Conductismo (José Fernández) PDF
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José Fernández
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This document provides an overview of conductism, focusing on the classical school of thought and the contributions of key figures like John B. Watson and Ivan Pavlov. It details the core principles and theories behind conductism, emphasizing the role of observable behavior and environmental influences.
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CONDUCTISMO Trabajo realizado por el Lic. José Fernández 1. El conductismo clásico Esta corriente de pensamientos tiene su origen cronológicamente en las pos- trimerías del siglo XIX y comienzos del XX. De alguna manera, el conductismo representa un afán de ruptura total en la psico...
CONDUCTISMO Trabajo realizado por el Lic. José Fernández 1. El conductismo clásico Esta corriente de pensamientos tiene su origen cronológicamente en las pos- trimerías del siglo XIX y comienzos del XX. De alguna manera, el conductismo representa un afán de ruptura total en la psicología (hasta ese entonces) tradicional, cuyos pilares eran el estudio de la con- ciencia con un método introspectivo. Puede citarse el primer laboratorio de psicología experimental como ejemplo de esta psicología tradicional. En Alemania en 1878 Wilhelm Wundt funda un centro de investigación que marca el nacimiento de la moderna psicología experimental y cientí- fica. Wundt y colaboradores, al igual que los clásicos en los que se había inspirado en gran medida, se interesaban especialmente en la experiencia humana consciente. Querían comprender las sensaciones, pensamientos, sentimientos del ser humano. Querían captar el flujo continuo del conocimiento conciente y analizarlo en sus compo- nentes fundamentales. El ánimo de dar aplicación concreta y práctica a los conocimientos derivados de la psicología y la pretensión de romper con los moldes tradicionales de la psicología alemana hicieron desarrollar una psicología orientada francamente hacia la conducta objetiva y su utilidad práctica. 1.1. John B. Watson (1878-1958) Uno de los representantes más notorios del conductismo fue John B. Watson (1878-1958). En sus primeros estudios trató de evaluar las conductas de ratas en si- tuación dé experimentación. Luego trasladó su interés hacia la conducta humana. La razón del término "conductista" hace referencia al exclusivo interés de esta corriente de pensamiento: sólo deben estudiarse las conductas que pueden ser obser- vadas, medidas y cuantificadas de algún modo. La conducta debe ser estudiada tan objetivamente como una máquina. La conciencia y los aspectos inconscientes de la conducta, al igual que las manifestaciones humanas que no pudieran ser traducidas en conductas objetivas y posibles de medir, quedaban totalmente fuera de interés de es- tudio. La oposición de Watson a admitir cualquier análisis subjetivo en la psicología lo llevó a rechazar mucho más que el estudio de la conciencia: tal el caso de la motiva- ción y los instintos humanos. Cuando enfrentó la pregunta de por qué las personas actúan como lo hacen, teniendo conductas similares en algunos casos y muy diferentes en otros, no recurrió al concepto de instinto como fuerza interior impulsora de acciones determinadas, ni deseo como energía interior volcada a poseer determinada cosa o situación. Watson prefirió explicar estos fenómenos del comportamiento por la vía de los reflejos condi- cionados y el aprendizaje. Afirmó que las personas actúan del modo que lo hacen por- que aprendieron a responder de determinado modo mediante un proceso de condicio- namiento. De la misma forma opinaba respecto de características mentales que se supo- nen innatas: negó que la especie humana naciera con capacidades, rasgos o predis- posiciones particulares. Lo heredado sólo atañe al aspecto biológico y al funciona- miento de algunos reflejos. Las diferencias de capacidad, adaptación, personalidad, etc., son simplemente diferencias de conductas aprendidas. De este modo, la controversia entre naturaleza y educación queda para Watson resuelta, inclinando su pensamiento a que sólo el me- dio ambiente tiene influencia en la conducta del hombre. Lo que somos depende enteramente de lo aprendido y dado que lo aprendido puede desaprenderse, la conducta humana estaría sujeta entonces a cambios perfec- tibles, si se la condiciona adecuadamente. Esta combinación de objetividad y de fe en