UD 7: PROGRESIÓN Y PELIGROS EN LA MONTAÑA PDF

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This document provides information on activities in a natural environment, focusing on itineraries, progression, and dangers in the mountains. It details the movements, muscles involved, and benefits of hiking.

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UD 7: ACTIVIDADES EN EL MEDIO NATURAL. ORG. ITINERARIOS. PROGRESIÓN Y PELIGROS. ❑CICLO FORMATIVO DE G.M.: TÉCNICO EN GUÍA EN EL MEDIO NATURAL Y TIEMPO LIBRE. ❑ MÓDULO PROFESIONAL: ORGANIZACIÓN DE ITINERARIOS. 1º CURSO. ❑ IES DE PORTO DO SON. PROF.: Eva López Ríos. NOS DE...

UD 7: ACTIVIDADES EN EL MEDIO NATURAL. ORG. ITINERARIOS. PROGRESIÓN Y PELIGROS. ❑CICLO FORMATIVO DE G.M.: TÉCNICO EN GUÍA EN EL MEDIO NATURAL Y TIEMPO LIBRE. ❑ MÓDULO PROFESIONAL: ORGANIZACIÓN DE ITINERARIOS. 1º CURSO. ❑ IES DE PORTO DO SON. PROF.: Eva López Ríos. NOS DESPLAZAMOS Caminar por un entorno natural nos va a permitir descubrir paisajes, recorrer caminos poco frecuentados y aproximarnos a una naturaleza, muchas veces olvidada. La posibilidad de acercarnos a ella y descubrir lugares nuevos, al menos para nosotros, sólo va a depender de nuestros pies. El desplazamiento por itinerarios de monte y baja montaña es una actividad al alcance de casi todas las personas, el nivel técnico que se necesita no es muy alto, aunque es necesario conocer las características del terreno por donde nos movemos y cómo debemos desplazarnos por éste. Existen diversas maneras de acercarnos a la naturaleza, pero, de todas ellas, la que nos permite una mayor aproximación y relación con la naturaleza es andando. A pie podemos descubrir lugares recónditos a los que posiblemente no podremos acceder mediante vehículos a motor, ni incluso en bicicleta de montaña o a caballo, aunque éstos nos facilitarán el acercamiento a las zonas que deseamos recorrer. La realización de marchas o excursiones a pie puede requerir la utilización de materiales específicos en función del tipo de terreno que recorramos, ya sea en terrenos con nieve, hielo, pedrizas o terrenos escarpados; para estos tipos de terrenos necesitamos conocer las técnicas de progresión que resulten más adecuadas y el uso de los materiales específicos. CÓMO ANDAMOS? Cuando nos desplazamos no solemos pensar cómo lo hacemos, nos limitamos a realizar un movimiento que hemos automatizado y a repetirlo cíclicamente. Nuestra locomoción pone en marcha simultáneamente una serie de acciones en las que intervienen de forma conjunta los siguientes músculos y articulaciones: Las articulaciones del pie y especialmente la del tobillo que soportarán el peso del cuerpo facilitando el impulso y la amortiguación. La rodilla interviene en la marcha por medio de sus movimientos de flexión y extensión, facilitando la deambulación y elevando el peso del cuerpo. La cadera realiza un movimiento de rotación y una basculación de la pelvis; estos movimientos son seguidos por la columna vertebral. Los brazos realizan un movimiento simultáneo al de la pierna del lado opuesto que favorece la estabilidad durante la marcha. Como podemos ver, la biomecánica de la marcha es una acción complementaria de diversas partes del cuerpo. De su correcta realización dependerá un buen desplazamiento y el mantenimiento de nuestro equilibrio. Nuestro centro de gravedad se modifica durante la marcha; cuando estamos de pie en una posición estática, está localizado aproximadamente en nuestro ombligo o un poco por debajo de él. Cuando nos desplazamos modificamos nuestro centro de gravedad, todos los movimientos compensatorios como el balanceo de brazos, rotación de caderas, etc., contribuyen a favorecer nuestro equilibrio reajustando el centro de gravedad; así, por ejemplo, nuestro cuerpo se inclina hacia delante cuando subimos una pendiente o hacia atrás cuando bajamos por la misma pendiente. CÓMO ANDAMOS? Los músculos que intervienen en la deambulación son fundamentalmente los de la extremidad inferior. En el medio natural los terrenos por los que nos movemos son irregulares, de manera que a diferencia de la marcha por un terreno llano, habrá una serie de grupos musculares que utilizaremos según ascendamos por una pendiente o descendamos por ella. En general, para la realización de marchas excursionistas, los músculos realizarán esfuerzos de tipo aeróbico, priorizando la duración del esfuerzo a su intensidad. Músculos que intervienen en la marcha Subiendo por una pendiente: Parte posterior de la pierna: Gemelos y sóleo Parte anterior del muslo Cuádriceps Zona pelviana: Psoasoilíaco Glúteos mayor y medio Bajando por una pendiente: Cuádriceps Gemelos y sóleo Glúteos Articulaciones que intervienen en la marcha Extremidad inferior Tobillo y pie Rodilla Cadera Extremidad superior Cinturón escápulo-humeral Columna vertebral BENEFICIOS DE LAS MARCHAS POR LA NATURALEZA Tradicionalmente se recomienda andar, como un tipo de ejercicio simple y básico para mantenerse en forma. Andar por la