Tema 5. La Psicología de la Gestalt PDF

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TriumphantSalamander9823

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Universidad de Huelva

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psicología de la Gestalt psicología fenómenos perceptivos psicología del acto

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Este documento resume la Psicología de la Gestalt, una escuela de pensamiento psicológico que se enfocó en el estudio de la experiencia consciente. El texto analiza diversos conceptos, incluyendo el de la "forma" y cómo estos influyen en la percepción. Se destacan también la importancia del contexto y la totalidad, destacando la relación entre la experiencia consciente y los procesos fisiológicos y el rechazo al estudio de los componentes individuales o atómicos de la experiencia mental.

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TEMA 5. LA PSICOLOGêA DE LA GESTALT. 1. INTRODUCCIîN. Los resultados que se iban acumulando con relaci—n a los procesos mentales superiores, gracias a las aportaciones de la escuela de Wurzburgo, estaban en abierta contradicci—n con lo planteado por la escuela wundtiana, lo que condujo no s—lo a u...

TEMA 5. LA PSICOLOGêA DE LA GESTALT. 1. INTRODUCCIîN. Los resultados que se iban acumulando con relaci—n a los procesos mentales superiores, gracias a las aportaciones de la escuela de Wurzburgo, estaban en abierta contradicci—n con lo planteado por la escuela wundtiana, lo que condujo no s—lo a un cuestionamiento de la introspecci—n como mŽtodo cient’fico, sino tambiŽn poner en duda la propia doctrina surgida a partir del an‡lisis introspectivo de la llamada experiencia inmediata. La escuela de Wurzburgo no tuvo una duraci—n larga como para suponer una alternativa a la psicolog’a wundtiana, sin embargo, la psicolog’a de la Gestalt aspir— a tomar el tim—n del saber psicol—gico como sistema dominante, no solo desde su estancia europea, sino tambiŽn a partir de su asentamiento en NorteamŽrica, donde tuvieron que enfrentarse a un conductismo pujante que part’a de hechos directamente observables y medibles, rechazando cualquier trabajo cuyo objeto fuera la consciencia y toda investigaci—n basada en la introspecci—n.. En tal situaci—n, Kšhler se quejaba de que la mayor parte de los experimentalistas evitan observar la escena fenomŽnica. Si no estudiamos nunca esta escena, e insistimos en mŽtodos y conceptos desarrollados en investigaciones desde el exterior, nuestros resultados parecer‡n f‡cilmente extra–os a cuantos viven intensamente desde el interior. Los gestaltistas segu’an respetando la concepci—n de la psicolog’a como ciencia de la consciencia, ello no significaba asumir la psicolog’a wunditana. Pensaban, que el mal del wundtismo no radicaba en su objeto de estudio (el que y el como de la consciencia), son en su concepci—n te—rica y metodol—gica. Para los gestaltistas, el error de los wundtianos hab’a consistido en estudiar la consciencia mediante un an‡lisis introspectivo que supon’a sin demostraci—n (axiom‡ticamente) la existencia de unos œltimos elementos directamente experienciales y observables. La nueva propuesta de que los gestaltistas hicieron fue la del an‡lisis fenomenol—gico que part’a y finalizaba en la consideraci—n de las totalidades (an‡lisis fenomenol—gico) presentes en la consciencia, sin ir mas all‡. No busc‡ndose presuntas unidades traes ellas. Propugnaron la autobservaci—n de los fen—menos globales de la consciencia con una concepci—n previa neutra e ingenua. No asumieron, en cambio, las pretensiones fenomenol—gicas acerca de la captaci—n intuitiva de presentas esencias. Las tres principales figuras de la psicolog’a de la Gestalt fueron Wertheimer, Kohler y Kofka, se enfrentaron al atomismo introspeccionista, se–alando que la descomposici—n de las totalidades en partes era artificial, carece de sentido y cient’ficamente estŽril. Su fundamento epistemol—gico y metodol—gico fue la fenomenolog’a, persiguiendo el estudio de la experiencia mental tal como nos es dada: si enfocamos nuestra atenci—n sobre un tri‡ngulo, se percibe un tri‡ngulo y no tres l’neas (Leahey, 1980). 