observación referente a los términos anomalía y anormal. Anomalía es un substantivo al cual actualmente no corresponde ningún adjetivo, a la inversa, anormal es un adjetivo sin substantivo, de tal manera que el uso los ha acoplado convirtiendo a "anormal" en el adjetivo de "anomalía". En efecto, es exacto que anómalo, utilizado todavía en 1836 por Geoffroy Saint-Hilaire en su _Histoire des anomalies de l'organisation_, y que también figura en el _Dictionnaire de médecine_ de Littré y Robin, ha caído en desuso. El _Vocabulario_ de Lalande explica que una confusión de etimología ayudó a que se produjese esa aproximación entre "anomalía" y "anormal". Anomalía viene del griego anomalia, que significa desigualdad, aspereza; omalos designa en griego aquello que es unido, igual, liso, de modo que "anomalía" es etimológicamente an-omalos, aquello que es desigual, rugoso, irregular, en el sentido que se da a tales palabras cuando se habla de un terreno 1. Ahora bien, a menudo se ha cometido el error acerca de la etimología del término “anomalía” que consiste en derivarlo no de omalos, sino de nomos, que significa ley, de acuerdo con la descomposición a-nomos. Este error de etimología se encuentra, precisamente, en el _Dictionnaire de médecine_ de Littré y Robin. Ahora bien, el nomos griego y el norma latino tienen sentidos cercanos: ley y regla tienden a confundirse. Así, con todo rigor semántico, anomalía designa un hecho, es un término descriptivo, mientras que anormal implica la referencia a un valor, es un término apreciativo, normativo; pero el intercambio de buenos procedimientos gramaticales ha provocado una colusión entre los respectivos sentidos de "anomalía” y “anormal”. "Anormal" se ha convertido en un concepto descriptivo, y "anomalía” se ha convertido en un concepto normativo. I. Geoffroy Saint-Hilaire, que cae en el error etimológico que retoman luego de él Littré y Robin, se esfuerza por mantener al término "anomalía" su sentido puramente descriptivo y teórico. La anomalía es un hecho biológico y tiene que ser tratado como hecho, es decir que la ciencia natural tiene que explicarlo y no apreciarlo: "La palabra anomalía, poco diferente de la palabra irregularidad, no debe ser tomada nunca en el sentido que se deduciría literalmente de su composición etimológica. No existen formaciones orgánicas que no estén sometidas a leyes; y la palabra desorden, tomada en su verdadero sentido, no podría ser aplicada a ninguna de las producciones de la naturaleza. 'Anoma-lía' es una expresión introducida recientemente en la lengua anatómica y cuyo empleo en ella es incluso poco frecuente. Los zoólogos, a los cuales fue pedida prestada, la utilizan en cambio muy a menudo; la aplican a un gran número de animales que, por su organización y sus caracteres insólitos, se encuentran por así decir aislados en la serie y no tienen con los otros géneros de la misma 1 A. JURET en su _Dictionnaire étymologique grec et latin_ (1942) propone esta misma etimología para la palabra "anomalía". ### ¿EXISTEN CIENCIAS DE LO NORMAL Y DE LO PATOLÓGICO? ### EXAMEN CRÍTICO DE ALGUNOS PROBLEMAS clase más que relaciones de parentesco muy lejanas" [43, I, 36, 37]. Ahora bien, es incorrecto, de acuerdo con I. Geoffroy Saint-Hilaire, hablar, a propósito de tales animales, ya sea de extravagancias de la naturaleza, ya sea de desorden, ya sea de irregularidad. Si existe alguna excepción, ésta se refiere a las leyes de los naturalistas y no a las leyes de la naturaleza, puesto que en la naturaleza todas las especies son lo que deben ser en la medida en que presentan igualmente la variedad en la unidad y la unidad en la variedad [43, I, 37]. En anatomía, el término “anomalía” tiene que conservar pues estrictamente su sentido de insólito, de desacostumbrado; ser anómalo significa alejarse por su organización de la gran mayoría de los seres con los cuales debe ser comparado [ibid]. Cuando tiene que definir la anomalía en general desde el punto de vista morfológico, I. Geoffroy Saint-Hilaire la pone inmediatamente en relación con esos dos hechos biológicos que son el tipo específico y la variación individual. Por una parte, todas las especies vivientes ofrecen a nuestra consideración una multitud de variaciones en la forma y el volumen proporcional de los órganos; por otra parte, existe un conjunto de rasgos "comunes a la gran mayoría de los individuos que componen una especie", y este conjunto define el