Procesos de Integración y Exclusión Social PDF

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This document discusses the processes of social integration and exclusion, including the concept of social exclusion, its characteristics, and an analysis of the role of poverty as a driver. It also explores the different levels of poverty, such as absolute and relative poverty.

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1. Procesos de integración y exclusión social 1.1. EL CONTEXTO DE LA INTERVENCIÓN SOCIAL La intervención social es cualquier acción o conjunto de acciones debidamente planificadas que tienen como objetivo mejorar las condiciones de personas o grupos, especialmente de los que se e...

1. Procesos de integración y exclusión social 1.1. EL CONTEXTO DE LA INTERVENCIÓN SOCIAL La intervención social es cualquier acción o conjunto de acciones debidamente planificadas que tienen como objetivo mejorar las condiciones de personas o grupos, especialmente de los que se encuentran en situación de desventaja social. 1.1.1. El marco de la intervención social (zonas o espacios sociales) * Zona de integración. Se caracteriza por una situación relativamente estable, con ingresos, acceso al mercado de trabajo y unas relaciones sociales y de apoyo sólidas. En esta zona, las personas se encuentran integradas socialmente, aunque puedan existir desigualdades dentro de ella * Zona de vulnerabilidad. Caracterizada por situaciones de precariedad en el ámbito del trabajo, la renta, la salud y las relaciones sociales y familiares. Las personas que se encuentran en este espacio conocen situaciones de riesgo social. * Zona de exclusión social. Está caracterizada por la dificultad manifiesta o la imposibilidad de participación social en uno o varios ámbitos fundamentales: trabajo, renta, salud aceptable, acceso a recursos sanitarios, red social o familiar, etc. En esta zona, las personas se encuentran en situación de franca exclusión o marginación social. 1.1.2 Objetivos y destinatarios de la intervención social Objetivos ‫ ﻯ‬Fortalecer las condiciones de la población en riesgo para evitar desplazamientos hacia la zona de exclusión. ‫ ﻯ‬Favorecer los procesos de integración y reinserción para que las personas que se encuentran en la zona de exclusión puedan reintegrarse. Destinatarios * Personas con diversidad funcional o enfermedad mental. * Personas con drogodependencia u otras adicciones. * Niñas, niños o adolescentes en riesgo o víctimas de la violencia familiar. * Mujeres víctimas de violencia de género. * Personas que sufren discriminación por razón de sexo, lugar de procedencia, etnia o cultura 1.2. CONCEPTUALIZACIÓN DE LA EXCLUSIÓN La exclusión social se define como una situación concreta, fruto de un proceso dinámico de acumulación, superposición y/o combinación de varios factores de desventaja o vulnerabilidad social que pueden afectar a personas o grupos, generando una situación de imposibilidad o dificultad intensa de acceder a los mecanismos de desarrollo personal e inserción sociocomunitaria, y a los sistemas preestablecidos de protección social Características de la exclusión social: * Multifactorial, porque casi siempre se encuentran varios factores y no uno solo que la generan. * Dinámica porque las causas sociales que se encuentran en su base pueden ser nuevas o cambiantes * Procesual, porque se trata de un proceso no un estado, en el que las personas no son excluidas sino que se encuentran en situaciones o procesos de exclusión y ambos situaciones y procesos, son reversibles. * Estructural, pues forma parte intrínseca de la sociedad y es generada por el propio funcionamiento de las sociedades y los sistemas económicos. * Acumulativa, por cuanto las privaciones o desventajas que sufren las personas en un ámbito concreto pueden rápidamente provocar nuevas desventajas en otros ámbitos y acumularse. * Construida, las situaciones de exclusión son siempre relativas a un determinado entorno social que establece unas normas de inclusión y exclusión. Veremos también que todos los entornos sociales son construcciones históricas y, por tanto, pueden modificarse. * Politizable, porque determinados grupos pueden servirse de la exclusión social y sus mecanismos para legitimar sus posiciones y prácticas de poder 1.2.1 La pobreza como eje de la exclusión El concepto de exclusión social está muy vinculado a la privación de determinados bienes materiales y económicos. Las administraciones ejercen un papel determinante a la hora de atender las situaciones de pobreza. La principal herramienta es la redistribución de recursos económicos que garanticen determinadas rentas para los grupos más desfavorecidos. Otro aspecto que se debe tener en cuenta a la hora de analizar el fenómeno