Cuánto vale una heladera - Claudia Piñeiro - PDF

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Summary

This is a play by Claudia Piñeiro, titled "Cuánto vale una heladera" . The play features a scene about a customer service interaction involving an argument and a complaint about incorrect name/spelling on an electricity bill. The scene involves characters such as"Claudia", "Empleada","Lobatti", and "Dr. Loche".

Full Transcript

El teatro es mágico, al menos para mí. Una de las actividades que más disfruto en la vida es llegar a una sala teatral, hacer cola para entrar, sentarme en la butaca, revisar el programa, buscar un caramelo en la cartera, apagar el celular. Podría sumar a la lista cada uno de los pequeños actos q...

El teatro es mágico, al menos para mí. Una de las actividades que más disfruto en la vida es llegar a una sala teatral, hacer cola para entrar, sentarme en la butaca, revisar el programa, buscar un caramelo en la cartera, apagar el celular. Podría sumar a la lista cada uno de los pequeños actos que realizamos mientras esperamos que se apaguen las luces y comience la función. Una ceremonia casi religiosa ya antes de que aparezca un actor sobre el escenario, diga las palabras reservadas para él y la magia comience. Si la obra es buena, mejor. Si no, la ceremonia igual tendrá lugar. Porque allí estarán ellos, para decir su palabra, y nosotros en la butaca para recibirla. Escribir teatro es sentirme parte de esa ceremonia desde el otro lado, aquel que se reserva antes de traspasar la cuarta pared, en el lugar en que se mezclan los ingredientes y se revuelve el menjunje en el caldero. Sentirme uno más dentro de los partícipes necesarios. Nadie escribe dramaturgia sólo para ser leída. Sin texto no hay teatro, aun en los casos en que la obra surge a partir de improvisaciones, en un momento alguien se sienta y escribe palabra sobre palabra lo que se dirá arriba del escenario. Sin embargo quienes nos dedicamos a la dramaturgia sabemos que somos parte de un proceso de representación que empezará con el texto pero que no concluirá en él. En ese sentido y en cuanto al oficio de escribir, la escritura de teatro es la menos solitaria de las escrituras. Uno escribe solo, como siempre, pero luego trabaja ese texto en acción, con el director, con los actores, con el escenógrafo. Cada uno de los integrantes de esa compañía teatral aporta con su propio trabajo y sus propios dones. Incluso hasta pueden surgir modificaciones al texto una vez que esas palabras encuentran el cuerpo en donde encarnarse. Tuve la suerte de trabajar con grandes directores: Mónica Viñao, Marcelo Moncarz, Manuel Iedvabni, Guillermo Ghio. De todos aprendí. De todos tomé sugerencias para mejorar los textos. También de los actores que ellos eligieron. Seguramente también habría aprendido de las muchas puestas que se hicieron y se hacen de estas obras en distintas ciudades del país, si hubiera podido verlas. Todos ellos, los que conocí y los que no, fueron los encargados de que lo que escribí se convirtiera en teatro vivo, a la manera que lo describe Peter Brook en El espacio vacío: “... el teatro es siempre un arte autodestructor y siempre está escrito sobre el agua. El teatro profesional reúne todas las noches a personas distintas y les habla mediante el lenguaje de la conducta. Se monta una representación y por lo general tiene que repetirse —y repetirse todo lo mejor y esmeradamente que se pueda—, pero desde el primer día algo invisible comienza a morir”. CLAUDIA PIÑEIRO COMEDIAS Cuánto vale una heladera Personajes Piñeiro Empleada Lobatti Dr. Loche Peralta 1. Escenario a oscuras. Suena un teléfono. Se detiene el sonido porque atiende el automático. LOCUTORA(off): Gracias por comunicarse con Energé, su compañía de electricidad. A continuación pulse el número correspondiente a la opción deseada. Falta de suministro, pulse 1. Facturación, 2. Corte de suministro por falta de pago, 3. Corte de suministro por otro motivo, 4. Prejudiciales, 5. Judiciales, 6. Emergencia, 7. Catástrofe, 8. O aguarde y será atendido. En estos momentos todos nuestros operadores están ocupados. Por favor, intente más tarde o preséntese en nuestras oficinas en el horario de 8 a 14 hs. Muchas gracias por comunicarse con Energé. 2 Sonido de teléfono de corte y ocupado. Se enciende la luz del escenario. Es la oficina de atención al cliente de una compañía de electricidad. Hay un escritorio, detrás del cual una empleada termina de acomodar unos papeles. Claudia espera ser atendida, parada en una fila de dos o tres personas. Se ve cansada, hace rato que espera EMPLEADA (grita al salón): Sesenta y nueve… rosa… El grito de la empleada sobresalta a Claudia. CLAUDIA: Yo… acá… Avanza torpemente buscando el número, va hacia el escritorio y se sienta. EMPLEADA: Dígame… CLAUDIA: Vengo a hacer un reclamo… yo vivo acá a tres cuadras y ayer estuvimos sin luz todo el día… EMPLEADA (sin interés pero con falsa sonrisa): Última factura paga y documento, por favor… CLAUDIA (busca y rebusca en la cartera): No, pero mire que yo no vengo por el tema del corte… (Encuentra los papeles y los saca sin dárselos todavía.) A mí la luz ya me volvió… lo que pasa es que cuando la dieron, vino con demasiada tensión y me quemó la heladera… EMPLEADA (le saca la factura y el documento de la mano y los lee): Ajá… CLAUDIA: Una heladera recién comprada, doble puerta, esa que saca los cubitos directo al vaso… Todavía la estoy pagando… La empleada hace uso de su poder y se toma su tiempo para revisar los papeles. EMPLEADA (marcando exageradamente la diferencia entre los dos apellidos): En el documento dice Claudia Piñeiro, y en la factura dice Claudia Pineiro… CLAUDIA: Sí… EMPLEADA: ¿Y usted quién es? CLAUDIA: Claudia Piñeiro… EMPLEADA: El trámite es personal, tiene que venir la titular… CLAUDIA: La titular soy yo… EMPLEADA (vuelve a marcar la ene): La titular de la factura es Claudia Pineiro… CLAUDIA: Sí, soy yo… EMPLEADA: ¿En qué quedamos, usted es Piñeiro o Pineiro? CLAUDIA: Yo soy Piñeiro, pero ustedes cuando facturan escriben Pineiro… debe ser que no tienen eñe en el sistema… La empleada se calza los anteojos de leer y busca en una carpeta o listado de clientes. EMPLEADA: En años de servicio no recibí una queja relacionada con la eñe. CLAUDIA (se empieza a fastidiar): No le habrán quemado la heladera a nadie que lleve eñe en su apellido… EMPLEADA (golpeando con la lapicera el listado como que ahí también la encontró): En el listado de clientes también me figura como Pineiro (cierra el listado como dando la cosa por terminada). Lo siento, si en nuestros registros figura Pineiro, yo necesito que se presente Pineiro… CLAUDIA: Es que Pineiro no se puede presentar porque no existe… EMPLEADA: ¿Pero de quién era la heladera entonces? CLAUDIA: ¡¡¡Mía!!! EMPLEADA: A ver… déjeme entender… usted es quien vive en el domicilio que figura en esta factura… CLAUDIA (se entusiasma, parecería que la empleada empezara a entender): ¡Sí! EMPLEADA: Y usted es Claudia Piñeiro. CLAUDIA (feliz, cree que al fin le entendió): Efectivamente… EMPLEADA: Entonces tramite un artículo 38… CLAUDIA: ¿Qué es eso? EMPLEADA: Cambio de titularidad… si cambia el titular hay que hacer un artículo 38… CLAUDIA: ¡Pero si el titular no cambió, yo vivo ahí desde hace 15 años…! EMPLEADA (con un sarcasmo que no tiene): ¿Y en quince años no se preocupó por poner la factura a su nombre…? CLAUDIA: ¡Está a mi nombre! Ustedes lo escriben mal… ustedes arman todo este entuerto… ¡ustedes son los que no pueden escribir una eñe como corresponde! EMPLEADA (con calma estudiada y exagerada): No me falte el respeto que yo a usted la estoy tratando bien… CLAUDIA (se indigna): ¿Yo le falté el respeto? EMPLEADA: Escúchese el tonito… CLAUDIA: ¡Escúchese usted, que habla y habla y no soluciona nada…! EMPLEADA: Pero no le levanto la voz… CLAUDIA: ¡¡¡Levánteme la voz, insúlteme, pégueme si quiere, pero haga algo para que me paguen mi heladera…!!! EMPLEADA (repite lo que cree obvio): Art. 38 cambio de titularidad… CLAUDIA: ¡No se da cuenta de que si pidiera cambio de titularidad estaría mintiendo…! EMPLEADA: Ah, ese no es mi problema… usted quiere solucionar la cosa, yo le digo cómo… después cada uno sabe lo que hace o deja de hacer… CLAUDIA (respira, trata de calmarse aunque le cuesta, y luego habla): Señorita, mi apellido es Piñeiro, con eñe, mi abuelo Pepe nació y murió en la Coruña, con eñe, y mi abuelo materno se llamaba Adolfo Peña, también con eñe… En la historia de mi familia hay demasiadas eñes, y nunca nos han traído ningún problema, hasta hoy… EMPLEADA: Cada uno carga su cruz, señora. Tuvo suerte que recién ahora se dio cuenta… ¿Sabe cómo me llamo yo? Claudia, casi sin fuerzas, niega apenas con la cabeza. EMPLEADA: Culotta… ¿Sabe las cargadas que me comí toda mi vida…? Hasta a mi marido lo han cargado por mi apellido… ¿Y yo me fui a quejar a alguna parte?… ¿Sabe cómo se llamaba mi mejor compañera del secundario…? Ziembrosvchuvnick… Todos le decíamos Porota, inclusive los profesores… ni uno acertaba con el apellido… hasta en el diploma se lo escribieron mal… ¿Y usted se queja porque el suyo tiene una eñe…? CLAUDIA: Yo no me quejo de mi apellido… Me quejo de ustedes que me lo cambian en la factura… y eso les sirve para no pagarme la heladera… EMPLEADA: La heladera se la pagaremos con todo gusto… eso nadie le dijo que no… pero al titular… Y para eso el único camino posible es Artículo 38, cambio de titularidad. Claudia queda vencida, lo duda un instante y luego: CLAUDIA (como dándole el gusto de harta que está): Está bien, quiere un artículo 38, hágame un artículo 38… EMPLEADA (complacida): Cómo no, señora…, enseguida se lo hacemos… ya le doy los formularios… los tengo por acá… formulario AJ3B, original y duplicado. EMPLEADA (le extiende los papeles y una birome con piolín atado a la pata del escritorio): Complételos en imprenta mayúscula si es tan amable, que yo después no entiendo la letra… Claudia toma la birome y empieza a llenarlos. Mientras escribe, de pronto se da cuenta de algo. Duda, no sabe si seguir escribiendo, la mira, sigue, tiene miedo de preguntar pero finalmente se decide y lo hace. CLAUDIA: Una duda me queda, ¿quién me garantiza que después tramitar el cambio de titularidad en la factura va a aparecer Piñeiro? EMPLEADA: ¿Usted puso Piñeiro ahí? CLAUDIA: Obviamente puse Piñeiro. EMPLEADA: Si usted puso Piñeiro, yo informo Piñeiro… CLAUDIA: Entonces en la factura va a decir Piñeiro. EMPLEADA: Eso ya no sabría decirle… yo lo informo así como está, ahora lo que después hacen en sistemas ya no es mi responsabilidad… CLAUDIA: O sea que podría ser que yo haga todo este trámite, en imprenta, mayúscula, todo prolijo, por duplicado, pierda mi tiempo, le haga perder el suyo, y después… EMPLEADA (se acuerda algo, la interrumpe cordial): Discúlpeme que la interrumpa pero me olvidé de decirle que el trámite tiene un costo de 25 pesos… CLAUDIA: … pague 25 pesos… y a pesar de ello existe el riesgo de que la factura siga saliendo mal… EMPLEADA: Riesgos siempre hay… Uno hace su trabajo bien… pero los demás… No está dentro de mis funciones… CLAUDIA (no logra contenerse más): Y dígame, ¿dentro de las funciones de quién mierda está? EMPLEADA: Señora, le aconsejo que se tome las cosas de otra manera… Si no se calma, yo no la puedo seguir atendiendo… CLAUDIA: ¡¡¡Dígame quién carajo me va a atender entonces porque no me pienso calmar!!! EMPLEADA (ofendida, mientras anota rápidamente en un papelito que luego le da): Gerente de Sistemas, Ingeniero Lobatti, piso 3º oficina 5. (Gritando al salón el siguiente número.) Setenta rosa… Se prepara el que sigue. Claudia toma sus cosas con disgusto y se va. Las luces se apagan y el escenario queda totalmente a oscuras. 