naturaleza, además de los beneficios fisiológicos que nos proporciona, ejerce una influencia positiva sobre nuestra mente y por extensión sobre nuestro sistema nervioso, liberándonos del estrés cotidiano. Los beneficios sobre el aparato cardiocirculatorio son los propios de toda actividad de tipo aeróbico, aumentando, con el entrenamiento, el volumen del corazón y reduciendo la frecuencia cardíaca, mejorando con ello el rendimiento del corazón. Asimismo, aumenta la frecuencia respiratoria durante el ejercicio, mejorando la ventilación pulmonar. La musculatura se va adaptando a la fatiga en función de la distancia e intensidad de nuestras caminatas, favoreciéndose la utilización de la energía y la respiración celular. Nuestros huesos y articulaciones evitan la pérdida de calcio, retrasando o impidiendo la aparición de osteoporosis y favoreciendo la movilidad articular. La vida sedentaria actual con sus riesgos de sobrepeso, aumento de colesterol, riesgo de infartos o accidentes vasculares, cerebrales, puede evitarse simplemente andando y mejor si es por la naturaleza. Psicológicamente, los beneficios de las marchas por el medio natural procederán tanto de la tranquilidad que nos induce, como del placer visual de la contemplación del paisaje e incluso del propio esfuerzo para alcanzar la meta propuesta o descubrir lugares nuevos. Caminar por la naturaleza puede ser muy diferente según lo hagamos en un tipo de terreno u otro; asimismo, dependerá de nuestro material, de nuestra carga y por supuesto de nuestra preparación. FORMAS DE PROGRESIÓN. CAMINAR POR TERRENO LLANO. Cuando nos desplazamos por un terreno llano, no es necesaria ninguna técnica específica, basta con que caminemos tal y como haríamos por nuestra ciudad. Sin embargo, la naturaleza no es un camino asfaltado, en ella encontraremos diversas irregularidades, como piedras, montículos, oquedades, que nos obligarán a prestar atención de una forma especial. Una vez que hemos elegido el camino a seguir, ya sea con nuestro mapa, libro informativo de la zona o con la ayuda de personas o guías que nos lo indiquen, siempre hemos de procurar que éste discurra por el trayecto más sencillo, generalmente, todos los caminos trazados homologados cumplen este requisito y bastará con seguirlos. El desplazamiento por este tipo de terrenos no debe ser fatigoso; para ello nuestra marcha dependerá del tiempo y longitud de nuestro recorrido, y de nuestro grado de condición física. Es conveniente que la longitud de nuestra zancada no sea excesiva, que nuestro ritmo respiratorio no sea alto, por ejemplo que nos permita ir hablando con nuestros compañeros de excursión y que las pulsaciones cardíacas se mantengan en unos límites ligeramente superiores a los que tenemos, por ejemplo, cuando caminamos por la ciudad. Por supuesto, estamos excluyendo las actividades competitivas que serían un capítulo aparte. FORMAS DE PROGRESIÓN. SUBIR POR TERRENOS CON PENDIENTE. Subir caminando por una pendiente, sin necesidad de efectuar apoyos con las manos, no requiere ninguna técnica especial, sin embargo, cuando la pendiente aumenta hemos de tener en cuenta varias cuestiones que favorecerán nuestra progresión. En primer lugar, cuando ascendemos por zonas con pendiente, la línea recta no es el trazado más conveniente, subir como si fuéramos por una escalera es mucho más cansado, deberemos avanzar trazando diagonales, aunque nos parezca que así prolongamos más el camino. Normalmente, los senderos que seguimos han sido trazados teniendo en cuenta este hecho, de tal manera que bastará con que los sigamos, cumpliendo de esta manera con otro de los preceptos más importantes en los entornos naturales: no salirse de los caminos; de esta manera evitaremos la erosión del terreno que los propios caminantes provocan especialmente en las laderas de las montañas. En segundo lugar, hay que avanzar con pasos cortos, manteniendo el ritmo propio. Al subir es importante evitar dar grandes zancadas que acabarán produciendo una fatiga muscular más precoz y una sobrecarga sobre nuestras articulaciones, especialmente la rodilla. Una de las frases más escuchadas en boca de montañeros experimentados es la de: anda como un viejo para llegar como un joven. Para alcanzar nuestras metas, sobre todo, cuando éstas son exigentes, hay que ser todavía más conscientes de este aforismo y aprender a dosificar nuestro ritmo, dejemos la rapidez para los que participen en alguna competición. Hay que fijarse en el terreno por el que ascendemos, eligiendo el más sencillo; a lo largo de nuestros desplazamientos encontraremos lugares por los que tengamos que trepar o utilizar medios auxiliares. Procuraremos pisar apoyando toda la planta del pie, hay que evitar en la medida de lo posible andar de puntillas. Mantendremos una posición erguida y nuestro centro de gravedad se ajustará al grado de la pendiente y al peso que transportemos en nuestra espalda. FORMAS DE PROGRESIÓN. BAJAR POR TERRENOS CON PENDIENTE. Bajar puede