La Infancia como Construcción Social

La infancia es una construcción social y cultural que ha variado a lo largo de la historia.
En la modernidad, la infancia se convirtió en un objeto emblemático, capturado por dispositivos institucionales y proyectado hacia el futuro por las políticas de Estado.
La constitución de la niñez como sujeto solo puede analizarse en la tensión entre la intervención adulta y la experiencia del niño.

La infancia adquirió un status propio como edad diferenciada de la adultez, en la medida en que el niño se convirtió en objeto de inversión y heredero de un porvenir.
La mirada de los psicoanalistas se centró en la singularidad del niño y las articulaciones complejas que se tejen en la historia infantil con lo histórico-social.

La escolarización de la infancia moderna se relaciona con la emergencia de la escolaridad y la construcción de un espacio específico para la educación de los niños.
La obligatoriedad escolar funcionó en la Argentina como un dispositivo disciplinador de los niños de los sectores populares, pero también tuvo una incidencia efectiva en la conformación del tejido social y cultural del país.

Los imaginarios sobre la infancia han oscilado entre la permisión y la represión, desplazándose conflictivamente durante el siglo XX.
Algunos períodos del siglo XX se caracterizaron por una ubicación del niño en el centro de la escena educativa, con una valorización de la "naturaleza propia del niño".
Otros períodos se caracterizaron por un borramiento del niño, por una sujeción de la población infantil a la Nación, a la raza o al Estado, mediante políticas represivas.

Los cambios provocados por la expansión planetaria de los medios y las tecnologías han favorecido una mayor distancia cultural entre las generaciones.
La vida cotidiana de amplios sectores de niños no se distingue de la de los adultos en la medida en que comparten cuerpo a cuerpo la lucha por la supervivencia.
La pobreza, la marginación y la explotación social reúnen a las generaciones en un horizonte de exclusión social que no registra diferencias por edad.

La construcción del niño como sujeto requiere una prolongación de la vida en el imaginario de una sociedad que lo posibilite como sujeto social que permanezca vivo.
La educación en la sociedad contemporánea requiere considerar al niño como un sujeto en crecimiento, que vive, juega, sufre y ama en condiciones más complejas, diversas y desiguales.### El período del nazismo y la educación en la década del '30
En la década del '30, se produce el surgimiento del nazismo en Europa
En Argentina, la política educativa de los gobiernos conservadores estuvo permeada por la teoría del niño, que relacionaba la selección racial de la población infantil con la obediencia al poderoso y el desprecio del débil

En la década del '70, hubo dictaduras militares en América Latina
Los niños fueron convertidos en botín de guerra, y se operó la sustracción de sus identidades y se instalaron formas de control privado-familiar de la vida infantil desde el poder del Estado
Se rompió la cadena generacional que ligaba a los niños con sus padres, y se ubicó a los niños en otras cadenas (las de los apropiadores), anulando su condición de sujetos

En la actualidad, hay una tensión entre represión y permisión en la educación y la crianza de los niños
La educación y la crianza de un niño resultan hoy un prisma para observar las dificultades de la generación adulta para construirle un horizonte
La historia de la educación y la pedagogía está vertebrada por tesis acerca del niño

La pedagogía moderna impugnó la tesis clásica que consideraba al niño como un "adulto en miniatura"
Hoy, esta tesis vuelve a adquirir significado en el contexto de rediscusión de las fronteras entre las edades
Rousseau afirmó la inocencia infantil, enfrentándose a las posiciones eclesiásticas y a la pedagogía de los jesuítas, que partían de la concepción de la existencia del pecado original en el niño
La tesis acerca de la maldad del niño nos remite a la criminología del siglo XIX y a las posiciones de los pedagogos positivistas

La educación de la infancia debía concebirse como una tarea política, que a la vez que incluyera una didáctica democrática (moderna y renovada) se articulara con el proceso de construcción de una nueva hegemonía cultural
La tesis de la autonomía o heteronomía del niño se articula con el problema de la autoridad, con los lazos entre las generaciones y con el papel de la educación frente a un sujeto en constitución

La escuela pública se ha resignificado en estas últimas décadas como un espacio privilegiado para la población infantil en un contexto de desintegración social, diversidad cultural y fuertes cambios respecto del sentido de lo público
Las deterioradas condiciones de trabajo docente y el nuevo estatuto de la pedagogía afectada por la multiplicidad y la dispersión de saberes, denuncian las dificultades de escolarización y pedagogización de la infancia
Para redefinir las escuelas, se necesita restituir la cadena histórica entre las generaciones en un contexto de desintegración de lazos sociales y volver a ubicar la "condición humana" de todo proceso educativo