3. LOCUTORA (off): La ley 18.248, ley del nombre establece que toda persona natural tiene el derecho y el deber de usar el nombre y apellido que le corresponde… La persona a quien le fuere desconocido el uso de su nombre podrá demandar el reconocimiento y pedir se prohíba toda futura impugnación por quien lo negare. Podrá ordenarse la publicación de la sentencia a costa del demandado. 4. Cuando se enciende la luz en el escritorio está sentado el ingeniero Lobatti, gerente de sistemas, y frente a él, Claudia. Es otra oficina y otro escritorio, puede haber algún formulario continuo desplegado sobre él, y una PC. LOBATTI: Sí, yo la entiendo, pero entiéndame usted a mí… La eñe no figura en los teclados… CLAUDIA: ¿Cómo que no? Yo tengo una computadora en mi casa y escribo las palabras que llevan eñe… con eñe… LOBATTI: En nuestros teclados no… Ni en los de casa central ni en los de ninguna de nuestras sucursales… Imagínese, yo para solucionar su problema tendría que pasar el teclado de todas nuestras PC al español, y eso nos traería innumerables inconvenientes… Mi gente no está acostumbrada al español… CLAUDIA: ¿Su gente es pakistaní…? ¿Ucraniana…? ¿China? ¿En qué idioma habla su gente? LOBATTI: Me refería al lenguaje de las máquinas… con las máquinas se habla en idioma universal… toda mi gente habla en idioma universal… CLAUDIA: ¿O sea? LOBATTI: Inglés… los comandos son en inglés, las rutinas son en inglés, los programas están definidos en inglés… “Run” es correr… “enter”, entrar… “delete”, borrar… Y en el alfabeto inglés no hay lugar para la eñe… De ahí el problema de su apellido… nada personal… CLAUDIA: El problema no es de mi apellido, sino de su teclado. ¡Usted si lo dejan es capaz de querer traducir mi apellido al inglés! LOBATTI (desestima): Por favor, señora… yo no haría eso… yo… (y luego como si se le ocurriera una idea brillante y graciosa) ¿Cómo me dijo que se llama? CLAUDIA: Piñeiro… LOBATTI: ¿Y significa algo Piñeiro…? Discúlpeme la ignorancia… CLAUDIA: Además de mi nombre… decía mi abuelo que era algo así como un montón de pinos… LOBATTI (con actitud de creativo): Algo así como un montón de pinos… “a lot of pines”… “many pines…” … “a hundred pines”… (Se ríe de su propio chiste buscando que ella también se ría pero no lo logra.) ¡Qué gracioso sería, ¿no?!… Traducir todos los apellidos del mundo al inglés… “¿No, señora Manypines?”… Uno se ríe pero vaya a saber si algún día… CLAUDIA: ¡¿Qué dice?! Los nombres propios son intraducibles, señor. No pretenda adaptar mi apellido a su teclado… LOBATTI: Entonces tampoco usted pretenda que adaptemos nuestros teclados a su apellido. ¿Sabe el costo que significaría eso para la empresa? Miles de dólares, señora… Le pido que lo entienda… CLAUDIA: El que no entiende es usted, señor… si no puede poner un palito con su teclado, escríbalo a mano… Yo me llamo Piñeiro, y exijo que usted me llame como me llamo… LOBATTI: Yo no la llamo… CLAUDIA: Me llama con sus facturas de vencimiento… LOBATTI: Tratamos de escribirlo de la manera más parecida posible… CLAUDIA: En un nombre no existe “la manera más parecida posible”, es como es… ¿O a usted le daría lo mismo que lo llamaran Lobito, o Lobeto, o Lobuto…? LOBATTI: No, bueno, afortunadamente mi apellido no presenta el problema que presenta el suyo. Peor sería que en lugar de eñe le escribiéramos un signo pesos, o el signo de porcentaje… como hacen algunos… Yo trabajé un tiempo en una tarjeta de crédito y ahí todas las eñe salían como la (&) y inglesa… la “y” de “and company”, ¿vio? CLAUDIA: No, por suerte no vi… LOBATTI: Muy sofisticado… pero nuestra opción me parece más ajustada a la realidad… CLAUDIA: La realidad es el apellido que me dio mi padre. Y que a él le dio mi abuelo. Y a mi abuelo, mi bisabuelo… LOBATTI: El pasado, el pasado… ¿siempre el pasado? Se va a tener que ir acostumbrado a un mundo globalizado, señora, el pasado no existe… Como la eñe… en cualquier momento la sacan del alfabeto y usted ya no figura ni en el diccionario… CLAUDIA: Nadie va a permitir eso… LOBATTI: “Time will say”… Los que manejan el mundo no usan eñe, señora… Y para estar con ellos en la cresta de la ola… hay que eliminar cualquier barrera… (Sentencioso, como si fuera a decir una verdad revelada.) Y la eñe, hoy, no le quepa duda querida señora, es una tremenda barrera… CLAUDIA: Tremenda barrera es su estrechez de mente, señor… LOBATTI (sin escucharla, como si recitara una poesía): “Future is coming”… CLAUDIA: El futuro un coño, con eñe, señor… coño y señor los dos con eñe… LOBATTI (vuelve a la realidad, mira su reloj): Discúlpeme señora, pero lamentablemente no tengo más tiempo para usted… Debo regresar a mis tareas, me esperan para hacer el “back up” del equipo central… tuvimos un problema con el “set up”… CLAUDIA: Los voy a demandar… “in the court”… “with the law”… por si no me entiende… LOBATTI: ¿A quién… a las normas internacionales de teclados de PC va a demandar? Lo intentó el Estado español… sin el resultado que esperaban… Imagínese una ignota ciudadana de un país como el nuestro demandando a un mero intermediario entre ella y la civilización… CLAUDIA: Lo voy a demandar a usted, a su jefe, al gerente general, a los accionistas… LOBATTI: Contra mí no creo que pueda hacer mucho, yo soy un eslabón en la cadena… CLAUDIA: Todos los eslabones de una cadena son necesarios para que funcione… LOBATTI (fastidiado): Haga lo que quiera. ¡Es la primera vez que alguien hace tanto lío por una letra…! CLAUDIA: ¡¡¡Es la primera vez que alguien me quema la heladera y no me la paga…!!! LOBATTI (cambia la actitud, como si cayera por primera vez): ¿Le quemaron la heladera? ¿Cuándo? CLAUDIA: Ayer… LOBATTI: Hubiéramos empezado por ahí… ¿Hizo el reclamo? CLAUDIA: Es lo que estoy tratando de hacer… LOBATTI: Pero eso tiene que tramitarlo en el primer piso, atención al cliente, con la señora Culotta… ¿Trajo el documento y la última factura paga? Escenario a negro. 5. LOCUTORA (off): El nombre constituye un derecho de propiedad y como tal es oponible erga omnes. El nombre es: obligatorio, único, inmutable, imprescriptible, inalienable. 6. Se enciende la luz. Está Claudia frente al escritorio de su abogado, el doctor Loche. El escritorio cambió, es más formal; en lugar de PC hay una lámpara clásica, y anales de legislación. CLAUDIA: ¿Se los puede demandar, doctor? DR. LOCHE: Demandar se puede siempre… el asunto es “ganar”… o al menos llegar a un acuerdo extrajudicial beneficioso… porque demandar para que usted pierda su dinero y yo mi tiempo… no tiene sentido… CLAUDIA: ¿Y usted qué cree…? DR. LOCHE: Bueno, el caso tiene algunos puntos interesantes… CLAUDIA: ¿Como cuáles…? DR. LOCHE: Como que la demandada sea la compañía de energía eléctrica… Se puede sacar mucha plata a esa gente… tienen efectivo… no les gustan los litigios… y sobre todo les aterra aparecer en los medios… CLAUDIA: Lo de los medios no creo que haga falta, yo quiero que actúe la justicia… DR. LOCHE (con tono de discurso de un político): Totalmente de acuerdo… el derecho a llevar el apellido que corresponde a cada individuo es irrenunciable… el apellido estructura la identidad, sostiene el concepto de familia, conecta con lo que fuimos… y es nuestro legado para los que serán… ¿Cómo una compañía eléctrica extranjera se puede arrogar el derecho a sustituir un apellido…? Vamos a declarar daño psíquico, lucro cesante, daño emergente… le digo más, hasta una cuestión de soberanía podríamos plantear si no arreglan enseguida… CLAUDIA: Bueno, no sé qué decirle… yo creo que escribiendo bien mi nombre y arreglando lo de la heladera… DR. LOCHE: Nosotros vamos a reclamar todo… total para negociar un arreglo siempre hay tiempo… Cuanto más se pide, más se saca… CLAUDIA: Yo lo único que quiero sacar es mi apellido bien escrito… y la heladera… dos puertas… que tira el hielo directo al vaso… la estoy pagando todavía… quemada… DR. LOCHE: Yo voy a hacer que le paguen la más cara disponible en el país… la que tiene freezer abajo, el último modelo… O si prefiere heladera y freezer por separado… Lo que usted me diga… Delo por descontado… Ya mismo pongo manos a la obra… (Toma el teléfono.) Déjeme llamar a un colega mío, muy memorioso él… llevábamos juntos un caso parecido al suyo hace algunos años… Marca un teléfono y espera. Claudia se empieza a relajar, siente que sus cosas empiezan a andar mejor. DR. LOCHE (al teléfono): Aló… ¡Qué tal, doctor Galíndez! Acá doctor Loche le habla… ¿Cómo va todo?… Me alegro… mire… ¿Se acuerda del caso Arotçarena (leer arotzarena) vs. Registro Civil de Burzaco?… Sí, exactamente… ese viejito que peleaba por que le pusieran en el documento el apellido con ce cedilla (ç)… Exacto, la ce del pirulito para abajo… ¿Cómo terminó ese asunto? Escucha atento asintiendo con la cabeza y luego le habla a Claudia en voz baja y tapando el auricular. DR. LOCHE (victorioso): El juez falló a favor de Arotçarena… Sigue escuchando, al rato cambia la actitud. Otra vez tapa el auricular. DR. LOCHE (a Claudia, indignado): Apelaron y la Cámara revocó el fallo. (Al teléfono.) ¿Y entonces? Escucha, asiente, genera suspenso, Claudia ansiosa quiere saber. DR. LOCHE (con voz de circunstancia, a Claudia tapando el auricular): En el medio el viejo Arotzarena se muere. (Sigue escuchando.) Qué barbaridad… (A Claudia, como si fuera un logro.) Pero en la lápida le pusieron el nombre con ce cedilla. (Al tubo.) Bueno, algo es algo, doctor Galíndez… por lo menos pasó al otro mundo en su ley… Bueno, muchas gracias, por todo, un gusto como siempre… Sí, sí, me sirve, claro que me sirve… Adiós… Corta. La mira. Parece que va a decir algo muy importante. Ella espera. DR. LOCHE: La jurisprudencia de la ce cedilla no va a funcionar. CLAUDIA: ¿Y qué hacemos entonces…? Yo no me voy a conformar con que me escriban bien el apellido en la lápida… DR. LOCHE: Tranquila, señora Piñeiro, déjeme pensar… hay muchos caminos para lograr el éxito… sólo intentamos uno… que ciertamente no nos condujo a donde queríamos… pero ya se me van a ocurrir otros… usted, tranquila. CLAUDIA: ¿Tan complicado puede ser…? DR. LOCHE: Complicado… complicado… Trabajoso, diría yo… Nada es complicado en la justicia si uno sabe en qué juzgado caer, a quién llamar, qué botones apretar… Ya sé, un momento por favor… Marca otro número. Espera que lo atiendan con actitud canchera. DR. LOCHE: Mi señor juez Monzón, ¿cómo le anda yendo? Acá su más ferviente admirador, el doctor Loche… Todo muy bien, todo muy bien, gracias… Mire, acá estoy con una clienta que anda con un problema de restitución de apellido… Sí, estos turros de la Compañía de Electricidad la están volviendo loca… Loche se interrumpe por algo que escucha del otro lado del tubo. DR. LOCHE (al tubo, repite la pregunta que acaba de escuchar): ¿Cuál compañía de electricidad? (A Claudia.) ¿Cuál compañía de electricidad? CLAUDIA: Energer… DR. LOCHE (al tubo): Energer… Escucha, algo lo deja medio