Tema 2: La Imagen del Hombre en el Periodo Clásico PDF

Summary

Este documento examina la imagen del hombre en el periodo clasico. Se enfoca en las perspectivas griega y romana. Se describen las ideas de verdad y bondad según los griegos y los hebreos. También se hace un análisis del papel del ser humano en el pensamiento hebreo.

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TEMA 2: LA IMAGEN DEL HOMBRE EN EL PERIODO CLÁSICO LA IMAGEN DEL HOMBRE EN GRECIA Y ROMA: LA HUMANITAS La filosofía surge en Grecia cuando los hombres comienzan a interpretar las cosas en términos de naturaleza. Esta es la gran hazaña de los filósofos presocráticos, autores de obras o poemas titulad...

TEMA 2: LA IMAGEN DEL HOMBRE EN EL PERIODO CLÁSICO LA IMAGEN DEL HOMBRE EN GRECIA Y ROMA: LA HUMANITAS La filosofía surge en Grecia cuando los hombres comienzan a interpretar las cosas en términos de naturaleza. Esta es la gran hazaña de los filósofos presocráticos, autores de obras o poemas titulados, por lo general, Perì phýseos, sobre la naturaleza. El sentido etimológico del termino naturaleza significa surgir o brotar desde dentro de la cosa misma. - Para un griego en el interior de las cosas está la razón de sus características o propiedades. - Para los semitas la razón se encontró́ fuera de la propia realidad de las cosas, por encima de ella, recurriendo a la voluntad de los dioses, de una forma sobrenatural. Grecia es el orto del naturalismo cultural. Ampliando y profundizando las ideas de Von Soden a propósito del diferente modo como el israelita y el griego se enfrentaron con la realidad, Zubiri contrapuso hace años la mentalidad semítica y la indoeuropea. Ambas tratan de explicar los mismos fenómenos, pero sirviéndose de recursos muy distintos. La mentalidad de los pueblos semíticos tiende a ser personalista y ética, en tanto que la de los indoeuropeos es naturalista o física. Los indoeuropeos interpretan la realidad en términos de phýsis, naturaleza; aquellos, como por ejemplo el pueblo de Israel, en términos de diathéke, testamento. De tal forma, el griego y el israelita tuvieron dos concepciones completamente distintas del mundo y de la vida. Esto les hizo entender la verdad y la bondad de formas muy diferentes. - LA VERDAD Para el hebrero verdadero es lo que permanece en el tiempo, siendo un atributo constante; en cambio para el griego, verdadero es aquello que está patente, lo que sale de lo oculto y sale a la luz haciéndose presente. En un caso verdad significa seguridad o confianza, emunah; en el otro, desvelación, alétheia. Los indoeuropeos concedieron importante prioridad al sentido de la vista, y entendieron la verdad como lo que es ante los ojos. Los semitas, por el contrario, primaron el sentido de auditivo, razón por la que la verdad era sinónimo de noticia que se manifiesta como fidelidad y respeto de las cosas pasadas y futuras. Así, se puede resumir diciendo que el griego tiene naturaleza y el hebreo historia. - LA BONDAD Este concepto de verdad tiene gran importancia en la fundamentación de la moral. Para el hebreo la bondad consiste en la fidelidad a las tradiciones recibidas (a los 10 Mandamientos) y para el griego la bondad moral consiste en el ajustamiento al orden de la naturaleza. De esta forma, lo bueno se identifica con lo ajustado, ordenado y natural; y lo malo se relaciona con lo desordenado. De tal forma, la virtud para los hebreos se basa en la religión y en la fe, y para los griegos en la justicia. Unos destacando por ser grandes fundadores religiosos y otros por ser los padres de la filosofía o moral racional. De esta ética griega, nace el término kata physein que consiste en que las cosas estén ajustadas, en armonía, en su justicia según lo que tienen que ser según su naturaleza. Al igual, los medico utilizaron este concepto para describir el estado de salud. De esta forma, la salud y la bondad quedan estrechamente relacionadas, mientras que la pasión desordenada y la enfermedad también se identifican en un mismo término griego. 