Conceptos Generales de Farmacología PDF
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IES Carmen y Severo Ochoa
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This document provides a general overview of pharmacology, covering the study of drugs and their effects on the body. It discusses different types of medications, their origins, and the processes involved in their absorption and distribution throughout the body. The document also introduces various routes of administration.
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Conceptos generales La farmacología es la ciencia que trata del estudio de los fármacos (medicamentos) y de su efecto sobre el organismo. Medicamento: Según la ley del medicamento, es>. El medicamento está formado por: El principio activo: Sustancia responsable de la acción terapéutica....
Conceptos generales La farmacología es la ciencia que trata del estudio de los fármacos (medicamentos) y de su efecto sobre el organismo. Medicamento: Según la ley del medicamento, es>. El medicamento está formado por: El principio activo: Sustancia responsable de la acción terapéutica. Los excipientes y coadyuvantes: Sustancias que se añaden a los principios activos para facilitar su preparación y su biodisponibilidad. Según su origen, los fármacos se clasifican en: Naturales: (animales, vegetales y minerales). Artificiales (sintéticos y semisintéticos): Se elaboran en laboratorio. De ingeniería genética: Se aplican los conocimientos de genética a la tecnología farmacéutica. Droga: Es el medicamento tal y como lo ofrece la naturaleza. También hace referencia a toda sustancia que tiene acción tóxica y es capaz de producir hábito. La receta médica es el documento normalizado mediante el cual los médicos legalmente capacitados prescriben los medicamentos al paciente para su dispensación por las oficinas de farmacia. Farmacocinética La farmacocinética es la parte de le farmacología que se ocupa del estudio de la evolución del fármaco en el organismo desde un punto de vista dinámico y cuantitativo. Comprende los siguientes procesos: Liberación Es el proceso mediante el cual el principio activo es liberado del fármaco para, posteriormente, disolverse y absorberse en el torrente sanguíneo. Los fármacos que se presentan en forma líquida y se administran por vía oral no necesitan liberarse, pues se absorben inmediatamente. Absorción Es el proceso mediante el cual el fármaco, una vez liberado de la forma farmacéutica en la que se administra, llega hasta el torrente sanguíneo. La velocidad de absorción depende de: La vía de administración y la dosis del fármaco. La dosis influye en la velocidad de absorción del fármaco: a mayor concentración de éste, mayor será la cantidad que se absorbe. La características fisioquímicas del fármaco. La biodisponibilidad del principio activo, es decir, de la cantidad sin modificar que llega de éste a la circulación sanguínea. De los factores fisiológicos y patológicos del paciente. Entre los fisiológicos están la edad (niños y ancianos pueden ser más sensibles a algunos fármacos), el peso corporal y el sexo. Entre los patológicos suelen indicarse enfermedades como la insuficiencia hepática o renal, por ejemplo. Vías de absorción: Hace referencia a los lugares de penetración del fármaco en el organismo. Vías mediatas o indirectas: El fármaco penetra a través de la piel y las mucosas para ponerse en contacto con los elementos del organismo sobre los que actúa. Dentro de estas vías se incluyen: Oral: El fármaco se ingiere y se absorbe a través del tracto gastrointestinal( estómago e intestino). Sublingual: El fármaco se absorbe bajo la lengua y se absorbe fácilmente, debido a la gran vascularización de esta zona. Rectal: Es una vía alternativa a la oral cuando el paciente presenta vómitos, está inconsciente o es incapaz de deglutir. El fármaco se absorbe rápidamente, debido a la gran irrigación de la zona. Respiratoria: Esta vía transporta el fármaco al tracto respiratorio inferior; es una vía de absorción muy rápida debido a la superficie pulmonar y a su vascularización. Tópica (piel y mucosas): El fármaco se administra sobre la piel o las mucosas del organismo, produciendo efectos locales. En esta vía se incluyen la: cutánea, conjuntival, ótica, genitourinaria