Antecedentes de los sistemas bancarios en España y América Latina PDF
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Este documento analiza los antecedentes de los sistemas bancarios en España y América Latina desde la antigüedad. Explica el surgimiento de la banca en Mesopotamia, Grecia y Roma, y su desarrollo posterior en Europa. También examina la participación de los bancos en la historia medieval y moderna.
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**1. Antecedentes de la Banca en la Época Antigua** INTRODUCCIÓN. -- La historia de la banca comienza con el primer prototipo de comerciantes de la Mesopotamia, que hacían préstamos de granos a los agricultores y negociantes que transportaban bienes a las ciudades desde aproximadamente 2000 a.C. e...
**1. Antecedentes de la Banca en la Época Antigua** INTRODUCCIÓN. -- La historia de la banca comienza con el primer prototipo de comerciantes de la Mesopotamia, que hacían préstamos de granos a los agricultores y negociantes que transportaban bienes a las ciudades desde aproximadamente 2000 a.C. en Fenicia, Asiria y Babilonia. Posteriormente, en la Antigua Grecia y durante el Imperio Romano, los prestamistas hacían empréstitos y se añadieron dos innovaciones importantes: aceptaban depósitos y cambiaban dinero. Existe también evidencia arqueológica que para este período en la Antigua China y la India de préstamos monetarios. En el sentido moderno del término, la banca tuvo sus inicios en las ricas ciudades del norte de Italia, como Florencia, Venecia y Génova, a finales del periodo medieval y principios del Renacimiento. Las familias Bardi y Peruzzi dominaron la banca en la Florencia del siglo XIV y establecieron sucursales en muchas otras partes de Europa. Quizás el banco italiano más famoso fue el Medici, fundado por Juan de Médici. El desarrollo de la banca se propagó del norte de Italia a toda Europa y tuvieron lugar varias innovaciones importantes en Ámsterdam durante la República de los Países Bajos en el siglo XVI, así como en Londres en el siglo XVII. Durante el siglo XX, el desarrollo en telecomunicaciones e informática llevó a cambios fundamentales en las operaciones bancarias y permitió que los bancos crecieran dramáticamente en tamaño y alcance geográfico. La crisis financiera de fines de los años 2000 ocasionó muchas quiebras bancarias, incluyendo a algunos de los bancos más grandes del mundo, y generó mucho debate sobre la regulación bancaria existentes. Es importante conocer los motivos que generaron el espontáneo surgimiento de la banca como una herramienta propia al comportamiento humano, pues eso permitirá la respuesta a la milenaria y fundamental pregunta jurídica, "¿quién se beneficia?", lo que a su vez permitirá una apreciación tanto del contenido de la norma bancaria como de su aplicación y su eventual interpretación por el juez y el árbitro que reciban dicho encargo. Se estima difícil que se pueda aplicar óptimamente la normatividad bancaria si se desconoce el origen, los beneficios y las prioridades naturales de la banca; el simple texto legal, en esta materia, no alcanza, porque están en juego valores a que afectan a toda la sociedad. Charles McCarthy, ideólogo de la banca del siglo XIX, sostiene que "el bancario es un tipo de comercio de antigüedad inmemorial, y sus orígenes van más allá del alcance de la historia autenticada. Fue la consecuencia natural y necesaria del comercio, el cual surgió de, y creció con la civilización". En el inicio de los tiempos, al comercio, se le relaciono con las conductas asociadas a dar algo simultáneamente a recibir algo diferente, pero satisfactorio para ambas personas; o tal vez asociados a lo que hacía un pueblo específico. 2\. Los Antecedentes más Remotos de la Actividad Bancaria Entre los más remotos antecedentes de la banca, investigaciones documentadas indican que curiosamente en diversas ciudades lejanas unas de otras, se realizaban actividades y documentos similares, tal es el caso de las órdenes de pago, y de las donaciones o tributos, aun no se ha encontrado dato alguno, respecto a que dichas aportaciones se hayan realizado por personas que viajaban de un lugar a otro. Lo que sí se sabe es que, según lo descubierto en algunos casos expuesto en museos, las operaciones bancarias se realizaron desde épocas no consideradas por los investigadores para dichas actividades; obviamente no eran como actualmente se conocen, pero ya se trabajaba en ello, tal y como se describe a continuación. a\) Babilonia. -- "En Uruk, una de las ciudades más importantes del reino de Babilonia, hacia el año 3400 a 3200 antes de nuestra era, funcionó el templo rojo de Uruk, llamado así en referencia al material con que estaba construido (conos de arcilla roja), y es el edificio bancario más antiguo que se conoce. Ahí los sacerdotes practicaban ex profeso la intermediación. Recibían prendas de los jefes de las tribus y de otros individuos deseosos de obtener el favor divino, además de los productos obtenidos de la explotación de grandes extensiones de tierra; con los recursos obtenidos prestaban cereales con interés a agricultores y comerciantes y ofrecían recursos a los esclavos, lo mismo que a los guerreros hechos prisioneros, para ser liberados. Todas las operaciones se realizaban en especie, pues aún no hacia su aparición la moneda. El reino de Babilonia alcanzó su máximo esplendor con Hammurabi (1792-1750 a.C.), hijo y sucesor de Sin-muballit, para esos tiempos ya entonces el "comercio bancario" estaba en proceso de secularización (había dejado de pertenecer solo a los sacerdotes) y las operaciones eran numerosas e importantes; ello se va a reflejar en el Código conocido con el nombre de dicho rey, inscrito en la célebre estela semicilíndrica de 2.25 metros de alto, que en la actualidad se exhibe en el museo de Louvre, en Paris. Este Código reguló, entre otras instituciones: el préstamo con interés; la formalidad requerida para tales contratos el interés y la usura señalándose: ("si...ha prestado...con interés...sin testigos ni contrato perderá cuanto prestó"); la usura, pues el aumento indebido del interés se castigaba con la perdida integra del principal prestado; la comisión mercantil, y el depósito ("si un señor desea depositar plata, oro o cualquier otra cosa a otro señor, todo lo que quiera confiar será enseñado a testigos, formalizara en un contrato y luego entregará lo que quiera confiar para su depósito". b\) Grecia.- En el año 700 a.C. existían los llamados colubitas, que no eran simples cambistas pues también se ocupaban de autenticar y luego homologar las diversas monedas que se acuñaban en las distintas regiones de Grecia y de otras latitudes. Por otro lado, existían los trapecitas a quienes se consideran incipientes banqueros pues recibían bienes de sus clientes que luego prestaban a otros mediante el cobro de un interés, el cual en algunas ocasiones era excesivo y ocasionó problemas. Por esto último, a partir del siglo IV a.C., los estados y las ciudades de Grecia procuraron fundar bancos públicos a fin de sustraerse de las presiones de los banqueros privados tanto religiosos como laicos. c\) Roma.- Después de cinco siglos de su fundación, los romanos aprendieron de Grecia la utilización de la moneda. El desarrollo primitivo de la banca se realizó por la orden ecuestre, que en su origen estaba conformada por ciudadanos capaces de enrolarse en el ejército, con caballos propios o comprados con su propio dinero, y que, con el tiempo, se les encargó la administración de las finanzas, y así constituyeron una élite que, además de formar parte del ejército, realizaban negocios entre otros, crediticios. El sistema bancario llegó a Roma proveniente de la parte oriental de Grecia y estuvo manejado principalmente por griegos y sirios en Italia, en el oeste y aun en las Galias, en donde las palabras 'sirio' y 'banquero' eran sinónimos, y la función que realizaban como la política y administración pública de las magistraturas se reputaba viril a fin de imponer autoridad, pues solo podía ser desempeñada por varones. Los numularii eran propiamente banqueros y, según un texto de Ulpiano, su actividad era vigilada por los praefectus urbi, que eran magistrados extraordinarios de rango senatorial, que el Cónsul los nombraba para que lo reemplazaran en la jefatura de la ciudad de Roma y en el ejercicio de sus funciones jurisdiccionales mientras este estuviera ausente ya que se consideraba de orden público, "lo que constituye el más remoto antecedente directo de la consideración de la banca como función pública y de la obligación e interés del Estado de intervenir en su manejo". La historia de la banca comienza con el primer prototipo de comerciantes de la\_\_\_\_\_\_\_\_\_\_\_\_\_\_, que hacían préstamos de granos a los agricultores y negociantes que transportaban bienes a las ciudades desde aproximadamente 2000 a.C. Su respuesta : Mesopotamia✔ Comentario: Esta es la respuesta correcta Los numularii eran propiamente banqueros y, según un texto de Ulpiano, su actividad era vigilada por los praefectus urbi, que eran magistrados extraordinarios de rango senatorial, que el Cónsul los nombraba para que lo reemplazaran en la jefatura de la ciudad de Roma Su respuesta : Verdadero ✔ Comentario: Esta es la respuesta correcta **Lección 1.2.