paralizado. Le hace un gestito de disculpa a Claudia, se levanta con el tubo y se aleja para hablar más tranquilo. DR. LOCHE: Ah, no sabía que usted asesoraba a Energer, señor juez… (Escucha.) No, no, ya sé que usted como juez no puede manejar clientes… entiendo perfectamente, lo asesora su gente, digamos… Loche sigue hablando, es evidente que está transando con el juez, pero cada tanto le sonríe a Claudia como si estuviera todo bien. Claudia se inquieta. Loche sigue transando. Finalmente cuelga, se queda un segundo como pensando qué le va a decir a Claudia y luego vuelve. DR. LOCHE (miente): Señora Piñeiro, me temo que no va a ser fácil. Energer suministra electricidad a todo el sistema judicial, que obviamente no paga su consumo hace meses… Ningún juez va a cargar con el peso de fallarles en contra, que les corten la luz, y dejar a la sociedad sin justicia… CLAUDIA: Yo ya estoy sin justicia… y parece que a nadie le importa… DR. LOCHE: Las personas no tienen la culpa, es el sistema que no les deja hacer otra cosa. Y cuando un sistema está corrupto… lo importante… es saber por dónde entrarle, encontrar el resquicio, la fisura… Déjeme pensar… repasemos su problema… si no me equivoco el apellido que figura en su factura de la compañía eléctrica no coincide con el apellido que figura en su documento de identidad… ¿Correcto? CLAUDIA: Correcto… DR. LOCHE: ¿Y esto le sucede sólo con la compañía eléctrica? CLAUDIA: No, después de lo de la heladera me estuve fijando en las otras facturas… en la de gas, donde va la eñe dejan el espacio en blanco. O sea que para ellos soy Pi eiro. En la de aguas, ponen un signo numeral… el que es dos rayitas cruzaditas con otras dos… (lo dibuja en el aire). DR. LOCHE: Numeral, correcto… CLAUDIA: Y en la de la tarjeta de crédito me ponen el signo pesos… DR. LOCHE: O sea que el problema no se circunscribe a la compañía de electricidad… CLAUDIA: No, lo que se circunscribe a la compañía de electricidad es que fueron ellos los que me quemaron la heladera… DR. LOCHE: Está bien, señora mía, pero hoy es la heladera quemada, mañana puede ser una fatal pérdida de gas, pasado mañana una inundación porque se rompió un caño de agua, y ni pensemos si se le extravía la tarjeta de crédito, y la encuentra justamente una señora que se llame Pi $ eiro… Hay que buscar una solución global para el problema de su apellido… Se para como si hubiera descubierto una idea genial, y vuelve con un tomo de los anales. Busca un fallo. En ese momento entra al despacho José Peralta, un hombre sencillo, joven, se lo ve humilde, con acento no muy definido de algún país limítrofe. PERALTA: Ah, perdón, doctor… no sabía que estaba con gente… yo venía a preguntarle si tenía alguna novedad para mí… DR. LOCHE: ¿Yo novedad para vos? ¿Yo estoy esperando novedades tuyas, Peralta? ¿Traés plata? PERALTA: No, doctor… si así no puedo trabajar… DR. LOCHE: ¿Y te conseguiste una novia, entonces…? PERALTA (se incomoda): No, yo ya le dije… yo… va a ser muy difícil que me case… DR. LOCHE: ¿Y un hijo para reconocer? PERALTA: Y eso menos, doctor… usted ya sabe… DR. LOCHE: Bue… andá… andá y volvé la semana que viene, entonces… mejor el mes que viene… porque no creo que antes tenga nada para vos… Y poné voluntad, Peralta… o un poco más de plata… lo que consigas… Peralta se queda mal, pero acepta sumiso. Claudia no entiende qué está pasando. PERALTA (a Claudia): Buenas tardes, señora, disculpe. CLAUDIA: Buenas tardes. Peralta sale, Claudia lo observa, Loche sigue buscando el fallo. Peralta se queda a un costado del escenario sentado en el borde como si fuera el cordón de la vereda. Se mantiene cabizbajo y meditabundo mientras la escena sigue con el abogado y Claudia. DR. LOCHE (revisando en distintas páginas): Estoy seguro de que fue en el 98, segurísimo… porque yo venía de Cancún y me estaba esperando un colega para consultarme por este caso… Acá está… Roberto Culo contra el Registro Nacional de las Personas… El señor Culo tenía el mismo problema de apellido que usted… CLAUDIA: Pero si “Culo” no lleva eñe… DR. LOCHE: No, él no tenía el problema con una letra, lo tenía con el apellido entero… ¿y cómo se soluciona eso?… Se pide a un juez amigo, no porque no sea legal sino para que las cosas salgan más rápido… que mande un oficio al Registro Nacional de las Personas donde autoriza al demandante, o sea usted, a realizar un cambio el apellido… Señora, hemos encontrado la solución a su problema… CLAUDIA: ¿Cambio de apellido…? DR. LOCHE: Y no se trata sólo de problemas administrativos. Tenemos que probar que ese apellido que le tocó en suerte, le ocasionó, le ocasiona o le ocasionará, traumas psicológicos, de la personalidad, de la autoestima… Juntamos las pruebas y el juez autoriza el cambio de apellido ipso facto… CLAUDIA: ¡Yo no quiero cambiarme el apellido ipso nada! ¡¿No era que el apellido es irrenunciable?! DR. LOCHE: Mientras que no haya que solucionar un problema ortográfico… usted al final quiere la chancha y los veinte… Si tanto problema trae esa eñe, sáquela, pero de todas partes… de su documento, de su partida de nacimiento, de los registros civiles, del Registro Nacional de las Personas…, de la faz de la tierra… CLAUDIA: Aunque lo saque de todas partes, mi padre se va a seguir llamando Juan Piñeiro… DR. LOCHE: ¿Vive? CLAUDIA: No… DR. LOCHE: Excelente… no que su padre no viva, por supuesto… excelente a los efectos meramente procesales… Usted para arriba en su árbol genealógico no tiene nada que viva, y para abajo sus hijos llevarán el apellido de su marido, así que si solucionamos su partida de nacimiento, solucionamos el problema entero… (tomando nota) ¿Qué le parece si ponemos Pineiro en todos lados? CLAUDIA (no enojada sino angustiada, indignada): De ninguna manera… DR. LOCHE: Bueno, fue una sugerencia, no creo que el juez tenga ningún problema en aceptar un Pérez, un López, no sé… ¿Benvenuto le gusta…? CLAUDIA: Dígame, doctor… ¿cuánto vale el nombre de las personas en este país? ¿Vale menos mi apellido que cambiar los teclados de la compañía de electricidad? ¿Vale menos que lo que usted pueda negociar con un juez corrupto? Dígame, Loche, la verdad, para ustedes vale menos que una puteada, ¿no? DR. LOCHE: Hoy por hoy, para usted su nombre vale una heladera… CLAUDIA: No confunda valor con precio… mi nombre vale mucho más que una heladera… así que usted, la compañía eléctrica, el juez, todos juntos de la mano… váyanse a la mismísima mierda… No camine demasiado, deben andar cerca… Buenas tardes… Se para y se va. Loche se la queda mirando como diciendo “qué mina loca”. Se apaga la luz. 7. LOCUTORA (off): Si sacaran la eñe del diccionario nos quedaríamos sin palabras como: otoño, compañero, compañera, compañía, enseñar, terruño, niños, mañana, cumpleaños, moños, muñeca, retoño, cariño, ñoño, hazañas, empeño, montaña, pequeño, añorar, soñar, sueños. 8. Se ilumina el escenario, un banco de plaza o un cordón de la vereda donde está sentado Peralta. Llega Claudia y lo ve. Se sienta junto a Peralta que recién ahí la ve a ella. CLAUDIA: Hola… PERALTA (se sorprende): Hola, señora… CLAUDIA: Dígame Peralta, ¿qué le pasó que necesita casarse? PERALTA: Yo no necesito casarme… yo necesito la nacionalidad para trabajar…, el documento necesito… ya le di un montón de papeles al doctor, y un montón de plata… Bah, para mí un montón de plata, porque él dice que le tengo que dar más… y me insiste con que lo mejor es que yo me case con una argentina, o que le reconozca un hijo argentino a alguien… Pero para mí no es fácil… CLAUDIA: Y sí, tomar la decisión de casarse no es fácil… formar una familia… las responsabilidades… PERALTA (la mira, pausa y luego habla): Soy gay… yo no me quiero casar… CLAUDIA: Ah… sí, lo entiendo… a mí me pasa algo parecido… PERALTA: ¿Es gay también? CLAUDIA: No, a mí me quemaron la heladera… PERALTA: Ah… Pausa, los dos como pensando en sus cosas. PERALTA: Aunque el doctor me diga que es mi única oportunidad… yo no quiero… CLAUDIA: Al doctor se le ocurre cada cosa… PERALTA: Porque él me dice que es una… ¿cómo le dice…? Una transacción… que yo obtengo mi beneficio, y la otra parte el suyo… Y yo casándome consigo la nacionalidad, ¿pero ella qué…? Yo marido no puedo ser… plata para ofrecer no tengo… no tengo casa, no tengo nada… lo que llevo puesto… y mi nombre, José Peralta… CLAUDIA: Tiene más que yo… (Se le enciende la lamparita.) ¿Peralta se llama usted? PERALTA: José Peralta para servirle, señora… (Peralta le da la mano, y ella la estrecha.) CLAUDIA (investiga): Peralta, con P… así sencillito… PERALTA: Sí, así como suena… CLAUDIA: Ni un mísero acento lleva… PERALTA: Yo creo que no… CLAUDIA: Fácil de escribir, ¿no? PERALTA: Para el que sabe… Lo mira a los ojos, le toma las manos. CLAUDIA: Peralta, ¿usted no se quisiera casar conmigo…? PERALTA: Señora, me toma de sorpresa… CLAUDIA: Yo le ayudo a conseguir la nacionalidad, y lo único que le pido a cambio es poner todos los servicios a su nombre… luz, gas, teléfono… PERALTA: ¿Y me voy a tener que hacer cargo de algo? Mire que no tengo un centavo… CLAUDIA: De ninguna manera, yo pago todo, hasta casa y comida le puedo dar si quiere… lo único que necesito de usted es que su apellido figure en las facturas… ¿Qué me dice? PERALTA: Y… si a usted le sirve… CLAUDIA: No sabe cuánto… Claudia Piñeiro me llamo… PERALTA: Ah, mire usted… yo tenía allá en mi pueblo un vecino que se llamaba Piñeiro… CLAUDIA: ¿Y cómo se lo escribían? PERALTA: Y yo no creo que se lo escribieran muy seguido porque allá, en la montaña, mucho nadie escribe, más bien nos llamamos… Hola, Peralta… Cómo andás, Piñeiro… Nos conocemos todos… CLAUDIA: Debe ser lindo ese pueblo… PERALTA: Muy lindo… pero poco trabajo… me tuve que ir… CLAUDIA: ¿Cuándo le viene bien celebrar la boda…? PERALTA: Yo cuando usted guste, señora… CLAUDIA (lo mira profundo a los ojos): Me ha hecho feliz, Peralta… PERALTA: Usted también, señora… CLAUDIA: No me llame señora… PERALTA: ¿Cómo le gustaría que la llame? CLAUDIA: Piñeiro… Llámeme Piñeiro… TELÓN Verona Personajes Adriana Gabriela Cruz Goyo Baño amplio de la casa de Amanda, una casa antigua que se mantiene con cierta dignidad aunque se le nota el paso del tiempo. Hay un gran espejo con repisa sobre la bacha, un inodoro, un bidet, una bañera de pie, un esquinero con puertas y cortinitas de puntilla. La luz es baja. Sobre la repisa descansa una cartera de strass llamativa. Llegan música y voces de la fiesta de cumpleaños 70 de Amanda. A lo largo de toda la obra distintos ruidos y música irán dando la idea de la evolución de la fiesta. Se abre la puerta y entra Adriana. Está apurada, agarrándose la nariz, que le sangra. Va directo a lavarse, se echa agua fría en la nuca, luego se limpia con la tolla, se mira al espejo, la hemorragia no paró pero disminuye. Se pone agua fría en la nuca otra vez. Respira lento y profundo para que la sangre de la nariz se vaya secando. Cuando siente que la sangre está controlada se limpia la cara con detalle, mira la toalla ensangrentada, y entonces se quiebra y empieza a llorar. Entra al cuarto de baño Gabriela como llevándose el mundo por delante. Adriana se incomoda pero, como está de espaldas, Gabriela no advierte el estado en que se encuentra. Va directo al inodoro. Adriana oculta aún más su cara. GABRIELA: Me meo, me meo, me meo… Adriana trata de recomponer su rostro. GABRIELA: ¡Veinticinco minutos por reloj que la tía Marta lleva metida en el toilette! ADRIANA (disimulando su estado): ¿Le pasa algo? GABRIELA: Que se comió la vida, le pasa… Le viene bien todo, dulce, salado, tinto, blanco. Es capaz de comerse un pedazo de torta antes de que mamá sople las velitas. Un día de estos revienta, te lo firmo. Se para y tira la cadena. GABRIELA: ¿Y sabés qué es lo peor de todo? Que si revienta, y no se muere, de la tía solterona nos vamos a tener que ocupar nosotras. PC(Se acerca a su hermana, la corre para lavarse las manos, ella se deja correr.PC) ADRIANA: Mamá no está en condiciones… GABRIELA: Justamente, la gorda nos cae seguro. Y si nos cae, nos aplasta. Pero como no es mi madre, ni la quiero, ni me cae simpática, por mí que vaya directo al geriátrico. Busca la toalla para secarse pero la tiene Adriana ensangrentada. Se la va a sacar de la mano, Adriana la retiene como que no sabe qué hacer, Gabriela ve la sangre. GABRIELA: ¿Y a vos qué te pasó? ADRIANA: Nada, me sangra la nariz… GABRIELA: ¿A esta altura de la vida? Pensé que era un tema superado… ADRIANA: Yo también, pero a veces… A falta de toalla Gabriela se seca las manos pasándoselas por el pelo. GABRIELA: “¡Mamá, mamá, Gabriela me pegó y me hizo sangrar la nariz!”