y bucal. Vías inmediatas, directas o inyectables: El fármaco no tiene que atravesar ninguna barrera, pues se pone en contacto directo con el medio interno, mediante la inyección, produciendo su efecto. Dentro de estas vías se incluyen: Intravascular: El fármaco se deposita, mediante punción, directamente en el torrente sanguíneo, por lo que no tiene que absorberse. Incluye las vías: Intravenosa, intraarterial, intracardiaca e intralinfática (acción muy rápida). Intramuscular: El fármaco se administra en solución acuosa u oleosa mediante punción intramuscular, lo que permite una rápida absorción debido a la gran vascularización de la zona. Subcutánea: El fármaco se aplica inyectado en el tejido celular subcutáneo. La absorción es rápida y se lleva a cabo a través de los capilares sanguíneos. Intradérmica: El fármaco se introduce dentro de la dermis. Es una vía de absorción lenta. Intratecal: Los medicamentos se inyectan directamente en el espacio subaracnoideo mediante un catéter. Intraósea: El fármaco se administra, por punción, en el interior del hueso. La rapidez de absorción es similar a la vía intravenosa. Se utiliza como alternativa de ésta, ya que la cavidad medular de los huesos largos está muy vascularizada y los fármacos pasan a la circulación general con una rapidez similar a la de cualquier vena periférica. Intraarticular: La administración se realiza en el interior de la articulación. Intraneural: El fármaco se inyecta directamente en los nervios, donde va a ejercer su acción. Factores que modifican la absorción: Vía de administración: La absorción es más rápida cuando el fármaco se administra mediante inyección o punción. Características fisioquímicas: Intervienen en el paso del fármaco a través de las membranas celulares (por difusión, transporte activo y pinocitosis). Liposolubilidad del fármaco: Los fármacos liposolubles atraviesan con mayor facilidad la membrana celular, debido a su composición lipídica, que los hidrosolubles. Grado de vascularización en el lugar de absorción: Cuanto mayor es la vascularización de la zona más fácilmente se produce la absorción. Distribución En este proceso el fármaco, ya absorbido, se reparte por la sangre a todo el cuerpo atravesando las membranas de los capilares hacia los tejidos. En la sangre el fármaco puedeir: Unido a proteínas plasmáticas (mantienen al fármaco disuelto en depósito). Disuelto como fracción libre (parte del fármaco capaz de ejercer la acción farmacológica). El desplazamiento y la distribución de los fármacos hasta los distintos órganos dependen de su vascularización. Así, en órganos como el corazón, el hígado y los riñones, pueden encontrarse concentraciones de fármacos más elevadas que en zonas del organismo poco vascularizadas, como el tejido celular subcutáneo. Metabolismo o biotransformación Es el conjunto de reacciones bioquímicas que se producen en el organismo mediante las cuales las sustancias extrañas, como los fármacos, se transforman en otras más sencillas o metabolitos para producir una acción determinada (son menos activos que el propio fármaco), inactivar el fármaco y facilitar la eliminación. En el metabolismo o biotransformación de los fármacos se produce una serie de reacciones químicas, que pueden ser: Sintéticas: O de conjugación, porque implican la unión del fármaco con otros compuestos formados en el organismo. Los metabolitos resultantes son biológicamente inactivos y se eliminan más fácilmente. No sintéticas: Los fármacos no se unen con otros compuestos, pero sus moléculas se modifican, dando lugar a metabolitos, que pueden ser inactivos o más activos que el propio fármaco. El hígado es el órgano principal de transformación de los medicamentos. Factores que modifican el metabolismo: Genéticos: Debidos a diferencias entre especies y dentro de la misma especie. Fisiológicos: Tales como la edad, el sexo, el estado nutricional, el nivel hormonal, etc. Patológicos. Excreción El fármaco sale desde el interior del organismo hacia el exterior. Se elimina sin modificar o en forma de metabolitos. Las vías de eliminación más importantes son: renal (a través de la orina), digestiva (a través de las heces) y biliar (a través de la bilis). Existen otras vías de eliminación, tales como: salival, pulmonar (a través del aire