La Sociedad Primitiva - Selección de Capítulos - PDF
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Summary
Este documento examina el desarrollo de la inteligencia humana en la sociedad primitiva, enfocado en el origen de la raza humana desde el salvajismo hacia la civilización. Explora la evolución de la inteligencia a través de inventos, descubrimientos e instituciones, como la subsistencia, gobierno, lenguaje, familia y religión. La investigación se basa en evidencia arqueológica y social, contrastando los periodos étnicos y su progresión.
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LA SOCIEDAD PRIMITIVA PRIMERA PARTE DESENVOLVIMIENTO DE LA INTELIGENCIA A TRAVÉS DE INVENCIONES Y DESCUBRIMIENTOS I...
LA SOCIEDAD PRIMITIVA PRIMERA PARTE DESENVOLVIMIENTO DE LA INTELIGENCIA A TRAVÉS DE INVENCIONES Y DESCUBRIMIENTOS I PERIODOS ÉTNICOS Las últimas investigaciones sobre el origen de la raza humana vienen a demostrar que el hombre empieza su vida al pie de la escala labrando su ascenso, del salvajismo a la civilización, mediante los lentos acopios de la ciencia experimental. Del mismo modo que es indudable que cierto número de familias humanas han existido en estado salvaje, otras en estado de barbarie y aun algunas en estado de civilización, de igual forma parece que estas tres condiciones diferentes se entrelazan debido a una sucesión tan natural como imprescindible de progreso. Asimismo, esta sucesión ha sido históricamente cierta en la totalidad de la familia humana hasta la meta lograda por cada rama respectivamente, surgiendo como viable ante las circunstancias, en las que se origina todo progreso y la conocida evolución de algunas ramas de familia con dos o más de tales circunstancias. Posteriormente se presentará la evidente rusticidad de la condición primitiva del hombre, de la gradual evolución de sus facultades morales y mentales, mediante la experiencia y de su prolongada pugna con los elementos que le impedían el paso al camino de la civilización. Basados, en parte, por la continua sucesión de invenciones y descubrimientos; pero, sobre todo, en las instituciones domésticas que muestran el desarrollo de ideas y pasiones. Recomponiendo las diversas trayectorias del progreso hacia las edades primitivas del hombre, esperando una de otra según el orden de aparición de los inventos y hallazgos, por un lado, e instituciones por otro, comprendemos que aquéllos mantienen entre sí un vínculo progresivo y éstos una relación de desenvolvimiento. Mientras los inventos y descubrimientos han estado unidos a una forma más o menos directa inmediata, las instituciones se han desarrollado sobre el fundamento de unos principios primarios del pensamiento. Las modernas instituciones surgen en el período de barbarie, cuyo germen se hereda del anterior período llamado de salvajismo. Su genealogía se hace a través de las edades con las corrientes de la sangre, así como un desenvolvimiento lógico. Por esto, dos líneas independientes de investigación captan nuestra atención. Una nos lleva a través de los inventos y descubrimientos, y la otra a través de las instituciones primitivas. Con los conocimientos así logrados, podemos confiar en señalar las etapas principales del desarrollo humano. Las pruebas que se presentarán serán tomadas especialmente de las instituciones domésticas; las referencias a conquistas más estrictamente intelectuales serán tanto generales como subordinadas. Los hechos indican la formación gradual y el desarrollo subsiguiente de ciertas ideas, pasiones y aspiraciones. Aquellos que ocupan las posiciones más prominentes, caben generalizarse como crecimientos de ideas particulares, con las que se unen íntimamente. Aparte de las invenciones y descubrimientos, los hechos son: l. ° Subsistencia 2. ° Gobierno 3. ° Lenguaje 4. ° Familia 5. ° Religión 6. ° Vida de hogar y arquitectura 7. ° Propiedad 1. ° La subsistencia ha sido acrecentada y perfeccionada mediante una serie sucesiva de artes, introducidas con largos intervalos de tiempo y trabadas más o menos, directamente con invenciones y descubrimientos. 2. ° En el estadio del salvajismo los gérmenes del gobierno deben ser buscados en la organización de gentes, siguiéndolos en las formas progresivas de esta institución, hasta la constitución de la sociedad política. 3. ° El lenguaje humano se fue perfeccionando de las formas más toscas y sencillas de la expresión. Como lo indica Lucrecio, el lenguaje de los gestos y señas debe haber precedido al lenguaje articulado, así como el pensamiento precedió a la palabra. El lenguaje monosilábico precedió al silábico, así como éste precedió al de las palabras 1 concretas. La inteligencia humana, sin conciencia de designio, desarrolló el lenguaje articulado mediante la utilización de sonidos vocales. Esta importante materia de estudio no cae dentro de los límites de la presente investigación. 4. ° Referente a la familia; las etapas de su evolución están comprendidas en sistemas de consanguinidad y afinidad, y en costumbres relativas al matrimonio mediante las cuales, colectivamente, se puede seguir el rastro definido de la familia a través de varias formas sucesivas. 5 ° El desarrollo de la idea religiosa se halla rodeado de tales dificultades intrínsecas que no es posible obtener una explicación completamente satisfactoria. La religión se enlaza tanto con la naturaleza imaginativa y emotiva, y por consiguiente, con elementos tan inseguros de conocimiento, que todas las religiones primitivas son grotescas y hasta cierto punto ininteligibles. También esta materia sale del plan de la presente obra, salvo en las sugerencias incidentales. 6. ° La arquitectura de la vivienda, que se une con la forma de la familia y el plan de la vida doméstica, ofrece una ilustración medianamente completa del progreso, desde el salvajismo hasta la civilización. Su progreso se desarrolla desde la choza del salvaje, a través de las viviendas comunales de los bárbaros, hasta la casa individual de los pueblos civilizados. Este tema se tratará someramente. 7. ° La idea de la propiedad se formó lentamente en el pensamiento humano, permaneciendo latente durante períodos inmensos de tiempo. Realizándose en el salvajismo, necesitó toda la experiencia de este período y del subsiguiente de barbarie para que el cerebro humano tomara conciencia de su influencia de controlar. Su gobierno señala el comienzo de la civilización. Condujo al hombre no sólo a defenderse de la barbarie, sino también a establecer la sociedad política sobre la base de territorio y de propiedad. El conocimiento crítico de la evolución de la idea de propiedad abarca, en cierto modo, la parte más notable de la historia mental del hombre. Mi propósito es presentar algunas pruebas del progreso humano a lo largo de estas diversas líneas y a través de períodos étnicos sucesivos, según se halla revelado por invenciones y descubrimientos y por el crecimiento de las ideas de gobierno, de familia y de propiedad. Como premisa puede establecerse que toda forma de gobierno encuadra en dos planes generales, empleando el vocablo "plan" en su sentido científico. En sus bases, los dos son fundamentalmente distintos. El primero, en el orden cronológico, se funda sobre personas y sobre relaciones puramente personales, y se puede distinguir como una sociedad (societas). La gens es la unidad de esta organización, dando, como sucesivas etapas de integración, en el período arcaico, la gens, la fratria, la tribu y la confederación de tribus, las que constituirían un pueblo o nación (populus). En un período posterior, la unión de tribus en un mismo territorio, ya como nación, reemplazó a la confederación de tribus que ocupaban áreas independientes. Tal fue la organización sustancialmente universal de la sociedad antigua, a través de largos siglos, después de la aparición de la gens; y se mantuvo entre los griegos y romanos después de sobrevenir la civilización. El segundo, se funda sobre el territorio y la propiedad y puede ser considerado como un estado (civitas). La villa o barrio circunscrito por mojones, con las propiedades que contiene, es la base o unidad de la última, y la sociedad política es el resultado. La sociedad política está organizada sobre áreas territoriales y se ocupa tanto de la propiedad como de las personas, mediante relaciones territoriales. Las etapas sucesivas de integración son la villa o barrio, que es la unidad de organización; el departamento o provincia, que es la reunión de villas o barrios, y el dominio o territorio nacional, que es la reunión o incorporación de departamentos o provincias, el pueblo de cada uno de los cuales está organizado en un cuerpo político. Los griegos y romanos tuvieron que esforzarse hasta el límite de sus respectivas capacidades, después que hubieron alcanzado la civilización, para inventar la villa y el barrio o cuartel de la ciudad e inaugurar así el segundo plan de gobierno, que perdura entre las naciones civilizadas hasta el día de hoy. En la sociedad antigua este plan territorial era desconocido. Cuando sobrevino, quedó fijada la línea de demarcación entre la sociedad antigua y la moderna, distinción que se reconocerá en estas páginas. Se hace notar que las distintas etapas de este progreso se hallan bien conservadas, teniendo como modelo las instituciones domésticas de los bárbaros y aun de los antepasados salvajes del hombre, apoyándose en la organización de la sociedad sobre la base del sexo, luego sobre la del parentesco y, finalmente, sobre la del territorio, en las formas sucesivas del matrimonio y de la familia. Creando así sistemas de consanguinidad, a través de la vida doméstica y de la arquitectura y a través de progresos en las prácticas referentes a la propiedad y a la herencia de la misma. La tesis de la degradación del género humano, para explicar la existencia de salvajes y bárbaros, ya no es sostenible. Apareció como corolario de la cosmogonía mosaica y fue admitida en razón de una supuesta necesidad que no existe ya. Como teoría no solamente es insuficiente para explicar la existencia de salvajes, sino que, también carece de base en los hechos de la experiencia humana. 