resultar más difícil y en ocasiones según el grado de la pendiente más fatigoso. Personas poco experimentadas pueden presentar cierto temor a descender por una pendiente, sobre todo según el tipo de terreno por el que discurra. En general en las bajadas podemos seguir una trayectoria más recta; en caso de fuertes pendientes, descenderemos trazando diagonales. Al caminar por senderos marcados nos ceñiremos a ellos, evitando convertir la montaña en una red de surcos que la erosionen. La posición de bajada será erguida, pero con los hombros ligeramente inclinados hacia delante y las rodillas flexionadas para amortiguar el choque de la planta del pie con el suelo. La utilización de bastones permite amortiguar, todavía más, la bajada por fuertes pendientes, retrasando la fatiga muscular del cuádriceps. Descenderemos con los hombros y la mirada orientada de cara hacia la pendiente del valle; el peso de la mochila debe estar bien repartido y la mochila sujeta a nuestra espalda para evitar los desequilibrios. La zancada suele ser más amplia que en la subida y descenderemos con más rapidez, aunque, procuraremos no coger mucha velocidad para evitar desequilibrarnos y caer al suelo. Conviene que apoyemos toda la planta del pie. FORMAS DE PROGRESIÓN. BAJAR POR PENDIENTES PEDREGOSAS. En general descenderemos por la línea de máxima pendiente. Cuando las piedras son finas, de un tamaño como garbanzos, llevaremos cuidado por las posibles caídas, aunque en muchas ocasiones nos permitirán descender deslizándonos sobre ellas. Cuando las piedras sean aproximadamente del tamaño de una pelota de tenis, podemos avanzar dando saltos apoyando los talones, que nos permitirán moderar la velocidad del descenso, o bien dando grandes zancadas. En ambos casos, hay que prever que al deslizarnos arrastraremos piedras, por lo que caso de ir con más personas deberán descender en una trayectoria diferente a la nuestra. En bloques de piedras grandes, normalmente de granito, podemos progresar con bastante seguridad, aunque deberemos estar atentos. Alcanzaremos el bloque contiguo evitando dar pasos muy largos, es posible que alguno de estos bloques sea inestable, por lo que tendremos que estar atentos a su estabilidad y a sujetarnos en caso de una posible caída sobre todo si tenemos que saltar de un bloque a otro; en este caso, tantearemos primero los bloques. Hay que prestar especial atención a que el pie no nos quede atrapado entre dos bloques. FORMAS DE PROGRESIÓN. BAJAR POR PENDIENTES HERBOSAS. Descender por una pendiente con hierba requiere un mayor control por nuestra parte, la superficie que nos ofrece es mucho más resbaladiza, especialmente si está mojada, por ello la velocidad de descenso deberá ser más moderada que en una superficie con piedras. La posición del cuerpo será similar a la del descenso en otros tipos de superficies, procurando apoyar toda la planta del pie y evitando en este caso apoyar sólo los talones. Las pendientes con hierba pueden estar en zonas cercanas a un cortado, por lo que una caída en ellas puede tener graves consecuencias. Puede ser necesario ayudarnos con material auxiliar, como los bastones, o incluso colocarnos los crampones en los tramos más peligrosos, en zonas de nieve, hielo o escarcha. FORMAS DE PROGRESIÓN. ATRAVESAR UN RÍO Cuando en el transcurso de nuestro recorrido nos veamos obligados a cruzar un río, comprobaremos si hay un puente en las cercanías de nuestro camino. En ocasiones encontraremos un puente más o menos improvisado con troncos, pero, de no ser así, buscaremos el lugar más accesible para vadearlo. Localizaremos algún estrechamiento del río que podamos saltar o si es demasiado ancho miraremos si lo podemos cruzar saltando de piedra en piedra; en período estival sin tormentas, suele ser fácil cruzar los ríos. Cuando el río es más caudaloso o las aguas fluyen rápidas, tendremos que valorar la posibilidad de meternos en el agua; en este caso, seguiremos los siguientes pasos: Elegir el lugar más adecuado para vadearlo. Hay que elegir los lugares en los que el agua fluya con menos fuerza; por ejemplo, después de la curva del río, la corriente va menos rápida que al final de un tramo sin curvas. Intentaremos comprobar la profundidad del río con algún palo o bastón, o lanzando alguna piedra; arrojaremos alguna rama que flote para observar la velocidad de la corriente. No es conveniente descalzarse para vadearlo, puesto que nos podemos cortar con una roca afilada del fondo, o con algún cristal o lata arrojada por desaprensivos. Es interesante llevar un calzado de repuesto, por ejemplo unas zapatillas de deporte que también nos servirán en los momentos de descanso. Si fuera necesario utilizaremos nuestras propias botas y nos quitaremos los calcetines, si no tenemos otros secos de repuesto. Hay que utilizar un bastón o una rama que nos permita tanto comprobar la profundidad del cauce durante nuestro avance, como proporcionarnos un tercer punto de apoyo, formando un triángulo con nuestras