2. CARACTERêSTICAS GENERALES DE LA PSICOLOGêA DE LA GESTALT. La psicolog’a Gestalt se basa en la psicolog’a de la forma (figuras) o confirmaci—n (configuraci—n). Los gestaltistas plantaron cara, desde un principio al atomismo, asociacionismo, estatismo, dualismo y experimentalismo de los introspeccionistas. Se inici— una lucha contra el atomismo de Wundt, o lo que denominaron hip—tesis del mosaico o de la gavilla, a partir de la concepci—n del mundo hol’stica de Wertheimer, que declara que la teor’a de la Gestalt se fundamenta en la creencia en totalidades, las cuales no vienen determinadas por sus elementos individuales, sino que los procesos particulares se hallan determinados por la naturaleza intr’nseca del todo. La Gestalt se opuso: ¥ Asociacionismo, resaltando la importancia de la captaci—n de significados en el aprendizaje. ¥ Estatismo, propusieron una visi—n din‡mica enraizada en la teor’a de los campos de fuerza de la f’sica de aquel tiempo. ¥ Experimentalismo (frente al an‡lisis experimentalista), plantearon su an‡lisis fenomenol—gico. ¥ Dualismo cuerpo-mente, defendieron la hip—tesis del isomorfismo, que de alguna forma niega la existencia aut—noma de la mente. Una de las ra’ces hist—ricas de la psicolog’a de Gestalt est‡ Kant, con su concepto de s’ntesis a priori, un proceso en el que la mente no es pasiva sino activa sin que ello implique la asunci—n de presuntas ideas innatas. La Gestalt se entronca con la psicolog’a del acto de Brentano, que acentu— que el aspecto espec’fico del fen—meno ps’quico es su intencionalidad, en el sentido que la clave de lo ps’quico no est‡ en el contenido mental directamente proporcionado por nuestros sentidos (por ejemplo, las cosas que vemos, o’mos o recordamos), sino en la consciencia acerca de, o en los actos relacionados con los objetos o contenidos (por ejemplo, en el acto de ver, o’r o recordar). Recibi— influencias de la escuela austriaca, donde destacaban Von Ehrenfels, Meinong, Cornelius, Witasek y Benussi, los cuales hab’an puesto de manifiesto las insuficiencia del asociacionismo y de la teor’a wundtiana de la percepci—n, dado que explicaba la percepci—n como una especie de compuesto mental de sensaciones (qu’mica mental), careciendo de un adecuado principio integrador. Mach en 1885, plante— la idea de la cualidad de la forma (GestalqualitŠt) en su An‡lisis de sensaciones. Von Ehrefels publica un art’culo en el que matiza el concepto de GestaltqualitŠt (la idea nuclear gestaltista del todo o la forma). Ehrenfels dijo, por ejemplo, que si se toma en consideraci—n una melod’a es innegable que, de hecho, est‡ constituida por ciertas unidades (las notas musicales), pero el resultado final no es meramente la suma de ellas, puesto que la melod’a tiene caracter’sticas particulares, distintas a las que poseen las notas que la componen, cualidad peculiar (GestaltqualitŠt) que viene dada precisamente por su estructuraci—n, por las relaciones que los elementos que la componen guardan entre s’. Von Ehrenfels no adopt— un posicionamiento claramente antiatomista, sino que agreg— un elemento m‡s para explicar ciertos hechos de la experiencia inmediata. La Gestalt se rebel— absolutamente contra la qu’mica mental y otros conceptos b‡sicos del wundtismo: ¥ El elementalismo: Existencia de unidades irreducibles en los contenidos de la consciencia. ¥ Teor’a de la significaci—n titcheneriana: Que indica que es a partir de un contexto y la repetida experiencia con el hecho u objeto como se obtiene tal significaci—n, ya que segœn la Gestalt, ser’a necesaria una enorme cantidad de aprendizaje antes de que un objeto complejo (ej. Un rostro) pudiera reconocerse como idŽntico desde diversas persp. y en varias circunstancias. ¥ An‡lisis introspectivo (Heidbreder, 1933). ¥ Hip—tesis de la constancia: Que sostiene una correlaci—n entre el contenido de la estimulaci—n de los —rganos sensoriales y el contenido de la experiencia inmediata. ¥ Asociacionismo: Cualquier tipo de explicaci—n conexionista, proponiendo existencia de estruc. globales previas. ¥ Concepci—n del sistema nervioso: El wundtismo lo entend’a como un mecanismo de disposiciones r’gidas, la Gestalt mantuvo una doctrina de interacci—n din‡mica de fuerzas, sin admitir estructuras espaciales. La Gestalt toma en cuenta la fenomenolog’a experimental