Resumen de la Construcción del Estado Liberal Español (1833-1868) PDF

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Este documento resume la construcción del estado liberal en España durante el reinado de Isabel II (1843-1868). Analiza los diferentes partidos políticos, como los moderados y los progresistas, y la importante Guerra Carlista. Se proporciona información sobre los acontecimientos políticos y las principales figuras de esta época.

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Historia de España (2º Bachillerato) bloque II El siglo XIX tema_04 La construcción del estado liberal. El reinado de Isabel II (1843-1868) 1 Durante...

Historia de España (2º Bachillerato) bloque II El siglo XIX tema_04 La construcción del estado liberal. El reinado de Isabel II (1843-1868) 1 Durante el reinado de Isabel II se va a consolidar el sistema político liberal en España. Los dos partidos liberales que lucharán por el poder serán los moderados (alta burguesía) y los progresistas (baja burguesía). Estos se sucederán en el poder y cuando gobiernen, cada uno redactará una Constitución a su medida. Fuera del sistema quedan los absolutistas (Carlistas) que reclamarán el trono para Carlos Mª Isidro y sus sucesores a lo del siglo XIX, en las tres https:// guerras carlistas. En el año 1868 una revolución pone fin al reinado de www.yout Isabel II, ésta se exilia en París y en España se redactará una ube.com/ nueva constitución, la de 1869, la más progresista de todas watch? hasta ese momento. Con el trono vacío, las Cortes se lanzan a v=ltcfkKT la búsqueda de un nuevo rey, el elegido será el italiano Amadeo de Saboya que durará apenas dos años (1871-1873). MUrw Tras la abdicación del rey se proclama la Primera República española que no consiguió arreglar nada. Sería Retrato de Isabel II derrocada con el golpe de estado del general Pavía y el (J. CASADO DEL ALISAL) pronunciamiento de Martínez Campos, ambos acontecimientos contribuyeron a la restauración de los La construcción del estado liberal (1833 – 1868) Borbones en la persona de Alfonso XII, hijo de Isabel II. 1. La Primera Guerra Carlista (1833-1840). 29 de septiembre de 1833, muere Fernando VII, dos días después su hermano Carlos Mª Isidro y a través del manifiesto de Abrantes, reclamaba el trono de España. Muchas ciudades le apoyaron, otras siguieron fieles a la reina regente (María Cristina). La guerra que se desató fue algo más que una guerra dinástica por la sucesión al trono, pues enfrentaría a los defensores del antiguo régimen con los partidarios del nuevo régimen liberal. El carlismo se presentaba como una ideología tradicionalista y antiliberal. Bajo el lema “Dios, Patria y Fueros” se agrupaban los defensores del absolutismo monárquico de don Carlos Mª Isidro, del mantenimiento del antiguo régimen y del sistema foral particularista. Carlos Mª Isidro Entre quienes apoyaban al carlismo figuraban miembros del clero, de la nobleza agraria, campesinos propietarios del País Vasco, Navarra y Cataluña, y artesanos arruinados por las reformas liberales y por los nuevos impuestos. Además, los carlistas se identificaban con los valores de la Iglesia, a la que consideraban defensora de la sociedad tradicional. La causa isabelina igualmente contó con el apoyo de una parte de la alta nobleza, de la jerarquía eclesiástica y de los funcionarios. Pero ante la necesidad de ampliar esta base social para hacer frente al carlismo, la reina regente se vio obligada a buscar apoyos entre la burguesía y los sectores populares de las ciudades. Para ello tuvo que aceptar sus demandas de abolición del antiguo régimen y del absolutismo. La primera guerra carlista Manifiesto de Abrantes (Portugal, 1 de octubre de 1833). (…) La religión, la observancia y el cumplimiento de la ley fundamental de sucesión y la singular obligación de defender los derechos imprescriptibles de mis hijos (…) me esfuerzan a sostener y defender la corona de España del violento despojo que de ella me ha causado una sanción tan ilegal como destructora de la ley que legítimamente y sin alteración debe ser perpetuada. Desde el fatal instante en que murió mi caro hermano (…) creí se habían dictado en mi defensa las providencias oportunas para mi reconocimiento; y si hasta aquel momento habría sido traidor el que lo hubiese intentado, ahora será el que no jure mis banderas (…). Encargo https://javier2pm.blogspot.com.es Historia de España (2º Bachillerato) bloque II El siglo XIX encarecidamente la unión, la paz y la perfecta caridad. No parezco yo el sentimiento de que los católicos españoles que me aman, maten, injurien, roben ni cometan el más mínimo exceso (…). 2 Don Carlos V (Carlos Mª Isidro de Borbón) a. El desarrollo del conflicto. Las primeras partidas carlistas se levantaron en 1833 por una amplia zona del territorio español, pero el foco más importante se situó en Navarra, el País Vasco, Cataluña, Aragón y los Pirineos. Internacionalmente, el bando carlista contó con los apoyos de potencias absolutistas como Rusia, Prusia y Austria, que le enviaron dinero y armas. Por otro lado, el bando La primera guerra carlista (1833 – 1839) isabelino contó con el apoyo de Gran Bretaña, Francia y Portugal. El conflicto armado pasó por dos fases bien diferenciadas: En la primera fase (1833 – 1836), los carlistas organizaron un ejército bajo la dirección del general Zumalacárregui. Emplearon la táctica de guerrillas y controlaron el País Vasco, Navarra y Aragón –esta última bajo el mando del general Cabrera-, pero no pudieron unificar su territorio ni conquistar ninguna capital, lo que les restó apoyo diplomático. Su suerte se truncó en 1835 cuando el general Zumalacárregui murió en el cerco a Bilbao, la única gran ciudad que estuvo a punto de caer en sus manos. Quedaban así los carlistas sin su mejor estratega. En la segunda fase (1836-1840), la guerra se decantó hacia los liberales. Tras la victoria del general Espartero en Luchana (1836), que puso fin al sitio de Bilbao. Los insurrectos, faltos de recursos para financiar la guerra y conscientes de que no podían ganar, se decantaron por una nueva estrategia caracterizada por las expediciones a otras regiones. La más importante fue la famosa expedición real de Carlos V (Carlos Mª Isidro) en 1837, que a punto estuvo