5ANTROPOLOGÍA 1ºMED ADRIANA PEYRÓ ORTIZ Los griegos pensaron que la salud es equilibrio, proporción, medida, belleza, y el cuerpo proporcionado, equilibrado y sano siempre es bello, al igual que el alma equilibrada. Esto hace que las propiedades sean convertibles entre sí, y permitiendo que lo sano sea a su vez bello. Para Sócrates, un hombre inteligente no puede ser voluntariamente malo, razón por la cual su maldad no puede deberse más que a la ignorancia o la enfermedad. Quien ve el bien no puede no apetecerlo. Verdad y bondad se convierten entre sí, y maldad y enfermedad también. Así hay una correlación muy estrecha entre salud, belleza y bondad, por una parte, y enfermedad, fealdad y maldad, por otra. Este hecho, permite a su vez, que los términos moral y medicina se equiparen, de modo que al igual la medicina dividía entres los posibles estaos del cuerpo (salud, enfermedad, neutralidad), la moral griega dividió los actos morales en tres categorías (buenos, malos, indiferentes). EL SER HUMANO EN EL PENSAMIENTO HEBREO Las ideas griegas no pasan directamente a nuestro pasado efectivo sino en el contexto de la visión de futuro que porta el pensamiento hebreo, para el cual la naturaleza pasa a segundo plano, para aparecer en primer término la historia, ya que el ser humano solo puede entenderse desde un acontecimiento personal, en el que fue creado por Dios en un acto estrictamente personal, que se prolonga en una conversión personal de Dios con los seres humanos a través de su pueblo elegido, con el cual establece una alianza, que se ve ratificada a lo largo de la historia. Esta relación personal de los hombres con Dios se ve, por fin, completada desde la nueva visión de un futuro comprendido desde la promesa de Dios que salva a su pueblo. Así el pueblo de Israel construye toda su historia como una trayectoria que se inicia en un momento y va hacia el cumplimiento de la palabra de Dios, de la promesa. Ahí radica la enorme importancia que en la imagen bíblica del ser humano tiene el oído y la escucha. El hombre escucha y responde adecuadamente. Esta faceta, ha sido prácticamente silenciada hasta la actualidad que ha sido recuperada ––o lo está siendo–– fundamentalmente desde la crítica heideggeriana a la cultura occidental, que primaría la orientación objetivista inherente a la vista. LA ESENCIA DEL HOMBRE Mucho más importante que la «cabeza» en el antiguo testamento es el «rostro» del hombre, que siempre aparece en plural, pãnim, lo que recuerda la variada relación del hombre con su entorno. Los acontecimientos se reflejan en el ceño, el socio puede sentirse aludido ya por el gesto. En el «rostro», permiten al hombre dirigirse a otros, están reunidos los órganos de comunicación entre los que destacan: ojos, boca y oídos. Entre todos los órganos y miembros ¿no serán éstos los que más nos acercan a lo que constituyen la esencia del hombre y a lo que lo distingue de todas las demás criaturas?. VER Y OÍR Puesto que la vida huma es vida razonante, los órganos esenciales del hombre son el oído que sabe escuchar y la lengua bien encauzada. En este sentido la idea central deuteronómica: «¡Escucha, Israel!» (Dt 6, 4) incorpora la antigua llamada a los padres y las voces proféticas, por ser una exigencia que funda y renueva esencialmente la vida humana. Pues por el oído y la boca se realiza no sólo la comunicación específicamente humana entre los hombres, sino también entre Yahvé e Israel, entre la humanidad y su Dios. Para percibir las acciones de Yahvé son necesarios tanto el ver como el oír. El abrir los ojos se debe a la palabra. No se puede desconocer, por tanto, la prevalencia del oído y del lenguaje para una comprensión verdaderamente humana. 