expirado), gástrica, intestinal, cutánea, lagrimal y glándula mamaria. Farmacodinamia La farmacodinamia es la parte de la farmacología que estudia los mecanismos de acción y de los efectos de los fármacos sobre el organismo. La acción farmacológica depende de que el fármaco pueda alcanzar una determinada concentración en el plasma. Por ello, los procesos incluidos en la farmacocinética se superponen: antes de completarse la absorción del fármaco administrado, comienza su eliminación del organismo. Conseguir, por lo tanto, la dosis terapéutica está en función de la velocidad de absorción según la vía elegida, su distribución, biotransformación y velocidad de eliminación. Los receptores celulares son determinadas macromoléculas ubicadas en la superficie de las células, o en su interior, que tienen la capacidad de reconocer a otras específicas y fijarlas, o actuar de forma concreta, desde el punto de vista bioquímico. Acción de los fármacos: Con el fin de producir sus efectos farmacológicos, todos los fármacos interactúan con elementos celulares o tisulares especializados (receptores). Los receptores son macromoléculas que, al interaccionar con el fármaco, producen una serie de alteraciones bioquímicas que determinas el efecto farmacológico. Clasificación de la acción farmacológica: Teniendo en cuenta la modificación de las funciones de las células, órganos o sistemas del organismo Fármacos que actúan estimulando: estimulantes. Fármacos que actúan inhibiendo: inhibidores o depresores. Fármacos que actúan irritando, es decir, modificando las funciones de forma violenta. Fármacos que actúan reemplazando , es decir, sustituyendo a una sustancia orgánica. Teniendo en cuenta el lugar de acción: Fármacos de acción general o sistémica. Fármacos de acción local. La reducción en la respuesta a un fármaco, tras su administración repetida, se denomina tolerancia. Factores que modifican la acción de los fármacos: Considerados como la consecuencia de la farmacocinética en la interacción con el organismo humano. Las variables que pueden modificar los efectos de los fármacos en el organismo son muchas. Factores genéticos Pueden intervenir alterando el metabolismo del fármaco (anomalías cuantitativas) o la respuesta individual (anomalías cualitativas). Factores fisiológicos Sexo: Las diferencias entre el hombre y la mujer, en la distribución de la grasa y sus características hormonales, determinan modificaciones en la respuesta farmacológica. Edad: Los niños y ancianos requieren ajustes en las dosis por ser más susceptibles a los efectos farmacológicos. Peso: Requiere ajustar la dosis, ya que éste determina el volumen de la distribución del fármaco. Temperatura: Puede alterar la actividad del fármaco, al producirse vasodilatación o vasoconstricción. Factores psicológicos El efecto neto de un fármaco es la suma de su acción farmacológica y de un efecto placebo inespecífico. Placebo es una sustancia inactiva que aumenta la acción terapéutica buscada. Esta acción se potencia por la sugestión o creencia, por parte del paciente, del beneficio del tratamiento. Placebo: Preparado farmacéutico desprovisto de principios activos que se emplea para a un paciente (generalmente hipocondriaco) o en los estudios sobre la eficacia de la acción farmacológica de un medicamento concreto. Factores patológicos Algunas enfermedades (insuficiencia hepática o renal) modifican el efecto de los fármacos, al modificar los procesos farmacocinéticos. Además el fenómeno de la tolerancia hace que sea necesario aumentar la dosis terapéutica. Factores farmacológicos Vía de administración: La velocidad de absorción y de acción de un fármaco dependen de la vía de administración y de la dosis del fármaco que se administra. Interacciones farmacológicas: Los efectos de un fármaco pueden alterarse por la administración previa o simultánea de otro, potenciándose o inhibiéndose su actividad farmacológica. Toxicidad de los fármacos: Conjunto de efectos nocivos, o reacciones adversas, que un fármaco produce en el organismo. Son de dos tipos: Reacciones previsibles: dependen de la dosis y pueden suceder como efectos secundarios o colaterales a la dosis terapéutica y como toxicidad por sobredosis. Reacciones imprevisibles: no dependen de la dosis, como las reacciones