. Era un asco, Adriana. ADRIANA: Es horrible. GABRIELA (sin esperar respuesta, ni sospecha que pueda ser cierto): ¿Y quién te “pegó” ahora? ADRIANA (casi para sí): Nadie… GABRIELA: Che, ¿no hay feo olor en este baño? Recorre el baño oliendo como buscando ese olor que le molesta. GABRIELA: “¡Mamá, mamá… Gabriela me pegó en la nariz!” ADRIANA (casi autómata): Es horrible. Gabriela sigue sin darse cuenta de lo que le está pasando a su hermana, baja la tapa del inodoro como sospechando que el feo olor viniera de ahí, y se sienta sobre la tapa. ADRIANA (empieza a sollozar): Horrible. GABRIELA (todavía no la escucha): ¡Y cómo llorabas! ¡Por Dios, qué mujer maricona fuiste siempre, Adriana! Muy maricona… Adriana, con la vista clavada en la toalla ensangrentada, rompe en llanto desconsolado. Gabriela no entiende nada. GABRIELA: ¡Eh, no fue para tanto! ¿O sí? ¿Qué dije yo? ¿“Maricona”, dije? Entra Cruz embalada sin darse tiempo de ver qué pasa dentro del baño. CRUZ: Chicas, ¿no me dejé por acá una carterita? Va directo a la repisa y agarra la carterita de strass. Sus hermanas están en lo suyo y no le prestan atención al tema de la cartera. Ella toma la cartera de la repisa. CRUZ: Acá estabas, guacha… Saca de adentro un cigarrillo y lo enciende, con un apuro y un placer desesperado. CRUZ: ¡Nadie fuma en esta familia! Gente rara. Cincuenta invitados y no hay uno que fume. De cáncer no se van a morir, pero de depresión… Las mira y se da cuenta del ambiente que se corta con cuchillo y de la cara llorosa de Adriana. CRUZ: Hablando de Roma… ¿O murió alguien? GABRIELA: Le sangró la nariz y le hice un chiste… malo, reconozco, pero no para tanto… CRUZ: Le pegaste, Gabi… GABRIELA: ¡Ay, Cruz, cómo le voy a pegar! CRUZ: A Adriana le sangraba la nariz cuando le pegaban. GABRIELA: ¡Le sangraba de nada! CRUZ: ¿Te traigo unos hielitos para la nuca, Achu? ADRIANA: Ya está, ya se cortó… Ya pasa… Aferrada a la toalla, llora otra vez. CRUZ (a Gabriela): ¿Pero qué le dijiste? GABRIELA: ¡Nada! Ni me acuerdo… ¿Qué le dije? “Maricona” le dije, ahí está, eso. ¿Te parece motivo para llorar así? ADRIANA: Este es el motivo… PC(Muestra la toalla ensangrentada.PC) CRUZ: Pero entonces, ¿te pegaron nomás? En la fiesta de cumpleaños de mamá, no lo puedo creer. ¿Quién te hizo sangrar así, Achu? ADRIANA: Raúl, en la cocina… GABRIELA: No, me estás jodiendo. ADRIANA (llora): No aguanto más. GABRIELA: ¿Pero Raúl, tu marido? CRUZ: ¡Ay, Gabi, qué Raúl va a ser! GABRIELA: No puede pegarte Raúl con esa cara de estúpido que tiene. CRUZ: ¡Gabi! PC(La mira como retándola por lo que dijo.PC) ¿Que no puede? ¿Sabés la cantidad de hombres con cara de idiota que les pegan a sus mujeres? A Adriana le empieza a sangrar otra vez la nariz. Sus hermanas la ayudan, la llevan otra vez a la bacha con la nuca hacia atrás. Las dos con un poco de asco. Cruz le echa agua fría en la nuca. Adriana respira. El sangrado se controla otra vez. CRUZ: En serio, Achu, ¿no querés que busque hielo? ADRIANA: No, no quiero que Raúl sepa que estoy acá… Se sienta en el bidet. Tira al piso la toalla ensangrentada. Las hermanas la acompañan y se ponen de cuclillas junto a ella. Cruz la abraza y trata de calmarla, es cariñosa. A Gabriela le cuesta más el contacto físico. Se ve a las tres muy juntas en una actitud fraternal y tierna. Se quedan así un rato. Del otro lado de la puerta golpea Goyo. El diálogo transcurre de un lado de la puerta al otro, sin abrirse. ADRIANA (preocupada, a sus hermanas): ¡Raúl! CRUZ (grita): ¡Ocupado! GOYO: ¿Cruz, sos vos? CRUZ: Ah, Goyito, sí, ¿qué pasa? GOYO: Que mamá no da más, quiere soplar las velitas y desapareció todo el mundo. Gabriela y Adriana no están por ninguna parte, Raúl se acaba de ir descompuesto… CRUZ (a sus hermanas): Cobarde… PC(A Goyo.PC) A Adriana le sangra la nariz, enseguida vamos… Goyo manotea la puerta como para entrar. GOYO: Uy, pobre. ¿Puedo pasar? LAS TRES: ¡Noooooooo! Gabriela se apura y va a la puerta a pararlo. No hace falta, él la cierra en cuanto escucha el grito. De todos modos, Gabriela le da una vuelta de llave. GOYO: ¿Les traigo hielo? GABRIELA: No hace falta, tenemos todo controlado, en unos minutos estamos allá. GOYO: Hay mucha expectativa, mamá quiere anunciar algo. GABRIELA (a sus hermanas): Mamá y sus anuncios… ¿qué puede anunciar mamá? Algunos de sus proyectos que nunca lleva a cabo… ADRIANA: Dejala que sueñe, ¿qué te molesta? GABRIELA: No me molesta, me aburre… CRUZ (a Goyo): Enseguida vamos y soplamos las velitas. GOYO: Está temblando mucho, no sé si va a poder… GABRIELA (a Goyo): Decile que se tome otro Madopar, así tira un rato más… ADRIANA (a Goyo): ¡No, que no tome, Goyo! PC(A Gabriela.PC) ¿Cómo va a aumentar la medicación así porque sí? Ustedes no tienen idea. PC(A Goyo.PC) Decile que se quede tranquila, que se recueste un poco. PC(Mira el reloj.PC) Para la próxima dosis falta una hora. GABRIELA (a Adriana): Pero se van a hacer las tantas de la noche. Mis chicos se van a quedar dormidos. GOYO (no escuchó lo anterior): Mirá que los chicos de Gabi están casi dormidos. Che, me quedo preocupado, ¿estás bien, Achu? Dale, ¿no puedo entrar? LAS TRES: ¡Noooo! GOYO: Okey, okey. Ah, le donne! Fate presto, per favore. Goyo se va. GABRIELA (como imitándolo): Ah, le donne! Qué raro volvió este chico de Italia. CRUZ: Volvió de Italia hablando italiano, no me parece tan raro… GABRIELA (duda): Umm… PC(A Adriana.PC) ¿Y qué pensás hacer? CRUZ: ¿Cómo qué piensa hacer? Separarse. GABRIELA: No seas tan terminante. ¿Vos te creés que en la vida es todo blanco o negro? CRUZ: ¿Qué otra cosa se puede hacer cuando el tipo que duerme en tu cama te pega? GABRIELA: No sé, querida, mandarlo a dormir a otro cuarto, por ejemplo… ¿Es la primera vez que te pega? Adriana duda, algo rara, y no llega nunca a contestar porque las otras siguen embaladas con su pelea dialéctica. CRUZ: ¿Pero qué importa si es la primera vez? GABRIELA: Importa que una de las cosas que hace funcionar un matrimonio es el perdón, y no es lo mismo perdonar una vez, que cinco, cien, doscientos cincuenta y ocho mil. Qué decir, en años de matrimonios pasa mucha agua bajo el puente… CRUZ: No estoy de acuerdo. GABRIELA: Tampoco estás casada. CRUZ: Jamás aceptaría estar al lado de un hombre que me pegue. GABRIELA: Jamás aceptaría llegar a los cuarenta y estar soltera y sin hijos. ADRIANA: ¡Basta! Termínenla… ¡Al final lo que me pasa a mí no les importa un cuerno! ¡Lo único que les importa es demostrar quién tiene razón! Las dos se quedan, les cuesta contenerse pero lo hacen, con esfuerzo. Pausa. CRUZ: Hay feo olor en este baño, ¿no? ADRIANA: Sí… Cruz va y tira la cadena. GABRIELA: Yo ya la tiré. ADRIANA: Hoy a la tarde fui al banco a pagar el teléfono y me encontré con Roberto Almada. GABRIELA: ¿En serio? Debe hacer veinte años que no lo veo. Más, desde que cortó con vos yo creo… ¿Y cómo está? ¿Lindo? Era lindo Roberto. ADRIANA: Está como siempre, más canoso, más arrugado, pero como siempre. GABRIELA (se toca el dedo anular): ¿Dedo podrido o se lo podemos presentar a Cruz? CRUZ: No seas ridícula, ¿qué tengo que ver yo con Roberto Almada? GABRIELA: Bueno, perdón, quise hacer un aporte, de onda, para hacer las paces. Soltero, lindo, frecuenta el banco… debe tener cuenta. ADRIANA: Me invitó a tomar un café, fuimos al bar de la esquina del banco, imaginate, ¿qué cosa rara puedo hacer yo ahí si pasa medio barrio y te ve? CRUZ: No te justifiques, vos podés tomar un café donde quieras y con quien quieras, Achu. ADRIANA: Raúl no piensa lo mismo, le conté, y se puso loco, delante del tío Pepe… CRUZ: ¿Y el tío qué hizo? ADRIANA: Nada, se hizo el distraído y se fue para otro lado. CRUZ: No te digo que esta familia es rara. GABRIELA: Bueno, qué querés, es difícil meterse en los actos privados de un matrimonio. CRUZ: No son los actos privados de un matrimonio, es un acto de violencia pública. GABRIELA: Ahora, decime, ¿no? ¿Hacía falta que le contaras? ADRIANA: No sé, me preguntó, y le conté. A lo mejor fue mi culpa. CRUZ: No, no, qué culpa ni culpa… Nada de culpa. Y que te quede claro, aunque te hubieras encamado en un hotel alojamiento de la ruta con el carnicero de la esquina, tampoco te puede pegar. GABRIELA: Si te encamás con el carnicero no se lo cuentes, haceme caso. CRUZ: No hay motivo por el cual un tipo pueda levantarte la mano. GABRIELA: Vos tenés muy poca paciencia, Cruz. El matrimonio se sostiene fundamentalmente con paciencia… Paciencia, perdón y vista gorda. CRUZ: Si es así, me moriré soltera. GABRIELA: Eso se ve venir. ADRIANA: Me voy a separar. CRUZ: Me parece muy bien, tenés todo mi apoyo. GABRIELA: Me parece apresurado. ADRIANA: Yo también creo que hay que tener paciencia. Pero, no aguanto más. CRUZ: Es que no tenés que aguantar ni un minuto más. Yo tengo un abogado muy bueno para recomendarte, porque en estos casos te tenés que manejar muy bien. GABRIELA: Sí, ves, eso es verdad. Porque yo no me voy a meter en tu decisión, a mí en la pareja de los otros nunca me gustó meterme. Pero si la decisión está tomada, acordate lo que le pasó a Chichita que Gordo la dejó prácticamente en la calle. ADRIANA: No, ya lo sé, y Raúl es un tipo muy calculador. Y muy tacaño. Los chicos son mayores de edad, no me va a querer pasar un peso. GABRIELA: Raúl… con esa cara… ADRIANA: Antes de separarme tengo que tener todo bien abrochado. CRUZ: Sí, y eso lleva tiempo, juntar papeles, testigos, vas a tener que tener cuidado. ADRIANA: Mañana mismo cambio la cerradura. CRUZ: No, pará Achu, si no tenés las cosas bien armadas puede ser una imprudencia. ADRIANA: Hace seis meses que vengo armando todo. Las toma por sorpresa. GABRIELA: Seis meses… CRUZ: ¿Cómo aguantaste tanto tiempo al lado de un tipo que te pega? ADRIANA: No, pegarme, pegarme… no me venía pegando… GABRIELA: Lo que dije yo, hoy fue la primera vez. ADRIANA: Más o menos eso. CRUZ: Te venía psicopateando y hoy llegó al cachetazo. ADRIANA: Me venía… no sé si la palabra es psicopateando, yo de esas cosas técnicas de la psicología mucho no entiendo. Básicamente me venía rompiendo las pelotas. CRUZ: Y hoy te pegó. ADRIANA: Eh… algo así… CRUZ: ¿Qué es algo así? ¿Te pegó o no te pegó? ADRIANA: En realidad sí… Las dos se quedan mirándola esperando que sea más clara. ADRIANA: Que no fue una cosa, pum me pegó… Fue a agarrar una copa del mueble que mamá tiene en la cocina, el que era de la abuela, que no está muy bien ubicado y siempre jode un poco en esa cocina angosta… GABRIELA: Conocemos el mueble. ¿Y? ADRIANA: Y yo le venía contando lo de Roberto Almada, del banco y el café. Lo seguía como de atrás. Él estaba enojado, movía mucho las manos, medio torpe como es Raúl, yo me crucé por delante y me golpeó con la copa la nariz… CRUZ: Te dio un copazo. ADRIANA: Con la copa, acá. PC(Le señala dónde.PC) Sin querer. Pero me sangró la nariz a lo loco, ustedes lo vieron… GABRIELA: ¡No te decía yo! “¡Mamá, mamá, Raúl me pegó y me sangra la nariz!”