Resumen Bloque 3 - Nasosinusal y Nasofaríngeo PDF
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This document provides a summary of the nasal and nasopharyngeal block, focusing specifically on non-allergic rhinitis, both acute and chronic. It details causes, symptoms, and treatment options. The document covers various types of non-allergic rhinitis and their associated factors and complications.
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Bloque Nasosinusal y Nasofaríngeo Rinitis no Alérgica: Agudas 1. Vestibulitis La vestibulitis es una infección bacteriana, comúnmente por Staphylococcus aureus, que afecta el folículo piloso del vestíbulo nasal, causando dolor y enrojecimiento. Aunque generalmente es benign...
Bloque Nasosinusal y Nasofaríngeo Rinitis no Alérgica: Agudas 1. Vestibulitis La vestibulitis es una infección bacteriana, comúnmente por Staphylococcus aureus, que afecta el folículo piloso del vestíbulo nasal, causando dolor y enrojecimiento. Aunque generalmente es benigna, puede llevar a complicaciones graves como tromboflebitis del seno cavernoso. El tratamiento incluye antibióticos tópicos anti-estafilocócicos y, si es necesario, cloxacilina. 2. Coriza aguda o rinitis catarral aguda La coriza es una inflamación de la mucosa nasal causada por el virus del catarro común, siendo la forma más frecuente y epidémica. Se presenta principalmente en climas fríos y húmedos, y es provocada por el virus ECHO- 28, con múltiples cepas. La transmisión es aérea y la susceptibilidad varía según factores individuales. El período de incubación es de 1 a 3 días. Los síntomas incluyen cosquilleo nasal, estornudos, lagrimeo, obstrucción nasal y anosmia, con una evolución de rinorrea acuosa a mucopurulenta en 3-4 días, y el cuadro cede espontáneamente en 1 semana. Puede asociarse a cefaleas y complicaciones como cuadro catarral descendente (otitis, faringitis, laringitis, traqueitis, o bronquitis). El diagnóstico es clínico, basado en la anamnesis y exploración física. El tratamiento es sintomático, incluyendo reposo, antiinflamatorios, vitamina C, tratamiento local para la obstrucción nasal con preparados imidazólicos y humidificación para aliviar la obstrucción nasal. EX: Fases de rinitis viral incluyen asintomática, sintomática y resolución. Rinitis no Alérgica: Crónica 1. Rinitis hipertrófica A: Rinitis crónica simple Los microorganismos en las fosas nasales son responsables de infecciones recurrentes, siendo los virus los principales culpables, aunque también intervienen estafilococos, estreptococos y neumococos. Para que se produzca una infección, se requiere una predisposición de la mucosa nasal, influenciada por varios factores: Hipertrofia adenoidea: Común en la infancia, provoca estasis de secreciones. Alteraciones anatómicas: Crestas y espolones septales que afectan defensas locales. Irritantes: Humo, polvo y temperaturas extremas que generan espasmo vascular. Alteraciones generales: Enfermedades metabólicas, cardiacas, renales y hepáticas. Efectos secundarios de medicamentos. Infecciones cercanas. Los síntomas incluyen congestión, rinorrea y anosmia. El tratamiento consiste en lavados nasales, vasoconstrictores nasales a corto plazo y antibióticos en caso de sobreinfección, además de corticoides tópicos cuando sea necesario. B. Rinitis crónica vasomotora La rinitis vasomotora se caracteriza por la hiperreactividad inespecífica de la mucosa nasal, provocando inflamación por diversas causas que afectan el sistema nervioso autónomo, generando un desequilibrio entre los sistemas simpático y parasimpático. Aunque las rinitis alérgicas son una forma de rinitis vasomotora, se estudiarán por separado. Causas Comunes Las causas más frecuentes de rinitis vasomotora incluyen: Medicamentos: Antihipertensivos y otros fármacos simpaticolíticos que causan edema y hipersecreción. Estrógenos: Pueden inducir un predominio parasimpático similar al de ciertos medicamentos. Embarazo: Provoca rinopatía gravídica, que se resuelve tras el parto. Abuso de descongestionantes nasales: Puede llevar a congestión nasal y daño en la mucosa. Idiopáticas: Representan el 60-70% de los casos, asociándose a un sistema autónomo