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Malestar en el Docente PDF - Anny Cordié

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Document Details

FeistyJasper1681

Uploaded by FeistyJasper1681

UNAM FES Acatlán

2007

Anny Cordié

Tags

psicoanálisis educación malestar docente psicología

Summary

Este libro explora el malestar en los docentes, examinando la relación entre la educación y el psicoanálisis. La autora utiliza ejemplos de la vida educativa francesa para ilustrar sus argumentos.

Full Transcript

trJJ1Javzug · Colección PSICOLOGÍA CONTEMPORÁNEA Anny Cordié MALESTAR EN EL DOCENTE La educación confrontada con el p...

trJJ1Javzug · Colección PSICOLOGÍA CONTEMPORÁNEA Anny Cordié MALESTAR EN EL DOCENTE La educación confrontada con el psicoanálisis Ediciones Nueva Visión Buenos Aires ADVERTENCIAALLECTOR 11J5.92 Cordié , Anny COA Malestar en el docente. La educación confrontada con el psicoanálisis - 1ª ed. - 2 ª reimp. - Buenos Aires: Nueva Visión, 2007. 368 p., 19x13 cm- (Psicología contemporánea) Traducción de Irene Agoff I.S.B.N.: 978-950-602-376-8 l. Título - 1. Docentes - Psicoterapia Muchos de los desarrollos efectuados en este libro se apoyan en ejemplos tomados de la vida educacional en Francia. Para una mejor comprensión de su especificidad y de los efectos Título del original en francés: Malaise chez l'enseignant. L'éducation confrontée a la psychanalyse. en la situación de docentes y alumnos, consideramos oportuno © Éditions du Seuil, marzo de 1988 reseñar, antes de la lectura, la información siguiente: 1o La Educación nacional, denominación que el lector encontrará i raducci ún d"· In::nc /\gotT profusamente a lo largo de la obra, corresponde al conjunto de instancias y departamentos oficiales encargados de la organización, Ilustración de tapa: Gustavo Roldán dirección y gestión de todo cuanto atañe a la enseñanza pública y privada en Francia. Se trata de un servicio público caracterizado por su espíritu marcadamente centralizador. l.S.B. N.: 978-lJSU-602-376-8 2° Esquema del cursus escolar en Francia: - Jardín de infantes (École maternelle): no obligatorio, pero frecuentado por la mayoría de los niños. Ingresan a los 2 y 3 años y egresan a los 6. Toda reproducción total o parcial de esta obra por - Ciclo de enseñanza primaria (con ingreso a los 6 años): cualquier sistema -incluyendo el fotocopiado- C.P.: curso preparatorio o clase de "décimo primera" (11"); que no haya sido expresamente autorizada por el C.E.l: curso elemental, ler. año o "décima" (lO"); editor constituye una infracción a los derechos C.E.2: curso elemental, 2do. año o "novena" (9"); del autor y será reprimida con penas de hasta C.M.l: curso medio, ler. año u "octava" (8"); seis años de prisión (art. 62 de la ley 11.723 y art. C.M.2: curso medio, 2do. año o "séptima" (7"). 172 del Código Penal). - College (con ingreso a los 11 años o después, si el alumno ha repetido): entrada en "sexta" (6a). En Francia, todos los niños entran al college, donde cursan "sexta" (6"), "quinta" (5"), "cuarta" (4n) y (1) 1!I!IH por Ediciones Nueva Visión SAIC. Tucumán 3748, (1189) Buenos "tercera" (3"). Al final de 3a, a los 15/16 años, se decide una orienta- t\111 11, !{( púb lica Argentina. Queda hecho el depósito que marca la ley ción: liceo general, liceo técnico profesional (con gran número de 1 Q NG OGセZQ@ lm preso en la Argentina 1 Printed in Argentina 7 o bien capacitaciones diversas. La escolaridad es obligato- OfWIOII C'H) introducセ@ I' IHhusta los 16 años. - Lycée: comprende las clases de "segunda" (2 3 ), "primera" (1 3 ) y "terminal". Al final de 2a, elección entre las alternativas para el bac general: literario, científico, económico y social. Al final de 1", aprobación del "bac franr;ais": examen de lengua francesa con puntaje para el bachillerato). Al cabo de la "terminal", examen de bachillerato (el bac). El Editor Al escribir un texto sobre el fracaso ・セ」ッャ。