. ADRIANA: ¡Pero me sangró! Y me quiero separar. GABRIELA: ¡Sí, pero uno no separa porque le sangra la nariz, seamos un poco serias por el amor de Dios! Pausa. Cada una se toma un tiempo para ver qué opinar, cómo seguir. Cruz se sienta en el inodoro y hace pis. CRUZ (desde el inodoro): La verdad es que no sé qué decir. Por qué motivo uno se separa o se deja de separar es asunto de cada uno. GABRIELA: Yo el tema de la sangre, sobre todo en el juicio de divorcio, ni lo mencionaría. ADRIANA: Me enamoré de otro. Otra vez las sorprende. CRUZ: Eso ya es otra cosa. GABRIELA: Roberto Almada. ADRIANA: No, el abogado que me está ayudando con la separación. Estamos juntando facturas, evidencias de gastos, resúmenes de tarjetas y todo eso. Me está haciendo comprar cosas importantes, DVD, una heladera doble puerta, para aumentar los gastos, ¿no? Y me guarda todo en su casa. Yo no entiendo nada, pero él es una fiera. Sus hermanas la miran con intención y la incomodan. CRUZ: ¿Y de dónde salió la fiera? ADRIANA: Lo conocí en el bingo y fue amor a primera vista… CRUZ: En el bingo. ¿Y cuándo vas vos al bingo? ADRIANA: Todas las tardes, cuando mamá duerme la siesta. CRUZ: Escuchame, Adriana, ¿además del DVD y la heladera doble puerta pusiste mucho más en lo de ese abogado? GABRIELA: Pobre Raúl, cómo lo engrampaste. Vuelve Goyo del otro lado de la puerta siempre cerrada. GOYO: ¿Y chicas? ¿Falta mucho? Ya no sé cómo contener a mamá. GABRIELA (a Goyo): Esforzate, amor. Hace diez años que no la ves, deben tener mucho de que hablar. GOYO: Gabi, tu marido y los chicos duermen en un sillón. GABRIELA (a sus hermanas): Típico. GOYO: Si no pueden salir, déjenme entrar, necesito contarles algo. Manotea la puerta. LAS TRES: ¡No! CRUZ: ¡Goyo, parecés un chico! GOYO: Ustedes me tratan como un chico. ¿Acaso no siguen diciendo “mi hermanito” cuando hablan de mí? Dale, ¿de qué me puedo asustar? ADRIANA: Goyo, tengo la cara mal, no quiero que me veas así, enseguida me arreglo un poco y salgo. GOYO: Okey, okey, como prefieras. Mamá no para de temblar, ¿puedo hacer algo? GABRIELA (a Goyo): Sujetala… y sacale la copa de la mano que va a salpicar a todo el mundo… PC(A las hermanas.PC) Qué deprimente. ¿Alguna averiguó si esto del Parkinson es hereditario? GOYO: No escucho, ¿le doy algo? ADRIANA: Nada, Goyo, todavía no se le puede dar nada. Hay que tenerle paciencia. CRUZ: Como al matrimonio. GOYO: ¿Como al qué…? GABRIELA: Chau, Goyito, andá a disfrutar de la fiesta un poco, mirá que linda música están pasando… GOYO: Bueno, apuren que yo también estoy ansioso. Fato presto, ¿sí? GABRIELA: Presto prestissimo, caro! Goyo se va. GABRIELA: Vos sabés que este chico yo creo que le va a terminar dando un disgusto a mamá… ADRIANA: ¿De qué tipo? GABRIELA: De un tipo, justamente, ¿no lo notan como muy amanerado? CRUZ: Ay, no seas jodida. Goyo es divino, sensible, educado… GABRIELA: Educado te lo tomo. ¿Pero por qué otro motivo sería sensible y divino? Mirá Raúl, mirá mi marido. ADRIANA: No seas mal pensada, Goyito siempre fue así. CRUZ: Y en todo caso problema de él. GABRIELA: Y nuestro, porque en cuanto se entere mamá, no va a haber Madopar que alcance. ADRIANA: ¿Pero ustedes se creen que el Madopar es una aspirina que a uno le duele mucho la cabeza toma dos, le duele poco toma media? Van a tener que preocuparse por aprender qué toma mamá, a qué hora, cuándo tiene que ir al médico… GABRIELA: No, yo de verdad reconozco que soy una bestia, pero la cosa de los médicos me da rechazo, me baja la presión. Como la sangre. Por suerte a vos te gusta. ADRIANA: ¿Quién te dijo que a mí me gusta? CRUZ: No, obvio que gustarle no le puede gustar a nadie. Yo, Achu, te agradezco infinitamente que te ocupes. Y de mil amores colaboraría, pero saben que trabajo como una descosida todo el día. Por suerte vos tenés tiempo. GABRIELA: Por suerte estás vos, Achu. ADRIANA: Pero es que no voy a estar más. GABRIELA: ¿Cómo que no vas a estar más? ADRIANA: Me estoy separando. CRUZ: Disculpame, no, ¿pero eso qué tiene que ver? ADRIANA: Que mi rutina va a cambiar. GABRIELA: Pero la de mamá no. ADRIANA: Por eso, tenemos que ver cómo repartimos la carga. GABRIELA: ¡Ah, ahora nos venimos a enterar que para vos mamá es una carga! ADRIANA: No, yo no dije que mamá fuera una carga, dije que nos tenemos que repartir. CRUZ: La carga, Adriana, la verdad dijiste la carga, y eso sonó muy feo, mamá no se lo merece. ADRIANA: Bueno, no sé cómo sonó, pero en definitiva, yo me voy a tener que ocupar de mi nueva relación, y más importante que eso todavía es que voy a tener que empezar a trabajar, voy a tener horarios que cumplir. GABRIELA: Bueno, bueno, tiempo al tiempo, si es por eso preocupémonos cuando encuentres trabajo, en este país. ADRIANA: Yo ya tengo trabajo, voy a trabajar en el estudio de Luis. GABRIELA: ¿Quién es Luis? ADRIANA: El abogado que me está llevando la separación. CRUZ: El chanta del bingo. GABRIELA: ¡La fiera! ¡Pobre Raúl! ADRIANA: Ustedes mismas me dijeron que antes de separarse hay que tener la cosa abrochada. GABRIELA: La “cosa”, no a tus hermanas. ¡Nos abrochaste a nosotras, Adriana! ADRIANA: Pero… CRUZ: Yo trabajo todo el día. GABRIELA: ¡Yo tengo cinco hijos! Y todos en edad escolar. ¿Cómo hago? Entre el pool, la tarea, las reuniones del colegio. Mirá si me atraso y mamá queda temblando horas y horas… ¿A vos te gustaría eso? ADRIANA: Entonces pongamos a alguien que la cuide. CRUZ: Mamá no dejaría que nadie que no fuera de la familia entrara en esta casa. ADRIANA: Pero mamá no puede estar tanto tiempo sola, si no deja entrar a nadie va a terminar en un geriátrico… GABRIELA: ¿Mamá en un geriátrico? ¿Vos te escuchás lo que estás diciendo? Mamá, con todas las cosas que hizo por nosotras y vos salís con eso… ¿Sabés lo que diría el resto de la familia si la metemos en un geriátrico? ADRIANA: Yo no digo que haya que meterla en un geriátrico, pero si no encontramos otra solución… CRUZ: Lo estás diciendo, Achu. GABRIELA: A vos te llenó la cabeza el abogado ese del bingo, ¿no? ADRIANA: No lo metás a Luis en esto. CRUZ: No, sí hay que meterlo, porque teníamos toda la vida organizada y de un día para otro es él el que se mete en tu vida y de rebote la ligamos nosotras. Viene otra vez Goyo. Golpea la puerta. GOYO (correcto pero más firme que las otras veces): Chicas, ¿puedo pasar? Necesito hablarles. LAS TRES: ¡¡¡Noooo!!! GABRIELA: Basta, Goyo, estamos resolviendo un problema muy importante y en cuanto terminemos te avisamos. GOYO: ¿Tanto le sangra la nariz a Achu? GABRIELA: No te pongas pesado, sos grande, Goyo. Vamos, andá, andá… Es otro tipo de problema. GOYO: ¿Y no las puedo ayudar? No me dejen afuera. ADRIANA: Es cosa de mujeres, esto no tiene nada que ver con vos. GOYO: Todo lo de ustedes tiene que ver conmigo. GABRIELA (a Cruz): Es, te digo que es. CRUZ: Goyo, cortala. Ya vamos. GOYO: Okey, es una pena que me subestimen. Ah, le donne! GABRIELA: Pobre mamá, cuántos disgustos juntos. Goyo se va. Las tres en silencio, medio incómodas. Cruz busca otra vez con la nariz el origen de ese olor feo. Se para y va hacia el esquinero, busca algo que no encuentra. ADRIANA: ¿Qué buscás? CRUZ: Un desodorante de ambiente. ADRIANA: Ayer compré, en el último estante fijate. Lo agarra y empieza a esparcir. CRUZ: Hay un olor horrible. ADRIANA: Es la cañería, ningún plomero le encuentra la vuelta, como si hubiera algo podrido. GABRIELA: Y debe haber algo podrido nomás. PC(A Cruz.PC) ¡Cortala con el desodorante que huele peor que los caños! ADRIANA: Habría que cambiar toda la cañería de una vez por todas. GABRIELA: ¿A esta altura de la vida romper la casa de mamá por un poco de olor? PC(Calculando.PC) Mamá cumple setenta, se casó a los veinte: cincuenta años aguantaron esos caños. Más que nosotras. PC(Pausa.PC) Decime, ¿qué horario vas a hacer en ese estudio? Porque a lo mejor el tiempo te da… ADRIANA: El estudio es en Florencio Varela… GABRIELA: Bueno que lo mude más cerca, tampoco es cuestión de hacérsela tan fácil. CRUZ: Yo alguna que otra noche podría, pero soy capaz de darle dos veces la medicación, de cambiarle una pastilla por otra, vivo muy estresada. Pero si lo tengo que hacer… Empieza a escuchar de fondo un “Cumpleaños feliz” a capela, pero ellas no lo registran. GABRIELA: Yo vería si algún día de la semana me acomodo, pero los chicos son esponjas, te absorben. En vacaciones es otra cosa, podría agregar un par de horas más… ADRIANA: Es que no alcanza. Ustedes no tienen ni idea de la enfermedad de mamá. La llaman cada tanto, la visitan en las fiestas y se creen que con eso ya está. Se puede caer, puede ser que quede trabada y no se pueda levantar de la cama, qué sé yo… Mamá necesita a alguien cerca todos los días… Como venía yo… GABRIELA: Vos sos muy sufrida. ADRIANA: Sí, yo me la pasaba más acá que en mi casa. GABRIELA: Y vas a extrañar. ADRIANA: En mi casa antes estaba Raúl y ahora no va a estar más. Y tengo novio. CRUZ: ¿Y si le pedimos a la tía Marta? ADRIANA: Se van a terminar matando. Mamá no soporta que le toques la heladera. GABRIELA: Bueno, también va a tener que poner un poco de voluntad… Yo no sé por qué le aceptamos tanto capricho a mamá toda la vida… ADRIANA: Porque no la soportabas vos. GABRIELA: No seas jodidita, carita de nada. Andá ahora a decir que yo fui la que te pegó y te hizo sangrar la nariz, vamos a ver quién te cree. CRUZ: Estamos complicadas. GABRIELA: ¿Vos estás segura de que el tema este de Raúl no tiene vuelta atrás? ADRIANA: Segura. GABRIELA (a Cruz): Yo tengo un matrimonio maravilloso, pero ¿y si te lo enganchás vos a Raúl y largás el laburo ese que tanto te estresa? Cruz la mira con cara de culo. GABRIELA: Un chiste, che, para distender. Cruz enciende otro cigarrillo que saca de su cartera. Adriana mira atenta la carterita de strass. ADRIANA: ¿Esa carterita no era de mamá? CRUZ: Sí, le acorté la manija y le cambié el cierre. Quedó mona, ¿no? ADRIANA: ¿Y por qué la tenés vos? CRUZ: Me la dio. ADRIANA: ¿Por qué a vos? CRUZ: Se la pedí, un día que vine a visitarla. ADRIANA: No venís nunca pero cuando venís te vas con premio. CRUZ: Mamá no la usaba más. ADRIANA: Pero era de mamá, y si era de mamá era de todas. GABRIELA: No se olviden de Goyo, que en una de esas la reclama. CRUZ: No sean jodidas, es una cartera de mierda. GABRIELA: ¿No era mona? Otra vez Goyo del otro lado de la puerta. GOYO: Chicas, tenemos que hablar. GABRIELA (a sus hermanas): ¡Ay, qué pesado este pibe! Más denso que ninguno de mis