Atención al Deportista: Técnicas de Comunicación y Motivación PDF

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Este documento proporciona una introducción a la atención al deportista, destacando la importancia de la motivación y la comunicación en la práctica deportiva. Analiza diferentes técnicas y estrategias.

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ATENCIÓN AL DEPORTISTA DESCRIBIENDO Y APLICANDO DIFERENTES TÉCNICAS DE COMUNICACIÓN Y MOTIVACIÓN. A lo largo de este capítulo vamos a tratar varios contenidos que tienen mucho que ver con dos aspectos clave en el tratamiento de las personas que se inician en alguna actividad deportiva. Nos r...

ATENCIÓN AL DEPORTISTA DESCRIBIENDO Y APLICANDO DIFERENTES TÉCNICAS DE COMUNICACIÓN Y MOTIVACIÓN. A lo largo de este capítulo vamos a tratar varios contenidos que tienen mucho que ver con dos aspectos clave en el tratamiento de las personas que se inician en alguna actividad deportiva. Nos referimos a la motivación (motor básico para la realización de actividad física, la mejora y la adherencia a la práctica) y la comunicación del técnico deportivo con los aprendices (imprescindible para el proceso enseñanza-aprendizaje). Ambos temas vienen desglosados en el currículo oficial en varios epígrafes que, tal y como hemos hacho hasta ahora en el texto, seguiremos respetando. 1. Motivaciones y actitudes propias de la infancia ante la práctica deportiva: Antes de referirnos a cuáles son las principales motivaciones deportivas de la infancia (y de otras etapas evolutivas) vamos a incluir una breve introducción necesaria sobre el concepto de motivación desde el punto de vista de la psicología. La motivación puede definirse como la búsqueda, aproximación o atracción del individuo hacia algo y la intensidad del esfuerzo (el empeño) que es capaz de realizar para tratar de conseguirlo. Así pues se compone de dos dimensiones: A. Dirección – necesidad. B. Intensidad – impulso. El modelo interaccional de motivación20 nos muestra como la motivación es un fenómeno multifactorial. 20 WEINBERG, RS; GOULD, D.: “Fundamentos de psicología del deporte y el ejercicio físico”. Ariel. Barcelona, 1996. 1 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) Figura: representación gráfica del modelo multifactorial para la explicación de los factores que afectan a la motivación. Algunas consecuencias de ello son: Las personas se motivan tanto ante determinadas situaciones como a causa de sus propios rasgos o factores personales. Los motivos para participar son múltiples, algunos compartidos y otros únicos. Los motivos pueden ir cambiando con el tiempo. Los líderes influyen en la motivación. Uno de los objetivos de trabajo del técnico deportivo consiste en ayudar a que el deportista desarrolle sensaciones, sentimientos y experiencias de Autoeficacia, lo cual se puede conseguir mediante las siguientes pautas: Favorecer experiencias de dominio. Adecuar el nivel de activación. Utilizar la persuasión verbal. Algunos conceptos importantes relacionados con la motivación que debemos conocer son: El aprendizaje vicario: aprendizaje a través de la observación de modelos (el entrenador). La teoría de la profecía autocumplida. Relacionado con el llamado Efecto Pigmalión (que explica como las expectativas del entrenador con respecto al rendimiento del deportista tienden a cumplirse por el tratamiento inconsciente 2 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) que el primero ejerce sobre el segundo). La motivación de las personas está directamente relacionada con la jerarquía de las necesidades humanas (Maslow)21. Figura: esquema que muestra la jerarquía de necesidades humanas que tienen una implicación directa sobre la motivación de las personas. Las más relacionadas con la actividad deportiva se podrían resumir en: Diversión. Pertenencia. Demostrar competencia. DE DIEGO, S; SAGREDO, C.: “Jugar con ventaja. Las claves psicológicas del éxito deportivo”. Alianza 21 Deporte. Madrid, 1992. 3 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) La motivación, además de todo lo visto hasta ahora puede variar mucho en función de las edades. Veamos algunas características más o menos típicas de las diferentes edades: - Infancia (8-11 años): o Suelen estar motivados de por sí. o Fase de comparación social. o Padres y entrenadores deben situarse a su nivel deportivo: ¡un juego! en el que ganar o perder no tiene importancia. Lo que importa es jugar. o La competición debe orientarse a corregir para mejorar, no para criticar, reñir o castigar. o Utilizar muchas formas jugadas, buscar su diversión. o Evitar atribuciones a su escaso esfuerzo. o Juegan a deportes, no los practican como tal. o Siempre preguntar si se han divertido, no por el resultado. - Infancia (11-13 años): o Evitar que las diferencias de desarrollo entre los practicantes suponga una causa de abandono por ausencia de resultados. o Fase de comparación social. o Tratar de ajustar las demandas de la práctica a las capacidades y destrezas de cada deportista. o Un niño ansioso no juega de forma desahogada. o Un niño aburrido puede volverse exhibicionista y no ajustarse al programa de los demás. o Importantísimo ajustar tareas y objetivos al entorno de consecución y aprendizaje próximo. o Adoptar objetivos orientados a la tarea y no al resultado. - Adolescencia (14-16 años): o Aumenta la dedicación individualizada, especialmente en cuanto a objetivos. o Los objetivos han de ser realistas, posibles, desafiantes y flexibles. o Mucho trabajo para centrar a los deportistas en la ejecución y comprensión de las tareas y en el dominio técnico, consigo mismo como referencia y evitando comparaciones con los demás. o El éxito debe referenciarse siempre al aprendizaje y nunca al resultado competitivo. - Adultos: o Manejar correctamente el factor motivador de la competición como recurso de demostración de su dominio. o Debe alternarse y compaginarse el trabajo colectivo e individual de motivación. o Los objetivos deben ser compartidos entre el deportista y el entrenador. o Fundamental mantener un elevado nivel de comunicación. 4 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) 1.1. Motivaciones intrínsecas y extrínsecas. Los tipos básicos de motivación son dos: interna (intrínseca) y externa o extrínseca. La primera se apoya en intereses y deseos más personales, la segunda más en recompensas, castigos o consecuencias externas (muchas veces de tipo material). Diego & Sagredo (p.75). Figura: modelo ilustrativo de los diferentes niveles de motivación que se sitúan desde lo más personal e interno (las dos capas centrales) hacia lo más externo (sucesivamente los tres estratos periféricos del círculo). La interna es más duradera y es auto-regulada. La externa varía mucho y depende de recompensas ajenas. Ambas pueden coexistir y tienen sus ocasiones para resultar adecuadas. Otras posibles clasificaciones pueden ser la distinción entre: Motivación directa (recompensas, castigos, etc.: complacencia, internalización, identificación). Externa o indirecta (modificaciones del ambiente: competición- recreación; diversificar oportunidades; cambios de escenario; gestión de grupos en las tareas…). Además el Feed-back (retrolimentación) es una fuente de motivación fundamental y completamente relacionada con el aprendizaje. 5 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) 1.2. La teoría de Metas de Logro. Entendemos por Motivación de logro al afán de una persona en esforzarse y perseguir el éxito en algo, sobreponiéndose a las dificultades y fracasos. En otras palabras, el empeño que pone en conseguir las metas que asume. Logar sus metas se convierte en el objetivo y a su vez en un motor importante de motivación. Esto tiene dos consecuencias prácticas importantes: El establecimiento (razonado y reflexivo, clarificado y progresivo, adecuado a las posibilidades, etc.), se convierte en un excelente método para conseguir motivación. La progresiva consecución de metas o logros, genera un refuerzo positivo que favorece la permanencia de altos niveles de motivación. La motivación de logro además, suele estar vinculada a la… Competitividad, que es la disposición a esforzarse para obtener satisfacción en situaciones de comparación con estándares de referencia y en presencia de posibles evaluadores. La competitividad suele aparecer como una característica o ingrediente natural y habitual en las manifestaciones deportivas. La motivación puede además estar afectada por dos tendencias opuestas: las recompensas y éxito – la indefensión aprendida (miedo al fracaso). Podemos ver su funcionamiento en el siguiente gráfico de Weinberg & Gould (p. 84). Figura: modelo de funcionamiento de las dos posibles vías de actuación o dirección ante una situación dada. En la parte superior el sujeto responde con una motivación dirigida hacia el logro, mientras que en la inferior se pretende evitar el fracaso. 6 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) El nivel de motivación ideal para realizar cualquier actividad tiene unos componentes de activación, actitud, interés, etc. determinados. Una motivación inadecuada puede producirse por defecto (falta de ganas) o por exceso (éste puede provocar demasiada ansiedad). Lo vemos en Diego & Sagredo (p.73). Figura: esquematización del nivel de activación ante una actuación deportiva. Existen niveles excesivamente bajos o elevados, así como un grado de activación idóneo ante cada situación. Los niveles están muy relacionados con la motivación del sujeto ante el evento o situación afrontada. 