9° Colombia desde 1900 hasta el Bogotazo (Ciencias Sociales) PDF
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Javier Albeiro Carrillo Carrillo
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Este documento presenta un análisis de la historia de Colombia desde principios del siglo XX. Se centra en la Guerra de los Mil Días y sus consecuencias, así como la separación de Panamá y sus implicaciones. También explora otros eventos políticos y sociales del período.
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MINISTERIO DE EDUCACION NACIONAL SECRETARIA DE EDUCACION. NORTE DE SANTANDER PAMPLONA NEW CAMBRIDGE SCHOOL Reconocimiento Oficial...
MINISTERIO DE EDUCACION NACIONAL SECRETARIA DE EDUCACION. NORTE DE SANTANDER PAMPLONA NEW CAMBRIDGE SCHOOL Reconocimiento Oficial Resolución 002412 de abril 30 de 2009. Resolución Ampliación Básica Secundaria 00940 del 03 de abril de 2017 y Resolución Bachiller Académico y certificados 003476 del 11 de noviembre de 2020. DANE 354518001465 Unidad #5: COLOMBIA EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX Área: Ciencias Sociales Docente: Javier Albeiro Carrillo Carrillo Fecha: 28 de agosto de 2024 CONFLICTOS DE INICIO DEL SIGLO XX Al finalizar el siglo XIX e iniciar el XX, Colombia tuvo que afrontar la Guerra de los Mil Días y la separación de Panamá. Estos hechos demostraron a los dirigentes colombianos que el ideal de un país en paz y en progreso, aún estaba por construirse. LA GUERRA DE LOS MIL DÍAS Fue la última confrontación armada de la larga lista de guerras civiles que azotaron al país durante el siglo XIX. Inició en octubre de 1899 y finalizó el 21 de noviembre de 1902. Las principales causas del conflicto fueron: La intransigencia política. A partir de 1896, algunos conservadores y liberales le solicitaron al presidente Miguel Antonio Caro y a su sucesor Manuel Antonio Sanclemente, una reforma a la Constitución de 1886 que eliminara la exclusión y persecución política en contra de los liberales. Ellos se negaron a aceptar esta petición, lo cual hizo pensar a los liberales que la única opción para lograr una mayor participación política era a través de las armas. La crisis económica. Para 1886 el café era uno de los principales productos de exportación del país. Desafortunadamente, la rápida expansión de cultivos en el mundo llevó a que en 1890 se produjera una drástica caída en los precios internacionales del café, generando una crisis en los caficultores colombianos. Esta crisis se agudizó con la negativa del gobierno colombiano de eliminar los impuestos a la exportación de café. Estalla la guerra En este contexto, los dirigentes del partido liberal optaron por iniciar la guerra en el departamento de Santander, que además de ser una de las regiones en donde más se sintió la crisis económica del café, fue el lugar de donde salió mayor número de hombres para la guerra, y desde entonces, el departamento de Santander era reconocido como bastión territorial del partido liberal. Posteriormente, desde allí la guerra se expandió al resto del país. Desde el inicio de la guerra hasta mayo de 1900, el combate se caracterizó por el enfrentamiento de dos ejércitos regulares: el liberal y el conservador, por esta razón, este período recibe el nombre de la Guerra de Caballeros. Durante esta etapa, los liberales lograron su mayor triunfo en la Batalla de Peralonso en diciembre de 1899, pero meses más tarde, sufrirían su más grande derrota en la Batalla de Palonegro, ocurrida en mayo de 1900. Luego de la Batalla de Palonegro, el ejército liberal no pudo reorganizarse y se dispersó en pequeñas guerrillas. Prontamente la guerra de guerrillas se salió del control de los líderes liberales y degeneró en actos de bandidaje, lo cual preocupó a la élite colombiana. Ante esta situación, a mediados de 1902, ambos partidos iniciaron conversaciones para finalizar con el conflicto, el cual culminó con la firma de los tratados de paz de Neerlandia, el 24 de octubre de 1902, y el Wisconsin, efectuado el 21 de noviembre de 