el poder del aprendizaje invade gran parte de las formulaciones psicológicas norteamericanas de principios del siglo XX. El optimismo y pragmatismo reinante en la época produjo además la aplicación de estos principios en el ámbito de la educación formal, de la publicidad y la propa- ganda, en el tratamiento del comportamiento alterado y en cierto modo en la organiza- ción social. Esta importante gama de aplicaciones se debe además a que las ideas de Watson se ajustan perfectamente a la creencia norteamericana de la igualdad de opor- tunidades, el énfasis en el pragmatismo sin estar afectado por lo emocional/interno y la fe en la perfectibilidad y el progreso. Watson y el aprendizaje Como se señaló precedentemente, Watson consideraba al aprendizaje como un proceso de condicionamiento. La especie humana, según su opinión, nace sólo con un grupo reducido de reflejos, que son conexiones innatas entre determinados estímu- los y sus respuestas. Ejemplo: el estornudo es la respuesta a cierta irritación nasal, y el reflejo rotu- liano es la respuesta a un golpe seco en la rodilla. Los reflejos son todo el repertorio conductual que heredamos. Sin embargo podemos crear y aprender una multiplicidad de nuevas conexio- nes estímulo/respuesta mediante un proceso de condicionamiento: si un nuevo estí- mulo actúa junto con otro estímulo que provoca una respuesta refleja, el nuevo estímu- lo terminará produciendo por sí solo la respuesta después de varios apareamientos similares con el otro estímulo. Este proceso de condicionamiento fue descripto por primera vez por Ivan Pavlov, a quien nos referiremos más adelante. Para Watson, este proceso de condicionamiento dado a partir de los reflejos innatos es el que explica la adquisición de conductas y hábitos cada vez más comple- jos. Cada respuesta a determinados estímulos produce sensaciones que se convierten en estímulos que provocan nuevas respuestas y de este modo se forma toda una se- cuencia de conexiones estímulo/respuesta condicionadas. Aprendizaje emocional En este punto, Watson realiza una pequeña concesión a la herencia, manifes- tando que hay tres modos emocionales innatos: miedo-ira-amor. Pero su modo de concebirlos es que cada uno de ellos son pautas de movimientos y no sentimientos in- ternos. El aprendizaje emocional implica el condicionamiento (por asociaciones) de es- tas tres pautas de respuesta emocional a nuevos estímulos. En otro orden, la adquisición del conocimiento, para este autor, es el proceso de aprender a dar la secuencia ordenada de palabras, en respuesta a una pregunta u otro estimulo, condicionado. Resumen crítico La gran contribución de Watson al desarrollo de la psicología reside en que desechó la distinción entre cuerpo y mente (residual del viejo pensamiento cartesiano) y en la importancia que dio al estudio de la conducta objetiva. Aun en la actualidad existen sucesivos aportes al conductismo y se continúan utilizando algunos de los conceptos originariamente vertidos por esta corriente. Por otra parte, en su anhelo por crear una psicología objetiva, mostró cierta in- diferencia por la coherencia lógica de sus postulados teóricos. 1.2. Iván Petróvich Pavlov (1849-1936) Pavlov estudió en la Universidad de San Petersburgo y recibió el Premio Nobel de Medicina en 1904 por sus estudios sobre el sistema digestivo y por su interés en el sistema nervioso central. Esas investigaciones sobre el sistema digestivo y nervioso central lo llevaron a definir lo que se conoce como condicionamiento clásico (o pavloviano), que consiste en el aprendizaje de respuestas que inicialmente se producen sólo por reflejos innatos. Describiremos ahora lo esencial del trabajo de Pavlov: el modo en que lograba condicionar a sus perros de experimentación en su laboratorio y bajo condiciones con- troladas. Pavlov observó que los perros salivaban ante la presencia de carne; es decir, tenían una respuesta refleja, no-aprendida. Preparó entonces una pequeña operación para que la saliva pudiera ser recogida y medida; luego dejó de alimentar a un perro durante dos o más días y posteriormente realizó el condicionamiento propiamente: hizo sonar un estímulo sonoro (campanita, silbato, etc.) y segundos después le dio carne al perro. Repitió el experimento varias veces y observó que la sucesiva asociación del estimulo sonoro con la carne hacía que los perros comenzaran a salivar sólo con la presencia del estímulo sonoro, sin la presencia de carne. ¿Qué