Origen y Evolución del Sistema Educativo Español PDF

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Spanish education history of education educational systems historical analysis

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This document provides an overview of the origin and evolution of the Spanish educational system. It traces the historical development of education in Spain, highlighting the role of the Church, the emergence of new educational institutions, shifts in philosophy, and how the system evolved. The analysis also focuses on the socio-political conditions that shaped education throughout the centuries.

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ORIGEN Y EVOLUCIÓN DEL SISTEMA EDUCATIVO ESPAÑOL 1. EL FENÓMENO CULTURAL-EDUCATIVO DE LOS SIGLOS XVII Y XVIII Desde la Edad Media, la enseñanza en España estuvo controlada por la Iglesia católica. Aristocracia y minoría burguesa recibían instrucción de preceptores privados, religiosos regulares...

ORIGEN Y EVOLUCIÓN DEL SISTEMA EDUCATIVO ESPAÑOL 1. EL FENÓMENO CULTURAL-EDUCATIVO DE LOS SIGLOS XVII Y XVIII Desde la Edad Media, la enseñanza en España estuvo controlada por la Iglesia católica. Aristocracia y minoría burguesa recibían instrucción de preceptores privados, religiosos regulares las más veces. EL Renacimiento supuso una cierta apertura hacia capas sociales más amplias, pero que no dejó de ser un anhelo que anidaba en grupos muy minoritarios. Es en el siglo XVIII cuando irrumpe en Europa el siglo de las luces, el sapere aude (atrévete a saber), impelido por una incipiente burguesía que precisa la ciencia como palanca de cambio de la economía. Durante estos siglos surgen manifestaciones de carácter cultural-educativo que: Plantean una nueva orientación del saber humano y su sentido práctico. Expresan la necesidad de expansión de la instrucción pública y también privada, como fuente de progreso, prosperidad y felicidad para el pueblo. Conforman el carácter operativo-utilitarista de los nuevos programas y propician la creación de instituciones educativas y culturales, en las que se impartan enseñanzas técnicas-profesionales. Encauzan el nacimiento y desarrollo de la nueva enseñanza secundaria en España. La herencia del pensamiento ilustrado español de las últimas décadas del siglo XVIII junto a otras aportaciones de carácter político, literarias, etc permitirán que el Estado comience a principios del siglo XIX a implantar el sistema político-educativo. El sistema educativo español es fruto de un proceso histórico sin cuyo conocimiento, aunque sea a grandes rasgos, no es posible entender la realidad actual. En el proceso histórico el punto de referencia del que partir es el siglo XVIII, en el que se manifiestan tendencias de cambio en lo que era entonces la organización de la enseñanza. Siguiendo el liderazgo francés. Veamos cómo estaba organizada para así apreciar los cambios surgidos durante el S. XIX. En esta época la educación no era un asunto público sino propio de una pequeña minoría; la sociedad de la época es de tipo señorial y estamental: La nobleza se instruye acudiendo al preceptor y, en algunos casos, a las universidades. El clero utiliza sus propias instituciones para formar a sus miembros - escuelas monacales o conventuales y universidades-. 1 El pueblo, llamado sólo a trabajar y obedecer, no tiene acceso a la instrucción. La monarquía, que representa al Estado, carece de un gran interés por la educación, ésta es un monopolio en manos de la Iglesia: el rey, tolera esta situación porque conoce:  Función legitimadora que cumplen las autoridades eclesiásticas -la realeza se justifica por su origen divino y es la Iglesia quien otorga las credenciales al respecto-.  Papel conservador que cumple el orden moral vigente: las autoridades eclesiásticas predican al pueblo sus deberes, siendo el primer deber del súbdito de una sociedad estamental el de permanecer en el estamento en que ha nacido cumpliendo con las obligaciones propias del mismo. No se puede hablar en el siglo XVIII de un sistema educativo sino de un aparato escolar. Existen: Escuelas de primeras letras, donde se aprendía la lectura y la escritura. Algunas eran municipales, pero de número insuficiente. Maestros ignorantes y mal pagados (profesión compatible con otras: secretario, sacristán, campanero, fosero o tabernero). Estas escuelas de primeras letras eran fundamentalmente parroquiales, monacales y conventuales donde se enseñaba el catecismo a los niños y a ellas accedían los hijos de los campesinos dotados de vocación religiosa o el deseo de liberarse del duro trabajo de la tierra y el de poder acceder a un estamento superior. Escuelas de latinidad. No había un tramo educativo que enlazara la enseñanza primaria y la superior (la enseñanza secundaria tal y como hoy la conocemos). Su lugar lo ocupaban las escuelas de latinidad, que enseñaban el dominio del latín, lengua cultural utilizada en las universidades (exposiciones profesor y textos). Algunos conocimientos propios de la enseñanza secundaria se adquirían en las llamadas facultades menores de Artes o de Filosofía, y su superación permitía el ingreso en las facultades mayores de Teología, Leyes y Medicina. Universidades. Única institución que impartía la enseñanza de un modo sistemático, pero en su mayor parte saberes inútiles (decadencia enseñanza escolástica). Las funciones que cumplían respondían al modelo de sociedad medieval: Teólogos, habían tenido un papel clave en una sociedad supraestatal -la Cristiandad-. En las sociedades modernas cuyas minorías rectoras reclamaban la incorporación a la Universidad de saberes útiles (avances científicos, matemáticas, física, etc) su cometido se desdibujaba. Juristas, educados en el derecho romano, habían jugado un papel protagonista al robustecer con sus teorías el poder del príncipe frente a los señores feudales. Hacía varios siglos que la autoridad absoluta del 2 monarca estaba afirmada y su función no estaba acorde con los nuevos tiempos de avances sociales, democracia, división de poderes, etc. Médicos, aunque de formación poco rigurosa, realizaban una función útil a la sociedad, poco prestigiosa en la sociedad estamental, apegada a las profesiones tradicionales desempeñadas por teólogos y letrados. 