tipo específico. "Toda desviación del tipo específico o, con otras palabras, toda particularidad orgánica que presenta un individuo comparado con la gran mayoría de los individuos de su especie, de su edad, de su sexo, constituye lo que podemos llamar una "Anomalía" [43, I, 30]. Es evidente que, definida de esta manera, la anomalía considerada en general es un concepto puramente empírico o descriptivo, es una desviación estadística. Inmediatamente se plantea el problema de saber si es preciso considerar como equivalentes a los conceptos de anomalía y de monstruosidad. I. Geoffroy Saint-Hilaire se pronuncia por que se los distinga: la monstruosidad es una especie del género anomalía. De donde surge la división de las anomalías en _Variedades_, _Vicios de conformación_, _Heterotaxias_ y _Monstruosidades_. Las _Variedades_ son anomalías simples, leves, que no obstaculizan el cumplimiento de ninguna función y no producen deformidad; por ejemplo, un músculo supernumerario, una arteria renal doble. Los _Vicios de conformación_ son anomalías simples, poco graves desde el punto de vista anatómico, que imposibilitan el cumplimiento de una o ### ¿EXISTEN CIENCIAS DE LO NORMAL Y DE LO PATOLÓGICO? ### EXAMEN CRÍTICO DE ALGUNOS PROBLEMAS varias funciones o producen una deformidad; por ejemplo, la impermeforación del ano, la hipospadias, el labio leporino. Las _Heterotaxias_, término creado por Geoffroy Saint-Hilaire, son anomalías complejas, graves en apariencia desde el punto de vista anatómico, pero que no obstaculizan ninguna función y no son perceptibles desde el exterior; el ejemplo más notable aunque raro es, según Geoffroy Saint-Hilaire, la transposición completa de las vísceras o el _situs inversus_. Como se sabe que la dextrocardia, aunque rara, no es un mito. Per último, las _Monstruosidades_ son anomalías muy complejas y muy graves, que hacen imposible o difícil el cumplimiento de una o varias funciones, o producen en los individuos a quienes afectan una conformación viciosa muy diferente de la que presenta ordinariamente su especie; por ejemplo, la ectromelía o la ciclopía [43, I, 33, 39-49]. El interés de semejante clasificación consiste en que utiliza dos principios diferentes de discriminación y de jerarquía: las anomalías son ordenadas de acuerdo con su complejidad creciente y de acuerdo con su gravedad creciente. La relación simplicidad-complejid es puramente objetiva. Se sobreentiende que una costilla cervical es una anomalía más simple que la ectromelía o el hermafroditismo. La relación levedad-gravedad es de un carácter lógico menos neto. Sin duda la gravedad de las anomalías es un hecho anatómico, el criterio de la gravedad en la anomalía es la importancia del órgano en cuanto a sus conexiones fisiológicas o anatómicas [43, I, 49]. Ahora bien, la importancia es una noción objetiva para el naturalista, pero en el fondo es una noción subjetiva en el sentido de que incluye una referencia a la vida del ser vivo, considerado como capaz de calificar esa misma vida según aquello que la favorece o la dificulta. Tan verdadeiro es esto que, a los dos primeros principios de su clasificación (complejidad, gravedad), I. Geoffroy Saint-Hilaire les agrega un tercero que es propiamente fisiológico, a saber la relación de la anatomía con el ejercicio de las funciones (obstáculo) y por último un cuarto que es francamente psicológico, cuando introduce la noción de influencia perjudicial o molesta sobre el ejercicio de las funciones [43, I, 38, 39, 41, 49]. Por si se sintiese la tentación de no acordar a ese último principio más que un papel subalterno, repliquemos que el caso de las heterotaxias hace resaltar por el contrario su sentido preciso y su considerable valor biológico. I. Geoffroy Saint-Hilaire creó ese término para designar modificaciones en la organización ### ¿EXISTEN CIENCIAS DE LO NORMAL Y DE LO PATOLÓGICO? ### EXAMEN CRÍTICO DE ALGUNOS PROBLEMAS interna, es decir en las relaciones entre las vísceras, sin modificación de las funciones y sin apariencia externa. Por el momento tales casos han sido poco estudiados y constituyen una laguna en la lengua anatómica. Pero no hay que asombrarse de que existan, aunque sea difícil concebir la posibilidad de una anomalía compleja que no solo no moleste la más mínima función sino que incluso no produzca la menor deformidad. "Un individuo afectado de heterotaxia puede gozar, pues, de una muy robusta salud; puede vivir mucho