Anatomía Veterinaria - Dyce 4ta Edición - PDF

Summary

This is a textbook discussing general anatomy with an emphasis on the anatomy of the pelvic limb. It contains detailed descriptions of bones, muscles, and their functions, specifically applicable to animal species.

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88 Parte I Anatomía general sinovial cuando pasa el carpo; más adelante se divide en una rama para cada dedo funcional que se inserta en la región de la articulación interfalángica proximal. Para alcanzar estas posiciones las ramas del tendón tienen que cambiar primero de posición con las del flexor...

88 Parte I Anatomía general sinovial cuando pasa el carpo; más adelante se divide en una rama para cada dedo funcional que se inserta en la región de la articulación interfalángica proximal. Para alcanzar estas posiciones las ramas del tendón tienen que cambiar primero de posición con las del flexor profundo que continúan hacia terminaciones más distales. En principio (si bien los detalles varían), cada rama del tendón flexor superficial se divide en dos bridas que se desvían a los lados del tendón profundo, el cual pasa entonces a través del anillo resultante. El flexor digital profundo (flexor profundo de los dedos) (figura 2-57/14) se encuentra más profundamente en el antebrazo y atraviesa el carpo a través del canal carpiano antes de dividirse en una a cuatro ramas digitales; cada una perfora la correspondiente rama del tendón flexor superficial y luego sigue hasta su inserción sobre la cara palmar de una falange distal. Músculos cortos de los dedos. Los músculos interóseos sostienen las articulaciones metacarpofalángicas. Estos músculos muestran diferencias notables entre especies en número, estructura (en las grandes especies son muy tendinosos) y función. Se originan en la cara palmar de los extremos proximales de los huesos metacarpianos y encuentran la inserción inicial sobre los huesos sesamoideos en las articulaciones metacarpofalángicas; de aquí continúan por ligamentos sesamoideos distales que se fijan a las falanges y por ramas extensoras que se enrollan alrededor de la cara dorsal del dedo para unirse a los tendones extensores. Se analizan en detalle más adelante para las especies en las que son importantes. En los carnívoros y en el cerdo unos cuantos músculos digitales pequeños ayudan en la extensión, flexión, abducción o aducción de los dedos abaxiales: dedo I, dedo II y dedo V en el perro y el gato, y dedo II y dedo V en el cerdo. No es necesario describirlos. ESQUELETO DEL MIEMBRO PÉLVICO Cintura pélvica El fémur (figura 2-58), el esqueleto del muslo, es el más fuerte de los huesos largos. Su extremo proximal se curva medialmente de manera que la superficie articular proximal, la cabeza, está compensada con respecto al eje longitudinal del cuerpo del fémur. La cabeza femoral es hemisférica y está unida al cuerpo por un cuello, mejor definido en las especies más pequeñas. La superficie articular se interrumpe por un área no articular (fóvea) a la que se fijan el o los ligamentos intracapsulares; la fóvea es redonda y central en el perro, y en forma de cuña y extendida hasta la periferia medial en el caballo. Una gran apófisis, el trocánter mayor (figura 2-58/3), se encuentra lateral a la cabeza; se eleva hasta el nivel de la manual moderno Fotocopiar sin autorización es un delito. Esqueleto de la porción libre del miembro © Editorial El La cintura pélvica se describió junto con el tronco (pág. 43) por las razones que se dieron en su momento. cabeza en los animales pequeños, pero se proyecta por encima de ella en las especies más grandes (figura 258/3 , 3 ); da fijación a la mayoría de los músculos glúteos, proporcionando un largo apoyo de palanca a los músculos extensores de la cadera. Una lámina de hueso entre el trocánter y el cuello femoral ayuda a marcar los límites de la fosa trocantérica (figura 2-58/5), una depresión que se abre caudalmente, y el sitio de inserción de los pequeños músculos rotadores de la cadera. La cara caudal del cuerpo del fémur es aplanada, pero las demás caras se combinan en una superficie continua lisa. Los bordes entre las áreas plana y redondeada están marcados por líneas irregulares que indican lugar de inserción muscular. Dos apófisis señalan la mitad proximal del cuerpo. El trocánter menor, bajo y rugoso (figura 2-58/4), se proyecta desde el borde medial y permite la inserción del músculo iliopsoas. Un reborde poco notorio en la base del trocánter mayor se conoce como tercer trocánter (figura 2-58/4 ). Es saliente sólo en el