1902. El país al finalizar la guerra Cuando el conflicto culminó, el país se encontraba sumido en la más profunda crisis social y económica. Sumado a la pérdida de más de cien mil colombianos muertos, la guerra acentuó la crisis económica, pues las fincas dejaron de producir y el comercio se paralizó, lo que causó una escasez de alimentos y aumento de precios. LA SEPARACIÓN DE PANAMÁ Apenas si había trascurrido un año de la finalización de la Guerra de los Mil Días, cuando Panamá se separó de Colombia. Este hecho fue un duro golpe para los colombianos pues, el istmo, por ser un punto importante en el comercio mundial, era una fuente de ingresos económicos. Panamá: un lugar privilegiado La importancia geográfica y económica de Panamá radica en que por estar ubicada en el centro y ser el lugar en donde existe la menor distancia entre la costa Pacífica y la Atlántica del continente americano, hacía mucho más fácil el transporte de mercancías y personas entre los países del Atlántico y los del Pacífico. Fue así como Panamá se convirtió en un epicentro del comercio mundial. En el siglo XIX, la expansión del capitalismo hizo pensar a varios países del mundo, entre ellos Colombia, que era necesario mejorar la comunicación entre las dos costas del istmo. Con esta idea, el gobierno colombiano contrató con una compañía norteamericana la construcción de un ferrocarril que comunicara la ciudad de Colón, ubicada en la costa Pacífica, con Ciudad de Panamá, localizada en la costa Atlántica. La obra fue inaugurada en 1855. La necesidad de construir un canal Aunque el ferrocarril trasportaba grandes volúmenes de mercancía, el rápido crecimiento del comercio mundial lo volvió al poco tiempo obsoleto. Fue así como surgió la necesidad de construir un canal interoceánico que permitiera en tráfico de grandes barcos. Por supuesto, Colombia no tenía el suficiente dinero para llevar a cabo la construcción de la obra. Hacia 1880, Colombia le vendió los derechos para construir el Canal de Panamá a una empresa francesa, pero esta cayó en bancarrota y no pudo finalizar su construcción. Los intereses de Estados Unidos El fracaso de los franceses en la construcción del canal, dio la oportunidad a los norteamericanos para realizar esta obra. El interés del gobierno estadounidense se debía que esto lo afianzaría como una potencia económica mundial. Por ello, los norteamericanos iniciaron rápidamente conversaciones con el gobierno colombiano, para negociar una nueva concesión y construir el canal. Para aquel entonces, comenzó la Guerra de los Mil Días, lo cual retrasó las negociaciones. El tratado Herrán-Hay En 1902, Colombia firmó con los Estados Unidos el Tratado Herrán-Hay el cual fijaba las condiciones de la construcción del Canal. Los términos del acuerdo fueron considerados por los senadores colombianos como desventajosos, y en agosto de 1903, decidieron no ratificarlo. El gobierno estadounidense, que había amenazado a Colombia con quitarle el departamento de Panamá en caso de que no ratificara el tratado, apoyó a una parte de la élite panameña, encabezada por José Agustín Arango, para que buscara la independencia panameña de Colombia. A cambio, el naciente país debía firmar con el gobierno norteamericano un tratado para la construcción del canal. Fue así como, el 3 de noviembre de 1903, Panamá declaró su independencia de Colombia. LA POLÍTICA COLOMBIANA DESDE 1904 HASTA 1930 Luego de la Guerra de los Mil Días y de la separación de Panamá, la élite colombiana concluyó que, para evitar la desintegración del país y lograr encauzarlo por la vía del progreso, era necesario dejar a un lado las diferencias políticas y buscar la reconciliación de los colombianos. El quinquenio de Reyes En 1904 el conservador Rafael Reyes, con el apoyo de buena parte del liberalismo, asumió la presidencia de la República. Su promesa era llevar a cabo la reconciliación entre los liberales y conservadores, además de iniciar un proceso de progreso económico y de modernización en el país. Para Reyes, las causas del atraso