Metodología Investigación Económicas y Administrativas PDF
Document Details
Uploaded by AppreciativeAqua5986
Roberto Gómez López
Tags
Related
- Introduction To Macroeconomics PDF
- EVA Questions PDF
- Obiectul de Studiu și Metodologia Teoriei Microeconomice PDF
- BAECODEX Economic Development Reviewer Term 1 Midterms PDF
- Histoire de la pensée économique, Licence d'économie et gestion, Semestre 2 TREC5 / TREC7, PDF, 2024
- SOCY 323: Social Research Methodology Class Test 2024 PDF
Summary
This document provides an overview of economic methodology, focusing on different schools of thought like inductivism and deductivism. The author discusses the historical context and key figures associated with these approaches. It also touches upon the role of methodology in economics.
Full Transcript
IV.- ESCUELAS DE PENSAMIENTO ECONÓMICO: Breve Descripción INTRODUCCIÓN: LA METODOLOGÍA EN ECONOMÍA En este epígrafe pretendemos analizar cuáles de los procedimientos metodológicos generales descritos anteriormente son los que utilizamos en nuestra Cienc...
IV.- ESCUELAS DE PENSAMIENTO ECONÓMICO: Breve Descripción INTRODUCCIÓN: LA METODOLOGÍA EN ECONOMÍA En este epígrafe pretendemos analizar cuáles de los procedimientos metodológicos generales descritos anteriormente son los que utilizamos en nuestra Ciencia. Sin embargo, antes de comenzar es preciso realizar dos consideraciones, por un lado, algunas de las aportaciones metodológicas a las que vamos a aludir coexisten simultáneamente en el tiempo, por lo que en la exposición que realizaremos no existe un orden cronológico estricto. Por otro, la pretensión de este apartado es simplemente resaltar, a través de unas breves pinceladas, las peculiaridades metodológicas o elementos diferenciadores de cada corriente, y no una narración de la fundamentación económica de las mismas o de sus hipótesis derivadas, para lo cual nos remitimos a la prolífica bibliografía existente sobre historia del pensamiento económico. 1- EL INDUCTIVISMO EN ECONOMÍA Si nos situamos bajo el punto de vista de aquellos autores que son considerados como precursores de la economía, durante el mercantilismo se da un enfoque metodológico de tipo empírico-realista72. No se proponen leyes que expliquen el comportamiento económico y posteriormente lo controlen, sino sugerencias y normas de conducta sistemáticas. La economía se reducía a una lista de fórmulas prácticas para el uso de los gobernantes en defensa de los intereses nacionales, sin embargo, en opinión de Pheby (1988, pág. 10) el trabajo de W. Petty constituye una aportación interesante y , en cierto modo, en una línea inductiva en el sentido marcado por Bacon. 72 Quizás, por su denominación, el mercantilismo da la impresión de tratarse de un movimiento metodológico, pero en realidad no fue así, a este respecto nos comenta Katouzian (1982, pág. 26): “Se trata de un término confuso, especialmente porque da la falsa impresión de que sus ideas se habían desarrollado como un cuerpo coherente y sistemático de pensamiento económico”. La fisiocracia convive con el mercantilismo en los últimos ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 127 Dejando a un lado la aportación de los precursores de la economía, que no adoptan un enfoque metodológico claro, para Pheby (1988, pág. 10), la primer contribución importante en la línea inductivista corresponde a R.R.Jones a comienzos del siglo XIX. Jones no estaba conforme con la tendencia abstracta y deductiva que dominaba la economía por esa época. Su deseo era que la economía estuviera basada mucho más en los hechos. La posición de Jones será más tarde compartida por la Escuela Histórica Alemana. El auge del historicismo tiene lugar en Alemania en la segunda mitad del siglo XIX como reacción al grado de abstracción de los economistas clásicos, aunque ya en la primera mitad del mismo siglo habían comenzado a oírse quejas sobre el método de la economía política clásica. Los principales exponentes de la Escuela Historicista fueron, entre otros, Roscher, Hildebrand, Schmöller, Knies, List, etc.. Aunque pertenecientes incluso a diferentes generaciones, y mantuvieran sus propias diferencias en cuanto a temática y método, compartieron el número suficiente de posiciones metodológicas para posibilitar una descripción y valoración generales en su forma de abordar los problemas. Katouzian (1982, pág. 55) señala cuatro características fundamentales de la Escuela Historicista: ? Afirmaron que la economía era incapaz de formular hipótesis generales y abstractas. ? El procedimiento correcto para el estudio de os problemas económicos era la investigación histórica. ? La investigación histórica conduciría a la formulación de “leyes generales”, a través de un proceso de inducción. ? Puede haber diferencias en las conclusiones sobre política según los distintos marcos socioculturales en los que se estudie el tema. Schumpeter resalta el aspecto de la investigación histórica como el más relevante de la doctrina historicista: “ Lo que constituye las esencia de esta Escuela es años de la primera mitad del siglo XVIII, pero supone un planteamiento metodológico totalmente distinto. ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 128 la importancia que concedió a los trabajos históricos, y de una forma general, a la descripción de los detalles, esta es, para ella, la labor más importante o, por lo menos, la que se imponen primer lugar, a las ciencias sociales” (Schumpeter, 1967, pág. 160). Como característica esencial en los economistas de esta Escuela es destacable el papel que asignaron a la Política Económica, en cuanto a su no aceptación de los principios de libertad económica de la economía clásica, y al Estado, al situarlo no sólo como instrumento que sustenta ley, sino como elemento necesario en las diversas ramas de la vida económica. Se aconsejaba la intervención estatal para alcanzar objetivos de la política económica en las diversas áreas. En este sentido, se puede afirmar que la Escuela Histórica resultó airosa, pues la economía alemana logró su desarrollo económico a través de políticas intervencionistas y proteccionistas. Por otro lado, su ataque al método lógico y deductivo de la teoría ricardiana y neoclásica estaba plenamente justificado como se ha podido comprobar, pues muchas de sus hipótesis estaban planteadas de forma arbitraria. A pesar de sus indudables éxitos, para Katouzian (1982, pág. 57), la escuela Histórica mantuvo un error fundamental, consistente en su creencia en la posibilidad de realizar estudios socio-económicos por observación directa y de hacer inferencias de leyes generales a través de ese procedimiento. 2- DEDUCTIVISMO EN ECONOMÍA Comenzando, al igual que hicimos en el epígrafe anterior, con algunos de los considerados como precursores de la economía, el método de los fisiócratas, con F. Quesnay como su principal representante, aunque se encuentra entre lo inductivo y lo deductivo, parece inclinar más la balanza hacia esta segunda línea. Partieron de hechos reales y concebían sus leyes apoyándose en abstracciones a partir de la observación, pero no descartaban la utilización, del razonamiento deductivo en muchos de sus argumentos: “ Sus autores se fundaron, esencialmente, en los hechos que ofrece a todos la observación general, pero intentaron aprehender conceptualmente la naturaleza de ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 129 conjunto del proceso económico, sin considerar necesario reunir sistemáticamente los hechos particulares” (Schumpeter, 1967 pág. 58). Sin embargo, este conjunto de ideas desarrolladas, tanto por unos como por otros, no constituye un sistema de pensamiento, pues como expone Katouzian (1982, pág. 28): “ Las ideas estaban allí, pero faltaba el sistema. Las hipótesis existían, pero se carecía de paradigma, los elementos habían sido desarrollados, pero la matriz disciplinar era inexistente”. Dejando de nuevo a un lado estos precursores de la economía, es a los economistas “clásicos” a los que habitualmente se califica con la etiqueta de deductivistas. Como iniciadores, o principales representantes de la Escuela Clásica, designamos a los economistas ingleses durante el periodo que va desde la publicación de “ La riqueza de las Naciones” de A. Smith (1776), momento considerado de inicio de la economía como disciplina científica, a los “Principios de Economía Política”, de Mill (1848). Cuatro nombres destacan en ese periodo: Adam Smith, David Ricardo, Thomas Malthus y John Stuart Mill. Lo esencial del método de los clásicos viene recogido en las siguientes palabras de Schumpeter: “El conjunto de problemas que se presentan inmediatamente a ellos, era más importante y más difícil de asimilar, intelectualmente, que el descubrimiento de los hechos, más allá de los que la existencia acumula para nosotros. Sus esfuerzos fueron de naturaleza analítica, y es lo que se designa en general y de forma muy lamentable por medio de los términos: deductivo, abstracto, a priori. Pusieron de relieve los factores que les parecían importantes, procurando representar cómo ocurrirían las cosas si no interviniera ningún otro factor. Redujeron estos factores a algunas nociones fundamentales simples que la experiencia ponía a su alcance. Los aislaron y procedieron por