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Rocío Fernández-Ballesteros

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evaluación psicológica observación psicológica psicología métodos de investigación

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This document is a textbook on psychological evaluation, focusing on concepts, methods, and case studies of observation. It discusses the application of observation to psychological evaluation, contextualization within the evaluation process, and when observation is an appropriate method.

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La observación Rocío fernández-Ballesteros 6...

La observación Rocío fernández-Ballesteros 6 OBJETIVOS DEL CAPÍTULO A plicar los conocimientos ya adquiridos sobre observación a la práctica de la evaluación psicológica. Ubicar la observación en el contexto del proceso de evaluación. Ser capaz de identificar cuándo utilizar la observación como método de reco- gida de información. Ser capaz de seleccionar las unidades de análisis y los parámetros de medida en un caso concreto, así como el protocolo más indicado para su observación. Ser capaz de planificar una observación. Ser capaz de identificar las garantías requeridas en una observación y conocer los tipos de análisis pertinentes. Conocer los principales sesgos de la observación y las estrategias para tratar de evitarlos. Dados los resultados de un protocolo, matriz de interacción o un código de observación, ser capaz de interpretarlos. © Ediciones Pirámide 1. Introducción rada para reproducir el comportamiento que ocurre en la situación natural. Por su- La observación es la estrategia fundamental puesto, el «hecho» que se observa puede del método científico, y, por tanto, cualquier téc- variar en su nivel de molaridad-moleculari- nica de recogida de información en evaluación dad o la traducción que realiza el observa- psicológica conlleva, de una u otra forma, obser- dor puede tener distintos niveles de infe- vación. La observación es, además, una conducta rencia. Por ejemplo, se pueden observar humana universal que ocurre, también, en la si- conductas (por ejemplo, si el niño moja la tuación de evaluación entre el sujeto y el evalua- cama), se pueden inferir de las conductas dor y que se produce sea cual fuere el modelo atributos (por ejemplo, si el niño está ner- teórico de éste. vioso) o se puede observar un hecho pre- Sin embargo, no sería correcto decir que todas sente que representa la expresión de un las técnicas de recogida de información en evalua- conjunto de conductas pasadas (por ejem- ción psicológica son técnicas observacionales; plo, cuando observamos la existencia o no existen una serie de características delimitadoras de ­desechos). También, conviene mencio- de lo que es un método observacional: nar que algunos autores no incluyen como método observacional el que se expresa — Q  uien observa es un experto (participante o mediante atributos, sino sólo aquel referido no participante en la situación pero nunca a conductas motoras externas. el propio sujeto) o ha sido entrenado para — Se observa de forma sistemática, por lo que observar deliberadamente, aunque sea bre- la observación conlleva un protocolo u vemente. Así, hay que resaltar que estamos hoja de registro preparada al efecto que incluyendo como método observacional la puede tener distintos niveles de estructura- observación deliberada realizada por perso- ción, admitiéndose desde un protocolo nas allegadas al sujeto. Por ejemplo, cuando simple que permite la anotación narrativa le pedimos a los padres que registren en una (llamada por algunos autores observación hoja de observación conductas de su hijo1. ad líbitum) hasta los más sofisticados códi- — Lo que se observa, generalmente, es un he- gos de observación. cho que ocurre en la situación de observa- ción, preferentemente una situación natural En definitiva, es observación aquello que se o una situación análoga o artificial, prepa- hace con cualquiera de los procedimientos y téc- 1 Algunos autores no consideran este tipo de procedimien- to de recogida de información una técnica observacional. © Ediciones Pirámide La observación / 195 nicas de recogida de información que requiere la realiza la observación y las garantías científicas y, percepción deliberada de comportamientos emiti- finalmente, presentaremos una guía para la plani- dos por un/os sujeto/s (a distintos niveles de com- ficación que ha de efectuarse en toda observación. plejidad e inferencia), realizada por un observador entrenado (participante o no participante) median- te protocolos preparados al efecto (de mayor o me- 2. Unidades de análisis nor estructuración) que permitan una anotación (¿qué observar?) sistemática, en una situación natural o análoga en la que no se elicitan respuestas2. En el cuadro 6.1 se Como señala Fiske (1978), existen distintas for- presentan todas las dimensiones consideradas rele- mas de enfocar el concepto de «unidad» de obser- vantes para el amplio método de la observación. vación. Por unidad puede entenderse el objeto que se pretende estudiar; es decir, en nuestro caso, una Cuadro 6.1 persona, grupo, institución, etc. No obstante, ya Dimensiones relevantes de la observación se ha dicho que no se pretende evaluar a personas como objetos, sino sus manifestaciones conduc- Unidad de análisis Molecular Molar tuales, por lo que el objeto observado será un Nivel de inferencia Bajo Alto evento conductual. En segundo lugar, tales eventos Tiempo del evento Actual Pasado o con- se producen en un continuo temporal; en este caso tinuo nuestra unidad también podría referirse a un con- Protocolo Estructurado Poco estruc- creto segmento en el tiempo —más o menos am- turado plio— del continuo de conducta. Por otra parte, Observador Experto Escaso entre- sobre las unidades de hecho observadas, el obser- namiento Participación No participante Participante vador suele ­realizar muy distintos niveles de infe- Situación Natural Análoga rencia: descripción, clasificación, explicación; todo ello es dependiente del marco referencial teó- rico de base. Por último, pueden ser consideradas Las dimensiones definitorias de la observación como unidad de análisis las interacciones habidas permiten, también, polarizar en un continuo la entre las actividades de la/s persona/s y los ele- calidad y el rigor de la observación desde máxi- mentos ambientales (estímulos físicos y sociales). mamente rigurosa hasta mínimamente rigurosa. En este apartado vamos a considerar por uni- Así, la observación de unidades de análisis mole- dad de análisis u observación aquel conjunto de culares, de bajo nivel de inferencia, registradas en eventos conductuales que pueden presentar dis- el momento de producirse, mediante un protoco- tintos grados de molaridad-molecularidad (véase lo estructurado, por un observador experto, no cuadro 6.1) en función de los objetivos de la eva- participante, en la situación natural maximizará luación. el rigor del método observacional frente a sus co- rrespondientes opuestos. Hechas estas necesarias precisiones, vamos a 2.1. Continuo del comportamiento pasar ahora a tratar las cuestiones más importan- tes sobre las técnicas de lo que propiamente se Desde una perspectiva ecológico-naturalista, el considera observación sistemática y que se refieren objetivo es observar todo el continuo de conducta a las unidades seleccionadas, las técnicas de regis- tratando de registrar de forma descriptiva la ma- tro más comunes, el muestreo, el lugar donde se yor parte de eventos que ocurren en un contexto 2 La no elicitación de respuestas es considerada por mu- observación (frente a la elicitación de respuestas propia de chos autores como una de las características centrales de la todas las demás técnicas de evaluación). © Ediciones Pirámide 196 / Evaluación psicológica. Conceptos, métodos y estudio de casos natural en amplias unidades de tiempo (véan­se, 2. La conversión de los datos de conducta por ejemplo, Medinnus, 1979; Wright, 1960). puede realizarse durante el transcurso de Las características fundamentales de este tipo la observación o posteriormente; es decir, de observación son las siguientes: puede efectuarse una observación no es- tructurada y asistemática y convertirla si- 1. No se realiza una previa especificación de multánea o posteriormente en una des- las conductas o atributos a observar. cripción o clasificación de acuerdo con los 2. Se observa en tiempo real y de forma con- atributos elegidos. tinua, en muchos casos sin que la duración 3. En la observación de estas unidades suelen de la sesión sea especificada previamente. utilizarse amplios intervalos temporales. 