Módulo 40 Enfoques psicodinámicos de la personalidad | PDF

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Este documento resume el Módulo 40 Enfoques psicodinámicos de la personalidad, explorando la teoría psicoanalítica de Freud. Describe el concepto del inconsciente y su relación con la conducta. Incluye la estructura de la personalidad (ello, yo y superyó) y los mecanismos de defensa.

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**Módulo 40 Enfoques psicodinámicos de la personalidad** Teoría psicoanalítica de Freud: mapa de la mente inconscienteEl médico austriaco Sigmund Freud fue quien desarrolló la teoría psicoanalítica a principiosdel sigloxx. La teoría psicoanalítica sostiene que buena parte de nuestro comportamiento...

**Módulo 40 Enfoques psicodinámicos de la personalidad** Teoría psicoanalítica de Freud: mapa de la mente inconscienteEl médico austriaco Sigmund Freud fue quien desarrolló la teoría psicoanalítica a principiosdel sigloxx. La teoría psicoanalítica sostiene que buena parte de nuestro comportamiento está motivada por determinantes inconscientes. Según la teoría de Freud, la experienciaconsciente es solo una pequeña porción de nuestra constitución y experiencia psicológica.Argumentó que buena parte de nuestra conducta está motivada por el inconsciente, unaporción de la personalidad que contiene los recuerdos, conocimientos, creencias, sentimien-tos, pulsiones, impulsos e instintos de los que el individuo no es consciente.Como la masa oculta de un iceberg flotante, el contenido del inconsciente sobrepasacon mucho en cantidad la información que hay en nuestro conocimiento consciente. Freud sostenía que, para entender la personalidad, es necesario exponer lo que está en el incons-ciente. Pero como este disfraza el significado del material que alberga, el contenido del in-consciente no es observable de forma directa. Por ello es menester interpretar sus claves---deslices verbales, fantasías y sueños--- para entender los procesos inconscientes que gobier-nan el comportamiento. Un desliz verbal como el que ya citamos (denominado en ocasionesdesliz freudiano) puede interpretarse como revelación de los deseos sexuales inconscientes del hablante.Para Freud, nuestro inconsciente determina buena parte de nuestra personalidad. Partedel inconsciente está formado por el preconsciente, el cual contiene material que no es ame-nazador y se recuerda con facilidad, como el conocimiento de que 2 + 2 = 4. Pero en elfondo del inconsciente hay pulsiones instintivas: deseos, anhelos, demandas y necesidadesocultos a la conciencia debido a los conflictos y el dolor que causarían si formaran parte denuestra vida diaria. El inconsciente nos proporciona un "lugar seguro" para nuestros recuer-dos de sucesos amenazadores. ESTRUCTURACIÓN DE LA PERSONALIDAD: ELLO, YO Y SUPERYÓ Para describir la estructura de la personalidad, Freud desarrolló una teoría completa segúnla cual la personalidad consiste en tres componentes separados pero interrelacionados: el ello, el yo y el superyó. Propuso un diagrama de las tres estructuras para mostrar su relación con el consciente y el inconsciente (figura 1).Aunque puede parecer que Freud describe los tres componentes de la personalidadcomo estructuras físicas reales del sistema nervioso, no lo son. Representan más bien con-cepciones abstractas de un modelo general de la personalidad que describe la interacción delas fuerzas que motivan el comportamiento.Si la personalidad consistiera solo en anhelos y deseos primitivos e instintivos, tendríaun solo componente: el ello, que se refiere a la parte instintiva y desorganizada de la per-sonalidad. Desde el momento del nacimiento, el ello trata de reducir la tensión creada por los impulsos primitivos relacionados con el hambre, la sexualidad, la agresión y los impulsosirracionales. A tales pulsiones las alimentan la "energía psíquica", que puede concebirse comouna fuente de energía ilimitada que ejerce presión todo el tiempo sobre diversas partes dela personalidad.El ello opera según el principio del placer de acuerdo con el cual el objetivo es la reduc-ción inmediata de la tensión y la maximización de la satisfacción. Sin embargo, en la mayo-ría de los casos la realidad impide satisfacer las exigencias del principio del placer: nosiempre podemos comer cuando tenemos hambre y solo nos es posible descargar nuestraspulsiones sexuales en momento y lugar apropiados. Para explicar este hecho de la vida, Freudpropuso un segundo componente de la personalidad, que denominó yo.El yo es la parte racional y lógica de la personalidad que se esfuerza por equilibrar los deseos del ello