abstracción” ( Schumpeter, 1967, pág. 100). Por tanto, aunque resulte imposible hala de un método común para ello, en todos se da la característica del predominio del método deductivo, aunque sin una mención expresa al mismo, como señala Blaug (1985, pág. 76): “No vieron la ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 130 necesidad de expresar los principios metodológicos explícitamente, considerándolos quizás tan obvios que no necesitaban defensa alguna”. Smith y Malthus no descartaron el método inductivo, de esta forma, cada vez que se discutieron problemas individuales utilizaron, sin más, los datos disponibles,. Los diferentes objetivos perseguidos por cada autor explican lo que pudiera parecer una diferencia de método, sin embargo, lo único que ocurría es que no eran muy explícitos con el método empleado: “ No tenían ideas muy claras acerca de los límites que se imponen al método analítico” ( Schumpeter, 1967, pág.100). La teoría de la población de Malthus fue el primer paso decisivo en lo que podría llamarse establecimiento de un método económico puro, introduciendo incluso algunas relaciones causales de tipo cuantitativo: “ Malthus presentó lo que ahora llamaríamos un modelo abstracto totalmente independiente y que desafiaba la refutación empírica. Incluso consideró las relaciones cuantitativas exactas, esto es, afirmó que mientras la oferta de alimentos crecía en progresión aritmética, la oblación crecía en progresión geométrica” (Katouzian, 1982, pág. 41), Ricardo es el principal analista teórico entre los clásicos, utiliza casi exclusivamente el método deductivo, niega por tanto que los hechos puedan hablar por sí mismo, se preocupa por el enunciado de leyes de carácter general, y no le inquietaba el problema de la contrastación empírica de sus teorías con el mundo de los hechos reales. Para Katouxian, la contribución de Ricardo al método económico puede considerarse la más importante de todos los clásicos, e incluso la califica de revolucionaria. Mill denomina ciencia de la Economía Política a un cuerpo de análisis deductivo basado en premisas psicológicas supuestos y que abstrae todos los aspectos no económicos de la conducta humana. Se ocupó no sólo de problemas económicos, sino también de temas de filosofía de la ciencia, se puede decir que es un innovador en la metodología de la ciencia económica utilizada por los clásicos. Su método combina ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 131 el método “a posteriori” con el “a priori”, el primero o inductivo, se usaría par descubrir que leyes obraban en cada caso, el segundo o deductivo, para combinar estas leyes y obtener el resultado. Blaug (1985, pág. 81.) resume de la siguiente forma el método de Mill: “ Debido a la imposibilidad de realizar experimentos controlados en los temas que implican acciones humanas, el método mixto inductivo-deductivo “a priori” es la única forma legítima de investigación en el campo de las ciencias morales. Y el método específicamente inductivo “a posteriori” entra en escena, no como medio de descubrir la verdad, sino de verificarla”. Antes de finalizar nuestra revisión histórica sobre el método de los clásicos vamos a realizar una breve referencia a dos aportaciones que se mueven en la misma línea. Nos referimos a Senior y Caines. A Senior se le debe la primera formulación De la distinción entre ciencia pura, estrictamente positiva, y arte impuro e inherentemente normativo de la Economía. Cairnes parte de la conocida proposición de que la Economía Política es una ciencia hipotético-deductiva. Sus conclusiones se corresponderán con los hechos en ausencia de causas perturbadoras. Las conclusiones no deben ser consideradas como verdades positivas, sino hipotéticas. Se apoya en al afirmación de Senior de que la Economía Política no debe ser considerada como una ciencia hipotética sino basada en hechos reales, indudables de la naturaleza humana y del mundo. La diferencia metodológica entre Mill y Cairnes es mínima. Blaug la resume de la siguiente forma: “Si entre Mill y Cairnes observamos alguna diferencia es que Cairnes se muestra más estridente y dogmático al negar que las teorías económicas puedan ser refutadas por simple comparación de sus implicaciones con los hechos” (Blaug, 1985, pág. 97). En el último cuarto del siglo XIX el deductivismo en economía tomaría un rumbo diferente con el desarrollo de la teoría de la utilidad marginal, el análisis del ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 132 equilibrio general y la introducción del cálculo diferencial y otras técnicas matemáticas en economía. Después de la publicación de “El Capital” de Marx, tres autores , Stanley Jevons, Karl Menger y Leon Walras trasladaron la base de la teoría del valor desde el trabajo objetivo a la utilidad subjetiva, añadiendo la aplicación del análisis marginal a la teoría económica73. Lo que podría llamarse “revolución marginalista” (Katouzian, 1982, pág. 31) combina la teoría subjetiva del valor con el uso de símbolos matemáticos, construyendo de esta forma un nuevo marco teórico con el objetivo de resolver las cuestiones económica fundamentales. Los elementos comunes del marginalismo necesarios para entender el fenómeno y sus característicos son los siguientes (Ahijado, 1990, pág. 59): 73 Es interesante destacar que aunque Walras fue el primer economista matemático por excelencia, la aparición y difusión de la economía matemática como un enfoque diferenciado del análisis matemático no tendrá lugar hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, en Inglaterra y Norteamérica, la influencia de Marshall y Clark, aunque no de carácter antimatemático, no favorecieron demasiado la construcción de modelos matemáticos. Marshall y Keynes eran ambos buenos matemáticos pero no lo demostraron, al menos en sus obras cumbres: Los detractores de la utilización de este instrumento suelen argumentar que la realidad es demasiado compleja para reducirla a formulismo matemáticos, sin embargo, pensamos que se trata de un importante medio, de un apoyo, de un lenguaje con la finalidad de representar y simplificar los procesos de abstracción que conllevan las teorías económicas, en palabras de Lipsey: “Las Matemáticas no constituyen ni conllevan el hacedor no el destructor de la buena teoría económica. Son, simplemente, un medio de expresión compacto y precio y un instrumento eficaz para obtener implicaciones a partir de los supuestos” (Lipsey, 1985, pág. 28), Katouzian (1982,pág. 203) hace una interesante valoración de la inclusión de las matemáticas en el análisis económico que se resume en los siguientes puntos: a) el uso de cualquier técnica, incluida la matemática, con cualquier propósito científico, incluida la economía, es legítimo cuando ayuda al análisis, exposición y precisión., b) la matemática es una de tales técnicas, o un medio par la exposición, No es en sí misma superior a cualquier otra, no añada nada por si misma al contenido de la teoría y no confiere ningún honor especial a quien la usa, c) las formulaciones matemáticas de las teorías ayudan en ocasiones a lograr una claridad y economía expresiva que son deseables.. ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 133 1. Énfasis en agentes individuales, consumidores y empresas, frente a las clases sociales. 2. Desplazamiento de la atención a un tipo de bienes limitados, los escasos. Lo que llevaría a insistir en un tipo de premisas distintas. El núcleo del análisis marginalista lo forman las siguientes magnitudes dadas: preferencias, tecnología y dotaciones de recursos. 3. Planteamiento del problema económico como un problema de asignación de recursos escasos, de características estáticas. Una vez vistos los pilares básicos sobre los que se asienta la doctrina marginalista analizaremos su metodología. Estos economistas se mantiene firmes en el enfoque deductivo, “a priori”, y aunque realizaran algunas alabanzas a la utilidad del conocimiento histórico, en la práctica no modificaron su forma de proceder: “ Menger dio algunos pasos hacia la escuela histórica, haciendo algunas concesiones referentes al ámbito de aplicación de las generalizaciones y ala utilidad del conocimiento histórico. Pero en la práctico no hubo ninguna concesión y, además, una vez que se cerró el debate principal, la actitud neoclásica cristalizó en un conjunto de criterios metodológicos increíblemente ortodoxos, inflexibles y autocomplacientes” (Katouzian, 1982, pág. 58). Para profundizar en su método, tendremos en cuenta que, aunque sus puntos esenciales son similares, los marginalistas se dividirían en varios grupos distintos según la forma de enfocar los problemas: 1. La Escuela “neoclásica” de Cambridge, cuyos principales representantes son Alfred Marshall y Stanley Jevons. Se emplea un enfoque parcial junto a un reconocimiento implícito de la gran multitud de problemas que conlleva este tipo de análisis. 2. La escuela “ matemática” de Lausanne, cuyos principales representantes son Walras y Pareto. Se enfatiza el principio de equilibrio general, con gran uso de las matemáticas y algo menos del análisis económico. ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 134 3. La Escuela “psicológica” Austriaca, cuyos principales exponentes fueron Karl Menger y Bohm-Bawek. Su objeto de estudio es el individuo y , en especial, el consumidor. En otros ámbitos geográficos, un importante representante de la corriente marginalista fue Wicksell en Suecia. Esfuerzos sintetizadores de las influencias austro- alemanas e inglesas se dan en los economistas neoclásicos americanos, cuya principal figura fue J.B. Clark. Para Marshall, el objeto de la economía es el de facilitar un conjunto de instrumentos válidos par la aplicación en la resolución de un problema concreto. El método en Marshall es fundamentalmente deductivo y su contribución básica a la Teoría Económica tiene como fundamento su preocupación por los problemas prácticos y ordinarios de la vida: “ Marshall planteaba el problema de que deseaba no sólo construir modelos abstractos y mecanicistas, sino también no perder de vista al mismo tiempo la realidad” (Katouzian, 1982, pág. 48). La Escuela “psicológica” recibiría este nombre por la importancia que se le concede al individuo en las motivaciones de naturaleza económica. Desde este punto de vista tendría cabida el procedimiento experimental, pero sólo sobre la base de contrastación de teorías elaboradas con grados de abstracción muy elevados. La Escuela matemática tiene sus antecedentes en Cournot, fundador de la economía matemática basada en que las formas superiores del análisis matemático pueden ser aplicadas fácilmente a una serie de proposiciones económicas: “El análisis matemático es, sin más, el instrumento que se impone” (Schumpeter, 1967, pág. 178). A Cournot le sucedería Walras y este último encontraría otro sucesor en Pareto, quién según Schumpeter (1967, pág. 178): “ Superó a todos sus predecesores en puntos esenciales (Escuela de Lausanne)”. ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 135 El método psicológico y el método matemático podría considerarse, aunque con los matices particulares expresados anteriormente, como un frente único que se fundamenta en los tres pilares siguientes: 1. Un precepto metodológico, la ciencia debe tender a la generalización, lo que supone aceptar un principio económico según el cual todo sujeto tiende a organizar el comportamiento de tal modo que obtenga la máxima satisfacción personal, siendo el sujeto del que se ocupa el economista el “homo economicus”, una abstracción de la realidad. 2. Los principios elaborados por la teoría económica neoclásica aparecen dotados de una validez universal por medio de leyes de carácter general. 3. El razonamiento económico va más allá de los problemas representados por Smith y Stuart mill y centrados en la organización y la riqueza. La llegada del siglo XX va a suponer el resurgir de los debates en torno a las cuestiones epistemológicas en la economía, sin embargo, la aplicación de las nuevas metodologías científicas, método popperiano por ejemplo, a nuestra disciplina no se produciría hasta unas décadas después. Sin duda, resulta difícil señalar los instantes exactos en los que se producen las innovaciones y controversias en el campo de la metodología económica. La obra de Robbins “Essay on the Nature and Significance of Economic Science”, publicada en 1932 constituye el inicio de una controversia en torno al método. Para Robbins las proposiciones de la teoría económica, como las de toda teoría científica, son deducciones a partir de una serie de postulados y no se necesitan experimentos controlados par establecer su validez, pues basta enunciarlos par que sean reconocidos como obvios. Si aceptamos como válida esta idea, para Robbins (1951) la Economía presentaría una ventaja con respecto a la Física: “En Economía los componentes básicos de nuestras generalizaciones fundamentales nos resultan ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 136 conocidos por comprensión inmediata, mientras que en las ciencias naturales sólo son conocidos por inferencia”. Según este autor, las teorías son las únicas que pueden proporcionar soluciones. Su validez dependerá de los supuestos de partida y su aplicabilidad dependerá de la medida en que é3stas reflejen las situaciones reales. El método de Robbins resulta claramente deductivista y para él no era posible buscar en la contrastación empírica un criterios de selección de la validez de las teorías. Una de las explicaciones más evidentes de la posición de autores como Robbins, se encuentra en la definición que da Mises de un “praxólogo”, o apriorístico extremo. Según este autor, será aquel que piensa que: ? Las premisas y los axiomas fundamentales de la economía son absolutamente verdaderos. ? Los teoremas y las conclusiones deducidos de estos axiomas según las leyes de la lógica, son también absolutamente verdaderos. ? En consecuencia, no hay necesidad de probar empíricamente los axiomas o los teoremas ? Los teoremas deducido son se podrían probar aunque conviniera hacerlo. La obra de Robbins sería contestada por Hutchison, autor de “The Significance and Basic Postulates of Economic Theory” publicada en 1938. Este autor se encuentra en lo que podríamos llamar el polo opuesto en cuanto a posición metodológica. Sería además el primer autor que aplica el criterio popperiano de falsación a la economía. Las posturas contemporáneas en torno al método deductivo en economía están ampliamente divididas. Algunos autores señalan que la capacidad de las matemáticas para manipular a través de complejas construcciones es un elemento que está presente en los desarrollos actuales, mientras que otros indican que es una herramienta fundamental para la construcción de modelos y su aplicación a trabajos empíricos. ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 137 Para concluir, recogeremos una interesante cita de Pheby (1988, pág. 20) en la que se recoge, según su opinión, la influencia de ambas metodologías en la economía actual: “El inductivismo y deductivismo ha afectado a la economía de dos formas fundamentales. Primero, han jugado un rol importante en la división actual entre micro y macroeconomía. Ello se deriva de sus diferentes formas utilizadas para obtener resultados, la microeconomía es esencialmente deductiva, mientras que la macroeconomía está más inclinada hacia la inducción....La segunda, se infiere de la influencia de Bacon y Descartes en el desarrollo de posteriores metodologías”. 3- LA SINTESIS DE JOHN NEVILLE KEYNES La obra de Neville Keynes, publicada en 1891 y titulada “Contenido y método de la Economía Política”, surge en plena controversia entre la Escuela Historicista encabezada por Schmöler y la Escuela Austriaca dirigida por Menger. En su obra, el autor intentó reconciliar el análisis apriorístico con el análisis “a posteriori”. En este sentido, Neville Keynes recomendaba a Smith como el economista ideal por la forma en que combinó el razonamiento abstracto-deductivo con el histórico-inductivo, aunque su libros muestra una defensa implícita del método abstracto-deductivo en economía. Su aportación metodológica la podemos caracterizar con los siguientes puntos: ? Posibilidad de distinción entre ciencia económica positiva y formas normativas de actuación en economía. ? Los acontecimientos económicos pueden ser aislados, al menos hasta cierto punto, del resto de fenómenos sociales. ? La inducción directa a partir de hechos concretos, o el método “a posteriori” resulta inadecuado como punto de partida en economía. ? El procedimiento correcto es el método “a priori” y siempre partiendo de hechos reales. En este punto insiste bastante Keynes al comentar que “el ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 138 método a priori de la Economía Política clásica, empieza y termina con la observación empírica” (cita tomada de Blaug, 1985, pág. 102). ? El “homo economicus” es una abstracción y por consiguiente la economía es una ciencia de tendencias, no de hechos consumados. ? Por último, añadiremos que Neville Keynes se muestra partidario de la verificación empírica de las conclusiones deductivamente obtenidas, lo que permite definir los límites de su aplicabilidad. Atendiendo a la contribución metodológica señala en los puntos anteriores, se infiere que el método lógico propuesto por Neville Keynes podríamos concretarlo en estos tres puntos: 1. De la observación de los hechos reales le investigador establece las relaciones económicas. 2. Posteriormente, basándose en premisas definidas por la observación de la realidad, mediante un proceso de deducción lógica se elaboran leyes de carácter general. 3. Las leyes generales deben ser verificadas empíricamente con la realidad. 4- EL MÉTODO DE MARX La contribución de Marx a la economía se puede considerar como síntesis de las corrientes intelectuales dominantes de la época, la economía política inglesa, la filosofía alemana y el socialismo francés. Para Schumpeter (1982, pág. 446), la interpretación económica de la Historia es la aportación de mayor importancia y el rasgo diferenciador de la obra de Marx: “ Su teoría es evolucionista en un sentido en que no lo ha sido ninguna otra teoría económica, la teoría marxista intenta descubrir el mecanismo que por su mero funcionamiento, y sin la ayuda de factores externos, transforma cualquier sociedad dada en otra sociedad”. ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 139 De la concepción materialista de la historia de Marx pueden destacarse los siguientes puntos básicos: ? Todas las manifestaciones culturales de la sociedad civil son, en última instancia función de su estructura de clases. ? La estructura de clases de una sociedad está determinada principalmente, y en última instancia, por la estructura de la producción. ? El proceso social de la producción presenta una evolución inherente en sí misma. Sintéticamente, el método de Marx lo podemos descomponer en tres etapas: ? Una primera, de abstracción, mediante la que se aíslan los elementos esenciales del proceso económico ? Una segunda, denominada de concretización progresiva, con la cual, en el curso del desarrollo, se introducen elementos cada vez más particulares del proceso económico. ? Una tercera etapa, de verificación, consistente en confrontar los resultados obtenidos con el proceso económico real. Siguiendo estas etapas, “El Capital” representa una progresión que va de la abstracción inicial hacia grados cada vez más concretos de la realidad, con el fin de conocer el mundo de los fenómenos económicos, demasiado complejo para ser conocido directamente. Resumiendo, su aportación metodológica se puede concretar en los siguientes puntos: 1. Sentó las bases de un método dinámico de investigación y de explicación. 2. Estableció los cimientos de un método de investigación y explicación total. ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 140 3. Renovó el método histórico al formular una ley de corte típicamente historicista, fundada en el materialismo dialéctico Katouzian describe con las siguientes palabras el método de Marx (1982, pág. 46): “El método de Marx era una combinación de teoría y hechos, de lógica e historia. No era ni un especulador puro ni un puro empirista”. 5- LA INFLUENCIA DE POPPER EN LA ECONOMIA Como señalábamos en el anterior apartado dedicado a los aspectos metodológicos generales, gente al criterio de verificación empírica, Popper propone para la investigación científica el método de contrastación empírica, según el cual una hipótesis debe ser formulada y después sometida a un proceso de contrastación. Además frente a la verificación positiva como criterio de validación e teorías propone el criterio de falsabilidad, que consiste en aceptar una proposición como científica sólo cuando es empíricamente refutable. En este epígrafe consideraremos algunos de los economistas que han encontrado atractiva la perspectiva metodológica de Popper. 6- ULTRAEMPIRISMO La obra de Terence Hutchinson “ el significado y los postulados básicos de la Teoría Económica”, publicada en 1938, es uno de los primeros intentos de introducción del criterio metodológico de la falsabilidad en la economía. Uno de sus objetivos fundamentales fue conducir a la economía hacia una línea más empírica (Pheby, 1988, pág. 33). Como punto más importante de su aportación a la metodología podemos destacar en Hutchinson su división de las proposiciones metodológicas en tautológicas y empíricas, estas últimas serían las plenamente contrastables, las tautológicas con las que están enunciadas de tal forma que son imposibles de contrastar. Hutchinson tendió a señalar la mayoría de las proposiciones económicas como tautológicas. ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 141 Para Blaug (1985), la distinción entre tautologías y simples definiciones es fundamental en economía, puesto que de esta forma se separaría entre aquellas proposiciones que son simplemente definiciones disfrazadas y aquellas, que aunque en principio son contrastables, están formuladas de forma que deliberadamente impiden su contrastación. Hutchinson ofrece un consejo metodológico y es que la investigación científica en economía se dedique exclusivamente a las proposiciones empíricamente contrastables, si bien no se manifiesta de forma clara respecto a la exigencia de contrastabilidad sobre los supuesto sobre las predicciones de teoría económica. La prescripción metodológica de Hutchinson hace que sea calificado de “ultraempirista”, acusación que niega demostrando que muchas de sus afirmaciones sobre la importancia de la contrastación no se refieren a los supuestos sino a loas proposiciones finales de la economía. En opinión de Blaug (1985), Hutchinson estaba convencido de que el trabajo empírico en economía puede ser tan útil en la contrastación de supuestos como en las implicaciones teóricas, a pesar de su negación a aceptar el calificativo de ultraempirista. Como se ha observado, Hutchinson sigue la corriente de moda en la década de los treinta en el ámbito de la metodología, la línea neopositivista del Círculo de Viena. Frente al apriorismo o deductivismo de Robbins, este autor ofrece buscar de forma sistemática la contrastación empírica de las hipótesis y teorías económicas. 7- OPERACIONALISMO La tesis del operacionalismo expresada por Samuelson en su obra “Fundamentos del Análisis Económico” (1981) consiste en obtener hipótesis económicas sobre cuestiones empíricas que puedan ser refutadas. Para este autor sólo en una pequeña parte de las obras de economía, teórica o aplicada, se ha tratado la derivación de los “teoremas significativos operacionalmente”, entendiendo por tales lo siguiente: “ Un teorema significativo es una hipótesis relativa a los datos empíricos, ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 142 que se concibe que pueda ser refutada, aunque solamente en condiciones ideales” (Samuelson, 1981, pág. 4). En sus “Fundamentos” Samuelson procura demostrar que existen teoremas significativos en diversos dominios de las relaciones económicas, para derivarlos recurre a lo que llama “principio de correspondencia” entre la estática comparativa y la dinámica. Sin embargo, el concepto de operacionalismo de Samuelson no es el habitual, la metodología del operacionalismo, establecida por Bridgman, la define Blaug (1985, pág. 120) como: “ La construcción de una serie de reglas de correspondencia que se supone conectan los conceptos de la teoría abstracta con operaciones de medición física”. La utilidad de la teoría surge, según Samuelson, del hecho de que por medio del análisis podemos determinar la naturaleza de las variaciones que experimentan nuestras incógnitas a consecuencia de determinadas variaciones de uno o más parámetros. La teoría carecería de sentido operacional si no implicase algún tipo de restricción sobre las cantidades observables, de forma que sirva de base para la posible refutación de aquella. Asimismo, Samuelson aplica el cálculo cualitativo a alguno de los pilares básicos de la teorías económica, concluyendo con un marcado escepticismo hacia el contenido empírico de la moderna teoría del consumidor y de las principales proposiciones de la teoría del bienestar. Resumiendo los párrafos anteriores, una teoría operacional sería una teoría falsable, con la relación suficiente con el mundo real y con los datos de la observación para permitir su contrastación. ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 143 8- LA TESIS DE FRIEDMAN La tesis de Friedman desarrollada en “Ensayos sobre Metodología de la Economía Positiva” (1962) constituye una nueva aplicación del método popperiano a la economía. Friedman se muestra partidario de la contrastación empírica de las hipótesis, así como de la falsación de las mismas: “ La única prueba decisiva de validez de una hipótesis es la comparación de sus vaticinios con la experiencia”. “...La evidencia de un hecho nunca puede probar una hipótesis, únicamente puede evitar el que sea desaprobada, que es lo que en general expresamos cuando decimos que la hipótesis han sido confirmada por la experiencia” (Friedman, 1962). La tesis central del trabajo de Freidman se resume en las siguientes frases de Blaug: “ Los economistas no deberían preocuparse de adoptar supuestos realistas”. “...No sólo es innecesario que los supuestos sean realistas, sino que el que no lo sean es una ventaja positiva, para tener importancia una hipótesis debe ser descriptivamente falsa en sus supuestos” (Blaug 1985,pág.124). Estas proposiciones de Friedman generarían el núcleo central de la polémica en torno al “realismo de los supuestos”, que dicho sea de paso, no está muy claro, como muchos autores han señalado, qué se entiende por realismo de los supuestos. Para Friedman los supuestos realistas serán los que tienen en cuenta todas las variables relevante, abogando además por la simplicidad de estos supuestos como criterio deseable para evaluar las teorías. El objetivo de Friedman no es encontrar supuestos realistas par una teoría, sino aproximaciones simplificadas e idealizadas, si fuese necesario, que proporcionen predicciones suficientemente ajustadas. Podemos resumir su posición diciendo que si la predicción de una teoría resultó ser verdadera, podemos concluir que la teoría era verdadera como si sus supuestos fueran verdaderos. Además, el hecho de contar con supuestos realistas no basta par que la teoría sea aceptable, pues una teoría no puede probarse comparando sus supuestos con la realidad. Para ilustrar esta explicación ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 144 podemos citar las siguientes palabras de Katouzian en su explicación al método de Friedman: “ Una vez que se ha mostrado que una teoría funciona podemos atrapar en el aire