2 Se presume que los antepasados remotos de las naciones arias pasaron por una experiencia semejante a la de tribus bárbaras o salvajes del tiempo actual. A pesar de que la experiencia de estas naciones encierra toda la información necesaria para ilustrar los períodos de la civilización, tanto antigua como moderna, su conocimiento anterior debe deducirse, sobre todo, de la visible vinculación entre los elementos de sus instituciones existentes e invenciones y de los elementos similares que todavía se conservan en las de tribus salvajes y bárbaras. Se puede observar, finalmente, que la experiencia del género humano ha sido casi uniforme; que las necesidades humanas bajo condiciones similares han sido esencialmente las mismas, y que las evoluciones del principio mental han sido uniformes en virtud de la identidad específica del cerebro en todas las razas humanas. Esta, sin embargo, es sólo una parte de la explicación de la uniformidad de los resultados. Los gérmenes de las instituciones principales y artes de la vida se desarrollaron mientras el hombre era aún salvaje. En gran parte, la experiencia de los períodos subsiguientes de barbarie y de civilización, han sido alterados con el mayor desenvolvimiento de estos conceptos primitivos. Dondequiera que se pueda distinguir una vinculación, en continentes diferentes, entre una institución presente y un germen universal, queda implícita la derivación de los pueblos mismos de un tronco originario común. La dilucidación de estas diversas categorías de hechos será facilitada por la fijación de cierto número de períodos étnicos, cada uno representativo de una distinta condición de sociedad y distinguible por un modo de vida peculiar. Los términos "Edad de Piedra", de “Bronce" y de "Hierro”, introducidos por arqueólogos daneses, han sido sumamente útiles para ciertos propósitos, y seguirán siéndolo para la clasificación de objetos de arte antiguo, pero el progreso del saber ha impuesto la necesidad de otras subdivisiones diferentes. Los objetos de piedra no quedaron del todo arrumbados con la introducción de herramientas de hierro, ni con las de bronce. La invención del procedimiento de fundir el hierro mineral creó un período étnico, pero difícilmente podríamos fijar otro de la producción del bronce. Además, como el período de los implementos de piedra se prolonga sobre los del bronce y del hierro, y desde que el del bronce también se prolonga sobre el del hierro, no son susceptibles de una separación que dejara a uno y otro independiente y distinto. Es probable que las sucesivas artes de subsistencia hayan influido sobre la condición del hombre y sean las que en última instancia ofrezcan bases más satisfactorias para estas divisiones. La investigación no ha progresado lo suficiente en este sentido para proporcionar los datos necesarios. Con los actuales conocimientos, los resultados principales pueden ser obtenidos mediante la selección de invenciones o descubrimientos paralelos, que suministren suficientes comprobaciones de progreso, como para definir e1 comienzo de sucesivos períodos étnicos. Aun cuando sean aceptados solamente como probables, estos períodos serán convenientes y útiles. Se verá que cada uno de los que van a ser indicados abarca una cultura distinta y representa un modo particular de vida. El período del salvajismo, todavía poco conocido, puede ser dividido provisionalmente en tres subperíodos. Éstos podrán ser designados, respectivamente, el inferior, el medio y el superior, y la condición de la sociedad en cada uno, respectivamente, puede distinguirse como el "estadio" inferior, medio y superior del salvajismo. De igual manera, el período de la barbarie se divide, naturalmente, en tres subperíodos, que se llamarán, respectivamente, el inferior, el medio y el superior; y la condición de la sociedad en cada uno se distinguirá como el "estadio" inferior, medio y superior de la barbarie. Es difícil si no imposible, fijar comprobaciones de progreso que señalen el comienzo de estos diversos períodos. Tampoco es necesario, para los fines que se tiene en vista, que no existan excepciones. Bastará que las tribus principales del género humano puedan ser clasificadas, según los grados de sus relativos progresos, en condiciones que puedan reconocerse como distintas. 1. ESTADIO INFERIOR DEL SALVAJISMO Este período comenzó con la infancia del hombre y puede darse por terminado con la adquisición de una subsistencia a base de pescado y el conocimiento del uso del fuego. El hombre vivía entonces en su morada originaria y restringida y subsistía de frutas y nueces. Corresponde a este período el comienzo de la palabra articulada. No hay ejemplos de tribus de la humanidad en estas condiciones que hayan llegado hasta el período histórico. 2. ESTADIO MEDIO DEL SALVAJISMO 3 Comenzó con la adquisición de una subsistencia a base de pescado y el conocimiento del uso del fuego, y terminó con la invención del arco y flecha. Mientras perduraba en esta condición, el hombre se diseminó desde su morada originaria por la mayor parte de la tierra. De las tribus que todavía existen, colocaré en el estadio medio del salvajismo, por ejemplo, a los australianos y la mayor parte de los polinesios, al tiempo de ser descubiertos. Será suficiente con presentar uno o más ejemplos de cada estadio. 3. ESTADIO SUPERIOR DEL SALVAJISMO Comenzó con la invención del arco y flecha y terminó con la invención del arte de la alfarería. Coloco en el estadio superior del salvajismo a las tribus Athapascan, del territorio de la bahía del Hudson, las tribus del valle de Colombia y ciertas tribus de la costa de América del Norte y del Sur, pero con relación a la época de su descubrimiento. Este estadio clausura el período del salvajismo. 4. ESTADIO INFERIOR DE LA BARBARIE La invención o práctica del arte de la alfarería, considerando todas las conquistas, es posiblemente la prueba más efectiva y concluyente que puede elegirse para fijar una línea de demarcación necesariamente arbitraria, entre el salvajismo y la barbarie. Desde tiempo atrás se ha reconocido la distinción entre las dos condiciones, pero hasta ahora no se ha propuesto ninguna conquista de progreso que señalara el paso del primero al segundo. Así, pues, todas aquellas tribus que nunca alcanzaron el arte de la alfarería serán clasificadas como salvajes, y las que conquistaron este arte, pero que nunca llegaron a tener un alfabeto fonético y a poseer el arte de la escritura, serán clasificadas como bárbaras. El primer subperíodo de la barbarie comenzó con la alfarería, ya sea por invención original o bien por adopción. Al tratar de fijar su término y el comienzo del estadio medio, se tropieza con la dificultad de las dotaciones desiguales de los dos hemisferios, que comenzaron a influir sobre los destinos humanos después que hubo pasado el período del salvajismo. Puede solucionarse, entretanto, mediante el empleo de equivalentes. Para el hemisferio oriental, la domesticación de animales, y para el occidental, el cultivo del maíz y plantas mediante el riego, juntamente con el uso de adobe o piedra en la construcción de casas, han sido elegidos como testimonios suficientes de progreso para jalonar una transición del estadio inferior al superior de la barbarie. Sitúo, por ejemplo, en el estadio inferior a las tribus indias de Estados Unidos, al este del río Missouri, y aquellas tribus de Europa y Asia que practicaban el arte de la alfarería, pero sin poseer animales domésticos. 5. ESTADIO MEDIO DE LA BARBARIE Comenzó, en el hemisferio oriental, con la domesticación de animales, y en el occidental, con el cultivo a base de riego y con el empleo del adobe y de la piedra en la arquitectura, como se ha dicho anteriormente. Su término puede fijarse en la invención del procedimiento de fundir el hierro mineral. Se pueden situar en el estadio medio, por ejemplo, tribus del Nuevo Méjico, Méjico, Centroamérica y Perú y aquellas tribus del hemisferio oriental que poseyeron animales domésticos, pero sin conocer el hierro. Los antiguos bretones, aunque familiarizados con el empleo del hierro, lógicamente forman parte de esta clasificación. La vecindad de tribus continentales más avanzadas, había hecho progresar entre ellos las artes de la vida mucho más allá del estado de desarrollo de sus instituciones domésticas. 6. EL ESTADIO SUPERIOR DE LA BARBARIE Comenzó con el trabajo del hierro y terminó con la invención de un alfabeto fonético y el uso de la escritura en la composición literaria. Aquí comienza la civilización. Fijo en el estadio superior, por ejemplo, a las tribus griegas de la Edad de Homero, a las tribus italianas, poco antes de la fundación de Roma, y a las tribus germánicas de la época de César. 4 7. ESTADIO DE LA CIVILIZACIÓN Comenzó, como ya se ha dicho, con el uso de un alfabeto fonético y la producción de registros literarios y se divide en antiguo y moderno. Puede ser admitida como equivalente la escritura jeroglífica en piedra. RECAPITULACIÓN Períodos Condiciones I. Período inferior del salvajismo. I. Estadio inferior del salvajismo. II. Período medio del salvajismo. II. Estadio medio del salvajismo. III. Período superior del salvajismo. III. Estadio superior del salvajismo. IV. Período inferior de la barbarie. IV. Estadio inferior de la barbarie. V. Período medio de la barbarie. V. Estadio medio de la barbarie. VI. Período superior de la barbarie VI. Estadio superior de la barbarie. I. Estadio inferior del salvajismo: desde la infancia del género humano hasta el comienzo del período siguiente. II. Estadio medio del salvajismo: desde la adquisición de una subsistencia a base de pescado y el conocimiento del uso del fuego, hasta el comienzo del período siguiente. III. Estadio superior del salvajismo: desde la invención del arco y flecha, hasta, etc. IV. Estadio inferior de la barbarie: desde la invención del arte de la alfarería, hasta, etc. V. Estadio medio de la barbarie: desde la domesticación de animales en el hemisferio oriental, y en el occidental, desde el cultivo del maíz y plantas por el riego, con el uso de adobe y piedra, hasta, etc. VI. Estadio superior de la barbarie: desde la invención de la fundición de mineral de hierro y el empleo de implementos de hierro, hasta, etc. VII. Estadio de civilización: desde la invención de un alfabeto fonético y el empleo de la escritura, hasta el tiempo presente. Cada uno de estos períodos posee una cultura distinta y exhibe modos de vida más o menos especiales y peculiares. Esta especialización de períodos étnicos hace posible tratar una sociedad en particular, según su condición de relativo adelanto, y hacerla materia de investigación o de dilucidación independiente. El hecho de que distintas tribus y naciones en un mismo continente y aun de una misma familia lingüística se hallasen en condiciones diferentes a un mismo tiempo no afecta el resultado principal, ya que para nuestro propósito la condición de cada uno es el hecho principal, siendo el tiempo secundario. Y como el uso de la alfarería es menos significativo que el empleo de animales domésticos, del hierro o de un alfabeto fonético, para señalar el comienzo de períodos étnicos subsiguientes deben exponerse las razones de su adopción. 5 La alfarería presupone vida de pueblo, y un progreso considerable en las artes sencillas 1. Los implementos de pedernal o de piedra son más antiguos que la alfarería, puesto que en numerosos casos han sido hallados depósitos antiguos de aquéllos no acompañados de restos de ésta. Debe haber sobrevenido una sucesión de invenciones de mayor apremio, y adaptadas a un nivel más bajo, antes de hacerse sentir la necesidad de la alfarería. El comienzo de la vida de pueblo, con cierto grado de dominio sobre la subsistencia, vasijas y utensilios de madera, tejido a dedo con filamentos de corteza, fabricación de cestas, y el arco y flecha, hace su aparición antes que el arte de la alfarería. Los indios pueblos que se hallaban en el estadio medio de la barbarie, tales como los zuñianos, los aztecas y los cholulas, fabricaban objetos de alfarería en grandes cantidades y tenían muchos modelos de considerable notabilidad; la parte de los indios de los Estados Unidos, quienes se hallaban en el estadio inferior de la barbarie, tales como los iroqueses, los choctas y los cheroqueses, los trabajaban en cantidades menores y en número limitado de modelos. Pero los indios no agrícolas, que se hallaban en el estadio del salvajismo, tales como los athapascanos, y las tribus de California y del valle de Colombia, no conocían su uso 2. En Pre-Historic Times, de Lubbock, en Early History of Mankind, de Tylor, y en Races of Man, de Peschel, han sido reunidos los pormenores respecto a este arte, y la extensión de su distribución, con notable amplitud investigadora. Era desconocido en la Polinesia (con la excepción de las islas de los tongas y los fiyianos), en Australia, en California y en el territorio de la bahía de Hudson. Tylor observa "que el arte de tejer era desconocido en la mayoría de las islas apartadas del Asia" y que "en la mayor parte de las islas del Mar del Sur -Pacífico- no había conocimiento de la alfarería" 3. El reverendo Lorimer Fison, un misionero inglés residente en Australia, contestó a las preguntas del autor que "los australianos no poseían géneros tejidos ni alfarería y desconocían el arco, y la flecha". Esto último concierne en general a los polinesios. La introducción del arte de la cerámica determinó una nueva época en el progreso humano, en el sentido de una vida mejorada y aumento de comodidades domésticas. Mientras los implementos de pedernal y de piedra – que