2. NACIMIENTO Y CONSOLIDACIÓN DEL SISTEMA EDUCATIVO NACIONAL No surge en España en un momento determinado, sino que evoluciona en el tiempo hasta su consolidación (1812-1857); inicio y consagración: Cortes de Cádiz- Ley Moyano. Los sistemas educativos nacionales surgen en Europa a principios del siglo XIX a raíz de la Revolución Francesa. En España, la Constitución de 1812 incorpora la idea de la educación como un entramado en cuya organización, financiación y control debe intervenir el Estado, con lo que se sientan las bases para el establecimiento del sistema educativo español. La revolución liberal se puso en marcha en España como reacción ante la invasión napoleónica y como consecuencia Las Cortes de Cádiz aprueban la Constitución de 1812. Proclama la soberanía de la ley sobre el rey Establece una nueva organización de la sociedad en base a los principios de libertad, igualdad y propiedad. Dedica el Título IX a la Instrucción Pública Respeta la estructura educativa existente (primaria y universidad). Incluye importantes ideas innovadoras en la educación: Universalidad de la Ed. Primaria para toda la población Uniformidad de los planes de enseñanza para todo el Estado. Las competencias en educación recaen sobre las Cortes y no sobre el Gobierno. La Constitución de Cádiz tiene tres períodos de vigencia: 1812-1814 1820-1823 (Trienio liberal) 1836  Que la legislación referida a educación tenga estos altibajos. Hitos legislativos y proyectos hasta la consolidación del sistema educativo liberal: Nombramiento de la Junta de Instrucción Pública (1813)  elaborar una ley general que desarrollara los principios educativos de la Constitución:  Informe Quintana: establece medidas para arreglar todos los ramos de la instrucción pública. Acusa una gran influencia de las ideas pedagógicas y revolucionarias de Condorcet. Importante  Dictamen y Proyecto de Decreto sobre el arreglo general de la instrucción pública de 1814, frustrado por el golpe de 3 Estado del general Elío que declara nula la Constitución y los decretos de las Cortes, otorgando el poder a Fernando VII que reinstauró el absolutismo político y con ello el tradicional esquema de la enseñanza. Como consecuencia la educación vuelve a manos de la Iglesia, sobre todo la enseñanza primaria. Vertebra la enseñanza en tres niveles: primera enseñanza, segunda enseñanza y universitaria. Sistema de instrucción igual para todos, universal, uniforme, público, libre y gratuito, sin negar el derecho a la enseñanza privada. Sólo los varones tenían derecho a la educación. Primer texto legal que promulga un Plan de Estudios de enseñanza elemental, especificando las materias. Refleja la confianza en la cultura como base de progreso  preocupación por la enseñanza. Mérito: pretender establecer escuelas en todos los pueblos: uniformidad. Ingenuidad al querer desterrar el analfabetismo. Uniformidad, también, en el plan de estudios. El Estado asume responsabilidades en la enseñanza: creación de la Dirección General de Estudios: labores de inspección. El Trienio Liberal (1820-1823), tras el pronunciamiento del general Riego, es un período importante en la educación. Se toma como base el anterior Proyecto de Decreto y se redacta en forma de ley  promulga El Reglamento General de Instrucción Pública de 1821. Primera ley general de educación que ha tenido nuestro país y representa la aplicación a la educación de los principios del liberalismo más puro o democrático. Características: La instrucción debe ser universal y alcanzar todos los conocimientos humanos, así como pública y gratuita. Articula la enseñanza en tres grados: primera enseñanza (abierta a toda la población, bajo la responsabilidad de los ayuntamientos y a cargo de los maestros), la segunda enseñanza (que imparta formación general en centros que están en capitales de provincia) y la tercera (preparar para profesiones superiores y sólo para unos pocos). Establece la uniformidad y gratuidad de la enseñanza en todos sus grados. La organización de la enseñanza centralizada. Libertad de enseñanza reconocida (sin necesidad de autorización del Gobierno)  sistema educativo dual: centros públicos y privados. Fracasado el trienio Liberal se vuelve al absolutismo político y con él al aparato escolar tradicional derogando el Reglamento General de Instrucción Pública de 1821. A la vez se introducen en las reformas del Plan Calomarde (denominado así por ser éste el responsable de su elaboración) algunos rasgos modernos: uniformidad y centralización (ambas al servicio del régimen político absoluto). 4 La instrucción en la década de 1833 a 1843 (década liberal), con las regencias de Mª Cristina y de Espartero. Durante este tiempo se definen dos tendencias entre los liberales: moderados y progresistas. Es una etapa donde predominan las ideas de los liberales progresistas: desamortización, supresión de señoríos y órdenes religiosas, secularización de la enseñanza, etc. Figura esencial Pablo Montesino. Durante su etapa de exiliado (1823-1834) escribió la obra Las noches de un emigrado en ella recoge, desde la visión de la ILE, precedentes de muchas innovaciones educativas reclamadas por ésta y basadas en consideraciones científicas. En esta obra el autor aboga por la orientación realista y utilitarista que la instrucción pública debería adoptar. La obra está planteada metodológicamente siguiendo los preceptos de Pestalozzi para asegurar la completa intuición de los objetos de su enseñanza. Montesino con este método didáctico proporciona a sus hijos un conocimiento de las cosas, en vez, tan solo, de