económico en Colombia se hallaban en la precariedad de la infraestructura en transportes y la desorganización del sistema tributario y fiscal del Estado. Por lo tanto, presentó al Congreso un proyecto de ley que le daba potestad de contratar obras de infraestructura, reorganizar el sistema tributario sin la autorización del legislativo y conceder contratos para la construcción de ferrocarriles. Tales propuestas no agradaron a los congresistas de ambos partidos, por lo cual no las aprobaron. Ante este fracaso, en 1905 Reyes decidió clausurar el Congreso y convocar a una Asamblea Nacional para que reformara la Constitución de 1886. Esta asamblea modificó la organización territorial de la nación y creó nuevos departamentos a expensas de los ya existentes. Adicionalmente, la Asamblea otorgó al presidente poderes para tomar decisiones en asuntos económicos y aprobó la extensión del mandato, de seis a diez años. Caída del gobierno de Reyes Con su facultad para decidir en aspectos económicos, Reyes les quitó a los departamentos algunos impuestos con los cuales se beneficiaban. Este tipo de medidas no fue del agrado de las élites regionales del país, especialmente de las antioqueñas, quienes se convirtieron en fuertes opositoras del gobierno. En respuesta, el gobierno reprimió a la oposición, con lo cual aumentó el descrédito en contra de Reyes. Entre los hechos que desencadenaron la oposición en contra de Reyes se encuentra la negociación que este firmó con Estados Unidos en la cual, el país norteamericano le reconocía a Colombia una indemnización por Panamá y un tratamiento preferencial en el uso del futuro canal, al tiempo que Colombia reconocía formalmente la independencia panameña. Aunque este gobierno consiguió logros importantes como la fundación de la Escuela Militar y el fortalecimiento de la industria, enfrentó muchos problemas, que hicieron que Reyes renunciara al cargo en 1909 y fuera remplazado por Jorge Holguín, quien ejerció el poder en calidad de designado. Holguín recibió el poder el 9 de junio y lo entregó el 4 de agosto del mismo año a Ramón González Valencia. Logros del gobierno de Reyes Aunque el gobierno de Reyes tuvo serios tropiezos, fue bastante constructivo. Entre sus logros se destacan: Aumentó la red ferroviaria de 565 a 901 km entre 1904 y 1909, y construyó carreteras aptas para vehículos automotores y coches. Revaluó el peso colombiano y estableció acuerdos con los acreedores extranjeros para la reanudación de los pagos de la deuda externa. Incentivó la navegación comercial y turística por el río Magdalena. EL REPUBLICANISMO Gran parte de los opositores a Reyes se organizaron alrededor de la Unión Republicana fundada en 1909. Esta asociación política congregaba a algunos sectores de los partidos Conservador y Liberal. Al igual que Reyes, los republicanos compartían la idea de que era necesario generar un clima de conciliación entre los dos partidos, pero con la diferencia de que la vida política del país debía estar regida por los principios democráticos y republicanos y no por el autoritarismo y la dictadura. Para lograr este objetivo, en 1910 impulsaron una nueva reforma constitucional. La Asamblea Nacional de 1910 Luego de la intempestiva salida de Reyes, el conservador Ramón González Valencia asumió la presidencia hasta 1910. Durante su corto gobierno, bajo la presión de los republicanos, volvió a convocar una Asamblea Nacional para reformar la Constitución de 1886. Esta asamblea, conformada en su mayoría por conservadores, ratificó la participación de los liberales, tanto en la rama legislativa como en la ejecutiva; estableció la elección popular directa del presidente, redujo su período de 6 a 4 años y prohibió su reelección inmediata. Como acto final nombró presidente de la república al conservador antioqueño y dirigente de la Unión Republicana Carlos Enrique Restrepo, quien debería gobernar al país entre los años de 1910 y 1914. El gobierno Restrepo y el fin de la Unión Republicana Al igual que el gobierno de Reyes, el de Restrepo se