tiempo; y a menudo sólo después de su muerte se advierte la presencia de una anomalía que él mismo había ignorado" [43, I, 45, 46]. Esto equivale a decir que la anomalía es ignorada en la medida en que carece de expresión en el orden de los valores vitales. De esta manera, por propia confesión de un hombre de ciencia, la anomalía sólo es conocida por la ciencia cuando ha sido antes sentida en la conciencia como obstáculo para elf ejercicio de las funciones, como molestia o nocividad. Pero el sentimiento de obstáculo, molestia o nocividad, es un sentimiento al que es necesario calificar de normativo, puesto que entraña la referencia incluso inconsciente de una función o de un impulso a la plenitud de su ejercicio. Por último, para que se pueda hablar de anomalía en el lenguaje científico es necesario que un ser haya aparecido ante sí mismo o ante el otro como anormal en el lenguaje, informulado incluso, del ser vivo. Mientras la anomalía no tiene incidencia funcional experimentada por el individuo y para él, si se trata de un hombre, o referida a la polaridad dinámica de la vida en el caso de cualquier otro ser vivo, la anomalía o bien es ignorada (caso de las heterotaxias) o bien es una variedad indiferente, una variación sobre un tema específico, es una irregularidad como las hay desdeñables en el caso de objetos colados en un mismo molde. Puede ser objeto de un capítulo especial de la historia natural, pero no de la patología. Si se admite, en cambio, que la historia de las anomalías y la teratología son un capítulo obligado en las ciencias biológicas, que expresa la originalidad de esas ciencias, porque no existe una ciencia especial de las anomalías físicas o químicas-, es porque un punto de vista nuevo es capaz de surgir en biología para recortar en ella un nuevo dominio. Este punto de vista es el de la normatividad vital. Vivir es, incluso en una ameba, preferir y excluir. Un tubo digestivo, órganos sexuales, son normas del comportamiento de un organismo. El lenguaje psicoanalítico es muy ### ¿EXISTEN CIENCIAS DE LO NORMAL Y DE LO PATOLÓGICO? ### EXAMEN CRÍTICO DE ALGUNOS PROBLEMAS correcto por cuanto califica de polos a los orificios naturales de la ingestión y de la excreción. Una función no funciona indiferentemente en muchos sentidos. Una necesidad sitúa a los objetos de satisfacción propuestos con relación a una propulsión y a una repulsión. Hay una polaridad dinámica de la vida. Mientras las variaciones morfológicas o funcionales sobre el tipo específico no contraríen o inviertan esta polaridad, la anomalía es un hecho tolerado; en el caso contrario, la anomalía es sentida como teniendo valor vital negativo y se traduce exteriormente como tal. Porque hay anomalías vividas o manifestadas como un mal orgánico, existe un interés afectivo en primer término y teórico luego por las: anomalías. Porque la anomalía ha llegado a ser patológica, suscita el estudio científico de las anomalías. Desde su punto de vista objetivo, el científico sólo quiere ver a la anomalía como una desviación estadística, desconociendo el hecho de que el interés científico del biólogo fue suscitado por la desviación normativa. En pocas palabras: toda anomalía no es patológica, pero únicamente la existencia de anomalías patológicas ha suscitado una ciencia especial de las anomalías que tiende normalmente, por el hecho de que es ciencia, a expulsar de la definición de la anomalía toda huella de noción normativa. Cuando se habla de anomalías no se piensa en las desviaciones estadísticas que constituyen las simples variedades, sino que se piensa en las deformidades perjudiciales o incluso incompatibles con la vida, refiriéndose a la forma viviente o al comportamiento del ser vivo no como un hecho estadístico sino como un tipo normativo de vida. La anomalía es aquel hecho de variación individual que impide que dos seres puedan reemplazarse mutuamente de manera completa. En el orden biológico, ilustra el principio leibniziano de los indiscernibles. Pero la diversidad no es la enfermedad. Lo anómalo no es lo patológico. Patológico implica _pathos_, sentimiento directo y concreto de sufrimiento y de impotencia, sentimiento de vida contrariada. Pero lo patológico es por cierto lo anormal. Rabaud distingue entre _anormal_ y _enfermo_ porque de acuerdo con el uso -reciente e incorrecto- convierte a "anormal" en el adjetivo de "anomalía", y en tal sentido habla de "anormales enfermos" [97, 