los nombres. Todo parte de la contemplación directa de todo lo que pueda ser observado, utilizando el recurso de mapas, gráficos o dibujos en apoyo de sus explicaciones. Es patente la coincidencia con los principios de Pestalozzi y de Herbart en la sistematización de la instrucción marcada por éste, según los cuales ha de preferirse la contemplación directa del objeto de enseñanza a su representación icónica y ésta a su descripción verbal. El tema de las excursiones con el fin de la contemplación de los objetos directamente será un recurso habitual. Es siguiendo este plan como el educando consigue preocupación por un lenguaje cargado de significación, aumentar el caudal de conocimientos, inspirar el gusto por aprender y procurar capacidad para adquirirlos por sí mismos, para lo que es necesario habituarles a un análisis intelectual riguroso mediante clasificaciones basadas en distinciones y comparaciones. Tesón, perseverancia, pero, sobre todo, observación y atención que facilite la percepción, son requisitos de eficacia para los procedimientos educativos y cualidades que la educación debe fomentar. Las noches de un emigrado ponen sobre la mesa un modelo pedagógico activo, intuitivo, realista y anti verbalista que el autor impulsará en un futuro, al regreso a España. 5 Se aprueba el Plan General de Instrucción Pública de 1836 del duque de Rivas. Con la muerte de Fernando VII en 1833 se abre la tercera época constitucional y con ella el triunfo de la causa liberal. Continúan las dificultades para el logro del sistema educativo nacional: Quiebra de la Hacienda pública Resistencia a las innovaciones Con la división del liberalismo español en dos tendencias enfrentadas: moderados y progresistas (radicales y exaltados), a partir de ahora son los moderados quienes marcan la política educativa a seguir. Tras la aprobación de la Constitución de 1837 se intentó desarrollar los preceptos de la Constitución, pero no fue posible por la sublevación del general Espartero. Este Plan sentará los principios del liberalismo moderado en la enseñanza: Regula enseñanza primaria dividida entre elemental y superior, al igual que la secundaria. El Plan influirá en la normativa posterior: Ley Someruelos de 1838. Sienta las bases de la primera enseñanza e insiste en la creación de la Escuela Normal Central y las primeras Escuelas Normales. Plan Pidal de 1845 sobre las enseñanzas secundarias y superior Ley Moyano de 1857. Encarnación conservadora de los principios de este plan de 1836 Características del Plan de 1836: Igual que el reglamento general de 1821, reafirmaba el sistema dual de enseñanza, los principios de uniformidad, centralización y la articulación del sistema en tres grados. Se apartaba del liberalismo de 1821 en suprimir la gratuidad de la enseñanza en todos sus grados, quedando reducida a la primaria y sólo para los pobres. El liberalismo moderado, que prácticamente gobierna todo el siglo, seguirá política y legislativamente los grandes principios del plan del duque de Rivas de 1836. Con la mayoría de edad de Isabel II, comienza la década moderada (1843-1854). La línea política de este período está marcada por la Constitución de 1845 que pretende acabar con actitudes radicales e idealistas en el gobierno del país. Hasta 1857 se ordenan legislativamente todos los grados del sistema educativo  Plan General de Estudios (llamado plan Pidal, aunque su gestor fue Gil de Zárate): constitución de los institutos (1845). 6 La ley de Claudio Moyano de 1857 Primera Ley de Educación que se promulga en Europa, promovida por Claudio Moyano, que ordenaba el sistema educativo. Esta ley es fruto del consenso del partido moderado que quiso contentar a un “centro amplio”. Cossío la definió: “El carácter de la ley es burocrático más bien que pedagógico, y su espíritu ni es liberal ni ultramontano, sino puramente civil y regalista, de acuerdo con los principios doctrinarios del partido moderado, que fue su autor” La ley Moyano fue una ley algo más que centenaria. Aunque el sistema educativo sufrió reformas, los grandes principios permanecieron prácticamente hasta el advenimiento de otra gran ley, la ley general de Educación de 1970, la ley Villar. Principios: Libertad de enseñanza, entendida no sólo como libertad de cátedra, sino también como libertad de creación de centros docentes. Con ello se establece un sistema dual: coexistencia de dos grandes redes de establecimientos docentes, una dirigida por el estado y otra asumida fundamentalmente por la Iglesia. Libertad de enseñanza limitada. Libertad casi absoluta para establecer centros docentes, adecuándose a las normas de seguridad y policía, y no impartir enseñanzas contrarias a la religión o a la Constitución. Secularización de la enseñanza. Inicia la conversión de ésta en un asunto público bajo la tutela del Estado  enfrentamientos con la Iglesia. El proceso de secularización estuvo mediatizado por el Concordato firmado en 1851. Un sistema educativo centralizado. La construcción del Estado liberal español se realizó utilizando la técnica de la centralización, a semejanza de la Francia revolucionaria. De este modo los liberales españoles dotaron al nuevo Estado liberal de una Administración centralizada: la máxima competencia recaía en el ministro de Fomento, que asumía el gobierno superior, seguido del director general de Instrucción Pública encargado de la administración central de la misma; el territorio español se organizaba en distritos universitarios, presididos por el rector, máxima autoridad de la universidad y de todos los centros docentes ubicados en su distrito. Esta organización territorial se completaba con las juntas provinciales de instrucción pública, presididas por el gobernador civil y por las juntas locales presididas por el alcalde. Esta organización centralizada permanecerá hasta la Constitución de 1978, que sienta las bases de un nuevo Estado fuertemente descentralizado. Mantiene