de tomar Madrid, que se encontraba desguarnecido en ese momento. General Espartero Muy pronto la debilidad del carlismo propició discrepancias entre los partidarios de alcanzar un acuerdo con los liberales y los defensores de la continuidad de la guerra. Finalmente el jefe general carlista Maroto acordó la firma del Convenio de Vergara (1839) con el general liberal Espartero. El acuerdo establecía el mantenimiento de los fueros en las provincias vascas y Navarra, así como la integración de la oficialidad carlista en el ejército real. Sólo las partidas de Cabrera continuaron resistiendo en la zona del Maestrazgo hasta su derrota en 1840. El Convenio de Vergara (1839). Art. 1. El capitán general don Baldomero Espartero recomendará con interés al Gobierno el cumplimiento de su oferta de comprometerse formalmente a proponer a las Cortes la concesión o modificación de los fueros. Art. 2. Serán reconocidos los empleo, grados y condecoraciones de los generales, jefes, oficiales y demás individuos dependientes del Ejército del teniente general don Rafael Maroto (…) defendiendo la constitución de 1837, el trono de Isabel II y la regencia de su augusta madre (…). Boletín Oficial de Pamplona, 5 de septiembre de 1839. https://javier2pm.blogspot.com.es Historia de España (2º Bachillerato) bloque II El siglo XIX b. Consecuencias. Fueron varias. En lo político la monarquía se inclinó de manera definitiva hacia el 3 liberalismo. Los militares cobrarían un gran protagonismo en la vida política y protagonizarían frecuentes pronunciamientos. Por último, los gastos de la guerra forzaron la desamortización de las tierras de la Iglesia. Tomás de Zumalacárregui (1788 – 1835). Fue el verdadero héroe del carlismo. Aunque parte de sus familiares fueron liberales, siempre apostó por la ortodoxia realista conservadora. Su estrategia militar y su capacidad organizativa le brindaron fama y numerosos triunfos. Aunque contrario a atacar Bilbao –como exigía Don Carlos Mª Isidro- no tuvo más remedio que planificar la campaña, muriendo en el curso de las operaciones por las heridas recibidas en una pierna. Llega el carlismo: “Dios, patria y rey” (A. Pérez Reverte; XL Semanal). Para vergüenza de los españoles de su tiempo y del de ahora —porque no sólo se hereda el dinero, sino también la ignominia—, Fernando VII murió en la cama, tan campante. Por delante nos dejaba todavía dos tercios de siglo XIX que iban a ser de indiscutible progreso industrial, económico y político (tendencia natural en todos los países más o menos avanzados de la Europa de entonces), pero desastrosos en los hechos y la estabilidad de España, con guerras internas y desastre colonial como postre. Con eso empezó la bronca, porque el hermano del rey difunto, don Carlos (que sale de jovencito en el retrato de familia de Goya), reclamaba el trono para él. Esa tensión dinástica acabó aglutinando en torno a la reina regente y el pretendiente despechado las ambiciones de unos y las esperanzas de buen gobierno o de cambio político y social de otros. La cosa terminó siendo, como todo en España, asunto habitual de bandos y odios, de nosotros y ellos, de conmigo o contra mí. Se formaron así los bandos carlista y cristino, luego isabelino. Dicho a lo clásico, conservadores y liberales; aunque esas palabras, pronunciadas a la española, estuvieran llenas de matices. (…) Ése, más o menos, era el paisaje mientras los españoles nos metíamos de nuevo, con el habitual entusiasmo, en otra infame, larga y múltiple guerra civil de la que, tacita a tacita, fueron emergiendo las figuras que habrían de tener mayor peso político en España en el siglo y medio siguiente: los mílites gloriosos. O sea, el Ejército y sus generales. 2. La época de las regencias (1833 – 1843): Mª Cristina y Espartero. 2.1 La regencia de Mª Cristina (1833 - 1840). Finalmente, el rey había conseguido tener descendencia con su cuarta esposa, Mª Cristina de Borbón. Unos meses antes del parto, en previsión de que el recién nacido no fuera varón, el rey aprobó la Pragmática Sanción por la que se abolía la Ley Sálica de 1713 que excluía del trono a las mujeres. Carlos Mª Isidro, hermano del rey y hasta ese momento su sucesor, no aceptó los derechos de su sobrina al trono. Regencia de Mª Cristina y Espartero En 1833 fallecía Fernando VII y Mª Cristina de Borbón se convertía en regente hasta la mayoría de edad de su hija. Se iniciaba así la guerra civil por su sucesión y comenzaba al mismo tiempo la construcción del nuevo estado liberal. Fue así como entre 1833 y 1843 se llevó a cabo el desmantelamiento del antiguo régimen y la construcción del estado liberal. a. Los gobiernos moderados y el Estatuto Real de 1834. El testamento de Fernando VII establecía la creación de un Consejo de Gobierno para asesorar a la reina regente María Cristina, compuesto en su mayoría por monárquicos reformistas. El nuevo gabinete proponía tímidas reformas que no alteraban el sistema político anterior. https://javier2pm.blogspot.com.es Historia de España (2º Bachillerato) bloque II El siglo XIX Prácticamente la única reforma emprendida fue 4 la nueva división provincial de España en 49 provincias. Promovida por el ministro de Fomento y antiguo afrancesado, Javier de Burgos. Este diseño era en realidad la expresión política uniformadora liberal, enemiga de todo fuero o privilegio que atentase contra el principio de igualdad de todos los ciudadanos ante las leyes. De ahí la oposición de algunos territorios donde Nueva división provincial de Javier de Burgos, 1833. rápidamente prendió la llama carlista. La falta de reformas y la extensión del carlismo hicieron que el trono isabelino empezara a tambalearse. Así, María Cristina llamó a formar gobierno a un liberal moderado, Francisco Martínez de la Rosa, al mismo tiempo que emprendía una serie de reformas entre las que destacaba el Estatuto Real de 1834. No era ni una constitución ni una carta otorgada, sino tan sólo un conjunto de reglas para convocatoria de Cortes, que reconocía: Unas Cortes bicamerales, formadas por la Cámara de Próceres, constituida por los grandes de España, por religiosos y por notables de designación real, y la Cámara de Procuradores, elegida mediante un sufragio censitario muy restringido. Solo los Fco. Martínez de la Rosa varones de más