inestable. Síntomas Los síntomas varían, pero comúnmente incluyen: Prurito Estornudos en salvas Obstrucción nasal bilateral Rinorrea acuosa La rinoscopia revela mucosa pálida y cornetes hipertróficos. El diagnóstico se realiza por exclusión de causas infecciosas o alérgicas. Tratamiento El tratamiento inicial es médico. Si hay una causa identificable, se suprime lo que lo esté causando. Se utilizan antihistamínicos y corticoides locales (dipropionato de beclometasona y budesónida vía nasal) y anticolinérgicos para reducir la inflamación y la hipersecreción. En casos sin causa objetivable, se opta por tratamiento sintomático con corticosteroides tópicos, bromuro de ipratropio y humidificación nasal. Opciones Quirúrgicas Las medidas quirúrgicas incluyen: Cauterización de cornetes Criocirugía Sección del nervio vidiano o del nervio petroso superficial mayor Estas intervenciones buscan aliviar los síntomas y, en ocasiones, actuar sobre el sistema nervioso autónomo. 2. Rinitis artrófica A: Ocena Las rinitis crónicas atróficas son el resultado de múltiples factores que llevan a la pérdida progresiva de las capacidades mucociliares y de transporte de la mucosa, provocando acumulación de secreciones que pueden sobreinfectarse (¿Klebsiella?). Su etiología es multifactorial, incluyendo causas genéticas, medicamentosas, tóxicas, vasculitis, enfermedades autoinmunitarias y linfomas de bajo grado. En sociedades desarrolladas, las causas más comunes son medicamentosa y tóxica, como en el caso de la adicción a la cocaína, que puede causar necrosis. La rinitis atrófica secundaria tiene características similares, pero es menos intensa y generalmente sin fetidez. Existen varias teorías sobre su etiología, incluyendo retracción de la mucosa postraumática, factores constitucionales, rinitis crónica catarral y lesiones nerviosas. Se han identificado bacterias proteolíticas, siendo Klebsiella ozaenae la más común. La enfermedad comienza con rinitis hipertrófica y, al llegar la pubertad, se presenta un exudado mucopurulento que forma costras, generando un olor desagradable que el paciente no percibe debido a la anosmia. Tiene fase catarral, cicatricial y esclerótica. El tratamiento de la rinitis atrófica incluye dos objetivos principales: limpiar las fosas nasales y revitalizar la mucosa. Para ello, se emplean: Lavados nasales con suero fisiológico Cremas hidratantes, gotas nasales aceitosas, emulsiones o pomadas (a veces con vitamina A) Inhalaciones con suero fisiológico Pulverizaciones con agentes osmóticos (como dextrosa y glicerina) para eliminar gérmenes anaerobios Tratamiento quirúrgico para reducir el tamaño de las fosas nasales, desplazando las paredes laterales hacia el tabique o mediante oclusión temporal y alterna de las fosas nasales. Este enfoque ayuda a mejorar la calidad de vida al evitar la desecación y facilitar el drenaje nasal. B. Rinoescleroma El rinoscleroma es una rinitis crónica de origen infeccioso causada por Klebsiella rhinoscleromatis (bacilo de Frisch), que genera un cuadro de granulomatosis. Afecta inicialmente la mucosa nasal y la endurece, y puede extenderse por la nariz y la cara. En casos avanzados, llega a la laringe y faringe, lo que puede requerir una traqueotomía para asegurar la vía respiratoria. El proceso se caracteriza por la formación de un infiltrado granulomatoso submucoso con células de Mikulicz y cuerpos de Russell, y cursa con síntomas como rinitis insidiosa, obstrucción nasal y rinorrea mucopurulenta con mal olor. El tratamiento incluye: Estreptomicina, generalmente combinada con esteroides. Traqueotomía, solo si es necesaria para mantener la respiración. En la fase aguda, se evita el tratamiento quirúrgico para prevenir la diseminación, y una vez curado, se pueden realizar intervenciones plásticas según las secuelas dejadas. Rinitis Alérgica Intermitente leve Intermitente moderado/grave Persistente leve Persistente moderada/grave Diagnóstico es fundamentalmente clínico. Al ser mediado por IgE, no tiene cura, solo se controlan los síntomas. El protocolo diagnóstico depende de si es intermitente-moderada o leve- moderado/grave: Antagonistas de receptores de leucotrienos: Montelukast 