イL Q@ yo pensaba especial- mente en mis cole_gas psicoanalistas y en su contacto diario con este tipo de problemas. Sin embargo, noté en ellosun interés ャゥュエ。セッイ@ este síntoma al que parecen mirar con cierta condescendencia; es verdad que su expresión no parece muy propicia paralJrillantes despliegues teóricos, y así se explica el que prefieran reducirlo a una simple sintomatología neurótica y.dejru:..entonces a los docentes, padres y políticos la.labor de enfrentarse con el problema en la セ@ - Fueron sobre todo los docentes, los educadores, los trabajadores sociales y los _padres _9E,ienes hic!eron_._de ese libro un éxito.s me @te!E_elaron sobre su contenido. Los ゥョエ・イ」。ュ「セウ@ a que todo esto dio lugar fueron sumamente enriquecedores y originaron la escritu- ra de este ñüeVO libro. Reciban aqurmi reconocimiento todos mis interlocutores, todos aquellos que me permitieron compartir sus experiencias y sus inquietudes. En Los retrasados no existf!n, mostré hasta qué punto la situación escolar _podía servir de revelador a una fragilidad psicoló_gica en e1 niño y generar en consecuencia la inhibición y el fracaso. La relación circular que se "instaura enla par;] a en;eñante-enseñado produce efectos de.bumerán que de'Eien ser anahzados como tales. - - - セゥ。イ@ las causas del "malestar docente" tomé como punto 1f de partida una experiencia de terania de grupo llevada a cabo con docentes en dificultades. La mayoría de ellos atribuía el desencaife-" セゥ・ョエッ@ de su "fobia escolar" (término utilizado por el serv1c10 l. Anny Cordié, Los retrasados no existen. Psicoanálisis de niños con ヲイ。」Nセッ@ escolar, Buenos Aires, Nueva Visión, 1995. H !) IJtt < hco del rectorado) al estrés inherente a la profesión: presión de do caer en discursos excesivamente reduccionistas, siempre en pos de aquello que se oculta tras las apariencias. Mj_pem;amiento pudo loH!:luperiores jerárquicos, demandas paradójicas de la institución, finalmente ordenarse y hacerse coherente a partir de un hilo de los ー。、イ・ウセ@ de los alumnos... Se necesitó un largo trabajo de conductor que constituye la razón misma de mi práctica: dinterés_ reflexión en el grupo para que saliera a relucir la implicación.EQr el sujeto del inconsciente. Esto representa una dificultad para el perSOiUil del suzeto: en efecto, posicionarse como víctilpa ae un lector poco familiarizado con los conceptos y con el lenguaje analíti- ウゥエ・ュセイ@ ocultar ャ。Ne⦅イセーゥ@ イ・ウーッョ。「ゥャセ@ Opté deliberada- cos; le aconsejo pues que, antes de lanzarse a la lectura continua de * mente por introducir mis elaboraciones a través de una experiencia este libro, consulte el índice, donde hallará los capítulos aptos para que podía mostrarse lindante con la observación psiquiátrica, pero despertar su interés inmediato. Que empiece por ellos, yveráque los el lector al que esto pueda resultarle engorroso comprobará, conti- casos clínicos allí expuestos le servirán de puntuación necesaria nuando la lectura, que los dichos de esos docentes tienen un alcance para la comprensión del texto. En un segundo tiempo, la exposición, emblemático pues permiten observar, como a través de un vidrio de al ir profundizándose, ganará para él en claridad y esto facilitará, a grosor 」イ・ャ￱エセ@ toda ャセイッ「・ュ£エゥ」。@ del maiestar de la ーイッヲセゥ￳ョ MZG@.- iョ、。セ@ a continuación en los saberes y su transmisión, poniendo la postre, su lectura. esmero en situar debidamente el lugar del sujeto del inconsciente , con relación a cada praxis. Me pareció imposible tratar ・ウー」セᆳ mente de la función pedagQgic_¡;t sin volver a hablar del alumno y de su modo de recibir eLsaber _que se le propone: su interés,:Su ゥョ、ヲ・イ」。