fueron introducidos antes y requirieron largos períodos de tiempo para el desarrollo de todos sus usos – dieron la canoa, vasijas y utensilios de madera, y, finalmente, madera y tablones para la arquitectura de la vivienda 4. La alfarería dio vasijas duraderas para hervir los alimentos, lo que antes se hacía toscamente en cestas untadas de arcilla y en hoyos abiertos en el suelo y forrados de cuero, obteniéndose el hervor por medio de piedras recalentadas 5. Se ha polemizado sobre si la alfarería dé los aborígenes era endurecida por el fuego o curada por el simple procedimiento de secarla. El profesor E. T. Cox, de Indianápolis, ha demostrado, mediante el análisis de alfarería antigua y de cementos hidráulicos, "que en cuanto concierne a constituyentes químicos, ella (la alfarería) concuerda muy bien con la composición de piedras hidráulicas". Y más adelante añade, que "toda la alfarería correspondiente a la época de los "mound-builders" (constructores de túmulos), que yo haya visto, está compuesta de arcilla de aluvión y arena o una mezcla de aquélla con conchas de agua dulce pulverizadas. Una pasta elaborada con tal mezcla posee en alto grado las propiedades de Puzzuolani hidráulico y cemento Portland, de suerte que las vasijas fabricadas con ella se endurecían sin ser quemadas, como es de uso en la alfarería moderna. Los fragmentos de concha hacían las veces de cascajo o fragmentos de piedra, como al presente se usa en combinación con cemento hidráulico para la fabricación de piedra artificial"6. La composición de la alfarería india en analogía con la del cemento hidráulico sugiere dificultades en el 1 Edward B. Tylor observa que Goquet (léase Goguet. Nota Editor) fue quien primero promulgó, en el siglo pasado, el concepto de que la manera cómo vino a crearse la alfarería, sería que al principio la gente embadurnaba con barro estas vasijas combustibles para protegerlas del fuego, hasta caer en cuenta que el barro sólo serviría para su propósito, y de esta manera vino al mundo el arte de la alfarería.”[Researches into the] Early History of Mankind", [1870, página 273. 1° Ed. 1865 Nota Editor]. Goquet (léase Goguet. Nota Editor) cuenta del capitán Goneville, quien visitó el litoral sudeste de Sud América en 1503, que encontró "sus utensilios domésticos de madera, hasta sus ollas para hervir, pero embadurnados de una especie de arcilla, de un buen dedo de espesor, que impedía que el fuego los consumiera" (ibid., 273). 2 Hace pocos años, ha sido hallada alfarería en túmulos aborígenes en el Oregón---Fosm: "Pre-Historic Races of the United States", 1, 152. Las primeras vasijas de alfarería entre los aborígenes de los Estados Unidos parecieron haber sido hechas con cestas de juncos o de mimbre como molde, que se quemaban después que la vasija se hubiera endurecido. JONES: "Antiquities of the Southem Indians", pág. 461. El artículo del Profesor RAU "Pottery", Smithsonian Report,:1866, página 352. 3 "Early History of Mankind", pág. 181; `"Pre-Historic Times", páginas 437, 441, 462, 477, 533, 542. 4 Lewis y Clarke (1805) comprobaron el empleo de tablones para la construcción de casas entre las tribus del río Colombia;. "Travels", edición Longman, 1814, pág. 503. John Keats Lord, halló tablones de cedro sacados del macizo del árbol a golpe de formón y hacha de piedra", en casas de indios de la isla Vancouver. "Naturalist in British Colombia", I, 169. 5 TYLOR: "Early History of Mankind", págs. 265 y siguientes. 6 "Geological Survey of Indiana", 1873, pág. 119. Da el siguiente análisis: Ancient Pottery, "Bone Bánk", Posey C.° Indiana. Humedad a 212 grados Fahrenheit 1,00 6 sentido de inventar el arte y tiende también a explicar el retraso de su introducción en el curso de la experiencia humana. No obstante la ingeniosa conjetura del profesor Cox, es probable que la alfarería fuera endurecida por calor artificial. En algunos casos el hecho puede ser comprobado directamente. Así, Adair, hablando de las tribus del Golfo, observa que “hacen vasijas de barro de tamaños muy variados como para contener de dos a diez galones, grandes jarras para llevar agua, tazones, fuentes, platos, jofainas y un número prodigioso de otras vasijas, de formas tan anticuadas que sería engorroso describir e imposible denominar. Su método para barnizarlas consiste en colocarlas sobre un fuego grande de pinotea, cuyo humo y calor las pone negras, lisas y firmes” 7. Otra ventaja de fijar períodos étnicos definidos es la de encaminar la investigación especial a aquellas tribus y naciones que ofrezcan la mejor ejemplificación de cada estadio, a fin de que cada una sirva de muestra y de ilustración. Algunas tribus y familias han sido dejadas en el aislamiento geográfico para resolver los problemas del progreso por el esfuerzo mental original; y, por consiguiente, han conservado sus artes e instituciones puras y homogéneas, mientras las de otras tribus y naciones han sido adulteradas por influjos externos. Así, mientras África era y es un caos étnico de salvajismo y de barbarie, Australia y Polinesia se hallan en el salvajismo puro y sencillo, con las artes e instituciones correspondientes a esa condición. De la misma manera, la familia india de América, diferente de toda otra familia existente, representaba la condición del hombre en tres períodos étnicos sucesivos. En posesión de un gran continente, de descendencia común y con instituciones homogéneas, ponía de manifiesto, al ser descubierta, cada una de estas condiciones, y especialmente las de los estadios inferior y medio de la barbarie, con mayor desarrollo y más perfecto que cualquiera otra familia del género humano. Los indios del lejano norte y algunas de las tribus costaneras de Norte y de Sud América, se hallaban en el estadio superior del salvajismo; los indios sedentarios al Este del Mississipi se hallaban en el inferior de la barbarie, y los indios pueblos del Norte y Sudamérica se hallaban en el estadio medio. Semejante oportunidad para reunir una información plena y detallada del curso de la experiencia humana y su progreso en el desarrollo de sus artes e instituciones a través de estas condiciones sucesivas, no ha sido ofrecida dentro del período histórico. Debe agregarse que ha sido mejorada muy medianamente. Nuestras mayores deficiencias se relacionan con el último de los períodos mencionados. Existieron, sin duda, diferencias de cultura del mismo período en los hemisferios oriental y occidental, a consecuencia de la naturaleza desigual de los continentes; pero las condiciones de la sociedad en el estadio correspondiente deben haber sido por lo demás, muy parecida. Los antepasados de las tribus griegas, romanas y germánicas recorrieron las etapas que hemos indicado. Su diferenciación de la masa de los bárbaros, no sobrevino, probablemente, antes del comienzo del período medio de la barbarie. La experiencia de estas tribus se ha perdido, salvo en la parte en que está representada por las instituciones, invenciones y descubrimientos que habían traído consigo, y que poseían cuando históricamente fueron conocidos. Las tribus griegas y latinas de los períodos de Homero y de Rómulo ofrecen el más alto ejemplo del estadio superior de la barbarie. Sus instituciones eran también puras y homogéneas, y su experiencia está vinculada directamente con las conquistas finales de la civilización. Comenzando, pues, con los australianos y polinesios, continuando con las tribus indias americanas, y concluyendo con el romano y el griego, que suministran, respectivamente, los más altos ejemplos de las seis grandes etapas del progreso humano. Es justo sentar que la suma de sus experiencias unidas representa equitativamente la de la familia humana, desde el estadio medio del salvajismo, hasta el fin de la civilización humana. En consecuencia, las naciones arias hallarán el tipo de la condición de sus antepasados remotos, que se encontraban en el salvajismo, en la de los australianos y. polinesios; los del estadio inferior de la barbarie en la de algunos indios pueblos de América, y los del estadio medio en el de los indios pueblos con los cuales su propia experiencia en e1 estadio superior se vincula directamente. Sílice 36,00 Carbonato de cal 25,50 Carbonato dé magnesio 3,20 Alúmina 5,0 Peróxido de hierro 5,50 Ácido sulfúrico 0,20 Materia orgánica (álcalis desperdicio) 23,60 100,00 7 “History of the American Indian”, Londres, edición 1775, página 424. Los iroqueses afirman que en los tiempos antiguos sus antepasados curaban la alfarería delante de un fuego. 7 Tan esencialmente idénticas son las artes, instituciones y modos de vida en un mismo estadio en todos los continentes, que la forma arcaica de las principales instituciones domésticas de los griegos y romanos, debe buscarse aún hoy en las instituciones correspondientes de los aborígenes americanos, como se demostrará más adelante. Este hecho constituye parte del testimonió acumulado, tendiente a demostrar que las instituciones principales de la humanidad se han desarrollado sobre la base de unos pocos gérmenes primarios del pensamiento; y que el curso y manera de su desarrollo estaban predeterminados, como también circunscriptos dentro de límites estrechos de divergencia, por la lógica natural de la mente humana y las limitaciones necesarias de sus facultades. Se ha comprobado que el progreso es substancialmente del mismo tipo en tribus y naciones de continentes diferentes y aún separados, mientras se hallan en el mismo estadio, con desviaciones de la uniformidad en casos particulares, producidas por causas especiales. Él argumento una vez desarrollado, tiende a establecer la unidad del origen del género humano. Al estudiar el estado de las tribus y naciones en estos períodos étnicos, tratamos, substancialmente, de la historia antigua y condición de nuestros propios antepasados remotos. II ARTES DE SUBSISTENCIA El hecho importante de que el hombre comenzó al pie de la escala, y se elevó, está demostrado expresivamente por la sucesión de sus artes de subsistencia. Dé su ingenio, en este sentido, pendía la cuestión entera de la supremacía del hombre en la tierra. El hombre es el único ser de quien se puede decir que ha logrado el dominio absoluto de la producción de alimentos que, en el punto de partida, no era más suya que de otros animales. Al no haber ampliado las bases de subsistencia, e1 hombre no hubiese podido propagarse hasta otras zonas que no poseyeran las mismas clases de alimentos, y, luego, por toda la superficie de la tierra; y, por último, a no haber logrado el dominio absoluto tanto sobre su variedad como sobre su cantidad, no se hubiese podido multiplicar en naciones populosas. Es, por tanto, probable, que las grandes épocas del progreso humano se han identificado, más o menos directamente, con la ampliación de las fuentes de subsistencia. Estamos capacitados para distinguir cinco de éstas fuentes de subsistencia humana, considerada como otras tantas artes sucesivas, una sobreañadida a otra, y sacadas a luz tras intervalos sumamente espaciados de tiempo. Las primeras dos tuvieron origen en el período del salvajismo, y las tres últimas en el período de la barbarie: son según el orden de aparición. 