caballo y da inserción al glúteo superficial. En los grandes animales, la parte caudodistal del cuerpo femoral muestra una fosa supracondilar profunda que incrementa el área de origen del músculo flexor digital superficial (figura 2-58/7 ). La misma función se cumple en el perro por medio de tuberosidades. El extremo distal se articula con la tibia y la patela (rótula). La articulación con la tibia se logra mediante dos cóndilos dirigidos caudodistalmente y separados por una fosa intercondilar profunda. Las superficies abaxiales de los cóndilos son rugosas y dan fijación a los ligamentos colaterales de la articulación femorotibiopatelar (“babilla”). El cóndilo lateral tiene dos depresiones cerca del borde articular: la craneal, que es la fosa del extensor (figura 2-58/12), da origen a los músculos extensor digital largo y fibular tercero; la caudal (figura 2-58/13) da origen al poplíteo. En el perro y el gato, la cara caudal de cada cóndilo está coronada por una pequeña faceta plana para la articulación con uno de los pequeños huesos sesamoideos (figura 2-58/11; antes llamados fabelas, de fabellae: frijol, haba) en el origen del músculo gastrocnemio (figura 17-3). Una tróclea craneal (figura 2-58/6) se articula con la patela y se extiende proximalmente sobre la superficie craneal. Los rebordes que la limitan son bajos y más o menos iguales en tamaño en el perro y relativamente más grandes y desiguales en el caballo y el vacuno, en los cuales el reborde medial más fuerte termina en un engrosamiento proximal (figura 2-58/6 ). La patela (patella: cazuela), o rótula, es un hueso sesamoideo desarrollado dentro de la inserción del tendón de los músculos que forman el cuadríceps femoral, el principal músculo extensor de la babilla. Es ovoide en el perro pero en forma de prisma en el caballo y en el vacuno. Se extiende medial y lateralmente con cartílagos tibiopatelares (tibiorrotulianos) en estado fresco. El esqueleto de la pierna propiamente dicha está formado por la tibia y la fíbula (peroné) (figura 2-59), las cuales, a diferencia de los elementos análogos en el miembro torácico, se sitúan paralelas entre sí sin asomo alguno de posible rotación. El hueso medial, la Capítulo 2 1 2 Aparato locomotor 89 5 3 1 3 3 1 4 3’’ 4 1 3’ 4 4’ 7’ 7 7 7 11 10 6 8’ 6’ 8 6 8 A 8 8’ B C 9 D 6 12 E 12 13 © Editorial El manual moderno Fotocopiar sin autorización es un delito. Figura 2-58. Fémur izquierdo del perro, vistas craneal (A), caudal (B) y lateral (C). Vistas craneal (D) y lateral (E) del fémur izquierdo del caballo. 1, Cabeza; 1´, fóvea; 2, cuello; 3, trocánter mayor; 3´, 3´´, porciones craneal y caudal del trocánter mayor; 4, trocánter menor; 4´, tercer trocánter; 5, fosa del trocánter; 6, tróclea; 6´, extremo proximal engrosado del borde troclear medial; 7, tuberosidades supracondilares; 7´, fosa supracondilar; 8, 8´, cóndilos lateral y medial; 9, fosa intercondilar; 10, patela; 11, huesos sesamoideos (en el gastrocnemio); 12, fosa del extensor; 13, fosa para el poplíteo. tibia, es siempre con mucho el más grande de los dos. La fíbula está excluida de la articulación con el fémur y sólo tiene contacto restringido con el esqueleto del tarso (corvejón). El extremo proximal de la tibia es extenso, y presenta dos cóndilos divididos por una escotadura poplítea que acoge al músculo del mismo nombre. Cada cóndilo tiene una superficie articular suavemente ondulada que se articula con el cóndilo correspondiente del fémur; una estrecha superficie no articular intermedia muestra una eminencia central (figura 259/4) hacia la que se elevan las superficies articulares. Una depresión de la eminencia, y las superficies craneal y caudal a ella, menos definidas, indican las inserciones ligamentosas. La robusta tuberosidad tibial (figura 2-59/1) que se proyecta desde la cara craneal de la tibia es un notorio punto de referencia en el animal vivo; se continúa con una cresta que disminuye gradualmente. Un surco (figura 2-59/3) que aloja los tendones de algunos músculos de la pierna separa la tuberosidad respecto de la cara craneal del cóndilo lateral. Caudal a éste, el borde del cóndilo exhibe una pequeña faceta para la articulación con la fíbula, aun- que en algunas especies el espacio articular está obliterado por la fusión. La porción proximal del cuerpo tibial tiene tres lados, pero más distalmente el hueso está comprimido craneocaudalmente; este cambio se debe a que la superficie lisa que mira craneolateralmente en su porción proximal, luego gira para mirar directamente hacia craneal. Toda su cara medial (y el borde, distalmente) es