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PSICOLOGIA CRIMINAL II TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS 1. Introducción 2. Libertad vs Coacción o Afiliación vs Captación 3. El lado atractivo de una secta 4. El perfil del líder 5. Factores psicosociales de vulnerabilidad 6. Estrategias de lavado de cerebro 7. Formas de aband...

PSICOLOGIA CRIMINAL II TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS 1. Introducción 2. Libertad vs Coacción o Afiliación vs Captación 3. El lado atractivo de una secta 4. El perfil del líder 5. Factores psicosociales de vulnerabilidad 6. Estrategias de lavado de cerebro 7. Formas de abandono de la secta Fuentes bibliográficas utilizadas para el TEMA 6: Rodríguez-Carballeira, A. y Almendros, C. (2005) Análisis de las sectas coercitivas y de su principal problemática jurídica. En M. A. Soria y D. Sáiz (Coords.), Psicología Criminal. Madrid: Pearson Educación. 1. Introducción Veremos a continuación como desde nuestra perspectiva, se definen los grupos calificados como sectas coercitivas, qué espacio ocupan y qué aspectos principales los caracterizan. Estos grupos resultan de alta preocupación ante la importante problemática social, familiar y personal que pueden generar. Las sectas coercitivas, coma su nombre indica, vienen definidas por sus medios y formas de actuar, no por sus fines o doctrinas. Sus fines o doctrinas pueden ser de carácter religioso, pero también de tipo cultural, terapéutico, político, esotérico, de desarrollo del potencial humano, etc., por lo que resultan en general socialmente aceptables e incluso loables. Frente a esos magníficos fines declarados que persiguen, los objetivos inmediatos y tangibles por las que luchan las sectas coercitivas se pueden resumir en uno, el logro de poder. Pero este logro de poder puede presentarse de diversas formas, fundamentalmente tres: ➢ Como dominio sobre la vida de los adeptos. ➢ Como acumulación de recursos económicos y todo lo que de ellos se deriva. ➢ Como expansión del número de seguidores y extensión del dominio y control a otros espacios e instituciones sociales. 1 PSICOLOGIA CRIMINAL II TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS En nuestro análisis, definimos una secta coercitiva como un grupo totalitario que emplea técnicas de persuasión coercitiva para captar a las personas y someterlas a la dependencia del grupo. Esta dependencia de la secta coercitiva, de su líder y de su doctrina, implica que queda reducida en diversos grados la autonomía personal y la capacidad de autogobierno de los adeptos. El principal factor que hay que destacar en este tipo de sectas es pues la utilización de técnicas de persuasión coercitiva, que luego analizaremos y que incluyen manipulación y control, para atacar la identidad del sujeto, crearle un vacío e inducir en una transformación hasta conseguir su conversión a una nueva identidad. En esta misma dirección señalan Singer et al. (1990) que los elementos más notablemente negativos de estas sectas radican especialmente en los métodos de reclutamiento, adoctrinamiento y explotación de sus miembros. Son estos métodos de influencia manipuladora y explotadora, que subordinan la salud y el bienestar de los miembros en beneficio del líder o cúpula dirigente, los que realmente definen y distinguen a estos grupos. Como muy bien recoge el Tribunal Supremo en España, en su sentencia de 23 de marzo de 1993 (Aranzadi, 1993, p. 2500), «una cosa es «pensar» o «creer» en unos «dogmas» o «enseñanzas», y otra muy distinta es «actuar» o «trasladar» extramuros de la conciencia individual unas concretas ideas, empleando para ello medios coactivos. El primer aspecto, el puramente ideológico, dado su carácter exclusivamente intimista, no puede tener ningún reproche legal, ni específico, ni genérico, pues a la libertad de pensamiento no se le puede coartar de modo alguno, ni es posible ponerle barreras de ninguna clase». Bajo este criterio, aquí no se entra a juzgar a ningún grupo en función de una creencia en sí misma, ni del número más o menos minoritario de sus seguidores, ni de la estética, costumbres o estilos de vida que mantengan sus miembros, por más extraños o fuera de lo convencional que puedan parecer. Es desde el máximo respeto a los derechos humanos y constitucionales, cuando podemos afirmar que las prácticas de algunos grupos, a los que nos referiremos como sectas coercitivas, los conculcan. 2 PSICOLOGIA CRIMINAL II TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS También se ha de destacar la alta confusión respecto a este término y la connotación religiosa que generalmente tiene. Sin embargo, no todas las sectas son religiosas e incluso, si se analizan éstas en particular, no existen criterios objetivos, ni tampoco parámetros consensuados, que permitan determinar qué son sectas y qué son iglesias, rechazadas antes y legitimadas en la actualidad por el conjunto de una sociedad. Navas (1991) describe que incluso muchas religiones actuales, que gozan de credibilidad y honorabilidad, han sido consideradas sectas en el pasado, o siguen siéndolo para otras religiones, o para otros enfoques de pensamiento. En definitiva, estas dificultades han conducido a una amplia diversidad conceptual. En el cuadro 1 se presentan algunas de las diferentes conceptualizaciones, así como algunos de sus autores más representativos. Cuadro 1. Denominaciones relacionadas con sectas destructivas (Cuevas, 2016). Secta Troeltsch (1931); Wilson (1970); Weber (1983) Secta destructiva Rodríguez (1985); RodríguezCarballeira (1989) Secta/Grupo Coercitivo Rodríguez-Carballeira (1994ª, 1994b, 2004) Sectarismo/ relaciones sectarias Singer y Lalich (1997) Nuevo Movimiento Religioso (NMR) Kilbourne y Richardson (1984); Barker (1989) Psicogrupo (psichogruppen) Informe Bundestag, Melton (1998). Alemania Movimiento/ Grupo Totalitario Boladeras (s.f.) Grupo de Abuso Psicológico (GAP) / Clark (1979); Langone y Chambers Grupo de Manipulación Psicológica (1991); Almendros, Gámez-Guadix, Carrobles y RodríguezCarballeira (2011) Grupos generadores de Dependencia Rodríguez-Carballeira (1989); (Dependencia Grupal) Rodríguez (2000); Cubero (2001) Desde el punto de vista de la psicologia criminal habría que potenciar y profundizar en la investigación en el fenómeno de la persuasión coercitiva y en los procesos y fases que la desarrollan. Queda mucho por avanzar en el abordaje de este tema (Cervero y Álvarez, 2022). 