y las realidades del mundo objetivo externo. Comienza a desarrollarse pocodespués del nacimiento.En comparación con la búsqueda de placer del ello, el yo opera según el principio de realidad, en el cual la energía instintiva se limita para mantener la seguridad del individuo y ayudar a que la persona se integre a la sociedad. Entonces, en cierto sentido, el yo es el"ejecutivo" de la personalidad: toma las decisiones, controla las acciones y permite un pen-samiento y una solución de problemas de orden superior a lo que permiten las capacidadesdel ello.El superyó es la última estructura de la personalidad en desarrollarse en la niñez. SegúnFreud, el superyó es la parte de la personalidad que juzga severamente la rectitud denuestro comportamiento. Representa lo correcto e incorrecto para la sociedad, según laconcepción y moldeamiento de los padres, sus maestros y otros individuos que para ella sonsignificativos. El superyó comprende la conciencia que impide que nos comportemos en forma moral-mente inapropiada al hacernos sentir culpables por actuar mal. Nos ayuda a controlar losimpulsos que provienen del ello, lo cual hace que nuestro comportamiento sea menos egoís-ta y más virtuoso.El ello y el superyó son partes de la personalidad poco realistas, prácticas o lógicas enel sentido de que no consideran las realidades prácticas que impone la sociedad. Por ejemplo,si se permite al superyó operar sin límites, por cuenta propia y sin restricciones, crearíaperfeccionistas incapaces de transigir en sentido moral como lo demanda en ocasiones lavida. Por otro lado, un ello sin restricciones crearía a un individuo primitivo, desconsideradoy complaciente con el solo anhelo de satisfacer sus deseos sin demora. En consecuencia, elyo debe restringir y negociar entre las exigencias conflictivas del superyó y del ello.LA PERSONALIDAD EN DESARROLLO: ETAPAS PSICOSEXUALESFreud también nos ofreció un planteamiento de cómo se desarrolla la personalidad a travésde cinco etapas psicosexuales, durante las cuales los individuos encuentran conflictosentre las exigencias de la sociedad y sus propias pulsiones sexuales (en las que la sexualidadtiene más que ver con experimentar placer que con la lujuria).Según Freud, la imposibilidad de resolver los conflictos de una etapa psicosexual especí-fica puede generar que quedemos estancados en ese conflicto durante toda la vida; a esto lellamó fijación. Las fijaciones son conflictos o preocupaciones que persisten más allá delperiodo del desarrollo en que se dieron inicialmente. Tales conflictos quizás se deban a quese ignoraron las propias necesidades, como cuando se termina demasiado pronto con el ama-mantamiento o se recibe un trato demasiado estricto durante el entrenamiento de esfínteres. De manera alternativa, la fijación puede ocurrir cuando se consiente en exceso a los niñosdurante un periodo temprano, como cuando los padres son demasiado solícitos con un niñoo le proveen recompensas generosas durante el entrenamiento de esfínteres.La secuencia que propuso Freud es notable porque explica cómo las experiencias ydificultades durante una etapa de la niñez pueden predecir características específicas en lapersonalidad adulta. La teoría también es única en cuanto a que enfoca cada etapa en unafunción biológica importante, que Freud supuso que era el foco del placer en un periododeterminado. (Consulte la figura 2 para un resumen de las etapas).En la primera etapa del desarrollo psicosexual, denominada etapa oral, la boca del bebées el punto focal del placer. Durante los primeros 12 a 18 meses de vida, los niños chupan,comen, exploran con la boca o muerden cualquier cosa que tengan al alcance de la boca.Para Freud, este comportamiento indicaba que la boca es el sitio principal de cierto tipo deplacer sexual y que el destete (dejar de alimentar con pecho o biberón) representa el prin-cipal conflicto durante la etapa oral. Si a los niños se les satisface en exceso (alimentándoloscada vez que lloran) o se les frustra su búsqueda de gratificación oral, pueden manifestaruna fijación en esa etapa.Por ejemplo, la fijación podría darse si se gratificaran todo el tiempo las necesidadesorales de un infante inmediatamente después del primer indicio de hambre, en lugar de que aprenda que la alimentación tiene lugar de acuerdo con cierto horario porqueno siempre es realista alimentar a un infante cada vez que quiere comer. Lafijación en la etapa oral puede generar a un adulto inusualmente interesado porlas actividades orales ---comer, hablar, fumar--- o que manifestara modalidadessimbólicas de interés oral: ser "mordazmente" sarcástico o demasiado crédulo(que