1.3. Principales motivos de abandono en jóvenes deportistas. La trascendentalización competitiva. Ahora vamos a abordar de una forma más específica el problema del abandono prematuro de la práctica deportiva. Algo que está resultando demasiado habitual en nuestros días. Entre las causas habituales podemos encontrar pensamientos como estos: No soy bueno en ese deporte. No me divierto. Prefiero otro deporte. Demasiada presión. Me aburre. No me cae bien el entrenador. Demasiado tiempo y dureza de entrenamiento (calendarios). 7 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) No me estimula. “Los niños que presentan percepciones de baja capacidad para aprender y ejecutar destrezas deportivas no participan (o abandonan), mientras que los que persisten exhiben niveles superiores de percepción de competencia. Partiendo de esta información, podemos inferir que una tarea importante de los educadores deportivos y entrenadores juveniles consiste en descubrir formas de aumentar la autopercepción de capacidad de los niños. Un modo de hacer esto es enseñando a los niños a evaluar sus ejecuciones en función de sus propios patrones de mejora y no según los resultados obtenidos en la competición (victoria o derrota)”. Weinberg & Gould (p. 526). Algunas conclusiones sobre participación o abandono, serían: 1. La mayoría de las motivaciones para participar son intrínsecas por naturaleza. 2. Los motivos son múltiples no únicos. 3. Algunos abandonan por cambio de actividad, pero otros por razones negativas. 4. Es fundamental que los niños se sientan valiosos y competentes en la actividad, de no ser así, las posibilidades de abandono aumentan. Los técnicos deberían controlar unas estadísticas básicas de participación y abandono (controles cuantitativos), así como indagar (a través de entrevistas u otros procedimientos de tipo cualitativo) las posibles causas de los abandonos o del apego a la actividad. Denominamos trascendentalización competitiva al exceso de importancia que el deportista otorga al resultado obtenido en la competición. En la mayoría de los casos, ese exceso de transcendencia es algo que se aprende del entorno cercano (familia, compañeros, técnico deportivo, público…) y del entorno social expandido (sobre todos los medios de comunicación). Ante esta situación, la actuación personal, los logros, el esfuerzo y otros muchos componentes deseables y positivos de la práctica deportiva se perciben como inexistentes o se infravaloran al ser evaluados o comparados con el resultado competitivo, provocando desmotivación y, como consecuencia, alto riesgo de abandono. 1.4. Estrategias para fomentar la participación, la motivación y el disfrute, como elementos clave para la fidelización deportiva, atendiendo a las diferencias de género. En el apartado 1.7 ya dimos algunas claves prácticas a tener en cuenta durante la iniciación deportiva que tienen que ver mucho con la motivación, el disfrute, el fomento de la participación y la fidelización (entendiendo ésta como conseguir que los practicantes se mantengan fieles y constantes a la práctica deportiva regular, normalmente en el entorno deportivo en el que se inician). Sin embargo, vamos a añadir algunas más. 8 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) En Weinberg et al22. Encontramos los siguientes consejos para conseguir entrenamiento eficaces en este sentido. Son atribuidos a Smoll y Smith (1980) y Weiss (1991): 1. Emplear mucho elogios y estímulos cuando los niños hacen las cosas bien (refuerzo positivo). 2. Los elogios han de ser sinceros. 3. Las expectativas han de ser realistas y adecuadas a la edad. 4. Recompensar el esfuerzo tanto o más que el resultado. 5. Centrar el esfuerzo, la atención y la práctica en el desarrollo de las destrezas mediante la enseñanza y el entrenamiento. 6. Utilizar recursos adaptados para el aprendizaje (variar los ejercicios, materiales, etc. facilitando el éxito de las ejecuciones). 7. Promover la participación y favorecer la acción al máximo, alterando o modificando el reglamento. 8. Recompensar la ejecución adecuada, no sólo el resultado. 9. Corregir desde un enfoque positivo (técnica tipo “sándwich”: comentario positivo + corrección + comentario alentador positivo). 10. Desarrollar un entorno favorecedor de nuevos intentos y que evite miedo al fracaso. 11. Mostrarse sinceramente entusiasta. Además, las siguientes estrategias23 responden a los estudios de necesidades o causas por las que al parecer la mayor parte de los deportistas menores de edad realizan práctica deportiva. 22WEINBERG, RS; GOULD, D.: “Fundamentos de psicología del deporte y el ejercicio físico”. Ariel. Barcelona, 1996. Pág. 537. 23 WEINBERG et al. Pág. 529. 9 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) NECESIDAD ESTRATEGIA DE ENTRENAMIENTO Prácticas educativas eficaces (feed-back, demostraciones…). Aprender y mejorar Enfoque positivo (refuerzo positivo). nuevas destrezas. Conocimiento técnico y táctico del deporte Crear expectativas realistas. Divertirse Diseñar entrenamientos activos (sin esperas o monotonía). Jugar y bromear libremente con ellos. Darles tiempo para hacer amigos. Afiliación Y Incluir en el programa eventos sociales o de ocio. socialización. Insertar periodos de tiempo libre antes, durante o después de las sesiones de entrenamiento. Dar variedad a las tareas, evitar monotonía. Excitación y Introducir cambios de ritmo, actividad y dinámica en el entrenamiento. atractivo Centrarse en prácticas cortas, animadas y atractivas. Enseñarlos a identificar y controlar su forma física. Ejercicio y estado Incluir prácticas cuyos objetivos (definidos) sean la mejora de la forma de forma física. Permitir e incluir la competición. Ganar, competir, Ayudar a definir la victoria como superación o logro propios y no como superar desafíos derrota de los contrarios. Tabla: estrategias útiles para el entrenamiento con jóvenes, basadas en las principales razones por las que dichos jóvenes parecen practicar deportes. Además de todo lo anterior es importante tener en cuenta que las diferencias de género generan diferencias en varios aspectos que durante la práctica pueden afectar a la motivación. Veamos algunos ejemplos habituales: Las fases de maduración biológica y de desarrollo motriz no son coincidentes en la generalidad de las niñas con respecto a las de los niños. Esto es algo que puede afectar directamente a los ritmos de aprendizaje y por tanto a la motivación. A partir de la pubertad (a la que ellas llegan antes) los niños ven acelerado su desarrollo condicional con un alejamiento importante respecto a las niñas, fundamentalmente en manifestaciones relacionadas con la fuerza, la resistencia y la velocidad. Ello implica que las apreciaciones de logro, rendimiento, etc. deban observarse bajo sistemas de referencia diferenciados. La sociedad, con sus comportamientos, flujos de información, valores contextuales y cultura, influye poderosamente sobre la mentalidad de los jóvenes deportistas, y el género de todos ellos no está exento de verse influenciado por la presencia de diferentes modelos que activan las tendencias a promover diferentes tipos de preferencias, estilos de comportamiento deportivo, etc. Estas y otras muchas causas diferenciadoras han de prevenirnos en el sentido de mantenernos alerta para detectar posibles diferencias de interés y comportamiento 10 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) entre ambos géneros y así generar estrategias que ni la participación, la motivación o el disfrute se vean mermados por cuestiones de género. Es muy difícil (sería un error) plantear estrategias fijas para evitar problemas en este sentido, ya que las situaciones pueden variar mucho en función de la edad, entorno social, porcentaje de cada género, tamaño de los grupos, modalidad deportiva, etc. Pero si podemos indicar algunos puntos organizativos en los que poder fijarse: Agrupamientos compensados en cuanto a capacidades. Co-participación en determinadas tareas o modalidades. Separación en otras. Adaptaciones de materiales y espacios si fuera necesario. Adaptación de reglamentos. Diversidad de recursos de referencia para utilizar como ejemplos o modelos. Indagar en los intereses y motivaciones de las personas y/o grupos. Generar diferentes actividades complementarias de ocio o desarrollo social, acordes a la naturaleza del grupo. En cualquier caso, la iniciación deportiva, hoy en día, afortunadamente está abierta a la participación de todos los niños y niñas. Sin embargo, conviene estar atentos para evitar barreras de participación por cuestión de género. En este sentido si bien la iniciación no suele plantear problemas si pueden encontrarse casos particulares de organizaciones o entidades que pueden pretender mantener estos dos tipos de barreras: No admitir deportistas de cualquier de los dos géneros (por ejemplo, niñas en fútbol o rugby, o niños en gimnasia, natación sincronizada). Siempre se acogen para justificarlo a razones culturales o reglamentarias. Admitir pero segregar a ambos géneros ofreciéndoles un proceso de entrenamiento completamente separado y diferenciado. Los