de Stumpf, esto no fue un obst‡culo para un acercamiento a la vigente f’sica de entonces, m‡s concretamente a la teor’a de los campos de fuerza. Esto provoc— la inserci—n, dentro del sistema te—rico gestaltista, de la visi—n din‡mica y de la hip—tesis isom—rfica. El principio b‡sico de la psicolog’a de la Gestalt es, sin duda, que el todo es m‡s que la suma de las partes. De aqu’ el tŽrmino alem‡n Gestalt, que significa forma, configuraci—n y modelaci—n, a lo que los gestaltistas a–adieron los significados de estructura, todo org‡nico y organizaci—n. Fue determinar los principios que dieran cuenta c—mo los elementos entran a formar parte de las estructuras, formas, todos u org. Tal tesis fundamental fue as’ concretada por Wertheimer (1944): Werthwimer (1944): Hay contextos en que lo que est‡ ocurriendo en el Òtodo" no puede deducirse de las caa de las piezas separadas, sino a la inversa, lo que le ocurre a una parte del ÇtodoÈ est‡ determinado, en los casos claros, por las leyes de la estructura interna de su Ç todo È. Koffka (1935), por su parte, delimit— el concepto de Gestalt como sigue: (...) el intento de encontrar ÇtodosÈ funcionales coherentes dentro de la masa de fen—menos, tratarlos como realidades primarias completas y entender tanto el comportamiento de estos Ç todos È como el de sus partes, m‡s a partir de leyes totales que de leyes parciales. La demostraci—n de la existencia de los referidos todos o estructuras se centr— primeramente en el campo perceptivo, donde est‡n las principales aportaciones gestaltistas, de ninguna forma Žstas se atuvieron œnicamente a tal terreno. Tal como afirma Kšhler (1947), la categor’a Gestalt se puede extender mucho m‡s all‡ de los l’mites de la experiencia sensorial: en la definici—n funcional m‡s general del tŽrmino es l’cito incluir en el mismo los procesos de aprendizaje, del recuerdo, del esfuerzo de voluntad, de la actitud emotiva, del pensar, del obrar, etc. La Gestalt se comprometi— en la realizaci—n de un programa de psicolog’a general. Los gestalistas estaban de acuerdo con los wundtianos en que el objeto de la psicolog’a hab’a de ser la consciencia, pero rechazaron sus supuestos te—ricos y metodol—gicos. Estaban a favor de los experimentos semi-informales (y a veces formales) apoy‡ndose en el an‡lisis fenomenol—gico, esto es, en una auto-observaci—n de lo que encontraban directamente en la consciencia. Tal observaci—n posibilitar’a el acceso a los contenidos significativos de la consciencia, que no era lo que interesaba en los wundtianos. En resumen, en nuestra opini—n, y con apoyo en Leahey (1980) y Marx e Hillix (1963), los postulados esenciales de la psicolog’a de la Gestalt pueden considerarse los siguientes: 1. La psicolog’a ha de centrarse en el estudio de la experiencia inmediata del organismo, pero no anal’tica o atom’sticamente, sino como totalidades, como la experiencia venga dada. 2. Los fen—menos ps’quicos son estructuras din‡micamente constituidas, en las que el todo es algo m‡s que las partes, poseyendo tales totalidades o configuraciones (Gestalten) propiedades genuinas que no est‡n presentes en sus partes. 3. El an‡lisis fenomenol—gico es el œnico acceso metodol—gico v‡lido para lograr anteriores objetivos. 1. El trabajo fundacional de la Gestalt: antielementalismo Surge con Wertheimer (1912), en Estudios experimentales sobre la visi—n de movimientos y se debi— un poco al azar. El trabajo fundacional de la psicolog’a de la Gestalt fue realizado en el instituto de Psicolog’a de Fr‡ncfort del Meno, donde estableci— contacto con Schumann, el cual ofreci— a Wertheimer en lugar en dicho centro para trabajar. Koffka y despuŽs K—hler se incorporaron al Instituto y actuaron como sujetos experimentales en el trabajo de la Gestalt. Los resultados de la investigaci—n mostraron que al menos en ciertos fen—menos perceptivos (como el movimiento aparente-fen—meno phi), la base te—rica y la metodolog’a wundtianas eran inœtiles. Desde la Gestalt, la percepci—n del todo es experimental como una estructura global, descrito como ÒtodoÓ, y no a partir de un an‡lisis atomista. Experimento sobre el fen—meno phi, segœn describe Sambrim (1982). En un ambiente oscuro, se ilumina mediante un rayo (R1), emitido por