- Antecedentes de la Banca en la época medieval** Requisitos de finalización **1. Antecedentes de la Banca en la Época Medieval** **INTRODUCCIÓN** La transición entre períodos resultó larga y complicada ya que diversos problemas afectaron el desarrollo económico, entre los más destacados se mencionan: la caída del imperio romano, las invasiones islámicas, la prohibición del interés en préstamos por parte de la Iglesia y las cruzadas. Todos los eventos acontecidos provocaron la casi desaparición de los individuos y casas que realizaban funciones bancarias, pero al mismo tiempo todos esos hechos fueron requiriendo dinero y justamente esa necesidad fue el inicio de la reaparición de viejas y nuevas actividades en la función bancaria. **2. Los Judios y los Lombardos Primeros Banqueros** Los grandes centros urbanos eran dominio de los judíos, que casi siempre contaban con el apoyo de las autoridades del lugar, pues se beneficiaban de los préstamos de aquéllos. En el campo, en cambio, operaban los monasterios. Sin romper con la prohibición canónica del préstamo con interés, practicaban el crédito agrícola a favor de los tenedores de la tierra, a través de dos operaciones: la mort-gage, (la "muerte-fianza" que es el origen de la palabra inglesa mortgage de la que nació la hipoteca) y la segunda era una inversión sobre el inmueble a cambio de recibir ciertos beneficios o rentas. La reactivación del comercio bancario comienza en el siglo XI, cuando los italianos logran vencer la hegemonía de los árabes en el Mediterráneo. Inicialmente y durante siglos, los primeros banqueros fueron exclusivamente judíos, que no eran alcanzados por las leyes de la iglesia y cuya principal función fue la de prestamistas, llegaron a establecerse en Lombardía para dedicarse a la banca, logrando operar en una gran extensión de territorio e incluso con algunos monarcas como Luis IX. Fue precisamente Luis IX quien tiempo después destierra a los lombardos de Italia y Francia, encarcelando a algunos de ellos y confiscándoles sus bienes, principalmente los documentos que contenían adeudos del monarca. Entran entonces en escena los venecianos y los lombardos. En especial estos últimos (ubicados en el norte de Italia) asumen la tarea de tender un nuevo puente comercial entre Oriente y Occidente, se extienden hacia Francia e Inglaterra, reciben de la monarquía francesa el derecho de establecer mesas de préstamo (lo cual iba obviamente en detrimento de los intereses de los judíos), en algunos casos llegan a asumir las tareas de banqueros del Tesoro y se convierten en agentes financieros de la Santa Sede. Algunos lombardos lograron recuperar parte de los fondos que habían poseído, gracias a eso se dirigieron y establecieron en Inglaterra, en una calle que harían famosa por sus destacadas actividades bancarias, misma que fuera reconocida como el centro bancario de esa ciudad y que llevara por nombre Lombardia. Los lombardos realizaron como práctica común en Génova, el préstamo a interés. **3. La Participación de la Iglesia en el Inicio de la Actividad Bancaria en Europa** Por su parte, los cristianos realizaron operaciones como la asociación en empresas comerciales a través de créditos autorizados por la iglesia, y por los que participaban en utilidades en lugar del cobro de intereses. La Iglesia se inspiraba en conceptos éticos que afirmaron: que condenaban como injusto el cobro de intereses, es por ello que se creó la prohibición canónica del préstamo con interés, ya que fueron la causa del atraso en el desarrollo del sistema bancario. Se sabe que básicamente el interés consistía en el abuso y explotación de la necesidad e ignorancia de la gente del pueblo, de la que siempre esperaban la cosecha como forma de pago y que era justificada como un rédito bancario, ya que los préstamos se basaban en el consumo. Continuando con la intervención de la Iglesia en la actividad bancaria de la época medieval, durante ese período también destacaron algunos monasterios que se convirtieron en importantes centros bancarios, gracias a sus funciones como recaudadores de impuestos, prestamistas e incluso con garantía hipotecaria. Durante el siglo XIII existieron algunas instituciones que recibían depósitos de particulares pagando un interés, administraban los recursos de los gobiernos y les otorgaban préstamos, se llamaron montes, existían grupos religiosos que estaban en contra de ellos, y para demostrarles su oposición, en el año 1463 en Orvieto, fue creado con autorización del Papa, el primer Monte de Piedad o Montepío, como respuesta de un sector de la Iglesia a la actividad usuraria. Fueron los Templarios quienes sustituyeron a los hebreos en sus funciones bancarias, la Orden de los Templarios fue notable en sus actividades bancarias en Europa, específicamente como: banqueros, tesoreros de la Iglesia, de los Reyes y de particulares; se crearon con carácter religioso-militar. De ellos nos ocuparemos con mayores detalles en la siguiente lección, por la importancia de las actividades financieras, que constituyen verdaderos precedentes de lo que hoy constituye la actividad bancaria. La orden del Temple no solo fue famosa por su devoción y el arrojo de sus caballeros en la defensa de Tierra Santa en diversas partes del mundo. Sus finanzas la convirtieron en el mayor poder financiero de la Cristiandad, controlando grandes sumas de capital gracias a donaciones y conquistas. Uno de los primeros y más graves problemas al que tuvieron que enfrentarse los peregrinos guerreros que conquistaron Jerusalén en julio de 1099 fue la defensa de sus conquistas. En realidad, quienes participaron en la Primera Cruzada no habían tenido en cuenta la posibilidad de asentarse de forma estable en Tierra Santa. Así pues, el día siguiente a la conquista de la Ciudad Santa muchos cruzados se consideraron libres de sus votos y se dispusieron a volver a casa tras haber rezado en el Santo Sepulcro. Entonces nacieron las órdenes religiosas militares, formadas por laicos que utilizaban las armas en defensa de los cristianos. De todas ellas, la del Temple fue la que adquirió mayor fama. Nació en 1119, cuando un oscuro caballero francés, Hugo de Payns, consiguió que el rey Balduino II de Jerusalén le cediera un ala de la mezquita de al-Aqsa para alojar en ella a los miembros de un nuevo grupo, cuya finalidad principal era mantener limpio de bandidos el camino que conducía de la costa a Jerusalén. Así nació la Orden, que fue llamada del Temple porque su residencia, la mezquita de al-Aqsa, se levantaba en la explanada del antiguo templo de Salomón. **4. Los Banqueros de las Cruzadas** También en este proceso de reactivación financiera en la época medieval, tiene un papel destacado la denominada Orden de los Pobres Caballeros de Cristo. Se trata de una orden de carácter religioso-militar fundada con la misión inicial de proteger a los peregrinos que iban a Tierra Santa tras la primera Cruzada. La denominación de Templarios proviene de que su primer palacio en Jerusálén estaba adyacente a un edificio conocido como Templo de Salomón. Pues bien, durante las Cruzadas los Templarios se convirtieron en una gran empresa de transferencia de recursos: para proveer