niños por un lado y las niñas por otro. Respecto a la primera hemos de decir que la tendencia social natural va a generar que sean muy pocos los casos de niños que quieran practicar un deporte reglamentariamente femenino (aunque puede haberlos) y que apenas hay modalidades deportivas que sean exclusivamente masculinas (ironías de la vida…). Pero que la tendencia es (y debe ser) que a nivel de escuelas o entidades de iniciación deportiva, debería atenderse por igual a niños o niñas, sea cual sea la modalidad. Respecto a la segregación por sexos, hay varias cuestiones que tener en cuenta. Por un lado, está la reglamentación federativa que impone segregación en determinados deportes y determinadas categorías (generalmente todos los de equipo, y la mayoría de los individuales, dejando la participación libre, abierta o compartida para las modalidades más recreativas, de aventura, etc.). Esta separación parece lógica y 11 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) obedece a las importantes diferencias entre sexos en aspectos condicionales (algo que ya hemos comentado e ilustrado). Lo que ocurre es que a nivel formativo estas circunstancias podrían obviarse a determinadas edades, pudiendo ofrecerse programas de formación conjuntos (en realidad desde cualquier edad hasta aproximadamente los 11-12 años, edad a partir de la cual las diferencias físicas empiezan a manifestarse con mayor intensidad. En cualquier caso como consejo general podemos indicar que si la modalidad deportiva en cuestión está organizada de forma separada (equipos, torneos…) parece sensato crear una estructura de equipos en ese mismo sentido, mientras que para organizaciones de carácter menos competitivo y más formativo-participativo (campamentos, campus, cursos, deportes de aire libre, iniciación básica no competitiva, etc.) el “co-entrenamiento” parece una solución atractiva y favorecedora de una salud social en cuestiones de género. 1.5. Valoración del proceso de aprendizaje por encima del resultado deportivo. Esto es algo que ya ha quedado claro a lo largo de este capítulo, tanto al hablar de la motivación, como de la necesidad de restar trascendencia al resultado competitivo, la importancia de focalizar la evaluación y auto-evaluación en el logro, etc. Podemos añadir que el técnico deportivo es antes que nada un facilitador de aprendizajes. Lo cual quiere decir que tendrá que regir su actuación tanto por principios pedagógicos, como didácticos específicos de su modalidad deportiva así como con ciertos conocimientos de psicología evolutiva y deportiva. Eso es precisamente lo que justifica la inclusión de este módulo en los estudios diseñados para alcanzar su titulación. En cualquier caso su cometido es realizar una labor que facilite el aprendizaje (técnico, táctico, etc.) no que lo dificulte o lo sustituya por la mera selección. El trabajo psicológico sobre las expectativas deportivas es fundamental. Las expectativas generadas son un aspecto importante como motor de la motivación. Por lo que resulta vital adecuar correctamente el nivel de expectativas a las posibilidades reales de los deportistas o equipos. Esto debe tenerse en cuenta tanto desde el punto de vista del aprendizaje como de los resultados. Por otro lado hay que trabajar también sobre el establecimiento de expectativas cuyo logro dependa de las actuaciones y preparación de nuestros deportistas y no de factores aleatorios o no controlables por ellos. El trabajo sobre el establecimiento de expectativas debe dirigirse hacia varios estamentos de la entidad deportiva: a) Entrenador (trabajo reflexivo autónomo). b) La entidad (directivos, socios, etc.). Para lo cual lo mejor es aclarar y asumir objetivos previos compartidos para evitar posteriores conflictos derivados 12 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) exclusivamente de los resultados deportivos. c) El entorno. Familiares, espectadores, amigos, prensa; son todos ellos potentes generadores de expectativas, no controlados y que pueden provocar mucha influencia sobre los deportistas. El entrenador debe ejercer aquí una función de filtrado y protección. d) Los deportistas. Ellos son el principal objeto de trabajo a la hora de establecer expectativas y trabajar sobre ellas, tanto individual como colectivamente. 1.6. Valoración de la actitud del alumnado (de los/las deportistas) por encima de su aptitud. Para cerrar esta área de contenido relacionado con la motivación y sus consecuencias, queremos recalcar algunos de los conceptos que ya hemos venido señalando a lo largo de los anteriores epígrafes. El deportista da enorme importancia a la valoración de su ejecución o realización deportiva. Esta valoración proviene tanto de su propia capacidad de reflexión, análisis y juicio, como (en mayor medida en edades menores) de la proporcionada por el entorno en el que la actividad deportiva se produce. Precisamente, dentro del entorno, la figura que mayor influencia ejerce sobre el deportista en referencia a la valoración de su quehacer es la del técnico deportivo. Ya hemos indicado también que no hay que dejar los juicios de valoración en manos del resultado competitivo. Así pues corresponde al técnico deportivo mantener y responsabilizarse de la función de valorar las sucesivas actuaciones y comportamiento práctico y participativo de los deportistas. En el caso de los jóvenes (y más cuanto más jóvenes, o cuanto más alejada la práctica deportiva lo esté de ámbitos deportivos de alta competición, como el profesionalismo, la tecnificación o el Alto Rendimiento Deportivo), la valoración debe dirigirse preferentemente hacia la actitud del deportista (disposición, interés, intención, esfuerzo…) que hacia sus aptitudes (habilidades, capacidades o cualidades, nivel de dominio…). Las razones son dobles: por un lado hay que ser coherentes con todo lo descrito en este capítulo referido al funcionamiento de los mecanismos psicológicos de motivación; y por otro lado no hay que olvidar que los objetivos de la iniciación deportiva tienen que ver con la captación, formación, educación, apertura, participación, disfrute… y demás valores sociales, claramente diferenciados de otros como la selección, rendimiento, competición… 13 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) 2. Proceso de comunicación. Elementos, tipos y dificultades. Mediante la comunicación que se establece en todo proceso formativo o de entrenamiento, el deportista adquiere gran cantidad de información referida a cuestiones relativas al desarrollo de su habilidad motriz (deportiva), así como a otros aspectos colaterales (valores, actitudes, conductas…). Esta información ha de servirle en la toma de decisión a la hora de utilizar su cuerpo para la ejecución de diferentes tareas motrices. Sin comunicación no puede haber enseñanza. Podría haber aprendizaje (autónomo), pero este sería más pobre que una buena combinación de aprendizaje autónomo y aprendizaje logrado por vía de la enseñanza del experto. Sánchez Bañuelos (1984)24 propone un modelo para explicar el proceso de comunicación y sus elementos principales: Figura. Pasos en el proceso inicial de la comunicación técnico-deportista (adaptado de Sánchez Bañuelos). Del cuadro anterior podemos destacar algunos elementos importantes. El emisor, que en nuestro caso es el técnico deportivo, el receptor (deportista), el mensaje (la información caracterizada por su formato o combinación de formatos) y tres procesos de transmisión: elaboración y emisión del mensaje, transmisión propiamente dicha, y proceso de percepción e interpretación del mensaje. 24 SÁNCHEZ BAÑUELOS, F.: “Bases para una didáctica de la educación física y el deporte”. Gymnos. Madrid, 1984. Pág 186. 14 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) La problemática de la comunicación según este modelo, puede ubicarse a tres niveles: Un problema técnico (precisión con la que puede transmitirse el mensaje). Problema de significado (grado en que el mensaje significa la información que se desea transmitir). Problema de eficiencia (con que efectividad el mensaje recibido afecta a la conducta o acción que se desea provocar en el deportista). Los problemas de tipo técnico se ven agudizados en la formación deportiva por varias razones. Por un lado, se suele practicar en medios que generan dificultades físicas de entorno (grandes distancias, viento, eco, agua, etc.). Por otro, gran parte de la información se transmite durante la acción deportiva, cuando la atención del deportista está centrada en la propia ejecución. Igualmente, la transformación de los significados en expresiones o mensajes visibles o perceptibles, es especialmente difícil en el deporte ya que en la mayoría de los casos intenta traducir aspectos motrices (percepción, ejecución o decisión) a información. Por eso en ocasiones una demostración, una fijación táctil u otro tipo de técnica de comunicación puede resultar mucho más eficaz que una explicación pormenorizada. Finalmente, la experiencia del técnico así como el conocimiento de los deportistas pueden tener mucho que ver en que el primero encuentre precisamente las claves de información pertinente o relevante y la forma de transmitirla que resulte realmente eficaz para provocar cambios positivos en las acciones de los segundos. 