hijos, te juro. ADRIANA (a sus hermanas): Lo malcriamos demasiado toda la vida, como a mamá. GOYO: Mamá sopló las velitas. Las tres se quedan. CRUZ: ¡¿Pero cómo no nos esperó?! GOYO: Las esperó, pero se caía, pobre. Sopló, pidió tres deseos, les dijo a todos lo que les tenía que decir y se fue a acostar. Necesito que ustedes también lo sepan. GABRIELA (a sus hermanas): Mamá haciendo planes y anuncios y ni se imagina que está con un pie en el geriátrico… GOYO: ¿Me abren? LAS TRES (ya casi caprichosas): ¡No! GOYO (cansado pero firme): Bueno, entonces se los digo a través de la puerta, porque es la una de la mañana y yo también me voy a dormir. CRUZ: Okey, decilo… GOYO: Mamá se viene a Verona conmigo. Las tres se sorprenden. GOYO: Está todo arreglado, tengo los pasajes, mañana vamos a hacerle el pasaporte. GABRIELA: ¿Por cuánto tiempo? GOYO: A vivir. Se viene a vivir conmigo. Ahí sí se sorprenden de verdad. LAS TRES: ¿Qué? GOYO: Yo escribo en casa, estoy todo el día, quédense tranquilas que la voy a cuidar muy bien. Adriana va y abre la puerta. Las otras dos se acercan. Quedan frente a él pero no lo hacen pasar. ADRIANA: Es una broma, ¿no? GOYO: No, Achu. Estoy feliz. GABRIELA: ¿Te vas a llevar a nuestra mamá? GOYO: Bueno, también es mi mamá. CRUZ: ¿Y ella qué dice? GOYO: ¡Está tan contenta! No les queríamos contar hasta estar cien por ciento seguros, pero lo venimos armando desde hace seis meses. GABRIELA: Debe ser genético. ADRIANA: Yo siempre lo supe: vos eras su preferido nomás. GOYO: Ay, no seas tonta, Achu, mamá nunca hizo diferencias. CRUZ: Las está haciendo ahora. ¿No le importa que no va a saber más de nosotras? GOYO: No sean apocalípticas. Estamos en el siglo XXI, hay aviones, teléfono, mail. ADRIANA: Yo la cuidé toda la vida, no me vengas a conformar con un mail. GABRIELA: ¿Y con el Parkinson qué vas a hacer? ¿Vos sabés qué tiene que tomar, cuándo, qué dosis? Porque nosotras no te vamos a permitir un descuido. GOYO: Mamá le pidió un informe por escrito a su médico. ADRIANA: Zorra… ¿Cuándo, si siempre va conmigo? GOYO: No sé, ni idea, pero me lo mostró. Y allá hay médicos también, no vivo en el culismundi, vivo en Italia. CRUZ: En Verona, que suena muy lindo, pero tengo entendido que es una mierdita. ¿Qué puede hacer mamá todo el día en Verona? GOYO: Bueno, ya veremos, por lo pronto tocarle la teta a Julieta. CRUZ: Perdón… GOYO: Todo el que va por primera vez a Verona busca la estatua de Julieta, le toca la teta y pide un deseo. GABRIELA: ¿Julieta, la de Romeo y Julieta? CRUZ: Shakespeare. GOYO: Sí, una estatua de metal. Una pavada, pero una pavada linda. Es como ir a Roma y tirar una moneda en la Fontana di Trevi. GABRIELA: ¡Dejame de joder, cómo me venís a comparar la Fontana di Trevi con una teta metálica! GOYO: Bueno, yo estoy muy contento y convencido de lo que estoy haciendo. Y mamá también está convencida, que es lo importante. Entiendo que ustedes no lo estén, porque mamá es un ser muy especial y la van a extrañar. Pero bueno, me toca un poco a mí. ADRIANA: No lo puedo creer. Qué ciega estuve todo este tiempo, aguantándome verla temblar como una hoja. GABRIELA: Resultó peor que la tía Marta. CRUZ (le da su cartera a Adriana): Tomá, no la quiero más. Goyo se pone a oler desde el vano de la puerta, parecería que intenta entrar pero las tres se acomodan cerrándole el paso en forma evidente. Él se detiene, no se muestra ofendido ni mucho menos y sigue buscando ese olor en el aire desde ahí. Finalmente parece encontrarlo. GOYO: Ven, esto es lo que más extraño estando lejos, el olor de esta casa. Ese olor que hay en todos los ambientes… Olor a mujer… Donne! Un instante que las tres se quedan mudas frente a su sonrisa ingenua y luego Adriana le cierra la puerta en la cara con un golpe lento pero firme. Goyo se queda frente al portazo, y luego se va resignado y un poco harto. Adriana va al inodoro y hace pis. Gabriela se sienta en el bidet. Cruz en el suelo en medio de ambas. Se las ve abatidas, las tres mirando hacia el público. Hablan casi sin mirarse entre ellas. CRUZ (estira la mano hacia Adriana): Devolveme esa cartera, que al final la que le cambió el cierre fui yo. Enciende otro cigarrillo y fuma. Adriana tira la cadena. GABRIELA: Olor a mujer, qué desfachatado. Reconozco que me equivoqué, no es gay, muy turro para gay… ADRIANA: Y nosotras preocupadas por qué iba a ser de la vida de la pobre mamá, mientras ella ya tenía todo resuelto… CRUZ: Resuelto y sin nosotras en sus planes. GABRIELA: Ojalá nunca le haga algo así a mis hijas. ADRIANA: Por suerte no tuve hijas mujeres. CRUZ: Por suerte no tuve hijos. Pausa. Las tres pensando. GABRIELA: Che, ¿a alguna le interesa el mueble ese de la cocina, el que le entorpecía el paso a Raúl? CRUZ: No. ADRIANA: Para nada. GABRIELA: Porque a mí me vendría bien para el quincho. Pausa. ADRIANA: A mí lo único que me interesa es llevarme alguna cosita de oro, de esas que mamá tiene guardadas en su alhajero. PC(A Cruz.PC) ¿O vos ya te llevaste todo? CRUZ: No, yo nada. PC(Pausa.PC) Me parece que un día me llevé un par de aritos para un casamiento y no estoy segura de si se los devolví. ADRIANA: ¿Los larguitos, con el brillantito en la punta? CRUZ: No, los cortos, que tienen como unas piedritas rojas, parecían rubíes. ADRIANA: Son rubíes. CRUZ: Esos. Pausa. CRUZ: Los larguitos creo que también los tengo yo. Pausa. GABRIELA: El mueble de la cocina y después por mí que se lleve todo a Verona. CRUZ: Todo, no quiero nada de mamá. ADRIANA: Entonces el televisor nuevo me lo llevo yo. GABRIELA: Bueno, después vemos bien qué deja y qué no, ¿sí? ADRIANA: Los aros se los puede llevar a Verona, pero el televisor no creo. GABRIELA: ¿Será cierto eso de la teta de Julieta? CRUZ: ¡Ay, por favor! ¡Qué va a ser cierto! Pero los italianos son tan lindos… ADRIANA: A mí me gustaría conocer Verona, aunque vos digas que es una mierdita. CRUZ: Yo no tengo ni idea, lo dije porque estaba enojada con Goyo. ADRIANA: Yo creo que tenemos que ir, porque vamos a querer ver a mamá, ¿o no? En unos días este rencor se nos va a pasar. CRUZ: Obvio. Yo no soy de guardar rencores… GABRIELA: Te digo más, tenemos “el derecho” a ir. Y Goyo nos tendría que ayudar con los pasajes. Porque en definitiva la culpa de toda esta complicación familiar intercontinental la tiene él. ADRIANA: Sin dudas que nos tiene que ayudar con el pasaje. CRUZ: Y nos tiene que dar alojamiento. En su departamento, en un hotel, donde sea. GABRIELA: Totalmente. Pausa. ADRIANA: ¡Qué lindo las tres en Europa, ¿no?! CRUZ: Muy lindo. ADRIANA: Yo no conozco Europa. GABRIELA: Yo tengo el pasaporte vencido. CRUZ: Parece que se hubiera ido ese olor. GABRIELA: O se fue, o nos acostumbramos. ADRIANA: Sí, uno se acostumbra. Pausa. GABRIELA: Achu, si nadie te pegó, ¿por qué llorabas tanto? ADRIANA: Siempre que me sangra la nariz lloro, me da impresión mi sangre. La toalla ensangrentada me da impresión. Adriana señala la toalla ensangrentada que quedó tirada en el piso junto a ella. Se queda con la vista clavada allí y otra vez se le empiezan a llenar los ojos de lágrimas. Cruz se da cuenta y enseguida se estira hacia donde quedó la toalla y la lanza con cierta violencia dentro de la bañera. Adriana se recompone rápidamente. ADRIANA: Gracias. Pausa. GABRIELA: ¿Alguien tiene idea de qué clima hay en Verona? TELÓN Morite, Gordo Personajes Oficial Andrade Gordo Madre de Gordo Hermana de Julieta Madrastra (Sonia Kerchunov) Mucama (Juanita) Amiga de Gordo Amiga de Julieta Julieta 1. Comisaría de algún barrio de Buenos Aires, escritorio y celda conjunta. La puerta de la celda está abierta. Gordo sentado en el piso de la celda, la oficial Andrade con un manojo de llaves en la mano parada junto a la puerta. OFICIAL ANDRADE: ¿Sabe qué? Váyase. GORDO: Ahora querés que me vaya… OFICIAL ANDRADE: Sí. GORDO: No me vas a ayudar, entonces… OFICIAL ANDRADE: No voy a levantar cargos… GORDO: ¿Y eso por qué? OFICIAL ANDRADE: Porque me quedé sin tinta en la máquina de escribir… Pausa tensa. OFICIAL ANDRADE: Le dije que se vaya… párese, vamos… vamos… GORDO: ¿Y si no quiero? OFICIAL ANDRADE: Mire… yo que usted aprovecho el faltante y me las tomo… GORDO: ¿Qué faltante? OFICIAL ANDRADE: El faltante de tinta… usted es un hombre de suerte… no escupa al cielo. Gordo duda. Ella mira al cielo y le hace un gesto a él para que lo mire, ambos miran el cielo. Pausa. Gordo se para. GORDO: Okey… no voy a escupir su cielo (busca el nombre de ella)… ¿cómo era tu nombre…? OFICIAL ANDRADE: Su nombre… GORDO: Lo tenés en el documento… pero me podés decir Gordo… ya te dije que todas… OFICIAL ANDRADE: Su nombre no, mi nombre, no me tutee… GORDO: Como quieras… OFICIAL ANDRADE: Quiera… GORDO: Quiero… OFICIAL ANDRADE: Váyase. Pasa por al lado de ella, casi la roza. Ella le entrega la billetera, el celular, el reloj, un cinturón y unas llaves. GORDO: Eras mi última esperanza… mañana a esta hora voy a ser un hombre muerto… OFICIAL ANDRADE: Hombre casado, dirá… GORDO: ¿Y yo qué dije? OFICIAL ANDRADE: “Muerto…” GORDO: Mirá vos…, ¿no te parece una pena? OFICIAL ANDRADE: ¿Qué? GORDO: Que esto que tenés delante se convierta en un hombre muerto. Ella no contesta. Cabecea señalando la puerta. GORDO: Te va a dar culpa… saber que me pudiste salvar y no lo hiciste. OFICIAL ANDRADE: Vamos, vamos, que salgo a conseguir tinta y se terminó… GORDO: Chau, linda… OFICIAL ANDRADE: Oficial Andrade. GORDO: Linda, la oficial Andrade. Una pena… Gordo se va. Ella se queda mirándolo ir. OFICIAL ANDRADE: Una pena, Gordo… 2. Una calle oscura, Gordo camina, saca un cigarrillo, lo enciende y fuma. Al tirar el humo se queda mirando el cielo. GORDO: Un hombre de suerte… Gordo reanuda la marcha. VOZ DE MUJER (off): ¡Gordo! Gordo se detiene y gira para ver quién lo llama, se sonríe conoce a esa mujer. Sobre fondo negro, disparo de arma de fuego. 3. Casa de Gordo, la madre va y viene metiendo cosas en la cartera, está por salir y no encuentra algo. Suena el timbre. MADRE DE GORDO: Vaaaaaa…. Juanita, ¿podés ver si es el remís, please? (Se retoca el rouge en un espejo. Suena el timbre otra vez.) MADRE DE GORDO: My God… Va, va, y va… ¿Quién es que llama? OFICIAL ANDRADE: De la comisaría… MADRE DE GORDO: Sí, sí, yo pedí el remís… Juanita, me voy… llegaron de la remisería… Se acerca a la puerta y la abre. Entra la oficial Andrade. MADRE DE GORDO: On y va… es tarde… OFICIAL ANDRADE: Buenos días, señora, me temo que tengo que darle una mala noticia… MADRE DE GORDO: No tiene coche… ay, no me diga… yo tengo que estar en veinte minutos en Callao y Pacheco de Melo… ¡Juanita! OFICIAL ANDRADE: Señora, creo que hay una confusión… Soy la oficial Andrade de la Comisaría 333… MADRE DE GORDO: Comisaría… OFICIAL ANDRADE: Sí, señora y me temo que las noticias que traigo no son buenas… MADRE DE GORDO: Ay, no, no, no… no estoy en condiciones de recibir malas noticias hoy… míreme la piel… me viene con malas noticias y me mata… OFICIAL ANDRADE: Quiere llamar a alguien… MADRE DE GORDO: ¿Alguien como quién dice usted? OFICIAL ANDRADE: Alguien para que la acompañe… alguien que esté acá en la casa… MADRE DE GORDO: No, si estoy sola… OFICIAL ANDRADE: ¿Y Juanita? MADRE DE GORDO: ¿Juanita? OFICIAL ANDRADE (le imita el grito que acaba de escuchar): ¡Juanita! MADRE DE GORDO: Ah, Juanita… no, no hay Juanita… a veces grito Juanita, a veces Ramona… no me acostumbro a esto de no tener más servicio… yo también me tuve que ajustar, ¿sabe? OFICIAL ANDRADE: Señora, su hijo… MADRE DE GORDO: ¿Gordo…? OFICIAL ANDRADE: Sí… lamento informarle que a su hijo Gordo le pegaron un tiro… MADRE DE GORDO: No, mon Dieu… ¿Dónde? OFICIAL ANDRADE: En Palermo, Godoy Cruz… MADRE DE GORDO: ¿Godoy Cruz?