un proyector (P1) un objeto (O1) situado a la izq. del observador. DespuŽs de algunos segundos se apaga tal rayo de luz y en rapid’sima sucesi—n (fracciones de segundo, —ptimamente 60 milisegundos) se ilumina (R2) un segundo objeto idŽntico al anterior (O2) colocado a la derecha del observador. Resultado perceptivo es ver un œnico objeto que se desplaza de izquierda a derecha. El trabajo de Wertheimer en ÒEstudios experimentales sobre la visi—n de movimientos (1912)Ó, estableci— el fen—meno phi, concret— con precisi—n el posicionamiento gestalista. El fen—meno PHI de Wertheimer: Consiste en que el cerebro percibe un movimiento ante un est’mulo formado por una sucesi—n de im‡genes, es decir, se rellenan los huecos entre ellos y hace que veamos como un movimiento continuo la simple serie de im‡genes congeladas. (Definici—n del power Point). Lo que sucede en la consciencia no puede ser explicado a partir de lo que objetivamente acontece, o, dicho de otra manera, la percepci—n del movimiento aparente no se esclarece a partir de la experiencia sensorial tal como la entend’an los wundtianos. Hay algo que se crea, algo subjetivo que supera la explicaci—n elementalista que pudiera darse con un an‡lisis introspectivo: a ese algo lo llam— Wertheimer fen—meno phi, evitando el ep’grafe movimiento aparente que se prestaba a interpretaciones confusas, como por ejemplo entender el fen—meno como una simple ilusi—n. Caparr—s y cols. (1989), estableci— que phi es un algo que, al mismo tiempo que se construye sobre los elementos percibidos, los abarca y los unifica, y, por otro lado, su contenido fenomŽnico surge de una complementaci—n subjetiva. En resumen, es un fen—meno originario e irreductible, que emerge de ciertas relaciones que dejan de existir desde el momento en que los elementos son considerados aisladamente, un fen—meno que se destruye si se analiza al modo wundtiano. Wundt y los restantes asociacionistas se limitaban a interpretar los componentes perceptivos desde abajo, exigiendo una interpretaci—n desde arriba, de modo que el todo determina el significado de sus partes. Wertheimer lo interpret— desde arriba. 2. El aprendizaje por perspicacia y el pensamiento productivo: antiempirismo. Cr’tica antiatomista o antielementalista derivada de lo anterior la que mantuvieron los gestaltistas, sino que tambiŽn manejan una cr’tica antiasociacionista, pues aun contando con el factor experiencial, se opusieron al asociacionismo mec‡nico tradicional. Una consecuencia de tal posicionamiento fue revisar el papel de la experiencia. Los gestaltistas pusieron en duda el valor de Žsta. Esto se evidenci— calmamente en los trabajos de Kšhler (1917) sobre el aprendizaje por perspicacia, intuici—n o inmisi—n. Kšhler (1917) experimentando con pollos se percat— de que la explicaci—n de una conexi—n est’mulo-respuesta era inadecuada, al verificar que tales animales captaban estructuras y relaciones en los est’mulos perceptivos. Unos pollos eran entrenados para obtener alimento cuando picoteaban sobre una superficie gris clara, alimento que no lograban si picoteaban sobre una superficie gris oscura; si se les mostraba despuŽs tal superficie gris clara junto a una otra aœn m‡s clara, los pollos no picoteaban, como era de esperar (en funci—n de la teor’a conexionista) en el gris claro del entrenamiento previo, sino en la m‡s clara de las 2 superficies, prueba de que hab’an sido percibir una relaci—n: el alimento est‡ bajo la superficie m‡s clara. Spence (1950), desde el basti—n conductista, se opuso a la teor’a relacional de Kšhler, argumentando defectos metodol—gicos y carencia de una genuina explicaci—n, pero sin embargo los hechos que Žste mostr— se acercan mejor, a nuestro entender, a la esencia del aprendizaje superior que las teor’as conductistas. En cuanto al pensamiento productivo, un derivado indudable de la invisi—n o perspicacia, Wertheimer (1945) aplic— los principios gestaltistas al ser humano, rechazando la importancia decisiva de la contigŸidad y del ensayo-error de Thorndike, para insistir en la posibilidad de utilizar un pensamiento m‡s libre y creativo, en donde los errores tienen utilidad en tanto impiden al sujeto regresar a las ideas que le hayan conducido a ellos. Como dice