Crecimiento Físico, Intelectual, Emocional y Social PDF

Summary

Este documento examina los aspectos del crecimiento físico, intelectual, emocional y social durante la infancia. Describe los cambios corporales, el desarrollo cerebral y las emociones, destacando la importancia de la alimentación y la lactancia materna. Se enfoca en el desarrollo temprano del niño.

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Crecimiento físico, intelectual, emocional y social\ Durante la etapa prenatal ocurren varios procesos que benefician el desarrollo del ser humano. Desde cambios en la estructura del sistema nervioso, el incremento de sus cinco sentidos (oído, olfato, vista, gusto y tacto), así como el desarrollo y...

Crecimiento físico, intelectual, emocional y social\ Durante la etapa prenatal ocurren varios procesos que benefician el desarrollo del ser humano. Desde cambios en la estructura del sistema nervioso, el incremento de sus cinco sentidos (oído, olfato, vista, gusto y tacto), así como el desarrollo y crecimiento de órganos como el cerebro, siendo este el único órgano del cuerpo que necesita más tiempo para crecer y desarrollarse por completo, experimentando diversos cambios desde la etapa prenatal hasta la adultez. Crecimiento físico\ Los aspectos del desarrollo más visibles durante la niñez se presentan en el cambio corporal. Los niños adelgazan y crecen, sus rostros y aspecto físico cambian, y experimentan un aumento de altura y peso, entre otros. Por lo tanto, su rostro cambia por completo, teniendo una apariencia más delgada. No obstante, la proporción de su cabeza sigue siendo un poco más grande en comparación con la de su cuerpo, ya que el tronco corporal, así como los brazos y piernas se hacen más largos. Además, sus huesos comienzan a endurecerse, ayudando así a proteger sus órganos internos, en donde la parte exterior de este sistema óseo, en conjunto con el crecimiento muscular, le proporciona más fuerza (Papalia et al., 2017). Los cambios físicos antes mencionados son dirigidos por el sistema nervioso, por lo que durante la etapa de la niñez temprana siguen en proceso de maduración. Esto aporta al desarrollo de habilidades motoras, y en el caso del sistema respiratorio y circulatorio, se muestra más resistente a la actividad física, por lo que el sistema inmune tiene la función de mantener al niño sano (Papalia et al., 2017). Los bebés duplican su peso (de nacimiento) al llegar a los tres meses y lo triplican al cumplir su primer año. Por ejemplo, el peso promedio de una niña es de 3 kg al nacer y de 9.5 kilogramos al año. Por tanto, se estima que, para los dos años, pese 12 kilogramos y mida entre 80 a 89 cm de estatura. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no existe un peso y una estatura estándar para todos. Por ende, si un bebé es bajo o alto de peso o estatura, esto dependerá de su herencia genética (Kail y Cavanaugh, 2011). Para el crecimiento sano de un recién nacido, es muy importante su alimentación. Conforme crecen, las necesidades de alimentación varían. La lactancia materna es clave para que los bebés crezcan normalmente y obtengan nutrientes esenciales como carbohidratos, grasas, proteínas, vitaminas y minerales. Por ende, el crecimiento requiere de grandes cantidades de energía. De acuerdo con Kail y Cavanaugh (2011), un bebé de dos meses gasta hasta un 40% de su energía corporal en su proceso de desarrollo, mientras que el resto de la energía se destina a las funciones de la digestión y respiración, y una pequeña porción a la actividad física. Fuente: Papalia, D., Martorell, G., y Estévez, C. (2017). Desarrollo humano (13ª ed.). México: McGraw Hill. Crecimiento intelectual\ Durante la etapa temprana del niño, este no será capaz de distinguir entre su entorno o él mismo, ya que se va adaptando a través de reflejos innatos, los cuales le ayudan a comer y protegerse, hasta adaptarse a sus movimientos y su cuerpo. Por lo tanto, mientras va interactuando con su entorno, poco a poco va creando una representación mental de las cosas, personas y objetos. Por lo tanto, es hasta el momento de explorar o tocar las cosas que será posible recordarlas, con la finalidad de ir adquiriendo sus habilidades cognitivas (pensar, aprender, percibir, recordar y comprender). De la mano del crecimiento del cerebro, existe un desarrollo físico, cognitivo y emocional. El cerebro pesa unos 340 gramos al momento del nacimiento, siendo casi el 25% del peso, respecto al de un cerebro adulto. A los tres años logra alcanzar un 80% de su peso en la madurez (Kail y Cavanaugh, 2011). El cerebro se encuentra dividido en dos hemisferios: el izquierdo, que se ocupa (de manera