los tres niveles apuntados por Quintana: primera enseñanza, de seis a nueve años, de carácter obligatorio (aspecto que costaría aplicar sobre todo en medios rurales) a cargo de ayuntamientos y padres; segunda enseñanza, no gratuita y de carácter voluntario, dirigido a capas sociales con estabilidad económica, y el nivel universitario, dirigido a minorías de clases altas. Uniformidad de los planes de estudio. Al principio se pone al servicio de la igualdad -todos los españoles deben recibir la misma 7 educación-, pero pronto será utilizada, como instrumento de control ideológico. Con importantes variaciones, se incorpora incluso al sistema educativo descentralizado actual por medio del currículo básico nacional (integrado por las llamadas enseñanzas mínimas). La ley Moyano hace suyos los principios de obligatoriedad y de gratuidad, pero con restricciones y dificultades de aplicación en la práctica. Obligatoriedad escolar: ley Moyano (6-9 años); Antonio Maura (6-12 años); Villar Palasí, hará de la enseñanza básica un nivel obligatorio para toda la población, extendiéndola hasta los catorce años. Finalmente, en 1990, una ley impulsada por el partido socialista alargará la enseñanza obligatoria desde los seis hasta los dieciséis años. Gratuidad reducida. La gratuidad de la enseñanza pública aparece formando parte de la gran utopía liberal del liberalismo alumbrado en las Cortes de Cádiz. Aunque esta utopía no se cumplió, el mérito de los liberales españoles fue considerar la gratuidad una consecuencia lógica derivada de una concepción moderna de la educación: enseñanza primaria debía ser universal, esto es, extensible a todos enseñanza secundaria, debía ser general y extensible al mayor nu- mero de españoles; enseñanza superior debía estar abierta a todo español con capacidad y mérito,  entonces el sistema educativo tenía que ser gratuito. El giro radical en cuanto a la gratuidad lo dará el liberalismo moderado, el duque de Rivas, desterrando durante cerca de siglo y medio este principio. Las enseñanzas secundarias y superior, deberán ser costeadas por quienes las reciban. Al pueblo se le destina la educación primaria, pero sólo será gratuita en aquellos casos en que las familias no puedan pagarla: gratuidad sustituido por onerosidad: la educación es una prestación del Estado a la que debe corresponder una contraprestación en metálico por parte de sus beneficiarios. Continuando con esta lucha de la extensión de la gratuidad: Constitución republicana de 1931 –“la enseñanza primaria será obligatoria y gratuita”. La ley General de Educación de Villar Palasí en 1970 abrirá el camino de la gratuidad de la educación general básica, tanto en los centros públicos como en los privados. Maravall extenderá en 1987 la gratuidad de la enseñanza pública a toda la educación secundaria, incluyendo en este término a la formación profesional. 8 CLAUDIO MOYANO IMPULSOR DE LA LEY DE INSTRUCCIÓN PÚBLICA DE 1857 Claudio Moyano y Samaniego (Fuentelapeña o Bóveda de Toro, provincia de Zamora, 30 de octubre de 1809 – Madrid, 7 de marzo de 1890). Estudió Derecho, Latín y Filosofía en las universidades de Salamanca y Valladolid. Dos facetas de este personaje a destacar: insigne político y catedrático. Político liberal. Como tal defendía el régimen constitucional como única vía para poder ejercer el gobierno, limitando el poder que hasta entonces había desarrollado la monarquía absolutista. Fue elegido alcalde de Valladolid y diputado a Cortes. En 1844 fue elegido diputado por Zamora y, en 1846, por Toro. En 1853 ocupó la cartera del Ministerio de Fomento, impulsando las obras públicas, sobre todo el ferrocarril, y la ley de reforma de la enseñanza. Catedrático: Fue catedrático en las asignaturas de Instituciones Civiles y de Economía Política. En 1843 fue Rector de la Universidad de Valladolid y en 1850 de la Universidad de Madrid. Moyano se convierte en primer inspirador y más preclaro impulsor y artífice de la reforma del sistema educativo español a través de la ley por la que es más conocido, la Ley Moyano, Ley de Educación que lleva su nombre y que permanecerá en activo, con escasas variaciones hasta el año 1970. 9 3. DE LA LEY MOYANO A LA SEGUNDA REPÚBLICA 3.1. En 1868 estalla la revolución conocida como “la Gloriosa” comenzando el sexenio revolucionario (1868-1874) y en 1873 se proclama la Primera República española. Durante este tiempo se vislumbró un intento por establecer una política secularizada y liberal en materia de enseñanza, obviando el concordato, así como plena libertad de apertura de centros privados en los tres niveles educativos. En materia educativa los progresistas defendieron a partir de la Revolución de 1868 la libertad absoluta de enseñanza y de cátedra, frente al monopolio estatal o adoctrinamiento ideológico desde el poder:  permitieron la libertad de creación de centros de enseñanza universitaria: las universidades libres.  Se apoyó desde el poder la libertad de cátedra, en un rechazo de todo monopolio estatal o adoctrinamiento ideológico, y se suprimió cualquier motivo de centralización y uniformidad: enseñanza primaria debía ser libre.  