de treinta años que poseyeran una renta superior a 12000 reales anuales tenían derecho de voto1. El monarca mantenía importantes poderes: podía convocar y suspender Cortes cuando quisiera. Además, cualquier ley necesitaba del consentimiento del rey (derecho de veto). La reina regente, María Cristina de Borbón, inagura el Estamento de Próceres en julio de 1834. A partir de 1833, la cuestión política no se planteó entre absolutistas y liberales, sino entre las dos tendencias del liberalismo: moderados y progresistas. Los moderados se conviertieron en el más firme sostén de la causa isabelina. La insuficiencia de las reformas llevó de nuevo a la división liberal en dos grupos: moderados (doceañistas) y progresistas (exaltados), división que ya se había iniciado en el Trienio Liberal2 y que formó las dos grandes tendencias que dominarían la vida política española en los siguientes decenios. b. Los progresistas y la Constitución de 1837. Los gobiernos moderados se mostraron incapaces de vencer a los carlistas y tampoco de calmar la creciente oposición de los progresistas al Estatuto Real. Éstos acabaron protagonizando revueltas urbanas, encabezadas por las clases medias, en las que 1 En un país de diez millones de personas, tan sólo tenían derecho a voto en primera instancia unas 16000, que a su vez elegían a los 950 electores de partido, encargados de escoger, en segunda instancia, a los procuradores. La convocatoria y disolución de las Cortes correspondía exclusivamente al rey y la función de estas se reducían a votar los impuestos y a discutir las cuestiones que el monarca propusiese. El duque de Ahumada fue el presidente del Estamento de Próceres entre 1834 y 1835. Años más tarde sería el fundador del benemérito cuerpo (Guardia Civil). 2 1820-1823. https://javier2pm.blogspot.com.es Historia de España (2º Bachillerato) bloque II El siglo XIX solicitaban cambios más radicales3. Todos estos movimientos destacaron por su violencia: el incendio de la fábrica textil de 5 Bonaplata en Barcelona (1835); la quema de iglesias y conventos; o la matanza de frailes4 a causa de su apoyo al carlismo. Ante el agravamiento la reina regente mandó formar gobierno a los progresistas, encabezados por Juan Álvarez de Mendizábal, que rápidamente inició las reformas del Estatuto Real y tomó medidas para obtener recursos y armar un ejército contra el carlismo. Pero cuando decretó la desamortización de bienes del clero, los privilegiados apremiaron a María Cristina para que lo destituyese en el verano de 1836. J. A. de Mendizábal La destitución de Mendizábal llevó al pronunciamiento militar de un grupo de sargentos en la Granja de San Ildefonso. Presionada, la reina se vio obligada a suspender el Estatuto Real y proclamar la Constitución de 1812. Con el nuevo gobierno progresista, ahora dirigido por el extremeño José Mª de Calatrava, las Cortes emprendieron la elaboración de la Constitución de 1837, que se proclamó como una revisión de la de Cádiz y que intentó dar cabida a las distintas Los sargentos sublevados en La Granja tendencias liberales. (Segovia), en 1836, obligando a la reina a restablecer la Constitución de La Constitución de 1837. 1812.Sargentada de la Granja El nuevo texto proclamaba algunos principios básicos del progresismo: la soberanía nacional, aunque el artículo 12 reconocía que la potestad legislativa pertenecía “a las Cortes con el Rey”; derechos individuales y la libertad de imprenta como garantía de la libertad de expresión; la división de poderes y la aconfesionalidad del Estado. También recogía algunos principios moderados: establecía dos cámaras (el Congreso y el Senado5), y concedía amplios poderes a la Corona (veto de leyes, disolución del Parlamento, nombramiento de ministros…). Como la desamortización y la supresión del diezmo habían dejado al clero sin su fuente de recursos tradicionales, la Constitución recogió el compromiso de financiación del culto católico. Además, se creaba la Milicia Nacional, que estaba compuesta por ciudadanos voluntarios para mantener el orden constitucional y dependería directamente de los Ayuntamientos. Finalmente una nueva Ley Electoral ampliaba el sufragio censitario hasta el 2,4%. De este modo tenían derecho al voto los españoles varones mayores de 25 años que pagasen un mínimo de 200 reales de contribución directa. Constitución de 1837 - Art. 2º. Todos los españoles pueden imprimir y publicar libremente sus ideas sin previa censura, con sujeción a las leyes. La calificación de los delitos de imprenta corresponde exclusivamente a los jurados. 3 Entre sus demandas de cambio podemos señalar: reunión de Cortes, libertad de expresión, Milicia Nacional… 4 Tuvo lugar en Madrid, mayo de 1834. 5 El Senado sería una cámara no electiva y designada por el rey. https://javier2pm.blogspot.com.es Historia de España (2º Bachillerato) bloque II El siglo XIX - Art. 7º. No puede ser detenido, ni preso, ni separado de su domicilio ningún español, ni allanada su casa, sino en los casos y en la forma que las leyes prescriban. 6 - Art. 11. La Nación se obliga a mantener el culto y los ministros de la religión católica que profesan los españoles. - Art. 12. La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey. - Art. 13. Las Cortes se componen de dos Cuerpos Colegisladores, iguales en facultades: el Senado y el Congreso de Diputados. - Art. 45. La potestad de hacer ejecutar las leyes reside en el Rey, y su autoridad se extiende a todo cuanto conduce a la conservación del orden público en lo interior y a la seguridad del Estado con lo exterior (…). - Art. 63. A los Tribunales y Juzgados pertenece exclusivamente la potestad de aplicar las leyes en los juicios civiles y criminales, sin que puedan ejercer otras funciones que las de juzgar y hacer que se ejecute lo juzgado. La desamortización de Mendizábal. Durante su breve etapa como presidente del consejo de ministros, Mendizábal adoptó una serie de medidas tendentes a lograr el triunfo en la guerra carlista, y a reestructurar el grave problema de la deuda pública. Entre todas ellas destacó entonces la reactivación de la desamortización de los bienes del clero regular, que constituía una continuación de las efectuadas por Godoy y posteriormente por las Cortes de Cádiz y los gobiernos del Trienio