3 PSICOLOGIA CRIMINAL II TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS 2. Libertad vs Coacción o Afiliación vs Captación La primera clave para el análisis de la relación entre una persona y un grupo proviene de la forma en que se constituye el vínculo entre ambos en sus inicios. El planteamiento pudiera resultar diferente si es la persona la que busca activamente su integración en el grupo, a cuando es el grupo quien, a través de su proselitismo y sus estrategias de reclutamiento, trata activamente de integrar a la persona en su seno. En el primer caso, la iniciativa parte de la persona que, libre y voluntariamente, se aproxima al grupo con interés de pertenecer a él. Nos hallamos aquí ante un típico proceso de afiliación, En el segundo caso, la iniciativa y el interés surgen del propio grupo, el cual pone en marcha una serie de mecanismos para lograr incorporar al sujeto a su núcleo. Si esos mecanismos poseen las características de las técnicas de persuasión coercitiva que luego veremos, están poniendo en marcha un proceso de captación con intención de imponerse al sujeto, conducir y determinar su voluntad e iniciativa; así la capacidad de decidir libre y autónomamente quedaría inhibida o relegada a una mera aceptación pasiva o consentimiento forzado. Estos dos modelos extremos de acceso de una persona a un grupo se corresponden con los polos del continua existente entre libertad y coacción, y delimitan algo tan importante como la existencia o no de libre voluntad en el proceso de ingresar en un grupo o el grado que alcanza esta. En un polo estamos ante el sujeto activo, buscador, con motivaciones y predisposiciones claras para encontrar un camino a seguir, un grupo al que afiliarse, una doctrina a la que adherirse; se trataría, en principio, de una persona que, libre y autónomamente, va buscando, diseñando y protagonizando su futuro a su elección. El polo opuesto es el del sujeto pasivo, que con diversas estrategias es guiado y conducido, y sobre el cual se va planificando y programando un camino para el que no precisa más que dejarse llevar y seguir las indicaciones. En este caso se presupone y acepta que el grupo sabe lo que es bueno para el sujeto, le ofrece la decisión ya tomada y le señala cada paso que ha de dar. En síntesis, mientras el sujeto activo accede al grupo a través de su afiliación, el pasivo accede a causa de su captación. En el caso de las sectas 4 PSICOLOGIA CRIMINAL II TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS coercitivas, a ellas es atribuible el mayor protagonismo y responsabilidad en la captación de miembros y en su futura conversión en adeptos. El tema de la afiliación-captación ha sido uno de los motores de la polarización intelectual y política entre los estudiosos de las sectas coercitivas. La adopción de uno u otro extremo ha llevado, con frecuencia, a simplificaciones importantes del proceso de adhesión a una secta coercitiva. Por un lado, la involucración sectaria ha sido contemplada aludiendo a sectas todopoderosas, de modo que cualquier persona podría ser succionada o lavado su cerebro si estuviera en el lugar equivocado en el momento inoportuno (Rosen, 1997). Otros, desde un «modelo deliberativo» (Langone, 1996), asumen que las personas se unen y abandonan grupos sectarios a través de sus evaluaciones cognitivas del grupo, independientemente de si son imperfectas. Los primeros, tendieron a ignorar el hecho de que no todo grupo que pudiera ser calificado de coercitivo necesariamente atrae a sus miembros bajo engaño y manipulación, pese a que emplee técnicas de lavado de cerebro para su retención (Zablocki, 2001). Esto es especialmente importante en el caso de aquellas personas que nacen en el seno del grupo dada la involucración, generalmente, de sus progenitores (Langone, 2001). Los que defendieron a ultranza el carácter volitivo de la involucración parecieron obviar el empleo, por algunos grupos, de prácticas como el bombardeo de amor o la deprivación del sueño, para la obtención de nuevos miembros, y el proceso resocializador que tiene lugar en estos grupos (Zablocki, 2001). Tendieron a describir a los miembros como personas que, por sus rasgos particulares y necesidades psicológicas, buscaran o encajaran en estos grupos. En su afán por defender a estos grupos, mostrarán una alta dosis de tolerancia hacia cierto tipo de comportamientos abusivos que tenían lugar en ellos, bajo la justificación de que, cuando estos comportamientos tienen lugar con adultos que consienten, no deben de ser calificados o sancionados presuponiendo que, en tanto que adultos, sus miembros son capaces de tomar sus propias decisiones acerca de lo que es o no apropiado tolerar para sí mismos. Por otro lado, no siempre es fácil en el terreno situar la iniciativa en el grupo o en el sujeto. A veces, ello se limita a observar la mera toma de contacto, distinguiendo los casos en los que fue un reclutador de la secta el que abordó 5 PSICOLOGIA CRIMINAL II TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS al sujeto de los que fue el propio individuo el que acudió al grupo sectario. En general, la postura predominante ha sido la de explicar la involucración sectaria a través de la interacción de factores del medio, la persona y las prácticas del grupo (por ejemplo, Ash, 1985). Zimbardo y Hartley (1985, p. 139) rechazaron la idea de que el sujeto de un intento de captación sectaria fuera un objeto pasivo desbordado por tácticas de control mental imponentemente coercitivas, pero sin ignorar los procesos persuasivos en las tácticas actuales empleadas por algunos grupos, que describen como diversas, sutiles y convincentes. De este modo, nos advierten de la estrechez de foco y negligencia en no considerar la interacción que tiene lugar entre el reclutador de una secta y el recluta, que nos podría llevar a representar al último como un «joven perturbado, aislado socialmente, proveniente de un hogar roto, buscando sentido a la vida, un sentido de comunidad y un despertar trascendental». Desde un «modelo integrativo» (Langone, 1996) se propone que el nivel de deliberación en la involucración sectaria está en función de las necesidades psicológicas del individuo y el grado de manipulación del entorno. Cuando esas necesidades y la manipulación son bajos, el grado de deliberación es alto. Veremos a continuación aquellos elementos que ponen en marcha algunas sectas coercitivas para generar un ambiente manipulativo, así como ciertos factores personales en el individuo que fomentan que su grado de deliberación sea bajo. 3. El lado atractivo de una secta Las sectas en general suelen desarrollar campañas de proselitismo con las que tratan de transmitir los aspectos más apetecibles para construir una maravillosa fachada, mientras mantienen oculta su trastienda. En este sentido, McDonald (1988, p. 68) entiende que se desarrolla un «doble orden», opera una doble normativa que separa los aspectos más superficiales de los más profundos, que son los que de hecho rigen eficientemente la organización. Los principales atractivos de esa fachada que tratan de mostrar a la persona contactada son: a. Un grupo cohesionado bajo un proyecto común. La posibilidad de integrarse en un grupo compacto satisface el deseo de pertenencia del 6 PSICOLOGIA CRIMINAL II TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS sujeto y le permite asumir unas señas de identidad nuevas. Las sectas tienden a mostrarse también como grupos de iguales, colectivos pacíficos sin competitividad ni luchas internas. La pertenencia al grupo facilita también al sujeto un marco de convivencia y el encuentro con una familia alternativa. Resulta gratificante el poder sentirse coparticipe de una creencia o marco ideológico común y coprotagonista de un proyecto de vida, que despeja incógnitas e incertidumbres. En el grupo el sujeto podrá sentirse útil y canalizar sus propias energías, así coma depositar en él sus problemas y conflictos. Por su parte, el líder suele despertar admiración, dado que se le atribuye gran carisma y a veces dones divinos o poderes sobrenaturales. b. La comunicación, el altruismo y la intensificación de la vida emocional. Las sectas se ofrecen como un espacio para la vivencia amplia e intensa de emociones y sentimientos. La afectividad, las relaciones interpersonales, la sexualidad, la ayuda a los demás y otros deseos pueden albergar la expectativa de ser satisfechos en el seno del grupo. Confraternizar y mantener un buen grado de comunicación con las demás está cobrando