de dinero a los cruzados, para pagar los rescates de los prisioneros y para entregar dinero a las esposas e hijos de los cruzados que habían quedado en Europa. Más tarde comenzaron a recibir depósitos e inventaron las cajas de seguridad (con doble llave) tal como hoy las conocemos, operaron como cambistas, practicaron el préstamo y terminaron financiando las Cruzadas. Con ello, sin duda, se convirtieron en los grandes banqueros de la época. Además, todo parece indicar que fueron los Templarios quienes primero utilizaron la partida doble en contabilidad. Durante su mayor época de esplendor llegaron a tener 9 000 sucursales y a contar con unos 28000 caballeros. Una parte de la organización se dedicó a otras tareas ajenas a la estructura militar. Ante la necesidad de gestionar los recursos enviados de Europa a Jerusalén para mantener las Cruzadas, los Caballeros templarios desarrolló de manera eficiente el primer sistema bancario de la historia, en que el depositaban su confianza tanto Reyes como miembros de la nobleza de Europa. Su desarrollo económico encontró un especial refugio en Francia. Dada su fortaleza y la inseguridad que aportaban los caminos entre Europa y Oriente Medio, las «cuentas» de los templarios se convirtieron en uno de los lugares más fiable para depositar las finanzas. Además, la Orden comerciaba con otras culturas, eran capaces de gestionar fondos ajenos y otorgar préstamos. Murillo Rojas, en su obra, consideró a los templarios como la «más vasta organización financiera» que se había desarrollado hasta la época. Tras la caída de los Caballeros templarios, la mayor parte de documentos y escritos relacionados con los de su actividad fueron destruidos. Pese a ello, todavía existen distintos escritos que atestiguan su faceta de banqueros. **5. Origen de la Palabra Banco** En cuanto al origen de la palabra banco, se sabe que es el derivado del nombre del mueble que utilizaban los cambistas italianos --un simple banco- al igual que lo usaron los trapezitas en la antigüedad. Los trapezitas eran los banqueros en la Antigua Grecia. Su nombre proviene del griego antiguo τράπεζα (trapeza), la mesa detrás de la que estaban en las tiendas, a veces destinadas a otro tipo de actividad comercial, pero muy a menudo a las transacciones bancarias. Otras versiones señalan que la palabra banco es un derivado de la mesa y el banco que los banqueros utilizaban en las ferias, se dice que cuando éstos fracasaban en sus negocios, rompían el banco sobre la mesa en señal de quiebra, de ahí el surgimiento de la frase -banca rota-. Otras investigaciones indican que la palabra banco procede de la palabra italiana --monte- que fuera utilizada para nombrar al primer banco veneciano, y una versión más, indica que puede proceder de la palabra alemana --bank- que significa banco para sentarse o institución financiera. **6. Los Primeros Bancos Formales de Italia** Es el año 1400, en Génova, cuando la palabra banco comienza a diferenciarse para designar a esas entidades, lo anterior fue a partir del Banco de San Jorge de Génova que fuera creado en un sentido moderno en el año 1407 ya que anteriormente era conocido como Casa de San Jorge. Dicho banco se dividía en dos secciones: la primera, recibía depósitos y efectuaba girocontis lo que hoy conocemos como giros o transferencias de dinero; la segunda, surgió como una administración autónoma de la deuda pública de Génova, acordaba préstamos a los encargados de los impuestos y de la República excepto a los particulares. De otra parte los Toscanos, que eran los sieneses que eran habitantes de la comunidad de Siena, los luqueses que eran habitantes de la comunidad de Lucca y principalmente los florentinos, todos de la provincia Toscana de Italia, fueron comerciantes que viajaron por muchos lugares para establecer filiales y que a pesar de los riesgos lograron acumular grandes utilidades y desarrollaron técnicas bancarias, instituyendo letras de cambio, el giro y el aval. A los toscanos, se les asignaba el cobro del óvolo de San Pedro en el extranjero por cuenta de la Santa Sede, son las donaciones de las diócesis y cristianos católicos del mundo entero al Papa de Roma. Desde el siglo VIII hasta 1534 fue una contribución aportada desde Inglaterra para la Santa Sede. Bajo el Pontificado del Pío IX, se retoma el nombre para designar una contribución voluntaria de los fieles al Papa. Por ello es que a los toscanos se les llamara usurari papae. (usureros del papa). **Lección 1.3.- Antecedentes de los sistemas bancarios en España y América Latina** 1\. Antecedentes de los Sistemas Bancarios de España y Latinoamérica **INTRODUCCIÓN** Sin menospreciar el rol de la Iglesia y la actividad agraria, es indudable que en el caso específico de Charcas resaltó enormemente el rol de mercaderes y del Estado en el préstamo de recursos a la actividad minera. La disposición de estos recursos a la minería fue un fenómeno importante en sí mismo, pero es también crucial para entender la transición del mercado de crédito colonial al republicano. Por un lado, desde el inicio mismo de la explotación minera en el distrito minero de Potosí, surgió la figura del adelantamiento o avío de recursos por parte de mercaderes y comerciantes hacia productores mineros necesitados de capital circulante. Por otro lado, la presencia estatal fue igualmente un fenómeno temprano, pero, además, adquirió particular importancia en la segunda mitad del siglo XVIII, cuando, en el contexto de las Reformas Borbónicas, el Estado se hizo cargo del Banco de San Carlos, una entidad pensada exclusivamente para fomentar la minería potosina. La existencia de diversas normas escritas y la preocupación constante de diversos agentes estatales por regular y/o controlar el mercado de crédito indican la presencia de una suerte de "regulación bancaria", con alcances y limitaciones evidentemente diferentes a las que surgieron luego. La sociedad colonial era una organización social basada en una serie de diferenciaciones y/o privilegios específicos a determinados individuos, territorios y/o estamentos. En un contexto donde la normativa estatal debía compartir soberanías con otras instancias, muy difícilmente era posible emitir un marco general regulatorio para la actividad bancaria. Por ello, la "regulación bancaria" estuvo circunscrita a lugares y actividades concretas. La historia de la regulación financiera está marcada por la capacidad de los agentes políticos de intervenir en la creación de normativa desde un punto de vista técnico. Por otro lado, la regulación ha estado ligada a los paradigmas económicos y a la orientación política del país en los distintos períodos de su desarrollo. En términos generales, la segunda mitad del siglo XIX fue el punto de partida en la formación y consolidación de la actividad bancaria a lo largo y ancho de América Latina. En correspondencia con este desarrollo, la segunda mitad del siglo XIX fue también testigo de los primeros intentos de diversos Estados de la región por normar esta actividad económica. La identificación de este período como el del despegue de la banca y de la regulación financiera modernas no implica, sin embargo, aceptar que en tiempos coloniales los mercados de crédito y el control estatal de éstos fueron inexistentes. La naturaleza y la base institucional sobre la que operaron los mercados de crédito y la regulación estatal en tiempos coloniales y en tiempos republicanos fueron diferentes, pero no por eso se puede obviar la presencia de experiencias dinámicas y complejas. La concepción de la colonia como una época de escaso desarrollo financiero se apoya en la existencia de diversos elementos que innegablemente limitaron su accionar. **2. La Economía de Bolivia de la Plata al Estaño** La década de 1880 significó un punto de quiebre muy importante en la vida política del país. La Constitución de 1879 representaba la consolidación del liberalismo, señalando el sendero por el que se encaminarían la economía y política bolivianas hasta la crisis de 1929. Luego, la pérdida del Pacífico actuó como el catalizador final que permitió la sustitución de gobiernos militares inestables por gobiernos civiles que gozaron de una considerable estabilidad a lo largo del tiempo. Aprovechando el