3. Las descripciones se realizan sobre aspec- tos verbales, no verbales y/o espaciales de Dado que la utilización de atributos como uni­ la conducta, pudiendo ser compaginados dades de análisis estan en relación con concretos éstos con impresiones del observador so- marcos teóricos, algunos autores (procedentes del bre lo observado. enfoque conductual) no consideran estas como Finalmente, conviene señalar que cuando se apropiadas unidades de análisis de la observación van a elaborar categorías conductuales y/o a deci- sistemática. dir sobre cuáles son las «unidades» que van a ser observadas, siempre se requerirá realizar una ob- 2.3. Conductas servación asistemática que implica una observa- ción ab libitum del continuo del comportamiento La prescripción desde una perspectiva conduc- (Anguera, 2003a, b). tual es la utilización como unidades de análisis de la conducta manifiesta —motora o verbal— defi- 2.2. Atributos nida bien en términos simples, bien agrupada en clases o categorías. Como señalan Cone y Foster Los psicólogos del rasgo, psicodinámicos y (1982), la definición de tales unidades de observa- constructivistas han utilizado la observación como ción varía en un continuo de molaridad-molecu- base bien para la obtención de atributos, bien para laridad, ya que cualquier conducta puede ser des- el examen de otras construcciones teóricas. Así, de crita en una serie de aspectos de mayor o menor la observación de la conducta manifiesta —verbal, especificidad. Así, si, por ejemplo, observamos a no verbal o espacial— se infieren determinadas un escolar que presenta conductas «perturbado- características que se supone están siendo expresa- ras» en clase, podemos registrar éstas según uni- das por dicha conducta. Así, por ejemplo: dades muy concretas, como «gira el cuerpo 90° y más grados», o bien describir la unidad de obser- Conducta observada Inferencia Rasgo vación en términos más amplios, como sería «vol- verse en el asiento». Además, estas conductas más Frunce el ceño Preocupación o menos especificadas podrán formar parte de ca- Le tiemblan las manos Nerviosismo Ansiedad tegorías conductuales como «desatención», «con- Sale de la habitación Evita la situación ducta disruptiva», etc. Las características fundamentales de estas uni- Las características de este tipo de unidad de dades de análisis son las siguientes (véase, entre análisis son las siguientes: otros, Anguera y Blanco, 2003): 1. La actividad manifiesta observada es descri- 1. Existe una previa especificación de la con- ta en términos de un determinado atributo. ducta o clases de conducta a observar en el © Ediciones Pirámide La observación / 197 sentido de diferenciarse o distinguirse de conductas «desobedientes» de un niño en su hogar, la conducta anterior y la siguiente, poder sino la relación que existe entre éstas y otros even- ser denominada y definida operacional- tos contingentes a ellas ejecutadas por el padre/ mente: denominación, delimitación y defi- madre/hermanos del sujeto. O también nuestro in- nición son las tres características de una terés puede recaer en las relaciones que mantiene unidad de análisis comportamental. una pareja, ya que ello es nuestro objeto de estudio. 2. La formulación de estas unidades de aná- Las características de este tipo de unidades de lisis puede ser teórica o empírica. Desde el análisis son las siguientes: primer punto de vista, el evaluador selec- ciona aquellas conductas objeto de interés 1. En el mismo sentido que las del apartado por su relevancia en el caso. No obstante, anterior, existe una especificación previa en ocasiones —fundamentalmente cuando de las conductas o clases de conductas que se trata de ­crear, cara a la investigación, interesa observar. códigos estándar de observación— se ob- 2. Estas unidades están constituidas por in- tienen las conductas o categorías que han fluencias recíprocas existentes entre indivi- de ser observadas partiendo de los múlti- duos o entre un individuo y un grupo o un ples criterios empíricos y observaciones determinado ambiente. previas en estudios piloto (con un registro 3. La observación de interacciones suele rea- narrativo o ad líbitum de lo observado) o lizarse en unidades de tiempo previamente aquellas que forman parte de otros códi- establecidas, adecuadas (temporalmente) a gos de observación. estas unidades de observación. 3. La observación de tales unidades debe re- querir mínimas inferencias por parte del observador. 2.5. Productos de conducta 4. Se requiere la selección de los intervalos de tiempo en los que se va a realizar la obser- Como se puso de relieve en la introducción a vación (duración total, número de sesio- este capítulo, gran parte de la observación en eva- nes, tiempo de cada sesión), el/os sujeto/s luación se realiza sobre productos de conducta. que va/n a ser observado/s, así como la du- Es decir, se observa el resultado de un conjunto de ración final del todo el proceso observa- actividades internas o externas que el/los sujeto/s cional. ha/n ya realizado en situaciones tanto naturales como artificiales. Dos tipos fundamentales de observaciones 2.4. Interacciones pueden incluirse en este apartado: los productos de conducta procedentes de las ejecuciones del En ocasiones la unidad a observar no está for- sujeto en el pasado, también denominados por los mada, tan sólo, por una/s conducta/s previamente autores «medidas no reactivas»3, y los productos descrita/s, sino por la relación secuencial entre dos de ejecuciones que el sujeto realiza a partir de de- eventos procedentes de dos o más personas o entre terminadas tareas que el evaluador le presenta. una persona y una dimensión ambiental. Estas Webb et al. (1966; véanse también Sechrest, unidades de análisis son fundamentalmente utiliza- 1979; Secherest y Hill, 2003) precisaron las si- das por los evaluadores que persiguen la indaga- guientes posibilidades de datos de observación no ción de las relaciones funcionales entre eventos. reactivos y que pueden ser considerados como Así, por ejemplo, pueden interesarnos no sólo las productos de conducta. En primer lugar, las me- 3 En lengua inglesa llamadas unobtrusive measures. © Ediciones Pirámide 198 / Evaluación psicológica. Conceptos, métodos y estudio de casos didas de erosión, que se refieren a destrucciones, 2. Sin embargo, las observaciones no reacti- daños u otros cambios físicos que existen en el am- vas tienen el inconveniente de que el/los biente habitual del sujeto y que se han originado sujeto/s agentes del/los producto/s de con- como producto de su conducta (por ejemplo, las ducta puedan no ser identificables. marcas sobre el césped por el paso de los habitan- 3. La observación de los resultados de la eje- tes). En segundo lugar, las medidas de huella son cución en tareas estándar (tanto naturales aquellos productos de la conducta del sujeto al uti- como artificiales) optimiza la comparabili- lizar objetos o al consumirlos (por ejemplo, las dad de los resultados. botellas consumidas por un alcohólico). Por últi- 4. El mayor problema de estas unidades de mo, las medidas de archivo, las más interesantes en análisis está en que sean utilizadas como evaluación de las descritas hasta aquí, son aquellas expresión de supuestos atributos intrapsí- que han sido registradas en documentos o infor- quicos de los sujetos observados. Es decir, mes, generalmente de forma escrita. En este último de los productos de conducta se suelen apartado pueden incluirse datos tan importantes realizar inferencias de alto nivel o bien re- como los procedentes de cuadernos escolares, pin- laciones causales sobre su origen. turas o dibujos, las notas del currículo académico y otros muchos documentos personales que, pro- cedentes del pasado, son el resultado de la realiza- 2.6. Unidades de medida (¿qué medir ción de determinadas actividades por parte del de la unidad?) sujeto en su vida cotidiana pasada y que pueden resultar de gran interés en evaluación psicológica. Como señalan Johnston y Pennypacker (1980), Por otro lado, tanto las situaciones artificiales no deben confundirse las unidades de observación como las naturales suponen escenarios para reco- con su especificación cuantitativa, ya que «las uni- ger productos de conducta. Así, tras una sesión dades de análisis y las unidades de medida están de juego pueden ser observados productos de la relacionadas en base a que la existencia de unas conducta lúdica y/o escolar de un niño o, tam- permite la designación de las otras y, desde luego, bién, redacciones, dibujos, rompecabezas, etc. Por no son equivalentes» (p. 120). Así, independiente­ otra parte, también es posible registrar productos mente de observar conductas, interacciones, atribu- de conducta en situaciones naturales, como, por tos, etc., a la hora de dar una versión cuantificada ejemplo, cuando se trata de evaluar el número de de ellas habremos de proceder a la selección de las piezas producidas por un operario o el número y unidades de medida que van a ser adoptadas. Par- la calidad de trabajo despachado por una secreta- timos de que el fenómeno observado se da en algu- ria. Incluso podríamos decir que las puntuaciones na medida; es decir, según una cierta cantidad en en los clásicos tests de ejecución serían ni más ni alguna de las propiedades o dimensiones de la uni- menos que