cada vez más valor seductor en nuestro avanzado mundo occidental, porque significa conservar el calor humano en las relaciones en un momento en que la evolución social promueve el individualismo. También el nuevo estilo que ofrecen algunas sectas, a través de una apuesta contestataria o de una forma diferente de compromiso, puede resultar seductor. De hecho, proponen un cambio en el rumbo vital que permita al individuo huir de la hipocresía, monotonía e insatisfacciones cotidianas diversas y plantarle cara a un nuevo futuro, experimentando nuevas fórmulas o alternativas, con la esperanza de que representen una solución para él. c. El logro de la realización espiritual y de la felicidad. Pretenden conseguir la plenitud personal y dar sentido total a la vida, además de aludir con frecuencia a los acontecimientos sorprendentes, e incluso milagrosos, que en ellas ocurren. Muchas sectas incluyen en su doctrina la promesa de salvación de sus miembros y su disposición generosa a salvar al resto del planeta. Aunque estos objetivos son globales e inconcretos, contienen sin embargo una gran fuerza movilizadora capaz 7 PSICOLOGIA CRIMINAL II TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS de seducir a muchos contactados. El afán de mantener enigmas y un cierto halo misterioso así coma el carácter oculto de ciertos saberes y la consiguiente necesidad de pasar por aprendizajes iniciáticos escalonados para recibir la revelación de conocimientos reservados, añade a ciertos grupos más capacidad seductora-embaucadora, sobre todo ante la población juvenil, que sigue sintiéndose enormemente atraída por el mundo de lo inexplicable, lo sobrenatural, lo esotérico y lo paranormal. En un estudio realizado sobre ex-adeptos a sectas coercitivas Oyarzun y Duran (1986) encontraron que los puntos más interesantes para los sujetos sobre la vida del grupo, en el momento de su contacto inicial, fueron: la felicidad que mostraban sus miembros, la implicación en lo que hacían, el estilo de vida y la fuerza de voluntad, en este orden. De forma semejante, en una amplia investigación sobre sectas coercitivas, Clark et al. (1981) afirman que el sujeto contactado percibe en la secta una existencia llena de sentido y sin problemas personales. A pesar de todas estas promesas, sabemos que convertir a personas ajenas en fieles adeptos es un proceso bastante más complejo, laborioso y profundo que cualquier otro cambio producido por un grupo sobre un individuo. Por eso, un interrogante clave se plantea acerca de ¿quiénes son los clientes potenciales de una secta coercitiva? 4. Perfil del líder Cuevas y Canto (2006) analizaron la biografía y características de más de 20 líderes de sectas destructivas, además del origen, desarrollo y controversia de sus organizaciones. No definen un perfil de líder sectario en tanto que pueden presentar importantes diferencias, aunque sí encuentran la confluencia de determinadas características: 1) Las intenciones de las organizaciones coincidían con los deseos (más o menos ocultos) del líder. Se instrumentaliza el grupo para conseguir fines propios, utilizando herramientas engañosas en la captación. 8 PSICOLOGIA CRIMINAL II 2) TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS Manifiestan un fuerte carisma y consiguen que su grupo tenga una apariencia respetable. Saben mostrar una cara amable, la apariencia de ser personas brillantes y sumamente seguras de sí misma. Muchos de ellos presentan una gran capacidad oratoria y comunicativa. 3) Existe una gran diferencia entre sus biografías oficiales y sus verdaderos logros. Las biografías de estos líderes están repletas de información sobrevalorada. Líderes que refieren titulaciones académicas inexistentes, héroes de guerras en las que ni siquiera combatieron y un sinfín de mentiras basadas en la grandiosidad del líder (Cuevas y Canto, 2006). En los grupos pseudoterapéuticos, o en los de sanación, se presentan como los descubridores de terapias revolucionarias, rechazando hostilmente otras formas de tratamiento convencional y fomentando la paranoia hacia profesionales externos, restringiendo el acceso del cliente a otras fuentes de información (Perlado 2007; 2011b). 4) Los líderes sectarios tienen un gran ego, presentando rasgos narcisistas de la personalidad. Con personalidad de tipo dominante, fuertes tendencias narcisistas, aspectos de grandiosidad y paranoide, mostrándose como personas muy hábiles verbalmente, en un ambiente seductor (Perlado, 2002, 2005; Cuevas y Canto, 2006; Perlado, 2011b). 5) La mayoría problemático: de los líderes dificultades analizados de muestran adaptación un social, pasado familias desestructuradas, víctimas de vejaciones, sobreproteccionismo familiar, fracaso escolar, problemas psicológicos, etc. Líderes poco adaptados que posteriormente crean una nueva realidad social ―a su medida‖, donde sobresalen y son el ―epicentro del mundo‖. En el grupo suelen desplegar altos niveles de crueldad y paranoia con respecto al mundo exterior. 9 PSICOLOGIA CRIMINAL II 6) TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS Muestran inestabilidad emocional, con una rápida alternancia entre los estados emocionales de proximidad y cariño, frente a reacciones de furia y hostilidad de gran intensidad (Perlado, 2011b). 7) Rasgos antisociales o psicopáticos. Muchos de estos líderes sectarios encajan con el perfil psicopático. Así, los rasgos psicópatas frecuentemente identificados en estas personas son: • Narcisismo. • Prepotencia exagerada. • Manipuladores (Pueden disimular sentimientos de compasión, comprensión, bondad, para atraer a las víctimas. Una vez logrado el objetivo se vuelven dominantes, atacando de manera sistemática la autoestima de los que ya son sus seguidores para conseguir la sumisión, respeto y veneración hacia sí mismos). • Tienen necesidad de reconocimiento. • Buscan beneficio propio. • Necesidad de fuerte estimulación • Ausencia de remordimiento, vergüenza o culpabilidad. Insensibilidad, crueldad y falta de empatía, pobre autocontrol • Comportamiento sexual promiscuo e infidelidad • Labia y encanto superficial • Megalomanía, mentiras patológicas. Otros autores (Silleta, 1992) describen características similares bajo la etiqueta de ―narcicismo maligno, que define como el sentimiento extremo de ampulosidad, crueldad sádica, sospechas paranoicas y una carencia total de sentido de culpabilidad; o la también denominada ―perversión narcisista” (Eiguer, 2001; Perlado, 2002, 2011). Citando a Hare (2003): Son depredadores sociales que encandilan, manipulan y se abren camino en la vida sin piedad, dejando una larga estela de corazones rotos, expectativas arruinadas y billeteras vacías. Con una total carencia de conciencia y sentimientos por los demás, toman lo que les apetece de la forma que les viene en gana, sin respeto por las normas sociales y sin el menor rastro de 10 PSICOLOGIA CRIMINAL II TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS arrepentimiento o piedad. No todos los psicópatas se hacen líderes sectarios y tampoco todos los líderes sectarios son psicópatas; aun así, si se analizan cuidadosamente los antecedentes, la personalidad y los comportamientos de aquellos que han sido, o son líderes sectarios, muchos encajan bastante bien con perfiles psicópaticos (Lalich, 1997; Cuevas, 2011c, 2012a). Entre estos rasgos comunes destacan la necesidad de fuerte estimulación, insensibilidad, crueldad y falta de empatía, pobre autocontrol, comportamiento sexual promiscuo e infidelidad, labia y encanto superficial, megalomanía, mentiras patológicas, falta de remordimientos, vergüenza o culpabilidad, manipulación, maquinación y la incapacidad de dar o de recibir amor. Otros autores (Silleta, 1992) describen características similares bajo la etiqueta de ―narcicismo maligno, que define como el sentimiento extremo de ampulosidad, crueldad sádica, sospechas paranoicas y una carencia total de sentido de culpabilidad; o la también denominada ―perversión narcisista” (Eiguer, 2001; Perlado, 2011b; Perlado, 2002). 