es lo que se produjo? El animal aprendió que el sonido sería seguido pronto de comida. Los reflejos salivares habían sido condicionados a responder ante la presencia de un estímulo nuevo, el sonido, que era inicialmente neutro pero que luego se convertía en estimulante para la secreción salivar como si fuese la propia carne. Durante el condicionamiento clásico, el organismo aprende una nueva asocia- ción entre dos hechos o estímulos. Para graficar lo anterior: Para explicar este proceso de condicionamiento, Pavlov acuñó ciertos princi- pios de validez universal: * Principio de la frecuencia. Establece que para que un proceso de condicio- namiento llegue a establecerse con eficacia, la presentación de los estímulos incondi- cionados y los estímulos condicionados deben ser frecuentes. Es decir que con un so- lo condicionamiento o asociación de estímulos no es suficiente para lograr el aprendi- zaje. * Principio de recencia. La aplicación del estímulo neutro o del estímulo con- dicionado debe ser reciente en el tiempo. En términos concretos, el sonido debe pre- sentarse segundos antes de dar la comida, o casi simultáneamente. Nunca después o luego de pasado largo tiempo. * Principio de extinción. Lo aprendido se extingue si los condicionamientos no son repetidos. En el caso de los perros de experimentación, si no se les da comida luego de presentar el sonido, éste pierde su propiedad de estímulo condicionado ca- paz de producir salivación. * Principio de recuperación espontánea. Ligado íntimamente al principio an- terior: si ya se ha extinguido la respuesta de salivación ante el sonido y posteriormente se reanuda el proceso asociativo entre los estímulos incondicionados y los estímulos condicionados, el animal recupera rápidamente el aprendizaje anteriormente estable- cido, no necesitando de múltiples exposiciones. * Principio de generalización. Existe la tendencia a reaccionar con la res- puesta condicionada ante la presentación de estímulos similares, aunque no idénticos, al que fue asociado con el estímulo incondicionado. Ejemplo: si el perro aprendió a sa- livar con el sonido de una campanilla, salivará también con el sonido de un triángulo metálico. * Principio de discriminación. Es lo contrario al principio de generalización. El animal aprende a responder sólo a un sonido específico y no a algo similar. ¿Se puede condicionar también a personas? Los seres humanos poseemos una infinita variedad de posibles conexiones asociativas, aprendidas en el curso del desarrollo. Establecemos asociaciones simples y otras más complejas, en función de los diversos elementos puestos en juego. Tam- bién las asociaciones varían de acuerdo a la edad, a la condición social, al sexo, a la cultura de origen, etc. Como ejemplo se puede citar: * La resonancia asociativa que tienen los nombres. Si se trata de María, distinta será la respuesta si nunca tuve un encuentro significativo con una persona llamada así a que con ella haya tenido sucesivas experiencias (placenteras o no). * En estos tiempos de gran consumismo, en donde los medios masivos juegan un rol de importancia, estamos generando constantemente nuevas asociaciones: be- ber con conquista y ser apetecible, etc.; desodorizar la casa con ser buena madre, etc. 2. El neoconductismo (condicionamiento operante) 2.1. Edward L. Thorndike (1874-1949) La idea de que el placer y dolor (como consecuencia de nuestros actos) son determinantes importantes de la conducta, tiene antecedentes históricos significativos en la evolución de la psicología. Esta idea constituye la base de la teoría del hedonismo que desarrolló Jeremy Bentham (1748-1832). Este concepto indica que los seres vivos pareciera que tienden a realizar lo que les proporciona placer y a evitar lo que les ocasiona displacer o dolor. Es precisamente este concepto el punto de partida de Edward Thorndike, pio- nero en la experimentación con animales. En situación de laboratorio les presentaba a los animales ciertos problemas estandarizados y observaba cuidadosamente cómo los resolvían. En 1898 publicó un trabajo llamado "Inteligencia animal" en donde dio cuen- ta de dos aspectos centrales de su trabajo: * La cuidadosa observación controlada de la conducta animal. * El fortalecimiento gradual de los enlaces estímulo-respuesta, acuñando su conocida "Ley del efecto". Esta ley establecía que la fijación de las conexiones estimulo-respuesta depen- día no simplemente del hecho de que el estímulo y la