セウオ@ rechazo harán reaccionar al docente y marcarán el estilo de su enseñanza. Dedwé así un largo capítulo al "saber en el ,. alumno:.;_en el que me "extiendo sobre las múltip1es causas desu fracaso y sobre los medios implementados para evitarlo. Al igual que para el docente, dedico una importante sección a la problemática del sujeto en lo que yo denomino "fracaso-síntoma". En el ámbito de los saberes referidos a las prácticas psicoterapéu- ticas y reeducativas reina una gran confusión; quise arrojar, pues, algunas luces precisando sus diferencias y alcances, así como la ética en la que se encuadran. En un primer momento los temas de mi libro se me impusieron en cierto desorden: la indagación a que me había volcado se renovaba incesantemente al paso de mis encuentros con el cuerpo docente y con todos los adultos involucrados en la tarea educativa. Mis re- flexiones fueron fruto asimismo de la observación de una actualidad "caliente" retratada en numerosas publicaciones, películas y colo- quios de indiscutible seriedad, como, por ejemplo, la "comisión Fauroux". *Quise dar testimonio de todas estas experiencias evitan- 2 Cf. cap. III, "El saber en el alumno", en segunda parte, "Los saberes". 1 ,Junta de personalidades eminentes que congregó a universitarios y directivos comisión produjo un informe en el que sugería varios cambios de orientación, entre tll' 1' lllpn Has, presidida por el señor Fauroux, constituida en 1966 por el gobierno con ellos el de llevar el inicio de la formación profesional a una edad más precoz. [N. 1 1'111 dn l'l'nn gran parte inconsciente. El niño no se niega abiertamente - Otra modalidad localizada retrospectivamente se da cuando la 11 ir· 11 li1 { scuela, pero se excllj)'e dé ésta szrUléndose de maniobras persona gestiona una reconversión. En los dos o tres años preceden- t tes, tras pasar unas vacaciones satisfactorias o que se estropearon, al r/cRI!Iudw; En primer..término con Ia enfermedad, con su cortejo de contrario, por la angustia de tener que reiniciar la actividad escolar, tr·nut onws psicosomáticos, pero sobre todo con el desinterés, la el docente tuvo que interrumpirla apenas comenzada y permanecer plrRividnd, la incomprensión. La inhibición intelectual es motivo de de licencia hasta el verano siguiente. El mismo fenómeno se reprodu- rlllklllt(Hit H eognitivas, es una detencwn del ー・ョウ。ュゥエッセ@ ce durante varios años lectivos hasta que se toma conciencia de la ゥ■イ セ { ャー エ イ、オ@ para hacer funcionar los mecanismos deía compren- necesidad de una reorganización. \¡¡. t :tl 1f' i Q セ@ n:in, es te "estupor" vuelven al niño ヲ。ャウセ・@ ・ウエセゥM - Por último, caso éste más excepcional y que no presenta signoR セ@ 1'/ ¡u t c unwres, de golpe el docente siente y dice que no puede ir a dar la que no nos eran conocidas en nuestra pdcLica p( nsamos que el clnsu. Esto puede suceder en el transcurso del año escolar a raíz de proyecto constituiría para nosotras una fucnl( dP ('nriquccimiento una enfermedad intercurrente o precisamente el día en que empieza nnimal, una cosa -los cuchillos, por ejemplo-, o una situación: miedo 3. S. Freud, Cinq psychanalyses, "Le petit Hans", París, PUF, 1984. [Hay versión a los espacios abiertos (agorafobia) o a los espacios cerrados (claus- castellana: "Análisis de la fobi a de un niño de cinco años", en Sigmund Freud. Obras trofobia). El sujeto evita afrontar estas situaciones o encontrarse con completas, Buenos Aires, Amorrortu editores, t. X.] C'H t OH objetos, lo cualle permite mantener a raya la angustia durante 4. J. Lacan, Le S éminaire, París, Le Seuil, col. "Champ freudien" (textes établis par J.-A. Miller), Livre IV, La relation d'objet. [Hay versión castellana: La relación l' tN!o tiempo. Freud siempre pensó que la fobia no era un proceso de objeto, Buenos Aires, Paidós, 1996.] tt l'd ndn, i nd cpendiente; la consideraba como un síntoma inserto en '11 :.! 1 eomo el que iba a buscarlo a la escuela cuando era chico", los malos como el que lo había mordido en el ojo (sic) cuando tenía UN SUEÑO: "Estaba en la escalera de mi nodriza, vino un perro grande, yo hice como mamá me dijo, me hice la ・Nセャ。