cualquier supuesto y hacer de él su base analítica” (Katouzian, 1982, pág. 107). Es preciso resaltar también que, aunque el propio Friedman se alinea con una postura popperiana y , como hemos indicado en párrafos anteriores, Blaug argumenta que su posición es esencialmente falsacionista, muchos autores han encontrado varios indicadores en sus escritos que lo identifican con posturas instrumentalistas (Nagel, 1963; Caldwell, 1980; Pheby, 1988). Para concluir este apartado, diremos que la metodología en la aplicación del método popperiano a la economía es ampliamente aceptada por un gran grupo de economistas, sin embargo, también cuenta con sus detractores surgidos como consecuencia de la negación a que puede conducir una estricta aplicación del criterio falsacionista. En particular Darnell y Evans (1990, pág. 46) indican que el enfoque positivista presenta varias dificultades, quizás la más destacables es que la “refutación” es difícil porque las hipótesis son siempre probabilísticas y los errores (de rechazo de una hipótesis cierta y de no rechazo de una falsa) son siempre posibles. Formalmente, la refutación requiere el rechazo d una teoría si es confrontada con una evidencia contraria a la misma, sin embargo, es difícil conocer qué, proporción de tales incidencias se requiere antes de que la teoría sea rechazada. Formalmente, la refutación requiere el rechazo de una teoría si es confrontada con una evidencia contraria a la misma, sin embargo, es difícil conocer qué proporción de tales incidencias se requiere antes de que la teoría sea rechazada. 9- LA INFLUENCIA DE KUHN EN LA ECONOMÍA La teoría de Kuhn tuvo una agradable acogida por parte de los científicos sociales, pues tanto conservadores como radicales veían en ella puntos de apoyo a sus propias hipótesis. Sin embargo, en su aplicación a la economía las tésis Kuhnianas han encontrado numerosas dificultades, principalmente por el olvido de una serie de elementos importantes que resume Katouzian (1982, pág. 130) en los siguientes: ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 145 1. La teoría de Kuhn no es un ataque a la contrastabilidad, aunque él dijera que las hipótesis científicas no necesitaran de forma inherente ser contrastadas. 2. Una ciencia normal madura no excluye las existencia de paradigmas competidores. 3. Una revolución científica no es algo que pueda suceder por un llamamiento de científicos disidentes. 4. Una crisis debe mostrar una incompatibilidad persistente entre el paradigma dominante y el mundo de la realidad empírica. 5. Para que se de una revolución, además de la crisis debe surgir un nuevo paradigma que sea aceptable por la comunidad científica como teoría superior. 6. El paradigma victorioso será incompatible con su predecesor. Sin duda, la enumeración de estos seis puntos excluiría la aplicación de la teoría de Kuhn a la economía. De todas formas, un modo de acercarnos a dicha aplicación sería intentar la búsqueda de revoluciones kuhnianas en la historia de la economía. A este respecto podemos destacar la aparición de la teoría neoclásica y el advenimiento de la teoría keynesiana como ejemplos de tales revoluciones, sin embargo, podemos decir que para que se de la revolución científica en el sentido de Kuhn se ha de producir la sustitución de un paradigma por otro en base a la inconsistencia del paradigma inicial con la realidad empírica, lo cual no se da en este caso, pues el paradigma keynesiano no era incompatible con el neoclásico y no reemplazó totalmente a la teoría económica ortodoxa. Por otro lado, existen muchas partes de paradigmas competidores dentro de cada una de las corrientes de pensamiento, con lo cual existe una coexistencia de unos y otros que se difuminan en un conjunto. Otros autores han afirmado que sólo un paradigma ha dominado la teoría económica desde el último cuarto de siglo XVIII, y desde entonces no ha existido ningún cambio sustancial en las ideas económicas, lo que implicaría que sólo ha ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 146 habido un paradigma en el sentido de Kuhn, el diseñado por la economía clásica. Este punto de vista parece discutible, pues ello implicaría que es el paradigma que se impone en la actualidad y el que ha dominado en nuestra ciencia desde esa fecha. La aplicación del criterio de Kuhn a la economía lo ha tenido una aceptación definitiva debido a las deficiencias señaladas en los párrafos anteriores y que podemos resumir diciendo que en economía, cuando se origina lo que podríamos llamar una revolución científica en el sentido de Kuhn, o se produce la sustitución del nuevo paradigma por el anterior, se da la coesxistencia de ambos. As pesar de sus limitaciones, en opinión de Pheby (1988, pág. 53, el marco de trabajo que proporciona la metodología de Kuhn parece ofrecer más a los economistas que el de Popper, en el sentido de que al ocuparse más de la descripción que de la prescripción, es más realista y menos utópica desde el punto de vista de la práctica científica. Sus elementos han constituido un soporte lógico aplicable sobre todo a la historia del pensamiento económico. 10- LA INFLUENCIA DE LAKATOS EN LA ECONOMÍA Dadas las dificultades del método kuhniano para dar explicación al desarrollo y crecimiento de nuestra ciencia, algunos autores han preferido acogerse a la mayor operatividad el método lakatosiano para tales explicaciones. Blaug (1976) se adhiere a la metodología de Lakatos en su explicación el progreso científico en economía, rechazando la posición de Kuhn con sus revoluciones científicas. Identifica la economía política clásica on un “núcleo central” y a la vez cambió su cinturón protector dirigiendo su atención hacia otros problemas. Igualmente da su explicación, en contraste con la evolución de la teoría clásica a la neoclásica, a la postura keynesiana como un cambio en el núcleo central de la teoría económica. En palabras de Blaug (1976): “Los marginalistas se limitaron a sustituir el cinturón protector, en tanto que Keynes fue más lejos, al cuestionar el núcleo central”. ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 147 La tesis mantenida por Blaug no se limita a estos dos programas de investigación, sino que intenta dar una explicación de todas las aportaciones en el campo de la economía a través de la metodología propuesta por Lakatos. Sin embargo, los resultados de la metodología de Lakatos también tienen una serie de inconvenientes vistos por sus detractores y que exponemos a continuación. Según comentamos en el apartado dedicado a Lakatos en la evolución del método de investigación, la descripción del crecimiento del conocimiento científico no sería relevante para una disciplina si ésta no contempla la regla poperiana de la falsación. Muchos elementos del programa de investigación neoclásico no serían falsables. En base a estas ideas, Katouzian se muestra contrario a la explicación lakatosiana del progreso científico en economía. Según sus propias palabras: El rigor y la coherencia impedirían dar una explicación de la historia y el método de la economía en términos lakatosianos a pesar de superficiales semejanzas” (Katouzian, 1982, pág. 139). Otros autores como Cross (1982) han considerado la aplicación de la metodología de Lakatos al desarrollo del monetarismo. Este autor abandona la distinción entre núcleo central y cinturón protector, argumentando que puede ayudar más el hecho de distinguir entre proposiciones de núcleo central ex ante y ex post. Las primeras son aquellas consideradas como abiertas al cambio, y las segundas se refieren a las proposiciones que a través del tiempo permanecen fijas, a pesar de la crítica lógica y empírica. A partir de ésta y otras aclaraciones, identifica al monetarismo como heurística positiva dirigida a explicar las variaciones en la tasa de inflación ocasionadas por variaciones en la tasa de crecimiento del dinero. Incluye, además, otros codeterminantes dentro del esquema monetarista como los tipos de interés, output, empleo, etc. Sin embargo, en la explicación histórica de Cross en base a la metodología lakatosina, este mismo autor reconoce determinadas dificultades. Por ejemplo, no existen comparaciones con programas alternativos y, en consecuencia, no puede proporcionar una guía real en base a una análisis retrospectivo par un periodo futuro. ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 148 11- LA TESIS DE LIPSEY Lipsey, frente al criterio de “verificabilidad completa” y también frente al falsacionismo popperiano, se inclina hacia una visión estadística de la contrastación. En principio, sigue una interpretación que podríamos llamar popperiana de economía positiva. Esta estudia problemas relativos a cuestiones de hechos y no de valor. Las solucione a los problemas económicos comenzarían por unas conjeturas a priori que se someten a contrastación empírica y por tanto son susceptibles de ser falsadas. Lipsey, en un primer momento, primera edición de su libros “·Introducción a la Economía Positiva”, adopta lo que podría llamarse “falsacionismo ingenuo”, es decir, la creencia de que las teorías científicas pueden quedar refutadas por una solo y decisiva contrastación. Posteriormente, segunda y sucesivas ediciones, niega el carácter absoluto y decisivo de la confirmación y la refutación, alineándose con una posición lakatosiana, aunque con matices, en torno a un falsacionismo sofisticado: “Como únicamente podemos hacer un número limitado de observaciones, nunca podremos probar taxativamente que la teoría sea verdadera. Aun cuando hiciéramos mil observaciones que mantuviesen correcta la predicción, siempre es posible que en el futuro empezáramos a efectuar observaciones que estuvieran en conflicto con la teoría. Como esta posibilidad no puede ser nunca completa, nunca podremos considerar una teoría como definitivamente probada” (Lipsey, 1985, pág. 15). “Tampoco es posible refutar una teoría definitivamente... Una solo observación en conflicto con la teoría nonos debe preocupar mucho” (Lipsey, 1985, pág. 16). “Cada vez resulta más evidente que las teorías en economía nunca pueden confirmarse ni refutarse definitivamente” (Lipsey, 1985, pág. 56). La tesis de Lipsey por tanto, se basa en la imposibilidad de probar o rechazar una teoría con un grado total de certeza, de forma que rechazar una teoría por una sola refutación resultaría excesivamente paralizante, peor aceptarla de forma definitiva resultaría demasiado temerario. Se aceptará o rechazará una teoría en términos de probabilidad con un determinado grado de confianza sobre la base de hipótesis alternativas. Lipsey sostiene que la utilización de técnicas estadística no pueden ayudar a medir la naturaleza de las relaciones económicas, así como la probabilidad de que un ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 149 único resultado haya sido casual: “utilizando el análisis estadístico podemos controlar la posibilidad de cometer errores aun cuando no los podamos eliminar” (Lipsey, 1985, pág.55). Para Lipsey una teoría deberá abandonarse cuando no sea capaz de predecir mejor que su alternativa las consecuencias de las acciones que estemos estudiando. Cuando esto ocurra se abandona la que peor prediga y se elige la alternativa que proporcione las mejores predicciones. Lipsey es optimista en este sentido, pues para él el proceso de rechazo de teorías existentes supone el aprendizaje de hechos nuevos. Una vez analizado el hecho de que no se puede probar ni refutar una teoría de forma definitiva, Lipsey propone tomar decisiones y actuar como si efectivamente fueran refutadas o como si fueran probadas, teniendo en cuenta que estas decisiones siempre pueden cambiarse si surgieran nuevas evidencias. Para finalizar la descripción de la tesis propuesta por Lipsey hemos de decir que la opinión en torno a su criterio es discrepante, siendo los seguidores de la metodología falsacionista contrarios a aceptarlo. Otros en cambio, ven en su línea el mejor camino para el progreso de la ciencia económica. 12.-CONTROVERSIAS METODOLÓGICAS CONTEMPORÁNEAS En 1982 Leontief envió una carta al editor de “ Science” en la que afirmaba que la profesión económica había llegado a estar dominada por artículos en los que el trabajo empírico era o bien elemental o trivial o estaba totalmente ausente, y en los que la teoría, la simulación y una agregación errónea eran fundamentales. La profesión económica se caracterizaba por no mostrar preocupación ante el deterioro de la calidad de las fuentes de datos que podían utilizarse para revitalizar el trabajo empírico útil. Estos problemas los consideraba Leontief serios si la Economía ha de tener éxito como una especialidad científica (esto es, empíricamente fundamental) y no como una rama de las matemáticas aplicadas. ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 150 Más de dos décadas después las preocupaciones de Leontief siguen siendo relevantes. Aún más, prácticamente desde sus orígenes la Economía se ha caracterizado por las controversias metodológicas y concepciones filosóficas muy distintas, (Coats, 1986, p. 109.) Así tras las disputas metodológicas entre Menger y Schmoller (Methodinstreit), que trato de superar J.N. Keynes en The Scope and Method of Political Economy, tal y como anteriormente se ha expuesto, Robbins volvería a acentuar nuevamente la orientación deductivista en 1932. Robbins proclamó de nuevo el carácter deductivo de las generaciones económicas, al tiempo que descalificaba la validez del método inductivo: “ya hemos tenido a la escuela histórica, y ahora tenemos a los institucionalistas (...) y, sin embargo, sus esfuerzos no han cristalizado en ninguna ley merecedora de este nombre ni en ninguna generalización cuantitativa de validez permanente. A lo más, una cierta cantidad de material estadístico interesante y varias monografías útiles sobre ciertas situaciones históricas. Pero ninguna “ley concreta”, ninguna uniformidad sustancial de “conducta económica” (Robbins, 1951, pp.55-56). Las elaboraciones teóricas parecían tener que obtenerse mediante procesos deductivos a partir de unos supuestos básicos de tal naturaleza que “nadie discuta dicha existencia” (Robbins, 1951, pp.114). El panorama metodológico de la Ciencia Económica registró, con la publicación de la obra de Hutchison “The Significance and Basic Postulates of Economic Theory” en 1938 cambios trascendentales. Con esta obra se produce la introducción explícita del criterio metodológico de falsabilidad de Popper en los debates económicos. En realidad la lista de economistas cuyos escritos metodológicos revelan la influencia de Popper incluye a G.C. Archibald, Jack Birner, Mark Blang, Lawrence Boland, Wade Hands, Friedrich Hayek, T.W. Hutchinson, Joop Klant, Spiro Latsis y Stanley Warp entre otros (Caldwell, 1991, p.1). Friedman (1967) sería con su obra “La ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 151 Metodología de la Economía Positiva” el más polémico y, al mismo tiempo, más difícil de clasificar como falsacionista ya que, como a continuación se expondrá, su metodología ha terminado denominándose instrumentalismo (Beed, 1991 y Mongin, 1987). Además de Popper, los economistas comenzaron a recurrir de un modo más regular a los resultados alcanzados en el ámbito de la filosofía de la ciencia y autores como Lakatos, Kuhn, Feyerabend, Nagel, Hempel, etc..., pasaron a ser familiares. Asimismo se ha ampliado el campo de los problemas metodológicos en Economía para incluir temas tales como la cuestión de la relevancia de los supuestos, y el papel de los juicios de valor. No se pretende en este apartado realizar una revisión exhaustiva de las aportaciones metodológicas de las últimas décadas. Por ello, tras las anteriores consideraciones, la exposición que sigue se limita a dejar constancia de la variedad de enfoques metodológicos que en la actualidad se observan en los trabajos publicados en las revistas científicas más relevantes y en los libros de texto y tanto en la corriente principal del pensamiento económico como entre los numerosos y contrapuestos movimientos heterodoxos hoy existentes. La constancia de esta diversidad metodológica se puede poner de manifiesto, a nuestro juicio, recurriendo a los trabajos de Deane y Boland y resaltando, en tercer lugar, cuáles son las diferencias metodológicas principales entre la economía neoclásica y el más duradero de los movimientos heterodoxos: el institucionalismo. Deane (1980 y 1983) considera que hay una ruptura metodológica crucial entre un enfoque positivo y otro normativo en la Economía que subyace en el debate actual entre los neoclásicos y los postkeynesianos (a veces llamados Escuela de Cambridge); y esta discusión refleja una diferencia fundamental desde el punto de vista de sí las teorías económicas deben expresar los juicios de valor personales del teórico y ser relevantes para un ámbito social e institucional determinado, o, en cambio, las teorías deben en principio ser formuladas en términos objetivos y tomar en cuenta los valores éticos y el contexto social en el momento de ser aplicadas al análisis empírico. ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 152 Así para Friedman “ La economía es, en principio, independiente de cualquier posición ética particular o juicio normativo”, en cambio, desde la otra perspectiva, como ha señalado Myrdal, muchos de los conceptos básicos de la economía están cargados de implicaciones normativas, por lo que las teorías económicas no son nunca en la práctica ajena a los juicios de valor, por muy objetivas que sean las intenciones de los teóricos. Entre las características comunes de los economistas neoclásicos. Deane señala las siguientes: 1. Su énfasis en la consistencia lógica, a veces reflejado en una tendencia a moverse en la dirección de modelos matemáticos abstractos y, en particular, modelos de equilibrio general. 2. Su despreocupación por el realismo de sus supuestos básicos con la justificación de que el test ácido de una teoría es si funciona, es decir si sus implicaciones (descriptivas, explicativas o predictivas) son confirmadas por la experiencia. Esta inclinación se refleja, a menudo, en la tendencia a desarrollar sofisticadas técnicas de cuantificación y de análisis estadístico. 