Liberal. Mendizábal decretó la disolución de las órdenes religiosas (excepto las dedicadas a la enseñanza y a la asistencia hospitalaria) y estableció la incautación de su patrimonio. Los bienes desamortizados fueron puestos en venta mediante subasta pública a la que podían acceder todos los particulares interesados en su compra. Las tierras podían adquirirse en metálico o a cambio de títulos de la deuda pública. La desamortización de Mendizábal (1836) A corto plazo, los compradores constituirían un sólido apoyo con el liberalismo. A largo plazo las medidas deberían fomentar el desarrollo de la agricultura y cambiarían la estructura de la propiedad, que de ser amortizada pasaría a ser libre e individual. Desamortización de Mendizábal, (decreto de 19 de febrero de 1836). Atendiendo a la necesidad y conveniencia de disminuir la deuda pública consolidada, y de entregar al interés individual la masa de bienes raíces que han venido a ser propiedad de la Nación, a fin de que la agricultura y el comercio saquen de ellos las ventajas que no podrían conseguirse por entero en su actual estado (...) conformándome con lo propuesto por el Consejo de Ministros, en nombre de mi excelsa hija la reina Doña Isabel II, he venido en decretar lo siguiente: Art. 1. Quedan declarados en venta desde ahora todos los bienes raíces de cualquier clase que hubiesen pertenecido a las comunidades y corporaciones religiosas extinguidas, y los demás que hayan sido adjudicados a la Nación por cualquier título o motivo, y también todos los que en adelante lo fuesen desde el acto de su adjudicación. Art. 2. Se exceptúan de esta medida general los edificios que el gobierno destine para el servicio público o para conservar monumentos de las artes, o para honrar la memoria de hazañas nacionales. El mismo gobierno publicará la lista de edificios que con este objeto deben quedar excluidos de la venta pública. J. A. de Mendizábal “Exposición a S.M. la Reina Gobernadora” https://javier2pm.blogspot.com.es Historia de España (2º Bachillerato) bloque II El siglo XIX Las consecuencias de la desamortización no fueron positivas:  Empobreció más a los campesinos, despojados del trabajo que realizaban en las 7 tierras de la Iglesia que venían trabajando desde hacía siglos. Muchos cayeron en la miseria.  Los enormes lotes puestos a la venta sólo pudieron ser adquiridos por las mayores fortunas, sobre todo aquellos que se habían enriquecido con los negocios6 pero que ansiaban poseer tierras como poseía la nobleza.  Aumentó la confrontación entre el régimen liberal y el clero católico, que perdió la mayor parte de sus propiedades (tierras, edificios y fincas urbanas) y el cobro del diezmo. La desamortización eclesiástica se completó con otras medidas: desaparición de los señoríos y los mayorazgos (1836), supresión de la Mesta (1836), supresión de los derechos señoriales (1837). Todas ellas tuvieron por objeto convertir la propiedad vinculada en propiedad libre para poder circular en el mercado. 2.2 La regencia de Espartero (1840 – 1843). El último choque entre los progresistas y Mª Cristina tuvo lugar con ocasión de la ley de Ayuntamientos (1840), por la que los nombramientos de los regidores serían verificados por designación regia, no por votación popular, como exigían aquellos. A esto se sumaba la frágil situación institucional y la impopularidad de la reina regente7. Tras el estallido de disturbios en numerosas ciudades, con la activa participación de la milicia nacional, y el establecimiento de juntas revolucionarias, Mª Cristina marchó al destierro en octubre de 1840. El general Espartero fue elegido por las Cortes para sumir la regencia. Durante tres años gobernó de manera autoritaria: fue incapaz de cooperar con las Cortes y gobernó sin más colaboradores que su camarilla de militares afines (ayacuchos8). De este modo perdió toda la popularidad que lo había llevado al poder. Una de sus actuaciones de mayor trascendencia fue la aprobación, en 1842, de un arancel que abría el mercado español a los tejidos de algodón ingleses. La industria textil catalana se sintió gravemente amenazada y la medida provocó un levantamiento en Barcelona, en el que estuvieron involucradas la burguesía y las clases populares, que veían peligrar sus puestos de trabajo. Espartero mandó bombardear la ciudad hasta conseguir su sumisión, colocando a Cataluña y a buena parte de sus partidarios Espartero derrotado en 1843, despidiéndose de en su contra. la Milicia Nacional entre las aclamaciones. En julio de 1843, una sublevación militar organizada por los moderados (general Narváez), precipitó la caída de Espartero. Para salir del impasse político las Cortes aceleraron, pese a tener solo trece años, la coronación como reina de Isabel II. 3. Las diferentes opciones del liberalismo: moderados y progresistas. El sistema político liberal configurado por la Constitución de 1837 se articuló a través de dos grupos, el moderado y el progresista. Con el paso de los años, a la izquierda de este último se formaron los primeros núcleos de demócratas y republicanos. Los partidos políticos del siglo XIX no eran como los concebimos en la actualidad. No eran grupos con una ideología y un programa definidos, sino más bien agrupaciones de personalidades alrededor de un notable, civil o militar. Más que partidos organizados, eran 6 Hablamos de la “burguesía” fundamentalmente, que a partir de ahora quiso convertirse en una clase rentista. 7 Dos meses después de enviudar había contraído matrimonio en secreto con Fernando Muñoz, teniente de la guardia de Corps. Se trataba de un matrimonio morganático, o también de mano izquierda, entre dos personas de rango social desigual, cada parte mantiene su “legítima” y los hijos son considerados a todos los efectos, hijos legales. 8 Nombre coloquial con el que se designaba a los militares partidarios de Espartero, como resultado de la falsa creencia de que el regente había estado en la batalla de Ayacucho (1824) en Perú. https://javier2pm.blogspot.com.es Historia de España (2º Bachillerato) bloque II El siglo XIX corrientes de opinión o “camarillas”, vinculadas por intereses personales o económicos, que se unían para participar en las elecciones y controlar las diferentes parcelas de poder. 