8) Respecto a la posible psicopatología del líder, las conductas y actitudes más descritas son las propias de rasgos o trastornos de personalidad, más que de otros trastornos psicopatológicos graves. Aunque también es frecuente detectar en estas personas rasgos psicóticos como: - Pensamientos paranoides. - Presencia de delirios (de grandeza, de persecución,) - En ocasiones, alucinaciones. Principalmente, resumiendo lo descrito, rasgos narcisistas, antisociales y paranoides, unidos al despliegue de un fuerte carisma y una gran capacidad de engaño. 5. Factores psicosociales de vulnerabilidad En principio, no existe ningún perfil de personalidad definido que permita prejuzgar que un sujeto va a ser miembro de una secta en el futuro. Pero sí podemos hablar de unos rasgos característicos, de un conjunto de tendencias 11 PSICOLOGIA CRIMINAL II TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS o factores de predisposición que hacen al sujeto más vulnerable a la influencia externa y, especialmente, a los sistemas de persuasión y manipulación desarrollados en las sectas coercitivas. Estos principales factores de vulnerabilidad son: a. El período de edad correspondiente a la adolescencia y juventud. Es una época crítica en la que el ser humano se halla en proceso de formación y maduración. En tanto que período de tránsito, requiere el ajuste y adaptación del individuo al medio social, enfatizando la búsqueda y consolidación, de la propia identidad. Por eso esta etapa considerada la más difícil de la evolución de la persona es también la de su mayor vulnerabilidad. Además, la juventud es un colectivo interesante para las sectas coercitivas, por lo que a menudo éstas dirigen sus esfuerzos reclutadores principalmente a los jóvenes. Ello pese a que, por los problemas legales que puede acarrearles, en la actualidad los grupos sectarios se cuidan de reclutar sólo aquellas personas que superan la mayoría de edad (Schwartz y Kaslow, 2001). b. Algunos factores personales, ya sean estables o transitorios, tales como: tendencias a la soledad y la depresión; dificultades de comunicación y en el desarrollo de habilidades sociales; inmadurez afectiva; angustia, confusión e inseguridad; dependencia y baja autoestima; credulidad y baja tolerancia a la ambigüedad. A ello debemos añadir un idealismo ingenuo y un elevado sentido de insatisfacción con la vida. Las crisis emocionales en los jóvenes adquieren una repercusión más intensa y duradera, y en consecuencia son más proclives a marcar cambios señalados. No en vano, detrás de la gran mayoría de adeptos a sectas coercitivas hay una historia de desamor, en el pasado próximo a su integración en el grupo. Entre los motivos más comunes que suelen producir situaciones de crisis, preocupación y estrés en la juventud, se hallan: la ruptura de una relación amorosa, la desilusión con los estudios, las pobres expectativas sobre su futuro profesional y laboral, la dependencia económica, la búsqueda de la propia identidad y la vivencia de un conflicto en la familia. 12 PSICOLOGIA CRIMINAL II TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS c. Dificultades de adaptación social. La juventud siente más vivamente que otros sectores de población la desilusión sociocultural y la insatisfacción con la realidad cotidiana, al ver la incapacidad de la sociedad para dar respuesta definitiva a las situaciones de desequilibrio, injusticia, desasistencia, degradación medioambiental, etc. Quien enfatice estos aspectos y subraye la hipocresía y mediocridad sociales será susceptible de encontrar refugio en alternativas radicales. Brown (1963) considera que la inadaptación y la consiguiente búsqueda de un grupo social donde encajar están en la base de la conversión. El sujeto obtiene así una red de apoyo social de la que carecía. d. El deseo insatisfecho de profundización espiritual. La aspiración de perfección y el ansia de trascendencia están en relación con fantasías juveniles de omnipotencia. En esta línea de deseo de enriquecimiento espiritual la dimensión religiosa adquiere un valor de refugio, a modo de macrocosmos protector. En relación con ese deseo de profundización en lo sobrenatural se halla también la atracción hacia estados de trance o similares en búsqueda de hallazgos superiores o simplemente de una desconexión y huida de la realidad que conlleve la evasión de los problemas inmediatos. e. Un sistema familiar disfuncional. Dentro del marco familiar, Ash (1985) distingue cinco aspectos de disfuncionalidad que acrecientan la vulnerabilidad de los jóvenes ante la acción de las sectas coercitivas, aunque no sólo de éstas: 1. El síndrome de la ausencia de padre. Se da tanto por ausencia real, como por presencia mínima o por una débil relación padrehijo, y hace que el hijo pueda ver en una secta un padre sustituto física y emocionalmente. 2. La carencia de dirección paterna, guía, estructura y límites que permitan la preparación del joven para la autonomía e independencia. 3. La carencia de una atención y afecto positivos e incondicionales que reafirmen en el joven el sentimiento de seguridad y el vínculo paternofilial. 13 PSICOLOGIA CRIMINAL II TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS 4. La pobre comunicación familiar y el uso por parte de los padres de vínculos dobles y contradictorios con los hijos. 5. El conflicto matrimonial permanente entre los padres, a menudo no reconocido. Otros elementos de disfunción en el seno de la familia que hacen al joven más vulnerable son: el desempeño de roles paternos excesivamente autoritarios o condescendientes, la creación de vínculos sobreprotectores que suponen serias ataduras y originan lazos dependientes y parasitarios para el joven, el uso manipulativo por parte de los padres del vínculo afectivo con los hijos y la falta de adaptación de la familia a los distintos cambios evolutivos de la adolescencia-juventud del hijo. Si bien la presencia de uno o varios de estos factores facilitan la adhesión sectaria, en ocasiones se presume, desde un «modelo patológico», la necesaria presencia de problemas psicológicos en el potencial adepto o se explica la involucración sectaria a partir de la «teoría de la deprivación familiar» como una consecuencia directa de dinámicas familiares disfuncionales que llevan al individuo a buscar al grupo sectario como forma de compensar necesidades insatisfechas derivadas de la situación familiar. El estado actual de la investigación no permite realizar tales afirmaciones relegándolas a especulaciones basadas en impresiones clínicas, previamente marcadas por el posicionamiento teórico de los emisores de tales juicios. De este modo, por ejemplo, Wright y Piper (1986) señalarán que la evidencia para la hipótesis de la deprivación familiar es muy anecdótica y teórica, o derivada del estudio de casos aislados. La investigación de estos autores sobre 45 miembros activos de tres grupos sectarios y 45 ex-miembros que abandonaron el grupo sin ayuda externa sugiere que la involucración sectaria no es ni una causa ni un síntoma de la desorganización familiar. Los autores encontraron que la pertenencia a los grupos era independiente de la proximidad o intimidad familiar, contraviniendo así la noción de deprivación familiar. Sin embargo, encontraron que los padres y familiares tenían un efecto significativo sobre la decisión de sus allegados acerca de permanecer o abandonar el grupo. Al margen ya de los factores de vulnerabilidad propiamente dichos, Spilka et al. (1982) describen cuatro condiciones que precipitan la interacción sectasujeto hacia la conversión de éste, que son: 14 PSICOLOGIA CRIMINAL II TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS 1. Contactar con la secta coercitiva en un momento de crisis en la vida. 2. Establecer fuertes vínculos afectivos con uno o más adeptos comprometidos. 