de la pobreza es la medición de la desigualdad. Las sociedades que presentan una distribución de recursos económicos más desigual tienden a generar mayores problemas de pobreza y de cohesión soci La pobreza es la falta de recursos económicos o la privación de bienes materiales. Estas privaciones son, a la vez, causa y consecuencia de otros tipos de privaciones en diversos órdenes. Pues la no disponibilidad de recursos económicos puede hacer que las personas experimenten dificultad de acceso a muchos otros tipos de bienes sociales relacionados con: la salud y la atención sociosanitaria, con la educación, la vivienda, la cultura, etc. Niveles de pobreza * La pobreza absoluta. Se refiere a aquellas situaciones en las que no se pueden satisfacer unos mínimos vitales para la subsistencia. * La pobreza relativa. Es aquella situación en la que las personas no pueden acceder a un nivel de vida económico mínimamente adecuado al marco territorial en que viven. De acuerdo con el baremo utilizado por Eurostat (Oficina Europea de Estadística), se considera en situación de pobreza relativa a aquellas personas que forman parte de unidades familiares que disponen de unos ingresos inferiores al 60% de la media del país en que viven. * La pobreza subjetiva. Se puede definir como la percepción que las personas tienen de que su situación económica les permite satisfacer sus necesidades personales. 1.2.2. El contexto socioeconómico de la exclusión Nuestras sociedades han experimentado en las últimas décadas profundas transformaciones sociales que han hecho que las situaciones de vulnerabilidad se multipliquen y abarquen dimensiones muy diversas. Transformaciones sociales más relevantes * Globalización económica. * Reducción del estado de bienestar y mercantilización de servicios. * Aumento y redireccionamiento de los flujos migratorios. * Cambios tendentes a una mayor precarización del mercado de trabajo. * Cambios y diversificación de los modelos familiares. * Envejecimiento de la población. * Desaparición de los anclajes comunitarios fundamentales, atomización de las relaciones sociales (desafiliación social) y pérdida de espacios comunitarios. Todas estas transformaciones contribuyen a la emergencia de lo que se conoce como nuevas figuras de la exclusión social La democratización del riesgo hace referencia estos procesos de transformación, que hacen que la vulnerabilidad social ya no sea patrimonio exclusivo de determinados grupos marginales, sino que puede afectar a amplias capas de la población. 1.2.3 Dimensiones de la exclusión Sus tres dimensiones: estructural, relacional y subjetiva dan lugar a lo que se ha denominado triple ruptura. * La dimensión estructural. El propio entorno y la forma en que la sociedad funciona generan desigualdades que provocan inestabilidad y pérdidas que se traducen, recurrentemente en situaciones de ruptura para las personas Tiene que ver también con las transformaciones que tienen lugar en el funcionamiento del sistema socioeconómico y cultural, a medida que determinadas estructuras y espacios que conferían seguridad a los individuos van desapareciendo y transformándose paulatinamente * La dimensión relacional. Tiene que ver con los vínculos que las personas establecen. Actualmente, se asiste a numerosas fragmentaciones del tejido social. Instituciones como la escuela, el trabajo, el sindicato o la fábrica, la familia extensa o el barrio, por poner solo algunos ejemplos, ya no constituyen espacios adecuados para establecer una sólida red relacional Estas redes no solo ofrecían a las personas una vinculación y un sentimiento de pertenencia, sino que también eran espacios que permitían generar mecanismos de reciprocidad y de apoyo mutuo, o plataformas desde las que defender intereses y luchar para alcanzar determinados derechos. Por esto se habla de desafiliación social como un proceso que supone la atomización de las relaciones sociales y una progresiva individualización en nuestras sociedades * La dimensión subjetiva. Está relacionada con las situaciones de pérdida, las privaciones, las dificultades para cubrir necesidades básicas, la estigmatización, etc. Todas estas situaciones repercuten de forma evidente en las personas que las sufren. A menudo se traducen en baja autoestima, pérdida de confianza, dificultades para establecer relaciones sociales, deterioro de la salud física y mental y un estado de desánimo que refleja la falta de confianza en la posibilidad de satisfacer las aspiraciones personales. Es fundamental trabajar para la activación de la motivación, la restitución de la autoestima y la mejora de la confianza, buscando el compromiso de los sujetos con sus procesos de inclusión y la asunción de responsabilidad en ellos. Estructura, medio y persona son, por tanto, variables determinantes en la configuración de los contextos de exclusión 1.3. DESARROLLO EVOLUTIVO DEL SER HUMANO La psicología del desarrollo estudia los procesos de cambio de las personas referidos al aprendizaje y a la forma en que progresivamente van adaptándose a su medio. 