caracterizó por impulsar la modernización y el desarrollo económico. Para ello, intentó organizar las finanzas públicas, impulsó la inversión en infraestructura e incentivó la creación de empresas. En el campo político adelantó una reforma electoral con el fi n de modernizar el Estado. Estas propuestas no fueron del agrado de la élite conservadora que desde el Congreso realizó una fuerte oposición a su gestión. Por su parte, el partido liberal, deseoso de recuperar a sus integrantes que participaban en la Unión Republicana, también se opuso a Restrepo. El resultado fue la derrota del republicanismo en las elecciones presidenciales de 1914 a manos del conservador José Vicente Concha. De esta derrota, el republicanismo no se recuperó y prontamente desapareció. Gobiernos de Concha y Suárez La llegada a la presidencia de José Vicente Concha en 1914 y de Marco Fidel Suárez en 1918, representó el retorno a la política tradicional. Tanto Concha como Suárez tenían más similitudes con los políticos conservadores de la Regeneración que con sus antecesores Reyes y Restrepo, pues mientras estos últimos eran hombres de empresa que intentaban modernizar la política y la economía colombiana, Concha y Suárez eran hombres de letras que, antes que nada, querían satisfacer los apetitos burocráticos del partido conservador, en lugar de invertir el poco dinero existente en la modernización del país. Como si esto fuera poco, durante estos dos gobiernos, Colombia cayó en una profunda crisis económica, producto de la Primera Guerra Mundial. Fue así como en estos dos períodos presidenciales la inversión en construcción de vías y ferrocarriles fue prácticamente nula. Además, la falta de dinero en las arcas del Estado llevó a que ni siquiera se pudieran pagar los sueldos de sus funcionarios públicos. En noviembre de 1921, era tan fuerte la crisis económica, que Suárez tuvo que renunciar a la presidencia ocho meses antes de culminar su mandato. Desde luego que, a dicha renuncia, contribuyó la presión ejercida por Laureano Gómez y sus seguidores, conocidos como laureanistas. Las relaciones Colombia-EE.UU. En medio de la crisis política y económica, las presidencias de Concha y Suárez se dedicaron a llegar a un arreglo con el gobierno de Estados Unidos para solucionar el problema de Panamá. Aunque el gobierno de Carlos E. Restrepo había firmado en 1914 el Tratado Urrutia-Thompson, en el que Estados Unidos reconocía el daño moral causado a Colombia y le otorgaba una indemnización de 25 millones de dólares, este pacto contó con una profunda oposición en el país. Por eso, los gobiernos de Concha y Suárez tuvieron que luchar por todos los medios para que el Congreso colombiano lo aprobara. El presidente que más se dedicó a defender el tratado fue Suárez. Según él, el país debía girar sus ojos hacia Estados Unidos y convertirse en su principal aliado, pues este país era el único que podría proporcionarle la ayuda suficiente a Colombia para lograr su progreso económico. A esta política, Suárez la llamó la Doctrina de la Estrella Polar. Luego de intensos debates en el Congreso colombiano, el tratado se ratificó el 22 de diciembre de 1922. Gobierno de Pedro Nel Ospina En 1922 fue elegido como presidente de la República el conservador Mariano Ospina Pérez. Se podría decir que durante su gobierno se volvieron a retomar los planes e ideas de los presidentes Reyes y Restrepo. Es decir, el principal objetivo de Ospina era modernizar e industrializar al país y llevarlo hacia el progreso económico. A diferencia de sus antecesores, Ospina tuvo la fortuna de contar con una excelente coyuntura económica para llevar a cabo sus planes. Por esta época, Colombia recibió de Estados Unidos los dineros de la indemnización por la pérdida del Canal; además, los precios internacionales del café así como sus exportaciones, volvieron a aumentar, y por si fuera poco, el país recibió una buena cantidad de préstamos por parte de los Bancos de Wall Street. Fue tanto el dinero que entró al país que a este período se le denomina