desprestigio que supuso para los militares la pérdida del Litoral, la elite económica del país impulsó la consolidación de gobiernos civiles electos dentro de un sistema moderno de partidos. Los productores mineros vieron necesario zanjar cuanto antes cualquier fricción con Chile y se organizaron en torno al Partido Conservador. Para los grandes mineros, era imperioso restablecer y normalizar los flujos comerciales y recuperar relaciones con Chile. Argumentaban que la firma de un tratado de paz proporcionaría una indemnización necesaria para la construcción masiva de vías de comunicación. En frente del debate, se hallaba el Partido Liberal, un partido pro bélico que pretendía recuperar el litoral perdido. La balanza terminó decantándose hacia el primer grupo: entre 1884 y 1899, el país fue presidido por los grandes representantes del Partido Conservador. Los principales mineros, o gente estrechamente relacionada con ellos, fueron sucediéndose en la presidencia del país: Gregorio Pacheco (1884-1888), Aniceto Arce (1888-1892), Mariano Baptista (1892-1896) y Severo Fernández Alonso (1896-1899). Estos gobiernos se caracterizarían por un importante apoyo al sector exportador del país. Uno de los fenómenos que más se ha remarcado es el tendido de líneas férreas. Sin embargo, no se debe perder de vista que la modernización del Estado en sí misma fue también una prioridad importante para estos gobiernos. El tema ferroviario se consolidó como uno de los temas principales en la agenda política del país y, luego de la derrota militar, se buscó mejorar la conexión de los centros mineros productores con los puertos del Pacífico. Básicamente, se pretendía una inserción más competitiva del mineral al mercado mundial, considerando la urgencia de abaratar los costos de producción ante el continuo descenso en el precio de la plata. Así, bajo la presidencia de Aniceto Arce, se terminó el ferrocarril que conectaba Antofagasta con Uyuni (1889) y que posteriormente fue ampliado hasta Oruro (1892). Los precios internacionales de la plata fueron relativamente estables entre 1830 y 1873. Ese año comenzó una tendencia a la baja producto de diversos stocks que incrementaron la cantidad de metal en el mercado. Sin embargo, al mismo tiempo que se generó este descenso, la producción de plata en las minas potosinas creció considerablemente merced a la llegada de capitales externos y a la riqueza de los minerales explotados en Huanchaca y Colquechaca. En los siguientes años, la producción nacional no hizo más que crecer, a pesar de la tendencia a la baja en los precios internacionales. Hacia 1889, la producción nacional presentó incluso un gran salto en la producción merced al ferrocarril: el tren permitía comercializar directamente grandes volúmenes de mineral en bruto y, por ello, se comenzó a explotar el mineral depositado en los desmontes. El ferrocarril, además, abarató las importaciones permitiendo la caída en el precio de insumos claves para la minería, particularmente el combustible, pero también de productos que competían con la producción nacional. El cambio de siglo supuso la declinación final del protagonismo de la economía de la plata. Pero la llegada del siglo XX supuso también cambios en la estructura política del país: el fin del control estatal por parte de la elite minera asentada en Sucre y dedicada a la explotación de la plata. El descenso de costos que posibilitaba el transporte ferroviario fue incapaz, no obstante, de compensar la enorme caída sufrida por el precio internacional de la plata en 1893. Así, en 1895, la producción de plata dejó de crecer, iniciando una lenta, pero continua, tendencia a la baja y el cambio de la economía centrada en la explotación del estaño. Otro hecho relevante de esa época fue la explosión de la Guerra Federal (1898-1899), que enfrentó a conservadores y liberales, supuso el fin del control estatal por parte de la elite minera asentada en Sucre y dedicada a la explotación de la plata y los liberales lograron hacerse y afianzarse en el poder, gracias, entre otras razones, a sus estrategias de alianzas. Una parte importante de la base política del Partido Liberal se hallaba constituida por nuevos mineros dedicados al estaño y por las clases urbanas profesionales ascendentes de La Paz, que se asociaron con los indígenas liderados por Pablo Zárate Willca que fue fundamental para la victoria final; tiempo después, esta alianza terminó violentamente con la ejecución de los principales dirigentes originarios, logrando el traslado de la sede de gobierno a La Paz, lo que significó una derrota para la economía de la ciudad de Sucre. La evidencia pone de manifiesto que, pese a los conflictos armados que caracterizaron el periodo y con diferencias territoriales, la población creció en toda la región entre 1820-1870 como también lo hizo el PIB, que viene a ser el valor de mercado de todos los bienes y servicios finales producidos usando los factores de producción disponibles dentro de un país en un periodo determinado. Existe una importante coincidencia acerca de que la incorporación de los países latinoamericanos a la globalización se produjo a través del comercio internacional vía exportación de productos agrarios y mineros. Si el desarrollo económico latinoamericano tras la independencia permitió a algunos países incorporarse al circuito de la primera globalización e iniciar un proceso de crecimiento significativo, cabe preguntarse por el papel que jugaron las finanzas, así como las consecuencias del rol que desempeñaron. Conforme al análisis de las bases sobre las que se gestaron los intentos bancarios tempranos centrándose en el marco institucional desarrollado por los nuevos estados, se tiene que los primeros bancos en el mundo hispano latinoamericano se establecieron en cinco países: España, Chile, Argentina, Brasil y México en el periodo anterior a 1870. Posteriormente los bancos se extendieron en los países latinoamericanos alrededor de 1850, que es también cuando se terminaron de conformar las fronteras, se asentaron las bases de los estados nacionales y se formalizó en estos territorios la regulación comercial. **3. La Reorganización Monetaria** La historiografía ha señalado que uno de los problemas que, aparentemente, tardó más en resolverse tras las independencias fue la reorganización monetaria. Los gobiernos de la región acumularon déficit y tendieron a resolverlo de forma inflacionaria o dependiendo de prestamistas (nacionales y extranjeros) que resultaban muy costosos. Los nuevos estados debieron hacer frente a la deuda heredada de la colonia, además de diseñar un sistema financiero que diera respuesta a las necesidades de las nuevas repúblicas, tanto en lo que hace a las necesidades financieras de los estados como a las de la economía en su conjunto. La debilidad del desarrollo financiero en los países latinoamericanos tras la independencia tuvo como consecuencia la dependencia del crédito externo por la incapacidad de los nuevos gobiernos para financiar los déficits públicos. El desarrollo económico de los países latinoamericanos no fue el mismo, de modo que la demanda de medios de pago y la oferta de servicios bancarios no tenía por qué ir a la par en todos los territorios. Sin embargo, lo que sí comparten mayoritariamente es la colonización española y la impronta que dejó en sus instituciones. En Latinoamérica no se conformaron bancos de emisión en la mayoría de los países en el inicio de su periodo independiente, Argentina es un caso excepcional, ya que rápidamente se gestaron bancos emisores vinculados al comercio, aunque tuvieron importantes problemas desde su origen, sobre todo por los episodios de inconvertibilidad. Habría que tener presente que algunos de estos países eran ricos en metal, pero tras las independencias, el metal escaseó o fluyó hacia el exterior en medio del caos generado con la independencia, y el papel moneda tal vez podría haber favorecido el desarrollo económico de los nuevos estados. **4. Retraso de la Implementación Bancaria en América Latina** Existieron diferencias entre la colonización británica y la española con relación a la creación de bancos. Mientras en los países de colonización británica se desarrollaron tempranamente instituciones