1.3.1. El ciclo vital Entre las aportaciones de la psicología del desarrollo se encuentra la descripción y análisis del ciclo vital. El ciclo vital es el proceso de cambios psicológicos que experimenta el ser humano desde su nacimiento hasta su muerte. La noción de ciclo vital nos permite entender cómo vamos aprendiendo progresivamente a interactuar con nuestro entorno social. De esta forma, las habilidades y capacidades y también los intereses y motivaciones de las personas dependen en buena medida de su edad, o si se prefiere, de su grado de desarrollo Etapas del ciclo vital * La infancia. Es la etapa de la vida que transcurre desde el nacimiento hasta la adolescencia. En estos años los cambios que se producen son espectaculares en todos los ámbitos. Veremos que la socialización en estos años es muy intensa. * La adolescencia. Comprende desde el final de la infancia hasta el principio de la vida adulta. Se inicia con los cambios fisiológicos de la pubertad y finaliza cuando se llega al pleno estatus sociológico de adulto. Se considera una etapa crítica pues el adolescente en el proceso de búsqueda de su propia identidad tiene que ir dando respuesta a muchos interrogantes. Es una etapa muy influida por los medios de comunicación y especialmente, por los grupos de referencia que sustituyen a la familia * La edad adulta. Es una etapa más larga en años (de los 20 a los 70 años aproximadamente). te). Los ejes básicos sobre los que se articula esta etapa suelen ser la vida familiar y la vida profesional. a) La adultez joven (hasta los 40 años aproximadamente). Es la época de crecimiento y adquisición de roles: se finalizan los estudios, se desprende de la familia de origen, se forma la nueva familia, se educan los hijos, se inicia la carrera profesional, etc. b) La adultez media. Supone el cambio de tendencia pues las metas que se plantearon ya se alcanzaron o se ven ya difíciles de alcanzar. Esto supone una cierta revisión de la vida pasada que, a menudo, tiene su reflejo en la crisis de la mitad de la vida. * La vejez. A pesar de que la esperanza de vida libre de dependencia llega a edades muy altas y permite vivir muchos años con una excelente calidad de vida, la vejez se define como una etapa de pérdidas: del trabajo, de la independencia, etc. Ante la profundidad de estos cambios, se puede plantear la necesidad de resocialización La teoría del desarrollo de E. Erikson Según Erik Erikson (1902-1989) las personas pasan por ocho estadios o fases de su vida. En cada etapa aparece una crisis planteada como una oposición entre dos polos, que cada persona deberá solucionar para pasar a la etapa siguiente. La manera en que solucione este conflicto va a repercutir en su capacidad para superar las crisis posteriores 1. Bebé de 0 a 1 años 2. Preescolar de 1 a 2 años 3. Época escolar de 3 a 6 años 4. Preadolescencia de 6 a 12 5. Adolescencia de 12 a 18 6. Joven-adulto de 19 a 35 años 7. Mediana edad de 35 a 65 8. Vejez a partir de los 65 años 1.3.2. Cambios en la trayectoria de vida La trayectoria de vida se puede definir como la secuencia completa de acontecimientos vitales que se suceden a lo largo de la vida de una persona. Cambios que han alterado la tradicional trayectoria de vida * Las fases de formaciónprolongadas, se entra y sale del sistema educativo. * El mercado de trabajo inestable y las personas suelen entrar y salir de él varias veces a lo largo de su trayectoria laboral, experimentando periodos de desempleo o inactividad. * Las familias y los lugares de residencia se diversifican, fruto de cambios sociales que transforman las estructuras familiares y de la necesidad de movilidad a la que el mercado laboral obliga La noción de ruptura La noción de ruptura (disruptions) es una de las claves para entender los procesos de exclusión social. Rupturas en las trayectorias laborales, familiares, formativas o residenciales y de vecindad, que pueden hacer que las personas pasen por situaciones en las que sus recursos sociales, económicos, familiares y de apoyo se vean transformados. La relación entre estos momentos de ruptura y el fenómeno de la exclusión social es evidente. Es necesario que las personas desarrollen procesos de resiliencia que les permitan hacer frente a estas situaciones y superar los escenarios que estas rupturas suponen. La resiliencia es la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias de especial dificultad gracias a sus cualidades mentales, de