se "traga" todo lo que le dicen).Entre los 12-18 meses de vida y hasta los tres años de edad ---periodo enel que las culturas occidentales dan importancia al control de esfínteres--- el niño entra en la etapa anal. En este periodo, la principal fuente de placer dejade ser la boca y pasa a ser la región anal, y los niños obtienen un placer con-siderable de la retención y la expulsión de heces. Si el control de esfínteres esen particular demandante, el resultado puede ser una fijación. La fijación du-rante la etapa anal podría generar una rigidez, un orden, una disciplina, unapuntualidad inusuales ---o un desorden o una falta de cuidado extremos--- en laadultez.Alrededor de los tres años empieza la etapa fálica, periodo en el cual hayotro cambio importante en la fuente principal del placer para el niño. Esta vez,el interés se enfoca en los genitales y los placeres derivados de acariciarlos.Durante esta etapa, el niño también debe tratar uno de los obstáculos másimportantes del desarrollo de la personalidad: el conflicto edípico.El conflicto edípico es el interés sexual intenso del niño en el padre o madre del sexo opuesto. Según la teoría de Freud, el conflicto edípico se de-sarrolla cuando los niños enfocan su atención en sus genitales y cuando lasdiferencias entre la anatomía masculina y femenina se vuelven más evidentes.Según Freud, el niño varón empieza inconscientemente a desarrollar uninterés sexual por su madre, a ver al padre como un poderoso rival y a alber-gar un deseo de reemplazarlo y disfrutar de los afectos de su madre. (La situación reflejala tragedia griega en la que Edipo mata a su padre y se casa con su madre, de allí eltérmino de conflicto edípico.) Pero debido a que lo ve demasiado poderoso, desarrolla el temorde que su padre tome represalias drásticas y elimine la fuente de la amenaza: el pene delhijo.Asimismo, según Freud, el temor a perder el propio pene conduce a la ansiedad de cas-tración, la cual en última instancia adquiere tanta fuerza que el niño reprime sus deseos por la madre y se identifica con el padre. La identificación es el proceso de querer ser lo másposible como otra persona, al imitar el comportamiento de esa persona y adoptar creencias,actitudes y valores similares. Al identificarse con el padre, el hijo busca obtener a una mu-jer como su inalcanzable madre.En las niñas, el proceso es diferente. Freud dedujo que las chicas empiezan a sentir unaexcitación sexual hacia el padre y empiezan a experimentar la envidia del pene. Deseantener la parte anatómica, parece "faltar" más claramente en sus cuerpos; es decir, las chicasse dan cuenta de que carecen de pene.Al culpar a la madre por su falta de pene, las chicas llegan a creer que su madre esresponsable de su "castración". Sin embargo, como sucede con los varones, descubren que,para resolver esos sentimientos inaceptables, deben identificarse con la madre comportándo-se como ella y adoptando sus actitudes y valores. De este modo se completa la identificaciónde una hija con la madre. (Deberíamos señalar que esas ideas sobre el proceso de identifica-ción en las niñas llevaron a considerables críticas de que Freud era sexista y que favorecíamás a los hombres que a las mujeres).A través de estas secuencias complicadas ---y para muchos críticos, inverosímiles--- deacontecimientos, Freud argumentó que el conflicto edípico se resuelve y que hombres ymujeres avanzan a la siguiente etapa del desarrollo. Sin embargo, si surgen dificultades eneste lapso, se considera que ocurren toda clase de problemas, como conductas inadecuadasrespecto del rol sexual y la incapacidad para desarrollar una conciencia.Después de la resolución del conflicto edípico, por lo común alrededor de los cinco o seisaños, los niños pasan al periodo de latencia, el cual dura hasta la pubertad. Durante estelapso, el interés sexual pasa a segundo plano, incluso en la conciencia. Luego, durante laadolescencia, resurgen los sentimientos sexuales, lo que marca el comienzo del periodo final:la etapa genital, que se extiende hasta la muerte. El centro de atención durante la etapa genital es la sexualidad adulta madura, que Freud definió como relaciones sexuales. MECANISMOS DE DEFENSALos esfuerzos de Freud por describir y establecer una teoría sobre la dinámica de la perso-nalidad y su desarrollo los motivaron problemas muy prácticos que enfrentaban sus pacien-tes al abordar la ansiedad, una experiencia emocional intensa y negativa. Según Freud, laansiedad es una señal de peligro para el yo. Aunque la ansiedad puede surgir a partir de temores realistas ---como ver a una serpiente venenosa a punto de atacar--- también