respuesta se presentaran juntos (condicionamiento clásico) sino por los efectos que seguían a la respuesta: * Si un estímulo era seguido por una respuesta y después por un "factor- satisfacción", la conexión estímulo-respuesta se fortalecía. * Si un estímulo era seguido por una respuesta y luego por un "factor perturba- dor", la conexión estímulo-respuesta se debilitaba. Uno de los estudios más citados de Thorndike es el de los gatos en una jaula de experimentación: encerró a un gato hambriento dentro de una jaula y por fuera co- locó un trozo de pescado. El gato podía abrir la puerta si tiraba de una soga que col- gaba del interior de la jaula. Al comienzo, el gato recurría a diversas conductas: cami- nar o pasearse, arañar, etc., hasta que tiraba de la soga, se abría la puerta y podía comer el pescado. En sucesivos ensayos disminuía considerablemente el tiempo transcurrido hasta que el gato jalaba la cuerda. Este fenómeno no implicaba (necesa- riamente) la "comprensión inteligente" del problema a resolver sino un "aprendizaje gradual de la respuesta correcta". Los aprendizajes se producen entonces por las recompensas (satisfactorias o no) obtenidas. Nuestro interés en Thorndike se basa en que, al igual que Watson, fue un ini- ciador en la psicología objetiva y, con su Ley del Efecto, se convirtió en el primer teóri- co del refuerzo. No obstante, cabe señalar que su trabajo se caracterizó por la asiste- maticidad, ya que enunció varios postulados que no siempre guardaron consistencia y coherencia entre sí. 2.2. Burrhus Frederic Skinner (1904-1990) Skinner rechazaba las teorías que implican suposiciones acerca de entidades o procesos humanos que no se pueden observar, clasificar y medir. Pone énfasis en la descripción positivista de la conducta y refleja el pensamiento de que las teorías psico- lógicas no deberían ser más que enunciados sobre hechos que expresan la relación experimentalmente observada entre las variables ambientales independientes y las va- riables comportamentales dependientes. Rechazó la teoría hipotético-deductiva, con sus axiomas explícitamente esta- blecidos y su derivación formal de consecuencias lógicas. El trabajo científico debería ser, en su opinión, poder descubrir y describir leyes, nacidas de la observación expe- rimental (método inductivo). La descripción de las leyes del comportamiento no requieren explicaciones "mentalistas o subjetivas": el contenido psíquico debe ser descripto en términos de comportamiento observable. Su rigurosa descripción de la conducta y las contingencias que la afectan, en combinación son su talento para la invención técnica, fue una importante contribución a la psicología del comportamiento y dio lugar a un sistema de pensamiento: el neo- conductismo, cuyos principios esenciales son utilizados en vastos campos de la vida social: el estudio de los sistemas enseñanza/aprendizaje, elementos de control social, publicidad/propaganda, etc. En el análisis del comportamiento humano, Skinner distingue dos tipos de con- ducta: a. La conducta respondiente. b. La conducta operante a. Conducta respondiente. Es producida por estímulos específicos y está formada por las conexiones de estímulos/ respuestas, denominadas reflejos. El ser humano nace con cierto número de reflejos y adquiere otros en el proceso de condi- cionamiento; es decir, en el proceso de asociaciones de estímulos ya descripto prece- dentemente (condicionamiento clásico: un nuevo estímulo es apareado con otro estí- mulo que ya produce determinada respuesta y, luego de varios apareamientos, el nue- vo estimulo llega a producir la misma respuesta que el primer estímulo). El organismo produce una conducta refleja específica ante la aparición de estímulos específicos. b. Conducta operante. A entender de Skinner, es el tipo de comportamiento más general o universalizado que posee el ser humano. Se caracteriza porque el comportamiento opera sobre el medio ambiente. Desde esta perspectiva, el estudio de la conducta humana se basa fundamentalmente en el análisis de las relaciones recí- procas del individuo con su medio. Toda acción del individuo sobre el medio es consi- derada una operante y puede ser modificada por las consecuencias que el mismo me- dio devuelve. El aprendizaje de la conducta operante se produce también por un proceso de condicionamiento en el que son fundamentales las consecuencias de la conducta. A estos consecuencias (o efectos), Skinner los define como