conducta y de adaptación 1.4 PROCESOS DE SOCIALIZACIÓN La socialización es el proceso mediante el cual las personas aprenden e interiorizan las habilidades, valores y pautas de conducta que las ayudarán a relacionarse con su medio. Cada persona integra en su personalidad todos estos esquemas, que son propios de la sociedad a la que pertenece y que condicionan su manera de obrar y relacionarse. Todas las personas nacen con unos rasgos genéticos, pero estos se modelan y desarrollan de una manera diferente en función del entorno familiar, social y ambiental. Desde la infancia se les transmiten las maneras de pensar de actuar, de sentir o de comportarse que asimilan y que configuran su forma de ser 1.4.1. Agentes de socialización Los agentes que intervienen en la socialización desempeñan un papel determinante Un agente de socialización es una persona, figura o institución significativa que participa en el proceso mediante el cual las personas aprenden e interiorizan las habilidades, valores y pautas de conducta que necesitan para relacionarse con su medio. Agentes más decisivos * La familia. Es el agente socializador por excelencia, pues en ella comienza el proceso de socialización. Además, debido a la convivencia y a los lazos afectivos que se generan, continúa siendo un referente a lo largo de toda su vida. * La escuela. Es un medio formal de socialización más intencionado y planificado, en el que determinadas figuras de autoridad transmiten contenidos curriculares y valores. No menos importante es la socialización informal que se produce en este entorno debido al elevado número de horas que se pasan en él. * Los grupos de iguales. Lo forman los compañeros o compañeras de la misma edad: amistades, compañeros y compañeras de clase, la pandilla, etc. Son muy importantes en todas las etapas, pero de una manera especial en la adolescencia. * Los medios de comunicación social. Ejercen una función de socialización mediante la difusión de información, estereotipos, tendencias, modelos de comportamiento o valores. Esta acción puede ser positiva (transmisión de conocimientos o de valores como la solidaridad,la sostenibilidad, etc.) o negativa (contenidos poco éticos, agresividad, estereotipos, etc.) 1.4.2 Niveles de socialización * Socialización primaria. Se da en la infancia, los agentes socializadores son la familia y su entorno más próximo. Es una socialización con un componente afectivo y emocional muy importante. En este nivel se desarrolla el aprendizaje de los hábitos de conducta, habilidades, valores y pautas de interacción que configuran la estructura básica del sistema de creencias del sujeto y de su personalidad. * Socialización secundaria. Tiene lugar cuando se empieza a interactuar en espacios diferentes a la familia. La escuela es el agente más importante, pues en ella se socializa con iguales y con personas adultas en un plano cualitativamente diferente al entorno familiar. También son agentes las organizaciones sociales y los medios de comunicación. En este nivel se ofrecen al individuo valores, pautas de conducta e instrumentos necesarios para su desenvolvimiento social. * Socialización terciaria. Se da en los casos en que los individuos requieren una resocialización, es decir, que deben de nuevo hacer un proceso de socialización para interiorizar determinados valores o pautas o adquirir determinadas habilidades específicas que por motivos diversos no han adquirido en los procesos de socialización primaria y secundaria. Esta socialización la llevan a cabo instituciones como los establecimientos penitenciarios u otros espacios educativos que tratan de proporcionar a estas personas pautas, habilidades recursos y oportunidades que favorezcan su reintegración en la sociedad 1.5. IDENTIDAD INDIVIDUAL E IDENTIDAD SOCIAL Es determinante para el trabajo de integración social comprender el peso de esta identidad individual y social (ambas se relacionan entre sí) y su capacidad de conducir a situaciones de desventaja o exclusión social. La identidad individual. Se corresponde con la experiencia y la autoimagen La identidad social. Consiste en el conjunto de características que son atribuidas a cada individuo por su contexto social. La psicología social se define como la disciplina que comprende y estudia los procesos psicológicos como resultado de condicionantes culturales y sociales. La sociología es una ciencia que estudia los fenómenos sociales y la estructura y funcionamiento de las sociedades 1.5.1 La construcción de la identidad individual De la identidad individual se deriva el autoconcepto o representación que cada persona hace de si misma. Cada persona se define a sí misma a partir de la posición que ocupa en el cuerpo social, por lo que su autoconcepto está condicionado