4-5mg (niños) o 10mg (adultos) 1 vez al día por las noches por 3 meses. Antihistamínicos H1 segunda generación: Cetirizina 10mg, loratadina 10mg, desloratadina 5mg, levocetirizina 5mg 1 vez al día Cromos tópicos: Cromoglicato isódico 4 veces al día Corticosteroides intranasales: Betametazona, fluconazol, bunesonida 1-2 veces al día (7am o 7pm) aplicarlo con la cabeza abajo, adentro de la nariz y apuntando hacia la oreja Descongestionante nasal: Oximetazolina intranasal (menos de 10 días) o vía oral. Dar antileucotrienos solo si el paciente tiene asma y no mejora con corticosteroide + antihistamínico. Oxalip es corticosteroide + antihistamínico, dar por 6 meses. Sinusitis Cronología de senos paranasales: SPN etmoides al nacer, frontal a los 5-6 años, maxilares a los 7-18 años y esfenoidales a los 12-18 años. La sinusitis suele originarse por un mal funcionamiento del ostium de drenaje, que puede deberse a factores locales o sistémicos. Esto provoca la retención de secreciones en los senos, hipoxia y proliferación de gérmenes. La obstrucción del ostium es la causa más común. Factores que favorecen la sinusitis pueden ser locoregionales (antecedentes traumáticos, infecciones vecinas y atrofia de las mucosas) (atrofia de mucosas es el único que no es por obstrucción) y sistémicos (hemopatías, DM, SIDA, episodio cararral viral). La sinusitis según su duración puede ser aguda (menos de 1 mes), subaguda (1-3 meses) y crónica (más de 3 meses). Si se afectan más de un SPN, se denomina pansinusitis. La patogenia de la sinusitis generalmente comienza con una infección viral, pero luego proliferan tanto gérmenes aerobios como anaerobios. Los más frecuentes son: Streptococcus pneumoniae (el más común) Streptococcus pyogenes (tipos A, B y C) Haemophilus influenzae Staphylococcus aureus (más frecuente en adultos) En niños predominan: Streptococcus pneumoniae Haemophilus influenzae Neisseria catharralis Ocasionalmente, pueden darse infecciones por hongos o bacteroides. Aunque ciertos factores predisponentes, como la desviación septal, aumentan el riesgo de sinusitis, no garantizan su desarrollo a menos que haya inflamación o un cambio brusco en la presión, lo que puede obstruir el ostium. La sintomatología de la sinusitis está determinada por la ocupación de los senos paranasales, generando presión y dolor facial relacionado con las ramas V1 y V2 del nervio trigémino. Los síntomas son similares en sinusitis agudas, subagudas o crónicas, aunque varían en intensidad: son más evidentes en casos agudos y más discretos en crónicos. Obstrucción nasal: Se asocia a rinorrea en cuadros agudos y varía según el seno afectado. La obstrucción es anterior si están involucrados los senos frontales, etmoidales anteriores o maxilares, y posterior en los senos etmoidales posteriores o esfenoidales. Rinorrea: Inicialmente acuosa (hidrorrea) si la causa es viral o inflamatoria, y purulenta si es bacteriana. Cuando la infección es por anaerobios, puede haber fetidez percibida como mal sabor de boca. Alteraciones olfatorias: Incluyen hiposmia o anosmia, siendo más comunes en infecciones crónicas, y cacosmia o percepciones olfativas anómalas (parosmias) en casos graves, a menudo acompañadas de cambios en la percepción del gusto. Cefalea: En sinusitis agudas, el dolor es punzante y localizado, dependiendo de la región del seno afectado. Las sinusitis anteriores producen cefaleas periorbitarias (canto interno del ojo, escotadura supraorbitaria o infraorbitaria), mientras que las posteriores causan nucalgias. En casos crónicos, el dolor se describe como «pesadez facial» más que cefalea. Fiebre: Común en niños con sinusitis aguda. En cuadros subagudos o crónicos, puede haber febrícula, especialmente en la tarde. Si hay fiebre de origen desconocido, se debe considerar un foco sinusal. Estas manifestaciones ayudan a distinguir el tipo y localización de la sinusitis, así como a evaluar su gravedad. Sobre el diagnóstico, se consigue con la anamnesis: En la evaluación externa de la sinusitis, se pueden observar signos como: Inflamaciones periorbitarias, que son más comunes en casos de etmoiditis en lactantes. Signos indirectos de rinorrea crónica, como la vestibulitis nasal (inflamación de la entrada de la nariz). La palpación facial es útil para identificar áreas de dolor, especialmente en el canto nasoorbitario, el agujero infraorbitario o supraorbitario. La presencia de dolor en estas zonas sugiere una sinusitis anterior. La exploración instrumental es clave para diagnosticar la sinusitis. Entre las técnicas disponibles, destacan: 1. Evaluaciones indirectas: o Diafanoscopia: Un método clásico de transiluminación que es barato y no invasivo, pero casi en desuso. Informa sobre la opacidad de los senos. 