piernas. Hay que aflojar las correas de la mochila, y soltar la correa del cinturón de ésta, por si se nos llevará la corriente y hubiera que desprenderse rápidamente de ella. Cruzaremos siempre en diagonal, si la corriente es fuerte lo haremos a favor de ella, si no es muy fuerte podemos hacerlo contracorriente. Otras medidas MÁS EXCEPCIONALES que podemos tomar son: En caso de serios peligros nos podemos atar una cuerda a la cintura mientras vadeamos el río, aunque, algunos autores desaconsejan este procedimiento. Es preferible colocar una cuerda de lado a lado del río por encima de nosotros, para sujetarnos a ella mientras avanzamos. Otro procedimiento útil es pasar de dos en dos; para ello, nos colocaremos uno frente a otro y apoyaremos nuestras manos en los hombros del compañero, en esta posición nos desplazaremos por el cauce dando pequeños pasos transversales. Este procedimiento nos dará una mayor estabilidad, PERO OJO.. NOS PUEDE ARRASTRAR A LOS DOS. En casos extremos, si tuviésemos que atravesar el río a nado, lo haremos en diagonal, a favor de la corriente y con una cuerda de seguridad. FORMAS DE PROGRESIÓN. ATRAVESAR UN RÍO CAMINAR POR LA NIEVE Los senderos de media montaña por los que transitamos con normalidad en verano, durante el invierno pueden verse cubiertos de nieve. Movernos por ellos requerirá de unos conocimientos técnicos diferentes, según queramos desplazarnos con esquís, raquetas o andando. Las disciplinas de montaña invernal, como el esquí de pista, el esquí de fondo o el esquí de travesía, son un medio interesante y atractivo para poder practicar actividades en la naturaleza con mayor o menor exigencia. Cuando nuestra intención sea la de andar por la montaña o por los senderos, aunque estén nevados, hemos de conocer la utilización de unos materiales más específicos que se han descrito en el tema de vestimenta y materiales. En primer lugar hemos de revisar nuestras botas, que han de ser impermeables, preferentemente de materiales plásticos con botín interior, si utilizamos botas de cuero o membranas impermeables; además realizaremos un mantenimiento periódico, tal y como exponemos en el capítulo dedicado al material. El piolet es un elemento auxiliar necesario cuando nos movemos por territorios con nieve o hielo. Se utiliza como instrumento de apoyo para detenernos en caso de caída en una pendiente. Cuando lo que pretendemos es simplemente andar por la nieve, puede ser de más utilidad usar unos bastones con arandela grande. Sin embargo, el piolet es muy útil en los glaciares, más propio de alta montaña. Eso no significa que no necesitemos atravesar un nevero puntualmente y se necesite material y conocimientos técnicos. CAMINAR POR LA NIEVE Utilizaremos un piolet clásico, de mango algo más largo, a modo de bastón, cuando transitemos por terrenos nevados y con escasa pendiente. Lo cogeremos por la cruz con la palma de la mano apoyada en la pala y la correa auxiliar o dragonera puesta. El pico mirará hacia delante en el sentido de la marcha, y la pala hacia atrás; lo llevaremos en el lado de la pendiente que mira a la montaña, apoyando el regatón (punta de la parte más larga del piolet o mango) en el suelo cada vez que avance el pie correspondiente al mismo lado. No nos debemos olvidar de cambiar el piolet de mano cuando nos desplacemos por el otro lado de la pendiente. Las raquetas de nieve son uno de los complementos más interesantes para desplazarnos por la nieve. Tradicionalmente utilizadas en los países nórdicos, han recobrado un nuevo auge en nuestras montañas. Su utilización no requiere ninguna técnica especial, pudiendo utilizarse en cualquier tipo de terreno nevado, incluso por el hielo, gracias a unas pequeñas cuñas fijadas a su suela. Se sujetan al pie mediante correas o fijación automática, son preferibles aquellas que permiten dejar la talonera libre. Unos bastones con arandela grande son el complemento ideal para ayudarnos a mantener el equilibrio. CAMINAR POR LA NIEVE La utilización de esquís forma parte de los tradicionales deportes de invierno. Las modalidades de alpino y de fondo requieren unas pistas previamente acondicionadas y un aprendizaje técnico. El esquí de montaña o de travesía nos permitirá ascender con esquíes por fuertes pendientes nevadas y deslizarnos posteriormente por ellas. Son aconsejables los esquís con fijaciones especiales y otros elementos como las pieles sintéticas que se adhieren por debajo de éstos, impidiendo que nos deslicemos hacia atrás. La simbiosis entre alpinismo y esquí hace de esta disciplina una de las más atractivas, pero también de las que requieren una mayor preparación física y técnica, así como un gran conocimiento del medio. CAMINAR POR LA NIEVE. ATRAVESAR UN NEVERO. Los neveros son zonas residuales de nieve, de tamaño variable, que persisten al calor del verano, generalmente situados en las zonas altas y umbrías, especialmente en la cara norte de las montañas. En nuestras excursiones veraniegas, ya dentro de la