Intervención Psicológica en Familias y Pareja - Construcción de la Pareja I PDF

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Summary

This document describes different relational aspects and stages in couples relationships. It covers topics like the importance of time and effort in a successful relationship, different types of relationships, and the expectations people have of each other when it comes to love and marriage. The document also includes different author's perspective on the relationship and its nature.

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Intervención Psicológica en Familias y Pareja “ Construcción de la Pareja I” La búsqueda de pareja requiere más tiempo y energía que ninguna otra cosa. Una pareja que funcione, otorga mucha felicidad, sin embargo tenemos una sociedad totalmente...

Intervención Psicológica en Familias y Pareja “ Construcción de la Pareja I” La búsqueda de pareja requiere más tiempo y energía que ninguna otra cosa. Una pareja que funcione, otorga mucha felicidad, sin embargo tenemos una sociedad totalmente equivocada con respecto a la felicidad puesto que las personas a veces somos capaces de hipotecarnos con cosas materiales y hemos olvidado el auténtico objetivo para el que se ha programado la vida: la búsqueda de pareja en condiciones. (J.M Caballero, 2013) Las relaciones humanas son apuestas, no podemos conocer todo del otro, hay cosas que son literalmente imposibles de conocer como lo que realmente siente el otro. Erich Fromm apuntó, “más allá de la pasión, de la reciprocidad y del intercambio afectivo, el amor es una actividad interna que implica la preocupación viva y el continuo cuidado por la vida y el bienestar de la persona amada, el sentimiento de responsabilidad genuina por sus necesidades y el respeto a su individualidad. El amor está reñido con la pereza y la apatía, y no somos capaces de amar a no ser que estemos activos, conscientes de nosotros mismos y en estado de alerta” Enamorarse implica exponerse, abrirse, mostrarse a uno mismo como realmente es, y arriesgarse a ser seguidamente rechazado o humillado. Ma Antonia Güell, analiza tres razones básicas que resumen la motivación más expresada por las parejas para casarse o convivir en pareja. - El amor; considerándolo como un estado racional-emocional que hace que alguien tome una decisión tan seria como la de compartirlo todo con otra persona, convencida de que lo que va a proporcionarle ese otro, es felicidad. - La necesidad de tener compañía: considerando necesidades interpersonales básicas, - Las expectativas previas: desde niños se nos enseña a esperar la madurez para reproducir un patrón de funcionamiento que, en teoría asegura la felicidad. El matrimonio o la convivencia en pareja, aunque no se pase por la iglesia o por el registro civil, constituyen una meta vital. Cumplirla, para muchos, significa adaptarse, ser realista y ser aceptado. Mantenerse fuera de esta opción implicaría cierta marginación. Para la mayoría de las personas esa expectativa alimentada durante años necesita ser satisfecha en la juventud o al iniciarse la edad adulta para mantener la auto-estima en su lugar, por lo que muchos asumen la soltería como un fracaso. Las mujeres y los hombres somos diferentes, es importante conocer esas diferencias. Tenemos órganos distintos, cerebros diferentes, sistemas cardiovasculares distintos. A nivel hormonal, las mujeres tienen más disposición cerebral a generar oxitocina y los hombres a generar testosterona. Las mujeres suelen tener ciclos hormonales, a diferencia de los hombres quienes a lo largo de su vida mantienen niveles relativamente constantes de hormonas. A nivel de sistema cardiovascular, cuando las parejas discuten, los hombres bombean más sangre, por lo que se enfadan más y tardan más en volver a estado base, las mujeres bombean menos, se les pasa antes y pueden guardarlo en un “frasquito” y sacarlo en cualquier otro momento mientras al hombre ya se le habrá olvidado. Por otro lado, se ha observado que las parejas homosexuales tienden a vincularse de forma heterosexual. ¿De dónde nace esta disposición natural al vínculo, a relacionarnos con otras personas? Nace de un estado de dependencia, que da sentido a la vinculación estrecha madre-hijo. Cuando una madre besa a su hijo, coge bacterias de este y dentro de su cuerpo genera anticuerpos que se los trasmite a través de la leche materna. ¿Por qué cuando nacemos somos tan dependientes? La culpa la tiene el andar en dos piernas, lo que implica un “software cerebral” muy grande, y no podría salir si naciese en estado maduro, por lo que la naturaleza hace que nazcamos prematuros. En la gestación se produce una sobreproducción de oxitocina (la molécula de la confianza). Si a una persona se le administra una dosis importante de oxitocina, se ha demostrado que confía más. La oxitocina hasta cierto punto, es la hormona de la fidelidad. FASES DE LA PAREJA 1. Atracción: en algunas ocasiones las personas se quedan en la atracción porque cuando pasan a la fase de conocimiento no les gustan lo que ven y entonces deciden que quieren quedarse en la atracción. A estas personas no les gusta tener que dejar, que se produzca una ruptura porque siempre son dolorosas. Le duele al que deja y al dejado. A pesar de ello es mejor dejar pero el que hace esto tiene que lidiar con la culpa y si no puede con eso, lo que hace es autoengañarse y pensar que en realidad sigue queriendo a la otra persona. 2. Conocimiento: lo que se necesita para conocer a alguien a priori es tiempo. 