alérgicas. Errores de medicación y de cumplimiento por parte del paciente: Los errores suelen deberse a la comprobación inadecuada de la medicación o la incorrecta comunicación entre los miembros del equipo sanitario. Otras veces, se debe a que el paciente no cumple la prescripción médica, administrándose el medicamento según su propio criterio. Clasificación general de los fármacos En general, los fármacos se clasifican en función del efecto que producen y del aparato o sistema sobre el que actúan. Fármacos que actúan sobre el sistema nervioso central Anestésicos: Producen una relajación muscular suave, de carácter local o general, sedación y arritmia. Analgésicos: Se utilizan en el tratamiento del dolor. Pueden ser: Narcóticos: tienen efectos sedantes y tranquilizantes. Derivan del opio. No narcóticos: tienen efectos analgésicos, antiinflamatorios, antitérmicos, antirreumáticos, etc. Hipnóticos: Inductores del sueño. Pueden ser: Barbitúricos (hoy poco utilizados) No barbitúricos. Estimulantes: Se emplean para estimular el estado de alerta (estimulantes psicomotores), disminuir el apetito (anorexígenos) e inhibir la fatiga. Psicofármacos: Se utilizan en el tratamiento de alteraciones mentales, emocionales, de conducta, de estados de ánimo, etc. Pueden ser: Ansiolíticos: Disminuyen la ansiedad ( benzodiacepinas). Antidepresivos: Se emplean en el tratamiento de la depresión. Antipsicóticos: Se emplean en el tratamiento de la psicosis (esquizofrenia, psicosis maniaco-depresiva, estados de agitación, etc.). Fármacos que actúan sobre el sistema nervioso autónomo Simpaticomiméticos: Estimulan los receptores adrenérgicos (alfa y beta), produciendo un aumento de la contracción cardiaca, vasodilatación y relajación muscular. Se utilizan en el tratamiento del shock, la insuficiencia cardiaca, etc. Simpaticolíticos: Bloquean la acción de los receptores adrenérgicos, produciendo estímulos del músculo liso, vasoconstricción y aumento el peristaltismo intestinal. Se utilizan en el tratamiento de la hipertensión, en algunas cardiopatías , ansiedad, etc. Parasimpaticomiméticos: Estimulan los receptores colinérgicos (muscarínicos y nicotínicos), produciendo vasodilatación, broncoconstricción y aumento del peristaltismo. Se utilizan en el tratamiento del reflujo gastroesofágico, la atonía vesical, etc. Parasimpaticolíticos: Bloquean la acción parasimpática y producen broncodilatación y disminución del peristaltismo. Se utilizan como fármacos preanestésicos, como antiparkinsonianos, etc. Fármacos que actúan sobre el sistema nervioso periférico Relajantes musculares: Bloquean la actividad motriz y producen relajación muscular completa, por lo que se necesita tratamiento respiratorio. Se utilizan para facilitar la intubación endotraqueal. Fármacos que actúan sobre el sistema cardiovascular Cardiotónicos: Aumentan la actividad cardiaca, es decir, la capacidad de contracción. Están indicados en el tratamiento de la insuficiencia cardiaca. Antiarrítmicos: Actúan sintomáticamente sobre las arritmias, normalizando la frecuencia y el ritmo cardiaco. Antihipertensivos: Actúan disminuyendo el gasto cardiaco o la resistencia periférica, tienen una acción diurética y vasodilatadora. Están indicados en el tratamiento de la hipertensión. Antihemorroidales y antivaricosos: Actúan sobre los vasos sanguíneos, reduciendo su grado de dilatación. Indicados en el tratamiento de hemorroides y varices. Fármacos que actúan sobre el aparato respiratorio Antitusígenos: Calman o disminuyen la tos. Se utilizan en procesos que afectan a las vías respiratorias y que cursan con tos. Mucolíticos expectorantes: Fluidifican las secreciones de las vías respiratorias, facilitando su eliminación. Descongestivos nasales: Se utilizan en el alivio sintomático de la congestión de la mucosa nasal. Broncodilatadores: Relajan las paredes bronquiales, facilitando el proceso de la respiración. Indicados en procesos respiratorios que cursan con broncoespasmos. Fármacos que actúan sobre el aparato digestivo Antieméticos: Disminuyen o eliminan el vómito actuando a nivel central, sobre el centro del vómito, o a nivel periférico, sobre la motilidad esofágica. Antiulcerosos: Inhiben o neutralizan la secreción del ácido gástrico y protegen la mucosa del aparato digestivo. Indicados