La danza de los millones. Con este dinero, Ospina invirtió en grandes obras de infraestructura, en especial en los ferrocarriles. La modernización de las instituciones del Estado Ospina era consciente de que era necesario reformar las instituciones del estado o crear nuevas para que el país mejorara su manejo económico. Hasta la fecha no existía ningún banco central que controlara la emisión de papel moneda, tampoco existían instituciones que vigilaran los movimientos del estado. Ante esta situación en 1923, Ospina contrató a una comisión de expertos económicos encabezados por el profesor Edwin Walter Kemmerer quienes, después de analizar la situación colombiana, formularon una serie de propuestas para modernizar las instituciones económicas colombianas. A este grupo se le denominó la Misión Kemmerer, y producto de su visita el gobierno creó el Banco de la República, la Superintendencia Bancaria y la Contraloría General de la República. Gobierno de Miguel Abadía Méndez El gobierno de Abadía Méndez, comprendido entre 1926 y 1928, fue tal vez el que enfrentó mayores dificultades de toda la hegemonía conservadora. Desde 1928 hasta 1930, se presentaron varios problemas que afectaron al gobierno. Entre estos problemas se encuentran: la Masacre de las Bananeras de diciembre de 1928 y las Jornadas Estudiantiles del 6 y 7 de junio de 1929, en las que murió asesinado el estudiante Gonzalo Bravo Pérez. La situación se agravó en 1929 cuando Colombia entró en una nueva crisis económica producto de la caída de la Bolsa en Nueva York. Por si esto fuera poco, el partido conservador dividido en las candidaturas del general Alfredo Vásquez Cobo y Guillermo Valencia, se presentó a las elecciones presidenciales de 1930. Fue así como los conservadores, asechados por una crisis que afectaba todos los niveles de la sociedad y ante la división política del partido, perdieron la presidencia frente al candidato liberal Enrique Olaya Herrera. LA REPÚBLICA LIBERAL La República Liberal es el período de la historia colombiana comprendido entre 1930 y 1946, en el cual el partido liberal permaneció en el poder. Se caracterizó por sus intentos de modernización de las estructuras sociales del país y por el paulatino aumento de la violencia e intransigencia política. Gobierno de Olaya Herrera Una vez Enrique Olaya Herrera asumió la presidencia en agosto de 1930, se encontró con que en el país todo era conservador: la Constitución, el Congreso, la Corte Suprema de Justicia, los juzgados e incluso los cuerpos de policía. Ante este panorama, Olaya repartió los ministerios y gobernaciones entre los dos partidos, intentando buscar lo que él llamó la Concentración Nacional. Este programa también contemplaba que los gobernadores repartieran equitativamente las alcaldías entre liberales y conservadores. Sin embargo, a raíz de que los gobernadores nombraban únicamente funcionarios liberales, en departamentos como Boyacá y Santander se desató la Violencia. Durante el gobierno de Olaya, el país se encontraba afectado por la crisis económica de 1929, con precios bajos del café, cifras elevadas de desempleo y parálisis en las obras públicas. Ante estos problemas, el gobierno optó por el proteccionismo, impulsó la creación de granjas experimentales y estimuló la sustitución de las importaciones mediante el crecimiento de la industria nacional. Además, creó la Caja de Crédito Agrario y dio los primeros pasos en la formulación de una ley de reforma agraria. Durante este gobierno se implantó la cédula de ciudadanía para los mayores de 21 años de edad. LA GUERRA CON EL PERÚ El 1º de septiembre de 1932 tropas peruanas invadieron el puerto de Leticia sobre el río Amazonas. En Colombia, este hecho produjo la exaltación del nacionalismo, al punto de que los conservadores y los liberales se unieron para apoyar al gobierno, lo que postergó durante un tiempo el resurgimiento de la violencia bipartidista. Este nacionalismo despertó la solidaridad de los colombianos quienes donaron dinero y joyas para equipar a las fuerzas