subcutánea y plana. La superficie caudal es rugosa para la inserción muscular. El extremo distal presenta un área articular, conocida como la cóclea (figura 2-59/7), la cual está moldeada para recibir la cóclea del astrágalo. El borde lateral y los surcos de la cóclea que lo flanquean tienen una desviación craneolateral, aunque el ángulo varía entre especies. Una saliente ósea, el maléolo medial (figura 2-59/6), está presente en el sitio medial de la cóclea. Una saliente lateral similar se encuentra sólo en el caballo y representa la porción distal que forma parte de la fíbula (figura 259/6 ). En otras especies, la característica correspondiente (maléolo lateral) la proporciona la fíbula. En carnívoros y en el cerdo, la fíbula está reducida en robustez pero no en longitud. Está separada de la tibia por 90 Parte I Anatomía general 3 1 2 4 1 4 2’ 2 2’ 4 2 2 1 3 5 5 6 A 6 6’ B C 6’ 6’ 6 7 D 7 E Figura 2-59. Tibia y fíbula (peroné) izquierdos del perro, vistas lateral (A), craneal (B) y caudal (C). Vistas craneal (D) y lateral (E) de la tibia y la fíbula izquierdas del caballo. 1, Tuberosidad tibial; 2, 2´, cóndilos lateral y medial; 3, surco del extensor; 4, eminencia intercondilar; 5, fíbula; 6, 6´, maléolos medial y lateral; 6´´, maléolo lateral en el caballo (que representa el extremo distal de la fíbula); 7, cóclea. manual moderno Fotocopiar sin autorización es un delito. prolonga en una apófisis en forma de plataforma que se superpone con éste en su superfcie plantar; la apófisis (sustentáculo talar o apófisis menor del calcáneo; figura 261/3 ) sostiene el tendón del músculo flexor profundo de los dedos. La parte mayor del hueso calcáneo se proyecta proximalmente caudal a la tibia como un brazo de palanca libre en el que se inserta el tendón calcáneo común. Termina en un engrosamiento que sirve de base para la punta del corvejón (figura 2-61/3 ) y que corresponde al talón humano. El extremo distal del calcáneo descansa sobre el cuarto hueso tarsal (figura 2-61/6). El hueso tarsal central se interpone entre el astrágalo proximalmente y el primero, segundo y tercer huesos tarsales distalmente; su superficie proximal se adosa al talo, y es cóncava en la mayoría de los animales pero plana en el caballo; su superficie articular distal está aplanada. El hueso tarsal central y el cuarto se fusionan en los rumiantes. Los huesos tarsales distales no siempre están separados: el primero y el segundo están fusionados en el caballo, el segundo y el tercero lo están en los rumiantes. Individualmente irregulares, estos huesos juntos forman un disco más o menos plano que se interpone entre los huesos tarsal central y los metatarsianos. El cuarto hueso tarsal, con forma cuboidea, se interpone entre el calcáneo y los huesos metatarsianos laterales; en algunas especies proporciona también sostén al astrágalo. © Editorial El un espacio interóseo que se prolonga a todo lo largo de la región tibial (de la pierna) en el cerdo, pero que se limita a la mitad proximal en el perro. El cuerpo de la fíbula está en regresión en rumiantes; el extremo proximal persiste como una apófisis en forma de lágrima fusionada al cóndilo lateral de la tibia; el extremo distal está aislado como un hueso maleolar compacto y pequeño que forma una articulación cerrada con la tibia, completando la superficie articular para el talo (astrágalo). La aplanada cabeza proximal de la fíbula del caballo se adosa estrechamente a la tibia, y el delgado cuerpo que sale de ella converge con la tibia, pero se desvanece hacia la mitad de la pierna. Los huesos del tarso están dispuestos en tres filas. La fila proximal consta de dos huesos relativamente grandes, el talo medialmente y el calcáneo lateralmente; la fila intermedia comprende un único hueso tarsal central, mientras que la fila distal consta de hasta cuatro huesos, los cuales se numeran siguiendo una secuencia mediolateral. El cuarto hueso tarsal lateral está siempre presente y, puesto que es mucho más alto que los otros, ocupa también lugar en la fila intermedia (figura 2-60). El talo o astrágalo (figura 2-61) tiene una superficie troclear proximal cuya forma encaja en la tibia. La superficie distal, que se articula con el hueso central del tarso, está aplanada en el caballo y más redondeada en otras especies. El calcáneo se ubica principalmente lateral al talo, pero se Capítulo 2 Tib. M E D I A L F T Tib. C c 1 2 3 I III IV V II Car 1 2 II 4 3 III Tib. 91 F F C c 4 Tib. F T Aparato locomotor T C c eq 1 2 III IV bo C c 4 1 2 3 IV T II 4 3 III IV L A T E R A L V su Figura 2-60. Esquema