Wolman (1960), el pensamiento productivo relaciona los medios con las tareas y los fines, por tanto cuando un organismo se enfrenta a un problema, las tensiones le conducir‡n a una actividad de resoluci—n de problemas o pensamiento productivo. Wertheimer apoy— tres tipos de procesos: ¥ Tipo A: Versan acerca de soluciones pertenecientes a problemas estructurales como el agrupamiento, la reorganizaci—n y el descubrimiento, de caa esenciales (productivos). ¥ Tipo Y: Se oponen al pensamiento productivo, ➙ soluciones prematuras, desenfoques, etc; siendo los procesos que corresponden al aprendizaje por asociaci—n, condicionamiento o ensayo y error (mec‡nicos). ¥ TipoB: Que son en parte productivos y en parte mec‡nicos. Sobre el pensamiento productivo (Wertheimer) se refiere a: ¥ Enfoque, donde se produce un cambio o transici—n desde un punto de vista subjetivo o personal a otro m‡s neutral, con una tendencia objetiva de la situaci—n total, anul‡ndose as’ la interferencias de las propias creencias y experiencias personales. ¥ Reenfoque, consiste en la obtenci—n de una perspectiva neutra y penetrante, proporcionando un original ‡ngulo desde el cu‡l considerar la cuesti—n. 3. El punto de vista din‡mico: antiestatismo. El punto de vista din‡mico penetra en la Gestalt por la influencia de la teor’a de los campos de fuerzas de la f’sica entonces en boga. Kšhler, mantuvo que la biolog’a y la psicolog’a pod’an beneficiarse te—ricamente de las aportaciones de la f’sica en lo referente a los campos din‡micos de fuerzas (Las formas f’sicas en reposo y en estado estacionario, 1920). El concepto de campo de fuerzas est‡ vinculado a tŽrminos como teor’a din‡mica, distribuci—n de fuerzas, condiciones de equilibrio, vectores, valencias. Lo importante desde la Gestalt con respecto al antiestaismo es que el resultado de un fen—meno no depende de condicionantes de tipo mec‡nico, sino de una interacci—n din‡mica de fuerzas. Desde otro punto de vista, lo din‡mico de la Gestalt apunta a que todo fen—meno ps’quico puede ser descrito bajo atracciones o repulsiones u otros factores semejantes. Dice sambrin (1982), el sentido de atracci—n que se experimenta hacia una persona, el deseo de evitar una situaci—n desagradable, la complacencia por haber logrado resolver un problema, el darse cuenta de un objeto antes no advertido y el esfuerzo por recordar un rostro conocido, son algunos ejemplos de situaciones psicol—gicas que acogen la naturaleza din‡mica a que aqu’ nos referimos. 4. La hip—tesis del isomorfismo: unidad cuerpo-mente. La perspectiva din‡mica de la Gestalt establece y justifica la hip—tesis isom—rfica, que mantiene la existencia de una correspondencia topol—gica o de orden y no topogr‡fica o de forma, entre los campos fenomŽnicos de la consciencia y los campos de fuerzas fisiol—gicas cerebrales. Con ello se establec’a una relaci—n muy directa entre lo mental y lo corporal; lo ps’quico y lo fisiol—gico ser’a dos caras de lo material. De esta hip—tesis deriva que procesos abstractos como pensamiento, memoria o aprendizaje se atribuya soporte material, pues estar’an originados por hechos que prevŽn movimientos de ‡tomos y molŽculas (Koffka, 1935). El postulado del isomorfismo tiene un corolario muy importante: dada la correlaci—n entre lo fenomŽnico mental y lo fisiol—gico cerebral, si conocemos los principios que organizan nuestra experiencia mental, necesariamente conoceremos tambiŽn los que rigen los acontecimientos que tienen lugar en nuestro sistema nervioso. Este principio tuvo cr’ticas, tachado de reduccionista, especulativoÉ Los estudios neurofisiol—gicos no han mostrado datos a favor de los presuntos campos energŽticos de fuerzas correlacionados con los de la experiencia fenomŽnica. 