militares. El presidente Olaya Herrera delegó al general conservador Alfredo Vásquez Cobo la organización de una expedición fluvial por el río Amazonas. Además, la defensa del territorio nacional contó con el apoyo de la naciente Fuerza Aérea. En mayo de 1933, luego de varios meses de campaña, las hostilidades llegaron a su fin. Un año después, Colombia y Perú firmaron el Protocolo de Río de Janeiro, en el que se reconoció la soberanía colombiana. GOBIERNO DE LÓPEZ PUMAREJO Para 1934, los conservadores no se presentaron a las elecciones presidenciales, lo que permitió la victoria del candidato liberal Alfonso López Pumarejo. Bajo el lema de la Revolución en marcha, López inició una serie de reformas a nivel económico, político y social, algunas de las cuales fueron rechazadas posteriormente por las élites del país. Sin embargo, sectores disidentes del liberalismo como la Unión Nacional Izquierdista Revolucionaria, UNIR, fundada por Jorge Eliécer Gaitán en 1933, coincidieron en sus postulados sobre la reforma agraria, la reforma constitucional y el intervencionismo estatal propuestos por López. La Revolución en marcha y la reforma de la sociedad colombiana Como se comentó anteriormente, los gobiernos conservadores habían iniciado un proceso de modernización económica sin tomar en cuenta las estructuras sociales del país. En este sentido, la Revolución en marcha intentaba llevar a cabo una serie de reformas que pusieran a la par la modernización económica y social, y así evitar que la inequidad en que vivía el pueblo colombiano, desencadenara una revolución. La Revolución en marcha se centró en tres puntos: Reconocimiento de los problemas de la clase trabajadora. Al contrario de los gobiernos conservadores, López reconoció los conflictos entre patrones y trabajadores y por eso intervino en las relaciones laborales, con lo cual se otorgaron mayores garantías a los empleados. Además, se estableció el derecho a la huelga, se organizó el Departamento Nacional del Trabajo y se creó la Central General de Trabajadores (CGT). La Reforma Agraria. Con el objetivo de democratizar la tierra, el gobierno dictó la Ley 200 de 1936 o Ley de Tierras, que buscaba regularizar los procedimientos para titulación de tierras y darle la posibilidad de acceso a tierras baldías a campesinos humildes. Esta ley prohibió los desalojos de los campesinos que invadían tierras que no les pertenecían y permitió al Estado expropiar tierras en caso de ser necesario. La reforma Constitucional de 1936. Con esta reforma, el gobierno quería lograr un mayor intervencionismo en el manejo económico y subyugar la propiedad privada a los intereses sociales. Otro aspecto de la reforma constitucional estuvo dirigido a la separación de las relaciones Iglesia y Estado. Se eliminó el artículo de la constitución que ligaba la educación pública a la Iglesia católica y se promulgó la libertad de enseñanza. La oposición Aunque las reformas planteadas por la Revolución en marcha eran poco radicales, si se las comparaba con otras asumidas en otros países de América Latina, pues en realidad, solo buscaban modernizar la sociedad, además estas reformas fueron vistas por los conservadores, el clero, los industriales y latifundistas como la implantación de un régimen comunista. La Iglesia, desde los púlpitos incitaba a la oposición a López, en el Congreso, los conservadores, en alianza con un sector del liberalismo; hacían todo lo posible por torpedear las propuestas legislativas de López. Desde los jóvenes políticos e intelectuales pertenecientes a la derecha del país llamaban a la rebelión de los conservadores. Era tanto el miedo que la élite tenía a las reformas de López, que incluso un sector de su propio partido empezó a hacerle oposición, en especial los empresarios y latifundistas liberales, quienes en 1934 fundaron la Acción Patriótica Económica Nacional, APEN para hacerle frente a las propuestas de reforma agraria y tributaria. Así, el gobierno de López terminó con una profunda polarización política. GOBIERNO DE