observaciones sobre productos de dad de análisis observada (véase Carreras, 1991). conducta recogidos en situaciones artificiales con En definitiva, este punto trata de responder a la un material tipificado. pregunta que formulan Sackett et al. (1978): ¿cuál Las características de estas unidades de obser- es la mejor medida para la descripción cuantitati- vación son las siguientes: va de la unidad observada? Esta cuestión debe ser planteada incluso antes de la elección del procedi- 1. Las observaciones no reactivas son exce- miento o sistema que va a ser utilizado a la hora lentes procedimientos tanto de evaluación de recoger las unidades de observación. como de valoración de tratamientos, ya Hay que dejar constancia inicial de que, en ge- que no se ven afectadas por los sesgos pro- neral, el tipo de medida, o la propiedad elegida ten- pios de la observación como es la reactivi- drá siempre que depender de la unidad de observa- dad del/los sujeto/s. ción, lo cual se pondrá de relieve a continuación. © Ediciones Pirámide La observación / 199 Ocurrencia un niño seguidas de atención de la madre. La fre- cuencia de un evento puede presentarse en núme- En ocasiones, lo que interesa es la ocurrencia ros absolutos o según una tasa o porcentaje final. de un evento; es decir, la constatación de si un Es decir, podemos decir que una persona ha llega- fenómeno se da o no. Así, por ejemplo, sucede do tarde a su oficina 20 veces en un mes o decir cuando pretendemos saber si un niño se sienta o que es impuntual el 90 por 100 de los días4. no se sienta a una determinada edad o si moja o Este tipo de propiedad de las unidades de aná- no moja la cama. En este caso, el todo o nada en lisis presenta, como señala Kazdin (1981), una la aparición de la unidad de análisis en cuestión serie de características: en primer lugar, la fre- no se relaciona con ningún otro sistema de medi- cuencia o tasa de aparición de un evento es una da, como, por ejemplo, el tiempo. La ocurrencia medida fácil de obtener cuando se trata de unida- es la dimensión más simple de lo observado. des bien definidas. En segundo lugar, la frecuen- cia suele reflejar, mejor que ningún otro paráme- Orden tro, cambios a través del tiempo. Por último, la En ocasiones, aparte de la ocurrencia, resulta frecuencia expresa el montante total de eventos imprescindible consignar el orden en el que apa- de un determinado tipo que han sucedido duran- recen unas conductas o unas categorías conduc- te todo el tiempo que ha durado la observación. tuales. Así, sabemos que en psicología existen relaciones estímulo-respuesta (E-R) o respuesta- Duración consecuencias (R-C) y conducta-conducta (R-R) y, por tanto, puede ser necesario examinar la se- En ocasiones, la frecuencia puede no ser sufi- cuencia en que las conductas aparecen. Como ciente o relevante a la hora de expresar, en toda su señala Anguera (2003), el orden consiste en la ex- extensión, un determinado evento. El comporta- plicitación de la secuencia de las distintas ocu- miento humano se produce de forma temporal- rrencias de conducta. Aporta un matiz importan- mente extensa y, a menudo, no es reducible a ac- te a la ocurrencia dado que, en ocasiones, dos tos discretos. Es decir, frecuentemente no sólo sesiones de observación podrían no diferir en la interesa recabar datos sobre la frecuencia o el or- ocurrencia de aparición de conductas pero sí en den de una determinada conducta, sino también el orden en que éstas aparecen. sobre su duración. Así, por ejemplo, con el fin de conocer cuán estudioso es un escolar, podemos registrar cuántas veces se dedica al estudio a la Frecuencia semana, o al día (frecuencia), pero tal vez sea más Fundamentalmente utilizada en el registro de importante, en base a nuestro objetivo, conocer la conductas, clases de conducta e interacciones, la duración de sus períodos de estudio. frecuencia hace referencia a la extensión en la Como señalan Cone y Foster (1982), las pro- cual un determinado evento ocurre en una unidad piedades temporales de un determinado evento de tiempo. Por ejemplo, el número de veces que pueden ser tres: un escolar golpea a otro durante la jornada esco- lar, el número de botellas de vino que un alcohó- 1. El intervalo entre el comienzo y el final de lico ingiere al día, el número de desobediencias de una determinada actividad. 4 A menudo, la frecuencia o tasa de aparición de una uni- ción sobre eventos ya ocurridos de análisis bien definidos. En dad de análisis es registrada a través de escalas adverbiales a segundo lugar, la frecuencia suele reflejar, mejor que ningún las cuales se les asignan números (nunca = 0, rara vez = 1, a otro parámetro, cambios a través del tiempo. Por último, la veces = 2, a menudo = 3, siempre = 4) con el fin de facilitar a frecuencia expresa el montante total de eventos de un deter- los observadores —generalmente personas allegadas al suje- minado tipo que han sucedido durante todo el tiempo que ha to, no expertas— la labor cuando se trata de tener informa- durado la observación. © Ediciones Pirámide 200 / Evaluación psicológica. Conceptos, métodos y estudio de casos 2. El intervalo entre la presentación de un es- objetivos propuestos. Este tipo de propiedad es tímulo y el comienzo de una respuesta. frecuentemente medido a través de los aciertos o 3. El intervalo entre las manifestaciones su- errores que el sujeto obtiene al ejecutar una tarea cesivas observadas. y, por tanto, son las características principales con que son valorados los tests de ejecución. En La primera de estas posibilidades es la llamada ocasiones el montante de adecuación asignado a propiamente duración, la segunda se refiere a la una determinada respuesta depende de una di- latencia de la respuesta y la tercera hace mención mensión tanto temporal (por ejemplo, tiempo al intervalo interrespuesta. Cada una de estas empleado en resolver un problema) como cuali- propiedades temporales puede estar indicada pre- tativa (por ejemplo, haber resuelto convenien­ ferentemente en relación con el tipo de unidad de temente la tarea), por lo que pueden, a veces, ser observación elegido siempre y cuando el tiempo consideradas como dimensiones derivadas o se- sea una propiedad importante en su investigación cundarias. y cambio. Pero esta forma de considerar las respuestas de un sujeto tan sólo es aplicable cuando se trata de observaciones sobre tareas que han de ejecutarse Dimensiones cualitativas de una manera precisa y cuyo producto final es A veces, lo que puede interesarnos prioritaria- claramente correcto o incorrecto. No obstante, en mente son los aspectos cualitativos de una deter- muchas ocasiones la adecuación ha de ser consi- minada unidad de observación. Así, por ejemplo, derada, como sucede en evaluación conductual, puede ser necesario conocer no sólo la frecuencia como un punto intermedio entre un continuo de con que un escolar estudia o el tiempo total que exceso-defecto en el que se sitúa la conducta a dedica a esta actividad, sino cómo ha rendido en examen. La valoración de lo que es excesivo o de- el tiempo dedicado al estudio; este aspecto funda- fectuoso plantea también distinciones cualitativas mentalmente cualitativo está en relación con la difíciles de dirimir, por lo que al establecerlas hay intensidad o magnitud con la que el sujeto se es- que tener en cuenta lo siguiente: la clase de con- fuerce en esas unidades temporales y con la ade- ducta, las comparaciones intersujetos, las caracte- cuación de las actividades que realice durante los rísticas del contexto social de referencia, así como intervalos de tiempo dedicados al estudio. la propia opinión del sujeto en evaluación y de las La medición de la intensidad, magnitud o ade- personas allegadas a él. También esta dimensión cuación de una unidad de observación puede rea- cualitativa es evaluada mediante escalas ordinales lizarse de muy distintas formas. Así, la intensidad previamente construidas y por medio de compa- o magnitud de la agresión física puede estimarse raciones normativas. mediante la magnitud del daño infligido al agre- En resumen, hemos examinado las distintas dido. Así también, un profesor puede considerar unidades de observación que pueden ser utiliza- que uno de sus escolares participa en mayor o me- das en evaluación: el continuo del comportamien- nor medida del rasgo «extraversión» o le es más o to, los atributos que pueden inferirse de las con- menos aplicable el adjetivo «estudioso». En defi- ductas observadas, las conductas y categorías de nitiva, como señala Carreras (1991), la intensidad conductas manifiestas, las interacciones que se es medida mediante categorías ordinales (esca- producen entre el sujeto y el medio ambiente y los las), las cuales evalúan el grado en el que se mani- productos de conducta derivados de ejecuciones fiesta una conducta. pasadas o presentes. Asimismo, hemos precisado Con la medición de la adecuación de una con- cuáles son las propiedades de tales unidades de ducta estamos haciendo