5. La actitud fenomenol—gia: antiexperimentalismo. La Gestalt adopt— un punto de vista metodol—gico completamente enfrentado al wundtismo: el an‡lisis fenomenol—gico. Para la Gestalt ➙ Los hechos globales y directos de la consciencia, describiŽndolos sin prejuicios te——icos o de otra ’ndole, pues Žstos traicionan el mundo de los realmente experimentado, al reducirlos a esquemas conceptuales (como ocurre cuando se atiende a mŽtodos que s—lo permitan detectar los aspectos cuantitativos, sin ver lo cualitativo). Interesaba observar los fen—menos tal como aparec’an en la consciencia, describiŽndolos sin prejuicios te—ricos o de cualquier otra ’ndole, pues Žstos traicionan el mundo de lo realmente experimentado. Kšhler (1947) afirm— Ònunca seremos capaces de resolver los problemas de los principios œltimos hasta que usemos el mŽtodo fenomenol—gico, el an‡lisis cualitativo de la experienciaÓ. Este marco metodol—gico choc— con: El wundtismo y El conductismo emp’rico. 6. Los principios de la Gestalt Los gestaltistas llevaron a cabo descripciones explicativas que aœn no han sido superadas. Para los gestaltistas, construir una teor’a de campo de fuerzas significaba establecer los principios que diesen cuenta de las interacciones entre las partes constituyentes, para lo que llevaron a cabo descripciones explicativas que aœn no han sido superadas, llamando la atenci—n unos principios de agrupaci—n y unos principios rectores de la organizaci—n de las figuras. El principio fundamental de la Gestalt es el de la organizaci—n figura-fondo: Cada percepci—n se configura como una totalidad, en donde la porci—n m‡s estructurada (buena figura) se constituye en figura y el componente m‡s indiferenciado se instaura como fondo (malas figuras). Rubin ((1915), encontr— que era imposible mantener en un mismo instante la percepci—n de los dos componentes: una parte de percibe como figura y otra como fondo o viceversa. En resumen, la psicolog’a ha de centrarse en el estudio de la experiencia inmediata, pero no anal’tica o atom’sticamente, sino como totalidades, como experiencia venga dada; los fen—menos ps’quicos son estructuras din‡micamente constituidas, en las que el todo es algo m‡s que las partes; y el an‡lisis fenomenol—gico es el œnico acceso metodol—gico v‡lido para lograr los anteriores objetivos. (Extra). La organizaci—n de la percepci—n en una figura y un fondo est‡ determinada por una serie de principios din‡micos. La descripci—n de tales principios sigue aœn vigente. Los m‡s importantes, son los siguientes: (Extra). a) Los principios de agrupaci—n. Segœn Wertheimer (1922), la proximidad, semejanza, continuidad e inclusi—n de los elementos que componen el est’mulo perceptual global determinan en gran parte su estructuraci—n u organizaci—n. ¥ Proximidad, los est’mulos m‡s cercanos tienden a percibirse formando un todo (gestalt). As’, por ejemplo, los asteriscos que aparecen en la figura 3 se perciben como agrupados de dos en dos. ¥ Semejanza, los elementos similares del est’mulo se perciben tambiŽn como formando parte de un todo: en la figura 4, agrupamos por un lado las X y por otro lado los *. ¥ Continuidad o la buena continuaci—n), tenderemos a percibir como formando parte de una misma figura aquellos elementos que poseen continuidad. Por ejemplo, en la figura 5 veremos una l’nea horizontal y otra vertical. ¥ Inclusi—n o destino comœn, implica que los elementos del est’mulo perceptivo se agrupan a partir de su cercan’a, direcci—n de movimiento comœn, etc. Por ejemplo, en la figura 6 no captaremos crucecitas distribuidas al azar, sino que veremos dos conjuntos de cruces, uno situado a la derecha y otro a la izquierda. Segœn Wertheimer (1922), estos principios de los elementos determinan su estruc. u organizaci—n. b) Los principios rectores de la organizaci—n de las figuras: ¥ Pregnancia o de la buena figura, para los psic—logos de la Gestalt el principio m‡s importante que rige la organizaci—n perceptual. Que hace referencia a la segregaci—n de los todos perceptuales de los restantes componentes que existan en el campo estimular. Tal organizaci—n de una figura sobre un fondo depende de una serie de propiedades: as’, las estruc. m‡s completas, simŽtricas, sencillas y perfectas (buenas figuras) tienden a destacarse de las que poseen caa contrarias (malas figuras). ¥ Principio de cierre o de clausura, las malas figuras, adem‡s, tienden a ser percibidas como sus correspondientes buenas figuras, ej: si proyectamos taquistosc—picamente una circunferencia inacabada, la veremos como una figura completa. ¥ Otros principios influyentes en la organizaci—n de una figura sobre un fondo son los referidos a la orientaci—n, el tama–o relativo, la simetr’a, la envoltura y la transposici—n