2. Evaluaciones directas: o Endoscopia nasal: Es la técnica más utilizada en la actualidad. Permite observar la mucosa nasal, la rinofaringe y la laringe. Existen dos tipos de endoscopios: ▪ Flexibles y rígidos (con diferentes ángulos de visión para zonas ocultas). ▪ Se realiza en reposo y tras aplicar vasoconstricción local. Ofrece información sobre la inflamación, secreciones y factores anatómicos relevantes como la desviación del tabique, hipertrofia de cornetes, pólipos o malformaciones. 3. Ecografía: Es una técnica no invasiva usada principalmente en el norte de Europa. Informa sobre hiperplasias con contenido líquido o sólido, aunque se utiliza con menos frecuencia. 4. Exploraciones complementarias: o Radiología simple: Método tradicional que aporta imágenes básicas de los senos. o Tomografía computarizada (TC): Es fundamental para confirmar el diagnóstico, proporcionando detalles sobre la ocupación de los senos y las causas de obstrucción del ostium. Los cortes coronales son esenciales para estudiar los complejos osteomeatales y el techo, mientras que los axiales muestran la relación con estructuras anatómicas cercanas, como el seno cavernoso y el nervio óptico. Se indica una TC cuando el cuadro crónico no mejora en 10 días con tx, hay infección recurrente, se encuentran pólipos, masa o lesión, si hay cualquier complicación o si la clínica no coincide anamnesis con examen físico. En la TC, se busca o identifican primero el tabique, luego los cornetes y por último los SPN. o Resonancia magnética (RM) y la emisión de positrones: Utilizadas en ocasiones, con perspectivas de mayor uso en el futuro. 5. Estudios de laboratorio: Incluyen cultivos de secreciones y hemogramas. La leucocitosis es frecuente en las sinusitis agudas. Estas herramientas permiten una evaluación detallada de la anatomía nasal y las posibles causas de la sinusitis, facilitando un diagnóstico preciso. El tratamiento debe dirigirse a la recuperación de la fisiología nasosinusal normal, por lo que su planteamiento tiene dos fases: en primer lugar, el tratamiento inmediato de la infección, habitualmente con antibioticoterapia más otros fármacos coadyuvantes y, ocasionalmente, mediante cirugía; en segundo lugar, el restablecimiento de las condiciones nasosinusales óptimas para evitar nuevos cuadros de sinusitis; con vacunoterapia adecuada en el personal de riesgo, tratamiento de los trastornos sistémicos de base (alergia, asma, diabetes, inmunodepresión, etc.) y corrección quirúrgica de las situaciones locorregionales favorecedoras, en forma de septoplastia, cirugía de cornetes, meatotomías medias o vaciamiento nasosinusal. Hay 2 planteamientos para tratamiento quirúrgico: cirugía endoscópica nasosinusal y cirugía abierta. El tratamiento médico incluye: 1. Antibioticoterapia: Amoxicilina + Clavulanato x 7-14 días. TMP-SMX si paciente es alérgico a penicilina. Levofloxacina en adultos (750mg 1 vez al día por 5 días). 2. Vasoconstrictores tópicos: Despejan el ostium del seno afectado. 3. Los esteroides tópicos, antihistamínicos y analgésicos son considerados una terapia coadyuvante efectiva para mejorar los síntomas y reducir la inflamación. Los pólipos nasales presentan un cuadro similar al de la sinusitis, donde predomina la rinorrea hialina. Se dan en pacientes con asma, intolerancia al ASA, y rinitis no alérgica. Si hay sospecha de enfermedad alérgica o eosinófilos en moco o sangre: hacer estudios de laboratorio. Los estudios de gabinete son RX de SNP, TC en corte axial y coronal y biopsia. Se hace histopatología si se sospecha de neoplasia o malignidad. Complicaciones por Sinusitis Las complicaciones orbitarias son comunes y suelen estar relacionadas con sinusitis etmoidales, aunque los senos frontales y maxilares también pueden ser responsables. El proceso patológico se desarrolla de la siguiente manera: 1. Edema de órbita y periostitis orbitaria: En los primeros estadios, se presenta tumefacción palpebral y sensación de presión, junto con dolor al palpar el canto interno del ojo. 2. Absceso subperióstico: Con la progresión de la enfermedad, se incrementa el edema palpebral y puede haber desplazamiento del globo ocular, así como quemosis palpebral. En los niños, esto se acompaña de fiebre. 