referencia a su apropia- observación que permiten realizar una descrip- ción social o bien a su grado de funcionalidad, es ción cuantitativa de ellas. Conviene resaltar una decir, hasta qué punto una actividad consigue los vez más que de todas estas unidades de análisis © Ediciones Pirámide La observación / 201 las más características de la observación sistemá- mento, pasarán a ser observados de forma siste- tica son las unidades conductuales e interactivas. mática. No obstante, las restantes unidades de análisis (el En la misma línea que en el apartado anterior, continuo de conducta, los atributos y los produc- en el que ordenábamos las unidades de observa- tos de conducta) pueden ser importantes depen- ción en un continuo de molaridad-molecularidad, diendo del enfoque teórico del evaluador y de sus cabe ahora graduar los códigos o instrumentos de objetivos de evaluación. observación en un continuo de estructuración (véase cuadro 6.1). No obstante, cualquier clasifi- cación que realicemos en base a esto será, hasta 3. Técnicas de registro (¿con qué cierto punto al menos, arbitraria. La que propo- observar?) nemos es la siguiente: 1) registros narrativos; 2) escalas de apreciación; 3) protocolos observacio- La estructuración del protocolo o del sistema nales de conducta; 4) códigos o sistemas de cate- de observación es una de las condiciones de la gorías; 5) valoración de productos de conducta, y ­observación sistemática por cuanto permite la 6) recogida de datos mediante dispositivos mecá- replicabilidad y el control de los resultados. Pero, nicos. Veamos con cierto detenimiento cada uno hasta cierto punto, la sistematización de la obser- de estos procedimientos de recogida de datos ob- vación depende del marco referencial teórico del servacionales. observador. Evaluadores partidarios de los enfo- ques psicodinámico y constructivista suelen uti- lizar protocolos muy poco sistemáticos que per- 3.1. Registros narrativos miten la descripción del continuo de conducta o la descripción mediante atributos de lo observa- Etólogos, psicólogos sociales constructivistas, do. Por el contrario, los observadores conductua- ecólogos y fenomenólogos suelen efectuar minu- les y los que desde una perspectiva diferencialista ciosos registros narrativos de lo observado. Los o médica utilizan productos de conducta em- evaluadores que realizan descripciones sobre lo plean sistemas estructurados y estándar de ob- observado suelen dejar constancia de sus obser- servación en forma de códigos de categorías de vaciones mediante registros narrativos o descrip- conducta o de protocolos tipificados de recogida tivos, de la misma manera que otros investigado- de datos. res naturalistas. Tales registros presentan un Por otra parte, el nivel de estructuración pue- formato flexible para permitir recoger muy dife- de depender también de la fase en la que se efec- rentes características y modalidades de las activi- túa la observación. Como señala Anguera (1981, dades de los sujetos, y, por tanto, el protocolo 1990), la observación ha de realizarse mediante que los sustenta no presenta especificidad más un plan en el que en un primer momento se efec- allá de la fecha de registro y las circunstancias túa una observación escasamente sistematizada, generales de la sesión (tiempo, lugar, personas con el fin de estudiar la forma de operativizar el presentes y otras circunstancias potencialmente evento a observar, fundamentalmente cuando no relevantes). existen códigos tipificados sobre el fenómeno En el cuadro 6.2 se presenta un buen ejemplo objeto de examen. En estos casos suele comen- de un registro narrativo. Como en él puede apre- zarse con una observación no sistemática con la ciarse, no existe estructuración previa que dirija que se trata de observar el continuo de la con- o articule la recogida de datos siguiendo un esti- ducta con una observación prácticamente ad li- lo textual. El observador se limita a tomar nota bitum. Una vez realizada esa observación, se escrita u oral (a través de un magnetófono) de lo procederá a seleccionar los eventos relevantes al que va ocurriendo en la situación de observa- objeto de la evaluación, que, en un segundo mo- ción. © Ediciones Pirámide 202 / Evaluación psicológica. Conceptos, métodos y estudio de casos CUADRO 6.2 zadas cuando se pretende la cuantificación, califi- Ejemplo de un registro narrativo cación o clasificación de las actividades de un (modificado de Medinnus, 1979, p. 11) sujeto según específicas definiciones conductua- les, dimensiones o atributos de personalidad pre- René dice repetidamente: «quiero un vaso de leche». viamente establecidos. Existen distintos tipos de Se da la vuelta al ver a su madre mientras le pide el escalas de apreciación, aunque a través de todas vaso de leche. ellas se pretende que el observador valore en una La madre va al frigorífico. serie de unidades de medida (frecuencia, intensi- Parece que va a abrir éste, pero no lo hace. dad, apropiación) la unidad de análisis seleccio- Se dirige al lugar donde está Pedro. nada. En definitiva, se trata de valorar en qué Se inclina cariñosamente hacia él y le da un beso en medida una determinada descripción es aplicable el cuello. Pedro le responde con una sonrisa, como si estuvie- a un sujeto. Un ejemplo aparece en el cuadro 6.3. ra satisfecho de atraer la atención de su madre. Las características comunes a todos estos tipos de escalas son las siguientes: Cone y Foster (1982) citan dos fuentes funda- 1. El observador realiza, o ha realizado, la ob- mentales de error que afectan a la fiabilidad de servación en períodos amplios de tiempo y, estos registros: generalmente, es un observador participan- te. Así, por ejemplo, una madre, tras la 1. Los observadores pueden utilizar distintas primera entrevista con el evaluador y una descripciones verbales para una misma vez que éste le ha entregado y explicado las conducta o patrón de conductas. conductas presentes en un determinado 2. De acuerdo con ello, puede llegar a catego- protocolo, observa durante un tiempo es- rizarse o a dar distinta significación a los pecificado la conducta habitual de su hijo y, mismos eventos. Estos tipos de error pue- finalmente, valora la frecuencia de apari- den controlarse en tanto en cuanto los ob- ción de esas conductas problemáticas. servadores sean previamente entrenados 2. La información que se da sobre el sujeto se en el uso de un mismo lenguaje descriptivo produce, generalmente, de forma diferida a de las posibles actividades que vayan a la observación realizada aunque puede ser producirse en el campo de observación. replicada en la actualidad. 3. Las descripciones conductuales que se Como ya se ha señalado repetidamente, los re- utilizan pueden ser de muy variado tipo, gistros narrativos se utilizan frecuentemente como dependen del marco referencial teórico del paso previo a la elaboración de códigos estructu- evaluador y oscilan en un continuo mola- rados tanto de catálogos de conducta como de ridad-molecularidad, en el nivel de infe- sistemas de categorías o de interacciones. Por úl- rencia que requieren y en los objetivos que timo, tales registros pueden ser también útiles se persiguen en la exploración. cuando las conductas a examen presentan una 4. Por último, conviene señalar que pueden baja frecuencia de aparición y han de ser, por tan- utilizarse muy distintos descriptores o cate- to, registradas por observadores participantes. gorías. Así, pueden emplearse minuciosas descripciones de conducta, así como, tam- bién, los descriptores pueden ser atributos. 3.2. Escalas de apreciación Las escalas de apreciación son útiles a la hora Basadas en técnicas escalares (rating scales), de tener una primera aproximación cuantificada las escalas de apreciación, o estimación, son utili- de la/s conducta/s problemática/s y adaptativa/s © Ediciones Pirámide La observación / 203 Cuadro 6.3 Ejemplo de Escala de apreciación Inventario Eyberg de conducta en niños para padres* Eyberg y Ross (1978) (diez primeros elementos) Instrucciones: éstas son frases que describen posibles conductas en niños. Por favor, rodee el número que describe cuán a menudo la conducta ocurre habitualmente en su hijo («nunca», «rara vez», «a veces», «a menudo», «siempre»). ¿A su hijo le sucede que...? Nunca Rara vez A veces A menudo Siempre 1. Pierde tiempo en vestirse 1 2 3 4 5 6 7 2. Pierde tiempo al comer 1 2 3 4 5 6 7 3. Tiene malos modos en la mesa 1 2 3 4 5 6 7 4. Rehúsa hacer lo que se le pide 1 2 3 4 5 6 7 5. Rehúsa comer lo que se le pone 1 2 3 4 5 6 7 6. Tarda en prepararse para ir a la cama 1 2 3 4 5 6 7 7. Da guerra para ir a la cama a su hora 1 2 3 4 5 6 7 8. No obedece las reglas de la casa 1 2 3 4 5 6 7 9. Rehúsa obedecer hasta que se le castiga 1 2 3 4 5 6 7 10. Se rebela cuando se le manda hacer algo 1 2 3 4 5 6 7 * Adaptación experimental: Cátedra de Evaluación Psicológica. Universidad Autónoma de Madrid. de un sujeto, como también lo son otras opinio- estos protocolos observacionales se tienen