o constancia. ¥ La integraci—n de una figura se produce m‡s f‡cilmente en determinadas orientaciones (principio de la horizontabilidad y de la verticalidad) que en otras. ¥ El ‡rea estimular m‡s peque–a tiende a articularse como figura (principio del tama–o relativo). ¥ Las ‡reas simŽtricas tambiŽn tienen preferencia a la hora de estructurarse como figuras sobre las asimŽtricas, que sirven de fondo (principio de la simetr’a). ¥ El ‡rea envuelta suele organizarse como figura, mientras que el ‡rea envolvente lo hace como fondo (principio de la envoltura). ¥ Finalmente, la percepci—n de la figura se mantiene dentro de ciertos l’mites, aun cuando el fondo se altere (principio de la transposici—n o constancia, lo cual es muy influyente para la conservaci—n del tama–o, forma, color, etc.). Todos los principios que hemos descrito son aceptables y v‡lidos emp’ricamente, aunque han recibido algunas cr’ticas. Estas ideas tuvieron una serie de cr’ticas, por ejemplo Hochberg (1975), manifest— que no todos los principios son determinantes, como pueden verse al realizar cambios perceptivos que se dan en determinadas actividades voluntarias (como cuando invertimos la percepci—n de figuras reversibles). TambiŽn indic— que estos principios no explican bien ciertos hechos como las ilusiones —pticas. Sin embargo la Gestalt no se limit— s—lo a la percepci—n, sino que se extendi— a los procesos cognitivos (pensamiento productivo, memoria, etc.), el aprendizaje (aprendizaje por perspicacia), la personalidad, la psicolog’a social e industrial, y la psicolog’a animal. FIGURAS MçS REPRESENTATIVAS Y PRINCIPALES APORTACIONES. Max Wertheimer (1880-1943). Naci— en Praga, donde inici— sus estudios. Pens— en ser mœsico, de hecho toc— mœsica con Albert Einstein (segœn Nordby y Hall, 1974). Se doctora en Wurzburgo en 1904 bajo la direcci—n de KŸlpe. En 1910 inicia su investigaci—n sobre el fen—meno Phi, bajo la direcci—n de Schuman, en el Instituto de Francfort, donde permaneci— hasta 1916, realizando investigaciones sobre el pensamiento (aunque su obra Pensamiento productivo no apareci— hasta 2 a–os despuŽs de su muerte). En 1916 march— a la universidad de Berl’n, ascendiendo a profesor adjunto en 1922. En 1929, vuelve a Francfort fundando (junto a Koffka, Kšhler, Goldstein y Gruhle) la revista de Investigaci—n Psicol—gica, donde realizaban publicaciones de los gestaltistas. Esta revista fue prohibida en 1938 por los nazis, reapareciendo en NorteamŽrica como Psychological Research. En 1933 se traslad— a EE.UU. por la persecuci—n nazi, siendo acogido por la Nueva Escuela de Investigaciones Sociales de Nueva York. Poco despuŽs de su muerte apareci— un art’culo en el que resum’a las principales ideas de la Psicolog’a de la Gestal (Teor’a de la Gestalt, 1944). Kurt Koffka (1886-1941). Naci— e Berl’n. Se doctor— en 1908 bajo la supervisi—n de Stumpf, iniciando su docencia en Giessen (desde 1911-1924) llegando a ser catedr‡tico. Hab’a sido anteriormente ayudante en Wurzburgo con KŸlpe y Marbe y en Francfort con Schumman, donde contact— con Wertheimer y Kšhler. En 1927 fue nombrado profesor en Smitk College de Northampton donde permaneci— hasta su muerte. Fue el m‡s prol’fero de los 3 l’deres, publicando entre otros trabajos, cinco monograf’as: ¥ Contribuciones a la psicolog’a (1913-1921). ¥ Las bases de la evoluci—n ps’quica (1921). ¥ El desarrollo de la mente (The Growth of Mind). ¥ Percepci—n: una introducci—n a la teor’a de la Gestalt (1922). ¥ Principios de Psicolog’a de la Forma (1935). ƒste lo dedic— a sus colegas y constituye una buena s’ntesis de la teor’a gest‡ltica. Wolfgang Kšlher (1887-1967). Naci— en Reval (actualmente Tallin, estonia). Estudi— en Tubinga, Bonn y Berl’n, donde se doctor— en 1909 con Stumpf con una tesis sobre la audici—n. 1909 se march— a Francfort como ayudante de laboratorio en el Instituto de Psicolog’a, dirigido por Wertheimer. En 1913 fue contratado por recomendaci—n de Stumpf como director de la Estaci—n de Antropoides que la Academia Prusiana de la Ciencia ten’a en Tenerife, donde estuvo hasta 1920. De las investigaciones realizadas all’, surge el libro de Pruebas de inteligencia en los entropoides (la mentalidad de los monos en inglŽs). Fue nombrado director del