1. SUBSISTENCIA NATURAL DE FRUTAS Y RAÍCES EN UNA MORADA RESTRINGIDA Este postulado nos lleva hasta el período estrictamente primitivo del hombre, cuando en corto número, con subsistencia sencilla, y ocupando zonas limitadas, iniciaba apenas su nueva carrera. No existe arte ni institución que pueda referirse a este período; y solamente una invención, la del lenguaje, se puede ligar con una época tan remota. El 8 género de subsistencia indicado, supone un clima tropical o subtropical. El asentimiento general coloca la primera habitación del hombre en tal clima. Estamos acostumbrados a considerar, con razón, que nuestros progenitores comenzaron su existencia en selvas productoras de frutas y nueces y bajo un sol tropical. Los animales irracionales precedieron a la raza humana, en orden cronológico. Estamos en lo cierto al creer que ellos se hallaban en la plenitud de su potencia y número cuando la raza humana apareció. Los poetas clásicos pintaban las tribus humanas como moradoras de florestas, de cavernas y de selvas, por cuya sesión luchaban can las fieras salvajes8, a la vez que se alimentan con los frutos espontáneos de la tierra. Si el hombre inició su carrera falta de experiencia, falta de armas y rodeada de fieras, no es improbable que haya vivido, por lo menos parcialmente, en los árboles, como medio de protección y seguridad. La conservación de la vida mediante la constante adquisición del alimento, es la gran carga impuesta a la existencia en todo género de animales. A medida que descendemos en la escala de la organización estructural, la subsistencia se simplifica de etapa en etapa, hasta que finalmente desaparece. Pero en la escala ascendente, se hace cada vez más difícil, hasta alcanzar la forma estructural más elevada, la del hombre, (donde marca su máximo). De ahí en adelante la inteligencia se hace un factor más elevado. No está claro que, la alimentación a base de substancia animal comenzose a figurar en el consumo humano desde un período muy primario; aunque en esencia el hombre era frugívoro bien que omnívoro en estructura orgánica, ha de quedar como materia de conjetura. Este modo de subsistencia corresponde al período estrictamente primitivo. 2. SUBSISTENCIA DE PESCA El pescado debe ser reconocido como la primera clase de alimentación artificial, desde que no era completamente, aprovechable sin ser cocinado. No es improbable que el fuego tuviese su primer empleo para este fin. Los peces eran universales en su distribución, ilimitados en cantidad, y la única clase de alimento que podía obtenerse en todo tiempo. Los cereales, si es que realmente ya existían, todavía no eran conocidos en el período primitivo, y la caza era por demás precaria para haber constituido en alguna ocasión un medio exclusivo de sostenimiento humano. Con esta especie de alimentación, el hombre se hizo independiente del clima y del lugar; y siguiendo las costas de mares y lagos y los cursos de los ríos, podía, hallándose todavía en el estado salvaje, esparcirse por la mayor parte de la superficie de la tierra. De la verdad de tales migraciones existe testimonio abundante en los restos de implementos de piedra y de pedernal del estadio del salvajismo, hallados en todos los continentes. A estar confiados a las frutas y subsistencia espontánea, la traslación desde la habitación originaria hubiera sido imposible. Entre la introducción del pescado, seguida por las amplias migraciones indicadas, y el cultivo de alimentos farináceos, el intervalo de tiempo fue inmenso. Comprende una gran parte del período del salvajismo. Pero durante este intervalo hubo un aumento importante en la variedad y cantidad de alimentos, tal, por ejemplo, como las raíces farináceas cocinadas en hornos en el suelo, y la adición permanente de caza mediante armas perfeccionadas, y especialmente mediante el arco y la flecha. Esta notable invención, que vino más tarde que el mazo y la lanza, y suministró la primera arma mortífera para la caza, apareció en las postrimerías del salvajismo 9. Ha sido utilizada para señalar el comienzo del estadio superior. Debe haber comunicado una poderosa influencia del progreso a la sociedad antigua ocupando, con relación al período del salvajismo, el mismo sitio que la espada de hierro con relación al periodo de la barbarie, y las armas de fuego, con relación al período de la civilización. A causa del carácter precario de todas estas fuentes de alimentos, fuera de las grandes áreas de pesca, la antropofagia se convirtió en siniestro recurso de la humanidad. Gradualmente se comprueba la antigua universalidad de esta práctica. 3. SUBSISTENCIA FARINÁCEA MEDIANTE LOS CUTLTIVOS 8 LUCRECIO: "De Re Nat.", lib. V, 951. 9 Como coordinación de fuerzas, es tan abstrusa, que no es improbable que haya debido a la casualidad su origen. La elasticidad y resistencia de ciertas variedades de madera, la tensión de una cuerda de nervios o de fibras vegetales por medio de un arco tendido, y, finalmente, su coordinación para lanzar una flecha por el impulso humano, no son sugestiones muy claras para la mente de un salvaje. Como se ha dicho en otra parte, el arco y, flecha son desconocidos por los polinesios en general, y por los australianos: Este hecho, por sí solo, demuestra que el hombre ya había alcanzado un considerable progreso en el estado salvaje, cuando el arco y la flecha hicieron su primera aparición. 9 Ahora abandonemos el salvajismo y penetremos en el estadio inferior de la barbarie. El cultivo de cereales y plantas no era conocido en el hemisferio occidental, salvo entre las tribus que habían surgido del salvajismo. Parece no haber sido conocido en hemisferio oriental hasta después que las tribus de Asia y Europa pasaron por el inferior y se aproximaron al término del estadio medio de la barbarie. Esto nos plantea el hecho singular que los aborígenes americanos del estadio inferior de la barbarie, se hallaban en posesión de la horticultura, un período étnico entero antes que los habitantes del hemisferio oriental. Fue una resultante de la dotación despareja de los dos hemisferios: el oriental poseía todos los animales aptos para la domesticación, excepto uno, y la mayoría de los cereales; mientras el occidental sólo poseía un cereal apto para el cultivo, aunque el mejor. En aquél tendía a prolongar el período de barbarie más antiguo, y, en éste, a abreviarlo, y con la ventaja de condición en este período a favor de los aborígenes americanos. Pero cuando las tribus más adelantadas del hemisferio oriental, en los comienzos del periodo medio de la barbarie, hubieron domesticado animales que les proveían de leche y carne, su condición, sin el conocimiento de los cereales, era muy superior a la de los aborígenes americanos del período correspondiente, con el maíz y plantas, pero carentes de animales domésticos. La diferenciación de las familias arias y semíticas de la masa de los bárbaros, parece haberse iniciado con la domesticación de animales. Que el descubrimiento y cultivo de los cereales por la familia aria fue posterior a la domesticación de animales, es evidente, por el hecho de que en los diversos dialectos de la lengua aria existen términos comunes para estos animales, y no existen para los cereales o plantas cultivadas. Mommsen, después de demostrar que los animales domésticos llevan los mismos nombres en el sánscrito, griego y latín, lo que más tarde Max Miiller 10 hizo extensivo a los restantes dialectos Arios, demostrando así que eran conocidos y presuntamente domesticados antes de separarse estas naciones entre sí, continúa como sigue: "Por otro lado, no poseemos hasta ahora comprobaciones ciertos de la existencia de la agricultura en este período. El lenguaje más bien favorece la negativa. De los nombres latino-griegos de los granos ninguno se encuentra en el sánscrito, con la sola excepción de zea, que, filológicamente representa el sánscrito yavas, pero en indio, denota cebada y, en griego, escanda. Cierto es que debe convenirse en que esta divergencia de nombres de plantas cultivadas, que tan vivamente contrasta con la concordancia esencial en los apelativos de animales domésticos, no descarta del todo la suposición de una agricultura originaria común. El cultivo del arroz entre los indios, el del trigo y escanda entre los griegos, y del centeno y avena entre los germanos y celtas, puede que señalen rastros de un sistema común de labranza originaria" 11. Esta última conclusión es forzada. La horticultura precedió ala labranza de los campos, así como la huerta (hortos) precedió al campo (ager); y si éste implica lindes, aquélla significa directamente "espacio cercado". La labranza; entretanto, tiene que haber sido más antigua que la huerta cercada; siendo el orden natural, primero, labranza de pedazos abiertos de tierra de aluvión; segundo, de espacios cercados, huertas; y, tercero, del campo por medio de un arado, arrastrado por fuerza animal. Si el cultivo de plantas, tales como la arveja, poroto, nabo, chirivía, remolacha, calabaza y melón, una o varias de ellas, precedió al cultivo de los cereales, carecemos de medios para indagarlo. Algunas de estas tienen nombres comunes en el griego y en el latín; pero me asegura nuestro eminente filólogo, profesor W. D. Whitney, que ninguna tiene nombre común en griego o latín y sánscrito. La horticultura parece haber surgido más bien de las necesidades de los animales domésticos, que de las del hombre. En el hemisferio occidental comenzó con el maíz. Esta nueva era, aun cuando no sincrónica en ambos hemisferios, tuvo inmensa influencia en los destinos de la humanidad. Existen razones para creer que se requieren siglos para radicar el arte del cultivo y fiar al alimento farináceo la principal seguridad. Desde que en América condujo a la localización y vida del pueblo, tendió, especialmente entre los indios pueblos, a reemplazar al pescado y la caza. El hombre obtuvo su primera impresión de la posibilidad de una abundancia de alimentos, de los cereales y plantas cultivadas. La adquisición en América, de alimentos farináceos, y en Asia y Europa, de animales domésticos, fue el medio de librar a las tribus adelantadas así provistas, del flagelo de la antropofagia, que, como antes se ha dicho, hay razones para creer que era practicado universalmente durante todo el período del salvajismo a costó de los enemigos cautivos, en tiempo de escasez, con amigos y parientes. La antropofagia en la guerra, practicada por bandas armadas en el campo, subsistió entre los aborígenes americanos, no solamente durante el estadio inferior, sino también en el estadio medio de la barbarie, como, por ejemplo, entre los iroqueses y los aztecas; pero la práctica general había 10 "Chips from a German Workshop", tabla comp., II, pág. 42. 11 "History~ of Rome", edición de Scribner, 1871, I, pág. 38. 1 desaparecido. Esto demuestra eficazmente la gran importancia del aumento permanente de la alimentación en el mejoramiento de la condición del género humano. 