puededarse a manera de ansiedad neurótica, en la cual los impulsos irracionales que emanan delello amenazan con estallar y volverse incontrolables.En virtud de que la ansiedad, obviamente, es desagradable, Freud consideraba que lagente crea varias formas de lidiar con ella, a las que llamó mecanismos de defensa. Los me-canismos de defensa son estrategias inconscientes mediante las cuales se reduce la ansie-dad al distorsionar la realidad y ocultar la fuente de ansiedad de sí mismo y los demás.El principal mecanismo de defensa es la represión, que ocurre cuando el yo expulsade la conciencia los pensamientos e impulsos inaceptables o desagradables, pero los conser-va en el inconsciente.La represión es el método más directo para enfrentar la ansiedad; en lugar de manejarun impulso que genera ansiedad en un plano consciente, tan solo se ignora. Por ejemplo, esposible que una estudiante universitaria que siente odio hacia la madre reprima esos senti-mientos personal y socialmente inaceptables. Los sentimientos quedan depositados en elinconsciente, puesto que reconocerlos provocaría ansiedad. Asimismo, pueden reprimirserecuerdos de abuso infantil. Aunque tales recuerdos tal vez no vengan a la mente en formaconsciente, según Freud pueden afectar el comportamiento posterior y revelarse a través desueños o deslices verbales, o en forma simbólica de algún otro medio.Si la represión no logra mantener la ansiedad a raya, hay otros mecanismos de defensa.Freud, y después su hija Anna Freud (quien se convirtiera en una reconocida psicoanalista), ormularon una amplia lista de posibles mecanismos de defensa. Los principales se resumenen la figura 3 (Boag, 2015; Zhang y Guo, 2017; Kupfersmid, 2019).Todos empleamos mecanismos de defensa en cierto grado, según la teoría freudiana, ypueden ser útiles, pues nos protegen de información desagradable. No obstante, algunaspersonas caen presas de ellos en tal grado que se invierte todo el tiempo una gran cantidadde energía psíquica en ocultar y canalizar los impulsos inaceptables. Cuando esto ocurre, lavida cotidiana se torna difícil. En tales casos, el resultado es un trastorno mental productode la ansiedad, lo que Freud llamaba "neurosis" (término que pocas veces emplean los psi-cólogos en la actualidad, aunque perdura en las conversaciones cotidianas).EVALUACIÓN DEL LEGADO DE FREUDLa teoría de Freud ha ejercido una influencia significativa en la psicología, y en forma aúnmás amplia en la filosofía y literatura occidentales. El inconsciente, los mecanismos de defensa y las raíces infantiles de las dificultades psicológicas adultas son ideas que muchos han acep-tado (Boag, Brakel y Tavitie, 2016; Zhang et al., 2016; Rehan et al., 2019).Sin embargo, los psicólogos de la personalidad han manifestado críticas significativas encontra de la teoría; entre las más importantes está la falta de datos científicos convincentesque sustenten el proceso de desarrollo de la personalidad establecido por Freud. Aunque losestudios de caso individuales parecen dar cierto sustento, carecemos de evidencias definitivasque demuestren que la personalidad está estructurada y opera según los lineamientos queplanteó Freud (Tummala-Nara, 2016).Esto se debe, en parte, a que la concepción freudiana de la personalidad se basa enconceptos abstractos que no pueden observarse. Es más, no queda claro que las etapas dela personalidad que trazara Freud ofrezcan una descripción precisa del desarrollo de la per-sonalidad. También sabemos ahora que pueden ocurrir cambios importantes en la personali-dad durante la adolescencia y la adultez, algo que Freud no creía que pasara, pues pensabaque la personalidad se establecía en buena medida durante la adolescencia.La vaguedad de la teoría de Freud también dificulta predecir cómo se manifestaránciertos trastornos del desarrollo en un adulto. Por ejemplo, si una persona tiene una fijaciónen la etapa anal, sería inusualmente descuidada, según Freud, o inusualmente pulcra. Lateoría de Freud no ofrece la manera de predecir cómo se manifestará la dificultad. Además,a Freud puede reprochársele que percibía a las mujeres como seres inferiores a los hombres,pues sostenía que aquellas tienen un superyó más débil que los varones y, en ciertos senti-dos, un anhelo inconsciente de ser hombres (el concepto de envidia del pene).Por último, Freud hizo sus observaciones y derivó su teoría de una población limitada.Su teoría se basó casi por completo en mujeres austriacas de clase alta de la época estrictay puritana de principios del sigloxx que se acercaron a él en busca de tratamiento para

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