alta montaña, es frecuente que tengamos que atravesar alguno de estos neveros. Al introducirnos en el nevero, especialmente si está sobre terreno pedregoso o de bloques de piedras grandes, el primer pie lo situaremos lo más alejado posible del borde, para evitar que ceda la nieve, si no tiene la suficiente consistencia. La forma de atravesarlos dependerá del estado en que se encuentre la nieve. A la madrugada y a primeras horas de la mañana, podemos encontrarnos con la nieve helada, en estos casos y según la longitud, pendiente o la presencia de posibles huellas en el nevero, utilizaremos los crampones y el piolet. Conforme avanza el día, la nieve se ablanda, y permite realizar una buena huella que nos facilita la travesía del nevero. Es conveniente que todos los componentes del grupo vayan por la misma huella abierta por el primero, que también nos servirá para nuestro regreso. Procuraremos que la huella que hagamos sea lo más profunda posible, caminando erguidos y con precaución de no resbalarnos, sobre todo si el nevero está en una zona con pendiente. Como previsión ante posibles caídas, deberemos llevar pantalones largos, jersey de manga larga, y guantes, para evitar las heridas por abrasión que nos produciría el roce con la nieve. Si resbalamos y no llevamos un piolet para detener nuestra caída, nos colocaremos a cuatro patas de cara a la nieve, utilizando nuestras manos y pies para evitar deslizarnos. CAMINAR POR LA NIEVE DURA O HIELO. El terreno más sencillo se puede convertir en una zona peligrosa cuando nos lo encontramos helado; atravesarlo sin los conocimientos y el material adecuado puede provocar nuestra caída. Cuando tengamos previsto realizar una excursión o la ascensión a una montaña en invierno debemos llevar en nuestra mochila, entre otros materiales, unos crampones y un piolet. Ante cualquier situación de riesgo por una placa de hielo, aunque ésta sea pequeña, es preferible que perdamos un poco de tiempo. Los crampones son un material más específico de la alta montaña. Se trata de una plataforma metálica sobre la que apoyaremos la suela de la bota, que está rematada por una serie de puntas, normalmente doce, que se introducirán al andar sobre la nieve dura o el hielo. El sistema de sujeción a las botas puede ser mediante correas o mecanismos automáticos, tal y como describimos en el tema de materiales. Para su utilización es necesario, en primer lugar, que estén ajustados a nuestras botas. Aunque ésta sea una labor que deberemos realizar en casa, es conveniente que llevemos una pequeña llave fija y un destornillador por si fuera necesario. En segundo lugar hay que tensar convenientemente las correas, hebillas o colocar bien los sistemas rápidos mediante palancas de sujeción. Los de correas hay que apretarlos fuertemente para evitar que se nos salgan en el momento más inoportuno, pero no tanto como para impedir que circule la sangre por los pies. En tercer lugar, al andar y en función de la pendiente, utilizaremos los crampones clavando siempre todas las puntas, hay que evitar clavar solamente las puntas de un lateral. Inclinaremos nuestro pie en función de la pendiente para que apoye toda su superficie. Un problema que se nos puede presentar cuando andamos con crampones es la acumulación de nieve debajo de ellos (zuecos de nieve), que impide que las puntas se claven adecuadamente. Por el peligro que puede causar, vigilaremos constantemente su posible formación, golpeándolos con el piolet, para evitar que la nieve se quede adherida. Existen en el mercado unos antizuecos de laminas de látex, que se colocan en los crampones y evitan su formación. En casos extremos de terrenos helados y con fuertes pendientes, puede incluso ser necesario tallar escalones en el hielo con nuestro piolet. CAMINAR POR LA NIEVE DURA O HIELO. CAMINAR EN GRUPO Una de las normas de la montaña es no ir solo. Cualquier accidente en el medio natural entraña un mayor riesgo si no tenemos a alguien cerca que nos pueda ayudar. Una simple torcedura de un pie, que nos impida seguir la marcha, se convierte, si vamos solos, en un serio problema. Caminar en grupo con nuestros amigos tiene, además, el placer añadido de la compañía. En la actualidad hay una gran cantidad de asociaciones y clubes que realizan actividades de todo tipo, en el medio natural. En ellos siempre encontraremos personas cualificadas para realizar actividades que requieran conocimientos técnicos. Cuando nos desplazamos en grupo hemos de mantener unas pautas de actuación; por ejemplo, hay que saber adaptarse al ritmo de los demás miembros del grupo. Si hay personas con diferente nivel de condición física, procurarán caminar según los grupos de nivel, estableciendo lugares de reunión a lo largo del camino. Las personas más preparadas controlarán el desarrollo de la marcha, pero todos los miembros del grupo deberían saber en todo momento por dónde van y si se va cumpliendo el horario previsto. Sentir que aunque nos estén guiando tenemos un papel