en cuen- nes que personas allegadas o jueces tengan sobre ta conductas, clases de conductas y relaciones fun- él. También son útiles a la hora de tener datos cionales entre éstas y otros eventos ambientales. sobre la validación social de un determinado tra- Dos son los más frecuentes protocolos obser- tamiento; es decir, cuando se trata de conocer si vacionales: los registros de conductas, las matri- una intervención psicológica ha surtido efectos ces de interacción y los mapas de conducta. Vea- según los agentes sociales (véase Kazdin, 1977, mos con cierto detenimiento estos dos tipos de 1979). No obstante, el riesgo máximo de este tipo instrumentos. de registro observacional es que el evaluador se contamine con opiniones externas y se provoque un efecto halo que encauce, indebidamente, futu- 3.3.1. Registros de conductas ras observaciones. Se trata de la agrupación de una serie de even- tos conductuales bien definidos que se supone son 3.3. Protocolos observacionales relevantes al caso que se está estudiando, sin pre- de conducta tender ser exhaustivo en la observación. A la hora de desarrollar un registro de conduc- Los protocolos observacionales de conducta tas, el procedimiento a seguir es el siguiente: —también llamados listas de rasgos (Anguera, 1991)— contienen una serie bien especificada de 1. Selección de las unidades de análisis o con- conductas, encuadradas o no en clases y con o sin ductas a observar y definición operativa de indicación de antecedentes o consecuentes am- ellas. La selección y definición de las con- bientales de las mismas. En resumen, a través de ductas objeto de observación se realiza en © Ediciones Pirámide 204 / Evaluación psicológica. Conceptos, métodos y estudio de casos función de la demanda y los objetivos de la 2. Resultan inviables cuando la/s conducta/s evaluación, tras una primera recogida de a examen presenta/n una alta frecuencia o información (véase capítulo 2), en estrecha cuando existen multitud de conductas a relación con el sujeto o cliente y allegados, observar. pudiéndose complementar con una obser- 3. Cuando lo que ha de ser observado presenta vación asistemática en la situación natural. muy baja frecuencia, existe el riesgo contra- 2. Decisión sobre unidades de medida o di- rio, que el observador disminuya su atención mensiones o parámetros relevantes a las (véanse Cone y Foster, 1982; Nay, 1979). conductas eligidas. En general, lo que se pretende es constatar con qué ocurrencia o A pesar de todos esos inconvenientes, en mul- frecuencia aparecen las conductas (previa- titud de ocasiones la observación mediante estos mente especificadas). protocolos puede resultar la única posibilidad 3. Diseño del formato o protocolo de obser­ que le queda al observador, que, tras un minucio- vación, que podrá conllevar especificación so entrenamiento a allegados o con la utilización situacional y desde luego anotación de la de expertos, puede lograr datos observacionales. fecha, lugar, intervalo de observación y cualquier otro particular relevante para esa observación. 3.3.2. Matrices de interacción 4. Entrenamiento del/los observador/es, que, en algunos casos, podría/n ser no experto/s Tales procedimientos observacionales están di- allegado/s al sujeto. rigidos, exclusivamente, a la constatación de las interacciones que se producen entre el ambiente En resumen, en este tipo de técnica se obser- social y la conducta; es decir, de las relaciones fun- van unas cuantas conductas previamente defini- cionales antecedente-respuesta o respuesta-conse- das como «conductas objetivo» que han sido es- cuente que se producen en la interacción de dos o cogidas y descritas por el evaluador en función más sujetos humanos. En el cuadro 6.5 presenta- del caso específico que se está explorando. Gene- mos un ejemplo de una matriz de interacción. ralmente este tipo de registros se emplea en dise- En múltiples ocasiones se requiere no sólo la ños de caso único y son construidos ad hoc para evaluación de un sujeto, sino la de las interaccio- él, permitiendo la indicación situacional. nes que se producen entre individuos o entre un En el cuadro 6.4 se presenta un Registro de individuo y un grupo. Así, por ejemplo, puede ser conductas en el que se han inventariado una serie necesario el análisis de las interacciones que man- de conductas inadecuadas y adecuadas en el ho- tiene una pareja que consulta por problemas fa- gar junto con las situaciones de ocurrencia proba- miliares o bien las relaciones que se dan entre un ble. La elección de unas y otras se ha realizado de esquizofrénico y su familia o entre un niño y su acuerdo con las informaciones recogidas inicial- maestra. Así también, es posible que nuestro ob- mente de las entrevistas habidas con las personas jetivo resida en las interacciones sociales que se allegadas a un niño de seis años sobre el que se producen en un determinado ambiente (por ejem- consultaba por problemas de adaptación familiar. plo, en una institución). Es decir, dos son los ob- Estos protocolos tienen una serie de inconve- jetivos de este tipo de códigos: 1) el de la consta- nientes: tación de las relaciones funcionales entre una/s conducta/s y sus contingencias, y 2) el estudio de 1. No puede tenerse constancia del exacto las relaciones interpersonales que se mantienen en momento en el que la conducta se da, y un determinado grupo social o ambiente. ello influye en la dificultad de determinar Haynes (1978) enumera las características fun- la fiabilidad interjueces. damentales de este tipo de registro: © Ediciones Pirámide La observación / 205 Cuadro 6.4 Ejemplo de Registro de conductas* Instrucciones: como ha sido previamente explicado, cada día, a lo largo de una semana, se anotará una marca en la casilla correspondiente a las conductas que aparecen en la columna de la izquierda, tantas veces como ocurran por la mañana, al mediodía y por la tarde-noche, en las situaciones que figuran en la fila primera. Día:..................................................... Observador:..................................................................................................... Mañana Mediodía Tarde-noche Situaciones Va al colegio Al acostarse Viendo TV Levantarse Al bañarse Desayunar Arreglarse Comiendo Cenando Jugando Deberes Deberes Juego Otras Otras Otras Aseo Conductas No presta atención Discute No obedece Llora Pega Rompe algo Miente Se queja Parece triste Da órdenes Colabora Obedece Contesta bien Parece alegre Juega Otras positivas Otras negativas * Cátedra de Evaluación Psicológica. Universidad Autónoma de Madrid. 1. Requieren un menor esfuerzo por parte 2. Suponen un tipo de registro multiuso apli- del observador que los códigos de catego- cable a distintas situaciones con sólo va- rías, ya que no se tienen que memorizar las riar las conductas a examen. abreviaturas correspondientes a cada cate- 3. El número de categorías de conducta que goría, y su descripción y las conductas a generalmente se incluyen es reducido. examen suelen ser más simples. 4. Son fundamentalmente aplicables en el re- © Ediciones Pirámide 206 / Evaluación psicológica. Conceptos, métodos y estudio de casos Cuadro 6.5 Ejemplo de Matriz de interacción de pareja (Haynes, 1978, p. 114) Día:..................................................... Observador:..................................................................................................... Mujer Verbalización positiva Verbalización negativa No respuesta Total Alabanza Marido Crítica Comentario neutro Total gistro de interacciones diádicas o triádicas; seguir es el siguiente: 1) selección de las unidades así, por ejemplo, son útiles en el análisis de de análisis u observación (qué tipo de comporta- las interacciones madre-hijo, marido-mu- mientos o categorías comportamentales van a ser jer, padre-madre-hijo. observadas) según determinados parámetros o 5. La mayor dificultad estriba en la defini- unidades de medida (por ejemplo, frecuencia), 2) ción operacional de las conductas que se selección de los lugares donde se va a observar integran en cada una de las conductas lis- (por ejemplo, el cuarto de estar y el comedor) y tadas. reproducción esquemática del lugar con las dis- tintas condiciones físicas presentes en ellos; en En resumen, las ventajas que este tipo de ma- definitiva se trata de establecer el «plano» del lu- trices presentan decrecen en la medida en la que gar de observación (como el que realizaría un ar- han de utilizarse muchas categorías de conducta quitecto, que incluye el mobiliario), 3) diseño de o bien es necesario tener en cuenta largas cadenas protocolos: protocolo de observación y registro y de respuesta que impliquen a más de dos o tres hoja de resultados y representación gráfica, 4) personas. muestreo de lugares y tiempos en la misma línea que veremos más adelante, y 5) entrenamiento de los observadores. 