3. Finalmente, una tercera seña de identidad de un economista neoclásico es su desinterés para tomar en cuenta los cambios en las motivaciones, las instituciones, los sistemas de información y las actitudes culturales. Por su parte, entre las características que distingue a la metodología postkeynesiana de la neoclásica, Deane menciona las siguientes: 1. Los postkeynesianos tienen más afinidades con la metodología de Marx y Ricardo que los neoclásicos. Como la teoría de la evolución del sistema capitalista de Marx, el tipo de modelo postkeynesiano debe poco a las analogías mecánicas de los neoclásicos y reconoce la posibilidad de cambio orgánico. Así mismo, vuelven a Ricardo, y a las ideas que prevalecían antes ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 153 de la revolución marginalista, al poner más énfasis en la interdependencia de la producción que en la interdependencia de los mercados. 2. Adoptan el supuesto keynesiano de que las decisiones de inversión son independientes de las decisiones de ahorrar y explican la inversión, como hacía Keynes, en términos de “animal spirits, expectativas y cambio técnico”. 3. Finalmente, su objetivo no es básicamente predecir, sino analizar y explicar y, por tanto, no intentan forzar a sus variables en forma directamente cuantificable. Por su parte Boland (1988 y 1992) considera que dentro de la corriente principal del pensamiento económico, desde la segunda Guerra Mundial, las cuestiones metodológicas despiertan escaso interés entre los economistas. Para Boland, entre los economistas ortodoxos el método aceptado es alguna forma del descriptivismo de Paul Samuelson o alguna variante del instrumentalismo de Friedman. El descriptivismo es el método en el que las teorías no son consideradas explicaciones sino mejores o peores descripciones analíticas de los fenómenos observables. El instrumento llega aún más lejos alegando que las teorías son únicamente instrumentos utilizados bien para hacer predicciones con el objetivo de asesorar a los gobernantes o bien para realizar medidas empíricas de los parámetros esenciales del mundo real. La posición de Friedman, bien acogida por un amplio grupo de economistas, también suscitó discrepancias en otros sectores. Tal fue el caso del profesor Koopmans, quien mantuvo la necesidad de contratar los supuestos. Para Koopmans la verificación presta apoyo a la totalidad de los postulados considerados en conjunto. La refutación indica que al menos uno de los postulados no es adecuado par el propósito ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 154 de explicar los fenómenos a los que se refieren las conclusiones. Es por ello que resulta necesario contrastar los supuestos, aquellos supuestos que parecen evidentemente obvios, en el sentido que exista una correspondencia entre los términos usados y la realidad. Por tanto ni los postulados de la teoría económica son enteramente evidentes, ni las implicaciones de cualquier conjunto de postulados son fácilmente contrastables. Finalmente Dugger (1979) considera que salvo los marxistas, la mayoría de los economistas tienden a agruparse en torno a dos conjuntos significativamente diferentes de preconcepciones. Un conjunto está compuesto por los neoclásicos, y el otro, por los institucionalistas. La confluencia a veces es frecuente, pero el hecho de que la American Economic Association y la Associatión for Evolutionary Economic sean organizaciones separadas constituye evidencia de las divergencias existentes en la profesión, al menos en los Estados Unidos. El institucionalismo se diferencia de la economía neoclásica en que: 1. Los institucionalistas tratan de construir modelos patrones mientras que los neoclásicos pretenden construir modelos predictivos. Un modelo patrón explica el comportamiento humano colocándolo cuidadosamente en su contexto cultural e institucional. Un modelo predictivo explica el comportamiento humano estableciendo supuestos y deduciendo implicaciones (predicciones) de dichos supuestos. 2. Para generar sus predicciones, los neoclásicos utilizan como unidad de análisis el individuo maximizador de utilidad y la empresa maximizadora de beneficios. 3. El enfoque institucional toma la perspectiva psicológica del conductismo. El conductismo hunde los fundamentos de la acción humana en las ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 155 estructuras institucionales (normas, usos, hábitos) más que en las preferencias individuales. 4. No solo las preconcepciones de los institucionalistas y los neoclásicos son bastante diferentes, sino que también difieren en el tipo de evidencia que requieren: estructural y predictiva. La evidencia estructural de los institucionalistas se refiere al modelo patrón establecido como hipótesis. La evidencia predictiva se dirige a la confirmación con la realidad de las predicciones derivadas del modelo teórico propuesto. 5. Finalmente, los modelos “patrón” de los institucionales no permiten ni tienen como objetivo la generación de deducciones lógicas o predicciones, tal como lo hacen los modelos deductivos de la teoría neoclásica. Llegados a este punto, ya estaríamos en condiciones de evaluar, utilizando una terminología lakatosiana, los distintos "“programas de investigación científica” que han ido surgiendo a lo largo de la reciente historia de nuestra ciencia. Sin embargo, en este apartado queremos centrarnos además de lo mencionado, en algunas cuestiones metodológicas de la economía moderna. Junto a Blaug (1985), podemos decir que no debemos olvidar que el objetivo principal de la economía consiste en predecir, y no simplemente explicar. En este sentido, la debilidad primordial de la economía moderna consiste en su dificultad para producir teorías que generen implicaciones refutables claras, junto con una falta de voluntad hacia la confrontación de dichas implicaciones con los hechos, Dos ejemplos claros pone este autor para confirmarlo: ? La moderna teoría del crecimiento, que consiste en el análisis de un estado estacionario en el que se introduce un elemento de crecimiento. Añadiendo el progreso técnico y aumento exógenos de la oferta de trabajo. Se trataría por tanto de un modelo estático, de un ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 156 solo periodo. En este caso, si no existe relación entre la senda de crecimiento y la experiencia histórica del desarrollo económico, difícilmente podrán analizarse las causas del crecimiento desequilibrado o las políticas necesarias para controlar la economía. ? La moderna teoría del comportamiento del consumidor, pues pocas evidencias existen de que esa corriente haya tenido gran impacto sobre la estimación de curvas de demanda. En palabras de Blaug (1985, pág. 288): “Predican la importancia de someter las teorías a la contrastación empírica, pero raramente mantiene en la práctica sus normas metodológicas declaradas. Sin embargo, en la actualidad los economistas se ocupan de la investigación empírica, lo que ocurre en la mayoría de los casos es que existe una conformidad con las predicciones obtenidas, con lo que se sustituye la tarea de la falsación por la verificación, que ofrece menores dificultades. Esa conformidad viene producida, generalmente, por la carencia de datos fiables como de técnicas poderosas que nos permitan distinguir y contrastar las proposiciones positiva: 1. Poner mucho énfasis en la recopilación y depuración de datos. 2. No considerar los resultados econométricos como definitivos, intentar repetirlos utilizando diferentes muestras. Mayer (1980) se manifiesta muy optimista al considerar la posibilidad de obtener diferentes muestras. En la mayoría de los casos, sobre todo cuando trabajamos con series temporales, disponemos de una única realización y a partir de la misma hemos de realizar la contrastación o inferencia sin posibilidad de repetición. 3. No elegir los trabajos científicos, por parte de las revistas especializadas, en base a la sofisticación técnica, sino a su validez y aplicabilidad. Asimismo, reclama de las revistas que exijan de los autores la presentación de la totalidad de los datos para su fácil contrastación por otros autores. ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 157 En definitiva, a pesar del alejamiento, que para el análisis de la realidad económica implica, en gran medida, la postura metodológica de muchos neoclásicos, se ha de reconocer que los postkeynesianos y los institucionalistas son básicamente creadores de modelos; y no han logrado tener numerosos seguidores en la economía aplicada. Paradójicamente, ha sido la escuela neoclásica, con sus supuestos conscientemente irrealistas, las que más influencia ha tenido en el análisis aplicado. Quizás por ello en la actualidad, existe una línea mayoritaria de pensamiento que plantea la necesidad de un grado de integración entre el trabajo teórico y empírico mayor del previamente existente. Así pues, el progreso de la Ciencia Económica debería depender, a tenor de esta línea mayoritaria de pensamiento de: 1. La disponibilidad de mayores y mejor organizadas bases de datos. Como se ha lamentado Phelps-Brown (1972, p.9). “En el estado presente de nuestra ciencia... deberíamos valorar más alto el poder de observación que el poder de abstracción y la intuición de los historiados más que el rigor del matemático. Nuestra necesidad básica de más observaciones sobre el comportamiento actual debería hacernos estimar las habilidades de aquellos que pueden reunirlas...” 2. Abrir la disciplina para incorporar teorías, conceptos y nuevas ideas generadoras en disciplinas afines. 