8 Los moderados. Los moderados se definían así mismo como “personas de orden” y eran un grupo heterogéneo formado por terratenientes, comerciantes, intelectuales conservadores junto a miembros de alta nobleza, alto clero y jerarquía militar. Antiguos “doceañistas” en el Trienio Liberal, defendían un programa muy conservador, anteponían la autoridad y el orden a la participación de las masas en la política y esta debía quedar en manos de una minoría propietaria e ilustrada. Su programa: Soberanía compartida (Cortes con la Corona). Esta disponía de amplios poderes (nombramiento de Ministros, disolución de Cortes, Ramón Mª Narváez veto de leyes…) Cortes bicamerales (Próceres y Procuradores) Limitación de derechos individuales (libertad de prensa, opinión, reunión y asociación) Sufragio censitario muy restringido. Estado confesional. Designación de los Ayuntamientos por el Gobierno central. Supresión de la Milicia Nacional. Leopoldo O´Donnell Este programa se concretó en la Constitución de 1845, Ley de Ayuntamientos (1845). Sus principales dirigentes fueron Martínez de la Rosa y los generales Narváez, O’Donnell y Serrano. Estuvieron en el poder: 1837 - 1840, 1844 - 1854, 1856 - 1868. En 1854 se formó con el nombre de la Unión Liberal, un nuevo partido que nació como una escisión de los moderados. Pretendía constituirse como una opción centrista entre los dos partidos clásicos, aunque básicamente agrupaba a sectores descontentos con la política moderada. Sus impulsores fueron los generales O´Donnell y Serrano. Francisco Serrano Los Progresistas. Los progresistas se consideraban como los “defensores de la libertad” y entre ellos predominaba la pequeña y mediana burguesía, la oficialidad del Ejército y también las clases populares urbanas (artesanos, comerciantes, profesiones liberales). Su programa: Defendían la soberanía nacional como fuente de legitimidad de poder y el predominio de las Cortes en el sistema político, mientras rechazaban la intervención de la Corona en la vida política, atribuyéndole tan sólo un papel moderador. Ampliación de derechos y libertades ciudadanas (prensa, opinión, religión…). Defensores de la desamortización de los bienes eclesiásticos y de los ayuntamientos. Sufragio censitario más amplio. Designación popular de alcaldes y concejales en los ayuntamientos. Pascual Madoz Constitución de un cuerpo armado, la Milicia Nacional, como garante de las libertades. Sus principales dirigentes fueron Espartero, Mendizábal, Madoz, Prim. A lo largo del reinado de Isabel II y la regencia de su madre María Cristina solo estuvieron en el poder durante breves períodos: 1835 - 1837, 1840 - 1843 y 1854 - 56 (Bienio Progresista). La mejor concreción de su programa fue la Constitución de 1837. Hacia 1849 sufrieron una escisión por su izquierda, naciendo el Partido Demócrata. Que defendían la soberanía popular y el sufragio universal masculino, cortes unicamerales, https://javier2pm.blogspot.com.es Historia de España (2º Bachillerato) bloque II El siglo XIX mayores libertades públicas, la formación de la Milicia Nacional, la libre elección de ayuntamientos y la 9 libertad de culto. Su fuerza se hallaba fundamentalmente en las clases populares y nunca llegaron a gobernar. El desprestigio de la monarquía de Isabel II hizo ganar fuerza al republicanismo en detrimento del Partido Demócrata. Los republicanos defendían la república como la única opción verdaderamente Durante el siglo XIX, los cafés fueron democrática por permitir la elección de todos los lugar de encuentro y discusión de las cargos públicos, incluyendo la jefatura del Estado. diferentes tendencias políticas. Café Suizo de Madrid. Grabado de 1871. 4. El reinado de Isabel II (1843-1868). Tras la caída de Espartero y la proclamación de la mayoría de edad de Isabel II, los moderados accedieron al poder con el apoyo de la Corona. Se inició así un periodo que duró diez años y que finalizó en 1854 mediante el pronunciamiento militar progresista conocido como la “Vicalvarada”. La oligarquía se pone las botas (A. Pérez Reverte; XL Semanal) El reinado de Isabel II fue un continuo sobresalto: un putiferio de dinero sucio y ruido de sables. Un disparate llevado a medias entre una reina casi analfabeta, caprichosa y aficionada a los sementales de palacio, unos generales ambiciosos y levantiscos, y unos políticos corruptos que, aunque a menudo se odiaban entre sí, generales incluidos, podían ponerse de acuerdo durante opíparas comidas para repartirse el negocio. Entre bomberos, decían, no vamos a pisarnos la manguera. Eso fue lo que más o menos ocurrió con un invento que se montaron, tras mucha ida y venida, pronunciamientos militares y revolucioncitas parciales (aunque ninguna de verdad, con guillotina o Ekaterimburgo para los golfos, como Dios manda), los dos espadones llamados Narváez y O’Donnell, con el acuerdo del tercero llamado Espartero, para inventarse dos partidos, liberal y moderado, que se fueran alternando en el poder; y así todos disfrutaron, por turnos, más a gusto que un arbusto. Llegaba uno, despedía a los funcionarios que había puesto el otro —cesantes, era la palabra— y calzaba a sus parientes, amigos y compadres. Al siguiente turno llegaba el otro, despedía a los de antes y volvían los suyos. Etcétera. Así, tan ricamente, con vaselina, aquella pandilla de sinvergüenzas se fue repartiendo España durante cierto tiempo, incluidos jefes de gobierno sobornados por banqueros extranjeros, y farsas electorales con votos comprados y garrotazo al que no. 4.1 La década moderada (1844-1854). La década moderada (1844 – Cuando Narváez llegó a la presidencia del Gobierno, 1854). Principales reformas. inició una serie de reformas que reforzaban el poder de la Corona y la administración centralizada. Las primeras reformas moderadas. Primeramente, se abordó la reforma de la administración pública, reorganizando los cargos del Estado y creando una ley de funcionarios que regulaba su acceso. También se reordenó la administración territorial, que asume como definitiva la división provincial de Javier de Burgos (1833) en provincias, a cuyo cargo se sitúa un Gobernador Civil y una Diputación Provincial como entidad que coordina los municipios. En la administración local, una nueva Ley de Ayuntamientos (1845) eliminaba toda posibilidad de Isabel II jurando