2.1. Técnicas de comunicación: verbal y no verbal. El técnico deportivo debe identificar, conocer y dominar un amplio repertorio de técnicas y habilidades de comunicación. En este apartado vamos a tratar algunas de ellas que hemos decidido clasificar y ordenar en cuatro grandes grupos: Figura: clasificación inicial de los medios de comunicación en los que ubicaremos las diferentes técnicas de comunicación que pudiera emplear el técnico deportivo. 15 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) Antes de comentar más detalladamente cada uno de los grupos hemos de señalar que está clasificación no implica que cada técnica o habilidad de comunicación pertenezca a un solo grupo, ya que, de hecho cada acción de comunicación puede llevar aparejadas varias habilidades combinadas o integradas, como por ejemplo verbal a distancia, verbal combinada con no verbal, etc. 2.1.1. COMUNICACIÓN VERBAL. Son muchos los aspectos que podemos tratar con respecto a la comunicación verbal, que es sin lugar a duda, la principal manera de comunicarnos con los demás, y por lo tanto muy utilizada por parte del técnico deportivo. En este caso hemos expandido el esquema anterior e incluido unos cuantos apartados que consideramos importantes en su ramificación. Figura: aspectos y habilidades de la comunicación verbal. Primeramente, debemos aclarar que son situaciones bien diferentes tener como receptor (o interlocutor) a otra persona sola, o a un grupo de personas. El primer caso se produce a un nivel mucho más personal (aunque sólo sea en contenido) que en el segundo. Y los impactos y objetivos buscados son diferentes en ambos casos, así que 16 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) también varían las técnicas, y como consecuencia de ello la habilidad del técnico. A nivel individual la mayoría de las comunicaciones se producirán con deportistas, aunque también pueden darse entre colegas profesionales, o con algún familiar, juez, árbitro, etc. En cada caso variará la situación y el nivel de lenguaje utilizado. Cuando nos toque comunicarnos ante un grupo será la mayoría de las veces ante el equipo o grupo del que somos responsables, y en alguna ocasión ante el colectivo de familiares de este. Aconsejamos que, en el caso de comunicaciones no casuales a grupos, el contenido esté previamente planeado y estructurado para evitar divagaciones e improvisaciones. Dentro de las habilidades que conviene dominar y aprender a controlar en nuestro beneficio están: Vocalizar correctamente cada sílaba para hacernos entender bien aún en situaciones de sonoridad inadecuada: ruido, intemperie, etc. Utilizar buena entonación en cada tipo de frase para conseguir mayor énfasis en nuestro discurso (preguntas, exclamaciones, afirmaciones, condicionales, etc.). Ser capaces de jugar con diferentes niveles de volumen, timbre, etc. para enriquecer nuestra capacidad de aportar diferentes matices a nuestras frases. Conseguir una amplia diversidad de registros (imitar voces e incluso inventarlas) para poder recrear situaciones a modo de ejemplo y alcanzar mayor elocuencia al hablar. Realizar un adecuado tratamiento del contenido de nuestros mensajes: ▪ Brevedad (no aburrir ni perder tiempo innecesariamente). ▪ Eficacia (luego veremos consejos). ▪ Síntesis (seleccionar lo relevante). ▪ Vocabulario (adecuarlo a las peculiaridades de los interlocutores). Poseer y desplegar, cuando sea oportuno, algunos recursos o técnicas de dramatización para dar más efecto a nuestro mensaje, captar más atención y conseguir mejor retención. Adecuar todo lo anterior a los principales aspectos circunstanciales que rodean la situación comunicativa concreta en que nos encontramos: ▪ Edad de los interlocutores. ▪ Ajustarnos al tiempo previsto o disponible. ▪ Al lugar en que nos encontramos (eco, transeúntes, privacidad, etc.). ▪ Tener en cuenta la distancia (cerca, muy lejos…). Finalmente, por todos los medios, hay que prepararse para ser capaces de mantener mensajes o conversaciones fluidas, lo cual, para muchas personas requiere práctica y entrenamiento. En todo proceso de interacción entre personas, como lo es también el entrenamiento o la formación deportiva, para que exista una verdadera comunicación, debemos actuar tanto en el papel de emisores como en el de receptores. Y si comunicar mensajes requiere cierta competencia, también saber escuchar, aunque a esto último 17 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) habitualmente se le de poca importancia. Normalmente son tres las destrezas de escucha que conviene poner en práctica: Escucha activa: prestar atención a las ideas principales y secundarias, asentir para reconocer, responder cuando se es preguntado, proporcionar feed-back y mantenerse atento a la comunicación. Todo ello incluye ingredientes no verbales como el contacto visual y otros. Puede enriquecerse insertando preguntas que favorezcan el discurso y parafraseando frases claves del discurso del emisor. Muchas veces, todo ello requiere una preparación mental previa. Escucha de apoyo: es la que manifiesta que se valora el discurso del emisor y que se está de su parte. Para ello se integran conductas de apoyo, de adaptación al discurso y de escucha verbal y no verbal. Escucha consciente: es aquella que tiene en cuenta las diferencias entre las personas que se comunican y gracias a la flexibilidad y anticipación, o resolución de interrupciones o agentes distorsionadores de la comunicación, mantienen niveles eficaces de conversación. Para finalizar este apartado recurrimos a las directrices recomendadas por reconocidos autores de psicología deportiva (Weinberg et al25) para el envío de mensajes verbales eficaces: 1. Ser directo. 2. Asumir los mensajes como propios. 3. Ser completo y específico. 4. Ser claro y coherente. Evitar los mensajes dobles. 5. Dar a conocer con claridad las necesidades y los sentimientos. 6. Separar los hechos de las opiniones. 7. Centrarse en una cosa cada vez. 8. Lanzar los mensajes de forma inmediata. 9. Asegurarse de que el mensaje no contiene significados equivocados. 10. Mantener una actitud de apoyo (sin amenazas, sarcasmo…). 11. Ser coherente con los mensajes no verbales. 12. Reforzar mediante la repetición. 13. Hacer que el mensaje sea el adecuado para el marco de referencia del receptor. 14. Generar feed-back para saber si el mensaje ha sido interpretado correctamente. 25WEINBERG, RS; GOULD, D.: “Fundamentos de psicología del deporte y el ejercicio físico”. Ariel. Barcelona, 1996. Pág. 255. 18 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) 2.1.2. COMUNICACIÓN NO VERBAL. Es aquella que, aún produciéndose ante otras personas, no utiliza el lenguaje convencional (verbalizado) para transmitir información, estados de ánimo, etc. Hemos incluido algunos componentes típicos de esta modalidad de comunicación tan habitual e importante. Figura: algunos aspectos importantes que aparecen en la comunicación no verbal entre las personas. Antes de empezar a analizarlos debemos recordar que, por regla general, la comunicación no verbal acompaña siempre a la verbal, resulta casi imposible separarlas cuando nos comunicamos. Vamos aquí a considerar expresión corporal el conjunto de posibilidades expresivas que nos aporta el cuerpo (en movimiento o estático) por sí mismo, sin necesidad de recurrir a la palabra como complemento. Las posibilidades son amplísimas y algunas muy eficaces. En este caso vamos a repasar algunas de ellas. Mímica. En realidad, es todo un campo técnico que aúna al resto de las demás posibilidades. Lo que suele tratar de hacer es intentar comunicar grandes cantidades de información concreta e incluso emocional sin la utilización de la palabra. En la vida cotidiana se utiliza en situaciones muy concretas y breves, pero su práctica como modalidad expresiva- artística favorece mucho el desarrollo de las habilidades expresivas. Y más aún para la comunicación de patrones de movimiento deportivo. Gestos. Ya sean de la cara, de las manos o de todo el cuerpo expresan emociones 19 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) o conceptos, abstractos o concretos, con bastante claridad en función del emisor de estos. De hecho, hay gestos universalmente reconocidos, otros válidos para una cultura determinada y muchos creados o utilizados por el propio emisor. En una comunicación presencial a cierta distancia o sin posibilidad de utilizar la voz, los gestos pueden ayudarnos a emitir mensajes importantes en momentos deportivos clave. Movimiento. El movimiento es una sucesión de posturas y gestos pero engarzados de manera fluida en el tiempo, se trata de una especie de discurso gestual. Se diferencia de la mímica sobre todo en que da mayor importancia a las secuencias rítmicas y a que puede concentrarse en aspectos globales o parciales de aquello a lo que se refiere. Mientras que el mimo casi quiere representar una copia exacta de la realidad, el movimiento más bien refuerza, exagera o distorsiona la realidad en función de lo que quiere comunicar. Utilización del espacio. El espacio puede ser clasificado en varias dimensiones relacionadas con la comunicación: privado-público, íntimo, personal, cercano, de seguridad, abierto, cerrado, propio, compartido… y todo ello no depende sólo de la distancia, también de su uso, de la colocación y orientación del cuerpo, de la distribución de las personas, etc. Pero como ya hemos