se intentó acometer la reforma de la enseñanza secundaria, dejar de considerarla estudios preparatorios para la universidad y pasar a considerarla como la ampliación de la instrucción primaria e instrucción necesaria para formar ciudadanos ilustrados: ideal plasmado en el Informe Quintana. La Constitución de 1869 encuadraba la concepción de la educación como una de las libertades públicas reconocidas por el Estado constitucionalmente. Así Giner de los Ríos manifestaba: “No es el Estado el responsable de la instrucción pública, sino la sociedad misma; el papel del Estado es ser garante de la generalización y la secularización de la enseñanza” 3.2. La Restauración (1875) siguió a la convulsión que produjo el sexenio revolucionario, manifestando los deseos de paz y orden de amplios sectores del pueblo español. En 1876 se aprueba una nueva Constitución restaurando la monarquía constitucional y a pesar de su carácter conservador introduce principios progresistas: sufragio universal, declaración de los derechos del hombre y la tolerancia religiosa. No hubo consenso en materia educativa por las discrepancias de los grupos políticos (conservadores y liberales) a la hora de interpretar el artículo 11 de la Constitución. Mediante este artículo se reconoce la religión católica como la religión oficial del Estado, pero el mismo artículo proclama la libertad de cultos y de conciencia. Para unos la confesionalidad del Estado significaba control ideológico de las escuelas y para los otros (progresistas) la tolerancia de cultos implicaba libertad de cátedra. La política de Cánovas se sustentaba en el turno de partidos, y la educación no era la preocupación más importante. Las diferentes intervenciones en esta materia, se llevaban a cabo según las posiciones ideológicas de los partidos turnantes en un clima de debate y de tensión. Por ejemplo: Albareda (1881-1884) favoreció la intervención de los hombres de la Institución Libre de Enseñanza, y posteriormente la vuelta de 10 los conservadores al poder (1884) supuso la expansión de los centros de enseñanza para las órdenes y congregaciones religiosas. El partido conservador de Cánovas era más afín a los intereses de la Iglesia, sin menoscabar los intereses del Estado en materia de educación. El partido liberal de Sagasta defendiendo la libertad de cátedra, la escuela pública y el deber del Estado de promover la educación. La colaboración de ambos en el período 1900-1902 fue muy eficaz: García Alix -conservador- y Romanones -liberal-, dieron lugar a la creación del Ministerio de Instrucción Pública y los sueldos de los maestros fueron incorporados a los presupuestos del Estado. Las alternancias en el Gobierno fueron un impedimento para la adopción de medidas adecuadas al desarrollo de la instrucción pública, con altas tasas de analfabetismo. Sin embargo, después del desastre del 98 se puso en evidencia que el Estado exigía una modernización y la sociedad requería reformas inmediatas. Surge el regeneracionismo, impulsado por Joaquín Costa, que aboga por dejar de mirar el pasado y mirar al futuro. Su programa era tanto económico como educativo, elementos claves para la modernización del país. La regeneración de España pasaba por la reforma en educación: “despensa y escuela”, dirá Costa. Todo el liberalismo español se hizo eco de la necesidad de reformas, lo que se tradujo en: Plan de Reforma de las Escuelas Normales de Bergamín (1914), Intentos de autonomía para las universidades En el período de la Dictadura de Primo de Rivera la preocupación por la enseñanza media. Hasta 1923 la política educativa fue muy inestable como los gobiernos que la sustentaban. En 1923, el general Primo de Rivera encabeza un golpe militar, con el beneplácito del rey, que acaba con la Restauración. Este nuevo régimen de carácter antiliberal acaba con la libertad de cátedra y continúa con reformas en el Bachillerato y en las Universidades, permitiendo a ciertos centros privados universitarios el otorgar títulos. 1876. La Institución Libre de Enseñanza (ILE). Durante el gobierno de Cánovas, estando al frente del Ministerio de Fomento Orovio, se promulga una circular que somete a toda la enseñanza al catolicismo del Estado. Como consecuencia Azcárate, Salmerón y Giner son desposeídos de sus cátedras, provocando una reacción en cadena de renuncias de profesores universitarios, en solidaridad con aquellos. Este acontecimiento trajo como consecuencia la creación de la ILE (Institución Libre de Enseñanza en 1876). Su fundador fue Francisco Giner de los Ríos, uno de los principales impulsores del krausismo en España. La ILE deseaba la limitación del poder e influencia de la Iglesia en materia educativa y su sustitución por una corriente de laicismo. Laicidad exquisita con la tolerancia como valor supremo. 11 Inició un ambicioso y transcendental proyecto de renovación de la enseñanza española, que se divulgó por el Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Soñaban con convertir a nuestro país en uno de los pueblos más libres y más cultos de Europa. Talante racionalista, anhelo por la investigación científica, era una respuesta a la rigidez y el carácter obsoleto de la enseñanza estatal. Aportaban un nuevo modo de sentir la enseñanza. Su ideario postulaba la libertad de la ciencia y el libre examen, la tolerancia y el respeto mutuos, un afán europeísta y la secularización de la vida. Libertad entendida como instrumento de progreso y regeneración moral. En principio tuvo como miras la enseñanza universitaria, y más tarde se dirigió hacia la enseñanza media y primaria, desempeñando un magnífico papel tanto en temas de innovación educativa como en la formación de los futuros maestros. Este movimiento pedagógico situó a España a la cabeza de la renovación educativa de toda Europa. Personalidades significativas fueron Giner, Cossío, Fernando de Castro, Gumersindo de Azcárate, Nicolás Salmerón, y Alberto Jiménez Fraud, fundador y director de la Residencia de Estudiantes (1910). La Residencia de Estudiantes fue el foco más significativo de la cultura y estilo de los años treinta. Por ella pasó toda la intelectualidad: Unamuno, Falla, Lorca, Dalí, Juan Ramón Jiménez, Alberti, Ortega, Marañón, Severo Ochoa, etc. Lugar de encuentro de profesores y estudiantes, científicos y artistas, literatos, ingenieros, y donde también se recibió a celebridades internacionales como Bergson, Joyce, Le Corbusier, Mme. Curie, Piaget, Stravinsky. Inspirados por la Institución Libre de Enseñanza se crearon posteriormente otra serie de organismos que fueron imprescindibles en el florecimiento cultural y científico de España: La Junta para la ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (1907), por la cual muchos investigadores españoles pudieron obtener becas para estudiar en Europa. El Museo Pedagógico Nacional, que dirigió Cossío. El Instituto-Escuela (1918), creado como escuela modelo donde se formaron Claudio Sánchez Albornoz, Rafael Lapesa. El Centro de Estudios Históricos (1910), dirigido por Ramón Menéndez Pidal y Manuel Gómez Moreno, que fue una escuela de historiadores, filólogos y estudiosos del arte. El Patronato de Misiones Pedagógicas para la divulgación de la cultura en el medio rural, obra también de Cossío. 