4. SUBSISTENCIA A BASE DE CARNE Y LECHE La ausencia de animales aptos para la domesticación en el hemisferio occidental, excepto la llama 12; y las diferencias específicas en los cereales de los dos hemisferios, influyeron poderosamente sobre el relativo adelanto de sus habitantes. Mientras esta desigualdad de dones era indiferente para el hombre en el período del salvajismo y no señalada en sus efectos en el estadio inferior de la barbarie, hizo una diferencia esencial con aquella porción que había alcanzado el estadio medio. La domesticación de animales suministraba una subsistencia permanente a base de carne y leche, que tendía a diferenciar las tribus así dotadas, de la masa de los demás bárbaros. En el hemisferio occidental la carne quedaba circunscripta a los suministros precarios de la caza. Esta restricción sobre un género esencial de alimentos era desfavorable para los pueblos indios; y sin duda, explica suficientemente el tamaño inferior del cerebro entre ellos, en comparación con el de los indios en el estadio inferior de la barbarie. En el hemisferio oriental, la domesticación de animales permitía a los hacendosos y económicos asegurarse una provisión permanente de alimento animal, con inclusión de leche, cuyo influjo saludable y vigorizador sobre la raza, y especialmente en los niños, era, sin duda, notable. Pueden, por lo menos, suponerse que las familias arias y semíticas deben sus condiciones preeminentes al alto grado en que, hasta donde alcanzan nuestros conocimientos, se han identificado con la manutención a base de productos de animales domésticos. En una palabra, incorporaron carne, leche y fuerza muscular en su plan de vida. Ninguna otra familia lo ha hecho con igual amplitud y la aria ha ido más lejos en este sentido que la semítica13. La domesticación de animales introdujo gradualmente un nuevo modo de vida, la pastoral, en las llanuras del Eufrates y de la India, y en las estepas de Asia; es probable que en los confines de tinas u otras, se llegó, por, vez primera, a la domesticación de los animales. Sus más viejas tradiciones y la historia concuerdan en atribuirla a estas regiones. Fueron así llevados a regiones que, tan distantes de ser cuna del género humano, eran lugares que ellos no hubieran ocupado como salvajes o bárbaros en el estadio inferior de la barbarie, pues para ellos las zonas selváticas eran la ,habitación natural. Después de haberse habituado. a la vida pastoral, debe haber sido imposible para estas familias regresar a las zonas selváticas del Asia Occidental y de Europa, con sus rebaños y manadas, sin antes haber aprendido a cultivar alguno de los cereales para mantener a aquéllos en su alejamiento de las llanuras herbosas. Parece por consiguiente, sumamente probable, como ya se ha dicho, que el cultivo de los cereales tuviera su origen en las necesidades de los snimales domésticos, y a base de estas migraciones occidentales; y que el empleo de alimentos farináceos por estas tribus fue una resultante de los conocimientos así adquiridos. En el hemisferio occidental, los aborígenes en general pudieron avanzar hasta el estadio inferior de la barbarie, y algunos de ellos, hasta el estadio medio, sin animales domésticos, salvo la llama del Perú, y con un solo cereal, el maíz, además de porotos (judías), calabazas y tabaco, y, en algunas regiones, cacao, algodón y pimienta. Pero el maíz, por su crecimiento en las colinas -lo que favorecía el cultivo directo- por su utilización, tanto verde como maduro, y por su rendimiento abundante y propiedades nutritivas, era una dote más rica para contribuir a los primeros progresos de la humanidad, que todos los demás cereales juntos. Este hecho explica el notable progreso alcanzado por los aborígenes americanos sin los animales domésticos; habiendo los peruanos producido el bronce, que sigue inmediatamente y muy de cerca, en orden de tiempo, al proceso de la fundición del hierro mineral. 5. SUBSISTENCIAS ILIMITADAS PoR MEDIO DE LA LABRANZA DE CAMPOS 12 Los primeros escritores españoles hablan de un "perro mudo", que hallaron domesticado en las Antillas y también en Méjico y Centro América. Véanse figuras del perro azteca en lám. III, tomo I, de la "History of Mexico", de Clavijero. Por mi parte no he visto identificado este animal. También hablan de aves de corral y pavos en el continente. Los aborígenes habían domesticado el pavo, y las tribus Nahuatlac, algunas especies de aves silvestres. 13 La "Ilíada" nos hace saber que los griegos ordeñaban sus ovejas, tanto como sus vacas y cabras. Véase "llíad.", VV, 433. 1 Los animales domésticos, completando la fuerza muscular humana con la fuerza animal, aportaron un nuevo factor del más alto precio. Con el transcurso del tiempo vino el arado con una reja de hierro, y una, mejor pala y hacha. Como producto de éstos y de la anterior horticultura, vino la labranza de campos; y con ello, por vez primera, subsistencias ilimitadas. El arado arrastrado por fuerza animal puede ser considerado como la inauguración de un nuevo arte. Al mismo tiempo, surge la idea de reducir la selva y librar a la labranza grandes extensiones 14. Además, ya se hace posible reunir poblaciones más o menos densas en áreas limitadas. Con anterioridad a la labranza de los campos, no es probable que se haya reunido y mantenido, en parte alguna de la tierra, una población de medio millón de almas bajo un solo gobierno. Si hubieron excepciones, debieron resultar de la vida pastoril de las llanuras, o de horticultura mejorada por el riego, bajo condiciones peculiares y excepcionales. En el curso de estas páginas será necesario hablar de la familia, tal como existiera en diferentes períodos étnicos; siendo su forma, en un período, algunas veces enteramente diferente de su forma en otro. En la Tercera Parte estas diversas formas de la familia se tratarán particularmente. Pero como se mencionarán con frecuencia en los capítulos siguientes, serán, por lo menos, definidas por anticipado a fin de informar al lector. Ellas son las siguientes:. 1. LA FAMILIA CONSANGUÍNEA Fundábase en el matrimonio entre hermanos y hermanas en un grupo. Se conserva testimonio de la más antigua de las formas existentes de la consanguinidad en la malaya, que tiende a demostrar que ésta, la primera forma de la familia, fue antiguamente tan universal como el sistema de consanguinidad que creaba. 2. LA FAMILIA PUNALÚA Deriva su nombre de la relación familiar hawaiana Punalúa. Se fundaba en el matrimonio de varios hermanos con las esposas de los otros, en grupo; y de varias hermanas con los esposos de las otras, en grupo. Pero el término hermano aquí usado, comprendía a los primos hermanos varones de primer grado, de segundo, de tercero y aún de grados más remotos, todos los que eran tenidos por hermanos entre sí, como nosotros consideramos a nuestros propios hermanos; y el término hermana comprendía a las primas hermanas mujeres, de primer grado, de segundo, de tercero y aún de grados más remotos, todas las cuales eran tenidas por hermanas entre sí, a igual que hermanas propias. Esta forma de familia se sobrepuso a la consanguinidad. Creó los sistemas turanio y ganowaniano de consanguinidad. Tanto éstos como la forma anterior, corresponden al período del salvajismo. 3. LA FAMILIA SINDIÁSMICA El término viene de syndyazo, parear, syndyasmos, unir a dos juntamente. Se fundaba en el pareo de un varón y una mujer, bajo la forma de matrimonio, pero sin cohabitación exclusiva. El divorcio o separación estaba librado al albedrío del marido tanto como de la mujer. Esta forma de familia no pudo crear un sistema de consanguinidad. 4. LA FAMILIA PATRIARCAL Se fundaba sobre el matrimonio de un varón con varias esposas. Se emplea aquí el término en un sentido restringido para definir la familia especial de las tribus pastoriles hebreas, cuyos jefes y hombres principales practicaban la poligamia. Ejerció escasa influencia en los destinos humanos por su falta de universalidad. 5. LA FAMILIA MONÓGAMA 14 Lucr., "De Re Nat ", V, 1369 1 Se fundaba en el matrimonio de un hombre con una mujer, con cohabitación exclusiva; esto último constituía el elemento esencial de la institución. Es preeminentemente la familia de la sociedad civilizada, y es, por consiguiente, esencialmente moderna. Esta forma de la familia también creó un sistema independiente de consanguinidad. Mas adelante se darán pruebas tendientes a demostrar la existencia y la prevalencia general de estas diversas formas de familia en las diferentes etapas del progresó humano. III RAZÓN DEL PROGRESO HUMANO Necesario es obtener una impresión de la suma relativa y de la razón del adelanto humano en los diversos períodos étnicos expuestos, agrupando lo alcanzado por cada uno, y comparándolos como categorías distintas de hechos. También esto nos servirá para formar algún concepto respecto a la relativa duración de estos períodos. Para que sea 1 convincente tal exposición, deberá ser general y en forma de recapitulación. Corresponde también que se limite a las obras principales de cada período. Antes que el hombre pudiese alcanzar el estado civilizado, fue menester que hubiese hecho suyos los elementos de civilización. Esto implica un admirable cambio de condición, primero del salvaje primitivo al bárbaro del tipo más inferior, luego de éste al griego del tiempo de Homero o al hebreo del tiempo de Abraham. El desarrollo progresivo que la historia registra en el período de la civilización, no era menos propio del hombre en cada uno de los períodos anteriores. Descendiendo a través de las diversas líneas del progreso humano, hacia las edades primitivas de la existencia del hombre, y descartando, uno por uno, sus descubrimientos, invenciones e instituciones principales, en el orden en que han hecho su aparición, se aprecia el adelanto realizado en cada período. Las contribuciones mayores de la civilización moderna son el telégrafo eléctrico, el gas de hulla, el torno de hilar y el motor mecánico; el motor a vapor con sus numerosos aparatos dependientes, con inclusión de la locomotora, el ferrocarril y el buqué a vapor, el telescopio; el descubrimiento de la ponderabilidad de la atmósfera y del sistema solar; la Imprenta, la esclusa de canal, la brújula marina, y la pólvora. Se verá que la masa de las demás invenciones, como por ejemplo, el propulsor Ericsson, tiene por eje una u otra de las mencionadas como antecedentes; pero hay excepciones, como la fotografía, y numerosas máquinas que no son necesarios señalar. También deben ser descartadas las ciencias modernas, la libertad de cultos y la escuela pública; la democracia representativa; la monarquía constitucional con parlamento; la monarquía feudal; las clases privilegiadas modernas; la ley internacional, codificada y consuetudinaria. La civilización moderna recuperó y asimiló todo lo que era de valor en las civilizaciones antiguas, y si bien las contribuciones de aquélla a la suma del saber humano han sido vastas, brillantes y rápidas, distan mucho de ser tan desproporcionadamente grandes como para obscurecer las civilizaciones antiguas y adjudicarles insignificancia al compararlas. Pasando por alto el período medieval, que dio la arquitectura gótica, aristocracia feudal con títulos hereditarios de nobleza, y una jerarquía bajo el primado del Papa, entramos a las civilizaciones romana y griega. Se les hallará deficientes en grandes inventos y descubrimientos, pero sobresalientes en artes, en filosofía y en instituciones orgánicas. Los aportes principales de estas civilizaciones fueron: gobierno imperial y real; la ley civil; el cristianismo; gobierno mixto aristocrático y democrático, con un senado y cónsules; gobierno democrático con un consejo y asamblea popular; la organización de ejércitos en caballería e infantería, con disciplina militar; la creación de flotas, con la práctica de la guerra naval; la formación de grandes ciudades, con el derecho municipal; el comercio marítimo; la acuñación de moneda; y el estado fundado sobre el territorio y la propiedad; y entre las invenciones, el ladrillo cocido a fuego; la grúa15; la rueda hidráulica como elemento motor en los molinos; el puente, el acueducto, la cloaca, la cañería de plomo como conducto con canilla; el arco, la balanza, las artes y las ciencias del período clásico, con sus resultados, inclusive los órdenes arquitectónicos; la numeración arábiga y la escritura alfabética. Estas civilizaciones absorbieron considerablemente los inventos y descubrimientos y las instituciones del período anterior de la barbarie, como asimismo descansaron en ellos. Las conquistas del hombre civilizado, siendo muy grandes y nobles, siendo amplias y notables, no son suficientes para eclipsar la obra del hombre bárbaro. Como tal, él había elaborado y poseía todos los elementos de civilización, excepto la escritura alfabética. Sus conquistas como bárbaro deben ser consideradas en relación con la suma del progreso humano; y puede suceder que nos veamos forzados a reconocer que superan, en importancia relativa, a todas sus obras posteriores. El empleo dé la escritura, o su equivalente en jeroglíficos sobre hiedra, nos proporciona una prueba terminante del comienzo de la civilización16. A falta de registros históricos literarios, no se puede decir con propiedad que existe ni historia ni civilización. La producción de los poemas de Homero, ya fuesen transmitidos oralmente o bien confiados en su tiempo a la escritura, fija en forma bastante precisa el momento en que se introduce la civilización entre los griegos. Estos poemas, siempre frescos y siempre admirables, poseen un valor etnológico que realza inmensamente sus otras excelencias. Esto es especialmente cierto de la Ilíada, que contiene la exposición más antigua como también 15 Los egipcios pueden haber inventado la grúa. Véase "Herodotus", 11, 125. También poseían la balanza de escala. 