3. Guerra de acoplamiento: se empiezan a definir una serie de parámetros humanos que limitan a la persona. Por lo general la amistad no corta la libertad, en cambio, a veces la pareja sí. Cada vez que se elige estar con alguien implica renunciar a otra parte a la que le gustaría explorar y conocer a otra persona. No es que las personas no se quieran, sino que aparece una disposición genética doble vinculante: una parte es sedentaria y quiere establecerse en un lugar y otra parte de es nómada y quiere conocer otras tierras (esto es la herencia de nuestra supervivencia). En esta guerra se tienen que acoplar dos vidas con gustos diferentes, sueños diferentes, valores, etc. 4. Aceptación: Esta fase es capital porque aquí se echan raíces para bien y para mal. Esta fase implica que una vez que se ha conocido al otro, se ha llegado a un punto en el que las cosas que no gustan del otro realmente no importan. Cuando se tiene que aceptar algo, se tiene que hacer de una manera natural, no se puede aceptar algo si no lo toleras. Cuando una pareja no va a funcionar, normalmente esa relación termina en 2 o 3 meses. Uno de los síntomas que indica mal pronóstico es cuando uno de los dos ha reescrito la historia experiencial. Tenemos 2 yoes: El “yo experiencial” y el “yo que recuerda”. El primero es el de aquí y ahora y el segundo es el que cuenta historias. El segundo es el que hace que el recuerdo tenga un proceso narrativo, dependiendo de cómo estén ubicados los elementos. El yo que recuerda cuenta diferentes historias. Es muy importante terminar las cosas bien porque el yo que recuerda da más importancia a los finales que al principio. El recuerdo de lo desagradable tiene más que ver con el final de la historia que con el tiempo que dura. Cuando uno de los dos miembros reescribe la historia de la pareja de tal manera que no recuerda nada bueno, la relación está muerta. Tipos de Pareja Campo y Linares (2002), establecen una tipología de pareja: Pareja funcional: en la que se da una buena capacidad para resolver los conflictos conyugales y un adecuado interés por la nutrición relacional de los hijos. La jerarquía es equilibrada, la cohesión es centrada, ni muy aglutinada y muy desligada, y la adaptabilidad se muestra flexible, con buena capacidad de cambiar en contextos y etapas evolutivas diversas. Pareja triangulada: la desarmonía hace que uno o ambos miembros de la pareja busque aliados en terceras personas, a fin de participar en la resolución de los conflictos. En términos de jerarquía, hay un predominio de la simetría, la cohesión está disociada, la pareja está desligada en un clima de aglutinación. A su vez, estas triangulaciones hacen que la pareja tienda a la rigidez. Pareja deprivadora: en estas parejas, el ámbito conyugal, funciona bien, el fracaso se presenta en el ámbito parental, su paternalidad naufraga, desbordados por los hijos. La jerarquía es de predominio complementario, la cohesión muestra aglutinación en la pareja en contraste con un desligamiento frente a otros subsistemas, dándose una adaptabilidad escasa en el sentido de la rigidez. Pareja caótica: en esta pareja se produce una precoz y simultánea crisis en relación a las funciones conyugales y parentales. La jerarquía es simétrica dentro de la pareja, pero no la ejercen de manera coherente con los hijos, por lo que estos quedan expuestos a un desligamiento generalizado. La adaptabilidad es muy baja y de sesgo caótico, mientras que los valores y creencias suelen ser monótonos y estereotipados. Beatriz Golderg (2006), señala que existen cuatro modelos básicos de pareja. Pareja armónica: Cada uno tiene una vida independiente con la que se siente bien y accede en buen grado a compartir con su pareja parte de ella. Comparten una visión muy parecida de la vida y tienen valores y objetivos similares, pero no están de acuerdo en todo, por lo que en la pareja hay un espacio para el disenso e, incluso, para la pelea. Pareja simbiótica. Los integrantes de esta pareja no se reservan para sí espacios propios, ninguno reconoce límites en relación a dónde termina su individualidad y comienza la del otro. La simbiosis se produce de a dos, siendo uno de los miembros de la pareja el que impone una impronta posesiva; uno es el que suele llevar la parte más activa y el otro el que parece someterse pasivamente a los deseos del primero. Pareja tóxica: relación tormentosa en la que las satisfacciones que de ella se obtiene son bastante dudosas. Los reproches constantes, la ironía descalificadora, las escenas de celos, los insultos, los desbordes, las agresiones de todo tipo y, finalmente, la deseada reconciliación parecen los elementos perfectos para conformar este tipo de pareja. Pareja sospechosamente independiente, es la contrapartida de la pareja simbiótica. En ella cada uno de los integrantes sale por su lado, cada uno hace sus planes sin tener en cuenta al otro, ninguno le cuenta al otro de sus proyectos, aún cuando éstos deban incluir necesariamente a su pareja. Ninguno habla de sus sentimientos, ninguno se esfuerza por combinar sus horarios con el otro, ni sacrifica nada de su actividad por estar con su pareja. Pareja asimétrica, en la que existen diferencias entre sus integrantes de diverso orden. El modelo social prescribe que una pareja debe fundarse en torno de afinidades y correspondencias de todo tipo: afinidad de nivel social e intelectual; correspondencia de edades y estado civil; igual o similar nivel de belleza; igual ideología o religión; afinidad de gustos y puntos de vista. Pentágono del Amor Tipos de Vínculos, según grado de dependencia en relación a la satisfacción de los deseos y necesidades de cada uno. (García, 2001) Excluyente, si solo “un otro" puede satisfacer esa necesidad. Preferente, si con ese “otro” prefiere satisfacerse pero podría también alguna otra persona satisfacerle. Indiferente, si cualquier persona pudiera satisfacerle en esa necesidad del mismo modo que lo hace su pareja. No preferente, cuando hay alguno(s) que pueden satisfacerle mejor que su pareja. Vinculación negativa, cuando la pareja no puede satisfacer sus necesidades.

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