señalado antes, la expresión generada por el cuerpo puede (y suele) también ser utilizada para acompañar, complementar y reforzar el mensaje verbal emitido. Los componentes son prácticamente los mismos que en la expresión corporal, aunque en este caso su función es diferente y está supeditada al mensaje verbal. Aspecto físico. Es el primer canal comunicativo que utilizamos y con él ya estamos aportando mucha información. En él incluimos tanto el aspecto corporal como el atuendo. Da información privilegiada sobre nosotros mismos y sobre nuestra actitud. Puede llegar a confundir provocando ciertos prejuicios, pero por regla general la gente lo utiliza mucho como fuente de información preliminar o complementaria sobre lo que decimos (nos puede dar o quitar veracidad, acercarnos o alejarnos a nuestros interlocutores, etc.). Postura. Es un constante emisor de mensajes de adaptación o complementariedad a nuestro mensaje verbal. Por si misma puede desmentirlo todo o reforzarlo. También muestra nuestra actitud, sentimientos y valoración respecto a quienes tenemos delante. Gestos. Son los complementos del lenguaje con los que constantemente aderezamos nuestro mensaje verbal, por lo cual tienen un potencial definitivo para potenciarlo o reducirlo a la nada. Se fundamentan en la expresión facial y de las manos, pueden incluir gestos simbólicos de reconocimiento generalizado. Movimientos. Ocurre lo mismo que con los gestos, aunque en este caso nos referimos a movimientos más generalizados por todo el cuerpo. Resultan básicos para las descripciones y explicaciones técnicas deportivas. 20 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) Vamos ahora a referirnos a lo que habitualmente se denomina “contacto” y que se refiere más a lo que podríamos llamar contacto comunicativo (contactar, red de contactos, etc.) que contacto puramente físico. Por contacto queremos dar a entender algo así como conexión, una especie de estado de comunicación en el cual los dos extremos (emisor y receptor) están conectados entre sí. Los dos momentos clave del contacto son establecer el contacto y mantenerlo. Establecer el contacto implica llamar la atención del receptor con las técnicas necesarias para captar su atención, para atraerlo hacia nuestro mensaje y nuestro proceso de comunicación. Se trata de una fase relativamente corta, pero suficientemente impactante o atractiva, como para despertar su interés por nosotros. Mantener el contacto requiere otro tipo de habilidades que han de procurar favorecer un ritmo fluido, ágil y suficientemente interesante o atractivo de comunicación, para evitar que los receptores “desconecten”. Se trata, habitualmente, de un “momento” más largo que el establecimiento de contacto. Ambas fases se pueden apoyar en varios ámbitos de contacto no verbal: Contacto visual. Es fundamental y requiere mirar a los ojos del o de los interlocutores. Dando ciertos descansos a esta mirada cuando es una sola persona y repartiéndola entre todos cuando son varios. El contacto visual es uno de los contactos más importantes cuando nos comunicamos presencialmente con alguien y asegura, casi siempre, su atención. Aunque podemos encontrar interlocutores que lo rehúyan. Contacto táctil. No siempre es adecuado, pero puede ser un poderoso aliado para el establecimiento y mantenimiento del contacto en determinadas situaciones de confianza personal o cohesión de grupo. Debe medirse bien y sólo utilizarse en momentos clave, además de tratar de identificar si el receptor lo encaja bien o no. El exceso de contacto táctil puede tener consecuencias negativas, por ello su administración es especialmente delicada, aunque hay momentos en los cuales resulta especialmente significativo (palmadas, abrazos, contacto en el hombro o brazo, etc.). Contacto espacial. Se trata de un posicionamiento concreto en cada espacio (una tarima, un círculo, cierta cercanía o distanciamiento, una posición en la cancha, campo, fila, grupo, etc.). La utilización correcta del espacio físico establece sin duda significados para la comunicación y la puede facilitar o dificultar. La experiencia puede ayudarnos mucho en esto, siempre y cuando probemos cosas y nos fijemos en sus resultados comunicativos. 21 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) 2.1.3. COMUNICACIÓN A DISTANCIA. Por este tipo de comunicación entendemos aquella en la que no estamos presentes con la persona o personas con las que queremos (generalmente) hablar. Aquí, salvo en algunos casos concretos, la comunicación no verbal interviene muy poco o nada. La llevamos a cabo normalmente a través de medios auxiliares, generalmente apoyados en diferentes tipos de tecnologías de la comunicación. Figura: diferentes posibilidades actuales de comunicación “a distancia”. Entre los medios más comunes encontramos algunos basados en el lenguaje verbal oral (teléfono, radio y video conferencia) y otros fundamentados en el lenguaje escrito (los demás indicados). Repasemos algunas peculiaridades de cada uno: Teléfono (móvil o fijo). Requiere los mismos consejos que para el lenguaje verbal pero extremados en cuanto a la dicción y expresión verbal ya que el tiempo cuesta dinero, no hay apoyo no verbal al mensaje y en ocasiones el sonido se ve dificultado. Radio (o intercomunicadores portátiles). Es un medio que requiere cierto entrenamiento previo ya que por lo general obliga a respetar momentos de emisión y recepción y un código básico de intercambio de roles. Sin embargo, para algunos deportes es imprescindible para poder mantener contacto durante las ejecuciones de entrenamiento o competición. Los mensajes han de ser muy claros y concisos. Mensajes (SMS, Whatsapp…). Es lenguaje escrito de tamaño reducido utilizable para situaciones muy concretas (avisos individuales o colectivos, refuerzos afectivos a distancia, etc.). No conviene abusar de él porque pierde efectividad. Puede ser instantáneo o diferido, no lo sabemos al emitirlo, pero hoy en día se ha convertido en un sistema muy efectivo fuera de los momentos presenciales de entrenamiento. 22 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) Correo electrónico. Tiene la ventaja de poder aportar mucha información escrita o adjunta. Es en diferido (el receptor lo recibe cuando él se conecta), pero ideal para aportar mucha información de forma individual o grupal. Se utiliza mucho ya en los equipos. Chat. Es mensajería instantánea, con lo cual no tiene relevancia para el envío de información que pretenda guardarse o sea en gran cantidad. Requiere que las personas estén conectadas simultáneamente y que tengan un verdadero tema común deportivo de interés sobre el que hablar, sino, se convierte en una pérdida de tiempo y el valor de lo comunicado se devalúa ostensiblemente. Foro. Es un sistema abierto de opinión útil para grupos sociales adheridos a un tema (club, colectivo de entrenadores, etc.). Para un equipo no tiene mucho sentido porque podría acabar generando una especie de dinámica asamblearia normalmente contraindicada para la marcha de los grupos deportivos. Blog. Puede ser una herramienta muy útil para que un técnico desarrolle un canal informativo muy variado y activo con su grupo de deportistas. Es un sistema muy versátil que permite incrustar todo tipo de archivos. Puede aportar feed-back deportivo específico muy rápida y fácilmente. En cualquier caso se trata por lo general de una herramienta preferentemente unidireccional en la comunicación: técnico hacia deportistas. Página web. Puede aportar lo mismo que el blog aunque tiene mayores posibilidades y un mayor empaque institucional, por lo que suele ser recomendable más para entidades que para técnicos individuales. Requiere además algo de gasto económico (registro, servidor…) y mayor nivel de conocimientos informáticos. Red social. Es una herramienta de interactividad total que puede ser muy útil para grupos deportivos en los que la vida social del colectivo sea importante y activa. De utilizarla, recomendamos que sea una creada exprofeso para el grupo y de uso exclusivo de sus miembros. Pueden ser ideales para aglutinar y dinamizar grupos deportivos de adultos. Hay que tener cuidado con las imágenes que se publican, solicitar permiso para ello. Video conferencia. Es una herramienta de comunicación verbal y visual a través del ordenador. Permite este tipo de comunicación de forma gratuita por todo el mundo. Requiere adaptación, ya que la conexión va por lotes de información y plantea retardos (tipo radio comunicación). Se utiliza en la élite deportiva cuando entrenador y deportista están separados por cientos o miles de kilómetros. Plataformas. Son herramientas on-line que pueden tener diseños específicos para cada modalidad deportiva y añaden herramientas de control del entrenamiento, feed-back o análisis deportivo, al software de videoconferencia; de forma que entrenador y deportista pueden compartir escritorio en la distancia y trabajar con esas herramientas. 