3. Flemón orbitario: En esta etapa avanzada, los síntomas anteriores se agravan, presentándose enrojecimiento violáceo de los párpados, dolor orbital intenso, afectación de los músculos oculares, papilitis, afectación del nervio óptico y riesgo de ceguera, junto con rigidez orbitaria. También puede haber síntomas específicos en la hendidura orbitaria, que incluyen disminución de la agudeza visual, ptosis palpebral, exoftalmos, y diplopía debido a la afectación de los pares craneales II, III, IV y VI. La neuritis retrobulbar también puede ocurrir, llevando a ceguera como consecuencia de sinusitis etmoidal o esfenoidal. El diagnóstico diferencial debe considerar tumores o la enfermedad de Basedow en casos de exoftalmos. La sospecha se basa en la clínica, y la confirmación se realiza mediante estudios de imagen, como tomografía computarizada (TC) y resonancia magnética (RM). El tratamiento incluye: Antibioticoterapia: Esencial para combatir la infección. Corticoterapia sistémica: Ayuda a reducir la inflamación. Desbridamiento quirúrgico: Es necesario y no debe demorarse ante cualquier signo de afectación intraorbitaria. El tratamiento médico solo se contempla en las primeras fases (periostitis), pero siempre con la posibilidad de intervenir quirúrgicamente si se presentan complicaciones. Las complicaciones endocraneales de las sinusitis suelen surgir por la propagación directa de la infección, ya sea tras la destrucción del hueso o desde un foco de osteomielitis, además de por la diseminación de gérmenes a través de los vasos sanguíneos. Estas complicaciones incluyen: 1. Abscesos: o Absceso epidural: Se presenta con febrícula y pesadez, y puede complicarse con osteítis de la base del cráneo. A menudo se descubre durante una intervención por sinusitis crónica. o Absceso subdural: Generalmente es poco sintomático al inicio, pero provoca progresivamente síntomas de irritación meníngea y pleocitosis en el líquido cefalorraquídeo (LCR). Puede evolucionar a un absceso cerebral. o Absceso cerebral: Presenta una sintomatología poco intensa, afectando comúnmente al lóbulo frontal. En etapas avanzadas, puede mostrar signos de irritación cerebral, como crisis convulsivas. El tratamiento es quirúrgico en todos los casos. 2. Meningitis: Su presentación típica incluye fiebre, rigidez de nuca, cefalea, fotofobia y signos de Kernig y Brudzinsky positivos. El cultivo del LCR permite identificar los gérmenes. El tratamiento implica antibioticoterapia sistémica y manejo quirúrgico del foco sinusal. 3. Tromboflebitis del seno cavernoso: Esta complicación ocurre cuando una infección del vestíbulo nasal progresa a través de la vena angular, presentándose con un cuadro febril intenso y séptico, junto con edema palpebral. En fases avanzadas, puede haber alteraciones de la conciencia. El tratamiento es urgente, con antibioticoterapia de amplio espectro y anticoagulación. En todas estas complicaciones, la intervención temprana y el manejo adecuado son cruciales para prevenir secuelas graves. Las complicaciones óseas de la sinusitis se manifiestan principalmente como osteomielitis, que puede afectar los huesos planos del cráneo, el etmoides y el maxilar superior. Esta infección se establece por la difusión del foco infeccioso a través de la capa esponjosa de los huesos, ya sea de forma directa o por medio de un émbolo séptico. La propagación de la infección es extensa, dado que no hay barreras defensivas efectivas, lo que resulta en múltiples abscesos subperiósticos y puede llevar a complicaciones endocraneales. El cuadro clínico se