la Constitución autonomía. Los municipios superiores a 2000 habitantes y de 1837 (J. CASTELARO) las capitales de provincia tendrán un alcalde nombrado por la Corona y en los municipios menores, los alcaldes serán designados por el Gobernador Civil. De esta manera, cada provincia dependía del Ministerio de Gobernación, en Madrid. https://javier2pm.blogspot.com.es Historia de España (2º Bachillerato) bloque II El siglo XIX Otra de las reformas emprendidas en este periodo fue la reforma fiscal (Ley Mon-Santillán de 1845). Se refundieron los innumerables impuestos en nuevas contribuciones directas 10 (agrarias, industriales y de comercio), pero al no estar confeccionado un catastro ni unas estadísticas fiables, no se pudo evitar que prosiguiera con el tradicional fraude y la evasión fiscal. Con todo, los ingresos serían insuficientes y se hizo necesario restablecer el tradicional e impopular impuesto sobre los consumos. En la administración de justicia, el Código Penal de 1848 pretendía uniformar el sistema judicial, poniendo fin a la dispersión de leyes del antiguo régimen. También se implantó un nuevo sistema nacional de instrucción pública, que regulaba los diferentes niveles de enseñanza (elemental, secundaria, universitaria) y elaboraba los planes de estudio. Esta legislación se completó con la Ley Moyano de 1857, que fue la primera gran ley de educación del país. Se adoptó un único sistema de pesos y medidas, el sistema métrico decimal. Por último, siguiendo el principio de uniformidad, se disolvió la antigua Milicia Nacional, ligada a las diferentes ciudades y provincias y se creó la Guardia Civil (1844) por el duque de Ahumada, un cuerpo armado que se encargaría del mantenimiento del orden público, las propiedades y las personas sobre todo en el medio rural (lucha Duque de Ahumada, contra el bandolerismo). fundador de la Guardia Civil. Los moderados intentaron también mejorar sus relaciones con la Iglesia, que en gran parte se había mostrado también contraria al liberalismo y proclive al carlismo, muy especialmente a causa de la desamortización y de la abolición del diezmo. En 1851 se firmó un Concordato con la Santa Sede, en el que se establecía la suspensión de la venta de bienes eclesiásticos desamortizados y el retorno de los no vendidos. A cambio, la Santa Sede reconocía a Isabel II, mientras el Estado se comprometía al sostenimiento de la Iglesia (presupuesto de culto y clero), otorgaba amplias competencias en materia de educación y reconocía al catolicismo como religión oficial del país. Concordato con la Santa Sede (1851). Art. 1. La religión católica, apostólica, romana, que con exclusión de cualquier otro culto continúa siendo la única de la nación española (…). Art. 2. En su consecuencia, la instrucción de las universidades, colegios, seminarios y escuelas públicas o privadas de cualquier clase, será en todo conforme a la doctrina de la religión católica (…). Art. 41. Además la Iglesia tendrá derecho de adquirir por cualquier título legítimo, y su propiedad y todo lo que posee ahora o adquiriese en adelante será solemnemente respetado (…). La Constitución de 1845. Aunque fue presentada como una reforma para mejorar la de 1837, en realidad se trataba de un texto nuevo, claramente moderado, que excluía toda pretensión de pacto con los progresistas. Su preámbulo contenía dos principios trascendentales: se negaba que la soberanía nacional residía en el pueblo y se afirmaba que dicha soberanía era compartida, entre el rey y las Cortes. Las reformas políticas más importante fueron: el aumento de las prerrogativas reales en materia de Gobierno (nombramiento https://javier2pm.blogspot.com.es Historia de España (2º Bachillerato) bloque II El siglo XIX de Ministros, disolución de Cortes, derecho de veto, iniciativa legislativa, designación del Senado…), y la pérdida de autonomía de las Cortes, restringidas por un Senado designado 11 por el monarca y un Congreso elegido por sufragio censitario. La boda de Isabel II. La boda de Isabel II se convirtió en un asunto de Estado y comportó intensas negociaciones en las que intervinieron partidos políticos y las potencias extranjeras. Los candidatos eran varios: el duque de Montemolín (hijo de Carlos Mª Isidro), que se manifestó dispuesto a “acelerar la reconciliación de la familia real”, pero contó con el veto de los liberales; el infante don Enrique de Borbón, que fue rechazado por los moderados, y el conde de Trapani, tío de Isabel II, vetado por los progresistas. Finalmente, fue elegido Francisco de Asís, primo de la reina, un candidato apolítico, muy religioso y que no levantó la oposición de ningún partido ni de ninguna potencia extranjera. La oposición más fuerte vino de la propia reina que acabó aceptándolo a regañadientes. La boda real se celebró el 10 de octubre de 1846. La segunda Guerra Carlista (1846-1849). Se le conoce también como guerra dels matiners (guerra de los madrugadores). El pretendiente en esta ocasión era Carlos VI, hijo de Carlos Mª Isidro. No tuvo ni la violencia ni el impacto de la primera. La causa ahora fue el fracaso de la planeada boda entre el pretendiente carlista, Carlos VI, e Isabel II, lo que hubiera resuelto el conflicto dinástico. Aunque se desarrolló sobre todo en el campo catalán, hubo también episodios aislados en otras zonas. Después de algunos triunfos del general Cabrera, la detención del pretendiente en la frontera y la derrota militar de las partidas carlistas acabaron con esta insurrección. Carlos VI, conde de Montemolín La crisis del gobierno moderado. Los gobiernos moderados no consiguieron dar estabilidad política al Estado. La vida política no se desarrollaba en las Cortes, sino alrededor de la corte y de la influencia de las distintas “camarillas” que buscaban el favor real. El autoritarismo se agudizó durante el gobierno del extremeño Juan Bravo Murillo de 1852, que propuso una reforma constitucional que transformara el Estado en una dictadura tecnocrática, que contemplara la posibilidad de gobernar por decreto y suspender indefinidamente las Cortes, a la vez que se restringía aún más el censo electoral. En su conjunto la reforma supondría la desaparición del régimen parlamentario. La propuesta fracasó por la oposición de un sector del propio moderantismo, que consiguió desplazar a Bravo Murillo del poder, pero agudizó la descomposición interna del partido. De este modo, una nueva revolución en 1854 permitió que los progresistas regresaran al poder y puso fin a diez años de gobierno moderado. Juan Bravo Murillo (1803-1873). Político moderado, experto en cuestiones económicas. Fue ministro de Gracia y Justicia, de Fomento y de Hacienda. Ocupó la presidencia del Consejo de Ministros en 1850 tras la dimisión de Narváez. En su etapa de gobierno saneó la economía y realizó un plan de obras públicas, como la construcción del canal de Isabel II. Su gobierno fue más tecnocrático que político y no exento de autoritarismo. 