en el caso de úlceras. Antiácidos: Neutralizan la acidez del ácido clorhídrico. Laxantes: Facilitan la evacuación intestinal, al aumentar su motilidad. Pueden ser emolientes (reblandecedores de las heces) o laxantes de volumen (aumentan el volumen y el peristaltismo). Antidiarreicos: Actúan reduciendo el peristaltismo, reduciendo el volumen del contenido intestinal y modificando la flora intestinal. Fármacos que actúan sobre el sistema endocrino Hormonas tiroideas: Aumentan (yodo) o disminuyen (T3, T4) los niveles de hormonas tiroideas. Hormonas pancreáticas: Aumentan o disminuyen los niveles de glucosa en sangre (insulina, antidiabéticos orales, etc.). Corticoides: Producen efectos antiinflamatorios e inmunodepresores. Hormonas sexuales: Se administran andrógenos, estrógenos y progestágenos, en función del tipo de enfermedad. Fármacos antiinfecciosos. Antibacterianos: Producen efectos bacteriostáticos o bactericidas. Incluyen los antibióticos y los antisépticos. Se utilizan en procesos infecciosos producidos por bacterias. Antifúngicos: Inhiben el crecimiento(fungistáticos) o producen la muerte (fungicidas) de los hongos. Se utilizan para el tratamiento de infecciones producidas por hongos. Antiparasitarios: Producen la muerte de los parásitos asentados en el organismo. Incluyen fármacos antiprotozoarios, antimaláricos y antihelmínticos. Antivíricos: Actúan inhibiendo la multiplicación de los virus e impiden la entrada de éstos en las células. Fármacos que actúan sobre la sangre y órganos hematopoyéticos Coagulantes: Estimulan el proceso de coagulación sanguínea. Indicados en procesos hemorrágicos. Anticoagulantes: Alargan el tiempo de coagulación sanguínea. Antianémicos: Indicados en el tratamiento de las anemias. Fármacos que actúan sobre el aparato locomotor Antiinflamatorios: Disminuyen la inflamación. Están indicados en procesos inflamatorios como la artritis. Antirreumáticos: Impiden o frenan los procesos de degeneración que afectan, sobre todo, a las articulaciones. Indicados en enfermedades reumáticos. ADMINISTRACIÓN DE MEDICAMENTOS El médico es el profesional que determina la necesidad de prescribir la medicación al paciente y lo refleja por escrito en la receta médica o en la orden de medicación. Para evitar errores, debe figurar con claridad la siguiente información: Datos del paciente Fecha en que se hace la prescripción Datos del fármaco: Nombre, dosis del fármaco, vía de administración, posología, duración, etc. Firma del médico. Preparación de la medicación. Normas generales La enfermera es la encargada de administrar la medicación, aunque en algunos casos delegue esta tarea en el auxiliar de enfermería (medicación rectal, tópica, oral, etc.). Después de cada administración, se deben registrar las incidencias en la hoja de tratamiento, libro de medicación o historia de enfermería, o en el sistema específico utilizado en cada centro sanitario. Es fundamental administrar el tratamiento farmacológico al paciente en óptimas condiciones, a las horas previstas y cumpliendo las indicaciones establecidas en la prescripción médica. Normas generales Las normas de preparación son las siguientes: Realizar las cinco comprobaciones siguientes: Fármaco exacto, dosis exacta, vía exacta, hora exacta y paciente exacto; comparando la orden médica con la hoja o libro de medicación de enfermería o con la gráfica del paciente. Comprobar en la gráfica si el paciente sufre algún tipo de alergia a medicamentos. Si no se especifica, preguntarle directamente. Comprobar el nombre del fármaco, leyéndolo tres veces: antes de cogerlo del armario, mientras se prepara y después de devolverlo a su estante. Lavarse las manos, ponerse los guantes y preparar la medicación, comprobando la fecha de caducidad y las características organolépticas del fármaco. Utilizar el carro de medicación, la bandeja o el sistema habitual del hospital para su distribución. Identificar al paciente y explicarle el procedimiento, comprobando de nuevo que el fármaco es el que corresponde en cada caso. Colocar al paciente en la posición adecuada, en función del tipo de medicamento. Administrar el medicamento por la vía indicada. Si es por vía oral, comprobar que el paciente lo ha ingerido. Observar las reacciones del paciente después de la