Pares Craneales PDF
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Instituto de Educación Superior Tecnológico Privado
Mg. María Chavarria Bustos
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Esta presentación describe los 12 pares craneales y sus funciones, incluyendo los nervios olfatorio, óptico, oculomotor. La información detalla las funciones y anatomías de cada uno. Ademas, proporciona un resumen general de los pares craneales.
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PARES CRANEALES Mg. María Chavarria Bustos Pares Craneales Los 12 pares craneales o nervios craneales nos permiten realizar las tareas diarias de manera cómoda y eficiente. Llevan parte de la información de nuestros sentidos al cerebro y del cerebro a algunos de los músculos y...
PARES CRANEALES Mg. María Chavarria Bustos Pares Craneales Los 12 pares craneales o nervios craneales nos permiten realizar las tareas diarias de manera cómoda y eficiente. Llevan parte de la información de nuestros sentidos al cerebro y del cerebro a algunos de los músculos y vísceras. Estos nervios atraviesan unos pequeños orificios de la base de cráneo que están conectados a encéfalo. Desde aquí, se ramifican hacia diferentes partes del cuerpo para cumplir con sus funciones. Dentro de los 12 pares craneales que veremos a continuación, podemos agruparlos de manera sencilla en relación a sus funciones. Por lo tanto, los nervios ópticos, olfatorios y vestibulococlear son totalmente sensitivos. Por otro lado, los nervios oculomotores, toclear, abducens, accesorio e hipogloso, son completamente motores. Y, por último, el trigémino, el facial, el glosofaríngeo y el vago son tanto sensitivos como motores. Nervio Olfatorio El olfatorio es un nervio aferente somático especial, lo que significa que transmite impulsos nerviosos desde algún órgano sensorial hacia el sistema nervioso central. En este caso, como su propio nombre indica, el nervio olfatorio recoge los impulsos eléctricos generados en la cavidad nasal (sentido del olfato) y los hace llegar directamente al cerebro, el cual procesará la información para conseguir la verdadera experimentación del olfato. Las varias ramas del nervio olfatorio salen de la cavidad nasal a través de la lámina cribosa del hueso etmoides. Terminan en el bulbo olfatorio, donde continúa como el tracto olfatorio. Dentro del cerebro, estas fibras se dispersan y terminan dentro de la corteza olfatoria (corteza piriforme, amígdala, corteza entorrinal). No tiene un núcleo propio específico. En lugar de eso sus cuerpos celulares son encontrados en el área olfatoria de la mucosa nasal que cubre el techo de la cavidad nasal. Nervio Óptico El óptico es otro nervio aferente, es decir, sirve para “entrar” información al cerebro, no para que esta “salga” de él. En este caso, el nervio óptico recoge los impulsos eléctricos generados por parte de las neuronas fotorreceptoras de la retina del ojo y transmite estas señales nerviosas hasta el cerebro. Una vez ahí, el cerebro convierte esta información eléctrica en la proyección de imágenes, momento en el cual vemos de verdad. Las fibras neurales se originan de los fotorreceptores de la retina. Estos convergen en el disco óptico (papila) formando el nervio óptico, que sale de la órbita a través del conducto óptico. En el piso de la fosa craneal media, la porción nasal de cada nervio cruza al lado contrario formando el quiasma óptico. Las fibras nerviosas entonces continúan como dos vías ópticas. El II par craneal tampoco tiene su propio núcleo, pero en lugar de eso sus cuerpos celulares se encuentran en la retina. El nervio óptico hace sinapsis con los centros de relevo relacionados con la visión en el cerebro. Nervio Oculomotor El oculomotor es un nervio eferente, que se diferencia de los dos anteriores en el sentido que sirve para que el cerebro emita órdenes, no para captar información del medio. En este sentido, el nervio oculomotor envía mensajes desde el cerebro hasta los músculos oculares para controlar que la pupila se contraiga o dilate de forma involuntaria dependiendo de cuánta luz haya en el ambiente. También es el nervio que permite el levantamiento (y bajada) de los párpados y la capacidad para mover voluntariamente los ojos hacia arriba y hacia abajo. Se origina en el mesencéfalo y sale del cráneo a través de la fisura orbitaria (orbital) superior para entrar en la órbita donde va a permitir el movimiento del ojo, la contracción de la pupila (miosis) y la acomodación del cristalino. Nervio Troclear o Patético El troclear sigue siendo un nervio eferente, lo que significa que sirve para transmitir información generada en el cerebro hacia otra región periférica. En este caso, el nervio troclear se complementa con el oculomotor para permitir el movimiento de los ojos hacia abajo pero también hacia adentro. Este se origina en el mesencéfalo y entra en la órbita a través de la fisura orbitaria superior. Inerva un solo músculo extraocular, jugando un papel importante en el movimiento ocular. Nervio Trigémino El nervio trigémino es un nervio que actúa tanto de eferente como de aferente. Y es que está involucrado en la masticación (acción eferente) y en la sensibilidad facial (acción aferente). Este nervio transmite órdenes generadas en el cerebro hacia los músculos de la mandíbula, permitiendo así que esta se mueva y haga fuerza para masticar. De igual modo, es el nervio que permite la sensibilidad facial, es decir, transmite la información del sentido del tacto desde la piel hasta el cerebro. Cuando hay problemas con este nervio, hay una pérdida de sensibilidad en la cara. Estas fibras se originan en el mesencéfalo, formando el ganglio del trigémino (ganglio de Gasser) cerca del ápice de la porción petrosa del hueso temporal. El nervio trigémino se divide en tres ramas: nervio oftálmico (V1), nervio maxilar (V2) y nervio mandibular (V3). Cada uno de estos salen