activo, nos hará disfrutar doblemente de nuestra excursión. Guiar un grupo siempre es una responsabilidad que requiere tener suficiente conocimiento del medio. La experiencia se adquiere practicando, pero cuando se pretende ser un guía profesional se han de obtener los títulos correspondientes. Cuando nuestra actividad sea potencialmente difícil, y especialmente si vamos en grupo, la ayuda de un guía profesional es insustituible. PELIGROS EN LAS AMN. El medio natural es un medio cambiante y presenta una serie de peligros que pueden generar situaciones de riesgo cuando realizamos actividades en él. Como responsables de un grupo, debemos conocer estos peligros con el fin de valorar el grado de exposición y el riesgo asumido. Toda actividad en el medio natural implica un riesgo. Riesgo = Peligro x Exposición El riesgo debe ser conocido y controlado por el equipo de responsables, que deberá replantearse un cambio de actividad o su anulación cuando el riesgo a asumir se considere inaceptable. En la identificación de peligros diferenciamos entre: ∙ Peligros objetivos: aquéllos que impone el medio natural. ∙ Peligros subjetivos: aquéllos que provocamos las personas con nuestra actitud. PELIGROS EN LAS AMN. PELIGROS OBJETIVOS Son los peligros provocados por el medio natural, sin actuación humana. Las personas no podemos actuar para que no existan, pero sí podemos actuar para minimizar nuestro grado de exposición o de vulnerabilidad a ellos. 1. TORMENTAS Y RAYOS. En la montaña las condiciones pueden cambiar de manera notable en poco tiempo. En verano es frecuente la formación de tormentas de evolución en un periodo muy corto de tiempo. Por la mañana el cielo aparece despejado, a media mañana han crecido algunas pequeñas nubes y sobre el mediodía estas nubes se desarrollan de manera vertiginosa hacia arriba hasta formar un cumulonimbo de tormenta (nubes de desarrollo vertical), que descargan gran cantidad de precipitación en forma de agua/granizo y vienen acompañadas de descargas eléctricas. Las tormentas pueden provocar: ∙ Hipotermia debido al descenso de la temperatura y la elevada humedad. ∙ Aumento de caudales en barrancos o ríos, que serán más difíciles de cruzar. ∙ El suelo estará resbaladizo aumentado la probabilidad de resbalones y caídas. ∙ Una incomodidad general en el grupo así como dificultad en la comunicación. PELIGROS EN LAS AMN. PELIGROS OBJETIVOS 2. NIEBLA. Son nubes bajas que disminuyen la visibilidad, provocando la pérdida de puntos de referencia y dificultando la orientación. Hay varios lugares en el Pirineo y en Picos de Europa donde las nieblas son muy frecuentes, son zonas donde de manera habitual los grupos se extravían. Es prácticamente imposible orientarse con niebla salvo que estemos sobre un camino claramente marcado, por lo que resulta fundamental en esos casos no perderlo y, de manera preventiva, llevar siempre un GPS con la ruta cargada y baterías suficientes y mapa. 3. HUMEDAD, VIENTOS Y BAJAS TEMPERATURAS. El viento puede hacer que perdamos rápidamente temperatura corporal, aparte de aumentar la probabilidad de caídas al desequilibrarnos, provocar incomodidad y dificultar la comunicación entre las personas. Unido a la humedad y a las bajas temperaturas es muy posible que cause hipotermias. PELIGROS EN LAS AMN. PELIGROS OBJETIVOS 4. ALTAS TEMPERATURAS, SOL Y CALOR. Las altas temperaturas pueden provocar insolación, golpe de calor, deshidratación, daños en la piel o en los ojos, etc. Debemos tomar las precauciones pertinentes para evitar que el sol y el calor nos puedan afectar: evitar realizar actividad física en las horas de más calor, protegernos adecuadamente del mismo (crema de sol de factor elevado, gorra, ropa de colores claros y gafas de sol de filtro adecuado) e hidratarnos de manera constante (beber antes de tener sed). 5. CAÍDAS DE MATERIALES. Los procesos de erosión y las condiciones meteorológicas pueden provocar la caída de piedras sobre el camino o sobre el grupo. Los caminos junto a paredes verticales o en fuerte pendiente pueden ser puntos de alta probabilidad de caída de materiales, por lo que conviene pasarlos con atención y diligencia. PELIGROS EN LAS AMN. PELIGROS OBJETIVOS 6. FAUNA Y FLORA. En el medio natural, existen distintas plantas tóxicas (adormidera, belladona, estramonio...) y setas venenosas (Amanita muscaria, Boletus satanás...) que pueden generarnos graves problemas, incluida la muerte por ingestión. Aprende a reconocerlas, educa en su identificación y evita manipularlas. En cuanto a animales, en Galicia debemos poner atención a víboras, escorpiones, tarántulas, escolopendras, garrapatas y, eventualmente, avispas y abejas, así como a la presencia del oso en la Sierra do Courel, Ancares y Macizo Central Orensano. PELIGROS EN LAS AMN. PELIGROS OBJETIVOS 7. OSCURIDAD. Si hacemos una buena planificación de horarios será difícil que la oscuridad nos afecte. Pero si sucede, la probabilidad de extravío –por falta de puntos de referencia– y de enfriamiento (hipotermia) –si no se lleva ropa y material suficiente para pasar la noche- es muy alta. 8. CRUCE DE CAUCE DE RÍOS Y BARRANCOS. Hay que tener en cuenta que pequeños ríos o barrancos sin puente, pero de fácil flanqueo a primera hora de la mañana, pueden aumentar drásticamente su caudal en las horas de más calor (por efecto del deshielo aguas arriba) o tras una tormenta. Es importante conocer los sistemas más adecuados para cruzar estos riachuelos de montaña cuando aumentan su caudal. PELIGROS EN LAS AMN. PELIGROS SUBJETIVOS. Son aquellos donde la actuación humana es la responsable al 100 % de la situación de riesgo creada y/o del accidente. Una preparación y planificación adecuada de la actividad puede minimizarlos e incluso anularlos. 1. SOBRESTIMACIÓN DE LAS CAPACIDADES DEL GRUPO. Ocurre cuando valoramos las capacidades técnicas, físicas y/o psicológicas del grupo y/o monitorado por encima de la realidad. La valoración tiene que ser objetiva y contrastada. Por eso es recomendable que todo el monitorado se involucre en el proceso de planificación de la ruta, aportando así distintos puntos de vista acerca de la idoneidad de la ruta seleccionada, en relación al grupo. 2. ERRORES DE APRECIACIÓN EN LA PLANIFICACIÓN Y DISEÑO DE LA RUTA. Una mala planificación, sin la cartografía y los materiales adecuados, nos llevará a no valorar correctamente la actividad a realizar, con lo que el resultado de la misma puede alejarse bastante del deseado tanto por horarios como por las dificultades técnicas que encontremos, con las consecuencias que esto nos puede acarrear. Errores de este tipo saldrán a la luz cuando el monitorado vaya a realizar la ruta previamente a su realización con el grupo, por lo que este reconocimiento resulta imprescindible. 3. FORMACIÓN INSUFICIENTE, TANTO DEL TÉCNICO COMO DEL GRUPO. La formación en seguridad en montaña es necesaria y debe ser continua, ya que de manera periódica aparecen nuevas herramientas o sistemas que nos permiten realizar actividades más seguras. Creer que ya sabemos suficiente puede provocar errores y accidentes. También la formación del grupo es fundamental: dedica jornadas previas a la actividad e informa de lo que se va a realizar, el equipo necesario… las características que deben tener los posibles practicantes de la actividad… PELIGROS EN LAS AMN. PELIGROS SUBJETIVOS. 4. EQUIPAMIENTO INSUFICIENTE. Tanto el monitorado como el de los participantes deben ir correctamente equipados. Para ello resulta imprescindible transmitir a padres, madres y/o tutoras/es y participantes cuál es el material necesario y supervisar antes de salir que todos los participantes lo llevan y que está en buen estado. Por otro lado, también puede que sea necesario optimizar el peso que llevamos. Evita cargar con material innecesario, pero no condiciones tu capacidad de respuesta a una eventualidad por haberte ahorrado unos cuantos gramos en la mochila. Sé realista: las actividades con menores requieren de una mayor capacidad de respuesta por tu parte ante los imprevistos. 5. FORMA FÍSICA INSUFICIENTE. Debemos asegurarnos que tanto el equipo de monitores como el de los participantes están físicamente preparados para la actividad que nos proponemos. Si realizamos salidas senderistas o de montaña con el grupo todo el año será sencillo: bastará con ir haciendo recorridos similares o en progresión creciente durante el mismo. Si el grupo no realiza actividades el resto del año, resulta necesario planificar en el campamento o salida una o varias excursiones con exigencia física progresiva, de tal manera que ayudemos en lo posible a un entrenamiento progresivo y podamos valorar la correcta adaptación del grupo al objetivo final. Y siempre adaptaremos el nivel de exigencia al grupo que llevamos. PELIGROS EN LAS AMN. PELIGROS SUBJETIVOS. 6. ENFERMEDADES Y/O LESIONES. Evitemos crear situaciones «críticas» innecesarias: una antigua lesión mal curada, una salida larga después de unos días de cama... El monitorado debe ser objetivo con estas eventualidades que siempre se pueden dar, y evitar poner en riesgo al grupo por algunas de estas «situaciones anunciadas». Si no quieres anular la actividad por no dejar «en tierra» a alguno de sus participantes, reformula la actividad para que esa persona pueda realizarla disfrutando y con garantías. VALORACIÓN DEL GRUPO Y ADAPTACIÓN DE LA ACTIVIDAD. Previamente a la elección de ruta, el primer paso es conocer las características del grupo que va a realizarla. Conociendo la capacidad física y técnica del grupo, podremos elegir una actividad en la que todos sus participantes puedan disfrutar con seguridad. 1. EXPERIENCIA Y FORMACIÓN EN MONTAÑA DE LOS RESPONSABLES. Es conveniente analizarnos a nosotros mismos junto con el resto de monitores y monitoras y que la actividad esté por debajo de nuestras capacidades físicas y técnicas. Solo así podremos asegurar que vamos a estar capacitados para actuar en plenas condiciones ante un posible incidente. Recuerda que la actividad es para el disfrute y aprendizaje del grupo, no para el monitorado. 