3. Mantener mínimos contactos con personas ajenas a la secta. 4. Mantener de forma continuada la interacción intensiva con los adeptos. Sin embargo, aun contando con características personales facilitadoras del cambio, la obtención de fieles adeptos suele recorrer una secuencia de diferentes etapas hasta llegar a la conversión plena. Podemos concretarlas en cuatro, de duración y límites flexibles, que se suceden de forma consecutiva dentro del mismo proceso continuo (Edwards, 1979; Rodríguez-Carballeira, 1992): 1. Atracción-seducción. Se cuidan mucho las primeras relaciones con el neófito, ya que de ellas el sujeto extrae las primeras impresiones del grupo y realiza sus primeras valoraciones. Esta fase suele estar guiada por la intención de impactar agradablemente en el ámbito emotivoafectivo del sujeto, conmoverlo profundamente y hacerle sentirse querido y protegido. 2. Captación. En esta fase el sujeto da su aceptación o consentimiento a formar parte del grupo. El proceso para lograr la captación se realiza sobre todo por vía emotivo-afectiva, más que por vía racional. El objetivo de la captación consiste en lograr que el sujeto centre sus metas en el grupo. 3. Conversión. Esta fase contiene el punto culmen de la transformación en adepto y la asunción de una nueva identidad. La conversión implica compromiso y estas sectas preparan a los adeptos para que, tras compartir y comprometerse en una acción, pasen a compartir y comprometerse en una creencia. 4. Adoctrinamiento. Esta última fase es fundamentalmente un período de consolidación de la nueva identidad del convertido y de profundización en la doctrina. El sujeto pasa de ser educando a ser reclutador y educador de otros. Hassan (1988, p. 119) defiende que «nada afirma tan rápidamente las nuevas creencias como intentar convencer a otros para que las acepten. Buscar nuevos adeptos cristaliza la identidad 15 PSICOLOGIA CRIMINAL II TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS construida por la secta en un plazo muy breve». Esto confirma la interpretación de que el proselitismo, más que una entrega de algo que se tiene es la búsqueda del propio reclutador por ver la demostración y reafirmación de que aquélla es la única y legítima verdad absoluta; de esta forma, convirtiendo a otros reforzará la intensidad de su creencia (Hoffer, 1951, pp. 129-130). En este punto, ya como adepto pleno y activo, queda consumado el proceso de conversión, aunque por supuesto no hasta el límite de ser irreversible. 6. Técnicas de persuasión coercitiva Se denominan técnicas de persuasión coercitiva (o de lavado de cerebro, en forma coloquial) a todos aquellos métodos de presión, control o engaño que contribuyen a inducir la persuasión del sujeto imponiéndose sobre su libertad o limitándola. Otras expresiones utilizadas como sinónimos de persuasión coercitiva o lavado de cerebro son reforma del pensamiento, control mental y adoctrinamiento intenso. El lugar donde más genuina, intensa y extensamente se aplican estas técnicas en la actualidad es en el seno de las sectas coercitivas. Sin embargo, cada grupo y en cada contexto utiliza tales técnicas en número, frecuencia, combinación, secuencia e intensidad variables, y con los matices y circunstancias que le son propios. Mostramos, a continuación, la clasificación de estas técnicas en cuatro bloques, desde una óptica psicosocial, en función del ámbito sobre el que aplican especialmente la coerción: (1) el entorno cotidiano, (2) el emocional, (3) el cognitivo y (4) el de los estados de conciencia. Estas técnicas están basadas en clasificaciones previas de otros autores (entre otros: Lifton, 1961; West y Singer, 1980; Clark, Langone, Schecter y Daly, 1981; Langone, 1982; Singer, 1984). Veamos una descripción breve (se analizan con más detalle en Rodríguez-Carballeira, 1992) (ver cuadro 1). 16 PSICOLOGIA CRIMINAL II TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS Cuadro 1. Clasificación de técnicas coercitivas usadas por las sectas. Técnicas coercitivas: Clasificación Control ambiental o sobre el entorno cotidiano Control emocional Control cognitivo Control sobre el estado de conciencia o técnicas disociativas 6.1. Sobre el entorno cotidiano Incluimos aquí todos aquellos procedimientos que intervienen sobre el entorno próximo o medio ambiente del sujeto, controlándolo o manipulándolo, En consecuencia, quedará limitada la libertad individual, bien sea al restringir o imposibilitar el acceso a las diferentes alternativas, bien al imponer directa o indirectamente una percepción recortada o una evaluación distorsionada de estas. La manipulación ambiental o manipulación ecológica (Cartwright, 1965) implica que, cambiando el ambiente, preparamos el terreno para la influencia social. Tal cambio es un indicador de la capacidad de transformaci6n que el medio posee sobre la conducta del individuo, de forma que no es posible calcular hasta qué punto un mundo distinto del que conocemos podría modificar nuestra personalidad, dado que, bajo circunstancias excepcionales, pueden surgir los comportamientos más imprevisibles (Bettelheim). A continuación, entramos ya en la exposición de los principales procedimientos totalitarios de intervención en el entorno cotidiano. 17 PSICOLOGIA CRIMINAL II TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS 6.1.1. Aislamiento del exterior Con el aislamiento del sujeto y la separación de su entorno habitual previo, las sectas coercitivas pretenden el encapsulamiento, sobre todo del mundo psíquico del sujeto, también de su mundo social y, dentro de lo posible, de su mundo físico. La entrada de un sujeto en el espacio vital y geográfico de una secta conlleva un fuerte potencial de cambio, de alteración y sustitución de los elementos que conformaban su anterior espacio de socialización (hogar, barrio, ciudad...). Con la acomodación a la nueva realidad de la secta, el sujeto queda sumergido en el grupo, y desde allí se intenta su aislamiento del resto del mundo, y también de sí mismo; esto último en el sentido de que la secta tratara de impedir que el sujeto disponga de tiempo completamente libre e intentara someterlo todo a supervisión. Con tal grado de aislamiento, las sectas provocan en el sujeto una desvinculación del mundo exterior, un desarraigo y un desprendimiento de la red social protectora de la que el sujeto gozaba hasta entonces (familia, amigos, estudio, intereses, trabajo...). Para este sistema, el sujeto se ve obligado a distanciarse-desligarse de las personas próximas, de sus valores previos, del pasado y de propia historia. La inmersión dentro