reforzadores. Son estos (los reforzadores) los que modelan o condicionan la conducta humana. Se distinguen dos tipos de reforzadores: positivos y negativos. * Reforzadores positivos. Aumentan la probabilidad de aparición de determi- nada conducta a través de la presentación de un estímulo agradable. Ejemplo: un chi- co obtiene buenas notas en la escuela y le compramos un regalo para que mantenga esa conducta. * Reforzadores negativos. Aumentan la probabilidad de aparición de determi- nada conducta a través de la eliminación de un estímulo desagradable. Ejemplo: un chico obtiene buenas notas en la escuela y entonces como premio lo eximimos de to- mar la sopa que no le gusta. Es necesario aclarar que tanto el refuerzo positivo como el negativo aumentan la probabilidad de aparición/repetición de una conducta. Según su procedencia, los reforzadores pueden clasificarse en primarios y secundarios: * Primarios. Tienen propiedad reforzante de modo innato: alimentación (comer y beber), dolor, sexo, etc. * Secundarios. Tienen valor social: posesiones (materiales o espirituales), honor, estima o aprecio, etc. Debe quedar claro que los reforzadores no tienen propiedad reforzante de mo- do universal, ya que no todos los individuos son sensibles o proclives a ser especial- mente estimulados por los mismos factores. Programas de reforzamiento La investigación de Skinner se ha realizado casi enteramente en una u otra versión de un aparato que es conocido como Caja de Skinner. Ésta varía de tamaño y de forma de acuerdo con el organismo que se estudia, pero en lo fundamental es una caja (o habitáculo) que contiene un manipulador (palanca, llave o botón, etc. que el su- jeto puede manipular) y un dispositivo electrónico que facilita la aparición de reforzado- res cuando el manipulador es tocado o estimulado. En el caso de animales, el mecanismo proporciona alguna especie de alimen- tación (comida o bebida) o también la visión de otros animales (a los cuales no se les permitió ver por bastante tiempo) o la eliminación de descargas eléctricas. Las acciones del animal sobre el manipulador se llaman "operantes libres", da- do que él es libre de emitirlas con su velocidad propia, lo que configura una tasa de respuesta (cantidad de emisiones u operantes en determinada cantidad de tiempo; ejemplo: tocar el manipulador diez veces por minuto). Skinner se interesó particularmente por la tasa de emisión de las operantes li- bres y estableció así diversos modos o formas de reforzamiento que se denominan "Programas de reforzamiento". El programa más simple es el refuerzo continuo, en el cual se da un reforza- dor (comida, etc.) luego de cada una de las respuestas al manipulador. Este programa se utiliza generalmente cuando se entrena al sujeto en el empleo del manipulador. Después, el programa es desplazado hacia alguna forma de refuerzo intermitente, que implica que no se refuerzan todas las respuestas sino sólo algunas. * Programas de razón. La frecuencia con que se presentan los reforzadores depende de determinada cantidad de respuestas establecidas por el experimentador * Programas de intervalo. La frecuencia con que se presentan los reforzado- res depende de un lapso de tiempo establecido por el experimentador. Ambos programas pueden ser además fijos o variables, lo cual implica un to- tal de cuatro tipos de programas: * Programa de razón fija. Se otorga un refuerzo después de un determinado número de respuestas (ejemplo: reforzar la décima o quinta u octava respuesta). * Programa de razón variable. Se otorga un refuerzo después de un número aleatorio de respuestas. Por ejemplo, los reforzadores se entregan en promedio cada cinco respuestas pero en ocasiones se otorgan cada tres o diez, etc., según la necesi- dad de experimentación. * Programa de intervalo fijo. Se otorga un refuerzo tras la primera respuesta que se produzca después de un periodo determinado de tiempo. De este modo el suje- to obtiene un refuerzo luego de transcurrido el tiempo estipulado, independientemente del numero de respuestas al manipulador dadas en el intervalo del tiempo designado. * Programa de intervalo variable. Se otorga un refuerzo luego de la primera respuesta posterior a un periodo variable de tiempo. Ejemplo: en un programa de in- tervalo variable de dos minutos, el tiempo promedio de entrega entre un reforzador y otro sería de dos minutos pero en cualquier ocasión particular el intervalo puede acor- tarse o alargarse. Por