2.1.4. COMUNICACIÓN DOCUMENTAL. Es la que transmitimos o recibimos a través de documentos escritos o gráficos. Se 23 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) utiliza muy habitualmente para difundir información organizativa y para recabar datos de gestión u otra índole entre los deportistas. Hoy en día se ha podido perfeccionar mucho gracias a los procesadores de textos. Figura: algunos ejemplos comunes de comunicación documental en el ámbito deportivo. Como ejemplos de documentos que hoy en día puede tener que escribir un técnico deportivo hemos indicado los siguientes: Circulares informativas para los deportistas o sus familias. Manuales de entrenamiento o instrucciones para los periodos de transición, alimentación, etc. Pósters y carteles que fijemos en los espacios habilitados de las instalaciones deportivas que utilizamos. Plantillas o fichas que necesitemos para la toma de datos de los entrenamientos, test o competiciones. Formularios para recabar datos de nuestros deportistas. Hojas de datos para recopilar diferentes tipos de información. Cartas personales dirigidas a deportistas, familias, directivos, patrocinadores, instituciones, etc. 2.2. Valoración comunicativa del contexto: elementos facilitadores y obstáculos e inhibidores en el proceso de comunicación. De todo lo mencionado en los apartados anteriores podemos deducir (y así lo hemos mencionado ya) que las circunstancias del contexto guardan relación directa con la problemática de la comunicación (los tres niveles inicialmente expuestos) y por ello con los recursos comunicativos que debemos desplegar para adecuar el mensaje a tales circunstancias. Cuando nos referimos a contexto hay que establecer diferentes concepciones del 24 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) concepto de contexto: Contexto desde el punto de vista físico. ¿campo abierto, bosque, pabellón vacío con eco, pabellón con grada rebosante de gente, campo de regatas…? Su influencia va a tener mucho que ver con la técnica de comunicación a emplear: cantidad de comunicación no verbal, volumen de la voz, utilización de aparatos de comunicación o amplificación, etc. Contexto desde el punto de vista social y didáctico. A qué grupo o personas nos dirigimos: edad, nivel deportivo, tipo de dedicación (iniciación, ocio, competición, profesionalismo…), experiencia previa, interés, origen socio- económico-cultural… etc. Esto influye directamente sobre la construcción de los mensajes de comunicación verbal (también sobre la no verbal), sobre las técnicas expresivas y sobre los contenidos propios de la información. Contexto desde el punto de vista emocional y/o afectivo. Nos referimos al estado relacional del equipo o del deportista, a la situación emocional de la competición o del momento de práctica deportiva (factores como conflicto, alegría, miedo, derrota, remontada…), son variables que deben ser manejadas o gestionadas con delicadeza e inteligencia emocional por el técnico deportivo y requieren adaptaciones en la información a nivel de técnica de transmisión y el contenido de esta. 2.3. Disposición del espacio y el alumnado para la mejora de la comunicación en la sesión deportiva. Si bien ya hemos comentado algo al respecto de esto, vamos a recalcar alguna cuestión más. La disposición del espacio y de los deportistas dentro del mismo son aspectos fundamentales para la mejora de la comunicación deportiva. Lamentablemente no podemos establecer recetas en este aspecto ya que cada modalidad deportiva plantea unas peculiaridades tan particulares, que esto genera una enorme diversidad de situaciones y soluciones óptimas diferentes. Pensemos en situaciones como pabellones deportivos, cuevas, campos de regatas, paredes de escalada, descensos por la nieve, piscinas, etc. Cada modalidad sugiere diferentes organizaciones espaciales específicas que además deberían variar en función del momento de práctica (por ejemplo, en esquí en momento de descenso, remonte, colas…). Cada situación requiere diferente organización. Podríamos estar tentados de proponer algunas claves genéricas, pero no lo vamos a hacer por miedo a equivocarnos, tal y como mostramos en el siguiente ejemplo: el sentido común nos dice que, por ejemplo, en deporte de equipo, cuando se ha de dar una información grupal, lo mejor sería colocar al grupo en círculo para que todos tuvieran contacto visual con el entrenador. Sin embargo, esto no siempre es así, ni mucho menos. Muchos mensajes grupales eficaces sobre el equipo se han de realizar mientras el equipo está actuando, pues han de ir ligados a la acción, al ritmo de esta, 25 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) al estado emocional instantáneo, etc. En otras ocasiones buscar un contacto visual cercano de equipo supones quedarse parado bajo la lluvia, con frío y con viento. En definitiva, el espacio y la disposición de las personas son aspectos fundamentales, pero su manejo es muy variable según las circunstancias. La propia cultura del entrenamiento de cada modalidad nos puede dar pistas sobre algunos recursos comunicativos a utilizar (cuidado con las rutinas tradicionales contraproducentes). Si a eso añadimos una buena reflexión técnica previa que estudie cuándo y cómo puedo comunicarme mejor con los deportistas en los diferentes momentos de la práctica deportiva de mi modalidad, entonces podré haber optimizado mucho la comunicación. 2.4. Información inicial y retroalimentación (Feedback) en la sesión deportiva. La información inicial (o de referencia) es aquella que se da al principio al deportista a modo de instrucción básica ante una propuesta de tarea. Con ella el deportista se construye un esquema mental de acción que va a constituir su referencia para las primeras fases de la nueva ejecución solicitada. La información inicial debe reunir suficiente información como para facilitar que se generen respuestas apropiadas, aunque no debe pecar de exceso de información, lo cual saturaría las posibilidades de asimilación entorpeciendo la ejecución. Puede incluir explicaciones, descripciones, demostraciónes y/o pistas clave. El feed-back28 (retroalimentación) constituye una herramienta de trabajo fundamental es. El feed-back es la información que el sujeto recibe sobre los efectos de su conducta o acción. Podríamos afirmar que tiene por ello al menos dos vertientes: una didáctica y otra psicológica. La vertiente psicológica ayuda, mediante los comentarios y reacciones de las personas que rodean al deportista (sobre todo su entrenador) a que el individuo vaya desarrollando su comportamiento personal social, además de ayudarlo a conocerse mejor. La vertiente didáctica tiene que ver con el aprendizaje. El feed-back proporciona la información necesaria para que el deportista sepa cómo ha realizado las acciones de aprendizaje, entrenamiento o competición. El feed- back puede provenir de diversas fuentes: Mensajes del entrenador. Autopercepción de la acción por parte del deportista. De la propia continuación de la acción deportiva. Filmaciones. Comentarios de otras personas. Marcas, puntos, valoraciones, arbitraje… SÁNCHEZ BAÑUELOS, F.: “El entrenador como director y manager de deportistas y equipos”. (Apuntes del 28 Módulo 3.1.2.) Master en Alto Rendimiento Deportivo. COES – UAM. 1995. No publicado. 26 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) Por lo general el feed-back desde un punto de vista didáctico se divide en dos tipos fundamentales: Conocimiento de los resultados. Es decir, qué efecto, resultado o consecuencia ha tenido la acción realizada (fue gol o no, salté mucho o poco, fui suficientemente rápido, etc.). En ocasiones esto es fácil de ver (una canasta que entra), sin embargo en otras no tanto (cuando no hay una medición o valoración objetiva o terminal de una acción concreta). Conocimiento de la ejecución. O lo qué es lo mismo, si lo realizado ha estado ejecutado correctamente o no, independientemente del resultado obtenido (la canasta entró por casualidad pese al horrible lanzamiento sin mirar siquiera…). Este feed-back suele ser mucho más difícil de obtener por parte del propio deportista que en muchos casos necesitará un experto que le observe, grabaciones, espejo u otros medios de tipo tecnológico. También podemos y debemos tener en cuenta en qué plazo se produce el feed-back con respecto al acto motor. En este sentido puede ser: Durante la ejecución: cuando el deportista lo puede ir obteniendo mientras ejecuta (es muy habitual en las ejecuciones cíclicas como correr, remar, nadar, etc.). Si no desconcentra al deportista, este momento es ideal para facilitar correcciones. Inmediatamente finalizada la ejecución (de nuevo el ejemplo de la canasta que entra). Es necesario que haya muchas oportunidades para procurar al deportista feed-back inmediato para evitar que insista en ejecuciones erróneas, que pueda llegar a automatizar antes de recibir el primer feed-back, que le haga ver que lo estaba haciendo de forma errónea. Feed-back retardado. En ocasiones no es posible obtenerlo antes, o puede ser conveniente que se produzca como consecuencia de un proceso reflexivo o de análisis compartido. La información inicial facilita el aprendizaje ahorrando esfuerzos “ciegos” o errores iniciales, lo dirige (si queremos que ambas cosas ocurran… ya que en ocasiones podemos pretender que descubran soluciones sin dar pistas o pautas previas). La retroalimentación (feed-back) es un elemento absolutamente imprescindible para cualquier aprendizaje. Sin retroalimentación (aunque esta sea propia y/o del entorno) no hay aprendizaje posible. 