de la secta y la aceptación de su doctrina lleva al sujeto a una reconstrucción de su propio pasado. Algunas sectas realizan incluso actos rituales de renuncia al pasado en las que el individuo ha de experimentar esa renuncia a sus referentes previos coma forma de liberación de una carga que le permitirá recorrer más ligero y veloz los nuevos caminos. Uno de los vínculos cuya ruptura puede contribuir más al aislamiento de la red social del sujeto es el vínculo familiar, el primero y más arraigado en el ser humano. El encapsulamiento citado promueve la interacción intensiva entre los miembros del grupo y la limita con las no miembros, lo cual sirve para establecer el control de límites entre miembros y no miembros, propio de las denominadas organizaciones de transformación de la identidad (conocidas por sus iniciales en inglés ITO) (Greil y Rudy, 1984). Esta separación dicotómica 18 PSICOLOGIA CRIMINAL II TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS entre endogrupo y exogrupo es uno de los pilares en los que se asienta el código maniqueo propio del pensamiento sectario. La visión bipolar de buenos (nosotros = secta) y malo (ellos = resto de la sociedad) alcanza a todas las actividades, ideas y personas: según de donde provengan y a favor de quien estén, así serán calificadas, con la regla del «conmigo o contra mí». En las sectas se agudiza el «grupocentrismo» o tendencia del endogrupo a elaborar autoestereotipos positivos y heteroestereotipos negativos. La mayoría de las sectas ven el mal encarnado en la sociedad y le otorgan a esta el rol de enemiga. Tener un enemigo común, real o inventado, es siempre una semilla de unión y radicalización útil para estos grupos. Aquí comienza a vislumbrarse el reduccionismo simplista e inmaduro característico del fanatismo. Cuando una persona se halla en situación de aislamiento, su necesidad de aprobación social aumenta y se hace más vulnerable y susceptible a la manipulación interpersonal (Stevenson y Odon, 1962). Con el aislamiento se logra la erosión de las raíces y ligazones personales y socioambientales del sujeto, así coma su desvinculaci6n y desarraigo respecto de su red social de apoyo. Tal ruptura de vínculos con su pasado, con su red social y con sus fuentes de información, socava la integridad del sujeto y contribuye a su desocialización. 6.1.2. Control de la información El control de la información y la separación de las fuentes de información y comunicación previas llevan también al aislamiento del sujeto. En muchos casos los miembros de las sectas coercitivas tienen vedado el acceso a las fuentes de información social, siendo la propia secta la que produce o filtra la información que les llega. La secta se reserva pues el monopolio de la información. El control de la información y la supresión de muchas de sus fuentes limitan claramente el espectro de alternativas accesibles a un individuo y, en consecuencia, sus posibilidades de elección (Andersen y Zimbardo, 1984, p. 198) y de interrelación social. Es lo que McGuire (1985, p. 257) llama monopolio de la presentación de estímulos y de las opciones posibles. 19 PSICOLOGIA CRIMINAL II TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS 6.1.3. Creación de un estado de dependencia existencial Los sectarios, a medida que van integrándose en el grupo, son inducidos a despreocuparse de la tarea de satisfacer sus necesidades y a delegarla implícita o explícitamente en la secta. Así, esta acaba asumiendo la responsabilidad del control y cobertura de las principales necesidades físicas e incluso psíquicas de sus miembros; los empuja de este modo a perder el autogobierno sobre sus necesidades, y dejar su propia existencia dependiendo de manos ajenas. El control de las sectas coercitivas sobre la existencia de sus miembros no se queda en las necesidades secundarias, sino que afecta también a las primarias y básicas: alimentación, salud, limpieza, confort, relaciones, estima, etc. En muchos casos, estas sectas extienden el interés por la supervivencia de los adeptos al control económico. Los adeptos han de hacer entrega de una parte o la totalidad de sus ganancias y posesiones a la secta, bien sea coma pago obligado, en forma de donativo o por prestaciones diversas. Y no olvidemos que, en buena medida, «tener poder sobre la subsistencia de una persona significa tener poder sobre su voluntad». Dentro de ese manejo de las necesidades humanas por parte de la secta, esta se erige en el único camino para la verdadera existencia, en la única autoridad real para tomar cualquier decisión sobre la vida de sus miembros y el funcionamiento del grupo, por nimia que esta sea. Como afirma Goffman «uno de los medios más efectivos de desbaratar la economía de acción de una persona es obligarla a pedir permiso o elementos para las actividades menores que cualquiera puede cumplir por su cuenta en el mundo exterior, tales coma fumar, afeitarse, ir al baño, hablar por teléfono, gastar dinero o despachar cartas. Esta obligación no solo impone al individuo un rol de sometimiento e invalidez antinatural en un adulto, sino que, por añadidura, deja su línea de acción expuesta a las intromisiones del personal» (1961, p. 51). 20 PSICOLOGIA CRIMINAL II TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS En toda estructura totalitaria, la existencia depende en gran parte de la sumisión, por eso se puede hablar del «obedezco, luego existo», como cita Lifton (1961). El verdadero ostentador del poder y control acumulado en una secta es el líder o gurú. Su autoridad es directamente proporcional a la autonomía que le han cedido sus seguidores. La sumisión y dependencia de estos puede llegar al extremo máximo de renunciar al control sobre su propia existencia vital para que el líder disponga sobre su vida. Dentro de este sistema de generar una dependencia existencial en el adepto se puede incluir también la brutal estrategia de debilitarlo físicamente, bien sea mediante la imposición de un régimen alimenticio empobrecido, bien a través de la limitación de las horas de sueño, o bien por medio de la explotación de las energías hasta el agotamiento físico y/o psíquico; sin olvidarnos tampoco el debilitamiento más directo: la coerción física, ya se trate de tortura, malos tratos o de cualquier otra forma de violencia física. En ciertas ocasiones se establece una clara dinámica sado-masoquista. La aplicación del autosacrificio físico, como castigo o purga con el fin de reconciliar con la divinidad y de reforzar la propia creencia e incluso impulsarla más, fue también común en algunas congregaciones religiosas en el pasado y se mantienen alguna medida, en el presente. En concreto, el hecho de sufrir penalidades durante el camino de iniciación o adhesión a un grupo puede resultar reforzador del atractivo de este. La espera de un beneficio compensatorio posterior justifica para el sujeto la dureza del sacrificio y sufrimiento requeridos en la iniciación. 6.2. Sobre la vida emocional Los procedimientos o técnicas de tipo emocional que una secta coercitiva pone en marcha para manejar a las personas persiguen la activación de dos tipos de emociones: las positivas (como la euforia o el gozo) y las negativas (como el miedo, la culpa o la ansiedad). 