bancarias, la corona española mantuvo fuertes restricciones tanto en la península como en las colonias. El legado institucional hispano en el centro de la discusión sobre el atraso, tomó dos dimensiones: la incapacidad de los imperios coloniales español y brasileño para hacer frente a la reforma de los derechos de propiedad que facilitaran la innovación y la inversión, y su fracaso (de las metrópolis hispanas) por incrementar las capacidades estatales. La modernización institucional estuvo a cargo de los nuevos estados que, a su vez, se conformaron en medio de conflictos civiles que en ocasiones se prolongaron durante décadas. Los estados se configuraron construyendo identidades nacionales en territorios con una amalgama diversa de población. Este proceso estuvo signado por transformaciones importantes en el modo de recaudar impuestos, distribuirlos y hacer frente a los conflictos que se plantearon tras las independencias. La estructura legal se modificó y condicionó el quehacer económico de las nuevas naciones. **5. La Constitución de Sistemas Bancarios Integrados** La constitución de sistemas bancarios integrados estuvo presente en las repúblicas americanas en los primeros años tras las emancipaciones. Se han identificado hasta cerca de noventa bancos comerciales establecidos en Argentina, Brasil, Chile, Cuba, Perú y Uruguay entre 1850 y 1873, incluso en aquellos territorios que no habían dispuesto de bancos durante la colonia se abrieron este tipo de instituciones, la mayoría con poco éxito. No está claro que la aparición tardía de bancos en los países de América Latina se debiera a la falta de demanda de servicios financieros ni a la escasez de oferta de capitales. En relación con la demanda hay evidencia de la búsqueda de capitales en el exterior por parte de los estados y también de las relaciones de los particulares con casas bancarias del exterior o la existencia de casas extranjeras que se instalaron en el territorio americano. La escasez de instituciones bancarias se ha atribuido a la falta de integración de los mercados internos y al débil desarrollo económico tras la independencia. Se ha argumentado que fue cuando las economías se integraron en los mercados internacionales cuando se conformaron los sistemas financieros nacionales (aunque, en algunos casos, el impulso provino de capitales extranjeros). El ingreso de estos países en la primera onda globalizadora a partir de la década de 1870 los insertó en el mercado mundial como exportadores de materias primas. 5\. La Constitución de Sistemas Bancarios Integrados La constitución de sistemas bancarios integrados estuvo presente en las repúblicas americanas en los primeros años tras las emancipaciones. Se han identificado hasta cerca de noventa bancos comerciales establecidos en Argentina, Brasil, Chile, Cuba, Perú y Uruguay entre 1850 y 1873, incluso en aquellos territorios que no habían dispuesto de bancos durante la colonia se abrieron este tipo de instituciones, la mayoría con poco éxito. No está claro que la aparición tardía de bancos en los países de América Latina se debiera a la falta de demanda de servicios financieros ni a la escasez de oferta de capitales. En relación con la demanda hay evidencia de la búsqueda de capitales en el exterior por parte de los estados y también de las relaciones de los particulares con casas bancarias del exterior o la existencia de casas extranjeras que se instalaron en el territorio americano. La escasez de instituciones bancarias se ha atribuido a la falta de integración de los mercados internos y al débil desarrollo económico tras la independencia. Se ha argumentado que fue cuando las economías se integraron en los mercados internacionales cuando se conformaron los sistemas financieros nacionales (aunque, en algunos casos, el impulso provino de capitales extranjeros). El ingreso de estos países en la primera onda globalizadora a partir de la década de 1870 los insertó en el mercado mundial como exportadores de materias primas. 6\. La Regulación del Derecho Comercial y la Actividad Bancaria La regulación comercial es una rama independiente de la ley civil en los países donde ésta rige. A principios del siglo XX, los juristas estaban divididos en tres grupos: los "civilistas" (seguidores de la doctrina francesa), que señalaban que la regulación comercial es un complemento de la ley civil; los "mercantilistas" (afines a la doctrina alemana que fue adoptada por España en su código de 1885) que argüían que la ley mercantil es independiente; y un último grupo que mantenía que la ley relativa a los contratos, bien sean mercantiles o civiles, debía constituir una rama separada del derecho. En el caso de América Latina entre los primeros se encontrarían los códigos comerciales de Chile, Ecuador, Guatemala, Haití, Honduras, México, El Salvador, República Dominicana y Venezuela. El sistema mercantil fue adoptado por España, Perú, Colombia, aunque el caso colombiano tenía peculiaridades, y Argentina que tenía un sistema mixto. Por último, el sistema que hacía referencia a los contratos era el seguido por Inglaterra, Estados Unidos y Suiza. Algo que llama la atención en el análisis es que la secuencia seguida por la mayor parte de países latinoamericanos fue primero la aparición de bancos (más o menos exitosos) y después la regulación comercial o bancaria. En Bolivia primero se regularon las sociedades anónimas (1854) y luego aparecieron los primeros bancos (1857-1861). Este comportamiento fue anómalo en la región, así, si bien la regulación colonial tuvo cierto peso en la postcolonial, pueden explorarse las diferencias. Algunos países utilizaron la regulación española hasta que promulgaron sus propias codificaciones e incluso los códigos comerciales de los nuevos estados recogieron la influencia española. En España, hasta la promulgación del Código de Comercio en 1829, la actividad comercial estaba regulada por las Ordenanzas de Bilbao, las cuales habían sido originariamente un fuero mercantil municipal que más tarde fue dado como ley a otras ciudades. Sin embargo, en muchas zonas de la península se mantenían costumbres propias. La homogeneidad de la regulación comercial llegó con el Código de Comercio que reguló los mecanismos e instrumentos que se utilizarían en los intercambios. El Código de Comercio español requería una autorización especial para conformar una sociedad anónima, de modo que los bancos que se crearon en la década de 1840 y que eran sociedades anónimas (tres en total), debieron contar con dicha autorización. La extensión de la banca en España es posterior al Código de Comercio y fue también a raíz de diversas situaciones críticas vividas por los bancos existentes que se dictó en 1848 una nueva ley de sociedades anónimas y cambios en la regulación bancaria. A partir de la ley de 1856 se liberalizó la creación de Bancos en España. En Latinoamérica, los países desarrollaron sus propias regulaciones comerciales en la segunda mitad del siglo XIX y hasta ese momento, en muchos países, se mantuvieron los marcos regulatorios de la colonia. También debieron abordar una regulación monetaria y bancaria propia. **Antecedentes de la Regulación y Supervisión Financiera en Bolivia** **INTRODUCCIÓN** Para conocer los antecedentes de la Regulación y Supervisión Financiera en Bolivia desde 1928 por parte de la Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras, es preciso remontarse al nacimiento de la República y al surgimiento de las primeras entidades bancarias en el país. Así, la pesquisa de antecedentes de la creación de la Ley General de Bancos de 1928, que reformó el sistema bancario y creó la Superintendencia de Bancos y la Ley de Creación del Banco Central de Bolivia ese mismo año, remiten de manera obligada a los inicios de la República. El intento frustrado con el Banco de Descuento y Circulación en Potosí durante el gobierno de Andrés de Santa Cruz, la constitución del Banco Boliviano, a solicitud del chileno Eusebio Lillo, como el primer banco que empezó a operar en el país en enero de 1867 y el primer intento de regular la autorización de los establecimientos de crédito con la Ley de 17 de agosto de 1871 son esos referentes iniciales de la historia de la regulación financiera en nuestro