27 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) 2.5. Habilidades comunicativas, personales y sociales, en las relaciones interpersonales. Ha quedado claro que las habilidades comunicativas son un recurso indispensable para el técnico deportivo. Estas además han de ir vinculadas a las habilidades personales (no estrictamente técnico-deportivas) y a las sociales. Estamos quizá hablando de forma integral de un conjunto de capacidades que podrían englobarse en un concepto aglutinador que pudiera llamarse habilidades relacionales, que incluiría las comunicativas, personales y sociales aplicadas a las relaciones personales que el técnico deportivo ha de mantener a causa de su desempeño (con los deportistas, padres, colaboradores, directivos…). He aquí el esquema de las principales habilidades de actuación a través de las cuales se manifiestan las relaciones mantenidas por el técnico deportivo: Figura: posibles vías a través de las cuales el técnico deportivo puede estar transmitiendo valores a sus pupilos. 2.5.1. LA CONDUCTA. La conducta es una actuación constante de la persona y por tanto, un permanente flujo de influencia sobre los demás. Cuando además la persona que manifiesta su conducta ostenta una posición de liderazgo o preponderancia sobre los demás, por cualquier razón de estatus o de simple organización o edad, dicha conducta se 28 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) convierte generalmente, en más observada y observable, y por ello, más influyente. Ese es el caso del técnico deportivo ante sus deportistas. La cuestión es que la persona no puede elegir o seleccionar qué es aquello de su conducta que va a ser observado, captado o asimilado por parte de los demás, y en muchos casos no es lo que él o ella pretenden resaltar lo que más influencia genera, sino precisamente aquello que puede mostrar de forma inconsciente o involuntaria. Es lo que llamamos manifestaciones formales y conscientes por un lado, y ocultas (currículum oculto en educación) por el otro. Esto es algo difícil de llegar a dominar, pero precisamente por ello, imprescindible de conocer para un técnico deportivo, y que debe ser tenido en cuenta constantemente, pues se trata de un fenómeno clave en la transmisión de valores. 2.5.2. EL MODELO. A lo largo de diferentes edades (en unas más que en otras), gran parte del aprendizaje ocurre por medio de un mecanismo de reproducción de los modelos que el técnico deportivo representa o manifiesta ante sus deportistas. Es lo que algunos denominan aprendizaje vicario. Es por ello que el técnico deberá cuidar mucho el modelo de persona que está representando ante sus discípulos, especialmente en todo aquello que puede tener que ver la transmisión de valores. Precisamente de esto proviene la clásica sentencia de “predica con el ejemplo” u otras muchas frases populares que vienen a expresar la necesidad de tener que representar nosotros mismos el modelo de comportamiento que queremos exigir o inculcar a los demás. 2.5.3. LA ACTITUD. Podemos considerar la actitud como la tendencia o la predisposición de nuestro humor o estado emocional ante una determinada situación (tarea, deber, encuentro interpersonal…). En este sentido, también podemos afirmar que la actitud se llega a manifestar, es decir, incluye un componente de ejecución (de comportamiento) y otro de representación (de dramatización o manifestación de emociones ante lo que la provoca). La actitud es pues algo que se puede percibir con más o menos intensidad por parte de los demás, en función de nuestra mayor o menor sutileza en su manifestación. La actitud puede corresponder a un estilo personal más o menos habitual (estaría relacionada con nuestros rasgos de personalidad) o responder directamente a determinados acontecimientos puntuales, que generan los correspondientes cambios de actitud. Por lo general la actitud ante los acontecimientos, situaciones, personas, hechos, etc. es un potente canal de transmisión y relación, ya que viene a mostrar el verdadero efecto emocional que cada agente externo tiene en la persona del técnico deportivo. 29 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) 2.5.4. LA EXPRESIÓN. La expresión manifiesta las opiniones, transmite los contenidos, forma parte de la actitud, de la conducta y de la representación de un modelo. Es pues un medio de comunicación observable y manifiesto, que transmite información directa o indirectamente al resto de las personas que nos rodean. La expresión verbal suele ser el medio de comunicación que mayor contenido puede transmitir y que normalmente, se utiliza de forma más consciente. Tanto el contenido de los mensajes, como el vocabulario utilizado, la entonación, etc. son elementos que dan carácter, sentido y significado a los mensajes emitidos. Pero además existe toda una gama de posibilidades comunicativas no verbales que incluyen los gestos, los símbolos manuales o corporales, el lenguaje y la expresión corporal, los movimientos, la expresión de la cara, etc. Todos estos recursos pueden reforzar o quitar fuerza a los mensajes verbales, pueden desmentir lo verbalizado, manifestar directamente actitudes, etc. 2.5.5. LA MANERA DE RELACIONARSE. El modo de proceder a la hora de relacionarse con los demás (miembros del grupo u otras personas, pero en presencia del grupo) marca poderosamente la transmisión de valores sociales en el deporte. Además, a la hora de relacionarnos con una persona concreta estamos transmitiéndola directamente una serie de valores personales y reforzando, positiva o negativamente, su propia presencia o forma de ser. Algunos componentes importantes dentro de la forma de relacionarnos con los demás son las normas de educación (corrección); cuyos grados y protocolos varían mucho en función del entorno afectivo, social y cultural en el que nos movemos en cada situación. En este sentido es importante controlar no sólo las normas básicas de educación, sino también ser capaces de distinguir los ambientes, para ajustar el nivel y la selección de utilización de estas. Esto además de tener un efecto sobre la transmisión de valores es un valor en sí mismo, que debe ser inculcado y enseñado. El trato a las personas es un constante canal de transmisión y relación, es probablemente el aspecto que más puede afectar al fenómeno formativo de las relaciones técnicos-deportistas. La mayoría de las peculiaridades de nuestra forma de ser pueden ser identificadas (y por lo tanto detectadas, observadas e interpretadas por los demás) en el trato que damos a las personas con las que nos relacionamos (poco o mucho). Para ello entran en juego nuestras habilidades sociales (recursos y competencias que tenemos para establecer y mantener relaciones interpersonales). Las habilidades sociales no son un valor en sí mismo (pese a ser muy valiosas) sino un bagaje de técnicas y conocimientos procedimentales y actitudinales que debemos enseñar. El técnico deportivo no es, desde luego, el único responsable en hacerlo, pero si un educador más que debe participar de este proceso. Por otro lado, las habilidades sociales deben ser un contenido permanente de formación del propio técnico, ya que 30 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) solo a través de estas, será capaz de dominar la transmisión de valores, conocimientos, etc. La empatía es la capacidad de ponerse mental y emocionalmente en lugar del otro, es decir, de poder imaginar lo que piensa y lo que siente, las dificultades que encuentra, lo que observa, en lo que se fija, lo que es importante para él, lo que le interesa, etc. Tener empatía es algo importante a la hora de trabajar con personas que dependen de nosotros para su desarrollo, aprendizaje y rendimiento. Además, con empatía suficiente podremos ser capaces de ir comprobando paulatinamente qué valores se van generando o desarrollando entre nuestros deportistas, de forma que podamos rectificar o reafirmar nuestro modelo de transmisión de los mismos. Para ahondar (aquella persona que le interese especialmente) en este tema de la forma de relacionarse con los demás, existen infinidad de títulos y referencias bibliográficas. Por poner un ejemplo que ha estado muy difundido a escala mundial en años recientes citaremos a Goleman (200029 y 199930), y su Teoría de la Inteligencia Emocional, la cual ha influido poderosamente sobre campos tan variados como la educación, el deporte, las empresas, etc. 2.5.6. NIVEL DE EXIGENCIA. Un ejemplo de mecanismo o ámbito de trabajo que incluye muchos de los medios relacionales explicados aquí, es el establecimiento de cierto nivel de exigencia en el proceso de formación-entrenamiento deportivo, ya que incluye conductas, modelos, comunicación, relaciones personales y está además relacionado con muchos de los valores acordes al hecho deportivo. Tanto es así que aquí lo vamos a considerar como un medio más dentro del abanico de posibilidades y métodos de relación por parte del técnico deportivo. La adecuación del nivel de exigencia es fundamental, y esto es algo relacionado con algunos fenómenos del aprendizaje o la psicología, como por ejemplo la motivación. Dicha adecuación permitirá que la experiencia de entrenamiento y de exigencia en general se vivencie y perciba como algo positivo, necesario e importante o no, es decir que llegue a asumirse como valor o simplemente se tolere como costumbre, requisito o parte de una subcultura deportiva. La exigencia tiene dos niveles principales de aplicación. Uno es el que se solicita a los deportistas, en el que se les educa y forma. Mientras el otro es el que el técnico deportivo se auto-impone en su trabajo y relación con ellos (en realidad dentro de la totalidad del proceso de entrenamiento o enseñanza deportivos). La exigencia es necesaria para el desarrollo de la condición física, la técnica y demás componentes del deporte, pero es además imprescindible para la asunción y arraigo de muchos valores aprendidos. Por ello es tan importante la coexistencia de estos dos niveles de aplicación: el primero como mecanismo de transmisión y consolidación, y el segundo como complejo de modelado, referencia, transmisión, etc. 29 GOLEMAN, D.: “Inteligencia Emocional”. Kairós. 