21 PSICOLOGIA CRIMINAL II TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS 6.2.1. Inducción de emociones positivas El objetivo central de esta forma de actuar consiste en intervenir sobre el ámbito afectivo del sujeto para conmoverlo agradablemente. La pretensión es que se le haga sentir al sujeto una fuerte satisfacción emocional en el seno del grupo para que se deje llevar y tienda hacia la condescendencia y aceptación de lo que se le propone, mermando así las posibles reservas opuestas por su razón. Una de las tácticas más usadas por las sectas para lograr ese estado alegre en el nuevo sujeto que desea reclutar es el denominado bombardeo de amor. Consiste en que los miembros del grupo ofrecen conjuntamente refuerzos sociales al sujeto, en forma principalmente de sonrisas, aprobaciones, aceptación, alabanzas, contacto físico y otras formas de demostrar afecto. En este sentido, una vez conseguido el compromiso firme del nuevo adepto, se habla de la fase de «luna de miel» por el estado de euforia que suele envolver al nuevo converso. La decisiva influencia del mundo afectivo sobre el cognitivo hace que nuestras esperanzas y deseos determinen a menudo nuestras convicciones. Para Zimbardo (1984, p. 22), el verdadero poder del control mental efectivo se fundamenta en las necesidades básicas de las personas, de ser queridos, respetados, reconocidos y necesitados. Y Lofland (1978) remarca que el deseo de ser querido y de fundirse en el amor que envuelve al colectivo hace que el amor pueda ser el más coercitivo y cruel de todos los poderes (si miramos las relaciones a dos. los abusos y malos tratos hacia la pareja serian un ejemplo de ello). Una fuerte intensidad de la vivencia emocional dentro de] grupo contribuye además a producir un efecto de distorsión del sentido del tiempo, en cuanto a alterar la perspectiva de este, causando una expansión del presente en detrimento de lo concerniente al pasado y al futuro (similar a lo que sucede con el ciegamente enamorado que se queda absorto recreando su pensamiento en su amada). 22 PSICOLOGIA CRIMINAL II TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS 6.2.2. Inducción de emociones negativas El interés final del uso de estas estrategias emocionales es la transformación de las actitudes y conductas de los miembros del grupo. En la eliminación de conductas, su moldeamiento o fomento de otras nuevas adquiere gran importancia el uso tanto de promesas y amenazas, por un lado, como de premios y castigos, por otro. Quienes ejercen la autoridad en una secta, sobre todo el líder máximo, con frecuencia imparten premios y castigos de forma arbitraria, al objeto de hacer demostraciones expresas de su poder, reavivar el sentido de la disciplina y de la obediencia en sus súbditos, y acrecentarles la incertidumbre y dependencia hacia la autoridad. El uso caprichoso de la clemencia y de la severidad a la hora de aplicar premios y castigos provoca incertidumbre y confusión acerca del correcto cumplimiento de las normas, a la vez que miedo y sumisión a la autoridad. El recurrir a normas inespecíficas y no explicitadas da un alto margen de maniobra a quienes ostentan el poder en cualquier organización. El castigo resulta uno de los métodos más eficaces de control, sirve para despertar en el sujeto el temor y la ansiedad e infundir la vergüenza y el sentimiento de culpa. Lo mismo sucede con la amenaza, pues, tanto en su forma disuasiva («no hagas esto, sino...»), como en su forma compulsiva («haz esto, sino...»), es una promesa de castigo que de hecho provoca por si sola un daño, por lo que su eficacia es comparable a la del propio castigo. En un sectario, cualquier transgresión de la doctrina, pensada, ejecutada o incluso simplemente deseada, puede representar la aparición del sentimiento de culpa. Además, si un adepto detecta una transgresión en otro compañero se sentirá obligado a transmitirla a la autoridad, siempre pensando en el bien del compañero, supuestamente desviado y del grupo en su conjunto. Este fomento del espionaje mutuo de comportamientos deja traslucir la gran fuerza de la presión de grupo para el sostenimiento del control social y de la identificación y homogeneización colectivas. Para liberarse de la culpa, la forma común es el retorno a la conformidad con la doctrina, la vuelta al redil. Este regreso, además de arrepentimiento, suele precisar también la confesión, con sus consiguientes muestras de 23 PSICOLOGIA CRIMINAL II TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS debilidad y compunción, que hagan creíble el arrepentimiento. En algunos casos, además, se realizan confesiones en público envueltas casi siempre en un clima de sobrecargada emocional, que facilita el llanto y agitación del sujeto durante la vivificación de la culpa, para conducirle luego a la posterior catarsis aliviadora y al reencuentro ya purificado, con los demás adeptos. En la mayoría de las sectas coercitivas el control sobre el sujeto alcanza a los aspectos afectivos y sus diferentes expresiones, tales como el establecimiento de parejas y la conducta sexual. El pautar conductas referidas a una expresión tan íntima coma la sexual es un buen indicador del alcance del control emocional conductual en las sectas coercitivas. 6.3. Sobre el ámbito cognitivo El debilitamiento físico y la dependencia, unidos a la omnipresencia de la doctrina en los procesos de sentir, pensar y actuar del adepto, implican un estrechamiento y enlentecimiento en sus facultades cognitivas. Veremos ahora otras técnicas que intervienen sobre los procesos de cognición del sujeto alterando la percepción y evaluación de las alternativas a su alcance. 6.3.1. Denigración del pensamiento crítico Con este procedimiento de denigrar el pensamiento crítico de un sujeto, la jerarquía de la secta pretende demostrarle al adepto la deficiencia e invalidez de sus procesos particulares de pensamiento. Se le conmina a entender sus concepciones coma inseguras y poco fiables, y, en consecuencia, a reprimir los pensamientos surgidos de su propio yo, adaptándose a las del grupo. Con la denigración del pensamiento autónomo de un sujeto se le conduce a la desvirtuarían y a la renuncia de sus valores previos y de los métodos de análisis propios. El efecto consiguiente de desarraigo y desprotección facilita su proceso de socialización, acrecienta su vulnerabilidad y acelera la absorción de los esquemas alternativos que la secta le proporciona. Entre los mandamientos que más insistentemente transmiten las sectas coercitivas a sus adeptos figura el de no pensar. Si antes vimos corno el axioma «pienso, luego existo» era sustituido de hecho por el de «obedezco, 24 PSICOLOGIA CRIMINAL II TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS luego existo», aquí se ve sustituido por el de «creo, luego existo» (Lifton, 1961; McCoy, 1980). Se trata de situar la creencia en el dogma, en lugar del pensamiento autónomo. La pretensión de estas sectas es promover un sistema de creencias absoluto y cerrado, que constituya lo que Lifton (1961) llama ciencia sagrada, a la que todo adepto ha de someterse y cuidar de la estricta pureza de su aplicación. De ahí se derivara «la mentalidad cerrada (la closed mind de Rokeach, 1960) que rechaza los hechos que contradicen sus ideas o que los distorsiona para ser capaz de aceptarlos» (Javaloy, 1988, p. 27). 