administración. Anotar en el registro de medicación hora, nombre del fármaco, vía, dosis y cualquier tipo de observación realizada. Si se produce algún error, debe comunicarse inmediatamente para evitar el riesgo que puede suponer para la salud o la vida del paciente. VÍAS DE ADMINISTRACIÓN DE LOS MEDICAMENTOS: PROCEDIMIENTOS Vía oral: El medicamento se introduce en el organismo a través de la boca y se absorbe en el estómago y el intestino. Es una vía de administración fácil y cómoda, de absorción lente y de acción sistémica. Se utiliza para la administración de pastillas, comprimidos, tabletas, cápsulas, jarabes, soluciones y suspensiones. Protocolo de actuación: Lavarse las manos, ponerse los guantes y comprobar la medicación. Identificar al paciente y explicarle la importancia de su colaboración. Asegurarse de que toma la medicación, ofreciéndole algún tipo de líquido para facilitar su ingestión. Recoger todo el material y dejar al paciente cómodamente instalado. Lavarse las manos, registrar los datos de interés en la hoja de medicación y firmar la administración. Vía bucal: Esta vía utiliza la boca, pero no para que el fármaco sea absorbido a través del tubo digestivo sino para actuar a nivel local en la cavidad bucal. Por ello la consideraríamos incluida dentro de la vía tópica. Vía sublingual: El fármaco se administra a través de la boca, pero colocándolo debajo de la lengua del paciente para que se disuelva y se reabsorba a través de la mucosa lingual hasta los vasos sanguíneos. Es una vía de absorción muy rápida debido a la rica vascularización de la zona, que evita el paso del fármaco a través del tracto gastrointestinal. Vía rectal: El medicamento se introduce en el recto a través del ano. Se utiliza para tratamientos locales o sistémicos en pacientes con dificultades para tragar, inconscientes o para la administración de fármacos que irritan la mucosa gástrica. Es una vía de absorción muy rápida, por su rica vascularización. Los fármacos se administran en forma de: supositorios, pomadas y enemas. Protocolo de actuación: Lavarse las manos, ponerse los guantes y comprobar la medicación. Explicar al paciente lo que se le va a hacer, tomando las precauciones necesarias para preservar su intimidad. Colocarle en decúbito lateral izquierdo o posición de sims, dejando expuestos la zona glútea y el ano. Extraer el supositorio de su envase. Separar las nalgas del paciente con una mano, pedirle que se relaje y que respire profundamente. Con la otra mano introducir el supositorio con el vértice hacia afuera. Apretar las nalgas hasta que desaparezca la sensación o deseo de defecar. Limpiar con una gasa el exceso de lubricante. Para administrar pomada, se introduce el aplicador en el recto y se aprieta el tubo. Después se retira y se coloca una gasa doblada entre los glúteos, para eliminar el exceso de pomada. Recoger todo el material y dejar al paciente cómodamente instalado. Lavarse las manos, anotar las incidencias en la hoja de medicación y firmar la administración. Vía respiratoria (inhalatoria) Se utiliza para la administración de un gas (como el oxígeno), un líquido vaporizado o un sólido pulverizado, a través de la vía respiratoria. Su absorción es muy rápida, debido a la gran vascularización de las mucosas respiratorias. Existen distintos métodos para facilitar la administración por esta vía: inhalaciones con pulverizador o nebulizador, aerosoles, cartucho presurizado, inhalar con cámara espaciadora, dispositivos de polvo seco, etc. Aquí podríamos incluir también la vía endotraqueal. Los distintos métodos permiten aplicar diversos fármacos a distintos niveles o grados de profundidad del aparato respiratorio. A continuación, describimos la técnica de inhalación con nebulizador. Protocolo de actuación: Lavarse las manos, ponerse los guantes y comprobar la medicación. Explicar el procedimiento al paciente pi, pidiéndole su colaboración. Quitar el cabezal del sistema y justar la boquilla. Sostener el inhalador en posición invertida al tiempo que se agita. Indicar al paciente que realice una o dos respiraciones profundas, aspirando la mayor cantidad posible de aire. Introducir la boquilla del recipiente en la boca del paciente, cerrando los labios a su alrededor. Indicarle que inspire lentamente, a la vez