3.3.3. Mapas de conducta Con el fin de evaluar las relaciones entre el ambiente y la conducta, Fernández-Ballesteros et Como señala Anguera (1987), un mapa de al. (1995) han desarrollado el MICA (Mapa de conducta (también llamado en algunos textos interacción conducta ambiente), que es un proce- «formato de campo») consiste en un procedi- dimiento de observación en residencias de ancia- miento de observación sistemática de conductas nos. En la figura 6.1 se presenta un mapa de con- específicas que se sitúan en unas coordenadas ducta en el que aparecen el número de individuos espacio-temporales con el fin de someterlas a un promedio de un concreto lugar (una sala de estar análisis de las relaciones entre la conducta y va- de una residencia), áreas existentes en ese lugar riables ambientales. (configuradas por los grupos de sofás y sillones) Como en el caso de las matrices de interacción, y las categorías comportamentales observadas: los mapas de conducta suponen una técnica ob- «nivel de ocupación», «interacción», «actividad a servacional muy flexible que habrá de ajustarse a solas», «no actividad» en su aparición en porcen- los objetivos de la evaluación. El procedimiento a tajes. © Ediciones Pirámide La observación / 207 más de 50 hasta 25 26 a 50 % 0 Signos Nivel ocupación Interacción Actividad indiv. No actividad Nivel ocupación Interacción Actividad indiv. No actividad Nivel ocupación Interacción Nivel ocupación Actividad indiv. Interacción No actividad Actividad indiv. No actividad Nivel ocupación Nivel ocupación Interacción Interacción Actividad indiv. Actividad indiv. No actividad No actividad Figura 6.1.—Ejemplo de un mapa de conducta prodecente del MICA (Fernández-Ballesteros, 1996). © Ediciones Pirámide 208 / Evaluación psicológica. Conceptos, métodos y estudio de casos 3.4. Códigos o sistemas de categorías de observación comportan un largo proceso y so- fisticadas elaboraciones para su construcción. El Los procedimientos observacionales más sofis­ evaluador no suele plantearse construir un siste- ticados son los llamados códigos o sistemas de ma de categorías para la observación de un solo ­categorías o esquemas de codificación (Bakeman sujeto (su cliente). Por ello, nuestro objetivo aquí y Gottman, 1986; Anguera, 1991), cuyo «anda- no es el de suministrar información sobre cómo miaje proporciona soporte y cobertura a aquellas construir un código de categorías (para una revi- conductas que, mediante la correspondiente ope- sión, véase Anguera, 1990, 1991), sino, simple- ración de filtrado, son consideradas relevantes de mente, describirlo; es decir, existen códigos de acuerdo con los objetivos de la investigación» categorías de conducta o interacciones que son (Anguera, 1991, p. 116). En definitiva, los códigos estándar y están tipificados y que, por tanto, pre- de categorías conllevan la denominación, delimi- sentan las garantías de rigor necesarias para su tación y definición de categorías de los eventos utilización. A título de ejemplo en el cuadro 6.6 conductuales y/o contextuales que se pretende presentamos un extracto del Código observación observar y articulan y regulan cómo se va a llevar estandarizado (SOC) para la evaluación de pro- a cabo la observación. Así, estos procedimientos blemas de conducta en niños de Whaler, House y CUADRO 6.6 Ejemplo de Código de categorías. Código de observación estandarizado (SOC-III) para la evaluación de problemas de conducta en niños (extracto) (Whaler, House y Stambaugh, 1976) Definición de categorías Categorías del estímulo I+ I nstrucción positiva: órdenes directas o indirectas (fórmulas de cortesía). La orden debe ser específica y tener un referente concreto. Debe poder ser cumplida inmediatamente. Sólo puede ser registrada una orden. I– La instrucción se considera negativa, ya sea por el contenido (amenazas), el tono de voz (gritos) o la conduc- ta del que habla (golpear, gestos amenazantes, etc.). S Atención social positiva: cualquier intento de contacto físico con el sujeto, verbalizaciones o contacto visual que implique aceptación y reconocimiento (sonrisas, etc.). S– La atención social se considera negativa en razón del tono de voz, contenido o conducta del que habla. La atención social puede proceder de adultos (Sa) o niños (Sn). Categorías de conducta Cumplimiento C Cumplimiento de una orden específica dirigida al sujeto. O Oposición: no cumplimiento de reglas o instrucciones de adultos, sean permanentes o temporales. O– La oposición se considera negativa por el tono de voz, contenido o conducta del sujeto. Q Quejas, lloros, lloriqueos, protestas audibles, muestras de genio (tirar objetos, rabietas, etc.). Trabajo ES Trabajo sostenido en tareas escolares. Otras formas de atención (excepto leer) se consideran AS. Puede com- binarse con IS (discusión académica). TS Trabajo sostenido en tareas no académicas (ayudar en tareas de la casa, actividades de aseo, etc.). AS Atención sostenida: el sujeto mira objetos, gente o actividades de modo activo, no autista (NI). © Ediciones Pirámide La observación / 209 CUADRO 6.6 (continuación) Definición de categorías Conducta social A Aproximación social: cualquier contacto físico o verbal espontáneo iniciado por el sujeto. Si se prolonga durante más de un intervalo se considera IS. No se computa si el contacto es iniciado por otro. Puede refe- rirse a adultos (A) o a niños (An). M El sujeto da órdenes a otro u otros. Puede referirse a adultos (Ma) o a niños (Mn). IS Interacción social: interacción del sujeto con otra persona, ya sea adulto (ISa) o niño (ISn). Se computa junto con una categoría de estímulo (I o S). Si es iniciada por el sujeto, se computa AS en el primer interva- lo e IS en los siguientes. Juego JS Juego sostenido con juguetes utilizados de modo apropiado. Conductas autistas S  utoestimulación: el sujeto manipula su cuerpo o lleva a cabo movimientos repetitivos (tres o más veces de A modo idéntico en un intervalo de 10”). Es incompatible con JS, A o IS. JO Juegos con objetos: simple manipulación repetitiva de un objeto que no es parte de una actividad más compleja (por ejemplo, JS). Se entiende por repetitiva que se dé tres o más veces de idéntico modo en un intervalo de 10”. NI No interacción: el sujeto no interactúa con otras personas u objetos durante un intervalo completo de 10”. Es compatible con JO, S, O, C y H. Hablar a sí mismo: verbalizaciones inteligibles no dirigidas a otras personas. Incompatible: la respuesta del sujeto no puede incluirse en ninguna de las categorías anterior­mente señaladas (por ejemplo, comer, beber...). H Hablar a sí mismo: verbalizaciones inteligibles no dirigidas a otras personas. IN Incompatible: la respuesta del sujeto no puede incluirse en ninguna de las categorías anteriormente señaladas (por ejemplo: comer, beber...). OBS Obstrucción: el observador no puede registrar la conducta del sujeto por haber perdido el contacto visual con él. Es incompatible con todas las demás categorías. Stambaugh (1976), del cual existe una tercera ge- teresado deberá consultar los catálogos de instru- neración (SOC-III) en castellano de­sarrollada por mentos de evaluación del ETS (1991) (Hersen y Cerezo (1991, 20015). En este cuadro se presenta Bellack, 1988, 2002). la definición inicial de categorías utilizadas, tanto Según Haynes (1979), las ventajas de los comportamentales como estimulares, así como la ­c ódigos de categorías de conducta son las si- hoja de registro, en la que aparecen los intervalos guientes: temporales de observación. En todo caso, la utili- zación de este u otro código requiere la consulta 1. Permiten un limitado pero amplio número del correspondiente manual. de actividades a observar. Resulta imposible referirse a todos los códigos 2. Proveen de información sobre conductas de categorías disponibles, por lo que el lector in- y/o interacciones complejas. 5 Este código se encuentra en Internet y en CD: M. A. Cere- cional SOC III, Valencia: Publicacions de la Universitat de Valen- zo (2001). Interacción familiar: Un sistema de evaluación observa- cia, www.uv.es/publications. © Ediciones Pirámide 210 / Evaluación psicológica. Conceptos, métodos y estudio de casos Cuadro 6.7 Protocolo de registro* Día:..................................................... Observador:..................................................................................................... Categorías conductuales Estímulo Intervalo C O O– Q ES TS AS A M Ma Mn IS JS S JO NI H IN OBS I+ I– Sa+ Sa– Sn+ Sn– 1 2 3 4 5.. N * Se presenta en un formato que deberá ser completado con el número de intervalos de observación (véase epígrafe 4.1). 