2. EXPERIENCIA Y CARACTERÍSTICAS DEL GRUPO. El monitorado debería conocer la experiencia y motivación del grupo que participarán en la actividad senderista o de montaña. Si es un grupo al que no se conoce es recomendable realizar un cuestionario sencillo a modo de test antes de la travesía o excursión principal o una caminata ligera si la organización lo permite. Lo ideal es que haya un aprendizaje creciente con el que poder valorar la forma física y la evolución del grupo. EN UN TREKKING PLANIFICAR LAS RUTAS EN PROGRESIÓN DE DIFICULTAD TÉCNICA Y DE CF. Tras valorar diferentes aspectos del grupo de menores se debe adaptar la actividad a las personas que presenten menor nivel: distancias y tiempo que están acostumbrados a caminar, frecuencia de rutas a la semana? Son preguntas sencillas que nos pueden dar una idea del nivel general del grupo. VALORACIÓN DEL GRUPO Y ADAPTACIÓN DE LA ACTIVIDAD. 3. RATIOS MONITOR, TÉCNICO/MENORES. El Decreto 50/2000 (Título II, Capítulo II y Artículo 47) establece la ratio mínima para actividades de tiempo libre de 1 monitor por cada 10 participantes. Sin embargo, tratándose de una actividad en el medio natural en el que asumimos una serie de riesgos, desde la FEDME y la propia xunta en el protocolo covid de las AMN, aconsejan la presencia de 1 monitor o monitora cada 8 menores, y siempre con un mínimo de 3 monitores por grupo. Esto son actividades de varios días, con una actividad puntual como puede ser una ruta y con personas adultas no se establece obligatoriedad de ratio, pero siempre y por razones de seguridad, min. 3 monitores/ técnicos. Es altamente recomendable que todo el equipo de monitorado realice el reconocimiento previo de la ruta, ya que de esta manera cada uno de ellos tendrá la información suficiente para una toma de decisiones adecuada de forma autónoma. DECRETO 50/2000, de 20 de enero, por el que se refunde y actualiza la normativa vigente en materia de juventud. (Legisla los campamentos y las actividades al aire libre de los menores de 30 años, aquí podréis encontrar las autorizaciones necesarias para los campamentos, marchas trekking… en Galicia) VALORACIÓN DEL GRUPO Y ADAPTACIÓN DE LA ACTIVIDAD. 3. INFORMACIÓN DE RUTAS. LA BÚSQUEDA. Una vez hemos valorado a todo el grupo (monitorado y participantes), debemos buscar una actividad que se adecue a las características del mismo. Será nuestra responsabilidad como personas responsables de la actividad conseguir una información veraz, completa y actualizada, a partir de la cual podamos seguir planificando nuestra actividad. A continuación te mostramos las distintas fuentes de información, pero antes ten en cuenta que: Es preferible buscar y contrastar rutas prediseñadas por otros colectivos similares al nuestro, que nos pueden dar información extra sobre la misma. ∙ La revisión de la ruta sobre el terreno, a poder ser por todo el monitorado y días antes de su realización con el grupo, debe ser un aspecto prioritario en vuestro proceso de planificación. El Decreto 50/2000 recomienda que, por lo menos una persona haya realizado esta revisión en el último año (independientemente de que la conozca de otros años), pero mejor si la revisa todo el equipo de monitores y monitoras. ∙ Que encontremos una ruta prediseñada que encaja con nuestro grupo no quiere decir que no tengamos que trabajarla por nuestra cuenta. A) LIBROS, MAPAS Y PUBLICACIONES. Como vimos en el apartado de caminos y senderos al inicio del curso, existen numerosas guías con la descripción detallada de muchos de los senderos existentes. Estas guías deberían incluir descripción del itinerario y su información técnica básica: distancia a recorrer, desnivel positivo y negativo, horario estimado y tipo de ruta….. Asegúrate de que la información está actualizada (fecha de edición) contrastándola con otras fuentes. VALORACIÓN DEL GRUPO Y ADAPTACIÓN DE LA ACTIVIDAD. B) INFORMACION EN INTERNET. Existen infinidad de fuentes de información en Internet sobre rutas senderistas, elaboradas por distintosorg anismos de la administración pública. Muchos de estos senderos están señalizados como GR, PR o SL. Por Concellos, Asociaciones, Agrupaciones…. Estos senderos, en la mayor parte de los casos, disponen de una entidad promotora que garantiza el buen estado del camino y de la señalización, así como su mantenimiento periódico. Consulta la web del concello o zona a la que vayas a realizar la ruta en su página de turismo tienen información sobre la misma. C) BLOGS Y FOROS DE MONTAÑA Y SENDERISMO. Actualmente la mayor web colaborativa donde se pueden compartir tracks (archivos para seguimiento con GPS) e información de rutas de forma libre es Wikiloc. En esta web se pueden descargar los tracks de las rutas, compararlos, grabarlos y seguirlos.. Con o sin conexión por 15E al año. Tiene algunas opciones gratuitas. www.wikiloc.com

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