país. Otro antecedente central es, sin duda, la misión Kemmerer, que marcó una huella fundamental en la historia financiera del país. Es a partir de esa época que se puede identificar nítidamente el inicio de la evolución de la regulación y supervisión del sistema financiero en nuestro país. Con ese enfoque, abarca la historia de la regulación financiera desde, prácticamente, inicios de la República hasta 1982 y parte de ese año y culmina, en esta aproximación histórica, en el año 2003. Los principales rasgos históricos de la regulación financiera, desde el surgimiento de las primeras iniciativas de creación de entidades bancarias, hasta la crisis de la deuda externa a inicios de los ochenta. La construcción de la regulación financiera en el país es producto de un esfuerzo tanto de personalidades como de actores institucionales, que han ido forjando en un largo proceso un ente regulador reconocido y respetado dentro y fuera del país. La historia de este camino es parte de la historia de la construcción del país, con sus luces y sombras, con sus realizaciones y contradicciones. En un momento en que esta construcción transcurre a través de una fase de inflexiones y cambios significativos, tenemos la expectativa de que el conocimiento que aporta este trabajo pueda ayudarnos a entender mejor nuestro pasado y a estar mejor preparados para encarar nuestro futuro. La historia de la regulación financiera está marcada por la capacidad de los agentes políticos de intervenir en la creación de normativa desde un punto de vista técnico. Por otro lado, la regulación ha estado ligada a los paradigmas económicos y a la orientación política del país en los distintos períodos de su desarrollo. El Inicio de la Actividad Banquera con el Primer Banco de Bolivia El inicio de la actividad financiera privada data de 1867, año de creación del primer banco privado, el Banco Boliviano. Se trataba de una institución con facultad de emisiones, compuesta por capitales chilenos y nacionales, donde incluso el gobierno comprometió aportes de capital. Esta primera institución bancaria, aprobada por el gobierno, fue creada en un contexto en el que se carecía de un marco normativo que regulase sus funciones y atribuciones. La Ley de Autorización para la Creación de Bancos de 1871 marca el inicio de regulación categórica en cuanto a la creación de este tipo de instituciones. Sin embargo, todavía no se norman las actividades permitidas a estas instituciones ni su constitución como sociedades anónimas. Lo único que establecía esta Ley es que, para instalar un banco, se debía solicitar autorización al gobierno. Entre 1867 y 1871 se crearon los tres primeros bancos del país: el Banco Boliviano, el Crédito Hipotecario de Bolivia y el Banco Nacional de Bolivia. De estos tres, sólo el Nacional continúa operando actualmente; habiendo realizado en su desarrollo institucional diversas absorciones de entidades bancarias de menor envergadura. La Primera Ley de Bolivia sobre Bancos En 1890, con la promulgación de la Ley de Bancos de Emisión, se empezó a regular la creación y el funcionamiento de este tipo de instituciones. Esta ley sistematizó una serie de medidas que venían aplicándose y estableció nuevas disposiciones que incidieron en el mercado financiero de la época. El capital mínimo aprobado fue lo suficientemente alto como para que al menos seis proyectos de banco no pudieran constituirse en esa época por la dificultad de alcanzar dicho capital mínimo autorizado. Al igual que en la actualidad, los bancos debían hacer un depósito para mostrar la seriedad institucional. En esa época se solicitaba un depósito equivalente al 10% del capital. En caso de no poder constituirse el banco en el lapso de un año, el 100% de su depósito se transfería al Estado. Esta norma fue flexibilizada posteriormente. La Ley de 1890 estableció límites para la emisión de billetes con respecto al capital de la institución financiera (150%). Con la creación del Inspector de Bancos, el Estado, por medio del Ministerio de Hacienda, podía controlar la emisión efectiva de los bancos. El Inspector tenía que firmar todos los billetes para su ingreso en circulación. Los que no presentaban las firmas del Gerente del banco y del Inspector no eran válidos para las transacciones. Esta primera Ley de Bancos se limitaba a instituciones de emisión y, ciertamente, presentaba muchos vacíos que se fueron corrigiendo posteriormente en la legislación nacional. El objetivo que perseguía esta Ley se centraba principalmente en regular la emisión en los bancos. Actualmente la regulación persigue brindar seguridad al depositante con respecto a las actividades en las que se involucra el banco. Pese a que todos los bancos estaban habilitados para captar depósitos del público, la Ley de 1890 no tenía ninguna cláusula sobre la seguridad de los depósitos. En la práctica, la convertibilidad obligatoria de los billetes no era cumplida. Sin embargo, estas regulaciones, como en la actualidad, buscaban preservar la solidez económica del sistema financiero. Aunque hoy las atribuciones del ente regulador y de las instituciones privadas son profundamente distintas a ese período histórico, existen coincidencias, como la constitución de fondos de reserva (actualmente conocidos como Reserva Legal), que prevén situaciones de crisis, procesos de quiebra y establecen límites para la otorgación de créditos a un solo deudor con respecto al capital (10% del capital en la Ley de 1890 y 20% del patrimonio neto en la Ley vigente al presente). En 1911, con la creación del Banco de la Nación Boliviana, se marcó un nuevo hito en la vida financiera del país. Se trataba de una institución de capitales mixtos, públicos y privados, cuyo propósito era aportar crédito a sectores importantes para el desarrollo local, con base en la creencia de que la demanda de crédito de la época estaba insatisfecha y que se requería de una institución de buena envergadura para fortalecer el sistema. La creación del banco contó con aportes del gobierno y la absorción del Banco de Bolivia y Londres en 1911(creado en 1907), del Banco Agrícola de La Paz en 1913 (creado en 1901) y del Banco Industrial en 1912 (creado en 1899). Centralización de la Emisión de Billetes Tres años después, en 1914, se decidió centralizar la emisión de billetes en el Banco de la Nación Boliviana, dicha institución debía uniformizar su circulación y controlar el nivel de circulante, proyecto incesantemente buscado por los gobernantes de la época desde 1905. La centralización de la emisión buscaba una menor especulación con la introducción de billetes por parte de los bancos emisores. Debido a que la mayoría de los bancos que operaban en la época tenían como actividad principal la emisión de billetes y la intermediación financiera todavía era marginal para éstos, la medida tuvo repercusiones importantes en el sistema financiero. Las pesadas cargas burocráticas y los constantes déficits fiscales han sido problemas bastante recurrentes a lo largo de la historia del país. Durante la década de 1920 -la cual se puede considerar como la bisagra de un paradigma económico a otro- la necesidad de vastos ingresos fiscales y la estrecha relación de éstos con la exportación de estaño hacía imperiosa una reorientación tributaria. La Misión Kemmerer De esta manera, en 1928, el gobierno de Hernando Siles determinó la contratación de la Misión Kemmerer, la que aportaría a la creación de diversas leyes en el país tanto en materia financiera y tributaria, como de aduanas. La Misión llegó al país en marzo de 1927, compuesta por expertos de diversas materias. En el país existían posiciones encontradas con respecto a la eficacia de la Misión. Por un lado, no se veía necesaria su contratación, pues se pensaba que con base en el conocimiento del trabajo de ésta en Colombia, Ecuador y Chile, se podrían adaptar sus sugerencias al sistema boliviano, que en cierta medida había avanzado sobre algunos temas propuestos por la Misión a otros países. Por otro lado, para muchos, la Misión era la única capaz de proponer leyes con un sólido respaldo técnico. Sin embargo, existía un acuerdo general sobre la capacidad de la Misión de habilitar los mercados de capital extranjero a Bolivia. Se estableció