del cráneo por aberturas diferentes: el oftálmico sale a través de la fisura orbitaria superior, el maxilar por el foramen redondo mayor y el mandibular por el foramen oval. Las tres ramas del nervio trigémino proporcionan sensibilidad a la piel del rostro. Las áreas de inervación cutánea (dermatomas) son las siguientes: nervio oftálmico (dermatoma de V1) que inerva la frente, órbita y nariz; nervio maxilar (dermatoma de V2) inerva la región cigomática y el labio superior; y nervio mandibular (dermatoma de V3), que inerva la piel alrededor de la boca, el labio inferior y la piel de la región mandibular. Nervio Abducens El nervio abductor es otro nervio eferente que se complementa con el oculomotor y el troclear para permitir unos buenos movimientos oculares. En este caso, el nervio abductor es el encargado de transmitir los impulsos eléctricos para permitir el movimiento de los ojos hacia fuera. Se origina en el tronco encefálico y sale del cráneo a través de la fisura orbitaria superior. Nervio Facial El facial es un nervio eferente muy importante ya que es el que transmite las señales para permitir los movimientos faciales, es decir, todas las expresiones. Sonreír, fruncir el ceño, abrir la boca, hacer muecas. El nervio facial, además, también regula la actividad de las glándulas salivales y las lagrimales. En este sentido, es este nervio el que determina cuántas lágrimas generamos en los ojos y cuánta saliva producimos en la boca. Se origina en el tronco encefálico como dos porciones separadas, una raíz primaria más larga que transporta fibras motoras y un nervio intermediario más pequeño (nervio intermediario de Wrisberg) que transporta fibras sensitivas y parasimpáticas. Las dos porciones salen del cráneo a través del conducto auditivo interno y viajan a través del conducto facial. Aquí se unen formando el nervio facial propiamente dicho y salen del cráneo juntos a través del foramen estilomastoideo. Una vez que el nervio facial alcanza el rostro, este permite muchas funciones tales como la expresión facial, secreción de glándulas (como las lagrimales) y sensación del gusto en los dos tercios anteriores de la lengua. Nervio Vestibulococlear El nervio vestibulococlear tiene un papel muy importante en la audición y el equilibrio. Y es que este nervio, además de participar en la transmisión de la información auditiva desde los oídos hasta el cerebro, es el que controla el sentido del equilibrio. Por ello, cuando hay problemas en este nervio, la persona tiende a tener problemas de mareo o de vértigo. Está compuesto por dos partes: el nervio vestibular y el nervio coclear. Estos hacen sinapsis con su respectivo núcleo en el tronco encefálico. El componente coclear permite escuchar, mientras que la porción vestibular participa en el balance y en el movimiento. En la parte más profunda del conducto auditivo interno, ambas partes se unen y entran al cráneo a través del conducto auditivo interno. Nervio Glosofaríngeo El nervio glosofaríngeo tiene un papel muy importante en la acción de tragar y hablar y en el reflejo del vómito. Este nervio regula el movimiento de la lengua, incrementa la producción de saliva cuando se está comiendo, manda órdenes a la musculatura del cuello para tragar y transmite información al cerebro cuando, por distintas causas, habría que expulsar el contenido del estómago, es decir, vomitar. En este sentido, el nervio glosofaríngeo llega a controlar los movimientos del abdomen, pues las contracciones de esta zona al vomitar son posibles gracias a él. Nervio Vago o Neumogástrico El nervio vago complementa la acción del glosofaríngeo, por lo que suelen estudiarse de forma conjunta. Y es que este nervio también está involucrado en la deglución, el habla y el reflejo del vómito. El décimo (X) par craneal es también un nervio multimodal, se origina de múltiples núcleos en el tronco encefálico y sale del cráneo a través del foramen yugular. Es el nervio craneal más largo, y el único que va más allá de la región de la cabeza y el cuello. Viaja dentro de las cavidades torácica y abdominal, proporcionando inervación parasimpática a los órganos viscerales. El nervio vago tiene dos ganglios, conocidos como ganglio superior del nervio vago y ganglio inferior del nervio vago (ganglio nodoso). El primero proporciona fibras para la función sensorial general, mientras que el segundo da origen a fibras sensoriales y viscerales especiales. El nervio vago controla una gran cantidad de funciones, incluyendo secreción glandular, peristalsis, fonación, gusto, sensibilidad visceral y general de la cabeza, tórax y abdomen. Nervio Accesorio El nervio accesorio, también conocido como espinal, es otro nervio eferente que, en este caso, se prolonga hasta el cuello. Su función es la de permitir el movimiento del cuello, pero no de los músculos internos como hacían el glosofaríngeo y el vago, sino el de la musculatura externa. Y es que el nervio accesorio es el que permite que giremos el cuello hacia los lados y que nos encojamos de hombros. Sale del cráneo a través del foramen yugular y permite la fonación y los movimientos de la cabeza y hombros. Las fibras sensitivas del plexo cervical se unen al nervio accesorio para transmitir las sensaciones generales de los músculos que inerva. Nervio Hipogloso El nervio hipogloso es otro nervio eferente que transmite las órdenes del cerebro hasta la lengua, permitiendo así que realicemos todo tipo de movimientos con ella. Por ello, el nervio hipogloso tiene una influencia importante en el habla y la deglución. Sale del cráneo a través del foramen hipogloso. Su función consiste en permitir los movimientos de la lengua. El nervio hipogloso es extremadamente importante para el buen funcionamiento diario del cuerpo, ya que juega un rol importante en las funciones del habla y deglución. Similar al XI par craneal, el nervio hipogloso también interactúa con el plexo cervical.