6.3.2. Uso de la mentira y el engaño «La verdad es lo primero que se sacrifica cuando se entra a formar parte de un grupo exclusivo» (Keen, 1986). La distorsión de la realidad y de la información, mediante la ocultación, la mentira o el engaño, es una de las técnicas más utilizadas por las sectas coercitivas, debido a lo eficaz que resulta en la consecución de sus fines. Las organizaciones totales en general justifican esta medida alegando la protección del individuo y la garantía de la consecución de los ideales y fines ultimas. Con la sofisticación y entrenamiento en la utilización de la mentira y el engaño, estas organizaciones consiguen que «la víctima» no se dé cuenta de la orquestación intencionada que se está aplicando sobre ella para cambiarla (Zimbardo, 1972; Singer, 1984). Una de las fórmulas más usadas para tergiversar la realidad es el uso del reduccionismo a posturas maniqueas. Con todo, el engaño fundamental practicado por las sectas consiste en empujar al sujeto a un proceso de transformación y conversión guiado por grandes ideales, pero negándole el conocimiento sobre cuál será su tipo de vida y a que le obligará esa conversión. De nuevo las promesas y las ensoñaciones pretenden satisfacer las expectativas emotivo-afectivas del sujeto e impedir con ello el análisis exhaustivo y razonado de la realidad. 25 PSICOLOGIA CRIMINAL II TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS 6.3.3. Demanda de condescendencia e identifican con el grupo Este procedimiento consiste en demandar al individuo la sujeción a los cánones del grupo. Es característica general de los grupos el premiar la condescendencia y conformidad con los requerimientos del colectivo y castigar la desviación; pero cuando eso se hace bajo fuertes medidas de presión, se deberá hablar de un sistema coercitivo de influencia. A este respecto el rol del líder juega un gran papel, más acentuado aun en las organizaciones de carácter piramidal, en tanto que en ellas este ostenta el poder absoluto y por ello tienda a recurrir a estrategias de coacción-coerción para imponer tal poder. En las organizaciones sectarias, la presión grupal es una constante que no cesa y que, a través de diferentes iniciativas y rituales, impone sobre los miembros el sentido de sometimiento a una identidad colectiva homogeneizadora. El adepto, al conformarse con los postulados de la secta e identificarse con su líder, obtiene un mayor sentimiento de seguridad, a costa de algún grado de infantilización mental y social. El fortalecimiento de la identidad colectiva, bajo la exaltación del poder del grupo, sirve para crear un sentido de pertenencia a un núcleo de escogidos que acrecentara la dicotomía maniquea del «nosotros o el abismo». El sujeto acaba adoptando la conciencia del grupo como conciencia propia. El odio por el enemigo común, real o inventado es necesario para la unificación del colectivo (Hoffer, 1951, p. I 08). La presión que los grupos totalitarios ejercen sobre el sujeto, para que adquiera la identidad social del grupo y delegue allí su responsabilidad contribuye a generar en él un proceso de desindividuación. 6.3.4. Control sobre la atención y el lenguaje La atención del adepto puede ser conducida hacia los puntos de interés deseados mediante el control de los estímulos que se le presentan. Ese control adquiere dos formas extremas de intervención, una por defecto y otra por exceso, que son: la privación sensorial y la sobresaturación sensorial. 26 PSICOLOGIA CRIMINAL II TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS En sectas coercitivas es común promover la privación sensorial a través de la meditación, del aislamiento, de prácticas de no pensamiento, etc. Al reducirse el campo abarcado por la atención, gana en intensidad la concentración y la intensificación duradera de esta, como suele suceder en torno a las tareas monótonas y reiterativas, tan abundantes en las instituciones totales. La saturación, por otra parte, es utilizada frecuentemente por las sectas sobre el nuevo contactado. Una forma habitual consiste en ofrecerle una sobrecarga de mensajes nuevos a los que no puede aplicar la suficiente elaboración que le permita realizar un juicio crítico y exhaustivo, por lo que se ve inducido a aceptarlos mecánica y pasivamente. En cuanto al lenguaje, si poseer una jerga común es signo de unidad y exclusividad en cualquier grupo, mucho más lo es en los sistemas cerrados de creencias, como es el caso de las sectas. La comunicación de un adepto se realiza en su mayor parte a través de los clichés doctrinales adquiridos, que son frases cortas, contundentes y claras que sustituyen a procesos de elaboración mental más complejos. Estas frases breves sirven de atajos interpretativos y conforman el llamado «lenguaje del no-pensamiento» (Lifton, 1961). A la vez, ese lenguaje totalitario está centrado en una jerga que lo abarca todo, abstracta, categórica e implacable. El grupo sectario acaba utilizando un vocabulario reducido y sobrecargado emocional e ideológicamente, que condiciona en gran manera la forma de pensar y sentir de sus miembros. Directamente vinculada con la manipulación del lenguaje se encuentra la de los símbolos. La simbología, igual que los rituales, permite a las sectas conectar con las emociones más profundas de los adeptos y transferir a estos órdenes y contenidos de carga más intensa y eficaz que los comunicados verbalmente. 27 PSICOLOGIA CRIMINAL II TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS 6.3.5. Líder y doctrina: nuevos referentes de autoridad Con el aislamiento, el control de la información, la separación del sujeto respecto a su medio y a su pasado, se consuma el proceso de socialización promovido por las sectas coercitivas. En dicho proceso se incluye la caída de los valores y de las fuentes o principios de autoridad tradicionalmente aceptados por el sujeto. Valores y principios que serán sustituidos por los de la secta. En estas sectas, la representación de la autoridad es ostentada por el líder y, en paralelo, por su doctrina. El líder se sitúa en el vértice supremo de la estructura piramidal de la secta, lo más cercano a la divinidad. Su común narcisismo y megalomanía se acrecientan más aun al comprobar la veneración que le profesan sus seguidores. El liderazgo es personal, de tipo carismático, y su autoridad descansa en las cualidades extraordinarias y sobrehumanas que sus partidarios le atribuyen. La doctrina es el dogma en el que los sujetos han de creer, aunque pueda parecer (y ser) ambigua, confusa o contradictoria. A ella se le concede un valor absoluto que la sitúa en la cúspide de la pirámide de valores del adepto. La extensión de la doctrina es ilimitada, alcanza desde la más pequeña precisión sobre cómo comportarse hasta el más abarcador principio ideológico. La doctrina es experta en todos los ámbitos y ostenta la omnipotencia situándose siempre por encima de la persona. En definitiva, los fines perseguidos por la doctrina justifican los medios empleados para conseguirlos. 6.4. Sobre los estados de conciencia o técnicas disociativas Por último, prácticas muy diversas (hipnosis, meditación, cantico de mantras, tareas monótonas, privación o saturación sensorial, drogas, etc.) pueden ser utilizadas para inducir estados disociativos en el sujeto, desde los que incidir sobre las alternativas a tomar por él. Para Galper (1982), la creación y mantenimiento de una continua alteración de estados de conciencia es una de las características más notables que aparecen en el ambiente de las sectas que usan la persuasión coercitiva. 28 PSICOLOGIA CRIMINAL II La aplicación de TEMA 6. SECTAS COERCITIVAS las técnicas hasta aquí descritas persigue la transformación paulatina del sujeto y el aumento de su dependencia respecto a la secta, para conseguir la conversión plena

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