4.2 El Bienio Progresista (1854 - 1856). En julio de 1854, una facción del ejército encabezada por el general O'Donnell se pronunció en Vicálvaro, enfrentándose a las tropas del Gobierno. En Manzanares se le unió https://javier2pm.blogspot.com.es Historia de España (2º Bachillerato) bloque II El siglo XIX el general Serrano y ambos decidieron lanzar un manifiesto 12 al país: el manifiesto de Manzanares, con promesas progresistas. Pronto las agitaciones populares proliferaron y casi toda España se unió a la insurrección, de modo que el alzamiento militar quedó convertido en un movimiento popular y progresista. A la vista de los Revolución de 1854 en la Puerta del Sol de Madrid (Eugenio acontecimientos, la reina Isabel Lucas). Este cuadro recoge con gran expresividad el fragor II decidió entregar el poder a la revolucionario vivido en la madrileña Puerta del Sol en julio de principal figura del progresismo, 1854. Significó el inicio de dos años de gobiernos progresistas, el general Espartero. conocidos por la historiografía como el Bienio Progresista. Manifiesto de Manzanares, 1854 Nosotros queremos la conservación del Trono, pero sin la camarilla que le deshonra; queremos la práctica rigurosa de las leyes fundamentales, mejorándolas, sobre todo la Electoral y la de imprenta; queremos la rebaja de los impuestos, fundada en una estricta economía; queremos que se respeten en los empleos militares y civiles la antigüedad y los merecimientos; queremos arrancar los pueblos de la centralización que los devora, dándoles la independencia local necesaria para que conserven y aumenten sus intereses propios, y como garantía de todo esto, queremos plantearnos la milicia nacional. Tales son nuestros intentos, que expresamos francamente, sin imponerlos por eso a la Nación. O’Donnell y Espartero proclaman el triunfo, 1854 Reformas del Bienio. Finalizaba así la década moderada y comenzaba lo que se llamó el bienio progresista, que duraría hasta septiembre de 1856. El nuevo gobierno intentó restaurar los principios del progresismo como la milicia nacional y la Ley de Ayuntamientos que permitía la elección directa de alcaldes. También preparó una nueva Constitución (1856) que no llegó a ser promulgada (“non nata”), pero que introducía importantes novedades, como la libertad de culto y la libre elección del Senado, que adquiría iguales poderes y responsabilidades que el Congreso. También aplicó un ambicioso plan de reformas económicas en defensa de los intereses de la El Bienio Progresista (1854 – 1856) burguesía urbana y de las clases medias. La política económica tuvo como eje principal la desamortización y una serie de leyes económicas para atraer capitales extranjeros: Ley de Ferrocarriles (1855) y la creación del Banco de España (1856). En 1855, el ministro de Hacienda, Pascual Madoz, sacó a la luz su Ley de Desamortización General. Se llamaba "general" porque se ponían en venta todos los https://javier2pm.blogspot.com.es Historia de España (2º Bachillerato) bloque II El siglo XIX bienes del Estado, de la Iglesia, de las órdenes militares, de las instituciones benéficas, de los Ayuntamientos (bienes propios9 y comunales10). 13 Al igual que en 1837, con la eliminación de la propiedad vinculada se pretendía conseguir recursos para la Hacienda e impulsar la modernización económica de España. Buena parte de los ingresos fueron invertidos en la red de ferrocarriles, considerada la pieza clave para fomentar los intercambios y el crecimiento industrial del país. El procedimiento utilizado para las ventas fue una copia del de Mendizábal; sin embargo, había dos diferencias claras. El dinero obtenido fue dedicado a la industrialización del país y a la expansión del ferrocarril. La otra diferencia estaba en la propiedad de dicho dinero: el Estado no era el La desamortización de Madoz (1855) propietario, sino los ayuntamientos. Aquel percibiría el importe de las ventas y lo utilizaría para el bien de todos. En este proceso, la burguesía con dinero fue de nuevo la gran beneficiaria, aunque la participación de los pequeños propietarios de los pueblos fue mucho más elevada que en el anterior proceso desamortizador. La construcción de las líneas del ferrocarril se inició en 1855 con la Ley General de Ferrocarriles, que regulaba su ejecución y ofrecía amplios incentivos a las empresas que intervinieran en ella, de lo que se beneficiaron especialmente los capitales extranjeros, que acudieron en abundancia al mercado español. La preocupación de las Cortes por fomentar el desarrollo económico se plasmó también en los planes de reforestación, desarrollo del sistema de telégrafo, de la red de carreteras, desarrollo de la banca y de la minería. Todo ello comportó una etapa de desarrollo económico hasta 1866. Crisis del bienio. Las medidas reformistas no remediaron la crisis de subsistencia. Fueron frecuentes las huelgas obreras en Cataluña, que pedían la reducción de la jornada laboral, la eliminación de los impuestos de consumos, la mejora de los salarios, la abolición de las quintas. 9 BIENES PROPIOS: Patrimonio perteneciente a los municipios que los ayuntamientos arrendaban para cubrir con sus ingresos los gastos públicos. 10 BIENES COMUNALES: Patrimonio de propiedad comunitaria de un determinado municipio cuyo aprovechamiento y disfrute pertenece exclusivamente a sus habitantes. Solían ser bosques y tierras de libre pasto. https://javier2pm.blogspot.com.es Historia de España (2º Bachillerato) bloque II El siglo XIX El malestar social condujo también a un importante levantamiento campesino en tierras castellanas y andaluzas, con asaltos e incendios de fincas. 