que se presiona el recipiente contra la boquilla (de arriba hacia abajo) y que contenga la respiración de 3 a 5 segundos, para permitir que el fármaco se deposite. Retirar el recipiente e indicar al paciente que suelte el aire lentamente. Limpiar al paciente y la boquilla, anotar las incidencias en la hoja de tratamiento y firmar la administración. Vía tópica El medicamento se aplica directamente sobre la piel o las mucosas del organismo. Produce efectos locales. Estos fármacos se administran en forma de: polvo, pomada, pasta, loción, crema, espuma, gel y en forma de líquidos (gotas óticas, oftalmológicas y nasales). Dentro de esta vía se incluyen la: cutánea o tópica propiamente dicha, oftálmica, ótica, nasal genitourinaria, bucofaríngea, etc. Vía cutánea o tópica propiamente dicha Los fármacos se administran, sobre la piel o las mucosas para que ejerzan una acción local. Protocolo de actuación: Lavarse las manos, ponerse los guantes y comprobar la medicación. Explicar al paciente lo que se le va ha hacer. Colocarle en una posición cómoda y limpiarle la piel (si procede) observando sus características. Aplicar el medicamento extendiéndolo con suavidad, cubriendo la zona posteriormente con un apósito, cuando sea necesario. Recoger todo el equipo y dejar al paciente cómodamente instalado. Lavarse las manos, anotar las incidencias en la hoja de tratamiento y firmar la administración. Vía oftálmica Los fármacos se administran, aplicándolos sobre la conjuntiva o córnea, en forma de colirios , pomadas y soluciones, para que ejerzan una acción local. Se utilizan en enfermedades oculares. Protocolo de actuación: Lavarse las manos, ponerse los guantes y comprobar la medicación. Explicar al paciente lo que se le va ha hacer, pidiéndole su colaboración. Colocar al paciente con la cabeza echada hacia atrás y los ojos mirando hacia arriba (administración de colirios o pomadas) y con la cabeza ladeada (para irrigaciones), en este caso se coloca la batea para recoger el líquido. Limpiar los párpados y pestañas con gasas humedecidas en suero fisiológico. Atemperar el fármaco, cogiéndolo y moviéndolo ligeramente entre las manos. Tirar ligeramente de la piel hacia abajo con el dedo índice colocado sobre el pómulo y, con la otra mano, administrar el medicamento. Evitar siempre tocar la córnea. Pedir al paciente que mantenga los ojos cerrados y retirar el exceso de medicamento con una gasa estéril diferente para cada ojo. Protocolo de actuación para las irrigaciones oculares: Mantener el ojo abierto con los dedos pulgar e índice, echando el líquido sobre el ojo, desde el ángulo interno al externo. Secar los párpados y la cara, y retirar todo el equipo, dejando al paciente cómodamente instalado. Lavarse las manos, registrar las incidencias en la hoja de tratamiento y firmar la administración. Vía ótica Los fármacos se administran a través del conducto auditivo, en forma de gotas, para que ejerzan una acción local. Protocolo de actuación: Lavarse las manos, ponerse los guantes y comprobar la medicación. Explicar al paciente lo que se le va a hacer. Colocar al paciente sentado en decúbito lateral, con el oído que se va a instilar hacia arriba. Atemperar el fármaco. Tirar suavemente del pabellón auricular hacia arriba y hacia atrás, para alinear el canal auditivo. Si el paciente es un niño (hasta tres años), tirar hacia abajo y hacia atrás. Depositar las gotas sobre las paredes del conducto auditivo, procurando no tocarlo con el recipiente. Dejar al paciente recostado de cinco a diez minutos, para mantener la medicación en el canal y tapar con una gasa o algodón. Retirar el equipo y dejar al paciente cómodamente instalado. Lavarse las manos, anotar las incidencias en la hoja de tratamiento y firmar la administración. Vía nasal Los fármacos se administran a través de los orificios nasales, para que ejerzan una acción local o sistémica. Pueden aplicarse mediante instilación de gotas, pulverización, etc. Protocolo de actuación: Lavarse las manos, ponerse los guantes y comprobar la medicación. Explicar al paciente el procedimiento, pidiéndole que se limpie la nariz. Colocarle con la cabeza hacia atrás para descongestión nasal; en posición de Proetz (con el cuello hiperextendido) en procesos sinusales para tratar los senos etmoidales