general) del lenguaje y del razonamiento lógico; y el derecho, el cual se encarga de las funciones visuales y espaciales (Papalia, Martorell, y Estévez, 2017). Según Papalia et al. (2017), se ha llegado a la conclusión de que el término de inteligencia es muy controvertido. Sin embargo, muchos concuerdan que la inteligencia se presenta gracias a la capacidad de aprender o adaptarse a nuevas experiencias, así como al sentido de práctica sobre las cosas de una manera indeterminada. En el proceso de la inteligencia,\ las primeras áreas que aportan por sus capacidades sensoriales, ya que controlan la información de los cinco sentidos, son el tacto, el olfato, el gusto, la audición y la vista (Papalia et al., 2017): - - - - Crecimiento emocional\ ¿Qué pasaría si no tuviéramos emociones? Kail y Cavanaugh (2011) proponen que los seres humanos disfrutamos de actividades, las cuales nos generan emociones como placer, sorpresa, molestia o hasta ira. Asimismo, afirman que las emociones son sumamente importantes, ya que nos ayudan a adaptarnos al entorno. A través de expresiones faciales (y otras conductas) se ha podido estudiar el desarrollo de las emociones en los bebés, aceptando que los recién nacidos solo experimentan placer y dolor, por lo que conforme van creciendo desarrollan emociones básicas como alegría, enojo, temor, tristeza, entre otras. A la medida que los niños crecen, estos exploran su entorno de una manera más personal, ya que realizan preguntas acerca del mundo y desarrollan su creatividad al tener contacto con su entorno. Papalia et al. (2017) proponen que los niños desde pequeños ya cuentan con una personalidad, emociones, pensamiento y conductas que los hace ser únicos. Asimismo, el desarrollo de las emociones básicas comienza desde la infancia. Por ejemplo, durante los primeros 6 meses, los recién nacidos se muestran infelices cuando algunas de sus necesidades básicas no se cubren, puesto que las emociones que implican autoconciencia se desarrollan al inicio del segundo año. ![](media/image3.png) Fuente: Papalia, D., Martorell, G., y Estévez, C. (2017). Desarrollo humano (13ª ed.). México: McGraw Hill. Crecimiento social\ Conectando un poco el crecimiento de las emociones con el crecimiento social, a medida que el niño va desarrollando estas funciones, experimentará emociones básicas y complejas por diferentes situaciones en su entorno social, académico, personal, o hasta en la propia familia. Por ende, las interacciones iniciales de los bebés se establecen con sus padres (como característica principal), por lo que permanece muy integrado al entorno familiar. Por lo tanto, de acuerdo con la manera en la que ellos intervengan en su sentir, pensar y actuar, influirán en cómo responda a los demás para que se adapte a su entorno. Después de la familia, la interacción más importante para los niños es con sus pares. Por ejemplo, al año de vida son capaces del "juego paralelo", en el cual cada niño juega solo (mientras mantiene interés en lo que el otro hace). Por lo tanto, es hasta el año y medio cuando ya no solo observan al otro, sino que participan en juegos sociales simples en donde se hablan y se sonríen entre sí. Al llegar a los dos y tres años, surge el juego cooperativo, en donde los niños organizan roles especiales y los alternan, prefiriendo el juego con compañeros de su propio sexo (Kail y Cavanaugh, 2011). De acuerdo con Papalia et al. (2017), la socialización es aquel proceso donde los niños desarrollan habilidades, valores y hábitos que los llevan a ser productivos y responsables dentro de una sociedad, por lo que son capaces de seguir reglas o normas, con la finalidad de tener alguna recompensa o evitar castigos. Por ende, para el niño será indispensable comunicarse, por tanto, el desarrollo lingüístico se convierte en una necesidad en el crecimiento social. Los bebés normalmente empiezan este proceso (o desarrollo) con gestos, miradas y haciendo señas, ya que es su manera de comunicarse. Conforme (los bebés) tienen interacción con padres, compañeros y maestros, el lenguaje se vuelve más rico (Blanco, 2019). Blanco (2019) estima que, durante los primeros tres años de vida, es importante enseñar al niño habilidades básicas para que las ponga en práctica y se refuercen en situaciones sociales esperadas como, por ejemplo: A continuación, se muestra una recopilación de las diferentes características del recién nacido hasta los 3 años, en áreas como la comunicación, desarrollo físico, social-emocional y cognitivo. ![](media/image4.png) Fuente: KidsHealth. (s.f.). El desarrollo de su hijo: nacimiento a 3 años. Recuperado de https://kidshealth.org/es/parents/development-sheets.html