EDUARDO SANTOS Para el período de 1938 a 1942 fue elegido como presidente el liberal Eduardo Santos, quien triunfó unánimemente ante la abstención del conservatismo. Santos pertenecía al sector moderado del liberalismo y su gobierno fue denominado “la pausa”, pues durante estos cuatro años se interrumpieron algunas de las reformas que se venían llevando a cabo durante el gobierno de López Pumarejo. Sin embargo, cabe anotar que bajo su mandato se creó el Ministerio del Trabajo cuyo objetivo era regular las relaciones de los obreros con los patrones. Bajo el lema de Convivencia Nacional, Santos enfrentó las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial. La suspensión de las exportaciones a Europa afectó a los productores de café y banano, al tiempo que las importaciones disminuyeron, lo cual obligó al gobierno a adoptar una política proteccionista y a estimular el desarrollo industrial. En las relaciones internacionales, Santos estrechó los lazos con Estados Unidos, tanto así, que, en lugar de declararse neutral en la Segunda Guerra Mundial, se alineó con los aliados y empezó a restringir las actividades políticas de los ciudadanos pertenecientes al Eje, en especial los alemanes. EL SEGUNDO GOBIERNO DE LÓPEZ Para las elecciones presidenciales de 1942, el liberalismo se dividió en dos candidaturas, la del expresidente Alfonso López Pumarejo y la de Carlos Arango Vélez. Mientras López fue respaldado por la izquierda y por el partido comunista, Arango fue apoyado por el conservatismo y el ala derechista del partido liberal. Finalmente, el triunfo fue nuevamente para López Pumarejo. En contraste con su primer gobierno, López no continuó con las reformas de la Revolución en marcha y se acercó a los banqueros y comerciantes, distanciándose de los sectores populares que lo habían apoyado en su primer mandato. Pero a pesar de que López ya no representaba una amenaza para las élites, el partido conservador, cada vez más fortalecido, llevó a cabo una fuerte oposición, en especial, mediante la revelación de una serie de escándalos que involucraban a la familia presidencial. La creciente crisis política y, por lo tanto, el aumento de la impopularidad y la desconfianza hacia López hizo que, en julio de 1944, un grupo de militares intentara darle un golpe de Estado. Producto de este hecho, López renunció a su cargo en julio de 1945, y fue remplazado por el también liberal Alberto Lleras Camargo. CAÍDA DE LA REPÚBLICA LIBERAL Aunque el objetivo de la renuncia de López era apaciguar un poco la oposición política, esta siguió creciendo. Por si esto fuera poco, las peleas internas entre el liberalismo hicieron que el partido se presentara con dos candidatos para las elecciones presidenciales de 1946: Gabriel Turbay, representante del sector oficialista del partido, y Jorge Eliécer Gaitán, representante de una fracción del liberalismo cercana a la izquierda. De manera similar a lo ocurrido en 1930, el partido conservador volvió a la presidencia a raíz de la división del partido liberal. Los conservadores ascendían al poder en medio de un clima de violencia e intransigencia política casi generalizado. Acción de pensamiento: Explico la crisis y caída de la República Liberal. JORGE ELIÉCER GAITÁN “Yo no soy un hombre, soy un pueblo”. Esta frase, pronunciada en 1947 durante un discurso frente a varios miles de personas en la Plaza de Bolívar de Bogotá, es quizá la más conocida y representativa de este político liberal. Gaitán nació en el año de 1898 en Bogotá, aunque algunos afirman que su verdadero lugar de nacimiento fue la población cundinamarquesa de Manta. Estudió Derecho en la Universidad Nacional de Colombia y posteriormente se especializó en la ciudad de Roma (Italia). Fue Representante a la Cámara, concejal, alcalde de Bogotá, ministro de educación y candidato a la presidencia por el partido liberal en 1946. El caudillo del pueblo Gaitán tuvo entre sus mayores seguidores a los miembros de las clases populares y de la clase media. Su ideario político promovía el mejoramiento