y esfenoidales; en posición de parkinson (cabeza ladeada en decúbito supino) para los senos maxilar y frontal. Pedir al paciente que respire por la boca, mientras se introduce en la nariz el cuentagotas o el pulverizador para administrar el medicamento. Deberá mantener la posición unos minutos después de la aplicación, para permitir que el medicamento se extienda por todas las cavidades. Limpiar la nariz, recoger todo el equipo y reinstalar al paciente. Lavarse las manos, anotar las incidencias en la hoja de tratamiento y firmar la administración. Vía genitourinaria Los fármacos se administran a través de la vagina o de la uretra, en forma de óvulos, pomada, crema espuma, gel, etc., para que ejerzan una acción local. Vía parenteral Consiste en administrar el fármaco a través de la piel mediante inyección, utilizando jeringas y agujas, palomillas o catéteres. De esta forma el medicamento llega inmediatamente al torrente sanguíneo ejerciendo su acción de manera rápida. Incluye estas otras vías: intradérmica, subcutánea, intramuscular, intravenosa, intraarterial y otras menos utilizadas como: intraperitoneal, intraarticular, intracardiaca, etc. Importante: Las técnicas de punción por esta vía la, para la administración de medicamentos, las realiza la enfermera. El auxiliar de enfermería colaborará, cuando sea necesario, para que se lleve a cabo el procedimiento. Protocolo de actuación: Lavarse las manos, ponerse los guantes y comprobar la medicación. Explicar al paciente lo que se le va a hacer, pidiéndole su colaboración. Colocar al paciente en posición correcta y desinfectar la zona. Realizar la punción. Solo en las punciones intravenosas debe fluir sangre. Retirar la aguja con rapidez y de nuevo desinfectar la zona, ejerciendo una ligera presión (excepto en la intradérmica). Lavarse las manos, recoger todo el material y dejar al paciente cómodamente instalado. Anotar las observaciones e incidencias en la hoja de tratamiento. Administración Vía intradérmica: La punción se realiza en la dermis, estirando la piel, con la aguja montada en la jeringa, se introduce la aguja unos 3mm formando un ángulo de unos 15º (casi paralelo a la piel) y con el bisel hacia arriba (en las pruebas de alergia con el bisel hacia abajo). Las zonas de elección son: La cara interna del antebrazo, la cara externa del brazo y del muslo y la zona escapular. Se emplean agujas y jeringas de pequeño calibre. Se utiliza más con fines diagnósticos (en alergias: pruebas de sensibilidad) que terapéuticos. La absorción por esta vía es baja. Vía subcutánea: La punción se realiza en el tejido celular subcutáneo, tomando, con los dedos índice y pulgar, un amplio pliegue de la piel (2,4 cm). Se introduce la aguja montada en la jeringa, con el bisel hacia arriba y formando un ángulo de unos 45º. Se inyecta el medicamento empujando el émbolo de forma lenta y continua. Las zonas de elección son: La cara externa del muslo y del brazo (tercio medio) y la cara anterior del abdomen. Es una vía de absorción lenta, por estar la zona poco irrigada. Se utiliza para la administración de vacunas, insulina, etc. Vía intramuscular: El medicamento se inyecta directamente en el tejido muscular. La punción se realiza: Colocando la aguja perpendicular a la piel, formando un ángulo de 90º; puede hacerse con la aguja desmontada o montada. Se utilizan agujas largas y de mayor calibre. Se inyecta el medicamento lentamente para favorecer su distribución. Las zonas de elección son: La región glútea, es la más utilizada (cuadrante superior externo de la nalga, sobre los glúteos, para no lesionar el nervio ciático); el muslo (cara anterolateral) y el brazo (cara externa o área deltoidea). Es una vía de absorción muy rápida por estar muy vascularizada. Se utiliza para la administración de gran variedad de medicamentos. Vía intravenosa: Se utiliza para la administración directa de medicamentos o para perfundir volúmenes de soluciones (de duración variable o continua); y además, para la extracción de muestras de sangre mediante la punción directa de una vena. El ángulo de la aguja será de 25º Los fármacos administrados por esta vía se introducen directamente en el interior de los vasos sanguíneos; por lo que no tienen que absorberse y ejercen su acción de manera casi inmediata.