14 Las discrepancias en el Gobierno de coalición, entre el progresismo más moderado (Unión Liberal), y el más radical (Partido Demócrata), se agudizaron. Espartero dimitió y la reina confió el gobierno a O’Donnell, que reprimió duramente las protestas. Es significativo que el propio O’Donnell ayudase a eliminar el gobierno que él había colocado en el poder dos años antes. 4.3. El final del régimen isabelino (1856-1868). El periodo que transcurre entre 1856 y 1868 estuvo dominado por la alternancia en el poder de unionistas y moderados. El favoritismo de la Corona hacia los moderados y la marginación de progresistas y demócratas condujeron a la descomposición del sistema político isabelino. Vientos del pueblo (A. Pérez Reverte; XL Semanal). En los últimos años del reinado de Isabel II, la degradación de la vida política y moral de España convirtió la monarquía constitucional en una ficción grotesca. El poder financiero acumulaba impunemente especulación, quiebras y estafas. Los ayuntamientos seguían en manos de jefes políticos corruptos y la libertad de prensa era imposible. Los gobiernos se pasaban por el escroto las garantías constitucionales, y la peña era traicionada a cada paso, pueblo halagado cuando se le incita a la pelea y olvidado después de la victoria, como dijo, ampuloso e hipócrita, uno de aquellos mismos políticos que traicionaban al pueblo y hasta a la madre que lo parió. La gentuza instalada en las Cortes, fajada en luchas feroces por el poder, se había convertido en una pandilla de forajidos políticos. Entre 1836 y 1868 se prolongó la farsa colectiva, aquel engaño electoral basado en unas masas míseras, de una parte, y de la otra unos generaluzos sin escrúpulos conchabados con políticos y banqueros, vanidosos como pavos reales, que falseaban la palabra democracia y que, instalados en las provincias como capitanes generales, respaldaban con las bayonetas el poder establecido, o se sublevaban contra él según su gusto, talante y ambiciones. Nadie escuchaba la voz creciente del pueblo, y a éste sólo se le daban palos y demagogia, cuerdas de presos y fusilamientos. Los hijos de los desgraciados iban a la guerra, cuando había una, pero los ricos podían ahorrarles el servicio a sus criaturas pagando para que fuera un pobre en su lugar. Continuará… a. Los gobiernos unionistas (1856 - 1863) La crisis se produjo en julio de 1856. O'Donnell dio un auténtico golpe de Estado y desplazó del poder al general Espartero. De este modo, el bienio progresista acabó como había comenzado, a tiros y con derramamiento de sangre en las calles de Madrid. O'Donnell asumió la presidencia del Gobierno con el respaldo de su nuevo partido, la Unión Liberal. El nuevo gobierno intentó un equilibrio político combinando propuestas moderadas (restablecimiento de la Constitución de 1845) y progresistas (aceptación de la desamortización y limitación de los poderes de la Corona). De este modo se consiguió una relativa estabilidad política interna que estuvo acompañada por una etapa de prosperidad económica debido a la fiebre especuladora de las acciones Congreso de los Diputados, 1854 (L. Vázquez) ferroviarias. Una de las actuaciones más relevantes del gobierno fue su política exterior activa, que buscaba recuperar el prestigio internacional: La expedición a Indochina (1858-1863) en colaboración con Francia, motivada por de deseo de castigar una matanza de misioneros (1858). Francia salió beneficiada. https://javier2pm.blogspot.com.es Historia de España (2º Bachillerato) bloque II El siglo XIX La intervención en México (1862), para exigir al gobierno mexicano el cobro 15 de la deuda atrasada con ese país. La expedición fue un fracaso. Las campañas militares en Marruecos (1859-1860), que se saldaron con los triunfos de Tetuán y Castillejos, donde adquirió gran prestigio el general progresista Juan Prim. La paz de Wad- Ras permitió a España la incorporación del territorio del Ifni y la ampliación de Ceuta. Batalla de Tetuán, 1859 (Mariano FORTUNY) En 1863 se evidenció la descomposición interna de la coalición. O´Donnell presentó su dimisión y la reina entregó el poder a los moderados. b. Los gobiernos moderados (1863-1868). Los años que transcurrieron entre 1863 y 1868 supusieron el retorno de Narváez al poder y la reposición de los antiguos principios del moderantismo, ejerciendo el gobierno de forma autoritaria y una fuerte represión contra los opositores (“la noche del matadero (1865)”). En 1866 tuvo lugar la sublevación de los sargentos del cuartel de San Gil, que contó con la adhesión de progresistas y demócratas y que comportó un levantamiento popular en Madrid. La insurrección y posterior represión acabó con 66 fusilamientos y más de 1000 prisioneros. Una buena parte de los unionistas se pusieron en contra del gobierno y se acercaron a posiciones progresistas, mientras el propio O´Donnell se exiliaba a Gran Bretaña. Fusilamientos de los sargentos de San Gil La situación del gobierno empeoró a raíz de la crisis de subsistencia que provocó el aumento de precios y el descontento popular. A partir de ese momento, amplios sectores de la sociedad coincidieron en la necesidad de promover un pronunciamiento que diese un giro radical a la situación. Finalmente, progresistas, demócratas y republicanos –más tarde también los unionistas- firmaron el Pacto de Ostende (Bélgica, 1866) por el que se comprometían a derrocar a Isabel II. La noche del matadero (10 abril 1865). En 1865 tuvieron lugar graves incidentes en la Universidad de Madrid, conocidos como la noche del matadero, y que se iniciaron a raíz de un artículo de Emilio Castelar, profesor de ideología republicana. El texto ironizaba sobre la venta de bienes de la Corona por parte de la reina, dejando patente que los consideraba como propios y no como bienes nacionales. El gobierno destituyó a Castelar de su cátedra, provocando la protesta del rector y de los estudiantes, que se manifestaron ante la Puerta del Sol madrileña. Los manifestantes fueron violentamente reprimidos por la Guardia Civil, con el resultado de nueve estudiantes muertos y La noche del matadero (1865). más de cien heridos. Estos sucesos aumentaron la impopularidad de Narváez. https://javier2pm.blogspot.com.es

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