6ANTROPOLOGÍA 1ºMED ADRIANA PEYRÓ ORTIZ OÍDO Se resalta gustosamente el oído adornándolo. Hasta un acto jurídico definitivo en orden a la pertenencia de por vida puede estar vinculado a la oreja. Lo mismo que aquí la audición del sabio, partiendo del oído, cambia la situación total del cuerpo, así determina el oír la conducta y destino del hombre en sí. Por eso es un signo fundamental de sabiduría el que Salomón tenga por más importante la petición de un corazón presto a la escucha que una vida larga, riqueza, victoria y honor. El hombre no se conoce a sí mismo realmente ante un espejo, sino en el llamamiento que recibe y en la promesa que se le hace. Es cierto que Moisés pregunta: «¿Quién soy yo para ir al faraón y sacar de Egipto a los israelitas?», pero él no se comprende sino al recibir la tarea y la promesa de Dios. La confesión de Jeremías: «No tengo experiencia», es corregida y superada al ser enviado. El autoconocimiento no se origina mirándose al espejo, sino con la perspectiva que se le abre al ser llamado. El hombre que cerrando su oído parte de sí mismo y en sí mismo permanece, no sólo se hace inhumano entre los hombres, sino que autodiviniza frente a Dios. Los predicadores deuteronómicos hacen a su modo arrancar la vida de la escucha de la palabra de Yahvé, interpretando de un modo nuevo la tradición del maná. Negarse a la escucha sería renunciar a la vida. A la salvación escatológica pertenece el abrirse de los oídos de los sordos. BOCA Para el yahvista, el privilegio del hombre consiste en definitiva en que puede responder, y ello es posible gracias a la providente palabra de Dios: «No es bueno que el hombre esté solo», y conforme a esa palabra se le regalan los dones del creador. A hablar comienza dando nombre a las criaturas y respondiendo así a los dones. Con la palabra que es respuesta al regalo perfecto, es como el hombre se hace totalmente hombre. Más tarde se describe al hombre, cuya vida se colma, como quien se alegra en la tora de Yahvé y se la apropia meditándola La boca, que expresa lo que percibieron el oído y el ojo, se hace, pues, el órgano que distingue al hombre de todas las demás creaturas. También el animal tiene oído y ojos. Pero sólo en el lenguaje humano se manifiesta que éstos son verdaderamente humanos. El antiguo testamento tiene para designar el oído y el ojo un solo término respectivamente. Pero como instrumento del lenguaje aparece toda una serie de miembros. Päh es la boca con la que el hombre come y gusta y, ante todo, habla. LENGUAGE Que esta humanidad del hombre sea una realidad o no, es cuestión de si se usa rectamente el lenguaje. El hombre que no cae cuando tropiesza es un hombre perfecto, capaz de domar a su propio cuerpo, pero también de frenar todo cuerpo; que si a los caballos les ponemos el freno en la boca para que nos obedezcan, gobernamos también todo su cuerpo. Así la lengua es un miembro pequeño, pero puede enorgullecerse de grandes cosas. ¿Qué es la recta palabra para la literatura sapiencial del antiguo testamento? En primer lugar, la que procede del escuchar y luego la palabra dicha a tiempo. La palabra pensada serenamente y con dominio. La palabra ponderada y amable. 7ANTROPOLOGÍA 1ºMED ADRIANA PEYRÓ ORTIZ Finalmente, todo hablar acertado, como todo actuar con sabiduría, necesita del temor de Dios. En los labios del inservible hay fuego ardiente. Incluso entre la palabra que la prudencia del hombre fragua calladamente y la que luego su lengua expresa está Dios obrando. Del Dios que ha empezado a hablar humanamente en Israel, de ese Dios depende el hombre, si no quiere fallar en su esencia propia sea por soberbia sea por pereza. LA IMAGEN CRISTIANA DEL HOMBRE El cristianismo hereda la noción hebrea de la historia, la noción de definir al pueblo judío como sujeto de la historia, el cristianismo impone así un universalismo ya que su obligación es explicar el Evangelio a todos los pueblos, aunando todas las ideas cosmopolitas. Ahora el hombre cristiano que es heredero del hebreo viene determinado por la teología y no por la cosmología como en la antigua Grecia. El cristianismo es personal e individual. Para el cristianismo, la naturaleza humana salió inocente de la mano de Dios, pero en un acto decisivo de voluntad el hombre pecó y con ello, degradó la naturaleza con la que había sido creado. De esta forma, para el cristianismo el mal radica en la naturaleza humana.

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