3. Permiten la comparabilidad entre sujetos e gida de información en la que aparezcan las con- investigaciones. diciones generales bajo las cuales se registran esos 4. Simplifican el trabajo de observación, ya productos: día, hora, lugar, situación, etc. que el entrenamiento en el código puede Sin embargo, otros productos humanos re- servir a más de un caso. quieren no sólo medidas físicas sino de la valora- 5. Al ser un procedimiento estándar, suelen ción de la calidad del producto resultado de la presentar garantías científicas. actividad humana. Ello conlleva conocimientos que superan la pura observación y se refieren al conocimiento del objeto producido, lo cual sobre- 3.5. Registro de productos de conducta pasa, también, los límites de esta obra. Ya se ha dicho, al describir las unidades de aná- 3.6. Procedimientos automáticos lisis utilizadas en los métodos observacionales, de registro que los dos grandes grupos son los datos observa- cionales no reactivos y los resultados de ejecucio- En el intento de convertir la observación en un nes en situaciones naturales o artificiales. Ambos método de máximas garantías de rigor científico tipos de observaciones conllevan, en su mayor se han construido dispositivos automáticos de re- parte, el registro de medidas físicas tales como: me- gistro que facilitan la tarea del observador, des- tros cuadrados de césped destruido, kilos de dese- contaminando la actividad de los sesgos que oca- cho recogidos, número de botellas de alcohol con- sionan las anotaciones del propio observador, así sumidas por un alcohólico, número de cartas como tratando de paliar los efectos de la reactivi- escritas por una mecanógrafa, etc. Parece obvio dad de los sujetos observados. que estos datos no requieren protocolos especiales Tales procedimientos pueden dividirse en tres sino tan sólo preparar al efecto una hoja de reco- grandes grupos: © Ediciones Pirámide La observación / 211 1. Medios técnicos de registro auxiliares del labo­ratorio, han sido elaborados procedimientos observador. de te­lemetría que abarcan el registro de respuestas 2. Aparatos de registro a distancia que dis- fisiológicas, así como ciertas conductas motoras. minuyen la reactividad de los sujetos Los dispositivos telemétricos constan de un trans- obser­vados. ductor y un radiotransmisor que lleva el sujeto y 3. Técnicas de amplificación de la respuesta que ­permite el registro de determinadas respues- que permiten la medición de comporta- tas a ­distancia. En el capítulo siguiente, dedicado mientos encubiertos, privados o poco ac- a las ­técnicas objetivas, nos detendremos en estos cesibles. procedimientos. Por otra parte, con vistas a disminuir la reacti- vidad de los sujetos producida por la presencia 3.6.1. Medios técnicos de registro del observador, se utilizan, cada vez con mayor frecuencia, procedimientos tales como el magne- Existen múltiples métodos mecánicos y electró- tófono, el videotape o los espejos unidirecciona- nicos de registro que han sido descritos por An- les. Parece que estos dispositivos de registro u guera (1981, 1991). En los últimos años se han in- observación son una excelente opción para mini- crementado las posibilidades de registro de eventos mizar este sesgo y los datos recogidos por su me- (comportamientos, categorías de conducta, etc.), e, diación no difieren significativamente de lo ano- incluso, las modernas agendas electrónicas, relojes tado por el observador presente (Kent, O’Leary, electrónicos de función y teléfonos móviles permi- Dietz y Diarnent, 1979), además de que favorecen ten el registro de cualquier observación. Aparte de la naturalidad de la conducta. Sin embargo, razo- estos medios generales existen procedimientos de- nes éticas desaconsejan la utilización de tales pro- sarrollados para la observación (que, además, se cedimientos sin la debida autorización del sujeto ven complementados con otras utilidades como la observado; por tanto, para su empleo se requiere autoobservación y autorregistro, así como el regis- el consentimiento informado del sujeto en exa- tro de respuestas fisiológicas) en situaciones natu- men o bien de sus representates legales. rales como el AMBU (Fahrenberg, 2003). Todos estos medios técnicos permiten registrar automáticamente eventos de conducta a través de 3.6.3. Observación mediante aparatos categorías previamente establecidas cuyos datos, también, pueden ser cargados en una computado- La conducta también puede ser registrada a ra de modo que se realicen fácilmente análisis de través de procedimientos mecánicos, eléctricos o los parámetros introducidos (ocurrencia, dura- electrónicos de forma que el observador humano ción, frecuencia, secuencia, simultaneidad, etc.) es sustituido, casi totalmente, por un aparato. Es- de las conductas a examen. La ventaja de tales tas técnicas de observación van a ser tratadas en el procedimientos es la de minimizar, como es lógi- capítulo 8 («Otras técnicas: objetivas y proyecti- co, algunos de los sesgos procedentes del observa- vas»). Tan sólo decir que tanto los registros psico- dor entrenado en su manejo incrementando la fisiológicos como los dispositivos de registro de la exactitud de lo observado. conducta motora y los aparatos de medida de pro- ductos de conducta suponen técnicas objetivas de registro. En definitiva, todos estos procedimientos 3.6.2. Aparatos de registro a distancia amplifican las respuestas fisiológicas, esqueléticas, u ocultos motoras o cognitivas y permiten su registro. Su importancia exige dedicar a ellos todo un capítulo. En los últimos años, y con el fin de maximizar Para terminar este apartado, parece conve- la validez externa de los datos obtenidos en el niente resaltar que a la hora de elegir una técnica © Ediciones Pirámide 212 / Evaluación psicológica. Conceptos, métodos y estudio de casos de registro observacional ha de tenerse en cuenta que tratamos con todo ello es de obtener muestras lo siguiente: significativas y representativas de los eventos ob- servados, según las unidades de medida (ocurren- 1. La complejidad y especificidad del proble- cia, frecuencia, duración, etc.) previamente selec- ma a examen. Cuanto más compleja y me- cionadas. nos especificada sea la unidad a observar, Hemos dicho que los registros narrativos reco- menos estructuración inicial deberá tener gen el continuo de la conducta tal y como se pro- la técnica de observación seleccionada y, duce en su ambiente natural. En estos casos, el por tanto, mayor grado de planificación se observador registra todo lo que es capaz de obser- exigirá al evaluador. var, de lo que ocurre, en tiempo real. Tales regis- 2. En el caso de tratarse de eventos bien defi- tros, a pesar de presentar una serie de ventajas ya nidos y en escaso número, conviene utili- comentadas, resultan en muchas ocasiones invia- zar catálogos de conducta construidos al bles. efecto. Por otra parte, en las escalas de apreciación y 3. Cuando el problema se defina como pri- protocolos de conducta tan sólo se tiene en cuenta mariamente interactivo (de pareja, de fami- si la/s conducta/s a examen previamente especi­fi­ lia), deberán ser elegidas matrices o códi- cada/s ocurre/n o han ocurrido, o no, en un perío- gos de interacción. do total de tiempo establecido de antemano. Ya se 4. Cuando se trata de examinar complejos han comentado las dificultades de ese tipo de téc- problemas, bien especificados, sobre los que nica junto con su utilidad. En resumen, es muy existan códigos de categorías conductuales difícil para un observador humano prolongar una —en los que estén presentes todas las ma- observación atenta durante períodos extensos de nifestaciones del caso—, deberán ser elegi- tiempo, y esto por la fatiga que ello acarrea. Es das estas técnicas prioritariamente. aún más difícil anotar la conducta que aparece y, 5. Siempre que sea posible, deberán ser utili- al mismo tiempo, seguir observando la aparición zados dispositivos automáticos, objetivos de esa u otra conducta presente en el protocolo. y/u ocultos de registro, salvaguardando las Además, la privacidad de ciertos eventos impide cuestiones éticas antes mencionadas. el seguimiento temporalmente extenso del conti- nuo del comportamiento. Y eso no es todo: en En una primera aproximación al caso, amén de ocasiones el objetivo de la observación se centra cuando no sean posibles otros tipos de observa- en actividades realizadas por un grupo de sujetos, ción, deben utilizarse registros narrativos o esca- resultando más difícil aún recoger las actividades las de apreciación cumplimentadas por personas de todos los sujetos presentes a los que se desea allegadas al sujeto. observar. Por último, la observación conlleva cos- tes importantes, por lo que limitar el tiempo de observación repercute de inmediato en la dismi- 4. Muestreo (¿cuándo y/o a quién nución de tales costes. observar?) Todas estas limitaciones y dificultades de la observación continua han llevado a la necesidad Los eventos conductuales ocurren en un tiem- de utilizar procedimientos de muestreo. Como he- po y una situación determinados; de ahí que una mos dicho, el objetivo de tales procedimientos es de las tareas que ha de emprender el observador el de obtener muestras representativas de los even- sea establecer no sólo qué observar, sino cuándo y tos objeto de estudio. Veamos la cuestión (véase cómo ha de hacerlo. Además, los agentes de esos también Quera, 1991). eventos pueden ser más de uno, por lo que en esos Cuando un evaluador decide utilizar la obser- casos deberemos planificar a quién observar. Lo vación y no es factible u operativo realizar regis- © Ediciones Pirámide La observación / 213 tros continuos, ha de tomar decisiones importan- Todas estas decisiones implican diferentes cla- tes que implican el tiempo de la observación. Así, ses de muestreo clasificables en tres tipos funda- debe plantearse: mentales: 1) muestreo de tiempo, 2) muestreo de situaciones y 3) muestreo de sujetos. 