… Qué calle más rara para andar un chico tan lindo, ¿no? Con ese paredón, esa vía tan cerca… ¿En qué lugar del cuerpo fue el disparo?… ¿Está muy lastimado…? OFICIAL ANDRADE: Gordo está muerto, señora. La madre de Gordo se desmaya, la oficial Andrade anota en su libreta. 4. Casa de Julieta. Suena el teléfono. Nadie atiende, finalmente entra de mala gana la hermana de Julieta. Está algo fumada, así que la risa se le mezcla donde no corresponde. HERMANA DE JULIETA: Okey, okey… nunca va a atender nadie que no sea yo… ¡Hola! En la comisaría, oficial Andrade: OFICIAL ANDRADE: Oficial Andrade, Comisaría 333, ¿señorita Julieta, novia del señor Gordo? HERMANA DE JULIETA: No, la hermana… Juli está durmiendo… OFICIAL ANDRADE: Bueno, lamentablemente tengo que dejarle un mensaje muy delicado… HERMANA DE JULIETA: Ay, mire, a mí todo lo que es muy delicado se me rompe. Mi papá me decía manos de mantequita, ¿vio?… y sigo siendo, así que mejor llame en un mejor momento… OFICIAL ANDRADE: Señorita hermana de Julieta, acá no se trata de mejor o peor momento… acá se trata de algo muy serio… HERMANA DE JULIETA: Ay, no, por qué tuve que atender yo… (como si se meara) ¿Me aguanta un minuto que le paso con alguien? Deja el tubo apoyado y sale a buscar a alguien, grita en una puerta y otra: HERMANA DE JULIETA: Juani… Juani… Sonia… la reputísima madre qué hago yo siempre en el lugar equivocado en el momento equivocado… OFICIAL ANDRADE: ¿Me escucha? Hermana de Julieta agarra el tubo con cuidado, como si contagiara y lo lanza sobre el aparato colgando. Se queda nerviosa junto al teléfono. Andrade se da cuenta de que le colgó y marca otra vez. El teléfono suena. Hermana de Julieta se ríe. Amaga varias veces y finalmente atiende. HERMANA DE JULIETA: ¡Hola! OFICIAL ANDRADE: Sí, me escucha, oficial Andrade nuevamente… HERMANA DE JULIETA: Sí, escuchar escucho, pero mi hermana es mi hermana, yo soy yo, y no es bueno mezclar las cosas, porque así empiezan las discusiones, los celos… yo si quiere el mensaje se lo tomo, pero por las dudas vuelva a llamar porque a veces yo… OFICIAL ANDRADE: El novio de su señorita hermana fue muerto en la madrugada del día de hoy. HERMANA DE JULIETA: ¿El Gordo?… Hermana de Julieta se ríe y llora, se ríe y llora… OFICIAL ANDRADE: Sí. HERMANA DE JULIETA: ¿Muertito? OFICIAL ANDRADE: Afirmativo. HERMANA DE JULIETA: No, Gordo no puede ser… OFICIAL ANDRADE: Alias Gordo. Muerto de un disparo en el corazón. Entra la mucama con una bandeja. La hermana de Julieta la mira sin cortar el teléfono. HERMANA DE JULIETA: Mataron a Gordo… La mucama deja caer la bandeja. 5. Madrastra de Julieta eligiendo manzanas en una verdulería o inspeccionando latas en una góndola de un supermercado, o similar, pero se nota que está espiando, que es una excusa para observar a su alrededor. Habla por el celular sin dejar de hacer su selección y mirar todo el tiempo a un lado y a otro. Cada tanto saca fotos con el celular. MADRASTRA DE JULIETA: Sí, sí, decime… siempre estoy ocupada, si es por eso… A ver, chiquita, intentá aunque sea por hoy ser un poquito más… coherente… Como una síntesis de la cosa te pido, ¿es mucho para vos? La hermana de Julieta en su casa, junto a ella la mucama. La bandeja sigue rota en el piso. HERMANA DE JULIETA : Llamaron de la 333, Sonia… una comisaría… MADRASTRA: No hay Comisaría 333, Laura… a ver… ¿estás con alguien? HERMANA DE JULIETA: Con Juanita… 333, me dijo la mina… MADRASTRA: ¿Qué mina?… Mirá, yo no te puedo dar explicaciones, pero si hay alguien que sabe el número de todas las comisarías de Buenos Aires… HERMANA DE JULIETA: De la 333… MADRASTRA: Pasame con la chica… desde acá te huelo, mirá… HERMANA DE JULIETA: Porque a veces yo te reconozco que no entiendo bien, Sonia, pero… MADRASTRA: ¡¡¡Pasame con la chica!!! MUCAMA: Hola, señora… Llamaron de la Comisaría 333… MADRASTRA: Ta que lo parió, te hizo fumar a vos también… MUCAMA: No, señora… MADRASTRA: Es que se impregna toda la casa y uno termina fumado aunque no quiera. Escuchame… abrí todas las ventanas… MUCAMA: Escuchame vos a mí, señora. Llamaron de una comisaría, no importa el número, lo que importa es lo que dijeron… que al niño Gordo lo mataron… MADRASTRA (se queda): ¿Muerto? MUCAMA: Muerto. MADRASTRA: ¿Posta? MUCAMA: Posta. MADRASTRA: Vos sabés que se venía venir que ese muchacho terminaba mal… ¿Julieta cómo está? MUCAMA: La estamos esperando a usted para que le diga… MADRASTRA: ¿Y por qué me van a esperar a mí? Decíselo vos… MUCAMA: No, señora, yo no soy de la familia… MADRASTRA: Bueno, yo no soy la madre tampoco… Que se lo diga la hermana… MUCAMA: ¿Le parece? MADRASTRA: No, no, tenés razón… Dejá, termino de… hacer un trabajito que me encargaron y voy para allá… (Corta.) … Viuda de un viudo, ¡qué mochila me cargué, Dios mío…! 6. Amiga de Gordo, en cualquier lugar, con el celular en la oreja, es una conversación iniciada. AMIGA DE GORDO: No, vos me jodés… No, el Gordo no… el Gordo… vos me querés joder a mí porque nunca me bancaste. En casa de Julieta, la amiga de Julieta habla al teléfono: AMIGA DE JULIETA: ¿Yo a vos? Me parece que la cosa es al revés… AMIGA DE GORDO: No, sí, al revés seguro: yo no te banco. AMIGA DE JULIETA: Bueno, mirá, si te llamo es porque la hermana de Juli mi pidió que te avise… por mí, si no me querés creer… AMIGA DE GORDO: No, claro que no te quiero creer, cómo te voy a querer creer que se murió Gordo… El Gordo no… lo conozco desde salita de cinco… AMIGA DE JULIETA: Sí, ya sé, cada vez que hablamos de Gordo me decís que lo conocés de salita de cinco… AMIGA DE GORDO: Y a vos te da en el hígado… AMIGA DE JULIETA: Decime, ¿vos escuchaste lo que te dije? Mataron al Gordo… AMIGA DE GORDO: No te creo… y además te voy a colgar… sabés que soy una persona muy ocupada, que trabajo todo el día… y más que todo el día también. ¿Querés que te cuente qué me dijo el médico? Que mientras duermo mi cerebro sigue trabajando… La semana pasada me hicieron socia en el estudio, te habrás enterado por Gordo… AMIGA DE JULIETA: No, Gordo y yo nunca hablamos de vos… No sé qué hacés ni me importa… AMIGA DE GORDO: Es que a vos te importan tan pocas cosas en la vida… AMIGA DE JULIETA: Me importa que al Gordo lo mataron, pero parece que a vos no… Chau… La amiga de Julieta está por cortar. La amiga de Gordo empieza a dudar, la detiene. AMIGA DE GORDO: Pará, pará… A ver, vos que sos tan creyente, jurámelo por alguna de esas cosas a las que le rezás… AMIGA DE JULIETA: Jurar es pecado… AMIGA DE GORDO: ¡Juralo! AMIGA DE JULIETA: No, no se jura… AMIGA DE GORDO: Juralo o le cuento a Julieta lo que vos ya sabés… Amiga de Julieta duda. AMIGA DE GORDO: Corto con vos y le cuento. AMIGA DE JULIETA (resignada): Te lo juro por la Virgen del Valle. AMIGA DE GORDO: Es cierto entonces… AMIGA DE JULIETA: Yo no miento… AMIGA DE GORDO: ¿El Gordo muerto? AMIGA DE JULIETA: Sí… AMIGA DE GORDO: ¿Julieta cómo está? AMIGA DE JULIETA: Todavía no sabe… AMIGA DE GORDO: ¿Cómo que no sabe? AMIGA DE JULIETA: Estamos esperando a la mujer del padre para que le dé la noticia… AMIGA DE GORDO: ¿Pero por qué la mujer del padre? AMIGA DE JULIETA: Porque a ella no se la banca, no queremos que se enoje con nosotras… viste que cartero que trae malas noticias… AMIGA DE GORDO: ¿Sabés que sos muy idiota vos? AMIGA DE JULIETA: Mirá, si vas a empezar otra vez con tus agresiones… Amiga de Gordo corta, amiga de Julieta se queda hablando sola. AMIGA DE JULIETA: … voy a tener que cortarte… hola… hola… Amiga de Gordo guarda el celular en la cartera y desaparece. En ese mismo momento en la casa de Julieta entra la madrastra. MADRASTRA: Acá estoy… dónde está la chica… AMIGA DE JULIETA: En su cuarto… La madrastra sale rumbo al cuarto de Julieta. Entran desde la cocina la hermana de Julieta y la mucama. Las tres se quedan esperando en silencio, como cuando uno ve que cae un vaso y espera el estallido del golpe contra el piso. Pausa tensa de las tres mujeres, el tiempo que se supone le toma a la madrastra darle la noticia a Julieta. JULIETA (grita off): No… mi gordi… no… Reacción de las otras tres. JULIETA (siguen gritos off): Hija de puta, sos una hija de puta. Las tres se miran como diciendo: “Viste que hicimos bien”. Aparece Julieta hecha una furia, con el vestido de novia a medio cerrar. JULIETA: No, mi gordi… no… Díganme que esta hija de puta me está haciendo una joda… Las tres la miran sin decir nada… JULIETA: Mi gordi, no… Las tres siguen sin decir nada. JULIETA: ¿Mi gordi sí? Las tres hacen gesto de que sí con la cabeza. JULIETA: ¡¡¡No!!! Va de una a otra no sabiendo a quién abrazar. Suena el timbre, en esa cosa de que no sabe a quién abrazar va ella a abrir la puerta y termina abrazada con quien llama, la oficial Andrade, libreta en mano. JULIETA: Me mataron al gordi… me mataron al gordi… 7. Casa de sepelio. Gordo en un cajón. La oficial Andrade interroga a la hermana de Julieta. OFICIAL ANDRADE: ¿Cuál es su relación con el occiso…? HERMANA DE JULIETA: ¿Con quién…? OFICIAL ANDRADE (le señala a Gordo en el cajón): Con el… HERMANA DE JULIETA: Con el Gordo… OFICIAL ANDRADE: El occiso… HERMANA DE JULIETA: ¿Por qué lo llama así? OFICIAL ANDRADE: Discúlpeme, pero las preguntas las hago yo… HERMANA DE JULIETA: Bueno, pero a mí no me gusta que lo llame así… OFICIAL ANDRADE: ¿Y cómo le gustaría que lo llame? HERMANA DE JULIETA: Como lo llama todo el mundo… Gordo… OFICIAL ANDRADE: Dígame, ¿no tenía nombre Gordo? HERMANA DE JULIETA: Sí, claro, cómo no va a tener… todo el mundo tiene un nombre… OFICIAL ANDRADE: Entonces… HERMANA DE JULIETA: ¿Entonces qué? OFICIAL ANDRADE: Nombre del occiso… HERMANA DE JULIETA: ¿Nombre de Gordo? OFICIAL ANDRADE: Sí… HERMANA DE JULIETA: No sé… OFICIAL ANDRADE: ¿Cómo que no sabe, se estaba por casar con su hermana y usted no sabe el nombre? HERMANA DE JULIETA: No… Yo la participación del casamiento no la vi, a mí no me participaron… no hace falta, soy la hermana… No la vi. Anote eso, que yo la participación no la vi… Pero no me extrañaría que dijera: El Gordo y Julieta participan a usted… La oficial Andrade se toma un tiempo para asentar esto en la libreta. Entra la amiga de Gordo, mira el cajón pero no se atreve a acercarse y se sienta en una silla. La oficial y la hermana siguen hablando a un costado. Entra la mucama con una bandeja con cafés y se acerca a la amiga de Gordo. MUCAMA: Hola… AMIGA DE GORDO: Hola… Oficial Andrade: Y nunca le MUCAMA: ¿Ya lo viste? preguntó… AMIGA DE GORDO: No, no me atrevo… HERMANA DE JULIETA: Yo en las MUCAMA: Yo lo vi ayer… cosas privadas de las vivo… cuando le fui a personas… viene mi arreglar el departamento… hermana un día y me dice, AMIGA DE GORDO: ¿Y te dijo me re enamoré, me re algo? ¿Confirmaste mis enamoré del Gordo, el sospechas? Gordo de acá y el Gordo de allá… y yo no le voy a No le contesta como si dudara andar preguntando… si ella si contarle o no. Luego se se enamoró, se enamoró, y decide, busca una silla y se todo bien… sienta junto a ella. OFICIAL ANDRADE (anotando en la libreta): Yo en las cosas privadas de las personas… Me repite de ahí por favor, porque habla muy rápido y la mano no me llega a escribir… La hermana repite lo que dijo, la oficial anota. Entra la madre de Gordo y va directo al cajón. Abraza a su hijo, cara con cara. La hermana de Julieta le sigue prácticamente dictando a Andrade y la mucama secretea con la amiga de Gordo. MADRE: Hijo, hijo, hijo… Hijito de mi alma… hijito mío… Hijito único… hijito-hijito… GORDO: Bueno, bueno, mamá… MADRE: ¡¡¡Hijo!!! Mira a un lado y a otro y verifica que cada uno sigue con lo suyo. MADRE: Hijo… vos… GORDO: Sí, yo te hablé, mamá… MADRE: Pero entonces… GORDO: El amor madre-hijo es más fuerte que la muerte, ¿o no?