481]; pero como por otra parte distingue muy netamente, de acuerdo con el criterio dado por la adaptación y la viabilidad, entre enfermedad y anomalía [97, 477], no vemos ninguna razón para modificar nuestras distinciones de vocablos y de sentidos. ### ¿EXISTEN CIENCIAS DE LO NORMAL Y DE LO PATOLÓGICO? ### EXAMEN CRÍTICO DE ALGUNOS PROBLEMAS Indudablemente hay un modo de considerar a lo patológico como normal: definiendo a lo normal y a lo anormal por la frecuencia estadística relativa. En cierto sentido se dirá que una salud perfecta continua es un hecho anormal. Pero lo que sucede es que la palabra "salud" tiene dos sentidos. Tomada en absoluto, la salud es un concepto normativo que define un tipo ideal de estructura y de comportamiento orgánico; en este sentido, hablar de buena salud es un pleonasmo, porque la salud es el bien orgánico. La salud calificada es un concepto descriptivo, que define determinada disposición y reacción de un organismo individual frente a posibles enfermedades. Ambos conceptos, descriptivo calificado y normativo absoluto, se distinguen tanto que el mismo hombre común dirá de su vecino que tiene una mala salud o que no tiene la salud, considerando como equivalentes la presencia de un hecho y la ausencia de un valor. Cuando se dice que una salud continuamente perfecta es anormal, se expresa el hecho de que la experiencia del ser vivo incluye de hecho a la enfermedad. "Anormal” quiere decir precisamente “inexistente”, “inobservable”. Por lo tanto, sólo es otra manera de decir que la salud continua es una norma y que una norma no existe. En este sentido abusivo, es evidente que lo patológico no es anormal. Lo es tan poco, que resulta posible hablar de funciones normales de defensa orgánica y de lucha contra la enfermedad. Vimos que Leriche sostiene que el dolor no existe en el plano de la naturaleza, pero podría decirse que la enfermedad es prevista por el organismo (Sendrail, 106). Con relación a los anticuerpos, que son una reacción de defensa contra una inoculación patológica, Jules Bordet piensa que es posible hablar de anticuerpos normales que existirían en el suero normal actuando electivamente sobre determinado microbio, determinado antígeno, y cuyas múltiples especificaciones contribuirían a asegurar la constancia de las características químicas _del_ organismo, eliminando aquello que no es conforme a ellos [15, 6.16-14]. Pero por más prevista que pueda parecer, no por ello deja de ser la enfermedad prevista como un estado contra el cual es necesario luchar para poder seguir viviendo, es decir que es prevista como un estado anormal con relación a la persistencia de la vida que desempeña aquí el papel de norma. Tomando la palabra "normal" en su sentido auténtico, tenemos que proponer pues la ecuación entre los conceptos de enfermo, patológico y anormal. Otra razón para no confundir anomalía y enfermedad, es el he- ### ¿EXISTEN CIENCIAS DE LO NORMAL Y DE LO PATOLÓGICO? ### EXAMEN CRÍTICO DE ALGUNOS PROBLEMAS cho de que la atención humana no se encuentra sensibilizada para la una y para la otra por desviaciones del mismo tipo. La anomalía se hace patente en la multiplicidad espacial, la enfermedad se hace patente en la sucesión cronológica. Lo propio de la enfermedad consiste en venir a interrumpir un curso, en ser propiamente crítica. Incluso cuando la enfermedad llega a ser crónica, luego de haber sido crítica, hay un "antaño" del cual el paciente o su círculo aun guardan la nostalgia. Por lo tanto, no se está enfermo sólo con relación a los otros, sino también con relación a uno mismo. Este es el caso en la neumonía, la artritis, la ciática, la afasia, la nefritis, etc. Lo propio de la anomalía consiste en ser constitucional, congénita, incluso cuando la aparición se atrasa con respecto al nacimiento y sólo es contemporánea del ejercicio de la función por ejemplo en la luxación congénita de la cadera. Por lo tanto, quien lleva una anomalía no puede ser comparado consigo mismo. Aquí podría hacerse notar que la interpretación teratogénica de los caracteres teratológicos y todavía más su explicación teratogenética, permiten reinsertar la aparición de la anomalía en el devenir embriológico y conferirle la significación de una enfermedad. Desde el momento en que la etiología y la patología de una anomalía son conocidas, lo anómalo se convierte en patológico. Aquí la teratogénesis experimental proporciona útiles enseñanzas [120]. Pero si