de los huesos del esqueleto tarsiano de carnívoros (Car), caballo (eq), bovino (bo) y cerdo (su). Los numerales romanos identifican los huesos metatarsianos; los numerales arábigos, los huesos tarsianos. Tib., Tibia; F, Fíbula; T, talo; C, calcáneo; c, tarsiano central. Los restantes huesos del miembro pélvico, es decir, los huesos del pie, se parecen mucho a los de la mano del miembro torácico. Los huesos metatarsianos son más largos (aproximadamente un 20% más) que los metacarpianos, y son más redondeados en un corte transversal. El primer metatarsiano es rudimentario en el perro, del que sólo unas pocas razas poseen siempre un espolón en el miembro pélvico. © Editorial El manual moderno Fotocopiar sin autorización es un delito. ARTICULACIONES DEL MIEMBRO PÉLVICO La articulación coxofemoral o de la cadera (figura 2-62) es una articulación esferoidea formada entre la superficie articular semilunar del acetábulo y la cabeza del fémur. La superficie acetabular está engrosada por un borde articular (figura 2-62/2 ) continuo con el ligamento acetabular transverso (figura 2-62/2 ) que sirve de puente para la escotadura que interrumpe la pared medial de la cavidad. Las paredes de la cavidad articular terminan en una membrana sinovial protegida externamente por una cubierta fibrosa. Aunque la cápsula fibrosa no es uniformemente fuerte, no existen engrosamientos tan definidos que necesiten ser reconocidos como ligamentos específicos. Sin embargo, la cabeza del fémur está unida a la parte profunda del acetábulo por el ligamento intracapsular de la cabeza femoral, la cual está cubierta por un repliegue de la membrana sinovial. Se sabe que en algunas especies este ligamento tiene vasos sanguíneos, pero la importancia de ellos para la nutrición de la cabeza femoral sigue siendo incierta. En el caballo, un segundo ligamento (accesorio) se inserta en la superficie no articular de la cabeza (pág. 624). Aunque es una articulación esferoidea, la cadera no posee todas las posibilidades de movimiento que se espera de esa clase de articulación. En las grandes especies, el movimiento está restringido casi por completo a la flexión y la extensión, con capacidad limitada para la rotación, la abducción y, especialmente, la aducción. De conformidad con la dominancia del movimiento sagital, el área articular tiende a extenderse dentro del cuello en los rumiantes. La restricción del movimiento se debe en gran parte al (los) ligamento(s) articular(es), pero en alguna medida también a la masa muscular medial del muslo. La articulación tiene una función más versátil en el perro. La articulación femorotibiopatelar o de la babilla (figura 2-63), que corresponde a la rodilla humana, comprende las articulaciones femorotibial, femoropatelar y tibiofibular proximal; en el perro incluye también las articulaciones entre el fémur y el par de sesamoideos en los orígenes del gastrocnemio y las que se encuentran entre la tibia y el sesamoideo en el tendón del poplíteo. En el perro, todas estas articulaciones comparten una cavidad sinovial común; en las grandes especies, los compartimientos femoropatelar y femorotibial medial y lateral tienen una comunicación más restringida entre sí. La articulación femorotibial es peculiar en que tiene dos meniscos fibrocartilaginosos (figura 2-63/10,17) interpuestos entre los cóndilos femoral y tibial. Los meniscos, que compensan la inconsistencia de las superficies articulares, son semilunares vistos desde proximal, y al corte transversal tienen forma de cuña y superficies proximales cóncavas y distales planas. Cada menisco está asegurado por ligamentos que se extienden entre sus extremos craneal y caudal y el área no articular central del extremo proximal de la tibia; el menisco lateral está también fijado caudalmente a la fosa intercondilar del fémur. Cuatro ligamentos articulan el fémur con los huesos de la pierna. Un ligamento colateral medial va desde el epicóndilo femoral y la parte proximal de la tibia hasta la porción caudal de la articulación. El ligamento lateral correspondiente tiene disposición similar, pero se fija a la cabeza fibular. Los ligamentos cruzados están colocados centralmente. El ligamento cruzado craneal (lateral) (figura 2-63/16) nace en el cóndilo lateral del fémur dentro de la fosa intercondilar y corre craneodistalmente para fijarse sobre la tibia. El ligamento cruzado caudal (medial) (figura 2-63/15) corre en ángulos rectos hacia el craneal y se inserta hasta muy caudal en la tibia, cerca de la escotadura poplítea.

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