12 Alrededor de la ILE se asocian las figuras más importantes de la cultura española de la época, hasta que por causa de la guerra civil la mayoría de sus miembros tuvieron que exiliarse. El movimiento obrero: También el movimiento obrero se alineó a los impulsos de renovación de la enseñanza. En Barcelona, el anarquista Ferrer y Guardia funda la Escuela Moderna, mientras que en Madrid Manuel Núñez de Arenas funda la Escuela Nueva. Ambos tienen como principios el racionalismo, la laicidad, autonomía, coeducación, colonias escolares, intercambios, etc. La Escuela Nueva se convirtió en parte del ideario que los socialistas intentarían aplicar en la Segunda República. 4. LA SEGUNDA REPÚBLICA Los viejos problemas continuaban, y en aquella situación de debate se llegó a la Segunda República. El triunfo de la República supuso, en materia educativa, la oportunidad de materializar los anhelos regeneracionistas, institucionistas y del movimiento obrero. La Constitución de 1931: Estableció el sistema de escuela única: la alternativa democrática y progresista a la escuela burguesa y clasista, intenta ser un modelo de escuela popular que establece la igualdad de las clases sociales ante la enseñanza y garantiza a todo niño el derecho a la instrucción integral. Abre el camino de la secularización del Estado español y se inicia un proceso laicizante de la educación: enseñanza primaria obligatoria y gratuita con carácter laico y descentralización en las regiones autónomas. El ideario republicano consideraba que sólo podría formarse una auténtica conciencia democrática y racionalista en los jóvenes mediante una enseñanza laica, algo imposible si la instrucción seguía en manos de órdenes religiosas, razón por la cual cortaron de raíz esta influencia, prohibiéndoles el ejercicio de la docencia y decretándose la disolución de la Compañía de Jesús. Las bases doctrinales e ideológicas sobre las que se apoyaron para ello fueron los principios básicos del liberalismo español, la aportación pedagógica de los hombres de la ILE, y las innovaciones ideológicas del partido que fundó Pablo Iglesias. El gobierno de la República acometió una profunda reforma educativa, fundamentalmente en el bienio reformador (1931-1933). El ministro de Instrucción, Marcelino Domingo, contó con personalidades destacadas: Domingo Barnés, Rodolfo Llopis, Fernando de los Ríos, que más adelante fue también ministro de Instrucción. Los problemas educativos a los que atendió fueron: 13 a) El bilingüismo en Cataluña, permitiendo el uso de la lengua materna en la etapa preescolar y en la primaria, así como la enseñanza de otra lengua a partir de los ocho años. b) La democratización de la enseñanza, creando consejos escolares y canalizando la participación en los mismos de profesores, inspectores y autoridades. c) La supresión de la obligatoriedad de la enseñanza de la religión y el fomento de la neutralidad religiosa en las escuelas públicas: respeto a la conciencia del niño y del maestro en la escuela, es decir, laicismo escolar, lo que no impide la enseñanza de la religión, si los padres la solicitaban y al maestro no le violentaba. d) Reducir el acusado déficit de escuelas públicas: plan de construcciones escolares. Impulsó las construcciones escolares, aprobando un plan quinquenal que preveía la construcción de 7.000 escuelas en el primer año y 5.000 los restantes años. e) Una política de incrementos salariales, dignificando la misión del magisterio primario. f) Promulgación del plan profesional en Magisterio. Un aspecto importante fue la integración en los estudios de Magisterio de mujeres y hombres, en consonancia con la coeducación implantada. g) Creación de la sección de Pedagogía en la Facultad de Filosofía y Letras de la universidad de Madrid. h) Nueva orientación de la función inspectora. Se le otorga un sentido más pedagógico de apoyo al profesorado. i) Nuevo plan de estudio en Secundaria y establecimiento del Certificado de Estudios Primarios al terminar la escolaridad obligatoria, requisito para la secundaria y obligatorio para cargo público. j) Creación del Patronato de Misiones Pedagógicas (creadas por Decreto de 29 de septiembre de 1931), para la promoción cultural del pueblo y para llevar a sus gentes el aliento del progreso. Participaron en ellas personas como Alejandro Casona, Alberti, Lorca) llevando bibliotecas ambulantes, cine, teatro, a los pueblos más remotos de la geografía española. k) Preocupación por la enseñanza de adultos. l) Fomento de las universidades populares: Madrid, Barcelona, Sevilla. Durante el bienio conservador la política reformadora se ralentiza, e incluso en algunos aspectos se paraliza. Un factor positivo fue el nuevo Bachillerato promovido por el ministro Filiberto Villalobos, que comprendía siete años y dos etapas de tres y cuatro años respectivamente, con un examen de ingreso y una reválida al término de cada tramo. 