エオ[@ ¡l l me husmeó 5 aüos "porque él le había tirado de la cola". Más recientemente, y se fue." yendo de caza, un perro lo había mordido, y con dramáticas A.C.: ¿Husmear? ¿Eso qué es? consecuencias: hospitalización, tratamiento contra la rabia, por JUSTINE: Se husmea para conocer mejor, como cuando husmeamos poco se muere. Esta hospitalización "impactó" mucho a Justine. las bolitas de la colcha. La madre tenía grandes reticencias para hablar de sí misma. Sólo después de unos meses confesó que "no le gustaban los perros", Reconocemos aquí la identificación con un rasgo materno: no pero, al revés que Justine, ella sí sabía "dominar su miedo". Un día moverse, hacerse la estatua, forma de defensa pasiva contra el se alteró por una pregunta trivial sobre las circunstancias del parto peligro. Husmear tiene probablemente una connotación sexual (los y declaró no poder hablar de eso. Justine parecía sorprendida e perros se husmean). Justine lo asocia al placer ligado al objeto insistió en saber más sobre la cuestión. En estado de gran emoción, transicional, las pelotitas que hace con la colcha, con las que se la señora J. contó el "drama" del nacimiento de Justine: una bebé cosquillea la nariz y que husmea para dormirse. demasiado grande (4 kilos), el término pasado en quince días, J ustine me ha dicho que en una salida se cruzó con un muchacho ausencia de dilatación del cuello, pelvis estrechada, cesárea en de 17 años que le parece "súper". "Tiene los dientes en punta", dice; situación de catástrofe. Para ella, no haber parido "normalmente" yo repito: "¿Los dientes en punta?"; ella suelta la risa y me responde: constituía una falta imperdonable que le hacía sentir vergüenza, y "¡Como los perros!" La boca, los dientes, el morder parecen dibujarse por eso no había querido contárselo a Justine. Evocó con gran ahora en una relación con la seducción sexual, podemos observar el angustia y espanto la imagen de la efracción de su cuerpo; que le vuelco del objeto fuente de angustia en objeto de goce. La angustia hubiesen hecho esa "carnicería" le suscitaba un sentimiento de de castración relacionada para ella con el perro (recordemos los horror. significantes que le están asociados: boca, dientes, efracción, morde- En sus suei'i.os y fantasmas Justine volvía a experimentar una dura, herida, peligro de muerte para el padre, etcétera) ha desapa- angustia vinculada a la herida, a la mordedura y a la animalidad. recido, la represión se ha levantado; la pulsión surge a partir del Podemos descubrir aquí a la pulsión oral devoradora, agresiva, y a objeto oral (el muchacho de lindos dientes) y quizá pueda ingresar la defensa contra la pulsión, su represión, tomando la forma del en la problemática deseante. evitamiento fóbico. _§gª-.f9bia a los perros セッウ@ parece estar muy lejos de la fobia escolary sin ・ュ「セイァ⦅ッ@ el proceso es el mismo:]!t 。ョァオウ Justine dibuja siempre niñitas muy feas (mientras que ella es una nii'i.a bonita), a menudo horrorosas máscaras de carnaval. Una se centra exclusivamente en su función, como la angustia Q エセ。N@ deJushne del 、ッ」・ョセ@ se de ellas tiene una boca enorme de dientes irregulares, en punta. He centra exclusivamente eñ1os Pe'ITOS. Por las múltiples significacio- aquí su comentario: "Ella tiene los dientes mal colocados, ¡no es nes que encierra, el objeto fóbico condensa por sí sólo toda la linda su sonrisa! Son como dientes de perro... todo el mundo se problemática del sujeto:.. asusta de ella. Cuando la fastidian, muerde, sus compaüeros la llaman 'dientes mal colocados'. Para consolarla su madre le compró lindos vestidos, pero todo siguió igual, su madre quería otro niño pero ella tenía miedo de que la fastidiara, mientras que como hija única era mimada... " Vemos asomar aquí los fantasmas agresivos madre-hija y, como trasfondo, la angustia y la culpa ligadas en su madre a la maternidad. Encontramos también la inversión pulsional: mor- cl('r-asustar. セZᄀ@ Cupítulo II deseo decidido de "dejar esa cárcel": se había presentado a los 1IISTORIA DEL GRUPO concursos y