Instituto de Psicolog’a de Gotinga en 1921, al a–o siguiente pasa a la universidad de Berl’n, sucediendo a Stumpf por su jubilaci—n (desde 1922-1935). Emogr— a NorteamŽrica, como profesor en el Swarthmore College. TambiŽn fue profesor visitante en las universidades de Clark y de Chicago. Entre sus obras destacadas: ¥ Formas f’sicas (1920). ¥ La psicolog’a de la configuraci—n (1929), obra m‡s sistem‡tica de la escuela, y dedicada a Werthemier. ¥ El lugar de los valores en un mundo de hechos (1938). Menci—n a sus conferencias en Barcelona bajo la invitaci—n del Instituto de Orientaci—n y Selecci—n de personal, una de las cuales se titul— El problema de la psicolog’a de la forma. 3. DEBATES CRISIS Y MUERTE DE LA PSICOLOGêA DE LA GESTALT. La psicolog’a de la Gestalt fue liderada por Max Wertheimer, Kurt Koffka y Wol gang Kšhler, alcanzando en Alemania bastante prestigio, pero sus componentes, la mayor parte de los cuales eran jud’os, tuvieron que trasladarse a NorteamŽrica cuan do se inici— la persecuci—n nazi, siendo esta corriente tachada all’ de oscura y nebulosa, desapareciendo pr‡cticamente tras la muerte de sus creadores (Sahakian, 1975). S—lo Kurt Lewin logr— crear una escuela, aunque transformando muchos de los puestos gest‡lticos. En cualquier caso, el impacto inicial de la Gestalt fue considerable, torn‡ndose durante algœn tiempo gestaltista toda la psicolog’a alemana. Pero a partir de la segunda dŽcada de nuestro siglo los enfoques fenomenol—gicos de naturaleza m‡s filos—fica que psicol—gica ganaron la batalla en el pa’s germano y en el resto de Europa. Este movimiento antipositivista, integr— conocimientos gestaltistas en un discurso antropol—gico- filos—fico que propici— en una teorizaci—n de car‡cter espiritualista. El auge nacional-socialista y la llegada del rŽgimen nazi a Alemania supuso la liquidaci—n de la Gestalt en Europa, que s—lo tuvo a partir de entonces algunas posibilidades de desarrollo en Estados Unidos, donde algunos, como Ogden, Wheeler, Brown y otros, siguieron estas ideas. Sin embargo, los gestaltistas no llegaron a crear en NorteamŽrica una comunidad cient’fica potente, pues la mayor parte de los psic—logos se adscribieron al conductismo. Es que la Gestalt lleg— a Estados Unidos a–os despuŽs de que Watson publicara su manifiesto de 1913. En todo caso, hay que decir que la psicolog’a norteamericana no ser’a lo mismo sin el eco que en ella encontr— la Gestalt. Hubo pocos gestaltistas americanos, pero sus ideas y problemas determinaron en muchos casos las investigaciones funcionalistas y los planteamientos neoconductistas. Las teor’as de la Gestalt se convirtieron en algo norteamericano en manos del germano Kurt Lewin considerarse como un estricto gestaltista. Tras la Segunda Guerra Mundial, Lewin se traslad— desde la universidad de Iowa, donde hab’a explicado psicolog’a infantil, al Instituto Tecnol—gico de Massachusetts (MIT), falleciendo en 1947. Obras suyas de importancia son Una teor’a din‡mica de la personalidad (1935), Principios de psicolog’a topol—gica (1936), Resoluci—n de conflictos sociales (1948) y Teor’a del campo en ciencia social (1951). 4. VALORACIîN DE LA PSICOLOGîA DE LA GESTALT. Aunque la psicolog’a de la Gestalt plante— un proyecto de psicolog’a general con una perspectiva m‡s abierta y prometedora que wundtiana, no logr— acceder a un cuerpo explicativo suficientemente cient’fico. Como mantiene HochBerg, los principios de la Gestalt son aceptables y v‡lidas emp’ricamente, pero no todos ellos son tan determinantes como sus defensores se–alan. Gabucio, respecto a la obra de Wertheimer sobre el pensamiento, que no se dan definiciones formarles y generales de cada una de las operaciones que participan en el mismo, sino descripciones-explicaciones derivadas de la reconstrucci—n de situaciones-problemas particulares. En cuanto al principio isomorfista, ha sido tachado de reduccionista, especulativo, tautol—gicoÉ En resumen, la psicolog’a de la Gestalt ha sido calificada de filos—fica, oscura e incluso m’stica, m‡s cercana a la fenomenolog’a que a una psicolog’a genuinamente experimental, aunque se admite que fue y es un campo de determinaci—n de hip—tesis de trabajo.

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