38ª edición. Barcelona, 2000. 30 GOLEMAN, D.: “La Práctica de la Inteligencia Emocional”. Kariós. 9ª edición. Barcelona, 1999. 31 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) 2.5.7. LA FORMACIÓN. Con la formación pasa algo similar, actúa a varios niveles. Formar a los deportistas es parte vital de su proceso de avance y desarrollo como personas y en el deporte; además revaloriza el proceso, y en muchos casos, acaba consiguiendo que el propio deportista asuma la necesidad de formación como un valor en su vida. También, a ese nivel, es, en todo caso, la oportunidad de transmitir muchos de los valores a través de las situaciones de aprendizaje y transmisión que se dan en los procesos de formación. En cuanto al técnico, necesita formación para mejorar en todos los campos y para ser capaz de aprender a transmitir enseñanzas o a controlar su transmisión. Finalmente, la formación recibida por el técnico es un hecho que, de ser conocido, puede tener un efecto directo sobre la importancia que los deportistas den a la formación como componente imprescindible para la mejora (tal y como su propio técnico demuestra al seguirla). Quizá podríamos buscar algún canal más de relación por parte de los técnicos deportivos, pero creemos que identificar y conocer los aquí mostrados es más que suficiente. La cuestión es más bien ser capaces de darnos cuenta de que los mismos aparecen de forma casi constante en cada momento del proceso de entrenamiento y competición, y que por ello resulta importante reflexionar sobre nuestro papel, anticipar conductas ante situaciones potencialmente conflictivas o tensas, y desarrollar técnicas y estrategias para mejorar y dominar cada medio o canal de transmisión con mayor eficacia y consciencia. 2.6. Uso no sexista del lenguaje. Abordamos ahora un asunto que ha desatado mucha opinión y demagogia a lo largo de toda una década reciente en España. El tema del lenguaje no sexista, o mejor dicho, de algunas propuestas o interpretaciones políticas de ideología muy concreta y ubicable dentro del espectro político nacional sobre lo que debería ser un lenguaje no sexista, ha provocado mucha discusión y debate, marcado fundamentalmente por dos tendencias: cierto feminismo activista exagerado acogido por los dirigentes políticos de uno de los dos partidos políticos mayoritarios, por un lado (mucha ideología y poca ciencia lingüística); y algunos escritores de prestigio y académicos de la lengua por el otro (expertos del lenguaje). En mayor o menor medida, el resto de la población nos hemos mantenido al margen. Con esto quiero decir, que pese a que pueda quedar muy bien y políticamente correcto hablar y destacar sobre la importancia del lenguaje no sexista en diferentes ámbitos de la vida, el problema radica en definir y concretar lo que es y no es un uso sexista del lenguaje. En lo primero hay acuerdo en que así debe ser, en lo segundo no hay acuerdo en absoluto. Centrando el asunto en el caso del deporte, todo lo que indiquemos en este epígrafe ha de ser considerado como nuestra propia opinión al respecto. Recordemos por otro lado que este es un tema sobre el que hasta el momento sólo hay dos fuentes de referencia: opiniones y reglas gramaticales. Las primeras son 32 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) de lo más diverso y las segundas poco han variado el lenguaje respecto a este tema. Estamos de acuerdo en que en el ámbito deportivo (y especialmente en el de la formación e iniciación) hay que evitar en la medida de lo posible la utilización sexista del lenguaje. En lo que no estamos para nada de acuerdo es en que haya que transformar el lenguaje (y hacerlo arduo, ineficiente y nada práctico) recargándolo con redundancias y repeticiones alejadas de sus reglas y la realidad. Esto lo hacemos extensivo al lenguaje general, escrito y hablado; pero entendemos además, que en el caso del lenguaje deportivo práctico, el cual es por regla general circunstancial, rápido, urgente, simbólico, gramaticalmente defectuoso, este juicio de valor nos parece aún más certero. Ilustrémoslo con un ejemplo: Entrenador dirigiendo un ejercicio colectivo: “Acordarse de los movimientos ofensivos. Laterales vigilando, extremos abriendo campo. Cerrar líneas de pase al pivote. Listos… ¡va!... corta, desmarque…bien… cuidado al extremo, cerramos defensa… ¡juntos, juntos, juntos!”. “Traduzcamos” esta secuencia a hora a según qué propuestas de uso no sexista del lenguaje: En un equipo masculino la secuencia quedaría como está. En un equipo femenino variaría hacia: “Acordarse de los movimientos ofensivos. Laterales vigilando, extremos abriendo campo. Cerrar líneas de pase a la pivote. Listas… ¡va!... corta, desmarque…bien… cuidado con la extremo, cerramos defensa… ¡juntas, juntas, juntas!”. No hay mayor problema, se puede hacer perfectamente, y lo que es más importante, por regla general todos los técnicos serían capaz de hacerlo de forma automática (lo cual resulta imprescindible para la eficiencia de su labor). La única duda razonable es en sí utilizar versiones femeninas de algunas palabras como delantero/a, portero/a… ya que sobre esto no hay reglas definidas (extremo, lateral… no parecen disfrutar de versiones femeninas; pasa igual con muchas profesiones corrientes). En un equipo mixto empezamos a tener polémica: o Versión radical: “Acordarse de los movimientos ofensivos. Laterales vigilando, extremos y extremas abriendo campo. Cerrar líneas de pase al pivote o a la pivote. Listos y listas… ¡va!... corta, desmarque…bien… cuidado al extremo y extrema, cerramos defensa… ¡juntos y juntas, juntos y juntas, juntos y juntas!”. En nuestra opinión una auténtica “patada” a la practicidad y normalidad del lenguaje. o Versión normal: “Acordarse de los movimientos ofensivos. Laterales vigilando, extremos abriendo campo. Cerrar líneas de pase a pivote. Listos… ¡va!... corta, desmarque…bien… cuidado al extremo, cerramos defensa… ¡juntos, juntos, juntos!” Somos conscientes de que nuestro punto de vista va a provocar descontento a algunos lectores. No nos preocupa, ya lo habrá hecho antes ya que el texto al completo está escrito en estos términos, los de considerar al colectivo mixto (compuesto de miembros masculinos y femeninos) con los genéricos… el técnico 33 Adaptado de José Gutiérrez López (2012) deportivo, el joven deportista o los jóvenes deportistas. No es falta de delicadeza o sensibilidad con el tema, por ejemplo, cuando hablamos de alumnos (chicas y chicos) estamos habituados a referirnos a ellos como alumnado, pero no siempre hay recursos para soluciones así, y definitivamente estamos en contra de absurdas repeticiones. Dicho esto, llegamos al verdadero meollo de la cuestión. Lo grave, lo significativo, lo influyente del lenguaje deportivo, en lo que se refiere al sexismo y a la permanencia en la transmisión de valores culturales machistas, no está realmente en la cuantificación del número de palabras con terminación masculina, femenina o neutra. Lo grave, lo dañino está en el simbolismo que se nutre con los mensajes, las parodias, las insinuaciones, las comparaciones, etc. Y de eso, el deporte tiene mucho, y bastante difícil de erradicar. Y es precisamente ahí donde hay que actuar. Nos referimos al permanente barniz de masculinidad que se da a algunas cualidades o actitudes supuestamente positivas para el rendimiento (cojones, macho, hombres, huevos, etc.), en oposición al peyorativo uso de conceptos femeninos para conductas o actitudes reprobables (nenazas, maricones, es que tienes la regla o qué…). Esto es algo constante y permanente en los escenarios deportivos populares, pero no sólo a nivel de léxico o expresiones, sino también en entonaciones, acompañamiento no verbal, etc. Ahí es donde hay que hacer un verdadero esfuerzo por trabajar, educar y transmitir un lenguaje no sexista, sin fisuras insinuantes, sin adjudicaciones simbólicas sexistas, etc. Y exige un esfuerzo, porque la historia del deporte ha estado casi más tiempo ligada a las diferencias de género bajo una óptica machista, que el que lo ha estado bajo una óptica igualitaria, y esto es algo aferrado a la cultura popular y difícil de corregir. Sin embargo, parte de nuestro deber y responsabilidad como técnicos deportivos. Finalmente, un consejo para la dirección de grupos: si tu equipo o grupo está formado enteramente por chicas y tu eres hombre (o por chicos y eres mujer), cuando te refieras al colectivo incluyéndote, utiliza el género del equipo (vamos todas… para la cena cada una tenemos que poner x €…). 34 Adaptado de José Gutiérrez López (2012)

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