por el reconocimiento que los demás hacen de su valor. Así, la identidad de una persona depende, en muy buena medida, del papel que se le reconoce en los distintos sistemas, familiares, educativos, laborales, relacionales y afectivos en los que interviene, especialmente en los más próximos. Por lo general, el autoconcepto (lo que pienso de mí) y la realidad (lo que realmente soy) no coinciden plenamente, pues las personas tienden a sobrevalorarse o minusvalorarse. La valoración de la propia identidad determinará la autoestima. La autoestima es el valor que una persona se da a si misma. Este valor determina su ánimo, sus capacidades y la confianza en sí misma. La autoestima depende de situaciones vitales, de características psicológicas, genéticas y físicas individuales, del propio autoconcepto y del reconocimiento social y afectivo de su entorno. 1.5.2 La construcción de la identidad social Para entender los fenómenos de exclusión tendremos que examinar los mecanismos que operan en la conformación de la identidad social de los grupos. y muy particularmente en la de aquellos que debido a la imagen interiorizada que se les asigna pueden experimentar situaciones de desventaja social o discriminación En relación con esto, hay que analizar la forma en que se lleva a cabo el proceso de categorización y valoración social y el papel que desempeñan los prejuicios y estereotipos en este proceso. Diversidad y singularidad Todas las personas tienen una serie de rasgos, de características que las definen y que conforman su identidad. Algunas de estas características o pertenencias se comparten con millones de personas, otras, solo con un grupo muy reducido. Pero si se piensa en el conjunto de características personales, hay muy pocas personas, tal vez nadie, que las comparta todas. Por ejemplo, el hecho de ser mujer, de origen marroquí, se puede compartir con muchas personas. Pero será mucho más difícil encontrar a alguien que además sea de etnia y lengua árabe, resida en un determinado barrio de Málaga, haya estudiado filología, etc. Esta persona, como cualquier otra, considerada en la globalidad de sus características, es singular. Como conclusión diremos que las sociedades están compuestas por individuos singulares que, a su vez, comparten algunos de sus rasgos característicos Representación de los procesos de clasificación y atribución de características sociales a) La sociedad está compuesta por una gran pluralidad de rasgos característicos presentes en sus individuos (A, B, C, D, E, F, G... ). b) Los sistemas de clasificación social hacen que determinados rasgos característicos sean señalados y se les asigne una determinada visibilidad social. Podemos ver que los rasgos A, B y C se pueden distinguir ya del resto, aunque de momento ocupen una situación neutra. Mientras que a los rasgos D, E, F, G no se les asigna ninguna visibilidad socialmente distintiva. c) Observamos que el sistema de clasificación social no se limita a visibilizar determinados rasgos característicos, sino que les asigna un valor social de acuerdo a determinados criterios y respondiendo a determinados intereses. Así, el rasgo A ocupa una posición privilegiada; el rasgo B una posición periférica y el rasgo C una posición marginal. Las personas a las que se considera portadoras de esos rasgos ocupan una posición de mayor o menor ventaja, de mayor o menor vulnerabilidad. El proceso de categorización y valoración social Todas las sociedades y culturas establecen mecanismos de distinción y clasificación del conjunto de rasgos característicos que están presentes y la componen. Estas clasificaciones, y este es un aspecto muy importante, no se limitan a nombrar y señalar algunas de las diferencias, sino que les atribuyen un valor. Esta valoración social puede ser mayor o menor suele responder a determinados intereses. A las personas con rasgos característicos visibles y calificados como de baja valoración, se las hace portadoras de una identidad social menospreciada y estigmatizante y se les asignan posiciones de riesgo o marginales en la sociedad. La creación de estereotipos y prejuicios El proceso de categorización de los individuos de acuerdo a las características concretas que presentan y su valoración se elabora con los criterios del referente cultural dominante. Los prejuicios se basan, en la mayoría de los casos, en estereotipos, pues se juzga a las personas según una imagen estereotipada, a menudo asociada a atribuciones negativas. Un estereotipo es un conjunto estable de creencias y de ideas preconcebidas que los miembros de un determinado grupo comparten sobre las características de otros grupos. El uso de estereotipos puede provocar situaciones de ventaja o desventaja para las personas. Y esto es posible por el hecho de que habitualmente se basan en prejuicios. Los prejuicios consisten en la atribución anticipada a determinadas personas de unas ideas o estereotipos, sin disponer de una información completa sobre ellas. 