caracteriza por fiebre séptica, especialmente en pacientes jóvenes, acompañado de: Dolor en el hueso frontal y en otras áreas de la calota. Tumefacción de las partes blandas circundantes. El tratamiento para la osteomielitis implica: Antibioticoterapia sistémica. Desbridamiento quirúrgico amplio de la zona afectada, que debe realizarse tras un estudio de imagen. La osteomielitis del maxilar superior tiende a ser menos grave en comparación con la de los huesos planos del cráneo. En niños, puede desarrollarse a raíz de la rotura y afectación del etmoides y el maxilar, manifestándose como tumefacción de la mejilla. En adultos, generalmente se presenta como una complicación de un foco dentario y tiene su origen en el maxilar. El tratamiento es quirúrgico, complementado con protección antibiótica. Las complicaciones en inmunosupresos son más frecuentes, pero la más frecuente es la mucomicosis rinocerebral. La mucormicosis es una infección fúngica grave que se presenta con frecuencia en pacientes con afecciones sistémicas significativas, como los diabéticos descompensados y los inmunodeprimidos. La mucormicosis rinocerebral es una forma particularmente peligrosa de esta enfermedad, caracterizada por la rápida afectación de los senos paranasales debido a un hongo del género Mucor, que generalmente no es patógeno y puede colonizar las vías respiratorias de personas sanas. Características de la Mucormicosis Rinocerebral Evolución Rápida: En diabéticos descompensados, la infección puede desarrollarse en 48 horas, provocando una pansinusitis severa que incluye: o Destrucción ósea. o Invasión endocraneal. Complicaciones: La rápida progresión de la enfermedad puede llevar al paciente a un estado de coma y, en muchas ocasiones, a la muerte en cuestión de horas. La mucormicosis rinocerebral constituye una urgencia quirúrgica. El tratamiento incluye: 1. Estabilización del cuadro sistémico: Es esencial tratar la descompensación diabética y cualquier otra condición subyacente. 2. Desbridamiento Quirúrgico: Es necesario realizar un desbridamiento amplio de los antros etmoidales y esfenoidales para eliminar el tejido infectado y evitar la progresión de la enfermedad. La identificación temprana y el tratamiento agresivo son cruciales para mejorar el pronóstico en estos pacientes. Malformaciones de Nariz y SPN 1. Atresia de Coanas Imperforación congénita del orificio posterior de las fosas nasales. Puede clasificarse en: 1. Unilateral o bilateral 2. Membranosa (90%) u ósea (10%) 3. Aislada o asociada a otras malformaciones congénitas (hasta el 60% de los casos), como el síndrome CHARGE (Coloboma, Heart defects, Atresia choanal, Growth retardation, Genital hypoplasia, Ear anomalies). Se han propuesto varias teorías para explicar la atresia de coanas: 1. Persistencia de la membrana bucofaríngea: Detención del proceso de reabsorción ósea que separa las fosas nasales de la faringe, resultando en la persistencia total o parcial del mesénquima que las separa. 2. Hipertrofia de las apófisis vertical y horizontal del palatino. Clínicamente, la atresia puede ser unilateral o bilateral: Atresia unilateral: Puede ser asintomática hasta la edad adulta, manifestándose a menudo solo como dificultad para la lactancia. Atresia bilateral: Emergencia respiratoria. Los signos clínicos incluyen: Insuficiencia respiratoria en el recién nacido. Cianosis episódica, especialmente durante la alimentación. Rinorrea anterior unilateral. Insuficiencia respiratoria nasal unilateral (falta de empañamiento de una superficie metálica al respirar). (Adultos) Insuficiencia respiratoria nasal unilateral y anosmia unilateral. Se utilizan varias técnicas diagnósticas: Sondaje nasogástrico imposible: Confirmado por la falta de paso a la orofaringe de azul de metileno. Visualización de stop radiológico: Con la instilación de lipiodol nasal. Nasofibroscopia: Visualización directa de las coanas. Tomografía computarizada (TC) nasosinusal: La más sensible, que informa sobre la composición (ósea o membranosa) y ayuda en la planificación quirúrgica. Sobre el tratamiento: Atresia de coanas bilateral: Requiere corrección quirúrgica inmediata. Tipo membranoso: Intentar perforación con una sonda y dilataciones posteriores. Tipo óseo: Corrección quirúrgica mediante resección del tabique óseo y colocación de sondas semiduras para evitar reestenosis. El acceso quirúrgico puede realizarse por varias vías: transnasal, transeptal, transantral o transpalatal; siendo esta última la más utilizada. 