14 4. LAS INSTITUCIONES ESCOLARES EN EL FRANQUISMO Los primeros años tras la guerra civil: El franquismo tuvo como objetivo prioritario deshacer la obra educativa de la Segunda República y los ideales progresistas representados por la Institución Libre de Enseñanza. El país era un páramo cultural, tras el exilio, represión o muerte de intelectuales afines a la república. El régimen político que se impuso no se preocupó por diseñar un sistema educativo, sino que su preocupación básica era controlar la enseñanza como vehículo transmisor de su ideología. Se configuró un nuevo modelo escolar para legitimar el proyecto del régimen nacional-católico sobre un ideario tradicionalista de formación religiosa y patriótica. La educación se declaraba confesional hasta el extremo de considerar que no se puede ser buen español sin ser católico, dando lugar a una correspondencia entre los valores religiosos y políticos. La Iglesia recupera el control absoluto sobre la educación. Tres premisas fundamentales: educación en consonancia con el dogma católico, enseñanza de la religión en todos los centros y niveles (incluido el superior) y derecho de la Iglesia a la inspección en toda la enseñanza. Se dio paso a un clima de totalitarismo político, con una clara politización que se traduce en una orientación doctrinaria de todas las materias educativas. El aislamiento diplomático internacional determinó un proyecto educativo aislado, caracterizado por un rechazo sistemático de toda influencia e innovación procedente del exterior, una exaltación de los valores patrios, y un contenido ideológico patriótico y religioso al que se subordinaban todos los demás objetivos de la función docente. El modelo escolar del franquismo siguió conservando en lo esencial las características básicas de la Ley Moyano (1857). Se asentaba en un sistema dual de enseñanza en el que convivían la enseñanza pública y privada, pero sólo algunos podían acceder a la cultura y a los grados superiores, mientras los otros continuaban sin poder salir del analfabetismo. Es un sistema educativo de doble vía: una, para las élites, con bachillerato y acceso a la universidad; otra, para las clases más desfavorecidas, que a duras penas culminaban la Enseñanza Primaria. El Fuero de los Españoles reconocía el derecho a la educación, que podía efectuarse en centros privados o públicos con libre elección, y el derecho a fundar y mantener establecimientos docentes. Así se recogía también en la ley de Principios Fundamentales del Movimiento. Para poder atender a las demandas que precisaba la realidad del sistema educativo y sin derogarse la Ley Moyano, se organizaron leyes: a) Ley de Reforma de la Segunda Enseñanza (1938); b) Ley de Ordenación Universitaria (1943); 15 c) Ley de Educación Primaria (1945) en la «que se hablaba de la subsidiariedad» del Estado en materia de educación. La década de 1950 supone el fin del aislamiento internacional y una cierta apertura en el mundo de la enseñanza. Se firma un nuevo Concordato con la Santa Sede. El modelo educativo de la postguerra comienza a cambiar con el intento aperturista del ministro Ruiz Giménez (1951-1956) y aparecen nuevos esquemas de modernización académica: a) Ley de Ordenación de Enseñanza Media (1953) que deroga la de 1938 y que mantiene los principios del nacional catolicismo, organiza el bachillerato en elemental y superior y lo populariza. Es un nuevo enfoque que supone un paso hacia la generalización de la escolarización hasta los catorce años. b) Ley de Construcciones Escolares (1953), que es una prioridad marcada por el Estado para dar cobertura a la escolarización primaria de los niños de una forma eficaz. c) Ley de Formación Profesional Industrial (1955), para conseguir técnicos de grado medio especializados que puedan contribuir al desarrollo económico de la sociedad. Incorpora también a la universidad las escuelas de ingenieros y arquitectos. Se trataba de tres leyes que representaban un cierto avance en cuanto eran un paso para que el Estado asumiera las obligaciones del derecho de toda persona a la educación y responder a las necesidades de la industria e implicar a ésta en una formación profesional organizada y controlada desde el Estado. La España de los valores patriótico-religiosos empezaba a decaer y aparecían corrientes que fueron gestando un país diferente que apostaba por el progreso, lo que generó un cambio del sistema productivo y un nuevo enfoque de la educación. El final de la historia de tensiones entre falangistas e integristas católicos se equilibró introduciendo la nueva fuerza de la tecnocracia del Opus Dei, intentando dotar al país de un cierto cambio necesario. En los años sesenta, la expansión económica, el proceso de industrialización, la explosión escolar y la inversión de capital extranjero hace necesaria una revisión del sistema educativo para acomodarlo a las nuevas demandas de la sociedad. Todo esto y los cambios en el sector demográfico, el trasvase del campo a la ciudad y el cambio socioeconómico, hacían imprescindible la toma de medida que favorecieran un cambio en el modelo de educación. El sistema de enseñanza que los tecnócratas pretendían trataba de adaptar el aparato escolar al desarrollo socioeconómico, y formar la mano de obra cualificada que demandaba el mercado de trabajo. Contribuyó a ello el Informe del Banco Mundial sobre la economía española de septiembre de 1962. A esta demanda exterior se unía también otra de índole personal: la promoción educativa como forma real de movilidad social, consecuencia del derecho 16 fundamental de la persona a la educación (concepción ideológica que también estaba en el pensamiento de los tecnócratas). Todas estas circunstancias explican la fuerte demanda social de educación. El Estado, incapaz de atender la demanda, delegó su función esencial en la iniciativa privada, la Iglesia sobre todo, que aceptó el encargo. El excedente de alumnos que no podía acogerse a la alternativa privada por carecer de medios económicos, ni a la solución estatal por insuficiencia de puestos, pasaba a matricularse en la enseñanza libre, que se hizo numerosísima. Se adaptaron diversas soluciones para intentar solucionar el problema: Se creó el Fondo Nacional para la Igualdad de Oportunidades (1960), Se destinó a Protección Escolar una gran parte del Plan de Inversiones (1962). Para atender a los suburbios de las grandes ciudades y