1.5.3. La alteridad Toda sociedad se ordena a partir de la consideración de una serie de rasgos que entiende como valorados y de otros que considera como indeseables o marginales. A partir de esta categorización, la sociedad establece su identidad colectiva, pero también define lo que se conoce como alteridad. La alteridad corresponde a todas las diferencias que, alejándose de la norma social, son observadas como ajenas, no propias, incluso anormales o desviadas. Son personas con capacidades diferentes a las consideradas normales, con intereses diversos y con orientaciones distintas, pero a las que se asigna un valor marginal. Las personas que presentan -o se considera que presentan- estos rasgos suelen encontrarse en situaciones de desventaja social. Además, el propio funcionamiento de la sociedad a nivel económico y material, en lugar de compensar, tiende a agravar estas diferencias. La construcción de la alteridad Se puede afirmar que las sociedades siempre han establecido mecanismos para definir y distinguir lo que consideran apropiado, natural o deseable y que se estandariza como norma social mayoritaria. La mayoría de las conductas diferentes son calificadas como desviadas, antinaturales o incluso peligrosas, por lo que generan rechazo Es un proceso dinámico y depende de una serie de factores históricos, culturales, materiales y socioeconómicos, que pueden hacer que lo que en un momento es normativo pase a ser marginal en otro o a la inversa Procesos de calificación de las características sociales ~ La sociedad estandariza un tipo de características o conductas (A) y las convierte en norma social que tiende a ser mayoritaria. ~ Las conductas y características diferentes o diversas de la norma tienden a generar rechazo social (C, D y E) ~ Se pueden encontrar características, que a pesar de ser diversas, desviadas de la norma, sean aceptadas o incluso admiradas (B) Respuestas a la alteridad Ante la alteridad o lo que consideran ajeno, las sociedades pueden adoptar actitudes de rechazo, de institucionalización o de acogida. Actitudes de rechazo Las sociedades pueden reaccionar estigmatizando la alteridad, persiguiéndola, apartándola de la vida social o encerrándola en instituciones. Estas actitudes conducen habitualmente lo que se conoce como la naturalización de la exclusión, que consiste en considerar las situaciones de desventaja como naturales, inevitables o, incluso, culpabilizar a las personas que las sufren como las únicas responsables de ellas. Actitudes de institucionalización Con esta actitud, si bien no se rechaza la alteridad, se crean circuitos específicos para tratarla, manteniéndola, a menudo, apartada del medio social. Sucede por ejemplo con centros de internamiento, centros de salud mental, centros de menores y, en general, otros dispositivos e instituciones. Si bien estos dispositivos persiguen la acogida y la integración, en determinadas condiciones acaban convirtiéndose en circuitos cerrados que no favorecen los procesos de inserción. Actitudes de acogida La acogida es una actitud destinada a facilitar la integración mejorando las condiciones de las personas que se encuentran en situaciones de desventaja o desigualdad para que se integren plenamente en la sociedad. Una sociedad inclusiva debe saber aceptar y ofrecer recursos y oportunidades para satisfacer necesidades e intereses de la diversidad de colectivos que la componen. Las personas no nacen excluidas ni se convierten en tales de forma natural o irreversible, sino que es el contexto social el que crea el marco que favorece la situación de exclusión social. Como el contexto social es transformable, desde la intervención social se deben propiciar entornos que faciliten la acogida de la diferencia y minimicen las situaciones de desventaja. El fomento de la autonomía de las personas y de su participación en el entorno de la comunidad, para favorecer procesos de acogida, son dos ejes fundamentales que deben orientar siempre el trabajo de integración social 1.6. TEORÍAS DE LAS DESVIACIÓN SOCIAL Entender los mecanismos de este fenómeno es fundamental para explicar cómo se generan los mecanismos de exclusión social. La sociología, la antropología y la psicología social han aportado algunas respuestas desde lo que se denomina teorías de la desviación. Estas teorías son los antecedentes teóricos de lo que en lenguaje actual se conoce como estudios de la exclusión social. 