16 El alfabeto fonético vino, como otros grandes inventos, como término de esfuerzos sucesivos. El paciente egipcio, perfeccionando el jeroglífico a través de sus diferentes formas, había alcanzado un resumen compuesto de caracteres fonéticos, y a esta altura descansaba sobre sus tareas. El podía escribir con caracteres permanentes sobre la piedra. Luego vino el inquisitivo fenicio, el primer navegante y comerciante marítimo, quien, ya fuera previamente versado en el jeroglífico o no, parece haber penetrado de un salto en las labores del egipcio, y por una inspiración del genio, haber dominado el problema con que aquél soñaba. El produjo ese admirable alfabeto de dieciséis letras que, con el tiempo, debía dar a la humanidad un lenguaje escrito y los medios para crónicas literarias e históricas. 1 la más detallada del progreso del hombre al tiempo de su composición. Estrabón cumplimenta a Homero como al padre de la ciencia geográfica 17, pero el gran poeta ha dado, quizás, sin querer, lo que era infinitamente más importante para las generaciones posteriores, a saber: una relación notablemente completa de las artes, costumbres, inventos y descubrimientos, y régimen de vida de los antiguos griegos. Nos presenta nuestro primer cuadro comprensivo de la sociedad aria, cuando aún se hallaban en la barbarie, mostrándonos los progresos ya alcanzados y sus caracteres peculiares. Merced a estos poemas estamos habilitados para afirmar con seguridad que ciertas cosas eran conocidas ya por los griegos antes que ellos penetraran en la civilización. También arrojan gran luz sobre lejanas épocas del período de la barbarie. Utilizando los poemas de Homero como guía, y continuando la retrospección hasta el período superior de la barbarie, descartemos del saber y experiencia humana la invención de la poesía; la Mitología antigua en su forma evolucionada, con las divinidades olímpicas; la arquitectura de los templos; el conocimiento de los cereales, excepto el maíz y plantas cultivadas, con labranza de campos; ciudades cercadas de muros de piedra, almenas, torres y portones; el empleo del mármol en la arquitectura; la construcción de naves con tablones y probablemente con el empleo de clavos; el carro y la carroza armadura de chapa metálica; la lanza con cabeza de cobre y el escudo con obra de realce; la espada de hierro; la elaboración del vino, probablemente; las fuerzas mecánicas, excepto el tornillo; la: rueda del alfarero y el molino de mano para moler el grano; géneros de hilo y de lana tejidos en el telar; el hacha y la pala de hierro; la azuela de hierro; el martillo y el yunque; el fuelle y la fragua; y el horno especial para fundir el mineral de hierro, con el conocimiento del hierro. Juntamente con estas conquistas debemos descartar la familia monógama; las democracias militares de los tiempos heroicos; las fases posteriores de organizaban en gentes, fratrias y tribus; el ágora, o asamblea popular, probablemente; el conocimiento de la propiedad individua de casas y tierras; y el avanzado régimen de vida municipal en ciudades fortificadas. Cuando esto se haya hecho, los bárbaros de la etapa superior habrán rendido la parte principal de su maravillosa obra, juntamente con el progreso mental y moral así adquirido. Desde este punto para atrás, a través del período medio de la barbarie, los inicios se hacen menos claros, y el orden relativo en que hayan aparecido instituciones, inventos y descubrimientos es menos distinguible. Pero no estamos desprovistos de algunos conocimientos para guiar nuestros pasos aun en estas remotas edades de la familia aria. Por razones previamente establecidas, podemos recurrir ahora a otras familias, además de la aria, en busca de los informes deseados. Entretanto en el período medio, descartemos, de la misma manera, de la experiencia humana, el procedimiento de fabricar el bronce; los rebaños y manadas de animales domésticos; los edificios comunales con muros de adobe y de piedra labrada, asentada en hileras, con argamasa de cal y arena; muros ciclópeos; habitaciones lacustres levantadas sobre pilotes; el conocimiento de metales nativos 18, con el empleo del carbón de leña y el crisol para fundirlos; el hacha y el formón de cobre; la lanzadera y el embrión del telar; el cultivo por el riego, calzadas, represas y canales de riego; caminos pavimentados; puentes colgantes de mimbre; divinidades personales con un sacerdocio distinguido por el hábito y organizado en jerarquía; sacrificios humanos; democracias militares del tipo azteca; tejidos de algodón y otras fibras vegetales en el hemisferio occidental, y de lana y lino en el oriental; alfarería decorativa; la espada de madera con los filos dentados de pedernal; implementos de pedernal y piedra pulidos; el conocimiento del algodón y del lino; y los animales domésticos. La suma de las con conquistas de este período fue menor que la del que le siguió; pero su ración con la suma de los progresos humanos fue muy grande. Comprende la domesticación de animales en el hemisferio oriental, la que con el tiempo introdujo una subsistencia permanente de carnes y leche, y finalmente el cultivo de campos. También inauguró aquellos ensayos con los metales nativos que dieron por resultado la producción del bronce 19, como también 17 ESTRABÓN, 1, 2. 18 Homero menciona los metales nativos, pero eran conocidos mucho antes de su tiempo, y antes que el hierro. El empleo del carbón de leña y el crisol para fundirlos, abrió el camino para la fundición del hierro. 19 Los estudios de Beckmann han levantado una duda sobre la existencia entre los griegos y latinos, de un verdadero bronce, anterior al conocimiento del hierro. Sostiene que el "electum" mencionado en la "Ilíada" era una mezcla de oro y plata (°History of Inventions", edición Bohn, II, 212), y que el "stannum" de los romanos, que se componía de plata y plomo, era el mismo que el "kassiteron" de Homero (lb. I, 217). Esta palabra ha sido interpretada generalmente como estaño. Al comentar sobre la composición designada bronce él observa: "En mi opinión la mayor parte de estas cosas era fabricada de stannum, propiamente nombrado, el que; con la mezcla de metales nobles, y alguna dificultad de fusión, se hacía más apto para el uso que el cobre puro". (Ib. II, 213). Estas observaciones se limitaban a las naciones del Mediterráneo, dentro de cuya zona no se producía el estaño. Han sido hallados en Suiza, Austria, Dinamarca y otras localidades del norte de Europa, hachas, cuchillos, navajas de afeitar, espadas, puñales y adornos personales cuyo análisis revela que fueron fabricados de cobre y estaño, y por 1 prepararon el camino para el proceso más alto de la fundición de mineral de hierro. En el hemisferio occidental fue señalado por el descubrimiento y elaboración de metales nativos, que dio por resultado la producción independiente del bronce; por la introducción del riego en el cultivo del maíz y plantas; y por el empleo de adobe y de piedra en la construcción de grandes edificios. Resumiendo el examen retrospectivo y penetrando en el período inferior de la barbarie, descartemos ahora de las adquisiciones humanas la confederación, basada en gentes, fratrias y tribus, bajo el gobierno de un consejo de jefes, el que establecía un estado de organización social más alto que el hasta entonces conocido. También el descubrimiento y cultivo del maíz, la judía, la calabaza y el tabaco, en el hemisferio occidental, juntamente con el conocimiento del alimento farináceo; el tejido a dedo con trama y urdimbre; el "kilt" o falda corta de los escoceses, el "mocasín" y polaina de cuero curtido de venado; la cerbatana para la caza de aves; la estacada del pueblo para defensa; juegos de tribu; el culto de los elementos, con el vago reconocimiento de un "Grande Espíritu", antropofagia en tiempo de guerra, y, finalmente, el arte de la alfarería. A medida que ascendemos en orden de tiempo y de la evolución, y descendemos en la escala de adelantos humanos, las invenciones se tornan más sencillas y más directas en su relación con necesidades primarias, y las instituciones es aproximan más y más a la forma elemental de una gens compuesta de consanguíneos, bajo un jefe de su propia elección, y a la de la tribu compuesta de gentes, bajo el gobierno dé un consejo de jefes. La condición de las tribus asiáticas y europeas en este período (pues probablemente no existían entonces ni la familia aria ni la semítica), está substancialmente perdida. Está representada por restos de arte antiguo entre la invención de la alfarería y la domesticación de animales; e incluye los pueblos que formaron los cúmulos de conchas en la costa del Báltico, los que parecen haber domesticado el perro, y ningún otro animal. Si se aprecia equitativamente la magnitud de las conquistas del hombre en los tres sub períodos de la barbarie, habrán de estimarse inmensas, no solamente, por su número y valor intrínseco, sino también por el desarrollo mental y moral que necesariamente las acompañó. Remontando el prolongado período del salvajismo, descartemos del saber humano la organización en gentes, fratrias y tribus; la: familia sindiásmica; el culto de los elementos en su forma más baja; el lenguaje silabeado; el arco y flecha; implementos de piedra y hueso; cestas de caña y de astillas; prendas de vestir de pieles; la familia punalúa; la organización a base de sexo; el pueblo compuesto de un amontonamiento de viviendas; el arte de la embarcación con inclusión de la canoa de corteza y -la ahuecada; el venablo o lanza con cabeza de pedernal, y el mazo de guerra; implementos de pedernal de la variedad más rústica; la familia consanguínea, la palabra monosilábica, fetichismo; antropofagia; el conocimiento del uso (fe fuego, y finalmente, el lenguaje de gestos 20. consiguiente caen bajo la estricta definición de bronce. También fueron hallados en circunstancias que indicaban una prelación con respecto al hierro: 20 El origen del lenguaje ha sido investigado lo bastante lejos como para encontrar graves dificultades en la solución del problema. Parece haber sido abandonado por consenso general, como materia sin utilidad ni provecho. Es más una cuestión de las leyes del desarrollo humano y de las necesarias raciones del principio mental, que de los materiales del lenguaje, Lucrecio observa que con sonidos y gestos los hombres del período primitivo, significaban, tartamudeando, sus pensamientos, unos a otros. (V. 1021). Él da por sentados que el pensamiento precedió a la palabra, y que el lenguaje de los gestos precedió a la palabra articulada. El lenguaje de los gestos o señas parece haber sido primigenio, la hermana mayor de la palabra articulada. Es todavía la lengua universal de bárbaros, si no de salvajes, en su mutua comunicación, cuando sus dialectos no son los mismos. Los aborígenes americanos han desenvuelto un lenguaje semejante, demostrando así que cabe construir uno adecuado para la comunicación general. Como ellos lo usan es tan gracioso como expresivo y agrada su empleo. Es un lenguaje de símbolos naturales, y de ahí que posea los elementos de un lenguaje universal. Un lenguaje de señas es más fácil de inventar que uno de sonidos, y, desde que se domina con mayor facilidad surge la presunción de que precedió a la palabra articulada. A base de esta hipótesis los sonidos entrarían primero para acentuar el gesto; y a medida que gradualmente adquirían un sentido convencional, sustituirían hasta allá el lenguaje de señas o quedarían incorporados a él. También tendería a desarrollar la capacidad de los órganos vocales. No puede haber postulado más claro que aquel que el gesto ha acompañado a la palabra articulada desde su cuna. Es todavía inseparable de ella, y quizá encarne, por supervivencia, los restos de un primigenio hábito mental. Si el lenguaje fuera perfecto, un gesto o ademán para ampliar o recalcar su sentido sería una falta. A medida que descendemos por las grada clones del lenguaje hasta sus formas más toscas, el elemento acción aumenta en cantidad y variedad de formas hasta que hayamos a la palabra tan dependiente de las señas que sin ellas aquélla seria substancialmente ininteligible. Creciendo y floreciendo hermanados a través del salvajismo, y aun transcurrido un largo período dentro de la barbarie, permanecen, en formas modificadas, unidos indisolublemente. Aquel que pretendiera resolver el problema del -origen de la palabra, haría bien en buscar posibles indicios en el lenguaje de señas. 