3. Tener en cuenta que la Ciencia Económica, como otras ciencias sociales, estudia un tipo de sistema diferente al de las ciencias físicas. No sólo está en un estado de flujo constante, sino que su desarrollo está sujeto a un elevado grado de incertidumbre. ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 158 Así pues, es posible que los economistas tengamos que aprender mucho más sobre el comportamiento de las personas en los aspectos económicos de sus vidas, y sobre el mecanismo básico del proceso económico, antes que podamos empezar a formular mejores teorías que conduzcan de un modo inequívoco a unas implicaciones que sean refutables. Quizás sería mejor abandonar la búsqueda de axiomas y teoremas formales hasta que puedan sustentarse en supuestos, ellos mismos, empíricamente refutables. 13. LOS OBJETIVOS DE LA TEORÍA: REALISMO E INSTRUMENTALISMO Popper (1983, pág. 111) nos proporciona una delimitación clara de lo que significa el instrumentalismo: “Por instrumentalismo se entiende aquella doctrina según la cual una teoría científica como la de Newton, o Einstein debería ser interpretada como un instrumento, y nada más que como un instrumento, para la deducción de predicciones para futuros eventos y otras aplicaciones practicas, y más especialmente, que una teoría científica no debería interpretarse como un genuino intento par describir ciertos aspectos de nuestro mundo. La doctrina instrumentalista implica que las teorías científicas pueden ser más o menos eficientes, pero se niega que puedan ser verdaderas o falsas”. De igual forma Poirier (1994, pág. xiii) perfila al instrumentalista de la siguiente forma: “El instrumentalista cree que el objetivo primordial de la ciencia es desarrollar herramientas que sean capaces de proporcionar predicciones reales y útiles para el futuro. Los instrumentalistas no necesitan creer en un sentido literal la “verdad” de ninguna teoría, tiende a menospreciar la realidad de los supuestos”. Por otro lado, existe una clara diferenciación entre los instrumentalistas y los realistas. Estos últimos consideran que la ciencia no sólo debería ser capaz de proporcionarnos predicciones reales y precisas, sino que además debería ser capaz de descubrir nuevas “verdades” sobre el mundo y explicar fenómenos. Atendiendo a esta separación, Lawson (19+89) establece una caracterización de economistas y económetras según sus tendencias realistas o instrumentalistas. Por ejemplo, señala a ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 159 Keynes y a Vining como realistas, a Haavelmo como un poco instrumentalista y a Koopmasn con ingredientes de ambas corrientes. 14.- SINTESIS Y REFLEXIONES FINALES74 La controversia en el ámbito de la metodología en el contexto de la filosofía de la ciencia en general ha generado un debate continuo en la metodología económica, sobre todo, a partir de comienzos de los setenta, cuando muchos de los postulados keynesianos y neoclásicos empiezan a derrumbarse. Con el objeto de sintetizar las diferentes posturas metodológicas, podemos tomar como válida la amplia división que realiza Gerrad (1995) en los siguientes dos grupos75: 1. Metodologías tradicionales. La controversia en torno a la metodología tradicional gira en torno a dos posturas contrapuestas: deductivismo y empirismo. El deductivismo tiene como soporte básico el enfoque axiomático. La teoría económica se formula en forma de axiomas que son verdades evidentes. Las implicaciones de la teoría económica son ciertas si se deducen a partir de los axiomas de una manera lógicamente válida. Desde la perspectiva deductivista, la evidencia empírica no determina el estatus de veracidad de la teoría económica, que está asegurado por el enfoque axiomático. La evidencia empírica determina la aplicabilidad de las teorías económicas sólo en circunstancias específicas. La aplicabilidad depende de la ausencia de influencias transitorias que han sido excluidas. De la teoría. Esta aproximación a la investigación empírica es lo que Blaug (1992) denomina “verificacionismo”. En contraste con la anterior, el empirismo sostiene que el estatus de veracidad de la teoría económica depende de su consistencia con los fenómenos observados. La forma moderna del empirismo es el punto de vista falsacionista propuesto por Popper. 74 Quiero señalar que soy consciente de que las reflexiones precedentes no son útiles para configurar una estricta normativa metodológica sino, más bien, un mero “talante científico” no exento de dudas y problemas. 75 Adicionalmente en la segunda edición del libros clásico de Blaug (1992) sobre metodología de la economía, y en la obra de Hausman (1992),, se ilustra con bastante claridad esta división metodológica de la economía aunque desde diferentes puntos de vista. Blaug representa el enfoque empirista de la metodología económica, mientras que Hausman adopta un enfoque más deductivista. ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 160 2. Nuevas metodologías. Los nuevos puntos de vista sobre la ciencia giran entorno a dos aspectos fundamentales: a) las teorías científicas son un conglomerado de estructuras y b) la ciencia es un proceso social. Ambos elementos son recogidos por Kuhn en su obra “ La estructura de las revoluciones científicas”. La consideración de la economía como una estructura científica se ha adoptado utilizando principalmente dos marcos de análisis: la estructura de las revoluciones científicas de Kuhn y los programas de investigación científica de Lakatos. Sin embargo, la aplicación de estas metodologías a la economía no está exenta de problemas. Por ejemplo, en que en nuestra disciplina no se produce la sustitución de paradigmas propugnadas por Kuhn. Como ya expusimos en su momento, si analizamos los ejemplos de los paradigmas neoclásicos y keynesiano, el advenimiento de este último no supuso la sustitución del anterior, se produce una coexistencia de ambos. Con relación a la aplicación de la metodología de Lakatos a la economía, analizábamos cómo proporcionaba una interpretación de la historia de nuestra ciencia bastante ingeniosa, no obstante, para algunos detractores, como Katouzian, la explicación lakatosiana ofrece inconvenientes que se derivan de la inexistencia de una continua revisión de la heurística positiva de los distintos programas, y de la falta de refutación de la misma. En definitiva, el procientífico en economía, como ya expusimos en un principio, no se produce en base a una aplicación estricta de una u otra metodología, todo lo contrario, pensamos que las distintas aportaciones y controversias metodológicas con enriquecedoras par el conocimiento científico en general y, por supuesto, para el nuestro en particular Es más, como apunta Gerrard (1995), cualquier intento de encuadrar a los economistas en una escuela metodológica perfectamente definida sería un error. Los economistas están motivados primaria y fundamentalmente por la aplicación de sus métodos, sin necesidad de que éstos sean explícitos o filosóficamente consistentes. ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 161 Como conclusión de lo tratado, podría afirmarse que el progreso de la Ciencia Económica, entendiendo por tal progreso la elevación de su capacidad explicativa, predictora y transformadora de la realidad, conlleva necesariamente la mejora de los niveles de comunicación y cooperación entre aquellos economistas dedicados a la teoría y aquellos otros cuya actividad preferente es la economía empírica. Para lograr este objetivo parece imprescindible que en la línea de lo que realizan o han realizado prestigiosos economistas como A. Marshall, Chamberlain o J. Robinson, los profesionales que trabajan preferentemente en el área teórica diseñen modelos más flexibles que den cabida a problemas y supuestos más reales y susceptibles de contrastación. Solo así será factible que el “economista aplicado”, cuya tarea absorbente es la búsqueda, depuración y tratamiento analítico de la información, logre el aprovechamiento y, en su caso, enriquecimiento de los modelos teóricos. Es claro que, pese a su aparente facilidad, la anterior tarea es ardua y difícil por cuanto implica la confrontación con los prejuicios y hábitos imperantes en nuestra comunidad científica. Por último señalar, que al economista aplicado le quedan aún las tareas, tampoco sencillas, de fundamentar sus trabajos empíricos en un marco teórico de referencia, tratando de incorporar, además, todas aquellas cuestiones de índole institucional e histórica que puedan quedar marginadas de los modelos genéricos pero que son imprescindibles para la interpretación de una parcela concreta de la realidad económica. Además de ello, ha de seleccionar y utilizar el aparato instrumental más adecuado para el tratamiento de los datos. En definitiva, esta parece la mejor vía para, aprovechado las ventajas que brinda la especialización, conseguir avanzar en el conocimiento y transformación de una realidad mutante y compleja. Esto no impedirá que sigan existiendo tendencias y posturas dispares, pero si permitirá que éstas se intercambien en un clima de auténtico debate científico en vez de estériles enfrentamientos que se suscitan cuando siquiera existe un mínimo consenso sobre el lenguaje formal. ROBERTO GÓMEZ LÓPEZ 162