Funciones del psicólogo en esta etapa del desarrollo La psicología es la ciencia encargada del estudio de la mente humana y su conducta. No obstante, con el paso del tiempo se han generado mitos sobre la misión de los psicólogos, como, por ejemplo, dar respuestas o consejos a la gente, cuando en realidad no es así. A saber, sus funciones pueden ser variadas, siendo partícipe en etapas de la niñez, adultez y vejez. Claramente la psicología no se aplica de la misma manera para todos, ya que esto dependerá mucho del espacio, del terapeuta, del enfoque clínico, de las situaciones que hacen a las personas asistir, etc. Sin embargo, a pesar de las diferencias que se mencionaron con anterioridad, todos buscan algo en común, por ejemplo: - - - - Tomando en cuenta los cuatro puntos mencionados antes, el profesional de la salud mental lo lleva a la práctica ante diferentes etapas del desarrollo del ser humano, considerando ciertos factores culturales, del medio ambiente y de la familia, así como cambios biológicos, físicos, cognitivos o conductuales. Al hablar de problemas, trastornos o conductas que pueden presentar los niños, Sandurní, Rostán y Serrat (2015) proponen que es posible que exista una variante en el desarrollo "normal", refiriéndose a las capacidades y conductas esperadas de la población infantil, según su desarrollo y contexto. Por tanto, hablar sobre el desarrollo patológico o alteraciones es aquello que afecta en la adaptación, limitando al infante. - Tener un tratamiento exitoso dependerá de la buena relación terapéutica con el paciente y los familiares implicados, por lo que desde el primer contacto se empieza esta función con habilidades de habla y escucha activa. Tomando en cuenta que los padres y los niños son partícipes (y si este es un proceso terapéutico para el niño), es recomendable recibirlos por separado en una primera entrevista, para ofrecerle una atención plena a las demandas de los padres y no centrarse exclusivamente en ellos cuando el paciente es el niño. - Dentro de un proceso psicológico en niños, los cambios desde su crecimiento hasta un proceso de maduración motor, cognitivo o emocional son importantes. Por ende, una de las funciones como psicólogo conlleva ofrecer una evaluación del desarrollo para prevenir aquellas condiciones que pueden influir negativamente, para que a través de una psicoeducación sean capaces de ofrecerle experiencias que refuercen una mayor estabilidad a través de una crianza positiva. Es importante destacar que toda evaluación tendrá que adecuarse a la edad, las características, el contexto social o familiar y las habilidades que el niño posea. - Para hablar sobre problemas en el aprendizaje en niños, en etapa temprana o querer la detección de algún trastorno, es importante la partición de un psicólogo para detectar las causas o el motivo del problema. Sin embargo, se tiene que considerar que en ocasiones algunos de los trastornos no tienen una causa específica, por tanto, puede ir asociado a dificultades en la motricidad, el lenguaje, la atención, memoria, etc., por lo que el psicólogo puede evaluar si es algo que interfiere o no de manera significativa en áreas académicas o en su día a día, para generar una propuesta de tratamiento. Blanco (2019) propone que cuando un niño no establece vínculos seguros con sus padres o cuidadores puede presentar un trastorno de la personalidad en la etapa adulta. Aunque existen nuevos descubrimientos, investigaciones y propuestas que apoyan o contradicen el peso de eventos estresantes en la niñez en el comportamiento adulto, es un campo con mucha oportunidad de estudio. Sin embargo, la mayoría de los expertos concuerda que, para el niño, es importante un ambiente que valide las emociones, en donde sus gustos sean tomados en cuenta, evitando castigar la expresión de las emociones. Por lo tanto, se recomienda ofrecer una educación emocional que aporte en el desarrollo de una personalidad con bienestar. Muchas de las alteraciones atendidas por profesionales de la psicología infantil son en relación a las emocionales y el comportamiento. Por tal motivo, se propone utilizar técnicas creativas no verbales y cuentos terapéuticos para tener un mayor acercamiento natural al niño (De Jongh, 2017). - - No obstante, estas actividades partirán de una evaluación inicial (para saber si es o no candidato a terapia), tomando en cuenta su historial médico, los problemas detectados, su capacidad intelectual, sus habilidades sociales, la comunicación y el nivel de desarrollo, ya que esto tiende a ser diferente en una intervención de un adulto contra un niño menor a tres años.

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