… MADRE: Ay, es verdad… el amor madre-hijo, hijito… uno a veces confía tan poco en los vínculos que me tomaste por sorpresa. Mira otra vez a todos lados verificando que nadie se haya dado cuenta de lo que está pasando. Luego lo abraza fuertemente… GORDO: Dale, mamá, aflojá que me rellenaron los cachetes y me vas a dejar todo aplastado. MADRE: A ver… Lo mira y lo acomoda un poco… MADRE: Buen trabajo te hicieron, hijo, parecés más… (infla un poco los cachetes). GORDO: ¿Gordo? MADRE: No, chiquito, no quise decir eso… GORDO: Mirá que no me molesta… MADRE: ¿Ah, no? Qué distintos somos hombres y mujeres, hasta muertos, ¿no? Lo abraza otra vez. MADRE: Gordo, qué voy a hacer sin vos… mi pichoncito… GORDO: Más o menos lo mismo que hacías antes, mamá. MADRE: Sí, mi amor, pero a quién le voy a ir con mis cosas, con mis problemas, mis inquietudes… GORDO: Mamá, si es por eso, averiguá en el banco porque con la tarjeta de crédito todos los meses me descontaban una cuota para un seguro de vida… no sé bien cómo funciona ni nada, uno nunca piensa que se va a morir… MADRE: Pero, claro, pichón, cómo uno va a estar pensando en esas cosas… GORDO: … lo que sí me acuerdo es que yo había dado tu nombre como beneficiario… MADRE: No te creo… GORDO: Lo iba a cambiar cuando me casara con Julieta, o cuando naciera el bebé… pero las circunstancias… MADRE: Ay, sí, uno con sus pompas y circunstancias… ¿En cuál banco? GORDO: El de Crédito. ¿Esto te hace sentir un poco mejor? MADRE: Claro que sí, mi amor, esto ya es otra cosa… Ah, mi pichoncito, siempre pensando en mami vos, ves que sos un sol… GORDO: Era un sol… MADRE: Te apagaste, Gordo… GORDO: Me apagaron… MADRE: ¿Viste quién fue? GORDO: La oí… y me di cuenta que la conocía… pero ahora no me puedo acordar… Mucho la conocía… MADRE: Debe ser el shock, Gordo, ya te vas a acordar… GORDO: Sí, ¿pero mirá si para cuando me acuerdo estoy en el cementerio todo tapado con tierra? MADRE: ¿No te van a llevar a una bóveda? A un nicho aunque sea… ¿Quién se está ocupando de organizar todo esto? GORDO: No sé, mamá, igual lo de tierra es una manera de decir… MADRE: Ay, no hablemos de cosas feas ahora, ¿sí?… aprovechemos este momento que nos regaló la vida… GORDO: La muerte, dirás… MADRE: O sea que la que te disparó podría estar acá… GORDO: Estoy seguro de que está acá, era una voz conocida, de mujer… MADRE: Mujer… GORDO: Me gritó “¡Gordo!”. Me di vuelta, y pum… MADRE: Perra… GORDO: Siempre me gustaron perras, mamá… MADRE: La gordita… chancha puede ser, pero de perra… ni que ladre… Entra Julieta con el vestido desabrochado. Va al cajón. La madre le guiña un ojo a Gordo y se corre. MADRE: Tranquilo, cerrá los ojitos que yo te guardo el secreto. Gordo cierra los ojos. JULIETA: Gordi… Gordito… La mucama termina con el relato a la amiga de Gordo, toma otra vez la bandeja y se acerca la madre de Gordo a darle algo de tomar. La amiga de Gordo rompe en un llanto desconsolado, por lo que acaba de contarle la mucama. La mucama la mira y sigue con lo suyo. OFICIAL ANDRADE: Señora Kerchunov, entonces… MADRASTRA: Con v corta final, oficial… OFICIAL ANDRADE: V corta final… ¿Qué tipo de relación había entre usted y el señor Gordo…? MADRASTRA: ¿Cómo se atreve? OFICIAL ANDRADE: ¿Qué tipo de relación tenía usted con el occiso? MADRASTRA: Cómo se atreve, occiso, Gordo, cómo se atreve… Era el novio de mi hijastra, se estaban por casar… La oficial anota. OFICIAL ANDRADE: Novio de la hijastra, se estaban por casar. ¿Nombre? MADRASTRA: Sonia Kerchunov, le dije, ya anotó, fíjese ahí, por ahí, no sé, qué letra de mierda que tiene usted, oficial… OFICIAL ANDRADE: Nombre del occiso… MADRASTRA: ¿Del Gordo? OFICIAL ANDRADE: Correcto… La madrastra se queda pensando y la oficial la espera. La mira a la hermana de Julieta, que le responde con un gesto de “a mí no me mires”. Mientras tanto Julieta intenta acomodarse dentro del cajón donde está Gordo. OFICIAL ANDRADE: Nombre del señor Gordo… MADRASTRA: ¿Nombre de pila, dice usted? OFICIAL ANDRADE: Nombre de nombre… a mí me parece sumamente extraño que nadie sepa el nombre de este muchacho… ¿No le parece extraño a usted? MADRASTRA: Extraño… extraño… no sé… yo en mi trabajo he visto cada cosa… OFICIAL ANDRADE: ¿Cuál es su trabajo, señora Kerchunov? MADRASTRA: No puedo decirle, es confidencial… GORDO: ¡Julieta! No es king-size… ¿¿¿Te olvidás de que engordaste 8 kilos??? JULIETA: Gordo… JULIETA: No, mentir después de muerto no tiene sentido, Pausa, Gordo bien tenso, gordi... Eso es lo que tiene apretando los ojos. de bueno que haya pasado lo que pasó, siempre hay JULIETA: Mi gordo gordito... un lado bueno… Tenés razón. Sos muy inteligente, Lo abraza, él no se inmuta. mi gordo… JULIETA: Por qué te fuiste... Por GORDO: Sí… en mi familia hay qué me dejaste... toda una tradición de hombres inteligentes… Lo acaricia, le acomoda el pelo, JULIETA: Qué lindo… muchos la mortaja, la sabanita. Poco a hombres inteligentes... poco se va transformando. GORDO: Viene por vía paterna… así que si lo que esperás es JULIETA: ¿Por qué me hiciste un varón… esto, Gordo? JULIETA: Bueno, de eso quería hablarte... te tengo que No encuentra las palabras… decir… la verdad, gordi, ahora que estás muerto te JULIETA:... Mi... gordo… mi... lo merecés saber… mi… mi… Hijo de puta... GORDO: ¿Qué cosa? flor de hijo de puta, JULIETA: Te mentí… Gordo... Yo sabía que te la MADRASTRA: CALLATE… ibas a arreglar para Se acerca la mucama con el hacérmelo… Pero whisky para la madre de Gordo, MUCAMA: Toma algo la señora... cuando pasa cerca de la amiga MADRE: ¿Sabés que mi hijo tiene de Julieta la mira con desprecio poderes? y esta se incomoda, se para y se MUCAMA: ¿Qué cosa tiene? va hacia otro lado. La mucama la sigue con la mirada, luego se Se le acerca para secretear acerca a la madrastra y le habla mejor. sin que la hermana de Julieta escuche. MADRE: Puede hablar más allá de la muerte… En realidad GORDO: ¿En serio? es un poder que tenemos JULIETA: Sí, te mentí en serio... los dos, una fuerza madre- No estoy embarazada, hijo muy poderosa… Gordo… MUCAMA: Dios me libre y GORDO: ¿Qué?... guarde… La chica no contesta. Le saca el café. GORDO: Julieta, ¿fuiste capaz de MUCAMA: Mejor le traigo un mentir que estabas tilo... embarazada para que me MADRE: Traeme un whiskicito, casara con vos…? mejor… JULIETA: No, nada que ver… MUCAMA: Qué gente más rara… casarte te ibas a casar igual, gordi… Si ya teníamos todo contratado, La mucama sale a buscar lo que la fiesta, el vestido, el disc le piden. La madre de la peor de jockey… hace cuatro días todas, me hiciste… las nada más que te dije que participaciones repartidas, los estaba embarazada… regalos que ahora tengo que GORDO: Cierto… devolver... Y viuda sin haberme casado… Ves que no me Se queda pesando. querías… Gordo abre los ojos. GORDO: Sí que te quería, Julieta, GORDO: ¿Entonces para qué me te quería… ¿cuántas veces mentiste si nos íbamos a te lo tengo que decir? casar igual? JULIETA: ¡Gordo! JULIETA: Porque no me cierra el GORDO: El amor después del vestido, gordi… mirá, es amor, Juli… algo espantoso… JULIETA: Me estás hablando MUCAMA: Señora, cuando tenga desde el más allá. un minuto, yo tengo que GORDO: Algo así… decirle algo… MADRASTRA: Mi amor, no me Julieta mira a su alrededor, vengas con francos y esas cada una sigue en lo suyo. cosas… no es momento… MUCAMA: No, señora, no es por JULIETA: Mi gordiiiii… el franco… Lo abraza, lo besa, lo estruja. Se le acerca. GORDO: ¿Viste que sí te quería? MUCAMA: … ayer estuve en la casa del señor Gordo… y Gordo se concentra, como si vi algo… le tengo que quisiera conectarse con los contar… espíritus. Pone los dedos en MADRASTRA: Decime... OM. Entra la madrastra y va donde está la hermana de La madrastra agarra el vaso de Julieta. La madrastra la huele. whisky y bebe. MADRASTRA: ¿Cómo va todo? MADRASTRA: ¿Pero qué es esta HERMANA DE JULIETA: Bueno, es mierda? un velorio, Sonia, mucha MUCAMA: Tilo, señora… para la expectativa no te hagas… madre del señor Gordo… MADRASTRA: ¿Tilo on the rocks? Entra la amiga de Julieta y se Qué mujer snob, por sienta junto a ellas. Dios… engordé 8 kilos… AMIGA DE JULIETA: ¿Cómo está de la ansiedad… Todas las Juli? novias adelgazan pero yo tengo tanta mala suerte que MADRASTRA: Gorda. Mirá, ni le engordo. Me dijo la cierra el vestido… modista que esto pasa una HERMANA DE JULIETA: Ay, no seas en diez, y me tocó a mí… jodida, está embarazada… GORDO: No te entiendo, Julieta, MADRASTRA: Sí, pero se por mi vida que no te embarazó los brazos, la entiendo… espalda, todo, esta chica… JULIETA: Pero… AMIGA DE JULIETA: Pobre, va a GORDO: …lo de vida es tener que criar al chico metafórico, claro. sola… JULIETA: ¿Cómo que no JULIETA: Sí, mi gordiiii… sí, entendés? No es lo mismo perdoname todo lo que te que la gente diga “qué dije… novia gorda” a “qué novia GORDO: Sí, cómo no te voy a embarazada”… No es lo perdonar... mismo… Vos no lo JULIETA: Perdoname todo… entendés porque sos GORDO: Sí, claro… hombre… JULIETA: Pero todo, todo, todo… GORDO: Pero soy gordo… GORDO: ¿Qué es “todo”, Juli? JULIETA: No sos gordo, te dicen JULIETA: Todo es todo… Gordo que no es lo mismo… Es muy fácil Gordo se la queda mirando, ella llamarse Gordo y ser más incómoda. flaco que una chaucha… GORDO: Julieta… GORDO: ¿Vos disparaste, Julieta? JULIETA: No, mi amor… cómo Se acerca la oficial Andrade a voy a disparar… la madrastra de Julieta y a la GORDO: Bueno, alguien disparó, mucama y las mira. La hermana alguien que me conocía, de Julieta detrás de ellas se alguien que a lo mejor empieza a reír otra vez. hasta me quería… JULIETA: Yo jamás te hubiera OFICIAL ANDRADE: Oficial hecho una cosa así, mi Andrade... amor. ¿Me creés? Gordi, tenés que creerme... Las dos la miran y no dicen GORDO: Sí... Está bien… nada… Se dirige a la HERMANA DE JULIETA: Bueno, madrastra. estamos nosotras… OFICIAL ANDRADE: ¿Con quién Las otras la miran y no dicen tengo el gusto? nada. MADRASTRA: Sonia Kerchunov, el gusto es mío… Andrade se acerca a investigar a la amiga de Gordo. La mucama aprovecha y se va. Andrade abre su libreta otra OFICIAL ANDRADE: Oficial vez. Andrade, ¿me permite unas preguntas? JULIETA: ¡Qué fácil es la vida así, ¿no?! La amiga de Gordo busca un GORDO: ¿Así cómo? pañuelo en la cartera, se seca JULIETA: Gordo pero flaco… los mocos. Para vos todo siempre es tan fácil… AMIGA DE GORDO: ¿Tiene que ser GORDO: Basta, Julieta… en este momento, oficial? Yo… Gordo cierra los ojos. La amiga de Gordo rompe en JULIETA: Gordi, no te vayas… no llanto otra vez. Andrade anota. ves que siempre es lo mismo… No te bancás que MADRASTRA: ¿Esa policía qué

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