que la suma de capital y reservas no debía ser menor que la tercera parte de los depósitos, procurando así proteger al depositante. El primer superintendente fue el experto en materia tributaria de la Misión Kemmerer, el Sr. Detlefsen. Posteriormente, éste fue desaprobado por el ámbito financiero. A su renuncia asumió interinamente el Sr. Lindberg, otro miembro de la Misión, con mayor conocimiento del ámbito financiero. El primer Superintendente de nacionalidad boliviana fue Humberto Cuenca, quien asumió el cargo en 1931 y emitió la primera Memoria de la Superintendencia de Bancos (de 1931 -- 1932). Las Otras Reformas Financieras con las Leyes Kemmerer Una de las más importantes fue la creación de la Contraloría General de la Nación (aunque violando la Constitución Política del Estado vigente en ese momento). La otra fue la reforma impositiva que crearon impuestos al ingreso y modificaron el valor de algunas tarifas, pero enfatizando que lo que Bolivia requería era mejorar la recolección de impuestos y no aumentar el número de éstos. Otra reforma y una de las mayores innovaciones fue que se especificó que la aprobación del presupuesto del Tesoro se debía realizar ex ante y no ex post, como se venía realizando, y que esto permitiría mayor control del déficit fiscal, que era un problema nacional crónico. Sin embargo, estas reformas no lograron o no logró controlar los déficit que persistieron después de la Ley Kemmerer, siendo deficitarios todos los años posteriores a la Misión hasta 1931, antes de la Guerra del Chaco. Una vez concluida la Misión en Bolivia, Kemmerer retornó a Estados Unidos; a su arribo, brindó al Departamento de Estado una copia de las recomendaciones realizadas y un resumen de la economía boliviana en el que mencionó que Bolivia era una economía con un potencial económico pequeño, una industria minera sobrecargada de impuestos, una deuda externa más allá de su alcance, un gobierno débil y corrupto y concluyó que era "tan pesimista acerca de Bolivia como era optimista acerca de Ecuador". Cuando fue consultado por la Dillon Read sobre un nuevo préstamo (el que fortaleció las reservas del Banco Central), Kemmerer mencionó que él personalmente no compraría bonos bolivianos, pues veía al gobierno muy presionado para adquirir deudas y financiar actividades que no podrían pagar esas deudas (particularmente en el caso de los ferrocarriles); incluso, dudaba de si Bolivia sobreviviría eventualmente como nación. En 1929 el precio del estaño había disminuido, incluso a niveles que provocaban el cierre de algunas minas medianas; dicho problema afectó al Tesoro Nacional, ya que éste, para promover la exportación del estaño, disminuyó los impuestos a la exportación. En contraste, la agricultura y el sector textil tuvieron buenos años. Durante la década de los años treinta se construyeron muchas líneas de ferrocarriles para integrar al país (con dinero proveniente de los créditos contraídos con anterioridad). **Lección 1.5.- La Ley de Reorganización del Sistema Bancario Post Guerra del Chaco** La reorganización del Sistema Bancario Post Guerra del Chaco INTRODUCCIÓN En 1932, Bolivia con la Guerra del Chaco, ahondó aún más la crisis en la que se encontraba. La guerra absorbía muchos recursos y, para hacer frente a éstos, el gobierno tuvo que adquirir una serie de créditos internamente, debido a que el mercado internacional se le había prácticamente cerrado. También se incrementó la circulación de billetes, dando lugar a una inflación. A partir de la Guerra del Chaco se definirían muchos de los rasgos económicos y políticos de las siguientes décadas. Se desecharon las ideas liberales y se adoptaron posiciones más nacionalistas; por ejemplo, se ejecutó la primera nacionalización del petróleo, confiscándose a la Stándard Oil los pozos petroleros que manejaba. El Estado empezó a tener una dinámica nunca antes conocida. En lo que respecta al sector financiero, el Estado impulsó la creación del Banco Minero, en 1936, y el Banco Central de Bolivia fue estatizado en 1939, creándose también el Departamento de Crédito Rural, el cual sería la base para la creación del Banco Agrícola de Bolivia (BAB) en 1942. La época posterior a la Guerra del Chaco se caracteriza por el incremento en el crédito por parte de la banca, tanto pública como privada. Dicho incremento estaba ligado, por un lado, a la recuperación económica de fines de la década de los treinta, pero también, en alguna medida, al mayor circulante emitido. Los efectos inflacionarios no tardaron en pronunciarse, por ejemplo, en la regulación de 1928 se establecía un depósito máximo individual permitido de 5000 bolivianos, equivalentes a 370 libras de 1928, pero sólo a 36 libras de 1938. Durante la década de los cuarenta fue ampliado el rango de acción de la Superintendencia de Bancos, habilitándole la regulación del sistema previsional. La Superintendencia regulaba el desempeño de las instituciones financieras de crédito, las compañías de seguro y las cajas jubilatorias. Asimismo, recomendaba proyectos de Ley, por ejemplo, la creación de un Banco Agrícola e Industrial (que posteriormente daría lugar al Banco Agrícola), o la creación de una Cámara de Compensación de Cheques. El Plan Económico Financiero Bohan El desarrollo actual de la actividad económica y agropecuaria del oriente de Bolivia no es un caso fortuito, es la sinergia entre una base humana claramente identificada, con experiencia, tradición y fuerte raigambre a la tierra y de una serie de preocupaciones geopolíticas de los EEUU con el objeto de asegurar el abastecimiento de materias primas, durante y después de la II Guerra Mundial (intereses de por medio, seguramente), pero que resultó, en gran medida, positivo ya que se sacó al país de un profundo desvanecimiento hipóxico andino centrista, oxigenándolo con planteamientos progresistas. Por el año 1942, durante la presidencia del general Peñaranda, llega a Bolivia M. Bohan, quien en 1943 presenta su informe dando el primer paso hacia el desarrollo de la zona y la ruptura del aislamiento de Santa Cruz. Por primera vez, el potencial agropecuario de Santa Cruz fue reconocido internacionalmente. Proponía el desarrollo de la agricultura, la construcción de carreteras, etc. En 1951, Santa Cruz fue visitada por la comisión Keenleyside, una comisión de las Naciones Unidas con las mismas intenciones y conclusiones de la misión Bohan, solo que agrega la mecanización agrícola de los latifundios; se propuso un programa de "colonización" agrícola para aliviar la presión demográfica del collado superpoblado. En muchos aspectos el Plan Bohan coincide con el Memorándum de 1904; ambos apuntan al advenimiento de una "Nueva Bolivia", como la expresión de una nación viable. El Memorándum de 1904 fue pensado y escrito por ciudadanos cruceños por lo que, para los centralistas, no era digno de ser considerado, aunque cuando vino el gringo (con todo respeto a M. Bohan) con \$us 88 millones (1 dólar de 1940 equivale a 17 dólares hoy día), bailaron los occidentales al ritmo que les mandaron. El Plan Bohan sugería una red caminera, cuya estrella era la carretera asfaltada Cochabamba-Santa Cruz (en aquella época Bolivia no tenía ni una sola vía asfaltada), fomento a la producción agrícola y ganadera, establecimiento de plantas agroindustriales, agencias de créditos (bancos) y otros temas necesarios para la expansión agrícola y pecuaria, desarrollo de campos petroleros probados y explotación de nuevas áreas; incluso desarrollo de mercados. Esta nueva Bolivia, creada e instaurada por el Plan Bohan, fue ideada, planificada, financiada, ejecutada, administrada y fiscalizada por los Estados Unidos de Norte América. Si se hubiera tomado en cuenta a su debido tiempo el Memorándum de 1904, se hubiera adelantado 40 años; es más, si se hubieran leído y considerado los informes de Alcides D´Orbigny cuando visitó Bolivia entre 1830 y 1833, hubiéramos adelantado 110 años, justo el rezago que mantenemos con otras regiones. La marcha hacia el oriente, el plan inmediato, la CBF (Corporación Boliviana de Fomento) el Servicio Nacional de Caminos, fue la extensión lógica del Plan Bohan. La búsqueda de un futuro mejor para muchos bolivianos, con el deseo de progresar en una Bolivia