consiguiente, el único medio para estar seguro de conseguir to- dos los reforzadores disponibles lo más pronto posible sería responder continuamente. Se ha demostrado que los programas variables potencian e incrementan las conductas más que los fijos. Se puede observar en el caso de los "chamanes” que cantan y rezan oraciones para que llueva; tarde o temprano va a llover y esto refuerza la conducta de orar y cantar. Skinner sostiene que es justamente la variación en el intervalo de los refuerzos lo que produce el incremento en la emisión sostenida de conductas. Aplicaciones del condicionamiento operante La utilización de diferentes programas de refuerzo ha permitido uno de los obje- tivos más importantes de la corriente conductista: el moldeamiento de la conducta, que permite producir cambios y orientar a ésta en un sentido u otro. A modo de resumen se expondrán algunos de los modos utilizados a fin de producir la variación de conducta: * Extinción. Se logra extinguir una conducta por medio de la supresión del re- fuerzo positivo que la mantenía vigente. Ejemplo: no responder ni mimar, tocar, etc. a un bebé que llora apenas se lo acuesta; en el transcurso de una semana se producirá la extinción de la respuesta de llanto ante el hecho de ser acostado. * Imitación social. Se refuerzan positivamente las conductas de figuras desta- cadas, notorias o públicas para que el público imite esos comportamientos bajo la ex- pectativa de poseer los mismos reforzadores. Este modo es ampliamente utilizado en los medios masivos de comunicación, donde se observa que es necesario consumir determinado producto para lograr status, dinero, amor (refuerzos positivos) o, para ser más preciso, un consumo determinado (operante libre) tendría como consecuencia la obtención de un refuerzo positivo (amor, dinero, fama, etc.). * Aprendizaje discriminativo. Se usan refuerzos positivos para recompensar respuestas deseadas a determinados estímulos, y se utilizan castigos o falta de re- compensa para extinguir respuestas no deseadas. Este modo se usa ampliamente en los diseños de enseñanza, donde las respuestas y conocimientos correctos son refor- zados positivamente y los errores o desconocimiento son sancionados. * Modelado de la conducta por aproximaciones sucesivas. Método em- pleado para lograr que aparezcan conductas inexistentes en el repertorio conductual del sujeto, para lo cual se requieren ciertos pasos secuenciales y ordenados. Este tipo de programa implica el reforzamiento positivo de las respuestas seleccionadas que se aproximen a los objetivos deseados, y el no reforzamiento de las que no vayan en esa dirección. Este método es ampliamente utilizado por los especialistas en el campo de la Psicología Clínica, que se proponen la instauración de conductas inexistentes en los sujetos (hablar, asearse, vestirse, etc.) que son portadores de patologías de conside- ración. * Condicionamiento evitativo. Se basa en la extinción de la conducta no de- seada (o que impide un ajuste con el medio social) a partir del uso (aplicación) de cas- tigos. En general, el sistema punitivo legal se basa en este tipo de condicionamiento. Si paso un semáforo en rojo con mi automóvil (conducta no deseada o desajustada), me imponen una multa económica (castigo). Si alguien transgrede una norma de con- vivencia escolar o educativa (conducta no deseada), se le aplican amonestaciones o eventualmente sufre la expulsión total de sistema (castigo). Consideraciones finales Los refuerzos positivos y negativos abren amplias y variadas posibilidades. Pueden ser utilizados para modelar conductas en sitios tan variados como los estable- cimientos pedagógicos, las instituciones carcelarias, el seno familiar y los medios ma- sivos de comunicación. Toda conducta es pasible de ser modelada y/o encauzada. Skinner no pretendió ser un gran teórico, terreno en el cual se manejó con cier- to sentido anárquico, sino que se dedicó especialmente a controlar experimentalmente la conducta, sea humana o animal. Bajo su óptica, el control se logra mediante el ma- nejo de las contingencias ambientales (refuerzos o castigos) ya mencionados. Pese a la importante contribución en el campo de la psicología contemporánea y a la explicación exhaustiva de diversos conceptos, ciertas propuestas teóricas de Skinner han sido cuestionadas, cuando no objetadas en forma categórica: tal el caso de la génesis del lenguaje o, como él le llama, "comportamiento verbal".