1 Cuando este trabajo de eliminación haya, sido realizado en el orden en que las diversas adquisiciones fueron logradas, nos habremos aproximado muy cerca del período de la infancia de la existencia del hombre, cuando la humanidad, iba aprendiendo el uso del fuego, que hacía imposible una subsistencia a base de pescado y el cambio de residencia, y se ensayaba en la construcción de un lenguaje articulado. En una condición tan absolutamente primigenia, el hombre aparece; no sólo como un niño en la escala de la humanidad, sino también poseedor de un cerebro en el que ni un solo destello o concepto traducido por este instituciones, invenciones y descubrimientos, ha penetrado; en una palabra, se halla al pie de la escala, pero, potencialmente, es todo lo que ha llegado a ser después. Con la producción de inventos y descubrimientos, y con el desarrollo de instituciones, la mente humana necesariamente creció y se extendió; y, debemos reconocer un gradual aumento de la masa encefálica misma, particularmente en su parte cerebral. La lentitud de este crecimiento mental en el período de salvajismo era inevitable por la extrema dificultad de hacer surgir el invento más sencillo de la nada, o de casi nada, qué auxiliara el esfuerzo mental; y de descubrir alguna sustancia o fuerza natural aprovechable en tan ruda condición de vida. No era menos difícil organizar la forma más sencilla de sociedad a base de materiales tan poco dóciles y salvajes. Fuera de duda, alas primeras invenciones y las primeras organizaciones sociales fueron más difíciles de adquirir, y, por tanto, los más largos intervalos de tiempo las separaban entre sí. Las sucesivas formas de las familias ofrecen un ejemplo que resalta. En esta ley del progreso, que obra en razón geométrica, se encuentra una prueba suficiente de la prolongada duración del período del salvajismo. Que la condición primitiva del hombre haya sido fundamentalmente, la indicada, no es una opinión exclusivamente reciente ni aun moderna. Algunos de los poetas y filósofos de la antigüedad reconocieron la verdad de que el hombre se inició en un estado de extrema rusticidad, del cual subió a pasos lentos y sucesivos. También cayeron en cuenta de que el proceso de su desarrollo quedaba señalado por una serie progresiva dé inventos y descubrimientos, pero sin advertir, con igual plenitud, el argumento más concluyente que aportan las instituciones sociales. Se presenta ahora la importante cuestión de la razón de este progreso, que se vincula directamente, con la de la relativa duración de los diferentes períodos étnicos. El progreso humano, desde su principio a su estado actual, se ha realizó o a base de una razón no rigurosa pero esencialmente geométrica'."Esto salta a la vista en el cariz de los hechos; y, teóricamente, no pudo haber sido de otro modo. Toda brizna de saber absoluto conquistada, se hizo factor de nuevas adquisiciones, hasta alcanzar la actual complejidad de los conocimientos. Por consiguiente, mientras el progreso era lo más lento en el período primero, y lo más rápido en el último, la suma relativa puede haber sido la mayor en el primero, cuando se cotejan las conquistas de cada período. Se puede sugerir, como de no improbable reconocimiento ulterior, que el progreso del hombre en el periodo del salvajismo, con relación a la suma del progreso humano, fue mayor en grado de lo que fue después en los tres subperíodos de barbarie; y que el progreso conquistado en el período de la barbarie fue, de la misma manera mayor en grado de lo que haya sido, después, en el período entero de la civilización. La cuestión de la relativa duración de estos períodos étnicos es también objeto de especulación. No es asequible una medida exacta, pero se puede pretender una aproximación. A base de la teoría de progresión geométrica, el período del salvajismo necesariamente fue más dilatado que el de la barbarie, como así también este fue más prolongado que el de la civilización. Si partimos de la base de cien mil años como la medida de la existencia del hombre sobre: la tierra, á fin de fijar la duración relativa de cada período y para este propósito puede haber sido más larga o más breve, se verá enseguida que incumbe asignar por lo menos sesenta mil años al período del salvajismo. Con esta distribución, tres quintas partes de la vida de la porción más adelantada de la raza humana, transcurrieron en el salvajismo. De los restantes años, veinte mil o una quinta parte deben atribuirse al período inferior de la barbarie. Para los periodos tardío y superior quedan quince mil años, y restan más o menos cinco mil años para el período de la civilización. La relativa duración del período del salvajismo está probablemente computada más bien en menos que en más. Sin entrar a discutir los principios a que obedece la indicada distribución, se puede observar que además del postulado desprendido de la progresión geométrica que necesariamente rigió al desarrollo humano se ha seguido universalmente una escala graduada de progreso en los restos del arte antiguo, y se hallará que esto es igualmente cierto de las instituciones. Es una conclusión de mucha importancia, en etnología, que la experiencia del hombre en el salvajismo fue más prolongada que toda su experiencia posterior, y que el período de civilización cubre solamente una porción de la vida de la humanidad. Dos familias del género humano, la aria y la semítica, mediante el cruce de troncos diversos, superioridad de subsistencia o ventaja de posición, y posiblemente mediante la conjunción de todo esto, fueron las primeras en salir de 1 la barbarie. Fueron substancialmente las fundadoras de la civilización 21. Pero su existencia como familias distintas, indudablemente fue, en sentido comparativo, un hecho ulterior. Sus progenitores se confunden en la masa indistinguible de los primeros bárbaros. La primera aparición segura de la familia aria fue en relación con los animales domésticos, en cuya época eran un solo pueblo en lengua y nacionalidad. No es probable que las familias aria y semítica se hayan desenvuelto hasta la individualización con anterioridad al comienzo del período medio de la barbarie, y que su diferenciación de la masa de los bárbaros haya ocurrido a través de su adquisición de animales domésticos. La porción más adelantada de la raza humana fue detenida, por así decirlo, en ciertas etapas del progreso, hasta que algún gran invento o descubrimiento, tal como la domesticación de animales o el proceso de fundición del hierro mineral, diera un nuevo y pujante impulso hacia adelante. Mientras permaneciera así detenida, las tribus más rústicas, avanzando siempre, se acercaban en diferentes grados de aproximación al mismo estado; porque dondequiera que existiera una conexión continental, todas las tribus deben haber participado en alguna medida, de los progresos de las otras. Todos los grandes inventos y descubrimientos se propagan solos, peco las tribus inferiores deben haber apreciado su valor antes de poder apropiárselos. En las regiones continentales, ciertas tribus tomarían la delantera; pero la acción directiva estaría propensa a mudar de eje muchas veces en el curso de un período étnico. La destrucción del vínculo étnico de vida de tribus particulares, seguida de su decadencia, debe haber detenido por un tiempo, en muchos casos y en todos los períodos, la corriente ascendente del progreso humano. Desde el período medio de la barbarie, sin embargo, las familias aria y semítica parecen representar satisfactoriamente las hebras centrales de este progreso, que en el período de la civilización han sido gradualmente asumidas por la familia aria sola. La exactitud de este postulado general puede tener su ejemplo en la condición del aborigen americano en la época de su descubrimiento. Él inició su carrera en el continente americano, en el salvajismo, y, no obstante una dotación inferior de cualidades mentales, su gran mayoría había emergido del salvajismo y alcanzado el, estadio inferior de la barbarie, mientras una parte, los indios pueblos de Norte y Sudamérica, habían ascendido al estadio medio. Habían domesticado la llama, el único cuadrúpedo nativo del continente, que prometía ser útil en el estado domesticado, y habían producido el bronce por la aleación de cobre con estaño. Les faltaba sólo una invención, la mayor, el arte de fundir el mineral de hierro, para alcanzar el estadio superior. Considerando la ausencia de todo vínculo con la parte más adelantada de la familia humana en el hemisferio oriental, su progreso en el propio desarrollo, sin ayuda desde el estado salvaje, debe tenerse por notable. Mientras el asiático, y el europeo aguardaban pacientemente el regalo de los implementos de hierro, el indio americano se aproximaba a la posesión del bronce, que sigue al hierro, en orden cronológico. Durante este período de progreso detenido en el hemisferio oriental, el aborigen americano se adelantaba, no al estadio en que se le encontró, pero lo suficientemente cerca para alcanzarlo mientras aquél atravesaba el último período de la barbarie y el primero cuatro mil años de civilización. Esto nos da la medida del tiempo en que se habían retrasado respecto a la familia aria en la carrera del progreso, a saber: la duración del período superior de la barbarie, a la que habrá que añadir los años de la civilización. Las familias aria y ganowaniana juntas, ejemplifican la entera experiencia del hombre en los cinco períodos étnicos, con excepción de la primera parte del período superior del salvajismo. El salvajismo fue el período formativo del género humano. Comenzando en la nada respecto a saber y experiencia, carentes de fuego, de la palabra articulada y de artes, nuestros salvajes progenitores libraron la gran lucha, primero por su existencia y después por el progreso, hasta ponerse a salvo de los animales feroces y lograr una subsistencia permanente. De estos esfuerzos surgió, gradualmente, un lenguaje desarrollado y la ocupación de la superficie entera de la tierra. Pero la sociedad estaba incapacitada todavía para su organización en número, debido a su rusticidad. Cuando la parte más avanzada de la humanidad había salido del salvajismo y pasaba al, estadio inferior de la barbarie, la población entera del mundo debía ser muy escasa en número. Los inventos primeros serían los más difíciles de lograr a causa de la flaqueza de la potencia de razonamiento en abstracto. Cada aditamento de conocimientos alcanzados sería la base de nuevos avances. Pero esto debe haberse mantenido apenas perceptible por siglos y siglos, equilibrándose casi los obstáculos al progreso, con las energías desplegadas para vencerlos. Las conquistas del salvajismo no descuellan en carácter, pero representan una asombrosa cantidad de labor persistente con medios endebles, continuada a través de largos períodos de tiempo antes de alcanzar un grado razonable de perfección. El arco y echa ofrecen un ejemplo. La inferioridad del hombre salvaje en la escala mental y moral, no desarrollado, sin experiencia, sojuzgado por sus bajos apetitos y pasiones animales, bien que reconocida a disgusto, se halla, sin embargo, demostrada 21 Se supone a los egipcios remotamente relacionados con la familia semítica. 