1. Durante cuánto tiempo se va a prolongar la observación. Por ejemplo, durante un día, una semana, un mes, etc. 4.1. Muestreo de tiempo 2. Con qué frecuencia va a observarse. Por ejemplo, durante una hora diaria o duran- La observación comprende una serie de tiem- te x períodos de 15 minutos diarios. pos: 3. En qué momentos se van a iniciar y terminar los períodos de observación y si éstos van a 1. Durante cuánto tiempo va a observarse. ser constantes o van a variar en cada uni- 2. Cuántas sesiones van a realizarse. dad de observación. Por ejemplo, si cada 3. Con qué periodicidad. día se va a elegir un período constante, por 4. Con qué intervalos observación/registro (en ejemplo de 10 a 10.30 h de la mañana, o si su caso). se va a variar éste, observando el primer día de 10 a 10.30, el segundo de 10.30 a 11, y Estas cuatro decisiones suelen adoptarse según así sucesivamente según una razón fija o criterios racionales en función de los objetivos de variable. la observación y de la disponibilidad del/los 4. Si se van a utilizar intervalos de tiempo sujeto/s. Así, para adoptar decisiones al respecto para la observación y el registro dividiendo habrá de tenerse en cuenta lo siguiente: el tipo de así los períodos de observación. Así, por eventos a ­registrar, su complejidad y número, la ejemplo, se va a observar durante 10 se- frecuencia y duración con que se supone ocurren gundos y se va a registrar lo observado y el tipo de unidad de medida o dimensiones de durante los 5 segundos siguientes. la/s respuesta/s elegida/s. 5. Si se pretende tener constancia de lo que Hemos de tener en cuenta que los eventos fi- ocurre en distintas situaciones, habrá que nalmente observados en un sujeto, en los perío- decidir en cuál/es de ella/s se va a realizar dos de tiempo establecidos, se supone van a ser la observación; estos aspectos situaciona- representativos de lo que le ocurre a ese sujeto du- les de la observación se entremezclan con rante el tiempo total en el que se realiza la obser- los temporales. Por ejemplo, puede desear- vación. En el caso de que no tengamos suficientes se conocer las desobediencias de un niño datos para fijar tentativamente la duración y fre- en la casa, en el aula, en el recreo, etc. cuencia de la observación, es aconsejable realizar 6. Por último, ya se ha dicho que a veces el unos períodos de pre-observación asistemática sujeto en evaluación puede ser uno o va- que nos permitan recoger datos para llegar a la rios. Por tanto, si se trata de observar a un delimitación, con conocimiento de causa, de los sujeto o a varios presentes en un grupo ha- períodos de observación y la extensión en la que brá de seleccionarse a qué sujeto y en qué se va a realizar ésta. En todo caso, como señala momento el observador registrará la con- Haynes (1978), hay que partir del supuesto de que ducta objeto de estudio. Por ejemplo, en la relación entre el total de la observación efec- un grupo de escolares sentados en sus pu- tuada y la información obtenida es una función pitres podría elegirse para observar a uno positivamente decreciente. de cada cinco niños siguiendo el orden de Así, por ejemplo, si nos consultan sobre un fila, y éstos ser observados en intervalos niño de siete años, JM, que presenta muy diversas temporales correlativos. y frecuentes conductas perturbadoras en la clase, © Ediciones Pirámide 214 / Evaluación psicológica. Conceptos, métodos y estudio de casos podemos decidir observarle durante dos semanas. total de períodos de observación, será generaliza- En segundo lugar, y dado que la maestra no es do al total del tiempo observado. capaz de diferenciar si tales conductas se incre- Powell, Martindale y Kulp (1975) han estable- mentan o decrecen en distintos períodos de tiem- cido tres estrategias a la hora de realizar mues- po, podemos tomar la decisión de observar al niño treos de intervalos: de intervalo total, de intervalo durante dos períodos diarios de 20 minutos. En ter- parcial y momentáneo. Muestrear un intervalo cer lugar, debemos decidir si esos intervalos van a total implica que la conducta no se registra si no distribuirse aleatoriamente o con cierta regulari- se produce en el total del intervalo fijado. Por lo dad; decidimos observar al comienzo de cada hora que se refiere al registro en intervalo parcial, el alternando los períodos mañana y tarde y variando observador debe anotar toda conducta que ocurre sistemáticamente, cada día, el momento de la ob- en una fracción del intervalo de observación. Por servación. Así, el primer día observaremos de 10 a último, utilizar muestras momentáneas quiere de- 10.20 h y de 3 a 3.20 h, el segundo día de 11 a cir que tan sólo se registran conductas que apare- 11.20 h y de 4 a 4.20 h, y así sucesivamente amol- cen en un momento predeterminado del intervalo dándonos al horario escolar y retornando cuantas de observación (al comienzo o al final de éste). veces fueran necesarias a los períodos iniciales de Existen procedimientos mecánicos que auxi- observación en función de la extensión en la que lian en la observación de intervalos, desde un re- se realiza ésta. Todo ello se plantea con el fin de loj provisto de un avisador programable en inter- obtener muestras de conducta a todo lo largo de valos regulares hasta complicados dispositivos la jornada escolar. En base a otros objetivos po- electrónicos. La mayor parte de estos dispositivos drían seleccionarse otros horarios de observación. perturba, por su sonido audible, no sólo a los ob- Hasta aquí nos hemos referido a los períodos servadores, sino también a los sujetos observados. de observación, pero, en ocasiones, cuando esta- Por esta razón, aconsejamos la utilización bien de mos observando con complejos sistemas de obser- dispositivos que tengan avisadores no audibles, vación, nos encontramos con un cuarto tipo de bien de un magnetófono provisto de auricular que tiempo: observación/registro. En otras palabras, si avise al observador, discretamente, de los perío- el comportamiento objeto de estudio es muy fre- dos de observación y de registro. Al utilizar estos cuente, teniendo en cuenta que no se puede obser- dispositivos, y con el fin de comprobar la fiabili- var y registrar al mismo tiempo, habrá que dividir dad interjueces, debe recurrirse bien a un aparato en dos el tiempo; durante el primer intervalo el que permita dos auriculares, bien a dos que per- evaluador observa los eventos objeto de estudio y mitan una simultaneidad perfecta en la emisión. durante el segundo los registra. Asimismo, en oca- Existen múltiples estudios (véase, por ejemplo, siones, cuando los períodos de observación son Quera, 1991) en los que se discute y aporta eviden- especialmente largos, pueden establecerse interva- cia empírica sobre las distintas alternativas de los de descanso. En definitiva, habremos de pro- muestreo del tiempo. Como señalan Johnston y gramar una secuencia que podría ser como sigue: Pennypacker (1980), no existen prescripciones o fórmulas a la hora de fijar el tiempo de observa- Obs. 1 Reg. 1 Obs. 2 Reg. 2 Obs. n Reg. n ción, «la decisión de cuán frecuentemente o duran- 10,1 5” 10,1 5” 10,1 5” te cuánto tiempo ha de observarse debe ser tomada Comienzo Fin sólo por estrategias racionales y no por reglas de 10 h 10,20 h procedimiento» (p. 151). Ha de tenerse en cuenta que cuanto más tiempo se observe, más posibilida- En un período de observación de 20 minutos y des existen de tener observación generalizable; no con períodos de 10 segundos de observación y 5 obstante, este ideal habrá de ser compatible con el segundos de registro, contabilizaremos 80 interva- incremento de costo que un mayor tiempo de ob- los de observación-registro. Lo registrado, en el servación implica. © Ediciones Pirámide La observación / 215 CUADRO 6.8 cho mayores, hasta llegar a un minuto (Powell, Hoja de planificación Martindale, Kulp, Martindale y Bauman, 1977). de tiempos de observación Green et al. (1982) han llegado a establecer empí- ricamente que esta última estrategia permite reco- Tiempos Ejemplos ger muestras de mayor representatividad y provo- ca menores errores por parte de los observadores Duración Una semana (siete días). que el procedimiento de intervalo total y parcial. Sesiones Tres sesiones diarias de diez minutos (mañana, mediodía, tarde/noche). Períodos 10.00, 14.00, 21.00 horas variando cada día media hora 4.2. Muestreo de situaciones Intervalos Diez s de observación, 5 de registro, 5 de descanso. Con el fin de comprobar la generalidad de las

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