2. Quistes dermoides nasales Son inclusiones de tejido epidérmico, pueden presentar un trayecto fistuloso que comunique con el dorso nasal o pueden estar aislados de la superficie. Clínica:Abultamiento en el dorso o la punta de la nariz que ensanchan las estructuras nasales en las que se encuentran incluidos (columela, tabique, piso de las fosas). Diagnóstico se establece mediante la búsqueda del posible orificio ciego en la superficie nasal y mediante radiología (TC y RM). Tratamiento consiste en la resección del quiste y de la fístula, si existe. 3. Glioma nasal El meningoencefalocele nasal es una herniación de las meninges junto con contenido encefálico atrófico hacia las fosas nasales, el glioma nasal puede considerarse como el resto de este, que ha perdido su conexión intracraneal y forma un acúmulo encapsulado del tejido glial y astrocitos. Clínicamente, el glioma es un tumor redondo, firme, móvil, aunque no pulsátil, de localización subcutánea. El diagnóstico se establece mediante técnicas de imagen, principalmente RM El tratamiento es quirúrgico, mediante maniobra rinológica aislada o asociada a neurocirugía por abordaje de la fosa anterior. Tumores de Nariz y SPN 1. Benignos Los papilomas nasosinusales son tumores benignos que constituyen aproximadamente el 4% de los tumores en la región nasosinusales. Pueden ser pedunculados o sésiles. Pueden estar en el septum nasal o en la mucosa. El tratamiento es la escisión del papiloma. Se pueden confundir con pólipos. 2. Intermedios El neuroblastoma olfatorio es un tumor neurogénico poco frecuente que se origina en las células del epitelio olfatorio. Tiene las siguientes características: -Crecimiento: Generalmente de crecimiento lento, con invasión local y afectación de ganglios linfáticos regionales. -Población Afectada: Común en personas jóvenes, sin predominancia de sexo. -Localización: Se presenta como una masa sésil, de superficie lisa, localizada en la parte superior de la fosa nasal, por encima de los cornetes medios. -Sintomatología: incluye frecuente epistaxis (sangrado nasal). Inicialmente suele ser unilateral. La afectación intracraneal se observa en aproximadamente el 30% de los casos. Las metástasis a distancia son muy raras. Se clasifica según los criterios de Kadish: Generalidades de neoplasias malignas en fosas nasales y SPN Variedad de Tumores: Las fosas nasales y los senos paranasales pueden dar origen a múltiples neoplasias malignas, tanto epiteliales como mesenquimatosas. Acceso al Sistema Nervioso Central: Estos tumores pueden invadir el sistema nervioso central y la órbita debido a su proximidad. Diagnóstico Difícil: La escasa sintomatología de estas neoplasias complica su diagnóstico precoz, y el tratamiento en fases avanzadas suele ser menos efectivo, lo que afecta negativamente el pronóstico. Incidencia: Los tumores malignos nasosinusales constituyen entre el 0.3% y el 0.8% de todas las neoplasias malignas y representan el 3% de las tumoraciones del tracto aerodigestivo superior. El carcinoma de seno maxilar es el más común, con una incidencia de aproximadamente 1 caso por cada 200,000 habitantes al año. Demografía: Hay un ligero predominio en hombres y rara vez se presentan en personas menores de 45 años. Factores de Riesgo: La incidencia es 250 veces mayor en trabajadores que manipulan níquel, y también se asocia con quienes trabajan con maderas, donde la incidencia es similar a la del cáncer de pulmón (1 caso por cada 1000 trabajadores). El adenocarcinoma es el tumor más frecuente en estos grupos. Antecedentes Quirúrgicos: Más del 50% de los pacientes con tumores malignos en esta región tienen antecedentes de cirugías previas en el área nasosinusal. Inflamación y Tabaquismo: No hay evidencia de que los procesos inflamatorios nasosinusales predispongan a estos tumores, ni se ha demostrado una mayor incidencia en fumadores.