finalmente iba a terminar con este sistema que ella calificaba de "débil mental". Sus palabras produjeron un verdadero impacto sobre las participantes: el rechazo asumido de la función, la valentía ostensible de romper con un sistema vivido como opresivo y protector abrieron la puerta a los comentarios y tomas de posición. Aquí comenzó la letanía de las quejas: una empezaba y otra le ')l- hacía eco. Nosotras dejamos que se desplegaran estos encadena- mientos casi sin intervenir, proponiendo solamente a las que se quedaban silenciosas que dieran su opinión sobre las cuestiones planteadas. Mi colega y yo estábamos asombradas de oír una voz única vilipendiando esta profesión responsable de todos los males, causa única de todas las angustias. El aula aparecía como el espacio "' Dimos la palabra a las participantes pidiéndoles se expresaran con fóbico que condensaba todos los co;;j;onentes psíquicos del sujeto. la mayor espontaneidad posible. Al principio hubo muchas reticen- Dar clase se hacía intolerable, imposible y daba pie a todas las cias e incluso cierta desconfianza, debidas con seguridad a una conductas posibles de evitamiento. interrogación subyacente y que es propia de este tipo de trabajo. En Surgió sin embargo una diferencia con otras situaciones fobóge- la mirada que se posaba sobre nosotras dos leíamos esta pregunta: nas. En la agorafobia o la claustrofobia, por ejemplo, el sujeto no ¿cuál es realmente vuestra tarea? ¿Y vuestro deseo? ¿Están aquí explica su conducta, no da las razones de su miedo, no las conoce; para responder a la demanda de la institución, para readaptarnos, simplemente evitará enfrentarse con los lugares peligrosos y con ese para reintegrarnos en nuestra función enseñante? ¿Pueden ustedes fin pondrá en práctica todo cuanto sea necesario. Si es agorafóbico, abstraerse de este imperativo y dejar que se despliegue, como jamás saldrá solo a la calle; si es claustrofóbico, se negará a concurrir ustedes dicen, una palabra libre para que cada una pu.e da encontrar a lugares cerrados, cines, salas de concierto, etcétera. Más adelante a su manera una solución a sus problemas? volveremos sobre el sentido de la fobia, cuando hayamos aportado El terminante señalamiento que efectué en la cuarta sesión ante algunas luces sobre la estructura del sujeto y sobre la naturaleza del las autoridades administrativas para afirmar nuestra independen- síntoma. cia y exigir respeto y confidencialidad del trabajo, tuvo un efecto Al revés que los otros fóbicos, el docente sí va a explicitar las ' pacificador. Permitió eliminar las ambigüedades del comienzo y que razÜnes ere su evitamiento. Señalemos no obstante que las razones se introdujera cierta confianza. Los efectos de la transferencia y el que alegarán las participantes del grupo no les resultaron evidentes auténtico trabajo iban a llegar después. de entrada. Cuando les preguntamos por los síntomas que justifica- ron la primera licencia por enfermedad, nos encontramos ante todo con manifestaciones somáticas:jaquecas, insomnios, enfermedades recurrentes, gran cansancio. Se mencionaron también elementos Lus quejas depresivos: por ejemplo, "incapacidad de interesarse por nada", sensación de no poder asumir las responsabilidades de la vida cotidiana. El hecho de enseñar no a_Qarecía aún como Bイ・ウ⦅ーッセG@ U11 a pnrticipante abrió sin querer una brecha en el muro de silencio de la enfermedad. El mal sólo pudo ser identificado y denominado q111' pareció instalarse al principio. Esta joven apareció y desapare- específicamente tras constatarse que cada "iniciación del año lecti- n ú rll pi d 11 mt'n te, pero su presencia y su discurso en las dos primeras vo" las "destruía": "Lo que las enferma es la profesión." La prueba ti i'II IOIH'H t uviNon un efecto dinamizador sobre el grupo. Sabine estaba en que, cuando se encontraban en casa u ocupaban un puesto lllllrrrfi HIO

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