1.6.1. Teorías funcionalistas Estas teorías parten del principio de la desviación como algo naturalmente inscrito en el cuerpo social. Émile Durkheim Según Émile Durkheim (1858-1917), los desviados no son cuerpos ajenos al conjunto de la sociedad, sino que ocupan una posición de centralidad en el sistema social. Todas las sociedades presentan situaciones de desviación, pero estas situaciones no son patológicas sino consustanciales al funcionamiento de una sociedad sana. Es más, con la existencia de la desviación la norma queda fortalecida, pues actúa como detonante para que la sociedad refuerce sus lazos sociales y defina con mayor claridad sus límites morales. Dicho de otro modo, el señalamiento y la persecución de lo anormal, ayuda a reforzar con mayor claridad lo que es correcto y a fortalecer el sentimiento de pertenencia y de vinculación a la norma Robert K. Merton Su enfoque parte de que la sociedad no solo reprime en cierta forma dichas conductas sino que también las estimula. De acuerdo con esta teoría, la sociedad dictamina una serie de metas que pasan a ser deseables para los individuos, por ejemplo la adopción de un determinado estilo de vida, el acceso a una vivienda, la adquisición de determinados productos o servicios. En general metas muy ligadas a la mejora del bienestar. Igualmente, la sociedad establece qué medios son legítimos para conseguir estas metas y cuáles no. Este hecho hace que los individuos que no disponen de medios legítimos acaben adoptando conductas desviadas con el objetivo de alcanzar los fines socialmente reconocidos como deseables. 1.6.2. Teoría de las subculturas Esta teoría parte de la hipótesis de que determinados grupos sociales, normalmente aquellos más desfavorecidos, reaccionan buscando su propio espacio en la estructura social. Lo hacen reaccionando ante su falta de recursos para acceder a los bienes sociales y generando una cultura propia que define y legitima otras conductas y estrategias (consideradas desviadas por la norma dominante) para acceder a ellos. La adopción de conductas desviadas como legítimas se puede explicar por el hecho de que estos individuos han sido socializados en entornos en los que los valores y las normas difieren de los de la mayoría de la sociedad. Allí donde la sociedad no provee de medios legítimos suficientes para que los grupos accedan a los bienes sociales, éstos reaccionan dotándose de una subcultura que les permite adaptarse. Por lo tanto, en aquellas sociedades en las que el reparto de los recursos es más desigual, la emergencia de subculturas que legitiman conductas consideradas desviadas será mayor. 1.6.3. Teoría del etiquetaje (labelling approach) Los técnicos del etiquetado parten de una premisa muy sencilla: un acto desviado es aquel que se considera tal, y es justamente el hecho de definir conductas como patológicas, disruptivas, delictivas o peligrosas lo que las convierte en desviadas. Un individuo se puede considerar desviado cuando alguna de las instancias de control social ha definido de esta forma su conducta. En este sentido, la desviación es una construcción social y el desviado es aquel al que alguna institución de control social le atribuye una conducta asignada con esta etiqueta. De acuerdo con las aportaciones de la teoría del etiquetado, estas Instituciones de control social (como prisiones, centros de salud mental, fábricas, escuelas o servicios sociales) no solo se encargan de definir qué conductas son legítimas y cuáles no. Por el hecho de señalar a determinados individuos hacen que estos acaben identificándose como un subgrupo marginal, desviado y estigmatizado. Como consecuencia, las personas asumen esta identidad marginal y generan estrategias de legitimación de sus propias conductas, reproduciéndolas y creando una subcultura y un entorno marcado en su conjunto por esta etiqueta estigmatizada. 1.6.4. Teoría de la criminología crítica La criminología crítica parte de observar los procesos que las Instituciones realizan para criminalizar individuos y conductas calificándolos como desviados. De hecho, impugnan la propia categoría de desviación social, pues plantean que está cargada en si misma de connotaciones estigmatizadoras que hacen que su uso esté al servicio de una lógica de dominio y control social. En general, la criminología crítica defenderá que más que inversiones en seguridad pública e instituciones de control social son necesarias políticas sociales redistributivas que garanticen que aquellos grupos que se encuentran en situación de desventaja puedan acceder a una serie de bienes sociales básicos para su bienestar. Si bien la criminología critica destina la mayor parte de sus análisis al estudio de fenómenos ligados a la delincuencia, sus aportaciones son fundamentales para comprender los procesos de exclusión social

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