Trastorno de Ansiedad Generalizada y Pánico

Un trastorno de ansiedad caracterizado por miedo intenso y persistente a objetos o situaciones específicos (por ejemplo, arañas, alturas, espacios cerrados).

La respuesta fisiológica típica a las fobias específicas. Implica la activación del sistema nervioso simpático, lo que lleva a síntomas como taquicardia, sudoración y dificultad para respirar.

Una respuesta fisiológica inusual que involucra una disminución del ritmo cardíaco y la presión arterial, que puede ocurrir en respuesta al miedo a las agujas o la sangre.

La estructura cerebral involucrada en el procesamiento de las emociones, particularmente el miedo. La actividad anormal en esta área se ha relacionado con fobias específicas.

Un trastorno de ansiedad caracterizado por un miedo intenso y persistente a situaciones sociales donde el individuo puede ser evaluado por otros.

El miedo a ser percibido como ansioso, débil, loco, etc., en situaciones sociales.

La aparición temprana de fobias específicas, generalmente antes de los 10 años.

La predisposición genética a desarrollar fobias específicas, especialmente en familiares de primer grado.

El miedo social se desencadena cuando las personas se enfrentan a situaciones que involucran interacción social y un posible juicio de los demás.

Este miedo a la evaluación negativa a menudo se considera desproporcionado en comparación con los riesgos reales y puede conducir a la evitación de las situaciones sociales que lo generan.

Las personas con ansiedad social a menudo evitan situaciones que podrían provocar su miedo.

Las señales corporales como rubor, sudoración y temblor son comunes ante situaciones sociales que inducen miedo.

Usar sustancias como el alcohol para manejar la ansiedad social es una señal común.

La prevalencia del trastorno de ansiedad social es mayor en mujeres, y las tasas aumentan hasta el 2.3% en Europa.

Las experiencias negativas en el pasado, la inhibición conductual y la predisposición genética contribuyen al desarrollo del trastorno de ansiedad social.

El trastorno de ansiedad social puede causar problemas en las relaciones, el trabajo y la vida familiar.

Un trastorno de ansiedad caracterizado por ataques de pánico recurrentes e inesperados. Estos ataques implican un miedo o malestar intenso que alcanza su punto máximo en minutos y se acompaña de al menos 4 síntomas físicos.

Se refiere a la presencia de dos o más trastornos mentales o médicos al mismo tiempo.

La presencia de síntomas propios de la ansiedad social en otras condiciones médicas o psicológicas. Por ejemplo, en la enfermedad de Parkinson o el trastorno depresivo mayor.

El trastorno afectivo estacional (TAS) a menudo se presenta al mismo tiempo que el trastorno de personalidad por evitación.

Sensación de separarse o observar a uno mismo desde afuera; sentirse como un extraño, en un sueño, o no estar presente en el cuerpo.

Sensación de irrealidad o de que el entorno se convierte en irreal o irreal.

Un cambio en el comportamiento relacionado con los ataques de pánico, con el objetivo de evitar o reducir el miedo.

Pensamientos o inquietudes persistentes sobre la posibilidad de futuros ataques de pánico y sus consecuencias.

Un trastorno de ansiedad caracterizado por una ansiedad persistente y excesiva sobre una variedad de eventos o actividades. Esta preocupación a menudo es difícil de controlar y está acompañada de síntomas físicos como agitación, fatiga, dificultad para concentrarse, irritabilidad, tensión muscular y problemas del sueño.

Estos episodios de miedo intenso y repentino pueden causar miedo a reexperimentar el ataque y pueden conducir a cambios en el comportamiento para evitar situaciones que puedan desencadenar un ataque.

Los ataques de pánico pueden ocurrir en cualquier momento, sin previo aviso. A menudo son provocados por situaciones o eventos específicos, pero también pueden ocurrir espontáneamente.

La terapia cognitivo-conductual (TCC) es el tratamiento de elección para el trastorno de pánico y se centra en identificar y modificar los pensamientos y comportamientos asociados con el ataque de pánico, además de aprender técnicas de relajación para manejar la ansiedad.

Las mujeres tienen el doble de probabilidades de experimentar TAG en comparación con los hombres. Esta diferencia de género se ha observado en numerosos estudios.

Los síntomas del TAG pueden persistir durante largos períodos de tiempo, alternando entre períodos de intensidad alta y baja.

La aparición temprana del TAG se asocia a una mayor probabilidad de tener otras condiciones de salud mental en el futuro.

El TAG tiene un componente genético significativo, lo que sugiere que algunos individuos pueden ser genéticamente predispuestos a desarrollar el trastorno.

Los niveles de ansiedad en el TAG están asociados con un aumento en los pensamientos y comportamientos suicidas.

El TAG puede interferir con el desempeño laboral y la capacidad de realizar tareas cotidianas.

El TAG es un trastorno que afecta la salud física y mental, aumentando el riesgo de enfermedades cardíacas.

Las preocupaciones excesivas pueden consumir tiempo y energía, dificultando la realización de tareas cotidianas.

La tendencia a experimentar emociones negativas con frecuencia, como la ansiedad, la tristeza y la irritabilidad.

La creencia de que los síntomas de la ansiedad son dañinos o amenazantes, lo que lleva a mayor preocupación y miedo.

La tendencia a evitar situaciones o comportamientos que se perciban como riesgosos o que puedan conducir a daños o consecuencias negativas.

Eventos estresantes que pueden desencadenar el primer ataque de pánico, como problemas con las relaciones interpersonales o problemas de salud.

El estrés constante y persistente, que se asocia a una mayor gravedad de los síntomas del trastorno de pánico.

Experiencias traumáticas que pueden aumentar el riesgo de desarrollar trastorno de pánico.

La prevalencia del trastorno de pánico es mayor en mujeres que en hombres, aproximadamente en una proporción de 2 a 1.