1 substancialmente por los restos de arte antiguo en implementos de piedra y hueso, por su vida de caverna en determinadas zonas, y por sus restos osteológicos. Todavía hay vestigios en el estado actual de tribus salvajes de poco desarrollo, olvidadas en regiones aisladas de la tierra como recuerdos del pasado. Y, sin embargo, a este gran período de salvajismo pertenece la formación de la palabra articulada y su perfeccionamiento hasta el grado silábico, la implantación de dos formas de la familia, y, posiblemente, de una tercera, y la organización en gentes, que dio la primera forma de sociedad digna del nombre. Todas estas conclusiones están contenidas en la proposición expuesta al principio, de que el hombre inició su carrera al pie de la escala; lo que "la ciencia moderna pretende estar probando, mediante el más prolijo y acabado estudio del hombre y de sus obras" 22. De igual manera, el gran período de la barbarie se destaca por cuatro sucesos de importancia preeminente, a saber: la domesticación de animales, el descubrimiento de los cereales, el empleo de la piedra en la arquitectura y la invención del proceso de la fundición de mineral de hierro. Comenzando probablemente con el perro como compañero de caza, siguiendo en una época posterior con la captura de cachorros de otros animales y criándolos, posiblemente sin un fin determinado, se requirió tiempo y experiencia para descubrir la utilidad de cada uno, el medio de multiplicarlos y adquirir la fuerza de voluntad necesaria a fin de saber reservarlos para las épocas de escasez. Si fuera dado conocer la historia especial de la domesticación de cada animal, se exhibiría una serie hechos maravillosos. El ensayo entrañaba en sus dudosas probabilidades mucho del destino posterior de la humanidad. El segundo de los hechos mencionados, el logro de una alimentación farinácea por medio de los cultivos debe tenerse como uno de los más grandes sucesos en la experiencia humana. Era menos esencial en el hemisferio oriental, después de la domesticación de animales, que en el occidental, donde fue instrumento para adelantar una gran parte de los aborígenes americanos, hasta el estadio inferior, y otra parte hasta el estadio medio de la barbarie. Si la humanidad no hubiese avanzado jamás más allá de la última condición, no poseería los medios para llevar una vida comparativamente cómoda J empleo El tercer hecho, el empleo de adobe y piedra en la edificación, permitió alcanzar un régimen mejorado de vida eminentemente apto para estimular las capacidades mentales y crear los hábitos del trabajo, la fuente fértil dé los adelantos. Pero en su relación con la alta carrera de la humanidad, el cuarto invento debe ser tenido por, el más grande en la experiencia humana, preparatorio de la civilización. Cuando el bárbaro, avanzando paso a paso, hubo descubierto los metales nativos y hubo aprendido a fundirlos en crisoles y formarlos en moldes, cuando hubo hecho la aleación de cobre nativo con estaño, y producido el bronce, y, finalmente, cuando por un esfuerzo todavía más potente del pensamiento hubo inventado el horno, y sacado hierro del mineral, los nueve décimos de la lucha por la civilización estaban ganados 23. Provistos de instrumentos de hierro capaces de conservar filo y punta, el hombre tenía la seguridad de alcanzar la civilización. La producción del hierro fue el acontecimiento de los acontecimientos en la experiencia humana, sin paralelo y sin igual al lado del cual todo otro invento o descubrimiento era de poca consideración, o por lo menos subalterno. Dio el martillo y yunque metálico, el hacha y el formón, el arado de reja de hierro, la espada de hierro; en suma, las bases de la civilización, que se puede decir descansa sobre este metal. La falta de implementos de hierro detuvo el progreso del hombre en la barbarie. Ahí hubiera quedado hasta la hora presente si hubiese fracasado al intentar salvar el obstáculo. Parece probable que la concepción del proceso de fundir el mineral de hierro, vino una sola vez al hombre. Sería una singular satisfacción si nos fuera dado saber a qué familia y tribu debemos este conocimiento, y con él, la civilización. En este tiempo la familia semítica estaba más adelantada que la aria, y a la cabeza de la raza humana. Ella dio al hombre el alfabeto fonético, y también probablemente el conocimiento del hierro. En la época de los poemas de Hornero, las tribus griegas habían alcanzado inmensos progresos materiales. Todos los metales comunes eran conocidos, inclusive el preso de la fusión de minerales, y, probablemente, el de convertir el hierro en acero; los principales cereales habían sido descubiertos junto con el arte de la agricultura y el uso del arado 22 "Oriental and Linguistic Studies'", de Whitney; pág. 341. 23 M. Quiquerez, un ingeniero suizo, descubrió en el cantón de Berna, los restos de un número de hornos en las faldas de las colinas para la fusión de mineral de hierro; juntamente con implementos, fragmentos de hierro y carbón de leña. Para construir uno se hacía una excavación en la ladera de la colina, y en ella un molde de arcilla, con una chimenea en forma de bóveda para crear el tiro. No se han encontrado indicios del uso de un fuelle. Los moldes parecen haber sido cargados con capas alternadas de mineral pulverizado y carbón de leña, 'manteniéndose la llama por el abaniqueo. El resultado era una masa esponjosa de mineral parcialmente fundido, que' después se consolidaba a martillo. Fue hallado un depósito de carbón dé leña debajo de una capa de turba de veinte pies de espesor. No es probable que estos hornos fuesen coetáneos con el conocimiento del proceso de la fundición de mineral de hierro; pero sí que fuesen copias ajustadas del homo primero. Véase "Primitive Man", de Figuier, edición Putnam, pág. 301. 1 en la labranza de campos; el perro, el caballo, el asno, la vaca, el cerdo, la oveja y la cabra habían sido domesticados en rebaños y manadas, como se ha expuesto. La arquitectura había producido una vivienda de materiales duraderos que contenía departamentos separados24, y compuesta de más de un piso 25; la construcción de embarcaciones, armas y géneros textiles, la fabricación del vino de uva, el cultivo de la manzana, la pera, el olivo y la higuera 26, conjuntamente con ropajes más cómodos, e implementos y utensilios provechosos habían sido producidos y entregados al uso humano. Pero la historia más antigua de la humanidad estaba perdida en las edades que habían dejado de ser. La tradición remontaba a una anterior barbarie que aquélla era incapaz de penetrar. El lenguaje había alcanzado un desarrollo tal que la poesía de la más alta forma estructural, estaba por personificar a las inspiraciones del genio. Las postrimerías del período de la barbarie habían conducido a esta parte de la familia humana hasta los umbrales de la civilización, alentada por las grandes conquistas del pasado, hecho notable e inteligente de la experiencia. Mientras que la condición de la sociedad en este momento era, comprendida por los escritores griegos y romanos de fecha posterior, el estado anterior, con su cultura y experiencia distintivas, se hallaba tan hondamente oculto a su comprensión como a la nuestra; salvo que, ocupando ellos un punto de mira más cercano en orden de tiempo, pudieron apreciar con más claridad las relaciones del pasado con el presente. Les era evidente que existía cierta sucesión en la serie de invenciones y descubrimientos, como también cierto orden en el desenvolvimiento de instituciones a través de las cuales la humanidad había adelantado desde el estado salvaje hasta la era de Homero; pero el inmenso intervalo de tiempo entre las dos condiciones no parece haber sido siquiera materia de consideración especulativa. 24 Palacio de Príamo. IT, VI, 242. 25 Casa de Ulises. Od., XVI, 448. 26 Od, VII, 115. 2 SEGUNDA PARTE DESENVOLVIMIENTO DEL CONCEPTO DE GOBIERNO 2 I ORGANIZACIÓN DE LA SOCIEDAD A BASE DE SEXO Al discurrir sobre el desenvolvimiento del concepto de gobierno, la organización en gentes a base de afinidad de parentesco parece indicarse naturalmente como esqueleto arcaico de la antigua sociedad; pero existe todavía una organización más vieja y arcaica, la de categorías a base de sexo, que reclama, en primer término, la atención. No será tomada como tema por su novedad en la experiencia humana sino por la razón más elevada de que parece contener el principio germinal de la gens. Si esta conjetura es afianzada por los hechos, dará a esta organización en clases de varones y de mujeres, todavía en plena vida entre los aborígenes de Australia, una antigua difusión tan amplia en las tribus humanas como la misma organización primaria en gentes. Se observará bien pronto, que en lo más bajo del salvajismo, la comunidad de marido y mujer, dentro de límites fijos, era el principio central del régimen social. Los derechos y privilegios maritales (jura conjugialia) 27 establecidos en el grupo se desenvolvieron en un excelente plan, que se convirtió en principio orgánico sobre el que la sociedad estaba constituida. De la naturaleza del caso resultó que estos derechos y privilegios echaron raíces tan hondas que la emancipación de su tutela se realizó lentamente, mediante movimientos que resultaron ser reformas no previstas. De acuerdo con esto, se comprobará que la familia ha evolucionado desde una forma más baja a una más alta, a medida que los alcances de este sistema conyugal sufrieron reducción progresiva. La familia, comenzando con la consanguínea, fundada en el intercambio matrimonial de hermanos y hermanas dentro de un grupo, pasó a la segunda forma, la punalúa, bajo un régimen social afín a las categorías australianas, que deshizo la primera especie de matrimonio mediante la substitución de grupos de hermanos que participaban en común de las esposas, y grupos de hermanas que participaban en común de los esposos, realizándose en ambos casos el matrimonio dentro del grupo. La organización de clases a base de sexo, y la posterior y más alta organización de gentes a base de parentesco, debe ser tenida como resultante de grandes movimientos sociales elaborados inconscientemente por selección natural. Por estas razones, el sistema australiano que vamos a exponer, merece atenta consideración, por más que nos hace descender a un grado inferior de la vida humana. Él representa una fase notable de la antigua historia social de nuestra raza. La organización en categorías a base de sexo, y la organización inicial en gentes a base de parentesco, impera en la actualidad entre aquella porción de los aborígenes australianos que hablan la lengua kamilaroi. Habitan el distrito del río Darling, al norte de Sydney. También ambas organizaciones se encuentran en otras tribus australianas, y tan difundidas como para dar probabilidad a su antiguo predominio universal entre ellas. Salta a la vista, por ciertas consideraciones internas, que las categorías de varones y mujeres son más antiguas que las gentes; primero, porque la organización gentilicia es de orden más elevado que la de categorías; y segundo, porque aquélla entre los kamilaroi, está por sobreponerse a ésta. La categoría en sus ramas de varón y de mujer, es la base unitaria de su régimen social, cuyo sitio pertenece en derecho a la gens cuando se halla en pleno desenvolvimiento. De ahí que se nos presenta una notable combinación de hechos, a saber: una organización sexual y una gentilicia coexistentes, correspondiendo a aquélla la posición central, y a ésta una originaria, pero adelantando hacia su integración a base de invasiones sobre la otra. Esta organizaci