al medio rural se diversificó una oferta de enseñanza media con colegios libres adoptados. Se amplió el límite de escolaridad obligatoria hasta los 14 años (1964), Se insertaron en el contexto universitario las enseñanzas técnicas creándose nuevas especialidades. Se elevó el nivel académico de los estudios de magisterio, exigiéndose el bachillerato superior para el ingreso en las escuelas normales (1967), y se creó el Fondo Nacional para la Investigación. Asimismo se cambió el nombre de Ministerio de Educación Nacional por el de Ministerio de Educación y Ciencia y se crearon tres nuevas universidades (Madrid, Barcelona y Bilbao) con autonomía funcional y financiera (1968). Al final de la década de 1960, el sistema educativo español, propio de una sociedad tradicional agraria, carente de una respuesta adecuada al mercado de trabajo, con deficiencias en el sistema de oportunidades y con claros residuos ideológicos, reclamaba una reforma general, como postulado de la sociedad urbana, industrial, dinámica y plural, en que se estaba convirtiendo España. La Ley General de Educación (1970). J. L. Villar Palasí, titular del Ministerio de Educación y Ciencia, fue el res- ponsable de la reforma educativa que se pretendía con el Libro Blanco de la Educación, que el MEC publicó bajo el título La educación en España. Bases para una política educativa, y que pretendía una reforma de las estructuras edu- cativas (MEC, 1969). Intentaban encaminar la educación para “Preparar a la juventud para el ejercicio responsable de la libertad, fomentar la integración social y convivencia nacional y promover una mayor movilidad social”, así como vertebrar 17 “una estructura educativa que guardase relación proporcionada con la estructura ocupacional para evitar frustraciones individuales y que fuera suficientemente flexible para adaptarse a la continua transformación social y económica”. Cuando Villar Palasí es nombrado ministro de Educación, la radiografía del sistema educativo español es la siguiente: sistema dual de enseñanza; libertad de creación de centros sólo para determinados grupos sociales; férrea centralización administrativa; rígida uniformidad de la enseñanza; creciente intervención del Estado; la educación primaria sigue siendo un compartimento estanco en relación con los otros niveles educativos; gratuidad de esta enseñanza primaria en los centros públicos; retraso global del sistema educativo en relación con los países europeos de Occidente. La ley general de Educación de 1970 va a incidir profundamente sobre este entramado, logrando notable éxitos y cosechando también importantes errores. Fue un intento de modernizar la escuela y sus instrumentos, aunque no los objetivos. Vino a modernizar un sistema decimonónico Principios informadores de la Ley: Reforma integral del Sistema Educativo.  Reforma previsora de nuevas necesidades y no medidas con aspecto de remedio de urgencia. Principio de igualdad de oportunidades a toda la población. Relaciones entre educación y trabajo  preparación especializada. Preocupación por la calidad de la educación:  mayor rendimiento. Reforma de los contenidos de enseñanza  eficacia del sistema buscando los aspectos formativos. Reforma de los planes de estudio: relación estrecha entre estos y las exigencias modernas. Autonomía de los centros. Innovación pedagógica: nuevos métodos. Formación y perfeccionamiento del profesorado. Implantación gradual de la reforma. Planificación educativa: niveles nacional, provincial y local. Creación de un sistema educativo: unidad, flexibilidad e interrelaciones. Estructura del sistema educativo: Niveles, ciclos y modalidades educativas basadas en enseñanzas comunes y otras especiales para casos concretos. Tres niveles: 1. - Preescolar y General básica 2. - Bachillerato 3. - universidad Innovaciones y aciertos de la ley: Reconocimiento de la función docente del Estado 18 Generalización para toda la población de la educación general básica hasta los 14 años, regulando la educación obligatoria y haciendo de este principio algo real y efectivo. Tratamiento a la Formación Profesional: Precede a la profesión una formación básica general La F. P. Es una enseñanza integrada en el sistema educativo, acompasándola a las necesidades del mercado del trabajo. Amplia reforma pedagógica: métodos, técnicas, trabajo en equipo, nuevos contenidos, actividades, etc. Establecimiento de un sistema de becas para asegurar la igualdad de oportunidades. Se establecen los principios de la orientación educativa como un servicio hacia el centro y el alumnado, y se dan los primeros pasos del reconocimiento de la atención a la diversidad. Se dan los primeros pasos en la participación del profesorado y de los padres en la gestión del centro escolar. Principales errores de la ley: Problemas financieros en su desarrollo y aplicación Incremento del profesorado Nuevos medios y equipamientos Nuevas instalaciones Formación intensa del profesorado Reforma “desde arriba” Precipitación en su aplicación y no implantación gradual Discriminación en preescolar al no subvencionarlo Los E.A.T.P. (Enseñanzas Artísticas Técnicas Profesionales). Problemas que no atajó la Ley de 1970: Escolarización o extensión de la enseñanza: Preescolar Calidad de la educación: Relación alumno-profesor Condiciones físicas de los centros Fracaso escolar en centros públicos Democratización de las instituciones educativas: Democratizar los contenidos Participación en asuntos públicos Esta pretensión politécnica (conocimientos en distintas materias técnico- profesionales) ha incidido en que la F. P. de primer grado fracase. El COU, estaba situado en la ley a continuación del B.U.P. reservándose para quienes ingresaran en la universidad, la cual debería asumir la programación y el control del mismo. Objetivo que no llegó a cumplirse, constituyendo un curso más del bachillerato. 19

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