de las condiciones de vida de la población urbana y campesina a través de la educación, la higiene y mejoras salariales para los trabajadores. En 1929, cuando fue Representante a la Cámara, se hizo célebre por denunciar el asesinato de varios trabajadores de la empresa bananera United Fruit Company que protestaban por los abusos laborales a los que eran sometidos. En 1933 se alejó del partido liberal y fundó la Unión Nacional Izquierdista Revolucionaria UNIR, pero dos años después el mismo Gaitán lo disolvió para volver a las toldas del liberalismo. Su cercanía con el pueblo, el gran carisma y la alta popularidad que profesaba le valieron el rechazo por parte de las élites gobernantes. Gaitán y el populismo Uno de los ejes ideológicos que caracterizaron el pensamiento de Gaitán fue el populismo. Esta corriente de pensamiento planteaba ideas de corte antioligárquico, nacionalista y antiimperialista. Sustentaba su apoyo principalmente en las clases menos favorecidas, los sectores obreros y todos aquellos a los que las élites nacionales discriminaban y mantenían alejados del poder. Las élites se opusieron a Gaitán porque consideraban que su pensamiento era cercano al comunismo y porque creían que a través de su discurso incitaba a las clases populares a la revolución. EL NUEVO TRIUNFO CONSERVADOR (1946-1953) Debido a la división del partido liberal, entre los candidatos Jorge Eliécer Gaitán y Gabriel Turbay, la contienda electoral a la presidencia de 1946 fue ganada por el conservador Mariano Ospina Pérez. A pesar de los intentos por trabajar de la mano de ambos partidos, durante su gobierno se agudizó el conflicto bipartidista. El asesinato de Gaitán, ocurrido en abril de 1948, produjo un incremento de la violencia, exacerbada posteriormente durante el gobierno de Laureano Gómez. LA UNIÓN NACIONAL De manera similar a Olaya Herrera, Ospina promovió durante la campaña electoral la idea de un gobierno de Unión Nacional que, en la práctica, significaba la participación de los liberales en el poder, con el fin de evitar la violencia partidista. Sin embargo, los gaitanistas y un sector de los conservadores encabezados por Laureano Gómez se opusieron a la propuesta de Ospina. De hecho, los únicos que estuvieron de acuerdo con ella fueron los liberales moderados. Desde su inició, la política de Unión Nacional fue un fracaso pues, al mismo tiempo que se daba cabida a algunos liberales en el gabinete ministerial, se remplazaba al personal liberal de la policía y de los órganos ejecutivos regionales por conservadores sectarios. La Unión Nacional llegó a su fin en marzo de 1948 cuando los liberales moderados se retiraron del gobierno alegando falta de garantías para su partido. EL BOGOTAZO En el año 1948, Bogotá se preparaba para realizar la IX Conferencia Panamericana, en la que se buscaba sentar las bases de la cooperación latinoamericana contra el comunismo, liderada por los Estados Unidos. El 7 de febrero, Gaitán pronunció su famosa Oración por la Paz, en la que pedía al presidente Ospina Pérez que tomara medidas ante la violencia que sacudía al país. Dos meses después, el 9 abril, el Caudillo del Pueblo cayó abaleado por Juan Roa Sierra frente a un edificio del centro de la ciudad. La reacción que produjo esta muerte entre sus seguidores derivó en motines de protesta que pedían la renuncia del presidente Ospina y la salida de los conservadores del poder. También hubo actos de vandalismo y enfrenamientos con el ejército. El Bogotazo fue uno de los levantamientos populares más grandes de la historia del país. 1949: un año crítico Con el asesinato de Gaitán, la violencia partidista se agudizó. A mediados de 1949, se llevaron a cabo las elecciones para el Congreso en las que resultó victorioso el partido liberal. Desde allí el liberalismo realizó una profunda oposición al gobierno Ospina. Esta creciente oposición llevó a Ospina a declarar el estado de sitio y a clausurar el Congreso, las Asambleas Departamentales y los Concejos e imponer la censura p ara prensa y radio.