andina, minera, postrada, agotada y reducida. Se consideró también la inmigración extranjera por lo que hoy se tiene colonias menonitas y las colonias japonesas de Okinawa y San Juan, estas últimas hoy en día importantes centros que lideran la producción de trigo, arroz y productos avícolas. Así, con modelos de colonización dirigida, semidirigida, espontánea y colonizaciones militares, fue asentándose gente andina desde 1954, las primeras fueron Campanero y La Enconada cerca de Cotoca, con el apoyo de las NNUU. En 1955, con un trabajo de precolonización militar, se instalaron Cuatro Ojos, Guaytú y Caranda, donde los conscriptos desmontaban 20 hectáreas para cada familia colonizadora. Luego, en 1962, el Instituto Nacional de Colonización se estrena con Aroma, Alto Beni, Chapare, Yapacaní, Puerto Grether, Chané, etc. La Marcha al Oriente va cumpliendo su proyecto con la colonia de Cuatro Cañadas y San Julián, instaladas en 1969 y, hoy en día, prósperos municipios en la actividad agropecuaria. Así induciendo el traslado y el asentamiento de familias de agricultores andinos y de inmigrantes extranjeros, en forma más o menos ordenada para poblar las zonas deshabitadas y aptas para la agricultura en la zona norte de Santa Cruz, siguiendo normas técnicas, fue la base de lo que se conoce como modelo de desarrollo cruceño. Toda esta visión fue perfeccionada con un trabajo técnico minucioso, que culminó con el PLUS, Plan Mayor del Uso del Suelo realizado por Cordecruz y presentado en 1995, siguieron otros estudios para normar varios aspectos rumbo a un desarrollo agropecuario sostenible. Todo ello atrajo no solo una migración de miles ciudadanos de otros departamentos, sino que atrajo a inversionistas del interior y otros países, generándose una intensa actividad financiera, económica con la instalación de más bancos y entidades financieras. Ley de Reorganización del Banco Central de Bolivia El 13 de diciembre de 1944, con el propósito de analizar la situación financiera y monetaria del país, mediante ley se constituyó una Comisión Técnica, de la cual formó parte la Superintendencia de Bancos. La Ley de Reorganización del Banco Central de Bolivia fue el mayor logro de esta comisión. Dicha Ley estableció la creación de dos departamentos independientes en el Banco Central de Bolivia: el Departamento Monetario y el Departamento Bancario. El Departamento Bancario tenía las funciones de un banco de fomento que brindaba crédito al público. Se trataba de una importante diferencia con la Ley Kemmerer, que establecía que un Banco Central no debía competir con los bancos comerciales en este tipo de créditos. El Departamento Monetario asumió las mismas funciones de un Banco Central tradicional, es decir, preservar el valor de la moneda, servir de agente y ser asesor del gobierno en materia cambiaria y monetaria. La Ley de Reorganización imprimió una diferencia aún mayor con la Ley Kemmerer: se desechó el patrón oro, dado que éste no había podido instalarse en el país a causa de los movimientos financieros generados por la Gran Depresión y la Guerra del Chaco. Con el fin de disminuir el circulante, la Ley de Reorganización modificó la forma de constituir el encaje del Banco Central de Bolivia; posteriormente se desarrollaron varias resoluciones legislativas para modificar el encaje de los bancos. Asimismo, se pretendía mantener en un nivel controlable el crédito fiscal, el cual había ascendido a niveles altísimos y poco manejables. Acciones Financieras de la Revolución Nacional de 1952 La Revolución de 1952 y sus grandes transformaciones abrieron una nueva fase en la historia nacional e inauguraron el período del denominado capitalismo de Estado. El Plan de Política Económica del gobierno de Paz Estenssoro se basó en el Plan Bohan de 1942 y se orientó hacia la sustitución de importaciones asentada en los productos agrícolas y el petróleo, para lo que se planteó la incorporación del Oriente a la economía nacional. La propuesta implicó la transferencia de excedentes de las empresas públicas, principalmente de la minería (Corporación Minera de Bolivia - COMIBOL) e hidrocarburos (Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos --YPFB) a los gastos Regulación y Supervisión Financiera en Bolivia. Bajo el primer gobierno de Hernán Siles Zuazo, se promulgó, con el apoyo del FMI, el Plan de Estabilización Monetaria, que buscó corregir los desequilibrios señalados y enfrentar la inflación. Este Plan liberalizó la economía, eliminó las subvenciones, restringió el gasto público, redujo los créditos, suprimió el control de precios y modificó el tipo de cambio. Estas medidas significaron, al inicio, una corrida de depósitos de la banca que posteriormente se fue revirtiendo en la medida que se recuperó la confianza del público. En el período 1956 -- 1960 se prosiguió con la política de modificación del encaje legal, como mecanismo de control monetario y no como una medida prudencial en el manejo de depósitos del público, además que, con excepciones y diferencias entre la banca de fomento y comercial, aspecto que generaba un manejo discrecional. La capacidad de operación de la banca disminuyó en el período 1957- 1959, debido a la deficiencia de encaje legal constituido, la lenta recuperación de los créditos otorgados y al mayor volumen de cartera en las cuentas de créditos dirigidos (fiscales, industrial y artesanal). Respecto a los bancos de fomento, la Misión Ford Bacon apreció que el Banco Minero tenía operaciones defectuosas que afectaron su capital y el pago de préstamos contraídos con el BCB. El Banco Agrícola, por constantes pérdidas desde 1957, entró en un proceso de descapitalización que desencadenó una pérdida de 2.252.148.175 bolivianos hasta abril de 1962. La banca privada hasta 1956 tuvo pérdidas e inició su recuperación a partir de las medidas de estabilización. Con esta medida se revalorizaron los activos de los bancos con relación a la nueva cotización del dólar. La Superintendencia de Bancos, en el período, supervisaba las labores del BCB, bancos comerciales, bancos de fomento, bancos hipotecarios y a las compañías de seguros y capitalización. Era difícil determinar la delimitación de funciones bancarias y monetarias entre la Superintendencia de Bancos, el Ministerio de Hacienda, el Banco Central de Bolivia y el Consejo Nacional de Estabilización Monetaria. En los hechos, este último era quién asumía la mayor parte de las funciones normativas. La poca claridad en la mencionada delimitación de funciones afectaba la autonomía de la Superintendencia de Bancos en su mandato de fiscalización de bancos. Entre 1960 y 1964, el crecimiento de la economía llegó a sus niveles más altos desde 1952. Como continuidad del Programa de Estabilización Monetaria, se aprobó en 1961 el Plan Decenal de Desarrollo Económico y Social. Se continuó con el modelo de protección estatal y de dirigismo económico que implicó distorsiones en las políticas cambiaria, tributaria y arancelaria. Las medidas económicas adoptadas para corregir los desequilibrios económicos y la inflación se mantuvieron en un ciclo perverso de permanentes ajustes de salarios y precios. La moneda oficial se sobrevaluo y generó, entre 1953 y 1957, escasez de divisas y un mercado paralelo en el que se pagaba más por cada dólar. El gobierno obligó a los exportadores a entregar el 100% de las divisas generadas al precio oficial para destinarlas a la importación de bienes de primera necesidad para abastecer el mercado interno, aspecto que significó una mayor escasez de divisas. La política bancaria se centraba en la fijación y reiteradas modificaciones de encajes, en la definición de límites en la capacidad receptiva de depósitos del sistema, elevación y diferenciación de tasas de interés, descuento y redescuento que produjo situaciones de contracción y expansión de créditos. Se dieron preferencias al crédito industrial y se canalizó un importante flujo de recursos subsidiados al sector privado a través del Banco Agrícola y del Banco Minero. El movimiento de cartera del sistema mostraba un exceso de colocación de créditos con relación a los límites permitidos de acuerdo a la norma, debido a la alta demanda generada por créditos estatales en condiciones ciertamente ventajosas.